EL MUNDO, VIERNES 7 DE ABRIL DE 2006
ESPAÑA
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Viene de primera página
El chico, que h abía llegado a Espa-
ña en una patera y llevaba tres
años tutelado por la Comunidad de
Madrid –la misma que ahora le ex-
pulsaba–, ya se veía devuelto a Ma-
rruecos con su permiso de residen-
cia en vigor, detenido de madruga-
da sin posibilidad de llamar a su
abogado, sin ver la orden de repa-
triación y sin que nadie le pregun-
tara si quería regresar a su tierra
de pobreza.
Al chaval, 17 años atribulados,
lo bajaron del avión media hora
más tarde y le devolvieron el móvil
que los policías le habían quitado
cuando lo capturaron en el portal
de su casa. Ayer, un día después de
su no viaje, el Juzgado de lo Con-
tencioso-Administrativo número
14 de Madrid le daba la noticia de
su vida: te quedas en España y ten-
drás un defensor especial por si
tratan de repatriarte.
Porque ese juzgado dictó ayer
un auto histórico que suspende
una repatriación ordenada por la
Delegación de Gobierno y por la
Comunidad de Madrid. Un escrito
que, además, obliga al Ministerio
del Interior a devolver el pasaporte
de B.E. a la Comisión de Tutela del
Menor de la Comunidad para que
lo conserve «a disposición de este
juzgado».
Y que nombra a un «defensor ju-
dicial» para el joven por el «conflic-
to de intereses» detectado entre el
menor y la propia Comunidad. «Yo
le representaré en este asunto para
evitar que le pase como a tantos ni-
ños, porque la Administración les
está quitando la voz y está toman-
do decisiones por ellos», contaba
ayer entre alivios sin disimulo Ig-
nacio de la Mata, uno de los aboga-
dos de la Coordinadora de Barrios,
el colectivo que luchó por B.E. y
que duerme desde anoche con la
victoria de un menor más protegi-
doporlaJusticiayasalvodelaim-
punidad.
Los folios firmados por el juez
Celestino Salgado son un tirón de
orejas al Gobierno central, a la Co-
munidad de Madrid y hasta al Mi-
nisterio Fiscal, «que se mostró con-
forme» con la devolución forzosa,
sostiene el auto. Y son también un
antes y un después en el folletín de
las repatriaciones de menores, en
ese sin sentido legal que permite a
las comunidades autónomas expul-
sar a menores que ellas mismas tie-
nen tutelados.
B.E. lleva al abrigo del Gobierno
de Esperanza Aguirre desde 2003,
aprendiendo en un taller ocupacio-
nal desde 2004 y cuidando como
un tesoro ese permiso de residen-
cia que tiene concedido hasta julio
de 2006. O sea, es legal al menos
hasta este verano.
Sin abogado
El Instituto Madrileño del Menor y
la Familia y la Delegación del Go-
bierno en Madrid decidieron repa-
triar el miércoles a B.E., pero olvi-
daron algunas exigencias de la ley:
no le notificaron la orden de expul-
sión, le denegaron asistencia letra-
da para defender sus derechos fun-
damentales –como exige el infor-
me de 2005 del Defensor del Pue-
blo–, no pidieron i nformes sobre la
situación de su familia en Marrue-
cos y no le permitieron expresar su
consentimiento.
El auto del juez Salgado argu-
menta la suspensión de la repatria-
ción teniendo en cuenta que el jo-
ven «vive en España desde 2003;
tiene permiso de residencia; cuen-
ta con informes educativos favora-
bles, integración educativa y lazos
afectivos con sus educadores, y ha
manifestado su deseo de continuar
en España».
«Dada la celeridad de este Pro-
cedimiento de Derechos Funda-
mentales de la Persona y primando
el interés superior del menor, se
mantiene la suspensión», refleja el
auto de ayer, en referencia a la
«cautelarísima» del miércoles.
«Este auto le pone luz a un pro-
cedimiento habitualmente opaco, a
las repatriaciones que se producen
sin asistencia letrada, sin defensa
de los derechos del menor. Es una
actuación propia de un Estado poli-
cial. Pero hoy le han puesto freno»,
decía De la Mata con la sonrisa de
un chaval resucitado in extremis
clavada en la toga.
Un juez paraliza la repatriación de un menor
seis minutos antes de que despegara el avión
Anula la orden de la Delegación del Gobierno y nombra un «defensor judicial» ante el «conflicto
de intereses» entre el joven y la Comunidad de Madrid, que lo trató de expulsar teniéndolo tutelado
El menor B. E., ayer después de que el Juzgado anulara su repatriación. / CARLOS BARAJAS
SARA SANZ
Corresponsal
MELILLA.– La llegada de meno-
res marroquíes a Melilla está to-
mando un cariz dramático y preo-
cupante que afecta a niños que
hansufridomaltratooapeque-
ños con minusvalías que son
abandonados por sus familiares.
El último caso se produjo hace
apenas tres días. Un menor de 13
años, discapacitado físico y pos-
trado en una silla de ruedas, fue
encontrado solo y desamparado
frente a un centro de disminuidos
psíquicos de Melilla. La consejera
de Bienestar Social, María Anto-
nia Garbín, sólo sabe que fue la
madre, de nacionalidad marro-
quí, la que abandonó a su hijo en
el centro después de pasar la
frontera, enseñando su pasaporte
y el del niño.
El menor permanece en el cen-
tro de acogida de la ciudad que, en
la actualidad, se encuentra satura-
do con la presencia de 300 niños,
la mayoría procedentes de Ma-
rruecos.
Este último caso se suma a los
nueve abandonos de menores
marroquíes que se registraron el
año pasado. De esos nueve, cinco
eran niños con discapacidades fí-
sicas o psíquicas y el resto llegó
con heridas, golpes e, incluso,
abusos sexuales, como el caso de
una niña que entró en Melilla con
su hermano pequeño, embaraza-
da por su propio padrastro.
Otro de los casos que preocu-
pa a las autoridades locales es el
del menor abandonado en no-
viembre del año pasado afectado
del síndrome de huesos de cris-
tal. Previamente, sus padres,
procedentes de Rabat, llevaron a
su hijo al Hospital Comarcal de
Melilla para recibir un diagnósti-
co certero y, al poco tiempo, re-
gresaron otra vez a la Ciudad Au-
tónoma para abandonarlo en la
calle.
El Gobierno de Melilla no ha
podido trasladar al pequeño a la
Península por no existir un cen-
tro especializado para este tipo
de enfermedad.
Ahora, la Consejería de Bienes-
tar Social se ve desbordada de
trabajo, porque a la atención de
los pequeños acogidos se suman
los «cuidados especiales» que ne-
cesitan los menores discapacita-
dos, «y eso supone más recursos
económicos».
Garbín reclama «más medi-
das» de control en la frontera por
parte de la Delegación del Go-
bierno y de la Policía Nacional y
lamenta la «nula» colaboración
del Gobierno marroquí.
Abandona a su hijo discapacitado en Melilla
Cuando B. E. salió de la sala en la
quelehabíadichoaljuezqueque-
ría quedarse en España, la gente
de la Coordinadora de Barrios le
aplaudió.Elchavalsonrió,yquién
sabesifueRonaldinhooEto’opor
un instante, que para eso lleva el
escudodelBarçaenelmóvil.
Elmismoteléfonoquelospoli-
cíasnacionalesdela BrigadaPro-
vincial de Extranjería le arranca-
ronalas6.30horas delmiércoles,
cuando casi le cambian la vida.
«Estaban en el portal. Allí había
cuatroyotrosdos enuncoche.Me
dijeron que me llevaban a Ma-
rruecos. Metí la mano en el bolsi-
lloparallamaraNacho[elaboga-
do] y un policía me dio una torta.
Me quitó el móvil y lo apagó. Los
otros eran amables. Me pusieron
unacuerda en las manos yme lle-
varonalacomisaríadelaeropuer-
to».B.E.cuentaqueallí,sinpoder
hablar con el abogado ni con sus
educadores de Mensajeros por la
Paz,pidióquelequitaranlacuer-
da. «Les dije que me hacía daño,
queiba a serbueno». En esollegó
elembarque.Embarqueconelpa-
saporte en poder de la Policía «y
caducado»,matizaelabogado.
Y cuando B.E., sin un antece-
dente penal, sin un conflicto so-
cialentresañosy«conunasnotas
cojonudas», dice la Coordinado-
ra,sesentóenelavión...«Unpoli-
cía me enseñó una cinta de pegar
en la boca y me dijo: ‘Si te portas
mal,yasabes’».
«Si te portas mal, ya sabes»