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AYUDAALDESARROLLOCOMERCIOYSEGURIDAD
ENUNMUNDODESIGUAL
Publicado para el Programa
de las Naciones Unidas para el
Desarrollo (PNUD)
Ediciones Mundi-Prensa 2005
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Copyright © 2005
Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo
1 UN Plaza, New York, New York, 10017, EE.UU.
Todos los derechos reservados.
Queda prohibida la reproducción, transmisión o almacenamiento en un sistema de recupe-
ración de cualquier parte de esta publicación, en cualquier forma o por cualquier medio,
sea electrónico, mecánico, fotocopiado, grabado o de otro tipo, sin previa autorización.
ISBN 84-8476-258-0
Impreso por Consolidated Graphics, Glastonbury, CT en papel libre de cloro con tintas
vegetales y producido a través de tecnologías compatibles con el medioambiente.
Composición, cubierta y diseño: Grundy & Northedge Information Designers, Londres
Diseño de la información: Gerald Quinn, Quinn Information Design, Cabin John, Maryland
Composición: TITL Diseño, Chile
Editora: Charlotte Denny, Wellington, Nueva Zelandia
Para ver la lista de errores y omisiones del IDH2005 encontradas con posterioridad a la
impresión, visítenos en http://hdr.undp.org
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Director y redactor jefe
Kevin Watkins
Investigación, redacción y estadísticas
Haishan Fu (Jefe de Estadística), Ricardo Fuentes,
Arunabha Ghosh, Chiara Giamberardini, Claes
Johansson, Christopher Kuonqui, Andrés Montes,
David Stewart, Cecilia Ugaz (Asesora Principal en
Políticas) y Shahin Yaqub.
Asesor de estadística: Tom Gri n
Editora: Charlotte Denny
Gerente de producción: Marta Jaksona
Composición: TILT Diseño Ltda.
Diseño de portada y formato: Grundy &
Northedge Information Designers
Diseño de información: G. Quinn Information
Design
Equipo encargado de la preparación del
Informe sobre Desarrollo Humano 2005
Colegas de la Ofi cina encargada del Informe sobre Desarrollo Humano (HDRO)
El Informe sobre Desarrollo Humano es el resultado de un esfuerzo colectivo. Los miembros de la Unidad
a cargo de los Informes Nacionales sobre Desarrollo Humano (NHDRU) aportaron detallados comen-
tarios a los borradores del documento y consejos sobre su contenido. Vinculan además el Informe sobre
Desarrollo Humano a una red mundial de investigación en los países en desarrollo. El equipo de NHDRU
está dirigido por Sarah Burd-Sharps (Directora Adjunta) e incluye a Sharmila Kurukulasuriya, Juan Pablo
Mejía, Mary Ann Mwangi y Timothy Scott. El equipo administrativo de la HDRO es responsable del
funcionamiento de la o cina y sus miembros son Oscar Bernal, Mamaye Gebretsadik y Melissa Hernán-
dez. Las operaciones de la HDRO están a cargo de Yves Sassenrath y Ana María Carvajal y el programa de
extensión y comunicaciones de esta o cina está a cargo de Marisol Sanjines y Nena Terrell.
La traducción del Informe sobre Desarrollo Humano 2005 estuvo a cargo de LTS Mundo Traducciones.
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INFORME SOBRE DESARROLLO HUMANO 2005 v INFORME SOBRE DESARROLLO HUMANO 2005 v
Prefacio
Este es, y lo digo con tristeza, el último Informe sobre Desarrollo Humano cuyo prólogo
redacto, puesto que en agosto de este año dejo el cargo de Administrador del Programa
de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD). Cuando me incorpo al PNUD
en 1999, sostuve que el Informe sobre Desarrollo Humano era la perla de los esfuerzos
mundiales de la organización en términos de conceptualización y promoción de solucio-
nes. Seis os después y tras igual número de informes, puedo decir con cierto orgullo
que el lustre de la perla no ha hecho más que aumentar.
A partir de las sólidas bases construidas durante el
primer decenio del Informe, cuando los sucesivos
Informes sobre Desarrollo Humano introdujeron el
concepto de desarrollo humano y le dieron forma,
los Informes han ido ganando cada vez más fuerza.
Desde la búsqueda de la mejor manera para que las
nuevas tecnologías bene cien tanto a ricos como
a pobres hasta el énfasis en la importancia funda-
mental del fortalecimiento de los derechos huma-
nos y la profundización de la democracia para pro-
teger y potenciar a los más vulnerables, el Informe
sobre Desarrollo Humano ha ampliado sin cesar las
fronteras intelectuales del desarrollo humano en el
nuevo milenio. Esta ampliación de horizontes se
re eja cada vez más en la práctica del desarrollo, par-
ticularmente a través de la creciente labor que tanto
del PNUD como sus múltiples asociados realizan
en terreno y en torno a estos temas tan decisivos.
En resumen, como una opinión sólida e inde-
pendiente patrocinada por el PNUD, aunque no ne-
cesariamente expresión de las políticas de la ONU
ni del propio PNUD, los Informes sobre Desarrollo
Humano se han ganado, a lo largo de estos años y en
todo el mundo, una muy merecida reputación de ex-
celencia. Se trata de documentos que desempeñan,
además, una función catalizadora indispensable
pues ayudan a enmarcar y forjar respuestas concre-
tas a los dilemas que plantean los debates sobre las
decisivas políticas de desarrollo de nuestros tiem-
pos. Hoy en día, tal como pone de mani esto este
Informe, el desafío más importante que enfrenta la
comunidad del desarrollo, y posiblemente el mundo
entero, es el reto de cumplir los Objetivos de Desa-
rrollo del Milenio antes del plazo  jado en 2015.
Sobre la base de gran parte del trabajo ya efec-
tuado en torno al Proyecto del Milenio de la ONU
patrocinado por el PNUD, el Informe sobre Desa-
rrollo Humano 2003 delineó, en primer lugar, un
detallado plan de acción sobre cómo conseguir cada
Objetivo. Pero si bien se han logrado avances con-
siderables en muchos países y respecto de diversos
Objetivos, en general, aún falta mucho por hacer.
A comienzos de este año y a un lustro de la Decla-
ración del Milenio, la revisión que de ésta hiciera el
propio Secretario General de la ONU, la cual estuvo
muy marcada por el informe  nal del Proyecto del
Milenio de la ONU, formuló un amplio programa
que detalla cómo conseguir los objetivos sobre la
base del Consenso de Monterrey 2002. La piedra
angular de ese pacto histórico es el compromiso
contraído por los países en desarrollo de asumir la
principal responsabilidad de su propio desarrollo y
la garantía que entregaron los países desarrollados
en cuanto a brindar pleno apoyo a las estrategias na-
cionales de desarrollo transparentes y debidamente
n a n c i a d a s , n e c e s a r i a s p a ra conseguir los Objetivos
de Desarrollo del Milenio.
Sin embargo, y como se argumenta persuasi-
vamente en este Informe, este programa no tendrá
resultados positivos a menos que seamos capaces
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vi INFORME SOBRE DESARROLLO HUMANO 2005
El análisis y la recomendaciones de políticas de este Informe no re ejan necesariamente las opiniones del Programa de
las Naciones Unidas para el Desarrollo, de su Junta Ejecutiva o de sus estados miembros. El Informe es una publicación
independiente encargada por el PNUD y el fruto del esfuerzo conjunto de un equipo de prestigiosos consultores y asesores
y del equipo encargado del Informe sobre Desarrollo Humano, bajo la coordinación de Kevin Watkins, Director de la Ofi cina
encargada del Informe sobre Desarrollo Humano.
de abordar con decisión los embotellamientos que
en este momento retrasan el ritmo y la escala del
progreso necesario durante el próximo decenio en
las siguientes tres grandes áreas: ayuda, comercio y
con ictos. En cada una de estas áreas críticas, este
Informe brinda una mirada fresca de los hechos y
un análisis convincente y exhaustivo sobre cómo
hacer frente a los obstáculos, y hacerlo ahora. El año
2005 se recordará como un año en que se hizo una
elección; un año en que los líderes del mundo, con-
gregados en septiembre en la Cumbre de la ONU,
tuvieron la oportunidad de convertir las promesas
en acciones concretas y así contribuir a erradicar
la extrema pobreza del mundo. Es una oportuni-
dad que no podemos darnos el lujo de dejar pasar
si hemos de legarle un mundo más seguro y justo a
nuestros hijos y a las futuras generaciones.
Por último, y aunque éste sea quizá mi último
Informe como Administrador, es el primero cuya
redacción estuvo a cargo de Kevin Watkins, en su
calidad de Director de la O cina encargada del In-
forme sobre Desarrollo Humano. La fortaleza y pro-
fundidad de su análisis deja en claro que tanto el
Informe sobre Desarrollo Humano como el legado
de desarrollo humano que representa no podían
quedar en mejores manos. Les deseo lo mejor para
el futuro, tanto a él como a su dedicado equipo y a
Kemal Dervis, mi sucesor.
Mark Malloch Brown
Administrador, PNUD
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INFORME SOBRE DESARROLLO HUMANO 2005 vii INFORME SOBRE DESARROLLO HUMANO 2005 vii
Agradecimientos
Colaboradores
La siguiente es la lista de colaboradores, quie-
nes elaboraron múltiples estudios, documentos y
notas de antecedentes sobre un amplio abanico de
temas relacionados con el Informe: Charlie Arden-
Clarke, Catherine Barber, Helen Barnes, Graham
K. Brown, Oli Brown, Sarah Burd-Sharps, Simon
Chesterman, Bernard Choulai, Giovanni Andrea
Cornia, John Crabtree, Carolyn Deere, Nelson
Giordano Delgado, Yuri Dikhanov, Kate Dyer,
Xibo Fan, Juan Alberto Fuentes, Tony German,
Jayati Ghosh, Peter Gibbon, Alissa Goodman,
Adele Harmer, Ruth Hill, Catherine Ho man,
Michael Friis Jensen, Alison Johnson, Naila Kabeer,
Roman Krznaric, Arnim Langer, Matthew Martin,
Ruth Mayne, Kieren McGovern, Calum Miller,
Tanni Mukhopadhyay, Ciru Mwaura, Simon Nan-
giro, Adriano Campolina de Oliveira Soares, Trudy
Owens, Franzetska Papadopoulou-Zavalis, Cintia
Quiliconi, Judith Randel, Andrew Rogerson, Jorge
Oswaldo Romano, Diane Rowland, Emma Sam-
man, Timothy Scott, Abby Stoddard, Diana Tussie
y Patrick Watt.
Varias organizaciones compartieron genero-
samente sus datos y otros materiales de investiga-
ción: el Centro de Análisis e Información sobre el
Dióxido de Carbono, la Secretaría de la Comunidad
del Caribe, el Centro de Comparaciones Interna-
cionales (Universidad de Pennsylvania), Iniciativas
de Desarrollo, la Comisión Económica para Asia y
el Pací co, la Comisión Económica para América
Latina y el Caribe, la Comisión Europea, la Orga-
nización de las Naciones Unidas para la Agricul-
tura y la Alimentación, el Proyecto Mundial sobre
Desplazados Internos, el Instituto Internacional de
Estudios Estratégicos, la Organización Internacio-
nal del Trabajo, el Fondo Monetario Internacional,
la Organización Internacional para la Migración,
la Unión Internacional de Telecomunicaciones, la
Unión Interparlamentaria, el Programa Conjunto
de las Naciones Unidas sobre el VIH/SIDA, la Fun-
dación de la familia Kaiser, el Estudio de los ingresos
de Luxemburgo, la Organización de Cooperación
y Desarrollo Económicos, el Instituto Internacio-
nal de Estocolmo para la Investigación de la Paz, el
Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia, la
Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comer-
cio y Desarrollo, el Fondo de Desarrollo de las Na-
ciones Unidas para la Mujer, la Organización de las
Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la
Cultura, el Instituto de Estadísticas, el Alto Comi-
sionado de las Naciones Unidas para los Refugiados,
Este informe no habría sido posible sin la generosa contribución de muchas personas y
organizaciones. Los autores quisieran expresar su más sincera gratitud a Amartya Sen,
cuyo trabajo ha ido dando forma a la evolución del Informe sobre Desarrollo Humano a
lo largo de los años. Mark Malloch Brown, el Administrador saliente del Programa de
las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), ofreció un constante apoyo y aliento
a la labor del equipo, lo que representa un compromiso personal que apreciamos enor-
memente. Los comentarios detallados y sustanciales que nos hiciera llegar Kemal Der-
vis, el recién designado Administrador del PNUD, representaron también un valioso
aporte para el informe. Los errores y las omisiones son de exclusiva responsabilidad de
los autores del documento.
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viii INFORME SOBRE DESARROLLO HUMANO 2005
la O cina de las Naciones Unidas de Fiscalización
de Drogas y de Prevención del Delito, la Sección
de tratados, la O cina sobre Asuntos Jurídicos de
Naciones Unidas, la División de Población de las
Naciones Unidas, la División de Estadísticas de las
Naciones Unidas, el Proyecto del Milenio de las Na-
ciones Unidas, el Banco Mundial, la Organización
Mundial de la Salud, la Organización Mundial del
Comercio y la Organización Mundial de la Propie-
dad Intelectual.
Equipos de asesoramiento
El Informe agradece enormemente la valiosa orien-
tación y asesoramiento intelectual proporcionados
por un equipo consultivo externo constituido por
Ekrem Beqiri, Nancy Birdsall, Francesca Cook, Jus-
tin Forsyth, Frene Ginwala, Richard Jolly, Donald
Kaberuka, Nanak Kakwani, Rashid S. Kaukab,
Tony Killick, A.K. Shiva Kumar, Jean-Pierre
Landau, Callisto Madavo, Moisés Naím, Deepa
Narayan, Benno Ndulu, Dani Rodrik, Moham-
mad Sahnoun, Ransford Smith, Rehman Sobhan,
Frances Stewart, Paul Streeten, Ana Toni, Shriti
Vadera, Ngaire Woods y Susan L. Woodward. La
contribución del equipo consultivo sobre estadís-
tica fue particularmente valiosa y estuvo a cargo de
Carla Abou-Zahr, Tony Atkinson, Hubert Escaith,
Andrew J. Flatt, Rebeca Grynspan, Gareth Jones,
Irena Kri_man, Ian D. Macredie, Anna N. Maje-
lantle, John Male-Mukasa, Marion McEwin, Fran-
cesca Perucci, Tim Smeeding, Eric Swanson, Pervez
Tah ir y Michael Ward. El equipo expresa su grati-
tud a Brian Hammond, Ian Macredie, Angela Me y
David Pearce, los revisores que analizaron los datos
del informe y prestaron sus conocimientos expertos
en estastica.
Consultas
Fueron muchas las personas consultadas durante la
preparación del Informe quienes proporcionaron
asesoramiento, información y material de enorme
valor. El equipo del Informe agradece la colabora-
ción de Yuhanna Aboona, Carla Abou-Zahr, Yas-
min Ahmad, Serge Allegrezza, Anna Alvazzi del
Frate, Jacob Assa, Christina Barrineau, Bob Baulch,
Elena Bernaldo, Izzy Birch, Eva Busza, Shaamela
Cassiem, Duangkamon Chotikapanich,Giovanni
Andrea Cornia, Francesca Coullare, Angus Dea-
ton, Yuri Dikhanov, Adama Diop-Faye, Sherman
Dorn, Hubert Escaith, Jens Eschenbaecher, Gon-
zalo Fanjul Suárez, Sally Fegan-Wyles, Angela
Ferriol Muruaga, Marzia Fontana, Marc-André
Franche, Enrique Ganuza, Rosario García Calde-
rón, Leonardo Gasparini, Patrick Gerland, Peter
Ghys, Erlinda Go, Luc Grégoire, Michèle Gri-
n, Brian Hammond, Daniel Hanspach, Lotta
Harbom, Rubina Haroon, Nick René Hartmann,
Rana Hasan, Sukehiro Hasegawa, Alan Heston,
Catherine Ho man, Valeria Izzi, Kareen Jabre,
Lisa Jones, Alberic Kacou, Douglas Keh, Reetika
Khera, Frederik Kok, Suraj Kumar, Muthuswamy
Lakshminarayan, Andrea Lall, Jean Langers, Fiona
Legg, Clare Lockhart, Charles Lufumpa, Frances
Lund, Nyein Nyein Lwin, Esperanza C. Magpan-
tay, Carlos Maldonado, Lamin Manneh, Kieren
McGovern, Marcelo Medeiros, Alvaro Melendez,
Jorge Mernies, Johan Mistiaen, Jaime Moll-de-
Alba, Bruno Moro, Céline Moyroud, Christine
Musisi, Ciru Mwaura, Suppiramaniam Nanthike-
san, John Ohiorhenuan, Saeed Ordoubadi, Said
Ould A. Vo al, Paola Pagliani, Amy Pate, Paul
André de la Porte, Mohammad Pournik, Seeta
Prabhu, William Prince, Agnès Puymoyen, Jan Van
Ravens, Luca Renda, Yue Renfeng, Rodolfo Roque
Fuentes, Diane Rowland, Anuja Singh, Elizabeth
Sköns, Jelena Smoljan, Sophia Somogyi, Devi Srid-
har, Petter Stalenheim, Mark Stoker, Michel  ie-
ren, Mandy Turner, Fabio Veras, Lotta Viklund,
Yan Wang, Michael Ward, Siemon Wezeman, Ian
Whitman, Tony Williams y Eduardo Zepeda.
El equipo encargado del informe se siente muy
agradecido de la estimulante contribución que hi-
cieran los participantes del taller Creación de Esce-
narios: Larry Elliot, Alisher Ilkhamov, Bruce Jenks,
William Kalema, Nawal Kamel, Melinda Kimble,
Claudia Marnez, Pei Minxin, David Morrison, el
Arzobispo Njongonkulu W. H. Ndungane, Shoji
Nishimoto, Precious Omuku, Surin Pitsuwan,
Jorge Quiroga, José Ramos Horta, Mattia Romani,
Adnan Shihab Eldin, Roberto Soares, Angela Wil-
kinson, S.A.R. Príncipe de los Países Bajos Willem-
Alexander y Ngaire Woods.
Lectores del PNUD
Un Grupo de lectores, constituido por colegas del
PNUD, proporcionó comentarios, sugerencias
y aportes de gran utilidad durante la redacción
del Informe. El equipo del Informe agradece
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INFORME SOBRE DESARROLLO HUMANO 2005 ix
especialmente a Hakan Bjorkman, Philip Dobie,
Ghaith Fariz, Marc-André Franche, Cherie Hart,
Gilbert Fossoun Houngbo, Bruce Jenks, Inge
Kaul, Bruno Lemarquis, Kamal Malhotra, Lamin
Manneh, Rosemary Nuamah, Eleanor O’Gorman,
Ha z Pasha, Stefano Pettinato, Richard Ponzio,
Liliana de Riz, Turha n Sa leh , Ben Slay, Ramaswamy
Sudarshan, Mark Suzman, Mounir Tabet, Jan
Vandemoortele, Antonio Vigilante y Louisa
Vinton.
Edición, producción y traducción
El Informe se bene c i ó d e l a labor de la editora
principal Charlotte Denny. La producción, la edi-
ción técnica y el diseño estuvieron a cargo de Meta
de Coquereaumont,  omas Roncoli, Bruce Ross-
Larson, Christopher Trott, Timothy Walter y
Elaine Wilson de Communications Development
Incorporated. El Informe (incluida la portada) fue
diseñado por Grundy & Northedge Imformation
Designers y la información estadística que éste con-
tiene, por Quinn Information Design.
La produccn, traducción y distribución del
Informe contaron con la colaboración y apoyo de
la O cina de Comunicaciones del Administrador:
Maureen Lynch, David Morrison, Bill Orme y Eli-
zabeth Scout Andrews. La revisión de las traduccio-
nes estuvo a cargo de Jean Fabre, Vladimir Scher-
bov, Moustapha Soumare, Fayiz Suyyagh y Oscar
Yujnovsky.
También hicieron aportes al informe: Noha
Aboueldahab, Maria Kristina Dominguez, Laurel
Gascho, Tugba Gokalp, Ramzi Mabsout, Aurélie
Mazel, Águeda Pérez, Gillan Richards, Frederic
Rozeira de Mariz y Hanna Schmitt. Özer Babakol
y Matthew Bell, por su parte también efectuaron
valiosas contribuciones al equipo de estadística.
Daniela Costantino y Michele Jack de la O -
cina de las Naciones Unidas de Servicios para Pro-
yectos ofrecieron servicios de gestión y apoyo admi-
nistrativo de incalculable valor.
Kevin Watkins
Director
Informe sobre Desarrollo Humano 2005
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x INFORME SOBRE DESARROLLO HUMANO 2005
Índice
Catulos
Perspectiva general La cooperación internacional ante una encrucijada: ayuda al desarrollo,
comercio y seguridad en un mundo desigual 1
Capítulo 1 La situación del desarrollo humano 17
Avances y retrocesos en el desarrollo humano 20
Avances en el desarrollo humanoinstantánea de la situación mundial 21
Percepción de los avances a través del índice de desarrollo humano 23
Los límites que enfrenta el desarrollo humano 26
¿El n de la convergencia? 28
Desigualdad y la participación de los países pobres en el aumento de la riqueza mundial 40
Escenario para el año 2015las perspectivas de cumplir los Objetivos de Desarrollo del Milenio 44
Escenario para el año 2015proyecciones, no predicciones 45
Cambiar el curso y volver a la senda prevista 51
Capítulo 2 Desigualdad y desarrollo humano 55
Por qué importa la desigualdad 58
Justicia social y moralidad 59
Prioridad a los pobres 59
Crecimiento y efi ciencia 59
Legitimidad política 60
Objetivos de las políticas públicas 60
Refutación de los contra argumentos 60
Cadenas de desventajas: la desigualdad en los países 61
Capas de desigualdad restringen las elecciones de vida 66
Oportunidades desiguales: las desigualdades en la salud y los ODM 68
El potencial del crecimiento a favor de los pobres en términos del desarrollo humano 72
Mejorar la distribución del crecimiento 72
Lograr el crecimiento a favor de los pobres 76
Capítulo 3 Ayuda para el siglo XXI 81
Una nueva fundamentación de la ayuda 86
La ayuda como imperativo moral y producto del interés personal consciente 86
La ayuda y el desarrollo humano 88
La fi nanciación de la ayuda: el historial, los problemas y los desafíos 93
La cantidad de ayuda 93
La ayuda y los ODM: ¿pueden enfrentarlos los países ricos? 103
¿Es posible absorber más ayuda? 107
Debilidades en la calidad y e ciencia de la ayuda 109
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INFORME SOBRE DESARROLLO HUMANO 2005 xi
La ayuda es impredecible y volátil 110
Condicionalidad y sentido de pertenencia nacional 111
Demasiados donantes y coordinación insufi ciente 112
Transferencias ine cientes de recursos: la ayuda condicionada 114
Apoyar proyectos en lugar de apoyar presupuestos nacionales 116
Repensar la gestión de la ayuda 118
La ayuda bilateral: algunas lecciones de África 118
Iniciativas multilaterales 120
Un nuevo tipo de ayuda 121
Capítulo 4 Comercio internacional: liberar el potencial del desarrollo humano 125
Un mundo interdependiente 128
El comercio y los niveles de vida en el mundo 128
Los límites de la convergencia 130
El comercio y el desarrollo humano 133
Normas injustas: el sistema comercial favorece a los países desarrollados 143
Acceso a los mercados 143
Comercio de productos agcolas 146
Cerrar espacios para las políticas de desarrollo 150
Más al de las normas: productos básicos, los nuevos guardianes y la formación de capacidades 158
La crisis de los productos básicos 158
La función de los guardianes del mercado 161
Falta de capacidad 163
Transformar a Doha en una ronda para el desarrollo 166
Repensar la gobernabilidad de la OMC 166
Cómo el comercio podría ayudar a cumplir los ODM 167
Capítulo 5 Confl icto violento: identifi car la verdadera amenaza 171
Confl ictos violentos al inicio del siglo XXI 175
Los riesgos de la seguridad se han desplazado hacia los países pobres 175
Los costos del confl icto para el desarrollo humano 176
El desafío de los estados propensos al confl icto 185
Desigualdades horizontales 186
Gestión de los recursos naturales 189
Más al de las fronteras 191
La respuesta internacional 192
Mejorar la ayuda 193
Gestión de los recursos naturales y control de las armas pequeñas 196
Construcción de capacidades regionales 198
Desafíos para la reconstrucción 199
La transición de la guerra a la paz y de la paz a la seguridad 202
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xii INFORME SOBRE DESARROLLO HUMANO 2005
Redefi nir seguridad y construir seguridad colectiva 204
Notas 207
Nota bibliográfi ca 210
Bibliografía 212
Recuadros
1.1 El VIH/SIDA es responsable de numerosos retrocesos en cuanto a desarrollo humano 24
1.2 Crisis de mortalidad en la Federación Rusa: “faltan” siete millones de hombres 25
1.3 La India—una historia de globalización con resultados positivos y antecedentes
encontrados en materia de desarrollo humano 34
1.4 Salvar seis millones de vidas es factible y asequible 36
1.5 El efecto de la copa de champaña: la distribución mundial del ingreso 41
1.6 Los Objetivos de Desarrollo del Milenio 44
1.7 Bangladeshcrecimiento moderado, desarrollo humano acelerado 52
1.8 Uganda: avance impresionante aunque irregular 53
2.1 Desigualdad y salud en los Estados Unidos 64
2.2 China: desigualdades crecientes en la salud 71
2.3 Crecimiento progresivo y a favor de los pobres 73
2.4 Concentración en la reducción de la pobreza en el Reino Unido 77
2.5 Inversión pública en transformaciones sociales 79
3.1 La Gran Sociedad 87
3.2 Reducir los obstáculos que presentan los costos 90
3.3 Ayuda para el seguro social en Zambia 91
3.4 De la cumbre del G-8 a la Asamblea General: que las palabras se vean coronadas por
acciones 98
3.5 Alivio de la deuda: ir más allá 99
3.6 El futuro de la Asociación Internacional de Fomento 103
3.7 El Servicio Financiero Internacional 106
3.8 Cómo la ayuda destinada a proyectos puede minar las capacidades:
el caso de Afganistán 116
4.1 ¿Cuán buena es la apertura para el crecimiento? 135
4.2 Vietnam y México: una historia de dos globalizadores 137
4.3 Guatemala: losmites del éxito liderado por las exportaciones 139
4.4 Eliminación gradual del Acuerdo Multifi bras 140
4.5 ¿Dónde van los subsidios? 147
4.6 ¿Cuándo un subsidio no es un subsidio? 151
4.7 El sector de partes de automóvil en la India 153
4.8 Ir más allá de la Organización Mundial del Comercio 155
4.9 La crisis del café 159
4.10 Los límites de la asistencia técnica para la creación de capacidades relacionadas con el
comercio 164
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INFORME SOBRE DESARROLLO HUMANO 2005 xiii
4.11 En busca de coherencia 165
5.1 República Democrática del Congo: el confl icto violento deja en peor situación
a los estados vulnerables 178
5.2 El efecto de la inseguridad en los hogares: un ejemplo de Karamoja, Uganda 180
5.3 Territorios Palestinos Ocupados: cómo se revierte el desarrollo humano 181
5.4 Côte d’Ivoire: las desigualdades horizontales desentrañan el “milagro africano” 188
5.5 Los benefi cios y los límites del diálogo participativo para impedir con ictos 190
Cuadros
1.1 Países que experimentan retrocesos en el IDH 23
1.2 Caída en la pobreza de ingresos, 1981–2001 38
1.3 Bandas de crecimiento del ingreso 39
3.1 El gasto militar eclipsa la asistencia para el desarrollo en los países ricos 105
4.1 Cambios en el bienestar de Nicaragua:
el costo de la caída en los precios del café 1998–2001 160
5.1 Los confl ictos cobran cada vez más vidas humanas 175
5.2 Los recursos naturales han contribuido a alimentar con ictos en muchos países 191
5.3 Operaciones de paz post-con icto que ejercen poderes de gobierno 201
Figuras
1.1 La esperanza de vida mejora en la mayoría de las regiones 21
1.2 Tasas de mortalidad infantil y mejoramiento de las tendencias 22
1.3 La democracia gana terreno 23
1.4 El desarrollo humano mejora en la mayoría de las regiones 24
1.5 Diferente ingreso, similar IDH 26
1.6 Niños que no asisten a la escuela: principalmente en África y Asia Meridional 27
1.7 Años de escolaridad: la brecha persiste 27
1.8 Las probabilidades de sobrevivir en África Subsahariana no son mucho mejores que las de
Inglaterra en 1840 29
1.9 El impacto demográfi co del SIDA supera a aquel de la Primera Guerra Mundial 30
1.10 Mueren menos niños, pero el progreso es más lento 31
1.11 Mortalidad infantil: se amplían las brechas entre ricos y pobres 31
1.12 El ingreso no determina la mortalidad neonatal 32
1.13 El crecimiento del ingreso y las mejoras en la mortalidad infantil di eren en la India y China 32
1.14 China e India se quedan rezagadas en mortalidad de niños menores de cinco años 33
1.15 Convergencia del crecimiento y convergencia de ingresos absolutos 42
1.16 Donde esel dinero 42
1.17 No se están cumpliendo las metas relativas a los niños 45
1.18 Mortalidad de niños: el costo humano 46
1.19 Mortalidad de niños: los costos acumulativos si no se cumplen las metas 47
1.20 Sin acceso a agua limpia: el costo humano 48
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xiv INFORME SOBRE DESARROLLO HUMANO 2005
1.21 Pobreza de ingresos: el costo humano 48
1.22 Niños no matriculados en la escuela: el costo humano 50
1.23 Niñas no matriculadas en la escuela: el costo humano 50
1.24 El ingreso no predice la potenciación de género 51
2.1 Desigualdad en el ingreso: países y regiones 62
2.2 Repartir la tarta del ingreso 63
2.3 ¿Qué tal les va a los pobres?: el ingreso promedio importa, pero la desigualdad también 63
2.4 Los niños de los hogares más pobres tienen más probabilidades de morir 64
2.5 El ciclo de la desigualdad: desde el nacimiento hasta la primera etapa de la adultez, a los
pobres les va peor 64
2.6 Diferencias en desarrollo humano entre las provincias de China 66
2.7 Los dos mundos de la educación mexicana 66
2.8 Los niños rurales enfrentan mayor riesgo de mortalidad 67
2.9 rmino del ciclo escolar en Pakistán 67
2.10 Pobreza en Guatemala: etnia y ubicación 67
2.11 Mortalidad infantil: crece la brecha entre ricos y pobres 69
2.12 Tanzanía: la pobreza se reduce sólo en la capital 74
2.13 Pobreza extrema: dos escenarios para 2015 75
3.1 La visn a largo plazo: tendencias de la ayuda desde 1960 94
3.2 La liga de donantes 95
3.3 s ricos pero menos generosos: la riqueza aumenta más rápido que la ayuda … 96
3.4 … pero el desempeño varía 96
3.5 Progresos post Monterrey hacia la meta de AOD 97
3.6 La brecha de fi n a n ciación de los ODM 98
3.7 La composición del aumento en la ayuda 102
3.8 Los donantes varían en la ayuda que prestan a los países más pobres 102
3.9 Situación fi scal tensa en países del G-7 104
3.10 Gasto militar vs. asistencia para el desarrollo 105
3.11 Adelantar la ayuda a través del Servicio Financiero Internacional 107
3.12 La volatilidad de la ayuda en funcionamiento 110
3.13 La liga de la ayuda condicionada 114
3.14 Los costos impositivos de condicionar la ayuda 115
4.1 Las exportaciones aumentan como proporción del ingreso 129
4.2 Crecimiento de las exportaciones mundiales de manufacturas 129
4.3 Los aranceles disminuyen 130
4.4 El éxito de las exportaciones está altamente concentrado 131
4.5 La caída en la participación de África Subsahariana en el comercio mundial 132
4.6 Exportaciones mundiales: los países ricos aún dominan 132
4.7 Valor agregado de las manufacturas: cambio en las proporciones del mundo en desarrollo 133
4.8 Reducir los aranceles no es la solución mágica para el crecimiento 134
4.9 Escala perversa de impuestos comerciales 143
4.10 Así funcionan los impuestos perversos 144
4.11 Son grandes y crecen más: el apoyo de los países ricos a la agricultura 146
51334_UNDP_00i_016_ACG.indd xiv51334_UNDP_00i_016_ACG.indd xiv 8/19/05 12:06:18 AM8/19/05 12:06:18 AM
INFORME SOBRE DESARROLLO HUMANO 2005 xv
4.12 Azúcar en la UE: cómo sobreproducir y hacer dumping en los mercados mundiales 148
4.13 Producción de algodón en EE.UU.: inmune a los cambios en el precio mundial 149
4.14 Precios del café y producción en Etiopía 160
5.1 Menos confl ictos desde 1991 176
5.2 Las amenazas a la seguridad se están desplazando hacia África 176
5.3 Prioridades de gasto de países con bajo desarrollo humano que acaban de
experimentar un confl icto 183
5.4 Ayuda para la reconstrucción post confl icto: la política por sobre la necesidad 194
Contribución especial
Desafíos de la reconstrucción post confl icto: lecciones de Afganistán, Ashraf Ghani 195
Mapa
1.1 La geografía de la mortalidad infantil: progresos hacia la meta de los ODM de 2015 46
Indicadores del desarrollo humano
Guía para el lector 235
Nota sobre el cuadro 1: Acerca del Índice de Desarrollo Humano de este año 238
Vigilancia del desarrollo humano: ampliar las alternativas de la gente . . .
1 Índice de desarrollo humano 243
2 Tendencias del índice de desarrollo humano 247
3 Pobreza humana y de ingresos: países en desarrollo 251
4 Pobreza humana y de ingresos: OCDE, Europa Oriental y la CEI 254
. . . para disfrutar de una vida larga y saludable . . .
5 Tendencias demográ cas 256
6 Compromiso con la salud: recursos, accesos y servicios 260
7 Agua, saneamiento y nutrición 264
8 Desigualdad en la salud maternoinfantil 268
9 Principales crisis y problemas mundiales en materia de salud 270
10 Supervivencia: avances y retrocesos 274
. . . . para recibir educación . . .
11 Compromiso con la educación: gasto público 278
12 Alfabetización y matriculación 282
13 Tecnología: difusión y creación 286
51334_UNDP_00i_016_ACG.indd xv51334_UNDP_00i_016_ACG.indd xv 8/19/05 12:06:20 AM8/19/05 12:06:20 AM
xvi INFORME SOBRE DESARROLLO HUMANO 2005
. . . . para acceder a los recursos necesarios que permitan disfrutar de un nivel de vida digno . . .
14 Desempeño económico 290
15 Desigualdad de ingresos o consumo 294
16 La estructura del comercio 298
17 Responsabilidades de los países ricos: asistencia 302
18 Responsabilidades de los países ricos: alivio de la deuda y comercio 303
19 Corrientes de ayuda, capital privado y deuda 304
20 Prioridades del gasto público 308
21 Desempleo en los países miembros de la OCDE 312
. . . conservándolo para las futuras generaciones . . .
22 Energía y medioambiente 313
. . . . protegiendo la seguridad personal . . .
23 Refugiados y armamento 317
24 Víctimas de la delincuencia 321
. . . y logrando la igualdad para todos, hombres y mujeres
25 Índice de desarrollo relativo al género 323
26 Índice de potenciación de género 327
27 Desigualdad de género en la educación 331
28 Desigualdad de género en la actividad económica 335
29 Género, carga de trabajo y asignación del tiempo 339
30 Participación política de la mujer 340
Instrumentos de derechos humanos y laborales
31 Situación de los principales instrumentos internacionales de derechos humanos 344
32 Situación de los convenios sobre derechos laborales fundamentales 348
33 Indicadores básicos de otros estados miembros de las Naciones Unidas 352
Nota sobre las estadísticas del Informe sobre Desarrollo Humano 353
Notas técnicas
1 Cálculo de los índices de desarrollo humano 366
2 Las dos caras de la moneda en la reducción de la pobreza: la importancia
del crecimiento y la distribución 373
3 Valoración del progreso hacia los Objetivos de Desarrollo del Milenio 378
Defi niciones de términos estadísticos 380
Referencias estadísticas 391
Clasifi cación de países 393
Índice de los indicadores 397
Índice de indicadores de los Objetivos de Desarrollo del Milenio en los cuadros estadísticos 401
51334_UNDP_00i_016_ACG.indd xvi51334_UNDP_00i_016_ACG.indd xvi 8/19/05 12:06:20 AM8/19/05 12:06:20 AM
INFORME SOBRE DESARROLLO HUMANO 2005 1 INFORME SOBRE DESARROLLO HUMANO 2005 1
El año 2004 nalizó con un acontecimiento que demostró tanto el poder destructivo de
la naturaleza como el poder regenerador de la compasión humana. El tsunami que azotó
el Océano Índico cobró más de 300.000 vidas y dejó a millones de personas sin hogar.
Pocos días después, el peor desastre natural de la historia reciente daba lugar al mayor
esfuerzo internacional de socorro conocido, demostrando lo que puede lograr la solida-
ridad mundial cuando la comunidad internacional se consagra a un gran empeño.
El tsunami fue una tragedia altamente visible,
impredecible y, en gran medida, inevitable. Exis-
ten otras tragedias menos notorias, fáciles de evi-
tar y predecibles por su exasperante regularidad.
Cada hora que pasa y sin acaparar la atención de los
medios, mueren más de 1.200 niños. Esto equivale a
tres tsunamis mensuales, todos los meses, que alcan-
zan a los ciudadanos más vulnerables del mundo:
los niños. Las causas de muerte varían, pero la abru-
madora mayoría se debe a una única patología: la
pobreza. A diferencia del tsunami, esta patología
se puede prevenir. Con la actual tecnología, recur-
sos  nancieros y acumulación de conocimientos,
el mundo tiene la capacidad de superar la pobreza
extrema. Sin embargo, como comunidad interna-
cional permitimos que la pobreza destruya la vida a
una escala que por su envergadura eclipsa el impacto
del tsunami.
Cinco años ats, al comienzo del nuevo mile-
nio, los gobiernos del mundo se unieron para hacer
una extraordinaria promesa a las víctimas de la po-
breza mundial. En las Naciones Unidas,  rmaron la
Declaración del Milenio, un compromiso solemne
“para liberar a nuestros semejantes, hombres, muje-
res y niños, de las condiciones abyectas y deshuma-
nizadoras de la pobreza extrema. La Declaración
representa una visión enérgica que tiene su origen
en un compromiso compartido con los derechos
humanos universales y la justicia social y, a la vez,
está respaldada por metas claras y de nidas. Éstas,
conocidas como los Objetivos de Desarrollo del Mi-
lenio (ODM), incluyen reducir a la mitad la pobreza
extrema, reducir la cantidad de muertes infantiles,
proveer educación a todos los niños y niñas del
mundo, reducir la cantidad de enfermedades infec-
ciosas y forjar una nueva alianza mundial para ob-
tener resultados. El plazo  jado para cumplir estos
objetivos es el año 2015.
El desarrollo humano abarca mucho más que
los ODM, pero éstos constituyen un referente cru-
cial para medir el progreso hacia la creación de un
nuevo orden mundial más justo, menos empobre-
cido e inseguro. En septiembre de 2005, los gobier-
nos del mundo se volverán a reunir en las Naciones
Unidas para revisar los avances conseguidos desde
que  rmaran la Declaración del Milenio y rede nir
el curso para el decenio que resta hasta 2015.
No hay grandes motivos para celebrar, si bien
se han conseguido algunos progresos importantes
en desarrollo humano desde la  rma de la Decla-
ración del Milenio. La pobreza ha disminuido y los
indicadores sociales han mejorado. Los ODM han
sido un punto de convergencia de la preocupación
internacional, en la medida en que han puesto el
tema del desarrollo y la lucha contra la pobreza en
la agenda de un modo que, un decenio ats, habría
sido inimaginable. El año 2005 está marcado por
una campaña mundial sin precedentes destinada a
dejar la pobreza en el pasado, campaña que ya dejó
su impronta enrminos de los avances en materia
de ayuda y alivio de la deuda registrados en la cum-
bre del Grupo de los Ocho (G-8), donde se dieron
Perspectiva general
La cooperación internacional ante una encrucijada:
Ayuda al desarrollo, comercio y seguridad en un mundo desigual
Cada hora que pasa y
sin acaparar la atención
de los medios, mueren
más de 1.200 niños
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2 INFORME SOBRE DESARROLLO HUMANO 2005
cita las principales economías industrializadas del
mundo. ¿Cles fueron las enseñanzas recogidas?
La fuerza de los argumentos respaldados por la mo-
vilización pública puede cambiar el mundo.
Así todo, mientras los gobiernos se preparan
para la cumbre de la ONU 2005, el informe gene-
ral de avances es deprimente. La mayoría de los paí-
ses están mal encaminados para cumplir la mayor
parte de los ODM. El desarrollo humano está tam-
baleando en algunas áreas cruciales y las desigual-
dades que ya eran profundas siguen aumentando.
Muchos discursos diplomáticos y términos cor-
teses intentan dar cuenta de la diferencia entre el
progreso en desarrollo humano y la ambición plas-
mada en la Declaración del Milenio; sin embargo,
ninguno de ellos debea empañar una verdad muy
simple: no se está cumpliendo la promesa hecha a los
pobres del mundo.
Este año 2005 marca una encrucijada. Los go-
biernos del mundo enfrentan distintas alternativas.
Una de ellas es aprovechar la oportunidad y trans-
formar el año 2005 en el inicio del “decenio a favor
del desarrollo”. Si se realizan hoy las inversiones y
se ponen en marcha las políticas necesarias para al-
canzar los ODM, aún se está a tiempo de cumplir la
promesa de la Declaración del Milenio. Pero queda
poco tiempo. La cumbre de la ONU constituye la
oportunidad de adoptar los planes de acción deci-
sivos que son necesarios no sólo para volver a enca-
minarse hacia el cumplimiento de los objetivos al
2015, sino también para terminar con las profundas
desigualdades que dividen a la humanidad y forjar
un nuevo patn de globalización más justo.
La otra alternativa es continuar con la rutina y
hacer de 2005 el año en que se habrá faltado a la pro-
mesa de la Declaración del Milenio. De optar por
ello, esta generación de líderes mundiales pasará a
la historia como quienes permitieron que fracasaran
los ODM. En vez de comprometerse con acciones,
la cumbre de la ONU podría dar lugar a otra ronda
más de rimbombantes declaraciones por parte de los
países ricos cuya oferta constaría de aún más pala-
bras y ninguna acción. Un resultado como éste ten-
dría claras consecuencias para los pobres, pero en un
mundo de amenazas y oportunidades cada vez más
interconectadas, ello también pondría en peligro la
seguridad, la paz y la prosperidad mundial.
La cumbre de 2005 constituye una oportuni-
dad crítica para los gobiernos que  rmaron la De-
claración del Milenio de mostrar que se pondrán
manos a la obra y de que son capaces de romper con
la rutina. Esta es la ocasión de probar que la Decla-
ración del Milenio no es sólo una promesa no cum-
plida, sino un compromiso real con el cambio. La
cumbre es también la oportunidad de movilizar los
recursos para inversión y poner en marcha los pla-
nes necesarios para construir las defensas capaces de
detener el tsunami de la pobreza mundial. Lo que se
requiere es voluntad política para actuar conforme
al compromiso asumido hace cinco años
El Informe sobre Desarrollo
Humano 2005
El Informe de este año trata de la envergadura del
desafío que enfrenta el mundo al inicio de la cuenta
regresiva de 10 años hasta 2015 y se concentra en lo
que los gobiernos de los países ricos pueden hacer
para cumplir la parte que les corresponde en la
alianza mundial para el desarrollo. Esto no signi-
ca que a los gobiernos de los países en desarrollo
no les quepa responsabilidad en el asunto. Por el
contrario, tienen una gran responsabilidad. No hay
cooperación internacional que pueda compensar
aquellas acciones que los gobiernos dejan de hacer
por no priorizar el desarrollo humano, no respetar
los derechos humanos, no hacerse cargo de las des-
igualdades y no poner  n a la corrupción. Pero sin
un nuevo compromiso de cooperación respaldado
por acciones prácticas y concretas, los ODM no se
cumplirán y la Declaración del Milenio pasará a la
historia como una promesa incumplida más.
Nos centramos en tres pilares de la cooperación,
los cuales requieren ser renovados con urgencia. El
primero es la asistencia para el desarrollo. La ayuda
internacional constituye una inversión fundamen-
tal en desarrollo humano y su rentabilidad puede
medirse por el potencial humano que resulta de la
prevención de enfermedades y muertes evitables, la
educación para todos los niños y niñas del mundo,
la superación de las desigualdades de género y la
creación de condiciones para conseguir crecimiento
económico sostenido. La asistencia para el desarro-
llo se caracteriza por dos carencias: dé cit crónico
de  nanciamiento y mala calidad; y si bien hubo
mejoras en ambos frentes, aún queda mucho por
hacer para cerrar la brecha de  nanciación de los
ODM y mejorar la relación calidad-precio.
Esta es la ocasión de
probar que la Declaración
del Milenio no es sólo una
promesa no cumplida,
sino un compromiso
con el cambio
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INFORME SOBRE DESARROLLO HUMANO 2005 3
El segundo pilar es el comercio internacional.
En circunstancias favorables, el comercio puede ser
un poderoso catalizador del desarrollo humano. La
“Ronda del Desarrollo” de Doha, lanzada en 2001
en el marco de las negociaciones de la Organiza-
ción Mundial del Comercio (OMC), fue una opor-
tunidad para que los gobiernos de los países ricos
generaran estas circunstancias. Durante los cuatro
os transcurridos desde aquella fecha, no se ha
logrado nada sustancial. Las políticas comerciales
de los países ricos siguen negándole a los países y
a las personas pobres una participación justa en la
prosperidad global, situación que hace caso omiso
a la Declaración del Milenio. Más que lo que puede
lograr la ayuda internacional, el comercio tiene el
potencial de aumentar la participación de los países
y de la población más pobre del mundo en la prospe-
ridad mundial. Restringir ese potencial a través de
políticas comerciales injustas no es coherente con el
compromiso asumido en los ODM y más aún, re-
sulta injusto e hipócrita.
El tercer pilar es la seguridad. Los con ictos
armados arruinan la vida de millones de personas,
constituyen una fuente de violación sistemática
de los derechos humanos y obstaculizan el avance
hacia el cumplimiento de los ODM. La naturaleza
de los con ictos ha cambiado y han surgido nuevas
amenazas a la seguridad colectiva. En un mundo
cada vez más interconectado, los peligros que plan-
tea la incapacidad de prevenir estos con ictos, o de
aprovechar las oportunidades para instaurar la paz,
trascienden inevitablemente de las fronteras nacio-
nales. La cooperación internacional más e ciente
podría contribuir a eliminar los obstáculos que
representan los con ictos armados para el avance
hacia los ODM y así crear condiciones para ace-
lerar el desarrollo humano y lograr una verdadera
seguridad.
La renovación debe ser simultánea en los tres
pilares de la cooperación internacional. Fracasar en
cualquiera de las tres áreas socavará los fundamen-
tos del progreso en el futuro. Contar con reglas más
e cientes en el comercio internacional servirá de
poco en países donde los con ictos armados obsta-
culizan las oportunidades de participar en el comer-
cio. Acrecentar la asistencia sin incorporar reglas de
comercio más justas arrojará resultados menos que
óptimos. Asimismo, sin la perspectiva de mejorar el
bienestar humano y erradicar la pobreza como re-
sultado de la asistencia internacional y el comercio,
la paz seguirá siendo frágil.
La situación del desarrollo humano
Hace quince años, el primer Informe sobre Desa-
rrollo Humano anticipaba un decenio de progreso
rápido. “Los años noventa”, predecía con optimismo
el documento, “se per lan como el decenio del desa-
rrollo humano, pues pocas veces ha existido tanto
consenso respecto de los objetivos reales de las estra-
tegias de desarrollo”. Hoy, al igual que en 1990,
también hay consenso respecto del desarrollo, con-
senso que se ha expresado con gran elocuencia en los
informes del Proyecto del Milenio de las Naciones
Unidas y de la Comisión para África auspiciada por
el Reino Unido. Desafortunadamente, el consenso
aún debe generar acciones concretas y las señales
al respecto para el decenio que viene no presagian
nada bueno. Corremos verdadero peligro de que los
próximos 10 años, tal como los 15 años anteriores,
contribuyan mucho menos al desarrollo humano de
lo que promete el nuevo consenso.
Es mucho lo que se ha logrado desde la publica-
ción del primer Informe sobre Desarrollo Humano.
En promedio, la gente de los países en desarrollo no
sólo cuenta hoy con mejor salud y educación y está
menos empobrecida, sino que tiene también mayo-
res probabilidades de vivir en una democracia pluri-
partidista. Desde 1990, la esperanza de vida en estos
países aumentó en dos años, mueren tres millones
de niños menos al año, 30 millones más de niños
van a la escuela y más de 130 millones de personas
han salido de la pobreza extrema. No se deben sub-
estimar todos los progresos que ha experimentado
el desarrollo humano.
Pero tampoco deben exagerarse. En 2003 y
en lo que constituye un retroceso sin precedentes,
18 países con una población total de 460 millones
de personas bajaron su puntuación en el Índice de
Desarrollo Humano (IDH) respecto de 1990. En
medio de una economía mundial cada vez más prós-
pera, 10,7 millones de niños no viven para celebrar
su quinto cumpleaños y más de 1.000 millones de
personas sobreviven en condiciones de abyecta po-
breza con menos de un dólar al día. Por su parte,
la epidemia del VIH/SIDA ha causado el retroceso
más grande en la historia del desarrollo humano y
en 2003 cobró la vida de tres millones de personas
Corremos verdadero peligro
de que los próximos 10
años, tal como los 15 años
anteriores, contribuyan
mucho menos al desarrollo
humano de lo que
contienen las promesas
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4 INFORME SOBRE DESARROLLO HUMANO 2005
e infectó a otros cinco millones. Como resultado,
millones de niños han quedado huérfanos.
La integración mundial está dando lugar a una
interconexión cada vez más profunda. En términos
económicos, el espacio que separa a las personas y
los pses se está reduciendo a pasos agigantados en
la medida en que el comercio, la tecnología y la in-
versión unen a todos los países en una red de inter-
dependencia. En términos del desarrollo humano,
sin embargo, el espacio entre los países se ha carac-
terizado por profundas y, en algunos casos, incluso
crecientes desigualdades en el ingreso y las oportu-
nidades de vida. Una quinta parte de la humanidad
vive en países donde a muchos no les preocupa gas-
tar dos dólares al día en un café y otra quinta parte
de la humanidad sobrevive con menos de un dólar
ala en países donde los niños mueren por falta de
un simple mosquitero.
A comienzos del siglo XXI, habitamos un
mundo dividido. El tamo de la división impone
un desafío enorme a la comunidad mundial, el cual
tiene un aspecto ético y otro moral. Tal como lo
expresó Nelson Mandela en 2005: “La inmensa
pobreza y la obscena desigualdad son  agelos tan
espantosos de esta época –en la que nos jactamos
de impresionantes avances en ciencia, tecnología,
industria y acumulacn de riquezas– que deben
clasi carse como males sociales tan graves como la
esclavitud y el apartheid”. Es posible poner  n a este
doble  agelo de la pobreza y la desigualdad… pero el
progreso ha sido vacilante y desigual.
Tanto a los países ricos como a los pobres les
conviene cambiar esta situación. Salvar el abismo
en materia de pobreza y oportunidades que separa
a la comunidad humana no es un juego donde lo
que se gana por un lado necesariamente se pierde
por el otro. Extender las oportunidades para que la
gente de los países pobres pueda vivir más tiempo y
con mejor salud, para que sus hijos accedan a una
educación digna y para que salgan de la pobreza no
disminuirá el bienestar de los habitantes de los paí-
ses ricos. Por el contrario, permitirá construir una
prosperidad compartida y fortalecerá nuestra se-
guridad colectiva. En el mundo interconectado en
que vivimos, un futuro fundado en la pobreza ma-
siva en medio de la abundancia es económicamente
ine caz, políticamente insostenible y moralmente
indefendible.
La brecha en la esperanza de vida es una de las
desigualdades más fundamentales. Hoy, alguien
que vive en Zambia tiene menos probabilidades de
llegar a los 30 años que un individuo que nacía en
Inglaterra en 1840, y la brecha sigue aumentando.
El VIH/SIDA es un aspecto central del problema.
En Europa, la mayor crisis demográ ca desde la
peste bubónica tuvo lugar en Francia durante la
Primera Guerra Mundial. Entonces, la esperanza
de vida disminuyó en alrededor de 16 años. Hoy,
Botswana enfrenta una caída en la esperanza de
vida de 31 años como consecuencia del VIH/SIDA.
Más allá del costo humano inmediato, se trata de
una enfermedad que está destruyendo el tejido so-
cial y económico del cual depende la recuperación.
La enfermedad aún no tiene cura, pero millones de
vidas se podrían haber salvado si la comunidad in-
ternacional hubiera actuado de inmediato para im-
pedir que una amenaza tan grave se transformara en
una crisis absoluta.
La mortalidad infantil es el indicador que
mejor capta las divergencias en materia de oportu-
nidades de desarrollo humano. La tasa de muerte
entre los niños del mundo está disminuyendo, pero
la tendencia se está tornando más lenta y la brecha
entre países ricos y pobres está aumentando. Es un
ámbito en el cual la desaceleración en las tendencias
de avance cobra su precio en vidas. Si el progreso
de los años ochenta se hubiera sostenido durante el
decenio siguiente, este año habrían muerto 1,2 mi-
llones de niños menos. La participación de África
Subsahariana en la mortalidad infantil mundial
está aumentando: la región representa el 20% de
los nacimientos mundiales y el 44% de las muertes
infantiles. Pero el ritmo del progreso no sólo está
disminuyendo en África Subsahariana, puesto que
algunos de los más notorios exponentes del éxito
de la globalización –entre éstos China e India– no
están logrando transformar la creacn de riquezas y
el aumento de ingresos en una reducción más rápida
de la mortalidad infantil. El problema radica en las
arraigadas desigualdades que afectan al desarrollo
humano.
Las tendencias de la desigualdad del ingreso
mundial siguen siendo materia de acalorados deba-
tes, pero se polemiza mucho menos respecto de la
enorme envergadura de la desigualdad. El ingreso
total de los 500 individuos más ricos del mundo es
El ingreso total de los
500 individuoss ricos
del mundo es superior
al ingreso de los 416
millones más pobres
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INFORME SOBRE DESARROLLO HUMANO 2005 5
superior al ingreso de los 416 millones más pobres.
Más allá de estos extremos, los 2.500 millones de
personas que viven con menos de dos dólares al día
–y que representan el 40% de la población mun-
dial– obtienen sólo el 5% del ingreso mundial. El
10% más rico, casi todos ellos habitantes de los paí-
ses de ingresos altos, consigue el 54%.
Un corolario evidente de la extrema desigual-
dad mundial es que incluso cambios modestos en
la distribución desde arriba hacia abajo podrían
tener un efecto notable en la pobreza. Con la ayuda
de una base de datos sobre la distribución del in-
greso global, calculamos que el monto necesario
para llevar a mil millones de personas a superar el
umbral de pobreza extrema de un dólar al día es de
US$300.000 millones, cifra que representa el 1,6%
del ingreso del 10% más rico de la poblacn mun-
dial. Ciertamente, esta cifra describe una transfe-
rencia estática. Lograr la reducción sostenible de la
pobreza requiere un proceso dimico a través del
cual los países y las personas pobres puedan salir
por sí mismos de la miseria. Pero en nuestro mundo
altamente desigual, cualquier condición de mayor
equidad constituiría un poderoso catalizador para
reducir la pobreza y progresar hacia los ODM.
¿Cuáles son las consecuencias de la actual
trayectoria del desarrollo humano mundial para
los ODM? Abordamos esta pregunta utilizando
datos por país para proyectar dónde se encontrará
el mundo el año 2015 en cuanto a algunos de los
principales ODM. El panorama que surge no es
alentador. Si se mantienen las tendencias actuales,
la brecha entre la meta de los ODM y el resultado
conseguido será grande. Estas diferencias se pueden
expresar con datos estadísticos, pero detrás de las
cifras está la vida y la esperanza de la gente. La real
dimensión del costo humano nunca se podrá repre-
sentar sólo con cifras. Así todo, nuestra proyección
para 2015 es un indicio de la envergadura de los cos-
tos. Las siguientes son algunas de las consecuencias
para los países en desarrollo si se sigue por la senda
actual:
No se cumplirá la meta de los ODM de redu-
cir la mortalidad de los niños menores de cinco
os y el dé cit representa más de 4,4 millones
de muertes evitables en 2015, cifra que equivale
a tres veces el total de niños menores de cinco
os de Londres, Nueva York y Tokio. Durante
los próximos 10 años, la diferencia entre la
meta y la tendencia actual sumará 41 millones
de niños que morirán antes de su quinto cum-
pleaños de la enfermedad más fácil de curar: la
pobreza. Se trata de un resultado que está lejos
del compromiso plasmado en la Declaración
del Milenio de proteger a los niños y niñas del
mundo.
La brecha entre la meta de los ODM de reducir
la pobreza en el mundo a la mitad y los resulta-
dos proyectados indica que la cantidad de per-
sonas que viven con un dólar diario o menos
habrá aumentado en 380 millones en 2015.
La meta de los ODM respecto de la enseñanza
primaria universal no se cumplirá si se mantie-
nen las actuales tendencias, pues en 2015 aún
habrá 47 millones de niños sin asistir a la es-
cuela.
Éstas son simples proyecciones de las tendencias
actuales y las tendencias no son más que eso. Tal
como indica la máxima del mercado  nanciero, el
desempeño pasado no es una determinante de los
resultados futuros. Para los ODM, tal sentencia es
sin lugar a dudas una buena noticia. Como lo ha
expresado el Secretario General de la ONU: “Los
Objetivos de Desarrollo del Milenio pueden cum-
plirse en 2015, pero sólo si todas las partes interesa-
das rompemos con la rutina y aceleramos e inten-
si camos drásticamente nuestras medidas ahora”.
Algunos de los países más pobres, entre ellos Ban-
gladesh, Uganda y Viet Nam, han mostrado que es
posible avanzar con celeridad. Pero los países ricos
deben ayudar a  nanciar los costos iniciales para
hacer despegar el desarrollo humano mundial.
Hoy, cuando los gobiernos se preparan para
la cumbre de la ONU de 2005, la proyección para
el año 2015 nos entrega una advertencia clara. En
pocas palabras, el mundo se encamina hacia un de-
sastre en materia de desarrollo humano anunciado
con anticipación, cuyo costo se calculará en muer-
tes evitables, niños sin educación y oportunidades
desperdiciadas para reducir la pobreza. Se trata de
un desastre tan evitable como predecible. Si los go-
biernos realmente quieren cumplir su compromiso
con los ODM, seguir apegados a la misma rutina
de siempre no es viable. La cumbre de la ONU es la
oportunidad de volver a trazar un nuevo curso de
acción para el próximo decenio.
No se cumplirá la meta
de los ODM de reducir la
mortalidad de los niños
menores de cinco años
y el dé cit representa
más de 4,4 millones de
muertes evitables en 2015
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6 INFORME SOBRE DESARROLLO HUMANO 2005
Por qué importa la desigualdad
Las brechas en materia de desarrollo humano al
interior de los países son tan amplias como aquellas
entre países y re ejan una gran desigualdad de opor-
tunidades: personas cuyo desarrollo se ve limitado
debido al género, la identidad de grupo, la riqueza
o la ubicacn geog ca. Además de injustas, tales
desigualdades son un derroche económico y un fac-
tor de desestabilización social. Superar las fuerzas
estructurales que crean y perpetúan la desigualdad
extrema es una de las vías más e cientes para termi-
nar con la pobreza extrema, mejorar el bienestar de
la sociedad y acelerar el progreso hacia el cumpli-
miento de los ODM.
Los propios ODM son en sí mismos una tras-
cendental declaración internacional de intencio-
nes fundadas en un compromiso con los derechos
humanos. Estos derechos, por ejemplo educación,
igualdad de género, supervivencia en la infancia y
nivel de vida digno, son de naturaleza universal. Es
por ello que el progreso en los ODM debe favorecer
a todos, independientemente de su ingreso familiar,
género o ubicación geográ ca. Sin embargo, los go-
biernos miden el progreso de cada país en función
de promedios nacionales, los cuales pueden ocultar
profundas desigualdades arraigadas en disparidades
que se fundan en la riqueza, el género, la identidad
de grupo y otros factores.
Como se muestra en este Informe, no abordar
las desigualdades extremas está frenando el pro-
greso hacia la consecución de los ODM. En mu-
chos de estos objetivos, los que se quedan atrás son
los pobres y desfavorecidos. Los alisis entre países
sugieren que la tasa de muerte en la niñez del 20%
más pobre de la población disminuye a menos de
la mitad que el promedio mundial. En vista que la
mortalidad infantil ocupa un porcentaje despropor-
cionadamente elevado en el 20% más pobre de la
población, lo anterior aminora el ritmo general del
progreso hacia la consecución de los ODM. Crear
las condiciones para que los pobres puedan acor-
tar la brecha en el marco de un avance general en
el desarrollo humano daría un nuevo ímpetu a los
ODM, al tiempo que abordaa una de las causas de
la injusticia social.
Las desventajas que a igen a la gente a lo largo
de toda una vida son el resultado de un complejo
engranaje de múltiples capas de desigualdad. La des-
igualdad de ingresos está creciendo en países cuyos
habitantes suman en total más de 80% de la pobla-
ción mundial. Este tipo de desigualdad importa en
parte debido al vínculo existente entre patrones de
distribución y niveles de pobreza. En efecto, el in-
greso promedio en Brasil (país con alta desigualdad
e ingreso mediano) es tres veces mayor que en Viet
Nam (donde la desigualdad es baja); sin embargo,
el ingreso del 10% más pobre de Brasil es inferior al
del 10% más pobre de Viet Nam. Los altos niveles
de disparidad en el ingreso son perjudiciales para
el crecimiento y afectan el ritmo al cual éste se tra-
duce en reducción de la pobreza, pues disminuyen
el acervo económico y la parte de éste que obtienen
los pobres.
Además, la desigualdad de ingresos interactúa
con otras desigualdades en las oportunidades que se
tendrá en la vida. Haber nacido en un hogar pobre
disminuye las opciones de vida de una persona, a
veces incluso en un sentido literal. Los niños que
nacen en los hogares del 20% más pobre de la po-
blacn de Ghana o Senegal tienen dos a tres veces
más posibilidades de morir antes de cumplir cinco
os que los niños nacidos en un hogar del 20% más
rico. Las desventajas a igen a la gente a lo largo de
toda la vida. Las mujeres pobres tienen menos pro-
babilidades de recibir educación y atención prena-
tal, sus hijos tienen menos probabilidades de sobre-
vivir al nacer y de completar la escolaridad, todo lo
cual perpetúa el ciclo de privaciones transmitidas
de una generación a otra. Las desigualdades básicas
en cuanto a oportunidades de vida no sólo existen
en los países pobres. Los resultados en materia de
salud que caracterizan a los Estados Unidos, el país
más rico del mundo, son el re ejo de profundas
desigualdades fundadas en la riqueza y la raza de
sus habitantes. Las disparidades regionales son otra
fuente de desigualdad. Las fallas del desarrollo hu-
mano separan las zonas urbanas de las rurales de un
mismo país, al igual que las pobres de las ricas. En
México, por ejemplo, las tasas de alfabetización en
algunos estados son comparables con las de países
de ingresos altos, mientras en los municipios predo-
minantemente ingenas y rurales de los estados del
Sur que conforman el “cinturón de pobreza, como
Guerrero, las tasas de alfabetización de las mujeres
son similares a las de Ma.
El género es otro fuerte marcador de desven-
tajas, situación particularmente válida para Asia
La desventaja que implica
nacer con dos cromosomas
X explica la pérdida de
130.000 vidas de jóvenes
indias todos los años
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INFORME SOBRE DESARROLLO HUMANO 2005 7
Meridional. La gran cantidad de “mujeres desapa-
recidas” de la región da cuenta de la envergadura
del problema. La desventaja comienza al nacer. En
la India, la tasa de mortalidad de niñas entre uno
y cinco años es superior en 50% a la de los niños.
Dicho de otra manera, la desventaja que implica
nacer con dos cromosomas X explica la pérdida de
130.000 vidas de jóvenes indias todos los años. En
Pakistán, de existir una paridad de género respecto
de la asistencia a la escuela, dos millones más de niñas
tendrían la oportunidad de acceder a educación.
Reducir la desigualdad que impera en la distri-
bución de las oportunidades de desarrollo humano
es una prioridad por derecho propio en materia de
políticas públicas: importa por razones intrínsecas.
También sería instrumental en términos de apurar
el progreso hacia la consecución de los ODM. Ce-
rrar la actual brecha de muertes en la niñez entre
el 20% más rico y el 20% más pobre reduciría las
muertes en casi dos terceras partes, lo que equivale
a salvar más de seis millones de vidas al año, pero
también signi caría volver a encaminar al mundo
en la senda adecuada para la consecución de la meta
del ODM de reducir en dos terceras partes las tasas
de mortalidad infantil.
Una distribución más equitativa podría ser un
poderoso catalizador del aceleramiento de la reduc-
ción de la pobreza. Utilizamos encuestas por hoga-
res sobre ingreso y gasto para simular el efecto que
produciría un patrón de crecimiento que duplique
la participación de las personas pobres en el creci-
miento futuro respecto de su participación actual
en el ingreso nacional. Para Brasil, esta versión de
un crecimiento a favor de los pobres acorta el hori-
zonte de tiempo para reducir la pobreza a la mitad
en 19 años y para Kenya, en 17. ¿Cuál es la conclu-
sión? Que para reducir la pobreza de ingresos, la
distribución importa tanto como el crecimiento.
Esta conclusión vale tanto para los pses de ingre-
sos bajos como para aquellos de ingresos medianos.
Sin mejorar la distribución del ingreso, África Sub-
sahariana debería lograr una tasa de crecimiento
inverosímil para reducir su pobreza a la mitad de
aquí al año 2015. A esta conclusión podemos agre-
gar que el compromiso decidido de reducir la des-
igualdad como parte de una estrategia general de
reducción de la pobreza respaldaría los argumentos
a favor de la ayuda entre la opinión pública de los
países donantes.
Ampliar los ejercicios de simulación utilizando
un modelo de distribución mundial del ingreso
resalta los potenciales bene cios que tendría una
menor desigualdad para la reducción de la pobreza
mundial. La pregunta que nos planteamos al usar
este modelo es: ¿Qué ocurriría si la gente que vive
con menos de un dólar diario duplicara su partici-
pación en el crecimiento futuro? El resultado: La
cantidad proyectada de personas que viviría con
menos de unlar diario se reducirá en una tercera
parte en el año 2015, vale decir, 258 millones de
personas.
Ejercicios como éste describen los resultados
que se pueden conseguir. Trabajar en función de su
logro requerirá nuevas orientaciones en materia de
políticas públicas. Se debería, por ejemplo, asignar
mucha más importancia a mejorar la disponibilidad
y la accesibilidad física y  nanciera de los servicios
públicos, así como a aumentar la proporción de los
pobres en el crecimiento. No existe un plan único
para lograr mejores resultados respecto de la distri-
bución del ingreso. Muchos países, particularmente
aquellos de África Subsahariana, requieren medidas
que desentrañen el potencial productivo de los pe-
queños agricultores y de las zonas rurales. De ma-
nera más universal, la educación también es una de
las claves para lograr mayor equidad. También son
vitales las políticas  scales con poder de transfor-
mación social que proveen seguridad y dotan a los
pobres de los activos necesarios para salir de la po-
breza.
Nada de lo anterior implica que es fácil lograr
mayor equidad en el desarrollo humano. Las des-
igualdades extremas se encuentran arraigadas en
estructuras de poder que privan a los más pobres de
las oportunidades del mercado, limitan su acceso a
los servicios y, lo que reviste una importancia cru-
cial, les niegan participacn política. Además de ser
un obstáculo para conseguir los ODM, esta enfer-
medad del poder es nociva para el desarrollo basado
en el mercado y la estabilidad política.
Asistencia internacional: aumentar
la cantidad y mejorar la calidad
La ayuda internacional es una de las armas más e -
caces en la guerra contra la pobreza. Hoy, tal arma
no se ha aprovechado su cientemente, no está
enfocada de manera e ciente y debe ser reparada.
La ayuda internacional
es una de las armas más
efi caces en la guerra
contra la pobreza
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8 INFORME SOBRE DESARROLLO HUMANO 2005
Reformar el sistema de asistencia internacional es
un requisito fundamental para volver a la senda pre-
vista para el cumplimiento de los ODM.
En los países ricos, a veces la asistencia se con-
cibe erróneamente como un acto de caridad unidi-
reccional. En un mundo donde tanto las amenazas
como las oportunidades están interconectadas, la
asistencia es una inversión y un imperativo moral:
una inversn en la prosperidad compartida, la se-
guridad colectiva y el futuro común. No invertir a
una escala su ciente hoy implicará costos mañana.
La asistencia para el desarrollo es el aspecto
central de la “nueva alianza” para el desarrollo
planteada en la Declaración del Milenio. Como
en cualquier alianza, ambas partes tienen respon-
sabilidades y obligaciones. Los países en desarrollo
tienen la responsabilidad de generar un ambiente
donde la ayuda pueda rendir resultados óptimos y
los pses ricos tienen la obligación de cumplir sus
compromisos.
Para que la asistencia cumpla su cometido, se
deben satisfacer tres condiciones. En primer lugar,
la asistencia debe proveerse en cantidades su cientes
para respaldar el despegue del desarrollo humano.
Para los gobiernos, la asistencia constituye un re-
curso que permite realizarltiples inversiones en
salud y educación y en la infraestructura económica
necesaria para romper ciclos de privaciones y apoyar
la recuperación económica. Pero la ayuda debe ser
proporcional a la escala del dé cit de nanciación.
En segundo lugar, la entrega debe efectuarse sobre
una base predecible, tener un bajo costo de tran-
sacción y una adecuada relación calidad-precio. En
tercer lugar, una ayuda e caz exige un “sentido de
propiedad de parte del país. Los países en desarro-
llo son los principales responsables de crear condi-
ciones propicias para que la asistencia rinda resulta-
dos óptimos. Si bien es cierto que se han registrado
ciertos avances respecto de la cantidad y la calidad
de la asistencia, ninguna de las demás condiciones
se ha cumplido hasta ahora.
Cuando se  rla Declaración del Milenio, el
vaso de la asistencia para el desarrollo estaba lleno
sólo hasta la tercera parte y además tenía  ltraciones.
Durante los años noventa, los presupuestos de ayuda
sufrieron grandes recortes y la asistencia destinada a
África Subsahariana disminuyó en un tercio. Hoy, el
vaso de la ayuda  nanciera ya casi se ha llenado hasta
la mitad. La Conferencia de Monterrey sobre la Fi-
nanciación para el Desarrollo celebrada en 2002
marcó el comienzo de la recuperación en materia
de ayuda internacional y, desde entonces, se ha re-
gistrado un crecimiento anual de 4% en términos
reales o de US$12.000 millones (en dólares cons-
tantes de 2003). En conjunto, los países ricos gas-
tan hoy 0,25% de su ingreso nacional bruto (INB)
en asistencia, cifra inferior a la de 1990, aunque con
tendencia al alza desde 1997. El compromiso de la
Comunidad Europea de llegar al umbral de 0,51%
antes de 2010 es particularmente alentador.
No obstante, aun si las alzas proyectadas se cum-
plen en su totalidad, la  n a n c i a c i ón de los ODM
sigue afectada por un gran dé cit, el cual aumentará
de US$46.000 millones en 2006 a US$52.000 en
2010. Esta brecha es particularmente grande en el
caso de África Subsahariana, donde será necesario
duplicar los  ujos de ayuda en un lapso de cinco
os para cubrir los costos estimados de lograr los
ODM. No lograr cerrar la brecha de  nanciación
a través de un aumento escalonado de la ayuda im-
pedirá que los gobiernos realicen las inversiones en
salud, educación e infraestructura necesarias para
mejorar el bienestar y apoyar la recuperación econó-
mica al nivel requerido para cumplir los ODM.
Mientras los gobiernos de los países ricos reco-
nocen públicamente la importancia de la ayuda, sus
acciones hasta la fecha no han respaldado sus pala-
bras. Por ejemplo, el G8 contiene a las tres naciones
–Italia, Estados Unidos y Japón– que registran el
menor nivel de ayuda como proporción de su INB
entre las 22 naciones de la Organización de Coope-
ración y Desarrollo Económicos. Desde una pers-
pectiva más positiva, los Estados Unidos, el princi-
pal donante del mundo, ha aumentado la ayuda en
US$8.000 millones desde 2000 y ahora es el prin-
cipal donante de África Subsahariana. La  jación de
metas más ambiciosas es otra buena noticia. Sin em-
bargo, los donantes no tienen muy buenos antece-
dentes en cuanto al cumplimiento de las metas  ja-
das y algunos de cierta importancia no han logrado
pasar de la formulación de metas al establecimiento
de compromisos presupuestarios concretos y vin-
culantes. Los próximos 10 años deberán marcar un
giro notable respecto de los 15 anteriores si se han de
lograr los ODM. Desde 1990, la mayor prosperidad
que experimentan los países ricos no ha tenido gran-
des efectos en su generosidad: el ingreso per cápita
ha aumentado en US$6.070, mientras que la ayuda
La ayuda condicionada
sigue siendo uno de los
abusos más atroces de la
asistencia para el desarrollo
centrada en la pobreza
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INFORME SOBRE DESARROLLO HUMANO 2005 9
per cápita ha disminuido en US$1. Tales cifras in-
dican que los ganadores de la globalización no han
priorizado la ayuda para los perdedores, aunque ha-
cerlo vaya en su propio bene cio.
El dé cit crónico de  nanciación en materia
de ayuda internacional re eja prioridades sesgadas
en el gasto público. La seguridad colectiva depende
cada vez más de la capacidad de lidiar con las causas
subyacentes de la pobreza y la desigualdad; sin em-
bargo, por cada dólar que gastan los países ricos en
ayuda, asignan otros diez dólares a presupuestos mi-
litares. Si el aumento del gasto militar desde 2000
se hubiera destinado a ayuda, bastaría para alcanzar
la antigua meta de la ONU de gastar en ayuda un
0,7% del INB. La incapacidad de prestar atención a
la seguridad humana, más allá de la militar, es algo
que se re eja en la falta de inversión en el control de
algunas de las amenazas más grandes para la vida.
Como botón de muestra, el actual gasto en VIH/
SIDA, una enfermedad que cobra tres millones de
vidas al año, equivale a tres días de gasto militar.
A veces se ha cuestionado la viabilidad econó-
mica de cumplir los ODM. En última instancia, lo
que es posible lograr es una cuestión de prioridades
políticas. Sin embargo, la inversión necesaria para
tal propósito es modesta en comparación con el
nivel de riqueza de los países ricos. Los US$7.000
millones anuales que se requerirán durante el
próximo decenio para proveer acceso a agua limpia
a 2.600 millones de personas es menos de lo que los
europeos gastan en perfumes y tambn menos de lo
que los estadounidenses gastan en cirugías correcti-
vas optativas. Se trata de una cantidad de dinero que
podría salvar unas 4.000 vidas diarias.
Los donantes han reconocido la importancia
de enfrentar el problema de calidad de la ayuda. En
marzo de 2005, la Declaración de París sobre la E -
cacia de la Ayuda para el Desarrollo esbozó impor-
tantes principios para que los donantes mejoraran la
efectividad de la asistencia, además de algunas metas
que permiten vigilar el progreso en nuevas prácti-
cas. La coordinación está mejorando, está disminu-
yendo el uso de la ayuda condicionada y existe un
mayor énfasis en la necesidad que el país desarrolle
sentido de propiedad. Sin embargo, las buenas prác-
ticas van muy a la zaga de los principios plasmados
en la declaracn. La ayuda prestada aún está lejos de
aquella comprometida, lo que afecta la plani cación
 n a n c i e r a d e la reducción de la pobreza. Al mismo
tiempo, la forma especí ca que asume la condiciona-
lidad suele debilitar el sentido de propiedad nacional
y contribuye a disrupciones en el  ujo de asistencia.
La reticencia de los donantes ante el uso de sistemas
nacionales incrementa los costos de transacción y
debilita las capacidades del país receptor.
La ayuda condicionada sigue siendo uno de los
abusoss atroces de la asistencia para el desarrollo
centrada en la pobreza. Al atar la ayuda al suminis-
tro de insumos y servicios por parte del país donante
en vez de permitir que los receptores de la ayuda los
adquieran en el mercado abierto, este tipo de ayuda
reduce el valor de lo que se paga. Muchos donantes
han disminuido su uso, pero la práctica sigue siendo
bastante difundida y no siempre informada. Cálcu-
los conservadores de los costos que signi ca este tipo
de ayuda para los países de ingresos bajos arrojan
una cifra de entre US$5.000 millones y US$7.000
millones. África Subsahariana paga un “impuesto
por ayuda condicionada” de US$1.600 millones.
En ciertas áreas, lanueva alianza forjada en
la Conferencia de Monterrey todavía parece sos-
pechosamente una versión re-editada de la antigua
alianza. Persiste un desequilibrio en las responsabi-
lidades y obligaciones. A los receptores de la ayuda
se les exige  jar metas para cumplir los ODM, al-
canzar metas presupuestarias que el Fondo Mone-
tario Internacional (FMI) vigila trimestralmente,
cumplir un conjunto desconcertante de condicio-
nes impuestas por los donantes y lidiar con prácticas
igualmente impuestas por éstos que aumentan los
costos de transaccn y reducen el valor de la asis-
tencia. Por su parte, los donantes no se  jan metas.
Por el contrario, lo que ofrecen son compromisos
amplios no vinculantes respecto de las cantidades
de asistencia (la mayoría de las cuales luego se ig-
nora), y compromisos aún más amplios y vagos en
relación con el mejoramiento de la calidad. A dife-
rencia de los receptores, los donantes pueden rom-
per los compromisos con total impunidad. En la
práctica, la “nueva alianza” ha sido unidireccional.
Lo que se necesita es una verdadera “nueva alianza”
en la que los donantes, al igual que los receptores,
actúen según compromisos que permitan cumplir la
promesa plasmada en la Declaración del Milenio.
Este año es la oportunidad para sellar esta
alianza y darle un nuevo rumbo a la cooperación
para el desarrollo. Los países donantes primero
deben honrar los compromisos asumidos en Mon-
A diferencia de los
receptores, los donantes
pueden romper los
compromisos con
total impunidad
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10 INFORME SOBRE DESARROLLO HUMANO 2005
terrey y luego seguir avanzando a partir de esta base.
Algunos de los requisitos fundamentales son:
Establecer un programa de trabajo (y cumplirlo)
para que la relación ayuda-INB sea de 0,7% de
aquí a 2015. El nivel mínimo de compromiso
de los donantes de aquí al 2010 se debea jar
en 0,5% y así acercar la meta de 2015.
En entar el problema de la insostenibilidad de
la deuda. La cumbre del G-8 de 2005 signi
un gran avance en cuanto a la deuda de los países
pobres muy endeudados (PPME). Sin embargo,
aún persisten problemas y una gran cantidad de
países de ingresos bajos siguen enfrentando di-
cultades graves para cumplir sus obligaciones
de servicio de la deuda. La solución de nitiva
de esta crisis requiere de medidas para ampliar
la cobertura a otros países y garantizar que los
reembolsos se mantengan en niveles coherentes
con la  nanciación de los ODM.
Entregar  nanciación plurianual previsible que
se implemente a través de programas guberna-
mentales. Siguiendo los principios establecidos
en la Declaración de Pas sobre la E cacia de
la Ayuda para el Desarrollo, los donantes de-
berían  jar metas más ambiciosas en cuanto a
la entrega de  ujos estables de asistencia, su eje-
cucn a través de sistemas nacionales y la for-
mación de capacidades. En 2010, al menos 90%
de la ayuda debería desembolsarse de acuerdo a
planes acordados a través de marcos anuales o
plurianuales.
Racionalizar la condicionalidad. La condi-
cionalidad de la ayuda debea centrarse en la
responsabilidad  duciaria y en la transparen-
cia de los informes entregados por los sistemas
nacionales, disminuir el énfasis en metas ma-
croeconómicas de gran alcance y aumentar el
compromiso con la construcción de capacida-
des institucionales y nacionales.
Eliminar la ayuda condicionada. Existe un mé-
todo simple de lidiar con el derroche  nanciero
que se asocia a la ayuda condicionada: elimi-
narla en el año 2006.
Comercio y desarrollo humano:
fortalecer los vínculos
Al igual que la asistencia, el comercio puede ser un
poderoso catalizador del desarrollo humano. En las
condiciones propicias, el comercio internacional
podría generar un poderoso ímpetu para apurar
la consecución de los ODM. El problema es que el
potencial de desarrollo humano inherente al comer-
cio se ve mermado por una combinación de reglas
injustas y desigualdades estructurales dentro de los
países y entre ellos.
El comercio internacional ha sido uno de los
motores más poderosos de la globalización. Los pa-
trones de comercio han cambiado: se ha registrado
un crecimiento sostenido de la participación de los
países en desarrollo en las exportaciones manufac-
tureras mundiales y algunos países incluso están
cerrando la brecha tecnológica. Con todo, las des-
igualdades estructurales siguen en pie y en algunos
casos incluso se han ampliado. Por ejemplo, África
Subsahariana ha ido quedando cada vez más al mar-
gen del proceso y hoy, la participación en las expor-
taciones mundiales que registra esta región de 689
millones de habitantes es inferior a la de lgica, de
apenas 10 millones. Si África Subsahariana hubiera
mantenido la misma proporción de las exportacio-
nes mundiales que tenía en 1980, las ganancias en
términos de divisas representarían unas ocho veces
la ayuda que recibió en 2003. Otra región que es
quedando a la zaga es América Latina. En el comer-
cio, al igual que en otras áreas, las a rmaciones que
sostienen que la integración global marca el adve-
nimiento de una nueva era de convergencia entre
países ricos y pobres son exageradas.
Desde la perspectiva del desarrollo humano, el
comercio es un medio para impulsar el desarrollo,
no un  n enmismo. Los indicadores del creci-
miento de las exportaciones, el coe ciente comercio
- INB y la liberalización de las importaciones no son
sustitutos del desarrollo humano. Desafortunada-
mente, cada vezs se tratan como si lo fueran. La
participación en el comercio genera oportunidades
reales de elevar los estándares de vida; sin embargo,
algunos de los mejores exponentes de la ‘apertura’
y el aumento de las exportaciones, como México y
Guatemala, no han registrado los mismos buenos
resultados en cuanto a acelerar el desarrollo hu-
mano. El éxito de las exportaciones no siempre ha
mejorado el bienestar humano en términos genera-
les y las pruebas sugieren que es necesario prestar
mayor atención a las condiciones en las cuales los
países se integran a los mercados mundiales.
Contar con normas de comercio más justas
Las barreras comerciales
más altas del mundo se
alzan contra algunos de
los países más pobres
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INFORME SOBRE DESARROLLO HUMANO 2005 11
sería una gran contribución, especialmente en lo
que se re ere al acceso a los mercados. En la mayo-
ría de las formas de tributación, se aplica un simple
principio de graduación: a mayores ingresos, más se
paga. Las políticas comerciales de los países ricos
invierten completamente este principio. Las barre-
ras comerciales más altas del mundo se alzan contra
algunos de los países más pobres: en promedio, las
barreras comerciales que enfrentan los países en de-
sarrollo que exportan hacia los pses ricos son tres
veces mayores que aquellas que enfrentan los países
ricos en sus relaciones comerciales recíprocas. Esta
graduación perversa en la política comercial se ex-
tiende también a otras áreas. Por ejemplo, la Unión
Europea concede mucha importancia a su compro-
miso de abrir los mercados a los países más pobres
del mundo, sin embargo, las normas de denomina-
ción de origen que aplica, y que determinan si un
país cumple los requisitos para optar a un trato pre-
ferencial en el origen, reducen al mínimo las opor-
tunidades de muchos de estos países.
La agricultura es un sector de particular pre-
ocupación. Dos terceras partes de todas las personas
que sobreviven con menos de un dólar al día viven y
trabajan en zonas rurales y los mercados en los que
operan, su sustento y las perspectivas de salir de la
pobreza esn directamente afectados por las normas
que rigen el comercio agrícola. El problema básico
que deben abordar las negociaciones de la OMC
sobre la agricultura pueden resumirse en pocas pa-
labras: los subsidios de los pses ricos. En la última
ronda de negociaciones sobre el comercio mundial,
los pses ricos prometieron disminuir los subsidios
agrícolas. Desde entonces, los han aumentado. Hoy
gastan un pocos de US$1.000 millones anuales
en asistencia al sector agrícola de los países en desa-
rrollo y un poco menos de US$1.000 millones dia-
rios en subsidios a la sobreproducción agrícola en su
propio territorio; es dicil imaginar un orden más
inadecuado de las prioridades. Para empeorar las
cosas, los subsidios que aplican los países ricos están
destruyendo los mercados de los cuales dependen los
pequos agricultores de los países pobres, pues les
bajan los precios de compra y les niegan una propor-
ción justa en los bene cios del comercio mundial.
Por ejemplo, los campesinos de Burkina Faso com-
piten con los productores de algodón de EE.UU.,
quienes reciben subsidios por más de US$4.000
millones al o, suma que supera el ingreso nacio-
nal total de Burkina Faso. Mientras tanto, la insó-
lita Política Agrícola Con de la Unión Europea
causa estragos en el mercado mundial del azúcar, al
tiempo que niega el acceso de los países en desarrollo
a los mercados europeos. Así, los consumidores y los
contribuyentes de los países desarrollados están obli-
gados a  nanciar políticas que destruyen los medios
de vida de las personas que viven en los países más
pobres del mundo.
En algunas zonas, las normas de la OMC ame-
nazan con intensi car sistemáticamente las desven-
tajas que enfrentan los países en desarrollo y con
inclinar aún más los bene cios de la integración
mundial hacia los países desarrollados. Un ejemplo
de ello es el conjunto de normas que limitan el es-
pacio de los países pobres para desarrollar las políti-
cas industriales y tecnológicas activas que necesitan
para aumentar la productividad y triunfar en los
mercados mundiales. El actual régimen de la OMC
proscribe muchas de las política que ayudaron a los
países del Este Asiático a conseguir rápidos avances.
Las normas de la OMC sobre propiedad intelectual
plantean una doble amenaza: elevan el costo de la
transferencia tecnológica y, posiblemente, el precio
de los medicamentos, lo que genera importantes
riesgos para la saludblica de los pobres. En las
negociaciones de la OMC respecto de los servicios,
los pses ricos han buscado crear oportunidades de
inversión para las empresas del sector bancario y de
seguros, al tiempo que restringen las oportunidades
de los países pobres de exportar en un ámbito en el
que cuentan con evidentes ventajas: las transferen-
cias temporales de mano de obra. En este sentido,
se calcula que un pequeño aumento en los  ujos
de mano de obra cali cada y no-cali cada podría
generar más de US$157.000 millones anuales, una
ganancia mucho mayor que la que resulta de la libe-
ralización en otros ámbitos.
La Ronda de Doha de negociaciones de la OMC
constituye una oportunidad para comenzar a ali-
near las normas multilaterales de comercio con un
compromiso con el desarrollo humano y los ODM.
Hasta ahora, esta oportunidad se ha desperdiciado.
Después de cuatro os de conversaciones, no existe
ningún logro concreto, fracaso que se debe funda-
mentalmente a la desequilibrada agenda impulsada
por los países ricos y a no haber enfrentado el pro-
blema de los subsidios agrícolas.
Sin embargo, ni las mejores normas de comer-
El apoyo agrícola de la
OCDE no debería superar
el 5% ó 10% del valor
de la producción
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12 INFORME SOBRE DESARROLLO HUMANO 2005
cio eliminarán algunas de las causas subyacentes a
la desigualdad que existen en el comercio mundial.
Es necesario abordar problemas persistentes como
las falencias de infraestructura y la limitada capa-
cidad de oferta. Los países ricos han elaborado una
agenda de ayuda en relación con la “formación de
capacidades”. Lamentablemente, se ha puesto un
énfasis poco sano en la formación de capacidades
en áreas que los países ricos consideran útiles desde
un punto de vista estratégico. Algunos antiguos
problemas ni siquiera  guran en la agenda del co-
mercio internacional, como, por ejemplo, la aguda
crisis de los mercados de productos básicos, parti-
cularmente el café. En Etiopía, la caída de precios
registrada a partir de 1998 ha reducido el ingreso
anual promedio de los hogares productores de ca
en unos US$200.
El surgimiento de nuevas estructuras comercia-
les plantea nuevas amenazas para el logro de un co-
mercios justo en el sector agrícola. Por ejemplo,
las cadenas de supermercados se han convertido en
guardianes de los mercados agrícolas de los países
ricos y vinculan a los productores de los países en
desarrollo con los consumidores de los países desa-
rrollados. Pero los pequeños agricultores quedan al
margen de las prácticas de compraventa de algunos
supermercados, lo cual debilita los vínculos entre
comercio y desarrollo humano. Si se crearan estruc-
turas destinadas a facilitar el ingreso de los peque-
ños agricultores a las cadenas mundiales de comer-
cialización en condiciones más equitativas, el sector
privado poda cumplir una función crucial en la
lucha mundial contra la pobreza.
Fortalecer la conexión entre comercio y de-
sarrollo humano es un ejercicio de largo y difícil
aliento. La Ronda de Doha sigue representando la
oportunidad de iniciar este ejercicio, así como de
trabajar en pro de la credibilidad y la legitimidad
del sistema comercial basado en normas. Puesto en
un contexto más amplio, la Ronda es demasiado
importante para fracasar. Construir prosperidad
común exige la presencia de instituciones multila-
terales que no sólo propicien el bien público, sino
que, ante los ojos de la gente, operen de manera justa
y equilibrada.
La reunión ministerial de la OMC que se ha
plani cado para diciembre de 2005, constituye una
oportunidad para abordar algunos de los desafíos
más apremiantes. Mientras muchos de estos temas
son de carácter técnico, lo que se requiere desde un
punto de vista práctico es un marco en el cual las
normas de la OMC sean más bené cas y menos da-
ñinas para el desarrollo humano. No sería realista
esperar que la Ronda de Doha corrija la totalidad de
los desequilibrios a los que dan lugar estas normas,
pero podría sentar las bases para futuras rondas que
hagan del desarrollo humano un componente cen-
tral del sistema multilateral. Algunos de los princi-
pales elementos de referencia para evaluar el resul-
tado de la Ronda de Doha son:
Recortes profundos en el apoyo de los gobiernos de
los países ricos a la agricultura y prohibición de
los subsidios a las exportaciones. El apoyo agrí-
cola, medido según los cálculos de la OCDE
del apoyo a los productores, no debería superar
el 5% ó 10% del valor de la producción y venir
acompañado de una prohibición inmediata de
los subsidios directos e indirectos a las exporta-
ciones.
Recortes profundos en las barreras a las exporta-
ciones de los países en desarrollo. Los países ricos
deberían  jar sus aranceles máximos sobre las
importaciones de los países en desarrollo en no
más del doble del nivel de sus aranceles prome-
dio, o un 5% ó 6%.
Compensación para los países que pierden trato
preferencial. Si bien, en términos generales, las
preferencias que otorgan los países ricos a al-
gunas importaciones de pses en desarrollo
arrojan bene cios limitados, en ciertos casos su
eliminación podría causar altos niveles de des-
empleo así como crisis en la balanza de pago.
Es necesario crear un fondo para disminuir al
mínimo los costos que enfrentan los países vul-
nerables.
Proteger el “espacio” que le corresponde al desa-
rrollo humano en materia de políticas públicas.
Las normas multilaterales no deben imponer
obligaciones incoherentes con las estrategias
nacionales de reducción de la pobreza. Tales
estrategias deben incorporar prácticas interna-
cionales óptimas adaptadas a las condiciones
locales y formuladas a través de procesos polí-
ticos democráticos y participativos. En parti-
cular, las normas de la OMC deben respetar el
derecho de los países en desarrollo de proteger
a los productores agrícolas contra la competen-
cia injusta de exportaciones subsidiadas prove-
La interacción entre pobreza
y con ictos armados en
muchos países en desarrollo
está cobrando vidas a
una escala gigantesca
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INFORME SOBRE DESARROLLO HUMANO 2005 13
nientes de los países ricos.
Comprometerse a evitar los acuerdos “OMC
plus” en los tratados comerciales regionales. Al-
gunos acuerdos regionales de comercio impo-
nen obligaciones que van más allá de las nor-
mas de la OMC, especialmente en áreas como
la inversión y la propiedad intelectual. Es im-
portante que tales acuerdos no anulen las po-
ticas nacionales formuladas en el contexto de
estrategias de reducción de la pobreza.
Voler a centrar las negociaciones sobre los servi-
cios en el moimiento temporal de mano de obra.
En el contexto de una ronda del desarrollo, se
debería poner menos énfasis en liberalizar rápi-
damente el sector nanciero y más en crear nor-
mas que mejoren el acceso de los trabajadores
de países en desarrollo a los mercados laborales
de los países ricos.
Confl ictos armados: obstáculo
para el progreso
En 1945, el Secretario de Estado de los Estados Uni-
dos de América, Edward R. Stettinius, identi có del
siguiente modo los dos componentes fundamenta-
les de la seguridad humana y su interconexión: “La
batalla por la paz debe ser librada en dos frentes. El
primer frente es el de la seguridad, en el cual vencer
signi ca conquistar la libertad para vivir sin temor,
y el segundo es el frente económico y social, en el
cual la victoria signi ca conquistar libertad para
vivir sin miseria. Sólo la victoria en ambos frentes
puede asegurarle al mundo una paz duradera”. Éste
fue el razonamiento que condujo a los Estados Uni-
dos a desempeñar un papel central en la fundación
de las Naciones Unidas.
Sesenta años después y luego de un decenio
desde el término de la Guerra Fría que parecía haber
dado inicio a una nueva era de paz, las preocupa-
ciones en torno a la seguridad vuelven a dominar la
agenda internacional. Tal como ha aseverado el Se-
cretario General de la ONU en su informe Un con-
cepto más amplio de libertad, vivimos en una era en
que la interacción letal de la pobreza con los con ic-
tos armados plantea graves amenazas no sólo para
las víctimas inmediatas, sino también para la segu-
ridad colectiva de la comunidad internacional.
Para mucha gente de los países ricos, el con-
cepto de inseguridad mundial está relacionado con
las amenazas que imponen el terrorismo y el crimen
organizado. Las amenazas no son imaginarias; sin
embargo, la falta de “libertad para vivir sin temor”
es mucho más marcada en los países en desarrollo.
La interacción entre pobreza y con ictos armados
en muchos países en desarrollo escobrando vidas
a una escala gigantesca e impidiendo también el pro-
greso hacia el cumplimiento de los ODM. La inca-
pacidad de construir seguridad humana poniendo
 n a esta interacción tendrá consecuencias para el
mundo entero. En un mundo interdependiente, las
amenazas que generan los con ictos armados no se
detienen ante las fronteras nacionales, no importa
cuán bien protegidas estén. El desarrollo de los paí-
ses pobres es la primera línea en la batalla a favor
de la paz mundial y la seguridad colectiva. El pro-
blema con el actual plan de batalla es que tenemos
una estrategia militar excesivamente desarrollada
y una estrategia subdesarrollada para la seguridad
humana.
La naturaleza del con icto ha cambiado. El siglo
XX, el más sangriento de la historia, ha estado mar-
cado primero por guerras entre países y luego por el
temor, durante la época de la Guerra Fría, a que se
produjeran confrontaciones entre dos superpoten-
cias. Ahora este temor ha dado lugar a guerras re-
gionales libradas predominantemente en los países
pobres con estados débiles o fracasados y de prefe-
rencia con armas pequeñas, donde la mayoría de las
víctimas son civiles. Hoy, en el mundo existen menos
con ictos que en 1990, pero la cantidad de con ic-
tos que estallan en los países pobres ha aumentado.
No se han sopesado su cientemente los costos
que acarrean los con ictos armados para el desa-
rrollo humano. En la República Democrática del
Congo, las muertes directa o indirectamente atri-
buibles a con ictos armados son superiores al total
de las pérdidas que sufrió Gran Bretaña durante la
Primera y la Segunda Guerra Mundial. En la región
de Darfur, en Sudán, más de un millón de personas
han sido desplazadas debido al con icto. Las vícti-
mas inmediatas de éstos y otros con ictos captan
periódicamente la atención de los medios de comu-
nicación internacionales. Pero el impacto a largo
plazo de los con ictos armados en términos de de-
sarrollo humano es menos notorio.
Los con ictos armados socavan la nutrición y
la salud pública, destruyen los sistemas educaciona-
les, tienen efectos devastadores sobre las formas de
Negar ayuda a los estados
propensos a confl ictos
resulta perjudicial para
la seguridad mundial
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14 INFORME SOBRE DESARROLLO HUMANO 2005
sustento de la población y retardan las perspectivas
del crecimiento económico. De los 32 países inclui-
dos en la categoría de “bajo desarrollo humano
según el IDH, 22 han experimentado con ictos
en algún momento desde 1990. Los países que han
vivido con ictos armados son una gran mayoría
entre las naciones que, según nuestras proyecciones
para 2015, están mal encaminadas para cumplir los
ODM. De los 52 países que experimentan retro-
ceso o estancamiento en relación con sus esfuerzos
por reducir la mortalidad infantil, 30 han sufrido
con ictos desde 1990. La inmensidad de estos cos-
tos fundamenta por sí sola la necesidad de que la
prevención y resolución del con icto, así como la
reconstrucción una vez que éste ha concluido, sean
tres requisitos fundamentales para la construc-
ción de la seguridad humana y el aceleramiento del
avance hacia el cumplimiento de los ODM.
Parte del desafío que impone la seguridad hu-
mana y los con ictos armados tiene su origen en
estados débiles, frágiles e incompetentes. La grave
incapacidad de proteger a las personas del riesgo en
cuanto a seguridad, satisfacer sus necesidades bási-
cas o crear una institucionalidad política conside-
rada legítima es un rasgo permanente de los estados
propensos a con ictos. En algunos casos, las pro-
fundas desigualdades “horizontales” entre regiones
o grupos son un catalizador de la violencia, pero los
factores externos también cumplen una función im-
portante. El “fracaso” de estados como Afganistán
y Somalia fue facilitado por la voluntad de los po-
deres externos de intervenir en pro de sus propios
objetivos estratégicos. En efecto, la importación de
armas y los  ujos de apoyo  nanciero generados por
la venta de recursos naturales y conquistados por
pequeños grupos de interés contribuyen a mantener
e intensi car los con ictos. Y si bien es cierto que
el liderazgo político en los estados propensos a con-
 i c t o s e s u n a condición necesaria para el cambio,
no es su ciente para lograrlo. Tambn se necesita la
capacidad de liderazgo de los países ricos.
La adopcn de nuevos enfoques respecto de
la ayuda es un buen punto de partida. Los estados
débiles y frágiles no sólo reciben menos ayuda de la
necesaria en relación con su capacidad de usar con
e cacia los recursos, sino que también son víctimas
de una gran imprevisibilidad en cuanto al  ujo. Las
pruebas indican que estos  ujos son inferiores en un
40% a lo que se justi caría según sus instituciones y
el entorno de políticas. La ordenación cronológica
de la ayuda es otro problema. Con demasiada fre-
cuencia, los donantes se comprometen con grandes
montos de ayuda humanitaria en los períodos inme-
diatamente posteriores al cese del con icto, pero no
siguen apoyando la reconstrucción económica en
los años siguientes.
Las exportaciones de minerales y otros recursos
naturales no crean los con ictos armados; tampoco
los generan las armas pequeñas. Pero los mercados
de los recursos naturales y de armas pequeñas pue-
den proveer los recursos para sustentar tales con ic-
tos. Desde Camboya hasta Afganistán y los países
de África Occidental, las exportaciones de piedras
preciosas y madera han ayudado a  nanciar con ic-
tos y debilitar la capacidad de los estados. Los pro-
gramas de certi cación pueden cerrar oportunida-
des de exportación, como lo demuestra el proceso de
certi cación Kimberley en el caso de los diamantes.
Las armas pequeñas cobran más de 500.000 vidas
anuales, la mayoría de ellas en los países más pobres
del mundo. Sin embargo, los resultados de los es-
fuerzos internacionales destinados a controlar el
mortal comercio de tales armas han sido magros.
La  scalización sigue siendo débil, la observación
de los códigos es voluntaria y enormes vacíos per-
miten que gran parte del comercio haga caso omiso
de las normas.
Existe una manera bastante efectiva en que los
países ricos podrían enfrentar las amenazas que los
con ictos armados signi can para el desarrollo hu-
mano: respaldar las capacidades regionales. La cri-
sis en Darfur se podría haber reducido, o incluso
evitado, con la presencia de una fuerza de paz de
la Unión Africana su cientemente grande y bien
equipada, particularmente si hubiera contado con el
sólido mandato de proteger a los civiles. Durante el
momento más álgido de la crisis había menos de 300
tropas rwandesas y nigerianas vigilando lo que le
sucedía a 1,5 millones de darfuris en una super cie
del tamaño de Francia. Construir capacidad regio-
nal, desde la creación de sistemas de alerta temprana
e caces hasta la intervención, sigue siendo una ne-
cesidad urgente para la seguridad humana.
Si la prevención es la vía más e ciente en fun-
ción de los costos para abordar las amenazas que
imponen los con ictos armados, aprovechar las
oportunidades de reconstrucción es la segunda.
Los acuerdos de paz son con frecuencia el preludio
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INFORME SOBRE DESARROLLO HUMANO 2005 15
de una nueva ola de violencia: la mitad de los paí-
ses que salen de con ictos armados vuelven a caer
en situaciones de guerra dentro del plazo de cinco
os. Romper este ciclo exige un compromiso polí-
tico y  nanciero que brinde seguridad, vigile la re-
construcción y cree condiciones para el desarrollo
de mercados competitivos y la inversión del sector
privado a largo plazo. Tal compromiso no siempre
ha sido explícito.
Si bien los ODM han sido un importante re-
ferente para el avance hacia la “libertad para vivir
sin miseria”, el mundo aún no tiene un programa
coherente destinado a ampliar “la libertad para vivir
sin temor”. Tal como lo ha a rmado el Secretario
General de la ONU en su informe Un concepto más
amplio de libertad, la construcción de un marco
para la seguridad colectiva reviste crucial urgencia,
un marco que vaya más allá de las respuestas mili-
tares a la amenaza impuesta por el terrorismo y que
reconozca que la pobreza, las crisis sociales y los con-
i c t o s c i v i l e s c o n s t i t u y e n un componente medular
de la amenaza a la seguridad mundial. Entre los re-
quisitos fundamentales para reducir esta amenaza
se cuentan:
Nuevo trato respecto de la asistencia. No se justi-
ca negar ayuda a los estados propensos a con-
 i c t o s o en situación de post-con icto, pues tal
medida resulta perjudicial para la seguridad
humana de los países en cuestión, pero también
para la seguridad mundial. Como parte del re-
quisito más amplio de alcanzar la meta de 0,7%
del INB, los donantes se deberían comprometer
a un mayor esfuerzo asistencial y una mejor pre-
visibilidad de la ayuda mediante compromisos
de  nanciación a largo plazo. También debe-
rían ser s transparentes respecto de las con-
diciones para la asignación de asistencia y de sus
razones para restringir las inversiones en países
propensos a sufrir con ictos.
Mayor transparencia en la gestión de recursos.
Como integrantes de los mercados de recursos
naturales que ayudan a  nanciar los con ictos
y, en ciertos casos, socavan la responsabilidad
de los gobiernos, las compañías transnacionales
que participan de la exportación de minerales
deberían ser más transparentes. En este sentido,
el desarrollo del marco legal internacional pro-
puesto por la Comisión para África patrocinada
por el Reino Unido debería ser una prioridad,
para permitir que se investiguen las prácticas
de corrupción en las que incurren las compa-
ñías en ultramar, tal como se hace ya según la
ley estadounidense.
Terminar con el ujo de armas pequeñas. La
Conferencia de Revisión de 2006 sobre co-
mercio ilegal de armas pequeñas constituye
una oportunidad para acordar un Tratado de
Comercio de Armas integral que permita re-
glamentar los mercados y restringir el abasteci-
miento de las zonas involucradas en con ictos
armados.
Construir capacidad regional. Una prioridad
inmediata y urgente en África Subsahariana es
crear, mediante apoyo  nanciero, técnico y lo-
gístico, una fuerza de paz de la Unión Africana
que funcione a cabalidad.
Construir coherencia internacional. En su in-
forme, el Secretario General de la ONU pidió
crear una Comisión Internacional para la
Construcción de la Paz, con el objeto de ela-
borar un marco que ofrezca un enfoque inte-
gral para la seguridad colectiva. Como parte de
este enfoque, se debería crear un fondo mun-
dial para  nanciar, a largo plazo y de manera
predecible, tanto la asistencia inmediata en los
momentos de post-con icto como la transición
hacia una reconstruccn de largo plazo.
* * *
Cuando los historiadores del desarrollo hu-
mano vuelvan su mirada atrás hacia el año 2005,
lo considerarán un momento crucial de la historia.
La comunidad internacional tiene la oportunidad
nunca antes vista de generar políticas y recursos que
podrían transformar los próximos 10 años en un
genuino decenio en pro del desarrollo. Habiendo
jado un referente en la Declaración del Milenio,
los gobiernos del mundo podrían determinar un
rumbo que cambie el per l de la globalización,
provea renovadas esperanzas a millones de perso-
nas pobres y vulnerables del mundo y cree las con-
diciones para generar prosperidad y seguridad com-
partidas. La alternativa de seguir con la rutina nos
llevará a un mundo dominado por el  agelo de la
pobreza masiva, dividido por profundas desigual-
dades y amenazado por inseguridades compartidas.
En países ricos y pobres por igual, las generaciones
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16 INFORME SOBRE DESARROLLO HUMANO 2005
futuras pagan un alto precio por el fracaso de los
líderes políticos en este momento hisrico, al inicio
del siglo XXI.
Este Informe constituye la base para entender
la magnitud del desafío. Centrándose en tres pilares
de la cooperación internacional, destaca algunos de
los problemas que deben abordarse y algunos ingre-
dientes que son cruciales para conseguir resultados
positivos. Lo que no está en duda es que como co-
munidad mundial tenemos los medios para erradi-
car la pobreza y superar las profundas desigualdades
que dividen a los países y a las personas. La pregunta
fundamental que a cinco años de la  rma de la De-
claración del Milenio aún requiere respuesta, es si
los gobiernos del mundo están resueltos a dejar de
lado antiguas prácticas y cumplir la promesa que hi-
cieran a los pobres del mundo. Si existe un momento
oportuno para ejercer liderazgo político decidido y
promover los intereses comunes de la humanidad,
ese momento es hoy.
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La prueba que enfrentamos
en nuestro progreso no es si
somos capaces de aumentar
el patrimonio de los que
tienen mucho, sino si podemos
entregar lo sufi ciente a quienes
tienen demasiado poco.
Presidente Franklin D. Roosevelt, segundo discurso inaugural, 1937
1
.
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1
La situación del desarrollo humano
INFORME SOBRE DESARROLLO HUMANO 2005 19
Hace sesenta años, la Carta de las Naciones Unidas prometió liberar a las futuras gene-
raciones de agelo de la guerra, proteger los derechos humanos esenciales y “promover el
progreso social y mejores niveles de vida en un entorno de mayor libertad, compromiso
que renovaron los gobiernos del mundo al iniciarse el nuevo milenio. La Declaración
del Milenio, adoptada en el año 2000, expone la decidida visión de “mayor libertad
para el siglo XXI, visión que contiene la promesa de un nuevo patrón de integración
mundial sustentado en los cimientos de una mayor equidad, justicia social y respeto por
los derechos humanos. Los Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM), conjunto de
metas cuanti cadas y limitadas en el tiempo para reducir la pobreza extrema y ampliar
los derechos universales de aquí al año 2015, entregan elementos de referencia para me-
dir los avances. De modo más fundamental, re ejan las aspiraciones compartidas de la
comunidad humana del mundo en un período caracterizado por cambios radicales.
La situacn del desarrollo humano
“Tenemos la responsabilidad
colectiva de respetar y
defender los principios
de la dignidad humana, la
igualdad y la equidad en el
plano mundial. En nuestra
calidad de dirigentes,
tenemos, pues, un deber
que cumplir respecto de
todos los habitantes del
planeta, en especial, los más
vulnerables y, en particular,
los niños del mundo a los
que pertenece el futuro”.
Declaración del Milenio, 2000
2
.
Este año marca la cuenta descendente de 10 años
hasta la fecha tope de 2015 para alcanzar los Obje-
tivos de Desarrollo del Milenio. Hoy, el mundo
cuenta con los recursos  nancieros, tecnológicos y
humanos necesarios para dar un salto decisivo en
desarrollo humano. Sin embargo, de mantenerse
las actuales tendencias, la humanidad estará muy
lejos de cumplir los ODM. En lugar de aprovechar
el momento, los gobiernos del mundo avanzan a
tropezones hacia un fracaso en desarrollo humano
ampliamente anunciado y fácilmente evitable, con
profundas repercusiones no sólo para los pobres del
mundo, sino para la paz, la prosperidad y la seguri-
dad mundial.
Quince años después de la primera publicación
del Informe sobre Desarrollo Humano, el Informe de
este año comienza por examinar la actual situación
del desarrollo humano. En aquel primer informe,
Mahbub ul Haq decía que nos esperaba un dece-
nio de rápido avance: “Los años noventa”, señalaba,
“emergen como el decenio del desarrollo humano, ya
que rara vez hemos sido testigos de tal grado de con-
senso en torno a los objetivos reales de las estrategias
de desarrollo”
3
. Los logros conseguidos desde que se
escribieron esas palabras son enormes. Gran parte
del mundo en desarrollo ha experimentado un rá-
pido desarrollo y las condiciones de vida de sus habi-
tantes han mejorado de manera sostenida. Millones
han cosechado los bene cios de la globalización. No
obstante, los progresos en este campo son inferiores
a los vaticinados en el Informe sobre Desarrollo Hu-
mano de 1990 y están claramente muy por debajo de
lo que podría haberse logrado.
Si se mira desde la perspectiva de 2015, existe
el riesgo de que los próximos 10 años, al igual que
los 10 años recién pasados, queden registrados en
la historia no como el decenio en que se vivió un
acelerado desarrollo humano, sino como el dece-
nio de oportunidades malgastadas, esfuerzos poco
entusiastas y una cooperación internacional insu-
ciente. Este año marca una encrucijada: o bien la
comunidad internacional permite que el mundo
continúe en su actual senda de desarrollo humano
o cambia de rumbo y pone en marcha las políticas
requeridas para que la promesa de la Declaración del
Milenio se traduzca en resultados prácticos.
CAPÍTULO
1
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1
La situación del desarrollo humano
20 INFORME SOBRE DESARROLLO HUMANO 2005
No hay que subestimar las consecuencias que
implica mantener la actual trayectoria. Sobre la base
de datos de tendencias a nivel nacional, estimamos el
costo humano que generaría la brecha entre el cum-
plimiento de las metas de los ODM en el año 2015 y
los resultados previstos si se mantienen las actuales
tendencias. Algunos de los titulares serían:
No se cumplirá la meta de los ODM de redu-
cir la mortalidad de los niños menores de cinco
años y el dé cit equivale a más de 4,4 millones
de muertes evitables en 2015. En el transcurso
de los próximos 10 años, la brecha acumulativa
entre la meta y la actual tendencia suma más
de 41 millones de niños que morirán antes de
cumplir cinco años por causa de la enfermedad
más fácilmente curable de todas: la pobreza.
Este resultado es poco congruente con el com-
promiso de la Declaración del Milenio de pro-
teger a los niños del mundo.
La brecha entre la meta de los ODM de reducir
la pobreza a la mitad y los resultados proyecta-
dos equivale a 380 millones de personas adicio-
nales en los países en desarrollo cuyos ingresos
serán inferiores a un dólar al día en 2015.
La meta de los ODM de educación primaria
universal tampoco se cumplirá de mantenerse
las tendencias actuales y 47 millones de nos
de los países en desarrollo seguirán sin asistir a
la escuela en 2015.
Este tipo de estadísticas deben interpretarse con
la debida prudencia. Si bien las proyecciones basadas
en las tendencias del pasado brindan nuevas perspec-
tivas acerca de una serie de resultados potenciales, no
permiten de nir lo inevitable. Según un aforismo
del mercado  nanciero, el desempeño del pasado no
permite predecir los resultados del futuro. En el caso
de los ODM, ello implica, sin duda, buenas noticias:
todavía se está a tiempo de volver a la senda correcta
aunque se ya acaba el tiempo para hacerlo. El Secre-
tario General de las Naciones Unidas lo formuló de
la siguiente manera: “Es posible alcanzar los ODM
de aquí al año 2015, pero sólo si todas las partes in-
volucradas rompen con su estilo habitual de funcio-
namiento y ahora mismo drásticamente aceleran y
aumentan el alcance de las medidas”
4
.
La primera sección de este capítulo presenta
una breve reseña de los avances y retrocesos que han
afectado al desarrollo humano en el último decenio
y medio. Destaca el enorme traspié que ha sufrido el
desarrollo humano en muchos países debido al VIH/
SIDA y la desaceleración en la reducción de la morta-
lidad infantil. Los avances desiguales entre países y
regiones han ido acompañados de divergencias en el
desarrollo humano en algunas áreas fundamentales,
con la consiguiente profundización de las desigualda-
des. La segunda sección del capítulo está consagrada
a los ODM. Los limitados y cada vez menos veloces
avances logrados en desarrollo humano durante el
último decenio inciden directamente en las perspec-
tivas de cumplir los ODM. Aunque el ingreso pro-
medio de los países en desarrollo ha aumentado con
mucho más fuerza desde 1990, tal crecimiento no ha
logrado encaminar al mundo hacia el cumplimiento
de los ODM, la mayoría de los cuales no podrá ser
alcanzada por un gran número de países del mundo.
Parte del problema es que el crecimiento se ha distri-
buido de manera desigual entre los países y dentro
de éstos. La di cultad más profunda es que la cre-
ciente riqueza no se está traduciendo en desarrollo
humano a la tasa requerida para considerar viable el
cumplimiento de los ODM. Nuestras proyecciones
de datos a nivel de país arrojan un potencial conjunto
de resultados prácticamente inevitables si el mundo
mantiene la trayectoria lograda como habitual forma
de proceder, tal como lo ha advertido el Secretario
General de las Naciones Unidas.
El desarrollo humano consiste en la libertad y la
formacn de las capacidades humanas, es decir,
en la ampliación de la gama de cosas que las per-
sonas pueden hacer y de aquello que pueden ser.
Las libertades y derechos individuales importan
mucho, pero las personas se verán restringidas en
Avances y retrocesos en el desarrollo humano
No se cumplirá la meta
de los ODM de reducir la
mortalidad de los niños
menores de cinco años
y el dé cit equivale a
más de 4,4 millones de
muertes evitables en 2015
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1
La situación del desarrollo humano
INFORME SOBRE DESARROLLO HUMANO 2005 21
lo que pueden hacer con esa libertad si son pobres,
están enfermas, son analfabetas o discriminadas,
si se ven amenazadas por con ictos violentos o se
les niega participación política. Es por este motivo
que “las libertades fundamentales del hombre”
proclamadas en la Carta de las Naciones Unidas
son un aspecto esencial del desarrollo humano. Y
es también la razón que explica por qué el avance
hacia la consecución de los ODM conforma una
base para juzgar el progreso logrado en desarrollo
humano. El desarrollo humano implica mucha más
que los ODM y sus metas y, de hecho, muchas de
estas metas son, en verdad, bastante modestas en
sus aspiraciones. No obstante, fracasar en el cum-
plimiento de los ODM representaría un retroceso
muy importante.
Las capacidades más básicas para que el ser hu-
mano pueda desarrollarse son: tener una vida larga
y saludable, disponer de educación y tener acceso a
los recursos necesarios para disfrutar de un nivel de
vida digno. Otras capacidades incluyen la partici-
pación en la vida comunitaria y en la potica de la
sociedad. En esta sección, examinamos el historial
del desarrollo humano en el transcurso del último
decenio, período marcado por una creciente inte-
gración global.
La era de la globalización se ha caracterizado
por enormes avances en el campo de la tecnología,
el comercio y las inversiones así como por un impre-
sionante aumento de la prosperidad. El progreso
en desarrollo humano ha sido menos importante y
gran parte del mundo en desarrollo va quedando a
la zaga. Las diferencias en desarrollo humano entre
ricos y pobres, ya de por sí importantes, están au-
mentando. Al mismo tiempo, algunos de los países
más publicitados como historias de éxito enfrentan
di cultades para traducir su creciente prosperidad
en desarrollo humano. Los avances en la reducción
de la mortalidad infantil, uno de los indicadores
básicos de desarrollo humano, están frenando su
ritmo y la brecha entre la mortalidad infantil de
los países ricos y pobres se está profundizando. A
pesar de todos sus logros destacados, la globali-
zación y el progreso cien co están muy lejos de
terminar con el sufrimiento innecesario, las en-
fermedades debilitadoras y la muerte por causa de
enfermedades evitables que siegan la vida de los po-
bres del mundo.
Avances en el desarrollo humano—
instantánea de la situación mundial
Si consideramos los últimos dos decenios, se ha
mantenido la tendencia a largo plazo de progreso en
desarrollo humano. En general, las personas que hoy
nacen en un país en desarrollo puede esperar ser más
acaudalada, más saludable y tendrán más educación
que la generación de sus padres así como más proba-
bilidades de vivir en una democracia multipartidista
y menos de verse afectada por algún con icto.
En poco más de un decenio, la esperanza media
de vida aumentó en dos años en los países en desa-
rrollo y al menos en este indicador del desarrollo
humano, los países pobres están cerrando la brecha
con los ricos (Figura 1.1). La mayor esperanza de
vida se debe, en parte, al descenso en las tasas de
mortalidad infantil (Figura 1.2). En este momento
mueren dos millones menos de niños que en 1990
y la posibilidad de que un niño llegue a los cinco
años ha aumentado en alrededor de 15%. A este re-
sultado también ha contribuido el acceso a agua y
saneamiento puesto que ello ha implicado una re-
ducción de la amenaza de sufrir enfermedades in-
fecciosas. Mil doscientos millones de personas han
podido acceder a agua no contaminada en el último
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La situación del desarrollo humano
22 INFORME SOBRE DESARROLLO HUMANO 2005
decenio. El rápido aumento de las tasas de inmuni-
zación en el mundo desde el año 2001 a través de la
iniciativa Alianza Global para Vacunas e Inmuniza-
ción redujo la tasa de muertes y salvó medio millón
de vidas.
El progreso en el ámbito de la educación tam-
bn ha sido impresionante, si bien todavía quedan
800 millones de personas en el mundo que carecen
de las aptitudes básicas de alfabetización. En este
total, las mujeres ocupan un lugar desproporciona-
damente alto al representar las dos terceras partes.
Sin embargo, en los países en desarrollo, los niveles
de alfabetización se incrementaron de 70% a 76%
en el último decenio y la brecha de género también
se está acortando
5
. El analfabetismo actual re eja
las restricciones en el acceso a la educación que mar-
caron el pasado, situación que está mejorando. Si
se compara con los niveles de 1990, ahora hay 30
millones menos de niños en edad de cursar la edu-
cación primaria que no asisten a la escuela y el pro-
medio de años cursados aumentó en medio año. La
brecha de género en la matriculación en la escuela
primaria, si bien un indicador más bien limitado
de la igualdad de género, también se ha estrechado,
aunque todavía las niñas representan más del 50%
de todos los menores que no asisten a la escuela.
La pobreza extrema de ingresos se ha reducido
de manera sostenida. Sin embargo, se han planteado
inquietudes justi cadas respecto de la utilización del
umbral de pobreza de un dólar al día, por lo que este
indicador debe utilizarse con la debida prudencia
6
.
s allá de los problemas de medición, la pobreza es
un proceso dinámico que los indicadores estáticos
sólo pueden captar de manera parcial. No obstante,
la tendencia apunta hacia la dirección correcta. La
pobreza extrema se redujo de 28% en 1990 a 21%
en la actualidad, reducción que en cifras absolutas
representa unos 130 millones de personas
7
. El cre-
cimiento económico es uno de los requisitos obvios
para lograr una reducción acelerada de la pobreza y
un desarrollo humano sostenido. Los titulares tam-
bién son prometedores en este aspecto puesto que
el crecimiento medio del ingreso per cápita en los
países en desarrollo fue 1,5% en los años noventa,
casi tres veces su tasa en el decenio anterior
8
. Desde
el año 2000, el crecimiento medio per cápita del in-
greso en los países en desarrollo aumentó a 3,4%, el
doble que el promedio que caracterizó a los países
de ingreso alto. Luego de dos decenios de un ingreso
promedio decreciente, en 2000, África Subsaha-
riana registró un aumento de 1,2% anual. Aunque
es demasiado temprano para considerar este repunte
como un momento crucial en el desarrollo de esta
región, existen alentadoras señales de que el creci-
miento podría estar asentándose en una cantidad
cada vez mayor de países de esta región.
Las noticias son menos alentadoras en el tema
de los con ictos. Desde 1990, el mundo ha sido
testigo del cruel genocidio en Rwanda, las violen-
tas luchas civiles en el corazón de Europa, las gue-
rras en Afganistán e Iraq y los reveces en el Oriente
Medio. El con icto en la República Democrática
del Congo ya ha cobrado casi 4 millones de vidas, el
mayor número de víctimas desde la Segunda Guerra
Mundial. En Sudán, la salida pací ca de una de las
guerras civiles de África de mayor duración se trans-
formó en el preludio de una nueva crisis humanita-
ria en Darfur que dio lugar al desplazamiento de
más de un millón de personas. La seguridad colec-
tiva enfrenta nuevas amenazas. Sin embargo, pese a
los retos que plantean los con ictos violentos para el
desarrollo humano, hay algunas noticias positivas:
la cantidad de con ictos ha disminuido desde 1990;
muchas guerras civiles terminaron gracias a nego-
ciaciones auspiciadas por la ONU en los últimos 15
años y desde Timor-Leste hasta Afganistán, El Sal-
vador y Sierra Leona, la paz ha traído nuevas opor-
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La situación del desarrollo humano
INFORME SOBRE DESARROLLO HUMANO 2005 23
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tunidades para el desarrollo humano y la democra-
cia. Si bien el con icto violento constituye uno de
los mayores obstáculos para un acelerado desarrollo
humano, es un obstáculo que se puede reducir.
El progreso hacia la democracia, un aspecto
fundamental del desarrollo humano, también ha
sido diverso. La democracia es valiosa en sí misma
—y por consiguiente un indicador del desarrollo
humano por mérito propio—, pero también es un
medio para avanzar hacia objetivos más amplios
del desarrollo humano. Medir el progreso en este
campo es intrínsicamente difícil. Una de las condi-
ciones de la democracia es la celebración de eleccio-
nes multipartidistas, ahora una de las formas prefe-
ridas de gobernabilidad en el mundo. También se
requiere un poder judicial independiente, restric-
ción del poder ejecutivo, libertad de información y
respeto de los derechos humanos para garantizar la
solidez de las alternativas electorales. Según el indi-
cador del estado de la democracia conocido como
Forma de gobierno, el cual es un elemento de re-
ferencia compuesto, el porcentaje de los países del
mundo que cuentan con sistemas electorales multi-
partidistas se incrementó de 39% a 55% desde 1990
(Figura 1.3), lo cual equivale a un aumento de 1.400
millones de personas que viven en democracias mul-
tipartidarias
9
. Más de dos tercios de la poblacn de
África ahora vive en países con sistemas electorales
democráticos multipartidistas y los propios gobier-
nos africanos tomaron la iniciativa de enfrentarse a
un golpe antidemocrático en Togo.
Sin embargo, las elecciones multipartidistas
no son por si solas su cientes para garantizar la de-
mocracia y hay que reconocer que incluso en esta
medida el vaso está casi medio vacío. En Oriente
Medio, las elecciones multipartidistas práctica-
mente no existen, aunque países como Egipto y
Jordania están otorgando mayor espacio a las polí-
ticas electorales. De los dos países más poblados del
mundo, la India es una democracia pujante, pero, en
China, las reformas políticas han ido a la zaga de las
reformas económicas. Por otra parte, muchos países
con elecciones multipartidistas, particularmente al-
gunas naciones de la ex Unión Soviética, son demo-
cracias de nombre, pero, en la práctica, autocracias
electorales donde los dirigentes políticos suelen ser
percibidos por sus habitantes como corruptos, tirá-
nicos y explotadores abusivos. Las elecciones multi-
partidistas pueden servir de cortina de humo para
ocultar un poder ejecutivo despótico, restricciones
a la libertad de información y abusos a los derechos
humanos que privan a la democracia de su verdadero
signi cado. En algunos países, las protestas públicas
se han constituido en un poderoso antídoto en con-
tra de las prácticas de esta naturaleza. Durante los
años 2004 y 2005, presidentes de larga permanencia
en su cargo fueron expulsados del poder en Geor-
gia, Ucrania y Kirguistán por medio de protestas
públicas desencadenadas por los aparentes abusos
cometidos contra el proceso democrático.
No se debe subestimar —ni tampoco exage-
rar— la magnitud del progreso que ha experimen-
tado el desarrollo humano en el último decenio.
Parte del problema de las instantáneas globales es
que ocultan enormes variaciones entre regiones y al
interior de las mismas así como las brechas en todas
las dimensiones del desarrollo humano. De hecho,
el progreso registrado en desarrollo humano ha sido
poco uniforme entre y dentro de las regiones y en
sus diferentes dimensiones.
Percepción de los avances a través
del índice de desarrollo humano
El Índice de desarrollo humano (IDH) es un indi-
cador compuesto que cubre tres dimensiones del
bienestar humano: el ingreso, la educación y la
19801990 1990–2003
Congo, Rep. Dem. del Botswana
Guyana Camerún
Haití República Centroafricana
Niger Congo
Rwanda Congo, Rep. Dem. del
Zambia Côte d’Ivoire
Kazajstán
a
Kenya
Lesotho
Moldova, República de
a
Federación de Rusia
a
Sudáfrica
Swazilandia
Tayikistán
a
Tanzanía, Repúplica Unida de
a
Ucrania
a
Zambia
Zimbabwe
a. El país no registra datos sobre el IDH para el período 1980-1990, de manera tal
que la caída puede haber comenzado antes del año 1990.
Fuente : Cuadro de indicadores 2.
Cuadro 1.1 Países que experimentan
retrocesos en el IDH
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1
La situación del desarrollo humano
24 INFORME SOBRE DESARROLLO HUMANO 2005
salud. Su  nalidad no es la de presentar una visión
completa del desarrollo humano, sino brindar una
medida que vaya más allá del ingreso. El IDH es un
barómetro que detecta los cambios en el bienestar
humano y compara los avances entre las diferentes
regiones.
En los últimos tres decenios, el IDH registró
mejoras en todas las regiones en desarrollo, si bien a
tasas variables y con la evidente excepción de África
Subsahariana (Figura 1.4). Más allá de este avance
generalizado, sin embargo, muchos países sufrieron
retrocesos nunca antes vistos. Dieciocho países, que
en conjunto suman una población de 460 millones
de personas, registraron cali caciones más bajas en
el IDH de 2003 que en el de 1990 (Cuadro 1.1).
(En los años ochenta, sólo seis países se vieron aque-
jados por retrocesos de este tipo.) Por otra parte,
los retrocesos en materia de desarrollo humano se
concentraron fuertemente en dos regiones y doce
de estos países pertenecen a África Subsahariana.
Algo más de un tercio de la población de esta re-
gión240 millones de personas vive en pses
donde ha el IDH ha sufrido retrocesos. Los otros
seis países donde el IDH ha reculado pertenecen a
la ex Unión Soviética.
Los retrocesos en el IDH se re ejan en la posi-
ción relativa de los países. En África Subsahariana, la
letal interacción de estancamiento económico, lento
progreso en educación y propagación del VIH/SIDA
ha generado una caída abrupta en la clasi cación del
IDH (Recuadro 1.1). Algunos de los descensos más
marcados ocurrieron en África Meridional: Sudá-
frica descendió 35 lugares, Zimbabwe 23 lugares y
Botswana 21. De los países de la ex Unión Sovié-
tica, los descensos más importantes afectaron a Ta-
yikistán, que retrocedió en 21 lugares, Ucrania en
La disminución de la esperanza de vida es un indicador que capta el efecto del
VIH/SIDA, pero además, la epidemia es responsable de numerosos retrocesos en
desarrollo humano que, fuera de la salud, infl uyen en áreas relacionadas con la se-
guridad alimentaria, la educación y otras.
Los hogares que han sido golpeados por el VIH caen en una verdadera trampa
nanciera pues los costos de la salud aumentan y los ingresos caen. Los costos del
tratamiento pueden alcanzar hasta un tercio del ingreso familiar, e incluso más, y
desplazar los gastos en otras necesidades. Por ejemplo, estudios realizados en Na-
mibia y Uganda han descubierto que algunos hogares apremiados recurren a ventas
de alimentos y ganado para cubrir los gastos médicos, con lo cual aumentan aún
s su vulnerabilidad. Mientras tanto, el VIH/SIDA erosiona su activo más valioso:
el trabajo. En efecto, en Swazilandia la producción familiar de maíz cae en promedio
s del 50% luego de la muerte de un adulto a causa del VIH/SIDA.
s allá de las familias, el VIH/SIDA deteriora el tejido social y la infraestructura
económica. Por ejemplo, los sistemas de salud son afectados por la letal interac-
ción de dos efectos: el desgaste de los trabajadores y el aumento de la demanda.
La presión sobre una infraestructura de salud ya exigida aumenta y la deja al borde
del colapso. Por ejemplo, en Côte d’Ivoire y Uganda, los pacientes con afecciones
relacionadas con el VIH ocupan más de la mitad de las camas de hospital.
El VIH/SIDA está deteriorando la capacidad humana en un frente amplio. Zambia
pierde ahora dos tercios de sus docentes capacitados a causa del VIH/SIDA y en
2000, dos de tres trabajadores involucrados en extensión agrícola en el país infor-
maron haber perdido a un colega el año anterior.
La propagación del SIDA es tanto consecuencia como causa de la vulnerabi-
lidad. La enfermedad deprime el sistema inmunológico del cuerpo y lleva a la des-
nutrición y al mismo tiempo, las defi ciencias nutricionales aceleran la aparición del
SIDA y su avance. Las mujeres que sufren de VIH/SIDA se ven afectadas por una
pérdida de estatus. Simultáneamente, la desigualdad de género y la supeditación de
la mujer se encuentran en la base de las desigualdades de poder que aumentan el
riesgo de contraer el mal. La violencia contra la mujer, especialmente las prácticas
sexuales impuestas o coercitivas son también causa primordial de vulnerabilidad,
ades de la débil posición de la mujer en cuanto a negociar el uso del condón.
Fuentes: Gillespie y Kadiyala 2005; Yamano y Jayne 2004; Carr-Hill 2004; Swazilandia, Minis-
terio de Agricultura y Cooperativas y Empresas 2002.
Recuadro 1.1 El VIH/SIDA es responsable de numerosos retrocesos en
cuanto a desarrollo humano
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1
La situación del desarrollo humano
INFORME SOBRE DESARROLLO HUMANO 2005 25
La esperanza de vida al nacer en la Federación Rusa es una de
las más bajas de los países industrializados: 65 años en compa-
ración con 79 en Europa Occidental. Desde comienzo de los años
noventa, se ha producido un marcado aumento de la mortalidad
masculina por sobre la tendencia histórica. Se calcula que durante
el período comprendido entre 1992 y 2001 hubo entre 2,5 y 3 millo-
nes de muertes adicionales y en ausencia de guerras, hambrunas o
epidemias, no existe un precedente histórico reciente de pérdidas
de tal magnitud.
La mortalidad es más alta entre los hombres que entre las mu-
jeres, especialmente hombres solteros y con menor educación. En
2003, la esperanza de vida de los rusos llegaba a los 59 años, mien-
tras que las rusas podían esperar vivir hasta los 72, una de las bre-
chas de género más amplias del mundo. Si se hubiese mantenido
el índice normal de mortalidad, en Rusia vivirían 7 millones más de
hombres. En otras palabras, la desigualdad denero reduce el
tamaño general de la población en alrededor de 5%
1
.
Parte de la explicación está en las causas inmediatas de la morta-
lidad. El país sufre de una alta incidencia de enfermedades cardiovas-
culares, lo cual refl eja aspectos relacionados con la dieta y las formas
de vida. Además de esta epidemia del “primer mundo”, a la Federa-
ción Rusa la acechan cada vez más las enfermedades infecciosas,
tales como la tuberculosis y el VIH/SIDA, las que se han convertido
en una creciente amenaza. Por otra parte, las tasas de homicidios y
suicidios son altas respecto de los estándares en los países industria-
lizados y aumentaron durante los años noventa, y ambos indicadores
están estrechamente ligados al excesivo consumo de alcohol.
La reestructuración del mercado laboral, la profunda y prolon-
gada recesión económica de los años noventa y el colapso del sis-
tema público de prestaciones sociales pueden haber aumentado el
nivel de estrés psicológico y social que experimenta la población, lo
cual se vio refl ejado en un aumento del consumo de alcohol y de las
enfermedades que de allí se derivan. Al mismo tiempo, se produjo un
aumento en la delincuencia violenta ligada al derrumbe de las insti-
tuciones estatales relacionadas con la ley, el orden y la seguridad.
La actividad económica informal y el cumplimiento de los contratos
a través de la violencia contribuyeron a la reducción de la esperanza
de vida: la tasa de homicidios masculinos se duplicó en la primera
mitad de los años noventa.
s allá de la delincuencia violenta y el estrés psicosocial, la
propagación de enfermedades infecciosas prevenibles —en parti-
cular la tuberculosis, las infecciones intestinales agudas y la difte-
ria— destaca los defectos del sistema de atención de salud. El gasto
público en el sector disminuyó del 3,5% del PIB en 1997-98 a un
promedio de 2,9% durante 19992001. Los hogares más pudientes
recurren cada vez más a nuevos servicios de salud privados, pero la
demanda generalizada de coimas y otros pagos informales pone a
la atención “gratuita” de salud pública fuera del alcance de muchas
familias más pobres.
Las tendencias de la mortalidad en Rusia representan uno de
los desafíos más serios en términos del desarrollo humano de prin-
cipios del siglo XXI. Un aumento tan agudo de la mortalidad pone
de relieve la necesidad de realizar una mejor investigación para
identi car las causas del excedente en la mortalidad masculina y
de adoptar políticas públicas decididas destinadas a identi car a
la población vulnerable y protegerla durante los períodos de rápida
transición socioeconómica. Un aspecto particularmente importante
es la creación de instituciones que la población considere legítimas
y que sean capaces de supervisar un proceso complejo de reformas
económicas. Otras economías de transición, como, por ejemplo,
Polonia, han conseguido revertir las tendencias negativas de mor-
talidad y aumentar la esperanza de vida.
Recuadro 1.2 Crisis de mortalidad en la Federación Rusa: “faltan” siete millones de hombres
1. El término “mujeres desaparecidas” suele encontrarse en la literatura y se usa para ilustrar los diferenciales en la mortalidad femenina en algunas zonas
de África Subsahariana y Asia Meridional (Sen 1999). La cantidad de mujeres u hombres desaparecidos se calcula comparando la actual relación mujeres-
hombres con la relación considerada normal en ausencia de un sesgo de género signi cativo.
Fuentes: Shkolnikov y Cornia 2000; Banco Mundial 2005e; Men y otros 2003; Malyutina y otros 2002.
17 lugares y la Federación Rusa en 15. La desorga-
nización económica causada por la desintegración
de la Unión Soviética fue uno de los dos motivos
del retroceso, el otro, una caída catastró ca en la es-
peranza de vida. Rusia descendió 48 lugares en la
clasi cacn de la esperanza de vida en el mundo en
el período 1990 a 2003 (Recuadro 1.2).
La relación entre la clasi cación alcanzada en
cuanto a riqueza y aquella en cuanto a IDH di ere
entre un país y otro. Bangladesh y China son dos
de los países que más mejoraron su clasi cación en
el índice. Desde 1990, Bangladesh subió 14 lugares
en esta clasi cación, pero sólo 10 lugares en el or-
denamiento mundial según la riqueza. Esto indica
que el progreso social avanzó más que el progreso
económico en Bangladesh si se compara con los re-
sultados de otros países. En China, por el contrario,
que mantuvo su impresionante ascenso en la clasi-
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1
La situación del desarrollo humano
26 INFORME SOBRE DESARROLLO HUMANO 2005
cación del IDH, el progreso económico fue mayor
que el progreso social. El país subió 20 lugares en la
clasi cación del IDH y 32 lugares en la clasi cación
de riqueza.
Una sencilla descomposición del IDH brinda
nuevas perspectivas acerca de los catalizadores im-
plícitos del cambio. Partiendo de niveles muy disí-
miles, Bangladesh, China y Uganda aumentaron su
puntuación en el IDH en cerca de 20% desde 1990.
En China, el crecimiento económico fue el compo-
nente más importante en el cambio. En Bangladesh,
fue el aumento en el ingreso, aunque estuvo muy
lejos del nivel alcanzado en China: el ingreso pro-
medio aumentó aproximadamente en un cuarto de
la tasa de China. Sin embargo, Bangladesh avan
de manera equilibrada en las tres dimensiones del
IDH, con mayores aumentos en esperanza de vida
y educación que China. En Uganda, la esperanza de
vida mejoró en niveles mínimos y el grueso de los
avances en el IDH fue el resultado del aumento de
la matriculación escolar y, en grado menor, del in-
greso. El mecanismo de descomposición se explica
en mayor detalle en el Recuadro 2 de las Notas sobre
estadísticas.
Los ejemplos recién nombrados plantean temas
importantes para los encargados de la formulación
de políticas. Para que el desarrollo humano pro-
grese, es necesario avanzar en un frente amplio ya
que las pérdidas en bienestar humano vinculadas
a la esperanza de vida, por ejemplo, no se pueden
compensar con avances en otras áreas, como el
ingreso o la educación. Por cierto, los avances en
cualquier área son difíciles de mantener cuando el
progreso no es generalizado. Por ejemplo, una mala
salud puede frenar el crecimiento económico y los
buenos resultados obtenidos en educación, en tanto
que un crecimiento lento reduce los recursos dis-
ponibles para inversiones sociales. Los ejercicios de
descomposición del IDH destacan los desafíos que
enfrentan diferentes grupos de países. Para China,
el reto se traduce en asegurar que el pujante au-
mento en el ingreso genere avances sostenidos en las
dimensiones no económicas del desarrollo humano.
Después de todo, el ingreso es un medio para con-
seguir el desarrollo humano, no un  n en sí mismo.
En Uganda, en cambio, la tarea es avanzar a partir
de los logros alcanzados en educación y al mismo
tiempo descubrir por qué razón los avances en esta
área y en el ingreso no se proyectan a la salud. Ban-
gladesh demuestra que se puede apoyar un fuerte
avance en desarrollo humano en un frente amplio
incluso con niveles relativamente modestos de in-
cremento del ingreso. Para el desarrollo en el futuro,
es fundamental que se mantenga este progreso y pa-
ralelamente se acelere el crecimiento económico y se
reduzca la pobreza de ingresos.
Algunos países se desempeñan mucho mejor
que otros en la tarea de convertir la riqueza en desa-
rrollo humano, como se desprende del IDH. Arabia
Saudita tiene un ingreso medio mucho más elevado
que Tailandia, pero ocupa una posición similar en
la clasi cación de este índice (Figura 1.5). Guate-
mala casi dobla el ingreso medio de Viet Nam, pero
clasi ca en una posicn más baja en el IDH. Gran-
des brechas entre la riqueza de un país y su clasi -
cación en el IDH suelen ser una indicación de pro-
fundas desigualdades estructurales que impiden la
conversión de la creación de riquezas en desarrollo
humano. También apuntan a falencias en las polí-
ticas públicas y a la incapacidad de los gobiernos de
poner en marcha estrategias destinadas a extender
las oportunidades hacia los grupos pobres, mar-
ginados o desfavorecidos. Según se muestra en el
Capítulo 2, las desigualdades estructurales tienen
fuerte incidencia en la velocidad del progreso hacia
los ODM.
Si miramos más allá del IDH, persisten enor-
mes dé cit en el campo de las capacidades huma-
nas y las metáforas acerca del vaso del desarrollo
humano que lo describen como medio vacío o bien
medio lleno no hacen más que distraer la atención
de un hecho abrumador: el increíble nivel de pri-
vación evitable que aún persiste en el seno de un
mundo cada vez más próspero.
Los límites que enfrenta
el desarrollo humano
No existe indicador más poderoso —o preocu-
pante— de la privación de capacidades que la mor-
talidad infantil y, sin embargo, cada año mueren
más de 10 millones de niños antes de cumplir cinco
os
10
. La participación de África Subsahariana
en la mortalidad infantil va en aumento: la región
representa el 20% de los nacimientos, pero el 44%
de las muertes en la niñez. Hoy en día es posible pre-
venir prácticamente todas las muertes en la infan-
cia y, sin embargo, cada dos minutos mueren cuatro
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DESARROLLO
HUMANO
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1
La situación del desarrollo humano
INFORME SOBRE DESARROLLO HUMANO 2005 27
personas sólo de paludismo (de las cuales tres son
niños). La mayoría de estas muertes se podría evi-
tar mediante la aplicación de medidas sencillas y de
bajo costo. A pesar de que enfermedades como el
sarampión, la di eria y el tétano se pueden preve-
nir mediante vacunas, hoy causan otros dos a tres
millones de muertes infantiles
11
. Por cada niño que
muere, millones más se enferman o no asisten a la
escuela, atrapados en un círculo vicioso donde la
de ciente salud en la infancia se traduce en pobreza
en la vida adulta. Al igual que las 500.000 mujeres
que mueren cada año por causas relacionadas con
el embarazo, más de 98% de los niños que mueren
cada año son de países pobres. En otras palabras,
mueren debido al lugar en que nacieron.
Los avances en la reducción de la pobreza han
sido parciales y todavía uno de cada cinco habitantes
del mundo, esto es, más de mil millones de perso-
nas, sobrevive con menos de un dólar al día, un nivel
de pobreza tan abyecto que amenaza la superviven-
cia. Otros 1.500 millones de personas viven con uno
o dos dólares al día. Esto signi ca que más de 40%
de la población del mundo en la práctica forma una
subclase global que día a día se enfrenta a la dura
realidad o a la amenaza de la extrema pobreza.
La pobreza de ingreso está estrechamente vin-
culada con el hambre. En un mundo de abundan-
cia, millones de personas sufren hambre todos los
as y más de 850 millones, incluido uno de cada
tres niños en edad preescolar, todavía se encuentran
atrapados en el círculo vicioso de la malnutrición
y sus efectos
12
. La malnutrición debilita el sistema
inmune y con ello aumenta el riesgo de tener mala
salud, lo cual a la vez agrava la malnutrición. Cerca
de 50% de las muertes de niños en edad preescolar
se puede atribuir directamente a la interacción entre
la malnutrición y las enfermedades infecciosas
13
.
Niños aquejados por apenas un moderado peso in-
ferior al normal tienen cuatro veces más probabili-
dades de morir de una enfermedad infecciosa que
un niño bien alimentado.
A su vez, la vulnerabilidad a las enfermedades
infecciosas se ve potenciada por un de ciente acceso
a agua limpia no contaminada y saneamiento. Más
de mil millones de personas carecen de acceso a este
tipo de agua y 2.600 millones no disponen de sanea-
miento mejorado. Las enfermedades transmitidas
por medio del agua o los desechos generados por el
ser humano ocupan el segundo lugar en las causas de
muerte en la niñez en todo el mundo, después de las
infecciones del tracto respiratorio. El número total
de víctimas se calcula en 3.900 niños al día
14
.
El déficit de oportunidades educacionales
sigue siendo enorme y, en una economía globali-
zada, cada día más sustentada en el conocimiento,
todavía se niega la más básica educación primaria
a unos 115 millones de niños
15
. La mayoría de los
niños no matriculados en la escuela vive en África
Subsahariana y Asia Meridional (Figura 1.6). En
promedio, para un niño que hoy nace en Mozambi-
que se puede esperar una asistencia de cuatro años
a la educación formal, mientras que uno que nace
en Francia asistirá 15 años con niveles de educación
inmensamente superiores. En Asia Meridional, la
escolaridad media de un niño de ocho años alcanza
apenas 50% de la escolaridad respectiva en países
de ingreso alto. Es más, si bien la brecha de la ma-
triculación en educación primaria posiblemente se
esté acortando entre países ricos y pobres, se está
profundizando en términos de la cantidad de años
de educación (Figura 1.7), incluso si no se tiene en
cuenta las diferencias en la calidad de la educación:
menos del 25% de los niños zambianos son capaces
de pasar las pruebas de alfabetización básica cuando
terminan la educación primaria
16
. Entre tanto, el
acceso a la educación superior sigue siendo un pri-
vilegio disponible en especial a los ciudadanos de
países de ingreso alto. Estas desigualdades educa-
cionales de hoy serán las desigualdades sociales y
económicas globales de mañana.
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La situación del desarrollo humano
28 INFORME SOBRE DESARROLLO HUMANO 2005
Las desigualdades basadas en el género siguen
afectando la educación de las niñas. Pese a la dismi-
nución de la brecha entre niños y niñas, una niña
promedio puede esperar recibir un año menos de
educación que un niño en los estados africanos y
árabes y dos años menos en Asia Meridional. En
14 países africanos, las niñas representan menos de
45% de la población que asiste a la educación pri-
maria. En Pakistán, representan exactamente 41%
y de existir paridad de género, dos millones adicio-
nales de niñas asistirían a la escuela en ese país. En
el mundo en desarrollo tomado en conjunto, 75% de
las niñas termina la educación primaria, porcentaje
que sube a 85% para los niños. Sin embargo, las dis-
paridades de género aumentan en los niveles secun-
dario y terciario y esta profunda diferencia no sólo
constituye una violación del derecho universal a la
educación, sino además una amenaza para el futuro
de las perspectivas de desarrollo humano: la edu-
cación de las niñas es uno de los catalizadores más
poderosos del progreso social en una amplia gama
de indicadores.
¿El fi n de la convergencia?
La mayoría de las capacidades humanas han estado
convergiendo gradualmente en gran parte de los
últimos 40 años. Partiendo de una base muy baja,
los países en desarrollo como grupo han estado
acortando su distancia de los países ricos en temas
como la esperanza de vida, la mortalidad infantil y
el alfabetismo. Un aspecto preocupante de la actual
tendencia en el desarrollo humano es que la tasa glo-
bal de convergencia está disminuyendo su ritmo y,
para un grupo grande de países, la divergencia se
está transformando en la norma.
En un mundo de desigualdades ya de por sí
extremas, las brechas en desarrollo humano entre
países ricos y pobres, en algunos casos, se están pro-
fundizando mientras que en otros se están acor-
tando muy lentamente. El proceso no es uniforme
y existen grandes variaciones entre regiones y países.
Si bien vivimos en un mundo donde los derechos
universales proclaman que todos los seres humanos
tienen el mismo valor, el lugar donde se ha nacido
determina las oportunidades que se tendrá en la
vida. En las siguientes secciones se examinarán tres
áreas donde las desigualdades entre los países re e-
jan y refuerzan la desigualdad de oportunidades
para desarrollarse: divergencias en la esperanza de
vida, moderación del avance en la mortalidad in-
fantil y atenuación en las reducciones de la pobreza
de ingreso y la desigualdad.
La esperanza de vidael gran retroceso
Vivir una vida larga y saludable es un indicador
básico de las capacidades humanas y las desigualda-
des en esta área tienen una enorme incidencia en el
bienestar y las oportunidades. A partir de comien-
zos de los años noventa, comenzó a disminuir el
ritmo de avance de la tendencia de convergencia —
de larga data— en la esperanza de vida entre ricos y
pobres debido a la divergencia entre regiones asocia-
das con el VIH/SIDA y otros retrocesos.
Visto desde una perspectiva global, la brecha
en la esperanza de vida aún se está cerrando. Desde
1960 a la fecha, la esperanza de vida aumentó en
más de 16 años en los países en desarrollo y sólo
algo menos de seis años en los países desarrollados
17
.
Desde 1980, la brecha se ha acortado en dos años.
Sin embargo, es necesario situar esta convergencia
en el contexto pertinente. Sólo tres meses de los dos
años de convergencia desde 1980 son previos a 1990,
año desde el cual la convergencia se ha detenido y
las brechas siguen siendo muy grandes. La brecha
media en la esperanza de vida entre países de ingreso
bajo y alto todavía es de 19 años. Alguien que haya
nacido en Burkina Faso puede esperar vivir 35 años
menos que alguien nacido en Japón, mientras que
alguien nacido en la India puede esperar vivir 14
años menos que alguien que lo haya hecho en los
Estados Unidos.
La esperanza de vida también es un indicador
de lo sana que probablemente será una persona. Una
forma de medir el riesgo es evaluar el nivel de mor-
talidad evitable, esto es, el exceso de riesgo de morir
antes de una edad determinada en comparación con
un grupo demográ co de otro país. Cuando se uti-
liza el promedio de los países de ingreso alto como
punto de comparación, se determina que sería po-
sible evitar más de la mitad de la mortalidad que
afecta a los países en desarrollo. Los adultos entre 15
y 59 años de edad corresponden a algo menos de un
tercio de todas las muertes que ocurren en los países
en desarrollo, pero sólo un quinto en los países desa-
rrollados
18
. Las grandes desigualdades implícitas en
estas cifras destacan lo que se ha de nido comoley
de atención inversa”, esto es, que la disponibilidad
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La situación del desarrollo humano
INFORME SOBRE DESARROLLO HUMANO 2005 29
de atención médica es inversamente proporcional a
las necesidades. Las desigualdades en los recursos
para la salud son un aspecto medular de esta ley. El
gasto per cápita en salud  uctúa entre un promedio
superior a US$3.000 en los países de ingreso alto de
la OCDE que tienen los riesgos de salud más bajos
y US$78 en los países de ingreso bajo que tienen los
riesgos más elevados, y mucho menos en varios de
los países más pobres
19
.
El progreso respecto de la esperanza de vida
ha sido asimétrico: mientras que América Latina,
Oriente Medio y Asia han convergido con los países
ricos y la esperanza de vida en Asia Meridional ha
aumentado en un decenio durante los últimos 20
años, los países de la ex Unión Soviética y de África
Subsahariana se han rezagado aún más.
La esperanza de vida ha disminuido drástica-
mente en los países que conformaban la ex Unión
Soviética, en especial para los hombres. En el caso
de los hombres de la Federación Rusa, ésta ha caído
de 70 años a mediados de los años ochenta a 59 años
en la actualidad, cifra inferior a la de la India. El co-
lapso económico, la erosión que ha afectado la pres-
tación de servicios de bienestar social y las elevadas
tasas de alcoholismo y enfermedad han cobrado
su tributo (Recuadro 1.2). Los males no transmi-
sibles (como las enfermedades cardiovasculares y
las lesiones) aportan el mayor aumento porcentual
de las muertes, si bien las enfermedades infecciosas
también van en aumento. Si la tasa de mortalidad se
mantiene constante, alrededor de 40% de los hom-
bres rusos que hoy tienen 15 años habrán fallecido
antes de cumplir los 60 años
20
.
África Subsahariana es la región que explica la
desaceleración en el progreso hacia una mayor equi-
dad global en la esperanza de vida. Hace 20 años,
para cualquier persona nacida en África Subsaha-
riana este indicador era de 24 años menos que para
una persona nacida en un país rico y la brecha se
estaba acortando. Sin embargo, hoy la brecha es de
33 años y va en aumento. El VIH/SIDA es un factor
fundamental de este retroceso. En 2004, se calcula
que unos tres millones de personas murieron a causa
del virus y otros cinco millones se infectaron. Casi
todas las muertes ocurrieron en el mundo en desa-
rrollo, el 70% de ellas en África. Se calcula que en la
actualidad hay 38 millones de personas infectadas
con el VIH y, de éstas, 25 millones viven en África
Subsahariana (Recuadro 1.1)
21
.
Aunque las estadísticas por sí solas no sean ca-
paces de captar toda la magnitud del sufrimiento
asociado con el VIH/SIDA, nos permiten com-
prender el alcance de la conmoción demog ca que
ha causado en los países más afectados. De acuerdo
con indicadores actuales, un niño que hoy nace en
Zambia tiene menos probabilidades de sobrevivir
más allá de los 30 años que un niño que nacía en
Inglaterra en 1840 (Figura 1.8). En toda África
Subsahariana, un niño que nace hoy tiene menos
oportunidades de sobrevivir hasta los 45 años.
Pese a lo impactante que son las estadísticas,
minimizan el impacto humano que ha causado el
VIH/SIDA. En Europa, Francia experimentó entre
1913 y 1918 la conmoción demográ ca aislada que
causó más sufrimientos desde la peste bubónica,
cuando los efectos combinados de la Primera Gue-
rra Mundial y el brote de in uenza de 1918 redu-
jeron la esperanza de vida en alrededor de 16 años.
Aunque un episodio traumático, no fue nada en
comparación con las pérdidas en esperanza de vida
de 31 años que han sufrido países como Botswana
(Figura 1.9). En Zambia, la esperanza de vida ha
disminuido en 14 años desde mediados de los años
1980. Y la tasa de recuperación proyectada se sitúa
mu
y por debajo de la de Francia en aquella ocasión.
Mirando hacia el futuro, África es el continente
que enfrenta los mayores riesgos en desarrollo hu-
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1
La situación del desarrollo humano
30 INFORME SOBRE DESARROLLO HUMANO 2005
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mano relacionados con el VIH/SIDA. Pero por do-
quier surgen nuevas amenazas. Graves epidemias han
surgido en varios estados de la India. En Tamil Nadu
se han detectado tasas de prevalencia de VIH supe-
riores a 50% entre las trabajadoras sexuales, mientras
que tanto en Andhra Pradesh como en Maharashtra
se ha superado la tasa de prevalencia de 1%
22
.
La incidencia del VIH/SIDA también está au-
mentando en los países de la ex Unión Soviética.
En este momento, Ucrania tiene una de las mayores
tasas de incremento de VIH en el mundo, mientras
que la Federación Rusa, que ocupa el segundo lugar
(y tiene un millón de infectados), es aquejada por
la epidemia más grande dentro de la región
23
. La
gran mayoría de las personas infectadas con VIH
son jóvenes y la dependencia de drogas intravenosas
constituye el mayor acelerador de la propagación.
Al igual que en otras partes de Europa Oriental,
la epidemia se encuentra en su fase inicial, lo que
signi ca que una intervención oportuna todavía
la puede detener —y revertir. Sin embargo, si no se
presta la debida atención a la epidemia, hay muchas
posibilidades de que se extienda cuando llegue a la
población general.
La respuesta internacional para afrontar el pro-
blema del VIH/SIDA ha sido muy poco adecuada.
En una época de ciencia, tecnología y opulencia eco-
nómica, nada demuestra mejor el fracaso de los paí-
ses ricos en abordar la enfermedad que los estragos
que ésta ha causado en grandes segmentos de la hu-
manidad. El peligro del virus del SIDA se conoció a
principios de los años ochenta. Cuando se publicó el
primer Informe sobre Desarrollo Humano en 1990,
sólo se habían noti cado 133.000 casos a la Orga-
nización Mundial de la Salud (OMS) y más de dos
tercios de estos casos habían ocurrido en América
del Norte. El Informe terminaba diciendo: “Es pro-
bable que el SIDA revierta muchos de los avances
logrados en…aumentar la esperanza de vida”. Sin
embargo, recién ahora, unas 20 millones de muertes
después, está emergiendo un esfuerzo internacional
convincente. Todavía una fracción muy reducida de
los necesitados tiene acceso a servicios de prevención
y tratamiento, menos de 8% de las mujeres embara-
zadas es tratada para evitar la transmisión madre a
hijo y menos de 4% de las personas que requieren tra-
tamiento antirretroviral en África están obteniendo
las drogas
24
. Existen unos pocos casos aislados de re-
sultados positivos en países como Senegal y Uganda,
los que han frenado la expansión de la epidemia y
están comenzando a revertirla, al igual que en Brasil
y Tailandia, donde se han salvado vidas mediante la
aplicación de políticas públicas dinámicas que mejo-
ran el acceso a los fármacos. Estos ejemplos demues-
tran que es factible cumplir la meta de tratar tres
millones de personas de aq a nes de 2005 como
primer paso para hacer retroceder la epidemia.
La lenta y restringida respuesta internacional
para enfrentar la crisis del VIH/SIDA ha contri-
buido directamente a profundizar las desigualdades
mundiales en salud. Pero también es un claro ejem-
plo de los costos implícitos que implica aplazar las
medidas. En 2004, el mundo gastó unos US$6.000
millones en combatir el virus a través del Fondo
Mundial de Lucha contra el SIDA, la Tuberculosis y
la Malaria
25
. De haber movilizado esos recursos 20
años antes, habría sido posible revertir la epidemia,
mientras que hoy esa cantidad no es ni siquiera su-
ciente para frenarla y mucho menos para cumplir
la meta de los ODM de “detener y comenzar a re-
ducir la propagación del VIH/SIDA de aquí al año
2015”. La respuesta de la comunidad internacional
a una amenaza mundial para la salud pública ha
sido absolutamente inadecuada. Al mismo tiempo,
muchos gobiernos de los países más afectados han
respondido al desafío sin precedentes que plantea
el VIH/SIDA negando la crisis, aplicando medidas
convencionales y actuando con descuido, situación
que expuso a sus ciudadanos a graves riesgos.
Las mujeres y los niños en último lugar
La supervivencia de los niños es uno de los indica-
dores más sensibles del bienestar humano, la riqueza
comparativa de las naciones y la e cacia de las políti-
cas públicas. Contra este telón de fondo, las tenden-
cias en las muertes en la niñez se aproximan rápi-
damente al punto en que ameritan ser declaradas
emergencia de salud internacional. De los 57 millo-
nes de personas que murieron en el mundo en 2002,
uno de cada cinco era un niño menor de cinco años,
es decir que muere casi un niño cada tres segundos.
Se calcula que cuatro millones murieron en su pri-
mer mes de vida, el período neonatal
26
. Casi todas
las muertes en la niñez ocurrieron en el mundo en
desarrollo, pero el gasto para prevenirlas se concen-
tra en su mayor parte en los países ricos.
Se conocen muy bien las intervenciones que po-
drían prevenir o tratar de manera e caz las enfer-
51334_UNDP_017_054_ACG.indd 3051334_UNDP_017_054_ACG.indd 30 8/12/05 2:17:46 PM8/12/05 2:17:46 PM
1
La situación del desarrollo humano
INFORME SOBRE DESARROLLO HUMANO 2005 31
medades que causan la muerte de niños y mujeres
en edad reproductiva y la mayoría es poco costosa
y muy e caz en función de los costos. Dos de cada
tres muertes en la niñez se podrían evitar mediante
la entrega de los servicios de salud más básicos. Y, no
obstante, se permite que continúe una catástrofe de
salud que cobra más vidas humanas que la pande-
mia del VIH/SIDA. Nada como lo anterior puede
destacar más la brecha entre lo que somos capaces de
hacer para evitar el sufrimiento posible de prevenir
y lo que decidimos hacer con la riqueza y las tecno-
logías que tenemos a nuestra disposición.
Si bien la mortalidad infantil ha mantenido
su tendencia descendente en el último decenio, el
ritmo se ha aminorado en el tiempo. Durante los
años noventa a 2003, las tasas de mortalidad infantil
disminuyeron un tercio menos que durante los años
ochenta (Figura 1.10)
27
, descenso que ha cobrado
su costo en vidas. Si los avances de los años ochenta
se hubieran mantenido durante los años noventa y
en el decenio actual, habrían muerto al menos un
millón menos de niños en 2003
28
. La mortalidad
neonatal se está reduciendo mucho más lentamente
que la mortalidad infantil, lo cual implica que, en
términos porcentuales, mueren más niños en su pri-
mer mes de vida que antes
29
. De las cuatro millones
de muertes en este período, tres cuartas partes ocu-
rren durante la primera semana de vida.
Esta historia de la supervivencia infantil en el
último decenio es a la vez el anal de una divergencia,
ya que la brecha entre los países ricos y pobres va
en aumento, en especial entre los países ricos y los
países de África, pero también con países de otras
regiones (Figura 1.11). Si en 1980 la tasa de morta-
lidad infantil era 12 veces más alta en África Subsa-
hariana que en los países ricos, ahora lo es 29 veces.
Sin embargo, el desafío de la mortalidad infantil no
se limita a África Subsahariana, ya que incluso en
países que tienen un crecimiento económico más
sólido, se están aminorando los avances en la reduc-
ción de la mortalidad infantil. No hay una única
causa que explique esta desaceleración. Gran parte
de la disminución ocurrida desde los años setenta se
debe a los niveles de vida en aumento y a la menor
cantidad de muertes causadas por enfermedades
diarreicas y otras posibles de prevenir con vacunas.
Otros importantes asesinos relacionados directa-
mente con la pobreza (como la malnutrición y las
infecciones respiratorias agudas) han disminuido
más lentamente y las muertes debido al paludismo
han ido en aumento.
Las tasas de mortalidad infantil subrayan una
de las lecciones principales del desarrollo humano:
no hay ningún vínculo automático entre ingreso y
progreso social. Si bien las tasas de mortalidad sue-
len disminuir cuando aumenta el ingreso, los paí-
ses con niveles similares de ingreso muestran gran-
des disparidades en este indicador (Figura 1.12).
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1
La situación del desarrollo humano
32 INFORME SOBRE DESARROLLO HUMANO 2005
Por ejemplo, en Honduras y Viet Nam las tasas de
mortalidad neonatal son muy inferiores a las de la
India y Pakistán. Estos hechos indican que el creci-
miento económico no es una ruta garantizada hacia
un ritmo más acelerado de reducción de la morta-
lidad infantil.
Esta conclusión está respaldada por el historial
del último decenio. Algunas de las historias más
notorias de exitoso crecimiento económico y glo-
balización no han mostrado el mismo éxito en su
reducción de la mortalidad infantil. China y, en un
grado menor, la India, se encuentran al frente de los
países de alto crecimiento en etapa de globalización.
Sin embargo, los avances anuales en la disminución
de las muertes en la niñez redujeron su ritmo a partir
de 1990, pese a que el crecimiento económico se in-
crementó (Figura 1.13). El caso de China demuestra
que incluso con niveles de vida en aumento y tasas de
crecimiento económico realmente espectaculares no
se consigue de manera automática acelerar la dismi-
nución de las tasas de mortalidad infantil. El ingreso
per cápita aumentó de 8,1% en el decenio 1980 a 85%
en el período 1990–2003, incremento que permitió
mantener avances impresionantes en la reducción de
la pobreza. De hecho, China ya alcanzó la meta de
los ODM de reducir la pobreza de ingreso a la mitad
respecto de sus niveles de 1990. Sin embargo, sobre
la base de información de la ONU, la tasa anual de
disminución de la incidencia de la mortalidad in-
fantil descendió de 2,3% durante los años ochenta
a 1,9% en los años 1990–2003
30
. Hay variaciones
dentro de esta tendencia y un cambio en los años de
referencia arrojaría resultados diferentes. Por cierto,
este menor ritmo ha suscitado la inquietud de que
China quis no sea capaz de cumplir con la meta de
los ODM de reducir en dos tercios la mortalidad de
los niños menores de cinco años hasta el año 2015,
a pesar de su sólido historial en un amplio espectro
de indicadores de desarrollo humano
31
.
Pese a tener un nivel mucho más elevado de
mortalidad infantil que China, la India parece
apuntar en la misma dirección. Es posible que el
crecimiento más acelerado haya puesto al país en la
senda correcta para alcanzar la meta de los ODM de
reducir la pobreza a la mitad, pero está muy mal en-
caminado para cumplir la meta acordada en cuanto
a la mortalidad infantil. La tasa anual de disminu-
ción en este índice se redujo de 2,9% durante los
años ochenta a 2,3% a partir de 1990, una reduc-
ción de casi 20%. Al igual que en China, esta des-
aceleración ocurrió en un período de crecimiento
económico en aumento.
Los acontecimientos en la India y China tienen
fuertes repercusiones mundiales. La India sola da
cuenta de 2,5 millones de muertes de niños cada
año, una de cada cinco del total mundial, mientras
que las de China representan otras 730.000, más
que cualquier otro país excepto la India. ¿Cuál es el
motivo de esta desaceleración en el ritmo del avance?
Hay quienes sostienen que es inevitable. Ampliar
el nivel de prestación de los servicios de salud pú-
blica a través de programas de inmunización y otros
puede arrojar enormes bene cios en salud pública,
en especial disminuir los elevados niveles de morta-
lidad. Sin embargo, según este argumento, una vez
recogidos los frutos al alcance de la mano, el pro-
blema queda concentrado especialmente en las po-
blaciones más difíciles de alcanzar, más vulnerables
y menos accesibles a las intervenciones de políticas
públicas, lo cual hace subir los costos marginales de
salvar vidas y modera los avances.
Aplicado en el contexto que estamos exami-
nando, el argumento de los ‘frutos al alcance de la
mano’ es poco creíble. Algunos países, entre ellos
Malasia, han acelerado la tasa de reducción de la
mortalidad infantil a partir de niveles ya de por sí
bajos. Otros han mantenido un rápido avance en el
tiempo, incluso en períodos de lento crecimiento.
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La situación del desarrollo humano
INFORME SOBRE DESARROLLO HUMANO 2005 33
En 1980, la tasa de mortalidad infantil de Egipto
superaba la que hoy existe en Etiopía y a su actual
ritmo de avance, en 2010 alcanzará el nivel de Sue-
cia. Egipto ya logró cumplir la meta de los ODM. El
bajo ingreso tampoco constituye un impedimento
para avanzar. Tanto Viet Nam como Bangladesh
han acelerado el ritmo de disminución de su tasa de
mortalidad infantil. De hecho, con un nivel de in-
greso más bajo y una tasa comparable de crecimiento
económico, Viet Nam ya ha sobrepasado a China
en cuanto a mejoras en la mortalidad infantil. De
manera similar, con un nivel de ingreso inferior y
un crecimiento mucho menor, Bangladesh ha reba-
sado a la India (Figura 1.14). Se trata de diferencias
que importan. De haber equiparado la India la tasa
de disminucn en la mortalidad infantil que tuvo
Bangladesh durante el último decenio, la cantidad
de niños que morirán este año se reduciría en unos
732.000. Y si China hubiese equiparado la de Viet
Nam, se salvarían unas 276.000 vidas. Esto indica
que todavía hay un enorme campo para la rápida
disminución de la mortalidad de niños en la India
y China. Para ambos países, las tendencias de mor-
talidad infantil plantean inquietudes más genera-
les respecto de la salud pública y la distribución de
los bene cios de la globalización al interior de los
países en desarrollo. La integración a los mercados
globales mani estamente ha incrementado la crea-
ción de riquezas, generado dinamismo económico y
elevado los niveles de vida para millones de persones
en la India y China. Al mismo tiempo, sin embargo,
para grandes segmentos de la población, el “ ltrado
hacia abajo” de los bene cios del éxito económico
en cuanto a desarrollo humano es lento y, en algu-
nas áreas primordiales de la salud pública, parece
estar aminorando su velocidad.
Para cambiar esta situación, será necesario apli-
car políticas públicas que encaren las desigualdades
profundamente enquistadas entre ricos y pobres,
hombres y mujeres, regiones más prósperas y menos
prósperas. Estas desigualdades se encuentran arrai-
gadas en las diferencias de poder y son perpetuadas
por las opciones en materia de políticas públicas. Si la
India abordara las desigualdades básicas en salud con
el mismo nivel de dinamismo e innovación que ha
desplegado en los mercados tecnológicos mundiales,
podría muy pronto quedar encaminada en la senda
correcta para cumplir las metas de los ODM. Seña-
les prometedoras indican que las políticas públicas
ahora podrían haber tomado la dirección correcta.
Durante el año 2005, el anuncio de nuevos progra-
mas ambiciosos para someter el sistema de salud a
una revisión general y ampliar los servicios en las
zonas pobres marca una nueva etapa en las políticas.
Los éxitos económicos han aumentado los recursos
nancieros disponibles para este tipo de programas y
algunos estados han demostrado que es posible avan-
zar con celeridad. El desafío se traduce en asegurar
que la reforma e caz se arraigue en los estados y las
zonas que representan el grueso del dé cit en desa-
rrollo humano de la India (Recuadro 1.3).
La mortalidad infantil está estrechamente rela-
cionada con la mortalidad materna. Más de 15 años
después del lanzamiento de la Iniciativa de Mater-
nidad Segura de parte de los gobiernos del mundo,
se calcula que cada año mueren unas 530.000 mu-
jeres durante el embarazo o el parto. Estas muertes
son la punta de un iceberg. Al menos ocho millo-
nes de mujeres se ven aquejadas cada año de graves
complicaciones durante el embarazo o el parto, con
riesgos importantes para su salud. Al igual que en
el caso de la mortalidad infantil, la gran mayoría
de estas muertes ocurren en países en desarrollo y
Asia Meridional (donde la mortalidad materna es
de 540 muertes por cada 100.000 nacidos vivos)
y África Subsahariana (donde es de 920 por cada
100.000 nacidos vivos) dan cuenta del 75% del
total. El riesgo de morir por causas ligadas al em-
barazo  uctúa entre uno de cada 18 en Nigeria y
uno de cada 8.700 en Cana. Y como sucede con
la mortalidad infantil, la mayoría de las muertes po-
drían evitarse: cerca de tres cuartas partes serían po-
sibles de prevenir mediante intervenciones de bajo
costo. A pesar de esto, los niveles totales de morta-
lidad materna parecen haber cambiado poco en el
último decenio, especialmente en la mayoría de los
países que dan cuenta del grueso de estas muertes.
Las comparaciones entre países y los análisis preci-
sos de las tendencias son difíciles de realizar debido
a la información incompleta e incorrecta. (Recua-
dro 5 de la Nota estadística). Sin embargo, algunos
indicadores sustitutos, como tasas de fecundidad y
asistencia prestada por personal de salud cali cado,
indican que la disminución anual de la mortalidad
está reduciendo su ritmo
32
.
La salud materno-infantil es un barómetro de
otras áreas del desarrollo humano: la situación de
la salud pública, el estado nutricional y la adqui-
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1
La situación del desarrollo humano
34 INFORME SOBRE DESARROLLO HUMANO 2005
“El escaso mejoramiento de la salud de nuestro pueblo es un tema
que causa gran inquietud. No hemos prestado la debida atención a
la salud pública”
1
Dr. Manmohan Charan Singh, Primer Ministro de la India, abril
de 2005.
La experiencia de la India ha sido ampliamente divulgada como
una positiva muestra de las bondades de la globalización. Durante
los últimos dos decenios, el país ascendió a la primera liga mundial
en términos de crecimiento económico; las exportaciones de alta
tecnología registran un auge enorme y los emergentes consumido-
res de la clase media del país se han convertido en un verdadero
imán para los inversionistas extranjeros. Sin embargo, la situación
en cuanto a desarrollo humano no es tan espectacular como los lo-
gros en el plano de la integración mundial, tal como lo ha reconocido
con franqueza el Primer Ministro indio.
La incidencia de la pobreza de ingresos ha disminuido de al-
rededor de 36% a principios de los años noventa a la cifra actual
de entre 25% y 30%, si bien los números exactos son materia de
gran controversia debido a problemas con los datos de encuestas.
Pero en términos generales, la información sugiere que el repunte
del crecimiento no se traduce en una disminución acorde de la po-
breza y lo que es más inquietante aún, las mejoras en las tasas de
mortalidad infantil comienzan a desacelerarse, con lo cual la India
está ahora mal encaminada hacia la consecución de las metas con-
templadas en los ODM. Algunas de las ciudades ubicadas en el sur
del país pueden estar viviendo un auge tecnológico, pero uno de
cada 11 niños indios muere antes de cumplir cinco años a falta de
intervenciones de bajo costo y nivel tecnológico. En efecto, el índice
de desnutricn, el cual se ha mantenido casi inalterado en el último
decenio, afecta a la mitad de los niños del país y alrededor de una
de cada cuatro niñas, y más de uno de cada diez niños, no asisten
a la escuela primaria.
¿Por qué el acelerado aumento del ingreso no ha logrado poner
a la India en una senda más segura de reducción de la pobreza? Si
bien la pobreza extrema se concentra en las zonas rurales de los
estados del Norte, entre otros Bihar, Madhya Pradesh, Uttar Pradesh
y Bengala Occidental, los cuales constituyen un verdadero cinturón
de pobreza, el aumento de los ingresos ha sido más dinámico en
otros estados, en zonas urbanas y en los sectores relacionados con
los servicios. Por su parte, la pobreza rural ha disminuido acelera-
damente en algunos estados, como Gujarat y Tamil Nadu, pero no
se han obtenido resultados similares en los estados del Norte. En
el ámbito nacional, el desempleo rural sube, la producción agrícola
aumenta menos del 2% anual, los salarios agrícolas están estanca-
dos y el crecimiento casi no implica la generación de más puestos
de trabajo. En efecto, durante los años ochenta cada 1% del cre-
cimiento del ingreso nacional generó tres veces más puestos de
trabajo respecto del decenio siguiente.
El problema más grave que enfrenta la India es el legado en
desarrollo humano. En particular, las generalizadas desigualdades
de género, además de la pobreza rural y las desigualdades entre los
estados, están minando el potencial para convertir el crecimiento
en desarrollo humano.
Este simple dato constituye tal vez la muestra más cruda de la
desigualdad entre hombres y mujeres: las niñas entre uno y cinco
años de edad tienen 50% de probabilidades de morir que los niños,
hecho que se traduce en 130.000 niñas “menos”. Hasta los 30 años,
las tasas de mortalidad femenina siguen siendo más altas que las de
los hombres, tendencia opuesta a la del típico patrón demográfi co.
En efecto, las diferencias de género re ejan una amplia preferencia
por los hijos varones, particularmente en los estados del Norte. A
las niñas, menos valoradas que sus hermanos, se las lleva a los es-
tablecimientos de salud cuando la enfermedad está más avanzada,
reciben atención de médicos menos califi cados y se gasta menos
dinero en su salud. La baja condición y las desventajas educaciona-
les que sufren las mujeres tienen un efecto directo sobre su salud y
la de sus hijos; alrededor de un tercio de los niños de la India nacen
con peso insufi ciente, lo cual es un refl ejo de la mala salud de las
madres.
Recuadro 1.3 La Indiauna historia de globalización con resultados positivos y antecedentes encontrados en materia de
desarrollo humano
Diferencias entre estados de la India
Indicador India Kerala Bihar Rajasthan Uttar Pradesh
Proporción de mujeres en la población (%) 48 52 49 48 48
Tasa de mortalidad menores de cinco años (por cada 1.000 nacidos vivos) 95 19 105 115 123
Tasa de fecundidad total (nacimientos por mujer) 2,9 2 3,5 3,8 4
Partos atendidos por personal sanitario (%) 42 94 23 36 22
Niños que reciben todas las vacunas (%) 42 80 11 17 21
Fuente : IIPS y ORC Macro 2000.
(continúa)
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1
La situación del desarrollo humano
INFORME SOBRE DESARROLLO HUMANO 2005 35
La falta de servicios adecuados de salud pública empeora la
vulnerabilidad. Después de 15 años de introducida la vacunación
infantil, las encuestas nacionales de salud sugieren que sólo 42%
de los niños están totalmente vacunados, con tasas de cobertura
muy bajas en aquellos estados con mayores índices de mortalidad
infantil, las que en Bihar y Uttar Pradesh son inferiores al 20%. La
India puede ser líder mundial en servicios de software computacio-
nal, pero respecto de la vacunación de los niños de zonas rurales
pobres su puntaje es menos sorprendente.
La desigualdad de género es uno de los frenos más poderosos
del desarrollo humano. La educación de las mujeres es un tema en
sí mismo importante, pero también está estrechamente asociada a
la mortalidad infantil. La tasa de mortalidad de los niños menores de
cinco años hijos de madres analfabetas supera dos veces a aquella
de los niños cuyas madres han completado la escuela intermedia
(Ver Figura). Además de ser menos propensas a la desnutrición, las
madres con más educación suelen recurrir con mayor frecuencia a
los servicios de salud, tienen menos hijos a una edad más madura
y es más probable que distan-
cien los partos, todos factores
asociados positivamente con
la supervivencia de los niños.
Aparte de privar a las niñas de
un derecho básico, las des-
igualdades de la India en ma-
teria de educación se traducen
en más muertes infantiles.
Las desigualdades entre
los estados interactúan con
las desigualdades de ingreso
y de género (Ver Cuadro). Sólo
cuatro estados son responsa-
bles de la mitad de las muer-
tes infantiles: Bihar, Madhya
Pradesh, Rajasthan y Uttar
Pradesh, zonas que tambn
están marcadas por algunas
de las desigualdades de gé-
nero más profundas de la India. En efecto, el contraste con Kerala es
asombroso; las niñas que nacen en este estado tienen cinco veces
s probabilidades de llegar a su quinto cumpleaños y dos veces
s probabilidades de aprender a leer y escribir, y tenderán a vivir
20 años más que las niñas que nacen en Uttar Pradesh. Estas dife-
rencias están vinculadas a la mala prestación crónica de servicios
de salud en los estados del Norte caracterizados por altas tasas de
mortalidad, lo que a su vez se relaciona con estructuras de ejercicio
del poder estatal que no asumen el deber de rendir cuentas por su
accionar.
Para convertir los éxitos económicos en avances en desarrollo
humano se necesitan políticas públicas destinadas explícitamente
a extender la distribución de los benefi cios provenientes del creci-
miento y la integración mundial, mayor inversión pública en zonas
rurales y servicios y, por sobre todas las cosas, liderazgo político
para terminar con la mala conducción y abordar las causas profun-
das de la desigualdad de género.
Hay señales alentadoras del posible surgimiento de tal lide-
razgo. En 2005, el Gobierno de la India lanzó un programa desti-
nado especialmente a 300.000 aldeas, con un enfoque inicial en los
estados más pobres del Norte y del Noreste, la Misión Nacional de
Salud Rural cuyos fondos ascienden a US$1.500 millones. También
se han contraído compromisos en cuanto a aumentar el gasto en
salud pública desde el 0,9% del ingreso nacional al 2,3% y el gasto
en educación también ha aumentado. Además, en un esfuerzo des-
tinado a generar las condiciones para apurar el crecimiento rural y
disminuir la pobreza en este sector, se han adoptado ambiciosos
programas de inversión pública a fi n de ampliar la infraestructura
rural, lo que incluye el suministro de agua potable y caminos.
Además de todo lo anterior, traducir el mayor compromiso -
nanciero en mejores resultados requiere un enfoque más decidido
en términos de prestación efectiva y medidas destinadas a mejo-
rar la calidad de los servicios públicos. Existen sufi cientes modelos
innovadores para sacar experiencias. Por ejemplo, estados como
Himachel Pradesh y Tamil Nadu han sostenido rápidos progresos
en educación, no sólo a través del aumento de las partidas presu-
puestarias sino que gracias a la mayor rendición de cuentas de los
proveedores de servicios y la aplicación de incentivos, tales como
becas, almuerzos escolares y textos de estudio gratuitos, todos los
cuales apuntan a aumentar la participación de los hogares pobres.
Superar decenios de falta de inversión en desarrollo humano y
desigualdades de género profundamente arraigadas constituye un
enorme desafío cuya superación requiere de un liderazgo político de
primera clase. Si tal liderazgo no aparece y no se amplían las opor-
tunidades en salud y educación para todos, independientemente
del nivel de riqueza y del género, la situación terminará siendo un
obstáculo para las futuras perspectivas de la India en la economía
mundial.
Recuadro 1.3 La Indiauna historia de globalización con resultados positivos y antecedentes encontrados en materia de
desarrollo humano
(continuación)
0ROMEDIO
NACIONAL

,ASDESIGUALDADESEN
EDUCACIØNFRENANELPROGRESO
4ASADE
VACUNACIØN
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1. BBC News 2005a.
Fuentes: BBC News 2005a; Cassen, Visaria y Dyson 2004; Kijima y Lanjouw 2003; Joshi 2004; Dev 2002; Dréze y Murthi 2001.
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La situación del desarrollo humano
36 INFORME SOBRE DESARROLLO HUMANO 2005
sición de poder de decisión de parte de la mujer,
entre otros. El fracaso en la prestación de servicios
de salud pública se ve re ejado en el hecho de que
al año se podrían salvar cerca de seis millones de
vidas infantiles mediante intervenciones sencillas
de bajo costo (Recuadro 1.4). El sarampión causa
más de medio millón de muertes al año, mientras
que la di eria, la pertusis (tos ferina) y el tétano
(vacuna triple) siegan la vida de otro medio millón.
Casi todas estas muertes se podrían haber evitado
mediante la inmunización
33
. Todavía 37 millones
de niños del mundo no están inmunizados con la
vacuna triple y los avances en la cobertura de las
inmunizaciones se han detenido en gran parte del
mundo en desarrollo, particularmente entre los
pobres. Hoy dicha cobertura es inferior al 50%
para los niños que viven en hogares cuyos ingresos
están bajo el umbral de pobreza internacional de
un dólar al día
34
. Tan sólo en África mueren tres
niños cada dos minutos debido al paludismo
35
.
Muchas de estas muertes se deben a la falta de un
simple mosquitero tratado con insecticida y menos
de 2% de los niños que residen en zonas infecta-
das con paludismo duerme debajo de uno de estos
implementos que los protegen de los insectos
36
. A
un costo promedio de tres dólares por mosquitero,
la inversión en esta medida parece ser reducida y
permite prevenir una enfermedad que al año cobra
más de un millón de vidas y explica una de cada
cuatro muertes de niños en África. Sin embargo, se
trata de una inversión que la comunidad interna-
cional y los gobiernos nacionales han estado poco
dispuestos a hacer. El gasto en paludismo efectuado
por el Fondo Mundial de Lucha contra el SIDA, la
Tuberculosis y la Malaria sólo representa US$450
millones al año
37
.
Existen factores más allá del sector de la salud
que también tienen gran incidencia. Luis Pasteur en
su tiempo escribió que “el microbio no es nada, lo
decisivo es el terreno”
38
. La pobreza y las asimetrías
de podery la incapacidad de solucionarlas de -
nen el terreno en que ocurren las muertes materno-
infantiles. La mala alimentación de las madres es
otro factor importante que contribuye a las muer-
tes neonatales, mientras que la malnutrición es un
factor implícito en el 50% de todas las muertes de
niños menores de cinco años. Los niños pobres y
mal alimentados tienen más probabilidades de
enfermarse y son menos capaces de sobrellevar las
enfermedades de la infancia. Se estima que cerca
de 3.900 niños mueren cada día por causa de en-
fermedades transmitidas por el agua sucia o la falta
de higiene
39
. Estos impedimentos al progreso rela-
cionados con la pobreza están estrechamente vin-
culados con la desigualdad de género y la deprimida
condición de la mujer. En gran parte del mundo en
desarrollo, en especial en Asia Meridional, la mujer
no tiene facultades para exigir sus derechos respecto
de los recursos nutricionales y de salud, lo cual la
expone, junto con sus niños, a un mayor riesgo de
muerte
40
.
Si bien la muerte en la niñez es el indicador
más extremo de la desigualdad de oportunidades
de vida, las disparidades entre ricos y pobres nos
La mayoría de las muertes infantiles son evitables. Aunque el rápido
crecimiento económico podría reducir la tasa de mortalidad, este
índice es más alto de lo que debería porque, inexcusablemente,
no se aplican intervenciones efi cientes, de bajo costo y bajo nivel
tecnológico y no se abordan tampoco las causas estructurales de
la pobreza y la desigualdad.
Una investigación comparativa de distintos países publicada en
Lancet en 2003 identifi có las 23 intervenciones que ejercen el efecto
más enérgico sobre la mortalidad infantil; 15 de ellas son preventivas
y ocho curativas e incluyen tratamientos como terapia de rehidra-
tación oral, medicamentos, mosquiteros tratados con insecticidas
para prevenir el paludismo y atención prenatal y obstétrica. La ma-
yoría de las intervenciones pueden entregarse a bajo costo a través
de personal de salud capacitado y comunidades locales. Usando
datos de 2000 y suponiendo una cobertura del 100% para las inter-
venciones, los autores del estudio concluyeron que se podrían haber
evitado alrededor de dos de cada tres muertes infantiles, unos seis
millones de niños en total.
Este hallazgo destaca el enorme potencial que implica atacar
uno de los problemas más graves en desarrollo humano que enfrenta
la comunidad internacional. Las enfermedades contagiosas y las in-
fecciones sistémicas, como la neumonía, la septicemia, la diarrea y
Recuadro 1.4 Salvar seis millones de vidas es factible y asequible
(continúa)
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La situación del desarrollo humano
INFORME SOBRE DESARROLLO HUMANO 2005 37
el tétano, provocan dos de cada tres muertes infantiles, casi todas
ellas evitables. Las 2,5 millones de decesos a causa de cuadros de
diarrea o neumonía podrían reducirse considerablemente a través
de intervenciones a nivel comunitario que cuenten con el respaldo
de organismos gubernamentales. Las prioridades específi cas en
términos de las intervenciones varian entre los países y no existe
una solución única, pero el problema común está relacionado con la
baja cobertura de los servicios, la gran desigualdad relacionada con
la pobreza y la escasa atención que prestan las políticas de salud
pública a la mortalidad neonatal.
Existen varios mitos que refuerzan la idea según la cual sería
imposible cumplir la meta de los ODM de reducir en dos tercios la
mortalidad infantil, entre los cuales lo más comunes son:
Mito 1. Lograr una disminución rápida es inasequible. Falso.
Algunos países enfrentan importantes restricciones fi nancieras,
de ahí la necesidad de que cuenten con más ayuda. Pero la
mortalidad infantil es un ámbito en el cual se pueden obtener
grandes retornos con pequeñas inversiones. Una reciente in-
vestigación comparativa de países sobre mortalidad neonatal
identifi ca un conjunto de intervenciones, las cuales incluso con
una cobertura de 90% en 75 países con alta tasa de mortalidad,
podrían reducir los indicadores en 59% y salvar 2,3 millones de
vidas. El costo de US$4.000 millones involucrado es equivalente
al gasto militar de dos días en los países desarrollados.
Mito 2. La clave del éxito consiste en las intervenciones de alta
tecnología como las unidades de cuidados intensivos. Falso.
Tanto Suecia a fi nes del siglo XIX como el Reino Unido después
de 1945 lograron reducir en forma veloz la mortalidad neonatal
a través de la prestación de atención prenatal gratuita, asisten-
cia califi cada en el parto y mayor disponibilidad de antibióticos.
Países en desarrollo tales como Malasia y Sri Lanka tambn
han conseguido bajas notables de los indicadores de mortali-
dad neonatal mediante intervenciones simples y muchas veces
domésticas y en el ámbito de los distritos que han recurrido a la
capacitación de los trabajadores de la salud y las parteras y al
nanciamiento público para la prestación de los servicios.
Mito 3. Los pses pobres no cuentan con la capacidad institu-
cional para ampliar la escala. Falso. Las instituciones son im-
portantes, pero muchos países pobres han conseguido avances
pidos usando sus estructuras institucionales en forma crea-
tiva. Por ejemplo, Egipto logró la caída más veloz de la tasa de
mortalidad infantil en todo el mundo desde 1980 y Bangladesh,
Honduras, Nicaragua y Viet Nam también han conseguido pro-
gresos notables. En todos estos casos, los programas descen-
tralizados a nivel de distrito han integrado a la prestación de
servicios de salud componentes de salud materno-infantil, entre
los que se incluye la vacunación, el tratamiento de la diarrea
y la atención prenatal. También invirtieron en la capacitación
de los trabajadores de la salud y las parteras y en enfocar los
benefi cios en las poblaciones vulnerables. Incluso en los paí-
ses que exhiben un desempeño de ciente se pueden encontrar
pruebas del potencial de ampliación de la escala. En efecto, un
proyecto experimental de tres años que abarcaba 39 aldeas del
estado indio de Maharashtra amplió los programas de atención
prenatal básica a través de la prestación residencial e interven-
ciones clínicas simples por un costo de US$5 por persona cu-
bierta. La tasa de mortalidad infantil disminuyó de 75 muertes
por cada 1000 nacidos vivos en el período de base (1993-1995)
a 39 muertes tres años más tarde. La tasa de mortalidad en un
distrito contiguo disminuyó sólo de 77 por cada 1000 nacidos
vivos a 75 durante el mismo período.
La posibilidad real de conseguir avances rápidos refl eja el
enorme défi cit de la prestación actual. Por ejemplo, en África Subs-
ahariana menos del 40% de las mujeres cuentan con atención ade-
cuada al momento de dar a luz y en Asia Meridional la cifra es de
menos del 30%. En efecto, más de 60 millones de mujeres dan a luz
todos los años sin contar con asistencia adecuada. Otro aspecto
que aumenta la vulnerabilidad es la desigualdad a la hora de usar
los servicios, un tema que se aborda en el Capítulo 2. Las mujeres
s pobres son más propensas a estar desnutridas y tienen menos
probabilidades de aprovechar los servicios, porque éstos no exis-
ten, son imposibles de costear o son de mala calidad. Más allá de
la prestación de servicios, las profundas desigualdades de género
exacerban el problema. Los cálculos sugieren que el espaciamiento
de los nacimientos podría reducir las tasas de mortalidad en 20% en
la India y en 10% en Nigeria, países con las mayores tasas de morta-
lidad neonatal. Un aspecto central del problema es la falta de control
sobre la fecundidad, la cual está relacionada con un desequilibrio de
poder tanto al interior como fuera del hogar.
Los verdaderos obstáculos para avanzar hacia la reducción
drástica de las muertes infantiles no son de corte institucional ni
nanciero, aunque estos ámbitos presentan problemas. En efecto,
es necesario abordar la mala calidad de los servicios y los défi cit
crónicos de nanciamiento. Al mismo tiempo, las estrategias de re-
ducción de la pobreza deben centrarse más en las causas estructu-
rales de la alta mortalidad vinculadas a la baja condición de la mujer,
las desigualdades en el acceso a la atención de salud y la falta de
prioridades claras en cuanto a la salud materno-infantil.
Fuentes: Cousens y Zupan 2005; Mills y Shilcutt 2004; Wagstaff y Claeson 2004.
Recuadro 1.4 Salvar seis millones de vidas es factible y asequible (continuación)
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La situación del desarrollo humano
38 INFORME SOBRE DESARROLLO HUMANO 2005
llevan a un problema más general. La gran mayoría
de quienes viven en países acaudalados tienen ac-
ceso a recursos  nancieros, tecnologías y servicios
para prevenir, o en el caso de enfermedades como el
SIDA, al menos posponer la muerte. Por el contra-
rio, la gran mayoría de quienes habitan en los paí-
ses pobres —más aún si ellos mismos lo son— no
tienen esa posibilidad. Esta sostenida desigualdad
en el estado de salud suscita inquietudes medulares
acerca de la incapacidad de los gobiernos de los paí-
ses acaudalados de desarrollar un patrón de globa-
lización que incorpore mecanismos redistributivos
que corrijan los desequilibrios fundamentales en las
oportunidades de vida
41
.
Pobreza de ingresoaminoración
del progreso en un mundo desigual
“La marea de la pobreza y la desigualdad, que en
el pasado amenazaba con hundir el mundo, está
comenzando a revertirse”, declara un informe muy
in uyente sobre la globalización
42
. Este sentimiento
re eja una creencia muy generalizada de que —al
menos en el aspecto del ingreso— la integración
mundial marca el advenimiento de una nueva era
de convergencia. Es un sentimiento que en el mejor
de los casos sólo está respaldado marginalmente por
los datos. La pobreza está disminuyendo, pero sólo
lentamente desde mediado de los años noventa y,
entre tanto, la desigualdad mundial se mantiene a
niveles extraordinariamente altos.
A escala global, los últimos dos decenios fueron
testigo de una de las reducciones más aceleradas de
la pobreza en la historia del mundo. Sin embargo,
cualquier evaluacn de las tendencias de la pobreza
de ingreso debe tener en cuenta las enormes varia-
ciones entre una región y otra. La reducción de la
pobreza mundial ha estado impulsada en gran me-
dida por el extraordinario éxito en Asia Oriental y
muy especialmente en China. En el otro extremo
del espectro, en África Subsahariana, en 2001 vi-
vían casi 100 millones más de personas con menos
de unlar al día respecto de 1990. Asia Meridio-
nal disminuyó la incidencia de la pobreza, pero no
la cantidad absoluta de personas pobres. América
Latina y Oriente Medio no registraron avances,
mientras la pobreza aumentó drásticamente en Eu-
ropa Central y Oriental y en la CEI. La cantidad
de personas que en esta región vive con menos de
dos dólares diarios se incrementó de 23 millones en
1990 a 93 millones en 2001, o dicho de otro modo,
de 5% a 20%.
Usando una metáfora del ámbito militar, la
guerra contra la pobreza tuvo avances en el frente
oriental, masivos reveces en África Subsahariana
y estancamiento en un amplio frente entre estos
dos polos. La tendencia que preocupa con miras al
futuro es que el avance general está reduciendo su
ritmo. Gran parte de los éxitos en la reduccn de la
pobreza de los últimos dos decenios se lograron en
los años ochenta y la primera mitad de los años no-
venta (Cuadro 1.2). Desde mediados de este último
decenio, la disminución de la pobreza de un dólar
al día se ha desacelerado hasta llegar a un quinto
de la tasa que registraba en el período 1980 a 1996.
Esta desaceleración se produce en el contexto del re-
punte del crecimiento medio para el mundo en de-
sarrollo en el decenio 1990 y su aumento a más del
doble de la tasa per cápita del decenio anterior. En
En el otro extremo del
espectro, en África
Subsahariana, en 2001 vivían
casi 100 millones más de
personas en condiciones de
pobreza respecto de 1990
Porcentaje de la población que vive con menos de un dólar al día (PPA en US$) (%)
Regn 1981 1984 1987 1990 1993 1996 1999 2001
Asia Oriental y el
Pacífi co
56,7 38,8 28,0 29,5 24,9 15,9 15,3 14,3
Europa y Asia Central 0,8 0,6 0,4 0,5 3,7 4,4 6,3 3,5
América Latina y el
Caribe
10,1 12,2 11,3 11,6 11,8 9,4 10,5 9,9
Oriente Medio y África
Septentrional
5,1 3,8 3,2 2,3 1,6 2,0 2,7 2,4
Asia Meridional 51,5 46,8 45,0 41,3 40,1 36,7 32,8 31,9
África Subsahariana 41,6 46,3 46,9 44,5 44,1 46,1 45,7 46,4
Total mundial 40,4 33,0 28,5 27,9 26,3 22,3 21,5 20,7
Fuente : Banco Mundial 2005d.
Cuadro 1.2 Caída en la pobreza de ingresos, 1981-2001
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La situación del desarrollo humano
INFORME SOBRE DESARROLLO HUMANO 2005 39
China, por ejemplo, la tasa a la cual el crecimiento
se traduce en reducción de la pobreza ha disminuido
marcadamente. Entre 1990 y 2001, la incidencia de
la pobreza de un dólar al día disminuyó en 50%, lo
que implica que ahora hay 130 millones personas
menos que viven bajo el umbral de pobreza interna-
cional. Sin embargo, más de 90% de la disminución
se registró entre 1990 y 1996.
El ritmo de progreso en la reducción de la po-
breza de ingreso es una función de dos factores: el
crecimiento económico y el porcentaje de cualquier
incremento de este crecimiento que sea captado por
los pobres. Ningún país ha sido capaz de mantener
un progreso sostenido en la disminución de la po-
breza de ingreso en condiciones de estancamiento
de su economía. En Asia Oriental, el elevado cre-
cimiento ha sido fundamental para reducir esta
pobreza y, en fecha más reciente, el despegue eco-
nómico de la India ha creado el potencial necesa-
rio para lograr una acelerada disminución de la po-
breza. Con la tasa de crecimiento per cápita de 4%
anual lograda desde 1980, el ingreso se duplica cada
17 años, mientras que con la tasa de 1% que caracte-
rizaba al país en los dos decenios antes de 1980, los
ingresos tardaban 66 años en duplicarse.
En otras regiones, la perspectiva del crecimiento
ha sido menos alentadora. Hoy, el ingreso medio en
África Subsahariana es inferior a su nivel en 1990.
En los últimos años se han presenciado señales de
recuperación en varios países, entre otros Burkina
Faso, Etiopía, Ghana, Mozambique y Tanzania. Sin
embargo, hay que situar esta recuperacn en el con-
texto pertinente: con el crecimiento per cápita anual
de 1,2% experimentado desde el año 2000, África
Subsahariana recién en el año 2012 habrá restable-
cido el ingreso medio a sus niveles de 1980. En los
países de la ex Unión Soviética, la transición trajo
consigo una de las depresiones más profundas ex-
perimentadas en el mundo desde la Gran Depresión
de los años treinta y en muchos casos los ingresos
todavía son más bajos que hace 15 años pese al cre-
cimiento positivo de los últimos años. Desde 1990,
Tasa de crecimiento anual del PIB per cápita, 1990-2003 (%)
Región Negativa 0%-1% 1%-2% Más de 2%
Estados Árabes
Países
Población (millones)
5
34
4
70
2
19
5
139
Asia Oriental y el Pacífi co
Países
Población (millones)
4
3
1
6
3
81
13
1.814
América Latina y el Caribe
Países
Población (millones)
4
43
8
74
9
345
12
79
Asia Meridional
Países
Población (millones)
0
0
0
0
1
152
7
1.324
África Subsahariana
Países
Población (millones)
18
319
8
108
8
171
11
76
Europa Central y Oriental y la CEI
Países
Población (millones)
10
253
5
58
1
10
11
85
Países de la OCDE de ingresos altos
a
Países
Población (millones)
0
0
2
135
6
224
15
510
Total mundial
Países
Población (millones)
41
653
28
450
32
1.081
76
4.030
a. No incluye a la República de Corea, ya que está considerada dentro de Asia Oriental y el Pací co.
Fuente : Cuadros de indicadores 5 y 14
Cuadro 1.3 Bandas de crecimiento del ingreso
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La situación del desarrollo humano
40 INFORME SOBRE DESARROLLO HUMANO 2005
el ingreso per cápita real ha disminuido en más de
10% en Kirguistán, Rusia y Ucrania y en 40% o más
en Georgia, Moldova y Tayikistán. En Rusia, 10%
de la población vive con menos de dos dólares al día
y 25% vive con ingresos que la sitúa debajo del um-
bral de pobreza de subsistencia nacional. La mayor
parte de Oriente Medio y América Latina ha expe-
rimentado un incremento del ingreso promedio que
es sólo marginal.
Estas cifras subrayan la ambivalente experiencia
de los países con el crecimiento económico. Mien-
tras la integración mundial se ha asociado con el
crecimiento acelerado de algunos países, los actua-
les patrones de crecimiento siguen siendo incompa-
tibles con el logro de los ODM. En promedio, los
países necesitan crecer entre 1% y 2% per cápita al
año para reducir la pobreza a la mitad en un período
de 25 años, según se contempla en los ODM. En el
período1990-2003, más de mil millones de perso-
nas vivían en países que crecían a menos de esta tasa
y cerca de 50% de éstos están ubicados en África
Subsahariana (Cuadro 1.3). Otros quince países de
Europa Central y Oriental también crecían a tasas
inferiores a 1% per cápita durante ese período. Es
cierto que los años recientes son más prometedores y
que una sólida recuperación económica está impul-
sando la reducción de la pobreza. Las tasas de cre-
cimiento promedio fueron de 6% a 9% en Rusia y
Ucrania a partir de 2000, tasas que aumentan entre
9% y 13% en Armenia, Azerbaiyán y Tayikistán. En
Rusia, los niveles de pobreza se redujeron a la mitad
entre 1999 y 2002, lo cual signi ca que cerca de 30
millones de personas pudieron salir de la pobreza.
El estancamiento económico ha sido una carac-
terística generalizada de la era de la globalización
y durante los años noventa, 25 países situados en
África Subsahariana y 10 en América Latina expe-
rimentaron un sostenido período de paralización de
este tipo
43
. La volatilidad vinculada con las crisis
en los mercados de capitales ha sido otro problema
recurrente bajo la globalización, el cual incide fuer-
temente en la pobreza. En los dos años posteriores
a la crisis  nanciera que hundió a Rusia en 1998,
30 millones de personas fueron empujadas a nive-
les inferiores al umbral de pobreza
44
. En Argentina,
la población que vive por debajo del umbral de po-
breza extrema aumentó en más de tres veces entre
el año 2000 y 2003, lo que nuevamente subraya
la lección aprendida de la crisis  nanciera de Asia
Oriental de 1997: la integración a los mercados de
capitales globales conlleva altos riesgos para el de-
sarrollo humano
45
.
Desigualdad y la participación
de los países pobres en el
aumento de la riqueza mundial
La globalización ha generado un debate extenso y
en ocasiones acalorado acerca de las tendencias que
marcan la distribución mundial del ingreso, sus vín-
culos con la pobreza y la posibilidad de que la inte-
gración a los mercados globales esté produciendo
una convergencia o divergencia de ingresos entre
países ricos y pobres. Las tendencias son importan-
tes, dado que la porción del aumento en la riqueza
mundial que capturan los países pobres incide en
el ingreso medio y, por ende, en las perspectivas de
reducción de la pobreza.
¿Están los países pobres captando una porción
mayor o menor del aumento global de la riqueza? La
respuesta a esta pregunta depende en parte de su for-
mulación
46
. Para la mayoría de los países más pobres
del mundo, el decenio recién pasado ha marcado
una tendencia desalentadora: estos países no sólo
han fracasado en reducir la pobreza, sino también
están quedando aún más rezagados respecto de los
países ricos. Si se miden los grupos extremos, la bre-
cha entre el ciudadano medio de los países más ricos
y el de los más pobres es enorme y está aumentando.
En 1990, el norteamericano medio era 38 veces más
rico que el tanzano medio y hoy es 61 veces más rico
que éste. El ingreso medido en términos de paridad
del poder adquisitivo en los países de ingreso bajo
como grupo constituye la décima tercera parte del
nivel de los países de ingreso alto.
Si el cálculo se realiza ponderando la poblacn, el
esquema cambia. Debido al incremento más rápido
del ingreso en China y en la India (aunque en forma
menos espectacular) que en los países de ingreso
alto durante los últimos dos decenios, la brecha
media se ha ido estrechando en términos relati-
vos y esta situación invierte la tendencia hacia una
mayor desigualdad global que se inició en 1820 y
se mantuvo hasta 1992
47
. Sin embargo, también en
este aspecto hay que situar la idea de la convergen-
cia en las circunstancias que la rodean. El elevado
crecimiento de la India ha sido uno de los motores
más poderosos de la convergencia. Sin embargo, con
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La situación del desarrollo humano
INFORME SOBRE DESARROLLO HUMANO 2005 41
las tendencias que marcaron los años 2000 a 2005,
la India recién en 2106 podrá llegar al nivel de los
países de ingreso alto. Para otros países y regiones,
las perspectivas de convergencia son incluso más
restringidas: si los países de ingreso alto dejaran de
crecer hoy y América Latina y África Subsahariana
mantuvieran su actual trayectoria de crecimiento,
América Latina se tardaría hasta el año 2177, mien-
tras que África hasta el año 2236 para alcanzar a
los países ricos.
La mayor parte de las regiones en desarrollo
están quedando a la zaga de los países ricos en lugar
Cuando se construye un modelo de distribución del ingreso
mundial a partir de las encuestas de gastos domiciliarios se ob-
serva lo desigual que es el mundo. El ejercicio también sirve para
identifi car a la subclase que vive con menos de dos dólares al día
y comparar su situacn con aquellos del extremo superior de la
escala de distribución del ingreso mundial.
Si el mundo fuese un país, en 2000 habría tenido un ingreso
promedio en términos de la paridad del poder adquisitivo de
US$5.533 y una mediana de ingresos de US$1.700. La diferencia
entre el ingreso promedio y la mediana apunta a la concentración
del ingreso en el extremo superior de la escala: el ingreso del
80% de los habitantes del mundo es inferior al promedio. Mien-
tras tanto, el ingreso promedio del 20% superior de la población
del mundo supera en alrededor de 50 veces el ingreso promedio
del 20% ubicado en el tramo inferior.
La distribución del ingreso mundial se parece a una copa
de champaña (Ver Figura 1.16 en el texto). En la parte de arriba,
donde la copa es más ancha, el 20% más rico de la población
obtiene tres cuartas partes del ingreso mundial. En la parte in-
ferior del pie, donde la copa es más angosta, el 40% más pobre
contiene sólo 5% del ingreso mundial y el 20% más pobre, sólo
el 1,5%. A grandes rasgos, este 40% más pobre corresponde a los 2.000 millones de personas que
viven con menos de dos dólares al día.
¿Cómo ha cambiado, a lo largo del tiempo, la composición regional del 20% más pobre? La par-
ticipación de Asia Meridional ha caído abruptamente de la mitad en 1980 a un tercio hoy. Refl ejo de
dos decenios de ingresos promedio decrecientes, África Subsahariana detenta una participación cada
vez mayor en el 20% más pobre, la cual ha aumentado en más del doble, desde 1980, de 15% a 36%
y lo sigue haciendo. Una de cada dos personas de esta región se ubica ahora en el 20% más pobre
de la distribución mundial del ingreso, en comparación con una de cada cinco en Asia Oriental y una
de cada cuatro en Asia Meridional.
Como es lógico, los países ricos dominan en el 20% superior. Nueve de cada diez ciudadanos de
estas naciones se encuentran entre el 20% más rico, y los países pertenecientes a la Organización de
Cooperación y Desarrollo Económicos dan cuenta del 85% del ingreso en el decil más rico.
La distribución del ingreso mundial también destaca el nivel extraordinariamente alto de desigual-
dad que registra Arica Latina. La cuarta parte de la población de esta región disfruta de ingresos
que la ubican entre el 20% más rico, mientras que el 8% de sus habitantes se cuentan entre el 20%
s pobre de la escala de la distribución mundial.
Fuente: Dikhanov Yuri, Documento de trabajo, 2005
Recuadro 1.5 El efecto de la copa de champaña: la distribución mundial del ingreso
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La situación del desarrollo humano
42 INFORME SOBRE DESARROLLO HUMANO 2005
de alcanzarlos. Por otra parte, la convergencia es un
concepto relativo. Aun cuando los países en desa-
rrollo presentan mayores tasas de crecimiento, las
desigualdades absolutas de ingreso entre países ricos
y pobres se están profundizando, justamente porque
las brechas iniciales son tan enormes (Figura 1.15).
A modo de ejemplo, si el ingreso promedio creciera
3% en los países de África Subsahariana y en los paí-
ses de alto ingreso de Europa, el cambio absoluto
sería de US$51 adicionales por persona en África y
de US$854 adicionales por persona en Europa.
El debate sobre la desigualdad mundial es
incompleto porque deja de lado un aspecto muy
importante: la desigualdad de ingreso es inmensa,
independientemente de la forma en que se mida,
vaya ésta en aumento o en descenso. Bajo el supuesto
(conservador) de que las 500 personas más ricas
consignadas en la revista Forbes tienen un ingreso no
superior a 5% de sus activos, su ingreso sería más alto
que el de los 416 millones de personas más pobres
48
.
La mejor forma de captar la magnitud de la
desigualdad mundial es mediante los modelos de
distribución del ingreso mundial. Estos modelos se
basan en los datos de Encuestas de Hogares Nacio-
nales para crear una distribución mundial uni cada
del ingreso, mediante la cual se ubica a todas las per-
sonas del mundo en una clasi cación uni cada sin
importar el lugar en que vivan (Recuadro 1.5). Si se
presenta en forma de grá co, la distribución del in-
greso mundial se asemeja a una copa de champaña,
con una gran concentración del ingreso en la parte
superior y un delgado pie en la parte inferior (Figura
1.16)
49
. La brecha entre ambas partes es muy grande
—mucho mayor incluso que la desigualdad de los
países menos equitativos. En Brasil, la relación entre
el ingreso del 10% más pobre de la población y el in-
greso del 10% más rico es 1 a 94. Para el mundo to-
mado en conjunto, es 1 a 103. Si se mide de manera
más sistemática con el coe ciente de Gini, la norma
de uso más generalizada para la desigualdad, el pa-
trón general de distribución mundial ess des-
igual que el de cualquier país, excepto Namibia. En
una escala en que 0 representa la igualdad perfecta
y 100 la total desigualdad, el coe ciente de Gini del
mundo es 67.
Las desigualdades de ingreso entre países repre-
sentan el grueso de la desigualdad de ingreso en el
mundo (Figura 1.17), ya que cerca de dos tercios de
la desigualdad total se deriva de esta fuente. La des-
igualdad al interior de los países explica el saldo. Si
esta desigualdad se reprodujera en el ámbito nacio-
nal, la brecha entre los países ricos y pobres sería con-
siderada indefendible en términos sociales, insoste-
nible en términos políticos e ine ciente en términos
económicos incluso en regiones de alta desigualdad
como América Latina. La desigualdad es menos no-
toria a nivel mundial, pero no por eso menos dañina
para el interés público que la desigualdad al interior
de los países (situación que se explica en más detalle
en el Capítulo 2). Una economía mundial en que
el 40% de la población vive con ingresos tan bajos
que queda excluida de la plena participación en la
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La situación del desarrollo humano
INFORME SOBRE DESARROLLO HUMANO 2005 43
Promover la globalización
mientras se hace la vista
gorda de las preocupaciones
por la igualdad mundial es
adoptar un enfoque cada
vez más anacrónico
creación de riquezas difícilmente es positiva para la
prosperidad y el crecimiento compartidos.
Más allá de los resultados disfuncionales, la
extrema concentración de la riqueza en el extremo
superior de la distribución mundial del ingreso
tiene una consecuencia importante: incluso trans-
ferencias menores —en relación con el ingreso de
los acaudalados— podrían generar aumentos muy
considerables en el ingreso de los pobres. Con la
ayuda del modelo de distribución del ingreso mun-
dial, calculamos los recursos  nancieros totales que
serían necesarios para llevar a toda la población que
hoy vive con menos de un dólar al día a un nivel
de ingreso que la situaría encima del umbral de po-
breza. Este cálculo tiene en cuenta la profundidad
de la pobreza o la brecha entre el ingreso familiar y el
umbral de pobreza. Medido en términos de paridad
del poder adquisitivo del año 2000, el costo de ter-
minar con la extrema pobreza, vale decir, el monto
necesario para llevar a mil millones de personas a
superar el umbral de pobreza de unlar ala, es
de US$300.000 millones. Expresado enrminos
absolutos, parece ser una cantidad muy grande. Sin
embargo, equivale a menos de 2% del ingreso del
10% más rico de la población mundial.
Obviamente, se trata de un mero ejercicio ilus-
trativo para llamar la atención sobre los recursos
nancieros modestos, medidos en términos mun-
diales, que se necesitan para superar la extrema po-
breza. Lograr resultados redistributivos duraderos
y no sólo describir sus bene cios potenciales, plan-
tea retos bastante más complejos. Los porcentajes
del ingreso global re ejan las tendencias actuales
de crecimiento y aquellas pasadas. Indagando más
profundamente, las desigualdades mundiales re-
ejan disparidades en el campo tecnológico, de ca-
pital humano y de recursos para inversión y en los
factores vinculados a la geograa, la historia y —de
importancia crucial— al poder político y econó-
mico, al igual como sucede en cualquier economía
nacional. Revertir los resultados desiguales exige la
aplicación de medidas para reducir las desigualda-
des estructurales más profundas que subyacen tras
dichos resultados.
Algunas personas sostienen que las autorida-
des no necesitan preocuparse de las desigualdades
que se dan más allá de las fronteras de sus países.
Según esta postura, la distribución del ingreso y de
las oportunidades entre países no es un asunto de
política pública. De acuerdo con esta perspectiva,
un comentarista arguye que “independientemente
de la medida, las comparaciones entre países no son
más que una irrelevante manipulación de la infor-
mación
50
. En un mundo cada vez más interconec-
tado e interdependiente, estos puntos de vista están
reñidos con la percepción de la gente y las realida-
des políticas. Si formamos parte de una comunidad
humana mundial, las preocupaciones morales res-
pecto de las desigualdades inaceptables no pueden
circunscribirse a fronteras nacionales. Esto es par-
ticularmente válido si las políticas adoptadas en un
país repercuten en otro. Tal como demuestran cla-
ramente las coaliciones en pos de la justicia social
mundial sobre temas como la ayuda, el comercio
y la deuda, la distribución internacional es impor-
tante para grandes grupos de ciudadanos tanto en
los países ricos como en los pobres. Promover la glo-
balización mientras se hace la vista gorda de las pre-
ocupaciones por la igualdad mundial es adoptar un
enfoque cada vez más anacrónico ante los desafíos
que enfrenta la comunidad internacional.
A veces se asevera erradamente que, aunque
la desigualdad mundial importe, los gobiernos no
pueden in uir en los resultados respecto de la distri-
bución. Dentro de la economía nacional, los gobier-
nos que buscan mejorar la equidad en los resultados
distributivos pueden recurrir a una amplia gama
de instrumentos normativos, dentro de los cuales
guran las transferencias  scales, el gasto público
para aumentar los activos de los pobres y medidas
para ampliar las oportunidades de mercado, entre
muchas otras. La inversión  scal ocuparía un lugar
crucial no sólo para superar las desventajas más di-
rectas, sino también para dotar a las personas de las
competencias que requieren para lograr salir de la
pobreza y aumentar su capacidad para valerse por sí
mismas. A nivel global se dan analogías similares.
La ayuda internacional equivale al mecanismo de
transferencia  scal redistributiva y tiene el poten-
cial de generar un cambio dinámico, por ejemplo,
mediante inversiones en salud, educación e infraes-
tructura. De igual modo, las prácticas del comercio
internacional pueden abrir (o cerrar) oportunidades
a los países pobres y sus ciudadanos para conseguir
una parte más grande de la tarta económica. Sin
embargo, estos mecanismos redistributivos todavía
están muy poco desarrollados, como mostraremos
en los Capítulos 3 y 4.
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La situación del desarrollo humano
44 INFORME SOBRE DESARROLLO HUMANO 2005
Hace 42 años, en las gradas del Lincoln Memorial
en Washington, D.C., Martin Luther King, Jr.
pronunció el discurso que determinó el rumbo del
movimiento por los derechos civiles. Junto con des-
cribir la constitución de los Estados Unidos como
unpagaré” que prometía libertad y justicia social
a todos los hombres, acusaba a los sucesivos gobier-
nos de entregar a los afroamericanos “un cheque
sin fondos que sería devuelto con el sello de ‘fon-
dos insu cientes’ en el dorso”. Y proseguía: “Pero
rehusamos creer que el Banco de la Justicia haya
quebrado. Rehusamos creer que no haya su ciente
fondos en las grandes bóvedas de la oportunidad de
este país”
51
.
Los ODM también pueden considerarse un pa-
garé. Concebido por 189 gobiernos para ayudar a
los pobres del mundo, el pagaré vence en 10 años
más. Sin embargo, sin la necesaria inversión de vo-
luntad política y capital  nanciero ahora, también
será devuelto con el sello de “insu cientes fondos”.
s allá de los costos humanos inmediatos, un in-
cumplimiento de la magnitud de lo que se espera
repercutirá en la credibilidad de los gobiernos que
contrajeron el compromiso y en el futuro de la co-
operacn internacional para resolver problemas de
alcance mundial.
El desarrollo humano implica mucho más que
los ODM, si bien los avances en la consecución de
estos objetivos re ejan progreso hacia el desarrollo
humano. Los ODM representan el conjunto más
integral y detallado de metas alguna vez adopta-
das en pos del desarrollo humano (Recuadro 1.6).
Comprenden los indicadores básicos del desarrollo
humano en sus diversas dimensiones, incluida la
pobreza de ingreso, la educación, la igualdad de gé-
nero, el progreso en la lucha contra las enfermedades
infecciosas y el acceso a agua limpia y saneamiento.
Asimismo, los ODM representan derechos huma-
nos básicos. Mientras medidas tales como el ingreso
nacional bruto global, el valor del intercambio co-
mercial y la magnitud de la inversión extranjera re-
velan algo acerca de lo logrado por el mundo en la
creación de riqueza, los ODM son una señal de algo
más fundamental: el sustento moral y ético de nues-
tras interacciones como comunidad global. Es por
este motivo, como lo formula el informe de la ONU
sobre el Proyecto del Milenio, que “Los ODM son
demasiado importantes para fracasar
52
.
Escenario para el año 2015 — las perspectivas de
cumplir los Objetivos de Desarrollo del Milenio
En septiembre de 2005, la Asamblea General de la ONU revisará los logros con-
seguidos desde que se fi rmó la Declaración del Milenio de 2000, lo que incluye el
avance hacia la consecución de los ocho Objetivos de Desarrollo del Milenio. Estos
Objetivos proporcionan elementos de referencia concretos para medir el avance
en ocho áreas y fi jan el año 2015 como la fecha límite para cumplir la mayoría de
ellos:
Objetivo 1 Erradicar la pobreza extrema y el hambre. Reducir a la mitad el porcen-
taje de personas con ingresos inferiores a un dólar diario y reducir a la
mitad el porcentaje de personas que padecen hambre.
Objetivo 2 Lograr educación primaria universal. Velar porque los niños y las niñas
de todo el mundo puedan terminar el ciclo completo de educación pri-
maria.
Objetivo 3 Promover la equidad de género y la autonomía de la mujer. Eliminar las
desigualdades de género en la educación primaria y secundaria, prefe-
riblemente antes de 2005 y no desps de 2015.
Objetivo 4 Reducir la mortalidad infantil. Reducir en dos tercios la tasa de mortali-
dad de los niños menores de cinco años.
Objetivo 5 Mejorar la salud materna. Reducir en dos tercios la tasa de mortalidad
materna.
Objetivo 6 Combatir el VIH/SIDA, el paludismo y otras enfermedades. Detener y co-
menzar a reducir la propagación del VIH/SIDA y otras enfermedades.
Objetivo 7 Garantizar la sostenibilidad ambiental. Reducir a la mitad la proporción
de personas que carecen de acceso sostenible a agua potable y
saneamiento.
Objetivo 8 Fomentar una asociación mundial para el desarrollo. Reformar la
asistencia y el comercio otorgando un trato especial a los países más
pobres.
Recuadro 1.6 Los Objetivos de Desarrollo del Milenio
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La situación del desarrollo humano
INFORME SOBRE DESARROLLO HUMANO 2005 45
Pero fracasarán, a menos que se produzca un
cambio de marcha en el desarrollo humano, porque
de mantenerse las tendencias descritas más arriba en
este capítulo, las consecuencias para los ODM serán
desastrosas. La mayoría de los países no podrá cum-
plir casi ninguna de las metas, en algunos casos por
márgenes gigantescos. En esta sección, recurrimos
a proyecciones país por país para calcular la magni-
tud de estos márgenes, proyecciones que destacan
los potenciales costos de seguir en la senda acostum-
brada desde este momento y hasta el año 2015.
No es la primera vez que la comunidad inter-
nacional se ha embarcado en metas ambiciosas. Si
las promesas solemnes, los ofrecimientos ambicio-
sos, los compromisos fervorosos y las conferencias
de alto nivel fueran capaces de sacar a la gente de la
pobreza, llevar a los niños a la escuela y disminuir
drásticamente las muertes en la niñez, los ODM se
habrían cumplido hace mucho tiempo. A estas al-
turas, las promesas empeñadas por la comunidad
internacional están tan gravemente desvalorizadas
debido al repetido incumplimiento, que se perciben
de manera generalizada como inservibles. Restaurar
su valor es crucial no sólo para el éxito de los ODM,
sino también para el fortalecimiento de la con anza
en el multilateralismo y la cooperación internacio-
nal, los dos pilares de una paz y seguridad interna-
cional más robustas.
Escenario para el año 2015 —
proyecciones, no predicciones
“Las acciones han alcanzado algo que parece ser
una meseta permanentemente alta”, declaró Irving
Fischer, profesor de economía de la Universidad de
Yale ensperas de la Gran Depresión de octubre
de 1929. Como lo demostraron los acontecimientos
acaecidos apenas unos pocos días desps, la predic-
ción del futuro es riesgosa, ya que los resultados del
futuro rara vez son la continuación de las tendencias
del pasado.
Nuestras proyecciones para 2015 no son pre-
dicciones. Con la ayuda de análisis de tendencias
para 1990-2003 examinamos lo que podría ser el
mundo en 2015 respecto de algunos ODM clave
de mantenerse las actuales tendencias. Estas pro-
yecciones de tendencias se basan en datos de países,
más que en promedios regionales, lo cual arroja una
imagen más precisa de la dirección que han tomado
las actuales tendencias
53
. Sin embargo, las tenden-
cias no conducen a resultados ineludibles ya que las
opciones en políticas públicas pueden mejorarlas (o
empeorarlas) y lo mismo sucede con los factores ex-
ternos en que los gobiernos tienen poca in uencia.
Sin embargo, proyectar los hechos del pasado hacia
el futuro puede ayudar a concentrar la atención pú-
blica al proveer una versión posible del futuro.
Antes de profundizar en nuestro alisis de ten-
dencias, debemos formular varias advertencias. Para
muchos pses y varios objetivos, no se dispone de
información de buena calidad. Por ejemplo, faltan
datos de series cronológicas sobre educación para
46 países. Revisar las tendencias exclusivamente
por objetivo también presenta ciertos problemas.
El progreso en un área es muy condicionado por
el progreso en otras y entre un objetivo y otro ope-
ran fuertes efectos multiplicadores (por ejemplo, de
salud a educación). Por último, algunas de las fuer-
zas que podrían afectar los ODM son difíciles de
prever, entre otras aquellas que se podrían concebir
como amenazas sistémicas. Por ejemplo, el Fondo
Monetario Internacional (FMI) ha alertado acerca
de un menor crecimiento potencial causado por
los actuales desequilibrios en la economía mundial
– un resultado que afectaría los esfuerzos de reduc-
ción de la pobreza en los países en desarrollo. Más
allá de la economía mundial, existen diversas ame-
nazas potencialmente graves para la salud pública:
de producirse el ampliamente anunciado brote de la
gripe aviar, las repercusiones para los ODM serían
devastadoras, como también para la salud pública
de todos los países. De manera similar, las conse-
cuencias a gran escala del calentamiento global y de
otras presiones ecológicas en los sistemas alimen-
tarios podrían cambiar drásticamente el escenario
para reducir la malnutrición.
No hacemos ningún intento de incorporar los
potenciales riesgos sistémicos por lo que nuestros
resultados podan pecar de excesivamente optimis-
tas. Así y todo, éstos apuntan inequívocamente a
una gran brecha entre las metas planteadas en los
ODM y los resultados en caso de mantenerse las ac-
tuales tendencias. El informe sobre el avance global
país por país en mortalidad infantil y matricula-
cn en la escuela se resume en la Figura 1.17, la cual
muestra la cantidad de países que lograrían alcanzar
cada meta de aquí a 2015 si se mantienen las tenden-
cias. También muestra cntos países no alcanzarán
Si las promesas solemnes,
los ofrecimientos
ambiciosos, los
compromisos fervorosos y
las conferencias de alto nivel
fueran capaces de sacar a
la gente de la pobreza, los
ODM se habrían cumplido
hace mucho tiempo
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La situación del desarrollo humano
46 INFORME SOBRE DESARROLLO HUMANO 2005
la meta sino hasta 2035 o más tarde. Tal como se
ilustra en el Mapa 1.1, África Subsahariana no es la
única región que está mal encaminada para lograr la
meta de reducción de la mortalidad infantil en dos
tercios. Al observar de manera más general el pro-
greso hacia el cumplimiento de cinco de los ODM
—la mortalidad infantil, la matriculación escolar, la
paridad de género en la educación y el acceso a agua
y saneamiento— arroja un pronóstico igualmente
macabro. Algunos de los resultados resumidos de
nuestro análisis de tendencias son:
Cincuenta países con una población conjunta
de casi 900 millones de personas están retroce-
diendo en al menos un ODM. Veinticuatro de
estos países pertenecen a África Subsahariana.
Otros 65 países con una población conjunta
de 1.200 millones no alcanzarán al menos uno
de los ODM hasta después de 2040. Es decir,
no cumplirán la meta hasta en una generación
más.
A continuación, describimos sucintamente las
proyecciones para 2015 detrás de estas tendencias.
Salud materno-infantil—morirán
millones de niños más
No existe ningún indicador que demuestre mejor la
magnitud de los desafíos que enfrenta la comunidad
internacional que la mortalidad infantil. La desace-
leración en los avances a partir de los años noventa
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1
La situación del desarrollo humano
INFORME SOBRE DESARROLLO HUMANO 2005 47
ha puesto al mundo en la senda del incumplimiento
absoluto de este objetivo.
De acuerdo con las actuales tendencias, el
mundo alcanzaría recién en el año 2045 la meta
de reducir en dos tercios la tasa de mortalidad de
los niños menores de cinco años planteada en los
ODM, esto es, con un retraso de 31 años. Para
cumplir esta meta, la incidencia de la mortalidad
infantil debería reducirse en cerca de 2,7% prome-
dio al año, más del doble de la tasa observada en el
período 1990 a 2002. Menos de la quinta parte de
la población del mundo en desarrollo vive en países
que se encuentran en la senda prevista para cumplir
la meta. Ninguno de los países altamente poblados
de África Subsahariana está bien encaminado para
cumplirla, como tampoco China ni la India.
La brecha prevista entre la meta para el año
2015 y el resultado probable si se mantienen las ac-
tuales tendencias se traduce en una enorme pérdida
de vidas: 4,4 millones de muertes más en la niñez
en 2015 que aquellas que ocurrian en caso de al-
canzarse la meta de los ODM (Figura 1.18). Trazar
la tendencia lineal del costo acumulativo de muer-
tes adicionales de niños para 2003-2015 provee un
indicador de la brecha anualizada entre la meta y
los resultados. El costo acumulativo de tal brecha
representas de 41 millones adicionales de muer-
tes infantiles entre hoy y 2015, casi todas en países
en desarrollo (Figura 1.19). Se trata de vidas que se
salvarían si se cumplieran las metas.
A continuación presentamos algunos de los
principales hallazgos que se desprenden de la pro-
yección de tendencias:
s de 45% de las muertes de niños —4,9 mi-
llones en total se produce en 52 países que
están retrocediendo o avanzando muy poco en
reducir el número de víctimas fatales. Los niños
que nazcan hoy en estos países y que sobrevivan
hasta la vida adulta difícilmente encontrarán
mejores perspectivas para la supervivencia de
sus propios hijos.
Con las actuales tendencias, África Subsaha-
riana recién en 2115 alcanzaría la meta de los
ODM como región, desviándose de la senda por
un siglo. Los dos focos más grandes de muertes
de niños en esta región son la República Demo-
crática del Congo, donde las condiciones están
en deterioro, y Nigeria. En este último país, la
tasa de mortalidad infantil disminuyó de 235 a
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198 por cada 1.000 nacidos vivos desde 1990. A
esta tasa, Nigeria se demorará 40 años en alcan-
zar la meta de los ODM.
Trece países explican dos tercios del total de
muertes en la niñez. De éstos,lo dos —Ban-
gladesh e Indonesia— siguen la senda prevista
para cumplir la meta de los ODM. Otros cuatro
China, la India, Níger y Pakistán— alcanza-
rán la meta entre 2015 y 2040. El resto, grupo
que incluye Afganistán, Angola, la República
Democrática del Congo, Etiopía, Nigeria, Tan-
zanía y Uganda, se han desviado de la senda pre-
vista por más de una generación o están retroce-
diendo.
La escasez de datos no permite seguir con pre-
cisión las tendencias de la mortalidad materna y
los mejores cálculos de estas tendencias proceden
de modelos que utilizan indicadores sustitutos
tales como tasa de fecundidad y partos atendidos
por personal médico especializado. El modelo más
difundido sugiere que el mundo se ha salido de la
senda y la tasa de avances se está contrayendo. Para
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1
La situación del desarrollo humano
48 INFORME SOBRE DESARROLLO HUMANO 2005
el mundo en desarrollo tomado en conjunto, la tasa
de disminución ponderada por la población necesa-
ria para alcanzar la meta de los ODM es levemente
superior a 3%. Sin embargo, la mortalidad materna
se está reduciendo a menos de la mitad de esta tasa
en África Subsahariana
54
.
Agua y saneamiento — más de mil
millones carecen de servicios adecuados
Los avances en el acceso a agua y saneamiento ten-
drán un fuerte efecto en las tasas de mortalidad
infantil. Sin embargo, nuestro análisis de tenden-
cias señala que no se cumplirán la meta de reducir
a la mitad el porcentaje de personas que carecen de
acceso sostenible a mejores fuentes de agua pota-
ble por un margen aproximado de 210 millones de
personas y, en 2015, otros dos millones tampoco
tendrán todavía acceso a mejores fuentes de sanea-
miento. El grueso de este dé cit estará en África
Subsahariana.
Reducir a la mitad la extrema
pobreza y la malnutrición depende
del crecimiento y la distribución
Dos factores marcarán las perspectivas de reducción
de la extrema pobreza a la mitad: el crecimiento y la
distribución. Mientras más alta sea la tasa de cre-
cimiento de los países pobres y mayor sea la pro-
porción de cualquier incremento en el crecimiento
captado por la gente pobre, más aceleradamente
disminuirá la pobreza. Las proyecciones para el año
2015 indican que de mantenerse el actual patrón
de crecimiento y distribución, se alcanzará la meta
agregada mundial en gran medida debido al ele-
vado crecimiento económico de China y la India.
Sin embargo, la mayoría de los países no cumplirá
la meta.
Nuestros cálculos indican que aproximada-
mente 800 millones de personas vivirán con menos
de un dólar al día y otros 1.700 millones con menos
de dos dólares diarios en 2015. La incidencia de la
pobreza de un dólar al día en el mundo disminuirá
del actual 21% a 14% en 2015. La composición re-
gional de la pobreza también cambiará. La parti-
cipación de África Subsahariana en la pobreza de
un dólar al día aumentará bruscamente, del actual
24% a 41% en 2015. ¿Qué nos dice este cuadro si lo
comparamos con uno en que cada país logra cum-
plir la meta de reducir la pobreza a la mitad? Según
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La situación del desarrollo humano
INFORME SOBRE DESARROLLO HUMANO 2005 49
nuestros cálculos, cerca de 380 millones de personas
menos estarían sumidas en la pobreza de un dólar al
a si todos los países cumplieran esta meta (Figura
1.24) y la mitad de estas personas pertenecerían a
África Subsahariana.
La participación cada vez mayor de África
Subsahariana en la pobreza mundial con miras al
año 2015 re eja su magro historial de crecimiento
a partir de 1990, agravado por la distribucn pro-
fundamente desigual del ingreso. Para alcanzar la
meta de 2015, la región debería conseguir tasas de
crecimiento per cápita anual de alrededor de 5%
durante el próximo decenio, logro muy poco vero-
símil. Una combinación de crecimiento acelerado y
mejor distribución tiene más posibilidades de volver
esta región a la senda prevista.
Las perspectivas de cumplir la meta de los
ODM en malnutrición son incluso menos prome-
tedoras. Si bien la incidencia de la malnutricn dis-
minuyó de 20% a 17% desde 1990, el crecimiento
de la población compensó esta caída y así no se al-
teró la cantidad de personas malnutridas. Habría
que doblar el ritmo de los avances para alcanzar la
meta de 2015. De mantenerse la trayectoria actual,
en 2015 todavía hab cerca de 670 millones de per-
sonas afectadas por la malnutrición, 230 millones
más de las personas previstas en el caso de que se
cumpliera la meta. África Subsahariana explica casi
el 60% de este dé cit.
Las proyecciones regionales muestran un pa-
trón distinto para la malnutrición que para la po-
breza de un dólar al día. Por ejemplo, si bien se prevé
que Asia Meridional avanzará fuertemente en tér-
minos de pobreza de ingreso, se espera que, en 2015,
representará el 40% de la malnutrición. Es una cifra
coherente con el actual patrón de malnutrición que
tiene niveles comparables a los de África Subsaha-
riana, a pesar del ingreso promedio más elevado que
registran los países de Asia Meridional. Es un re-
sultado que a la vez destaca el papel primordial que
desempeña la desigualdad de género en impedir los
avances en nutrición.
Educación — la meta de matriculación
universal no se cumplirá
La educación es una meta crucial del desarrollo
humano por derecho propio y también es esencial
para avanzar en otras áreas. La promesa de llevar
a todos los niños a la escuela y de cerrar la brecha
de género en la educación simboliza la esperanza
de poder terminar con la transmisión de la pobreza
entre generaciones.
Sin embargo, esta esperanza no podrá hacerse
realidad si se mantienen las actuales tendencias. Si
bien el mundo se mueve en la dirección correcta, el
avance es demasiado lento para cumplir con la meta
jada para el año 2015 (Figura 1.22). De continuar
estas tendencias:
La meta de lograr educación primaria universal
en 2015 no se cumplirá hasta al menos un de-
cenio más. En 2015 habrá 47 millones de niños
que no asisten a la escuela, 19 millones de éstos
en África Subsahariana.
Cuarenta y seis países están retrocediendo o no
cumplirán la meta hasta después de 2040. Estos
países representan unos 23 millones de los 110
millones de niños que en este momento no van
a la escuela en los países en desarrollo.
Igualdad de género y potenciación de la
mujer — una meta que no se cumplió
Hay un conjunto de metas que ya no se cumplieron.
Son las metas de los ODM para igualdad de género
en educación primaria y secundaria, que supuesta-
mente se alcanzarían en el año 2005. De haberse
cumplido, hoy habría 14 millones más de niñas en
la escuela primaria, 6 millones de ellas en la India
y Pakistán y otros 4 millones en África Subsaha-
riana. Las proyecciones de tendencias no son aus-
piciosas. En 2015, el dé cit de la meta en cuanto a
paridad de género equivaldrá a 6 millones de niñas
fuera de la escuela, la mayoría de las cuales residi
en África Subsahariana (Figura 1.23). En cuarenta
y un paísesque corresponden a 20 millones de las
niñas que hoy no asisten a la escuela— la brecha de
género se está profundizando o se está estrechando
tan lentamente que la igualdad no se logrará hasta
el año 2040. Por cierto, la desigualdad de género
involucra mucho más que la asistencia a la escuela.
Las investigaciones realizadas en muchos países
destacan aspectos más amplios de la desigualdad
de género, muy arraigados en actitudes y prácticas
culturales, que menoscaban el valor de la educación
de las niñas. Por su naturaleza, los avances en estas
áreas son más difíciles de seguir sobre una base com-
parativa, sin bien revisten la misma importancia.
s allá de la igualdad en educación, los ODM
incluyen la representación de la mujer en el parla-
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1
La situación del desarrollo humano
50 INFORME SOBRE DESARROLLO HUMANO 2005
mento como un indicador del progreso hacia la po-
tenciación de la mujer. El índice de potenciación de
género (IPG) ideado por el Informe sobre Desarrollo
Humano está incluido dentro de un indicador com-
puesto más amplio que examina la representación
de la mujer en órganos legislativos, gobiernos y el
sector privado, junto con una gama de indicadores
del ingreso.
Al descomponer el IPG para obtener una ins-
tantánea de su situación actual, se constata el re-
ducido avance logrado hasta la fecha en cuanto a la
autonomía de la mujer. En todo el mundo, las mu-
jeres ocupan sólo alrededor de 15% de los escaños
parlamentarios. En sólo 43 países, la relación entre
parlamentarios femeninos y masculinos supera el 1
a 5 y sólo en dos (Rwanda y Suecia) se aproxima a la
paridad. La política sigue perteneciendo de manera
abrumadora al ámbito masculino. Nigeria es uno de
los 57 países en que las mujeres representan menos
del 10% de la legislatura, pues detentan el 6% de la
mara de diputados, menos del 4% del Senado y no
guran entre los gobernadores de estado. En Arabia
Saudita y los Emiratos Árabes Unidos, la mujer no
está representada, lo que en algunos casos re eja el
uso de las leyes para privarla del derecho a voto o de
la ocupación de cargos públicos. En países donde la
desigualdad de género es un impedimento impor-
tante para avanzar en salud, educación y pobreza de
ingreso, una subrepresentación de la mujer de este
nivel apunta a una preocupante prolongación de la
desigualdad de género y de los obstáculos que impi-
den el progreso social y de ingresos.
El IPG echa por tierra dos mitos de amplia di-
fusión acerca de este tema. En primer lugar, nin-
guna prueba indica que el Islam necesariamente
constituye un obstáculo para la potenciación de la
mujer medida por su representación política. Ma-
lasia, país musulmán, tiene un IPG muy superior
al de Arabia Saudita y comparable al de Grecia. En
segundo lugar, tampoco existen elementos de juicio
claros acerca de la disminución de la desigualdad de
género cuando los niveles de ingreso son más altos
(Figura 1.24). Dos países pertenecientes al Grupo
de los Siete (G-7) países industriales ostentan un
pobre desempeño en cuanto al IPG. Tanto Italia
(ubicado en el lugar 36) como Japón (ubicado en
el lugar 42) ocupan posiciones inferiores a Costa
Rica y Argentina. De manera similar, si bien Japón
y Suecia son democracias con niveles de desarrollo
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La situación del desarrollo humano
INFORME SOBRE DESARROLLO HUMANO 2005 51
humano comparables, según arrojan las mediciones
del IDH, el IPG de Suecia casi duplica el de Japón.
Se concluye que las normas sociales, la cultura po-
lítica y las actitudes públicas son tan importantes
como el patrimonio económico y el desarrollo hu-
mano general al momento de determinar las opor-
tunidades de la mujer.
Cambiar el curso y volver
a la senda prevista
Las proyecciones de tendencia identi can un con-
junto de resultados potenciales para los ODM. Los
resultados reales, sin embargo, re ejarán las opcio-
nes en materia de políticas públicas que adopten los
gobiernos y la comunidad internacional en el trans-
curso del próximo decenio. Lo que se desprende de
las proyecciones que presentamos en este catulo
es una clara advertencia: la brecha entre las pro-
yecciones de tendencias y las metas de los ODM
representan enormes pérdidas de vida y de poten-
cial humano. La noticia positiva es que tal brecha
se puede cerrar.
Algunos países registraron avances extraordi-
narios hacia los ODM, con frecuencia a partir de
niveles de ingreso muy bajos. Viet Nam es uno de
esos ejemplos
55
. En este país, la pobreza de ingreso
ya se redujo a la mitad (de 60% en 1990 a 32% en
2000) y las tasas de mortalidad infantil disminu-
yeron de 58 por cada 1.000 nacidos vivos (una tasa
muy inferior a la que poda esperarse dado su in-
greso) a 42 en el mismo período. El crecimiento eco-
nómico acelerado de amplia base ha contribuido a
estos resultados tan favorables en Viet Nam, al igual
que las inversiones en desarrollo humano realizadas
durante los años ochenta. Ahora el país enfrenta la
difícil tarea de mantener el ritmo de los avances y
llegar a algunas de las regiones y grupos más des-
favorecidos
56
.
Viet Nam es un ejemplo (y Chile otro) de un
país que ha traducido el elevado crecimiento en un
rápido desarrollo humano. Otros países han de-
mostrado que incluso con niveles de crecimiento
más bajos es posible avanzar rápidamente hacia los
ODM. En Bangladesh, las políticas públicas y las
intervenciones de la sociedad civil han permitido
ampliar el acceso a servicios básicos y oportunida-
des y así llevar a la nación a una trayectoria de mayor
desarrollo humano (Recuadro 1.7). Como región,
África Subsahariana ha descendido fuertemente en
las clasi caciones del desarrollo humano. Sin em-
bargo, algunos países han registrado claros avances:
Ghana redujo la pobreza de ingreso de 51% en 1991
a 40% a  nes de los años noventa
57
y Uganda ha
combinado la reforma económica con mejores re-
gistros en pobreza y educación, si bien los avances
han sido disímiles (Recuadro 1.8).
Los con ictos continúan siendo un fuerte obs-
táculo para el desarrollo humano, mientras que la
paz crea oportunidades para anular este obstáculo.
En Afganistán, existen incipientes señales alenta-
doras de que la mayor seguridad humana está gene-
rando oportunidades para una rápida recuperación
de la caída del desarrollo humano experimentada
durante los dos decenios de con icto. En el marco
del plan “Vuelta a la escuela” adoptado en 2001, el
gobierno buscaba aumentar la matriculación en la
escuela en 1,5 millones. Sin embargo, más del doble
de esta cantidad de niños se matriculó en educación
primaria y la cifra aumentó a cuatro millones en
2003. Por otra parte, se instauró un ambicioso pro-
grama de salud básica destinado a ampliar los servi-
cios en todo el país. Mientras tanto, la recuperación
económica está echando raíces. El aprovechamiento
de estas oportunidades depende crucialmente de
que los donantes de asistencia para el desarrollo se
comprometan en el largo plazo. El peligro: la co-
munidad internacional dejará de interesarse en los
problemas de este país en la medida en que el eje de
atención estratégica se desplace a otro lugar.
Se han realizado intentos de identi car los cos-
tos y bene cios de las inversiones en ODM especí-
cos, ejercicio que ha resultado ser infructuoso. Los
avances en un área determinada están muy condi-
cionados a los avances en todos los ODM y más al.
Lograr que los niños asistan a escuelas bien equipa-
das y dotadas de maestros motivados es un requisito
crucial para alcanzar la meta de educación universal
planteada en los ODM. Pero todas las inversiones
en educacn no alcanzarán su valor potencial si los
niños están enfermos porque sus familias no tienen
acceso a agua potable y medicamentos que puedan
costear. Los efectos multiplicadores que trascienden
a todos los ODM son especialmente poderosos en
el caso de la educación de la mujer. Tanto la edu-
cación como la potenciación de la mujer son metas
del desarrollo humano por derecho propio: son  -
nalidades en sí mismas aunque la potenciación de
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1
La situación del desarrollo humano
52 INFORME SOBRE DESARROLLO HUMANO 2005
A comienzos del decenio de 1990, se había instalado un pesimismo
profundo respecto de las perspectivas de desarrollo de Bangladesh
tal como el actual pesimismo en relación con África Subsahariana.
Debido al lento crecimiento económico, el rápido aumento demo-
gráfi co, los limitados avances en materia de indicadores sociales y
la aguda vulnerabilidad del país ante los desastres naturales, Ban-
gladesh era descrita como “un panorama del desastre”. Esa realidad
ha cambiado de manera drástica.
Desde 1990, Bangladesh ha registrado uno de los avances más
veloces del mundo en materia de indicadores básicos de desarrollo
humano. Las tasas de mortalidad infantil han disminuido en más de
5% anual, la tasa de fecundidad ha caído bruscamente y la desnu-
trición entre las madres se redujo de 52% en 1996 a 42% en 2002.
Las tasas de matriculación en la escuela primaria superan el 90%,
desde un 72% en 1990, y registran una estrecha paridad de género
mientras los índices para la educación secundaria también van en
aumento.
¿Cómo hizo Bangladesh para conseguir una transformación de
esta magnitud en el ámbito del desarrollo humano? No fue sólo con
crecimiento económico. Es cierto, el decenio de los noventa fue tes-
tigo de un crecimiento más acelerado, con alzas en el ingreso pro-
medio de algo menos del 3% anual. Sin embargo, Bangladesh sigue
siendo un país muy pobre, con un ingreso promedio de US$1.770, y
la pobreza de ingresos ha disminuido de manera relativamente lenta,
en 10% entre 1990 y 2002.
Son cuatro las estrategias que han contribuido al despegue de
Bangladesh en cuanto a desarrollo humano:
Alianzas activas con la sociedad civil. Las organizaciones no
gubernamentales (ONG) han desempeñado una función crítica
en cuanto a mejorar el acceso a los servicios básicos a través
de innovadores programas. Por ejemplo, el Comité de Progreso
Rural de Bangladesh (BRAC) ha liderado programas destinados
a reclutar y entrenar maestras, formular programas de estudio
pertinentes y apoyar la participación de los padres en la gestión
escolar. Más de dos millones de niños asisten a escuelas que no
pertenecen al sistema formal del gobierno, pero las escuelas de
las ONG son como alimentadores de las escuelas públicas de
nivel medio.
Transferencias concentradas. Existen múltiples programas so-
ciales que se han concentrado en mejorar la nutrición al tiempo
que también crean mayores incentivos para el desarrollo hu-
mano. El programa de Alimento por Educación ofrece raciones
de comida a hogares pobres si sus niños asisten a la escuela
primaria. Alrededor del 7% del gasto público en educación se
asigna a tras de este programa, el cual llega a 2,1 millones de
niños y ofrece un estipendio de US$3 al mes. Las escuelas par-
ticipantes han conseguido mayores niveles de matriculación de
niñas y han reducido las tasas de deserción, lo cual demuestra
que los incentivos pueden contrarrestar las presiones económi-
cas y los prejuicios culturales que obligan a las niñas a quedarse
en casa.
Programas de salud ampliados. La cobertura de vacunación
contra las seis principales enfermedades infantiles aumentó de
2% a mediados de los ochenta a 52% en 2001. Estos programas
de vacunación se han puesto en marcha gracias a alianzas entre
organismos internacionales y ONG nacionales.
Ciclos virtuosos y protagonismo femenino. El mejoramiento del
acceso a la salud y la educación entre las mujeres, junto con la
ampliación de las oportunidades laborales y de acceso a micro-
créditos ha expandido las alternativas y otorgado autonomía a la
mujer. Si bien aún existen disparidades de género, las mujeres
se han convertido en catalizadores cada vez más poderosos
del desarrollo y exigen mayor control sobre la fecundidad y el
espaciamiento de los nacimientos, educación para sus hijas y
acceso a servicios.
Bangladesh consiguió estos avances tan notables con bajos
niveles de ingreso y desde una situación de poca alfabetización,
alta desnutrición e instituciones débiles. Los logros que ha obtenido
demuestran que es posible avanzar si se aplican medidas estatales
s decididas y un activismo ciudadano.
Recuadro 1.7 Bangladesh crecimiento moderado, desarrollo humano acelerado
Fuente: Ahluwalia y Hussain 2004 Dréze 2004; Yunus 2004; Ahmed y del Ninno 2001 Sen, Mujeri y Quazi 2005.
pido avance en un país de ingreso bajo
Indicador 1990 2000
Pobreza de ingreso (%) 59 50
Coefi ciente de Gini 25 30
Niños menores de cinco años con peso insu ciente para la edad (%) 72 51
Tasa de mortalidad menores de cinco años (por cada 1.000 nacidos vivos) 144
69
a
Relación niñas-niños en la escuela primaria (niñas por cada 100 niños) 87 105
b
a. Datos de 2003.
b. Datos de 2002.
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1
La situación del desarrollo humano
INFORME SOBRE DESARROLLO HUMANO 2005 53
En el último decenio, Uganda ha experimentado un crecimiento eco-
nómico sostenido y conseguido importantes logros en desarrollo
humano. La reducción de la pobreza es una prioridad nacional y se
refl eja tanto en las actividades de planifi cación como en la deter-
minación del presupuesto. Sin embargo, el país registra avances
irregulares y los logros son débiles:
Pobreza de ingresos. En la primera mitad de los años noventa,
las políticas del gobierno se centraron en la estabilización y el
crecimiento del país. Como resultado, el ingreso promedio cre-
ció 5% al año entre 1990 y 2000. La pobreza de ingresos cayó
pidamente durante el mismo período, desde 56% a 34%, lo
cual puso al país en la senda para conseguir las metas de los
ODM propuestos para 2015. Sin embargo, desde 2000 el cre-
cimiento del ingreso ha disminuido su ritmo y la incidencia de
la pobreza ha aumentado. En efecto, la pobreza se concentra
en las zonas rurales, especialmente en el Norte y el Este, y es
mucho más aguda entre los productores que cultivan sólo ali-
mentos básicos.
Educación. En la segunda mitad de los años noventa, las prio-
ridades de reducción de la pobreza se desplazaron hacia el
sector educación. Se introdujo la escuela primaria gratuita y
el gasto público en el rubro aumentó. La matriculación en este
nivel aumentó de 5,3 millones a 7,6 millones entre 1997 y 2003,
con tasas de este indicador iguales entre el 20% más pobre y
el 20% más rico de la población y una brecha de paridad de
género bastante más estrecha en el nivel primario. La matricu-
lación universal está ahora muy cercana, pero es probable que,
a causa de la tasa de deserción, no se alcance la meta según
la cual todos los niños deberán completar su escolaridad en
2015.
Salud. Los indicadores de resultados en salud, lo que incluye
la mortalidad materno-infantil, o bien se han estancado o dete-
riorado y la mortalidad de niños menores de cinco años incluso
ha aumentado desde 1995. Uganda, uno de los países africa-
nos con el mejor desempeño en materia de ODM, está en este
momento mal encaminado en todos los principales objetivos
relacionados con la salud. Conciente de que no reducir la mor-
talidad materno-infantil constituye una amenaza que minaa el
avance social y económico, el gobierno ha convocado a una co-
misión de trabajo interministerial bajo el liderazgo del Ministerio
de Finanzas para proponer soluciones.
Esta diversidad de tendencias llama la atención sobre los retos
que encara Uganda, algunos de los cuales provienen de fuerzas
externas, principalmente el precio del café. Hasta 1997, los produc-
tores de café, el principal cultivo comercial de los pequeños pro-
pietarios, aprovecharon el aumento de los precios nacionales y las
favorables relaciones de intercambio. El colapso sufrido por el pro-
ducto desde entonces ha revertido las ganancias y explica en parte
el retroceso en cuanto a pobreza de ingresos.
Otro problema es que la caída del crecimiento coincidió con el
aumento en la desigualdad. El coefi ciente de Gini aumentó de 34 a
42 desde 1997, lo cual sugiere que Uganda puede estar pasando de
ser un país de baja desigualdad a uno de alta desigualdad. Para co-
rregir esta tendencia se necesitarán medidas destinadas a ampliar
la base del crecimiento económico en torno a los pequeños agricul-
tores de las zonas rurales, junto con un enfoque en exportaciones
agrícolas que hagan un uso más intenso del capital.
El progreso en el sector salud se ha visto obstaculizado por
profundos problemas estructurales. La desnutrición explica dos ter-
cios de las muertes infantiles, menos de una tercera parte de las
mujeres da a luz bajo los cuidados de personal especializado y no
ha habido reducción alguna de las enfermedades que cobran más
vidas infantiles, como el paludismo y el sarampión. Otro problema
son las altas tasas de fecundidad y el espaciamiento inadecuado de
los nacimientos. En efecto, Uganda ocupa el tercer lugar entre los
países con mayores tasas de fecundidad en el mundo.
El contraste entre avances en educación y estancamiento en
salud refl eja en parte las prioridades del gasto público. El sector
salud fue identifi cado como una prioridad importante en este sentido
recién a fi nes del decenio de 1990, aunque el presupuesto destinado
al rubro se ha triplicado en los últimos cuatro años. Sin embargo, la
mala calidad de los servicios es otro obstáculo.
Recuadro 1.8 Uganda—avance impresionante aunque irregular
Fuentes: Uganda, Ministerio de Finanzas, Planifi cación y Desarrollo Económico, 2003. Ssewanyana y otros 2004.
Desempeño mixto en desarrollo humano
Indicador 1992 2002
Pobreza de ingreso (%) 56 38
Coefi ciente de Gini 36 42
Niños menores de cinco años con peso insu ciente para la edad (%) 62 86
Tasa de mortalidad menores de cinco años (por cada 1.000 nacidos vivos) 167
a
152
Tasa de mortalidad materna (por cada 100.000 nacidos vivos) 523 505
a. Datos de 1990.
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1
La situación del desarrollo humano
54 INFORME SOBRE DESARROLLO HUMANO 2005
la mujer también sea un acelerador del avance hacia
los ODM y los objetivos de desarrollo humano más
amplios. Una mujer con educación podrá controlar
mejor su fecundidad y será más capaz de exigir ser-
vicios de salud básica, tendrá menos probabilidad de
contagiarse con VIH/SIDA y estará más propensa a
educar a sus hijas al respecto (Ver Recuadro 1.3).
Cambiar el curso y volver al mundo a la senda
prevista para alcanzar los ODM exigirá nuevas
alianzas en la tarea del desarrollo. Muchos de los
países que están muy lejos de alcanzar los ODM, en
especial en África pero también en otras regiones de
bajo ingreso, no disponen de los recursos nancieros
para realizar las inversiones públicas necesarias des-
tinadas a crear un ciclo virtuoso de mayor inversión
en desarrollo humano y crecimiento más acelerado.
El informe sobre el Proyecto del Milenio de las Na-
ciones Unidas de 2005 expone un marco ambicioso,
pero práctico, para una nueva alianza basada en dos
elementos constitutivos. En primer lugar, cada país
en desarrollo debe exponer estrategias nacionales
claras para alcanzar los ODM y las brechas  nancie-
ras que necesita cubrir. En segundo lugar, los países
ricos, como parte de los compromisos asumidos en
el marco de los ODM, deben movilizar los recur-
sos de asistencia para el desarrollo requeridos para
cubrir estas brechas, un problema que examinamos
más exhaustivamente en el Capítulo 3.
s allá del problema  nanciero existe otro as-
pecto crucial para volver al mundo a la senda pre-
vista: la renovada atención a la desigualdad y la equi-
dad distributiva. Según mostramos en el siguiente
capítulo, existen profundas desigualdades estruc-
turales en materia de capacidades, oportunidades
e ingreso de las personas que detienen el progreso
hacia los ODM. El eje central de las estrategias na-
cionales para alcanzar los ODM debe ser una mayor
igualdad y de lograrse, tales estrategias aumentarían
drásticamente las posibilidades de salir airosos en
este emprendimiento.
Cambiar el curso y volver al
mundo a la senda prevista
para alcanzar los ODM
exigirá nuevas alianzas en
la tarea del desarrollo
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%&4*(6"-%"%:%&4"330--0)6."/0
“Dos linajes solos hay en
el mundo, como decía una
abuela mía, que son el
tener y el no tener.
Sancho Panza en Don Quijote de la Mancha, Miguel de Cervantes
2
Desigualdad y desarrollo humano
INFORME SOBRE DESARROLLO HUMANO 2005 57
“¿Qué es lo que impulsa a los grupos de presión poderosos y vociferantes a exigir mayor
equidad?” preguntaba Margaret  atcher, entonces Primera Ministra del Reino Unido,
en 1975. Su respuesta fue: “Con frecuencia no se trata más que de una confusa combi-
nación entre envidia y culpa burguesa
1
. Platón tenía una visión distinta . En el siglo V
(AC), ya advierte a los legisladores atenienses de la amenaza que signi caba la desigual-
dad extrema: “Entre los ciudadanos no debiera existir ni pobreza extrema ni tampoco
riqueza excesiva pues ambas engendran un gran mal
2
.
Desigualdad y desarrollo humano
He aquí dos visiones opuestas respecto de un
tema que hoy sigue siendo de suma importancia:
¿Importa acaso la desigualdad? Si la respuesta a esta
pregunta es a rmativa, ¿por qué? En este catulo
a rmamos que la desigualdad importa porque se
trata de un asunto fundamental para el desarrollo
humano. Las desigualdades extremas de oportu-
nidades y posibilidades de vida inciden de manera
muy directa en lo que la gente está en condiciones
de ser y de hacer, vale decir, en las capacidades del
ser humano. Por ejemplo, los niños que enfren-
tan mayor riesgo de morir por nacer en un hogar
indígena de bajos ingresos o por ser de sexo feme-
nino, tendrá claramente menos oportunidades de
hacer realidad su potencial. Heredar desventajas de
oportunidad es algo intrínsicamente nefasto: viola
preceptos básicos de justicia social. Pero también
existen poderosas razones instrumentales por las
cuales debemos preocuparnos de la desigualdad:
las profundas disparidades fundadas en la riqueza,
la región, el nero y el origen étnico son perniciosas
tanto para el crecimiento como para la democracia
y la cohesión social.
También perjudican los Objetivos de Desa-
rrollo del Milenio (ODM), los cuales no abordan
directamente el problema de la desigualdad; en
este sentido, se trata de metas neutras en materia
de distribución. El progreso se mide sumando los
cambios y calculando un promedio a nivel nacional.
En teoría, los ODM se podrían alcanzar aún si, por
ejemplo, los hogares de ingresos bajos quedaran a la
zaga en cuanto a la pobreza de ingresos y las metas
de salud o si la tasa de reducción de la mortalidad in-
fantil entre los niños varones fuera su ciente como
para compensar una tasa de reducción más lenta
entre las niñas.
El punto ciego de los ODM en cuanto a dis-
tribución es una debilidad desde dos perspectivas.
En primer lugar, los propios ODM están anclados
en ideas respecto de la justicia mundial y los dere-
chos humanos; se trata de derechos universales, no
de concesiones discrecionales u optativas. De ello se
desprende que el progreso debe bene ciar a todos,
sin perjuicio de la situación económica, el género, la
riqueza de los padres ni el lugar dentro de un ps.
No obstante, los ODM no recuerdan a los gobier-
nos que los avances en la consecución de estos ob-
jetivos debieran medirse en todos los segmentos de
la sociedad y no simplemente en términos globales.
En una sociedad, las oportunidades que determi-
nan cómo se distribuye el ingreso, la educación, la
salud y las oportunidades de vida más generales no
están distribuidas de manera aleatoria. Tal como
demostraremos en este capítulo, las disparidades
que minan el avance hacia el cumplimiento de los
ODM se repiten de modo sistemático. Por ello, re-
ejan complejas jerarquías de ventajas y desventa-
jas transmitidas de generación en generación, pero
también las alternativas que se adoptan en materia
de políticas públicas.
En muchos de los ODM,
la gente pobre está
quedando a la zaga
CAPÍTULO
2
2
Desigualdad y desarrollo humano
58 INFORME SOBRE DESARROLLO HUMANO 2005
La segunda razón que justi ca un enfoque en
la desigualdad se relaciona con los avances logrados
en el marco de los ODM. En muchos de los ODM,
la gente pobre está quedando a la zaga. Tal como lo
demostramos en este capítulo, un asunto que se re-
pite una y otra vez a partir de los datos de un grupo
grande de países es que el progreso entre el 20% de
la población está muy por debajo del promedio na-
cional. Fuera de lo injusta que resulta esta situación,
es también menos que óptima desde la perspectiva
del cumplimiento de los ODM. Las personas pobres
sufren privaciones mucho mayores que aquellos que
no lo son, por lo que el progreso acelerado entre los
pobres es una de las vías s e caces para acelerar
el progreso nacional. Dicho de otra manera, los ac-
tuales patrones de progreso están disminuyendo el
ritmo de avance general porque los logros más pe-
queños se registran en la porción de la población en
la cual se concentra la mayor parte del problema.
Estas consideraciones tienen importantes im-
plicancias para el diseño de las estrategias con las
cuales se busca cumplir los ODM. Con respecto a
muchos de estos objetivos, ya hay acuerdo de que
el enfoque de “ ltración hacia abajo” para reducir
las disparidades y mantener el progreso general no
funciona. Los ODM establecen metas cuanti ca-
bles que se prestan para respuestas de políticas pú-
blicas fundadas tanto en términos técnicos como
 n a n c i e r o s . S i n e m b a r g o , en última instancia, los
verdaderos impedimentos son de orden social y
político. Provienen del acceso desigual a los recur-
sos y de la distribucn del poder tanto al interior
de los diversos países del mundo como entre ellos.
Salvo que se corrijan estas desigualdades, los pri-
meros principios de la Declaración del Milenio –el
compromiso con la justicia social, la equidad y los
derechos humanos– que dan vida a los ODM, no
se traducirán en avances en desarrollo humano al
ritmo requerido. La respuesta adecuada es asegurar
que la desigualdad y las medidas que nos permitan
superar las disparidades respecto de las oportuni-
dades de vida obtengan un sitial más prominente
en el diseño de las estrategias de reducción de la
pobreza.
En este capítulo, se exponen las razones por
las cuales la desigualdad importa; luego se anali-
zan las diversas dimensiones de esta desigualdad y
se demuestra el modo en que las desigualdades de
ingreso, salud y educación se entrelazan unas con
otras y perjudican a los pobres. El capítulo concluye
mostrando cómo un avance hacia una mayor equi-
dad distributiva, por pequeño que sea, puede pro-
mover el desarrollo humano y acelerar el progreso
hacia los ODM.
Las ideas sobre la desigualdad, al igual que aquellas
sobre la imparcialidad y la justicia social se fundan
en valores. Tal como sostiene Amartya Sen, casi
todo el mundo hoy cree en la igualdad de algo:
la igualdad de derechos ante la ley, de libertades
civiles, de oportunidad y así sucesivamente
3
. De
manera similar, la mayor parte de la gente acepta-
ría que no todas las desigualdades son injustas. La
desigualdad de ingreso es un producto inevitable
de cualquier economía de mercado que funcione,
aunque sigan existiendo interrogantes respecto del
punto hasta el cual es posible justi car la desigual-
dad del ingreso. Al mismo tiempo, pocas personas
aceptarían, en principio, que es aceptable tolerar
las desigualdades de oportunidad fundadas en
el género, la riqueza heredada, el origen étnico u
otras circunstancias fortuitas de nacimiento sobre
las que los individuos no tienen control. La idea
de que la gente esté condenada a una muerte más
temprana, al analfabetismo o a ser ciudadanos o
ciudadanas de segunda categoría debido a atribu-
tos heredados que están fuera de su control atenta
contra el sentido de lo que es justo para la mayoría
de la gente
4
.
Desde la perspectiva del desarrollo humano,
existe una serie de razones intrínsecas e instrumen-
tales que se refuerzan unas a otras y fundamentan
la real importancia de la desigualdad. Estas razones
¿Por qúe importa la desigualdad?
La idea de que la gente
esté condenada a una
muerte más temprana,
al analfabetismo o a ser
ciudadanos o ciudadanas de
segunda categoría debido
a atributos heredados que
están fuera de su control
atenta contra el sentido
de lo que es justo para
la mayoría de la gente
2
Desigualdad y desarrollo humano
INFORME SOBRE DESARROLLO HUMANO 2005 59
pueden resumirse a grandes rasgos bajo los siguien-
tes cinco acápites.
Justicia social y moralidad
La visión de que las privaciones tolerables tienen
un límite resulta fundamental para la mayoría de
las sociedades y sistemas de valores. Adam Smith
explicó con gran elocuencia este concepto básico:
“No puede haber una sociedad  oreciente y feliz
cuando la mayor parte de sus miembros son pobres y
desdichados”
5
. Fue Smith quien elaboró la idea de la
pobreza relativa aseverando que todos los miembros
de la sociedad debieran contar con un ingreso que
les permita presentarse en público “sin vergüenza”.
Todas las religiones más importantes del mundo
expresan una preocupación por la equidad y asignan
a sus adherentes la obligación moral de hacer frente
a las privaciones más extremas de sus congéneres. Las
ideas de la opinión pública son el re ejo de preocu-
paciones normativas más generales. Las encuestas de
opinión muestran que más del 80% de los habitan-
tes de América Latina (región que registra una gran
desigualdad) creen que la brecha entre ricos y pobres
es demasiado amplia mientras una proporción sólo
levemente inferior expresa la misma preocupación en
el Reino Unido (país con menor desigualdad)
6
. Aun-
que muy pocos de los entrevistados en estas encuestas
podría indicar cl sería un nivel aceptable de des-
igualdad, estos estudios apuntan claramente a que
existe una percepción básica sobre justicia social.
Prioridad a los pobres
La e ciencia o el óptimo de Pareto, una de las ideas
centrales de la economía moderna, a rma que sólo
un cambio que no deja a nadie en peores condiciones
que antes puede considerarse “promotor del bienes-
tar”, por lo que la redistribución desde los ricos hacia
los pobres no es un “mejoramiento de Pareto” pues
por de nición implica un perjuicio a la situación de
algunos. Sin embargo, como lo a rma Amartya Sen:
“Una sociedad puede lograr el óptimo de Pareto y
aun así ser totalmente vergonzosa
7
, sentimiento
que capta con bastante fuerza la idea de que existen
límites del nivel aceptable de desigualdad.
En efecto, la propia ciencia económica provee ar-
gumentos poderosos a favor de la redistribución. La
mayor parte de la gente, y la mayoría de los gobiernos
electos democráticamente, aceptan, en principio,
que se debiera otorgar mayor importancia al mejo-
ramiento del bienestar de los pobres y desfavoreci-
dos que al de los ricos y sumamente privilegiados
8
.
El ingreso global de una economía no es una estadís-
tica su ciente para evaluar el bienestar, precisamente
porque no considera la distribución del ingreso gene-
rado gracias al crecimiento. La idea de rendimientos
decrecientes en la medida en que aumenta la riqueza
constituye un marco que nos permite comprender
una idea muy simple: un dólar adicional en manos
de un trabajador agrícola sin tierra del Asia Meridio-
nal o del habitante de un tugurio urbano de Amé-
rica Latina genera mayor bienestar que una cantidad
equivalente en manos de un millonario. En efecto,
una política que aumente el ingreso de los pobres en
un dólar puede valer la pena, aun si el costo para el
resto de la sociedad es superior a un dólar. Desde esta
perspectiva, es posible que a los gobiernos que están
decidiéndose entre diversos caminos hacia el creci-
miento les parezca sensato escoger la alternativa que
genera mayores rendimientos para los pobres, aún
cuando no exista plena certeza respecto de los efec-
tos generales en términos del crecimiento.
Más allá del ingreso, muchos de estos mismos
argumentos son válidos para otros temas. Por ejem-
plo, la mayoría de la gente es dispuesta a aceptar,
en principio, que, desde una perspectiva social, es
preferible optar por una unidad adicional de gasto
público destinado a reducir la mortalidad infantil o
ampliar el acceso a la escuela primaria que por gas-
tar una cantidad similar en transferencias para ser-
vicios destinados a los grupos de altos ingresos.
Crecimiento y efi ciencia
Si existiera una disyuntiva entre crecimiento y dis-
tribución, los gobiernos se verían enfrentados a una
alternativa compleja: las ganancias que implica el
mejoramiento del bienestar en cuanto a mayor igual-
dad podrían ser eliminadas por las pérdidas que se
derivan del menor crecimiento. En realidad, las
pruebas sugieren que las disyuntivas se plantean en el
sentido contrario. La extrema desigualdad no sólo es
perjudicial para la reducción de la pobreza, también
lo es para el crecimiento. La e cacia a largo plazo
y mayor igualdad pueden ser complementarias. La
gente pobre sigue siendo pobre en parte porque no
puede pedir prestado dinero con el aval de ganancias
La extrema desigualdad
no sólo es perjudicial
para la reducción de la
pobreza, también lo es
para el crecimiento
2
Desigualdad y desarrollo humano
60 INFORME SOBRE DESARROLLO HUMANO 2005
futuras e invertir así en producción, en educación
para sus hijos ni en activos que disminuyan su vulne-
rabilidad. Además, los endebles derechos de tenencia
de la tierra y el limitado acceso a la justicia pueden
ser otro impedimento más para la inversión.
Desprovistos de bienesblicos, por ejemplo
de información y derechos legales, a los pobres se les
niegan oportunidades que les permitan contribuir al
crecimiento. Entran a los mercados en términos des-
iguales y salen de ellos con recompensas también des-
iguales. Aldonde las desigualdades fundadas en la
riqueza, el género o la región dejan a un importante
sector de la sociedad sin su cientes activos ni recur-
sos, es la sociedad entera la que sufre las consecuentes
ine ciencias de tal situación. Negarle a la mitad de la
población acceso a oportunidades de educación no
sólo constituye una violacn de los derechos huma-
nos, sino que también es dañino para el crecimiento.
Las desigualdades en la educación fundadas en dife-
rencias de género han frenado el desarrollo econó-
mico de Pakistán, por ejemplo. Permitir que la dis-
tribución desigual de los activos perpetúe la pobreza
masiva es claramente perjudicial para la gente pobre,
pero también restringe la creación de oportunidades
de inversión y mercados para el resto de la sociedad.
Legitimidad política
Las desigualdades extremas también debilitan la
legitimidad política y corroen las instituciones pues
cuando se dan en el ámbito de los ingresos y las capa-
cidades humanas suelen re ejar disparidades en el
poder político. Los grupos desfavorecidos, es decir,
los pobres, las mujeres, las poblaciones rurales y las
comunidades indígenas, lo son en parte porque su
participación política es débil, lo que a su vez se debe
a la condición de desventaja social en la que viven.
Cuando las instituciones políticas son consi-
deradas vehículos de perpetuación de las desigual-
dades injustas o promotoras de los intereses de las
élites, ello mina el desarrollo de la democracia y crea
condiciones para el desmoronamiento del Estado.
En países como Bolivia y Ecuador, los con ictos
respecto de la gestión de los recursos naturales, en
un nivel más básico, se transforman en un elemento
crucial para los grupos indígenas desfavorecidos,
quienes han sido despojados de su derecho a partici-
pación política por instituciones que no responden
a sus necesidades..
Objetivos de las políticas públicas
La mayoría de las sociedades conciben la reducción
de la pobreza y la eliminación de las desigualda-
des injustas como metas importantes a la hora de
formular políticas públicas, pero las disparidades
extremas minan la consecución de tales objetivos.
Como mostraremos en este capítulo, las desigual-
dades extremas de ingreso limitan la tasa a la cual el
crecimiento puede traducirse en menores niveles de
pobreza. De manera similar, las desigualdades en el
campo de la salud y la educación reducen la capaci-
dad de los grupos desfavorecidos de bene ciarse de
las oportunidades para mejorar su bienestar.
Refutación de los contra argumentos
Existen contra argumentos de la aseveración que la
desigualdad importa. Algunos libertarios niegan la
existencia de la “justicia social. El teórico del libre
mercado, F.A. Hayek, propuso el famoso argumento
que hablar de una distribución justa o injusta de los
recursos es un completo sinsentido. Sen su opi-
nión, es el libre mercado, no la intervencn de la
agencia humana el que debe determinar la correcta
repartición de la riqueza y los activos. Este punto de
vista desconoce el papel de la agencia humana y las
relaciones desiguales de poder en la estructuración
de los mercados.
Otra opinión muy generalizada es que ciertas
desigualdades son más graves que otras y que la
igualdad ante la ley es sin duda lo más importante
9
.
No obstante, los derechos y libertades no se sostie-
nen por sí solos. En efecto, es probable que la gente
se vea restringida en lo que pueden hacer con su li-
bertad y derechos si es pobre, está enferma o si se
le ha negado educación o carece de la capacidad de
in uir en lo que le sucede. Para tener sentido, las
igualdades formales deben estar respaldadas por lo
que Amartya Sen ha llamado “libertades sustanti-
vas”, que consisten en la capacidad de optar por una
determinada forma de vida o hacer las cosas que
uno valora. Las desigualdades profundas en cuanto
a posibilidades de vida limitan estas libertades sus-
tantivas y le restan sentido a la idea de la igualdad
ante la ley.
Otros han aseverado que la manera adecuada
de concebir la justicia social es la privación absoluta,
no la distribución. La situación de la gente pobre
2
Desigualdad y desarrollo humano
INFORME SOBRE DESARROLLO HUMANO 2005 61
en relacn con otros, según se a rma desde este
punto de vista, es menos importante que el control
que ésta tiene sobre el ingreso o su acceso a salud y
educación. Una frase común es: “Estamos en contra
de la pobreza, pero la desigualdad es un asunto muy
distinto que nada tiene que ver con la justicia social
o los ODM”. Este argumento también es falaz. La
pobreza absoluta y la desigualdad pueden no ser lo
mismo pero están íntimamente relacionadas pues
las disparidades en las oportunidades de vida de-
 n e n l a s posibilidades que tiene un individuo de
escapar de la pobreza. Por ejemplo, la desigualdad
en el acceso a atención médica, educación o dere-
chos políticos pueden reducir las perspectivas de
una persona de salir de la pobreza. En este capítulo
examinamos algunas de las disparidades básicas
que interactúan con la pobreza, las cuales se vincu-
lan entre sí por su arraigo en las desigualdades de
poder que perpetúan las privaciones y la indigencia.
Las “patologías del poder”, según las denomina un
autor, están en el verdadero corazón de los procesos
que desvían a los países del camino hacia el cumpli-
miento de los ODM
10
.
Tal como mostraremos más adelante, el pro-
greso hacia la reducción de la pobreza absoluta está
fuertemente condicionado por la desigualdad. Esto
no sólo es válido para el ingreso sino también para
desigualdades más generales en ámbitos como la
salud, la educación y la política. Además, la idea de
que la pobreza y el bienestar humano pueden de -
nirse únicamente en términos absolutos omitiendo
consideraciones relativas no sólo hace caso omiso
de los resultados de encuestas sobre actitudes, sino
de las ideas básicas elaboradas por Adam Smith en
1776, quien argumentó convincentemente que la
distribución relativa forma parte integral de cual-
quier evaluación del bienestar humano: “Por mer-
cancías necesarias entiendo no sólo las indispensa-
bles para el sustento de la vida, sino todas aquellas
cuya carencia es, según las costumbres de un país,
algo indecoroso entre las personas de buena repu-
tación, aun entre las clases inferiores. En rigor, una
camisa de lino no es necesaria para vivir… Pero en
nuestros días en la mayor parte de Europa, un hon-
rado jornalero se avergonzaría si tuviera que presen-
tarse en público sin una camisa de lino”
11
.
En el Catulo 1 se analizó las desigualdades entre
países ricos y países pobres, las cuales también se re e-
jan al interior de los países. Entre la gente pobre y la
gente rica, las mujeres y los hombres, las zonas rurales
y las urbanas, así como entre diversas regiones y gru-
pos, aún persisten profundas disparidades en cuanto
a desarrollo humano. Estas desigualdades pocas veces
se dan de manera aislada sino que crean estructuras
de desventajas que se refuerzan unas a otras y acom-
pañan a la gente durante sus diversos ciclos de vida y
se transmiten de generación en generación.
La desigualdad del ingreso varía notoriamente
de una región a otra. En términos generales, Amé-
rica Latina y África Subsahariana registran niveles
muy altos de desigualdad, mientras que Asia Meri-
dional y los países de la Organización de Coopera-
ción y Desarrollo Económicos (OCDE) presentan
niveles mucho menores. Aunque no existen umbra-
les claros, los países con coe cientes de Gini supe-
riores a 50 pueden considerarse en la categoría de
alta desigualdad (Figura 2.1).
A menudo se citan pruebas de diferentes países
para apoyar la propuesta de que, en promedio, la des-
igualdad casi no cambia con el tiempo, percepción
que resulta ser engañosa desde importantes puntos
de vista. Si bien no resulta fácil comparar diversos
estudios llevados a cabos entre múltiples países y a lo
largo del tiempo, se registra una clara tendencia du-
rante los últimos dos decenios hacia el crecimiento
de la desigualdad al interior de los países. De los 73
países sobre los cuales se dispone información, 53
(que en conjunto reúnen a más del 80% de la po-
blación mundial) han visto crecer la desigualdad,
mientras sólo 9 (que suman 4% de la población) la
han visto disminuir
12
. Lo anterior es lido tanto
en situaciones de crecimiento alto como bajo (en
Cadenas de desventajas: la desigualdad en los países
La pobreza absoluta y la
desigualdad pueden no
ser lo mismo pero están
íntimamente relacionadas
2
Desigualdad y desarrollo humano
62 INFORME SOBRE DESARROLLO HUMANO 2005
China, respecto de un crecimiento alto y en Boli-
via, del bajo) como en todas las regiones.
Las diferencias en el coe ciente de Gini están
relacionadas con las diferencias en la participación
de los más pobres en la riqueza nacional. En tér-
minos generales, mientras mayor el coe ciente de
Gini, menor es la proporción de ingreso nacional
que captan los sectores más pobres de la sociedad. El
20% más pobres de la población de países con una
desigualdad baja, como Indonesia y Viet Nam, cap-
tan una proporción del ingreso nacional entre tres y
cuatro veces mayor que sus contrapartes de los paí-
ses con desigualdades altas como Guatemala y Perú
(Figura 2.2). Mientras las brechas de ingreso entre
países representan la mayor parte de la desigualdad
mundial, las disparidades de ingreso al interior de
muchos países compiten en magnitud con la des-
igualdad en la distribución del ingreso mundial. En
Brasil, el 10% más pobre de la población obtiene el
0,7% del ingreso nacional y el 10% más rico el 47%.
Las desigualdades dentro de África Subsahariana
también son inmensas. En Zambia, por ejemplo, la
relación entre el ingreso de los más ricos y el de los
más pobres es de 42 a 1.
Los patrones de distribución son de gran im-
portancia para la relación entre ingresos promedio y
niveles de pobreza. Una distribucn s igualitaria
puede signi car que los pobres que habitan en los
países con niveles bajos de desigualdad tienen ingre-
sos mayores que los pobres de los países con niveles
de ingreso promedio más altos. Esto muestra clara-
mente cómo la distribución afecta la pobreza. Por
ejemplo, el ingreso promedio de Brasil es tres veces
mayor que el ingreso promedio de Viet Nam, sin
embargo, el 20% más pobre de los brasileños posee
un ingreso muy inferior al ingreso promedio viet-
namita y es similar al ingreso del 20% más pobre de
este país (Figura 2.3). El 20% s pobre de la pobla-
ción del Reino Unido tiene un ingreso comparable
al del 20% s pobre de la República Checa, un país
mucho menos pudiente.
Tal como sugieren estas comparaciones, el in-
greso promedio oculta los efectos de los patrones
de distribución en el bienestar real. El Índice de De-
sarrollo Humano (IDH) también es un indicador
promedio y, en este sentido, también muestra un
panorama de lo que le sucede a un hipotético indi-
viduo promedio de un ps, no a la persona pobre
promedio. Lo anterior puede demostrarse mediante
un ejercicio muy simple: si ajustamos el componente
del ingreso del IDH desde el ingreso promedio al
ingreso promedio del 20% más pobre, y se mantiene
todo lo demás constante –incluidos los puntajes en
salud y educación–, Brasil cae 52 lugares más abajo
en la clasi cación del IDH (al lugar 115) y México
55 lugares (al lugar 108).
Las comparaciones entre los países de ingresos
bajos y aquellos con una alta desigualdad también
resultan sorprendentes en otros sentidos pues des-
tacan el modo en que, en cualquier nivel del ingreso
promedio, una distribución s equitativa puede
relacionarse con niveles inferiores de pobreza. Una
forma de ilustrar este fenómeno es considerar cómo
podrían cambiar los ingresos de distintos segmentos
de la distribución general en un país determinado, si
en él se impusieran los patrones de distribución de
un país donde existe mayor igualdad. En la actua-
lidad, el 20%s pobre de la población guatemal-
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2
Desigualdad y desarrollo humano
INFORME SOBRE DESARROLLO HUMANO 2005 63
teca cuenta con un ingreso promedio de US$550
anuales, lo que lo ubica 46% por debajo del umbral
de pobreza internacional  jado en dos dólares dia-
rios. Si este grupo captara la misma porción del in-
greso nacional que el 20% más pobre de Viet Nam,
su ingreso promedio aumentaría a US$1.560, lo
que equivale a situarse 66% por encima del umbral
de dos dólares diarios
13
. Por cierto, se podría argu-
mentar que este ejemplo ignora los efectos poten-
cialmente negativos sobre el crecimiento y, en con-
secuencia, sobre el tamaño general de la economía
que tendría una transición hacia una mayor igual-
dad en Guatemala. Sin embargo, el ejemplo de Viet
Nam, una economía dimica de alto crecimiento
con menor desigualdad, sugiere que es posible que
los bene cios para Guatemala sean positivos en la
medida en que se trata de un país que durante dos
decenios ha experimentado escaso crecimiento.
Las desigualdades de ingreso re ejan, y a la vez
afectan, las disparidades más generales en las opor-
tunidades de vida, comenzando por la probabilidad
de seguir vivo al nacer
14
. En Bolivia y Perú las tasas
de mortalidad infantil de los niños pertenecientes
al 20%s pobre de la población son entre cuatro
y cinco veces mayores que las de los niños del 20%
más rico. Puesto que registran más nacimientos,
los pobres están excesivamente representados en la
distribucn de muertes infantiles (Figura 2.4). En
efecto, se trata de una prueba contundente de cómo
la desigualdad despoja a la gente de libertades y op-
ciones básicas, sin perjuicio de los derechos legales
y las libertades formales.
Las diferencias basadas en la riqueza son el pri-
mer eslan de un ciclo de desigualdad que persi-
gue a la gente durante toda su vida. Las mujeres de
hogares pobres tienen mucho menos probabilidad
de recibir atención prenatal y en el parto por perso-
nal médico especializado (Figura 2.5). Sus hijos tie-
nen igualmente menos probabilidad de sobrevivir y
completar la escolaridad y los niños que no la com-
pletan tienen más probabilidades de percibir meno-
res ingresos. Así, el ciclo de privaciones se transmite
de una generación a otra.
En los países ricos las oportunidades básicas de
vida también están distribuidas de manera desigual.
El Capítulo 1 destaca el abismo que separa al indivi-
duo promedio de un país desarrollado del individuo
promedio de un país en desarrollo. Pero más allá de
esta brecha, algunos grupos desposeídos del “Primer
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2
Desigualdad y desarrollo humano
64 INFORME SOBRE DESARROLLO HUMANO 2005
Mundo” tienen oportunidades de vida comparables
con las del promedio de los países que cuentan con
niveles muy inferiores de ingreso. Los pobres mue-
ren más jóvenes y se enferman con mayor frecuencia.
Los hombres del 5% superior en la distribución de
ingresos de Estados Unidos viven aproximadamente
25% más que los hombres del 5% inferior
15
, en tanto
que los altos niveles de gasto en salud no han logrado
erradicar las grandes disparidades respecto de las
tasas de mortalidad infantil basadas en la raza, la
riqueza y el estado en que se reside. Tales desigual-
dades han limitado los avances en la reducción de la
mortalidad infantil. La tasa de esta mortalidad en
Estados Unidos es comparable a la de Malasia, país
que cuenta con un cuarto del ingreso del país del
Norte. Así, las tasas de mortalidad entre los niños
afroamericanos de Washington, D.C. son mayores
que las de los niños de Kerala, en la India y aunque
aquí intervienen también otros factores socioeconó-
micos, las barreras  nancieras que impiden acceder a
atención de salud adecuada constituyen un aspecto
importante del problema (Recuadro 2.1).
Estados Unidos lleva la delantera en el mundo en lo que a gasto
en salud se refi ere. En términos per cápita, el país del Norte gasta
en salud el doble que el promedio de la Organización de Coopera-
ción y Desarrollo Económicos o el 13% de su ingreso nacional. Sin
embargo, los habitantes de algunos países que gastan considera-
blemente menos son bastante más sanos que los estadouniden-
ses. En efecto, los indicadores de salud pública de EE.UU. se ven
malogrados por profundas desigualdades vinculadas con factores
como ingreso, cobertura del seguro de salud, raza, etnia, ubicación
geográfi ca y lo que es más crítico, acceso a la atención.
Los principales indicadores de salud de Estados Unidos están
muy por debajo de lo que podría esperarse en función de la riqueza
nacional de este país. Las tendencias en materia de mortalidad in-
fantil son particularmente problemáticas, puesto que el descenso
sostenido que registró la tasa de mortalidad infantil durante medio
siglo disminuyó su ritmo desde el año 2000 y luego experimentó un
retroceso, con lo cual el actual indicador de Estados Unidos es más
alto que el de muchos otros países industrializados. Por ejemplo
Malasia, país cuyo ingreso promedio alcanza a una cuarta parte de
aquél de Estados Unidos, registra la misma tasa de mortalidad in-
Recuadro 2.1 Desigualdad y salud en los Estados Unidos
,OSNI×OSDELOSHOGARESMÉSPOBRESTIENENMÉSPROBABILIDADES
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-ÉSPOBRE -ÉSRICO
(continúa)
2
Desigualdad y desarrollo humano
INFORME SOBRE DESARROLLO HUMANO 2005 65
fantil que la de EE.UU. (Figura 1) y el indicador de mortalidad infantil
urbana del estado indio de Kerala es inferior al de los afroamerica-
nos que viven en Washington DC.
Las enormes diferencias en materia de salud entre los grupos
socioeconómicos explican en parte los magros resultados de Es-
tados Unidos respecto de otros países industrializados. Desde la
cuna a la tumba, la salud del estadounidense muestra divergencias
extremas. Por ejemplo, existen disparidades raciales y étnicas per-
sistentes en salud como resultado de las diferencias en la cobertura
del seguro, los ingresos, el idioma y la educación, entre otros facto-
res (Figura 2). En este sentido, las madres afroamericanas tienen el
doble de probabilidades que las mujeres blancas de dar a luz bebés
bajo peso y sus niños tienen
dos veces más probabilida-
des de morir antes de cum-
plir uno. Por otra parte,
las diferencias de ingresos
están estrechamente liga-
das con las diferencias en
cuanto a salud. Un bebé de
sexo masculino proveniente
del 5% superior de la escala
de ingresos de Estados Uni-
dos vivirá 25% más que un
niño que nace en un hogar
perteneciente al 5% inferior.
Muchos factores contri-
buyen a generar desigualda-
des en materia de salud. Uno de los más importantes es la cobertura
de la prestación de servicios médicos. Estados Unidos es el único
país más desarrollado que no cuenta con sistema de seguro de salud
universal. Su combinación de seguro privado provisto por el emplea-
dor y cobertura pública nunca ha protegido a todos los norteameri-
canos. Mientras más de la mitad de la población está cubierta por un
seguro de salud a través de su empleador y casi todos los ancianos
cuentan con Medicare, más de uno de cada seis estadounidenses
menores de 65 años (45 millones de personas) no tenía seguro de
salud en 2003. Adicionalmente, más de la tercera parte (36%) de las
familias que viven bajo el umbral de pobreza no cuentan con seguro;
los hispanoamericanos (34%) tienen más del doble de probabilida-
des de vivir sin seguro que los estadounidenses blancos (13%), y el
21% de los afroamericanos carece de cobertura. La cobertura del
seguro de salud también presenta grandes variaciones entre los 50
estados, diferencias que dependen de la proporción de familias de
ingresos bajos, el tipo de empleo y la amplitud del programa Medi-
caid de cada estado para los habitantes de ingresos bajos.
Más que en cualquier otro país industrial grande, el costo de
los tratamientos es la principal barrera que enfrenta el público a la
hora de acceder a los servicios en Estados Unidos. Más del 40% de
quienes no están asegurados tampoco cuenta con un lugar habitual
para recibir atención médica cuando se enferma y más de la tercera
parte informa que, por motivos de costos, ellos mismos o algún
miembro de su familia tuvo que arreglárselas sin atención médica
cuando la necesitaron en el último año, lo que incluye tratamientos
recomendados o medicamentos.
La desigualdad en el acceso a la atención médica tiene vínculos
evidentes con los resultados en materia de salud. Quienes no cuen-
tan con seguro tienen menos
probabilidades de recibir aten-
ción ambulatoria habitual, lo
cual aumenta la posibilidad de
que sean hospitalizados por
problemas de salud factibles
de evitar. Una vez en el hospi-
tal, reciben menos servicios y
estáns propensos a morir
que los pacientes asegurados.
Por otra parte, también reciben
menos atención preventiva. El
Institute of Medicine calcula
que por lo menos 18.000 es-
tadounidenses mueren antes
de tiempo cada año exclusiva-
mente porque no cuentan con seguro de salud. En efecto, nacer en
el seno de una familia sin seguro aumenta en aproximadamente 50%
la probabilidad de morir antes de cumplir un año.
La desigualdad en el acceso a atención médica ejerce un efecto
poderoso en las desigualdades en materia de salud relacionadas
con la raza, las que sólo se explican en parte por las desigualdades
en cuanto a ingresos y acceso a seguros. Un estudio señala que si
se elimina la brecha en la atención de salud entre afroamericanos
y estadounidenses blancos, se salvarían aproximadamente 85.000
vidas al año. Para contextualizar esta cifra, los adelantos tecnológi-
cos en la medicina salvan unas 20.000 vidas al año.
La comparación destaca una paradoja fundamental del sistema
de salud de Estados Unidos. Los altos niveles de gasto en atención
médica personal son un refl ejo de los enormes adelantos en tec-
nología y tratamientos médicos del país, pero las desigualdades
sociales, que se articulan con desigualdades en la nanciación del
sistema, restringen el alcance de tales adelantos.
Fuente: Rowland and Hoffman 2005; Proctor and Dalaker 2003; Munnell, Hatch and Lee 2004; The Henry Kaiser Family Foundation 2005; Deaton 2002.
Recuadro 2.1 Desigualdad y salud en los Estados Unidos (continuación)
Fuente: Fundación Henry Kaiser Family 2005.
Promedio
nacional
Raza
Ingreso
40
30
20
10
0
Bajo el umbral
de pobreza
Uno o dos veces el
ingreso del umbral
de pobreza
Cuatro veces y más
el ingreso del umbral
de pobreza
Afroamericanos
Blancos
Proporción de la población sin
seguro de salud (%)
Figura 2
Seguro de salud,
pobreza y raza en
Estados Unidos
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#OMPARACIØNDE
LAMORTALIDAD
INFANTIL
2
Desigualdad y desarrollo humano
66 INFORME SOBRE DESARROLLO HUMANO 2005
Capas de desigualdad restringen
las elecciones de vida
Las oportunidades de vida en cualquier país se ven
restringidas por un complejo sistema de capas de
desigualdad. Las disparidades en las oportunida-
des de salud, educación, ingreso e in uencia política
existen en todos los países en mayor o menor enver-
gadura. Las desigualdades que se relacionan con la
riqueza, el género, la ubicación geog ca, la raza o
etnia, junto con otros elementos que ponen al indi-
viduo en desventaja, no operan nunca de manera
aislada, sino que interactúan para crear ciclos de
desventaja dinámicos, que se refuerzan mutua-
mente y transmiten de una generación a otra. Inte-
rrumpir estos ciclos es una de las claves para acelerar
el avance hacia los ODM.
Desigualdades regionales
En muchos países las disparidades regionales son
una importante fuente de desigualdad. En Brasil,
la tasa de mortalidad infantil es de 52 muertes por
cada 1.000 nacidos vivos en el nordeste, pero cae a
20 muertes en el sudeste. Las 10 municipalidades
que cuentan con las tasas más bajas de mortalidad
infantil suman un promedio de ocho muertes por
cada 1.000 nacidos vivos, nivel comparable con el
de algunos países de ingresos altos. Por el contrario,
la tasa de las 10 municipalidades en peor situación
al respecto es de 117 muertes por cada 1.000 naci-
dos vivos, cifra que supera la de Bihar, en la India. El
gasto per cápita en salud está inversamente relacio-
nado con la tasa de mortalidad infantil pues es dos
veces mayor en el sudeste que en el nordeste
16
.
La descomposicn grá ca de los IDH naciona-
les revela la envergadura de la desigualdad regional
al interior de los pses. En China, este índice varía
de 0,64 en Guizhou a 0,80 en Guangdon y 0,89 en
Shangai (Figura 2.6). Si se tratara de países, Gui-
zhou estaría justo por sobre Namibia y Shangai, en
el mismo lugar que Portugal. En México, el IDH va
desde 0,71 en Chiapas y 0,72 en Oaxaca hasta 0,89
en Ciudad de México, rango que abarca desde El
Salvador hasta la Reblica de Corea. Las diferen-
cias en el campo de la educación explican en parte
esta situación ya que las tasas de analfabetismo va-
rían desde 3% en Ciudad de México hasta más de
20% en Chiapas y Guerrero. En la Figura 2.7 se usa
un árbol de desigualdades para estudiar cómo se
presentan estas desigualdades en niveles geográ -
cos inferiores al estado. Las municipalidades más
ricas en Guerrero, como el balneario de Acapulco,
tienen niveles de alfabetización comparables con los
de los países de ingresos altos y pequeñas brechas
de género. Por el contrario, en los municipios pre-
dominantemente rurales, indígenas y montañosos,
la alfabetización cae a 28% para la totalidad de la
población, la mitad del nivel que registra Sudán, y a
20% para las mujeres. Estos árboles permiten iden-
ti car los complejos patrones de desigualdad que
operan bajo el promedio nacional.
Las disparidades urbano-rurales
Vivir en zonas rurales es, en muchos países, una
&IGURA
$IFERENCIASENDESARROLLOHUMANO
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MEXICANA
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3ULTEPEC

2
Desigualdad y desarrollo humano
INFORME SOBRE DESARROLLO HUMANO 2005 67
determinante de desventaja. Las tasas de pobreza
son mayores y el acceso a los servicios, menor. En
Ghana, por ejemplo, la incidencia de la pobreza es
de 2% en la ciudad capital, Accra, pero de 70% en la
sabana rural. Aunque esta zona alberga a la quinta
parte de la población del país, dos quintas partes
de la totalidad de sus habitantes viven en condicio-
nes de pobreza y pese a que en Accra la pobreza ha
ido decayendo, en la sabana, la situación permanece
igual
17
.
La divisn rural-urbana de Ghana es igual-
mente evidente con respecto al acceso a los servi-
cios básicos. Una quinta parte de los residentes
rurales cuenta con acceso a agua corriente en con-
traste con los cuatro de cada cinco residentes urba-
nos. Las tasas de mortalidad en niños menores de
cinco años son mucho mayores en las zonas rurales,
lo que re eja una mayor incidencia de la pobreza y
una cobertura más restringida en cuanto a servicios
básicos. En Bolivia las tasas de mortalidad son 1,9
veces mayores entre los niños del campo que entre
los que viven en la urbe (Figura 2.8). En muchos
países, la división rural-urbana magni ca también
de manera impresionante las desigualdades de gé-
nero. En Pakistán, la brecha rural-urbana respecto
de la asistencia a la escuela es de 27 puntos porcen-
tuales, pero la brecha entre niñas rurales y niños
urbanos es de 47 puntos porcentuales (Figura 2.9).
En muchos países esta división también exacerba las
desigualdades dentro de un mismo grupo y entre
éste y otros. Por ejemplo, las poblaciones indígenas
de Guatemala tienen mucho más probabilidad de
vivir en la pobreza, pero la incidencia de la pobreza
entre la población indígena rural es de casi cinco
veces el promedio de las personas no indígenas ur-
banas (Figura 2.10).
Desigualdad de género
La desigualdad de género es una de las desigual-
dades más profundas y omnipresentes y se mues-
tra con gran brutalidad en Asia Meridional. En
la India, por ejemplo, la tasa de mortalidad entre
los menores de uno y cinco años es 50% mayor
para las niñas que para los niños. Estas niñas,
impedidas de vivir por haber nacido con dos cro-
mosomas X, se cuentan entre las 100 millones de
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En la India la tasa de
mortalidad entre los
menores de uno y cinco
años es 50% mayor para las
niñas que para los niños
2
Desigualdad y desarrollo humano
68 INFORME SOBRE DESARROLLO HUMANO 2005
“mujeres desaparecidas” de Asia Meridional. La
mayor tasa de mortalidad entre las niñas y muje-
res, desde el parto hasta aproximadamente los 30
os, invierte el equilibrio demográ co normal de
género, lo que apunta a desigualdades estructurales
en la nutrición, la atención de salud y el estatus.
La desigualdad de ingreso refuerza los resulta-
dos desiguales para las mujeres en el ámbito de la
salud. En Indonesia, por ejemplo, las razones de
mortalidad materna son cuatro veces mayores entre
las mujeres del 20% más pobre de la población que
entre las mujeres del 20% más rico. Las mujeres que
mueren durante el embarazo tienen una probabili-
dad dos veces mayor de no tener escolaridad y 50%
menos probabilidades de acceder a agua limpia
18
.
En todo el mundo en desarrollo, las mujeres pobres
tienen menor probabilidad que las mujeres de los
grupos más acomodados de que sus partos sean
atendidos por personal especializado, un indicador
crucial de la mortalidad materna. En Perú y Yemen,
las mujeres que pertenecen al 20% más rico de la
población tienen una probabilidad entre seis y cinco
veces mayor de que sus partos cuenten con asisten-
cia especializada que las mujeres del 20% más pobre.
Las desigualdades de género, incluida la mortalidad
infantil, nos conducen nuevamente a desigualdades
de oportunidades de vida más generales. En Bur-
kina Faso, las tasas de mortalidad infantil son tres
veces mayores para los niños de madres sin educa-
ción formal que para aquellos cuyas madres sí la han
recibido.
Las evidentes disparidades de desarrollo hu-
mano descritas aquí son el resultado de desigual-
dades estructurales más profundas, entre las que se
cuentan las disparidades menos evidentes en cuanto
al poder. Puesto que la participación en la sociedad
es una dimensión del desarrollo humano, la poten-
ciación de los pobres es tanto un instrumento de
reducción de la pobreza como un aspecto de esta
reducción. Los pobres y los grupos desposeídos con
frecuencia carecen de la capacidad de in uir en las
instituciones controladas por grupos de élite. En
términos más generales, la desventaja se perpetúa
gracias a desigualdades respecto de lo que se puede
entender como factores que forman las capacidades
políticas de los pobres: la con anza en sí mismos,
la capacidad de in uir en los procesos políticos y el
reconocimiento por parte del resto de la sociedad.
En ningún otro aspecto se revelan con más cla-
ridad las desigualdades de poder y las consecuencias
que de ellas se derivan que en el caso de las mujeres.
Ellas viven la desigualdad desde el hogar hasta el
nivel nacional, donde universalmente están subre-
presentadas, tanto en los cuerpos legislativos como
en los órganos gubernamentales y las estructuras
políticas locales. Las mujeres, especialmente aque-
llas de ingresos bajos, tienden a tener menos control
sobre los recursos domésticos, menos acceso a in-
formación y a servicios de salud, y también menos
control sobre su propio tiempo, todos factores estre-
chamente ligados a su estado nutricional, la calidad
del cuidado que reciben y el estado nutricional de
sus hijos (Recuadro 1.3).
Oportunidades desiguales: las
desigualdades en la salud y los ODM
Las desigualdades en las oportunidades de vida en
la magnitud que recién hemos descrito no son sólo
injustas en mismas, sino que también perjudi-
can los ODM pues impiden el progreso en muchos
ámbitos. Para demostrar cómo las estrategias que
buscan reducir la desigualdad podrían acelerar el
progreso, en esta sección abordamos el tema de la
mortalidad infantil.
Ingreso
Tal como muestra el Capítulo 1, si se mantienen las
tendencias actuales, no se cumplirá la meta de los
ODM que busca reducir las muertes infantiles en
dos terceras partes. Dos factores vinculados expli-
can gran parte de este dé cit. En primer lugar, en
la mayoría de los países, la proporción de muertes
infantiles que sufren los pobres es mucho mayor que
su participación en la población total. Dicho de otro
modo, los hijos de los pobres están desproporciona-
damente representados entre las víctimas de la mor-
talidad infantil, situación particularmente grave en
muchos países. Por ejemplo, en Ghana 36% de las
muertes infantiles se dan en el 20% más pobre de la
población, mientras que la cifra sólo llega al 7% en
el 20% más rico (Figura 2.14). En segundo lugar, la
tasa de mortalidad infantil decae a un ritmo mucho
menor entre los pobres que la tasa promedio de des-
censo de la mayoría de los países. Datos comparati-
vos entre naciones sugieren que la tasa de mortali-
dad infantil en el 20% más pobre decae a la mitad
de la velocidad de la tasa promedio de descenso, de
2
Desigualdad y desarrollo humano
INFORME SOBRE DESARROLLO HUMANO 2005 69
modo que la brecha de mortalidad entre niños ricos
y pobres se está ampliando. En Zambia, la mortali-
dad infantil en el 20% más rico de la población cayó
en 6% al año durante la segunda mitad de los años
noventa, es decir, a una velocidad tres veces superior
que la del 20% más pobre (Figura 2.11).
No debe tolerarse ninguna muerte infantil evi-
table. Pero el actual patrón de avance también re-
sulta subóptimo para el cumplimiento de la meta
de los ODM que apunta a reducir la mortalidad in-
fantil en dos terceras partes. El descenso más lento
ocurre precisamente en el grupo demográ co para
el cual un progreso acelerado podría traducirse en
las mayores disminuciones de la mortalidad infan-
til. Según una estimación, estrechar la brecha en
las tasas de mortalidad infantil entre el 20% más
pobre y el promedio nacional disminuiría en 60%
las muertes infantiles, lo que equivale a salvar 6,3
millones de vidas anuales, medida que además ubi-
caría al mundo en la senda adecuada para cumplir
esta meta de los ODM
19
. Lo anterior sugiere que el
fracaso de los gobiernos nacionales y la comunidad
internacional en cuanto a superar las desigualdades
basadas en la riqueza tienen por costo la vida de más
de seis millones de niños al año.
Incluso se podría a rmar que la evaluación que
se desprende de esta comparación es excesivamente
conservadora. Sobre la base de datos de la Encuesta
Demográ ca y de Salud, estimamos lo que ocurri-
ría si la tasa promedio de mortalidad infantil deca-
yera al ritmo del 20% más rico de la población. Para
muchos países esto signi caría un descenso muy
importante en las muertes infantiles, lo que, en la
India y Nicaragua, reduciría el total general en más
de la mitad. Para la India, esta disminución reduci-
ría las muertes generales en aproximadamente 1,4
millones. Sólo en estos tres países, Bangladesh, la
India y Nepal, medio millón de las vidas salvadas
corresponderían a niños en su primer mes de vida.
Género
La reducción de la desigualdad de género tendría un
efecto catalítico en la disminución de las muertes
infantiles. El efecto sea particularmente marcado
en Asia Meridional, región donde la desigualdad de
género está profundamente arraigada. Si la India
estrechara su brecha de género en cuanto a mortali-
dad entre niños y niñas de uno a cinco años, se cal-
cula que se salvarían unas 130.000 vidas, logro que
reduciría la tasa de mortalidad infantil en 5%
20
.
La superacn de las desigualdades denero
más generales tendría un efecto aún más notorio
debido a los vínculos negativos que existen entre la
privación nutricional materna y la mortalidad in-
fantil. El porcentaje de mujeres bajo peso es cuatro
veces mayor en Asia Meridional que en África Sub-
sahariana y las de ciencias en cuanto a nutrientes
y vitaminas que se asocian con la muerte infantil
son aún mayores. Asia Meridional registra menores
niveles de pobreza y mayor ingreso promedio que
África Subsahariana, pero la tasa de desnutrición
infantil de Asia Meridional supera a la de África
Subsahariana en 20%. La mitad de los niños bajo
peso del mundo viven en Asia Meridional, dé cit
que junto a otras carencias en materia de desarrollo
humano está muy relacionado con la desigualdad
de género.
Una mayor equidad de género podría impul-
sar decididamente la reducción de la mortalidad
infantil. Según datos comparativos entre países,
el Instituto Internacional de Investigaciones sobre
Política Alimentaria ha estimado que equiparar el
acceso de hombres y mujeres a educación, nutrición,
ingreso y derechos de propiedad podría reducir en
13% la tasa de niños menores de tres años bajo peso
en Asia Meridional, lo cual equivale a 13,4 millo-
nes menos de niños desnutridos propensos a morir
tempranamente. En el caso de África Subsahariana,
la desnutrición caería en tres puntos porcentuales
o el equivalente a 1,7 millones niños desnutridos
menos
21
. El modo en que el refuerzo del rol de la
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2
Desigualdad y desarrollo humano
70 INFORME SOBRE DESARROLLO HUMANO 2005
mujer incide en el bienestar de los niños incluye
mayor espaciamiento entre nacimientos gracias a
un mejor control de la fecundidad, mayor uso de
los establecimientos de salud y mejor conocimiento
de las posibles alternativas de atención médica.
Políticas públicas.
Reducir las profundas desigualdades de género, de
ingreso o regionales, que generan tasas desiguales
de mortalidad infantil, requiere de reformas gene-
ralizadas. Las poticas públicas son un elemento
crucial para abordar los siguientes tres aspectos que
permitirán reducir la desigualdad:
Acceso. Los pobres suelen vivir en zonas que
cuentan con escasos servicios básicos de salud
o establecimientos que carecen de medicamen-
tos y personal especializado. El dé cit crónico
de  nanciación es parte del problema. Ofrecer
cobertura de salud básica en un país de bajos
ingresos cuesta un monto estimado de US$30
a US$40 per cápita. En gran parte de África, el
gasto es inferior a US$6 per cápita, por lo que,
en tales condiciones, aun si los establecimientos
existen, es probable que carezcan de los medica-
mentos más básicos.
Accesibilidad  nanciera. Cobrar por la aten-
ción básica de salud incrementa la desigualdad.
Estos pagos pueden representar una impor-
tante proporción del ingreso de la gente pobre,
lo que genera menor demanda, interrumpe los
tratamientos o aumenta el endeudamiento. En
Viet Nam, una visita al hospital cuesta 40% del
ingreso mensual de aquellos que pertenecen al
20% más pobre de la población. Los altos nive-
les de gastos en salud por hogar no sólo desin-
centivan el uso de los servicios, sino que, según
una estimación, han empujado a tres millones
de vietnamitas a la pobreza
22
. En China, el
deterioro del sistema de salud pública después
de las reformas de  nes de los años setenta ha
exacerbado las desigualdades en el campo de
la salud (Recuadro 2.2). Eliminar el pago por
servicios puede mejorar la equidad. Cuando
Uganda tomó tal medida en 2001, las visitas a
los establecimientos de salud pública aumenta-
ron en 80% y la mitad del aumento se registró
entre el 20% más pobre de la población. La pro-
porción de hogares que ha informado no haber
usado nunca un servicio de salud debido a los
altos costos disminuyó de aproximadamente
50% en 1999 a 35% en 2002, reducción que fue
particularmente notoria en la región más pobre
del país
23
.
Rendición de cuentas. Aun donde se dispone
de servicios de salud pública, los pobres no los
usan. Por ejemplo, en la India gran parte de la
demanda está dirigida a prestadores privados
mal cali cados. Una encuesta realizada en uno
de los distritos más pobres de Rajastán des-
cubrió que los hogares pobres recurrían a los
prestadores privados de salud incluso cuando
había servicios públicos nominalmente gratui-
tos. Una de las razones era que más de la mitad
de los centros de salud estaban cerrados en pe-
ríodos que debían atender. Además, cuando los
establecimientos están abiertos, solían no con-
tar con personal especializado. Para la India en
general, los resultados de estudios de visitas sin
previo aviso a clínicas de salud indican que en
el 40% de ellas no había personal especializado
en el establecimiento al momento de la visita
24
.
Generar sistemas de saluds responsables
y transparentes puede mejorar de manera es-
pectacular el acceso y los indicadores de salud.
Por ejemplo, en 1987, en el estado brasileño de
Ceará, uno de los más pobres del país, se ins-
tauró un sistema de atención de salud descentra-
lizado y comunitario que hoy emplea a más de
170.000 trabajadores de la salud. El programa
ha sido acompañado de estrategias de apoyo al
seguimiento comunitario de los prestadores de
salud y, en menos de 15 años, la tasa de morta-
lidad infantil disminuyó en un tercio respecto
del nivel de 1987.
2
Desigualdad y desarrollo humano
INFORME SOBRE DESARROLLO HUMANO 2005 71
Durante los últimos cuatro decenios, China registra uno de los avan-
ces más rápidos de la historia en materia de desarrollo humano. En
efecto, durante el decenio de 1990, el país escaló 14 lugares en la cla-
sifi cación del IDH (al lugar 85). Por otra parte, China es el país con el
crecimiento económicos rápido de la historia durante los últimos
decenios, con un ingreso per cápita que se ha triplicado en términos
de poder adquisitivo constante. Sin embargo, existen indicios pre-
ocupantes de que el avance social comienza a rezagarse comparado
con el desempeño económico y una de las inquietudes principales es
la disminución de la tasa de reducción de la mortalidad infantil.
Las desigualdades en materia de salud parecen estar empeo-
rando este problema pues quienes enfrentan los mayores riesgos
de muerte son los niños de las provincias más pobres y los sectores
rurales de China. Los niveles de mortalidad infantil en las zonas ur-
banas representan, en promedio, alrededor de un tercio de los nive-
les de las zonas rurales. En efecto, las tasas de mortalidad de niños
menores de cinco años oscilan entre ocho por cada 1.000 nacidos
vivos en Shangai y Beijing (cifra comparable con Estados Unidos) y
60 en la provincia de Guizhou, una de las más pobres (cifra compa-
rable con Namibia). En este sentido, la brecha entre provincias ricas
y pobres parece estar ampliándose, al igual que la diferencia en
términos de supervivencia entre niñas y niños. Las investigaciones
recientes indican que las tasas de mortalidad infantil aumentan a una
tasa de 0,5% al año entre las niñas mientras que en el caso de los
niños, disminuyen en un 2,3% al año.
Las políticas públicas no han ayudado mucho a mejorar la si-
tuación. Hasta 1980, la mayoría de los habitantes rurales pobres
de China contaba con cobertura del Sistema Médico Cooperativo,
el que fue desmantelado con las reformas de mercado. Uno de los
efectos consistió en desplazar la carga del fi nanciamiento de los
costos de atención desde los proveedores públicos hacia las trans-
ferencias familiares y en la actualidad, la mayoría de las personas
deben comprar un seguro de salud, enfrentar los costos a medida
que surgen o arreglárselas sin atención médica. Hoy, China gasta
5% del PIB en salud, cifra relativamente alta en comparación con
países con niveles de ingresos similares, pero el gasto público en
el sector llega a menos del 2% del PIB, puesto que en realidad, el
nanciamiento de la salud fue privatizado.
La descentralización del aparato fi scal ha reafi rmado la
transición hacia un sistema de mercado. Los condados y distritos
más pobres no han podido recaudar sufi cientes ingresos tributarios
debido a lo cual se intensifi ca la presión sobre los proveedores de
atención para que exijan pagos por los servicios que prestan, entre
los que se incluyen las vacunas básicas y otros servicios de salud
preventivos. Sin embargo, cobrar por servicios que constituyen
bienes públicos es tanto inequitativo como ine ciente en términos
económicos.
El deterioro de la prestación pública ha generado una falta de
concordancia entre la necesidad y la provisión de servicios: el gasto
promedio per cápita en salud en las zonas urbanas supera ahora
3,5 veces el nivel de las zonas rurales. Además, entre el 70% y el
80% de los habitantes del campo no tienen cobertura de seguro de
salud alguna, lo cual signifi ca que los afectados deben recurrir a su
propio bolsillo para costear el tratamiento de una enfermedad. En
efecto, los altos costos de la atención de salud provocan pobreza
familiar y son también un elemento de disuasión en cuanto al uso
de los servicios. Un estudio encargado por el Ministerio de Salud
de China que abarcó tres provincias (Guangdong, Shanxi y Sichuan)
descubrió que la mitad de los entrevistados informaron no haber
buscado atención médica pese a haberla necesitado en el último
año y citaron el costo como el motivo principal.
Las barreras de precios pueden ser, en parte, responsables de
la reducción de la cobertura de vacunación. Durante el decenio de
1980, la vacunación contra la difteria, la tos ferina y el tétano (DPT3)
aumentó de 58% a 97%, unos de los índices de cobertura más altos
en el mundo en desarrollo. Desde entonces, el índice cayó a 90%,
según datos de la Organización Mundial de la Salud y el Fondo de
las Naciones Unidas para la Infancia.
Ahora se enfrenta el riesgo de que China no cumpla la meta
de los Objetivos de Desarrollo del Milenio en cuanto a mortalidad
infantil y que la profundización de las desigualdades interrumpa el
avance hacia la consecución de otras metas en materia de salud.
Estas desigualdades surgen a partir del sistema privatizado de fi -
nanciamiento de la salud que no parece encajar en un país con altos
niveles de pobreza. Si bien las reformas económicas son claramente
responsables de importantes ganancias, los principios de mercado
se han forzado demasiado para llevarlos al sistema de salud. El pro-
pio Gobierno de China está ahora revisando el fi nanciamiento del
sector con la idea de fortalecer la prestación de servicios destinados
a los hogares pobres.
Fuente: Lim y otros 2004; Liu, Liu y Meng 1994; Sen 2004.
Recuadro 2.2 China: desigualdades crecientes en la salud
2
Desigualdad y desarrollo humano
72 INFORME SOBRE DESARROLLO HUMANO 2005
Las tendencias que muestra la desigualdad de
ingreso son de gran importancia para dimensiones
más amplias del desarrollo humano así como para
la pobreza de ingreso. Los pasos hacia una mayor
equidad distributiva podrían reducir drásticamente
la tasa de pobreza de ingreso y generar bene cios
consecuentes tanto para los ODM como para otros
objetivos más amplios en términos de desarrollo
humano.
Una mejor distribución puede potenciar el
desarrollo mediante dos vías: una estática y otra
dinámica. A cualquier tasa de crecimiento, mien-
tras mayor sea la participación de los pobres en el
incremento en la riqueza económica, mayor será la
relación entre reducción de pobreza y crecimiento,
conocida como la elasticidad de la pobreza-creci-
miento. Éste es un efecto estático. Los efectos di-
námicos surgen cuando los cambios en la distribu-
ción afectan la tasa de crecimiento. La desigualdad
extrema puede constituir un freno al crecimiento.
Este efecto es especialmente fuerte para la des-
igualdad de activos. El acceso limitado a activos
productivos, o la capacidad limitada para hacer
valer derechos legales, puede restringir la capaci-
dad de préstamo e inversn de los pobres, lo cual
frena el crecimiento
25
. Las pruebas provenientes de
estudios comparativos entre países sugiere que una
mayor equidad distributiva puede acelerar el cre-
cimiento y que no existen disyuntivas inherentes
entre crecimiento y equidad. En consecuencia, una
mejor igualdad distributiva puede generar un doble
bene cio: aumento del crecimiento y tamaño de la
tarta económica además de la posibilidad de que los
pobres obtengan una porcn mayor
26
.
Mejorar la distribución
del crecimiento
En los países en que la desigualdad y los niveles de
pobreza son altos, aún pequeños cambios en la dis-
tribución pueden reducir la pobreza de manera sig-
ni cativa.
Acelerar la reducción de la
pobreza en cada país
Según datos sobre ingreso y gasto de los hogares,
estimamos que el impacto potencial en la pobreza
de ingreso podría duplicar la porción del ingreso
nacional que obtiene el 20% más pobre de la pobla-
ción gracias a transferencias desde el 20% más rico
(ver Nota técnica 2). Para los países con alta des-
igualdad y gran parte de la población en condicio-
nes de pobreza, transferir incluso una pequeña pro-
porción del ingreso del 20% más rico podría llevar
a grandes cantidades de personas por encima del
umbral de pobreza. En el caso de Brasil y México,
la transferencia de 5% del ingreso del 20% más rico
de la población tendría los siguientes efectos:
En Brasil, aproximadamente 26 millones de
personas pasarían a situarse por encima del um-
bral de la pobreza de los dos dólares diarios, lo
que reduciría la tasa de pobreza de 22% a 7%.
En México, aproximadamente 12 millones de
personas saldrían de la pobreza, según se de ne
a nivel nacional, lo que reduciría la tasa de po-
breza de 16% a 4%.
Obviamente, este es un ejercicio estático que
ilustra el impacto sobre la pobreza que tendría una
transferencia hipotética desde los ricos hacia los
pobres. En una sociedad que otorga más importan-
cia a las ganancias en materia de bienestar para los
pobres que a aquellas que bene cian a los ricos, la
transferencia podría considerarse como una mejora
del bienestar del total de la sociedad aun si algunos
pierden en el proceso.
Otra vía para mejorar la distribución es el cre-
cimiento progresivo, un patrón de crecimiento en
el que no sólo crecen los ingresos promedio, sino
también los de los pobres y a un ritmo aún mayor
que el promedio. Se trata de un proceso de suma
positiva en el que nadie pierde y los pobres ganan
proporcionalmente más. El crecimiento progresivo
puede concebirse como un proceso dinámico en el
que los pobres se gestan su propia manera de salir de
la pobreza a la vez que aumentan el aporte que hacen
a la riqueza nacional (Recuadro 2.3).
El potencial del crecimiento a favor de los
pobres en términos del desarrollo humano
2
Desigualdad y desarrollo humano
INFORME SOBRE DESARROLLO HUMANO 2005 73
Un crecimiento progresivo incluso modesto
puede tener un vigoroso impacto sobre la pobreza.
Una vez más, recurrimos a modelos de simulación
de crecimiento basados en datos provenientes de en-
cuestas por hogares nacionales sobre el ingreso a  n
de demostrar los efectos en Brasil y México. Creamos
dos escenarios. El primero es un escenario neutro en
cuanto a distribución que supone la continuación de
las tendencias actuales de crecimiento sin cambios
en la distribucn. Los aumentos del ingreso se dis-
tribuyen según las participaciones existentes en el
ingreso: si el 20% más pobre obtiene 1% del ingreso
actual, recibirá US$0,01 por cada dólar que genera
el ingreso. El segundo escenario de crecimiento pro-
gresivo supone que la gente que vive por debajo del
umbral de la pobreza duplica su participación en
el crecimiento futuro. En este caso, si el 20% más
pobre representara a la población que vive en condi-
ciones de pobreza, su participación en el crecimiento
futuro crecería entre US$0,01 y US$0,02 por cada
dólar. Dado el alto grado de desigualdad que existe
tanto en Brasil como México, este es un escenario
modesto respecto de un crecimiento a favor de los
pobres. Aun así, los resultados son sorprendentes.
En el caso de Brasil, la medida acorta el tiempo que
le toma a un hogar medio superar el umbral de la
Aún pequeños cambios
en la distribución pueden
reducir la pobreza de
manera signifi cativa
Así como con la maternidad y la tarta de manzana, todos son parti-
darios del “crecimiento a favor de los pobres”. El concepto, al igual
que su variantes reciente y cada vez más popular –el “crecimiento
compartido”–, capta la idea de la importancia que reviste la calidad del
crecimiento, así como su cantidad, para la reducción de la pobreza.
Sin embargo, el concepto tiene diferentes signifi cados para personas
distintas. Por ejemplo, el Banco Mundial y los organismos internacio-
nales de desarrollo propician una defi nición absoluta del crecimiento
a favor de los pobres donde lo que importa no es si el ingreso de este
segmento aumenta en relación con el ingreso promedio, sino cuán rá-
pido es ese aumento. Según esta defi nición, el crecimiento a favor de
los pobres podría coincidir con el aumento de la desigualdad, incluso
en aquellos países ya caracterizados por desigualdades extremas.
La defi nición progresista del crecimiento a favor de los pobres
que se usa en este Informe se concentra en la posición relativa de los
propios pobres y destaca el potencial de pequeños desplazamien-
tos distributivos para producir ganancias importantes en materia de
reducción de la pobreza.
¿Se trata sólo de diferencias semánticas? ¿O acaso tienen im-
portancia directa para el desarrollo humano? Es posible exagerar
las diferencias: todos los que participan en el debate favorecen una
reducción rápida de la pobreza. Por extensión, nadie argumenta que
bajos niveles de desigualdad son inherentemente positivos para la
reducción de la pobreza. Si lo fueran, Benin, un país con bajo cre-
cimiento y poca desigualdad (con un coefi ciente de Gini de alrede-
dor de 36 durante el decenio de 1990), arrojaría mejores resultados
que China. Sin embargo, hay dos temas muy importantes en juego,
ambos relacionados con el equilibrio necesario entre crecimiento
económico y distribución.
El primer tema está relacionado con la justicia social. Según la
defi nición absoluta, el crecimiento neutro en términos de distribu-
ción favorece a los pobres: todo crecimiento que aumente el ingreso
de los pobres puede considerarse como crecimiento que los favo-
rece. Es difícil conciliar lo anterior con la noción básica de justicia
social. Si, conforme al actual patrón de distribución, todos los habi-
tantes de Brasil participaran del aumento en el crecimiento, el 20%
más rico recibiría 85 centavos por cada dólar; el 20% más pobre
recibiría tres centavos. Todos, entre ellos los pobres, mejorarían su
situación, entonces el crecimiento podría considerarse como a favor
de los pobres. Pero si le asignamos más importancia al bienestar
de los pobres, ese patrón de distribución no es coherente con los
principios básicos de equidad y justicia social.
El segundo tema está relacionado con la conversión del cre-
cimiento en pobreza. Si intensifi car el efecto del crecimiento en la
reducción de la pobreza es un objetivo central de las políticas pú-
blicas, entonces la distribución sí importa. Si todo lo demás per-
manece inalterado, mientras mayor sea la proporción del aumento
del crecimiento captado por los pobres, más rápido disminuirá la
pobreza. Aumentar la proporción de crecimiento adicional que se
destina a los pobres puede acelerar la tasa a la cual la prosperidad
creciente reduce la pobreza, al tiempo que aumenta la tasa de cre-
cimiento general.
El enfoque de crecimiento progresivo centra su atención en las
desigualdades estructurales que privan a los pobres y marginados
de la oportunidad de contribuir al crecimiento y participar de él en
términos más equitativos, con lo cual pone a la distribución, junto
con el crecimiento, en el centro del programa de políticas destina-
das a reducir la extrema pobreza.
Fuente: Kakwani, Khandker y Son 2004; Ravallion 2005; DFID 2004b.
Recuadro 2.3 Crecimiento progresivo y a favor de los pobres
2
Desigualdad y desarrollo humano
74 INFORME SOBRE DESARROLLO HUMANO 2005
pobreza en 19 años, y en el caso de México, lo acorta
en 15 años (ver Nota técnica 2).
A veces se a rma que la distribución tiene mayor
relevancia para los países con alta desigualdad y de
ingresos medianos que para aquellos que tienen
bajo crecimiento e ingresos igualmente bajos, que
son precisamente los que están más lejos de poder
cumplir los ODM. Se trata de una a rmacn co-
rrecta en el sentido de que, tal como demuestran las
simulaciones para Brasil y México, incluso una re-
distribución modesta puede producir importantes
resultados de reducción de la pobreza en los países
con alta desigualdad e ingresos medianos. Pero la
distribución del crecimiento también reviste gran
importancia para los países de ingresos bajos.
África Subsahariana demuestra muy bien este
planteamiento. Una consecuencia del estanca-
miento económico en esta región ha sido el aumento
de la tasa de crecimiento necesaria para cumplir la
meta de los ODM que busca reducir la pobreza a la
mitad. Algunos países, como Etioa, Senegal, Su-
dáfrica y Tanzanía, entre otros, deben crecer un 3%
per cápita anual para cumplir la meta. Sin embargo,
estudios basados en encuestas por hogares en diver-
sos países de la región (los que dan cuenta de 78%
de la población) indican que la tasa de crecimiento
promedio anual ponderada que se requiere para al-
canzar los ODM en la región es de 5% per cápita
durante 10 años
27
. Se trata de una región donde el
crecimiento promedio anual per cápita para el pe-
ríodo 2000–2006 es de 1,6%. Aun si la recupera-
ción actual en algunos pses se mantiene, para un
grupo importante de países, los requisitos de creci-
miento para el cumplimiento de los ODM resultan
inalcanzables.
¿Signi ca esto que África Subsahariana está
condenada a no poder cumplir los ODM? No, si la
región combina un aumento más modesto del cre-
cimiento con mejores patrones de distribución del
ingreso.
Este argumento puede demostrarse con el caso
de Kenya, país que desde todo punto de vista está
fuera de la senda correcta para poder disminuir a la
mitad la pobreza extrema antes de 2015. Si Kenya
alcanzara una tasa de crecimiento per cápita del 1%
con los actuales patrones de distribución, no logra-
ría reducir a la mitad la pobreza sino hasta 2030. Si
duplicara la participación de los pobres en el cre-
cimiento futuro, aun con una tasa de crecimiento
de 1% per cápita, le permitiría alcanzar la meta de
reducir la pobreza a la mitad en 2013, lo que sig-
ni caría cumplir este ODM. En otras palabras, el
crecimiento a favor de los pobres podría reducir el
horizonte de tiempo para cumplir esta meta en 17
os. El argumento más amplio aquí es que la des-
igualdad extrema puede frenar la reducción de la
pobreza en los países de ingresos bajos y medianos
y por las mismas razones: mientras más pequeña es
la participación de los pobres en cualquier incre-
mento del ingreso, menos e ciente resulta ser el
crecimiento como mecanismo de reducción de la
pobreza. En Viet Nam, la relación entre crecimiento
del ingreso promedio y reducción de la pobreza es de
más o menos 1 a 1. Para países con alta desigualdad
como Bolivia y Zambia, la relación es aproximada-
mente de 1 a 0,5
28
. En otras palabras, se requiere el
doble de crecimiento para lograr el mismo grado de
disminución de la pobreza.
Estos casos demuestran que la calidad y com-
posición del crecimiento son tan importantes como
su cantidad. Hoy, cuando los gobiernos africanos
subsaharianos buscan consolidar la recuperación
económica, priorizar la calidad del crecimiento se
ha vuelto más urgente. Existe el peligro de que si
se mantienen los actuales patrones de crecimiento,
la recuperación económica no incluia los pobres.
Por ejemplo, el aumento del crecimiento general
que ha logrado Tanzaa ha tenido un impacto in-
signi cante sobre las tasas de pobreza pues los in-
gresos promedio per cápita han aumentado 1,8%
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Mientras más pequeña es la
participación de los pobres
en cualquier incremento del
ingreso, menos efi ciente
resulta ser el crecimiento
como mecanismo de
reducción de la pobreza
2
Desigualdad y desarrollo humano
INFORME SOBRE DESARROLLO HUMANO 2005 75
anual desde 1995, pero la pobreza ha disminuido
con demasiada lentitud como para lograr cumplir
los ODM. Entre 1991 y 2001 las tasas de pobreza
disminuyeron de 39% a 36%, con considerables va-
riaciones subyacentes. Los niveles de pobreza dismi-
nuyeron en forma drástica en Dar es Salaam, pero
sólo de manera muy marginal en las zonas rurales
(Figura 2.12). El problema es que estas zonas repre-
sentan el 82% de la pobreza del país.
En la mayor parte del continente africano, el de-
safío es entonces no sólo acelerar el crecimiento sino
también asegurar que la población pobre contribuya
al proceso de crecimiento con un mayor producto
y el aumento de la productividad para que luego
tenga mayor participación en los incrementos del
crecimiento que la que tiene en la actualidad. Res-
pecto de las políticas públicas, esto signi ca prestar
mucho más atención a los pequeños agricultores, a
las zonas agrícolas marginales sin riego arti cial y a
la inversión pública que permita construir activos
para la población pobre así como la infraestructura
que les sirve.
El papel del sector privado es también crucial en
el crecimiento a favor de los pobres. Las pequeñas y
medianas empresas cumplen un papel crítico, como
empleadores, proveedores de insumos y nexos con
los mercados. Las empresas privadas pueden con-
tribuir a reducir la pobreza potenciando a la gente,
ampliando las alternativas y ofreciendo una amplia
gama de bienes y servicios. En Bangladesh, Gra-
meenPhone, el proveedor de servicios de teléfonos
celulares más grande del país, opera un programa
rural que presta servicios a más de 50 millones de
personas, lo que permite a las microempresas operar
con mayor e ciencia al contar con un mejor acceso
a la información sobre mercados. En otras partes, la
ausencia de microempresas puede reducir la com-
petencia, lo que aumenta los costos de los insumos
y baja los precios de los bienes vendidos por las co-
munidades en las zonas pobres o remotas. El alto
costo de la normativa gubernamental y el limitado
acceso al crédito son algunos de los principales fac-
tores que limitan las habilidades de las pequeñas
empresas privadas de actuar con más dinamismo
en la lucha contra la pobreza. En promedio, el costo
de iniciar una empresa en África Subsahariana as-
ciende a 224% del ingreso promedio nacional, cifra
que contrasta con el 45% en Asia Meridional y el 7%
en los países de ingresos altos.
Acelerar la reducción de la
pobreza a nivel mundial
A la fecha, sólo hemos prestado atención a los
potenciales bene cios del crecimiento a favor de los
pobres para acelerar la reducción de la pobreza en
países especí cos. Recurriendo al modelo de distri-
bución del ingreso mundial que delineamos en el
Capítulo 1, ampliaremos este ejercicio. El modelo
ofrece una aproximación de la distribución mundial
del ingreso ajustado a la paridad del poder adquisi-
tivo para considerar las diferencias de precio entre
países. Utilizamos este modelo para simular lo que
ocurriría con las tendencias de la pobreza mundial
delineadas en nuestra proyección para el o 2015 si
la gente que vive por debajo del umbral de la pobreza
tuviera una participación en el crecimiento futuro
dos veces mayor que la que posee en la actualidad,
ejercicio que consistió efectivamente en ampliar
el modelo nacional de crecimiento a favor de los
pobres a escala mundial. Al igual que en los ejerci-
cios nacionales, en el caso de los países con tenden-
cias positivas de crecimiento, suponemos que éstas
se mantendrán. Para países con tendencias negativas
empleamos una proyección de crecimiento positiva
basada en promedios regionales para 2000-2006.
Los resultados de la simulación son notables
(Figura 2.13). La redistribución a favor de los po-
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2
Desigualdad y desarrollo humano
76 INFORME SOBRE DESARROLLO HUMANO 2005
bres provoca un efecto marginal en la distribución
general del ingreso en el mundo, pero su impacto
en la pobreza es notorio. En el escenario de creci-
miento a favor de los pobres en 2015:
La cantidad de personas que viven en la pobreza
extrema cae de 704 millones a 446 millones, cifra
equivalente a una disminución de un tercio.
La incidencia mundial de la pobreza disminuye
de10% a 6%.
La senda del crecimiento a favor de los pobres
reduce fuertemente la pobreza en todas las re-
giones, aunque también aumenta la partici-
pación en la pobreza de África Subsahariana,
resultado que demuestra la importancia de po-
tenciar el crecimiento económico así como el
mejoramiento de la distribución.
La pobreza relativa en los países ricos
Estos ejercicios de simulación se centran en la
pobreza absoluta. Los efectos que tiene el creci-
miento en la distribución dependen de la de ni-
ción de pobreza empleada. Son más poderosos con
una de nición relativa de pobreza por la evidente
razón de que el indicador de pobreza se vuelve una
función de la distribución. En última instancia, la
decisión respecto de la medida adecuada constituye
un juicio de valor.
La mayoría de los países ricos de nen la pobreza
en términos relativos. La pobreza infantil es un in-
dicador particularmente sensible de la pobreza de
ingreso en los países ricos, pues ofrece un panorama
de la escala de privaciones y es también un indica-
dor de las desventajas heredadas y de la transmisión
de la pobreza de una generacn a otra. En 17 de los
24 países de la OCDE incluidos en la investigación
del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia
llevada a cabo durante los años 1990, se percibe
un aumento de la pobreza infantil de nida como
aquella pobreza que afecta a niños que viven en una
familia con ingresos inferiores al 50% de la media
nacional
29
. Esto signi ca que entre 40 y 50 millones
de niños de los países más desarrollados del mundo
crecen en condiciones de pobreza. Dos miembros
de la OCDE, Estados Unidos y México, tienen el
cuestionable honor de contar con tasas de pobreza
infantil superiores a 20%. El Reino Unido ha con-
seguido recientes logros en revertir un rápido creci-
miento de este mal social, para lo cual un elemento
crucial ha sido la redistribución mediante transfe-
rencias scales, lo que sugiere que el gasto a favor
de los pobres puede ser una fuerza poderosa en la
reducción de la pobreza infantil. Sin embargo, esto
también demuestra que otras fuerzas que moldean
la distribución del ingreso, particularmente las des-
igualdades en el mercado laboral, constituyen obs-
táculos difíciles de superar. (Recuadro 2.4).
Lograr el crecimiento a
favor de los pobres
Una de las revelaciones que arroja el ejercicio de
simulaciones presentado en la sección anterior es
que las políticas y los patrones de crecimiento que
buscan mejorar la distribución pueden ser armas
potentes para reducir la pobreza. Por cierto, no
todas las políticas destinadas a mejorar la distribu-
ción son en sí mismas buenas para el crecimiento y
los bajos niveles de desigualdad no son un sustituto
del crecimiento acelerado. Sin embargo, los encar-
gados de formular políticas no siempre están obli-
gados a plantearse ante una disyuntiva; muchas de
las estrategias dirigidas a disminuir la desigualdad
tendrán efectos positivos sobre el crecimiento. Lo
anterior sugiere que aumentar la participación de
los pobres en el crecimiento debiera constituir un
aspecto central de las estrategias para cumplir los
ODM y otras metas más generales de desarrollo
humano (Recuadro 2.3).
No existe una única vía para alcanzar tales ob-
jetivos. Estrechar la brecha en las oportunidades
educacionales es un punto de partida fundamental,
pues en casi todos los países las desigualdades en la
educación están entre los impulsores más potentes
de las desigualdades en materia de ingresos, salud
y oportunidades, lo que incluye las oportunidades
de participar en la sociedad e in uir en los procesos
políticos. La educación tiene el potencial de actuar
como ecualizador de oportunidades, así como tam-
bién como una fuerza de crecimiento y e ciencia
económica. Pero tal potencial sólo se puede desple-
gar con la ayuda de políticas públicas que eliminen
sistemáticamente los obstáculos sociales, económi-
cos y culturales que enfrentan los grupos desfavore-
cidos. De igual modo, las profundas desigualdades
en materia de salud y la mayor vulnerabilidad que
se asocia la desigualdad en el acceso a estos servicios
también se relacionan con profundas diferencias de
oportunidades. Los sucesivos cuadros de enferme-
2
Desigualdad y desarrollo humano
INFORME SOBRE DESARROLLO HUMANO 2005 77
En la mayoría de los países desarrollados, la pobreza se mide en tér-
minos relativos más que absolutos, lo cual signifi ca que el elemento
de referencia para la medición, tanto de la pobreza misma como de
su reducción, suele estar defi nido en relación con el ingreso prome-
dio o mediano. Por lo tanto, cuando los gobiernos fi jan objetivos de
reducción de la pobreza, están apuntando a hacer cambios en la
distribución que impliquen acortar la distancia entre el extremo más
pobre de la escala de ingresos y el elemento de referencia.
La experiencia en el Reino Unido destaca algunos de los proble-
mas relacionados con la reducción de la pobreza relativa. A fi nes de
los años noventa, el Gobierno del Reino Unido fi jó ambiciosas metas
destinadas a reducir la incidencia de la pobreza infantil, con lo cual
puso el tema de la distribucn en el centro del escenario de las po-
líticas públicas. En este contexto, la pobreza infantil se defi ne como
aquella que afecta a niños que viven en un hogar con un ingreso
menor al 60% de la mediana luego de restar el costo de la vivienda.
La política scal y la concentración de las transferencias en los po-
bres han sido palancas fundamentales de las medidas destinadas
a lograr la meta. Sin embargo, los acontecimientos en el mercado
laboral, que incluyen mayores ingresos en el extremo superior de la
distribución, han empujado en la dirección contraria.
A fi nes del decenio de 1990, el Reino Unido registraba una de
las mayores tasas de pobreza infantil en Europa y en 1998, alrededor
de 4,6 millones de niños –uno de cada tres– vivían bajo el umbral de
la pobreza. Estos niveles tan altos, que duplicaban el índice de nes
de los años setenta, fueron el legado del decenio de 1980, el cual
se caracterizó por un patrón de crecimiento inconfundiblemente a
favor de los ricos que dejó de lado a los pobres. A fi nes de los años
setenta, el 10% más rico de la población recibía el 21% del total del
ingreso disponible. Veinte años más tarde, la cifra había aumentado
a 28%, casi tanto como lo que recibía la mitad más pobre de la
población. El ingreso anual promedio del 20% más rico aumentó
alrededor de 10 veces la tasa correspondiente al 20% más pobre
(3,8% en comparacn con 0,4%). Así, el coefi ciente de Gini del
Reino Unido aumento de 25 a 35 a mediados de los años noventa,
uno de los mayores saltos en lo que se refi ere a desigualdad en el
mundo.
Este aumento en la desigualdad fue impulsado por dos fuerzas
principales: cambios en la distribución básica de los ingresos y el
efecto de las políticas fi scales que bajaron los impuestos a quienes
ganaban más y disminuyeron los benefi cios para los pobres.
Mientras el aumento en la desigualdad se estabilizó en nive-
les altos a principios del decenio de 1990, la pobreza infantil siguió
siendo excepcionalmente alta según estándares históricos. Más de
uno de cada cuatro niños aún vivían bajo el umbral de la pobreza
durante el boom económico de fi nes de los años noventa, lo cual era
un refl ejo de aún otro aumento en el coefi ciente de Gini.
En 1999, se anunciaron ambiciosas metas destinadas a erradi-
car la pobreza infantil en el transcurso de una generación. La pri-
mera etapa del plan comprendía reducir la pobreza infantil en una
cuarta parte desde el nivel de 1998, antes de 2004 ó 2005, y luego
reducirla a la mitad a más tardar en 2010.
La redistribución fi scal desempeñó una función central en las
estrategias aplicadas para alcanzar la meta y el apoyo fi nanciero que
reciben las familias con hijos ha aumentado considerablemente. La
mayor parte del gasto adicional se destinó a bene cios laborales y
créditos impositivos que han incrementado el ingreso de las familias
trabajadoras pobres con hijos. Además, aumentaron los benefi cios
fuera del ámbito laboral para las familias con hijos.
Las familias más pobres han obtenido ganancias considerables.
El Instituto de Estudios Fiscales calcula que el ingreso de la quinta
partes pobre de la población ha aumentado en más del 20%
como resultado de las reformas aplicadas entre 1997 y 2004. Si bien
el gobierno le ha restado importancia al efecto redistributivo, sin
duda existe y es marcado. Los efectos en el mercado laboral tam-
bién han desempeñado una función en los avances obtenidos en la
consecución de las metas. A medida que la tasa de desempleo del
Reino Unido disminuyó a niveles históricos a partir de fi nes de los
años noventa, las ganancias salariales en el extremo más bajo del
espectro contribuyeron a la caída sustancial de la pobreza infantil
relativa. En 2003-2004, había 600.000 niños menos viviendo en con-
diciones de pobreza respecto de 1998.
Si bien la disminución es impresionante, las perspectivas para
lograr las metas siguen siendo inciertas. Aún falta sacar a otros
400.000 niños de la pobreza durante el próximo año a fi n de lograr
la meta fi jada para 2004-2005. La siguiente meta, esto es, reducir a
la mitad la pobreza infantil as tardar en 2010, constituye un reto
todavía mayor. ¿Por qué ha sido tan difícil lograr la meta incluso con
la aplicación de una redistribución fi scal decidida?
La respuesta a esa pregunta es que la política fi scal tiene sus lí-
mites. Si bien las transferencias fi scales han reducido la desigualdad
desde 1997, lo acontecido en el mercado laboral y otros cambios
parecen empujar en la dirección opuesta. Los niveles de ingreso
aumentan por debajo de la tasa mediana entre aproximadamente el
15% más pobre. Entre tanto, el nivel general de desigualdad ahora
permanece sin cambios desde su nivel de 1997.
Aparte del mercado laboral, el análisis efectuado por el Instituto
de Estudios Fiscales demuestra que gran parte del aumento en la
tasa de pobreza infantil del Reino Unido se explica por los cambios
en la posición relativa de las familias en la distribución del ingreso.
Recuadro 2.4 Concentración en la reducción de la pobreza en el Reino Unido
(continúa)
2
Desigualdad y desarrollo humano
78 INFORME SOBRE DESARROLLO HUMANO 2005
Por ejemplo, ha habido un aumento brusco de la cantidad de fami-
lias monoparentales y familias donde tanto el padre como la madre
están desempleados. Ambos factores están sumamente relaciona-
dos con la pobreza, lo que sugiere que para lograr la meta fi jada para
el año 2010 se requiere mayor distribución, cambios en los patrones
de trabajo y empleo entre los progenitores y cambios más radicales
en la distribución básica de ganancias e ingresos.
Es posible demostrar la importancia de los cambios en la distri-
bución de los ingresos haciendo referencia a una variante del mo-
delo de crecimiento a favor de pobres utilizado en otra sección de
este capítulo. Tal como se sostuvo antes, el decenio de 1980 fue
una época a favor de los ricos, donde los ingresos del extremo su-
perior del espectro aumentaron mucho más rápido que aquellos del
extremo inferior. En un ejercicio que se llevó a cabo para el Informe
sobre Desarrollo Humano, el Instituto de Estudios Fiscales simuló lo
que sucedería con la pobreza infantil durante los siguientes 10 años
si se invirtiera el patrón de distribución correspondiente al decenio
de 1980. Así por ejemplo, se estimó que el ingreso del 10% más
pobre crecería en 3,7% al año, la tasa promedio de crecimiento ex-
perimentada por el 10% más rico entre1979 y 1990, mientras que se
estimó que el 10% más rico crecería a 0,4%, el crecimiento prome-
dio del 10% más pobre entre 1979 y 1990.
El cambio distributivo habría reducido la incidencia de la po-
breza infantil de 23% a 17% al 2010 (Figura 1). Aunque esta cifra to-
davía está por sobre la meta jada para 2010, la simulación no toma
en cuenta el potencial de las políticas fi scales para cerrar la brecha.
En otras palabras, si durante los próximos 10 años se hiciera para
los pobres lo que se hizo para los ricos durante los años ochenta,
el Reino Unido estaría a punto de cumplir la meta en materia de
pobreza infantil.
Los acontecimientos del Reino Unido traen al tapete problemas
relacionados con la pobreza cuya naturaleza difi ere de aquellos vin-
culados con los ODM, si bien con elementos similares. Tal vez lo
más evidente es que la determinación de estas metas ha puesto un
tema crucial del desarrollo humano en el centro del debate sobre
las políticas públicas. Ya la propia meta transmite un mensaje im-
portante acerca de las prioridades gubernamentales y las políticas
s c a l e s s e h a n o r i e n t a d o en función de ellas. Al mismo tiempo, la
mayor amplitud de fuerzas sociales y económicas que participan en
la conformación del patrón de la distribución del ingreso durante un
período de gran crecimiento y bajo desempleo retardan el progreso
hacia la meta. Irónicamente, el éxito económico, combinado con los
límites a la redistribución fi scal, puede elevar el ingreso absoluto
de los pobres sin acelerar los avances hacia la erradicación de la
pobreza infantil.
Recuadro 2.4 Concentración en la reducción de la pobreza en el Reino Unido (continuación)
&UENTE
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CRECIMIENTODE
Fuente: Goodman 2005; Hills 2004.
dades minan la productividad, reducen la habilidad
de los niños de aprovechar la educación y encierran
a los hogares en un círculo de pobreza. Tal como
en el sector de la educación, superar estas desigual-
dades en el ámbito de la salud requiere inversiones
públicas que permitan aumentar la oferta de una
educación de buena calidad así como medidas que
reduzcan los obsculos que afectan la demanda.
Las desigualdades de ingreso re ejan la distri-
bución de los activos y las oportunidades y la opera-
ción de los mercados. Pero la tributación y el gasto
 s c a l t a m b i é n ejercen in uencia sobre ellas. En mu-
chos países, las transferencias  scales ya están redu-
ciendo las desigualdadess extremas. En Chile,
por ejemplo, han estrechado la brecha entre las
relaciones del ingreso del 20% más rico y del 20%
más pobre de 20:1 a 10:1. Desde la perspectiva del
desarrollo humano, las transferencias  scales con
los mayores rendimientos son las inversiones en la
formación de capacidades y en la provisión de pro-
tección durante los períodos de gran vulnerabilidad
(Recuadro 2.5)
Un requisito elemental para que las transferen-
cia que buscan aliviar la pobreza tengan sentido es
2
Desigualdad y desarrollo humano
INFORME SOBRE DESARROLLO HUMANO 2005 79
A fi nes del siglo XVIII, los grandes pensadores de la Ilustración eu-
ropea propugnaron ambiciosos programas sociales destinados a
combatir la desigualdad y reducir la vulnerabilidad de las personas y
la dependencia del sistema de bienestar. En este sentido, le atribuían
un papel fundamental a las políticas públicas en el fi nanciamiento de
las tan necesarias inversiones que transformarían la sociedad. Tales
ideas siguen teniendo plena validez.
En Francia, Antione-Nicola de Condorcet formuló un enérgico
plan para erradicar todas las formas de desigualdad “lo que implica
pobreza, humillación o dependencia”. El plan considera que la clave
para el progreso social es la educación pública, la protección con-
tra las enfermedades y los sistemas de pensión para la ancianidad.
La aplicación práctica de este enfoque fue formulada en Inglate-
rra por Thomas Paine con su obra Los derechos del hombre, en la
que aboga por un sistema de seguro universal fi nanciado mediante
impuestos. En la base de estos enfoques está la idea de que las
políticas públicas debían crear una salida sostenible de la pobreza
proveyendo a la gente los activos, la seguridad y las oportunidades
necesarias para romper el círculo de la pobreza.
Las transferencias fi scales bien diseñadas hacen mucho más
que sólo proporcionar alivio transitorio. Proporcionan un mecanismo
de redistribución a través del cual las inversiones en la reducción de
la pobreza pueden producir desarrollo humano y retornos económi-
cos mucho mayores que la inversión inicial. Entre las estrategias se
encuentran las siguientes:
Transferencias de ingresos a grupos vulnerables. Las transfe-
rencias de ingresos permiten a los responsables de las políticas
aumentar el ingreso de los grupos vulnerables. Un ejemplo es
el sistema de pensiones para la ancianidad de Sudáfrica, que
en primera instancia debía benefi ciar a los blancos y que luego
se amplió para cubrir a los ancianos negros y a las familias vul-
nerables con hijos. En 2001, los pagos alcanzaron a más del
80% del presupuesto del sistema de bienestar. En efecto, las
transferencias han sido elementos fundamentales para reducir
la desigualdad en materia de ingresos (el coefi ciente de Gini de
Sudáfrica cayó de 67 en 1991 a 59 en 2000). Además, gracias
a estas transferencias las familias han podido recurrir al crédito
e invertir en actividades productivas (arrendar equipos, adquirir
mejores insumos agrícolas), lo cual desmiente la idea de que las
transferencias sociales desincentivan la iniciativa privada. Las
transferencias también han generado logros concretos en mate-
ria de salud. Por ejemplo, se calcula que gracias a las transferen-
cias los niños negros menores de cinco años han crecido ocho
centímetros más, lo que equivale al crecimiento de seis meses.
Transferencias laborales. Las transferencias vinculadas con el
trabajo puede proveer seguridad a los hogares vulnerables du-
rante períodos de mucha tensión, por ejemplo luego de una se-
quía. El Sistema de Garantía Laboral de Maharashtra es uno de
los mejores ejemplos conocidos. Desde mediados del decenio
de 1970, ha provisto a los trabajadores agrícolas y pequeños
campesinos hasta 100 días de trabajo asalariado a través de
programas de ocupación rural; casi la mitad de sus benefi cia-
rios son mujeres. Ampliar el programa a toda la India costa-
ría aproximadamente entre 0,5% y 1% del ingreso nacional en
transferencias a 40 millones de trabajadores y pequeños pro-
pietarios rurales. Sin embargo, si la focalización es e ciente,
ayudaría a la mayoría de los bene ciarios a cruzar el umbral de
la pobreza.
Transferencias basadas en incentivos. Los gobiernos pueden
usar transferencias fi scales para propiciar el cumplimiento
de metas de desarrollo humano más amplias. En México, por
ejemplo, el programa Oportunidades otorga transferencias de
ingreso a hogares de municipios vulnerables siempre y cuando
envíen a los niños a la escuela y los lleven a los centros de salud.
El programa cubre a más de cinco millones de familias y existen
pruebas convincentes de mejoras en aspectos como asistencia
escolar, nutrición y nivel de ingresos: las evaluaciones más re-
cientes indican que más del 60% de las transferencias llegan a
los hogares pertenecientes al 20% más pobre de la población.
En la actualidad, el costo del programa asciende al 0,2% del PIB
y un ingreso bajo no es un obstáculo para aplicar transferencias
según incentivos. Varios países menos desarrollados las han
usado, por ejemplo, para aumentar la asistencia de las niñas a
la escuela (ver el Recuadro 1.7 sobre Bangladesh).
Recuadro 2.5 Inversión pública en transformaciones sociales
Fuente: Jones 2004; Lund 2002, 2004; ODI 2004; Case y Deaton 1998; Indiatogether.org 2004; Coady, Grosh y Hoddnott 2004; Coady y Parker, 2005;
México, Secretaria de Desarrollo Social 2005.
la voluntad, y la capacidad, del Estado para movili-
zar ingresos tributarios. En gran parte de América
Latina, la aversión a la aplicación de impuestos res-
tringe esta condición. México recauda sólo 13% del
PIB en impuestos, cifra inferior a la de Senegal. La
capacidad de la India para redistribuir los bene cios
de un mayor crecimiento por medio del sistema  s-
cal se ve igualmente restringida por una relación de
2
Desigualdad y desarrollo humano
80 INFORME SOBRE DESARROLLO HUMANO 2005
impuestos a ingresos públicos de sólo 10%, la cual
no ha experimentado ningún aumento luego de dos
decenios de crecimiento.
Las transferencias scales son un mecanismo
para aumentar el ingreso de los pobres por encima
del nivel que dicta el actual crecimiento y los patro-
nes de distribución imperantes. En términos más
generales, el crecimiento a favor de los pobres re-
quiere de inversión pública centrada en los merca-
dos donde operan los pobres. En muchos países, el
desafío es cambiar el enfoque de las políticas hacia
los pequeños productores y las zonas más margina-
les que representan el grueso de la pobreza. El pro-
blema es que la producción de alimentos básicos y
cultivos comerciales en las zonas rurales está res-
tringida por el acceso limitado a los mercados, los
altos costos de transporte y el acceso restringido al
crédito. El problema se agrava por el hecho de que
la población pobre, especialmente las mujeres, ca-
rece de activos, derechos legales y el poder político
que se requiere para aumentar la productividad y
el ingreso.
El control sobre los activos es un tema crucial. A
veces se a rma que en la agricultura resulta incom-
patible aumentar la equidad mediante una reforma
agraria y al mismo tiempo el crecimiento. Aquí,
una vez más, las disyuntivas son más aparentes que
reales. Las reformas redistributivas en la agricul-
tura han demostrado tener resultados en cuanto
a reducir la pobreza, lo cual ha impulsado avances
signi cativos en países como China, la República
de Corea y Viet Nam. En Bengala Occidental, la
India, el producto y los ingresos agrícolas aumen-
taron desps de iniciar una reforma de la tenencia
de la tierra y reconocer los derechos de propiedad de
los pobres. El contraste con Pakistán es asombroso.
El Informe nacional sobre Desarrollo Humano de
Pakistán reveló que los campesinos inquilinos más
pobres pagan 28% del valor de su producción a los
terratenientes, mientras otros campesinos inquili-
nos pagan 8%
30
. Las transferencias de dinero y cul-
tivos de inquilinos pobres a terratenientes son un
importante generador de la pobreza de ingreso. Mu-
chos de los pagos entran en disputa, pero los pobres
no recurren al sistema legal para defender sus recla-
mos y la razón principal es que el costo promedio de
un litigio es 20% mayor que el promedio anual del
ingreso familiar de los inquilinos más pobres.
* * *
El mensaje principal de este capítulo es que la
distribución debe ser un tema central en las estra-
tegias de desarrollo humano. A nivel nacional esto
implica que los planes para cumplir los ODM, entre
éstos los Documentos de Estrategias de Reducción
de la Pobreza que establecen un marco para la co-
operación entre países en desarrollo y donantes,
debieran incluir medidas que corrijan las desigual-
dades extremas. La agenda de los ODM requiere ir
más allá de los promedios nacionales para abordar
las desigualdades estructurales que se relacionan
con la riqueza, el género, la ubicación geog ca y
los activos e impiden el avance en materia de desa-
rrollo humano. Además de su compromiso con las
metas globales de los ODM, los gobiernos deberían
comprometerse en forma explícita con objetivos
destinados a reducir la desigualdad y a estrechar las
brechas en materia de oportunidades.
A nivel mundial, la comunidad internacional
debe actuar según los compromisos contraídos en
la Declaración del Milenio a  n de superar las des-
igualdades internacionales extremas. La acción in-
ternacional no puede compensar la gobernabilidad
de ciente y las malas políticas nacionales, pero sí
puede crear un ambiente propicio para que los go-
biernos comprometidos con el desarrollo humano
tengan éxito. Lo que resta de este Informe se centra
en tres pilares de la cooperación internacional que
deben ser reconstruidos en pro del desarrollo hu-
mano: la cooperación internacional, el comercio y
la prevención de los con ictos violentos.
La agenda de los ODM
requiere ir más allá de los
promedios nacionales para
abordar las desigualdades
estructurales
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“El hambre es en verdad la
peor de todas las armas de
destrucción masiva, pues
causa millones de víctimas al
año. Luchar contra el hambre
y la pobreza y promover el
desarrollo son las verdaderas
as sostenibles para alcanzar
la paz mundial… No habrá paz
sin desarrollo y no habrá paz ni
desarrollo sin justicia social.
Presidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva
1
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3
Ayuda para el siglo X XI
INFORME SOBRE DESARROLLO HUMANO 2005 83
La ayuda internacional es una de las armas más poderosas en la guerra contra la pobreza,
aunque hoy en día no se aprovecha todo su potencial y tampoco se apunta en la dirección
correcta. La ayuda disponible es demasiado escasa y gran parte de ella no está claramente
vinculada con el desarrollo humano. ‘Componer’ el sistema de ayuda internacional es
ahora, cuando se inicia la cuenta regresiva de 10 años hasta el año 2015, una de las prio-
ridades más apremiantes que enfrentan los gobiernos.
Ayuda para el siglo XXI
El presente capítulo expone un programa para
repensar la ayuda internacional que resulta tan
importante para los países ricos como para los países
pobres. Muchas personas conciben la ayuda princi-
palmente como una forma de caridad, un acto de
generosidad unidireccional de los países de ingreso
alto hacia sus contrapartes de ingreso bajo. Ésta es
una visión errada. Además de concebirse como una
inversión en la seguridad y la prosperidad común de
la humanidad, la ayuda también se debería entender
como la mano que se tiende a otro y no como aque-
lla que simplemente distribuye dádivas. Al permitir
que la gente pobre y los países en desarrollo supe-
ren las barreras en el ámbito de la salud, la educa-
ción y los recursos económicos que los mantienen
en la pobreza, la ayuda puede diseminar los bene-
cios de la integración global y con ello, ampliar la
prosperidad común. Tal medida también reduciría
la pobreza y la desigualdad masiva que represen-
tan una amenaza cada vez mayor para la seguridad
colectiva de la comunidad internacional.
La ayuda no siempre ha sido un factor positivo
en respaldar el desarrollo humano, en parte debido
a errores cometidos por los receptores y en parte,
también, debido a que los países donantes han per-
mitido que consideraciones estratégicas se impon-
gan por sobre la preocupación por el desarrollo. Sin
embargo, cualesquiera hayan sido los errores del
pasado, hoy tenemos una nueva oportunidad para
volver a formular la asistencia para el desarrollo. Por
primera vez en la historia, existe consenso interna-
cional de que el objetivo primordial de la ayuda
debe ser el desarrollo humano. Este consenso fue
fortalecido en marzo de 2002 cuando los manda-
tarios del mundo se reunieron en la Conferencia
Internacional sobre Financiación del Desarrollo en
Monterrey, México, y acordaron hacer de la ayuda
uno de los fundamentos de la nueva “alianza mun-
dial” para la reducción de la pobreza.
A tres años del encuentro, el puntaje de evalua-
ción respecto del desempeño es, en el mejor de los
casos, variable. Sería un error subestimar lo logrado
a la fecha. Cuando se  rmó la Declaración del Mile-
nio en 2000, el presupuesto de ayuda internacional
estaba estancado en niveles excepcionalmente bajos
como proporción del ingreso nacional. Por ejemplo,
a  nes de los años noventa el nivel de la ayuda sumi-
nistrada a África Subsahariana, la región más pobre
del mundo, era inferior a la que se entregaba al inicio
del decenio. Además de estos problemas relaciona-
dos con la cantidad de la ayuda, tampoco se estaban
abordando los graves problemas vinculados a la ca-
lidad de la ayuda que socavan su efectividad e impo-
nen enormes costos de transacción a los gobiernos
receptores. Hoy, el presupuesto destinado a tal  n ha
ido en aumento a pesar de los graves problemas  sca-
les y de deuda pública que enfrentan algunos países
donantes. Además, se ha puesto en marcha un activo
diálogo que busca mejorar la calidad de la ayuda.
El aumento de la ayuda ha sido notorio: la
asistencia o cial para el desarrollo se incrementó
en US$12.000 millones entre los años 2002 y
“Esta creciente brecha entre
riqueza y pobreza, entre
oportunidad y miseria es
tanto un desafío a nuestra
compasión como una
fuente de inestabilidad”.
Presidente George W. Bush
2
CAPÍTULO
3
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Ayuda para el siglo X XI
84 INFORME SOBRE DESARROLLO HUMANO 2005
2004. Los Estados Unidos, el principal donante
del mundo, han anunciado el mayor aumento del
programa nacional de ayuda desde los años se-
senta: US$8.000 millones del aumento total de
US$12.000 millones recién indicado en asistencia
para el desarrollo. Sin embargo, es verdad que este
aumento parte de un punto bajo si se mide en tér-
minos de la relación ayuda/ingreso nacional y que
incluye grandes transferencias de ayuda destinadas
a Afganistán e Iraq. Mientras tanto, los países de la
Unión Europea también se han  jado metas para
aumentar gradualmente la asistencia que proveen
para el desarrollo.
En términos de las metas  jadas, el diálogo res-
pecto de la calidad de la ayuda ha arrojado algunos
resultados impresionantes. En marzo de 2005, los
donantes acordaron un amplio marco de trabajo para
mejorar la e cacia de la ayuda mediante mayor énfa-
sis en la armonización, la coordinación y el sentido
de pertenencia. La “Declaración de París sobre la E -
cacia de la Ayuda” contiene alrededor de 50 compro-
misos destinados a mejorar la calidad de la ayuda que
se supervisarán mediante 12 indicadores.
Se trata de medidas alentadoras. Cuando se
 r m ó l a D e c l aración del Milenio, tres cuartas par-
tes del vaso de la ayuda estaban vacías. Hoy, la mitad
ya está llena y el nivel está subiendo. La cumbre del
Grupo de los Ocho (G-8) de 2005 ha dado un im-
pulso adicional a la asistencia para el desarrollo en la
forma de alivio complementario de la deuda y nue-
vos compromisos, y vigilar el cumplimiento es un
tema prioritario. Sin embargo, los Objetivos de De-
sarrollo del Milenio (ODM) serán difíciles de cum-
plir incluso si tres cuartas partes del vaso estuvieran
llenas, en especial si los recursos tardan en  uir al-
gunosos. Habiendo suscrito la Declaración del
Milenio que da origen a los ODM, los gobiernos
de los países donantes no han sabido sintonizar sus
programas de asistencia para el desarrollo con los
requisitos necesarios para cumplir las metas. El in-
dicador más inmediato de esta falta de concordan-
cia es un gran –y creciente– dé cit de  nanciación.
Sin un incremento de la ayuda, en 2010 la diferencia
entre la ayuda requerida para cumplir los Objeti-
vos y lo efectivamente logrado ascenderá a más de
US$30.000 millones. No lograr cerrar esta brecha
pondrá en riesgo los avances hacia los ODM. Pese
a ello, varios donantes importantes todavía no han
puesto en marcha planes de  nanciación adecuados,
actitud que pone en duda su real compromiso con
los ODM.
El historial respecto de la calidad de la ayuda
también es dispar. La ayuda que reciben los países
en desarrollo debe ser previsible, sin demasiadas
ataduras y en formas que reduzcan al mínimo los
costos de transacción y aumenten al máximo la re-
lación calidad-precio. Con demasiada frecuencia,
la llegada de la ayuda es imprevisible, es limitada
por innumerables condiciones, es descoordinada y
está sujeta a que las adquisiciones se realicen en los
países donantes. Estimamos que, para los países de
ingresos bajos, el costo de la ayuda condicionada
es de US$3.200 millones anuales, lo que equivale
al cobro de un “impuesto” de 8% por ese tipo de
ayuda. Sólo en el caso de África, este impuesto as-
ciende a US$1.600 millones al año, desvío gigan-
tesco de recursos que deberían invertirse en la re-
ducción de la pobreza.
No todos los problemas en torno a la ayuda son
responsabilidad de los donantes. Aunque muchos
países pobres han hecho de la plani cación de la re-
ducción de la pobreza y los ODM un componente
central de sus políticas públicas, con demasiada fre-
cuencia, la e cacia de la ayuda se ve mermada por la
incapacidad de traducir los compromisos respecto
de los ODM en acciones e caces. Los problemas de
gobernabilidad, la corrupción y la incapacidad de
dictar políticas que apoyen el crecimiento econó-
mico son todos elementos que restringen la renta-
bilidad de las inversiones en ayuda para el desarrollo
humano. El presente capítulo se centra principal-
mente en los donantes, pero es necesario recordar
que la ayuda e caz requiere alianzas que incluyan
responsabilidades y obligaciones compartidas.
El análisis que presenta este capítulo plantea
dos mensajes muy simples, uno respecto de la  nan-
ciación de la ayuda y otro sobre sus estructuras. En
primer lugar, sin un aumento sostenido de la ayuda,
los ODM no se cumplirán. Ya no es tiempo de hacer
cambios paulatinos. Si los países donantes de verdad
quieren enfrentar el problema de la pobreza mun-
dial, reducir la desigualad y asegurarle a sus ciuda-
danos un futuro más seguro y próspero, deben  r-
memente centrar su mira en la meta de invertir el
0,5% del ingreso nacional en ayuda de aquí a 2010
y aumentar esta cifra a 0,7% hasta el año 2015. Una
mayor cantidad de ayuda no garantizará el desarrollo
y se deben tomar en serio las inquietudes respecto de
En la medida en que los
países ricos aumentan
los fl ujos de ayuda, es
necesario que reduzcan
los costos de transacción
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Ayuda para el siglo X XI
INFORME SOBRE DESARROLLO HUMANO 2005 85
la capacidad de los países en desarrollo de absorber
y desplegar la asistencia con e cacia. Sin embargo,
aumentar la ayuda es una condición necesaria para
acelerar el avance respecto del cumplimiento de los
ODM y existen claras pruebas de que muchos países
pueden absorber mucho más ayuda de la que reciben
en la actualidad.
El segundo mensaje es que si la mayor cantidad
de ayuda se sigue proveyendo mediante las actuales
estructuras, los resultados serán sub-óptimos. En la
medida en que los países ricos aumentan los  ujos
de ayuda, es necesario que reduzcan los costos de
transacción que merman la e cacia de la ayuda. Esto
no signi ca hipotecar su responsabilidad  duciaria
para con sus contribuyentes, pero sí implica poner
 n a la ayuda condicionada, disminuir la volatili-
dad y la imprevisibilidad de los  ujos de asistencia,
al igual que repensar el alcance de las condiciones
impuestas por los donantes. El aumento de la ayuda
sólo logrará los resultados necesarios si ésta se pro-
vee a través de estructuras simpli cadas de gestión
que sean más responsables ante los gobiernos de los
países en desarrollo y sus ciudadanos.
Las razones para aumentar y mejorar la ayuda
se ven reforzadas por sus potenciales enormes y cre-
cientes bene cios. En el pasado, diversos factores
mermaron el impacto de la ayuda en el desarrollo
humano, entre otros la política de la Guerra Fría,
el aprovechamiento de la ayuda para propiciar ob-
jetivos comerciales de los países donantes, la falta
de estrategias de reducción de la pobreza e caces
en los países, la corrupcn y la mala gestión de la
economía. Sería ingenuo pretender que todos estos
problemas han desaparecido. Sin embargo, el en-
torno normativo ha mejorado enormemente, al
igual que la rentabilidad de la ayuda. Estamos en un
momento en que el incremento gradual de la ayuda
podría transformar las perspectivas de alcanzar los
ODM.
Uno de los problemas que se deberán abordar es
el equilibrio entre las responsabilidades y las obliga-
ciones de los donantes y los receptores de la ayuda.
A los países en desarrollo que desean ayuda se les
exige  jar metas relacionadas con los ODM, some-
ter sus presupuestos a seguimientos efectuados por
el Fondo Monetario Internacional (FMI) y cumplir
con múltiples condiciones. Los donantes, sin em-
bargo, la otra parte de la “nueva alianza”, pueden
impunemente dejar de cumplir cualquiera de las
metas relacionadas con el aumento de la cantidad
de ayuda (incluidas aquellas que ellos mismos han
jado) e ignorar los vagos principios que han pro-
puesto para mejorar la calidad.
Los nuevos modos de concebir la ayuda son
económicamente viables y alcanzables. El punto de
partida es que donantes y receptores se pongan de
acuerdo respecto de una evaluación de necesidades
 n a n c i e r a s que identi que los requisitos de ayuda
para cumplir los ODM. Por su parte, los donantes
deben asegurar una  nanciación previsible y plu-
rianual que satisfaga estos requisitos; los países en
desarrollo, por su lado, deben instaurar las reformas
que optimicen la rentabilidad de la ayuda, pues su-
perar las restricciones en cuanto a capacidades en los
países receptores es un asunto de importancia vital.
Visto desde cierto punto de vista, la ayuda con-
siste en una simple transferencia de dinero desde los
países ricos hacia los países pobres. Desde otro, es
un indicador de algo más fundamental. Las políti-
cas de ayuda de los países ricos re ejan su manera
de concebir la globalización, su propia seguridad y
prosperidad y sus responsabilidades y obligaciones
para con las personas más vulnerables del mundo.
En última instancia, las políticas en materia de
ayuda internacional pueden concebirse como un
barómetro que mide la voluntad de los ricos para
tolerar la existencia de la pobreza generalizada en
medio de la opulencia.
A Mahatma Gandhi le preguntaron una vez
cómo debían los encargados de formular políticas
ponderar las ventajas de una accn cualquiera. Su
repuesta fue: “Recuerde el rostro de la persona más
pobre que haya visto en su vida y pregúntese si el
paso que tiene pensado dar le será de utilidad
3
.
Cuando faltan 10 años para el plazo  jado para
cumplir los ODM, ese consejo es bastante elocuente
en el contexto del actual debate sobre la ayuda. Si
las declaraciones que con rman el compromiso con
estos objetivos no están respaldadas por verdaderos
compromisos  nancieros y mejoras igualmente
reales en la calidad de la ayuda, no serán de gran
utilidad para los pobres del mundo. Habiendo es-
peci cado el tenor de los  nes anhelados en la De-
claración del Milenio, los países ricos deben ahora
cumplir su parte en cuanto a proveer los medios.
El presente capítulo se organiza de la siguiente
manera: La primera sección fundamenta breve-
mente la importancia que tiene la ayuda en un
Habiendo especifi cado el
tenor de los fi nes anhelados
en la Declaración del Milenio,
los países ricos deben ahora
cumplir su parte en cuanto
a proveer los medios
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Ayuda para el siglo X XI
86 INFORME SOBRE DESARROLLO HUMANO 2005
La actual arquitectura de la ayuda internacional, al
igual que la de la seguridad mundial abordada en
el Capítulo 5, data de más de medio siglo. Al igual
que en el caso de la seguridad, esta arquitectura fue
víctima de las distorsiones de la Guerra Fría. Por lo
tanto, cincuenta años después ha llegado la hora de
replantearse algunas interrogantes fundamentales
respecto del papel que le cabe a la ayuda en el cum-
plimiento de los desafíos del siglo XXI.
La ayuda como imperativo
moral y producto del interés
personal consciente
Parte de la respuesta a estas interrogantes podrían
encontrarse en un informe escrito hace 175 años.
Durante los años 1830, los sobrepoblados centros
industriales de Gran Bretaña fueron asolados por
una ola de epidemias que motivó una investiga-
ción gubernamental dirigida por el gran reforma-
dor social Edwin Chadwick. Su informe explica en
detalle cuál es el costo humano de la negligencia:
“La pérdida anual de vidas debido a la suciedad y
la mala ventilación es mayor que la causada por las
muertes o heridas in ingidas durante cualquiera de
las guerras en las que ha participado el país en los
tiempos modernos”
4
. Más allá de estos costos huma-
nos, el informe llamó la atención sobre el ahorro en
e cacia que se deriva de las medidas preventivas:
el costo de tratar las enfermedades y las pérdidas
resultantes de la disminución de la productividad
laboral eclipsaban lo que costaba proveer alcanta-
rillado público. En una época en que los gobiernos
se mostraban contrarios a subir los impuestos sobre
los bienes públicos, fueron necesarios 20 os s y
una serie de epidemias que amenazaron tanto a ricos
como a pobres para que se tomaran medidas. Así, el
informe de Chadwick formu el principio de que
la inversión social en el bien público era un impera-
tivo fundado en la moral y en el sentido común en
materia económica.
La actual ayuda internacional se basa en esta
misma lógica. En el mundo en que vivimos hoy, las
enfermedades infecciosas, las amenazas a la seguri-
dad, las armas ilegales, las drogas y los problemas
ambientales traspasan las fronteras que separan a los
países ricos de los países pobres con la misma faci-
lidad con que las enfermedades solían traspasar las
fronteras entre las zonas ricas y las pobres de los cen-
tros industriales más importantes de Gran Bretaña
en 1830. En este contexto, la ayuda internacional es
una inversn en bienes públicos, como son la mala
salud y las amenazas a la seguridad.
Los razonamientos en torno a la prosperidad
común y una menor vulnerabilidad constituyen
otro argumento de gran poder en defensa de la
ayuda internacional. Los episodios de crisis fueron
poderosos catalizadores de la gestación de los siste-
mas de seguridad social en el mundo desarrollado.
El Presidente de los Estados Unidos, Franklin D.
Roosevelt, respondió a la Gran Depresión de los
os treinta creando programas gubernamenta-
les de empleo y de transferencias de ingresos: un
“Nuevo Trato” (New Deal) que permitió a millones
de personas vulnerables contar con empleo y una
fuente de seguridad. El Nuevo Trato creó las con-
diciones para la recuperación económica, reconsti-
tuyó la cohesión social y estableció un principio que
sigue siendo decisivo en el desarrollo humano: que
los mercados y la libertad individual deben estar res-
Una nueva fundamentación de la ayuda
mundo interdependiente y para ello destaca el
papel crucial que ésta puede desempeñar como una
inversión en desarrollo humano. El capítulo luego
aborda el historial de la cantidad de ayuda prestada
y analiza las tendencias al respecto desde la Confe-
rencia de Monterrey. La tercera sección se centra en
el tema de la calidad de la ayuda según se traduce en
los indicadores de previsibilidad, costos de transac-
ción y condicionalidad de la ayuda. El capítulo ter-
mina con el examen de algunos de los importantes
temas de gestión que plantea la reforma de la ayuda
internacional.
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Ayuda para el siglo X XI
INFORME SOBRE DESARROLLO HUMANO 2005 87
paldados por seguridad económica
5
. Treinta años
después, a mediados de los años sesenta, el pro-
grama dela Gran Sociedad” del Presidente Lyn-
don B. Johnson declaró una “guerra incondicional
a la pobreza, con lo cual originó una serie de leyes
que buscaron capacitar a la gente para que pudiera
salir de su situación de privación extrema (Recua-
dro 3.1). En ambos casos, la protección social vino
acompañada de programas destinados a hacer que
la gente volviera a trabajar.
Hoy, los países ricos gastan aproximadamente
una cuarta parte de su riqueza en transferencias
sociales
6
, las cuales son una inversión para impedir
o reducir el derroche y el dislocamiento social que
suelen asociarse con las privaciones extremas. La
pobreza mundial también constituye un gigantesco
derroche de potencial humano y un impedimento
para lograr la prosperidad común. En un mundo
estrechamente unido por el comercio y los  ujos de
inversión, la pobreza de un país disminuye el poten-
cial de prosperidad de otros lugares del mundo. Sin
embargo, la comunidad internacional carece de un
mecanismo de seguridad social que resulte creíble,
vació que podría llenar la ayuda para el desarrollo.
La ayuda internacional es el punto de interac-
ción entre los valores morales y el interés personal
consciente. El imperativo moral que subyace a la
ayuda forma parte de muchos sistemas de pensa-
miento fundados en valores. La mayoría de las reli-
gioness importantes conminan a sus seguidores
a ayudar a los pobres. La obligación del zakat que
profesa el Islam de dar a los necesitados es uno de
los cinco pilares fundamentales de esta religión. En
la tradición cristiana, el jubileo está marcado por la
obligación de los acreedores de condonar las deudas.
Otros sistemas de valores también destacan la pro-
tección de los más vulnerables y el control de la des-
igualdad dentro de las diversas comunidades. Para
la comunidad mundial, la ayuda es un mecanismo
por medio del cual se expresa la solidaridad humana
y se amplían las oportunidades. Sin importar si los
motivos para la acción se fundan en consideraciones
de derechos humanos, en valores religiosos o en sis-
temas éticos más amplios, la función de la ayuda en
la eliminación de la pobreza generalizada, el hambre
y las muertes infantiles posibles de evitar constituye
un imperativo moral.
El interés personal consciente también sub-
yace en los argumentos relativos a la seguridad de
la ayuda. La pobreza no alimenta automáticamente
el terrorismo y tampoco la desigualdad. Sin em-
bargo, los líderes políticos de los países ricos reco-
nocen cada vez más que no abordar las injusticias
que perpetúan la pobreza generalizada en medio de
una economía mundial cada vez más próspera sí re-
presenta una amenaza a la seguridad. En su último
discurso inaugural de 1945, el Presidente Roosevelt
resumió lo que él consideraba una de las lecciones
principales que dejaba la experiencia de la Segunda
Guerra Mundial a los Estados Unidos: “Hemos
aprendido que no podemos vivir solos en paz; que
nuestro bienestar depende del bienestar de otras na-
ciones lejanas”. Hoy esta observación resuena con
El discurso “Gran Sociedad” ofrecido por el Presidente de los Estados Unidos Lyn-
don B. Johnson en 1964 marcó una nueva era en la legislación social, ades de
exponer principios que continúan teniendo eco en los debates en torno a la asis-
tencia.
Las reformas de la Gran Sociedad se sustentaban en una idea simple: la nece-
sidad de emprender acciones públicas para dotar a las personas de las habilidades
y activos para salir del círculo de la pobreza. En este sentido, el crecimiento por sí
sólo no era sufi ciente. Las transferencias que se hacían a los pobres no eran meros
pagos de asistencia social sino inversiones en habilidades y seguridad para enfren-
tar riesgos. Así, los programas públicos potenciarían a las personas, proporcionán-
doles ayuda y no caridad. En las palabras del Presidente Johnson: “No es sufi ciente
abrir las puertas de las oportunidades; todos nuestros ciudadanos deben tener la
capacidad de traspasar esas puertas”.
A ese pronunciamiento le siguió un vasto conjunto de leyes –Medicare, Medi-
caid, la Ley de Oportunidades Económicas, programas educacionales para grupos
de ingresos bajos y formación profesional– cuyo objetivo era ayudar a la gente a
dejar atrás la pobreza e impedirles que cayeran en ella. Entre 1963 y 1967, los pro-
gramas de donaciones federales sustentados en la legislación se duplicaron hasta
llegar a la suma de US$15.000 millones. Los resultados se hicieron ostensibles
durante este período por el aumento de la movilidad social y la disminución de la
desigualdad de grupos antes marginados.
La buena asistencia internacional sigue una lógica similar: puede dotar a los
países y a la gente pobre de educación, habilidades y salud necesarios para con-
tribuir al crecimiento y buscar la forma de salir de la pobreza y de la dependencia.
La asistencia que se prestó a países como Botswana, la República de Corea y la
Provincia China de Taiwán en las primeras etapas de su desarrollo sirvió para que
ellos mismos pusieran fi n a su dependencia y emprendieran la transición hacia más
crecimiento económico y menor pobreza.
Fuente: Burnham 1989; Brown-Collier 1998; Johnson 1964; Comisn asesora sobre relacio-
nes intergubernamentales 1984 (Cuadro 75).
Recuadro 3.1 La Gran Sociedad
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3
Ayuda para el siglo X XI
88 INFORME SOBRE DESARROLLO HUMANO 2005
fuerza. Las amenazas que imponen los estados vul-
nerables y propensos a con ictos se deben en parte
a la pobreza, pero también a la percepción de cierto
grado de injusticia respecto de un orden mundial
que permite grandes divisiones entre ricos y pobres.
Tal como lo plantea la actual Estrategia Nacional
Estadounidense de Seguridad: “Un mundo en el
que algunos viven en la comodidad y la abundancia,
mientras la mitad de la humanidad vive con menos
de dos dólares al día, no es ni justo ni estable”
7
.
La ayuda y el desarrollo humano
Las polémicas respecto de la e cacia de la ayuda
datan ya de varios decenios. Los críticos sostienen
que las grandes cantidades de ayuda desembolsa-
das durante los últimos cuatro decenios o más han
logrado escasos bene cios, lo que invalida el sentido
de seguir entregando más asistencia para el desarro-
llo. Este argumento demuestra cómo un entendi-
miento parcial de los datos empíricos puede condu-
cir a conclusiones falsas.
Las aseveraciones acerca de la ine cacia de la
ayuda sobre la base de los registros históricos no tie-
nen fundamentos sólidos. Hasta el  n de la Guerra
Fría, mucho de lo que se consideró ayuda estuvo, en
el mejor de los casos, muy lejanamente vinculado
con los objetivos del desarrollo humano. Los donan-
tes fueron extremadamente tolerantes ante regíme-
nes brutales, corruptos e ine cientes, pues estaban
menos interesados en el desarrollo que en la con-
secución de objetivos geopolíticos. Los Presidentes
Mobutu SéSeko de Zaire y Ferdinand Marcos de
las Filipinas se enriquecieron a manos llenas mien-
tras sus ciudadanos quedaron con deudas gigantes-
cas. Desde Afganistán hasta América Central y el
Cuerno de África, la ayuda formó parte de la rivali-
dad entre el Este y Occidente.
La caída del Muro de Berlín puso  n a las moti-
vaciones de las distorsiones de la ayuda que impuso
la Guerra Fría. Sin embargo, esto no signi ca que la
ayuda se haya destinado inmediatamente a propósi-
tos de desarrollo humano bien de nidos. Se siguen
gastando grandes cantidades de ayuda en objetivos
que no tienen que ver con el desarrollo, tal como
vender los excedentes agrícolas o crear mercados
para empresas en los países desarrollados. Además,
ahora existe el riesgo de que laguerra contra el te-
rrorismo” se transforme en una nueva fuente de ter-
giversaciones en las decisiones de asignación de la
ayuda: algunos países con historiales de desarrollo
humano dudosos, por decir lo menos, están comen-
zando a recibir ayuda imprevista. Aun así, por pri-
mera vez en la historia, los países donantes tienen la
oportunidad de dirigir su aporte hacia el objetivo
principal de mejorar la condición humana.
Disminuir los problemas de fi nanciación
Los ODM son un punto de referencia para medir
el progreso. No obstante, como hemos visto en el
Capítulo 1, si se mantienen las actuales tendencias,
la mayoría de los países en desarrollo del mundo no
cumplirán gran parte de las metas. Los problemas
de  nanciación, que tienen su origen en ingresos
promedio bajos y pobreza generalizada, limitan la
capacidad de estos países de revertir estas tenden-
cias. La ayuda puede aminorar estos obstáculos
dotando a los gobiernos de estos países de nuevos
recursos para la inversión.
La gravedad del problema de  nanciación se
puede ilustrar con lo que ocurre en el sector salud.
En los países de ingresos bajos, el gasto promedio
en este ámbito es de alrededor de US$11 per cápita
y en gran parte de África Subsahariana,  uca
entre US$3 y US$10. En tanto, el costo de entre-
gar atención básica de salud se estima en US$30
por persona. Para un país como Malí, donde más
de la mitad de la población vive con menos de un
dólar al día,  nanciar este único objetivo ascende-
ría a US$26 más por persona o aproximadamente
10% de su PIB.
Los estudios de costo apuntan sistemáticamente
a una gran brecha de  nanciación para alcanzar los
ODM, aun si los gobiernos amplían el gasto y me-
joran su e cacia. Un estudio de las necesidades de
 n a n c i a c i ón para lograr educación primaria univer-
sal consideró las consecuencias en términos de  -
nanciación si los países en desarrollo destinaran 4%
del PIB a educación y la mitad de este monto a en-
señanza primaria. Para el conjunto de los países en
desarrollo, la brecha de  nanciación era del orden de
los US$5.000 millones a US$7.000 millones, y para
los de ingresos bajos, de US$4.000 millones
8
.
El crecimiento económico en los países en desa-
rrollo puede aumentar los recursos nacionales dis-
ponibles para la  nanciación del desarrollo, pero en
muchos países, el crecimiento económico se encuen-
tra restringido por problemas de capacidad. El inade-
Existe el riesgo de que la
“guerra contra el terrorismo
se transforme en una nueva
fuente de tergiversaciones
en las decisiones de
asignación de la ayuda
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Ayuda para el siglo X XI
INFORME SOBRE DESARROLLO HUMANO 2005 89
cuado acceso a infraestructura esencial como agua,
caminos, electricidad y comunicaciones limita las
oportunidades de los hogares, restringe la inversión
privada y merma el ingreso  scal. Donde mayor es el
dé cit de  nanciación es en los países más pobres.
Los cálculos del Banco Mundial sugieren, por ejem-
plo, que África Subsahariana necesita duplicar su
gasto en infraestructura como proporción del PIB,
de una cifra inferior a 5% a una superior a 9%. La Co-
misión para África patrocinada por el gobierno bri-
tánico calcula la ayuda complementaria necesaria en
un monto de US$10.000 millones anuales durante
un período de 10 años
9
. No lograr esta inversión per-
petuará el círculo vicioso. La falta de su ciente in-
versión en caminos, puertos, electricidad y sistemas
de comunicación reduce el crecimiento, disminuye
las oportunidades de participación en el comercio y
aminora el ingreso del que disponen los gobiernos
para inversiones futuras en infraestructura.
La consideración de las necesidades de recursos
para el conjunto de Objetivos de Desarrollo del Mi-
lenio demuestra de modo aún más evidente la impor-
tancia crucial de la  nanciación externa. Según esti-
maciones del Proyecto del Milenio de las Naciones
Unidas, basadas en un trabajo realizado en cinco paí-
ses de ingresos bajos, los requisitos de  nanciación
para lograr los ODM ascienden a un total de entre
US$40.000 millones a US$50.000 millones en el
o 2006, cifra que luego aumenta a un monto que
uctúa entre US$70.000 millones y US$100.000
hasta el año 2015
10
. Incluso con un desempeño razo-
nable en materia de crecimiento y un aumento en la
recaudación de ingresos  scales, Tanzanía enfrenta
hoy un dé cit de  nanciación de US$35 per cápita,
lo que equivale a más de 14% del ingreso promedio.
En 2015, el dé cit será de US$85 per cápita, brecha
sumamente grande en un país con un ingreso prome-
dio de US$100. Una mayor recaudación de ingresos
proveniente de recursos nacionales podría y debería
cerrar parte de la brecha, pero en los países con bajos
ingresos promedio y altos niveles de pobreza, lo que
se puede lograr es bastante limitado. Si Etiopía du-
plicase la proporción del PIB que recauda, ganaa
US$15 más per cápita, es decir, menos de una cuarta
parte de los requisitos de  nanciación estimados
para cumplir los ODM
11
. La recaudación de ingre-
sos  scales de Etioa ya representa 15% de su ingreso
nacional bruto (INB), cifra muy superior al prome-
dio de un país con su mismo nivel de ingreso.
Nada de lo anterior disminuye la importancia
de la  nanciación nacional, ya que aun con una base
de recursos muy limitada, no todos los países en de-
sarrollo tienen el mismo rendimiento. Por ejemplo,
Mozambique ha destinado 4% del PIB a inversiones
públicas en salud, más del doble de lo gastado en
países como Burkina Faso, Côte d’Ivoire, Malí, y,
con un ingreso promedio muy superior, Pakistán.
En educación, Chad gasta menos de la mitad que
Etiopía como proporción del PIB. Sin embargo,
en la mayoría de las regiones y particularmente en
África Subsahariana, se ha producido una clara ten-
dencia al alza en el gasto en salud y educación, en
parte gracias a la ayuda y el alivio de la deuda.
La pregunta obvia es si la ayuda es un comple-
mento e caz del ingreso nacional en países que no
son capaces de cubrir los costos de  nanciación de
los ODM. La respuesta es “sí. Una mayor ayuda no
es en sí misma una panacea para el bajo crecimiento
o la pobreza, no cualquier ayuda sirve y cierto tipo
de asistencia es incluso un despilfarro. Pero en las
condiciones propicias (salvedad no poco impor-
tante), la ayuda puede promover el desarrollo hu-
mano a través de varías vías que abarcan desde los
efectos macroeconómicos, incluidos el mayor creci-
miento y mejor productividad, hasta la provisión de
bienes y servicios esenciales para la construcción de
capacidad entre los pobres.
Aumentar el crecimiento económico
La ayuda permite a quienes la reciben aumentar su
consumo y su inversión. Gracias al aumento del cre-
cimiento, genera oportunidades para elevar progre-
sivamente los estándares de vida. Las investigacio-
nes en varios países realizadas en el pasado tienden
a encontrar que existe una relación positiva entre
ayuda y crecimiento
12
, hallazgo que se refuerza aún
más si se excluye el gasto de ayuda humanitaria –que
por de nición se encuentra asociada a países en cri-
sis– y el gasto en asistencia a largo plazo no vinculada
con el crecimiento. El Centro para el Desarrollo Glo-
bal calcula que en relación con aproximadamente la
mitad del total de los  ujos de ayuda que podría gene-
rar un crecimiento de “corto impacto”, cada dólar de
ayuda incrementa el ingreso en US$1,64
13
.
Los resultados que arrojan los países con r-
man el gran potencial de la ayuda en términos de
sus efectos sobre el crecimiento. Las economías de
alto crecimiento de África, como Mozambique,
En las condiciones propicias,
la ayuda puede promover
el desarrollo humano
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Ayuda para el siglo X XI
90 INFORME SOBRE DESARROLLO HUMANO 2005
Tanzanía y Uganda, dependen mucho de la ayuda
para mantener la inversión en infraestructura social
y económica. Mozambique ha estado creciendo a un
8% anual desde mediados del decenio de 1990, uno
de las mayores tasas de aumento en el mundo en de-
sarrollo. Este crecimiento no se podría haber man-
tenido sin transferencias netas per cápita de US$54
en ayuda, las que brindaron un apoyo vital a la in-
fraestructura y a la balanza de pagos
14
.
Mejorar la prestación de
servicios básicos
Una consecuencia del dé cit de  nanciación de
servicios básicos como la salud y la educación es la
cobertura de ciente y la prestación de mala calidad.
La ayuda cumple una función crucial en la  nancia-
ción de las inversiones en salud y educación necesa-
rias para construir capital humano.
En muchos países, la ayuda es un salvavidas para
la prestación de servicios esenciales. En Tanzanía,
la asistencia externa cubre más de la tercera parte
del presupuesto destinado al sector social. En Zam-
bia, en tanto, el gasto del sector salud experimen-
taría una caída de los actuales US$8 por persona
a US$3, lo que tendría implicancias devastadoras
para la lucha contra el VIH/SIDA y otros proble-
mas de salud pública. En Uganda, la ayuda externa
creció en 5% del PIB entre 1997 y 2001 y el gasto
per cápita en salud se ha triplicado desde 2000; casi
la mitad del presupuesto destinado a salud es  nan-
ciado por donantes. Varios programas de ayuda han
tenido un impacto comprobable en la disminución
de las muertes infantiles. En Egipto, por ejemplo,
un programa nacional de control de la diarrea apo-
yado por la Agencia de los EE.UU. para el Desarro-
llo Internacional (USAID) y la Organización Mun-
dial de la Salud (OMS) ayudó a reducir las muertes
infantiles en 82% en cinco años, lo que signi ca
evitar la muerte de 300.000 niños
15
. Así, la ayuda
cumple una funcn clave en llenar los vacíos que
existen en la prestación de servicios. Para lograr las
metas  jadas para 2015, sólo África Subsahariana
requerirá otro millón de trabajadores de la salud y
ocho países de la región deberán aumentar en 33%
o más la cantidad de maestros
16
. Sin un aumento
de la ayuda, será imposible lograr una expansión de
esa envergadura.
Las barreras relacionadas con el costo de los ser-
vicios básicos suelen impedir su uso, aun en los lu-
gares donde existen. La ayuda internacional puede
disminuir la envergadura de este obstáculo. En Tan-
zanía, 1,6 millones más de niños se matricularon en
la escuela después de que se eliminaron los arance-
les en 2003. (Recuadro 3.2). En Uganda, la elimi-
nación de los costos compartidos en salud en 2002
llevó a un aumento de 80% en las visitas a los cen-
tros de salud, medida que bene ció fundamental-
mente a los pobres. Ninguna de estas intervencio-
nes públicas habría sido posible sin los recursos que
provee la ayuda. En Bangladesh, la ayuda ha jugado
un papel principal en la  nanciación de programas
de alimentación escolar, disados como incenti-
vos para que los padres envíen a sus hijos, y particu-
larmente a sus hijas, a la escuela. Estos programas
atienden hoy a más de dos millones de niños y han
generado un notable aumento de la matriculación
escolar, así como importantes avances en cuanto a
la paridad de género
17
. La ayuda también puede au-
mentar la demanda al mejorar de la calidad de la
La incapacidad de los pobres de fi nanciar los servicios básicos es un vil po-
deroso de la desigualdad y una causa de pobreza. La asistencia puede aumentar la
demanda de servicios básicos al disminuir los costos.
En Tanzanía, una cantidad adicional de 1,6 millones de niños se matriculó en
la escuela entre 1999 y 2003, gracias al apoyo presupuestario para educación fi -
nanciado por la asistencia. El gobierno duplicó el gasto per cápita en educación y
nanció la transición hacia un sistema de escolaridad primaria gratuita.
A partir del ejemplo de Tanzanía, una de las primeras medidas que tomó el
nuevo Gobierno de Kenya en 2003 fue instituir la educación primaria gratuita. Un
año después, ya había 1,5 millones de niños más en la escuela. Kenya también creó
programas, como el fondo para textos de estudio y el programa de alimentación
escolar, destinados a ayudar a los hogares pobres a superar las restricciones de
costo. Ninguna de estas inversiones habría podido materializarse sin el aumento
de la ayuda.
En salud, tal como en educación, la asistencia puede reducir los obstáculos
proveyendo a los gobiernos los recursos necesarios para reducir los costos de ac-
ceso. En 2001 y como parte de su estrategia nacional de reducción de la pobreza,
Uganda eliminó los aranceles al usuario en la mayoría de los servicios de salud de
nivel inferior. En 2002-2003, la asistencia ambulatoria aumentó en más de seis mi-
llones de visitas, un aumento del 80% respecto de la asistencia de 2000. Las tasas
de asistencia aumentaron de manera más marcada entre las personas pobres que
entre aquellas en mejor situación.
Fuente: Inyega y Mbugua. 2005. Gobierno de Tanzanía, 2004; Banco Mundial y República de
Kenya 2004; Banco Mundial. 2001.
Recuadro 3.2 Reducir los obstáculos que presentan los costos
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Ayuda para el siglo X XI
INFORME SOBRE DESARROLLO HUMANO 2005 91
educación. Un estudio reciente del apoyo brindado
por el Banco Mundial a la educación durante el pe-
ríodo 1988-2003 encontró que la matriculación en
la escuela primaria y media había crecido en 10%
y los puntajes en las pruebas habían mejorado en
más de 60%
18
. Los logros en los resultados se rela-
cionaban con mejoras en la calidad de las salas de
clase, acceso a textos de estudio y capacitación de
los docentes.
Ampliar la seguridad social
Los paísess pobres del mundo son los que más
necesitan seguridad social y los que menos capacidad
tienen para  nanciarla. La prestación de asistencia
social es excepcionalmente débil en la mayoría de
los pses de ingresos bajos. Una consecuencia de
esta situación es que los hogares más pobres se ven
atrapados en ciclos de pobreza que incluyen ingre-
sos bajos, mala nutrición y vulnerabilidad ante las
crisis que les impide salir de la pobreza.
La ayuda puede ayudar a romper el círculo de
la pobreza. Sin embargo, la prestación de seguridad
social es un área que sufre un constante dé cit de
 n a n c i a c i ón. Los programas en esta área tienen el
potencial de hacer que los recursos lleguen direc-
tamente a manos de los hogares más pobres y vul-
nerables y permiten extender al resto del mundo el
principio del bienestar social que se aplica en los
países ricos, entre ellos el principio de mejor equi-
dad. Con la ayuda de los donantes, hoy se está eje-
cutando en Zambia un sistema piloto de transfe-
rencias en efectivo destinado al 10% más pobre de
la población que es incapaz de satisfacer los están-
dares nutricionales más básicos. La transferencia,
que asciende a US$6 mensuales, permite a los be-
ne ciarios contar con dos comidas diarias en vez de
una, lo que implica también bene cios secundarios
en términos de nutrición infantil y sustento fami-
liar. (Recuadro 3.3)
19
. En Viet Nam, las desigual-
dades sanitarias están creciendo pese a la excelente
trayectoria del gobierno en materia de desarrollo
humano. Una respuesta del Estado vietnamita ha
sido crear un Fondo de Atención de Salud para los
Pobres –sistema que busca proveer seguridad social
a los hogares que no pueden pagar los costos de la
salud. En estrecha colaboración con los donantes,
el gobierno ha adoptado estrategias para llegar a las
regiones más pobres, como las Tierras Altas Cen-
trales. En Viet Nam, la ayuda representa menos del
4% del INB, pero más de una cuarta parte del pre-
supuesto de este Fondo de Atención
20
. Sin el apoyo
de los donantes, la inversión para mejorar la equi-
dad del sector salud sufriría un enorme dé cit de
 n a n c i a ción.
Apoyar la reconstrucción
En los países en desarrollo que emergen de con-
 i c t o s s o c i a l e s , la ayuda puede contribuir a la crea-
ción de las condiciones para la paz y el desarrollo
humano. Mozambique muestra lo que es posible
lograr. Más recientemente, la asistencia para el desa-
rrollo ha resultado crucial para el veloz progreso
social logrado en Timor-Leste, donde ésta repre-
senta más de la mitad del INB. En Afganistán, más
de cuatro millones de niños se matricularon en la
Alrededor de la mitad de los más de 10 millones de habitantes de Zambia vive con
menos del estándar energético mínimo fi jado por el umbral de pobreza de alimen-
tos. La situación de desnutrición amenaza la vida, disminuye las oportunidades de
generar ingresos, socava la educación de los niños y aumenta la vulnerabilidad ante
enfermedades.
En una labor conjunta con el Ministerio de Desarrollo Comunitario y Servicios
Sociales de Zambia, la Agencia de Cooperación Técnica Alemana (GTZ) creó un
programa experimental de transferencias en efectivo en el distrito meridional de
Kalomo. Con una cobertura de 143 aldeas y cinco municipios, el programa se con-
centra en el 10% de los hogares identifi cados como los más pobres según criterios
acordados y administrados por comités de bienestar de la propia comunidad. Dos
terceras partes de los hogares benefi ciarios esn encabezados por mujeres, la
mayoría de ellas ancianas. Además, dos terceras partes de los miembros de esos
hogares son niños, de los cuales el 71% son huérfanos a causa del SIDA.
El programa, iniciado en 2004, realiza transferencias mensuales de US$6 y
atiende a 1.000 hogares. Las primeras evaluaciones apuntan a resultados positi-
vos. Por ejemplo, la asistencia escolar aumentó y los hogares bene ciarios reciben
ingresos mensuales en forma regular.
Ampliar el programa de transferencias hasta cubrir a 200.000 hogares margi-
nales implicaría un costo anual de US$16 millones o alrededor del 4% del total de
los fl ujos de ayuda que recibe Zambia. Este esquema demuestra el potencial de
los programas de este tipo de servir de canal para los programas de redistribución
centrados en la pobreza. Transferencias de muy poca monta desde los países ricos
pueden generar ganancias considerables en hogares pobres de países como Zam-
bia. Sin embargo, el éxito de los esquemas de seguridad social de este tipo depende
fundamentalmente del trabajo a largo plazo conjunto de donantes y gobiernos.
Fuente: Goldberg 2005; Iniciativas para el desarrollo 2005a.
Recuadro 3.3 Ayuda para el seguro social en Zambia
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Ayuda para el siglo X XI
92 INFORME SOBRE DESARROLLO HUMANO 2005
escuela como resultado de la campaña gubernamen-
tal “De vuelta a la escuela” y el gobierno tiene ambi-
ciosos planes para restaurar el sistema público de
salud. En ambos casos, los recursos que proveen los
donantes constituyen un ingrediente crucial para el
éxito, pues  nancian más del 90% del presupuesto
del sector social de Afganistán
21
. En Liberia y Sierra
Leona, invertir en ayuda de largo plazo es la clave
para avanzar luego de los acuerdos que pusieron  n
a dos de las guerras civiles más brutales del mundo.
Superar los desaos de la salud mundial
Algunos de los logros más importantes en la salud
pública mundial fueron posibles gracias a iniciativas
de ayuda multilateral. La erradicación de la viruela
se logró con la ayuda focalizada de aproximada-
mente US$100 millones durante los años 1970, en
gran medida proveniente de los Estados Unidos.
Los sostenidos ahorros obtenidos en vacunación
y tratamiento superan con creces la inversión ini-
cial. La amenaza de la polio se ha erradicado en el
Hemisferio Occidental. En África Occidental, un
programa apoyado por 14 donantes ha detenido la
propagación de la oncocercosis a un costo de tra-
tamiento de aproximadamente US$1 por persona.
Hasta la fecha, se han evitado 60.000 casos de esta
enfermedad y se han protegido 18 millones de niños
vulnerables
22
. Desde 2000, los donantes han com-
prometido US$1.000 millones en recursos a través
de la Alianza Mundial para el Fomento de la Vacu-
nación y la Inmunización (GAVI) y se estima que
se han evitado más de 600.000 muertes por enfer-
medades posibles de prevenir
23
.
Desde una perspectiva distinta, estas positivas
experiencias multilaterales destacan la medida del
fracaso en otras áreas. Más de 27 millones de niños
no son vacunados durante su primer año de vida y
1,4 millones siguen muriendo anualmente debido a
enfermedades prevenibles mediante la vacunacn.
El paludismo provoca otro millón de muertes anua-
les y sin embargo la iniciativa mundial que busca
reducir este costo fatal, la campaña “Hacer retro-
ceder el paludismo”, sufre de constantes dé cit de
 n a n c i a c i ón y ha obtenido pocos resultados. Tal
como se a rma en el Proyecto del Milenio de las
Naciones Unidas, ésta es un área en la que la ayuda
puede generar “gananciaspidas. Por ejemplo,
una iniciativa mundial para asegurar que todos los
niños de las regiones de África donde el paludismo
sea endémico reciban sin costo un mosquitero anti-
paludismo de aquí a 2007, representaría una vía de
bajo costo para salvar hasta 60% de las vidas que
reclama esta enfermedad. USAID ha creado alian-
zas público-privadas para enfrentar este desafío. En
Ghana, Nigeria, Senegal y Zambia, otra alianza pú-
blico-privada apoyada por el programa NetMark de
USAID vendió más de 600.000 mosquiteros tra-
tados con insecticida. No obstante, estas iniciati-
vas aún deben ampliarse a un nivel proporcional al
desafío.
La prevención a través de la ayuda es tanto una
buena inversión como un imperativo humanitario.
Fuera del costo humano en pérdida de vidas y en-
fermedades, se calcula que el paludismo disminuye
el crecimiento económico en aproximadamente
1,3 puntos porcentuales anuales en los países afec-
tados, lo que representa una grave desventaja para
cumplir la meta de los ODM de reducir la pobreza
a la mitad. Pero la cifra promedio no describe toda
la envergadura de la desventaja. Los casos de palu-
dismo se concentran fuertemente entre los pobres:
un estudio estima que dos terceras partes de estos
casos afectan al 20% más pobre de la poblacn
mundial
24
. En las comunidades rurales, la estación
durante la cual se transmite el paludismo suele co-
incidir con la época de plantación y cosecha, lo que
implica pérdidas de producción e ingresos. Los cam-
pesinos de subsistencia sufren la carga más pesada
debido a su estrecho margen de supervivencia y su
crítica dependencia del trabajo. Incluso breves pe-
ríodos de enfermedad pueden tener consecuencias
catastró cas para el hogar. Liberar a las familias de
la carga del paludismo generaría una alta rentabi-
lidad tanto con respecto a la reducción de la po-
breza como al crecimiento económico. Reducir la
incidencia de esta enfermedad a la mitad en África
tendría un costo de aproximadamente US$3.000
millones anuales y signi caría bene cios económi-
cos de US$47.000 millones alo
25
. Tal bene cio
equivale a más del doble de la ayuda total entregada
a África Subsahariana y gran parte de él se concen-
traría en los hogaress pobres.
La prevención de
enfermedades a través
de la ayuda es tanto una
buena inversión como un
imperativo humanitario
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Ayuda para el siglo X XI
INFORME SOBRE DESARROLLO HUMANO 2005 93
La gente de este país está lejos de las áreas problemá-
ticas de la tierra y es difícil que comprenda la lucha y
la consecuente reacción de los pueblos que han su ido
durante mucho tiempo, y el efecto de dichas reaccio-
nes en sus gobiernos en relación con nuestros esfuer-
zos para promoer la paz en el mundo. La verdad
del asunto es que las necesidades de Europa son tan
superiores a su actual capacidad de pago que tienen
que recibir ayuda adicional sustancial o en entar un
grave deterioro económico, social y político.
—George C. Marshall
26
Con estas palabras, George C. Marshall, Secretario
de Estado de los EE.UU., describió su plan para la
reconstrucción europea en la ceremonia de inau-
guración del o académico de la Universidad de
Harvard en 1947. Durante los siguientes tres años,
los EE.UU. trans rieron a Europa US$13.000
millones en calidad de ayuda, monto equivalente a
más del 1% del PIB del país donante
27
. Las transfe-
rencias eran en parte el producto de una convicción
moral, pero también del reconocimiento de que en
última instancia la prosperidad y la seguridad de los
EE.UU. dependían de la recuperación europea. El
Plan Marshall representaba una visión respaldada
por una estrategia de acción práctica.
A  nes del decenio de 1960, la Comisión sobre
Desarrollo Internacional convocada por el Banco
Mundial bajo el auspicio de Lester Pearson, ex Pri-
mer Ministro canadiense, revivió el espíritu del Plan
Marshall
28
. A rmaba que los donantes debían asig-
nar 0,7% del INB a la asistencia para el desarrollo
en el año 1975 y aseguraba que: “La máxima utili-
zación posible de los recursos del mundo, humanos
y físicos, que sólo puede llevarse a cabo mediante la
cooperación internacional, no sólo ayuda a aquellos
países de economías débiles, sino también a aquellos
fuertes y pudientes”
29
. Entonces, el argumento para
establecer esta meta era en parte moral, pero tam-
bién de interés personal consciente.
La cantidad de ayuda
Este argumento sigue sonando con fuerza en el
contexto de los actuales debates sobre la ayuda y lo
mismo ocurre con el principio central que llama a
jar metas con plazos especí cos de cumplimiento.
Sin calendario, las metas corren el riesgo de no ser
más que simples aspiraciones. Durante los 36 años
que han pasado desde el informe Pearson, no han
faltado los compromisos en relación con la meta del
0,7%, pero los países desarrollados generalmente
no han sido capaces de respaldar sus promesas con
acciones.
Metas y tendencias en la ayuda
Medida en función de la meta del 0,7% por la que
abogó el informe Pearson y con mayor razón según
los estándares del Plan Marshall, la ayuda interna-
cional de 2005 re eja un legado de sostenidos des-
empeños de cientes. La ayuda está creciendo, pero
partió de un nivel bajo y la  nanciación está aún
lejos de lo necesario para cumplir los ODM y los
objetivos más generales de desarrollo humano.
Durante la Conferencia de las Naciones Unidas
sobre el Medio Ambiente y el Desarrollo de 1992
(Cumbre de la Tierra) realizada en o de Janeiro,
la mayoría de los donantes rea rmaron su compro-
miso de llegar a la meta del 0,7%. Luego, dedicaron
los siguientes cinco años a recortar el presupuesto
de ayuda como porcentaje del ingreso nacional,
hasta llegar en 1997 al punto más bajo de la histo-
ria: 0,22%. Los  ujos de ayuda luego se estancaron
hasta 2001, cuando se inició una recuperación gra-
dual. Un acontecimiento alentador fundamental
fue la Conferencia de las Naciones Unidas sobre la
Financiación para el Desarrollo de 2002, durante la
cual los donantes se comprometieron a entregars
ayuda y también a mejorar su calidad.
Desde entonces, el cumplimiento de las pro-
mesas de ayuda ha sido alentador, pero sólo par-
cial. En 2002, la ayuda  nalmente superó el nivel
La fi nanciación de la ayuda: el historial,
los problemas y los desafíos
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Ayuda para el siglo X XI
94 INFORME SOBRE DESARROLLO HUMANO 2005
de referencia de 1990 y los cálculos provisorios para
2004 estiman que llegará a US$78.000 millones,
unos US$12.000 millones más que en 2002 en tér-
minos reales. Sin embargo, la recuperación del  ujo
de ayuda es menos alentadora cuando se evalúa en
relación con otros elementos de referencia sobre ge-
nerosidad. En 1999, los donantes entregaron 0,33%
de su INB en ayuda y desde 2000, ese porcentaje au-
mentó de 0,22% a 0,25%, lo que destaca el restrin-
gido nivel de recuperación. Desde una perspectiva
de más largo plazo, esos límites están mucho más
de nidos. Como proporción del INB, el promedio
ponderado de la ayuda proveniente de los países de la
Organización de Cooperación y Desarrollo Econó-
micos (OCDE) sigue estando un tercio por debajo
del nivel del inicio de los años ochenta y a la mitad
del nivel de los años sesenta (Figura 3.1). Traducido
en volúmenes de ayuda per cápita, gran parte de la
recuperación posterior a 2000 se puede concebir
como un proceso de restauración de los recortes.
En África Subsahariana, la ayuda per cápita cayó de
US$24 por persona en 1990 a US$12 en 1999. En
2003, aún seguía estando apenas por debajo del nivel
de 1990.
La asistencia para el desarrollo llega a través de
una variedad de canales y hoy se divide de manera
muy general en una relación de dos a uno entre la
ayuda bilateral que otorga cada país donante y la
ayuda multilateral entregada a entidades concesio-
narias de  nanciación como la Asociación Interna-
cional de Fomento (AIF) perteneciente al Banco
Mundial, los bancos regionales de desarrollo y los
mecanismos globales como el Fondo Mundial de
Lucha contra el SIDA, la Tuberculosis y la Malaria.
El Grupo de los Siete países industrializados más
importantes (G-7) domina los  ujos de ayuda in-
ternacional, puesto que da cuenta de las tres cuartas
partes del total de la asistencia para el desarrollo.
Como consecuencia, estos países tienen una enorme
in uencia en las perspectivas de cerrar la brecha de
 n a n c i a c i ón de los ODM. Según los estándares de
su riqueza, algunas de las economías más grandes
del mundo están entre los donantes menos gene-
rosos. Sólo un miembro del G7 se ubica entre los
10 donantes que más aportan si su ayuda se mide
como proporción del INB. Los últimos tres lugares
del conjunto de donantes según su generosidad, los
ocupan países del G7 (Figura 3.2).
En términos  nancieros, Estados Unidos es el
donante más grande del mundo. Desde 2000, su
relación ayuda-INB aumentó de la base excepcio-
nalmente baja de 0,10% a 0,16% en 2004. El país
ha superado a Italia, pero sigue siendo el penúltimo
en la tabla de donantes en términos de la proporción
de la ayuda respecto del INB. El constante declive
de la ayuda japonesa, que cayó otro 4% en 2004,
ha llevado a Japón al ante penúltimo lugar. En el
otro extremo de la tabla, cinco países pequeños, No-
ruega, Luxemburgo, Dinamarca, Suecia y los Países
Bajos, han cumplido sistemáticamente o superado
la meta de la ONU.
También está emergiendo una nueva categoría
de donantes: las economías de transición de Europa
del Este que de receptores han pasado a ser donan-
tes de ayuda. Hasta ahora, sus contribuciones son
relativamente pequeñas: la República Checa, que
aporta 0,1% de su INB, es el donante más generoso.
Desde que accedió al G-7, la Federación de Rusia
también se ha constituido en donante y colabora-
dor en el alivio de la deuda de los países de bajos
ingresos. El gobierno ruso se encuentra actualmente
trabajando con el Programa de las Naciones Unidas
para el Desarrollo (PNUD) en la creación de un or-
ganismo denominado (por ahora) RUSAID y tam-
bién va en camino de transformarse en un actor más
importante en la ayuda internacional. Ahora que
los ingresos del petróleo van en sostenido aumento,
los estados árabes también aportan más al  ujo de
ayuda y sus transferencias sumaron unos US$2.600
millones en 2003. Sin embargo, los países del G-7
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Ayuda para el siglo X XI
INFORME SOBRE DESARROLLO HUMANO 2005 95
todavía representan el 70% de la asistencia o cial
para el desarrollo y una obvia consecuencia de ello
es su in uencia en los niveles de ayuda en el futuro y
en las perspectivas de  nanciación de los ODM.
En el largo plazo, la prosperidad del mundo
desarrollado ha sido inversamente proporcional a
su generosidad en materia de ayuda internacional.
Desde 1990, el ingreso por persona de los países
ricos ha aumentado en US$6.070 a precios constan-
tes, mientras que la ayuda decayó en US$1 per cápita
(Figura 3.3). Los ganadores de la globalización no
han dado prioridad a compensar a los perdedores ni
a difundir la prosperidad. La inversión per cápita en
ayuda  uctúa mucho entre un país donante y otro,
de más de US$200 en Suecia y los Países Bajos a
US$51 en los EE.UU. y US$37 (y en descenso) en
Italia. En términos absolutos, cuatro de los países del
G7, Alemania, Francia, Italia y Canadá, hoy siguen
dando menos de lo que donaban en 1992. En 2004,
el presupuesto de ayuda de Italia ascendía aproxima-
damente a la mitad del nivel registrado en 1992.
En la Conferencia sobre Financiación para el
Desarrollo de 2002 en Monterrey, los donantes
acordaron emprender colectivamente “esfuerzos
para alcanzar” la meta del 0,7%, una manera de
plantear las cosas que no constituye exactamente
un compromiso (y que según los donantes signi ca
distintas cosas). No obstante, tal como lo identi-
có correctamente el informe Pearson, los grandes
compromisos sin plazos de cumplimiento no son de
gran ayuda. Debido a que la plani cación e caz de
la reducción de la pobreza requiere que la provisión
de recursos sea previsible, los donantes deben tra-
ducir las metas generales de aumento de la ayuda en
compromisos presupuestarios tangibles. Algunos
donantes incorporaron la meta del 0,7% a su plani-
cación presupuestaria. Fuera de los cinco donantes
que han alcanzado la meta, otros seis se han  jado
cronogramas más o menos ambiciosos para unirse a
este grupo: Bélgica lo hará en 2010 y el Reino Unido
y Francia en 2012-2013
30
. Otros, a saber Japón y los
EE.UU., no se han propuesto ningún cronograma.
Los EE.UU. en particular han expresado muy cla-
ramente que no conciben la meta del 0,7% como un
compromiso presupuestario operativo.
El efecto alentador de la conferencia de Monte-
rrey se re eja en el hecho de que todos los donantes
se han comprometido a aumentar sus presupuestos
de asistencia, aunque Nueva Zelandia recién se unió
a la promesa en 2005. La Cuenta del Desafío del
Milenio de los Estados Unidos fue la pieza maestra
del compromiso de incrementar el gasto en ayuda
en 50% o unos US$4.000 millones a US$5.000 mi-
llones anuales al 2006. Avanzando a partir de un
compromiso contraído antes de Monterrey según el
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Ayuda para el siglo X XI
96 INFORME SOBRE DESARROLLO HUMANO 2005
cual se cumpliría una meta de ayuda/INB de 0,33%
en 2006, los 15 estados más ricos de la Unión Eu-
ropea, acordaron, en 2005,  jar una meta mínima
complementaria de ayuda/INB de 0,51% para 2010
como paso intermedio para cumplir el compromiso
de 0,7% del INB en 2015. Los 10 miembros más
pobres acordaron una meta de 0,17% para 2010 y
de 0,34% para 2015. La decisión de la Unión Eu-
ropea constituye un paso decidido en la dirección
correcta. Si se cumple, los compromisos asumidos
podrían movilizar otros US$30.000 millones a
US$40.000 millones en asistencia de aq al año
2010. Otras promesas son más ambiguas. Cana,
por ejemplo, se ha  jado la meta de duplicar el nivel
de ayuda de 2001 de aquí al año 2010 y duplicar
la asistencia a África de aquí a 2008. Incluso con
este compromiso, la asistencia brindada por Canadá
sólo representará alrededor de 0,33% de su INB en
2010. Japón, en tanto, si bien prometió doblar su
ayuda a África, no ha asumido ningún compromiso
signi cativo respecto de los niveles generales de la
ayuda como porcentaje del INB.
El impacto de estas promesas ya se hace patente
en los aumentos de la ayuda en términos reales ob-
servados desde 2002 y que ascienden a US$6.000
millones (a precios y tipos de cambio de 2003). La
ayuda ha irrumpido claramente como una priori-
dad más importante del gasto público. Sin embargo,
aunque la tendencia al alza de la ayuda en los pre-
supuestos parece estar  rmemente establecida, no
se puede dar por sentado que los donantes cumpli-
rán en su totalidad los compromisos contraídos en
Monterrey. La ayuda de Italia ha vuelto a caer a su
nivel de 2001, una baja de 30% desde Monterrey.
Para cumplir el compromiso de la Unión Europea
en 2006, el año próximo tendrá incluso que supe-
rar la duplicación de su actual gasto en ayuda. Ale-
mania congeló el gasto en términos reales en 2004
y hoy enfrenta un importante desafío de elevar su
actual nivel de 0,28% del INB a 0,33% el próximo
o. Japón tambn ha recortado el gasto en ayuda
y deberá encontrar otros US$1.000 millones antes
de 2006 para poder cumplir su moderada meta de
mantener la ayuda en el nivel promedio del período
2001-2003.
Mientras EE.UU. ha aumentado fuertemente
su presupuesto de ayuda, las asignaciones efectuadas
en el marco de la Cuenta del Desafío del Milenio es-
tuvieron por debajo de los requisitos del Gobierno.
En 2005, el Congreso autorizó una asignación de
US$1.500 millones ante una solicitud de US$2.500
millones. Mientras todos los países con ingresos per
cápita inferiores a US$1.435 son potenciales candi-
datos a donaciones, hasta mediados de 2005 sólo se
habían asignado dos, la primera para un programa
de US$110 millones a Madagascar y otra para un
programa de US$215 millones a Honduras, dona-
ciones que serán desembolsadas a lo largo de un pe-
ríodo de cuatro y cinco años, respectivamente
31
.
Dado el escaso tiempo transcurrido desde la
conferencia de Monterrey, sería prematuro extraer
conclusiones a partir de un alisis de tendencias.
Mucho dependerá de si los gobiernos traducen sus
actuales aspiraciones en alternativas concretas en
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Ayuda para el siglo X XI
INFORME SOBRE DESARROLLO HUMANO 2005 97
materia presupuestaria. Si el objetivo de alcanzar el
0,7% en 2015 se empleara como referencia, el ac-
tual desempeño parecería menos positivo. La Figura
3.5 registra dónde podrían estar hoy los niveles de
ayuda en un mundo hipotético en que todos los do-
nantes se  jaran un nivel de 0,7% del INB como
meta y bajo el supuesto de que sus presupuestos de
ayuda aumentan en incrementos anuales iguales a
la relación ayuda-INB desde 2000. El tamaño de
la brecha entre los niveles actuales y la meta estili-
zada se explica por sí misma. Obviamente, se trata
de un ejercicio arti cial, porque no todos los donan-
tes aceptan la meta de 0,7%, pero así y todo, es un
punto de referencia útil. La brecha entre el desem-
peño y el progreso requerido es grande incluso para
los donantes que se han comprometido a cumplir la
meta. Sin embargo, la reciente reunión cumbre de
los líderes del G-8 en Gleneagles, Perthshire, Esco-
cia, demostró que es posible avanzar en el cierre de
estas brechas (Recuadro 3.4).
Los ujos de ayuda no se pueden considerar
de manera aislada, particularmente en el caso de
los pses de bajo ingreso que enfrentan di culta-
des para pagar su deuda. En 2003, los 27 países que
recibían alivio de la carga de la deuda en el marco
de la Iniciativa de los Países Pobres Muy Endeuda-
dos (PPME) aún destinaron US$2.600 millones
a los acreedores, lo que implicó transferencias de
más de 13% del ingreso  scal
32
. Estas transferen-
cias son responsables de desviar recursos que po-
drían haberse destinado al desarrollo humano y la
recuperación económica. En 2005, casi un decenio
después de la Iniciativa para los PPME, los acreedo-
res  nalmente acordaron un plan para cancelar el
100% de la deuda multilateral, lo cual constituye un
paso enorme en la dirección correcta. Sin embargo,
este nuevo trato no cubre adecuadamente a varios
países, entre ellos Nigeria, para los cuales la insoste-
nibilidad de la deuda continúa siendo un obstáculo
insalvable para alcanzar los ODM (Recuadro 3.5).
La su ciencia de las actuales iniciativas de
ayuda y alivio de la deuda deben considerarse en
el contexto adecuado. Desde la perspectiva de los
ODM, lo que importa es saber si los actuales com-
promisos de asistencia asumidos se ajustan a las ne-
cesidades de  nanciación para alcanzar las metas.
Calcular las brechas de  nanciación de los ODM no
es una ciencia exacta. Hay grandes diferencias en las
estructuras de costo de los países y se produce una
interacción dimica entre los ODM: el progreso
en la educación de las niñas, por ejemplo, puede re-
ducir los costos para avanzar en la mortalidad infan-
til. El Proyecto del Milenio de las Naciones Unidas
calcula que, si se quieren cumplir los ODM, de aquí
a 2006 prácticamente se deberá duplicar la ayuda
general y en 2015 se deberá haber efectuado otro
aumento más de 50% (a US$195.000 millones). En
términos generales, las propuestas que se han plan-
teado en un informe de la Comisión para África
patrocinada por el gobierno del Reino Unido co-
inciden a grandes rasgos con esta evaluación
33
. Al
se recomienda que los US$25.000 millones actual-
mente provistos en ayuda a la región se dupliquen
durante los próximos tres a cinco años y que luego se
efectúe otro aumento de US$25.000 millones antes
de 2015. Las actuales proyecciones de la ayuda están
muy por debajo de estos niveles.
Dé cit de  nanciación. Para calcular el dé cit de -
nanciación de los ODM, uno de los problemas es
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Ayuda para el siglo X XI
98 INFORME SOBRE DESARROLLO HUMANO 2005
que las metas presupuestarias  jadas por los donan-
tes posiblemente no se cumplan. Si se actúa según
las promesas realizadas durante y después de la
conferencia de Monterrey —y aquí el “si” resulta
decisivo—, en 2006 se contará con un aumento
de 0,30% del ingreso nacional de los países donan-
tes en los presupuestos de la ayuda, un aumento a
US$88.000 millones (a precios y tipos de cambio de
2003). Esta cifra es inferior en US$47.000 millones
a los US$135.000 millones que calcula el Proyecto
del Milenio como gasto necesario de parte de los
países desarrollados en el próximo año para man-
tener al mundo bien encaminado en la consecución
de los ODM (Figura 3.6). La brecha de  nanciación
habrá crecido a US$52.000 millones en 2010. En
ese momento, los pses en desarrollo no podrán
realizar las inversiones en salud, educación e infraes-
tructura necesarias para mejorar el bienestar social y
respaldar la recuperación económica requerida para
alcanzar los ODM si los países ricos no logran cum-
plir los compromisos. Hay que admitir, sí, que estas
cifras no incorporan la meta de la Unión Europea
de 0,51% para el años 2010, pero esta meta todavía
no se ha traducido en compromisos presupuestarios
concretos. Cabe recordar asimismo que no toda la
ayuda adicional movilizada desde Monterrey se des-
tinará especí camente a cubrir el dé cit de  nan-
ciación de los ODM.
Cifras reales de ayuda y
cifras destacadas
De existir aln margen de error, es muy posible
que estas cifras subestimen la dimensión completa
del problema. Para cubrir el dé cit de  nanciación
se necesita dinero real, pero no todo el dinero que
se considera ayuda se convierte en transferencias
de recursos. Esto aplica en especial a las tres cate-
gorías de asistencia que representaron más del 90%
del aumento de US$11.300 millones de ayuda bila-
teral, entre 2000 y 2004: alivio de la carga de la
deuda (US$3.700 millones), cooperación técnica
(US$5.200 millones) y asistencia de emergencia
Las cumbres del Grupo de los Ocho (G-8) se caracterizan por hacer
nobles promesas que no tardan en romperse, especialmente frente
a los países más pobres del mundo. ¿Será diferente la situación esta
vez luego de la cumbre de julio de 2005 en Gleneagles, Escocia?
El comunicado del G-8 expone algunos compromisos impor-
tantes. La promesa de aumentar la ayuda en US$50.000 millones
por sobre los niveles de 2004, la mitad de la cual se destinaría a
África Subsahariana, podría reducir en forma sustancial el défi cit
nanciero de los ODM. Más aún, por primera vez los líderes de este
grupo de países han fi rmado un comunicado que especifi ca metas
concretas, gracias a las cuales se podría reducir el riesgo de expe-
rimentar retrocesos.
En este sentido, los desafíos que enfrenta la ayuda a futuro
son tres. En primer lugar, es necesario exigir a los líderes del G-8
que cumplan su palabra. Existe el riesgo real de que al menos dos
miembros de la Unión Europea, Alemania e Italia, no traduzcan los
compromisos asumidos en la cumbre del G-8 en planes de gasto
público concretos. En segundo lugar, es necesario que algunos paí-
ses intensifi quen sus esfuerzos. Incluso con el aumento pactado,
Japón y los Estados Unidos sólo gastarán el 0,18% de su INB en
ayuda en 2010 (lo que los ubica al fi nal del cuadro de la ayuda pres-
tada por la OCDE), mientras que Canadá también registra un magro
desempeño en este campo. En tercer lugar, es importante que una
parte considerable del compromiso de mayor ayuda se materialice
de inmediato y no en el transcurso de cinco años.
En otros aspectos distintos de la ayuda, el comunicado del G-
8 recibe cali caciones dispares. El compromiso con la educación
primaria gratuita y obligatoria, la atención sanitaria básica gratuita
y “acceso lo más cercano a universal” al tratamiento contra el VIH/
SIDA pueden acelerar el progreso hacia la consecución de los
ODM. Lo mismo puede lograr la promesa de entrenar y equipar
a unos 75.000 efectivos para las operaciones de paz en la Unión
Africana antes de 2010 (ver el Capítulo 5). En lo que respecta al
comercio, en cambio, lo expresado en el comunicado del G-8 re-
sulta bastante decepcionante. El compromiso general de eliminar
gradualmente unos pocos subsidios a las exportaciones agrícolas
en un plazo no determinado no servirá de gran consuelo a los agri-
cultores africanos.
Hubo dos ingredientes cruciales que se combinaron para hacer
de la cumbre del G-8 en Gleneagles algo diferente: el liderazgo po-
lítico y el impulso político que generaron las campañas mundiales y
la opinión pública. Los mismos ingredientes serán necesarios si la
cumbre de la ONU en septiembre de 2005 ha de consolidar y avan-
zar sobre lo ya logrado.
Recuadro 3.4 De la cumbre del G-8 a la Asamblea General: que las palabras se vean coronadas por acciones
Fuente: G-8 2005.
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Ayuda para el siglo X XI
INFORME SOBRE DESARROLLO HUMANO 2005 99
Hace 20 años, Julius Nyerere, el entonces Presidente de Tanzanía,
formuló a los gobiernos de los países desarrollados una pregunta
punzante: “¿Debemos dejar que nuestros niños mueran de hambre
para pagar la deuda?” Casi 10 años después del lanzamiento de
la Iniciativa para Países Pobres Muy Endeudados (PPME), la cual
supuestamente debía relegar la crisis de la deuda de África a los
libros de historia, los acreedores al menos han comenzado a dar
una respuesta negativa a esa pregunta. Aunque aún no se conocen
del todo los detalles del trato sobre alivio de la deuda acordado por
los ministros de nanzas del G-8 en junio de 2005, se han logrado
avances reales; pero todavía falta abordar temas importantes.
Las cifras destacadas sobre el alivio de la deuda provisto en el
marco de la Iniciativa para los PPME antes de la reunión del G-8 de
2005 son notables. En total, 27 países (todos africanos salvo uno)
que reúnen las condiciones necesarias para recibir préstamos de la
Asociación Internacional de Fomento (AIF), mecanismo del Banco
Mundial creado para servicios en condiciones concesionarias, dis-
frutan de compromisos de reducción del saldo de la deuda por un
valor de US$32.000 millones (en términos del valor actual neto).
La prima del alivio de la deuda ha ayudado a propiciar el avance
hacia los ODM. Según el Banco Mundial, el gasto público en salud,
educación y otras inversiones destinadas a reducir la pobreza ha
aumentado en 2% del PIB en países que reciben este alivio. Los aho-
rros generados a través de la Iniciativa para los PPME han ayudado
a fi nanciar educación primaria
gratuita en Tanzanía y Uganda,
programas para combatir el
VIH/SIDA en Senegal, progra-
mas de salud en Mozambique
y desarrollo rural en Etiopía.
La mala noticia es que las
cifras destacadas respecto
del monto de la reducción de
la deuda ocultan otras par-
tes menos favorables del ba-
lance, a saber, las columnas
que tratan sobre el servicio de
la deuda y las rentas públicas.
En 2003, los 27 países que re-
ciben alivio seguían gastando
US$2.800 millones en reem-
bolsos a los acreedores. En
promedio, esa cifra representa
el 15% del ingreso fi scal y llega
a más del 20% en países como
Bolivia, Senegal y Zambia (Figura 1). Para un grupo de los países
más pobres del mundo, se trata de transferencias enormes que en
promedio representan alrededor del 3% del ingreso nacional.
El resultado es que las amortizaciones de la deuda desvían re-
cursos de otras áreas sociales prioritarias cruciales para avanzar en
la consecución de los ODM. Zambia, por ejemplo, el país con el nivel
más alto de infecciones de VIH/SIDA en el mundo, gasta más de US $2
en pagar su deuda por cada US$1 que destina al sector salud (Fi-
gura 2). Si bien los ujos de ayuda continúan siendo mayores que los
pagos de la deuda (diferencia importante durante la crisis de la deuda
de América Latina en los años ochenta), los altos niveles del servicio
de la deuda privan de ingresos a los gobiernos de los PPME y los torna
más dependientes de la ayuda –dejando al presupuestos vulnera-
ble a los caprichos de las prioridades fi jadas por los donantes.
Por varias razones, los montos entregados son inferiores a las
expectativas creadas en el marco de la Iniciativa para los PPME. En
primer lugar, el criterio principal adoptado para la sostenibilidad de
la deuda (un umbral para el saldo de la deuda de 150% de las expor-
taciones en términos del valor presente neto) le asigna demasiada
importancia a los indicadores sobre exportaciones y no su ciente
al efecto de la deuda en los presupuestos de los países y en la ca-
pacidad de fi nanciar los avances en pro de los ODM. En segundo
lugar, si bien la mayoría de los acreedores bilaterales ha brindado
un 100% de alivio de la deuda, los donantes multilaterales como
el Banco Mundial, el FMI y los bancos regionales de desarrollo no
lo han hecho, con el resultado que su proporción en los pagos del
servicio de la deuda ha ido en aumento. En tercer lugar, los criterios
para acceder al 100% de alivio de la deuda han sido condicionados
Recuadro 3.5 Alivio de la deuda: ir más allá
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(continúa)
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Ayuda para el siglo X XI
100 INFORME SOBRE DESARROLLO HUMANO 2005
(US$1.700 millones). Los aumentos en estas áreas
generan cifras destacadas que son mayores que las
transferencias reales de ayuda.
Consideremos el caso del alivio de la carga de la
deuda, forma sumamente e caz de asistencia para
el desarrollo pues otorga a los gobiernos mayor con-
trol sobre los ingresos nacionales y reduce su depen-
dencia de la ayuda. La condonación de las deudas
que efectivamente se están pagando libera recursos
presupuestarios para destinarlos a otros  nes. No
al cumplimiento de los programas y las condiciones crediticias del
FMI. Las suspensiones de estos programas han retrasado el alivio
de la deuda de un grupo considerable de PPME, entre otros Hondu-
ras, Rwanda y Zambia.
¿El acuerdo de junio de 2005 logrará resolver estos problemas?
El acuerdo dispone un 100% de alivio de la deuda para 18 países
que han pasado por todo el proceso de la Iniciativa para los PPME y
que llegaron al “punto de culminación”. Por otra parte, y esto resulta
decisivo, especifi ca que los costos para reducir la deuda multilate-
ral adeudada a la AIF y al Fondo Africano de Desarrollo se cubrirán
a través recursos adicionales de los acreedores, lo cual permitirá
evitar la desviación de la ayuda para el desarrollo hacia el alivio de
la deuda. En el caso del alivio de la deuda del FMI, la fi nanciación
se generará a través de recursos internos y posiblemente incluirá la
venta de parte de la reserva de oro del Fondo. Otros ocho países
reunirán las condiciones necesarias para obtener el 100% de reduc-
ción de la deuda en el transcurso de los próximos uno o dos años,
cuando alcancen el punto de culminación de la Iniciativa PPME. Este
grupo incluye países que se encuentran en proceso de reconstruc-
ción, como la República Democrática del Congo y Sierra Leona, y
Camerún y Chad que vieron interrumpidos sus programas del FMI.
En todos estos países, el nuevo acuerdo de alivio de la deuda tiene el
potencial de liberar nuevos recursos para el desarrollo. Un aspecto
crucial para la nanciación de los ODM es que estos recursos se
distribuyan de manera efi ciente con el fi n de apoyar los servicios del
sector social y el crecimiento de amplia base.
La ejecución del nuevo acuerdo deberá vigilarse de cerca para
asegurar que la fi nanciación del alivio de la deuda realmente se lleve
a cabo con recursos adicionales. Los acuerdos de fi nanciación no
cubren los costos de reducción de la deuda del Banco Interamericano
de Desarrollo, lo que ha dado lugar a preocupaciones específi cas en
este sentido. Esta institución tendrá que cubrir parte de la cuenta de la
nanciación del alivio de la deuda de Bolivia, Honduras y Nicaragua.
Sin embargo, el acuerdo de alivio de la deuda es sin duda una buena
noticia para los 27 PPME que hoy acceden a este mecanismo.
Más difícil de resolver es la situación de los países que no for-
man parte de este grupo. La pertenencia al grupo de los PPME por
ahora está restringida a los países cubiertos en 2004. Irónicamente,
esto signifi ca que algunos países que califi can para préstamos de
la AIF tienen indicadores de endeudamiento peores que aquellos
de los PPME luego del alivio de la deuda bajo esta iniciativa y sin
embargo, estos países no cumplen los requisitos para recibir alivio
de la deuda bajo el argumento de que no están contemplados en
la lista de 2004. Por ejemplo, Haití, Kenya y Kirguistán tienen re-
laciones de endeudamiento/exportaciones superiores a 150%, sin
embargo, no son aptos para acceder al alivio de la deuda. Hasta la
fecha, algunos acreedores por su cuenta han respondido unilate-
ralmente a las anomalías del marco de la Iniciativa para los PPME.
Por ejemplo, el Reino Unido ha elaborado propuestas para cancelar
su parte de los pagos del servicio de la deuda que le deben países
como Armenia, Mongolia, Nepal, Sri Lanka y Viet Nam. De cara al
futuro, se necesita una estrategia más coherente para reducir las
obligaciones de la deuda a un nivel compatible con los requisitos
de fi nanciación de los ODM.
La experiencia de Nigeria pone de relieve otras limitaciones de
la actual estructura de alivio de la deuda. A diferencia de los PPME,
Nigeria adeuda el grueso de su deuda (aproximadamente el 80%) a
acreedores bilaterales y no a instituciones como el Banco Mundial o
el FMI. Los acreedores han citado la riqueza de petróleo de Nigeria
como motivo para negarle alivio de la deuda. Pero pese a ser el oc-
tavo exportador de petróleo del mundo, el país se ubica en el lugar
158 del IDH, tiene una de las poblaciones más pobres de África Sub-
sahariana y recibe menos de doslares per cápita en ayuda, uno
de los niveles más bajos de la región. El costo total del servicio de la
deuda de Nigeria supera los US$3.000 millones al año, cifra superior
al gasto público en salud. Es más, debido a que se sirve menos de
la mitad de la deuda externa, se están acumulando atrasos con los
acreedores. Es cierto que los problemas de endeudamiento que
enfrenta Nigeria podrían haberse evitado si los gobiernos anteriores
no se hubieran permitido una mala gestión económica y no hubieran
traspasado los ingresos por concepto del petróleo a cuentas ban-
carias suizas. Pero ese argumento difícilmente puede ser un motivo
para castigar a los nigerianos pobres hoy o para debilitar a un go-
bierno que se ha comprometido con las reformas.
Recuadro 3.5 Alivio de la deuda: ir más allá (continuación)
Fuente: Banco Mundial y FMI 2004c; Martin y otros 2004
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Ayuda para el siglo X XI
INFORME SOBRE DESARROLLO HUMANO 2005 101
obstante, los acuerdos de la OCDE sobre la entrega
de informes sobre el alivio de la carga de la deuda
permiten a los gobiernos informar la deuda total
como ayuda otorgada el año en que fue condonada.
Esto in a el valor real del alivio de la carga de la
deuda, puesto que el ahorro  n a n c i e r o real para el
país bene ciario viene en forma de menor servicio
de la deuda.
En los casos en que las deudas en cuestión no
se pagaron completamente, el alivio es en parte una
operación contable. Una proporción importante del
aumento de US$4.000 millones en ayuda a la Repú-
blica Democrática del Congo en 2003 cabe en esta
categoría. En 2003, la reducción de la deuda total de
Etiopía en el marco de la Iniciativa para los PPME
fue del orden de los US$1.300 millones, mientras
que el servicio de la deuda disminuyó entre US$20
millones y US$40 millones anuales. Este no es un
argumento contra el alivio de la carga de la deuda,
sino contra la práctica contable actual que da una
impresión equívoca del monto real de ayuda que
proveen los donantes. En el transcurso de los próxi-
mos años, hay en perspectiva grandes operaciones
de reducción de la deuda para Iraq y para otros paí-
ses en el marco de la Iniciativa para los PPME. Es
importante que el elevado valor nominal de estas
operaciones no desvíe la atención del ahorro pre-
supuestario relativamente modesto resultante o de
la necesidad de concebir el alivio de la deuda como
una parte más de una paquete de  nanciación más
amplio para alcanzar los ODM.
Muchos de estos argumentos valen también
para la asistencia técnica y la ayuda de emergencia.
En 2003, la primera captó US$1 de cada US$4 des-
tinados a ayuda. Con frecuencia, tal asistencia des-
empeña un importante papel en apoyar el desarro-
llo y la construcción de capacidades, aunque gran
parte equivale a gastos en los países donantes, un
problema que se ve agravado por la ayuda condicio-
nada (analizada más adelante en este capítulo). La
ayuda destinada a educación ilustra muy bien este
problema. Las mayores brechas de  nanciación se
dan en áreas como la capacitación, la remuneración
y la contratación de maestros, la construcción de
aulas y la provisión de textos de estudio. Sin em-
bargo, tres cuartas partes del apoyo de los donantes
a la educación se presenta como asistencia técnica.
Gran parte de todo esto se consume en pagos de
becas, asesorías técnicas externas y honorarios de
consultorías. La calidad de la asistencia técnica es
sumamente variable, pero al igual que con el alivio
de la carga de la deuda, lo importante respecto de
la  nanciación de los ODM es que los recursos no
uyen de manera automática hacia las áreas priori-
tarias. La ayuda de emergencia, y la asistencia a los
estados vulnerables, son una prioridad, pero tam-
bién son una respuesta a las necesidades de  nan-
ciación que van más allá de aquellas calculadas para
la consecución de los ODM. Afganistán e Irak jun-
tos consumieron US$3.200 millones del aumento
de la ayuda en asistencia o cial para el desarrollo
entre 2001 y 2003 y también una porción grande
del aumento en la ayuda proveniente de los Estados
Unidos. De hecho, más del 40% del aumento de
US$3.800 millones se asig a Irak. Hoy, la mayor
parte del aumento en la ayuda para emergencias se
generó mediante la movilización de fondos adicio-
nales, aunque esta adicionalidad en la práctica es
difícil de probar. Por ejemplo, Japón combinó su
mayor ayuda a Afganistán e Irak con profundos re-
cortes en la asistencia general para el desarrollo. No
importa cuál sea la situación actual, la desviación
de ayuda desde la  nanciación de los ODM hacia la
reconstrucción en situaciones post con icto u obje-
tivos estratégicoss amplios continúa siendo una
amenaza real
34
.
La selectividad de la ayuda
Otra razón por la que es posible que las cifras desta-
cadas subestimen la escala del problema de nancia-
ción de los ODM es que los donantes son muy varia-
bles en sus patrones de asignación de la ayuda. Los
países de ingresos bajos y de África Subsahariana,
quienes enfrentan las mayores brechas de  nancia-
ción, guran de manera más destacada en ciertos
programas de ayuda que en otros (Figura 3.8). La
ayuda que se provee a través de mecanismos multi-
laterales como la AIF y el Fondo Mundial de Lucha
contra el SIDA, la Tuberculosis y la Malaria es la
que probablemente se concentra con mayor fuerza
en las brechas de  nanciación de los ODM. En el
caso de la AIF, ello se debe a que quienes reúnen los
requisitos para postular a la ayuda son básicamente
los pses de ingresos bajos (Recuadro 3.6). Lo ante-
rior no implica que la ayuda a los países de ingresos
medianos no se justi que en términos de desarrollo
humano, pero la realidad es que los donantes varían
respecto de la proporción que asignan a los países
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Ayuda para el siglo X XI
102 INFORME SOBRE DESARROLLO HUMANO 2005
más pobres que sufren las restricciones de  nancia-
ción más graves para poder cumplir los ODM.
La selección que hacen los donantes respecto
de los bene ciarios de la ayuda con quienes pre e-
ren trabajar es otro factor que puede sesgar la dis-
tribución. En 1997, un estudio sumamente in u-
yente sostuvo, sobre la base de datos de un alisis
de diferentes países, que la ayuda sólo era e caz en
un “buen” ambiente normativo (estabilidad  scal,
baja in ación, mercados abiertos y otros criterios)
35
.
El estudio en cuestión condujo a un nuevo dogma
según el cual la ayuda debía usarse de manera selec-
tiva para premiar a los países que aplicaran refor-
mas con e cacia. No obstante, estudios posteriores
constataron que la ayuda también era e caz en paí-
ses con ambientes institucionales menos favorables
e historiales más débiles en materia de reformas eco-
nómicas. Esta conclusión no le resta importancia al
ambiente normativo: por el contrario, la gestión
macroeconómica e ciente es crucial. Pero los datos
sí apuntan a la necesidad de actuar con cautela y no
recurrir a listas de comprobación de “buenas políti-
cas” como base para asignar ayuda.
La mejor información es la que sugiere que la
ayuda puede ser e caz en una amplia gama de am-
bientes y que las recetas que imponen condiciones
en materia de políticas son de escaso apoyo
36
. En
efecto, existe el peligro de que tales recetas dividan
a los receptores en “preferidos” y “huérfanos” de do-
nantes sobre la base de pruebas poco contundentes
respecto de su capacidad de hacer buen uso de la
ayuda. Esto de alguna manera ya está sucediendo,
a juzgar por la concentración de “preferidos” de los
donantes en África Subsahariana anglófona (ade-
más de Mozambique y Etiopía) y la excesiva presen-
cia de “huérfanos de donantes en África francó-
fona y América Latina.
Investigaciones recientes que recurren al “ín-
dice de selectividad en materia de políticas” del
Banco Mundial –una medida de la correlación entre
la ayuda y la calidad de las instituciones en los países
receptores– sugieren que los  ujos de asistencia para
el desarrollo son cada vez más sensibles a la calidad
de las instituciones (según se de ne en el índice)
37
.
A la vez, el enfoque de los donantes en el desempeño
institucional es mucho más minucioso en los países
de ingresos bajos que en los de ingresos medios. Lo
que resulta más preocupante es que algunos países
de ingresos bajos reciben ayuda en niveles inferiores
en aproximadamente un 40% de lo que indicaría su
capacidad institucional
38
.
Nada de lo anterior busca negar la obvia impor-
tancia que tiene el ambiente normativo nacional en
determinar la e cacia de la ayuda. Países tan diver-
sos como Bangladesh, Mozambique y Viet Nam
son capaces de darle a la ayuda una alta rentabili-
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Ayuda para el siglo X XI
INFORME SOBRE DESARROLLO HUMANO 2005 103
dad en materia de desarrollo humano debido a que
cuentan con estrategias e caces de reducción de la
pobreza. Inversamente, la corrupción endémica, la
débil gobernabilidad y la mala gestión económica
disminuyen los bene cios potenciales de la ayuda.
La corrupción mina los esfuerzos de ayuda en dos
aspectos. En primer lugar, las prácticas corruptas
afectan de manera desproporcionada a los hogares
pobres. Un estudio sobre gobernabilidad y corrup-
ción realizado en Camboya encontró que los hoga-
res de menores ingresos gastan en corrupción tres
vecess que los hogares de ingresos altos, en parte
debido a que los hogares pobres dependen más de
los servicios públicos
39
. En segundo lugar, los egre-
sos  nancieros que suelen asociarse a la corrupción
pueden mermar la a uencia de ayuda: según una es-
timación, se han transferido ilegalmente a cuentas
bancarias en el extranjero activos  nancieros públi-
cos por un monto superior al valor de la deuda ex-
terna de África.
La ayuda de los donantes puede abordar estos
problemas, de manera más e caz y sin imponer
recetas, forjando alianzas con gobiernos compro-
metidos con la transparencia y la responsabilidad
 n a n c i e r a .
La ayuda y los ODM: ¿pueden
enfrentarlos los países ricos?
¿Están los países ricos en condiciones de afrontar su
compromiso a largo plazo de gastar 0,7% del INB
en ayuda? Esta pregunta es de crucial importancia
para las perspectivas de lograr alcanzar los ODM y
los objetivos de desarrollo humano más generales.
En cualquier democracia, lo que los gobiernos
consideran  nancieramente razonable será el re ejo
de la evaluación de costos y bene cios del gasto pú-
blico. Tal evaluación se basará en juicios respecto de
las prioridades políticas, mediada por procesos polí-
ticos que conduzcan a decisiones respecto de los mé-
ritos de las distintas demandas en competencia. Los
presupuestos de ayuda re ejan lo que los gobiernos y
Como el mecanismo internacional orientado con más efi ciencia
hacia los países pobres, la Asociación Internacional de Fomento
(AIF) desempeña una función capital en la nanciación de los ODM;
un dólar aportado a través de la AIF tiene más probabilidades de
reducir la brecha de nanciación de los ODM que un dólar cana-
lizado a través de cualquier otro medio. Más aún, debido a que la
AIF funciona con un ciclo presupuestario de tres años, está menos
propensa a la falta de previsibilidad que caracteriza la asistencia bi-
lateral proporcionada en el marco de presupuestos anuales.
En 2005, los donantes asignaron US$34.000 millones a la AIF
hasta 2008, aumento del 25% en términos reales. Se trata de la mayor
expansión en dos decenios, si bien muy por debajo del 40% a 50% que
deseaban la mayoría de los gobiernos europeos. De haberse aceptado
la propuesta europea, habría aumentado la proporción multilateral de
la ayuda y la proporción de la ayuda asignada a los países más pobres.
La AIF es la tercera fuente de mayor envergadura que presta ayuda a
África Subsahariana (después de Francia y los Estados Unidos) y la
principal fuente de ayuda para los sectores de educación y salud.
Aún hay importantes preguntas sin responder en relación con la
función futura de la AIF en cuanto al nanciamiento para el desarro-
llo. Alrededor de una quinta parte de los préstamos de la institución
se proveen en condiciones de donaciones a países que enfrentan
problemas de endeudamiento. El resto se asigna en forma de prés-
tamos concesionarios: el reembolso se hace en plazos de 40 años
con períodos de gracia de 10 años. Algunos donantes quieren man-
tener esta situación, mientras que otros propician transformar a la
AIF en un organismo que ofrezca principalmente donaciones.
Tomar el camino que implique hacer sólo donaciones tiene ries-
gos. En la actualidad, los donantes proveen alrededor de la mitad de
los ingresos de la AIF. Otro 40% proviene del reembolso de présta-
mos anteriores de parte de países como China, los que han pasando
de ser países de ingresos bajos a países de ingresos medianos.
Convertirse en un sistema sólo de donaciones podría interrumpir
este ujo de pagos y reducir la base de recursos. Más aún, algunos
países, como Bangladesh y la India, están en condiciones de recibir
préstamos blandos, mientras otros podrían usar a la AIF para salir
de la dependencia exclusiva de las donaciones.
Existe otro motivo por el cual es necesario tener cuidado. Los
donantes podrían neutralizar los efectos fi nancieros si acordaran
compensar todas las pérdidas de los reembolsos de la AIF a través
de compromisos obligatorios que implicaran aumentar las dona-
ciones. Sin embargo, ningún donante lo ha hecho. Por lo tanto, sin
garantías de contar con más fi nanciación a largo plazo, los fl ujos de
la AIF dependerían del imprevisible apoyo de los donantes.
Recuadro 3.6 El futuro de la Asociación Internacional de Fomento
Fuente: Rogerson 2005.
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Ayuda para el siglo X XI
104 INFORME SOBRE DESARROLLO HUMANO 2005
la opinión pública piensan de la pobreza mundial y
de sus obligaciones e intereses por combatirla.
Costos razonables
Si se evalúa en relación con la riqueza y los recursos
de los países desarrollados, el costo de alcanzar los
ODM es bastante modesto. Más de 1.000 millones
de personas en el mundo carecen de acceso a agua
limpia y 2.600 millones de saneamiento. Superar
estas carencias costaría algo menos de US$7.000
millones al año durante el próximo decenio, inver-
sión que podría salvar unas 4.000 vidas diarias al
reducir la exposición a enfermedades infecciosas.
Además, abordaría un problema que priva a la
gente pobre de salud, mina el desarrollo económico
e impone una inmensa carga sobre el tiempo y el
trabajo de niñas y mujeres. La inversión requerida
parece mucho dinero, y para los países de ingresos
bajos en efecto lo es. Pero no es más de los US$7.000
millones anuales que los europeos gastan en perfu-
mes o los US$8.000 millones anuales que los norte-
americanos gastan en cirugía estética opcional.
Tales comparaciones no pretenden negar el
gran esfuerzo que deberá hacerse para aumentar
la ayuda en el nivel correspondiente para alcanzar
los ODM. En todos los países del G-7, excepto Ca-
nadá, los dé cit scales son elevados y, de hecho, el
saldo de sus cuentas  scales como grupo se ha dete-
riorado (Figura 3.9). En Estados Unidos, el dé cit
s c a l ( c o m o p o r c e n taje del PIB) es el más elevado de
cualquier país industrial, excepto Japón. En las ac-
tuales propuestas presupuestarias se tiene previsto la
disminución de este dé cit a la mitad de aquí al año
2009 y la reducción del gasto no militar a su nivel
más bajo como proporción del PIB en más de 40
os. Obviamente, no es un ambiente propicio para
aumentar el presupuesto de ayuda. Lo mismo vale
para Japón, donde se proyecta que el dé cit  scal
estructural disminuirálo marginalmente a una
cifra levemente superior a 6% del PIB en 2006. En el
mediano plazo, los planes presupuestarios de Japón
contemplan la transformación del dé cit en superá-
vit as tardar en 2010, meta que generará fuertes
presiones para restringir la inversión pública.
La situacn no es muchos alentadora en la
Unión Europea. Aunque el dé cit  scal es más bajo
en el área del euro que en Japón o los Estados Unidos,
de todos modos es superior a 3% del PIB en Francia
y Alemania, mientras que en el caso de Italia se es-
tima que llegará a más del 4% en 2006. Aunque la
magnitud de los dé cit  scales es menor en la Unión
Europea que en los Estados Unidos o Japón, oculta
tres presiones implícitas adicionales. Los niveles del
endeudamiento público son elevados en la zona del
euro, se están acumulando presiones  scales asocia-
das con el envejecimiento de la población y en algu-
nos países, las tasas de cesantía han llevado el pro-
blema del desempleo a  gurar en forma destacada en
la agenda política. Desde 2003, las tasas de desempleo
se han estancado en más de 9% en Francia, Alema-
nia e Italia. Si bien las reformas aplicadas al Pacto de
Estabilidad y Crecimiento de la Unión Europea han
mejorado la  exibilidad, los gobiernos de la Unión
están sometidos a fuertes presiones  scales en el con-
texto del bajo crecimiento, alto desempleo y acumu-
lación de presiones sobre el gasto público. Contra este
telón de fondo, la decisión de la Unión Europea de
jar una meta de 0,51% del INB en ayuda se consti-
tuyó en una importante declaración de intención po-
tica. Sin embargo, se necesitará realizar un esfuerzo
excepcional para asegurar que la meta se traduzca en
compromisos presupuestarios concretos.
Si bien las presiones  scales que enfrentan los
países del G-7 y otros países industriales donantes
son reales, es importante reconocer que los presu-
puestos de la ayuda, incluso a niveles ampliados, son
una fuente modesta de esa presión. Para dos de los
países del G-7, Italia y los Estados Unidos, la asis-
tencia para el desarrollo representa un 1% o menos
del gasto público, nivel muy inferior al promedio de
los pses de la OCDE. En 2004, el total del presu-
puesto de ayuda sólo representaba el 3% del dé cit
 s c a l g e n e r a l e n Japón y los Estados Unidos y 5% de
Alemania. Aun si todos los países del G-7 aumenta-
ran su ayuda al nivel previsto por la Unión Europea,
el efecto negativo en el saldo de sus cuentas  scales
sería bajo. A la inversa, la restricción del gasto en
ayuda tendría efectos marginales similares en el me-
joramiento de ese saldo.
En la práctica, el orden de prioridad que los go-
biernos asignan al gasto público y la forma en que
responden a las presiones  scales serán el re ejo
de las prioridades políticas que tengan, sus juicios
sobre políticas tributarias, el alcance de la inversión
pública y la reforma económica. Si un mayor nivel
de ayuda es un imperativo no sólo por razones mo-
rales y éticas, como sostenemos en este capítulo, sino
también en términos del propio interés personal
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Ayuda para el siglo X XI
INFORME SOBRE DESARROLLO HUMANO 2005 105
consciente de las naciones desarrolladas traducido
en prosperidad y seguridad futura de sus ciudada-
nos, es necesario asignarle a la ayuda una prioridad
mucho mayor en el presupuesto.
Gasto militar y niveles de ayuda
Comparar los niveles de ayuda con el gasto mili-
tar resulta muy ilustrativo. Por cada US$1 que se
invierte en asistencia para el desarrollo, se gastan
otros US$10 en presupuestos militares (Figura
3.10). Ningún país del G-7 tiene una relación gasto
militar-ayuda menor que cuatro a uno. Esa relación
aumenta a 13 a uno en el Reino Unido y a 25 a uno
en los Estados Unidos (Cuadro 3.1). En un mundo
en el que los propios gobiernos de los países desa-
rrollados reconocen cada vez más los vínculos entre
amenazas a la seguridad y pobreza mundial, esta
relación de 10 a uno entre gasto militar y ayuda no
tiene sentido. En cualquier evaluación de las ame-
nazas a la vida humana que se realice, se encuentra
una asimetría notable entre el presupuesto militar
y las necesidades humanas. El monto que los países
desarrollados destinan actualmente a la lucha con-
tra el VIH/SIDA, amenaza a la seguridad humana
que reclama tres millones de vidas al año, representa
tres días de gasto en armamento.
Las prioridades presupuestarias de muchos paí-
ses ricos no re ejan ni un compromiso adecuado con
los ODM ni una respuesta coherente ante los desa-
os en materia de seguridad que plantea la pobreza
generalizada y las profundas desigualdades mun-
diales. La discrepancia entre presupuesto militar y
presupuesto de desarrollo le da otra perspectiva al
tema de la disponibilidad de recursos para cumplir
los ODM. Si el aumento de US$118.000 millones
del gasto militar entre 2000 y 2003 se hubiera des-
tinado a ayuda, la asistencia para el desarrollo hoy
representaa alrededor de 0,7% del INB de los paí-
ses ricos. Para nanciar las intervenciones básicas en
salud que podrían evitar la muerte de tres millones
de niños al año, sólo se necesitan US$4.000 millo-
nes, o sea, alrededor del 3% del aumento en el gasto
militar. Si la guerra contra la pobreza es una priori-
dad, simplemente no resulta creíble que los gobier-
nos le asignen tan poca importancia al presupuesto
de ayuda cuyo propósito es salvar vidas.
Nada de lo anterior desvirtúa las amenazas muy
reales a la seguridad que deben enfrentar los gobier-
nos de los países desarrollados. Estas amenazas van
desde la proliferación de armas nucleares hasta el
terrorismo internacional. Sin embargo, es legítimo
preguntarse si el perfeccionamiento militar es la
respuesta más e ciente. Por ejemplo, un tratado de
prohibición integral de pruebas nucleares y la reduc-
ción drástica de las cabezas nucleares desplegadas
operativamente eliminaa la necesidad de contar
con algunos de los extensos y costosos programas
que están en marcha para modernizar las fuerzas
nucleares y desarrollar nuevos vehículos de lanza-
miento. La inversión de más capital político en la
negociación del desarme y de menos capital  nan-
ciero en armamento militar mejoraría la seguridad
y liberaría recursos para el desarrollo.
Una fi nanciación innovadora
Se han preparado varias propuestas innovadoras
para cerrar la brecha de  nanciación de los ODM,
las cuales implican trascender del gasto público y
mirar hacia los mercados privados de capitales y
nuevas formas de nanciación.
Un ejemplo es el Servicio Financiero Interna-
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Proporción del gasto gubernamental, 2003 (%)
País AOD Gasto militar
Australia 1,4 10,7
Austria 1,1 4,3
Bélgica 2,7 5,7
Cana 1,2 6,3
Dinamarca 3,1 5,7
Finlandia 1,6 5,4
Francia 1,7 10,7
Alemania 1,4 7,3
Grecia 1,4 26,5
Irlanda 2,1 4,6
Italia 0,9 9,8
Japón 1,2 5,7
Luxemburgo 3,9 4,8
Países Bajos 3,2 6,5
Nueva Zelandia 1,2 6,3
Noruega 4,1 8,9
Portugal 1,0 10,0
España 1,3 6,7
Suecia 2,8 6,4
Suiza 3,5 8,5
Reino Unido 1,6 13,3
Estados Unidos 1,0 25,0
Fuente : Calculado a partir de datos sobre AOD de OCDE/CAD 2005f, datos sobre
gasto militar del Cuadro de indicadores 20 y datos sobre gasto gubernamental de
Banco Mundial, 2005.
Cuadro 3.1 El gasto militar eclipsa la
asistencia para el desarrollo
en los países ricos
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Ayuda para el siglo X XI
106 INFORME SOBRE DESARROLLO HUMANO 2005
Para que la ayuda tenga un efecto duradero en la pobreza se
deben cumplir tres condiciones. Debe ser sostenida y previsible, de
una envergadura lo sufi cientemente grande para facilitar inversiones
simultáneas en todos los sectores que se refuerzan mutuamente y
estar arraigada en planes de desarrollo viables. Si no se cuenta con
tales condiciones, la ayuda opera más bien como una compensa-
ción ocasional por el hecho de ser pobre y no como una inversión
en la reducción permanente de la pobreza.
La importancia de que la ayuda sea sostenible y previsible es
evidente. Ninguna empresa privada que se precie de ser responsa-
ble se embarcaría en un proyecto destinado a aumentar los retornos
en el futuro sin contar con un plan plurianual totalmente fi nanciado.
Lo mismo sucede en los gobiernos de los países en desarrollo. Si,
tal como le sucede a Senegal, un país dependiera de la ayuda para
ejecutar el 30% del gasto público y el 74% de la inversión pública,
contar con ujos de ayuda seguros y previsibles es una condición
previa para emprender cualquier inversión de largo aliento. Los paí-
ses no pueden conseguir educación primaria universal eliminando
los cargos a usuarios, construyendo escuelas y formando maestros,
a menos que cuenten con fondos seguros para mantener las es-
cuelas y pagar a los maestros más allá de los primeros dos años. Y
tampoco se puede esperar que los países mantengan la inversión en
educación a menos que también tengan un plan de salud fi nanciado
que impida que los maestros mueran de VIH/SIDA antes de recibir
capacitación o si no cuentan con un plan fi nanciado para suministrar
agua y saneamiento debido a cuya carencia las niñas abandonan
la escuela en la pubertad: de esto se desprende la importancia de
hacer inversiones simultáneas en los diferentes sectores.
Pero la lección que los donantes se han mostrado más reacios a
aprender es la inmediata y urgente necesidad de aumentar la ayuda.
Mientras más evasivas busquen, más insoluble se torna el problema
y más onerosa la solución. Concentrar la ayuda al comienzo del
período puede signifi car ahorros en el futuro. El paludismo cuesta
US$12.000 millones al año en producción perdida y pagar su trata-
miento completo costaría una fracción de esa cifra. La rentabilidad
de las inversiones en infraestructura puede llegar hasta el 80%, cifra
que hace parecer pequeños los típicos retornos de los mercados
privados de capital.
El Servicio Financiero Internacional (IFF) está diseñado para
cumplir las tres condiciones que hacen que la ayuda sea e ciente.
A través de la venta de bonos públicos en los países desarrollados,
movilizaría una suma global de recursos para nanciar un fl ujo de
ayuda seguro y previsble. Debido a que el máximo esfuerzo de fi -
nanciación se haría al principio, podría proveer la masa crítica de
inversiones necesarias en varios sectores.
¿Puede funcionar en la práctica este Servicio? Los detalles
sobre la puesta en marcha están siendo solucionados a través del
Servicio Financiero Internacional para Inmunización (IFFIm), un pro-
grama experimental creado por la Alianza Mundial para el Fomento
de la Vacunación y la Inmunización (GAVI). En el pasado, la efi cacia
de GAVI se vio comprometida por la uctuación e incertidumbre que
rodeaba al ujo de recursos fi nancieros. El IFFIm es un mecanismo
de fi nanciación diseñado para proporcionar nanciación segura
concentrada al comienzo del período para servicios de vacunación
e inmunización en los países más pobres. GAVI calcula que si se
aumentara la inversión en unos US$4.000 millones y se concentrara
el máximo en los primeros 10 años, se salvaría la vida de más de
cinco millones de niños antes de la fecha prevista de 2015, y se im-
pediría la muerte de otros cinco millones de adultos (principalmente
de hepatitis B) después de 2015.
Recuadro 3.7 El Servicio Financiero Internacional
Fuente: Iniciativas de Desarrollo 2005b; GAVI y el Fondo para vacunas 2005a, b; RU, HM Treasury 2003.
cional (IFF) propuesto por el gobierno del Reino
Unido, el cual se funda en una idea muy simple:
para proveer más ayuda, los gobiernos deben usar
su capacidad de recaudar recursos en los mercados
de capital. Así, los gobiernos prometerían aumen-
tar la ayuda y el IFF emplearía tales promesas para
respaldar la emisión de bonos gubernamentales. El
ingreso proveniente de la venta de estos bonos se
canalizaría a través de programas de ayuda y el IFF
reduciría los futuros  ujos de ayuda para pagar los
bonos en la medida que venzan
40
.
Una de las fortalezas del IFF es que adelanta-
ría nanciacn para hacer inversiones durante este
período crítico (Figura 3.11). Aun si todos los do-
nantes se comprometieran a cumplir una meta en
cuanto a la relación ayuda/INB de 0,5% en 2010
y de 0,7% en 2015, seguiría existiendo una brecha
de  nanciación de los ODM en el corto plazo hasta
que comience a llegar nuevos recursos. En el marco
del IFF, las transferencias de ayuda podrían aumen-
tar con efectos inmediatos y diferir los costos presu-
puestarios de los gobiernos. Lo anterior permitiría
a los países en desarrollo realizar inversiones clave
en áreas como salud, educación e infraestructura y
a la vez daría a los países industriales que enfrentan
presiones presupuestarias la oportunidad de cum-
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Ayuda para el siglo X XI
INFORME SOBRE DESARROLLO HUMANO 2005 107
plir el compromiso con los ODM sin comprometer
su estabilidad  scal (Recuadro 3.7).
Otras propuestas consideran la recaudación de
mayores recursos mediante la introducción de me-
canismos internacionales de tributación
41
. En la
práctica, un impuesto internacional tendría que ser
implementado por los gobiernos nacionales en su
calidad de único cuerpo soberano con poder recau-
dador de ingresos. Esta iniciativa enfrenta oposición
especialmente de parte de los Estados Unidos, mien-
tras que el mayor apoyo proviene de la Unión Euro-
pea. Varios gobiernos están estudiando las implican-
cias de un impuesto internacional sobre el petróleo
para la aviación. Aun en su nivel más bajo, un im-
puesto de este tipo podría recaudar entre US$9.000
millones y US$10.000 millones anuales
42
. Otra
propuesta centrada en la misma industria consiste
en la introducción de impuestos de tasa uniforme
sobre los pasajes aéreos, cuya recaudación estaría
destinada exclusivamente al gasto en VIH/SIDA.
Esta propuesta ya ha sido respaldada por un país del
G-7 (Francia), y cuenta con el apoyo de otros dos
(Alemania y el Reino Unido) y de varios países en
desarrollo (entre otros, Brasil). Estos países y otros
más en principio llegaron al acuerdo de adoptar
un impuesto nacional sobre los pasajes aéreos para
n a n c i a r e l g a s t o en desarrollo. Otros países son
partidarios de un impuesto a las transacciones de
monedas. De hecho, Bélgica ya aprobó una ley para
asegurar que se apruebe un impuesto monetario. Va-
rios otros países, entre ellos Finlandia y Noruega,
han estudiado la utilización de impuestos sobre el
carbono como nuevo mecanismo de  nanciación.
Los defensores del uso de impuestos interna-
cionales para movilizar dinero para el desarrollo
argumentan que los bene cios del enfoque no sólo
serían importantes para los ODM, sino incluso más
allá. Tales impuestos, prosigue este planteamiento,
tienen el potencial de combinar la  nanciación de
bienes públicos con la reducción de la pobreza. El
Grupo de Trabajo sobre nuevos aportes  nancieros
internacionales del gobierno francés, el cual en-
tregó un informe en 2004, a rma que el  ujo de
recursos impositivos cumpliría la doble función de
proveer un  ujo previsible de recursos y, a la vez,
complementaría los mecanismos relacionados con
los mercados privados de capital, como el IFF. El
argumento, en este caso, es que el ingreso generado
podría cubrir el dé cit que quedará cuando los  u-
jos del IFF comiencen a disminuir una vez que se
reembolsen los bonos.
¿Es posible absorber más ayuda?
Embarcarse en una gran expansn de la ayuda sólo
será fructífero si los países en desarrollo son capaces
de usar con e cacia esta mayor cantidad de  ujos.
Quienes se oponen a una rápida ampliación de la
ayuda sostienen que estos países carecen de la capa-
cidad de absorberla, vale decir, que los aumentos
a gran escala en las transferencias abrumarán su
capacidad de utilizar la ayuda con e cacia, lo que
creará distorsiones y minará las perspectivas de cre-
cimiento. En verdad, la mayoría de los problemas
son fácilmente solucionables mediante una combi-
nación de prudencia en materia de políticas nacio-
nales y mejores prácticas de parte de los donantes.
Ninguna de las objeciones debilita los argumentos a
favor del aumento paulatino de la ayuda para acele-
rar el avance en la consecución de los ODM.
Entre las preocupaciones de los “pesimistas de
la ayuda” surgen varios temas recurrentes, uno de
los cuales es que los países que carecen de la infra-
estructura social y económica —caminos, enferme-
ras, maestros, entre otros— no están en condiciones
de aprovechar mayores bene cios en términos de
ayuda y que pronto comenzará a hacerse evidente
la disminución del rendimiento en crecimiento y
desarrollo humano. Otro tema es que la ayuda trae
consigo distorsiones propias. Según este plantea-
miento, la dependencia de la ayuda puede socavar
los incentivos de los gobiernos para poner en mar-
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Ayuda para el siglo X XI
108 INFORME SOBRE DESARROLLO HUMANO 2005
cha sistemas nacionales de recaudación de rentas,
lo que debilitael desarrollo de instituciones res-
ponsables. Los pesimistas también plantean temas
macroeconómicos. La entrada de divisas a gran es-
cala puede elevar el tipo de cambio, lo que restaa
competitividad a las exportaciones, incentivaría las
importaciones y crearía problemas en la balanza de
pagos. Este problema se conoce como el mal holan-
dés, tras la experiencia de los Países Bajos durante
los años sesenta cuando una repentina entrada de
riqueza como consecuencia del descubrimiento de
gas en el Mar Negro disparó el  orín, lo que inmovi-
lizó a los exportadores de manufacturas y aumentó
la in ación
43
.
Si bien cada una de estas preocupaciones plan-
tea temas importantes, es posible que se exageren
las limitaciones en relación con la capacidad de ab-
sorber ayuda y lo mismo puede decirse respecto del
grado de dependencia. África Subsahariana es la re-
gión del mundo que más depende de la ayuda. En 23
países de África, la ayuda bilateral representa más
del 10% de INB y en Mozambique supera incluso el
60%. Pero el promedio regional de 6,2% es inferior
al nivel de comienzo de los años noventa.
Hay escasas pruebas concluyentes que respalden
la a rmación de que los países pobres son incapaces
de usar e cazmente mayor volumen de ayuda. Las
circunstancias especí cas varían, pero los niveles de
dependencia de la ayuda son un indicador imper-
fecto de la capacidad de los países de poner la asis-
tencia para el desarrollo al servicio de la reducción de
la pobreza. Cuando hay problemas de capacidad de
absorción, la respuesta correcta es invertir en cons-
trucción de capacidades, junto con aplicar medidas
orientadas a reducir los costos de transacción.
¿Rendimientos decrecientes?
En teoría, en algún momento el rendimiento de la
ayuda debe empezar a disminuir, de manera que —
incluso con buena gestión— el bene cio marginal
disminuirá a medida que la ayuda aumenta. Investi-
gaciones realizadas por el Centro para el Desarrollo
Mundial en distintos países para el período 1993-
2001 indican que en promedio, la ayuda genera
retornos positivos al crecimiento hasta que alcanza
el 16% o el 18% del INB
44
. Según otros estudios la
cifra es de 20% a 25%. Sin embargo, los datos de
las investigaciones realizadas en diferentes países
en torno al desempeño histórico son una guía poco
con able sobre los resultados futuros. En la medida
en que mejora la calidad de la ayuda, la gobernabili-
dad y las políticas económicas, es dable esperar que
los bene cios de la ayuda aumenten. Además, sea
cual sea el umbral promedio de la disminución del
rendimiento, algunos países son capaces de absor-
ber e cazmente ayuda más alde ese umbral. Por
ejemplo, Mozambique es uno de los países africanos
que registra el mejor desempeño en materia de creci-
miento y a la vez uno de los países más dependientes
de ayuda del mundo.
En todo caso, muchos países con relaciones
ayuda/INB entre 10% y 15%, incluidos Bangla-
desh, Camboya, Tanzaa y Uganda, enfrentan
una brecha de  nanciación para cumplir los ODM.
Detalladas investigaciones a nivel de país realiza-
das por el Banco Mundial sugieren que los países
de ingresos bajos podrían utilizar de manera muy
productiva US$30.000 millones más de ayuda,
cifra conservadora que no considera la envergadura
de la inversión en infraestructura
45
. Además, conce-
bir la dependencia en función de la relación ayuda/
INB es una visión limitada. Por ejemplo, Etiopía
presenta relaciones relativamente altas al respecto
(19%), pero recibe US$19 per cápita en ayuda si se
compara con el promedio de US$28 de África Sub-
sahariana y de US$35 en el caso de Tanzanía.
El efecto en los ingresos
El rápido aumento de la ayuda incrementará la
proporción del presupuesto nacional  nanciado
mediante asistencia para el desarrollo. Un peligro
evidente es la institucionalización de la dependen-
cia de la ayuda, lo que aumenta la vulnerabilidad
del presupuesto ante la volatilidad de los  ujos de
ayuda y los cambios en las prioridades de los donan-
tes
46
. Algunos críticos sostienen que grandes entra-
das de ayuda reducen los incentivos de los gobier-
nos por movilizar impuestos nacionales y minan
la formación de una base sostenible de ingresos; la
información proveniente de algunos países respalda
esta preocupación. Por ejemplo, Uganda no ha sido
capaz de aumentar su relación impuestos-PIB relati-
vamente baja a pesar de altos niveles de crecimiento.
Sin embargo, ejemplos de sentido opuesto apuntan
a que no se trata de un resultado inevitable. Etiopía
ha aumentado su relación impuestos nacionales-
PIB de 11% a 15% desde 1998, incluso cuando las
entradas de ayuda se multiplicaron por tres.
Hay escasas pruebas
concluyentes que respalden
la afi rmación de que los
países pobres son incapaces
de usar efi cazmente mayor
volumen de ayuda
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Ayuda para el siglo X XI
INFORME SOBRE DESARROLLO HUMANO 2005 109
‘El mal holandés’ y su cura
‘El mal holandés’ es una amenaza que hay que tomar
en serio. Una acelerada alza del tipo de cambio ten-
dría consecuencias devastadoras para África, lo que
di cultaría la expansión de los pequeños agricultores
y fabricantes y la diversi cación de las exportaciones,
situación que desencadenaría la amenaza del fan-
tasma de otra marginalización del mercado mundial.
En la práctica, estos problemas pueden evitarse.
Los problemass graves surgen cuando los
ujos de ayuda  nancian un auge del consumo. Si
la producción se mantiene constante y la demanda
aumenta, la in ación y el alza de los precios de los
bienes no comercializados son fenómenos inevita-
bles. No obstante, si la ayuda se dirige hacia áreas
como la infraestructura, la producción agrícola y las
inversiones en la construcción de capital humano,
la respuesta por el lado de la oferta puede servir de
antídoto para el mal holandés
47
. El aumento de la
productividad puede compensar las presiones in a-
cionarias y mantener la competitividad de las expor-
taciones. Esto ayuda a explicar por qué países como
Etiopía, Mozambique y Tanzanía han sido capaces
de absorber cantidades crecientes de ayuda sin su-
frir efectos in acionarios a gran escala.
Los gobiernos también pueden in uir en los
efectos de la ayuda sobre el tipo de cambio deci-
diendo si usar los ujos de ayuda para incrementar
el consumo,  nanciar importaciones o acumular re-
servas de divisas
48
. Las pruebas provenientes de paí-
ses especí cos con rman que las grandes entradas
de ayuda no causan inevitablemente efectos del tipo
del mal holandés. En Ghana, la ayuda neta aumentó
de 3% del PIB a mediados de los años noventa a
más de 7% en 2001-2003. Sin embargo, el tipo de
cambio real cambió en menos de 1% durante el se-
gundo período
49
. En Etiopía, la ayuda se duplicó a
22% del ingreso nacional desde 1998 y aquí tam-
bién el tipo de cambio real permaneció estable
50
. En
ambos casos, la competitividad de las exportaciones
se mantuvo gracias a una gestión prudente de las re-
servas. Por ejemplo, Ghana manejó un repunte de la
ayuda en 2001 sin aumentar la oferta de dinero en el
país sino que vendiendo en mercados de divisas con
el propósito de estabilizar la moneda luego de una
crisis en los términos de intercambio.
Uso efi ciente de la ayuda
Si bien es probable que un rápido aumento de la
ayuda ocasione resultados subóptimos, es impor-
tante tener presente que la capacidad de absorción
es un proceso dinámico, no un ente rígido. La esca-
sez de maestros o personal de salud, el deterioro de
la infraestructura de transporte y la debilidad de
las instituciones pueden impedir el uso e caz de la
ayuda. Las instituciones gubernamentales pueden
fortalecerse mediante la construcción de capacida-
des; los maestros, el personal de salud y los ingenie-
ros se pueden capacitar y la infraestructura puede
desarrollarse. El desafío crucial es programar la
secuencia de estas inversiones sobre la base de estra-
tegias nacionales coordinadas. Es por ello que la
plani cación de los ODM debe ser una pieza cen-
tral de la estructura del gasto público y los donantes
necesitan comprometerse con la entrega de apoyo
plurianual previsible.
La plani cación de los
ODM debe ser una pieza
central de la estructura
del gasto público
Proveer mayor cantidad de ayuda es una condición
necesaria para acelerar el avance hacia el cumpli-
miento de los ODM. Sin ella, las metas para 2015
no se cumplin por un amplio margen. Pero un
simple aumento del presupuesto sin reformar los
hábitos improductivos de los donantes hará dismi-
nuir el rendimiento. Crear condiciones para que
la ayuda sea más e ciente signi ca lograr mayor
previsibilidad, reducir la excesiva condicionalidad,
aumentar la armonización entre donantes, terminar
con la ayuda vinculada y proveer más ayuda a modo
de apoyo a programas que se ejecutan a través del
presupuesto  scal.
Debilidades en la calidad y efi ciencia de la ayuda
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Ayuda para el siglo X XI
110 INFORME SOBRE DESARROLLO HUMANO 2005
Figura 3.12
Fuente: Calculado a partir de datos sobre volúmenes
de AOD e INB de OCDE/CAD 2005f.
La volatilidad de
la ayuda en
funcionamiento
Corrientes de AOD
Cambio del año anterior (% del INB)
Honduras
–6
–4
–2
0
2
4
Tanzanía
–4
–2
0
2
Zambia
–6
–4
–2
0
2
4
1990 1995 2000 2004
Ghana
–2
0
2
La ayuda es imprevisible y volátil
La plani cación e caz de la reducción de la pobreza
en países de ingresos bajos requiere  ujos de ayuda
que sean estables y previsibles. La adopción de
los Documentos de Estrategia de Reducción de
la Pobreza en 1999 buscaba proveer un marco de
apoyo basado en planes nacionales para así lograr
mayor estabilidad y previsibilidad en los  ujos. Des-
afortunadamente, este anhelo no se ha cumplido.
Contar con  ujos de ayuda previsibles es par-
ticularmente crítico en los países de ingresos bajos
donde el ujo es grande en comparación con los
ingresos y el presupuesto  scal. En Burkina Faso,
más del 40% del gasto presupuestario se  nancia
gracias a la asistencia para el desarrollo. Cambios
imprevistos en los  ujos de ayuda pueden minar la
gestión presupuestaria y constituyen una amenaza
para la provisión e caz de servicios esenciales, pues
interrumpen la inversión requerida para abastecer
escuelas y centros de salud y para pagar a los maes-
tros y a los trabajadores de la salud, además de crear
problemas en la balanza de pagos.
Una investigación de varios países muestra que
la ayuda es mucho más volátil que el INB o el in-
greso scal: en promedio, 40 veces más volátil que
el ingreso
51
. El estudio del FMI que compara la
ayuda durante 1985-1988 y 2000-2003, muestra
que la diferencia entre la volatilidad de la ayuda y el
ingreso scal ha aumentado, lo que sugiere que los
Documentos de Estrategia de Reducción de la Po-
breza han hecho poco por cambiar las prácticas en
este ámbito
52
. Según la variación de la tendencia, la
volatilidad de la ayuda se ha duplicado desde 2000
y en algunos países, la variación anual es conside-
rable (Figura 3.12). Resulta particularmente pre-
ocupante el hecho que los países dependientes de
la ayuda son más vulnerables a la volatilidad de la
ayuda y la ayuda presenta una volatilidad especial-
mente elevada en estas naciones. La volatilidad de la
ayuda en los estados vulnerables duplica el prome-
dio de los países de ingresos bajos.
La volatilidad podría no ser un problema tan
grave si los receptores de la ayuda supieran que los
compromisos de los donantes se traducirán en  ujos
 n a n c i e r o s reales. En efecto, las promesas de los do-
nantes son sólo una guía parcial de lo que realmente
se termina entregando. Los compromisos pueden
desembolsarse a lo largo de varios años, puede haber
lagunas entre las promesas y las entregas se pueden
extender durante varios ciclos presupuestarios. Pero
ese carácter tan imprevisible puede de todos modos
impedir la plani cación scal. Las decisiones en
cuanto a emprender inversiones, por ejemplo, en
salud o educación, generan compromisos  scales
para los siguientes años. En el peor de los casos, la
imprevisibilidad puede dar lugar a  nanciación in-
termitente a medida que los gobiernos se ajustan al
cumplimiento o no cumplimento de las promesas
de ayuda.
La brecha entre compromisos y desembolsos
puede entenderse como una “crisis de la ayuda” a
la que deben ajustarse las  nanzas públicas. Medir
la envergadura de esta crisis no es fácil, puesto que
a veces la información que entregan los donantes
sobre los gastos reales es incompleta. Usando el sis-
tema de presentación de informes del Comité de
Asistencia para el Desarrollo de la OCDE para los
ujos bilaterales y multilaterales del período 2001
a 2003, analizamos las diferencias entre compromi-
sos y desembolsos de ayuda de 129 países. Los resul-
tados son sorprendentes. En 47 países, los desem-
bolsos fueron inferiores a los compromisos en hasta
un 1% del INB durante uno de los tres años. En
35 de estos países, el cit fue de hasta 2% o más
del INB. Por ejemplo, en 2001, las crisis de la ayuda
de Burkina Faso y Ghana llegaron hasta el 4% de
INB. Los pses ricos tendrían grandes problemas
para ajustar sus presupuestos a  uctuaciones de esta
envergadura. En el caso de Burkina Faso y Ghana, el
dé cit ascendió a aproximadamente la quinta parte
de todo el ingreso  scal.
Para los países muy dependientes de la ayuda,
el dé cit en los ujos puede tener un impacto par-
ticularmente dañino en sectores sociales clave. En
Zambia, más de 40% del presupuesto de educación
se  nancia mediante ayuda y durante el período
2000 a 2002, los desembolsos de los donantes as-
cendieron sistemáticamente a menos de la mitad de
las promesas realizadas al inicio del año presupues-
tario. En Senegal, los donantes  n a n c i a n l a tercera
parte del total del gasto público en el sector salud
y los desembolsos para el período 1998-2002 fue-
ron inferiores, en promedio, en 45% respecto de los
compromisos asumidos. En este caso, la lentitud y
la fragmentación de los desembolsos pusieron en
aprietos la  nanciación de las campañas nacionales
de vacunación
53
.
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Ayuda para el siglo X XI
INFORME SOBRE DESARROLLO HUMANO 2005 111
La volatilidad e imprevisibilidad de la ayuda
podría explicarse en parte si fueran el resultado de
una respuesta de los donantes ante crisis económicas
en los países receptores. Al de nir una crisis como
una baja en los precios de al menos 10% de un año a
otro, el FMI estima que los países de ingresos bajos
sufren una crisis de este tipo, en promedio, una vez
cada tres años. Estas crisis afectan de manera des-
proporcionada a los países pobres pues reducen su
crecimiento económico y sus ingresos  scales, pero
además, afectan desproporcionadamente a los po-
bres de estos países, por ejemplo, destruyendo el
sustento de los pequeños campesinos. Sin embargo,
no existen pruebas de que la ayuda compense crisis
económicas de esa naturaleza. Por ejemplo, durante
1975-2003, sólo uno de cinco países afectados por
crisis debido a un PIB negativo de 5% o más recibió
más ayuda
54
.
Los países pueden responder al dé cit y a la incer-
tidumbre de la ayuda de diversas maneras, pero todas
tienen consecuencias adversas para la nanciación de
los ODM. Pueden reducir el gasto gubernamental
con consecuencias negativas para el crecimiento eco-
nómico y la inversión social; pueden también man-
tener el gasto endeudándose y aumentando el dé cit
scal, alternativas que repercuten negativamente en
la in ación y la condicionalidad del FMI; y también
pueden utilizar la ayuda para construir reservas en
efectivo anticipando futuras crisis de ingreso, vía que
implica menores niveles de gasto público
55
. Ninguna
de estas respuestas contribuye a la plani cación a
largo plazo en pro de la reducción de la pobreza.
La poca con abilidad de los ujos explica en
parte por qué la ayuda no ha logrado todo su po-
tencial. Para los gobiernos resulta difícil desarrollar
sistemas de ingresos y gestión  nanciera estables o
poner en marcha inversiones a largo plazo en infra-
estructura y acceso a servicios esenciales con tan
poco control sobre un componente importante de
la  nanciación nacional. Una de las maneras más
e caces de mejorar la capacidad de absorción sería
enfrentar seriamente este problema de la imprevisi-
bilidad de los  ujos de ayuda.
Condicionalidad y sentido
de pertenencia nacional
Aunque todos los donantes destacan las virtudes
que tiene el “sentido de pertenencia nacional” o el
darle a los receptores más control sobre el modo en
que se gasta la ayuda, la mayoría vincula la ayuda
a condiciones estrictas. El sentido de pertenencia
nacional se considera un requisito para el uso e caz
de la ayuda, mientras la condicionalidad representa
un mecanismo que permite in uir para generar
cambios en las políticas públicas. En muchos casos,
los dos objetivos apuntan en direcciones opuestas,
lo que se traduce en que la condicionalidad socava el
sentido de pertenencia nacional y acentúa el carác-
ter imprevisible y volátil de la ayuda. Una de las
razones que explican por qué el compromiso de los
donantes con el sentido de pertenencia nacional no
ha logrado mejorar la previsibilidad de la ayuda es
que aún no se ha puesto en marcha.
Desde  nes de los años noventa, se han produ-
cido importantes cambios en la gestión de la con-
dicionalidad. La elaboración de los Documentos
de Estrategia de Reducción de la Pobreza llevada
a cabo por los gobiernos nacionales ha creado un
marco de cooperación. Paralelamente, los donantes
han simpli cado las condiciones. Por ejemplo, en
los préstamos otorgados por la Asociación Interna-
cional de Fomento (AIF), que contenían unas 30
condiciones promedio a mediados de los años no-
venta, en 2003 habían disminuido a 15
56
. Las con-
diciones de los préstamos del FMI en el marco del
Servicio para el crecimiento y la reducción de la po-
breza han disminuido a un promedio de 13. No obs-
tante, existen grandes variaciones de un país a otro y
el análisis reciente de los programas del FMI sugiere
que el número promedio de condiciones estructura-
les podrían estar aumentando nuevamente.
Algunos de los cambios han generado resulta-
dos sustantivos, pero gran parte de lo que parece ser
una “simpli cación” de las condiciones constituye
en realidad un nuevo “envase” o bien el traspaso
a otros donantes de la responsabilidad de hacerlas
cumplir
57
. La ayuda sigue llegando con una can-
tidad enorme de ataduras. Las condiciones de los
préstamos ligados a los programas del Servicio para
el crecimiento y la reducción de la pobreza siguen
imponiendo metas presupuestarias precisas e inclu-
yen una cantidad considerable de metas relaciona-
das con la gestión económica general. Hacer trato
con el Banco Mundial requiere cumplir las metas
estipuladas en las estrategias de asistencia al país,
los Créditos de Apoyo a la Reducción de la Pobreza
y otros acuerdos de préstamo. Algunos donantes
La poca con abilidad de
los fl ujos explica en parte
por qué la ayuda no ha
logrado todo su potencial
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Ayuda para el siglo X XI
112 INFORME SOBRE DESARROLLO HUMANO 2005
bilaterales y el Banco Mundial han comenzado a
adoptar condiciones para los préstamos con  nes
estructurales ya desechadas por el FMI
58
. Mientras
tanto, los países que buscan alivio de la carga de la
deuda en el marco de la Iniciativa para los PPME
deben cumplir una serie de otras metas relacionadas
con el gasto y la gestión económica.
Desde la perspectiva de los receptores de la
ayuda, aún la más reducida de las condicionalidades
tiene el aspecto de una larga lista de supermercado.
Consideremos el caso de Benin. En el marco de su
Servicio para el crecimiento y la reducción de la po-
breza, este país debe presentar ante el FMI informes
trimestrales respecto del gasto en salud y educación,
detalles de los costos salariales en el sectorblico y
el cronograma de privatización del banco estatal. La
lista (no detallada) de requerimientos para activar
el Crédito de Apoyo a la Reducción de la Pobreza
del Banco Mundial incluye el progreso acelerado
en la privatización del algodón, avances tangibles
en la privatización de otras empresas públicas, in-
cluida la creación de “marcos reglamentarios sólidos
en los sectores liberalizados”, la elaboración de una
“estrategia coherente” para el desarrollo del sector
privado y una lista detallada de resultados cuantita-
tivos en salud, educación y agua. En total, la matriz
de políticas incluye más de 90 medidas que requie-
ren seguimiento. Mientras tanto, para cumplir los
requisitos y postular al alivio de la carga de la deuda,
a Benin se le exigió cumplir metas relacionadas con
la privatización de un organismo de comercializa-
ción del sector algodonero
59
.
Dejando de lado los méritos de prescripciones
tan especí cas en materia de políticas, la mera escala,
el alcance y la naturaleza interdependiente de la con-
dicionalidad disminuye inevitablemente el sentido
de pertenencia nacional y aumenta el riesgo de la in-
terrupción de la ayuda por incumplimiento. Sólo la
cuarta parte de los programas del FMI se completan
sin interrupción, hecho que ayuda a explicar tanto la
volatilidad como la incertidumbre de la ayuda
60
.
Ahora bien, cierto nivel de condicionalidad re-
sulta inevitable y es conveniente. Los receptores de
la ayuda deben informar, sobre todo a sus ciudada-
nos, sobre el gasto público y las prioridades presu-
puestarias. Un mecanismo para lograr transparen-
cia son las estrategias de desarrollo nacionales que
exponen objetivos claros de reducción de la pobreza
y que están vinculadas con planes de  nanciación
de mediano plazo. El escrutinio y la auditoría e -
ciente de los presupuestos por parte del poder legis-
lativo también es crucial. El problema con el enfo-
que actual es la mezcla de macrocondicionalidad y
microgestión. La condicionalidad de los préstamos
sigue reforzando relaciones de poder desiguales que
limitan el verdadero avance hacia el sentido de per-
tenencia nacional.
Demasiados donantes y
coordinación insufi ciente
Los problemas de capacidad que resultan de la exce-
siva condicionalidad son exacerbados por la falta de
coordinación en la labor de la comunidad de donan-
tes. Con demasiada frecuencia, los departamentos
gubernamentales de los pses receptores de la ayuda
(sometidos a restricciones estrictas) deben lidiar
con una gran cantidad de donantes mal coordina-
dos —muchos de los cuales operan programas que
se superponen entre sí— que no están dispuestos a
trabajar a través de las estructuras gubernamentales.
Los altos costos de transacción que se derivan de
este tipo de funcionamiento disminuyen la e cacia
de la ayuda y debilitan la capacidad.
Cuando se implementó el Plan Marshall en
Europa, un donante único interactuaba con países
con sólidas capacidades  nancieras, judiciales y de
gestión pública y una gran reserva de trabajadores,
empresarios y gerentes cali cados. El éxito en ma-
teria de ayuda que ha vivido la República de Corea
y la Provincia China de Taiwán obedeció a un mo-
delo similar, que consistía en que un donante pre-
dominante interactuaba con estructuras guberna-
mentales estables. Hoy corren otros tiempos en las
relaciones en torno a la ayuda. De los 23 miembros
del Comité de Asistencia para el Desarrollo de la
OCDE, sólo cinco otorgan ayuda a menos de 100
países.
La otra cara de la moneda es que los receptores
de la ayuda deben tratar con múltiples donantes.
En 2002, la cantidad promedio de donantes o -
ciales que operaban en los pses receptores era de
23, aunque un típico país de África Subsahariana
trata con más de 30 donantes (y varias docenas de
organizaciones no gubernamentales)
61
. En 2003, el
gobierno etiope recibió ayuda de 37 donantes. Cada
donante puede estar operando docenas de proyectos
que brindan apoyo a una variedad de estrategias sec-
La condicionalidad de
los préstamos sigue
reforzando relaciones
de poder desiguales
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Ayuda para el siglo X XI
INFORME SOBRE DESARROLLO HUMANO 2005 113
toriales. Tanzaa tiene 650 proyectos  nanciados
por donantes que se manejan ya sea a través de los
ministerios nacionales o el gobierno local
62
.
Cumplir con los requisitos de los donantes en
cuanto a presentación de informes, consultas y eva-
luaciones impone una pesada carga al recurso más
escaso en los ministerios de los países en desarro-
llo: personal cali cado. Los programas de ayuda
en un típico país de África Subsahariana generarán
demandas de miles de informes destinados a múl-
tiples organismos supervisores, con cientos de mi-
siones visitantes para controlar, evaluar y auditar
el desempeño. A los ministerios sectoriales se les
exige a veces que no sólo produzcan informes de-
partamentales, sino también docenas de informes
sobre proyectos especí cos.
La duplicacn de esfuerzos es otro problema
más. Para cumplir con las obligaciones legales en re-
lación con sus accionistas, el FMI y el Banco Mun-
dial realizan grandes revisiones anuales de la gestión
de los presupuestos, de los sistemas de  nanzas pú-
blicas y del gasto público. Los gobiernos deben en-
tregar cuentas auditadas según estándares interna-
cionales. Aún así, los donantes como Italia, Japón,
los EE.UU. y la Unión Europea, exigen informes
individuales para el cumplimiento de cada uno de
sus propios requisitos, acuerdo que obliga a incurrir
en grandes e innecesarios costos de transacción. El
trabajo analítico genera otra capa más de duplica-
ción del trabajo. Los donantes realizan estudios de
pobreza, revisiones del gasto público y de las políti-
cas  scales, evaluaciones de las políticas económicas
y análisis  duciarios superpuestos y muchas veces
no están conscientes de que otros donantes ya reali-
zaron estudios sobre estos mismos temas o bien no
los quieren utilizar. En un caso citado por el Banco
Mundial, cinco donantes en Bolivia que auspicia-
ban una misma encuesta sobre pobreza exigieron,
cada uno, un informe técnico y  nanciero distinto,
lo que obligó al funcionario de gobierno a cargo del
proyecto a dedicarle más tiempo al informe que a la
propia encuesta
63
.
La carga que imponen las demandas de parte de
los donantes supera a los sistemas gubernamentales.
Las demandas que resultan de acciones mal coordi-
nadas por parte de los donantes generan enormes
costos de transacción. Considere el siguiente co-
mentario de Ashraf Ghani, Ministro de Finanzas
de Afganistán entre 2002 y 2004:
“Como Ministro de Finanzas, inertí más de
60% de mi tiempo en tratar con donantes, lo que
incluye entrevistas con las misiones visitantes y
representantes para reiterar cuáles eran las políti-
cas de gobierno, recaudar fondos…y así poder cu-
brir los costos recurrentes del gobierno, abogar por
el apoyo a los programas liderados por el gobierno
y canalizados a través de los sistemas de  nancia-
ción, contabilidad y adquisición del gobierno y
discutir y negociar proyectos… tiempo que podría
haber destinado a aumentar el ingreso nacional
y a administrar la reforma interna”.
El caso de Zambia pone en evidencia algunos de los
problemas más generales asociados con la coordina-
ción de los programas con sentido de pertenencia
nacional. El apoyo brindado al sector educación,
el que solía canalizarse a través de un programa de
inversión de cuatro años, hoy se entrega a través de
un enfoque sectorial y contempla un compromiso
de ayuda de US$87 millones para 2004. Siendo al
menos 20 los donantes que prestan apoyo a la edu-
cación, se aplica una prima por coordinacn e caz.
Así y todo, el desempeño ha sido dispar. El gobierno
de Zambia ha abogado para que el apoyo se preste
a través de fondos comunes y se destine al presu-
puesto general de educación, el cual ahora asciende a
aproximadamente la mitad del apoyo. No obstante,
otro tercio del aporte se asigna por medio de fondos
destinados a propósitos estipulados por los donantes
y el saldo se asigna a proyectos especí cos. En total,
existen 20 líneas de  nanciación de donantes para
cantidades que  uctúan entre los US$12 millones y
los US$400 millones, y cada una requiere un informe
diferente. Ha habido muy poca discusión respecto
de cómo se podría disminuir la cantidad de donan-
tes sin mermar la cantidad de nanciación. Entre-
tanto, varios donantes clave que han establecido un
fondo común de recursos aún deben participar en
una misión conjunta. Los funcionarios ministeriales
superiores siguen mencionando la extensión y la fre-
cuencia de los informes como un problema. Si bien las
nuevas misiones conjuntas están reduciendo los cos-
tos de transacción para los donantes, siguen acapa-
rando el tiempo del personal principal de los países en
desarrollo durante dos a tres semanas seguidas, lo que
resta energías a la gestión e caz de los programas
64
.
Zambia constituye una muestra de problemas
más generales que se relacionan con la armonización
Las demandas que
resultan de acciones mal
coordinadas por parte de los
donantes generan enormes
costos de transacción
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Ayuda para el siglo X XI
114 INFORME SOBRE DESARROLLO HUMANO 2005
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!USTRALIA
%STADOS5NIDOS
0AÓSES"AJOS
0ORTUGAL
%SPA×A
3UECIA
3UIZA
en países considerados como carentes de sistemas de
administracn pública estables. Algunos donantes
no están dispuestos a considerar acuerdos de fondo
común, en parte debido a las preocupaciones que les
suscita la responsabilidad  duciaria. Otros sí han
aceptado mancomunar algunos fondos, aunque con
grandes condiciones en materia de presentación de
informes. La renuencia de los donantes a armoni-
zar es particularmente marcada en los países donde
existe la impresión de que los gobiernos no han lo-
grado diseñar estrategias e caces al respecto. Así,
mientras Senegal es uno de los 13 países que parti-
cipan en un sistema piloto de la OCDE que busca
acelerar la armonización, existe poca coordinación
e caz incluso en sectores que cuentan con enfoque
sectoriales (como la salud).
Existen esfuerzos serios en marcha destinados
a reducir los costos de transacción. En marzo de
2005, los donantes del Comité de Asistencia para
el Desarrollo de la OCDE  rmaron la Declaración
de París sobre la E cacia de la Ayuda, la cual con-
templa medidas que buscan reducir tales costos.
En Etiopía, Ghana, Tanzanía y Uganda se están
poniendo en marcha programas piloto que buscan
fortalecer la armonización y la coordinación. Algu-
nos costos de transacción han disminuido, aunque
los avances no han sido parejos. Los funcionarios
gubernamentales de Uganda siguen mencionando
este tipo de costos como un problema importante,
situación que resulta bastante comprensible si se
considera que este país debe atender un promedio
de tres misiones (algunas de hasta 35 personas) sólo
para el programa del crédito de apoyo a la reducción
de la pobreza del Banco Mundial. En otros lugares,
la armonización ha prometido más de lo que ha po-
dido lograr. Sen lo informado, en 2002 Senegal
recibió más de 50 misiones del Banco Mundial, casi
una por semana. En 2003, Zambia recibió 120 mi-
siones de donantes, sin contar las del Banco Mun-
dial y las del FMI. De éstas, sólo 12 fueron misiones
conjuntas y ninguna contó con la participación de
la Unión Europea o de las Naciones Unidas
65
.
Los donantes también intentan reducir algunos
costos de transacción por medio de iniciativas mul-
tilaterales que contemplen mayor especialización y
cooperación. Mecanismos como el Fondo Mundial
de Lucha contra el SIDA, la Tuberculosis y la Ma-
laria y la Iniciativa de vía expedita (fast track) de
Educación permiten a los donantes unir recursos,
entregar ayuda y dejar la presentación de informes
en manos de una sola entidad. En los últimos años,
varios donantes, entre ellos Dinamarca, Noruega,
los Países Bajos, el Reino Unido y Suecia, han anun-
ciado intenciones de simpli car los programas de
ayuda en torno a un grupo más pequeños de recep-
tores. En teoría, esto abre posibilidades de mayor
especialización y cooperacn, pero en la práctica,
las listas de primeras prioridades de cada donante
tienden a concentrase en los mismos grupos de re-
ceptores, lo que aumenta el riesgo de ampliar la bre-
cha entre “preferidos” y “huérfanos” de los donan-
tes. Un ejemplo de armonización a través de mayor
especialización son Noruega y Suecia, quienes están
ejecutando un plan en Etiopía conforme al cual Sue-
cia canalizará  nanciación para la salud a través de
Noruega y este último país encauzará la ayuda para
educación a través de Suecia. Sin embargo, acuerdos
de ese tipo son la excepción más que la regla.
Si nos guiamos por la experiencia a la fecha,
será difícil ejecutar una agenda que mejore la coor-
dinación. El argumento que apela a la e cacia para
promover mayor especialización y armonización
está claro, pero a la vez, avanzar en esa dirección re-
querirá que los donantes compartan el control de
los recursos y acepten el uso de sistemas de presen-
tación de informes gestionados por otros, medida
que implica cambios enormes en la gestión de los
programas de ayuda.
Transferencias inefi cientes de
recursos: la ayuda condicionada
Cuando se trata de  nanciar la reducción de la
pobreza, cada dólar no vale lo mismo. Mucho de lo
que se declara como ayuda vuelve a los países ricos,
en parte como subsidios que bene cian a grandes
empresas. Posiblemente, la práctica de “atar” las
transferencias  nancieras a la adquisición de servi-
cios y bienes en los países donantes es la forma más
notoria de arruinar subrepticiamente la e cacia de
la ayuda.
Los países receptores pierden de diversos modos
por este tipo de ayuda condicionada. La ausencia
de licitaciones en el mercado abierto signi ca que
a los países receptores se les niega la oportunidad
de adquirir los mismos bienes y servicios en otra
parte a un precio menor. La medida puede, además,
ocasionar la transferencia de destrezas y tecnologías
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Ayuda para el siglo X XI
INFORME SOBRE DESARROLLO HUMANO 2005 115
inadecuadas. Las comparaciones de precios han en-
contrado que la ayuda condicionada reduce el valor
de la asistencia entre 11% y 30% y que la asistencia
alimentaria condicionada es en promedio 40% más
cara que la que se podría conseguir en transacciones
de mercado abiertas
66
.
Se desconoce el alcance total de la ayuda con-
dicionada debido a que los donantes presentan in-
formes poco claros o incompletos. Las políticas de
adquisición con frecuencia son poco transparentes
y presentan sesgos a favor de los contratistas de los
países donantes. Dos donantes del G-7, Italia y los
EE.UU., no informan completamente a la OCDE
cuánto de la ayuda que proveen es condicionada.
Otros la informan de manera incompleta. La
OCDE no exige informar las condiciones impuestas
a la asistencia técnica, gran parte de cual está ligada
a prestadores provenientes de los países donantes.
El resultado es que se desconoce el nivel de la ayuda
condicionada de entre la tercera parte y la mitad de
la ayuda que se provee a los países de ingresos bajos.
La vinculación de la ayuda es un ámbito en el cual
sería útil que los donantes aplicaran el mismo prin-
cipio de apertura y rendición de cuentas que exigen
de los gobiernos receptores. Los contribuyentes de
los países donantes tienen derecho a saber qué parte
de la ayuda que  nancian se destina a  nes que no
son de desarrollo, mientras que los ciudadanos de
los países receptores también deben saber cuánto
pierden a causa de la condicionalidad.
Si bien se desconoce la cantidad precisa de ayuda
condicionada, los donantes claramente varían en el
grado en que vinculan su ayuda (Figura 3.13). De
acuerdo a los informes de la OCDE sobre ayuda
condicionada a los países menos desarrollados, los
Estados Unidos encabezan la lista, seguidos de cerca
por Italia
67
. No obstante, la ayuda que se entrega en
el marco de la Cuenta del Desafío del Milenio no
está condicionada, de modo que la relación de ayuda
condicionada de EE.UU. caerá en la medida en que
aumenta el gasto efectuado desde esta fuente. Ale-
mania y Japón también condicionan una parte rela-
tivamente grande de la ayuda que otorgan.
Los costos  nancieros que implica la ayuda con-
dicionada son altos y es difícil calcularlos debido al
carácter restringido de los informes de los donan-
tes y la exclusión de la asistencia técnica. Para este
Informe hemos intentado hacer un cálculo aproxi-
mado de los costos que conlleva este tipo de ayuda.
La relacn de ayuda condicionada utilizada es el
promedio informada para los años 2002 y 2003
por el Comité de Asistencia para el Desarrollo de la
OCDE en relación con las transferencias realizadas
a países menos desarrollados
68
. Los desembolsos de
ayuda bilateral bruta de 2003 se utilizan para es-
tablecer niveles de ayuda provistos a regiones espe-
cí cas. Luego, se descuenta la ayuda condicionada
a una tasa de 20%-30% del valor nominal, lo que
re eja los cálculos de costo de ese tipo de ayuda en
relación con el mercado abierto.
Para los países en desarrollo como grupo, cal-
culamos pérdidas totales del orden de US$5.000
millones a US$7.000 millones, cantidad su ciente
para cubrir el costo de la educación primaria uni-
versal. Los países de ingresos bajos como grupo
pierden entre US$2.600 millones y US$4.000 mi-
llones, África Subsahariana pierde entre US$1.600
y US$2.300 millones y los países menos desarrolla-
dos pierden entre US$1.500 millones y US$2.300
millones (Figura 3.14).
Estos montos subestiman ampliamente los cos-
tos reales porque sólo cubren la ayuda bilateral y no
incluyen la asistenciacnica. Las pérdidas de cada
país en particular varían según la estructura de sus
donantes y en ciertos casos, la relación calidad-pre-
cio se ve seriamente comprometida: 14 centavos de
cada dólar de ayuda italiana a Etiopía se gasta en
Italia. Actualmente, dos terceras partes de la ayuda
australiana otorgada a Papua Nueva Guinea, su
principal receptor, se entregan a través de apenas seis
empresas australianas
69
. Algunas formas de condi-
cionamiento de la ayuda se contradicen totalmente
con un compromiso serio con los ODM. En 2002-
2003 se asignaron aproximadamente US$1.000
millones de ayuda bilateral en forma de becas para
estudios universitarios en países donantes, lo que en
algunos casos superó con creces el apoyo que pres-
tan los donantes a la educación primaria.
La vinculación de la ayuda con frecuencia se
traduce en mayores costos de transacción para los
receptores. Algunos donantes aplican reglas de ad-
quisición restrictivas para cumplir sus propios re-
quisitos, lo que crea estructuras de adquisición múl-
tiples y debilita la coordinación. La condicionalidad
tiende a sesgar la asistencia a favor de importaciones
con gran intensidad de capital o conocimientos téc-
nicos provistos por los donantes, en desmedro de
actividades con bajos costos de producción y capital,
&IGURA
,OSCOSTOS
IMPOSITIVOSDE
CONDICIONARLA
AYUDA
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Ayuda para el siglo X XI
116 INFORME SOBRE DESARROLLO HUMANO 2005
Después de más de dos decenios de caída libre en términos de de-
sarrollo humano, Afganistán se embarcó en un proceso de recons-
trucción y recuperación. Los desafíos son enormes. El país registra
una de las mayores tasas del mundo de mortalidad de niños (257 por
cada 1.000 nacidos vivos) y tres cuartas partes de la población rural
vive bajo el umbral de pobreza. Las posibilidades de recuperación
dependen en gran medida de la ayuda, la cual da cuenta de más del
90% del gasto. Sin embargo, las capacidades nacionales se han visto
obstaculizadas por algunas prácticas impulsadas por los donantes.
En el país se pusieron en práctica dos modelos de fi nanciación
y ejecución de la reconstrucción. Con el modelo de apoyo al Estado,
los donantes canalizaban los recursos al Fondo Fiduciario para la Re-
construcción de Afganistán administrado conjuntamente por el Pro-
grama de las Naciones Unidas para el Desarrollo, el Banco Mundial
y el Banco Asiático de Desarrollo, desde donde se enviaban al go-
bierno según estrictas reglas de transparencia y responsabilidad.
El segundo modelo era uno que ‘evitaba al Estado’ y en él los do-
nantes ejecutaban los proyectos directamente, a través de organis-
mos de la ONU u organizaciones no gubernamentales. Los proyec-
tos funcionaban por medio de organizaciones y normas paralelas de
adquisiciones, gestión fi nanciera y auditoría. Se han contabilizado al
menos unos 2000 proyectos de ese tipo, si bien muchoss nunca
fueron registrados. Más del 80% de los fondos de los donantes se
destinaron a proyectos ejecutados según este modelo durante los
primeros dos años de la reconstrucción.
La ayuda que se canalizó a través de este último modelo generó
diversos problemas. Por ejemplo, los costos de transacción eran
altos. Los funcionarios del gobierno tuvieron que dedicar mucho
tiempo a conseguir información de los donantes sobre los proyectos
que se estaban ejecutando y los recursos que llegaban al país. El
personal estatal también tuvo que aprender nuevas normas y prác-
ticas que diferían entre un donante y otro, entre éstos los múltiples
sistemas de presentación de informes.
La economía de la ayuda a través de proyectos también intro-
dujo distorsiones en el mercado laboral. Los funcionarios del sector
público dejaron sus funciones básicas como maestros, médicos,
ingenieros y administradores para ocupar cargos en el sistema de
ayuda. Los administradores públicos o ingenieros podían ganar
varias veces sus salarios normales como conductores o traductores
en el sistema. Así, las reservas nacionales de capital humano del
sistema de administración pública, casi diezmadas luego de 23 años
de guerra civil, se vieron aún más mermadas.
El nuevo gobierno afgano ha creado respuestas innovadoras
para enfrentar a la comunidad de donantes. Ante la perspectiva de
coordinar a 30 donantes cada uno con operaciones en alrededor de
30 sectores, el gobierno ha limitado la participación de los donantes
a un máximo de tres sectores cada uno. Además, se ha intentado
hacer coincidir los procesos de presentación de informes con el
ciclo presupuestario afgano más que con el ciclo de cada donante
en particular.
Recuadro 3.8 Cómo la ayuda destinada a proyectos puede minar las capacidades: el caso de Afganistán
Fuente: Lockhart 2004.
como los programas de desarrollo rural que recu-
rren a las habilidades y conocimientos locales. La
preferencia de algunos donantes por la construc-
ción de grandes carreteras principales pavimentadas
en vez de pequeños caminos rurales secundarios es
un síntoma del problema.
La práctica de la ayuda condicionada despierta
preocupación en diversos niveles. Lo más evidente
es que disminuye el valor de un recurso desesperan-
temente escaso en la guerra contra la pobreza. Más
encima, la ayuda condicionada no es compatible
con otros objetivos  jados por los donantes, entre
ellos el desarrollo del sentido de pertenencia nacio-
nal. Muchas de las políticas de adquisición que se
ponen en práctica a través de programas de ayuda
condicionada adolecen de la misma falta de transpa-
rencia que los propios donantes critican en los paí-
ses que reciben su ayuda. La vinculación de la ayuda
representa una forma de apoyo a la industria que
la mayoría de los donantes condenan en los países
receptores. Por otra parte, este tipo de ayuda repre-
senta un uso ine caz del dinero de los contribuyen-
tes. Si bien la mayoría de los ciudadanos de los países
industriales está a favor de contribuir en la lucha
contra la pobreza mundial, es menos evidente que
respalde la utilización de las  nanzas públicas en la
creación de mercados para las grandes empresas.
Apoyar proyectos en lugar de
apoyar presupuestos nacionales
La ayuda logra mayor e cacia cuando se canaliza
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Ayuda para el siglo X XI
INFORME SOBRE DESARROLLO HUMANO 2005 117
a través de presupuestos y estructuras de gasto que
re ejan las prioridades consignadas en las estrategias
de reducción de la pobreza. A medida que los países
desarrollan sistemas públicos de gestión  nanciera
más transparentes y e caces, aumentan las posibili-
dades de construir sentido de pertenencia nacional
con el apoyo al presupuesto nacional. Pero muchos
gobiernos receptores se quejan de la incongruen-
cia de los donantes que en principio reconocen la
importancia de las prioridades nacionales, pero en
la práctica socavan los procesos gubernamentales al
dirigir la ayuda hacia proyectos individuales, enfo-
que que reduce la e cacia, aumenta los costos de
transacción y deteriora la capacidad.
La ayuda destinada a proyectos especí cos con
frecuencia re eja la preocupación de los donantes
acerca de la capacidad del respectivo gobierno, la
gestión presupuestaria y los sistemas de presentación
de informes  nancieros. La idea es que trabajar en
función de proyectos permite eludir las fallas de los
sistemas administrativos nacionales. Irónicamente,
según el historial de la ayuda destinada a proyectos
ésta profundiza los problemas en todas esas áreas.
En muchos países, los donantes operan cientos de
proyectos, muchos de los cuales se nancian y ges-
tionan al margen del sistema gubernamental.
El resultado es que gran parte del gasto público
se desembolsa fuera del presupuesto, lo que debi-
lita la gestión nanciera pública. Mientras tanto,
las unidades de ejecución de los proyectos creadas
por los donantes operan en un sistema paralelo
que suele atraer al personal del gobierno hacia los
organismos donantes y establece sistemas paralelos
de normas de adquisición, gestión  nanciera y au-
ditoría. La experiencia de Afganistán desde que se
iniciara el proceso de reconstrucción es un ejemplo
de cómo este enfoque debilita la capacidad del go-
bierno (Recuadro 3.8).
La creacn de un sólido sistema de  nanzas
públicas vinculado a los objetivos de reducción de
la pobreza permite a los donantes desviar el apoyo
que brindan a proyectos hacia el presupuesto nacio-
nal. Durante el decenio pasado, el gobierno ugandés
trabajó con los donantes para desarrollar uno de los
sistemas presupuestarios más sólidos de África. A
partir de 1997, las prioridades que se  jaron en el
Plan de Acción de Erradicación de la Pobreza se
consignaron en un marco de gastos de mediano
plazo y en las asignaciones presupuestarias anuales
(ver el Capítulo 1). Algunos donantes respondieron
trans riendo la ayuda desde los proyectos hacia el
presupuesto nacional, lo cual permitió aumentar la
proporción de la ayuda provista a través del presu-
puesto de 35% a 53% y le dio mayor previsibilidad:
entre 1998 y 2003, la relación entre desembolsos y
compromisos creció de una cifra inferior a 40% a
más de 85%
70
. No obstante, algunos de los princi-
pales donantes, incluidos Japón y los EE.UU., son
reacios a cambiar sus programas de ayuda centrados
en proyectos hacia el presupuesto, incluso en países
como Uganda.
Incluso cuando los donantes orientan su apoyo
hacia las estrategias nacionales a través de ayuda
programática, la ayuda suele llegar en formas que
limitan la e cacia. Por ejemplo, los donantes han
incentivado a los receptores a elaborar marcos de
 n a n c i a c i ón de mediano plazo a  n de darle es-
tabilidad y previsibilidad a la nanciación para la
reducción de la pobreza. Para ser plenamente e ca-
ces, estos marcos deben contar con el respaldo de
compromisos plurianuales por parte de los donan-
tes. Sin embargo, menos de la mitad de los donan-
tes que prestan apoyo presupuestario en Bangla-
desh adquieren este tipo de compromisos. Una de
las principales fortalezas de la Cuenta del Desafío
del Milenio es precisamente que ofrece un marco
para compromisos plurianuales. Por ejemplo, con-
forme a esta Cuenta, las donaciones destinadas a
Honduras y a Madagascar se entregan en un marco
presupuestario de cinco y cuatro años, respectiva-
mente, a  n de permitirles elaborar estrategias de
 n a n c i a c i ón de mediano plazo más previsibles. Al-
gunos donantes que proveen apoyo presupuestario
vinculan la ayuda a proyectos especí cos o consig-
nan fondos para determinados programas, práctica
que puede dar lugar a onerosos requisitos en mate-
ria de presentación de informes. La creación de un
fondo común de recursos de parte de los donantes a
través de programas sectoriales suele considerarse el
primer paso hacia el apoyo presupuestario. No obs-
tante, los acuerdos de fondo común a veces dan pie
a enormes costos de transacción cuando los donan-
tes buscan mantener el control de ciertos elementos
de los programas. Senegal tiene en la actualidad 23
grupos sectoriales y, con ello, los correspondientes
requisitos de presentación de informes
71
.
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Ayuda para el siglo X XI
118 INFORME SOBRE DESARROLLO HUMANO 2005
Durante el próximo decenio, la asistencia tiene el
potencial de desempeñar un papel protagónico en
el cumplimiento de la aspiración plasmada en la
Declaración del Milenio. Sin embargo, lograr que
la ayuda despliegue todo su potencial dependerá de
que los donantes aumenten el apoyo y, a la vez, se
comprometan a realizar reformas fundamentales en
la gestión de la ayuda.
La plani cación presupuestaria básica es uno de
los requisitos inmediatos para aumentar la e cacia
de la ayuda. Los países en desarrollo han sido so-
metidos a presiones para que adopten estrategias de
reducción de la pobreza de propiedad nacional con
objetivos claros en relación con los ODM. Sin em-
bargo, los donantes no han hecho ningún esfuerzo
correspondiente para asegurar que la ayuda provista
sea su ciente para cubrir el dé cit en inversiones
públicas o para veri car la concordancia entre las
metas de los ODM y las condicionalidades  jadas
por el FMI y por otros. Tal como lo plantea el Pro-
yecto del Milenio de la ONU, el resultado es que
“la estrategia pública no tiene relación directa con
los programas reales de inversión pública”. Dicho
de otra manera, cuando se trata de los ODM, los
gobiernos de los donantes desean los objetivos, pero
rehuyen los medios.
La solucn es que los gobiernos donantes adop-
ten una estrategia de  nanciación especí ca para el
período hasta 2015, determinado expresamente
para cumplir los ODM. Al mismo tiempo, esta es-
trategia será más e caz si está respaldada por una
nueva relación entre los donantes y los receptores
de la ayuda. Es necesario que la retórica sobre el sen-
tido de pertenencia nacional se traduzca en acciones
concretas para entregar más poder a los gobiernos
receptores, coordinar las actividades de los donan-
tes y mejorar la calidad de la ayuda. La Declaración
de París sobre la E cacia de la Ayuda representa un
paso en la direccn correcta, pues incluye unos 50
compromisos especí cos para el año 2010. El avance
en esta materia requiere cambios fundamentales en
las prácticas actuales.
La ayuda bilateral: algunas
lecciones de África
La relacn que se establece en torno a la ayuda no es
una alianza con responsabilidades igualitarias. Los
países en desarrollo se han  jado metas en función
de los ODM y están cumpliendo las condiciones
detalladas impuestas por los donantes. Sin embargo,
la comunidad donante no se ha  jado metas obliga-
torias con respecto a la cantidad de ayuda y adop-
tado sólo principios amplios –y vagos– en cuanto a
su calidad. Si la Declaración del Milenio ha de ser
una verdadera alianza, se necesitan estructuras nue-
vas que permitan a ambos grupos de países monito-
rear el desempeño del otro.
Con el ejemplo, los países en desarrollo ya
muestran liderazgo. Los receptores de ayuda están
elaborando estrategias nuevas e innovadoras que
apuntan a perfeccionar las prácticas de los donan-
tes. Están creando estructuras institucionales que
mejoren la coordinación y la armonización y que
reduzcan los costos de transacción. Esta sección se
basa en un programa de investigación del PNUD
sobre formación de capacidades y en pruebas de un
análisis detallado del trabajo de más de 150 fun-
cionarios de gobierno de 16 países receptores de
ayuda que trabajan diariamente con los donantes
72
.
El análisis permite comprender mejor las distintas
perspectivas y soluciones en África Subsahariana y
también en otros lugares
73
.
Ayuda en condiciones favorables
Los países receptores de ayuda otorgan una prima
a la  nanciación en condiciones favorables, la cual
reduce su riesgo de problemas de endeudamiento a
futuro. En el marco de la Estrategia de Asistencia
a Tanzanía, estrategia de asistencia al desarrollo
ideada en el país, la nación africana  jó un factor
concesionario mínimo de 50% para nuevos prés-
tamos por parte del gobierno. Otros países, como
Rwanda, Senegal y Uganda, están disminuyendo
su exposición a préstamos del Servicio para el creci-
miento y la reducción de la pobreza, los cuales tie-
nen condiciones menos favorables que los préstamos
Repensar la gestión de la ayudaEs necesario que
la retórica sobre el
sentido de pertenencia
nacional se traduzca en
acciones concretas
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Ayuda para el siglo X XI
INFORME SOBRE DESARROLLO HUMANO 2005 119
provenientes de la AIF, por ejemplo. Está claro que
se requiere más  nanciación en condiciones favora-
bles para respaldar las estrategias de reducción de
la pobreza.
Coordinación
La presencia de una gran cantidad de donantes
puede elevar los costos de transacción, en la medida
en que cada donante impone sus propios requisitos
de presentación de informes y sus propias condi-
ciones para la provisión de ayuda. Algunos países
receptores han tenido más éxito que otros en lograr
una mejor coordinación de los donantes.
El caso de Botswana deja grandes lecciones.
Las intervenciones de los donantes se enmarcan
en un Plan de Desarrollo Nacional que combina
la asistencia para el desarrollo con recursos nacio-
nales. Para impedir la proliferación de proyectos y
exigencias en materia de presentación de informes,
no se permite a los ministerios sectoriales negociar
por separado con los donantes. Todos los programas
de asistencia técnica están diseñados para asegurar
la capacitación del personal local, de manera que se
produce mayor transferencia de habilidades que en
otros acuerdos más tradicionales. Botswana ha res-
tringido rigurosamente la posibilidad de que los do-
nantes creen unidades autónomas para los proyectos
y estructuras paralelas de presentación de informes
y adquisiciones, gracias a lo cual ayudó a evitar dis-
torsiones en las estructuras de pago del gobierno y
fugas de funcionarios públicos capacitados.
Otros países están trabajando en modelos simi-
lares de coordinación activa. Ejemplos destacados
son la Estrategia de Asistencia para Tanzanía y el
Plan de Acción para la Erradicación de la Pobreza
de Uganda. En Camboya, por su parte, el gobierno
está creando un programa sobre Armonización y
Simpli cación vinculado con la estrategia de reduc-
ción de la pobreza de ese país. En todos los casos, los
donantes han apoyado el proceso.
La ayuda a programas y el
apoyo al presupuesto
Para la mayoría de los gobiernos, la ayuda que se
presta a través del presupuesto es más e ciente y
e caz para abordar la pobreza y menos agotadora
para las capacidades que la que se canaliza a progra-
mas especí cos a través de unidades especiales de los
ministerios sectoriales u otros organismos, como las
organizaciones no gubernamentales. Burkina Faso
y Tanzanía han mejorado la coordinación entre o -
cinas gubernamentales gracias a la aprobación de
una ley que exige que todos los ministerios secto-
riales comuniquen sus necesidades de préstamos y
donaciones al Ministerio de Finanzas. Los donantes
pueden reforzar la elaboración y gestión del presu-
puesto nacional asegurando que toda la ayuda sea
informada al ministerio pertinente y canalizándola
a programas que forman parte de la estrategia nacio-
nal de reducción de la pobreza.
Los países han desarrollado otras estrategias
para reducir los costos de transacción. En África
Subsahariana, los gobiernos han intentado reducir
estos costos convenciendo a los donantes de que jun-
ten sus recursos en un fondo común. Once países
pobres muy endeudados han creado programas de
apoyo presupuestario con la participación de múl-
tiples donantes que liberan fondos comunes de ma-
nera previsible para  nanciar los gastos de la reduc-
ción de la pobreza.
Sin embargo, estos enfoques de  nanciación
mancomunada tienen sus riesgos. Las condiciones
del desembolso pueden re ejar el máximo común
ltiplo entre los donantes, lo que reduce la  exi-
bilidad y aumenta el riesgo de interrupción de la
ayuda, particularmente cuando los desembolsos re-
quieren el acuerdo unánime sobre el cumplimiento
de las metas de desempeño. Un riesgo adicional es
que todos los donantes suspendan los desembolsos
si el país se desvía de la senda prevista en sus pro-
gramas con el FMI y otro es el tiempo que tarda
la negociación de los acuerdos de fondo común.
Mozambique debió invertir un año de esfuerzos y
producir 19 borradores para llegar nalmente a un
Memorando de Acuerdo de 21 páginas en torno a
un fondo común con 15 donantes. Está claro que
los donantes podrían contribuir mucho para evitar
negociaciones tan prolongadas.
La previsibilidad
Para los países en desarrollo, la previsibilidad de
los compromisos plurianuales de ayuda es funda-
mental a  n d e e j e c u t a r e  cazmente los planes de
gasto de mediano plazo de los cuales dependen sus
estrategias de reducción de la pobreza. Pses como
Mozambique y Rwanda informan que ha mejorado
Los donantes deben
asegurar fl ujos de
apoyo a largo plazo más
estables y confi ables
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Ayuda para el siglo X XI
120 INFORME SOBRE DESARROLLO HUMANO 2005
su acceso a fondos plurianuales. Tanzanía también
ha conseguido importantes logros luego de pre-
sionar a los donantes para que realicen entregas al
contado y mejoren la previsibilidad del apoyo pre-
supuestario. Pero demasiados países todavía se ven
obligados a ajustar su presupuesto a las  uctuacio-
nes en las transferencias de los donantes, quienes
deben asegurar  ujos de apoyo a largo plazo más
estables y con ables.
Iniciativas multilaterales
Los últimos años han sido testigo de un renovado
interés en las iniciativas multilaterales de ayuda de
nivel mundial. El resurgimiento del multilatera-
lismo ofrece grandes oportunidades para el desa-
rrollo humano, pero también ciertos riesgos.
Existen tres buenas razones para seguir avan-
zando a partir de los enfoques multilaterales para la
ayuda. La primera y más evidente es que, en algunos
ámbitos, la comunidad internacional enfrenta pro-
blemas y amenazas de carácter mundial: es el caso,
por ejemplo, del VIH/SIDA. Las iniciativas multi-
laterales pueden ayudar a  n a n c i a r una serie de bie-
nes públicos que no podrían proveerse en otras cir-
cunstancias. Un ejemplo es la utilización de fondos
multilaterales comunes para la creación de incenti-
vos en el campo de la investigación, el desarrollo y
la producción de vacunas contra el VIH/SIDA, el
paludismo y otras enfermedades, donde la demanda
de mercado está tan restringida por la pobreza que
no puede atraer grandes inversiones privadas. Com-
promisos de compra por adelantado de parte de los
gobiernos pueden ofrecer a las compañías farmacéu-
ticas la lógica de mercado necesaria para desarrollar
nuevos medicamentos, arreglo que ya ha servido
para  nanciar notables avances en el ensayo de fár-
macos contra el paludismo. En segundo lugar, los
marcos multilaterales ofrecen oportunidades a los
donantes de crear fondos comunes de recursos y re-
ducir los costos de transacción, ya que pone  n a la
necesidad de que todos los donantes formen altos
niveles de conocimientos especializados en el sector
que desean apoyar. En tercer lugar, los fondos co-
munes internacionales constituyen un mecanismo
que permite hacer coincidir la  nanciacn con las
necesidades, con lo cual se superan algunos de los
sesgados patrones que caracterizan la distribución
de la ayuda bilateral.
El Fondo Mundial de Lucha contra el SIDA,
la Tuberculosis y la Malaria es un ejemplo de ini-
ciativa multilateral que comienza a producir resul-
tados reales en la lucha contra el VIH/SIDA, con
compromisos que sumaron US$1.500 millones
en 2004. En el caso de la IniciativaHacer retro-
ceder el paludismo”, alianza que consta de más de
200 miembros entre los cuales está la Organización
Mundial de la Salud, el Banco Mundial, la UNI-
CEF y el PNUD, las restricciones  nancieras y la
débil coordinación han impedido la acción e caz.
Esta situacn ha mejorado un poco y la lucha con-
tra el paludismo ha tomado nuevos bríos desde la
creación del Fondo Mundial, a través del cual se
asignaron unos US$450 millones para combatir
la enfermedad en 2003. Sin embargo, el desem-
peño aún dista mucho de los US$2.000 millones
a US$3.000 millones adicionales de  nanciación
que se requieren para ampliar las intervenciones a
una escala que permita reducir las muertes en 75%
en 2015.
La Iniciativa de vía expedita (fast track) en
educación demuestra tanto las fortalezas del mul-
tilateralismo como algunas de sus debilidades. Esta
iniciativa nac del compromiso asumido en el Foro
Mundial sobre la Educación 2000, Dakar, que in-
dica que “ninn ps que se comprometa seria-
mente con la educación para todos se verá frustrado
por falta de recursos en su empeño por lograr esa
meta”. Se instó a los gobiernos a elaborar planes para
identi car las brechas de  nanciación en educación
y los donantes se comprometieron a cubrir estas bre-
chas movilizando nuevos recursos nancieros de
fuentes bilaterales y multilaterales. Hacia  nes de
2004, 13 países habían elaborado planes nacionales
aprobados por el proceso de la Iniciativa de vía expe-
dita
74
. Se calcula que la  nanciación externa reque-
rida para cubrir los planes equivale a unos US$600
millones, pero sólo se ha movilizado algo más del
50% de este monto
75
. Asimismo, los compromisos
también están lejos de alcanzar los US$6.000 mi-
llones a US$7.000 millones adicionales al o nece-
sarios para cumplir la meta de los ODM en materia
de educación. Algunos de los países que están más
lejos de cumplir los ODM en relación con educa-
ción universal completa e igualdad de género no
reciben fondos su cientes. Por ejemplo, África Oc-
cidental francófona recibe muchos menos ayuda per
cápita que África Oriental anglófona.
El multilateralismo
ofrece ventajas para la
gestión de la ayuda
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Ayuda para el siglo X XI
INFORME SOBRE DESARROLLO HUMANO 2005 121
Ciertas inversiones sumamente modestas en el
marco de las iniciativas multilaterales han generado
grandes retornos. La Alianza Mundial para el Fo-
mento de la Vacunación y la Inmunización (GAVI),
lanzada en 2000 para mejorar el acceso a vacunas
subutilizadas, ha comprometido un poco más de
US$1.000 millones en cinco años, con lo cual impi-
dió unas 670.000 muertes en todo el mundo. Sin em-
bargo, la  nanciación ha sido sumamente variable y
volátil, lo que di culta la plani cación a largo plazo.
Hasta 2005, los niveles de ingreso distaron mucho
de la meta anual de US$400 millones. Unos 27 mi-
llones de niños no son vacunados durante su primer
o de vida y el progreso hacia los ODM aún se ve
amenazado por la baja o decreciente cobertura y los
costos imposibles de solventar de algunas vacunas.
El multilateralismo ofrece ventajas para la ges-
tión de la ayuda. Las contribuciones al Fondo Glo-
bal y al GAVI no pueden destinarse a  nes especí-
cos, lo que disminuye los riegos de sesgo por parte
de los donantes. Si bien ambos fondos están suje-
tos a rigurosos estándares de desempeño, ninguno
está vinculado al cúmulo de condiciones exigidas
por los donantes a través de otros programas, lo que
también reduce el riesgo de que se interrumpa el
suministro de bienes públicos vitales debido al no
cumplimiento de las metas. Ambos fondos tam-
bién ofrecen  nanciación plurianual, lo que permite
mayor previsibilidad. Sin embargo, también existe
el peligro de que las iniciativas mundiales generen
sus propias distorsiones. Grandes  ujos  nancieros
podrían dirigirse, por ejemplo, a una única enfer-
medad, como el VIH/SIDA, en desmedro de otras
enfermedades, situación que distorsionaría el presu-
puesto de salud. Otro peligro es que tratar con las
secretarías de las iniciativas mundiales atrape a los
receptores en otra serie de requisitos de presenta-
ción de informes y altos costos de transacción.
Un nuevo tipo de ayuda
Puesto que vivimos en un mundo globalizado, la
seguridad y la prosperidad no se pueden con nar a
las fronteras nacionales. Sin embargo, no contamos
con una política social mundial, un mecanismo de
asistencia social o protección para los más pobres.
La seguridad social y las transferencias entre países
en pro del interés de la seguridad humana son un
componente normal de las economías nacionales
de la mayoría de los países de ingresos altos. Hoy,
estos principios y prácticas deben aplicarse a nivel
mundial.
La ayuda es un recurso único. No existe otro
mecanismo internacional que pueda dirigirse hacia
los más pobres para asegurar su derecho a servi-
cios esenciales, promover la equidad, disminuir la
enorme brecha en las condiciones de vida mundia-
les y construir capacidades humanas, la base de la
riqueza y las oportunidades.
Para que la ayuda sea más e ciente, todos los
donantes deben replantear la forma en que la abor-
dan, para:
aprovechar al máximo su valor como piedra
angular de la arquitectura permanente que per-
mita alcanzar la justicia social
reconocer que las medidas a medias y los cam-
bios paulatinos no bastan para superar la enver-
gadura y profundidad de la pobreza mundial
abandonar las ortodoxias y procedimientos dis-
funcionales.
Como punto de partida, la comunidad de do-
nantes debe detener la devaluación de la moneda
en la que expresan sus compromisos. Los donantes
llevan más de 35os prometiendo cumplir metas
en relación con la cantidad y la calidad de la ayuda,
pero salvo pocas excepciones, no las han cumplido.
Es urgente que los donantes vuelvan a generar con-
anza y credibilidad en sus compromisos de ayuda
internacional, siguiendo el ejemplo de la propuesta
del Servicio Financiero Internacional de hacer que
las promesas sean legalmente vinculantes.
os de recortes en la ayuda han dado lugar a
una cultura que racionaliza presupuestos de ayuda
pequeños y decrecientes en función de una lógica
falaz. Los argumentos que aducen capacidad limi-
tada de los países en desarrollo, preocupaciones en
relación con los efectos económicos de su aumento
y temores anunciados públicamente respecto de la
gobernabilidad suelen ser pantallas de humo con las
cuales los donantes intentan justi car lo injusti -
cable: un legado de indiferencia, negligencia e in-
capacidad de cumplir promesas anteriores. Esto no
signi ca que los temas aducidos carezcan de impor-
tancia. Por el contrario, son demasiado importantes
para que los donantes los utilicen como pretextos
para sus políticas de ayuda inadecuadas.
Cuando faltan 10 años para que se cumpla
el plazo de los ODM, el sistema internacional de
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3
Ayuda para el siglo X XI
122 INFORME SOBRE DESARROLLO HUMANO 2005
ayuda se encuentra ante una encrucijada. Ha sur-
gido la oportunidad de poner en marcha las re-
formas necesarias para desplegar el potencial de la
ayuda como mecanismo para alcanzar los ODM.
Algunas de estas reformas son:
Fijar un cronograma y cumplirlo
La meta de 0,7% del INB para la ayuda se  jó en
1970. A la fecha, sólo cinco donantes la cumplen.
Otros siete se han comprometido con un crono-
grama. Las metas sin plazos obligatorios no consti-
tuyen una baselida para plani car la reducción de
la pobreza. Todos los donantes de la OCDE debe-
rían dar el paso siguiente y  jar un calendario para
alcanzar la meta de 0,5% a más tardar en 2010 y
0,7%, en 2015.
Respaldar los ODM y los planes
más generales de desarrollo
humano con dinero real
Todos los países en desarrollo han sido conminados
a adoptar estrategias nacionales de desarrollo su -
cientemente audaces como para cumplir las metas
de los ODM. Estos objetivos re ejan aspiraciones
compartidas por la comunidad internacional. De
ello se desprende que los donantes deberían asegu-
rar que ningún plan nacional fracase debido a falta
de recursos. Los mayores  ujos de ayuda se deberían
vincular de manera explícita al cumplimiento de los
ODM y la asistencia brindada por los donantes, a los
planes nacionales de nanciación, incluidos aquellos
como el marco de gasto de mediano plazo. Lo ante-
rior implica abandonar la presupuestación anual de
la ayuda y avanzar hacia estrategias de  nanciación
de tres a cinco años que formen parte de planes de
más largo plazo para la  nanciación de los ODM.
Concentrarse en la adicionalidad
Cualquier estrategia de  nanciación debe tener en
cuenta las grandes sumas que hoy se incluyen como
ayuda y que nunca salen de las cuentas de los gobier-
nos donantes o de los países donantes, en particular
la condonación de la deuda total y la asistencia téc-
nica. Es necesario contar con una contabilidad rea-
lista que asegure que los donantes estén cumpliendo
sus compromisos de entregar recursos para cumplir
los ODM. La presentación de informes sobre ayuda
debería cambiar para asegurar que las declaraciones
re ejen las transferencias reales de recursos y no
sean simples ejercicios contables de la OCDE
Terminar con la ayuda condicionada
La ayuda condicionada incluye retornos ocultos de
los contribuyentes en bene cio de empresas de los
países donantes. Este retorno y los componentes
condicionados de la asistencia técnica se deberían
descontar de la ayuda que se informa. Además, se
debe eliminar progresivamente toda la ayuda con-
dicionada entre 2006 y 2008.
Una ayuda acorde con las necesidades
Existen buenas razones para proveer ayuda a los
países que están bien encaminados para alcanzar
los ODM y que no enfrentan brechas de  nan-
ciación. No obstante, los incrementos de la ayuda
deben concentrarse de manera e caz en los países
que enfrentan las mayores di cultades, particular-
mente en África Subsahariana.
Resolver el problema de la deuda
La insostenibilidad de la deuda sigue siendo un obs-
táculo para la  nanciación de los ODM en un con-
junto grande de países. Una prioridad inmediata es
la identi cación de aquellos países de ingresos bajos
que no cali carán para el alivio de la deuda en el
marco del acuerdo del G-8 de 2005, pero que sin
embargo tienen problemas para cubrir el servicio de
la deuda externa.
Enfrentar la desigualdad
Las políticas de ayuda deberían re ejar el compro-
miso de disminuir las desigualdades respecto de las
capacidades humanas y el ingreso. Tales políticas
deberían formar parte explícita de las estrategias
de reducción de la pobreza y las estrategias de los
donantes. El compromiso de disminuir la desigual-
dad debería incluir un claro enfoque en los servicios
básicos. Han pasado 10 años desde que se celebrara
la Cumbre Mundial sobre Desarrollo Social que 
la meta de destinar 20% de la ayuda a servicios socia-
les básicos. Los donantes deben asegurar que la pre-
paración de informes estadísticos esté funcionando
para que puedan rendir cuentas respecto del gasto en
servicios básicos (hoy se calcula en el orden del 17%),
pero también deben dar un salto enorme respecto de
la cantidad de recursos que se destinan a educación,
salud, agua y saneamiento y nutrición, y aumentar la
proporción de este gasto en la creciente ayuda total.
Las metas sin plazos
obligatorios no constituyen
una base sólida para
planifi car la reducción
de la pobreza
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3
Ayuda para el siglo X XI
INFORME SOBRE DESARROLLO HUMANO 2005 123
Mejorar la calidad de la ayuda
Desde los años ochenta, los donantes han pedido
mejorar la coordinación y la armonización de la
ayuda. En 2005, por primera vez se han  jado metas
cuantitativas respecto de las reformas que mejora-
rán la calidad
76
. Aunque se trata de un primer paso
positivo, las metas  jadas no son ambiciosas. Garan-
tizar la e cacia de la ayuda requiere lo siguiente:
Alineamiento de los  ujos de ayuda con las prio-
ridades nacionales. La meta que se sugiere es
asegurar que el 85% de los ujos de ayuda que
se destinen al sector gubernamental se informe
a través del presupuesto de los países recepto-
res. Esto debería incrementarse a 100%, de ma-
nera de asegurar que la preparación de informes
sobre  nanzas públicas re eje el gasto y que la
 n a n c i a c i ón re eje las prioridades nacionales
para los ODM.
Apoyo presupuestario. Los donantes han suge-
rido una meta de 25% en cuanto a la propor-
ción de la ayuda que deberá ir en apoyo al presu-
puesto. Esto es increíblemente poco ambicioso.
Las condiciones varían de un país a otro, pero
el objetivo debería ser aumentar al máximo esta
proporción dentro de una meta referencial de
70% en 2010.
Se debe eliminar
progresivamente toda
la ayuda condicionada
entre 2006 y 2008
Reducir la cantidad de misiones. Los donantes
deberían adherir al modelo de prácticas ópti-
mas e informar la cantidad de misiones por país
y los distintos informes requeridos.
Utilizar los sistemas de adquisición y gestión  -
nanciera pública de los países. No utilizar el sis-
tema nacional aumenta los costos de transac-
ción y debilita la capacidad nacional. n no
se han  jado metas al respecto, pero para 2010,
el objetivo debería ser usar el sistema nacional
en primera instancia y asegurar que el 100% de
la ayuda se canalice a través de él.
Previsibilidad y estabilidad. Los donantes deben
contraer compromisos con ables y plurianuales
que se puedan emplear para garantizar los gas-
tos ordinarios que implica el cumplimiento de
los ODM. Deberían cubrir, al menos, la meta
mínima de 90% de los desembolsos con planes
acordados y los fondos se deben liberar de ma-
nera oportuna.
Transparencia . todos los donantes deberían
adoptar medidas para darle plena transparen-
cia a sus transacciones de ayuda. Los donantes
deben proveer información oportuna, trans-
parente y completa sobre los  ujos de ayuda a
n d e r e n d i r c u entas ante el público y los parla-
mentos de los países donantes y receptores.
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La división internacional del
trabajo consiste en que unos
países se especializan en
ganar y otros en perder”.
Eduardo Galeano
1
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4
Comercio internacional: liberar el potencial del desarrollo humano
INFORME SOBRE DESARROLLO HUMANO 2005 127
“Mientras los leones no tengan sus propios historiadores”, dice un proverbio africano,
las historias de cacería siempre glori carán al cazador”. Lo mismo se aplica a las his-
torias que se narran acerca del comercio internacional. Para los entusiastas defensores
de la globalización, la acelerada expansión del comercio mundial en el transcurso de
los últimos dos decenios ha sido una bendición absoluta, en especial para los pobres del
mundo. Sin embargo, la realidad es más prosaica. El mayor intercambio comercial ofrece
oportunidades enormes para el desarrollo humano y, bajo las condiciones adecuadas,
tiene la capacidad de reducir la pobreza, disminuir la desigualdad y vencer la injusticia
ecomica. Sin embargo, para muchos de los países pobres del mundo y para millones
de pobres, estas condiciones aún deben hacerse realidad.
Comercio internacional: liberar el
potencial del desarrollo humano
Si la comunidad internacional pretende alcanzar
los Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM) y
otros objetivos más generales de naturaleza similar,
es necesario que aumente la cooperación multilateral
en el ámbito del intercambio comercial. Las normas
internacionales de comercio y las políticas comercia-
les de los países deben armonizarse con el compro-
miso de reducir la pobreza. Como punto de partida,
es necesario reconocer que la apertura al comercio
y el crecimiento económico no constituyen  nes en
sí mismos, sino medios para ampliar las capacidades
humanas. Los indicadores de una mayor apertura
—como el aumento de las exportaciones y las rela-
ciones comercio/PIB son importantes, pero en
ningún caso son sustitutos del desarrollo humano.
El comercio es un factor fundamental de la in-
terdependencia que vincula a los países. Esta inter-
dependencia ha contribuido a algunos avances no-
tables de desarrollo humano que han permitido a
millones de personas salir de la pobreza y participar
en la prosperidad generada por la globalización. Sin
embargo, muchos millones más han quedado a la
zaga. Los costos y bene cios del comercio no se han
distribuido de manera uniforme entre y al interior
de los países, de modo que se ha perpetuado un pa-
trón de globalización sustentado en la prosperidad
de unos pocos en medio de la pobreza masiva y la
profundización de las desigualdades.
Al centro del problema están las reglas de juego:
los gobiernos desarrollados rara vez dejan de enfati-
zar las virtudes de los mercados abiertos, la igualdad
de condiciones y el libre comercio, en especial en las
recetas que dan a los países en desarrollo. Sin em-
bargo, esos mismos gobiernos, mantienen un formi-
dable conjunto de barreras proteccionistas en con-
tra de los países en desarrollo. Además, gastan miles
de millones de dólares en subsidios agrícolas. Tales
políticas sesgan los bene cios de la globalización a
favor de los países ricos, a la vez que niegan a millo-
nes de habitantes de los países en desarrollo la opor-
tunidad de compartir los bene cios del comercio.
La hipocresía y los dobles estándares no son cimien-
tos sólidos para crear un sistema multilateral basado
en normas y orientado al desarrollo humano.
La Ronda de Doha de negociaciones comercia-
les multilaterales de la Organización Mundial del
Comercio (OMC) constituye una oportunidad
para cambiar las reglas del juego, oportunidad que
hasta este momento ha sido desperdiciada. Puesta
en marcha en 2001, Doha fue catalogada como una
La hipocresía y los dobles
estándares no son cimientos
sólidos para crear un
sistema multilateral basado
en normas y orientado
al desarrollo humano
CAPÍTULO
4
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4
Comercio internacional: liberar el potencial del desarrollo humano
128 INFORME SOBRE DESARROLLO HUMANO 2005
‘ronda para el desarrollo’. Los países ricos prometie-
ron poner en marcha medidas prácticas para lograr
una distribución más justa de los bene cios de la
globalización. Sin embargo, en estos últimos cua-
tro años, no se ha avanzado en ninguna cuestn
de fondo. Los obstáculos que impiden el comercio
internacional permanecen intactos, los subsidios
agrícolas aumentaron y los países ricos se dedican
activamente a conseguir la aplicación de normas
para las inversiones, los servicios y la propiedad in-
telectual que amenazan con profundizar aún más
las desigualdades en el mundo. Entre tanto, asun-
tos de importancia crucial para muchos de los países
en desarrollo más pobres, particularmente la pro-
longada disminución del precio de los productos
básicos, apenas  guran en la agenda del comercio
internacional.
Cumplir con la promesa de una ‘ronda para el
desarrollo’ no permitirá abordar todos los proble-
mas del desarrollo humano que han surgido del
comercio internacional y ni siquiera las mejores
normas serán capaces de vencer las desventajas sis-
témicas vinculadas con el bajo ingreso, la pobreza y
las desigualdades en educación y salud. Tales nor-
mas tampoco abordarán aquellas desigualdades es-
tructurales al interior de los países que impiden que
los pobres capten una parte justa de la prosperidad
generada por el comercio. Pero la incapacidad de ali-
near las normas de comercio con un compromiso
con el desarrollo humano tendrá consecuencias gra-
ves. En lo más inmediato, minará las perspectivas de
un progreso acelerado hacia los ODM. El fracaso
de la Ronda de Doha dañaría la credibilidad y la
legitimidad del propio sistema de comercio basado
en normas, con graves consecuencias para el futuro
del multilateralismo. En momentos en que la segu-
ridad y la prosperidad compartidas dependen cada
vez más del multilateralismo basado en normas, el
costo de este fracaso trascenderá ampliamente el sis-
tema de comercio.
La primera sección de este capítulo presenta una
visn panorámica de lo ocurrido en el sistema inter-
nacional de comercio bajo la globalización. Además,
pone en duda el argumento de que la integración
económica a través del comercio lleva a la conver-
gencia e identi ca algunas de las condiciones en las
cuales el comercio podría ayudar —o impedir— el
desarrollo humano. La segunda sección examina
los sesgos del actual sistema comercial que bene cia
a los países ricos. En la tercera sección, se abordan
temas que van más allá de las normas multilaterales
que excluyen a los países pobres del comercio mun-
dial, entre otros, la prolongada crisis en los mercados
de productos básicos y la creciente importancia de
los supermercados como guardianes de los mercados
occidentales. La última sección expone un programa
para convertir la actual ronda de negociaciones en
una verdadera ronda para impulsar el desarrollo.
La profunda integración del mundo a través del
comercio no es un hecho del todo nuevo. A nes
del siglo XIX, el  ujo transfronterizo de bienes,
capital e información creó una poderosa dinámica
de integración global. Mucho más que hoy, la gente,
al igual que los bienes y la inversión, cruzaba fronte-
ras: durante los cuatro decenios previos a la Primera
Guerra Mundial, 36 millones de personas abando-
naron Europa, lo que permitió aliviar la pobreza y
reducir las desigualdades mundiales de ingreso que
existían en ese entonces
2
. El mundo globalizado
de principios del Siglo XX quedó destrozado por
la Primera Guerra Mundial y la Gran Depresión y
la integración mundial, impulsada por el comercio
y las  nanzas internacionales, recién se reinic en
forma seria hace unos 25 años. Desde entonces, los
patrones del comercio han cambiado. No obstante,
en medio del cambio persiste cierta continuidad.
El comercio y los niveles
de vida en el mundo
El comercio internacional ha sido uno de los motores
más poderosos de la globalización. Las exportacio-
Un mundo interdependiente
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Comercio internacional: liberar el potencial del desarrollo humano
INFORME SOBRE DESARROLLO HUMANO 2005 129
nes mundiales casi se duplicaron en el último dece-
nio hasta llegar a US$9.000 millones en 2003
3
. La
producción mundial ha crecido a un ritmo menor,
de modo que las exportaciones como proporción del
PIB mundial y el ingreso de la mayor parte de los
países y regiones se han ido incrementando (Figura
4.1). Las exportaciones ahora representan más de
una cuarta parte del ingreso mundial y más de la
tercera parte del ingreso en África Subsahariana.
La interdependencia es la consecuencia natural
del aumento de las exportaciones. Los niveles de
vida, tanto en los países pobres como en los ricos,
cada vez dependen más del intercambio comercial.
s allá de las complejidades de la ciencia econó-
mica, la globalización genera resultados muy direc-
tos: la prosperidad de cualquier país que participa
en el sistema internacional de comercio depende
cada vez más de la prosperidad de los demás países.
Es verdad que la interdependencia es asimétrica: los
países en desarrollo siguen siendo más dependien-
tes de los países industriales como mercados para
sus exportaciones que vice versa, pero en el mundo
globalizado de principios del siglo XXI, los destinos
de todos los países están inextricablemente unidos
unos con otros.
La profundización de la interdependencia ha
ido de la mano con un cambio en la estructura del
comercio mundial. Las exportaciones de productos
manufacturados, encabezadas por el comercio de
productos de alto nivel tecnológico (como equipos
electrónicos y de computación) y de nivel tecno-
lógico medio (como repuestos de automóviles; Fi-
gura 4.2). El intercambio de servicios comerciales
también ha ido en incremento y, en la actualidad,
representa la cuarta parte del comercio mundial. Al
mismo tiempo, la proporción de los productos agrí-
colas ha disminuido de manera sostenida en el valor
del comercio internacional y se ha reducido de 15%
a 10% desde 1980
4
. Los patrones del comercio tam-
bién han cambiado y uno de los acontecimientos que
más se destaca en este campo es el acelerado aumento
del comercio entre países en desarrollo
5
. Ahora más
del 40% de las exportaciones de los países en desa-
rrollo está destinada a otros países en desarrollo.
Los países en desarrollo aumentaron su par-
ticipación en los mercados mundiales y en 2003
representaban, de manera colectiva, cerca del 25%
de las exportaciones mundiales de productos ma-
nufacturados, el doble que en 1980. En términos
de valor, estos productos representan el 80% de las
exportaciones de los países en desarrollo. El creci-
miento de sus exportaciones ha dejado muy atrás el
crecimiento de los países industrializados en todas
las áreas tecnológicas, pero de manera más impre-
sionante en el campo de la alta tecnología. Sólo en la
agricultura, un sector en que los países en desarrollo
tienen una ventaja mani esta, los países industriales
han evitado perder su participación en el mercado,
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como en los ricos, cada
vez dependen más del
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Comercio internacional: liberar el potencial del desarrollo humano
130 INFORME SOBRE DESARROLLO HUMANO 2005
una clara demostración del poder del proteccio-
nismo y de los subsidios agrícolas.
Los cambios en las normas y las nuevas tecnolo-
gías se conjugaron para crear condiciones propicias
para un mayor intercambio comercial. Los obstá-
culos que limitan el acceso a las importaciones y a
la inversión extranjera han disminuido en todo el
mundo, aunque particularmente en los países en de-
sarrollo. Se redujeron y simpli caron los aranceles,
se desmantelaron las barreras no arancelarias y el
arancel promedio de los países en desarrollo dismi-
nuyó de 25% a  nes de los años ochenta a 11% en la
actualidad. La mayor parte de la liberalización fue
unilateral (Figura 4.3)
6
. Al mismo tiempo, los me-
nores costos de transporte, las comunicaciones más
baratas y las nuevas tecnologías de la información
abrieron nuevas fronteras.
Una de las características determinantes de la
globalización contemporánea ha sido la creación
de sistemas de producción de alcance mundial.
Cuando el primerModelo T’ salió de la línea de
ensamblaje de Ford en Detroit en 1908, era un vehí-
culo genuinamente nacional armado bajo un mismo
techo. Cien años después, los Estados Unidos de
América suelen participar en no más de aproxima-
damente una tercera parte del valor agregado de los
automóviles fabricados en el país. Al igual que en
otras áreas de fabricación, la producción de bienes
que antes se realizaba en un único lugar ahora se
descompone en partes distintas cuyos componentes
y productos se ensamblan en redes diseminadas por
muchos países
7
.
Consideremos el Xbox de Microso , una con-
sola de juegos de alta tecnología que contiene tecno-
logía de vanguardia. Su fabricación es contratada a
una empresa taiwanesa. Los procesadores Intel pro-
vienen de alguno de los once lugares de producción,
como China, Costa Rica, Malasia y Filipinas. Una
brica estadounidense elabora los procesadores grá-
cos en una planta ubicada en la Provincia China
de Taiwán. El controlador físico es ensamblado en
China con componentes producidos en Irlanda y el
DVD-ROM es fabricado en Indonesia. Por último,
el montaje  nal hace poco fue trasladado de México
a China
8
.
El Xbox es un microcosmo de lo que está suce-
diendo con la globalización. En electrónica compu-
tacional, centros regionales situados en Asia Orien-
tal dominan las redes mundiales. Se calcula que
dos terceras partes de los componentes de compu-
tadoras que se comercializan en los Estados Unidos
han pasado por la ciudad china de Dongguan, y en
ocasiones más de una vez
9
. Los ‘automóviles nacio-
nales’ son un asunto del pasado. General Motors en-
sambla sus cajas de cambio en México, las tapas de
los radiadores provienen de Chennai, la India, y la
tapicería es entregada por proveedores de Indonesia
que utilizan materiales importados de China.
La fragmentación de la producción se ha dado
junto con cambios más amplios. Algunos servicios
que antes sólo podían prestarse dentro de un país
ahora se comercializan a nivel internacional y hoy
las empresas occidentales no sólo subcontratan los
servicios de programas de informática, sino también
la gestión de datos, los servicios de información y las
declaraciones de siniestros. Uno de los resultados ha
sido el vertiginoso crecimiento de las tecnologías de
la información de la India y de las industrias de con-
tratación externa de negocios. También se subcon-
tratan procesos de investigación, gestión de datos
y suministro de servicios técnicos. General Electric
ahora tiene en funcionamiento uno de los laborato-
rios de investigación aeroespacial más grandes del
mundo en Bangalore, la India, siguiendo los pasos
de empresas como Intel y Texas Instruments en la
reubicación de sus instalaciones de investigación.
Los límites de la convergencia
El mayor intercambio comercial, según uno de
los mitos imperantes respecto de la globalización,
habría sido el catalizador de una nueva era de con-
vergencia. Quienes respaldan esta hipótesis dicen
que el aumento del comercio estaría disminuyendo
la brecha entre países ricos y países pobres y que éstos
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Comercio internacional: liberar el potencial del desarrollo humano
INFORME SOBRE DESARROLLO HUMANO 2005 131
últimos estarían usufructuando del acceso a nuevas
tecnologías y nuevos mercados. Como en el caso de
la mayoría de los mitos, aquí se conjugan algunas
pocas verdades con una fuerte dosis de exageración
y, si bien algunos países están acortando la brecha,
lo están haciendo a partir de una base muy baja. Sin
embargo, los casos de integración fructífera son la
excepción, no la regla, y el comercio internacional
es al mismo tiempo un catalizador de desigualdad
como de prosperidad mundial. Para la mayoría de
los países, la historia de la globalización es una his-
toria de divergencia y marginalización.
Para conseguir resultados satisfactorios en el co-
mercio mundial, es cada vez más importante llegar
con bienes manufacturados a los mercados de mayor
valor agregado. Gran parte del aumento en la parti-
cipación del mercado registrada por los bienes ma-
nufacturados procedentes del mundo en desarrollo
se origina en una sola región: Asia Oriental, y en un
pequeño grupo de países (Figura 4.4). Desde 1980,
Asia Oriental ha incluso superado la duplicación
de su participación en las exportaciones mundiales
de bienes manufacturados y éstos hoy representan
18% del total. China, por su parte, ha logrado casi
duplicar su participación en el comercio mundial
más o menos cada cinco años. Hoy, provee la quinta
parte de las exportaciones mundiales de prendas de
vestir, la tercera parte de los teléfonos móviles y es
el mayor exportador mundial de electrodomésticos,
juguetes y componentes electrónicos para compu-
tadoras. México también ha ido incrementando su
participacn en el mercado mundial. Sin embargo,
esta notoria presencia de un grupo de exportadores
de países en desarrollo muy dinámicos puede arro-
jar una impresión errónea, ya que sólo siete de estos
países concentran más del 70% de las exportaciones
de productos con bajo uso de tecnologías y el 80%
de las exportaciones con alto uso de tecnologías
10
.
Según lo sugieren estas cifras, la convergencia
tiene sus límites. Gran parte del mundo en desarro-
llo tiene apenas un pequeño arraigo precario en los
mercados de exportación de productos manufactu-
rados. Salvo México, que explica más del 50% de
este tipo de exportaciones en la regn, la presencia
de América Latina es bastante restringida en estos
mercados y se está contrayendo a partir de una base
ya de por sí reducida. En tanto, la participación de
Asia Meridional en las exportaciones del mundo
va en aumento impulsada por el crecimiento de las
exportaciones de la India, aunque también a par-
tir de una base muy baja. En todo este contexto, el
incremento del comercio internacional no ha apor-
tada nada a la disminución de la marginalización de
África Subsahariana. Mientras que el comercio ha
aumentado de 40% a 55% desde 1990 como porcen-
taje del PIB, la participación de la región en las ex-
portaciones mundiales (sin contar Sudáfrica) se ha
reducido a 0,3% (Figura 4.5). Hoy, la participación
de África Subsahariana (con una poblacn de 689
millones de habitantes) en las exportaciones mun-
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4
Comercio internacional: liberar el potencial del desarrollo humano
132 INFORME SOBRE DESARROLLO HUMANO 2005
diales es inferior a la mitad de la de Bélgica (país con
10 millones de habitantes).
El caso de África Subsahariana demuestra grá -
camente que las pérdidas del comercio pueden pesar
más que los bene cios asociados con la ayuda y el
alivio de la deuda. Si África hubiera logrado man-
tener la misma participación en las exportaciones
mundiales que tenía en 1980, hoy sus exportaciones
sumarían unos US$119.000 millones más (en dó-
lares constantes de 2000), cifra equivalente a unas
cinco veces los  ujos de ayuda y los superávit pre-
supuestarios generados por el alivio del servicio de
la deuda otorgado por los países de ingresos altos
en 2002.
Estos límites de la convergencia a través de la
integración global resultan asombrosos. Después de
más de dos decenios de acelerado crecimiento del
comercio internacional, el ingreso de los países ricos
(que representan el 15% de la población mundial)
todavía equivale a tres cuartas partes de las expor-
taciones mundiales, una disminución sólo leve res-
pecto de los años ochenta (Figura 4.6). Los datos
sobre la convergencia parecen aun menos notables
cuando se tienen en cuenta las actuales participacio-
nes en el mercado. La India posiblemente sea una de
las economías exportadoras de mayor crecimiento
del mundo, con exportaciones que aumentan a más
de 10% al año desde 1990. Sin embargo, sus expor-
taciones todavía corresponden apenas al 0,7% del
total mundial.
La participación en los mercados de exportación
del mundo arroja una imagen sólo parcial del grado
de divergencia que afecta al comercio mundial. La
capacidad de los países de convertir los frutos de
las exportaciones en mayor ingreso y, por ende, en
mejores niveles de vida y mayor reducción de la po-
breza, no depende tan sólo del volumen de la pro-
ducción y las exportaciones, sino del valor agregado,
una medida de la riqueza creada. Y es el valor agre-
gado gracias a la producción industrial el que más
in uye en la distribucn del ingreso mundial y de
los bene cios del comercio. La mala noticia, desde la
perspectiva de la distribución mundial, es que, des-
pués de 25 años de integración global, el equilibrio
de poder en la industria apenas ha cambiado.
Durante 1980-2000, el valor agregado indus-
trial en los países en desarrollo aumentó a más de
un 5% anual, casi el doble que en los países indus-
triales
11
. Sin embargo, todo este aumento estuvo
concentrado casi exclusivamente en Asia Oriental
y hoy los países ricos todavía representan más del
70% del valor agregado de la industria manufactu-
rera del mundo.
Las diferencias entre Asia Oriental y América
Latina demuestran que no es lo mismo aumentar
las exportaciones que lograr resultados satisfacto-
rios en la exportación. En comparación con Asia
Oriental, en materia de valor agregado industrial,
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4
Comercio internacional: liberar el potencial del desarrollo humano
INFORME SOBRE DESARROLLO HUMANO 2005 133
América Latina ha perdido participación de mer-
cado (Figura 4.7). Incluso México, el exportador
más dinámico de la región, también ha perdido par-
ticipación respecto de Asia Oriental y, de manera
s notoria, respecto de China
12
. La explicación es
sencilla: México agrega poco valor a los productos
altamente tecnológicos que exporta que ya tienen
un alto valor agregado. El crecimiento de sus expor-
taciones se ha basado en el simple ensamblaje (en
plantas maquiladoras) y reexportación de produc-
tos importados, sin aportar gran mejoramiento tec-
nológico
13
. Si bien en un nivel tecnológico menor,
el modelo mexicano de fuerte crecimiento de las
exportaciones con poco valor agregado es típico de
un grupo bastante grande de países: los países ex-
portadores de prendas de vestir, como Bangladesh,
Honduras y Nicaragua, caben en esta categoría.
La integración mundial a través del comercio ha
estado marcada tanto por elementos de continuismo
como de cambio. Sin bien la agricultura está dismi-
nuyendo como porcentaje del comercio mundial,
muchos países pobres siguen dependiendo fuerte-
mente de las exportaciones agrícolas. De hecho, al
menos 25% de los ingresos de más de 50 países en
desarrollo dependen de este rubro. Estos países van
en la senda descendente, ya que exportan productos
que representan una parte cada vez menor del co-
mercio y del ingreso mundial, con las consiguientes
repercusiones para su situación en la distribución
mundial. América Latina (29%, sin contar México)
y África Subsahariana (16%) son las regiones que
exportan más productos agrícolas.
Muchos de estos países, en especial de África
Subsahariana, dependen de una cantidad muy re-
ducida de productos básicos que a nivel mundial
han enfrentado fuertes y sostenidas bajas de precio.
Entre 1997 y 2001, el índice combinado de precios
de todos los productos básicos disminuyó 53% en
términos reales
14
, lo que implica que los exportado-
res africanos tendrían que duplicar el volumen de
los productos exportados para mantener constan-
tes los ingresos (ver más adelante en este capítulo).
Sin embargo, no sólo los exportadores de productos
básicos han debido enfrentar términos de intercam-
bio en franco descenso, ya que el poder adquisitivo
de las exportaciones industriales provenientes de
los países en desarrollo se ha reducido alrededor de
10% desde mediados del los años noventa. Dentro
de estas últimas, las de gran intensidad de mano de
obra enfrentan la caída más pronunciada
15
.
¿Por qué estas tendencias hacia la convergencia
y la divergencia habrían de incidir en el desarrollo
humano? Una de las razones es que el comercio in-
ternacional in uye cada vez más en la distribucn
del ingreso mundial. En la medida en que aumenta
la participación del comercio en el PIB mundial, la
participación de los pses en el comercio afectará
con fuerza su situación en la distribución global
del ingreso. Otra razón que justi ca la importan-
cia que revisten las tendencias en la distribución es
que tanto el éxito como el fracaso son acumulati-
vos. Las exportaciones no son sólo o principalmente
importantes como fuente de ingreso, sino también
como medio de  nanciación de las importaciones
de las nuevas tecnologías necesarias para generar
crecimiento, productividad y empleo para mejorar
los niveles de vida y mantener la competitividad en
los mercados mundiales. La marginalización del
comercio puede traducirse en marginalización tec-
nológica, la que a su vez incide en la pobreza y la
distribución del ingreso mundial. Evitar esta mar-
ginalización implica ingresar a mercados más diná-
micos y de mayor valor agregado, aspectos que a su
vez exigen la creación de sistemas manufactureros
diversi cados capaces de adaptar nuevas tecnolo-
gías y agregar valor en el ámbito local
16
.
El comercio y el desarrollo humano
La idea de que la participación en el comercio
mejora el bienestar humano es tan antigua como
las ciencias ecomicas modernas. Desde distintas
perspectivas, Adam Smith, David Ricardo, John
Stuart Mill y Karl Marx sostuvieron por igual que
la especialización a través del comercio permitiría
aumentar la productividad, el crecimiento econó-
mico y los niveles de vida. Muchas de sus nuevas
percepciones siguen siendo válidas. Sin embargo, los
caminos entre el comercio y el desarrollo humano
son complejos y no existe un plan maestro sencillo
que garantice la plena integración a los mercados
mundiales.
Las políticas comerciales representan una de
las últimas fronteras del antiguo modo de pensar
acerca del desarrollo. En otras áreas, la mayoría de
los responsables de formular políticas, en principio,
aceptan que el crecimiento económico y el consumo
no son  nes en sí mismos, sino un medio para avan-
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4
Comercio internacional: liberar el potencial del desarrollo humano
134 INFORME SOBRE DESARROLLO HUMANO 2005
zar en el desarrollo humano. En el comercio se in-
vierte la lógica del desarrollo y el éxito se suele medir
en términos del crecimiento de las exportaciones,
los cambios de las relaciones comercio/PIB y la ve-
locidad en que caen los obstáculos que limitan las
importaciones. Según lo formulara Dani Rodrik,
“El comercio se ha transformado en el lente a través
del cual se percibe el desarrollo, y no al revés”
17
.
La idea de la apertura al comercio como inhe-
rentemente bene ciosa para el crecimiento y el de-
sarrollo humano goza de respaldo casi universal y,
aplicada a aspectos normativos, se ha traducido en
un énfasis en los méritos de una acelerada liberali-
zacn del comercio como paso esencial para la in-
tegración plena a los mercados mundiales. Cuando
países como Camboya y Viet Nam se integran a la
OMC, como requisito para su incorporación se les
exige que reduzcan fuertemente los aranceles de los
productos agrícolas y manufactureros, como si este
camino fuera una demostración de sus méritos en
materia de políticas comerciales.
Este tipo de planteamiento no tiene fun-
damentos ya que los datos que respaldan el ar-
gumento de las bondades automáticas de la
liberalización de las importaciones son poco fe-
hacientes y casi tan poco sólidos como la declara-
ción opuesta que sostiene que el proteccionismo es
favorable para el crecimiento (Figura 4.8 y Recua-
dro 4.1). Si bien una liberalización gradual y bien
sincronizada de las importaciones puede generar
grandes bene cios en materia de productividad,
una lograda liberalización del comercio y profun-
dización de la integración con frecuencia es el re-
sultado de un alto crecimiento sostenido donde los
países reducen los aranceles en la medida en que au-
mentan su prosperidad. Esto se aplica por igual a
las economías ricas durante su desarrollo industrial
como a los países ‘integradores’ del mundo en desa-
rrollo: China, la India, la República de Corea y la
Provincia China de Taiwán comenzaron por dismi-
nuir progresivamente los aranceles después de haber
realizado las reformas que permitieron el despegue
económico.
Nada de lo anterior le resta valor a los eviden-
tes bene cios de la participación en el comercio. En
el ámbito de la unidad familiar, las exportaciones
pueden traducirse en una importante fuente de in-
gresos y empleos para los pobres. En Bangladesh,
el crecimiento de las exportaciones de prendas de
vestir, a partir de 1990, ha permitido crear unos 1,8
millones de puestos de trabajo, más de 90% de los
cuales están ocupados por mujeres
18
. Los mayores
ingresos en este sector han disminuido la pobreza
y han ayudado a mejorar los indicadores de salud y
educación. Cuando Viet Nam liberalizó la comer-
cialización del arroz, los productores nacionales pu-
dieron acceder a los mercados mundiales, con los
consiguientes importantes bene cios para sus nive-
les de vida e indicadores del desarrollo humano
19
.
En ambos casos, los efectos de amplia base en el in-
greso y el empleo generados por las exportaciones
sirvieron para impulsar el desarrollo humano.
s allá de los hogares, algunos de los bene-
cios más importantes del comercio surgen de las
importaciones de bienes de capital de menor costo
que aquellos disponibles en el ámbito nacional. Du-
rante los años sesenta y setenta, las exportaciones
de productos manufacturados con alta intensidad
de mano de obra permitieron que la República de
Corea y la Provincia China de Taiwán importaran
y adaptaran las tecnologías necesarias para diversi-
car su industria manufacturera, aumentar la pro-
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4
Comercio internacional: liberar el potencial del desarrollo humano
INFORME SOBRE DESARROLLO HUMANO 2005 135
ductividad e ingresar a áreas del comercio mundial
de mayor valor agregado
20
. De manera similar, el
aumento de las exportaciones —en conjunto con la
inversión extranjera— generó los recursos que per-
mitieron  nanciar la importación de tecnologías
necesarias para que las empresas chinas pudieran
competir en los mercados locales e internacionales.
Al igual que cualquier cambio tecnológico, re-
estructuración o reforma que afecte los mercados
nacionales, una mayor apertura al comercio puede
generar costos en materia de ajuste y desplaza-
miento. Por otra parte, la participación en el comer-
cio puede producir tanto perdedores como ganado-
res. Desde la perspectiva del desarrollo humano, el
desafío consiste en aprovechar las nuevas oportu-
nidades que brinda el comercio y al mismo tiempo
velar por que los bene cios lleguen a la mayor can-
tidad posible de personas y por que las poblaciones
vulnerables queden a salvo de los costos. Los seis
elementos que se analizan a continuación son al-
gunos de los requisitos esenciales para cumplir este
propósito:
Que la apertura es buena para el crecimiento y para el desarro-
llo humano es una idea profundamente arraigada. Con frecuencia,
los gobiernos de los países desarrollados reciben presiones para
liberalizar las importaciones, en algunos casos, a través de la im-
posición de condiciones para recibir ayuda o préstamos y, en casi
todos, como requisito previo para ingresar a la OMC. ¿Las pruebas
respaldan la teoría?
Un ejercicio frecuentemente citado en las investigaciones con-
siste en dividir a los países en desarrollo entre “globalizados” y “no
globalizados” según el crecimiento de la relación comercio-PIB
1
.
Luego se pregunta qué grupo crece más rápido. La respuesta es
los “globalizadores” por una relación de tres a uno, una diferen-
cia abismante. Debido a que estos países tambn han reducido
mucho más los aranceles, se concluye que la liberalización de las
importaciones es buena para el crecimiento. El mismo ejercicio ar-
gumenta que el crecimiento es, en promedio, neutro en términos de
distribución y que la participación de los pobres en el crecimiento
es directamente proporcional a sus actuales niveles de ingreso. Así,
se ha resuelto que la apertura es buena para el crecimiento y buena
para los pobres.
Sin embargo, si realizamos el mismo ejercicio para conocer la
relación entre la liberalización de las importaciones y el crecimiento,
el panorama resultante es muy distinto. Las comparaciones entre
países demuestran que el crecimiento económico se relaciona po-
sitivamente con el crecimiento de las exportaciones, aunque los
efectos operan en ambas direcciones: el crecimiento de las expor-
taciones es tanto consecuencia como causa del mayor aumento del
ingreso. La relación entre la liberalización de las importaciones y el
crecimiento es menos evidente. A diferencia de la relación comer-
cio/PIB, un indicador de resultados económicos, la liberalización de
las importaciones es un indicador de las políticas públicas. La Figura
4.8 en el texto principal resume los datos sobre la relación entre este
indicador, medido por el cambio porcentual en los aranceles (sin
ponderar), y el crecimiento de 92 países durante el período 1985-
1989 y 2001-2003. La agrupación de países en tres series, según
la profundidad de sus reducciones arancelarias, no revela ningún
diferencial de crecimiento.
Lo que surge es una diversidad de resultados que destaca la
importancia de la interacción entre políticas comerciales y otras va-
riables. Las reducciones arancelarias aplicadas por Brasil y Pe
son más drásticas que las de China y otros países de Asia Oriental,
pero su desempeño en materia de crecimiento es bastante menos
impresionante. La India ha combinado profundos recortes arance-
larios con un desempeño mejorado en términos de crecimiento du-
rante los años noventa. Sin embargo, la senda de mayor crecimiento
antecede a la liberalización del comercio en un decenio y los aran-
celes siguen siendo relativamente altos. En otros casos, tales como
Kenya y Nicaragua, la rápida apertura del mercado está asociada
con estancamiento o deterioro económico.
Ninguno de estos resultados constituye un argumento a favor
del proteccionismo. No hay pruebas de que el aumento de los aran-
celes sea bueno para el crecimiento. Sin embargo, la diversidad
de resultados asociados con la liberalización de las importaciones
sugiere que los vínculos con el crecimiento son más complejos que
lo que suele sostenerse. En la práctica, la relación entre comercio
y crecimiento está determinada por una compleja selección de fac-
tores internos y externos. La información comparativa entre países
no constituye una base sólida para que se apliquen condiciones de
préstamo o normas del comercio mundial con el fi n de propiciar una
rápida liberalización.
Recuadro 4.1 ¿Cn buena es la apertura para el crecimiento?
1. Dollar y Kraay 2001a, b.
Fuente: Samman 2005b; Dollar y Kraay 2001a,b
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4
Comercio internacional: liberar el potencial del desarrollo humano
136 INFORME SOBRE DESARROLLO HUMANO 2005
Aplicar una política tecnológica
e industrial activa
El éxito de la incursión en los mercados mundiales
depende cada vez más de la creación de capacida-
des industriales. En una economía global basada en
conocimientos, la mano de obra barata y las expor-
taciones de productos básicos o de simples bienes
ensamblados no son su cientes para sustentar el
aumento en los niveles de vida. El proceso de adap-
tacn y mejoramiento de las nuevas tecnologías, un
área en que el malfuncionamiento de los mercados
es muy generalizado, determinará la forma en que
las empresas treparán en la cadena de valor. Los
mercados libres pueden no dar las señales correc-
tas para la inversión en nuevas tecnologías cuando
los costos del aprendizaje son elevados e impredeci-
bles. Es más, las empresas de los países en desarrollo
enfrentan desventajas estructurales, falta de infor-
mación, débiles mercados de capital e instituciones
de apoyo inadecuadas.
Los ejemplos más afortunados de integración
a los mercados mundiales han incluido acciones
del gobierno para superar las falencias de los mer-
cados
21
. Los gobiernos de la República de Corea y
la Provincia China de Taiwán, miembros de la pri-
mera generación detigres de Asia Oriental, crearon
incentivos para la formación de capacidades tecno-
lógicas en el ámbito local a través de la restricción de
las importaciones, el fomento de la ingeniería local
de tecnologías importadas y la reglamentación de la
inversión extranjera. China siguió una senda que en
términos generales fue bastante similar. En el sector
automotriz y de productos electrónicos, las exigen-
cias establecidas para los inversionistas extranjeros
han incluido transferencia de nuevas tecnologías,
capacitación y uso de insumos locales. También se
ha recurrido a las adquisiciones públicas para crear
incentivos. Para cumplir las condiciones de los con-
tratos gubernamentales, los fabricantes extranjeros
de programas de informática deben transferir tec-
nologías esenciales a China, invertir un porcentaje
mínimo de sus ingresos en el país y cubrir el 50% de
los costos del desarrollo de programas informáticos
idóneos.
Administrar la apertura
Si la apertura, medida por la relación comercio/
PIB, fuese un indicador de los avances en desarro-
llo humano, América Latina sería una historia abso-
luta de éxitos. La región ha sido líder mundial en la
liberalización del comercio. Sin embargo, los resul-
tados han sido decepcionantes. Después de 10 años
de ingresos decrecientes durante los años ochenta,
la economía creció sólo un poco más del 1% per
cápita en la segunda mitad de los años noventa
22
y, en el caso de México, la mayor apertura estuvo
asociada con reducciones irrisorias en la pobreza y
con altos niveles de desigualdad. Por otra parte, la
rápida liberalización de las importaciones agríco-
las afectó particularmente a los pobres de las zonas
rurales, debido, en parte, a los altos niveles iniciales
de desigualdad. El contraste con Viet Nam es noto-
rio: a pesar de partir de niveles de ingreso medio
muy inferiores, la apertura en este caso contribuyó
a un acelerado desarrollo humano (Recuadro 4.2).
Los logros de Viet Nam se explican, en parte, por-
que el éxito de sus exportaciones se construyó sobre
la base de reformas internas que generaron creci-
miento económico con equidad y, en parte, porque
no aspiró a una mayor apertura a través de la rápida
liberalización de las importaciones. Pero lo más
importante es que Viet Nam gestó la integración
a los mercados mundiales sobre la base de sólidos
pilares en cuanto a desarrollo humano.
Estos casos tan contrapuestos subrayan la im-
portancia de entender las políticas comerciales, en
particular la liberalización de las importaciones,
como componentes integrales de las estrategias na-
cionales de reducción de la pobreza y no como em-
presas autónomas. Sin embargo, la liberalizacn de
las importaciones puede tener efectos positivos para
el crecimiento económico y el desarrollo humano.
Desde 1990, la India ha reducido sus aranceles pro-
medio de más de 80% a 20%, lo que ha permitido
el acceso de las empresas a las importaciones necesa-
rias para respaldar un proceso de crecimiento cada
vez más dinámico. Uno de los problemas en este
país es que la liberalización de las importaciones no
ha sido su cientemente radical en algunas áreas.
Los aranceles que se aplican a los insumos para la
industria manufacturera son mucho más altos que
el promedio mundial, de modo que afecta la compe-
titividad de los productos que dependen de insumos
importados
23
.
Abordar la desigualdad
La participación en el comercio puede profundi-
zar las desigualdades en la medida que los pobres
51334_UNDP_125_170_ACG.indd 13651334_UNDP_125_170_ACG.indd 136 8/17/05 9:00:46 PM8/17/05 9:00:46 PM
4
Comercio internacional: liberar el potencial del desarrollo humano
INFORME SOBRE DESARROLLO HUMANO 2005 137
Según indicadores económicos estándar, tanto Viet Nam como
México forman parte de la primera división de ‘nuevos países glo-
balizadores’. Sin embargo, ya no comparten la misma liga cuando
se mide mediante indicadores de desarrollo humano. Gracias a una
mayor participación en el comercio, Viet Nam ha registrado rápidos
avances, pero en México, los ‘buenos resultados’ en materia de ex-
portaciones han ido a la par con progresos limitados en desarrollo
humano (ver el Cuadro).
Viet Nam. Desde la introducción de las reformas de mercado a fi nes
de los años ochenta, Viet Nam ha mantenido tasas de crecimiento
por sobre el 5% anual –entre las más altas del mundo. Un aspecto
crucial es la participación en el comercio, gracias a lo cual los pro-
ductores han podido acceder a nuevos mercados y tecnologías.
Tanto las importaciones como las exportaciones han crecido más
del 20% al año desde el inicio de los noventa, con una duplicación
de la proporción de exportaciones respecto del PIB.
Los avances en desarrollo humano han ido a la par con el éxito
en materia de exportaciones. Durante los noventa, los niveles de la
pobreza de ingresos cayeron de 58% a 28%, la esperanza de vida
aumentó en seis años y la mortalidad infantil se redujo a la mitad. La
desigualdad aumentó, pero desde un nivel bastante bajo. El coefi -
ciente de Gini aumentó de 35,7 al inicio de los años noventa hasta 37
a fi nes del mismo decenio, todavía uno de los más bajos del mundo.
Hoy, el país se ubica 16 lugares más arriba en la clasi cación del
IDH respecto de su posición en cuanto a riquezas. Algunos de los
factores que explican los resultados positivos registrados por Viet
Nam son los siguientes:
Anteriores inversiones en desarrollo humano: Antes de su des-
pegue económico, Viet Nam tenía altos niveles de pobreza de
ingresos, pero otros indicadores (matriculación escolar, alfabe-
tismo y esperanza de vida), superaban con creces al promedio
de los países con niveles de ingreso similares.
Crecimiento inclusivo y de amplia base: El aumento de las ex-
portaciones fue impulsado por millones de pequeños propieta-
rios. Las reformas económicas comenzaron con la liberalización
de los mercados agrícolas: se fl exibilizaron las restricciones a
las exportaciones de arroz, se levantaron las restricciones a las
importaciones de fertilizantes y se ampliaron los derechos sobre
la propiedad de la tierra. Gracias al aumento de los precios y la
caída de los costos de los insumos, los ingresos de los peque-
ños propietarios aumentaron rápidamente, así como también
los salarios agrícolas, el comercio interno y la demanda local.
Compromiso con la equidad: Viet Nam recauda alrededor del
16% del PIB en ingresos fi scales, porcentaje bastante alto para
un país de ingreso bajo. Como resultado de ello, el gobierno
pudo distribuir los benefi cios del comercio más ampliamente a
través de inversiones en infraestructura social y económica.
Liberalización gradual: El aumento del crecimiento y la promo-
ción de las exportaciones son fenómenos previos a la libera-
lización de las importaciones. Las restricciones cuantitativas
se redujeron a partir de mediados de los años noventa, pero la
media arancelaria se mantuvo en alrededor del 15%. Los mer-
cados de capitales siguieron cerrados, con lo cual Viet Nam no
se vio afectado por el impacto de la crisis fi nanciera del Este
Asiático.
Diversifi cación del mercado: A fi nes del decenio de 1980, Viet
Nam dependía casi exclusivamente de las exportaciones de pe-
tróleo a Japón y Singapur. Durante los noventa, se propició la
diversifi cación de la base de exportaciones (los bienes manu-
facturados hoy dan cuenta de alrededor de una tercera parte del
total) y los mercados de destino.
México. Durante el último decenio, la tasa de crecimiento de las
exportaciones de bienes manufacturados de México se mantuvo en
torno al 26%. Actualmente, el país es responsable de alrededor de
la mitad de todas las exportaciones de manufacturas desde América
Latina. Más aún, el crecimiento de las exportaciones se ha concen-
trado en sectores tecnológicos con alto crecimiento y gran valor
agregado, como automóviles y aparatos electrónicos.
En marcado contraste con este provechoso registro en cuanto
a exportaciones, entre 1990 y 2003 el crecimiento económico per
pita registró un promedio de algo más del 1%. Los salarios rea-
les están estancados, el desempleo aumentó respecto del nivel de
comienzos de los noventa, la extrema pobreza disminuyó sólo leve-
mente, mientras que la desigualdad aumentó. Los motivos del fra-
caso de México en desarrollo humano constituyen un refl ejo de los
factores que explican los buenos resultados de Viet Nam.
• Nivel alto de desigualdad inicial: México registra uno de los co-
efi cientes de Gini más altos del mundo, el cual incluso ha au-
mentado levemente en el último decenio. El 10% más pobre
de la población representa una cuarta parte de la proporción
del ingreso nacional con el que se quedan sus contrapartes de
Viet Nam. Además, la función que debe cumplir el gobierno en
cuanto a desarrollar infraestructura social y económica cohe-
rente con el crecimiento logrado se ve restringida por la débil re-
caudación de ingresos fi scales. El ingreso promedio de México
es cinco veces el ingreso de Viet Nam, pero su coefi ciente entre
ingresos impositivos-PIB es sólo de 13%, comparable al de
Uganda.
Recuadro 4.2 Viet Nam y México: una historia de dos globalizadores
(contia)
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4
Comercio internacional: liberar el potencial del desarrollo humano
138 INFORME SOBRE DESARROLLO HUMANO 2005
absorben los costos que implica ajustarse a la mayor
competencia de las importaciones, mientras que las
personas que disponen de activos y poder de mer-
cado su cientes pueden aprovechar las oportunida-
des que brindan las exportaciones.
El rápido aumento de las exportaciones no es
una panacea para solucionar la pobreza. El fuerte
aumento de las exportaciones textiles y de prendas
de vestir desde  nes de los años noventa creó una
gran cantidad de puestos de trabajo en Madagascar,
pero en su mayor parte para trabajadores cali ca-
dos, situación que se tradujo en una creciente des-
igualdad y un impacto moderado en la pobreza. Las
mayores exportaciones de frutas y vegetales con alto
valor agregado desde países como Kenya y Zambia
provienen en gran medida de las explotaciones agrí-
colas de gran tamaño y uso intensivo de capital, con
pocos vínculos con el resto de la economía. De ma-
nera similar, en Brasil, el cuarto exportador de pro-
ductos agrícolas más grande del mundo, las explo-
• Rápida liberalización: Como consecuencia del Tratado de Libre
Comercio de América del Norte (TLCAN), el proceso de liberali-
zación de la economía mexicana fue uno de los más rápidos del
mundo en desarrollo. Sin embargo, en algunos sectores, la libe-
ralización de las importaciones ha empeorado las condiciones
de pobreza. Por ejemplo, las importaciones de maíz subsidiado
proveniente de los Estados Unidos han aumentado seis veces
desde que se iniciara el proceso de liberalización en 1994, con
lo cual contribuyeron a una caída del 70% en los precios reales
de millones de productores mexicanos de maíz. El crecimiento
de las exportaciones agrícolas de México se concentró en gran-
des fi ncas comerciales de riego, mientras que los pequeños
campesinos han debido ajustarse al aumento de la competencia
de productos importados.
Débil política industrial: Los datos sobre las exportaciones que
apuntan a un auge tecnológico son engañosos. Alrededor de la
mitad de las exportaciones de México se originan en la zona de
las maquiladoras, donde la producción consiste principalmente
en el simple ensamblado y reexportación de componentes im-
portados. La actividad exportadora se asocia a muy poco valor
agregado y mínima transferencia tecnológica y habilidades. En
efecto, debido a su dependencia de un sector exportador mal
pagado y de baja califi cación, México ha quedado altamente
expuesto a la competencia de economías que gozan de salarios
s bajos, por ejemplo China. El empleo ha caído en 180.000
puestos de trabajo sólo desde 2001.
Desequilibrios de poder en los mercados laborales: Pese al au-
mento sostenido de la productividad, los salarios reales no han
aumentado a causa del rápido crecimiento de las exportacio-
nes, en parte debido a la concentración de la actividad exporta-
dora en sectores con bajo valor agregado. Factores que contri-
buyen a empeorar la situación son los defi cientes derechos de
negociación colectiva y las presiones laborales, además de la
desigualdad salarial vinculada con la feminización de la fuerza
de trabajo: en promedio, los salarios de las mujeres son inferio-
res en 11% a aquellos de los hombres.
Recuadro 4.2 Viet Nam y México: una historia de dos globalizadores (continuacn)
Exportaciones de bienes y
servicios (% del PIB)
PIB per cápita (PPA en US$ de
2002)
Tasa de pobreza extrema (%)
Proporción de
ingresos del 20%
más pobre de la
población (%) Coefi ciente de Gini
1990 2003
Crecimiento
anual
promedio
1990-2003
(%)
Crecimiento
anual
promedio
1990-2003
(%)
Umbral de pobreza
extrema nacional
a
(%)
Umbral de
pobreza extrema
internacional (%)
País 1990 2003 1990 2002 1990 2002 1990 2002 1990 2002
Viet Nam 36,0 59,7 20,2 1.282 2.490 5,9 30,0 15,0 60,0 37,0 .. 7,5 35,7
b
37,0
México 18,6 28,4 11,4 7.973 9.168 1,4 22,5
c
20,3
d
15,8 9,9 .. 3,1 50,3
c
54,6
d
.. No disponible.
a. No deben hacerse comparaciones entre países, porque los umbrales de pobreza nacional varían considerablemente.
b. Datos de 1993.
c. Datos de 1992.
d. Datos de 2000.
Fuente: Datos sobre exportaciones, Cuadro de indicadores 16; Datos sobre PIB per cápita, Cuadro de indicadores 14; datos sobre pobreza extrema nacional, México, Secretaría de Desarrollo Social 2005 y ONU Viet Nam 2002;
datos sobre pobreza extrema internacional de México, Banco Mundial 2005d y de Viet Nam, ONU Viet Nam 2002; datos sobre el ingreso del 20% más pobre de la población y sobre el coe ciente de Gini, Cuadro de indicadores 15.
Integración mundial y desarrollo humano: algunos lo hacen mejor que otros
Fuente: Viet Nam 2004; FMI, 2003b; Audley y otros 2003; Oxfam International 2003b.
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4
Comercio internacional: liberar el potencial del desarrollo humano
INFORME SOBRE DESARROLLO HUMANO 2005 139
taciones agrícolas y agroindustrias comerciales de
gran tamaño dominan el mercado de exportaciones
de US$20.000 millones: no más que unas cuatro
empresas (o incluso menos) concentran más de 40%
de las exportaciones de soya, zumo de naranjas,
carne de ave y de res. El otro rostro de la agricultura
brasileña está marcado por la pobreza masiva, ya que
más de 10 millones de personas de las zonas rurales
viven por debajo del umbral de pobreza y la mayoría
son pequeños agricultores o jornaleros sin tierra
24
.
Guatemala, otro buen exponente de la apertura y el
aumento de las exportaciones, es un país rezagado
en desarrollo humano (Recuadro 4.3)
Una mayor apertura al comercio puede exacer-
bar las desigualdades relacionadas con la educación.
En América Latina, las profundas desigualdades
en las tasas de nalización de la educación prima-
ria y secundaria y la escasez de mano de obra cali-
cada que éstas generan han aumentado la prima
o ganancia resultante de la educación superior. La
dicotomía entre los salarios de personas con edu-
cación secundaria y otras con niveles más bajos de
Todos parecen coincidir en que el incremento de las exportacio-
nes agrícolas es una vía para aumentar el ingreso rural y reducir la
pobreza. En algunos casos, es cierto, pero también es necesario
considerar el patrón de distribución y crecimiento.
Durante el último decenio, Guatemala ha mantenido tasas de
aumento de más de 8% en las exportaciones, pero ha conseguido
muy pocos avances en desarrollo humano. La posición del país en el
IDH está 22 lugares por debajo de su puesto en términos de riqueza
económica. Si bien durante los años noventa, la pobreza de ingresos
cayó de 62% a 56%, la disminución fue muy inferior a lo proyectado
según los niveles de crecimiento. Por otra parte, los niveles de po-
breza extrema han aumentado desde 2000 y las disparidades en
materia de ingresos, que ya eran extremas, también aumentaron:
entre 1989 y 2002, la proporción del ingreso que quedaba en manos
del 20% más pobre de la población cayó de 2,7% a 1,7%.
¿Por qué el vínculo entre crecimiento de las exportaciones y de-
sarrollo humano es tan débil? Por una parte, las grandes desigualda-
des iniciales marginan a los pobres de las oportunidades de mercado
y limitan el desarrollo humano. Pese a ser un país de ingreso medio,
Guatemala ostenta tasas de desnutrición que se cuentan entre las
s altas del mundo y un tercio de su población es analfabeta. La
aguda desigualdad también se extiende al ámbito de la propiedad
de la tierra; se calcula que el 2% de la población es dueña del 72%
de la tierra agrícola, lo que incluye las parcelas más fértiles.
Las exportaciones tradicionales, tales como el azúcar, la carne
y el caucho, son de propiedad de unas 20 ó 50 familias. En el otro
extremo, los pequeños propietarios constituyen 87% de los campe-
sinos, pero sólo poseen el 15% de la tierra y tienen acceso limitado
a créditos y mecanismos de comercialización. A esto se suma que
s de la mitad de los hogares rurales son campesinos sin tierra o
propietarios de menos de una hectárea, con niveles de pobreza que
superan el 80%.
Los pequeños propietarios han sido efectivamente excluidos del
crecimiento de las exportaciones en sectores tradicionales como el
azucarero. Aunque se han creado puestos de trabajo, las condicio-
nes de empleo son malas; tres cuartas partes de los trabajadores
agrícolas reciben menos que el salario mínimo, cifra que llega hasta
el 82% entre los pueblos indígenas.
La situación en el sector no tradicional es más estimulante. Las
exportaciones de vegetales tales como arvejas han aumentado rá-
pidamente durante el último decenio y la producción está bajo el
predominio de unos 18.000 a 20.000 campesinos maya de las al-
tiplanicies, la mayoría de los cuales trabaja en parcelas de menos
de dos hectáreas.
Las exportaciones no tradicionales han generado altos rendi-
mientos económicos, creado puestos de trabajo y oportunidades
de diversifi cación distintas al café. Sin embargo, sólo el 3% de los
campesinos participan en este sector. Más aún, existen pruebas de
que los pequeños campesinos están siendo expulsados por gran-
des exportadores vinculados al mercado de los Estados Unidos. La
incapacidad de los distintos gobiernos guatemaltecos de ampliar
créditos, proveer cobertura de seguros y apoyo para la comerciali-
zación restringe el potencial de las exportaciones no tradicionales
de actuar como fuerza reductora de la pobreza.
Ninguna estrategia de crecimiento de las exportaciones en Gua-
temala tiene grandes posibilidades de generar bene cios sustan-
ciales para el desarrollo humano sin reformas estructurales profun-
das que reduzcan las desigualdades y amplíen las oportunidades
a través de la redistribución de la tierra y otros activos productivos,
el aumento del gasto público destinado a los pobres y programas
focalizados que apunten a derribar los obstáculos que enfrentan los
indígenas. Tales medidas requieren en última instancia un cambio
en la distribución del poder político del país.
Recuadro 4.3 Guatemala: los límites del éxito liderado por las exportaciones
Fuente:Krznaric 2005.
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Comercio internacional: liberar el potencial del desarrollo humano
140 INFORME SOBRE DESARROLLO HUMANO 2005
educación, aumentaron durante los años noventa:
en promedio, hoy la tasa de retorno de la educación
universitaria es más alta en América Latina que en
los Estados Unidos, lo que apunta a un nivel de des-
igualdad extraordinariamente elevado. Y si bien el
comercio puede desempeñar una función positiva,
las políticas para superar las desigualdades estruc-
turales son de crucial importancia para convertir el
éxito de las exportaciones en desarrollo humano
25
.
Reducir la vulnerabilidad
Si bien la integración a los mercados mundiales crea
oportunidades, también crea riesgos. La participa-
ción en el comercio genera tanto perdedores como
ganadores y trae consigo costos de ajuste, los cuales,
si no se manejan bien, pueden causar enormes cos-
tos en materia de desarrollo humano.
Muchos países pobres y estados insulares pe-
queños que dependen en alto grado del comercio,
en especial del comercio de productos básicos, están
muy expuestos a los riesgos del mercado. Estos ries-
gos dicen relación con la vulnerabilidad de los pre-
cios y el potencial que tienen los cambios de polí-
ticas de los países importadores de generar crisis
económicas externas, problema que en los últimos
años sufrieron los exportadores de banana y azú-
car hacia la Unión Europea. Los exportadores de
bienes manufacturados también enfrentan una in-
mensa vulnerabilidad. Si bien las exportaciones de
vestuario crearon millones de puestos de trabajo en
Bangladesh y Nepal, hoy, la competencia de China
amenaza con eliminar muchos de estos empleos
(Recuadro 4.4). Sin embargo, la vulnerabilidad no
está limitada a los países pequeños y aunque los efec-
tos de las importaciones desde países en desarrollo
sobre los salarios y los empleos de los países ricos
suelen exagerarse, las cifras de los Estados Unidos
muestran que el 75 % de las personas que se reincor-
poran al mercado laboral luego de haber perdido un
empleo relacionado con el comercio fueron contra-
tados con ingresos más bajos que antes. A diferencia
de los países pobres, los países ricos tienen la capaci-
dad de ayudar a aminorar los costos del ajuste para
los trabajadores, si bien la mayoría no lo hace. La
Ley sobre Asistencia para Ajuste dictada en los Es-
tados Unidos, una de las pocas normas legislativas
destinadas explícitamente a abordar esta tarea, ape-
nas cubre al 10% de los trabajadores afectados
26
.
Los problemas de vulnerabilidad se ven exacer-
bados cuando los derechos laborales son frágiles y
están acompañados de una ausencia de apoyo a los
ajustes del mercado laboral. En América Latina,
sólo 40% de los trabajadores asalariados está pro-
tegido por leyes laborales y cuenta con bene cios
de seguridad social
27
. Las mujeres se ven afectadas
de manera desproporcionada por la falta de leyes
laborales e cientes. Menos de 25% de las mujeres
chilenas que trabajan en el sector frutícola lo hacen
con contrato de trabajo, lo que las expone a niveles
excesivamente altos de riesgo e inseguridad. Es fre-
cuente que los trabajadores de las zonas de elabora-
ción de productos de exportación tengan derechos
laborales más de cientes que aquellos que trabajan
fuera de estas zonas: en 2003, al menos dieciséis paí-
ses, entre ellos Bangladesh y Malasia, pertenecían
a esta categoría
28
. Cuando los derechos laborales
son fgiles y existe discriminación contra la mujer,
en especial en áreas cruciales como la libertad de
asociación y la negociación colectiva, se restringe
la capacidad de los trabajadores para negociar sa-
larios y condiciones razonables de empleo. Lo que
se necesita es una combinación de derechos labo-
rales más fortalecidos y políticas que puedan faci-
litar el ajuste y la adaptación al cambio. Conceptos
La participación en el
comercio genera tanto
perdedores como
ganadores y trae consigo
costos de ajuste
La eliminación de las cuotas para textiles e indumentaria mantenidas
en el marco del Acuerdo Multifi bras (AMF) muestran en forma des-
carnada las amenazas que plantea la pérdida de preferencias para el
desarrollo humano. Si se maneja mal, tal como ha sido el caso hasta
ahora, la transición a un mercado más liberalizado puede perjudicar
el bienestar de millones de personas.
Conforme al Acuerdo de la OMC sobre Textiles e Indumentaria,
redactado en 1994, se han eliminado todas las cuotas de textiles
e indumentaria que mantenían los países industrializados según
el AMF. A medida que se anulan las últimas, la reorganización del
enorme mercado mundial de los textiles e indumentaria que as-
ciende a US$350.000 millones, dejará ganadores y perdedores. Es
Recuadro 4.4 Eliminación gradual del Acuerdo Multi bras
(contia)
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Comercio internacional: liberar el potencial del desarrollo humano
INFORME SOBRE DESARROLLO HUMANO 2005 141
probable que las trabajadoras empobrecidas, que componen dos
tercios de la fuerza laboral mundial de este sector, sean las princi-
pales perdedoras.
El AMF constituyó un poderoso estímulo para el desarrollo de
estas industrias en un grupo bastante grande de países. En Ban-
gladesh, Camboya, Nepal y Sri Lanka, el sector de textiles e indu-
mentaria creció como resultado de las restricciones impuestas a las
cuotas de productores de menor costo, como China y la India. Esto
atrajo a inversionistas extranjeros provenientes de China, la Repú-
blica de Corea, la Provincia China de Taiwán y otras partes, quienes
aprovecharon las ventajas del mercado protegido.
Hoy, el sector de indumentaria de confección de Bangladesh
representa más de tres cuartas partes de las exportaciones del
país y alrededor de 40% del empleo en la manufactura. Además de
1.800.000 puestos de trabajo directos, casi en su totalidad femeni-
nos, la industria apoya directamente a unos 10 ó 15 millones de per-
sonas mediante las remesas que envían los trabajadores al campo
y el empleo que se genera en otros sectores. Los sueldos que se
pagan por confeccionar ropa para exportar sirven para mantener a
los niños en la escuela y ayudar a los familiares que quedaron en el
campo a solventar gastos de salud y mantener buenas condiciones
de nutrición. Por ejemplo en Nepal, la industria emplea a 100.000
personas y es responsable de 40% de las ganancias por concepto
de exportaciones; en Camboya, están en juego 250.000 empleos
directos.
La derogación de las preferencias otorgadas por el Acuerdo
sobre Textiles e Indumentaria en 2005 presagia el inicio de lo que
podría transformarse en un brutal proceso de reestructuración. Las
proyecciones realizadas por la OMC pronostican que la proporción
de China y la India en el mercado de los Estados Unidos podría au-
mentar a más de 60% a mediano plazo, o tres veces el nivel actual.
Las perspectivas para Bangladesh son menos estimulantes. Las
proyecciones del FMI apuntan a una reducción del 25% en las ex-
portaciones, conrdidas de alrededor de US$750 millones. Países
como la República Democtica Popular Lao, Maldivas y Nepal son
considerablemente menos competitivos que Bangladesh.
El ajuste inevitablemente se transmitirá de los mercados globa-
les a las empresas como presiones sobre los precios, lo que a su
vez afectará los sueldos y el empleo. En Bangladesh, el ajuste po-
dría tener una magnitud tal que incluso haría retroceder algunos de
los logros conseguidos en desarrollo humano y documentados en
el Capítulo 1, pues la caída de los sueldos se traduciría en menores
ingresos para educación y salud así como en mayores presiones
sobre las trabajadoras para que extiendan su jornada laboral.
Los países industriales han contribuido directamente a aumen-
tar la magnitud de los costos del ajuste. Por ejemplo, en lugar de
eliminar las cuotas de manera equilibrada durante un período de 10
os de eliminación gradual, la Unión Europea y los Estados Unidos
dejaron la remoción para último momento, con lo cual aumentaron
aún más la inminente crisis que llegaría en 2005.
Simplemente se desecharon aquellas estrategias que podrían
haber reducido los costos del ajuste. Tomemos por ejemplo el caso
de Bangladesh. Casi la totalidad de la producción en el sector de
textiles e indumentaria se exporta a mercados protegidos de la
Unión Europea y los Estados Unidos; sin embargo, las des ex-
portaciones del país siguen enfrentando altos niveles arancelarios
en el mercado de los Estados Unidos., incluso de hasta 30% en
algunos productos. Con el propósito de ofrecer un respiro al país,
estos aranceles podrían haberse reducido progresivamente como
parte de la eliminación gradual.
La Unión Europea tambn ha actuado con negligencia. En tér-
minos nominales, Bangladesh disfruta de acceso libre de impues-
tos al mercado de la Unión Europea conforme a la iniciativa ‘todo
menos armas’, pero las normas de denominación de origen sí cons-
tituyen una barrera. Por ejemplo, la indumentaria tejida proveniente
de Bangladesh cumple en general con los criterios de admisibi-
lidad porque tiene un alto contenido de valor agregado nacional.
Sin embargo, estas prendas, que utilizan principalmente insumos
importados, enfrentan problemas para cumplir los requisitos na-
cionales en cuanto al valor agregado. Bastante más de la mitad de
las exportaciones de Bangladesh hacia la Unión Europea caben en
estas categorías, como resultado de lo cual menos de la mitad de
los envíos del país a Europa gozan en realidad de tratamiento libre
de impuestos.
Tras haber creado industrias a través del AMF, la Unión Euro-
pea y los Estados Unidos ahora las ponen en peligro mediante la
rápida eliminación gradual de las cuotas. Irónicamente, la respuesta
en cuanto a políticas ha sido autorizar una nueva ola de proteccio-
nismo anti-dumping en contra de China a instancias de las industrias
de indumentaria europeas y estadounidenses. Ante la perspectiva
de futuras sanciones, el gobierno chino también ha introducido im-
puestos de exportación. En la práctica, las medidas proteccionistas
en contra de China tienen su origen en intereses creados y pre-
siones políticas. En fuerte contraste con la sensibilidad mostrada
ante el lobby proteccionista en casa, los países desarrollados no
han sabido instaurar ni las más elementales formas de protección
y asistencia al ajuste para los perdedores de la eliminación gradual
del AMF.
Recuadro 4.4 Eliminación gradual del Acuerdo Multi bras (continuación)
Fuente: Page 2005; Proyecto del Milenio de las Naciones Unidas 2005g; Alexandraki y Lankes 2004; Mlachila y Yang 2004.
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Comercio internacional: liberar el potencial del desarrollo humano
142 INFORME SOBRE DESARROLLO HUMANO 2005
básicos de economía nos enseñan que el comercio
puede generar ingreso agregado aunque parte de la
población pueda perder como resultado de los ajus-
tes. Para maximizar las ganancias que el comercio
genera en cuanto a bienestar, y fortalecer el argu-
mento político de la participación en el mercado,
es importante que los ganadores compensen a los
perdedores. Tal compensación puede tomar diver-
sas formas, incluidas las transferencias entre países
y políticas públicas nacionales que creen las con-
diciones que permitan proteger a los perdedores y
otorgarles oportunidades.
Hacer frente a la ‘maldición
de los recursos’
En términos de desarrollo humano, algunas acti-
vidades exportadoras muestran mejores resultados
que otras. La riqueza generada por las exportaciones
de petróleo y de minerales puede ser negativa para el
crecimiento, la democracia y el desarrollo.
En los 34 países en desarrollo donde los recursos
de petróleo y de gas representan al menos el 30% de
los ingresos por concepto de exportaciones, la mitad
de la población conjunta vive con menos de un dólar
al día y dos tercios de estos países no cuentan con
regímenes democráticos
29
. Las exportaciones de pe-
tróleo han permitido que Guinea Ecuatorial sea una
de las economías de mayor crecimiento del mundo,
pero el ps también ostenta la mayor brecha entre
el patrimonio nacional y su IDH: 93 lugares. Según
algunos cálculos, menos del 10% de los US$700 mi-
llones de ingresos del petróleo de Guinea Ecuatorial
llega a las arcas  scales. Y a pesar de la riqueza en
recursos naturales de Angola, el país clasi ca en el
lugar 160 de los 177 países registrados en el IDH. La
carrera por explotar las reservas de petróleo del Mar
Caspio ha generado una oleada de inversiones ex-
tranjeras en Azerbaiyán, Kazajstán y Turkmenistán.
Al mismo tiempo, sin embargo, los indicadores de
desarrollo humano han empeorado y las institucio-
nes que deben velar por la responsabilidad del sector
público sufren de corrupción generalizada.
La ‘maldición de los recursos’ opera a través del
debilitamiento de las instituciones, la creación de
incentivos económicos perversos y el surgimiento
de condiciones propicias para generar con ictos.
Pero esta maldición puede romperse mediante la
aplicación de políticas racionales y el ejercicio de-
mocrático del poder (ver Capítulo 5).
Tener en cuenta los costos
sociales y ambientales
Un crecimiento de las exportaciones mal regulado
puede socavar el desarrollo humano a través de su
efecto negativo en el medio ambiente. Durante los
años noventa, Bangladesh impulsó fuertemente el
crecimiento a través de las exportaciones de cama-
rones cultivados. En la actualidad, las exporta-
ciones de este producto equivalen a 1,1% del PIB.
Una investigación realizada por el Programa de
las Naciones Unidas para el Medio Ambiente
(PNUMA) calculó que la salinización del agua,
la pérdida de tierras de pastoreo y otros impactos
ambientales han generado costos que representan
entre un 20% y 30% del valor de las exportaciones.
Además, los campesinos pobres perdieron tierras de
pastoreo y se vieron afectados por la disminución
de su rendimiento
30
. En Tayikistán, el gobierno
fomentó la producción intensiva de algodón a través
de empresas estatales. Hoy, el algodón es el tercer
producto de exportación más importante del país.
Sin embargo, las enfermedades transmitidas por el
agua son tres a nueve veces más frecuentes en las
zonas de cultivo algodonero. ¿Cuál es el motivo? El
uso poco normado de productos químicos tóxicos
que se  ltran a los canales de riego utilizados para el
abastecimiento de agua
31
. Según demuestran estos
casos, las cifras sobre el aumento de las exportacio-
nes no toman en cuenta los costos humanos ni las
externalidades ambientales que merman los víncu-
los entre comercio y desarrollo humano. Incorporar
estos costos y externalidades a los cálculos es una de
las condiciones primordiales para que el comercio
sea funcional al desarrollo humano.
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Comercio internacional: liberar el potencial del desarrollo humano
INFORME SOBRE DESARROLLO HUMANO 2005 143
La Ronda de Doha de negociaciones multilatera-
les sobre el comercio brinda una oportunidad a los
países desarrollados de armonizar las normas inter-
nacionales del comercio y las políticas nacionales
con sus promesas en relación con el desarrollo. No
sería realista esperar que la Ronda de Doha resuelva
por completo esta falta de equilibrio de tan larga
data, pero sería verdaderamente desastroso para el
sistema multilateral de comercio que no arrojara
avances tangibles.
Existen tres elementos de referencia para eva-
luar los resultados de la Ronda de Doha. En primer
lugar, debe generar normas que aborden las prácti-
cas comerciales injustas y desequilibradas vigentes
hace mucho tiempo, otorgando a los países pobres
acceso al mercado. En segundo lugar, la Ronda debe
centrarse especialmente en el comercio agrícola y en
la reducción de los subsidios a este sector. En tercer
lugar, debe revisar los acuerdos y las negociaciones
que limitan el espacio de maniobra en materia de
políticas del que disponen los países en desarrollo,
representan una amenaza directa para el desarrollo
humano y sesgan los bene cios de la integración a
favor de los países ricos. Los temas planteados por las
normas de la OMC sobre inversión y propiedad in-
telectual y por las actuales negociaciones sobre servi-
cios ejempli can el problema de diversas maneras.
Acceso a los mercados
Para que los países en desarrollo y las personas
pobres puedan cosechar los bene cios del comer-
cio, deben acceder a los mercados de los países
ricos. Este hecho fue reconocido en la declaración
que dio inicio a la Ronda de Doha, declaración que
incluía la promesa de los países ricos “de reducir, o
según sea pertinente, eliminar, las barreras arance-
larias y no arancelarias que gravan los productos
de potencial interés exportador para los países en
desarrollo”. Para ser un grupo de autodenominados
partidarios del libre comercio, a los gobiernos de los
países ricos les ha resultado difícil traducir sus pala-
bras en hechos.
Sistema perverso de graduación
En la mayoría de los esquemas impositivos se aplica
un principio muy simple: cuanto más se gana, más
se paga. Sin embargo, el sistema internacional de
comercio da vuelta este principio y cuando se trata
de acceder a los mercados industriales, cuanto más
bajo sea el ingreso medio del país, más alto es el
impuesto a pagar. Si bien los países industriales
aplican aranceles medios muy bajos en las relacio-
nes comerciales recíprocas, reservan algunos de sus
obstáculos de acceso más altos a las importaciones
que provienen de los países más pobres del mundo.
En promedio, los países en desarrollo de ingreso
bajo que exportan a los países de ingreso alto en-
frentan aranceles que son tres o cuatro veces ma-
yores que aquellos que se aplican al comercio entre
países de ingreso alto (Figura 4.9)
32
. El promedio
encubre grandes diferencias entre los países además
de altas tasas arancelarias que se aplican a produc-
tos con gran intensidad de mano de obra muy im-
portantes para el empleo en el mundo en desarrollo.
A modo de ejemplo, mientras el arancel promedio
sobre las importaciones de países en desarrollo hacia
países de ingresos alto es de 3,4%, Japón impone un
arancel de 26% al calzado proveniente de Kenya, la
Unión Europea un arancel de 10% a las importa-
ciones de prendas de vestir de la India, y Canadá,
Normas injustas: el sistema comercial
favorece a los países desarrollados
Para ser un grupo de
autodenominados
partidarios del libre
comercio, a los gobiernos
de los países ricos les ha
resultado difícil traducir
sus palabras en hechos
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4
Comercio internacional: liberar el potencial del desarrollo humano
144 INFORME SOBRE DESARROLLO HUMANO 2005
en tanto, grava las prendas de vestir de Malasia con
aranceles de 17%
33
.
La capacidad de pago de parte de los socios co-
merciales in uye muy poco en los aranceles de los
países desarrollados. Las exportaciones de los países
en desarrollo representan menos de la tercera parte
de las importaciones que llegan al mundo indus-
trializado, pero pagan dos tercios del total de los
ingresos arancelarios cobrados. Por otra parte, sus
exportaciones representan dos tercios de las impor-
taciones desde los países ricos sujetas a aranceles de
más de 15%
34
. En términos concretos, esto signi ca
que Viet Nam paga US$470 millones en impues-
tos por sus exportaciones de US$4.700 millones,
mientras que el Reino Unido paga prácticamente
lo mismo por exportaciones de US$50.000 millo-
nes
35
. El ingreso arancelario como porcentaje de las
importaciones ilustra grá camente la perversidad
del sistema impositivo vigente (Figura 4.10). En los
Estados Unidos, el arancel efectivo que grava las im-
portaciones desde países como Bangladesh y Viet
Nam es aproximadamente 10 veces más alto que
aquel que se aplica a productos provenientes de la
mayoría de los países de la Unión Europea.
La progresividad arancelaria es una de las for-
mas más perniciosas de graduación perversa. Los
países industriales habitualmente aplican aranceles
bajos a los productos básicos sin procesar, pero ele-
van considerablemente los niveles cuando se trata
de productos intermedios o  nales
36
. Los aranceles
japoneses y canadienses para alimentos procesados
son siete y 12 veces mayores, respectivamente, que
para productos en la primera etapa del proceso. En
la Unión Europea, los aranceles aumentan de 0 a
9% para la pasta de cacao y a 30% para el producto
 n a l .
Esta estructura arancelaria impide que los paí-
ses en desarrollo agreguen valor a sus exportacio-
nes. La progresividad arancelaria está diseñada para
transferir valor desde los productores de los países
pobres a los procesadores agrícolas y los comercian-
tes minoristas de los países ricos, y el sistema fun-
ciona. Permite explicar por qué el 90% de los granos
de cacao del mundo se cultivan en países en desarro-
llo, pero sólo el 44% de las exportaciones de licor de
cacao y el 29% del cacao en polvo se generan en esos
mismos países. La progresividad arancelaria ayuda
a con nar a países como Côte dIvoire y Ghana a
la exportación de granos de cacao sin procesar y los
condena a limitarse a un mercado volátil del cacao
sin procesar y con poco valor agregado. Mientras
tanto, Alemania es el mayor exportador de cacao
procesado del mundo y las empresas europeas cap-
tan el grueso del valor  nal de la producción afri-
cana de este mismo producto.
Además de enfrentar elevados obstáculos de
acceso a los países desarrollados, los países en de-
sarrollo alzan fuertes obstáculos al comercio entre
ellos mismos y de hecho, los aranceles que aplican a
las importaciones recíprocas son incluso más altos
que aquellos que imponen los países desarrollados.
Por ejemplo, los aranceles promedio  jados a los paí-
ses de ingreso bajo y mediano que exportan a Asia
Meridional son superiores a 20%. Los picos de aran-
celes (aranceles de importación superiores a 15%)
también son más habituales en los países en desa-
rrollo y llegan a más de 100% en el caso de países
como Bangladesh y la India. De hecho, las expor-
taciones de los países menos desarrollados a otros
países en desarrollo enfrentan algunos de los aran-
celes medios más altos del comercio mundial. Desde
una perspectiva regional, los aranceles medios más
elevados se aplican en África Subsahariana y Asia
Meridional, con 18% y 15%, respectivamente. Estos
elevados aranceles ayudan a explicar por qué el co-
mercio al interior de las regiones representa menos
de 1% del PIB en Asia Meridional y 5% en África
Subsahariana, en comparación con más de 25% en
Asia Oriental. La liberalizacn del comercio regio-
nal promovida en el marco del Mercado Común de
África Oriental y Meridional a partir de 2000 se ha
traducido en un marcado aumento del valor comer-
cializado, con importaciones y exportaciones que
incrementaron su valor de US$4.500 millones en
2002 a US$5.300 millones sólo en 2003.
Sistemas comerciales preferenciales
y reducción de las preferencias
Los sistemas de trato comercial preferencial brin-
dan a algunos países protección contra aranceles de
importación discriminatorios. La Unión Europea
ha otorgado preferencias a los países menos desa-
rrollado a través de la iniciativa ‘Todo menos armas’,
disposición de acceso al mercado en condiciones
exentas de aranceles y cuotas que fue adoptada en
2001. La Ley de Crecimiento y Oportunidad para
África promulgada en los Estados Unidos, con la
cual África goza de acceso preferencial a los mer-
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Comercio internacional: liberar el potencial del desarrollo humano
INFORME SOBRE DESARROLLO HUMANO 2005 145
cados estadounidenses en varios productos, entre
otros textiles y vestuario, ha sido un factor decisivo
en el acelerado crecimiento de las exportaciones de
prendas de vestir desde algunos países africanos.
De manera más general, sin embargo, los sistemas
de trato comercial preferencial suelen cubrir una
gama restringida de productos, adolecer de incerti-
dumbre respecto de su duración e incluir complejos
requisitos de habilitación.
Las normas de denominación de origen, que
especi can el grado de valor que se debe agregar
a cualquier insumo utilizado para generar expor-
taciones que cali quen para el trato preferencial,
son algunos de los requisitos más onerosos. Con
frecuencia, estas normas se erigen como barreras
comerciales proteccionistas. Para entrar a la Unión
Europea, los países exportadores deben haber agre-
gado ‘la mayor parte’ del valor a los productos uti-
lizados en cualquier exportación. Canadá es quien
ha determinado el nivel más bajo: los países expor-
tadores deben agregar sólo el 25% del valor de los
insumos importados.
¿Cuál es la importancia de estas diferencias apa-
rentemente misteriosas? Consideremos la situación
de un exportador de hortalizas de Uganda que im-
porta sus envases de Kenya. El exportador no cum-
pliría con las condiciones para acceder libre de aran-
celes al marco de la iniciativa “Todo menos armas”
de la UE debido al valor de los elementos importa-
dos. De manera similar, un exportador africano de
prendas de vestir que desee importar material textil
de la India para agregar a sus prendas chocaría con
las normas de denominación de origen de la Unión
Europea
37
. La mera complejidad de estas normas,
además de los requisitos poco realistas en materia de
valor agregado, minan la capacidad de los países po-
bres para aprovechar los esquemas preferenciales.
En la práctica, las normas de denominación de
origen  jadas por la Unión Europea tienen con-
secuencias proteccionistas. Sólo un pequeño por-
centaje de los bienes que cumplen las condiciones
requeridas entran a la Unión Europea exentos de
derechos aduaneros. En su situacn de país menos
desarrollado, Bangladesh cali ca para la franquicia
aduanera de admisión libre, pero menos de la mitad
de sus exportaciones entran en esas condiciones
38
.
Del mismo modo, sólo alrededor de un tercio de
las exportaciones camboyanas que cumplen con las
condiciones entran a la Unión Europea exentas de
pago de derechos
39
. Aunque Senegal en teoría cali-
ca para la franquicia aduanera de admisión libre, el
ps paga un arancel efectivo de aproximadamente
10%
40
.
La modi cación de las normas de denomina-
ción de origen en Europa podría abrir nuevas opor-
tunidades para algunos de los países más pobres del
mundo. Cuando Canadá bajó sus exigencias en ma-
teria de valor agregado en 2003, las importaciones
desde Bangladesh se duplicaron en sólo un año y, de
manera parecida, cuando los Estados Unidos renun-
ciaron a sus normas de denominación de origen bajo
la Ley de Crecimiento y Oportunidad para África
en 2001, las importaciones habilitadas, provenien-
tes de África Subsahariana se incrementaron brus-
camente. Ya en 2003, los niveles de importación
habían aumentado su valor de US$54 millones a
US$668 millones y sólo en Lesotho se crearon más
de 10.000 empleos
41
. Las importaciones europeas
desde África Subsahariana se redujeron durante el
mismo período.
Sin importar los bene cios y las limitaciones
de las actuales preferencias comerciales, los países
en desarrollo que las utilizan se verán afectados por
su reducción. Cuando se liberaliza el comercio, los
márgenes de las preferencias disminuyen o desapa-
recen del todo. En el marco del Acuerdo relativo al
Comercio Internacional de los Textiles o Acuerdo
Multi bras (AMF), algunos países en desarrollo
(como Bangladesh, Nepal y Sri Lanka) disfrutan
de acceso protegido a los mercados de los países in-
dustriales en el marco de un sistema de cuotas. La
eliminación de las cuotas mediante un acuerdo de
liberalización del comercio de la OMC expone a
estos países a la competencia de otros proveedores
más competitivos (como China y la India). China
ya ha aumentado su participación en el mercado,
situación que dio lugar a una oleada de peticiones
de protección de las industrias de prendas de ves-
tir de los Estados Unidos y la Unión Europea, en
apariencia por motivos de competencia desleal. Las
peticiones son infundadas, ya que no existen prue-
bas justi cadas de tal competencia desleal. Por otra
parte, si bien las importaciones de China aumenta-
ron fuertemente desde el término de las cuotas bajo
el AMF, son los exportadores de los países en desa-
rrollo, no los productores de los países industriales,
los que han debido cargar con los costos del ajuste
(Ver Recuadro 4.4).
En la práctica, las normas
de denominación de origen
jadas por la Unión Europea
tienen consecuencias
proteccionistas
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Comercio internacional: liberar el potencial del desarrollo humano
146 INFORME SOBRE DESARROLLO HUMANO 2005
La liberalización podría causar algunas de
las pérdidas más importantes en la agricultura. A
modo de ejemplo, el trato comercial preferencial en
la Unión Europea signi ca que países como Fiji y
Mauricio tienen asignadas cuotas para las expor-
taciones de azúcar por las cuales reciben tres veces
el precio vigente en el mercado mundial. El Fondo
Monetario Internacional (FMI) calcula que las po-
sibles pérdidas para Fiji y Mauricio podrían llegar a
2% y 4% de su PIB, respectivamente
42
. Para Mau-
ricio, signi caría una caída de 25% de los ingresos
públicos, situación que amenazaría el presupuesto
de sectores sociales de importancia crucial.
Estos casos refuerzan lo dicho anteriormente: la
liberalización del comercio puede crear ganadores
y perdedores en el mundo en desarrollo. Los paí-
ses desarrollados están respondiendo, si bien con
retraso, a los desafíos planteados por las disminucio-
nes en el sistema de trato comercial preferencial. Sin
embargo, si el desarrollo humano hubiese sido una
inquietud primordial dentro de las políticas comer-
ciales, los sistemas de asistencia requeridos ya esta-
rían en funcionamiento. Es urgente aplicar las medi-
das de apoyo  nanciero y otras para proteger a los
países y personas vulnerables. De maneras gene-
ral, la incapacidad de los países desarrollados para
ajustar sus políticas de importación al compromiso
asumido con los OMD ha limitado la posibilidad de
los países pobres de bene ciarse del comercio.
Comercio de productos agrícolas
La agricultura se ha constituido en el punto de con-
centración de las tensiones surgidas en la Ronda de
Doha. Está en juego un aspecto crucial para el desa-
rrollo humano y los ODM: las normas que rigen
el comercio de productos agrícolas en el mundo.
s de dos tercios de las personas que sobreviven
con menos de un dólar al día viven y trabajan en
zonas rurales, ya sea como pequeños campesinos o
como jornaleros agrícolas. Las prácticas comerciales
injustas socavan de manera sistemática las formas
de ganar el sustento de estas personas y frenan el
avance hacia los ODM.
El problema central de las negociaciones de la
Ronda de Doha se puede resumir en cinco pala-
bras: subsidios de los países ricos. Los países más
ricos del mundo aumentaron el nivel general de los
subsidios que otorgan a los productores, después de
haber prometido, durante la última ronda de ne-
gociaciones comerciales internacionales (la Ronda
Uruguay), que reducirían drásticamente el apoyo
a la agricultura. Encabezados por las dos superpo-
tencias en materia de subsidios agrícolas, la Unión
Europea y los Estados Unidos, el apoyo brindado
por los países desarrollados a la producción agrí-
cola hoy suma US$350.000 millones al año. El
apoyo directo a los productores se puede calcular
según diversas medidas. El Estimado de Apoyo al
Productor (PSE) utilizado por la Organización de
Cooperación y Desarrollo Económicos (OCDE)
calcula el costo de todas las políticas y transferen-
cias que mantienen los precios nacionales por en-
cima de los niveles mundiales en aproximadamente
US$279.000 millones, cifra equivalente a la tercera
parte del valor de la producción y a más de la mitad
en el caso de Japón (Figura 4.11)
43
. Parte de este
apoyo se otorga en diversas formas, la mayor parte
de las cuales suben los precios, aumentan la produc-
ción e impulsan las exportaciones. Los aranceles de
importación, que para varios productos llegan a más
de 100% (entre éstos, el arroz, el azúcar, las frutas y
las nueces)
44
, mantienen los precios nacionales por
encima de los niveles del mercado mundial, mien-
tras las transferencias presupuestarias in an los
ingresos. La mayoría de los gobiernos de los países
desarrollados tendrían una opinión poco favorable
de cualquier gobierno de un país en desarrollo que
intentara aplicar aranceles y subsidios a tal escala,
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4
Comercio internacional: liberar el potencial del desarrollo humano
INFORME SOBRE DESARROLLO HUMANO 2005 147
pero cuando se trata de la agricultura, los gobiernos
de los países desarrollados  jan sus propios están-
dares.
Algunos líderes políticos de los países desarro-
llados intentan justi car el apoyo que brindan a
la agricultura aludiendo a los objetivos en cuanto
a desarrollo rural y a los intereses de las comuni-
dades vulnerables de sus países. La justi cación no
está bien respaldada por pruebas concluyentes. En el
mundo real, los ganadores en el ciclo anual de pago
de subsidios por múltiples miles de millones de dó-
lares son los grandes agricultores, los intereses de
las empresas agro-comerciales y los terratenientes.
Las investigaciones realizadas para este Informe
indican que la distribución de los subsidios es más
desigual en los países ricos que la distribución del
ingreso en Brasil (Recuadro 4.5). En efecto, sería
bastante difícil diseñar un sistema de transferencia
nanciera más regresivo (o menos e ciente) que el
de los actuales subsidios agrícolas.
El compromiso  nanciero con un pequeño
grupo de bene ciarios, en su gran mayoría de alto
ingreso, nos ayuda a dimensionar la verdadera mag-
nitud de las necesidades  nancieras de los ODM.
Los países ricos gastan un poco más de US$1.000
millones anuales en asistencia al sector agcola de
los países pobres y un poco menos de US$1.000
millones diarios en sustentar sus propios sistemas
agrícolas. Con una fracción de lo que gastan los paí-
ses ricos en subsidiar la sobreproducción de culti-
vos como el arroz y el azúcar, sería posible cubrir las
necesidades  nancieras para alcanzar los ODM en
áreas como la educación, la salud y el agua. Y si esto
fuera poco, los subsidios de los países ricos no sólo
desvían recursos, sino además potencian la pobreza
rural en los países pobres. Los países industriales se
encuentran con nados a un sistema que desperdi-
cia el dinero en el ámbito nacional y destruye los
medios de vida en otras partes del mundo. Cuando
se trata del comercio agrícola mundial, el éxito del
mercado no está determinado por la ventaja com-
parativa, sino por el acceso comparativo a subsidios,
área donde los productores de los países pobres no
pueden competir.
Un antiguo ministro de agricul-
tura europeo describió la Polí-
tica Agrícola Común de la Unión
Europea como parte integrante
del “modelo social” de la Unión
Europea. En Estados Unidos,
la controvertida Ley Agrícola
de 2002 fue presentada como
una inversión en agricultura fa-
miliar. Sin embargo, los hechos
nos muestran otra cosa.
Los subsidios que se apli-
can en Europa y los Estados
Unidos están directamente
vinculados a la producción y el
tamaño de la propiedad y tie-
nen una consecuencia que se
impone sobre todas las demás:
mientras más grande eres más
consigues. En la Unión Europea, más de tres cuartas partes del
apoyo otorgado en virtud de la CAP se destinan al 10% de mayor
tamaño entre los benefi ciarios del subsidio. En 2003, seis procesa-
dores de azúcar compartieron un pago de
831 millones, pero en
los Estados Unidos el patrón de distribución es incluso más ses-
gado. Sólo el 40% de los agricultores recibe algún tipo de subsidio y
dentro de este grupo, el 5% más rico se queda con más de la mitad,
una suma de aproximadamente US$470.000 cada uno.
Una forma de evaluar la equidad en la distribución de los subsi-
dios agrícolas es construir un coefi ciente de Gini del apoyo guber-
namental. Según esta medición, la desigualdad en la distribución de
los subsidios en la Unión Europea y los Estados Unidos es mayor
que la distribución del ingreso en los países más desiguales del
mundo, lo cual pone en duda la idea de que los subsidios desem-
peñan una función importante en cuanto a proveer bienestar social
(ver Figura). El coefi ciente de Gini de la Unión Europea es de 77 y
el de Brasil, uno de los países con mayor desigualdad en el mundo,
de 60. Estas cifras incluso minimizan la regresividad de los subsi-
dios agrícolas; gran parte de su valor fi nal se destina a aumentar
los valores y la renta de la tierra o se convierte en utilidades que
benefi cian a los proveedores de insumos. Los agricultores de los
Estados Unidos se quedan con aproximadamente el 40% del valor
de los pagos otorgados por el gobierno.
Recuadro 4.5 ¿Dónde van los subsidios?
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2EINO5NIDO
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Fuente: Burfi sher y Hopkins 2003; Oxfam International 2004a; Grupo de trabajo medioambiental 2005
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4
Comercio internacional: liberar el potencial del desarrollo humano
148 INFORME SOBRE DESARROLLO HUMANO 2005
Los elevados niveles de apoyo entregados a
la agricultura se traducen en mayor producción,
menos importaciones y más exportaciones de lo que
normalmente debería darse y ayudan a explicar por
qué los países industriales continúan dominando el
comercio agrícola del mundo. A  nes los años no-
venta, dos tercio de las exportaciones agrícolas pro-
venían de países desarrollados, la misma proporción
que durante los años ochenta
45
. Las comunidades
rurales del mundo en desarrollo se ven afectadas
por medio de diversos mecanismos: las exportacio-
nes subsidiadas los desplazan al ofrecer precios más
bajos en los mercados mundiales y locales, de modo
que disminuyen los ingresos que reciben los campe-
sinos y los salarios que perciben los jornaleros agrí-
colas; al mismo tiempo, los productos que intentan
acceder a los mercados de los países industriales
deben vencer algunos de los picos arancelarios más
altas del comercio mundial.
Cálculos recientes sugieren que, debido al pro-
teccionismo y los subsidios de los países desarrolla-
dos, los países en desarrollo pierden alrededor de
US$24.000 millones alo en ingresos de la agri-
cultura, sin tomar en cuenta los efectos dinámicos
y residuales
46
. Cada dólar que se pierde por las po-
líticas comerciales agrícolas injustas representa más
de un dólar en las comunidades rurales, porque el
poder adquisitivo perdido signi ca menos ingre-
sos para realizar inversiones y generar empleos. Los
efectos de propagación son muy importantes: inves-
tigaciones realizadas en África indican que por cada
dólar de aumento en la economía rural se generan
tres dólares a través de los mercados locales. Esto
apunta a que los costos reales para los países en de-
sarrollo del apoyo a la agricultura que aplican los
países ricos podrían llegar a sumar US$72.000 mi-
llones al año, cifra equivalente a todo el  ujo o cial
de ayuda de 2003.
La política agrícola común de la UE
No hay nada mejor para demostrar la lógica per-
versa de los subsidios agrícolas que la Política Agrí-
cola Común (PAC) de la Unión Europea, conve-
nio que gasta libremente US$51.000 millones
(€43.000 millones) en apoyar a los productores.
La PAC brinda apoyo a un sector que representa
menos de 2% del empleo pero absorbe más de 40%
del presupuesto total de la UE. El azúcar es el pri-
mero entre muchos casos similares que gra ca un
comportamiento totalmente irracional en materia
de políticas públicas (Figura 4.12). Los agriculto-
res y procesadores reciben cuatro veces el precio
vigente del azúcar en el mercado mundial y gene-
ran un excedente de cuatro millones de toneladas,
que luego inunda los mercados mundiales con la
ayuda de más de US$1.000 millones en subsidios a
la exportación que se pagan a un pequeño grupo de
procesadores azucareros. El resultado es que Europa
es el segundo exportador más grande del mundo de
un producto en el cual no tiene ventaja comparativa
alguna.
Los productores de los países en desarrollo
pagan la cuenta: las exportaciones subsidiadas de
azúcar provenientes de la Unión Europea hacen
caer los precios mundiales en cerca de 33%, lo que se
traduce en que exportadores de azúcar mucho más
e cientes en los países en desarrollo sufren pérdidas
en divisas que se calculan en US$494 millones, en el
caso de Brasil, US$151 millones, en el de Sudáfrica
y US$60 millones, en el de Tailandia, todos países
con más de 60 millones de habitantes que viven con
menos de dos dólares diarios
47
. Al mismo tiempo,
Mozambique, país que está desarrollando una in-
dustria azucarera competitiva y que emplea gran
cantidad de jornaleros agrícolas, queda excluida de
los mercados de la Unión Europea mediante una
cuota de importación que le permite proveer una
cantidad equivalente a menos de cuatro horas de
consumo de toda la Unión. Cuando se trata de la
agricultura, hay límites inequívocos para la aper-
tura de la Unión Europea.
Políticas para el algodón y el
arroz en los Estados Unidos
La política aplicada por los Estados Unidos al algo-
dón es otro ejemplo de distorsión de los merca-
dos subsidiados que dañan el desarrollo humano.
Igual que en el caso de las políticas del azúcar en la
Unión Europea, los subsidios son de una magnitud
increíble. El Ministerio de Agricultura de los Esta-
dos Unidos calcula que los 20.000 agricultores del
país recibirán del gobierno pagos que ascienden a
US$4.700 millones en 2005, monto que equivale al
valor de mercado del cultivo y supera la ayuda que el
país entrega a África Subsahariana
48
. Los subsidios
de esta magnitud hacen recordar los sistemas de pla-
ni cación estatal que caracterizaban a la ex Unión
Soviética. Sin embargo, lo peor de esta situación es
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Comercio internacional: liberar el potencial del desarrollo humano
INFORME SOBRE DESARROLLO HUMANO 2005 149
el impacto de los subsidios en los productores de
algodón de los países pobres.
Las distorsiones de precio causadas por los sub-
sidios de los Estados Unidos tienen un impacto di-
recto en estos pequeños productores, ya que hacen
caer los precios mundiales entre 9% y 13% y per-
miten que los productores de los Estados Unidos
mantengan el dominio de los mercados mundiales
de exportación con cerca de la tercera parte del total
de las exportaciones del mundo. Estas exportacio-
nes no serían factibles sin los subsidios. Los eleva-
dos niveles de apoyo  scal en la práctica signi can
la inmunidad de los productores de los Estados
Unidos a las señales de precio que emiten los mer-
cados mundiales, lo que les permite incrementar la
producción independientemente de las condicio-
nes de mercado. De manera perversa, el aumento
de los subsidios gatillado cuando caen los precios
mundiales genera incentivos para la expansión de
la producción en épocas de precios bajos, mientras
los demás países deben absorber costos de ajuste ex-
tremadamente altos (Figura 4.13). Cuando los pre-
cios mundiales del algodón cayeron a su punto más
bajo en 50 años, en 2001, las pérdidas atribuibles a
los subsidios estadounidenses se estimaron en 1% a
3% del PIB de países como Burkina Faso y Malí en
África Occidental, región en la que unos dos mi-
llones de pequeños propietarios dependen del algo-
dón como su principal, y a veces única, fuente de
ingreso. Estas pérdidas afectaron directamente a los
hogares pobres y la merma de ingresos comprometió
la situación nutricional y los recursos disponibles
para salud, educación e inversiones en agricultura.
Sólo en Benin, la caída en los precios del algodón en
el período 2001-2002 se vinculó con un aumento de
la pobreza de 37% a 59%
49
.
Las distorsiones en el mercado mundial del al-
godón están desestabilizando economías completas
y los más castigados son los países pobres. Las ex-
portaciones de algodón revisten una importancia
marginal para los Estados Unidos, mientras que
en Burkina Faso representan el 50% del valor de
las exportaciones y constituyen un pilar de la eco-
nomía nacional. En momentos en que el mercado
mundial del algodón parece avanzar hacia otra pro-
funda caída de precios, el FMI calcula que el empeo-
ramiento de los términos de intercambio en 2005
reducirá el crecimiento económico de Burkina Faso
en 2,5% del PIB, de modo que la tasa de crecimiento
proyectada se reducirá a la mitad
50
. Este resultado
implica graves consecuencias para los esfuerzos de
alcanzar el ODM de reducir la pobreza de ingreso
a la mitad. También amenaza con desestabilizar la
balanza de pagos, ya que los  ujos de ayuda no serán
su cientes para cubrir el creciente dé cit. El desa-
rrollo humano se verá afectado tanto por el efecto
en la pobreza rural como por la menor capacidad
de importación.
La política agrícola de los Estados Unidos no
es la única causante de los problemas que afectan a
los mercados internacionales del algodón; otro fac-
tor contribuyente es el aumento de la producción
en otras regiones, en especial en China, además
de los fuertes subsidios que otorga la Unión Euro-
pea
51
. Sin embargo, debido a que Estados Unidos es
el mayor exportador del mundo, sus políticas tienen
una incidencia particularmente fuerte en los merca-
dos mundiales.
No sólo los pequeños agricultores que partici-
pan en la producción de cultivos para la exportación
ven mermados sus ingresos. Las políticas estadouni-
denses dañan a los productores nacionales de mu-
chos países. Entre 2002 y 2003, el arroz cultivado
en los Estados Unidos al costo de US$415 la tone-
lada se exportó a US$274 la tonelada
52
. Los expor-
tadores rivales, tales como Tailandia y Viet Nam,
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Comercio internacional: liberar el potencial del desarrollo humano
150 INFORME SOBRE DESARROLLO HUMANO 2005
tuvieron que ajustarse a esta competencia desleal y
lo mismo debieron hacer los millones de campesinos
que cultivan arroz para sus mercados nacionales. En
países como Ghana y Haití, las importaciones desde
los Estados Unidos desplazaron a esos campesinos
de los mercados nacionales y socavaron las posibili-
dades de establecer una economía rural dinámica.
En Ghana, los campesinos de la parte septentrional
más pobre del país que se dedican a cultivar arroz
enfrentaron el cierre de los mercados a sus produc-
tos debido a las importaciones baratas proceden-
tes de los Estados Unidos. El FMI se ha opuesto
a recurrir a los aranceles para restringir estas im-
portaciones, aduciendo que no existen pruebas de
competencia desleal. Es una decisión que no cuadra
con los pagos presupuestarios de US$1.300 millo-
nes realizados en 2003 por el país por concepto de
arroz, monto que representa casi tres cuartas partes
del valor de producción.
Reformular las normas para la agricultura
La Ronda de Doha es la oportunidad para elimi-
nar uno de los ejemplos más notorios de comercio
desleal y si bien los subsidios agrícolas de los países
desarrollados tienen un historial vil y de larga data,
su reducción ahora es más urgente que nunca antes
pues ello permitiría eliminar uno de los obstácu-
los que impiden avanzar hacia el cumplimiento de
los ODM. Sin embargo, los progresos en esta direc-
ción han sido magros. Desde el inicio de la Ronda
de Doha, en Estados Unidos se aprobaron leyes
que aumentan el apoyo a la agricultura en unos
US$7.000 millones alo
53
. Las nuevas leyes asi-
mismo estrecharon los vínculos entre subsidios y
producción que se habían distendido en el marco
de las leyes vigentes anteriormente.
De manera similar, el último giro en la larga
epopeya de reformas a la Política Agrícola Común
(PAC) tampoco se presta para optimismos. Con-
forme a las medidas acordadas en 2003, la Unión
Europea creó un marco que reestructurará, pero no
disminui, el apoyo total y de hecho, el presupuesto
de la PAC aumentará en el transcurso del próximo
decenio. La Unión Europea sostiene que los pagos
en el marco de la Política reformada serán viables
para la OMC y por consiguiente, quedan exentos
de cualquier reducción convenida como resultado
de la Ronda de Doha. ¿Cómo afectará la reforma
de la PAC el nivel general de apoyo según tal polí-
tica? Una evaluación realizada por la OCDE sobre
la base de proyecciones que captan el efecto de la
nueva estructura de pagos concluye que, como re-
sultado de la reforma, el apoyo a los productores
seguirá siendo de más de la tercera parte del valor
de producción (y el Estimado de Apoyo al Produc-
tor apenas disminuirá en un poco más del 1%)
54
.
Puesto que los pagos aún están vinculados con la
producción anterior y el tamaño de la propiedad,
el apoyo seguirá bene ciando a los agricultores más
grandes y más ricos. Si bien cambiará la estructura
de los pagos, el precio sostén seguirá representando
el 52% del total bajo la PAC reformada.
En la propia OMC están surgiendo nuevas
amenazas. En lugar de abordar de frente el desafío
crucial de eliminar las distorsiones de mercado, los
países desarrollados han emprendido un elaborado
ejercicio de reformulación de los subsidios (Re-
cuadro 4.6). Ahora se corre el peligro de que un
acuerdo de la OMC deje intactas las mismas dis-
torsiones que la Ronda de Doha intentaba eliminar,
situación que a la vez socavaría las perspectivas de
alcanzar los ODM.
Cerrar espacios para las
políticas de desarrollo
La última ronda de negociaciones en torno al comer-
cio mundial amplió la competencia de las normas
de la OMC a nuevas áreas y también fortaleció los
mecanismos de ejecución. En el nuevo sistema, los
miembros de la OMC ahora deben cumplir todos
los acuerdos adoptados como paquete, disposición
que se conoce como compromiso único o ‘Single
Undertaking’ (cláusula que signi ca que ningún
tema se considerará de nitivamente aprobado sin
que lo estén también todos los restantes). Un pro-
cedimiento de solución de controversias asegura el
cumplimiento de los acuerdos. En forma paralela
al fortalecimiento de las normas multilaterales, han
proliferado los acuerdos regionales de comercio, que
hoy suman unos 230 y cubren aproximadamente el
40% del comercio mundial. En cuatro áreas en par-
ticular, las normas multilaterales más drásticas o los
acuerdos regionales in uirán de manera importante
en el desarrollo humano y la futura distribución de
los bene cios que resultan del comercio mundial:
Política industrial, Propiedad intelectual, Servicios,
Aranceles e ingresos.
En 2005, los 20.000
agricultores de algodón
de los Estados Unidos
recibirán del gobierno pagos
por un monto equivalente
al valor de mercado del
cultivo y superior a la
ayuda que el país entrega
a África Subsahariana
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Comercio internacional: liberar el potencial del desarrollo humano
INFORME SOBRE DESARROLLO HUMANO 2005 151
La respuesta a la pregunta planteada en el título es simple: cuando
lo dicen los países desarrollados. El problema que hoy enfrentan los
países en desarrollo es que los países industrializados han transfe-
rido su apoyo hacia áreas de subsidios escasamente cubiertas por
las normas de la OMC, las mismas normas que fueron diseñadas
bajo la fuerte infl uencia de la Unión Europea y los Estados Unidos.
El Acuerdo de la Ronda Uruguay sobre agricultura, negociado
principalmente entre la Unión Europea y los Estados Unidos, intro-
dujo tres categorías de subsidios. Los subsidios de la ‘caja ámbar’
están sujetos a todos los recortes de la ayuda acordados en la OMC;
se permiten los subsidios de la ‘caja verde’, los que se consideran
‘no distorsionadores’. Entre ambos están los subsidios de la ‘caja
azul’, los cuales están exentos de recortes si se consideran vincu-
lados con tierras que están dejando de ser cultivadas y que fueron
introducidos por insistencia de la Unión Europea a fi n de dar cabida
a las reformas de la política agrícola común. Conforme a esta polí-
tica, la idoneidad para recibir pagos directos está condicionada a
que los productores dejen de cultivar una cierta proporción de sus
tenencias.
¿En qué radica la importancia de estas diferencias? En que el
marco de la OMC ejerce una disciplina débil o casi nula precisa-
mente sobre las formas de apoyo hacia las cuales los gobiernos
de los países desarrollados dirigen hoy los subsidios agrícolas. En
2001 (el último año para el cual se dispone de notifi caciones de la
OMC), Estados Unidos gastó US$50.000 millones en pagos con-
forme a la ‘caja verde’, tres veces su gasto en pagos conforme a la
‘caja ámbar’ (ver el Cuadro). Para no ser menos, la Unión Europea
también gastó $50.000 millones en pagos conforme a la ‘caja verde’
y la ‘caja azul’, más de lo que destinó a pagos de la ‘caja ámbar’. En
ambos casos, las superpotencias subsidiadoras han podido man-
tenerse por debajo del techo fi jado por la OMC para los subsidios,
a través de la reestructuración del apoyo general, más que del re-
corte. Lo que resulta de todo esto es que muchos de los subsidios
que permiten que Europa exporte cereales y que los Estados Unidos
exporten arroz, algodón, maíz y otros cultivos bajo el costo en los
mercados mundiales no son, para los nes de la OMC, catalogados
como subsidios a las exportaciones ni subsidios que distorsionan el
comercio y por lo tanto, podrían quedar fuera de cualquier acuerdo
destinado a recortarlos.
Algunos países en desarrollo ya han recurrido a los paneles de
disputas de la OMC para cuestionar subsidios específi cos. En el
caso del algodón, Brasil cuestionó con éxito la clasifi cación hecha
por Estados Unidos de sus pagos directos como pertenecientes a la
‘caja verde’. Los subsidios al azúcar aplicados por la Unión Europea
también han sido puestos en tela de juicio satisfactoriamente por
Brasil, la India y Tailandia y un panel de la OMC decidió que estos
subsidios no cumplen con sus normas. Sin embargo, existe cada
vez más peligro de que un acuerdo de la OMC deje espacio sufi -
ciente para permitir que el apoyo agrícola general, sen la defi ni-
ción de estimación de apoyo al productor de la OCDE, se mantenga
en torno al nivel actual, si bien en un nuevo envase.
Un resultado como este reduciría en forma drástica la credibi-
lidad de cualquier acuerdo agrícola de la Ronda de Doha. Si bien
no todos los subsidios provocan el mismo nivel de distorsión, la
transferencia anual de pagos multimillonarios a la agricultura a gran
escala sin lugar a dudas provoca graves distorsiones de mercado,
incluso si estos pagos se catalogan nominalmente como no distor-
sionadores. Lo anterior es especialmente cierto en sectores que
producen enormes excedentes destinados a los mercados mun-
diales. A lo menos, tales pagos constituyen una garantía que cubre
riesgos, recursos de capital para inversiones y una fuente de ga-
rantía para préstamos. Desde la perspectiva de los campesinos al-
godoneros de Burkina Faso o los productores de arroz de Ghana,
la precisión legal de la OMC a la hora de clasifi car los subsidios no
tiene tanta urgencia como determinar si los subsidios de los países
ricos socavan o no sus formas de sustento. El problema del actual
marco de normas para la agricultura es que institucionaliza prácticas
comerciales injustas cubiertas por un barniz de legalidad de la OMC,
con lo cual se debilita la legitimidad del propio sistema multilateral
basado en normas. Uno de los puntos de referencia a la hora de
ponderar los resultados de la Ronda de Doha en su conjunto debería
ser la formulación de normas de la OMC que prohíban la competen-
cia injusta entre países desarrollados y en desarrollo.
Recuadro 4.6 ¿Cuándo un subsidio no es un subsidio?
Fuente: Servicio de Investigaciones Económicas, del Departamento de Agricultura de los Estados Unidos; Watkins, 2003b.
US$, 2001/2002 (miles de millones)
Unión
Europea
Estados
Unidos
Caja ámbar 44,3 14,4
ximo caja ámbar permitido según normas de la OMC 75,7 19,1
Caja azul 26,7 0,0
Caja verde 23,3 50,7
Fuente : OMC 2005
Los subsidios grandes quedan al margen de las
normas de la Organización Mundial del Comercio
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Comercio internacional: liberar el potencial del desarrollo humano
152 INFORME SOBRE DESARROLLO HUMANO 2005
Política industrial
Una de las tareas más urgentes y difíciles que enca-
ran los países en desarrollo es la formación de capa-
cidades para incursionar en áreas del comercio
mundial de mayor valor agregado. Por los motivos
explicados anteriormente, una política industrial y
tecnológica activa es un requisito primordial en este
aspecto. Sin embargo, las actuales normas vigentes
restringen gravemente el campo de acción de los
gobiernos en esta área.
Varios acuerdos de la OMC restringen expresa-
mente el espacio normativo disponible a los gobier-
nos. El Acuerdo sobre Subsidios prohíbe una amplia
gama de incentivos  scales y crediticios para las ex-
portaciones y de manera similar, el Acuerdo sobre
Medidas de Inversión Relacionadas al Comercio
(TRIM) veda el uso de herramientas que alguna
vez utilizaron con provecho las economías de Asia
Oriental y otras para maximizar el bene cio de las
inversiones extranjeras, entre ellas exigencias de
contenido local, transferencias tecnológicas, empleo
de mano de obra local e investigación y desarrollo.
Todo esto parece ser injusti cado. No toda po-
lítica industrial ha funcionado y sobran ejemplos
de políticas de esta naturaleza que fueron ‘captu-
radas’ por grupos de interés o que culminaron en
onerosos proyectos industriales inútiles. Al mismo
tiempo, es difícil encontrar ejemplos de sectores que
hayan competido con buenos resultados en los mer-
cados mundiales en que no hubiera estado involu-
crado activamente el Estado. Muchas de las medi-
das que secundaron el desarrollo industrial de Asia
Oriental hoy están proscritas por las normas de la
OMC
55
. China recurrió de manera profusa a dispo-
siciones respecto de contenido local y transferencia
tecnológica, las cuales permitieron el surgimiento
de empresas competitivas en el ámbito mundial
que rápidamente escalaron hacia áreas del comer-
cio mundial de mayor valor agregado. La indus-
tria aeronáutica de Brasil, la tercera mayor fuente
de ingresos de exportación de ese país, contó con
el respaldo de créditos subsidiados. En la India, el
sector de más rápido crecimiento de repuestos de
automóviles recibió apoyo mediante la regulación
de los inversionistas extranjeros y la aplicación de
normas sobre contenido local (Recuadro 4.7). En
América Latina, donde la industria de repuestos de
automóviles se ajusta a las normas propuestas por la
OMC, las empresas nacionales prácticamente fue-
ron eliminadas del mercado por compañías trans-
nacionales extranjeras
56
.
El objetivo de la potica industrial debería ser
crear las condiciones necesarias en los países para
adquirir las capacidades tecnológicas requeridas
para aumentar la productividad, maximizar las ven-
tajas del comercio y desarrollar ventajas compara-
tivas dimicas
57
. La protección generalizada y los
desincentivos a la inversión extranjera no sirven.
Para conseguir sus objetivos, la política industrial
necesita concentrarse en nuevos sectores dinámicos,
ofrecer proteccn limitada en el tiempo contra las
importaciones y promover actividades que generen
inversiones y difusión de las tecnologías. En este
proceso, la interacción transparente entre el sector
público y el privado es de importancia crucial.
Normas más generales de la OMC podrían pro-
mover la transparencia y la predictabilidad necesa-
ria para asegurar que las políticas industriales no
precipiten controversias comerciales, como sucede
cada vez más con mayor frecuencia entre los Esta-
dos Unidos y la Unión Europea. Sin embargo, el sis-
tema actual no está en absoluto sincronizado con
lo que se necesita para fortalecer los vínculos entre
el comercio y el desarrollo humano. Como punto
de partida para la reforma, se debería recocer que el
multilateralismo no tiene como  n imponer proce-
dimientos comunes o un esquema de libre mercado
para los países con enfoques diferentes y distintos
grados de desarrollo, sino aceptar el argumento que
de ende políticas públicas diversas. El sistema ba-
sado en normas podría, a, concentrarse en el desa-
o primordial de fortalecer la previsibilidad y evitar
el con icto.
Propiedad intelectual
Las normas sobre propiedad intelectual inciden
fuertemente en el desarrollo humano. In uyen en
las condiciones bajo las cuales los países pobres pue-
den adquirir y adaptar las nuevas tecnologías que
requieren para aumentar su nivel de vida y triun-
far en el comercio mundial. Y también in uyen en
el acceso a medicamentos. Cualquier norma sobre
propiedad intelectual deberá encontrar el equili-
brio entre dos objetivos: crear incentivos para la
innovación a través de las patentes y otras medidas
y diseminar al máximo los bene cios de la inno-
vación. El acuerdo sobre Aspectos de los Dere-
chos de Propiedad Intelectual relacionados con el
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Comercio internacional: liberar el potencial del desarrollo humano
INFORME SOBRE DESARROLLO HUMANO 2005 153
Comercio (ADPIC) de la OMC y las variaciones
ADPIC-plus en acuerdos regionales y bilaterales
no han logrado balancear los intereses de los due-
ños de las tecnologías con los intereses del público
más amplio.
El acuerdo sobre los ADPIC establece un sis-
tema mundial para los derechos de propiedad in-
telectual que se basa en el nivel de protección brin-
dado por los países más desarrollados del mundo y
que incluye un período de protección de 20 años
para la patente. Si reducimos el alcance del nuevo
sistema a sus aspectos más esenciales, veremos que
aumentará el precio de las tecnologías patentadas,
generará ganancias para los dueños de las patentes
y aumentará el costo de transferencia de las tecno-
logías. Hoy, las empresas de los países desarrollados
poseen del 96% de las regalías (royalty) por paten-
tes y reciben US$71.000 millones al año por este
concepto
58
.
El acuerdo sobre los ADPIC amenaza con
profundizar la brecha digital entre los países tec-
nológicamente ricos y pobres. Históricamente, la
capacidad de copiar tecnologías ideadas en países
económicamente desarrollados ha sido un factor
importante en la habilidad de otros países para
ponerse al nivel de los demás. En el siglo XIX, los
Estados Unidos copiaron las patentes británicas.
En Asia Oriental, Jan, la República de Corea, la
Provincia China de Taiwán y China han perfeccio-
nado tecnologías a través de la ingeniería inversa y
el copiado. Hoy, los pses que se encuentran en lo
más alto de la escala tecnológica han eliminado la
posibilidad de aplicar tales estrategias. En momen-
tos en que la tecnología es cada vez más importante
El acuerdo sobre los ADPIC
amenaza con profundizar
la brecha digital entre los
países tecnológicamente
ricos y pobres
Un importante motor del desarrollo industrial es la integración de
las empresas locales a las cadenas mundiales de suministro. Los
buenos resultados dependen fundamentalmente de las políticas in-
dustriales.
La cadena de suministro más desarrollada del mundo es la de la
industria automotriz. En el último decenio, las empresas de la India
han surgido con una fuerza notable, especialmente en el sector de
los repuestos, y compañías como Bharat Forge, Brakes India y Sun-
daram han alcanzado áreas de producción de bastante valor agre-
gado, a menudo en alianza con empresas multinacionales. En este
sentido, el contraste con América Latina es sorprendente pues la
industria relativamente desarrollada de estos países fue desalojada
de los mercados nacionales y regionales por compañías automotri-
ces extranjeras que utilizaban sus propios proveedores.
A los buenos resultados en las exportaciones siguió un prolon-
gado período de protección del mercado. Las altas barreras a las
importaciones crearon incentivos para que los inversionistas extran-
jeros se ubicaran en la India y forjaran alianzas con empresas loca-
les. Estas barreras se eliminaron en forma gradual, de manera ab-
solutamente contraria a lo sucedido en América Latina. En la India,
los aranceles aplicados a automóviles y repuestos de automóviles
importados llegaban en promedio a más del 30% a mediados de los
noventa, mientras que en América Latina no superaban el 3%.
La cadena de suministro de repuestos de automóviles se ha
desarrollado con velocidad. El valor de la producción aumentó de
US$2.400 millones en 1997 a US$4.200 millones en 2001. La India
también ha emergido como un importante exportador y en la actua-
lidad, los envíos dan cuenta de alrededor del 15% de la producción
del sector, con lo cual llegan a US$800 millones en términos de
valor en 2002-2003. Las comparaciones internacionales muestran
que las empresas indias más destacadas son competitivas a nivel
mundial en una amplia variedad de productos para automóviles y
que las compañías nacionales han reducido drásticamente los ín-
dices de defectos y usan mano de obra califi cada para dominar
nuevas tecnologías.
Los datos provenientes de investigaciones a nivel de empresas
indican que es poco probable que los cambios en las normas de la
OMC debiliten la posición de las empresas nacionales pues la mayo-
a de los inversionistas extranjeros sostienen que los proveedores
de la India son tan e cientes como quienes proveen alternativas
importadas.
Las restricciones en términos de contenido nacional se utiliza-
ron para estimular el desarrollo de la industria de repuestos, pero
este tipo de políticas no siempre es adecuada ni arroja buenos re-
sultados. No obstante, en este caso una industria en ciernes fue
correctamente alimentada con la participación de las empresas
automotrices internacionales. El problema clave en otros casos es
saber si las empresas multinacionales se abastecerán en los mer-
cados nacionales toda vez que las normas de la OMC descartan las
normas sobre contenidos locales.
Recuadro 4.7 El sector de partes de automóvil de la India
Fuente: Sutton 2004; Tewari 2003.
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Comercio internacional: liberar el potencial del desarrollo humano
154 INFORME SOBRE DESARROLLO HUMANO 2005
para la competitividad del comercio internacional,
el creciente costo de importación de las tecnologías
podría marginalizar aún más a muchos países en
desarrollo.
Las amenazas al desarrollo humano que plan-
tea el acuerdo sobre los ADPIC son especialmente
pronunciadas en la salud pública
59
. Las condiciones
bajo las cuales entran al mercado los productos ge-
néricos producidos por el método de ingeniería in-
versa y luego compiten con los productos de marca
o patentados in uyen fuertemente en los precios de
los medicamentos. Por ejemplo, cuando la versión
genérica del  uconazole, medicamento usado en el
tratamiento del VIH/SIDA, entró al mercado de
Tailandia, los precios disminuyeron al 3% de su
nivel inicial. El fortalecimiento de las normas sobre
propiedad intelectual demorará la entrada de dro-
gas genéricas e impulsará los precios al alza. La de-
manda de medicamentos es muy sensible a los pre-
cios en los países pobres, donde los hogares pagan
tres cuartas partes de su costo. Un cálculo para la
India sugiere que para los hogares el costo que se
asocia con mayores precios de los medicamentes
aumentará en US$670 millones y casi duplica
el gasto actual en medicamentos contra las bacte-
rias
60
. Los proveedores públicos de salud también
tendrán que ajustarse a los costos más altos. El go-
bierno de Costa Rica calcula que su presupuesto de
productos farmacéuticos tend que multiplicarse
por cinco para mantener la cobertura universal sin
considerar el acceso a medicamentos genéricos.
Las preocupaciones respecto del aumento de
precio de los medicamentos que generaría una mayor
protección de la propiedad intelectual indujeron en
2003 a los gobiernos a adoptar la Declaración de
Doha relativa a la salud pública. En principio, la
Declaración fortalece el derecho de los países con
capacidades de fabricación insu cientes de usar las
licencias obligatorias para importar copias de bajo
costo de medicamentos patentados y así promover
la salud pública. Consigna que el acuerdo sobre los
ADPIC “no debe impedir que los Miembros adop-
ten medidas para proteger la salud pública”
61
.
Está por verse si la Declaración será interpre-
tada en el espíritu que re eja este compromiso. En
un hecho esperanzador y respondiendo a presiones
internacionales, las empresas farmacéuticas bajaron
los precios de los medicamentos utilizados en el tra-
tamiento del VIH/SIDA a niveles cercanos al costo.
Sin embargo, no queda claro si esta medida debi-
litará la protección de sus derechos de propiedad
intelectual en productos patentados que se utilizan
para tratar problemas de salud de per l más bajo
como la diabetes (que afecta a 115 millones de per-
sonas de países en desarrollo), y el cáncer cérvico-
uterino (que afecta a 400.000 mujeres de naciones
en desarrollo) o para prevenir enfermedades como
la neumonía (que causa una cuarta parte del total de
muertes infantiles del mundo)
62
.
Pero incluso si la declaración se interpreta según
el espíritu de Doha, los países desarrollados están
exigiendo disposiciones de ‘ADPIC plus’ en muchos
acuerdos regionales que fortalecen explícitamente la
protección proporcionada a las empresas farmacéu-
ticas —mucho más allá de las estipulaciones de la
OMC— y, además, restringen el espacio normativo
para los gobiernos. De hecho, algunos países en de-
sarrollo parecen haber adoptado estrategias de ne-
gociación comercial que aceptan la protección más
rigurosa de las patentes a cambio de obtener mejor
acceso a los mercados
63
. Los tratos cerrados han sido
desproporcionados, situación que re eja las des-
igualdades en el poder negociador (Recuadro 4.8).
Comercio de servicios
La liberalización del comercio de servicios ofrece
potenciales bene cios para los países en desarro-
llo. El problema es que los pses industriales han
concentrado su atención en áreas que amenazan
con socavar las perspectivas del desarrollo humano
y han dejado de lado la liberalización de áreas que
podrían ser de provecho para los países pobres.
El Acuerdo General sobre el Comercio de Servi-
cios (AGCS) de ne el marco para el establecimiento
de normas multilaterales jurídicamente vinculantes
en la OMC y cubre cuatro ‘modos de suministro’:
el transfronterizo (como el comercio electrónico y
las telecomunicaciones); el consumo en el extran-
jero (el turismo y las disposiciones de salud, entre
otros); la presencia comercial (por ejemplo, a través
del establecimiento de bancos, compañías de seguro
o instituciones  nancieras), y el movimiento tem-
poral de personas.
Los países desarrollados han concentrado sus
esfuerzos casi exclusivamente en la presencia comer-
cial. Su prioridad ha sido el establecimiento de nor-
mas de la OMC que refuercen el derecho de bancos,
compañías de seguro y otros proveedores multilate-
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Comercio internacional: liberar el potencial del desarrollo humano
INFORME SOBRE DESARROLLO HUMANO 2005 155
En los últimos años hemos sido testigos de drásticos cambios en
la política comercial de los EE.UU. Mientras la OMC sigue siendo
un importante epicentro, los Tratados de Libre Comercio regionales
y bilaterales se utilizan para fortalecer y ampliar las disposiciones
multilaterales. Unas de las que más se destacan son las normas
sobre propiedad intelectual. Muchas de las negociaciones en las
que se está llegando a acuerdo generan inquietudes en relación con
el desarrollo humano.
Los acuerdos bilaterales establecidos con Jordania (2000), Viet
Nam (2001), Chile (2003), Marruecos (2004), Australia (2004) y el
acuerdo regional con seis países en el marco de la Zona de Libre
Comercio de Centroamérica (CAFTA, 2004) han generado disposi-
ciones del tipo ‘ADPIC-plus’. Si bien las disposiciones más precisas
varían, existen tres temas recurrentes:
Extensión y expansión de la protección de las patentes: Todos los
Tratados de Libre Comercio otorgan protección de las patentes
por un plazo de 20 años, tal como lo estipula la OMC. En ciertas
condiciones, exigen una prolongación del período de protección.
Por ejemplo, los titulares de patentes en el marco del CAFTA
pueden solicitar extensiones para compensar cualquier demora
de los organismos fi scalizadores nacionales en el otorgamiento
de la patente. Además, todos los Tratados de Libre Comercio van
s allá del acuerdo sobre los ADPIC en cuanto a fortalecer la
protección de las patentes en el caso de plantas y animales.
Restricciones sobre uso de datos clínicos: Antes de que se otor-
guen las patentes para medicamentos, las compañías farmacéu-
ticas deben registrar los datos de ensayos clínicos ante los or-
ganismos nacionales de inscripción de medicamentos. Acceder
a tales datos es importante para las empresas productoras de
medicamentos genéricos ya que les permite producir copias de
medicamentos patentados sin tener que repetir ensayos costo-
sos. Por su parte, el acuerdo sobre los ADPIC sólo establece que
los gobiernos deben impedir “el uso comercial injusto” de datos.
Por el contrario, la mayoría de los Tratados de Libre Comercio
disponen de un período de “exclusividad de mercado” de cinco
os que resulta coherente con las leyes de los Estados Unidos.
Durante este período, se prohíbe el acceso a los datos de los
ensayos, con lo cual se podría retrasar la entrada al mercado de
los medicamentos genéricos y limitar la posibilidad de utilizar li-
cencias obligatorias. Además, la exclusividad es transfronteriza;
las restricciones que se aplican en un país (por ejemplo en los
Estados Unidos.) también son válidas en otro (por ejemplo, Nica-
ragua) y en toda la jurisdicción del Tratados de Libre Comercio.
Restricciones sobre licencias obligatorias e importaciones pa-
ralelas: En el marco del acuerdo sobre los ADPIC, los gobiernos
pueden autorizar licencias obligatorias que permitan a las com-
pañías genéricas producir copias de medicamentos patentados
de bajo costo a fi n de propiciar la salud pública. También es
posible importar productos patentados que se venden a menor
costo en el extranjero, disposición conocida como importacio-
nes paralelas. Los Tratados de Libre Comercio debilitan ambas
disposiciones. Por ejemplo, algunos acuerdos limitan el uso de
las licencias obligatorias a situaciones de emergencia y casos
de probado comportamiento anticompetitivo. La responsabi-
lidad de los países en desarrollo pobres de “probar” que se
trata de una emergencia o de un comportamiento anticompeti-
tivo, probablemente limite la posibilidad de recurrir a las licen-
cias obligatorias. De igual modo, mientras el acuerdo sobre los
ADPIC permite a los miembros de la OMC cierto nivel de fl exibi-
lidad a la hora de decidir si autorizar o no la importación paralela
de medicamentos patentados, la mayoría de los Tratados de
Libre Comercio permite a los titulares impedir tal situación.
El efecto general de estas disposiciones será limitar la capaci-
dad de los gobiernos de presionar para reducir los precios de los
medicamentos. El peligro estriba en que el aumento en el margen de
utilidades para la industria farmacéutica comprometerá la capacidad
de los estados de abordar los desafíos relativos a la salud pública.
Algunos países en desarrollo han estado dispuestos a com-
prometerse con normas de propiedad intelectual más rigurosas al
tiempo que buscan concesiones en otros ámbitos. El acceso pre-
ferencial al mercado de Estados Unidos es el principal incentivo en
las negociaciones, especialmente en cuanto a los bienes agrícolas.
Sin embargo, el proceso de negociación ha generado algunos re-
sultados poco equilibrados.
El CAFTA otorga acceso limitado al mercado a los seis países in-
volucrados (Costa Rica, El Salvador, Guatemala, Honduras, Nicaragua
y la República Dominicana). En el caso del azúcar, cultivo en el cual
estos países tienen ventajas considerables, los aranceles seguirán en
niveles superiores al 100% y las importaciones se restringirán al 1,7%
del mercado. Mientras tanto, los Estados Unidos consiguieron amplias
oportunidades de acceso a los mercados con el arroz en la medida en
que obtuvieron cuotas libres de impuestos inmediatas con un aumento
anual del 5%. Más de un tercio de las exportaciones de arroz de los
Estados Unidos ingresará ahora libre de impuestos, en circunstancias
que antes estaba sometido a aranceles de entre 15% y 60%.
A cambio de ventajas de mercado limitadas, en el mejor de los
casos, para un cultivo de exportación producido principalmente por
grandes agricultores comerciales, los países en desarrollo del CAFTA
decidieron aceptar normas de propiedad intelectual que podrían
comprometer la salud pública y la innovación tecnológica y que expo-
nen a sus propios productores de arroz a una competencia altamente
subsidiada proveniente del sector arrocero de los Estados Unidos.
Recuadro 4.8 Ir más allá de la Organización Mundial del Comercio
Fuente: Tussie 2005; Mayne 2005; Departamento de Agricultura de Estados Unidos, Servicio Agrícola Extranjero 2005.
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Comercio internacional: liberar el potencial del desarrollo humano
156 INFORME SOBRE DESARROLLO HUMANO 2005
rales de servicios para operar en los países en desarro-
llo en condiciones equivalentes a las que rigen para
los proveedores nacionales. Esta estrategia negocia-
dora re eja la sostenida campaña de presión llevada a
cabo por organismos que representan a las empresas
proveedoras de servicios  nancieros, a quienes tales
normas les abrirían el mercado mundial. Los países
en desarrollo, en tanto, han dado mayor importancia
a otras áreas, en especial la reducción de obstáculos
al movimiento temporal de mano de obra.
Los esfuerzos para promover la total liberali-
zación de los servicios en los países en desarrollo a
través de la OMC esn totalmente fuera de lugar,
si bien en algunos casos en efecto arrojan bene -
cios. Un factor importante que restringe el desa-
rrollo humano, el crecimiento y el comercio son los
servicios de mala calidad y aquí la presencia de em-
presas extranjeras que presten tales servicios puede
modernizar la infraestructura del transporte, re-
ducir el costo de las telecomunicaciones y mejorar
el acceso al crédito. Sin embargo, es mejor que la
liberalización se emprenda a través de estrategias
nacionales que se encuentren arraigadas en la pla-
ni cación en pos de los ODM y en metas más am-
plias del desarrollo humano, no a través de normas
para el comercio multilateral. Este es especialmente
el caso de áreas como el abastecimiento de agua y
los servicios de salud y educación. Antes de aplicar
cualquier régimen de la OMC, deberían evaluarse
exhaustivamente las repercusiones que tendrían las
normas (sector por sector) en el desarrollo humano,
disposición que fue incluida en el acuerdo AGCS,
pero hasta la fecha ha sido letra muerta.
Los países desarrollados no han estado dispues-
tos a emprender negociaciones de fondo respecto del
movimiento temporal de mano de obra, si bien es en
este campo donde los países en desarrollo podrían
obtener los mayores bene cios. Reducir las restric-
ciones sobre el movimiento temporal de mano de
obra es una oportunidad para que los países en de-
sarrollo exploten una de sus ventajas comparativas
más grandes: salarios bajos vinculados, en muchos
casos, a una elevada cali cación. Consideremos,
por ejemplo, el sector de programas de informática
de la India que explica el 16% de todas las exporta-
ciones y brinda empleo a 500 millones de personas.
Dos terceras partes de las exportaciones van hacia
los Estados Unidos de América y otra cuarta parte
a Europa. En casi la mitad de estas exportaciones,
que en 2002 representarons de US$3.000 millo-
nes, hay involucrado personal profesional que hace
la entrega en terreno
64
, prestación que depende del
acceso a los mercados.
El acceso a éstos se ve di cultado por algunos
problemas relacionados con la inmigración y por las
onerosas exigencias que deben cumplirse para ob-
tener visa
65
. Los potenciales importadores de servi-
cios profesionales desde la India primero deben ago-
tar las posibilidades en los mercados nacionales de
mano de obra para demostrar que no existe ninguna
alternativa de oferta de mano de obra, además de
cumplir con los requisitos de paridad salarial. Esto
último signi ca que los empleadores deben pagar el
salario en curso en el país an trión (invalidando las
ventajas de costo), mientras que los trabajadores ex-
tranjeros deben hacer aportes al sistema de seguri-
dad social (a cuyas prestaciones no tienen derecho).
Los ingenieros de programas también deben cum-
plir con determinadas exigencias de experiencia mí-
nima (cincoos en el Reino Unido y tres años en
los Estados Unidos) y pasar por procedimientos en-
gorrosos para la emisión de los permisos de trabajo
pertinentes. Existen asimismo restricciones para el
contingente de trabajadores que puede entrar al país
y complejas pruebas de ‘necesidades económicas’
que hay que superar.
Los controles de inmigración representan obs-
táculos aún más espectaculares a la entrada de mano
de obra no cali cada. Las diferencias salariales entre
un mecánico zambiano o un jornalero agrícola hon-
dureño y sus contrapartes en Europa o América del
Norte son enormes. En promedio, la diferencia sa-
larial entre los países desarrollados y en desarrollo
es de 10:1, esto es, cinco veces la diferencia habitual
en los precios de las mercancías. De esto se concluye
que el acceso temporal a mercados laborales de sala-
rios más altos ofrece enormes ventajas, ventajas que
se cierran debido a las políticas sobre migración.
El movimiento temporal de mano de obra po-
dría traducirse en enormes bene cios para el bien-
estar social. Se ha calculado que una transferencia
de trabajadores cali cados y no cali cados desde el
mundo en desarrollo tendría un potencial impacto
de US$157.000 millones anuales y equivaldría a
3% de la fuerza laboral de los países industriales. Si
bien los países en desarrollo serían los principales
bene ciarios, los países industriales también gana-
rían gracias al mayor crecimiento y al aumento de
Reducir las restricciones
sobre el movimiento
temporal de mano de
obra signifi caría enormes
ganancias para los
países en desarrollo
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Comercio internacional: liberar el potencial del desarrollo humano
INFORME SOBRE DESARROLLO HUMANO 2005 157
las recaudaciones tributarias. Al igual que en el caso
del comercio de bienes, sin embargo, también habría
perdedores en los países desarrollados: los trabaja-
dores no cali cados que estuvieran compitiendo en
el mismo sector del mercado laboral que los traba-
jadores nuevos llegados del exterior podrían sufrir
topes o inclusos mermas en sus salarios. Estos cál-
culos no debieran tomarse como indicativos de los
resultados precisos, ya que sólo apuntan a posibles
magnitudes. No obstante, para darle un contexto
a los bene cios que hemos calculado, un acuerdo
de la Ronda de Doha que liberalice el 40% del co-
mercio de productos agrícolas y manufacturados ge-
neraa bene cios estimativos en bienestar de sólo
US$70.000 millones
66
.
Aranceles e ingresos – Acuerdos
de asociación económica
Las normas multilaterales y regionales de comercio
in uyen directamente en los aranceles y en otras
políticas de importación, como asimismo en los
ingresos asociados, y si bien los acuerdos regionales
en que participan los Estados Unidos han concitado
la atención en los debates internacionales, las políti-
cas de la Unión Europea también son importantes.
En 2000, la Unión Europea acordó revisar su
sistema de preferencias comerciales con los países
pertenecientes al grupo de África, el Caribe y el Pa-
co (ACP) sustituyendo el Acuerdo de Cotonú
por un nuevo conjunto de Acuerdos de Asociación
Económica con seis regiones de ACP que abarcan
76 países. Este acuerdo, que debe entrar en vigencia
en 2008, de nirá los términos de las relaciones co-
merciales de Europa con algunos de los países más
pobres del mundo. Está por verse todavía si tales
términos serán consecuentes con la mística del de-
sarrollo humano y los ODM.
Bajo las normas de la OMC, los acuerdos regio-
nales de comercio deben ampliar la liberalización a
‘prácticamente todo el comercio’ y la Unión Euro-
pea ha adoptado este compromiso como eje central
de su mandato de negociación. Además de las re-
ducciones arancelarias, la Unión Europea también
planea cubrir en las negociaciones de liberalización
una serie de gravámenes no arancelarios que afec-
tan las importaciones, el comercio de servicios y los
denominados temas de Singapur sobre políticas de
competencia, facilitación de las inversiones y adqui-
siciones de parte de los gobiernos. No hay planes de
disposiciones especiales para que los países de ACP
limiten los auges de las importaciones. Tomado en
conjunto, el mandato tiene el potencial de generar
resultados poco equilibrados y negativos para el de-
sarrollo humano.
Consideremos en primer lugar las implicacio-
nes de la liberalización deprácticamente todo el co-
mercio. Para los gobiernos de los países ricos, esta
disposición incide sólo marginalmente en los ingre-
sos públicos. En África Subsahariana, en cambio,
los aranceles representan cerca de la tercera parte de
los ingresos que percibe el gobierno y esta propor-
ción sube a 50% en el caso de Lesotho y Uganda.
Aunque la disminución de los aranceles no necesa-
riamente se traduce en ingresos más bajos dado que
un aumento su ciente de las importaciones puede
contrarrestar los efectos de la baja impositiva, las
posibilidades de que ocurra un fuerte descenso son
bastante grandes. Un exhaustivo estudio concluye
que tres cuartas partes de los países de ACP podrían
perder 40% o más de sus ingresos impositivos y más
de la tercera parte perdería 60%
67
. Un resultado de
esta naturaleza tendría consecuencias graves para el
nanciamiento  scal de los servicios básicos y la in-
fraestructura económica.
Existen otros aspectos del mandato que también
son problemáticos. Durante la Ronda de Doha, el
intento de la Unión Europea de conseguir un
acuerdo de la OMC acerca de los temas de Singapur
contribuyó a la paralización de las negociaciones y
muchos países en desarrollo, en especial de África
Subsahariana, se opusieron a fortalecer las normas
de la OMC en estas áreas. Las negociaciones multi-
laterales sobre los temas de Singapur se suspendieron
por motivos prácticos. Los críticos ahora sostienen
que la Unión Europea está utilizando su poder de
negociación respecto de los países de ACP para evi-
tar la oposición en la OMC y establecer normas más
restrictivas recurriendoa la puerta trasera de las ne-
gociaciones comerciales regionales. De manera simi-
lar, también causa problemas que la Unión Europea
impidiera la aplicación de normas para mejorar la ca-
pacidad de los países de ACP de proteger sus econo-
mías contra aumentos repentinos de las importacio-
nes –por último en el caso de productos subsidiados
en el marco de la Política Agrícola Común.
Se mantiene la incertidumbre respecto de
los términos que aplicará la Unión Europea en su
mandato de negociación. En la práctica, tiene va-
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Comercio internacional: liberar el potencial del desarrollo humano
158 INFORME SOBRE DESARROLLO HUMANO 2005
No son sólo las normas fraudulentas imperantes
en el sistema comercial del mundo que inclinan la
balanza del poder en contra de los países en desa-
rrollo. Al mismo tiempo, los profundos cambios
estructurales en la economía mundial están redu-
ciendo las oportunidades de las economías vul-
nerables para asegurar los bene cios del comercio
necesarios para impulsar el desarrollo humano.
Hay dos tendencias que son especialmente proble-
máticas, una de larga data y otra más reciente. La
primera es la prolongada depreciación que afecta
los precios de los productos básicos y la segunda,
el creciente poder de los guardianes del mercado,
tales como los supermercados. Además del cambio
secular en la estructura del comercio mundial, los
países pobres enfrentan, como ya es habitual, res-
tricciones de capacidad en sus propias economías.
El nivel de formación de capacidades aceptable en
la actualidad es muy inferior a lo que en realidad
se necesita.
La crisis de los productos básicos
“Los precios económicos apropiados deben  jarse no
al nivel más bajo posible, sino a un nivel su ciente
para proporcionar a los productores una alimenta-
ción adecuada y otros estándares para sus condicio-
nes de vida … y es en el interés de todos los produc-
tores que el precio de un producto no se reduzca por
debajo de ese nivel y los consumidores no tienen
derecho a esperar que se haga”
68
. Ha pasado medio
siglo desde que el economista británico John May-
nard Keynes hiciera estos comentarios. Su visión
había sido moldeada por los recuerdos de la Gran
Depresión, cuando el colapso de precios de los pro-
ductos básicos contribuyó al derrumbe del sistema
mundial de comercio, causó masivos trastornos
sociales y profundizó las tensiones internacionales.
s de 50 años después, millones de produc-
tores de bienes básicos enfrentan una depresión
incluso más severa que aquella de los años treinta.
Mientras el vertiginoso crecimiento en China ha
apuntalado una recuperación de los precios de al-
gunos productos básicos, los precios bajos e inesta-
bles están socavando el avance hacia los ODM en un
grupo grande de países. Y, sin embargo, esta crisis
de los mercados de productos básicos no gura si-
quiera en la agenda del comercio internacional. Si la
comunidad internacional tiene el serio propósito de
reducir la extrema pobreza a la mitad y alcanzar los
demás ODM, este cuadro tendrá que cambiar.
La prolongada crisis que afecta los mercados
del café demuestra las devastadoras consecuencias
de la crisis más general que a ige a los mercados de
productos básicos. En las elegantes cafeterías de los
países de alto ingreso, donde el precio del café y las
utilidades de las tiendas minoristas suben rápida-
mente, las crisis del café es difícil de dimensionar.
Sin embargo, está destruyendo los medios de vida de
s de 20 millones de hogares donde la producción
s allá de las normas: productos básicos, los
nuevos guardianes y la formación de capacidades
rias alternativas. Si bien algunos países de la Unión
Europea han puesto énfasis en la naturaleza vincu-
lante del requisito de la OMC de liberalizar ‘prácti-
camente todo el comercio, esta norma está abierta
a la interpretación y es poco probable que se llegue a
una confrontación en la OMC. Si bien muchos paí-
ses de África Subsahariana podrían salir ganando
con aranceles más bajos, en especial para promo-
ver el comercio intra-regional, sería un error utili-
zar las negociaciones regionales de comercio para
ejercer presión sobre los gobiernos para que éstos
procedan a una rápida liberalización. En vista del
impacto potencialmente negativo en los países de la
Política Agrícola Común de abrirse al comercio de
productos agrícolas subsidiados, la Unión Europea
también podría ser mucho más  exible en la provi-
sión de protección a las importaciones vinculadas
con los subsidios de tal política.
Sería un error utilizar las
negociaciones regionales
de comercio para ejercer
presión sobre los gobiernos
para que éstos procedan a
una rápida liberalización
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Comercio internacional: liberar el potencial del desarrollo humano
INFORME SOBRE DESARROLLO HUMANO 2005 159
cafetalera de los pequeños productores constituye
una vital fuente de ingresos.
Durante más de un decenio, los productores de
café han estado atrapados en un movimiento a la baja
de los precios y están produciendo más y más café en
un desesperado esfuerzo, por lo demás contraprodu-
cente, para proteger sus ingresos. A  nes de los años
ochenta, los países exportadores de café recibían
unos US$12.000 millones por sus exportaciones. En
2003, exportaron más café, pero recibieron menos
de la mitad en ingresos, apenas unos US$5.500 mi-
llones. Entre tanto, en los países de ingreso alto, la
economía del café toma la dirección opuesta. Desde
1990, las ventas minoristas han aumentado de unos
US$30.000 millones a US$80.000 millones
69
. Los
bajos precios mundiales redujeron los costos y em-
pujaron al alza los márgenes de utilidad de los seis
torradores de ca que explican el 50% del comercio
mundial, al igual que las utilidades de los minoris-
tas. Los países exportadores, entre tanto, han visto
disminuir drásticamente su porcentaje del gasto a
nivel de consumidor  nal (de una tercera parte a una
décimo tercera parte)
70
. Desde el punto de vista de
las  ncas de los pequeños productores de ca, el
cambio ha sido más dramático aún. Por cada dólar
de café arábico de la más alta calidad proveniente
de Tanzanía que se vende en los cafés de los Esta-
dos Unidos de América, el campesino ahora recibe
menos de un centavo (Recuadro 4.9).
Los exportadores de países en desarrollo han
debido absorber enormes crisis económicas como
resultado de la caída de precios. Nueve países de
África Subsahariana y América Central dependen
del café para la cuarta parte o más de sus ingresos de
exportación. En cada caso, la baja repentina de los
precios ha socavado el crecimiento y la generación
de ingresos que son fundamentales para acelerar el
ritmo de avance hacia los ODM. La mayoría de los
productores son pequeños agricultores, de modo
que la baja de precios afectó directamente el ingreso
familiar y el acceso a servicios básicos como la salud
y la educación
71
.
Uno de los países más afectados es Etiopía
72
,
donde el café es el cultivo comercial más impor-
tante y genera más de 60% de los ingresos en divisas
y 10% de los ingresos públicos. Cerca de 25% de la
población participa de manera directa o indirecta
en la producción y comercialización del café. De lo
anterior se desprende que los acontecimientos en el
mercado internacional del café han afectado pro-
fundamente las perspectivas de Etiopía de alcanzar
los ODM. A diferencia de los productores agrícolas
de la Unión Europea o de los Estados Unidos, los
campesinos de Etiopía no disponen de protección
contra la caída de precios.
La crisis de precios que han debido absorber los
productores de Etiopía ha sido enorme. Si bien las
exportaciones han aumentado en dos terceras par-
tes desde mediados de los años noventa, los ingre-
sos generados por estas exportaciones han dismi-
nuido drásticamente (Figura 4.14). Más allá de las
implicaciones adversas para la balanza de pago y el
crecimiento económico, las menores ganancias de
“El ingreso del café es muy importante para nuestro hogar; lo uso para pagar la
matrícula escolar, las cuentas médicas y para asuntos familiares. Pero ahora estoy
perdiendo la fe en el café; me ha decepcionado tanto”.
Estas son las palabras de un campesino cafetalero del distrito de Masaka cerca
del Lago Victoria en Uganda Central y dan cuenta de la desesperación que sienten
millones de productores.
Tal como en otros países, el café de Uganda es principalmente un cultivo de
pequeña escala, tal como la papa, el maíz y las bananas, que provee una fuente de
ingreso familiar. Encuestas realizada entre productores de café entre 1999 y 2002, y
que abarcaron cuatro regiones que comprenden la mitad de la producción del país,
captan el impacto de la caída de los precios. Durante la primera mitad de los años
noventa, el aumento del ingreso familiar entre los pequeños cafetaleros, resultado
de la devaluación de las divisas, la reducción de impuestos a los productores y la
estabilidad en los precios mundiales, fue uno de los principales motores de la re-
ducción de la pobreza en Uganda. Sin embargo, desde 1997, los precios mundiales
se desplomaron y los ajustes a los que se vieron forzados los campesinos han co-
menzado a revertir estos avances:
Mayor nivel de endeudamiento.s de la tercera parte de los campesinos ca-
fetaleros declararon que no podrían rembolsar un préstamo debido a la caída
en los precios.
Menor consumo. Las familias informaron haber eliminado la carne y el pescado
de su dieta y reducido la cantidad de comidas. El día que entrevistamos al cam-
pesino citado al inicio de este recuadro, sus dos hijos de 10 y 12 años no habían
tomado desayuno.
Menor inversión. Las familias informaron haber recortado los gastos en manteni-
miento de la vivienda y compra de cabras, una fuente importante de proteínas.
Venta de cultivos alimentarios. Las familias informaron haber tenido que vender
cosechas básicas para pagar gastos médicos y matrículas escolares.
Fuente: Vargas Hill 2005.
Recuadro 4.9 La crisis del café
Millones de productores de
bienes básicos enfrentan
una depresión incluso
más severa que aquella
de los años treinta
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Comercio internacional: liberar el potencial del desarrollo humano
160 INFORME SOBRE DESARROLLO HUMANO 2005
la exportación se traducen en menos oportunida-
des para el desarrollo humano. El café, que se cul-
tiva junto a otros alimentos básicos, es la principal
fuente de dinero en efectivo para los hogares vul-
nerables. Las ventas del café  nancian el gasto en
educación, salud y otras erogaciones de importancia
crítica para los hogares.
Es difícil estimar las pérdidas  nancieras su-
fridas por los hogares ya que la información acerca
del nivel de producción en este ámbito es incom-
pleta. Además, en un mercado con precios suma-
mente  uctuantes, la elección de los años de refe-
rencia in uirá muchísimo en la estimación de las
pérdidas. Sin embargo, al recurrir al precio de 1998
de un dólar por kilo como referencia (nivel que se
aproxima al promedio de los últimos 15 años), em-
pleamos datos domiciliarios para estimar cuánto
el menor precio de US$0,30 por kilo de 2003 re-
dujo el ingreso de los hogares productores de ca.
Estos datos indican que la el hogar promedio ven-
dió aproximadamente 300 Kg. de café en 2003, por
lo que la pérdida de ingreso como resultado de la
baja del precio del café asciende a unos US$200 por
hogar; pérdida enorme en un país donde la tercera
parte de la población rural sobrevive con menos de
un dólar al día. En el ámbito nacional, la pérdida se
traduce en US$400 millones
73
, lo que signi ca que
por cada dos dólares de ayuda recibidos por Etiopía
en 2003, se perdió un dólar debido a la caída del
precio del café, merma que ha aumentado la brecha
no  nanciada para alcanzar los ODM.
Etiopía es sólo un ejemplo de un problema de
mucho mayor alcance. En Centroamérica, la caída
de precios se tradujo en efectos económicos que
equivalen a una merma de 1,2% del PIB, sin tomar
en cuenta los efectos multiplicadores. Su impacto en
la pobreza se puede cuanti car a través de los datos
sobre el gasto familiar. En Nicaragua, la incidencia
de la extrema pobreza entre los campesinos dedi-
cados al cultivo de café aumentó 5% en una época
en que disminuyó 16% entre los hogares que no
cultivaban el producto (Cuadro 4.1). La caída del
ingreso familiar ha afectado otras áreas del desa-
rrollo humano, como la educación, e ilustra cómo
los problemas en los mercados de productos básicos
pueden socavar los avances hacia los ODM en un
frente muy amplio.
Al igual que en el sector de otros bienes, los
problemas que enfrentan los productores de ca
son más fáciles de describir que de resolver. La
sobreoferta ha sido generada por la intensa com-
petencia por una participación en el mercado, la
creciente producción y una brecha cada vez mayor
entre producción y demanda (que se traduce en la
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6ALORDELAS
EXPORTACIONES
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53MILLONES
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53MILLONES
Cambio porcentual
Hogar Tasa de pobreza Tasa de pobreza extrema Matriculación escolar Consumo per cápita
No productor de café 15 –16 9 9,6
Productor de café 2,4 5 –7 –7
Fuente : Datos de Vakis, Kruger y Mason 2004.
Cuadro 4.1 Cambios en el bienestar de Nicaragua: el costo de la
caída en los precios del café 1998–2001
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4
Comercio internacional: liberar el potencial del desarrollo humano
INFORME SOBRE DESARROLLO HUMANO 2005 161
acumulación de existencias). Las prácticas comer-
ciales también han aportado su parte. Por ejemplo,
los torradores de café han creado técnicas de ‘vapo-
rización limpia’ que les permite sustituir café de alto
valor por otros de baja calidad y precio, proceso que
profundiza la depresión mundial de precios que ha
aumentado de modo excesivo sus márgenes de uti-
lidad, mientras condena a millones de productores
a la pobreza
74
.
En su urgencia por liberalizar los sistemas de
comercialización agrícola, los donantes y los gobier-
nos en ocasiones han agravado los problemas que
afectan a los productores de bienes básicos. Si bien
los organismos estatales eran ine cientes y, algunas
veces, corruptos, proveían insumos (tales como cré-
ditos y otros) a los productores. Con la pérdida de
estos servicios, a los pequeños agricultores muchas
veces les ha sido más difícil ingresar a los mercados
mundiales, en especial en el caso de productos de
mayor valor agregado. En Tanzanía, la acelerada li-
beralización de la comercializacn del café causó
el colapso de las cooperativas que mantenían la ca-
lidad a través de la diferenciación de precios. De
hecho, después de la apertura, el sobreprecio del café
tuvo una caída mucho más pronunciada para Tan-
zanía que para Kenya, donde el mercado nacional
se abrió solo marginalmente
75
. Lo mismo suced
con el algodón, donde la apresurada liberalización
terminó en el colapso de las funciones de provisión
de insumos, créditos e información de mercado en
Tanzanía (que antes estaban en manos de organis-
mos estatales), con consecuencias adversas para la
producción y los precios al productor. En África
Occidental, en cambio, la participación más activa
del Estado permit aumentar la producción y man-
tener un sobreprecio por la elevada calidad
76
.
No existen soluciones sencillas o universales
para la continua crisis que afecta los mercados mun-
diales de productos básicos. En algunos casos, es ne-
cesario manejar la oferta para restablecer el equili-
brio del mercado, si bien los problemas que resultan
de los acuerdos de viejo estilo siguen reiterándose.
Las herramientas de gestión de riesgos basadas en
el mercado podrían brindar cierta protección con-
tra la volatilidad de precios, pero no contra su caída
y aunque es difícil llevar las herramientas de este
tipo a los productores más pobres, no es del todo
imposible. Otra alternativa son las compensacio-
nes, donde la ayuda y el alivio de la deuda se utili-
zan para amortiguar las perturbaciones que afectan
la balanza de pagos. El FMI dispone de un Servicio
Financiero Compensatorio, pero provee  nancia-
miento en condiciones que la mayoría de los países
de bajo ingreso de África no pueden pagar. El es-
quema Flex de la Unión Europea puesto en marcha
en 2000 tiene mejores perspectiva. Provee asistencia
presupuestaria en forma de donaciones, pero los re-
quisitos que se deben cumplir son tan restrictivos,
que pocos países cali can para este mecanismo. Los
países quedan habilitados para recibir este tipo de
nanciación si han experimentado una pérdida de
10% de sus ingresos debido a disminuciones en las
exportaciones y un aumento comparable en su dé -
cit presupuestario, lo que signi ca que en promedio
sólo se desembolsaron US$12 millones al año en el
período 2000 a 2003 y solamente a seis de los 51
países que postularon
77
.
La función de los guardianes
del mercado
Los debates acerca del comercio internacional
suelen centrarse en los gobiernos y se ha prestado
mucho menos atención a las distorsiones asociadas
con el poder económico en manos de los guardia-
nes de los mercados de los países desarrollados. Sin
embargo, las empresas mundiales minoristas y mer-
cantiles son cada vez más importantes en el sistema
internacional de comercio y conectan a millones
de productores con los respectivos consumidores
en todo el mundo. Estas empresas han contribuido
su parte a la riqueza generada a través del comercio
internacional, si bien su creciente poder en el mer-
cado amenaza las iniciativas en marcha que buscan
fortalecer los vínculos entre el comercio y el desa-
rrollo humano.
Los supermercados aparecen como los principa-
les guardianes de los mercados agrícolas de los paí-
ses desarrollados. Su crecimiento está cambiando
los mercados. Vender en los mercados mundiales,
en especial en aquellos de cultivos con mayor valor
agregado, signi ca cada vez más vender a un pu-
ñado de grandes cadenas de supermercados. Es un
hecho que tiene consecuencias importantes para la
distribución de los bene cios generados por el co-
mercio
78
.
Las principales 30 cadenas de supermercados
y empresas de alimentos realizan alrededor de la
Los supermercados son
ahora los principales
guardianes de los mercados
de mayor crecimiento en
el comercio agrícola
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Comercio internacional: liberar el potencial del desarrollo humano
162 INFORME SOBRE DESARROLLO HUMANO 2005
tercera parte de las ventas de abastecimiento de
alimentos
79
. Dentro de los países desarrollados, la
participación de mercado de los operadores más
grandes se está incrementando a un ritmo vertigi-
noso. Wal-Mart, una de las empresas más grandes
del mundo en la actualidad, explica más de un ter-
cio de las ventas industriales de alimentos en los
Estados Unidos. En el Reino Unido, los cinco su-
permercados más importantes representan 70% o
más de las ventas de abastecimiento de alimentos,
proporción que se duplicó desde  nes de los años
ochenta. En los países en desarrollo está ocurriendo
algo similar. A  nes de este mismo decenio, los su-
permercados vendían menos de 20% de todos los
alimentos en América Latina. Hoy ese porcentaje
aumentó a 60%. La velocidad del cambio ha sido
asombrosa: mientras la expansión de los supermer-
cados en Europa tardó cinco decenios, en América
Latina demoró sólo uno
80
.
La concentración del poder se ha producido
junto con la creación de sistemas mundiales de abas-
tecimiento y selección de proveedores. Wal-Mart
adquiere sus suministros en más de 65.000 fuen-
tes. Carrefour compra sus melones en el nororiente
de Brasil para abastecer sus puntos de venta al por
menor en ese país y para aprovisionar sus centros
de distribución en otros 21 países. Royal Ahold se
provee de manzanas en Chile para su distribucn a
través de un centro situado en Perú. Empresas como
Tesco del Reino Unido adquieren frutas y horta-
lizas de más de 200 proveedores, muchos de ellos
ubicados en países en desarrollo
81
.
Estas tendencias son importantes para la parti-
cipación en los bene cios del comercio internacio-
nal por tres motivos relacionados. En primer lugar,
los supermercados son los guardianes de los merca-
dos de mayor crecimiento en el comercio agrícola
mundial así como de aquellos que tienen los niveles
más altos de valor agregado. Participar de manera
provechosa en estos mercados puede ser muy posi-
tivo para los ingresos de los pequeños agricultores,
en especial para aquellos que logran trascender los
mercados de productos básicos a través de la diver-
si cación. En segundo lugar, la concentración de
la información sobre el poder comprador con ere
a los supermercados un enorme ascendiente sobre
los precios y los términos y condiciones más gene-
rales en que comercian los pequeños agricultores
de los pses en desarrollo con los países ricos. En
tercer lugar, con el surgimiento de redes mundia-
les de abastecimiento que abarcan muchos países,
los supermercados tienen la capacidad de desplazar
su demanda entre grandes cantidades de proveedo-
res, situación que fortalece aun más su poder en el
mercado.
El modelo de negocios predominante en el
sector de los supermercados premia la entrega rá-
pida, la alta calidad y, por encima de todo, los pre-
cios muy bajos. Un informe de Oxfam lo explica
así: “Los compradores trabajan en una cultura co-
mercial basada en metas e incentivos que los esti-
mulan literalmente a ‘estrujar’ a los proveedores en
materia de precios y tiempos de entrega, sin pres-
tar mucho atención a las repercusiones éticas que
puedan generarse en el extremo inferior de la ca-
dena de abastecimiento”
82
. El poder comprador de
los supermercados les permite asegurar que sean los
productores los que paguen el ajuste a los precios
más bajos. Por ejemplo, las cadenas de supermerca-
dos del Reino Unido iniciaron en 2002 una guerra
de precios en el rubro bananas, la fruta más popular
de esa nación. Entre 2001 y 2003, los precios a los
productores se redujeron en un tercio, situación que
afectó de manera devastadora a los pequeños agri-
cultores proveedores del Caribe y los trabajadores
de las plantaciones
83
.
Las tendencias de esta naturaleza apuntan a un
peligro inminente: que los exportadores de productos
de alto valor agregado en los países en desarrollo que-
den atrapados en las mismas condiciones comerciales
adversas que afectan a los exportadores de productos
básicos. Por otra parte, los supermercados también
están alzando obstáculos contra el ingreso de los pe-
queños productores al mercado que son mucho más
inexpugnables que aquellos creados por los aranceles.
Al mismo tiempo que empujan los precios a la baja,
exigen a los proveedores que cumplan con mejores es-
ndares de calidad y con criterios restrictivos de en-
trega ‘justo a tiempo’. Para cumplir estos requisitos,
se requiere una capacidad  nanciera e institucional
que está fuera del alcance de los pequeños agriculto-
res, en especial cuando los supermercados demoran
los pagos. La práctica comercial habitual de pago es
de 45 a 60 días después de la entrega
84
.
Dada la creciente preocupación por la seguridad
de los alimentos entre los consumidores del mundo
occidental, los supermercados se encuentran bajo
una gran presión para garantizar los estándares y la
El acceso a los mercados
es una condición necesaria,
pero no sufi ciente, para
integrarse con éxito al
comercio internacional
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Comercio internacional: liberar el potencial del desarrollo humano
INFORME SOBRE DESARROLLO HUMANO 2005 163
procedencia de los bienes que venden. Sin embargo,
el costo de vigilar el cumplimiento de los estándares
aumenta a la par con la creciente cantidad de pro-
ductores y su dispersn geográ ca y crea incentivos
para subcontratar las compras a grandes centros de
producción y distribución. El resultado es que jus-
tamente donde el comercio tiene el mayor potencial
de reducir la pobreza, los obstáculos al ingreso al
mercado son más elevados.
La experiencia de Kenya ilustra el problema. En
el transcurso de los últimos quince años, el país se
ha convertido en un exportador dinámico de hor-
talizas frescas a la Unión Europea y constituido
en uno de los pocos casos afortunados de un ps
africano que pudo insertarse en mercados de mayor
valor agregado. Sin embargo, los pequeños agri-
cultores han quedado atrás: mientras que en 1997
proveían casi 75% de las exportaciones de hortali-
zas de mayor valor agregado de Kenya, en 2000 su
participación se había reducido a 18%
85
. El cambio
más marcado que ha experimentado esta industria
es la creciente importancia que están adquiriendo
las explotaciones agrícolas arrendadas o pertene-
cientes a importantes empresas exportadoras. Uno
de los factores desencadenantes de este cambio ha
sido la necesidad de cumplir los estándares de los
supermercados del Reino Unido, en especial el que
se re ere a la posibilidad de identi car el origen.
Otro ha sido el requisito de garantizar las cantida-
des que los supermercados pueden cambiar contra
aviso a corto plazo. Mirando hacia el futuro, existen
grandes posibilidades de que las exigencias de los
supermercados marginen aun más a los pequeños
agricultores que no tienen los medios para pagar el
costo de la electricidad, los viveros y la iluminación
arti cial que se requiere para producir productos
absolutamente uniformes.
Kenya no es un ejemplo aislado y los datos in-
dican que en todo el mundo se está excluyendo a los
pequeños agricultores. En Brasil, 60.000 pequeños
agricultores dedicados a la lechería quedaron margi-
nados del mercado en la segunda mitad de los años
noventa debido a su incapacidad de cumplir las nor-
mas técnicas cada vez más exigentes demandadas
por los supermercados
86
. En la medida en que estos
gigantes incrementen su alcance, es posible que se
intensi quen las presiones sobre los precios y que
aumenten las barreras al mercado a través de la apli-
cacn de normas más exigentes para los productos.
Falta de capacidad
Los mercados de exportación pueden ofrecer enor-
mes oportunidades para el desarrollo humano, pero
aprovechar esas oportunidades exige mucho más
que la simple apertura. Por encima de todo, exige
tener la capacidad necesaria para responder a la
apertura y saber manejar los ajustes. Muchos países
y productores pobres no tienen esa capacidad.
El acceso a los mercados es una condición nece-
saria, pero no su ciente, para integrarse con éxito
al comercio internacional, como lo ha descubierto
África Subsahariana. Si bien la región enfrenta las
barreras arancelarias más bajas en los países desarro-
llados, ello no ha frenado su marginalización. Entre
los motivos están los elevados costos de comerciali-
zación, los problemas relacionados con la debilidad
de las instituciones y la falta de capacidad en mate-
ria de infraestructura. Los costos de transporte au-
mentan los precios de las exportaciones de África
Subsahariana en 15% a 20%, tres veces más que el
promedio mundial, y se han transformado en un
obstáculo que anula los bajos aranceles que se acor-
daron para los exportadores africanos
87
. El informe
de la Comisión para África que auspicia el Reino
Unido propuso un fondo de entre US$10.000 mi-
llones y US$15.000 millones para superar el dé cit
en infraestructura que afecta al continente, lo que
subraya tanto la magnitud del problema como el
lugar crucial que ocupa la asistencia en abordar los
asuntos del comercio.
Invariablemente, son siempre los productores
pobres los que enfrentan los costos de comercia-
lización más elevados. Muchos no tienen acceso a
caminos, tecnologías, información de mercado o
activos productivos (tierra, capital y agua) necesa-
rios para conseguir sus objetivos. En la República
Democrática Popular Lao, 40% de las aldeas están a
más de seis kilómetros de una carretera importante
y 50% de los caminos son intransitables durante la
temporada lluviosa. Esto di culta el traslado de los
productos a los mercados y aumenta el costo de los
insumos. En África Subsahariana, la densidad de la
red de caminos rurales es de sólo 55 kilómetros por
kilómetro cuadrado, en comparación con más de
800 en la India
88
. La insu ciencia de los caminos
rurales hace aumentar los costos de transacción, re-
duce los precios a nivel de la explotación agrícola y
los retornos a la mano de obra y debilita los incenti-
Invariablemente, son
siempre los productores
pobres los que enfrentan los
costos de comercialización
más elevados
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Comercio internacional: liberar el potencial del desarrollo humano
164 INFORME SOBRE DESARROLLO HUMANO 2005
vos de mercado. Esta carencia ayuda también a ex-
plicar por qué es bastante habitual que los pequeños
agricultores africanos reciban 10% a 20% del precio
de exportación de sus productos y que el resto se
pierda en costos de transporte y de mercado
89
.
Hay un aspecto en que las condiciones previas
que se deben cumplir para impulsar el desarrollo
humano a través del comercio no di eren mucho
de aquellas necesarias para el desarrollo humano
en general. Sin medidas para superar las profun-
das desigualdades y dé cit en el acceso a la salud, la
educación y los activos productivos, la integración
a los mercados mundiales no aportará grandes be-
ne cios. Por este motivo, la política comercial debe
formularse como parte de una estrategia integral de
reducción de la pobreza y desarrollo humano. Dejar
que lo solucione el mercado no es un enfoque ade-
cuado.
De la experiencia de los exponentes del éxito en
el comercio agrícola se puede extraer algunas lec-
ciones importantes. En Senegal, las exportaciones
de frutas y nueces aumentaron más de 40% desde
La creación de capacidades es un aspecto crucial para lograr la co-
rrecta integración de los países en desarrollo al comercio mundial
y los gobiernos de los países desarrollados han otorgado al tema
una creciente prioridad en sus programas de ayuda. Empero, este
tipo de asistencia técnica adolece de limitaciones que socavan su
efi cacia, situación especialmente cierta conforme a las medidas de
la Asistencia técnica y la capacitación relacionadas con el comercio
(TACB, por su sigla en inglés).
Prioridades impulsadas por los donantes. Con demasiada fre-
cuencia, la TACB se inclina hacia las prioridades de los donantes.
Al inicio de la Ronda de Doha, el programa de negociaciones de la
Unión Europea asignó prioridad a las políticas sobre competencia,
la facilitación del comercio y la inversión, es decir los ‘temas de
Singapur’. La abrumadora mayoría de los países en desarrollo, espe-
cialmente en África y entre los países menos desarrollados, recha-
zaron este programa. Aún así, en 2001, los temas de Singapur die-
ron cuenta de la mitad del total de la asistencia técnica en políticas
comerciales registrado por la OMC. Por el contrario, sólo el 1% del
apoyo a las políticas se destinó a negociaciones sobre temas agríco-
las, área de vital inquietud para los países en desarrollo. El sesgo en
los programas bilaterales se presenta a través de la discriminación
(cuando los donantes rehúsan fi nanciar actividades desfavorables
a sus intereses inmediatos) o el favoritismo (cuando los donantes
ofrecen apoyo para temas que ellos consideran prioritarios).
Sesgos y restricciones en las asesorías. Una cantidad des-
proporcionada de asesoría de TACB consiste en cómo poner en
práctica los acuerdos de la OMC según los países desarrollados,
lo cual incluye gran parte de la actividad de la OMC bajo el Fondo
Fiduciario Mundial creado en 2001. Por otra parte, casi no se ofrece
asistencia en temas que podrían corregir el desequilibrio de poder y
mejorar los objetivos en materia de políticas públicas.
Financiación insufi ciente. Algunos de los programas de TACB
más efi caces adolecen de falta de fi nanciación crónica. Un ejem-
plo es el Programa Conjunto de Asistencia Técnica Integrada de
la OMC, la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y
Desarrollo y el Centro Internacional de Comercio. En particular, se
trata de un programa muy apreciado por los gobiernos de África. Sin
embargo, actualmente se fi nancia a través de un Fondo Fiduciario
Común de US$10 millones repartidos entre 20 países, suma que
parece totalmente desproporcionada considerando la envergadura
de las desventajas que enfrentan los gobiernos africanos en la OMC.
La fi nanciación actual para estos países en desarrollo conforme al
Marco Integrado es inferior a los US$6 millones.
nculos débiles con las estrategias de desarrollo. Los es-
fuerzos realizados por los donantes para incorporar a la TACB a la
cooperación para el desarrollo y la planifi cación nacional para la
reducción de la pobreza no están a la altura de las expectativas. El
Marco Integrado, para tomar un ejemplo, ha llevado a cabo viarias
evaluaciones de diagnóstico de muy buena calidad respecto de las
restricciones por el lado de la demanda, especialmente en lo que
respecta a los pobres. Sin embargo, no hay pruebas de que las reco-
mendaciones se hayan incorporado a los Documentos de Estrategia
de Reducción de la Pobreza, la mayoría de los cuales dice muy poco
sobre políticas comerciales. Por todo ello, la efi ciencia del Marco
Integrado se ha visto aún más debilitada por la mala coordinación,
los mandatos contradictorios y superpuestos de los organismos im-
plicados y un sesgo por la sobre fi nanciación de la asistencia técnica
destinada a la infraestructura.
Recuadro 4.10 Los límites de la asistencia técnica para la creación de capacidades relacionadas con el comercio
Fuente: Deere, 2005.
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Comercio internacional: liberar el potencial del desarrollo humano
INFORME SOBRE DESARROLLO HUMANO 2005 165
1998 y los pequeños agricultores fueron el motor
que impulsó este crecimiento. Se crearon más de
10.000 empleos rurales. La clave del éxito fue una
asociación entre pequeños agricultores, el gobierno
y el Proyecto de Promoción de las Exportaciones
Agrícolas
90
. El proyecto impulsa el establecimiento
de centros frigorí cos, provee información de mer-
cado y rehabilita servicios de carga. En Ghana,
cinco cooperativas de pequeños agricultores crea-
ron una empresa que ha liderado el aumento en las
exportaciones de piñas a la Unión Europea y los
mercados regionales, empresa que en sus inicios
contó con el apoyo del Banco Mundial. Ahora tra-
baja con organismos públicos y proveedores priva-
dos para contratar servicios técnicos que ayuden
a los campesinos a cumplir las normas que deben
satisfacer los productos, en la obtención de crédi-
tos y en los procedimientos de exportación
91
. En la
India, Spices Board, la junta a cargo de las especias,
brinda una estructura normativa y los sistemas de
comercialización que vinculan a 2,5 millones de
productores con los mercados mundiales, provee
asistencia en la comercialización y en sistemas de
manejo de plagas y también en el mantenimiento
de normas de calidad. En todos los casos, las aso-
ciaciones entre el sector público y el privado fueron
decisivas para el cumplimiento de los planes
92
.
Desde el inicio de la Ronda de Doha, los países
desarrollados se comprometieron a esforzarse más
en la creación de capacidades para superar los obs-
A veces, la creación de capacidades adolece directamente de in-
coherencias a nivel de políticas. La política pesquera aplicada por
la Unión Europea en Senegal constituye un ejemplo descarnado.
Mientras una parte de la ayuda de la Unión Europea y sus políticas
comerciales buscan apoyar una gestión sostenible de los recursos
y equilibrar el crecimiento de las exportaciones con las necesidades
de los mercados locales, otra parte socava estos objetivos.
Hoy ena, el sector pesquero da cuenta des de la tercera
parte de los ingresos de Senegal por concepto de exportaciones,
aproximadamente 75% del consumo nacional de proteínas. Ade-
s, el sector es responsable del empleo directo e indirecto de unas
600.000 personas, lo que incluye un gran número de pequeños pes-
cadores.
El fl orecimiento de la industria pesquera de exportación ha con-
tado con el apoyo del organismo de desarrollo francés, el cual ha
nanciado alrededor de la tercera parte de los costos asociados
con el cumplimiento de las normas de la Unión Europea en materia
de seguridad alimentaria. Las preferencias comerciales de la Unión
Europea también han protegido a Senegal de la competencia de
menor costo proveniente de Tailandia. Otros donantes de la Unión
Europea, además del Banco Mundial, están respaldando proyectos
destinados a mejorar la capacidad del país para administrar las po-
blaciones de peces en forma sostenible y la Unión Europea gasta
US$12 millones en apoyo a labores de inspección y monitoreo. En
este sentido, el trabajo de diagnóstico realizado conforme al Marco
Integral para la Asistencia Técnica Relacionada ha puesto hincapié
en la importancia de desarrollar una capacidad nacional para moni-
torear y controlar el acceso a las poblaciones de peces.
Si bien una parte de la ayuda y la política comercial de la Unión
Europea buscan apoyar el manejo sostenible del recurso y a equi-
librar el crecimiento de las exportaciones con las necesidades del
mercado local, otra parte socava abiertamente estos mismos propó-
sitos. Desde 1979, la Unión Europea fi nancia una serie de acuerdos
destinados a lograr que las embarcaciones europeas accedan a la
población íctica de Senegal. El último trato de “efectivo a cambio de
acceso” consiste en una transferencia de US$64 millones que cubre
el período hasta 2006 y que forma parte de un conjunto más amplio
de acuerdos a través de los cuales la Unión Europea ha subsidiado
el acceso a los recursos pesqueros de otros países para compensar
la sobrepesca en sus propias aguas.
Después de 15 años de “cooperación” con la Unión Europea,
el sector pesquero de Senegal enfrenta una profunda crisis. Las
poblaciones se han reducido considerablemente, situación que
afecta al sector artesanal, hace subir los precios en los mercados
locales y pone en peligro el abastecimiento de las fábricas de con-
servas de exportación. Al igual que los anteriores acuerdos, las
actuales disposiciones no ponen límites a la cosecha y, a causa
de la falta de registros de tonelaje, las autoridades senegalesas
no pueden monitorear las poblaciones. Esta situación muestra un
marcado contraste con la gestión del recurso pesquero adoptada
por la Unión Europea en su propio territorio, donde se fi jan límites
al total de capturas.
El resultado es que la Unión Europea está debilitando sistemá-
ticamente el desarrollo de un sistema de gestión de los recursos
pesqueros, lo cual no es muy compatible con los objetivos de cohe-
rencia en cuanto a políticas establecidos en el Tratado de Roma.
Recuadro 4.11 En busca de coherencia
Fuente: Brown 2005b; Kaczynski y Fluharty 2002; PNUMA 2002; Picciotto 2004; CTA 2004; Jensen 2005.
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Comercio internacional: liberar el potencial del desarrollo humano
166 INFORME SOBRE DESARROLLO HUMANO 2005
táculos que impiden el crecimiento de las exporta-
ciones de los países en desarrollo
93
. Desde entonces,
ha surgido un amplio conjunto de medidas de asis-
tencia reunidas bajo el lema de ‘Asistencia técnica y
capacitación relacionadas con el comercio’ (TACB,
por su sigla en inglés). Según cálculos conserva-
dores, ahora se orientan unos US$2.100 millones
hacia estas medidas. El 70% del total busca aliviar
las restricciones que enfrenta la oferta y el resto se
asigna a la creación de capacidades institucionales
para políticas comerciales.
Si bien la asistencia TABC ha arrojado algunos
bene cios importantes, adolece de los problemas de
ayuda descritos en el Capítulo 3, pero más acentua-
dos. Existen numerosas iniciativas de asistencia téc-
nica poco coordinadas y de pocos recursos, donde
en muchos casos falta sentido de pertenencia de los
gobiernos bene ciarios. La asistencia técnica con
frecuencia se provee de manera aleatoria e indiscri-
minada y en forma inconexa. El objetivo restringido
a la aplicación de los acuerdos de la OMC ha sido
tan perjudicial como lo anterior, acuerdos que en
muchos casos son de dudoso provecho para los paí-
ses en desarrollo (Recuadro 4.10)
La coherencia es importante para la creación
de capacidades. Sin embargo, con demasiada fre-
cuencia las políticas comerciales socavan los reales
objetivos que se persiguen con los programas de
TACB. Si, por una parte, los programas de ayuda
de la Unión Europea y los Estados Unidos invier-
ten en el fomento de capacidades de los pequeños
agricultores, por otra parte, sus políticas comercia-
les debilitan los mercados de los cuales dependen
esos mismos productores rurales para su sustento.
La política pesquera de la Unión Europea ilustra de
manera muy grá ca esa incoherencia, porque socava
de manera activa una industria en Senegal que por
otra parte cuenta con el respaldo de programas de
ayuda para los Estados miembros de la Unión Eu-
ropea (Recuadro 4.11)
En todo este capítulo se sostiene que, para forta-
lecer los vínculos entre el comercio y el desarrollo
humano, es necesario actuar en un amplio frente.
La prioridad más inmediata es considerar la política
comercial como un componente central de la pla-
ni cación nacional para reducir la pobreza. Luego
se debe garantizar que las normas multilaterales y
regionales de comercio apoyen las prioridades en
materia de desarrollo humano.
La Ronda de Doha y la propia OMC son una
parte importante de este proceso más general. Las
buenas normas comerciales no resolverán muchos
de los problemas más urgentes que enfrentan los
países en desarrollo, pero pueden ser una contribu-
ción, mientras que las normas malas pueden causar
daños enormes. La próxima reunión ministerial de
la OMC, que se ha plani cado para diciembre de
2005, constituye una oportunidad decisiva para
adoptar un marco negociador que cumpla con el
compromiso pactado de realizar una ronda para
el desarrollo. También puede sentar las bases para
futuras negociaciones que hagan del desarrollo hu-
mano un componente central del cometido de la
OMC, junto con la progresiva y equilibrada libera-
lización. Desperdiciar esta oportunidad afectaría,
quis de manera de nitiva, la legitimidad y credi-
bilidad de la OMC ya forzada en exceso.
Repensar la gobernabilidad
de la OMC
Las normas no cambian en el vacío, ya que son mol-
deadas por las instituciones y, en el caso de la OMC
y el comercio internacional, por las relaciones de
poder. Un sistema multilateral enfrenta el difícil
desafío de proveer un marco en el cual la partici-
pación de los miembros menos poderosos también
tenga cierto peso.
En principio, la OMC es un organismo extraor-
dinariamente democrático. A diferencia del Banco
Transformar a Doha en una ronda para el desarrollo
La regla de fachada de
‘un país, un voto’ con
la que opera la OMC
oculta las relaciones
desiguales de poder entre
países ricos y pobres
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Comercio internacional: liberar el potencial del desarrollo humano
INFORME SOBRE DESARROLLO HUMANO 2005 167
Normas más justas en el
comercio internacional
podrían crear un
fuerte impulso para la
consecución de los ODM
Mundial y el FMI, las estructuras de toma de deci-
siones no re ejan el poder nanciero de los miem-
bros. La regla dominante es ‘un país, un voto’. Cada
miembro tiene el derecho a veto y las decisiones se
adoptan sobre una base supuestamente consen-
suada. En un sentido formal, Benin tiene el mismo
voto que los Estados Unidos y Bangladesh el mismo
que la Unión Europea.
En la práctica, la regla de fachada de ‘un país, un
voto’ con la que opera la OMC oculta las relaciones
desiguales de poder que moldean los resultados de
sus negociaciones. Algunos países son más capaces
que otros de in uenciar el programa de la OMC. En
la Ronda Uruguay, los países en desarrollo, a pesar
de ser la mayoría, fueron incapaces de oponerse a
la ampliación del mandato de la OMC hacia áreas
como el derecho de propiedad intelectual, las inver-
siones y los servicios. Por otra parte, el acuerdo sobre
agricultura no modi có prácticamente ninguno de
los programas de subsidios agrícolas de la Unión
Europea y los Estados Unidos, debido a la sencilla
razón de que en todos los aspectos, salvo por el nom-
bre, eran acuerdos bilaterales entre las dos partes que
a la fuerza se introdujeron al sistema de normas mul-
tilaterales. En efecto, las superpotencias del mundo
tuvieron la habilidad de adaptar las normas de modo
tal que se ajustaran a sus políticas nacionales.
Los factores institucionales profundizan las
desigualdades entre los países. La habilidad para
moldear los acuerdos depende de la capacidad de
los países de seguir negociaciones complejas de gran
amplitud, campo en que algunos países de nitiva-
mente son ‘más iguales’ que otros. En 2004, 33 paí-
ses en desarrollo, 10 de ellos de África, eran miem-
bros o se encontraban en el proceso de ingresar a la
OMC pero no tenían ningún representante perma-
nente ante ese organismo. En promedio, la misión
de la OMC de un país menos desarrollado consta
de dos profesionales. En el otro extremo, la Unión
Europea tiene un equipo constituido por 140 per-
sonas para defender su causa en las negociaciones de
la OMC. Eso sin tomar en cuenta los encargados de
negocios destinados a las capitales nacionales que
multiplicarían esa cantidad por varias veces
94
.
Mientras algunos países en desarrollo como
Brasil, China y la India tienen grandes equipos ne-
gociadores que los representan y son participantes
e caces en las negociaciones, la mayoría de los países
pobres quedan marginados.
Este dé cit en materia de democracia represen-
tativa tiene importantes consecuencias. En las nego-
ciaciones cotidianas, el mero peso de los números y
el fácil acceso a conocimientos especializados ejerce
una gran in uencia. La capacidad de aprovechar el
sistema también se re eja en los procedimientos de
solución de controversias: ni un solo país africano
ha postulado un caso ante la OMC. Para crear una
democracia válida en la OMC, será necesario corre-
gir estos desequilibrios institucionales.
Cómo el comercio podría
ayudar a cumplir los ODM
Normas más justas en el comercio internacional
podrían crear un fuerte impulso para la consecu-
ción de los ODM. Para generar ese impulso, será
necesario que las políticas de los gobiernos de países
desarrollados sean más coherentes con las políticas y
los compromisos de desarrollo que asumieron. Por
otra parte, las normas comerciales injustas y des-
equilibradas obstaculizan los esfuerzos internacio-
nales para cumplir los ODM. La Ronda de Doha
brinda la oportunidad para abordar este problema,
pero hasta la fecha es poco lo que se ha conseguido.
Para volver a centrar la Ronda en sus objetivos de
desarrollo y  jar un marco para el desarrollo que
facilite las negociaciones en el futuro, será necesa-
rio adoptar un enfoque de dos etapas.
‘Pago a cuenta’ de la ronda de desarrollo
La reunión ministerial que se ha plani cado para
diciembre de 2005 en Hong Kong, China (RAE)
constituye una última oportunidad para restable-
cer la con anza en la Ronda de Doha y debe arrojar
resultados tangibles y prácticos. Estos resultados
deben incluir un ‘pago a cuenta’ de la ronda de desa-
rrollo en tres áreas especí cas: acceso al mercado,
apoyo agrícola y trato especial y diferencial para los
países en desarrollo.
La reunión ministerial de 2005 brinda una
oportunidad para eliminar algunas de las restriccio-
nes más notorias al acceso a los mercados que limi-
tan la capacidad de los países pobres para salir bene-
ciados del intercambio comercial. Deben acordarse
calendarios de aplicación obligatoria para:
Eliminar los picos arancelarios y reducir la pro-
gresividad arancelaria; para este n, es necesa-
rio disminuir los aranceles máximos a un nivel
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Comercio internacional: liberar el potencial del desarrollo humano
168 INFORME SOBRE DESARROLLO HUMANO 2005
de no más del doble de los aranceles promedio
de aquí hasta el año 2010.
Implementar la propuesta de la Comisión para
África auspiciada por el Reino Unido de apli-
car acceso libre de aranceles y de cuotas a todas
las exportaciones procedentes de países de bajo
ingreso de África Subsahariana; y ampliar este
acceso a todos los países menos desarrollados de
otras regiones.
A ojar las normas de denominación de origen;
para este cometido, adoptar, antes de 2007,
leyes basadas en prácticas óptimas que permi-
tan reducir las exigencias de valor agregado para
los productos que reúnen las condiciones nece-
sarias a 25% del valor de exportación y que los
países que reciben trato comercial preferencial
obtengan sus insumos de cualquier lugar del
mundo.
Establecer, en 2006, un fondo de compensación
para el ajuste comercial que provea US$500 mi-
llones al año durante el siguiente decenio para
compensar a los países por el desgaste del trato
comercial preferencial.
Los avances en el campo de la agricultura son
de importancia vital. Las políticas de los países de-
sarrollados desestabilizan y deprimen los mercados
mundiales, socavan la posición de los exportadores
agrícolas competitivos e incrementan la pobreza
rural al inundar los mercados de alimentos de los
países pobres con exportaciones subvencionadas.
Después de cuatro años de negociaciones todavía
no se ha logrado nada concreto. No se ha  jado un
calendario para eliminar los subsidios a las expor-
taciones y los países desarrollados están reestruc-
turando los subsidios para eludir las normas de la
OMC. Las prioridades inmediatas para  jar un ca-
lendario de los compromisos que deben asumir los
países desarrollados deberían incluir:
Una prohibición obligatoria de todos los subsi-
dios directos a las exportaciones a más tardar el
año 2007;
Reducción de los subsidios en general a un nivel
no superior de 10% del valor de producción
antes de 2010;
Compensación a los productores de los países
en desarrollo más afectados por las políticas
agrícolas de los países desarrollados para pro-
ductos básicos fundamentales como el azúcar y
el algodón;
Reducción escalonada en los aranceles de impor-
tación a través de la llamada fórmula suiza que
aplica los recortes más drásticos a los aranceles
más altos, con topes de 10% antes de 2010, y
Término de la disposición de la ‘caja azul’ que
autoriza a los países a proveer apoyo irrestricto
a sus mercados.
Las normas de la OMC reconocen en princi-
pio que los países en desarrollo no están obligados a
asumir compromisos que son incompatibles con su
situación económica y necesidades de desarrollo. En
la práctica, la disposición de trato preferencial no ha
logrado brindar un marco para armonizar las obli-
gaciones de la OMC con el compromiso en desarro-
llo humano. Este hecho se reconoció en la Declara-
ción de Doha, la que apeló a implementar normas
más precisas, e caces y operativas”. Sin embargo,
los países en desarrollo han sido sometidos a pre-
siones para liberalizar las importaciones que no se
condicen con sus necesidades de desarrollo. Si bien
tal liberalización tiene ventajas para el desarrollo
humano, debe aplicarse de manera secuencial y co-
herente con las estrategias nacionales de reducción
de la pobreza y los ODM, y las normas de la OMC
deberían ajustarse a estos principios. La reunión mi-
nisterial de 2005 constituye una oportunidad para
formular estas normas para el acceso a los mercados
y la agricultura. Con esta nalidad en mente, los
países desarrollados deben convenir lo siguiente:
Limitar las demandas recíprocas de acceso a los
mercados en bienes no agrícolas y permitir que
los países en desarrollo reduzcan los aranceles
promedio mediante una fórmula que otorgue
mayor nivel de  exibilidad;
Dispensar algunos ‘productos especiales’ de la
agricultura de cualquier exigencia de liberali-
zación y permitir que los países en desarrollo
apliquen mecanismos de salvaguardia para
restringir el acceso a sus mercados cuando su
seguridad alimentaria se ve amenazada por los
niveles de importación. Estos productos debe-
rían incluir alimentos básicos y cultivos que
sean importantes para el sustento rural y para
el ingreso de los hogares pobres.
Revisar las normas de acceso de la OMC para
garantizar que los nuevos miembros que sean
países en desarrollo no tengan que cumplir con
exigencias de liberalización incongruentes con
su situación de desarrollo.
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Comercio internacional: liberar el potencial del desarrollo humano
INFORME SOBRE DESARROLLO HUMANO 2005 169
Con miras al futuro
No sería realista esperar que la Ronda de Doha, y
menos aun la reunión ministerial de 2005, corrijan
la totalidad de las tensiones que han surgido entre
las normas de la OMC y las políticas comerciales de
los países desarrollados, por un lado, y los ODM y
las metas de desarrollo humano más generales, por
el otro. Sin embargo, las reuniones ministeriales son
importantes, en parte, porque pueden manifestar
que al menos existe el propósito de avanzar en la
dirección correcta. En las circunstancias actuales,
los países industriales deben demostrar que tienen
la intención de revisar los acuerdos y encontrar un
nuevo equilibrio en las negociaciones que afectan
las siguientes áreas:
Política industrial y tecnológica. Debe existir el
compromiso de distender las restricciones im-
puestas al desarrollo de políticas industriales
activas mediante acuerdos relacionados con las
Medidas de Inversión relacionadas con el Co-
mercio y otros.
Propiedad intelectual. Se sostiene que los acuer-
dos sobre los Aspectos de los Derechos de Pro-
piedad Intelectual relacionados con el Comer-
cio (ADPIC) no se deberían haber incorporado
al programa de la OMC. Si bien es importante
proteger la propiedad intelectual, el marco ac-
tual de modelo único para todos los casos no
toma en cuenta las necesidades e intereses de los
países en desarrollo. La tarea ahora implica for-
talecer las disposiciones sobre salud pública en
el acuerdo, incrementar la esfera de acción para
la innovación tecnológica y, en el caso de los
pses en desarrollo, responder al compromiso
de los ADPIC de ayudar a  nanciar la transfe-
rencia tecnológica.
Servicios. La liberalización de las normas res-
pecto de los movimientos temporales de perso-
nas bajo el Acuerdo General sobre Servicios de
Comercio ayudaría enormemente a conseguir
una distribución más equitativa de los bene-
cios del comercio. Los países desarrollados
deben relegar la liberalización de los merca-
dos de servicios de los países en desarrollo a un
segundo plano en la OMC y, en su lugar, dar
prioridad a la liberalizacn escalonada de sus
propios mercados laborales.
Productos básicos. La crisis que enfrentan los pro-
ductores de productos básicos de nitivamente
debe ocupar un lugar primordial en el programa
del comercio internacional. Debe crearse un en-
foque integral que abarque un mayor alivio de la
deuda, compensaciones, seguros de riesgo y, en
algunos casos, manejo de la oferta.
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“Lo que comienza con la
incapacidad de defender la
dignidad de una sola vida suele
terminar con el desastre
de naciones enteras.
Secretario General Kofi Annan
1
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Confl icto violento
INFORME SOBRE DESARROLLO HUMANO 2005 173
Si el desarrollo humano consiste en incrementar tanto las oportunidades como los de-
rechos, entonces el con icto violento es la supresión más brutal del desarrollo humano.
Si bien el derecho a la vida y el derecho a la seguridad se cuentan entre los derechos
humanos fundamentales, también se cuentan entre aquellos que han sido violados de
manera más amplia y sistemática. La inseguridad ligada al con icto armado sigue siendo
uno de los obstáculos del desarrollo humano, y es causa y consecuencia de la pobreza
masiva. Como lo señaló el Secretario General de las Naciones Unidas, “La humanidad
no puede tener seguridad sin desarrollo ni desarrollo sin seguridad y ninguno de los dos
es posible si no se respetan los derechos humanos”
2
.
Confl icto violento: identifi car
la verdadera amenaza
Prácticamente quince años después de terminada
la Guerra Fría, existe la percepción de que nuestro
mundo se ha vuelto más inseguro. En los países
industrializados, las encuestas de opinión pública
indican que esta percepción obedece a temores
ante amenazas terroristas, las cuales son reales. Sin
embargo, también crean una percepción distorsio-
nada de cómo se distribuye la inseguridad humana.
Desde 1988, el terrorismo ha sido responsable de
aproximadamente 20.000 muertes en el mundo
3
.
Mientras tanto, se calcula que el con icto en la
República Democrática del Congo ha causado cerca
de cuatro millones de muertes, la mayoría de las
cuales no fueron causadas por balas, sino por des-
nutrición y enfermedades. En Sudán, la actual tra-
gedia humanitaria de las regiones de Darfur aparece
de manera intermitente en las noticias del mundo
si bien está reclamando víctimas a una escala tal
que empequeñece las amenazas que enfrentan los
habitantes de los países desarrollados. La muerte
de cualquier civil a causa de un con icto constituye
una violación de los derechos humanos, pero este
riesgo se inclina notoriamente hacia quienes habi-
tan en los países más pobres del mundo.
Desde 1990 a la fecha, más de tres millones
de personas han muerto en con ictos armados
4
y
prácticamente todas las muertes que se atribuyen
directamente a un con icto han ocurrido en países
en desarrollo. Además de los costos humanos in-
mediatos, el con icto violento trastorna sociedades
completas y puede revertir los avances logrados en
desarrollo humano por generaciones. Inter ere en
los sistemas alimentarios, contribuye a la hambruna
y a la desnutrición y socava el progreso en salud y
educación. En la actualidad, cerca de 25 millones
de personas han sido desplazadas internamente
debido a con ictos o a violaciones de los derechos
humanos
5
. Nueve de los diez países que clasi caron
últimos en el índice de desarrollo humano (HDI)
experimentaron con icto violento en algún mo-
mento desde 1990.
El con icto violento en los países en desarrollo
demanda la atención de los países ricos. La respon-
sabilidad de abordar el sufrimiento de millones y el
interés común en la seguridad colectiva constituyen
las dos razones más convincentes para que los paí-
ses ricos participen en el desarrollo de una estrate-
gia de seguridad con a todos. Los derechos que
se violan en los con ictos son derechos humanos
universales sobre los cuales la comunidad interna-
cional entera tiene un deber moral y jurídico que
mantener. Los Objetivos de Desarrollo del Milenio
(ODM) proporcionan otro fundamento para poner
la seguridad humana de los países en desarrollo en
La muerte de cualquier civil
a causa de un confl icto
constituye una violación
de los derechos humanos,
pero este riesgo se inclina
notoriamente hacia quienes
habitan en los países
más pobres del mundo
CAPÍTULO
5
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5
Confl icto violento
174 INFORME SOBRE DESARROLLO HUMANO 2005
el centro de la agenda internacional. Pocas cosas del
futuro son ciertas, pero una certeza es que prevenir
y resolver los con ictos y aprovechar las oportuni-
dades para la reconstrucción con posterioridad a un
con icto aceleraría de manera palpable el avance
hacia los ODM. Por el contrario, si no se logra nada
en estos ámbitos, será muy difícil que el mundo
cumpla los objetivos que se ha trazado.
Los países ricos tienen otra razón para priorizar
las medidas destinadas a hacer frente a los desafíos
que plantea el con icto violento en los países po-
bres, que se puede resumir en dos palabras: “interés
personal consciente. Hace 100 años, los estados
pudieron haber optado por construir la seguridad
interna invirtiendo en equipamiento militar, forta-
leciendo las fronteras y tratando a sus países como
islas que podían ser separadas del resto del mundo.
Esa ya no es una alternativa. En nuestro mundo
globalizado, ningún país es una isla. Los con ictos
violentos crean problemas que se desplazan sin pa-
saporte y que no respetan las fronteras nacionales,
aun cuando éstas son defendidas de manera elabo-
rada. Como advertía en 2004 el Grupo de alto nivel
del Secretario General de las Naciones Unidas sobre
las amenazas, los desafíos y el cambio, en un mundo
interdependiente, la seguridad colectiva no se puede
construir sobre una base puramente nacional
6
.
La seguridad colectiva vincula a las personas
de los países ricos directamente con las comunida-
des de los países pobres cuyas vidas son devastadas
por los con ictos. El trá co de drogas y la venta
ilegal de armas proporcionan el  nanciamiento y
las armas con que se alimentan los con ictos vio-
lentos en países como Afganistán y Haití, y ame-
nazan profundamente el bienestar público en los
países ricos. Cuando colapsan los sistemas de salud
a causa del con icto violento, países ricos y países
pobres se ven enfrentados a una creciente amenaza
de enfermedades infecciosas. La interrupción de
los sistemas de inmunización en África Central y
partes de África Occidental es un ejemplo reciente.
Cuando la violencia desarraiga a las personas de sus
hogares, las oleadas de refugiados y desplazados,
además de la exportación del con icto a los veci-
nos, plantean desafíos para toda la comunidad in-
ternacional. Cuando los estados débiles entran en
con ictos violentos, crean un caldo de cultivo na-
tural para grupos terroristas que ponen en riesgo la
seguridad de los habitantes de los países ricos y, al
mismo tiempo, perpetúan la violencia en los países
pobres. Especialmente cuando los pses desarro-
llados mani estan tolerancia por la pobreza y los
con ictos violentos por indiferencia, ello pone en
cuestionamiento la esperanza de que un mundo in-
terconectado pueda mejorar el destino de todos y
cada uno, incluidos los pobres, los vulnerables y los
que no cuentan con seguridad.
Los con ictos violentos de los países pobres
constituyen un aspecto de la inseguridad mun-
dial. Pero hoy en día, las amenazas a la seguridad
no comprenden sólo la guerra, la violencia civil, el
terrorismo y el crimen organizado, sino también la
pobreza. Las enfermedades infecciosas, el hambre y
la degradación del medio ambiente son asesinos más
peligrosos que un con icto armado, y cada uno de
estos asesinos es causa y efecto del con icto armado.
Si bien no existe un vínculo inherente entre pobreza
y con icto armado, hay mayores probabilidades de
obtener resultados violentos en sociedades marca-
das por una polarización profunda, instituciones
débiles y pobreza crónica. Las amenazas que plantea
el terrorismo demandan una respuesta mundial. A
lo exige también la inseguridad en sentido amplio.
En efecto, la “guerra contra el terrorismo” jas se
ganará a menos que se amplíe y fortalezca la seguri-
dad humana. Las actuales estrategias de seguridad
adolecen de dar una respuesta militar sobredimen-
sionada a las amenazas a la seguridad colectiva y una
respuesta subdimensionada a la seguridad humana.
En este capítulo, se analiza el desafío que plan-
tea el con icto violento al desarrollo humano. En
la primera sección se subraya el carácter cambiante
del con icto y se examinan los costos en desarrollo
humano. Se muestra cómo ha cambiado el carácter
del con icto al igual que su geograa: las guerras
entre estados han dado pie a con ictos fronterizos
en los que los países pobres tienen mayor protago-
nismo. En la segunda sección del capítulo, se ana-
lizan algunas de las debilidades estructurales que
afectan a los estados propensos al con icto, que van
desde escasa capacidad para proveer servicios bási-
cos, cuestionamiento de la legitimidad y profundas
desigualdades horizontales. En la tercera sección se
incursiona en la interrogante acerca de qué pueden
hacer los gobiernos de los países ricos para fortale-
cer la seguridad humana. La cuarta seccn analiza
las transiciones desde situaciones de guerra a la paz
y luego a la seguridad y la función facilitadora que
Las actuales estrategias
de seguridad adolecen de
dar una respuesta militar
sobredimensionada a las
amenazas a la seguridad
colectiva y una respuesta
subdimensionada a la
seguridad humana
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Confl icto violento
INFORME SOBRE DESARROLLO HUMANO 2005 175
Hace 11 años, el Informe sobre Desarrollo Humano
1994 estableció un marco para la seguridad, más
allá de las preocupaciones militares definidas
con estrechez. La seguridad humana, señalaba el
informe, tenía dos aspectos: seguridad frente a las
amenazas crónicas como el hambre, las enfermeda-
des y la represión, y protección ante disrupciones
repentinas de la vida cotidiana. El con icto violento
socava la seguridad en ambas dimensiones: refuerza
la pobreza y devasta las vidas comunes y corrientes.
Las instituciones de seguridad internacionales
con que contamos actualmente fueron creadas en
respuesta a las dos guerras mundiales de la primera
mitad del siglo XX y a las amenazas de la Guerra
Fría. El mundo de hoy enfrenta nuevos desafíos.
Tanto el carácter como la geografía del con icto
han cambiado. Hace sesenta años, una generación
visionaria de líderes de posguerra pretendió abordar
las amenazas que planteaban los con ictos entre es-
tados. La propia Organización de las Naciones Uni-
das fue un resultado de sus esfuerzos. Al comenzar
el siglo XXI, la mayoría de los con ictos se produce
al interior de los estados y la mayoría de las vícti-
mas son civiles. La gravedad de los desafíos no es
menor que la de aquellos que se abordaron hace 60
os. Sin embargo, como el Secretario General de
la ONU, Ko Annan, señaló en sus propuestas de
reforma de las Naciones Unidas, la respuesta ha sido
limitada: “En lo que respecta a la seguridad y pese
a la creciente sensación de amenaza que sufren mu-
chos, no hemos alcanzado ni el más mínimo con-
senso, y la ejecución, cuando se produce, suele ser
impugnada
7
. Los costos en desarrollo humano del
fracaso por no tener una visión sustentada en una
estrategia práctica son inmensos, pero no se apre-
cian su cientemente.
Los riesgos de la seguridad se han
desplazado hacia los países pobres
Desde una perspectiva histórica, vivimos en un
mundo cada vez más violento. El siglo pasado ha
sido el más violento que haya vivido la humanidad.
En el siglo XX, perdieron la vida en con ictos tres
vecess personas que en todos los siglos preceden-
tes considerados en su conjunto. (Ver Cuadro 5.1).
Las tendencias de los con ictos se pueden in-
terpretar de manera positiva y negativa. El último
decenio del siglo XX fue testigo de un marcado des-
censo del número de con ictos. De una cima de 51
con ictos en 1991, sólo hubo 29 en 2003 (ver Figura
5.1). Pero si bien el número de con ictos ha decli-
nado, las guerras de los últimos quince años han co-
brado un precio extremadamente alto en vidas hu-
manas. El genocidio de Rwanda en 1994 signi có la
muerte de alrededor de un millón de personas. La
guerra civil de la Reblica Democrática del Congo
ha derivado en la muerte de cerca del 7% de la po-
blación. En Sudán, una guerra civil entre el Norte y
el Sur que se prolongó por veinte años cobró más de
Confl ictos violentos al inicio del siglo XXI
Las instituciones de
seguridad internacionales
con que contamos
actualmente fueron creadas
en respuesta a las dos
guerras mundiales y a las
amenazas de la Guerra Fría
cumple la ayuda y el sector privado. La última sec-
ción destaca lo que puede hacer la comunidad inter-
nacional para construir seguridad colectiva. Si bien
se trata de una agenda amplia, nos centraremos en
cuatro áreas: ayuda a los países expuestos al con-
 i c t o , i n t e r v e n c i o n e s d e mercado para privar a las
zonas con ictivas de  nanciación y de armas, desa-
rrollo de capacidad regional y reconstrucción.
Periodo
Muertes en confl ictos
(millones)
Población mundial a
mediados del siglo
(millones)
Muertes en confl ictos
como proporción de la
población mundial (%)
Siglo XVI 1,6 493,3 0,32
Siglo XVII 6,1 579,1 1,05
Siglo XVIII 7,0 757,4 0,92
Siglo XIX 19,4 1.172,9 1,65
Siglo XX 109,7 2.519,5 4,35
Fuente : Datos sobre muertes en confl ictos, Sivard 1991, 1996; datos demográ cos del siglo XX, ONU 2005d; otros datos demográfi cos,
interpolación de la O cina encargada del Informe sobre Desarrollo Humano a partir de Sykes 2004 (cuadro B-10).
Cuadro 5.1 Los confl ictos cobran cada vez más vidas humanas
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5
Confl icto violento
176 INFORME SOBRE DESARROLLO HUMANO 2005
dos millones de vidas y desplazó a seis millones de
personas. Cuando  nalizó el con icto, estalló una
nueva crisis humanitaria patrocinada por el Estado
en la región occidental de Darfur. Hoy, se estima
que 2,3 millones de personas esn desplazadas;
otras 200.000 o más han huido hacia el vecino país
de Chad. Los años noventa fueron testigo también
de una depuración étnica en el corazón de Europa,
cuando violentos con ictos civiles arrasaron la zona
de los Balcanes.
La distribución geográ ca del con icto ha va-
riado con el tiempo y el riesgo de la seguridad se
ha volcado claramente hacia los países más pobres.
Entre 1946 y 1989, los países en desarrollo de in-
greso bajo daban cuenta de más de la tercera parte
de los con ictos. Entre 1990 y 2003, más de la mitad
de los países y territorios que sufrieron con ictos
violentos eran países de ingresos bajos
8
. En la actua-
lidad, casi el 40% de los con ictos mundiales se de-
sarrollan en África (ver Figura 5.2) incluidos varios
de los más sangrientos de los últimos 15 años. Pero
aun cuando descienda el número de con ictos, las
guerras son más prolongadas, a consecuencia de lo
cual su impacto en el desarrollo humano es grave
9
.
Los costos del confl icto para
el desarrollo humano
El con icto violento impone algunos costos en
desarrollo humano evidentes e inmediatos. Pérdi-
das de vidas, heridos, discapacitados y violaciones
son corolarios del con icto. Otros costos son menos
visibles de inmediato y resulta más difícil captarlos
en cifras. El colapso de los sistemas alimentarios, la
desintegración de los servicios de salud y educación
y la pérdida de ingresos son aspectos del con icto
que tienen implicancias negativas para el desarrollo
humano. Lo mismo ocurre con el estrés y el trauma
psicológico. Las estadísticas por sí solas no pueden
re ejar la totalidad de los costos y los datos están
con frecuencia en su punto más débil en los países
que están sufriendo con ictos violentos. Pero no
hay duda de que los costos humanos inmediatos
representan una pequeña fracción del precio que
los pses pagan por tener con ictos.
El IDH provee una herramienta para analizar
los costos de los con ictos en el largo plazo. La clasi-
cación del IDH se ve afectada por diversos factores
de modo que se debe tener cautela a la hora de inter-
pretar la relación entre uno de sus valores y el con-
 i c t o d e un país. Incluso con esta salvedad, existe
una fuerte asociación entre desarrollo humano bajo
y con icto violento. En efecto, el con icto violento
es una de las rutas más seguras y rápidas para llegar
al nivel más bajo de la lista del IDH –y es uno de
los indicadores más potentes de una permanencia
prolongada en esa situación. De los 32 países que
se ubican en la parte inferior de la lista del IDH, 22
han experimentado con ictos en algún momento
desde 1990 y cinco de estos países experimentaron
retrocesos en desarrollo humano durante el último
decenio. El efecto letal del con icto violento en el
desarrollo humano se aprecia rápidamente a partir
de lo siguiente:
Nueve de los 10 diez países con el IDH más
bajo experimentaron con ictos en algún mo-
mento desde 1990. Sólo dos de ellos eran demo-
cracias
10
.
Siete de los 10 países con la menor clasi cación
en términos del PIB per cápita han sufrido con-
 i c t o s en los últimos años.
Cinco de los 10 países con la esperanza de vida
más baja sufrieron con ictos en los últimos
quince años.
Nueve de los 10 países con los índices más altos
de mortalidad infantil y de mortalidad de niños
vivieron situaciones de con icto en los últimos
os.
Ocho de los 10 países con la tasa de escolaridad
primaria más baja experimentaron con ictos
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Confl icto violento
INFORME SOBRE DESARROLLO HUMANO 2005 177
en algún momento durante los años noventa.
Nueve de los 18 países cuyo IDH disminuyó en
el decenio de 1990 experimentaron con ictos
en el mismo período y el ingreso per cápita y
la esperanza de vida declinó prácticamente en
todos ellos.
A causa de estos retrocesos en desarrollo humano,
los pses que sufren con ictos violentos se cuentan
en el grupo con menores probabilidades de lograr
los Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM). A
pesar de los vacíos estadísticos en los países en con-
 i c t o que di cultan vincular la incidencia del con-
i c t o c o n e l d e s e mpeño de los ODM, casi todos los
países disponen de datos sobre mortalidad infantil.
Treinta de los 52 países que han retrocedido o que
han quedado estancados en sus intentos por reducir
el índice de mortalidad infantil se han visto enfren-
tados a con ictos desde 1990. Al igual que en otros
ámbitos del desarrollo humano, los indicadores del
bienestar infantil proporcionan un barómetro muy
sensible para medir el impacto del con icto en el
bienestar humano.
Por impresionantes que sean, los indicadores del
IDH para los países en con icto proveen una foto-
grafía instantánea estática de un cuadro dinámico.
Las pérdidas en cuanto a bienestar que éstos re ejan
son acumulativos y cruzan diferentes dimensiones
del mismo. En Sudán, el con icto violento nolo
ha cobrado vidas, sino que ha creado las condiciones
en las cuales los retrocesos en desarrollo humano se
están transmitiendo de generación en generación.
En el sur de Sudán, sólo uno de cada cinco niños
asiste a la escuela, menos de la tercera parte de la
población tiene saneamiento adecuado y la tasa de
mortalidad materna (763 por cada 100.000 nacidos
vivos) es una de las más altas del mundo. El acuerdo
de paz que puso  n al con icto Norte-Sur ha creado
al menos la posibilidad de una recuperación. Mien-
tras, en la región de Darfur, la milicia apoyada por
el gobierno ha desatado otra crisis de desarrollo hu-
mano. Las tasas de desnutrición se estiman en 40%
a 60% entre quienes no tienen acceso a agua pota-
ble. Si bien la tasa de mortalidad infantil de Sudán
es la mitad del promedio de la tasa de mortalidad
de África Subsahariana, cálculos más recientes indi-
can que la tasa de mortalidad en Darfur septentrio-
nal triplica este promedio y en Darfur occidental
es seis veces mayor al promedio. Mientras tanto, el
con icto está creando las condiciones para que se
produzca inseguridad alimentaria de largo plazo. El
desplazamiento está tan generalizado y persistente
que se espera que pocas familias regresen a sus ho-
gares para la estación de siembra de 2005, lo que
hará que el acceso a los alimentos y a los ingresos se
vuelva aun más precario.
Como el caso de Darfur lo demuestra de ma-
nera extrema, el con icto armado violento no sólo
cobra vidas con los proyectiles, sino a través de la
erosión de la seguridad humana general. La dis-
rupción de los sistemas alimentarios, el colapso de
los medios de sustento y la desintegración de los ya
precarios servicios básicos crean efectos multipli-
cadores poderosos, y los niños ocupan la primera
l a d e l a s v í c t i m as. De los tres millones de muertes
en el mundo relacionadas con con ictos violentos
desde 1990, cerca de dos millones corresponden a
niños. Muchas de estas muertes han ocurrido en la
República Democrática del Congo (Recuadro 5.1).
Desde 2002, un intento de cese del fuego ha redu-
cido el número de muertes que ocurren como resul-
tado directo del con icto violento. Pero la “tasa de
mortalidad en exceso, es decir, el número de per-
sonas que mueren por sobre la tasa esperada en un
o normal, sugiere que el efecto multiplicador del
con icto violento sigue reclamando unas 31.000
vidas todos los meses. La mayoría de estas muertes
se atribuyen a enfermedades infecciosas entre los
niños (Recuadro 5.1).
Incluso pocos estallidos de con ictos violentos
pueden crear una espiral descendente. La inseguri-
dad, la rdida de infraestructura física, la mermada
actividad ecomica, los costos de oportunidad de
los gastos militares, la pérdida de bienes y la fragi-
lidad relacionada con el con icto constituyen una
mezcla tóxica para el desarrollo. El con icto au-
menta la pobreza, reduce el crecimiento, socava la
inversión y destruye la infraestructura de la cual de-
pende el progreso del bienestar humano. Fomenta
altos niveles de gasto militar que desvían recursos
de la inversión productiva. El con icto violento
también propaga la desnutrición y las enfermeda-
des infecciosas con la interrupción de los servicios
básicos y el aumento en la cantidad de refugiados y
desplazados. En las siguientes secciones, se analizan
algunos de los principales elementos que contribu-
yen a los costos del desarrollo humano.
El confl icto armado violento
no sólo cobra vidas con
los proyectiles, sino a
través de la erosión de la
seguridad humana general
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Confl icto violento
178 INFORME SOBRE DESARROLLO HUMANO 2005
El confl icto en la zona oriental de la República Democrática del
Congo recibe poca atención de los medios y no fi gura en las pan-
tallas de los radares de las autoridades de los países desarrollados
como un punto de inquietud importante para la seguridad interna-
cional. Sin embargo, ahí se desarrolla el confl icto más nefasto desde
la Segunda Guerra Mundial.
La contienda demuestra en forma gráfi ca cómo las cifras sobre
las víctimas directas pueden restarle importancia a los costos huma-
nos. Si comparamos las tasas de mortalidad entre 1998 y 2004 con
lo que habría sucedido si no hubiera un confl icto violento, descubri-
mos un ‘exceso de muertos’ de más o menos 3,8 millones. Por otra
parte, el confl icto demuestra otra faceta de la relación entre confl icto
violento y desarrollo humano: los acuerdos de paz no implican la
recuperación automática de las pérdidas enrminos de bienestar
humano. A pesar de los avances en las condiciones de seguridad
desde que se iniciara un cese del fuego tentativo en 2002, la tasa de
mortalidad bruta del país siguió siendo un 67% más alta que aquella
anterior al confl icto y duplicó a la de África Subsahariana. Alrededor
de 31.000 personas siguen muriendo cada mes por sobre los niveles
promedios de África Subsahariana como resultado de enfermeda-
des, desnutrición y situaciones violentas.
Además, comunidades completas han sido desplazadas. En
marzo de 2004, la Ofi cina de Coordinación de Asuntos Humanitarios
de la Naciones Unidas había registrado a 3,4 millones de congoleses
desplazados internos de un total de 51,2 millones de habitantes. Tal
nivel de desplazamiento y vulnerabilidad convierte a este confl icto
en el peor desastre humanitario del mundo desde 1945.
Los hogares pobres son especialmente vulnerables. Los despla-
zamientos conllevan pérdidas de activos, especialmente en las zonas
rurales, las que son más susceptibles a los saqueos por parte de fac-
ciones armadas. Muchos campesinos se han visto obligados a aban-
donar su tierra en busca de ingresos en efectivo a corto plazo, debido
a lo cual comienzan a trabajar en explotaciones mineras ilegales. Por
otra parte, la crisis en la agricultura ha minado los sistemas de abas-
tecimiento de alimentos y empeorado la amenaza de la desnutrición.
La producción agrícola en las provincias orientales llega apenas a la
décima parte de sus niveles previos a la guerra e incluso donde to-
davía hay cultivos o bienes para intercambiar, la destrucción de las
conexiones del transporte fl uvial ha restringido aún más el acceso a
los mercados. En el país en su conjunto, casi tres cuartas partes de
la población –unos 35 millones de personas– están desnutridos.
Los niños ocupan la primera línea en lo que a víctimas del con-
icto se refi ere (ver la Figura). Enfermedades como el sarampión, la
tos ferina e incluso la peste bubónica han reaparecido como ame-
nazas importantes. En 2002, la tasa de mortalidad infantil en las
provincias orientales era de 210 muertes por cada 1.000 nacidos
vivos, casi el doble del promedio de África Subsahariana y superior
en 70% al promedio nacional.
La tasa de mortalidad infantil
en las provincias orientales
disminuyó en 2003-2004, lo
cual demuestra una ‘prima’
de la paz en términos de vidas
salvadas y provee una indica-
ción del costo del confl icto.
Este confl icto también se hizo
sentir en el sector educación,
pues en general en el país, las
tasas de matriculación escolar
disminuyeron de 94% en 1978
a 60% en 2001.
Con todo, sigue habiendo
inseguridades cotidianas y pese
a que el país fi rmó un Acuerdo
Global de Paz en 2003, cientos
de miles de personas aún no
pueden retomar su vida normal.
En efecto, desde noviembre de 2004 casi 200.000 personas han huido
de sus hogares en las provincias de Kivu meridional y septentrional
hacia la selva en busca de seguridad.
Los costos que siguen produciéndose a partir del confl icto
apuntan a las debilidades del acuerdo de paz. Las fuerzas armadas
de otros países, junto con grupos rebeldes, siguen bastante acti-
vas en la República Democrática del Congo. Por ejemplo, la zona
oriental del país se ha convertido en una base militar de las Fuerzas
Democráticas para la Liberación de Rwanda (FDLR), rebeldes hutus
vinculados al genocidio de 1994. La región también actúa como
imán para las fuerzas de estados vecinos que pretenden explotar la
gran riqueza mineral de la zona. Entre los requisitos urgentes para
lograr verdadera seguridad están el desarme del FDLR, la expulsión
de las fuerzas armadas de otros estados y el control estatal efectivo
de la explotación minera.
Recuadro 5.1 República Democrática del Congo: el confl icto violento deja en peor situación a los estados vulnerables
Fuentes: FAO: FAO 2004b; IRC 2004; Proyecto Mundial de IDP 2005b; Oxfam GB, Save the Children y Christian Aid 2001; UNICEF 2000, 2001b; ONU OCAH
2002, 2004a, b; Oxfam International y otros 2002; ACNUR 2004; OMS 2004a; Human Rights Watch 2004a. The State of Food Insecurity in the World 2004.
&UENTE
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Confl icto violento
INFORME SOBRE DESARROLLO HUMANO 2005 179
Un país vecino a una
zona de con icto puede
esperar una baja de
alrededor de medio punto
porcentual en su propia
tasa de crecimiento
Crecimiento económico, pérdida
de bienes y de ingresos
El con icto violento genera pérdidas que se irradian
a toda la economía, socavando el potencial de cre-
cimiento. Con menos recursos y menor capacidad
de responder a las pérdidas de ingresos y recursos,
los pobres quedan especialmente vulnerables al
impacto económico del con icto.
El Banco Mundial estima que, en promedio,
una guerra civil se prolonga por siete años, y que
cada año se reduce la tasa de crecimiento de la eco-
nomía en un 2,2%
11
. Pocos países que pierden te-
rreno a este ritmo presentan una perspectiva creíble
de reducir la pobreza a la mitad de aquí al año 2015.
Según un estudio, el costo promedio de un con icto
alcanza la elevada suma de US$54.000 millones
en un país de ingreso bajo, considerando el mayor
riesgo de con icto futuro, si bien los intentos por
cuanti car el impacto están abiertos a desafíos en el
ámbito metodológico
12
. Lo que está claro es que los
montos absolutos son muy altos –y que hacen pare-
cer pequeños a los potenciales bene cios de los u-
jos de ayuda. Las pérdidas acumulativas aumentan
mientras el con icto civil se prolonga. En América
Latina, los con ictos duraderos han tenido graves
impactos en el crecimiento económico
13
. Se estima
que en Colombia, el con icto armado entre las fuer-
zas de gobierno y la guerrilla rebelde desde 1992 ha
rebajado la tasa de crecimiento en dos puntos por-
centuales anualmente.
El con icto violento genera reacciones en ca-
dena que perpetúan y propagan las pérdidas econó-
micas. Una economía frenada y un ambiente que
presenta inseguridad constituyen desincentivos po-
tentes a la inversión tanto interna como extranjera y
son un incentivo poderoso para la fuga de capitales:
se han registrado transferencias de casi el 20% de
la riqueza privada en algunos países cuando se ha
previsto la amenaza de un con icto
14
. Junto con el
descenso de la inversión, está la pérdida de años de
desarrollo a través de la destrucción de capital fí-
sico. La destrucción de caminos, puentes y sistemas
de energía representa una pérdida de la inversión
realizada y también una amenaza frente a su futura
recuperación. Se calcula que en El Salvador se per-
dieron US$1,6 millones en infraestructura durante
los años que duró el con icto, con consecuencias
devastadoras para el desempeño del crecimiento del
país
15
.
Los vínculos entre el crecimiento y el con icto
violento parecen ir en ambas direcciones. Los países
en desarrollo son más proclives al con icto. Estudios
econométricos realizados en diferentes países indi-
can que los países con ingreso per cápita de US$600
tienen la mitad de probabilidades de enfrentar una
guerra civil que los países con ingresos per cápita
de US$250
16
. Esto sugiere que la pobreza y el bajo
crecimiento se asocian al con icto, el que a su vez
refuerza las condiciones para que exista pobreza y
bajo crecimiento. Para muchos países, la trampa del
con icto es parte de la trampa de la pobreza.
Los costos económicos asociados al con icto no
están contenidos claramente dentro de los límites
nacionales. El efecto de repercusión más inmediato
de la guerra civil en un país vecino al que tiene la
guerra civil es la a uencia de refugiados, como los
afganos en Pakistán e Irán, los congoleses y burun-
dianos en Tanzanía y los sudaneses en Chad. Pero
la incidencias generalizada es el alto riesgo de
ser arrastrado al con icto, los consiguientes incre-
mentos en el gasto militar, la baja de inversión en la
región en general y la interrupción de rutas comer-
ciales. Un país vecino a una zona de con icto puede
esperar una baja de alrededor de medio punto por-
centual en su propia tasa de crecimiento
17
.
Además de la pérdida directa de ingresos e in-
versiones, hay costos que inciden en el desarrollo
humano. El gasto militar aumenta durante una
guerra civil con los consiguientes costos de opor-
tunidades asociados. En promedio, una guerra civil
resulta en gastos militares adicionales correspon-
dientes al 1,8% del PIB
18
, recursos que se podrían
emplear de manera mucho más productiva en otros
sectores, como la provisión de servicios sociales e in-
fraestructura económica.
Más allá del nivel macro, el costo de los con-
i c t o s a f e c t a d e m a n e r a desproporcionada a los po-
bres y marginados. El temor ante un con icto vio-
lento puede trastornar las redes comerciales locales
y puede aislar a las personas de los mercados que
sustentan sus medios de vida e incluso, a veces, su
supervivencia. En el norte de Uganda, el con icto
violento ha provocado una reiterada paralización de
los mercados de ganado con consecuencias devas-
tadoras para quienes viven del ganado de pastoreo,
uno de los grupos s pobres del país. La región
de Caramoja, ubicada en el noreste de Uganda, que
limita con Sun y Kenya, no  gura en el mapa es-
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Confl icto violento
180 INFORME SOBRE DESARROLLO HUMANO 2005
Además de cobrar vidas, los confl ictos violentos destruyen los me-
dios de vida. Cuando se rompe la paz, el movimiento de bienes a
menudo se interrumpe a medida que los comerciantes abandonan
las zonas afectadas, lo cual hace caer los precios de los productos
y reduce el ingreso de los pobres. Las comunidades de pastores de
África oriental esn entre las más afectadas.
La región de Karamoja en el noreste de Uganda, que com-
prende los distritos de Kotido, Moroto y Nakapiripirit, demuestra
lo que puede suceder cuando el confl icto violento y la destrucción
del mercado se refuerzan entre sí. En efecto, la inseguridad eco-
nómica se ha tornado crónica. En la frontera con Sudán y Kenya,
Karamoja representa un desafío único para el desarrollo. Esta re-
gión semiárida y sensible a la sequía –una de las zonas más pobres
de Uganda, con algunos de los peores indicadores de desarrollo
humano– tiene un acceso limitado al mercado y pésimo nivel de
servicios públicos.
El origen del confl icto en Karamoja es complejo. La mayoría de
la población se dedica al pastoreo y tanto los gobiernos coloniales
como los regímenes postcoloniales hasta hace poco, consideraban
que su forma de vida era anticuada, económicamente improductiva
y destructiva para el medio ambiente. En efecto, se hicieron esfuer-
zos por imponer asentamientos a través de la reducción forzada de
existencias de ganado, la imposición de límites, la restricción de los
movimientos a las zonas de pastoreo de temporada seca y la inten-
sifi cación de los cultivos.
Algunas de las consecuencias fueron mayor competencia por
recursos escasos y miseria entre los hogares de pastores. A medida
que la forma de ganarse el sustento se hizo más y más vulnerable,
el robo de ganado se convirtió en una estrategia de supervivencia.
Debido a la llegada de armas pequeñas provenientes de los confl ic-
tos de Somalia y Etiopía y, ahora último, de la región de los Grandes
Lagos, los robos se tornaron cada vez más sangrientos, así como
también las represalias.
Hoy en día, los confl ictos por el ganado y el pastoreo mantienen
un espiral de violencia entre diferentes clanes de pastores, situación
que traspasa las fronteras. En marzo de 2004, los dodot asaltaron a
los turkana de Kenya cuando éstos últimos cruzaron hacia territorio
dodot para apacentar ganado. Los turkana habían ingresado con
58.800 cabezas. En un solo asalto, los atacantes se quedaron con
2.915 cabezas.
Por otra parte, el bandidaje en las carreteras se ha convertido
en una característica normal del confl icto y durante 2003 y 2004,
al menos 10 camiones transportadores de ganado han sido objeto
de emboscadas en la carretera que une Kotido con Mbale. Como
consecuencia, los comerciantes están ahora renuentes a adquirir
ganado en los mercados del la zona. En marzo de 2003, no había
más de la décima parte de los compradores que operaban en la
zona un año antes.
Los asaltos armados tambn son responsables de la destruc-
ción de la infraestructura de salud y educación. Muchos trabajado-
res de la salud y maestros abandonaron su puesto de trabajo por
temor a resultar muertos en las escaramuzas. En 2003-2004, dos
trabajadores de la salud y cinco maestros fueron asesinados en su
lugar de trabajo, como consecuencia de lo cual ha disminuido el
acceso a los servicios sociales.
La falta de medidas para abordar la miseria de los pastores ha
estimulado la institucionalización de los con ictos violentos y los
asaltos como parte del sistema de pastoreo en Karamoja. El con-
icto forma parte de la vida cotidiana y la fuerte militarización de la
región ha creado una situación en la cual la anarquía, la privación de
la vida y la propiedad y la complacencia respecto del uso de armas
están a la orden del día.
Recuadro 5.2 El efecto de la inseguridad en los hogares: un ejemplo de Karamoja, Uganda
Fuentes:. Gray. 2000. Nangiro. 2005. Odhiambo. 2004.
tandarizado de los medios como un lugar con una
situación de con icto crítica. Pero la magnitud del
sufrimiento causado por los con ictos violentos in-
dica que debería aparecer. Generado en parte por
una competencia intensiva por los recursos, el con-
i c t o h a i n c r e m e n tado la vulnerabilidad de los pas-
tores de Karamoja a la pobreza (Recuadro 5.2).
No son sólo los países de ingreso bajo los que
tienen un vínculo potente entre el con icto vio-
lento y la desarticulación económica. El con icto
también trastorna los mercados laborales en países
de ingreso medio reduciendo los retornos sobre el
activo más importante de los pobres: el trabajo. En
los Territorios Palestinos Ocupados, la perturba-
ción del mercado laboral ha contribuido a aumentar
agudamente la pobreza. El aumento del desempleo,
el incremento de la pobreza y la baja en los ingresos
han venido de la mano con el mayor deterioro de los
indicadores de desarrollo humano (Recuadro 5.3).
La pérdida de bienes materiales puede tener efec-
tos devastadores pues priva a las familias pobres de
garantías y ahorros que proporcionan seguridad con-
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Confl icto violento
INFORME SOBRE DESARROLLO HUMANO 2005 181
Los Territorios Palestinos Ocupados registraron algunas mejoras en
desarrollo humano durante el decenio de 1990, pero la segunda Inti-
fada (levantamiento) desde septiembre de 2000 y las incursiones mili-
tares relacionadas en el Margen Occidental y Gaza, han generado un
deterioro agudo tanto en el nivel como en las alternativas de vida.
Un efecto del confl icto ha sido una severa crisis de la economía
palestina. Los trabajadores no han podido acceder a los merca-
dos laborales de Israel debido al cierre de las fronteras, en tanto
la pequeña empresa se ha visto afectada por la interrupción en el
suministro de insumos y la exclusión de los mercados. El efecto ha
sido la caída de los sueldos y el aumento del desempleo, con tasas
que aumentaron desde 10% antes de septiembre de 2000 a 30% en
2003. En 2004, esta cifra llegó al 40%.
Una fuerza laboral educada y, hasta 2000, cada vez más prós-
pera experimentó un aumento drástico de la pobreza, con una tasa
que se duplicó, de 20% en 1999 a más de 50% en 2003 (ver el
Cuadro).
El confl icto también ha perturbado todas las demás actividades
económicas del país. Por ejemplo, consideremos el distrito relativa-
mente próspero de Nablus ubicado en el Margen Occidental. Antes
de septiembre de 2000, la zona era un centro comercial. Como re-
sultado del con icto ahora hay cada vez más presencia militar y
prolongados toques de queda (por ejemplo durante gran parte de la
segunda mitad del año 2002 el toque de queda era de 24 horas), más
controles y bloqueos en los caminos de acceso. En consecuencia,
los negocios cerraron, los trabajadores vendieron sus herramientas
y los agricultores sus tierras.
La restricción de movimiento también ha afectado la atención
de salud y la educación. Casi la mitad de la población palestina no
tiene acceso a servicios de salud. Por ejemplo, la atención maternal
cayó bruscamente en 2002 y la desnutrición infantil crónica aumentó
en 50% tanto en el Margen Occidental como en Gaza. En los últimos
cuatro años, 282 escuelas han resultado dañadas y se considera
que otras 275 están en la línea de enfrentamiento directo.
El aumento de la inseguridad está afectando las oportunidades
laborales y la prestación de servicios básicos con consecuencias
negativas y retrocesos en materia de desarrollo humano entre la
población palestina.
Recuadro 5.3 Territorios Palestinos Ocupados: cómo se revierte el desarrollo humano
Fuente: Banco Mundial y O cina Central de Estadísticas de Palestina, 2004; ONU OCAH (CAP) 2004b.
Porcentaje
Indicador Antes de septiembre de 2000 2001 2002 2003
Tasa de pobreza 20,1 45,7 58,6 55,1
Tasa de desempleo 10,0 26,9 28,9
a
30,5
Mujeres que reciben atención prenatal 95,6 .. 82,4 ..
Partos en el hogar en el Margen Occidental 8,2 7,9 14,0 ..
Niños con desnutrición crónica en el Margen Occidental 6,7 .. 7,9 9,2
Niños con desnutrición crónica en Gaza 8,7 .. 17,5 12,7
.. No disponible
a. Datos correspondientes al primer trimestre de 2002.
Fuente : ONU OCAH 2004b.
Retroceso del desarrollo humano a gran escala
tra riesgos futuros. Los problemas son especialmente
acuciantes en las zonas rurales cuando las personas
pierden acceso a terrenos cultivables, ganado, imple-
mentos y semillas o cuando se destruye la infraes-
tructura agrícola, como los sistemas de regadío. En
la región de Bar-el-Gazal del sur de Sudán, el 40% de
las familias perdieron todo su ganado en el con icto
que duró 20 años
19
. La pérdida del trabajo entre los
hombres ha intensi cado las presiones sobre las mu-
jeres que intentan reconstruir los bienes perdidos y
mantener los ingresos. La proporción hombre-mujer
ha aumentado a dos por uno en la región
20
. Las mu-
jeres, como jefas de hogar, no sólo deben atender a
los niños sino que además deben conseguir empleo e
ingresos en ambientes sumamente inseguros.
Las pérdidas directas de la producción y la in-
fraestructura agrícola pueden tener consecuencias
devastadoras para las iniciativas de reducción de
la pobreza. Se estima que la pérdida neta en pro-
ducción agrícola a causa de la violencia armada
en África alcanzó los US$25.000 millones entre
1970 y 1997, o tres cuartas partes de la ayuda en el
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Confl icto violento
182 INFORME SOBRE DESARROLLO HUMANO 2005
mismo período
21
. En Sierra Leona, donde aproxi-
madamente 500.000 familias campesinas fueron
desplazadas
22
, la producción de arroz (el cultivo
de primera necesidad más importante) disminuyó
20% durante la guerra civil de 1991-2000 respecto
de los niveles previos a la guerra
23
.
Pérdida de oportunidades en educación
La educación es uno de los pilares del desarrollo
humano. No se trata sólo de un derecho fundamen-
tal, sino de la base para el progreso en otras áreas,
incluida la salud, la nutrición y el desarrollo de ins-
tituciones y de la democracia. El con icto socava
estos cimientos y también contribuye a crear las
condiciones que perpetúan la violencia.
El con icto violento destruye la infraestructura
educacional, reduce el gasto en escuelas y maestros e
impide que los niños asistan a clase. Debido a su aso-
ciación a la autoridad del Estado, las escuelas suelen
ser un objetivo para los grupos hostiles al gobierno.
En la guerra civil de Mozambique (1976-1992), prác-
ticamente la mitad de las escuelas primarias habían
sido clausuradas o destrozadas en 1989
24
. La infraes-
tructura en educación también ha sido muy dañada
en los Territorios Palestinos Ocupados: 282 escuelas
fueron dadas entre 2000 y 2004 (ver Recuadro
5.3). La capacidad de los gobiernos para mantener
los sistemas de educación se ve afectada además por
restricciones presupuestarias pues el gasto militar
consume lo correspondiente al gasto social. Entre los
países de ingreso bajo que disponen de información,
el gasto en educación fue del 4,2% del PIB en países
sin con ictos y de 3,4% en países en con icto desde
1990, casi una quinta parte menos
25
.
El con icto violento también pone barreras a
la educación. Los padres se niegan a enviar a sus
hijos a la escuela cuando su seguridad está expuesta
a riesgos. En Colombia, la tasa de deserción escolar
es más elevada en aquellos municipios con parami-
litares e insurgentes activos que en otras zonas
26
. La
inseguridad vinculada con el con icto violento se
asocia en gran medida con la desigualdad de género
(en educación). Incluso cuando se cuenta con posi-
bilidades de escolarización (por ejemplo en campa-
mentos de emergencia), la inseguridad personal es
un factor crucial para impedir que las niñas asis-
tan a la escuela. La proporción de niñas respecto de
niños matriculados en las escuelas primarias era de
0,83 para 18 países de ingreso bajo que han estado
en con icto en algún momento desde el año 2000
y de los cuales se tenía informacn. La misma pro-
porción en países de ingreso bajo que no estaban en
con icto fue de 0,90
27
.
La educación proporciona otro ejemplo de
cómo el con icto violento crea un ciclo que resulta
difícil de romper. Una encuesta a ex combatientes
de Sierra Leona mostró que la abrumadora mayoría
de quienes se unieron a las rebeliones brutales eran
jóvenes que vivían en condiciones precarias antes
del estallido de la guerra. Tras entrevistar a 1.000 ex
combatientes, la encuesta arrojó que la mitad había
desertado de la escuela porque no podían solventar
los gastos de escolaridad o bien porque la escuela
había cerrado sus puertas.
Consecuencias adversas
para la salud pública
Al igual que la educación, la salud es uno de los
principales determinantes del desarrollo humano.
El con icto violento genera riesgos evidentes a la
salud en el corto plazo. En el largo plazo, el efecto
sanitario del con icto violento reclama más vidas
que las balas.
La mayor parte de las dos millones de muertes
infantiles que se atribuyen al con icto cabe en esta
categoría. De igual modo, una mayor exposición a
enfermedades y lesiones plantea grandes amenazas
a los grupos vulnerables, especialmente a los refu-
giados y a los desplazados al interior del territorio.
Normalmente se menciona la desnutrición aguda,
las enfermedades diarreicas, el sarampión, las in-
fecciones respiratorias y el paludismo como las ra-
zones de por qué las tasas de mortalidad entre los
refugiados han superados de 80 veces las tasas
de referencia en algunos lugares de África
28
. Pero
incluso los no desplazados sufren porque las enfer-
medades que se mani estan en los campamentos se
propagan fácilmente hacia zonas locales. En Che-
chenia, la tasa de tuberculosis era de 160 casos por
cada 10.000 comparado con 90 en el resto de la Fe-
deración Rusa
29
.
El con icto violento tiene un registro compro-
bado en cuanto a que interrumpe el abastecimiento
de servicios sanitarios básicos, especialmente en las
comunidades pobres. Como sucede con las escuelas,
es muy común que los grupos rebeldes consideren
las instalaciones sanitarias como un objetivo mili-
tar legítimo. Prácticamente el 50% de los centros
Como sucede con las
escuelas, es muy común
que los grupos rebeldes
consideren las instalaciones
sanitarias como un
objetivo militar legítimo
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Confl icto violento
INFORME SOBRE DESARROLLO HUMANO 2005 183
de atención de salud primaria de Mozambique fue-
ron saqueados y las zonas aledañas fueron minadas
durante la guerra civil
30
. También ocurre que gran
parte del personal médico abandona las zonas de
con icto. Incluso zonas con buenos indicadores
sanitarios antes del estallido de la violencia pue-
den experimentar deterioro profundo. En Bosnia y
Herzegovina, el 95% de los niños fueron vacunados
antes de que se iniciaran las hostilidades a princi-
pios de los años noventa. En 1994, en el fragor de
la lucha, la tasa de vacunación había descendido a
menos de 35%
31
. El con icto puede interrumpir el
suministro de importantes bienes públicos necesa-
rios para mejorar la salud en la sociedad y combatir
las enfermedades debilitantes y mortales. A pesar de
los esfuerzos mundiales por erradicar el gusano de
Guinea, la ceguera de río y la poliomielitis, estas en-
fermedades se han instalado en las zonas de mayor
con icto en África
32
.
El con icto armado ha in uido en la propaga-
ción de la pandemia del VIH/SIDA. En 2003, de
los 17 países que tenían sobre 100.000 niños huér-
fanos a causa del SIDA, 13 estaban en con icto o al
borde de una emergencia
33
. Son varios los factores
que pueden contribuir a la propagación del VIH en
situaciones de con icto y muchos de ellos dejan a la
mujer particularmente vulnerable: desplazamiento
de la población, ruptura de relaciones, uso de la vio-
lación como arma, mayor coerción sexual a cambio
de dinero, comida o protección, colapso de los sis-
temas de salud con la consiguiente interrupción del
acceso a la informacn y al abastecimiento que pu-
dieran ayudar a controlar la exposición al VIH, y
menor seguridad en las transfusiones sangneas
34
.
Al igual que con la educación, el con icto ar-
mado termina a menudo en una disminución de los
recursos disponibles para la atención de salud (Fi-
gura 5.3). En 2002, los países con un bajo IDH des-
tinaron, en promedio, 3,7% del PIB a gastos milita-
res comparado con el 2,4% en salud
35
. En algunos
casos, como Burundi y Eritrea, los países destinaron
una proporción mucho más alta al gasto militar que
al gasto en educación y salud juntos
Desplazamiento, inseguridad y delito
El desplazamiento es un corolario prácticamente
inevitable del con icto violento y sus consecuen-
cias son, en general, de largo plazo. Tras lardida
de hogares y bienes, las personas quedan sin medios
para ganarse la vida. Incluso familias que fueron
pudientes se ven impedidas de mantenerse a sí mis-
mas y a sus parientes más pobres. Para las familias,
la pérdida de bienes se traduce en mayor riesgo de
desnutrición y enfermedades.
En el mundo hay alrededor de 25 millones de
personas desplazadas a causa de un con icto. Ahu-
yentadas por grupos armados o con el  n de huir de
la violencia, estas personas quedan totalmente vul-
nerables. Los campamentos que albergan a una cifra
estimada de 1,8 millones de personas en la región de
Darfur se han transformado en un símbolo de los
desplazados. Ahuyentada de sus casas por la milicia
respaldada por el Estado, la gente queda a merced
de la desnutrición y de las enfermedades infeccio-
sas como nunca antes lo estuvo. En Colombia, una
prolongada guerra civil ha provocado uno de los epi-
sodios de desplazamiento más grandes desde la Se-
gunda Guerra Mundial en Europa. En 2002, de una
población total de 43,5 millones, dos millones eran
refugiados o desplazados
36
. Si se mide con respecto al
tamaño de la población, algunos países han llegado a
tener niveles de desplazamiento peores. A mediados
de los años 1980, 750.000 personas habían sido des-
plazadas al interior de Guatemala o habían huido a
México, lo que representa prácticamente una décima
parte de la población
37
. Más de 600.000 chechenos
(la mitad de la población) son desplazados internos
luego de casi 10 años de con icto
38
.
0RIORIDADESDEGASTODEPAÓSESCON
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-ILITAR
3ALUD
Mientras comunidades
completas sufren las
consecuencias del confl icto
violento, las mujeres y los
niños están en una posición
especialmente vulnerable
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Confl icto violento
184 INFORME SOBRE DESARROLLO HUMANO 2005
Mientras comunidades completas sufren las
consecuencias del con icto violento, las mujeres
están en una posición especialmente vulnerable.
Muchas de ellas sufren la brutalidad de la violación,
el abuso y la explotación sexual durante y después
del con icto. En los últimos años, se ha documen-
tado la violación masiva en tiempos de guerra en
Bosnia y Herzegovina, Camboya, Liberia, Perú,
Somalia y Uganda. Durante el con icto de Sierra
Leona, más del 50% de las mujeres fueron víctimas
de algún tipo violencia sexual
39
. Muchas de estas
mujeres quedan con secuelas graves tanto físicas
como mentales y algunas incluso deben soportar
el rechazo de sus familias y comunidades. La vio-
lencia y los actos de terror perpetrados contra las
mujeres son estrategias institucionalizadas que han
adoptado las facciones bélicas –incluidas las fuerzas
gubernamentales– en muchos países.
Los niños también quedan especialmente ex-
puestos al impacto del con icto violento. No sólo son
los más afectados en cuanto a costo humano, sino que
además corren el riesgo de vivir un horror especial: el
riesgo de ser reclutados a la fuerza como soldados. Se
acusa al Ejército de Resistencia del Señor, que opera a
lo largo de una amplia franja territorial en el norte de
Uganda, de haber secuestrado a 30.000 niños. En el
mundo, hay alrededor de 250.000 soldados menores
de edad
40
. El secuestro forzado es una estrategia de
servicio militar obligatorio importante, aunque el re-
clutamiento también se ve facilitado por factores que
operan por el lado de la oferta. En particular, la po-
breza empuja a los niños de hogares pobres a las  las
de los grupos armados. En países como Sri Lanka, los
grupos rebeldes han reclutado a jóvenes provenientes
de los sectores más pobres ofreciéndoles dinero o ali-
mentos a ellos o a sus familias.
Menos visible que los refugiados o soldados
niños, pero no menos importante para el desarrollo
humano es la pérdida de la con anza y de las formas
de mediación tradicionales que pueden darse como
resultado del con icto violento. En los lugares
donde se debilitan estas instancias, invariablemente
aumenta la cultura del delito y la inseguridad. Esto
sucede particularmente en situaciones de alto des-
empleo o cuando el Estado es demasiado débil para
mantener la ley y el orden. Los civiles son con fre-
cuencia víctimas de saqueos y persecución por fuer-
zas tanto del Estado como insurgentes. Entre 1998 y
2001, hubo más de 100.000 homicidios en Colom-
bia, lo cual signi ca un promedio de 61 ctimas por
cada 100.000 personas al año. En el mismo período,
en los Estados Unidos hubo alrededor de 5,7 ho-
micidios por cada 100.000 personas al año
41
. Esta
tasa tan alta de homicidios en Colombia redujo la
esperanza de vida durante los noventa entre un año
y medio y dos años
42
.
Normalmente son las familias pobres las que
cargan con el peso de  nanciar todos los con ictos
que ponen en peligro su seguridad. Tanto los rebel-
des como los actores estatales se encuentran a sí mis-
mos saqueando los bienes de la gente con y co-
rriente o explotando los recursos naturales, creando
una economía de guerra que alimenta el con icto.
Aquellos que se bene cian tienen intereses creados
contrarios a los acuerdos de paz. Los medios más
recurrentes para incrementar los ingresos son la
aplicación de impuestos ilegales y la extorsión. En
la región oriental de la República Democrática del
Congo, las Fuerzas Democráticas para la Liberacn
de Rwanda (FDLR) imponen impuestos ilegales y
sistemáticamente saquean los mercados locales. El
“impuesto a la guerra” supera el ingreso de la mayo-
ría de los residentes locales. En ocasiones, los civiles
también son forzados a pagar a las FDLR un alto
porcentaje de sus ingresos de la extracción del col-
tan, una de las pocas actividades que genera ganan-
cias en la región
43
. El bandidaje, el robo de ganado
y la incapacidad del Estado de brindar protección
hacen que la inseguridad sea una realidad cotidiana
en las regiones afectadas por con ictos.
La aparicn de mercados negros y economías
paralelas que generalmente acompañan al con icto
violento crea nuevas oportunidades para los comba-
tientes, y nuevas fuentes de desarticulación econó-
mica para la sociedad. La escasa capacidad del Es-
tado de regular los recursos naturales, por ejemplo,
junto con una corrupción generalizada, facilita el
desarrollo de redes informales e ilícitas. En Sierra
Leona, la industria informal del diamante era una
rica fuente de ingresos para el rebelde Frente Unido
Revolucionario y para su patrocinante, el ex presi-
dente de Liberia Charles Taylor. Así, el delito y la
inseguridad se vuelven manifestaciones de con ic-
tos que pudieron haber tenido un origen político.
Entrelazamiento de la inseguridad
Los costos en desarrollo humano asociados al con-
 i c t o v i olento constituyen argumentos potentes
La aparición de mercados
negros y economías
paralelas que generalmente
acompañan al confl icto
violento crea nuevas
oportunidades para
los combatientes, y
nuevas fuentes de
desarticulación económica
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Confl icto violento
INFORME SOBRE DESARROLLO HUMANO 2005 185
para la prevención. Una vez iniciado, el con icto
violento puede llevar a problemas que resulta muy
difícil resolver y a costos en desarrollo humano
que son acumulativos e irreversibles. Cuando los
pobres pierden sus bienes, la posibilidad de pagar
los gastos de salud, educación y alimentación de los
niños se ve disminuida, a veces con consecuencias
fatales. La pérdida de las oportunidades de recibir
educación se transmite por generaciones en forma
de analfabetismo y de menores posibilidades de
salir de la pobreza. No son sólo los costos de desa-
rrollo humano lo que hace que la prevención sea un
imperativo. Los costos institucionales del con icto
violento pueden tener consecuencias devastadoras
para el desarrollo a largo plazo. Cuando concluyen
los con ictos, los caminos y los puentes pueden ser
reconstruidos con prontitud con ayuda externa,
pero el quiebre de las instituciones, la pérdida de la
con anza y los traumas in igidos a las personas vul-
nerables pueden derivar en la probabilidad de otro
con icto. Al debilitar a los estados, el con icto vio-
lento puede atrapar a poblaciones enteras, así como
a los habitantes de estados vecinos, en ciclos de
violencia. Romper estos ciclos es uno de los mayo-
res desafíos del desarrollo humano que enfrenta la
comunidad internacional.
Durante gran parte del siglo XX, el con icto vio-
lento fue la consecuencia de un quiebre en las rela-
ciones entre estados. Hoy, el con icto violento es
básicamente la consecuencia de un fracaso al inte-
rior de los estados, o de la incapacidad de los estados
para prevenir, contener y resolver con ictos entre
diferentes grupos. Ningún con icto es igual a otro;
sin embargo, los estados más propensos al con icto
comparten ciertas características comunes.
El con icto violento puede estallar por diversas
razones. Pese a que se han hecho intentos por identi-
car factores de riesgo individuales, lo que al parecer
importa son grupos de riesgos y acontecimientos ca-
talizadores. Algunos riesgos están arraigados en la
pobreza y la desigualdad, aunque elnculo no es au-
tomático. Otros se descubren en fracasos institucio-
nales y estructuras políticas no democráticas, en las
ocupaciones o reivindicaciones territoriales. Algunos
acontecimientos externos como caídas ecomicas,
con ictos regionales y cambios en la sociedad que
crean tensiones entre las distintas élites políticas pue-
den arrastrar a las sociedades al con icto violento.
El colapso de una autoridad e ciente en algunos
países ha minado la capacidad de prevenir y resolver
los con ictos. Los gobiernos que no han tenido la
capacidad ni la voluntad de cumplir con sus funcio-
nes principales, que incluyen el control territorial,
el suministro de servicios básicos, la administración
de recursos públicos y la protección de los medios de
subsistencia de la población más pobre, son tanto
causa como consecuencia del con icto violento
44
.
Como señala la Comisión Internacional sobre In-
tervención y Soberanía de los Estados: “En térmi-
nos de seguridad, es mucho más probable conseguir
un sistema internacional cohesionado y pací co a
través de la cooperación de estados e cientes….que
en un escenario de estados frágiles, colapsados, frag-
mentados o en general, dominados por el caos”
45
.
Si bien la ine cacia de los estados varía en cuanto
a su forma, tres de sus características comunes que
incrementan el riesgo de que las tensiones políticas
y las presiones económicas desemboquen en con-
 i c t o s v i o l e n tos han sido muy bien resumidas por
la Comisión sobre Estados Frágiles y la Seguridad
Nacional de los EE.UU.: la falta de seguridad, la
falta de capacidad y la falta de legitimidad
46
.
La falta de seguridad. La seguridad, incluida
la seguridad humana en su más amplio sentido,
es un cimiento básico del desarrollo sostenible
y de un gobierno e caz. Proporcionar seguri-
dad es una de las funciones más elementales del
Estado. Ello implica la protección contra los
abusos sistemáticos de los derechos humanos,
amenazas físicas, violencia y riesgos extremos
económicos, sociales y ambientales. Muchos
estados propensos al con icto no están intere-
El desafío de los estados propensos al confl icto
El colapso de una autoridad
efi ciente en algunos
países ha minado la
capacidad de prevenir y
resolver los confl ictos
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Confl icto violento
186 INFORME SOBRE DESARROLLO HUMANO 2005
sados o no son capaces de proporcionar seguri-
dad con lo que crean oportunidades para que
actores externos al Estado llenen este vacío. Du-
rante los con ictos en Sierra Leona y Liberia, la
capacidad del gobierno de proporcionar seguri-
dad fue escasamente evidente más allá de conta-
dos centros urbanos. En Sudán, el gobierno ha
socavado activamente la seguridad de los afri-
canos negros mediante el apoyo a las milicias
árabes y los actos militares directos que atentan
contra la población civil.
La falta de capacidad. La autoridad del Estado
depende profundamente de su habilidad para
proveer servicios básicos e infraestructura.
Cuando los gobiernos son incapaces o no tie-
nen la voluntad de hacerlo, la privación, el sufri-
miento y la exposición a amenazas de epidemias
pueden crear resentimiento y aumentar la pér-
dida de con anzablica. En Liberia, por ejem-
plo, el sector salud ha sido fundamentalmente
organizado y  nanciado por organismos no gu-
bernamentales internacionales desde 1990, no
por el responsable nominal, el Ministerio de
Salud. En Sierra Leona sólo se lleva registro de
alrededor de un 25% de los nacimientos rurales,
con lo que queda de mani esto la inadecuada
cobertura de los servicios de bienestar. Más del
90% de losrmacos que distribuye la farmacia
central estatal no llega a los bene ciarios a quie-
nes estaban destinados.
La falta de legitimidad. La rivalidad política,
social y económica es parte del proceso de de-
sarrollo. Que estas rivalidades adquieran el ca-
rácter de violentas depende de la capacidad que
tengan las instituciones del Estado para articu-
lar los intereses y las aspiraciones de grupos di-
ferentes, arbitrar entre ellos y mediar en el con-
 i c t o . To d o esto depende de instituciones que
sean consideradas legítimas y responsables más
que de canales para el ejercicio de intereses pri-
vados. No es extraño que en los estados propen-
sos al con icto las instituciones sean disfuncio-
nales, sujetas a crisis de autoridad política y con
tendencia a la violencia para presentar reivindi-
caciones relativas al control sobre los recursos,
los ingresos estatales y el poder del Estado.
La pobreza, la inseguridad y el con icto vio-
lento se refuerzan sistemáticamente entre sí. No
todos los países en desarrollo son proclives al con-
i c t o n i l a prosperidad retira la amenaza de con-
 i c t o . P e r o s i i n t e r a c t ú a con otros factores, la po-
breza puede exacerbar las tensiones creadas por los
tres vacíos que se han descrito anteriormente. El
Ministerio del Reino Unido para el Desarrollo In-
ternacional (DfID) tiene un listado de 46 estados
frágiles cuyos gobiernos no pueden o no están inte-
resados en ejercer funciones básicas como control
territorial, provisión de seguridad, administracn
de recursos públicos y suministro de servicios bá-
sicos; 35 de ellos estaban en con icto en los años
1990
47
. De acuerdo a las estimaciones del DfID, en
estos estados habita una tercera parte de las perso-
nas que viven con menos de un dólar al día. Intentar
establecer si estos países son pobres porque están en
con icto, o están en con icto porque son pobres,
es un ejercicio inútil y sin sentido. Lo que está claro
es que la pobreza es parte del ciclo que crea y perpe-
túa el con icto violento al cual este mismo retroa-
limenta reforzando la pobreza
Desigualdades horizontales
Así como la pobreza total no lleva automáticamente
al con icto violento, los vínculos entre la desigual-
dad y el con icto son complejos y variados. Una
franca desigualdad no constituye un marcador
automático de con icto violento. Si así fuera, Amé-
rica Latina sería una de las regiones más violenta
del mundo. A los altos niveles de desigualdad verti-
cal basada en el ingreso se asocia la desarticulación
social, incluidos los altos índices de delincuencia y
de inseguridad personal. La desigualdad horizontal
entre regiones y grupos plantea amenazas de orden
diferente, nolo porque estas desigualdades pue-
den causar la percepción –justi cada o no– de que
se está abusando del poder del Estado para favorecer
a un grupo sobre otro. En la práctica, las desigualda-
des horizontales y verticales por lo general interac-
túan, y el factor decisivo puede no ser la magnitud
de la desigualdad por sí misma, sino complejas ten-
siones políticas y económicas que han estado pre-
sentes por varias generaciones.
El con icto en Nepal ilustra cómo las desigual-
dades presentes en diferentes dimensiones pueden
crear las condiciones para que se produzca un con-
 i c t o violento
48
. En 1996, año en que comenzó la
actual insurgencia, el índice de pobreza era de 72%
en las regiones del centro y del extremo occidental
La desigualdad horizontal
entre grupos conlleva a
percepciones de que se
está abusando del poder
del Estado para favorecer
a un grupo sobre otro
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Confl icto violento
INFORME SOBRE DESARROLLO HUMANO 2005 187
y de sólo 4% en el valle de Katmandú. Por sobre
estas disparidades regionales están las disparidades
en desarrollo humano, pues la casta nepalesa más
alta registra un IDH superior en aproximadamente
un 50% al de las comunidades étnicas montañesas,
los grupos étnicos terai y las castas laborales. Y si
bien los indígenas constituían el 36% y los dalits
el 15% de la población en 1999, los indígenas sólo
ocupaban el 8,42% y los dalits el 0,17% de los cargos
en los organismos de gobierno. La insurgencia en
Nepal tiene sus raíces más profundas precisamente
en las regiones occidentales donde el desarrollo ha
quedado rezagado en comparación con el resto del
país y donde los grupos marginados albergan un
profundo sentimiento de injusticia respecto del
fracaso de las instituciones del Estado. Desde 1996,
han muerto más de 8.000 personas.
El caso de Nepal muestra cómo las respuestas
al con icto violento pueden exacerbar sus causas
subyacentes. Enfrentado a una insurgencia genera-
lizada, el gobierno ha respondido con una estrate-
gia de campo de batalla para contraatacar las acti-
vidades de las guerrillas maoistas. Tal estrategia ha
sido apoyada por la asistencia militar proveniente
de algunos países ricos y se ha recurrido a la retórica
de la “guerra al terrorismo para justi car la fuerte
respuesta militar. De todos lados provienen infor-
mes de graves abusos a los derechos humanos, pero
en algunas partes del país existe la percepción de
que los actores del Estado han pasado a ser parte del
problema de seguridad.
Las estrategias políticas para afrontar las pro-
fundas desigualdades que han alimentado la insur-
gencia han estado menos en evidencia. Ciertamente,
la respuesta política al con icto parece exacerbar
sus causas profundas. Aludiendo a imperativos su-
periores de seguridad, el gobierno real ha instituido
una monarquía absolutista, socavando con ello las
instituciones democráticas y poniendo fuera de la
ley a los políticos de la línea central y a los grupos de
derechos humanos, e invitando a que tanto la India
como el Reino Unido suspendan la ayuda. En este
contexto, debilitar la democracia sólo puede minar
las diversas instituciones que son necesarias para re-
solver el con icto y restituir la paz. Más viable sería
una estrategia que uniera a las fuerzas democráticas
para abordar las amenazas concretas a la seguridad
planteadas por la insurgencia y elaborara acuerdos
de paz que incluyeran medidas para reducir las pro-
fundas desigualdades que impulsan el con icto.
No abordar los desafíos que plantea la desigual-
dad horizontal puede producir con ictos violentos
tanto en estados más estables como en estados frá-
giles. Hasta  n e s d e l decenio de 1990, la república
de Côte dIvoire era uno de los estados más estables
de África Occidental. La legitimidad del gobierno
se vio afectada cuando parte de la élite política per-
cibió que los cambios políticos y el aumento de las
desigualdades regionales no les convenían. El resul-
tado fue un estallido de violencia política hacia  nes
de los años 1990, que fue seguido de una paz frágil
en 2003. La lección: la legitimidad y la estabilidad
políticas son artículos de primera necesidad más fá-
ciles de perder que de restituir (Recuadro 5.4).
Las desigualdades horizontales no existen ais-
ladas; interactúan con procesos más amplios y po-
ticos que pueden generar con ictos violentos. En
Bolivia, los recientes brotes de inestabilidad política
y violencia se han vinculado con disputas sobre me-
didas para administrar la riqueza generada por las
exportaciones de minerales. Estos con ictos han
sido la piedra de tope de profundas quejas por parte
de la población indígena respecto de la desigual dis-
tribución de los bene cios del desarrollo.
En Indonesia, el con icto violento de Aceh
tiene en parte el mismo origen, pues los grupos in-
dígenas se movilizan en torno a un programa que
exige su derecho a una mayor proporción de las ri-
quezas generadas por las exportaciones minerales
junto con el resentimiento frente a lo que se percibe
como ventajas en términos de empleo y educación
otorgadas a los inmigrantes de Java
49
. En el año
2000, la región de Aceh estaba entre las regiones
más ricas de Indonesia en términos de generación
de riqueza, pero entre las más pobres conforme a la
medición del nivel de pobreza de ingresos. Durante
los dos decenios que precedieron al año 2002, pe-
ríodo que estuvo marcado por la mayor riqueza del
petróleo, los niveles de pobreza en Aceh más que se
duplicaron, mientras que en Indonesia la pobreza
descendió a la mitad. Debido al aumento en la ri-
queza mineral, incremenasimismo la demanda
de obreros cali cados en la industria del petróleo y
del gas y en las reparticiones públicas, necesidad que
ha sido satisfecha de manera desproporcionada con
inmigrantes provenientes de Java. En 1990 (aproxi-
madamente cuando comenzó el con icto actual),
el empleo urbano entre acehneses era el doble que
No abordar los desafíos
que plantea la desigualdad
horizontal puede producir
confl ictos violentos incluso
en estados estables
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Confl icto violento
188 INFORME SOBRE DESARROLLO HUMANO 2005
Hace 10 años, pocos habrían considerado a Côte d’Ivoire como can-
didato para formar parte de la lista de estados frágiles. El país pare-
cía contar con instituciones y estructuras políticas capaces de dar
cabida a los intereses de distintos grupos y regiones. Hoy, después
de una sucesión de confl ictos violentos, la estabilidad política de
Côte d’Ivoire es un tema incierto. ¿Qué sucedió?
Côte d’Ivoire está compuesto por cinco comunidades etnolin-
güísticas principales. Los akan (42,1% de la población) y los krou
(11%), concentrados en el Sur y el Oeste, son cristianos. Los grupos
mandé del Norte (16,5%) y los voltaicos (17,6%), viven principal-
mente en el Norte y son en su mayoría musulmanes. El quinto grupo
es el mandé del Sur (10%). En el país también viven muchos habitan-
tes de origen extranjero que llegaron en el decenio de 1940 de lo que
hoy es Burkina Faso a trabajar en las plantaciones de café y cacao.
Muchos de estos inmigrantes se instalaron en forma permanente
en Côte d’Ivoire y en 1998, una cuarta parte de la población era de
origen extranjero, si bien había nacido en el país.
Luego de la independencia de 1958, el Presidente Felix Houphouet-
Boigny instauró un Estado unipartidista, pero se cuidó de mantener
el equilibro entre diferentes regiones y grupos étnicos, a través de un
sistema de cupos para cargos gubernamentales. También concedió el
derecho a voto a los inmigrantes y con el tiempo introdujo un sistema
pluripartidista. Durante los primeros 20 años posteriores a la indepen-
dencia, Côte d’Ivoire experimentó estabilidad política y mantuvo tasas
de crecimiento sostenido, un extraño logro en África Occidental.
Este éxito relativo comenzó a desmoronarse en el decenio de
1980: la caída de los precios del café y el cacao aumentaron la vulne-
rabilidad económica, las desigualdades entre el Norte y el Sur se am-
pliaron y aumentaron las tensiones entre los habitantes originarios
y los emigrantes económicos en las regiones del Sur. El decenio de
1990 fue testigo del surgimiento del nacionalismo ivorio. Se impidió
votar a los ‘extranjeros’, medida que excluyó a los líderes políticos del
Norte del proceso eleccionario. Las instituciones estatales comenza-
ron a representar cada vez más y en forma exagerada al grupo étnico
que estuviera en ese momento en el poder, incluidos los militares.
Las desigualdades sociales y económicas se ampliaron en parte
debido a presiones económicas y en parte como resultado de la
utilización del poder estatal para apoyar a grupos y regiones privile-
giadas. A fi nes del decenio de los noventa, cinco de las seis regiones
con los índices más bajos en términos de matriculación primaria se
ubicaban en las zonas del Norte. Según el Índice de prosperidad so-
cioeconómica
1
, durante el período entre 1994 y 1998 los grupos del
Sur (akan y krou) mejoraron su situación en relación con el promedio
nacional, especialmente la tribu baoulé, mientas que los mandé y vol-
taicos del Norte siguieron con niveles muy por debajo del promedio
nacional (ver la Figura). La posición de los mandé del Norte empeoró
de 1,19 veces el promedio nacional en 1994 a 0,93 en 1998.
Las crecientes desigualdades interactuaron con agravios que
estaban a punto de estallar vinculados a la exclusión política y a la
sensación de que se utilizaba el poder del Estado para favorecer a
ciertos grupos y regiones. Un Golpe de Estado de diciembre de 1999
condujo a la instauración de un gobierno militar, que si bien acordó
llamar a nuevas elecciones, tambn incorporó cambios constitucio-
nales que excluían del gobierno a aquellos de ‘dudosa’ nacionalidad.
La falta de acuerdos sobre los resultados de las elecciones realiza-
das en octubre de 2000 desembocó en protestas generalizadas y
otro cambio de gobierno. El nuevo gobierno continúo la práctica de
favorecer a los grupos del Sur y provocó el levantamiento de 2001
liderado por el Movimiento Patriótico de Côte dIvoire con base en el
Norte, el cual extendió su control a la mitad del territorio nacional.
Siguiendo el decidido estímulo de Francia y la Comunidad Eco-
nómica de los Estados de África Occidental, los grupos en pugna
rmaron un acuerdo de paz en enero de 2003, pero su puesta en
marcha se atrasó debido a impasses sobre el desarme de los rebel-
des, los criterios de idoneidad para los candidatos presidenciales
y las leyes sobre nacionalidad. La lucha política se reanudó en los
últimos meses, junto con el surgimiento de un creciente resenti-
miento hacia las tropas francesas encargadas de mantener la paz.
El actual Presidente acaba de anunciar que el líder de la oposición
puede presentarse a las elecciones que se realizan más adelante
este año, pero los temas de fondo siguen sin resolverse.
La caída de Côte d’Ivoire hasta convertirse en un Estado frágil
es el resultado de la compleja
interacción entre fuerzas so-
ciales, económicas y políticas.
Sin embargo, la incapacidad
de este Estado de reparar las
crecientes desigualdades sus-
tentadas en la pertenencia a
diferentes regiones o grupos
ha sido un factor de impor-
tancia que ha contribuido a tal
situación. Así también su inca-
pacidad de ser percibido como
entidad capaz de mantener un
equilibrio justo entre diferen-
tes grupos. La conclusión: las
desigualdades económicas y
políticas horizontales pueden
desestabilizar a los estados.
Recuadro 5.4 Côte d’Ivoire: las desigualdades horizontales desentrañan el ‘milagro africano’
1. El Índice de prosperidad socioeconómica consta de cinco indicadores: propiedad de refrigerador y automóvil, acceso a agua entubada, material del piso
en la vivienda y acceso a bo con cisterna y muestra la situación de un grupo en relación con el promedio nacional.
Fuente: Langer 2005.
Fuente: Langer 2005.
Diferencias étnicas en los
noventa en Côte d’Ivoire
Akan
Krou
Mandé del Norte
Mandé del Sur
Voltaico
Extranjeros
Baoulé
1,0
1,5
0,5
19981994
Índice de prosperidad socioeconómica, en
relación con el promedio nacional
Promedio
nacional
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Confl icto violento
INFORME SOBRE DESARROLLO HUMANO 2005 189
entre los inmigrantes javaneses. Al mismo tiempo,
las políticas de migración fomentaban el estableci-
miento de campesinos de Java en Aceh, la mayoría
de los cuales tenía propiedades más extensas que los
campesinos acehneses. La injusticia percibida de
estas desigualdades horizontales se manifestaba en
un sentimiento anti-javanés, al cual el movimiento
separatista continúa apelando.
Es posible abordar los con ictos relacionados
con altos niveles de desigualdad horizontal o con
divisiones políticas entre grupos y regiones. Una
forma es restituir la con anza política a través de
un proceso de “diálogo entre diversas partes inte-
resadas o multipartito”, enfoque que comienza con
el principio simple de que sólo se puede solucionar
los con ictos en forma pa ca –y duradera– me-
diante la con anza y el diálogo. Este modelo ha sido
utilizado de manera generalizada en América La-
tina, con diversos grados de éxito. En Guatemala,
la Asamblea de la Sociedad Civil jugó un papel cru-
cial en la formulación de posiciones de consenso
durante el proceso de paz de 1994, cuando muchas
propuestas fueron parte de los Acuerdos de Paz  -
nales. La Asamblea construyó puentes entre el Es-
tado y la sociedad s amplia, aunque los resultados
se han visto debilitados debido a que el gobierno no
ha dado cumplimiento a algunas de las promesas re-
lativas a la reforma agraria. Cualquiera sea la forma
que adopte, es imposible que el diálogo multipartito
arroje resultados positivos si los actores del gobierno
no responden de manera e caz a las desigualdades
sociales y económicas que provocan los con ictos.
En Bolivia, varias rondas de diálogo entre la socie-
dad civil y los sucesivos gobiernos no han podido
generar resultados tangibles, de ahí que se vuelva
en forma periódica a la violencia y el caos político
(Recuadro 5.5).
Gestión de los recursos naturales
Además de intensi car la desigualdad, la abun-
dancia de recursos naturales puede aumentar los
vacíos de capacidad que hacen que algunos esta-
dos queden más expuestos al con icto. Estos esta-
dos son en general desesperadamente pobres, pero
sumamente ricos en recursos. La susceptibilidad al
con icto violento parece ser un rasgo de lo que se
ha llamado “la maldición de los recursos”. Una vez
más, los vínculos entre recursos y con icto violento
no son ni automáticos ni inevitables. Botswana ha
convertido la riqueza de los diamantes en elevado
crecimiento y rápido desarrollo humano y com-
partiendo los ingresos ha evitado el con icto entre
grupos. Sin embargo, esta es la excepción más que
la regla en la mayor parte del mundo en desarrollo.
La combinacn de estructuras de administracn
pública débiles y de recursos que ofrecen la promesa
de ganancias imprevistas a aquellos que controlan
su producción y exportación es una causa impor-
tante de con icto violento.
En la era de la pos Guerra Fría, el ingreso por
concepto de recursos naturales ha reemplazado a la
 n a n c i a c i ón de las superpotencias como el combus-
tible de la guerra. Entre 1990 y 2002, el mundo fue
testigo de al menos 17 con ictos de este tipo en que
los recursos naturales fueron un factor relevante.
Los diamantes en Angola y Sierra Leona, la madera
y los diamantes en Liberia, las piedras preciosas en
Afganistán, y el cobre, el oro, el cobalto y la madera
en la República Democrática del Congo han estado
en el centro del con icto civil, o como en el caso
de este último país, de incursiones realizadas por
estados vecinos (Cuadro 5.2). En Camboya, la in-
surgencia del Khmer Rojo fue  nanciada en gran
medida por las exportaciones de madera.
Como vimos en el Capítulo 4 sobre comercio,
para muchos países los recursos naturales se han
vuelto una maldición en lugar de una bendición.
En la esfera del con icto, la patología de la “maldi-
ción de los recursos” opera por varios canales, impi-
diendo el desarrollo de instituciones políticas y eco-
nomías de mercado capaces de convertir la riqueza
natural en desarrollo humano. Parte del problema
está en la desviación de la riqueza nacional. Los  u-
jos  nancieros que podrían haberse utilizado para
sustentar el desarrollo humano suelen ser desviados
para  nanciar guerras civiles, donde el gobierno, los
rebeldes y una variedad de caudillos buscan tener el
control del petróleo, los metales, los minerales y la
madera. Angola es un claro ejemplo. La riqueza de
la segunda reserva de petróleo según el tamaño en
África y la cuarta reserva mundial de diamantes, se
utili para  nanciar una guerra civil que mató o
muti a un millón de personas entre 1975 y 2002,
y que dejó a otros cuatro millones de desplazados
internos. Hoy, Angola se ubica en el lugar 160 entre
177 países en el IDH, con una esperanza de vida de
aproximadamente 40 años.
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Confl icto violento
190 INFORME SOBRE DESARROLLO HUMANO 2005
Las ganancias imprevistas por concepto de in-
gresos por recursos naturales pueden debilitar al Es-
tado en diversos niveles. Sobresalen dos incentivos
perversos que exacerban una mala gobernabilidad.
En primer lugar, la disponibilidad de amplias co-
rrientes de ingresos puede debilitar los incentivos
para que los gobiernos elaboren sistemas de ingresos
estables a través de estructuras impositivas naciona-
les. Un Estado que se torna menos dependiente de
los ingresos por concepto de impuestos será menos
responsable ante sus ciudadanos
50
. En segundo
lugar, las ganancias provenientes de los recursos
naturales ofrecen una rentabilidad sumamente ele-
vada a la corrupción en el Estado y de los individuos
y grupos que lo controlan. Estructuras de gestión
pública débiles proporcionan amplias oportunida-
des a la actividad “extra presupuestaria”, y  ujos de
ingresos elevados despiertan interés en los indivi-
duos con poder quienes buscan asegurar que esas
oportunidades se mantengan intactas. No existe
una cifra o cial del ingreso por concepto de petró-
leo en Guinea Ecuatorial, pero el monto de US$710
millones calculado por el Banco Mundial revela un
gran desajuste entre el ingreso declarado y el ingreso
Los diálogos nacionales entre múltiples actores son ejercicios inclusivos y participativos que ayudan a
crear con anza entre diferentes grupos de interés. Con la ayuda de facilitadores neutrales, estos diálo-
gos permiten a los gobiernos responder ante crisis o formular políticas estratégicas de largo aliento y
son particularmente útiles cuando se ha debilitado la confi anza en las instituciones políticas o cuando
los procesos democráticos son frágiles.
Sin embargo, el diálogo no puede solucionar confl ictos o reducir la tensión social si el Estado es
incapaz de abordar las profundas desigualdades estructurales que provocan el deterioro político. Bo-
livia es un ejemplo claro de este problema.
En los últimos años, el país experimentó con procesos de diálogo con el fi n de enmarcar las estra-
tegias de desarrollo. En 1997, uno de estos diálogos condujo al Plan General de Desarrollo Económico
y Social de 1997-2000, el cual apuntaba a reducir la pobreza concentrándose en la equidad, las opor-
tunidades, la institucionalidad y la dignidad. En 2000, se convocó a otro diálogo nacional como parte
del proceso de estrategia de reducción de la pobreza, cuya administración recayó en una secretaría
independiente que incluía muchos participantes de la sociedad civil. Pero las frustraciones aumentaron
a medida que las políticas derivadas de los diálogos no se pusieron en práctica de manera efi ciente.
En efecto, surgieron cada vez más desacuerdos en torno a las políticas económicas, la explotación de
las reservas de gas natural, la erradicación de los cultivos de coca en 1998-2001 que tuvo un costo de
59.000 empleos, y la oposición a la privatización de los servicios públicos.
Mientras tanto, la desigualdad es generalizada. El ingreso del 10% más rico de la población supera
90 veces a aquel del 10% más pobre. La distribución de la tierra también es desigual: dos millones de
familias, casi todas indígenas, trabajan cinco millones de hecreas, mientras que menos de 100 fami-
lias son propietarias de 25 millones de hectáreas. En promedio, los bolivianos tienen entre cinco años
y cinco años y medio de escolaridad, pero existe una diferencia de siete años de escolaridad media
entre el 20% más rico y el 20% más pobre de la población. La tasa de pobreza, que había disminuido
a 48,7% en 1999, aumentó a 61,2% en 2002. Más aún, el 88% de los indígenas son pobres.
Las desigualdades y el descontento en torno a las políticas generaron manifestaciones violentas en
2003 con la participación de asociaciones campesinas, federaciones de trabajadores e incluso intelec-
tuales de clase media, que obligaron al Presidente a renunciar. Debido a la creciente ola de protestas
y al deterioro de la confi anza que éstas refl ejan, se hace más difícil para el gobierno responder a las
demandas de manera sostenida.
Fuente: Barnes. 2005. ICG. 2004a. Justino, Litch eld y Whitehead. 2003. Petras, 2004.
Recuadro 5.5 Los benefi cios y los límites del diálogo participativo para impedir con ictos
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Confl icto violento
INFORME SOBRE DESARROLLO HUMANO 2005 191
real. Tales prácticas pueden debilitar las condicio-
nes de gestión responsable y la transparencia, fac-
tores fundamentales para el ejercicio legítimo de la
autoridad estatal.
Más alde las fronteras
No todos los con ictos se derivan de incumplimien-
tos por parte del Estado. También en muchos casos
hay factores externos igualmente importantes. Los
problemas externos se importan a tras de las per-
meables fronteras de la seguridad humana y luego
se reexportan como nuevos problemas de seguridad
hacia otros estados.
Estos factores externos adquieren variadas for-
mas. El desmantelamiento del Estado afgano fue
apoyado activamente mediante la invasión sovié-
tica y el reclutamiento por parte de potencias ex-
ternas de luchadores mujahidines para poner  n a
la ocupación soviética. La consiguiente guerra civil
entre diversos grupos de resistencia devastó al país
y permitió que surgieran victoriosos los grupos más
implacables. El gobierno talibán, que iba a llevar a
Afganistán a una caída libre respecto del desarrollo
humano, se aprovechó del caos interno inducido
por in uencias externas. En Somalia, un proceso de
militarizacn patrocinado primero por la Unión
Soviética y luego por los Estados Unidos llevó a
una guerra con Etiopía y a una brutal guerra civil
entre caudillos rivales que controlaban alrededor de
500.000 armas.
Cualquiera fuere la relación de equilibrio entre
factores internos y externos que causan con ictos,
las consecuencias son invariablemente regionali-
zadas e internacionalizadas. La depuración étnica
de los Balcanes genera oleadas de refugiados hacia
Europa Occidental, y la violencia de Darfur genera
refugiados en Chad. Una vez que los con ictos
comienzan, se pueden propagar hacia los estados
vecinos, minando la seguridad y creando ciclos de
violencia limítrofes. La guerra regional en África
Occidental que comenzó en Liberia en 1989, emi-
gró a Sierra Leona, regresó a Liberia (donde socavó
un proceso de desarme en 1997), y luego se dirigió
a Guinea. En septiembre de 2002, combatientes
de Liberia y Sierra Leona se vieron envueltos en la
lucha que estalló en Côte d’Ivoire.
Una de las características de la globalización es
el estrechamiento del espacio económico entre paí-
ses. Cuando colapsan los estados, las amenazas a la
seguridad pueden cruzar este espacio con total im-
punidad. La creación de redes terroristas desde los
mismos grupos que habían sido apoyados por Oc-
cidente para destituir a las fuerzas soviéticas consti-
tuye un ejemplo claro del efecto “boomerang” de la
guerra afgana por el poder.
Los problemas externos
se importan a través de las
permeables fronteras de la
seguridad humana y luego
se reexportan como nuevos
problemas de seguridad
hacia otros estados
País Duración del confl icto Recursos
Afganistán 1978–2001 Piedras preciosas, opio
Angola 1975–2002 Petróleo, diamantes
Angola (Cabinda) 1975 Petróleo
Camboya 1978–1997 Madera, piedras preciosas
Colombia 1984 Petróleo, oro, coca
Congo, Rep. del1997 Petróleo
Congo, Rep. Dem. del 19961997, 1998–2002 Cobre, coltan, diamantes, oro, cobalto
Indonesia, Aceh 1975 Gas natural
Indonesia, Papua Occidental 1969 Cobre, oro
Liberia 1989–1996 Madera, diamantes, hierro, aceite de palma, cacao, café, marihuana, caucho, oro
Marruecos 1975 Fosfatos, petróleo
Myanmar 1949 Madera, estaño, piedras preciosas, opio
Papua Nueva Guinea 1988–1998 Cobre, oro
Perú 1980–1995 Coca
Sierra Leona 1991–2000 Diamantes
Sudán 1983–2005 Petróleo
Fuente : Adaptado de Bannon y Collier, 2003.
Cuadro 5.2 Los recursos naturales han contribuido a alimentar confl ictos en muchos países
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Confl icto violento
192 INFORME SOBRE DESARROLLO HUMANO 2005
Los estados propensos al con icto constitu-
yen una enorme amenaza no sólo para sus propios
ciudadanos, sino para la comunidad internacional.
Son un lugar natural para los caudillos, las redes cri-
minales y los grupos extremistas que buscan explo-
tar un vacío de gobernabilidad. Desde Afganistán
a África Occidental y más al, la desarticulación
del Estado abre la puerta a la creación de paraísos
para grupos que representan riesgos para la seguri-
dad de los habitantes locales, y para la incubación
de amenazas limítrofes relacionadas con oleadas de
refugiados, trá co de armas, economías de drogas y
enfermedades. Los estados frágiles preocupan más
allá de sus fronteras porque carecen de la capacidad
para controlar su territorio de manera e caz, el cual
puede transformarse en un paraíso seguro para te-
rroristas y organizaciones criminales.
En 1945, el Secretario de Estado norteamericano
Edward R. Stettinius informó a su gobierno sobre
la conferencia de San Francisco que creó la Orga-
nización de las Naciones Unidas e identi có del
siguiente modo los dos componentes fundamenta-
les de la seguridad humana y su interconexión: “La
batalla por la paz debe ser librada en dos frentes. El
primer frente es el de la seguridad, en el cual vencer
signi ca conquistar la libertad para vivir sin temor y
el segundo es el frente económico y social, en el cual
la victoria signi ca conquistar libertad para vivir
sin miseria. Sólo la victoria en ambos frentes puede
asegurarle al mundo una paz duradera”
51
.
Transcurridos 60 os, esas palabras siguen re-
sonando con fuerza ante los desafíos de seguridad
colectivos de principios del siglo XXI. La victoria en
ambos frentes de la seguridad humana sigue siendo
una condición para la prosperidad, aun cuando el
ritmo de progreso sea dispar. El progreso en el frente
económico y social ha sido limitado, lo que ha obsta-
culizado el progreso en el frente de la seguridad. Me-
jorar las condiciones de vida, ampliar las oportunida-
des de salud y educación y construir las instituciones
necesarias para entregar una democracia legítima
debiera ser considerado como la primera línea de la
defensa. Superar la pobreza no sólo salvará millones
de vidas, sino que también hará que las tensiones so-
ciales y económicas que crean con ictos sean más
permeables a ser resueltas. En un con icto violento,
al igual que en salud pública, la primera regla de oro
es la siguiente: prevenir es mejor que curar. Y el desa-
rrollo es la estrategia más e caz para prevenir.
El ambiente internacional para elaborar una
respuesta a la seguridad colectiva e caz está mar-
cado por oportunidades y amenazas. Nuevos acuer-
dos de paz, por frágiles que sean algunos de ellos,
demuestran los posibles bene cios que tendría la
resolución del con icto violento para el desarrollo
humano: hace cinco años, pocos habrían predicho
que Afganistán, Liberia o Sierra Leona estarían en
situación de iniciar una recuperación desde la pers-
pectiva del desarrollo humano. Los gobiernos de los
países industrializados son cada vez más conscientes
de la importancia de elaborar medidas para prevenir
el con icto en sus programas de asistencia para el
desarrollo. Al mismo tiempo, la respuesta militar
a las amenazas a la seguridad está muy desarrollada
en relación a la respuesta más amplia a la seguridad
humana. Los ODM han aportado un enfoque re-
novado a las iniciativas de reducción de la pobreza
en el mundo; pero, como se ha sostenido en capítu-
los anteriores de este informe, el consenso sobre los
ODM debe n inducir el compromiso  nanciero
y político sostenido necesario para traducir los ob-
jetivos en resultados prácticos.
La forma en que la seguridad es percibida por
los pses desarrollados tendrá un peso importante
en la e cacia de la estrategia “de dos frentes”. La se-
guridad en el mundo desarrollado signi ca cada vez
más seguridad militar contra la amenaza que plan-
tea el “terrorismo”. Los objetivos más amplios se
han subordinado a este objetivo. La amenaza plan-
teada por el terrorismo es real, para los países ricos
y para los países pobres. Sin embargo, existe el peli-
La respuesta internacional
En un confl icto violento, al
igual que en salud pública,
la primera regla de oro
es la siguiente: prevenir
es mejor que curar
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Confl icto violento
INFORME SOBRE DESARROLLO HUMANO 2005 193
gro de que la guerra contra el terrorismo distorsione
las prioridades y dé lugar a estrategias ine caces o
improductivas. Por ejemplo, la guerra contra el te-
rrorismo no puede justi car la violación brutal de
los derechos humanos y de las libertades civiles, ni
tampoco respuestas militares a problemas relacio-
nados con el desarrollo. Pero muchos gobiernos han
citado los enormes imperativos que tiene esa guerra
de luchar contra grupos convenientemente llama-
dos “terroristas”. Estas transgresiones amenazan
con debilitar las normas y las instituciones requeri-
das para asegurar la paz. Desde la perspectiva de un
concepto más amplio de seguridad humana, existe
el peligro de que la guerra contra el terrorismo pu-
diera marginar la lucha contra la pobreza, las epide-
mias sanitarias y otros desafíos, alejando los escasos
recursos nancieros de aquellos factores que causan
la inseguridad. Persiste una amenaza muy real de
que los ya restringidos presupuestos de asistencia
para el desarrollo podrían reasignarse para re ejar
el imperativo percibido de los objetivos militares y
las metas de la política exterior.
La seguridad humana sólo puede a anzarse
completamente mediante el liderazgo de los propios
países en desarrollo; no es un producto básico que
se pueda importar. Sin embargo, es también uno de
los elementos fundamentales de la “nueva alianza” a
favor del desarrollo entre países ricos y países pobres.
Los países desarrollados tienen un papel central en
cuanto a eliminar la barrera al desarrollo humano
creada por el con icto violento, y poseen una base
sólida de acción arraigada en un imperativo moral
y en el interés propio.
Mejorar la ayuda
Como se aprecia en el Capítulo 3, la ayuda interna-
cional es uno de los principales recursos disponibles
para acelerar el avance hacia el segundo frente iden-
ti cado por el Secretario de Estado Stettinius: la
guerra contra la pobreza. Pero una ayuda bien dise-
ñada también puede servir para abordar algunos
de los desafíos a que se ven enfrentados los estados
propensos al con icto.
Admitir que los procesos de desarrollo destina-
dos a mejorar el bienestar humano pueden generar
con ictos sin la intención de hacerlo es el primer
paso hacia la prevención del con icto. Cuando se
provee ayuda en ambientes propensos al con icto
se puede exacerbar tensiones entre grupos, como
ocurrió en Rwanda. La asistencia al desarrollo que
bene ció a una pequeña parte de la población y
excluyó a la mayoría contribuyó a la desigualdad,
alimentando el resentimiento y contribuyendo a
la violencia estructural
52
. Si los donantes hubieran
tenido mayor conciencia de las consecuencias de
sus acciones y mayor voluntad de participar en la
prevención de con ictos, probablemente hubieran
podido evitar el genocidio.
En la actualidad, nuevos enfoques de la ayuda
según la rúbrica “desarrollo sensible al con icto”
comprometen a los donantes directamente en la
evaluación del posible impacto de la asistencia al de-
sarrollo sobre diferentes grupos. Entre 1998 y 2000
estal la violencia en las Islas Salomón, cuando gru-
pos indígenas de Guadalcanal lanzaron violentos
ataques a las comunidades de una isla vecina que se
habían instalado en la capital, Honiara. El con icto
se de nió básicamente en términos étnicos. Si bien
se llegó a un acuerdo de paz en el año 2000, los gru-
pos militantes rehusaron desarmarse. En 2003, el
Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo
(PNUD) y otros donantes trabajaron con el Con-
sejo Nacional de Paz y el Departamento de Unidad
Nacional, Reconciliación y Paz del gobierno para
analizar mediante un proceso de consulta amplio,
multipartito, los motivos de quejas y frustraciones
que llevaron a la violencia. El proceso de consulta
puso en cuestión la idea imperante de que el con-
i c t o s u r g í a f u n d a m e n t a l m ente de la diferencia-
ción étnica. Los participantes identi caron varios
puntos álgidos, especialmente las tensiones por los
derechos de propiedad de la tierra, las funciones de
estructuras de autoridad tradicionales y no tradi-
cionales, el acceso a los servicios gubernamentales,
la falta de oportunidades ecomicas, y una desar-
ticulación de los mecanismos de cumplimiento de la
ley. Así, el proceso de consulta cuestionó la creencia
generalizada y potencialmente peligrosa de que el
con icto se trataba, ante todo, de la identidad ét-
nica. También dejó en claro que, en ciertos casos,
las acciones de los donantes de apoyar a los servicios
gubernamentales sin consulta previa habían, inad-
vertidamente, exacerbado las tensiones
53
.
La  nanciación externa puede llenar algunos de
los vacíos de capacidades que hacen que los estados
sean propensos al con icto. En la medida que esta
 n a n c i a c i ón impida el con icto, se puede esperar
Los nuevos enfoques de la
ayuda para el “desarrollo
sensible al confl icto” evalúan
el impacto de la asistencia
sobre diferentes grupos
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Confl icto violento
194 INFORME SOBRE DESARROLLO HUMANO 2005
que genere retornos elevados para el crecimiento y el
desarrollo humano. Sin embargo, la ayuda a países
vulnerables parece ser desproporcionadamente más
baja , especialmente luego de que se discontinuaran
las remesas destinadas a Afganistán e Iraq. Con es-
casas notables excepciones, los estados vulnerables
no atraen grandes  ujos de ayuda. Y la cuestión no
es sólo de débil gobernabilidad. Un estudio reali-
zado por el Banco Mundial en varios países utili-
zando un modelo de asignación basado en la po-
breza y en el desempeño sugiere que la ayuda a los
estados vulnerables se poda aumentar en 40% si se
considerara la calidad de sus instituciones. Un pro-
blema adicional, señalado en el Capítulo 3, es que la
ayuda a los países vulnerables es dos veces más volá-
til que la ayuda a otros países. Para los gobiernos que
tienen una base débil de ingresos, puede resultar su-
mamente desestabilizante y erosionar aun más una
capacidad ya débil. Obviamente, existen inmensos
desafíos para los donantes que desean proveer ayuda
en ambientes post con icto. Pero es importante que
las decisiones de asignación se hagan sobre la base de
juicios cuidadosamente analizados y trasparentes.
La ayuda internacional tiene una función parti-
cularmente clave en el período de reconstrucción. El
objetivo de la reconstrucción en la etapa post con-
 i c t o e s e v i t ar volver a las condiciones previas a la
crisis y construir las bases de una paz duradera. Si se
pretenden evitar las amenazas de volver al con icto
en los estados vulnerables, entonces la ayuda debe
ser una inversión para crear las condiciones de una
paz sostenida. Utilizando la asignación real como
base para la evaluación, hay pocos datos que indi-
que que los  ujos de ayuda re ejen una respuesta
coherente con las necesidades de  nanciación de
la reconstrucción. El gasto per cápita en el período
de dos años después de la conclusión de un acuerdo
de paz es desde US$245 en Bosnia y Herzegovina
a US$40 en Afganistán y US$31 en Liberia (ver Fi-
gura 5.4).
Sin duda, las diferencias en los resultados de las
políticas y en la capacidad de asimilación explican
algo de la discrepancia –y no existe una fórmula  ja
para emparejar la necesidad con la  nanciación.
Aun así, parece haber poca consistencia interna en
un esquema de asignación de recursos que relega a
países como Burundi, Liberia y la República Demo-
crática del Congo prácticamente al  nal de la lista.
El Banco Mundial ha reconocido este problema en
relación con el uso de los fondos de la Asociación
Internacional de Fomento (AIF), una de las princi-
pales fuentes internacionales de reconstrucción en
la etapa post con icto. Entre 1996 y 1999, la  nan-
ciación post con icto con fondos de la AIF ascen-
dió a US$45 per cápita en Bosnia y Herzegovina, y a
menos de US$5 per cápita en Rwanda en el período
de tres años posterior al genocidio
54
. Estas discre-
pancias apuntan a la necesidad de mayor transpa-
rencia en las decisiones de los donantes con respecto
a la  nanciación post con icto.
La secuencia de la ayuda presenta otro pro-
blema. En el ciclo de ayuda típico en el post con-
i c t o , l a a y uda llega a su punto máximo durante
los primeros años posteriores al con icto y luego
baja abruptamente. Esto es lo contrario de lo que
se necesita. La capacidad de absorber ayuda es más
limitada en el período inmediatamente posterior al
con icto cuando se establecen nuevas instituciones,
lo que lleva a grandes brechas entre los compromisos
y los desembolsos de los donantes. La investigación
sugiere que el período óptimo para absorber mayor
ayuda es alrededor de seis años después del reesta-
blecimiento de la paz, cuando el interés del donante
ha cambiado. El ciclo recién descrito ayuda a expli-
car los resultados de un estudio del Banco Mun-
dial, que indica que la capacidad de asimilación de
la ayuda en los estados que salen de un con icto es
prácticamente el doble que la de otros países con
similares niveles de pobreza
55
.
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LANECESIDAD
&IGURA
.OTA,OSDATOSSEREFIERENALPROMEDIODETRESA×OSAPARTIRDELA×ODELFINDELCONFLICTOSALVOENLA2EPÞBLICA$EMOCRÉTICADEL#ONGO
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para crear las condiciones
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Confl icto violento
INFORME SOBRE DESARROLLO HUMANO 2005 195
Luego de un con icto, los estados son especial-
mente susceptibles a algunos de los problemas ge-
nerales relacionados con la ayuda que se describen
en el Capítulo 3. Una prioridad inmediata de cual-
quier Estado en situación post con icto es desarro-
llar capacidad institucional y rendición de cuentas
frente a sus habitantes. Cuando los donantes eligen
trabajar “fuera de presupuesto” a través de proyectos
y crean estructuras paralelas para informar, reali-
zar auditoas, y entregar bienes, ponen en riesgo el
desarrollo de estructuras institucionales de las que
dependen la paz y la seguridad. El peligro es que un
juicio equivocado de parte de los donantes acrecen-
tará el problema fundamental que les interesa abor-
dar: el debilitamiento de las estructuras del Estado
y de la capacidad local. El fracaso de la coordinación
y la coherencia es particularmente sorprendente
en Bosnia y Herzegovina. El país ha recibido más
ayuda per cápita que Europa bajo el Plan Marshall,
sin embargo, no ha podido superar la crisis  nan-
ciera aun después de seis años de que se suscribie-
ron los acuerdos de paz
56
. En un nivel de desarrollo
institucional bastante más restringido, Afganistán
también ha tenido problemas graves.
La forma y la función del Estado suele estar en el centro de los con-
ictos. El desafío más importante tras el proceso político que pone
n a un confl icto declarado es adoptar políticas, procedimientos e
intervenciones que garanticen la sostenibilidad de la paz, creen un
escenario de solidaridad y confi anza mutua y construyan un Estado
como poder organizado de la sociedad.
Más específi camente, los siguientes temas deben recibir espe-
cial atención:
Generar consenso en torno a una estrategia: El escenario inme-
diato después de un confl icto involucra a un amplio abanico de
actores nacionales e internacionales. Cada uno de ellos tiene
percepciones diferentes de la situación, diversas capacidades
para abordarla y un conjunto distinto de prioridades, lo cual
es refl ejo de su mandato, recursos e intereses. Si cada uno de
estos actores se propusiera llevar a adelante una estrategia in-
dependiente, el resultado sería una pérdida de recursos, cre-
ciente desconfi anza y la posible reanudación del confl icto. Por
lo tanto, es fundamental que el gobierno y los donantes lleguen
a acuerdo respecto de las prioridades en el marco de una estra-
tegia coherente, convengan en la división del trabajo y se esfuer-
cen por crear modalidades de coordinación y cooperación.
Reestablecer y ampliar la confi anza en el Estado: Para reesta-
blecer la confi anza en el Estado es necesario poner el acento
en la revitalización y la reforma de los procesos de goberna-
bilidad, con especial énfasis en la prestación de seguridad, la
administración, el estado de derecho y los servicios básicos. La
creación de instituciones paralelas al Estado, ya sea a través de
organismos de la ONU o bilaterales, puede debilitar esta nece-
sidad de concentrarse en el Estado.
Garantizar nanzas públicas adecuadas: Para reestablecer sus
funciones, el Estado requiere disponer de recursos. Los fl ujos
de ayuda son una parte signifi cativa de estos recursos en la
etapa inicial, pero la atención debe ponerse sobre todo en la
generación de ingresos nacionales a través de actividades que
puedan arrojar mejores resultados. La con anza en el Estado
exige hacer del presupuesto el principal instrumento en mate-
ria de políticas y la instancia en la cual se defi nen las priorida-
des y se genera consenso para utilizar los recursos con el fi n
de satisfacer esas prioridades nacionales. El sistema de ayuda
debe apuntar a respaldar al gobierno a conseguir la capacidad
para crear rápidamente un marco de gastos de mediano plazo
así como también mecanismos de rendición de cuentas, que
incluyen adquisiciones, administración fi nanciera y auditorías,
que generarán confi anza por parte de los donantes y los ciuda-
danos.
Recurrir a la función fi scalizadora del Estado para proteger a los
ciudadanos y lograr con anza. Además de estas tareas obvias,
los actores involucrados deben prestar atención a la función
scalizadora del Estado. Entre los aspectos fundamentales para
garantizar la confi anza están la entrega de licencias y la fi sca-
lización de actividades del sector privado (que protejan a los
ciudadanos contra daños como el combustible con plomo y los
medicamentos vencidos). Los programas nacionales dirigidos
particularmente a los pobres urbanos y rurales son instrumen-
tos para crear un sentido de ciudadanía y usar los recursos de
manera efi ciente.
Dr. Ashraf Ghani
Ex Ministro de Finanzas
Estado Islámico de Afganistán
Contribución especial Desafíos de la reconstrucción post confl icto: lecciones de Afganistán
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Confl icto violento
196 INFORME SOBRE DESARROLLO HUMANO 2005
Gestión de los recursos naturales
y control de las armas pequeñas
Los gobiernos de los países desarrollados podrían
ser bastante más activos en el tratamiento de dos
problemas que generan y sostienen el con icto vio-
lento: la mala gestión de las exportaciones de recur-
sos naturales y la inadecuada administración de las
importaciones de armas pequeñas.
Poner fi n a la maldición de los recursos
Los gobiernos nacionales deben asumir la respon-
sabilidad principal de una gobernabilidad e caz de
los recursos naturales. Pero la comunidad interna-
cional puede ayudar a cortar el vínculo entre recurso
natural y con icto violento. Bloquear los mercados
puede detener el ujo  nanciero hacia las zonas en
con icto y reducir los incentivos para controlar los
recursos naturales. Se puede usar la certi cación
para restringir el acceso del consumidor a produc-
tos ilegales informando a los posibles compradores y
a las autoridades de aduanas de la situación legal de
los productos básicos. A principios del año 2000, los
gobiernos del sur de África hicieron esfuerzos para
evitar la exportacn de diamantes “con ictivos”
desde Angola, Liberia y Sierra Leona. El resultado
fue el Proceso Kimberley –un esquema a través del
cual los países importadores y de tránsito convienen
en no adquirir diamantes en bruto cuya situación
legal no esté con rmada mediante un certi cado
o cial.
Es aún demasiado pronto para extraer conclu-
siones acerca de la e cacia del proceso, pero existen
indicios de que ha dado resultado: cubre ahora 42
países y prácticamente toda la producción mundial
de diamantes
57
. La Unión Europea ha iniciado un
proceso alogo para excluir importaciones de pro-
ductos de madera ilegales en su programa de Co-
mercio y Gestión en la Aplicación de la Ley Forestal.
Sin embargo, la gran actividad exportadora ilegal en
torno a la madera continúa causando grandes pér-
didas en los ingresos públicos, generando un daño
ambiental masivo y socavando los esfuerzos por
controlar la corrupción. Se estima que en la actua-
lidad, el comercio ilegal de madera asciende a 10%
de la actividad comercial anual de US$150.000 mi-
llones.
Otra prioridad es el aumento en la transparen-
cia. Los países del Grupo de los Ocho (G-8) han
asignado alta prioridad a mayor acceso a la infor-
mación y a mayor rendición de cuentas en el rubro
de los minerales. Un ejemplo es la Iniciativa multi-
partita de Transparencia de las Industrias Extrac-
tivas, la cual requiere a las empresas de petróleo y
de gas que revelen todos los pagos y a los gobiernos
que revelen las entradas. Sin embargo, la Iniciativa
es voluntaria y carece de directrices claras para su
ejecución. Además, el avance se ha visto limitado
debido a perversos incentivos de mercado: una em-
presa que ofrezca mayor transparencia se expone a
salir perdiendo frente a rivales que no abruman a
los gobiernos con obligaciones de responsabilidad
pública.
Las prácticas corporativas se pueden sumar a los
problemas de la administración de los recursos na-
turales. La transparencia inadecuada puede reforzar
la corrupción y debilitar la gobernabilidad. La con-
traparte para la actividad extra presupuestaria por
parte de los gobiernos son pagos que no  guran en
los libros y que las empresas hacen a individuos clave
considerados guardianes de estos derechos sobre los
recursos naturales. En Angola, más de 30 empresas
petroleras multinacionales han pagado al gobierno
derechos de explotación del petróleo, sin revelar ni
a los angoleños ni a los accionistas cuánto pagaron
ni a quién. En la región del Caspio, los derechos de
explotación de petróleo están regidos por contratos
de asociación multinacionales entre gobiernos e in-
versionistas extranjeros. Estos contratos se negocian
en secreto y han dado lugar a algunas de las inves-
tigaciones de corrupción extranjera más grandes de
la historia jurídica de los Estados Unidos. La falta
de transparencia debilita la responsabilidad pública
del gobierno y puede exacerbar la descon anza sub-
yacente que alimenta el con icto.
La Comisión para África, que cuenta con el pa-
trocinio del Reino Unido, ha propuesto utilizar la
Iniciativa para la transparencia en las industrias de
extracción y agregarle algunos elementos jurídicos.
Conforme a la mayoría de los marcos jurídicos ac-
tuales, resulta difícil demandar a una empresa tras-
nacional con casa matriz en un país por prácticas
corruptas en otro país. El marco propuesto por la
comisión frica podría poner  n a esta laguna jurí-
dica, ya que permitiría que los gobiernos de los paí-
ses donde se encuentran las empresas trasnacionales
inicien acciones legales por el ejercicio de prácticas
corruptas en el extranjero. Además, permitiría a los
Se podría fomentar mayor
transparencia si los
gobiernos consideraran
un delito en su territorio
la corrupción de las
empresas transnacionales
en el extranjero
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Confl icto violento
INFORME SOBRE DESARROLLO HUMANO 2005 197
países en desarrollo mayor acceso a procesos legales
para recuperar bienes robados. Se podría fomentar
mayor transparencia si otras economías industriali-
zadas siguieran el liderazgo de los Estados Unidos
y fortalecieran sus leyes para considerar un delito
en su territorio la corrupción en el extranjero de
las empresas transnacionales. El argumento de que
esta medida va en contra del principio de mercados
abiertos a la inversión no tiene lugar: tal medida no
sería diferente de los requisitos de revelación de in-
formación nanciera que se exigen a todas las em-
presas que se cotizan en la bolsa en las economías
occidentales. Más aun, serían coherentes con la
Convención de las Naciones Unidas contra la Co-
rrupción y con las Directrices de la Organización
de Cooperación y Desarrollo Económicos para Em-
presas Multinacionales.
Control de las armas pequeñas
Un requerimiento sico para la seguridad humana
es que la comunidad internacional actúe de manera
más e caz en el control de la proliferación de armas
de fuego. Es probable que disponer de armas no
cause con icto, pero hace que éste sea más probable
y aumentan las posibilidades de que los con ictos
adquieran formas más violentas.
En los con ictos actuales, las armas preferidas
son las pequeñas. En promedio, las armas pequeñas
son causantes de la muerte de 500.000 personas al
o, o una persona por minuto
58
. Las minas anti-
personales matan a otras 25.000 personas
59
. En
zonas expuestas al con icto, las armas pequeñas
son usadas por facciones antagonistas para provo-
car temor, matar y desplazar a poblaciones vulnera-
bles. La distribución de fusiles a ejércitos privados y
milicias alimenta el ciclo de violencia. Mientras, las
sociedades que están saliendo de años de con icto
enfrentan la amenaza de la violencia ya que el ac-
ceso a armas pequeñas facilita la violencia política
y criminal.
No hay estimaciones completamente con ables
respecto del número de armas de fuego en circula-
ción. Una fuente autorizada señala la cifra de 639
millones
60
. La producción mundial de armas pe-
queñas es de entre siete y ocho millones de piezas al
o, de las cuales aproximadamente un millón son
armas de tipo militar. Los Estados Unidos, Rusia y
China dominan la producción, pero hay al menos
otras 27 fuentes de abastecimiento importantes.
A nivel mundial, hay por lo menos 1.249 empresas
en 92 países. La economía de las armas pequeñas es
parte integral de la amenaza a la seguridad colectiva
que viven los estados vulnerables. En Afganistán,
grupos de mujahidines antisoviéticos compraron
armas con ingresos provenientes del opio. En Cam-
boya, Liberia y Sierra Leona, los ingresos de la venta
de diamantes y madera  nanciaron el comercio de
las armas pequeñas.
En el último decenio, algunos gobiernos han au-
mentado su transparencia en cuanto al seguimiento
del comercio de armas pequeñas. Los gobiernos de
los países importadores en África Subsahariana se
han visto fuertemente involucrados. La moratoria
en la importación, exportación y fabricación de
armas pequeñas y ligeras en África Occidental de
1998, establecida por la Comunidad Económica de
los Estados de África Occidental (ECOWAS), fue
la primera moratoria sobre armas pequeñas en el
mundo. Prohibía importaciones de armas sin apro-
bación de otros estados miembros. En 2004, 11
gobiernos africanos de las regiones de los Grandes
Lagos y el Cuerno de África –dos de las zonas más
afectadas por el con icto– suscribieron un Proto-
colo para la prevención, el control y la reducción de
las armas pequas y ligeras.
Los países exportadores también han incre-
mentado la cooperación. El código de conducta
de la Unión Europea en materia de exportación de
armas prohíbe la venta de armas que podrían usarse
para represión interna o agresión externa. Por otra
parte, los países europeos han expandido las activi-
dades de intercambio de información a través de la
Organización para la Seguridad y Cooperación en
Europa (OSCE). En 2001, los estados miembros de
la ONU negociaron un Protocolo vinculante que
prohíbe la fabricación ilegal y el trá co de armas
de fuego y que complementa la Convención de la
ONU contra la delincuencia organizada transna-
cional. Por último, la ga de prácticas óptimas
del Acuerdo de Wassenaar sobre la exportación de
armas pequeñas y ligeras (2002), aceptado por 33
estados (la mayoría de los fabricantes y exporta-
dores de armas del mundo), exige que el comercio
de armas se lleve a cabo de manera tal de reducir al
mínimo la dispersn de recursos humanos y eco-
nómicos.
Estas son iniciativas importantes pues re ejan
una conciencia cada vez mayor de la magnitud del
Un tratado internacional
amplio sobre el comercio de
armas debería reglamentar
el corretaje de armas y
estipular normas comunes
respecto de su aplicación
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Confl icto violento
198 INFORME SOBRE DESARROLLO HUMANO 2005
problema. Pero los actuales acuerdos adolecen de di-
versas de ciencias: no son legalmente vinculantes y
se centran únicamente en armas ilícitas más que en
ventas autorizadas por el Estado. Debido a la pre-
sencia de múltiples proveedores, los estados deben
acceder a armas provenientes de fuentes que carecen
de los más mínimos requisitos en materia de infor-
mes, situación que representa una enorme laguna
jurídica. Otro problema es que los acuerdos regiona-
les no son coherentes entre sí ni están coordinados
de manera e ciente. Los principales exportadores
han intensi cado prácticas de exportación: ahora
es más difícil para los gobiernos autorizar compra-
ventas de armas a regímenes que no respetan los de-
rechos fundamentales. Sin embargo, incluso aquí
el deseo de un gobierno receptor de suscribirse a la
“guerra contra el terrorismo” puede anular frecuen-
temente el examen de sus propios antecedentes en
materia de derechos humanos.
Como la mayor parte de las armas pequeñas in-
gresa al mercado de manera legal, las normativas de
los proveedores pueden ser muy e caces. Dos pode-
rosas barreras han obstaculizado las iniciativas para
contener el  ujo de armas pequeñas: la diversidad
de la oferta, tal como ya se mencionó, y la falta de
voluntad política. Considerando la amenaza im-
puesta por el terrorismo, se podría pensar que los
países industriales estarían liderando los esfuerzos
para regular el comercio de armas pequeñas. Sin
embargo, este letal comercio permanece sometido a
escasa  scalización, con consecuencias devastado-
ras para el desarrollo humano. Lo que se necesita es
un tratado internacional amplio sobre el comercio
de armas que establezca acuerdos legalmente vin-
culantes sobre el corretaje a nivel territorial y extra
territorial, junto con normas comunes respecto de
su aplicación. La Conferencia sobre armas pequeñas
de las Naciones Unidas de 2006 proporcionará una
oportunidad crítica para acordar un tratado sobre el
comercio de armas a  n de reglamentar las transfe-
rencias hacia los estados y detener la venta ilegal.
Construcción de capacidades
regionales
Las guerras civiles afectan a los países vecinos, ya sea
extendiéndose directamente o impidiendo el acceso
a las rutas comerciales y creando condiciones desfa-
vorables para la inversión extranjera y nacional. Por
ese motivo, a los países vecinos les interesa reducir al
mínimo y de inmediato este impacto. Sin embargo,
el problema es que los países más pobres que enfren-
tan los desafíos más serios en cuanto a seguridad
regional carecen de la capacidad  nanciera e insti-
tucional para organizar una respuesta e caz. Por lo
tanto, para que el mundo sea un lugar más seguro,
es fundamental formar esas capacidades.
Las organizaciones regionales pueden desempe-
ñar una función importante a la hora de abordar los
retos en materia de seguridad. Esto es cierto tanto
para Europa como para África Subsahariana. Por
ejemplo, la Unión Europea, la OSCE y la Organiza-
ción del Tratado del Atlántico del Norte todas han
realizado intervenciones con  nes de seguridad en
los últimos años. Los organismos regionales están
en buena posición para monitorear los acuerdos de
paz y generar advertencias tempranas de una crisis.
Los mecanismos de advertencia temprana desarro-
llados en África, como el Mecanismo de Detección
y Respuesta Temprana del Con icto de la Autori-
dad Intergubernamental para el Desarrollo, han
permitido que organizaciones regionales monito-
reen avances en lugares cercanos. Las instituciones
regionales también pueden mediar entre las partes
en con icto: ejemplo de ello lo constituye la media-
ción africana en la región de Los Grandes Lagos en
2004 y en Sudán en 2005.
Cuando estallan con ictos, los organismos
regionales tienen el derecho de responder de ma-
nera decisiva para contenerlos. En Darfur, la Unión
Africana inten conseguir un mandato  rme para
enviar fuerzas de protección de los civiles y para mo-
nitorear un cese del fuego ampliamente ignorado.
Esta habría sido la mejor respuesta internacional;
sin embargo, en agosto de 2004, cuando la matanza
aún estaba en un nivel muy alto, había menos de
300 soldados para resguardar a aproximadamente
1,5 millones de darfuris ahuyentados de sus hogares
por milicias respaldadas por el gobierno. A media-
dos de 2005, la presencia de la Unión Africana había
aumentado a 3000 soldados para controlar una re-
gión del tamaño de Francia. Si bien los donantes
han incrementado sus promesas ante las fuerzas de
paz de la Unión Africana, lo prometido aún dista
mucho de satisfacer lo solicitado
61
. A pesar de estas
limitantes, la Unión Africana está considerando en-
viar soldados para desarmar a los grupos rebeldes
duros de Rwanda en el este de la República Demo-
Los organismos regionales
de África carecen de los
recursos, la logística y las
capacidades humanas
para actuar en mandatos
tan ambiciosos
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Confl icto violento
INFORME SOBRE DESARROLLO HUMANO 2005 199
crática del Congo y también considera el envío de
fuerzas a Somalia. El éxito de dichas operaciones
requerirá de una mayor coordinación de parte de la
comunidad internacional.
El caso de Darfur señala un problema s am-
plio. Los gobiernos africanos están reconociendo
su responsabilidad en el tratamiento de los proble-
mas relativos a la paz y la seguridad en la región.
La intervención humanitaria se ha incrementado.
En África Occidental, ECOWAS ha intervenido
en Liberia (1990), en Sierra Leona (1991-1999) y
en Guinea-Bissau (1998-1999), aunque con diversos
resultados. Los gobiernos africanos han reconocido
que la creación de fuerzas de seguridad regionales
e caces es esencial para mantener la integridad te-
rritorial de sus estados y para ayudar a los estados
vecinos a prevenir los con ictos. En 2000, el Acta
Constitutiva de la Unión Africana le con rió el de-
recho de intervenir en circunstancias decrímenes
de guerra, genocidio y crímenes contra la humani-
dad
62
. Con posterioridad, se estableció un Consejo
para el Mantenimiento de la Paz y la Seguridad y
se invi a la creación de las Fuerzas Africanas de
Paz. El problema es que los organismos regionales
de África carecen de los recursos, la logística y las
capacidades humanas para actuar en mandatos tan
ambiciosos.
A comienzos de los años 1990, la Organización
por la Unidad Africana identi có como objetivos
principales anticipar y prevenir con ictos, como asi-
mismo lograr la paz y consolidarla. El Fondo a favor
de la Paz que se estableció para estos  nes pudo mo-
vilizar sólo un millón de dólares anuales entre 1996
y 2001, y muchos de los estados miembros no pudie-
ron cumplir con sus obligaciones  nancieras
63
. En
la intervención de ECOWAS en Liberia, Nigeria
terminó pagando el 90% de los costos de las opera-
ciones, los cuales superaron los US$1.200 millones.
Cana, la Unión Europea, Japón, el Reino Unido y
la USAID también hicieron aportes, pero el monto
no fue su ciente
64
. Ante la ausencia de apoyo  nan-
ciero y logístico, Tanzanía y Uganda se retiraron de
la misión de Liberia en 1995.
Se han hecho esfuerzos para mejorar las capa-
cidades de intervención. En 1996, los Estados Uni-
dos lanzaron una Iniciativa en respuesta a la crisis
africana con el objetivo de entrenar entre siete y 10
batallones de soldados africanos. En 2004, se ha-
bían entrenado más de 10.000 soldados . En febrero
de 2004, la Unión Europea comprometió US$300
millones para la creación de cinco brigadas multina-
cionales de paz
65
. Se trata de un punto de partida,
pero aún dista mucho de ser una fuerza de interven-
ción e caz para responder de manera rápida a las
situaciones de con ictos que surgen en la región.
La creacn de la Fuerzas Africanas de Paz pro-
puesta por la Unión Africana requiere de apoyo
constante en plani cación y logística si se ha de
contar con la capacidad plani cada de 15.000 efec-
tivos en la fechamite de 2010. La inversión en
el desarrollo de las Fuerzas Africanas de Paz sería
una fuerte contribución al desarrollo humano y a
la seguridad colectiva. Si dicho organismo ya estu-
viera establecido, el costo humano del con icto en
Sudán podría haber sido menor. En abril de 2004,
la Unión Africana, junto con la Unión Europea y
los Estados Unidos, mediaron un acuerdo de cese
del fuego entre el gobierno de Sudán y los rebeldes
de Darfur. Pero su misión de vigilar el cese del fuego
se ve limitada por la falta de apoyo  nanciero de los
principales países desarrollados
66
.
Si bien las perspectivas son promisorias, de-
pender de las respuestas regionales presenta varios
inconvenientes. Un riesgo evidente es que las inter-
venciones regionales pueden verse comprometidas
por estados con interés estratégico en resultados
particulares. Las rivalidades de la región de Los
Grandes Lagos, por ejemplo, limitan el alcance para
involucrar a las fuerzas de los estados de la región.
Los organismos de paz de la región también enfren-
tan algunos de los mismos problemas que reducen
la e cacia de las misiones de las Naciones Unidas.
En el caso de Darfur, el gobierno de Sudán estaba
dispuesto a aceptar una fuerza de paz de la Unión
Africana en parte porque tenía el mandato de ob-
servar, más que de proteger a los civiles.
Desafíos para la reconstrucción
Los acuerdos de paz constituyen momentos de
grandes oportunidades y de gran vulnerabilidad.
La mayoría de los estados vulnerables se ven atra-
pados en ciclos de paz temporal y de reanudación
del con icto: la mitad de los países que salen de un
con icto vuelven a caer en situaciones de violencia
al cabo de cinco años. Romper el ciclo requiere la
acción decisiva de aprovechar las oportunidades que
ofrece la paz proporcionando seguridad, reconstru-
La construcción de la
paz con posterioridad
a un confl icto es una
tarea compleja que exige
compromiso sostenido
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Confl icto violento
200 INFORME SOBRE DESARROLLO HUMANO 2005
yendo las instituciones y apoyando la recuperación
social y económica.
La seguridad es una prioridad inmediata. En
Sierra Leona, el Reino Unido se ha comprometido
a proporcionar una garantía de seguridad con un
horizonte de 15 a 25 años, con lo cual ayuda a crear
las condiciones para el desarrollo de las institucio-
nes nacionales. La ayuda de los donantes se destina
a  nanciar un programa de integración de los ex
combatientes en una fuerza de seguridad nacional
y a proporcionar reconversión. Por el contrario, el
establecimiento de la paz en la vecina Liberia es aún
sutil. El desarme no ha sido tan completo y algunas
regiones del país siguen siendo inseguras. El desa-
o que enfrenta Sierra Leona es ir más allá de la se-
guridad y avanzar hacia la fase de reconstrucción
mediante una estrategia nacional de largo aliento
para la recuperación económica y el desarrollo de
instituciones responsables. Para Liberia, el desafío
es crear las condiciones para la reconstrucción.
Crear un paraguas e caz para el a anzamiento
de la seguridad humana es el primer paso en el ca-
mino de la reconstrucción. Este paso requiere un
compromiso  nanciero, pero es un compromiso
con un alto retorno en términos de vidas salvadas y
ganancias económicas. Según un cálculo, el costo de
la intervención del Reino Unido en Sierra Leona es
de US$397 millones anuales durante diez años, con
un retorno estimado de US$33.000 millones, o más
de ocho veces el monto de la inversión. Más allá de
la seguridad inmediata, la restitución o reconstruc-
ción de instituciones capaces de velar por la paz en
el largo plazo plantea grandes desafíos.
Las Naciones Unidas han asumido una función
cada vez más importante en la construcción o fortale-
cimiento de las instituciones del Estado, haciéndose
cargo de la organización de elecciones y proporcio-
nando personal policial (ver Cuadro 5.3). Si bien los
períodos de administración de transición dirigidos
por la ONU –como en Bosnia y Herzegovina– si-
guen siendo más la excepción que la regla, el desafío
de la reconstrucción sigue siendo el mismo: construir
estados e caces que provean los servicios básicos y
crear condiciones seguras para el desarrollo.
Desde 1990 se ha aprendido mucho acerca de las
condiciones en las cuales la reconstrucción no pro-
porciona un marco para la recuperación. La cons-
trucción de la paz con posterioridad a un con icto
es una tarea compleja que exige compromiso soste-
nido. Para lograrla, es necesario abordar las causas
subyacentes del con icto y crear instituciones que
tengan legitimidad en todo sentido. No hay recetas.
Sin embargo, la experiencia adquirida ha destacado
una causa básica de fracaso: la falta de claridad es-
tratégica e institucional o la falta de voluntad de la
comunidad internacional de hacer compromisos a
largo plazo
67
.
Las intervenciones internacionales requieren
claridad estratégica en los objetivos. En Timor-
Leste, el objetivo reconocido era la independencia.
Por el contrario, resulta muy difícil determinar la
situación  nal de Kosovo. El mandato nunca es-
peci có si Kosovo (Serbia y Montenegro) sería
independiente o continuaría siendo una provincia
autónoma dentro de Serbia y Montenegro. El resul-
tado: confusión respecto de los roles respectivos de
cada uno de los involucrados en la reconstrucción:
los kosovares, los serbios y los montenegrinos y las
instituciones internacionales. El Informe del grupo
de expertos de las Naciones Unidas sobre operacio-
nes de paz de 2000 concluyó rotundamente que las
misiones que carecen de mandatos claros y que no
cuentan con recursos adecuados ni siquiera debe-
rían emprenderse
68
.
Los problemas de coordinación institucional
y coherencia de las políticas se incrementan en si-
tuaciones de post con icto. Surgen problemas de
coordinación cuando distintos organismos persi-
guen objetivos similares. Los problemas de cohe-
rencia surgen cuando organismos diferentes persi-
guen objetivos distintos, desde la seguridad hasta
la asistencia humanitaria y el desarrollo. A nivel
operativo, la ambigüedad en materia de políticas
socava las cadenas de autoridad y de mando. Para
los actores internacionales, los problemas de coordi-
nación surgen entre la administración civil (regida
por las Naciones Unidas o el gobierno nacional) y
el personal militar con mando independiente (por
ejemplo, la Fuerza de Kosovo y la Fuerza Internacio-
nal de Asistencia para la Seguridad en Afganistán).
Como las Naciones Unidas no pueden crear con-
 i c t o s , l a m a n e r a de lograr una cadena de mando
única es alineando el proceso político con la ayuda
al desarrollo. En el decenio de 1990, se llamó a esto
“consolidación de la paz”, pero no se creó ninguna
capacidad institucional adicional para diseñar polí-
ticas ni supervisión operacional.
El desafío para la reconstrucción en la etapa de
La reconstrucción en la
etapa de post confl icto tiene
dos objetivos principales:
asegurar la seguridad física
y proporcionar fi nanciación
adecuada con compromisos
de largo aliento
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Confl icto violento
INFORME SOBRE DESARROLLO HUMANO 2005 201
Territorio Misión Fecha
¿Responsabili-
dad principal de
la policía?
¿Responsabili-
dad principal
del referéndum?
¿Responsabili-
dad principal de
elecciones?
¿Poder
ejecutivo?
¿Poder
legislativo?
¿Poder
judicial?
¿Poder de
un tratado?
Congo Operación de las
Naciones Unidas en
el Congo
1960–1964 De facto
en zonas
limitadas
De facto en
zonas limitadas
Papua Occidental Autoridad Ejecutiva
Provisional de las
Naciones Unidas
1962–1963 Sí Sólo elecciones
regionales
Limitado
Namibia Grupo de Asistencia
de las Naciones Uni-
das para el Período
de Transición en
Namibia
1989–1990 SíDe facto
(Concejo de
Namibia)
Sahara Occidental Misión de las
Naciones Unidas
para el Referén-
dum del Sahara
Occidental
1991– Sí
Camboya Autoridad Provisional
de las Naciones
Unidas en Camboya
1992–1993 Sí Sí Si era necesario
Somalia Operación de las
Naciones Unidas en
Somalia II
19931995 Disputado
Bosnia y
Herzegovina
Ofi cina del Alto
Representante
(antes de los
poderes de Bonn)
a
1995–1997 (Organización
para la Seguridad
y la Cooperación
en Europa)
Bosnia y
Herzegovina
Ofi cina del Alto
Representante
(después de los
poderes de Bonn)
a
1997– Sí (Organización
para la Seguridad
y la Cooperación
en Europa)
De facto
Bosnia y
Herzegovina
Misión de las
Naciones Unidas
en Bosnia y
Herzegovina
1995–2002 De facto
Eslavonia Oriental
(Croacia)
Autoridad de las
Naciones Unidas
para la Transición en
Eslavonia Oriental,
Baranja y Srijem
Occidental
1996–1998 Sí Sí
Timor-Leste Misión de las
Naciones Unidas en
Timor-Leste
1999 Yes
Sierra Leona Misión de las
Naciones Unidas en
Sierra Leona
1999– De facto limitado
(Tribunal
especial)
Kosovo
(República Federal
de Yugoslavia/Es-
tados de Serbia y
Montenegro)
Misión de las
Naciones Unidas en
Kosovo
1999– Sís Sí (Organización
para la Seguridad
y la Cooperación
en Europa)
Timor-LesteAdministración de
la Naciones Unidas
para la Transición en
Timor-Leste
1999–2002 SíSíDe facto
Afganistán Misión de Asistencia
de las Naciones
Unidas para el
Afganistán
2002–
Iraq Autoridad Provisional
de la Coalición
a
2003–2004 Como potencia de
ocupación
Poco claro Como potencia de
ocupación
Limitado Limitado
a. No es una operación de la ONU
Fuente : Chesterman 2005.
Cuadro 5.3 Operaciones de paz post confl icto que ejercen poderes de gobierno
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Confl icto violento
202 INFORME SOBRE DESARROLLO HUMANO 2005
Contar con altos niveles de ayuda externa no cons-
tituye garantía alguna de conseguir una transición
tranquila hacia la reconstrucción, la recuperación
económica y mayor independencia. Si bien algunos
países en situación de post con icto reciben niveles
excepcionalmente altos de ayuda per cápita, muchos
son incapaces de traducir los dividendos que deja la
paz en formas que terminen con la dependencia de
la ayuda. Un tema recurrente parece ser la debilidad
de la respuesta del sector privado ante situaciones
de paz.
Bosnia y Herzegovina constituye un caso ex-
tremo de prolongada dependencia de la ayuda y li-
mitados avances hacia la recuperación económica.
En los dos años luego del Acuerdo de Dayton de
1995, la ayuda per cápita llegó a US$245, y hoy, está
en US$138, todavía una de las más altas del mundo.
El enorme aumento en la ayuda generó crecimiento,
pero la inversión del sector privado aún no despega.
Lo anterior tiene importancia no sólo debido a los
altos niveles de desempleo, sino también por la fun-
ción crítica que debe desempeñar este sector en asu-
mir las tareas  nanciadas por la ayuda.
El caso de Nicaragua es otro ejemplo del pro-
blema. En el decenio de 1980, la guerra civil causó
la destrucción masiva de la infraestructura econó-
mica y social. Cuando se  rmó el acuerdo de paz en
1990, la in ación superaba el 13.000%, el cit
s c a l e r a d e l 20% del PIB y el 40% del presupuesto
de la nación se destinaba a gastos militares. En el
plazo de uno, se logró controlar la in ación y el
gasto militar disminuyó a la mitad. Sin embargo, la
recuperación económica en este decenio fue limi-
tada y el ingreso per cápita aumentó menos de 1% al
o. Tal como en Bosnia y Herzegovina, Nicaragua
sigue dependiendo de manera crítica de la asistencia
para el desarrollo y en la actualidad, recibe US$152
per cápita en ayuda.
El estancamiento económico en medio de altos
niveles de ayuda per cápita son re ejo de la débil re-
acción del sector privado. ¿Pero porqué, a diferencia
de lo que sucedió en Europa post guerra, los grandes
ujos de ayuda a veces no logran estimular la recu-
peración de los mercados comerciales?
Parte del problema se explica porque la violencia
logra desarticular las redes comerciales, genera pér-
dida de con anza y debilita las instituciones de mer-
cado. La constante incertidumbre que predomina
La transición de la guerra a la paz
y de la paz a la seguridad
post con icto se puede abordar centrándose en dos
objetivos principales: asegurar la seguridad física de
los civiles y proporcionar  nanciación para lograr
tanto una respuesta rápida como compromisos de
largo aliento.
Toda intervención internacional y regional
debe asegurar la seguridad de los civiles. Ello re-
quiere dotar a los encargados de mantener la paz
de apoyo político y material para proteger a las po-
blaciones amenazadas. Un estudio independiente
sobre Rwanda concluyó que tenga o no el mandato
de proteger a los civiles, la sola presencia de una ope-
ración de paz crea la expectativa de que se logrará.
La protección de los civiles también requiere darle
prioridad a la  nanciación destinada a mantener la
ley y el orden y mejorar la gobernabilidad democrá-
tica de las fuerzas de seguridad
69
.
Los compromisos  nancieros son fundamenta-
les para satisfacer los desafíos que impone el con icto
violento, tanto antes de que la violencia se vuelva
generalizada como una vez que se han  rmado los
acuerdos de paz. Contar con apoyo  nanciero opor-
tuno puede apoyar a las autoridades a proveer servi-
cios que la gente valora, con lo que se disminuyen los
incentivos del con icto. El problema es que la  nan-
ciación para la reconstrucción está fragmentada. A
los acuerdos de paz normalmente les siguen oleadas
de ayuda humanitaria que muy pronto cesan, lo que
deja grandes vacíos en la capacidad del Estado de
satisfacer necesidades básicas.
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Confl icto violento
INFORME SOBRE DESARROLLO HUMANO 2005 203
durante épocas de con ictos puede seguir operando
una vez que retorna la paz y generar patrones de in-
versión menos que óptimos. Por ejemplo, el temor a
la inseguridad puede redundar en la preferencia por
inversiones a corto plazo con alta rentabilidad, más
que por inversiones a largo plazo que sustentan la re-
cuperación sostenida y generan puestos de trabajo.
Así, las perspectivas de una recuperación amplia se
ven perjudicadas, como también la recuperacn de
la base impositiva, un requisito esencial para reducir
la dependencia de la ayuda y  nanciar la prestación
de servicios básicos
70
.
También pueden surgir otros obstáculos que
atentan contra la recuperación del sector privado.
En Nicaragua, el magro desempeño de los privados
tiene su origen en parte en la incertidumbre sobre la
estabilidad del gobierno, y por lo tanto en la futura
orientación de las políticas sobre tasas de interés,
gasto público e in ación. Más aún, en una situa-
ción post con icto las políticas erradas y las insti-
tuciones de cientes pueden magni car los efectos
de la falta de con anza. En Bosnia y Herzegovina,
el de ciente entorno para hacer negocios se re eja
en una serie de indicadores. Por ejemplo, el costo
de registrar una empresa nueva asciende al 52% del
ingreso promedio, en comparación con 38% en los
países de ingreso bajo y mediano. De igual modo,
se necesitan alrededor de 630 días para hacer valer
un contrato, el doble que el promedio en África
Subsahariana. El sector bancario formal también
da cuenta de una proporción sumamente baja del
crédito nacional en comparación con el promedio
de los países de ingreso bajo. Cada uno de estos he-
chos re eja una combinación de falta de con anza,
instituciones débiles, poticas imperfectas y temor
de la inseguridad.
La recuperación del sector privado puede verse
afectada si el desembolso de la ayuda es lento. Los
países que se recuperan luego de un con icto en-
frentan una serie de desafíos enormes. El programa
de recuperación incluye construir la paz, asegurar
la estabilidad política, recomponer las funciones
básicas de la administración del Estado, reubicar a
los refugiados y reconstruir la infraestructura so-
cial y económica. Los grandes  ujos de ayuda traen
consigo a una amplia gama de actores, entre ellos
donantes multilaterales, donantes bilaterales y or-
ganizaciones no gubernamentales. Mientras tanto,
la debilidad de las estructuras estatales y la falta de
coordinación representan obstáculos que impiden
la recuperación e caz.
Los diferentes componentes de un programa
de paz “integral” tendrán diversas fuentes de  -
nanciación. Los donantes hacen aportes valorados
(como porcentaje del PNB) para operaciones de paz
y aportes voluntarios a otros organismos especiali-
zados de las Naciones Unidas (como el PNUD y
el Alto Comisionado de la ONU para los Refugia-
dos). Sin embargo, los múltiples criterios de infor-
mación y la falta de coordinación pueden atrasar la
liberación de los fondos durante períodos post con-
 i c t o d e l i c a d o s , lo cual di culta la reconstrucción
de la infraestructura necesaria para apoyar la inver-
sión privada.
Existen esfuerzos en marcha para abordar los
problemas de la reconstrucción a través de un pro-
grama uni cado. El PNUD, el Grupo de Desarrollo
de la ONU y el Banco Mundial ya han formulado
pautas para realizar evaluaciones de necesidades
luego de con ictos, las que aportarán a la genera-
ción de matrices de resultados transitorios. En este
momento, cinco estados fgiles (Haití, Liberia,
República Centroafricana, Sudán y Timor-Leste)
están usando estas matrices, las cuales son equiva-
lentes a las estrategias de reducción de la pobreza
para países vulnerables y en situación de post con-
icto donde la principal prioridad es el desarrollo de
capacidades. En Iraq, una nueva forma de abordar
la reconstrucción por grupos le asigna a cada orga-
nismo de la ONU la responsabilidad de un sector
en particular, con lo cual no sólo se las ubica en su
área de conocimientos y experiencia, sino que tam-
bién se evita la duplicación de las tareas.
El Informe del Grupo de alto nivel del Secreta-
rio General de las Naciones Unidas sobre las ame-
nazas, los desafíos y el cambio va un paso más allá y
propone argumentos a favor de la creación de una
comisión intergubernamental de consolidación
de la paz, una propuesta refrendada en el Informe
del Secretario General Un conceptos amplio de
la libertad. Si se crea, la comisión respondería, en
orden, ante el Consejo de Seguridad y el Consejo
de Económico y Social. Se trata de una propuesta
audaz cuyo principal bene cio sería abordar tres
dimensiones importantes de las actividades de re-
construcción: mandato, organismos y operaciones.
La comisión se haría cargo de coordinar todas las
actividades, desde la recaudación de fondos hasta el
La recuperación del
sector privado puede
verse afectada si el
desembolso de la
ayuda es lento
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Confl icto violento
204 INFORME SOBRE DESARROLLO HUMANO 2005
Si bien los ODM proporcionaron una orientación
del progreso hacia la “libertad para vivir sin mise-
ria, el mundo aún carece de un programa coherente
para generalizar la “libertad para vivir sin temor”.
Como se señala en el informe del Secretario Gene-
ral de la ONU acerca de la reforma de las Naciones
Unidas, existe la necesidad urgente de rede nir el
concepto de seguridad. De n i r l a seguridad sólo
como la amenaza del terrorismo estimula respues-
tas militares que no logran seguridad colectiva. Lo
que se necesita es un marco de seguridad que reco-
nozca que la pobreza, la crisis social y el con icto
civil constituyen los elementos fundamentales de
la amenaza a la seguridad mundial y que el mundo
debe obrar en consecuencia.
El término “seguridad colectiva” no es un con-
cepto abstracto. Capta las realidades fundamentales
de las amenazas a que se ven enfrentados los gobier-
nos al querer construir la seguridad humana. Como
se señala con convicción en el Informe del Grupo de
alto nivel del Secretario General de la ONU sobre
las amenazas, los desafíos y el cambio, las amenazas
actuales no están con nadas a las fronteras nacio-
nales. Cuando los estados fracasan y estalla un con-
 i c t o v i olento en cualquier país, se crean las con-
diciones para la inseguridad en otros países. Por lo
tanto, ningún Estado puede lograr la seguridad por
sus propios medios y la construcción de la seguridad
colectiva exige medidas en varios frentes, desde las
convenciones y enfrentar directamente las amena-
zas del terrorismo mundial y las armas nucleares,
hasta los avances en cuanto a reducir la pobreza. Los
aspectos fundamentales para prevenir los con ictos
siguen siendo las inversiones en desarrollo equita-
tivo, crecimiento económico, creación de puestos
de trabajo y seguridad humana en el sentido más
amplio.
A continuación aparecen algunas de las medi-
das principales necesarias para revertir la espiral de
con icto y subdesarrollo:
Situar la prevención del con icto violento en el
centro de la plani cación para la reducción de la
pobreza. Todos los gobiernos, donantes, institu-
ciones  nancieras y las Naciones Unidas debie-
ran iniciar evaluaciones de riesgo amplias para
calcular las implicancias de las políticas espe-
cí cas para los con ictos. Las evaluaciones de-
bieran centrarse en los riesgos relacionados con
con ictos actuales o recientes y en los riesgos
posibles asociados a la desigualdad en la distri-
bución de los bene cios del desarrollo.
Establecer un nuevo trato en la asistencia. Pri-
var de ayuda a estados propensos a con icto o a
estados que acaban de salir de un con icto no
tiene justi cación. No sólo va en desmedro de
la seguridad humana en los países involucrados,
Redefi nir la seguridad y construir seguridad colectiva
desembolso y la revisión sistemática de las metas.
Un desafío central que enfrentaría la comisión
sería identi car las condiciones a través de las cuales
la recuperación del sector privado podría ayudar a
reducir la dependencia de la ayuda. Es poco proba-
ble que se pueda recurrir a recetas únicas, pues cada
con icto surge en contextos diferentes y deja tras
de sí una serie de problemas distintos. Es necesario
analizar nuevas formas de abordar el problema, lo
que incluye el uso de  nanzas públicas o garantías
de crédito públicas que reduzcan el riesgo y creen
incentivos para la inversión privada. También es im-
portante recurrir a la ayuda para propiciar alianzas
público-privadas en la prestación de servicios, pero
más importante aún es formular estrategias para
reconstruir las instituciones y la con anza, de las
cuales depende la inversión del sector privado.
Todo lo anterior requiere estrategias modernas
e integradas de recuperación en situaciones post
con icto. Las diferentes fases del proceso deben
contar con ayuda y políticas de incentivos adecua-
das. La transición sería desde un enfoque humanita-
rio en el período inmediatamente posterior al con-
i c t o h a s t a u n e n foque basado en el estímulo de la
inversión privada y la distribución de los riesgos en
las etapas posteriores de la reconstrucción.
La seguridad colectiva capta
las realidades fundamentales
de las amenazas a que
se ven enfrentados los
gobiernos al querer construir
la seguridad humana
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Confl icto violento
INFORME SOBRE DESARROLLO HUMANO 2005 205
La prevención del
confl icto violento se
debe poner al centro de
la planifi cación para la
reducción de la pobreza
sino que va en desmedro de la seguridad mun-
dial. Como parte del requisito más amplio de
alcanzar la meta de ayuda del 0,7% del INB,
los donantes debieran comprometerse a hacer
mayores esfuerzos con respecto a la ayuda y a
mejorar la previsibilidad a través de compromi-
sos de  nanciacn de largo plazo. Los donan-
tes deberían ser más transparentes acerca de las
condiciones para distribuir la ayuda y acerca de
sus razones para recortar sus inversiones en paí-
ses proclives a con icto.
Restringir los mercados de los “recursos con ic-
tivos. Se requieren medidas urgentes para de-
bilitar los vínculos entre con icto violento y
recursos naturales. El primer paso para ello es
la creación de un Grupo Permanente de Exper-
tos al interior del Consejo de Seguridad de las
Naciones Unidas para controlar estos vínculos.
El segundo paso es la creación de instrumentos
legales y modelos de certi cación para obstruir
la comercialización de “recursos con ictivos
sobre la base de las actuales iniciativas relacio-
nadas con los diamantes y la madera. La falta de
criterios claros para determinar cuáles son los
“recursos con ictivos” y restringir su comercia-
lización sigue siendo un problema fundamen-
tal. Para resolver estos problemas se necesita un
tercer paso de sanciones e caces. En el Informe
del Grupo de alto nivel del Secretario General
de la ONU sobre las amenazas, los desafíos y
el cambio se han identi cado varias medidas
requeridas para fortalecer los actuales acuer-
dos sobre sanciones
71
. Entre estos se cuenta la
creación de un cargo superior en las Naciones
Unidas y la puesta en marcha de una maqui-
naria e caz para controlar la comercialización
de “recursos con ictivos”, y la habilitación del
Secretario General de la ONU para que haga
recomendaciones concretas al Consejo de Se-
guridad respecto de las sanciones apropiadas y
su cumplimiento. Por su parte, el propio Con-
sejo de Seguridad necesita mostrar una mayor
determinación en cuanto a imponer sanciones
secundarias contra países que estén involucra-
dos en el incumplimiento de las sanciones.
Fomentar la transparencia de las empresas. La
falta de transparencia en la rendición de cuen-
tas respecto de la riqueza por concepto de re-
cursos naturales y de la distribución de los be-
ne cios que genera es en sí misma una fuente
importante de con icto violento. Es, además,
síntoma y causa de una débil gobernabilidad. La
comunidad internacional podría hacer mucho
más por aumentar la transparencia de los pagos
exigiendo mejores estándares de información y
dando apoyo jurídico a las iniciativas actuales,
como la Iniciativa para la transparencia de las
industrias de extracción. Es indudable que los
gobiernos de los países en desarrollo deben in-
formar a sus ciudadanos acerca de los  ujos de
ingreso mediante canales nacionales transpa-
rentes y son muchos los que sistemáticamente
no lo hacen. Pero también una acción interna-
cional más e caz podría crear los incentivos,
y desincentivos, adecuados para las empresas
que interactúan con los gobiernos. Como lo ha
propuesto la Comisión para África patrocinada
por el Reino Unido, un marco jurídico interna-
cional para facilitar la investigación de prácticas
corruptas en los países en desarrollo por parte
de empresas cuya casa matriz está en países in-
dustrializados podría aumentar los riesgos jurí-
dicos que se asocian con actividades extra pre-
supuestarias y extra contables.
Suspender la a uencia de armas pequeñas. No
basta con los actuales acuerdos de control se-
ñalados en este capítulo. La a uencia de armas
continuó hacia Sudán durante la crisis en Dar-
fur. En otros lugares existe una a uencia conti-
nua de armas pequeñas hacia zonas marcadas
por con ictos violentos y la represión del Es-
tado. Algunos de los principales exportadores
de armas que a la larga cobran vidas inocentes
en los países menos desarrollados del mundo se
encuentran sin duda en el Grupo de los Ocho y
en la Unión Europea. Muchos de estos estados
ejercen escaso control sobre los corredores de
armas, el comercio de tránsito y las actividades
extraterritoriales de los vendedores de armas,
además de débil  scalización de las normas vi-
gentes. La Conferencia sobre revisión de armas
pequeñas 2006 ofrece una oportunidad para
acordar un Tratado sobre comercio de armas
destinado a  scalizar los mercados y restrin-
gir el abastecimiento hacia zonas donde hay
con icto violento. El objetivo de este tratado
sería proporcionar un mecanismo internacio-
nal amplio para evitar el suministro de armas
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5
Confl icto violento
206 INFORME SOBRE DESARROLLO HUMANO 2005
hacia zonas marcadas por con ictos violentos,
abuso de los derechos humanos y terrorismo y
crear un mecanismo jurídico internacional para
evitar la intermediación de negocios para abas-
tecer dichas zonas.
Construir capacidades regionales. Una priori-
dad inmediata es el desarrollo a través de apoyo
 n a n c i e r o , t é c n i c o y logístico, de una fuerza de
reserva de la Unión Africana. Los donantes de-
bieran convenir en  nanciar entre el 70% y el
80% del fondo de la paz para la Unión Africana
desde 2005, y los propios miembros de la Unión
Africana debieran aumentar la movilización
de recursos propios con el tiempo. Además de
construir esta capacidad, se debe recurrir más a
los sistemas de advertencia temprana, que vin-
culen las actividades de control con la acción.
Si bien los actores pueden variar de una región
a otra, se trata de una actividad que requiere
alianzas mundiales entre organismos como la
OSCE (la cual ha elaborado amplios sistemas
de advertencia temprana), otros organismos
regionales y organizaciones no gubernamenta-
les.
Financiar la recuperación en el post con icto. El
Grupo de alto nivel del Secretario General de la
ONU sobre las amenazas, los desafíos y el cam-
bio ha exigido la creación de una Comisión In-
ternacional para la Consolidación de la Paz a
 n d e p r o p o r c i o n ar un marco estratégico para
un enfoque integrado frente a la seguridad co-
lectiva. Como parte de este enfoque, se debería
crear un fondo global para  nanciar, en forma
previsible, la asistencia inmediata en la etapa
post con icto y la transición hacia la recons-
trucción a largo plazo. Este Grupo ha recomen-
dado la creación de un Fondo para la consoli-
dación de la paz de US$250 millones, el cual
permitiría la  nanciación a corto plazo para
que los gobiernos puedan realizar sus funciones
inmediatas contratando funcionarios públicos
y proveyendo servicios básicos. También  nan-
ciaría una reconstrucción de más largo plazo.
En forma paralela, existe una propuesta de am-
pliar un Fondo post con icto del Banco Mun-
dial. La Comisión para África, patrocinada por
el Reino Unido, ha solicitado un aumento por
etapas en un plazo de tres años, del actual nivel
de US$30 millones a US$60 millones anuales.
El alivio de la carga de la deuda también puede
desempeñar una función clave. Una de las ca-
racterísticas comunes de muchos países que
están en la etapa de post con icto, entre ellos
Liberia, la República Democrática del Congo
y Sierra Leona, es el alto nivel de morosidad
ante los organismos multilaterales. Debido a la
alta carga del servicio de la deuda y el trastorno
en las relaciones con los donantes, es necesario
formular propuestas para acelerar la reducción
de la deuda. Aliados para aumentar los fondos,
los donantes deben crear un ambiente estraté-
gico para la recuperación comprometiéndose
ellos mismos en el largo y difícil camino de la
reconstrucción.
No hay recetas para prevenir o resolver el con-
 i c t o v i o l e n to. Sin embargo, sin más cooperación –
y más e caz– para afrontar las amenazas planteadas
por este problema, la comunidad internacional no
puede pretender que se protejan los derechos huma-
nos fundamentales, se avance en la seguridad colec-
tiva y se consigan los ODM. Poner la amenaza plan-
teada por el con icto violento en el centro mismo
de la agenda del desarrollo es un imperativo, no sólo
para salvar vidas hoy, sino para reducir los costos
futuros en ayuda humanitaria, consolidación de la
paz y reconstrucción, y para reducir las amenazas
mundiales planteadas por un fracaso en a anzar la
seguridad humana.
Sin cooperación
internacional más efi caz,
la comunidad internacional
no puede proteger los
derechos humanos,
avanzar en la seguridad
colectiva y lograr los ODM
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INFORME SOBRE DESARROLLO HUMANO 2005 207
Notas
Capítulo 1
1 Roosevelt 1937.
2 ONU 2000a.
3 PNUD 1990, pág. 61.
4 Annan 2005.
5 UNESCO 2005.
6 Ver PNUD 2003c para un análisis más
detallado. Reddy y Pogge 2003.
7 Wolfensohn y Bourguignon 2004.
8 Banco Mundial 2004c, Cuadro 1.3.
9 Cálculos de la HDRO a partir de datos
sobre la democracia de CIDCM 2005
y datos sobre población de ONU 2003.
Se consideran democracias los países
cuyos sistemas de gobierno obtuvieron un
puntaje de seis o superior.
10 UNICEF 2005e, cuadro 1.
11 GAVI y Fondo de vacunas 2005b.
12 Proyecto del Milenio de la ONU 2005a.
13 Pelletier y otros 1995.
14 UNICEF 2005e.
15 UNESCO 2005, cuadro 3.3.
16 UNESCO 2005.
17 Mills y Shilcutt 2004.
18 Jha y Mills 2002, pág.175.
19 Calculado a partir de datos sobre gasto de
salud del Cuadro de indicadores 6.
20 Banco Mundial 2005e.
21 ONUSIDA 2004b.
22 ONUSIDA 2005a.
23 ONUSIDA 2005b.
24 Proyecto del Milenio de la ONU 2005a.
25 Proyecto del Milenio de la ONU 2005a.
26 Cousens, Lawn y Zupan 2005.
27 En 1,3% anual comparado con 1,9%.
28 Cálculos de la HDRO a partir de datos
sobre mortalidad infantil de ONU 2005b.
29 Cousens, Lawn y Zupan 2005.
30 Los datos provienen de los sistemas de
información de UNICEF (2005c) disponi-
bles en www.childinfo.org.
31 Banco Mundial 2005b.
32 Wagstaff y Claeson 2004.
33 GAVI y Fondo de vacunas 2005b.
34 Banco Mundial 2003e. Esta cifra se
obtiene a partir de cantidades estimadas
de niños que reciben la tercera dosis de
la vacuna contra la difteria, la pertusis
(tos ferina) y el tétanos (DPT), la variable
indirecta que normalmente se usa para
determinar la cobertura.
35 Van der Gaag 2004.
36 OMS y UNICEF 2003.
37 Proyecto del Milenio de la ONU 2005a.
38 Citado en Gillespie y Kadiyala 2005.
39 UNICEF 2005e.
40 IIPA 2005.
41 Deaton 2004.
42 Collier y Dollar 2002b.
43 Reddy y Minoiu 2005. El inicio de un
período de estancamiento se defi ne como
un año en el cual el ingreso per cápita
de un país es inferior al de cualquier
otro momento en los últimos dos años y
superior al de cualquier otro momento en
los siguientes cuatro años.
44 Banco Mundial 2005e.
45 Miller 2005; FMI 2004a, pág.21.
46 Para obtener una idea clara de las
diferentes maneras de observar las des-
igualdades mundiales, ver Birdsall 2002a.
47 Bourguignon y Morrisson 1999.
48 Cálculos de la HDRO a partir de Kroll y
Goldman 2005, Chen y Ravallion 2004 y
Banco Mundial 2004e.
49 Dikhanov 2005.
50 Bhagwati 2004, pág. 66.
51 King 1963.
52 Proyecto del Milenio de la ONU 2005e,
pág. 2.
53 Descripción de la metodología.
54 Wagstaff y Claeson 2004.
55 ONU Viet Nam 2002.
56 Klump y Bonschab 2004.
57 PNUD 2003b.
Capítulo 2
1 Walker y Walker 1987.
2 Platón 2000.
3 Sen 1992.
4 Bourguignon, Ferreira y Menéndez 2003.
5 Smith [1776] 1976.
6 de Ferranti y otros 2003.
7 Citado en Kanbur 2005.
8 Kanbur 2005.
9 The Economist 2004b.
10 Farmer 2004.
11 Smith [1776] 1976.
12 Cornia 2004.
13 El umbral de pobreza de dos dólares al
día asciende a US$978 en términos de la
paridad del poder adquisitivo de 1995.
14 A partir de Gwatkin y otros, en prepara-
ción.
15 Deaton 2002.
16 Banco Mundial 2003b.
17 McKay y Aryeetey 2004.
18 Graham 2004.
19 Proyecto del Milenio de la ONU 2005h.
20 Cálculos de la ODRO a partir de IIPS y
ORC Macro 2000.
21 IIPA 2005.
22 Wagtaff y van Doorslaer 2003.
23 Deininger y Mpuga 2004.
24 Banerjee, Deaton y Du o 2004.
25 Birdsall y Londono 1997.
26 Killick 2002a.
27 Banco Mundial y FMI 2005a.
28 Thurlow y Wobst 2004.
29 UNICEF 2005a.
30 PNUD 2003d.
Capítulo 3
1 Lula da Silva 2004.
2 Bush 2002.
3 Mahatma Gandhi, según cita de Sethi
1958.
4 Citado en Woodward 1963. El informe de
Chadwick condujo a la creación de una
Comisión Real y fi nalmente, a la Ley sobre
Salud Pública de 1848.
5 Edsforth 2000.
6 Lindert 2005.
7 La Casa Blanca 2002.
8 Bruns, Mingat y Rakatomalala 2003.
9 Comisión para África 2005.
10 Proyecto del Milenio de la ONU 2005e.
11 Sundberg, Lofgren y Bourguignon 2005.
12 Hansen y Tarp 2000; Foster y Keith
2003a, b.
13 Clemens, Bhavnani y Radelet 2004.
14 Foster y Keith 2003a, b.
15 Levine y el Grupo de Trabajo “What
Works” 2004.
16 Iniciativa conjunta de aprendizaje 2004.
17 Akhter y del Ninno 2001.
18 Banco Mundial 2004b.
19 Goldberg 2005.
20 Nguyen y Akal 2003; ADB 2004.
21 PNUD 2005a.
22 Levine y el Grupo de Trabajo “What
Works” 2004.
23 GAVI y Fondo de vacunas 2005a.
24 Proyecto del Milenio de la ONU 2005b.
25 Mills y Shilcutt 2004.
26 Citado en DeLong y Eichengreen 1991.
27 DeLong y Eichengreen 1991.
28 Comisión sobre Desarrollo Internacional
1969.
29 Comisión sobre Desarrollo Internacional
1969.
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208 INFORME SOBRE DESARROLLO HUMANO 2005
30 Los otros tres son España, Irlanda y
Portugal.
31 Millennium Challenge Corporation 2005b.
32 Banco Mundial y FMI 2005b.
33 Comisión para África 2005.
34 Woods 2005.
35 Dollar y Burnside 2000.
36 Birdsall, Claessens y Diwan 2003.
37 Banco Mundial y FMI 2005a. El índice
del Banco Mundial usa un ejercicio de
Evaluación de las políticas e instituciones
nacionales (EPIN) para clasifi car a los
países.
38 Dollar y Levin 2004. Los datos empíricos
recopilados por el Banco Mundial sugieren
que los países de ingreso bajo con institu-
ciones débiles reciben más o menos 40%
menos ayuda que lo pronosticado según
el puntaje obtenido en la Evaluación de las
políticas e instituciones nacionales.
39 Banco Mundial 2002.
40 RU, Departamento del Tesoro de S.M.
2003.
41 Ver, por ejemplo, Grupo de trabajo sobre
Nuevas contribuciones nancieras inter-
nacionales 2004. Distintas propuestas
de fi nanciación alternativa se analizan en
Reisen 2004.
42 Banco Mundial y FMI 2004a.
43 Adam y Bevan 2003.
44 Clemens, Bhavnani y Radelet 2004.
45 Banco Mundial y FMI 2003.
46 FMI 2002.
47 Bevan 2005.
48 Bevan 2005.
49 Berg 2005.
50 Sundberg, Lofgren y Bourguignon 2005.
51 Vargas Hill 2005.
52 Bulír y Hamann 2003.
53 Watt 2005.
54 Watt 2005.
55 Adam 2005.
56 Banco Mundial 2005c.
57 Martin y Bargawi 2004.
58 Killick 2004.
59 Banco Mundial 2003a.
60 Killick 2004.
61 Knack y Rahman 2004.
62 Banco Mundial y FMI 2005a.
63 Knack y Rahman 2004.
64 Knack y Rahman 2004.
65 Watt 2005.
66 Jepma 1991; Aryeetey, Osei y Quartey
2003. Existe un amplio abanico de
estimaciones sobre los costos de la ayuda
condicionada. Un estudio sobre asistencia
para proyectos en Ghana descubrió que
los costos de entrada disminuyen entre
11% y 25% si se desvincula la ayuda
(McKay y Aryeetey 2004). Estudios an-
teriores que cubren grupos más grandes
de países calcularon costos en un rango
incluso superior: entre 15% y 30%. La
OCDE ubica los costos adicionales de la
ayuda condicionada para alimentos en
50% (OCDE/CAD 2004b).
67 OCDE/CAD 2004b, 2005e.
68 Para Italia, se usa el promedio de 2001 y
2002 puesto que la cifra de 2003 no ha
sido informada.
69 Aid/Watch 2005.
70 Miovic 2004.
71 Watt 2005. Sobre los costos de tran-
saccións generales asociados con
las disposiciones de fondo común, ver
OCDE/CAD 2003b.
72 PNUD 2004b.
73 Johnson y Martin 2005.
74 Proyecto del Milenio de la ONU 2005f.
Estos fueron: Mauritania, Guyana,
Gambia, Honduras, Burkina Faso, Ghana,
Nicaragua, Níger, Guinea, Viet Nam,
Mozambique y Yemen. El plan de Etiopía
también fue aprobado.
75 Campaña mundial de educación 2005.
76 OCDE/CAD 2005d.
Capítulo 4
1 Galeano 1973.
2 James 2001.
3 OMC 2004b.
4 OMC 2004b.
5 FMI y Banco Mundial 2001.
6 Banco Mundial y FMI 2005a.
7 Arndt 1998. Se calcula que el comercio
de componentes de productos es respon-
sable de alrededor de la tercera parte del
valor del comercio mundial.
8 Carey 2002; Intel 2005; Seagate 2003.
9 CAFOD 2005.
10 ONUDI 2004.
11 ONUDI 2002.
12 Lall 2004.
13 Cuando Malasia exporta televisores en
color, más de 25% del valor agregado a
los componentes importados se queda en
Malasia. Cuando México exporta produc-
tos automotrices de alta tecnología, sólo
el 3% permanece en México.
14 UNCTAD 2003. El índice de precios
combinado defl acciona el valor unitario de
los productos básicos exportados por los
países en desarrollo por el valor unitario
de las exportaciones manufacturadas de
los países desarrollados.
15 UNCTAD 2004b.
16 Lall y Pietrobelli 2002.
17 Rodrik 2001b.
18 Bhattacharya 2003.
19 Dollar 2004.
20 Evans 2005.
21 Ver, por ejemplo, Lall 2001.
22 Morley 2002.
23 Jha 2005.
24 Jank y otros 2001; Banco Mundial 2004f.
25 Carlson 2001.
26 Rosen 2002.
27 BID 2004.
28 Oxfam International 2004e.
29 Birdsall y Subramaniam 2004.
30 PNUMA 1999.
31 PNUD 2003f.
32 Laird 2002; Stevens y Kennan 2002; Ng,
Hoekman y Olarreaga 2001.
33 Las cifras están ponderadas según el
comercio. UNCTAD y Banco Mundial
2005.
34 Laird 2002.
35 USITC 2005.
36 Los datos sobre progresividad arancelaria
provienen de UNCTAD TRAINS (UNCTAD
y Banco Mundial 2005). Ver también
Cernat, Laird y Turrini 2003.
37 Las normas de denominación de origen
de la Unión Europea se explican en Oxfam
International 2004d.
38 Mlachila y Yang 2004.
39 Oxfam International 2004d.
40 Marco integrado para la asistencia técnica
en apoyo de actividades relacionadas
con el comercio en los países menos
adelantados 2003.
41 Stevens y Kennan 2004a.
42 Alexandraki y Lankes 2004.
43 A partir de OCDE 2004a.
44 Aksoy y Beghin 2004.
45 OCDE 2000.
46 Diao, Diaz-Bonilla y Robinson 2003.
47 Oxfam International 2004a.
48 Departamento de Agricultura de los
Estados Unidos de América, Servicio de
investigación económica 2002, Cuadros
29 y 35.
49 Minot y Daniels 2002.
50 FMI 2005.
51 FAO 2004a.
52 Oxfam International 2005a.
53 Departamento de Agricultura de los
Estados Unidos de América, Servicio de
investigación económica 2005a.
54 OCDE 2004c.
55 Lall 2001.
56 Oxfam International 2002b.
57 Rodrik 2004.
58 Maskus 2004.
59 Mayne 2005.
60 Chauduri, Goldberg y Jia 2003.
61 Citado en Mayne 2005.
62 Mayne 2005.
63 Tussie 2005.
64 Parikh 2002.
65 Parikh 2002.
66 Winters 2002.
67 Stevens y Kennan 2005b. Ver también
Stevens y Kennan 2005a.
68 Keynes 1980.
69 Osorio 2004.
70 Ponte 2001.
71 Gibbon 2005.
72 Lo siguiente se basa en Vargas Hill 2005.
73 Vargas Hill 2005.
74 Gibbon 2005.
75 Ponte 2001
76 Larsen 2003; Teal y Vigneri 2004.
77 Gibbon 2005.
78 Lang 2003; ACIAR 2004.
79 Esta sección se funda en Brown 2005a.
80 Reardon y otros 2003.
51334_UNDP_207_242_ACG.indd 20851334_UNDP_207_242_ACG.indd 208 8/18/05 11:05:03 PM8/18/05 11:05:03 PM
INFORME SOBRE DESARROLLO HUMANO 2005 209
81 Reardon, Timmer y Berdegue 2003.
82 Oxfam International 2004e.
83 Vorley 2003.
84 Reardon, Timmer y Berdegue 2003.
85 Jaffee 2003, 2005
86 Reardon, Timmer y Berdegue 2003.
87 Aschenaki 2004.
88 Collier y Gunning 1999
89 Diao y Hazell 2003.
90 Diao y Hazell 2003.
91 Jensen 2005.
92 Jaffee 2005.
93 Esta sección se funda en Deere 2005;
Jensen 2005.
94 Esta sección se funda en Deere 2005.
Capítulo 5
1 Annan 2002.
2 Annan 2005.
3. MIPT 2005. Para los fi nes de esta base
de datos, terrorismo se defi ne por la
naturaleza del acto, no por la identidad de
quienes lo perpetran ni la naturaleza de la
causa. El terrorismo es violencia o ame-
naza de violencia, generalmente dirigido
a civiles, con el expreso propósito político
de coaccionar a otros para que realicen
actos que de otro modo no habrían reali-
zado, o para que se abstengan de realizar
actos que deseaban llevar a cabo.
4 Los datos sobre víctimas fatales provienen
de Marshall 2005. En este Informe,
confl icto armado se de ne como el uso
de fuerza militar entre dos partes, de las
cuales al menos una es el gobierno de
un Estado, y que tenga como resultado
al menos 25 muertes en batalla (Strand,
Wilhelmsen y Gleditsch 2005).
5 IDP. Proyecto mundial sobre desplazados
2005a, pág. 10.
6 ONU 2004b.
7 Annan 2005, pág. 24.
8 Cálculos a partir de Strand, Wilhelmsen y
Gleditsch 2005 y Banco Mundial 2005f.
9 Fearon y Laitin 2003.
10 Datos de Polity IV (CIDCM 2005).
11 Collier y otros 2003.
12 Collier y Hoef er 2004a.
13 Fuentes 2005a.
14 Collier y otros 2003, pág. 21.
15 Lopez 2003, según cita de Fuentes
2005a.
16 Humphreys 2003.
17 Collier y otros 2003, pág. 35.
18 Collier y Hoef er 2004a.
19 Mackenzie y Buchanan-Smith 2005, pág.
20.
20 Centro de Cooperación y Seguridad
Internacional, Departamento de Estudios
para la Paz 2005.
21 Centro de Cooperación y Seguridad
Internacional, Departamento de Estudios
para la Paz 2005, pág. 21.
22 Ginifer 2005, pág. 17.
23 Centro de Cooperación y Seguridad
Internacional, Departamento de Estudios
para la Paz 2005, pág. 22.
24 Boyden y Ryder 1996.
25 Cálculos de la HDRO a partir de Banco
Mundial 2004e.
26 PNUD 2003a, pág.106.
27 Cálculos de la HDRO.
28 Toole y Waldman 1997.
29 IDP. Proyecto mundial sobre desplazados
2003.
30 Pedersen 2002.
31 Mann y otros 1994; Horton 1993.
32 Ghobarah, Huth y Russett 2004.
33 ONUSIDA 2003.
34 ONUSIDA 2004b, págs.175-78.
35 SIPRI 2004. Los datos sobre el gasto en
salud se refi eren a 2001.
36 Fuentes 2005a y Cuadro de indicadores
5.
37 Fuentes 2005a y Cuadro de indicadores
5.
38 Peimani 2005, pág. 19.
39 Médicos por los Derechos Humanos
2002.
40 Otunnu 2005.
41 Calculado a partir de FBI, varios años.
42 PNUD 2003a, pág.105.
43 Human Rights Watch 2004b.
44 DFID 2005.
45 ICISS 2001, párrafo 1.34.
46 Comisión sobre Estados Débiles y
Seguridad Nacional de Estados Unidos de
América 2004.
47 DFID 2005.
48 PNUD 2001.
49 Brown 2005.
50 Fearon y Laitin 2003.
51 Citado en King 1998.
52 Uvin 1998.
53 McGovern y Choulai 2005.
54 Banco Mundial 2005a.
55 Collier y Hoef er 2002.
56 Ver, por ejemplo, ICG 2001a.
57 El Proceso Kimberley 2004.
58 Muggah 2001.
59 Muggah y Batchelor 2002.
60 Encuesta sobre armas pequeñas 2002.
61 En mayo de 2005, una conferencia de do-
nantes sobre promesas de contribuciones
acordó aumentar el apoyo en US$200
millones ante la solicitud de la Unión
Africana de US$350 millones (BBC News
2005b).
62 Unión Africana 2000, artículo 4(h). Ver el
análisis en Cilliers y Sturman 2002.
63 Juma y Mengistu 2002, pág. 24.
64 Juma y Mengistu 2002, pág. 30.
65 O’Hanlon y Rice 2004.
66 Kagwanja 2004.
67 Este marco analítico se funda en Chester-
man 2005.
68 ONU 2000b.
69 OCDE CAD 2003a, 2004d.
70 Addison 2003.
71 ONU 2004b, págs. 5556.
51334_UNDP_207_242_ACG.indd 20951334_UNDP_207_242_ACG.indd 209 8/18/05 11:05:04 PM8/18/05 11:05:04 PM
210 INFORME SOBRE DESARROLLO HUMANO 2005
Nota bibliográfi ca
Capítulo 1 se funda en Ahluwalia y Hussain 2004; Ahmed y del Ninno
2001; Banco Mundial 2003b, 2003d, 2003e, 2005b, 2005e; Banister
y Zhang 2005; Bardhan 2000; BBC News 2005a; Bhagwati 2004;
Birdsall 2002a, 2002b; Bourguignon 2000; Bourguignon y Morrison
1999; Carr-Hill 2004; Cassen, Visaria y Dyson 2004; Castro-Leal,
Dayton y Mehra 2000; Chen y Ravallion 2004; Chen y Wang 2001;
CIDCM 2005; Claeson y otros 2000; Collier y Dollar 2002a; Comisión
sobre Macroeconomía y Salud 2001; Comisión sobre Justicia Social
1993; Corbacho y Schwartz 2002; Cousens, Lawn y Zupan 2005;
Das 2001; Datt y Ravallion 2002; Deaton 2003, 2004; Deaton y
Drèze 2002; Deaton y Kozel 2004; Demombynes y Hoogeveen 2004;
Dev 2002; Devarajan y Reinikka 2003; Dikhanov 2005; Drèze 2004;
Drèze y Murthi 2001; Dunning 2003; Egerter y otros 2004; Firebaugh
2003; GAVI y el Fondo para vacunas 2005b; Gelb 2004; Gillespie y
Kadiyala 2005; Gordillo y otros 2001; Gupta, Whelan y Allendorf 2003;
Hausmann, Pritchett y Rodrik 2004; La Fundación Henry Kaiser Family
2005; FMI 2004a; La India, Ministerio de Estadísticas y Ejecución de
Programas 2002a, 2002b; Jha y Mills 2002; Johnson y otros 2004; Jo-
nes 2004; Joshi 2004; Justino, Litchfi eld y Niimi 2004; Kabeer 2005;
Kakwani 2004; Kasterine 2004; Kijima y Lanjouw 2003; King 1963;
Kingdon y otros 2004; Klump y Bonschab 2004; Lim y otros 2004;
Lomborg 2004; Luther 1998; Maison, Bailes y Mason 2003; Malyutina
y otros 2002; McKay 2002; Men y otros 2003; Milanovic 2001, 2003;
Mills y Shilcutt 2004; Morley 2001; ODI 2004; OMS 2004b; OMS
y UNICEF 2003; ONU 2000a, 2003, 2005b, 2005d; ONU Viet Nam
2002; ONUSIDA 2004a, 2005a; Oxfam International 2004e; Pelletier
y otros 1995; PNUD 1990, 2003b, 2003c; Proyecto del Milenio ONU
2005a, 2005b, 2005c, 2005d; Reddy y Minoiu 2005; Reddy y Pogge
2003; Rodrik y Subramanian 2004; Sachs y Brundtland 2001; Sen
1999; Sen y Drèze 1997; Sen, Mujeri y Quazi 2004; Shkolnikov y Cornia
2000; Ssewanyana y otros 2004; Swazilandia, Ministerio de Agricultura
y Cooperativas y Negocios 2002; Uganda, Ministerio de Finanzas,
Planifi cación y Desarrollo Económico 2003; UNESCO 2005; UNESCO
Instituto de Estadísticas 2005; UNICEF 2005b, 2005c, 2005d, 2005e;
Universidad de California, Berkeley, e Instituto Max Planck de Investiga-
ción Demográfi ca 2005; Visaria 2004a, 2004b; Wade 2005; Wagstaff
2000; Wagstaff y Claeson 2004; Watkins 2000, 2003b; Wolf 2005;
Wolfensohn y Bourguignon 2004; Yamano y Jayne 2004; Yunus 2004.
Capítulo 2 se funda en Banco Mundial 2003b, 2003d; Banerjee,
Deaton y Du o 2004; Birdsall y Londono 1997; Bourguignon, Ferreira
y Menéndez 2003; Case y Deaton 1998; China, Ofi cina Nacional de
Estadísticas 2004; Coady y Parker 2005; Coady, Grosh y Hoddinott
2004; Cornia 2004; Deaton 2002; de Ferranti y otros 2003; Deininger
y Mpuga 2004; DFID 2004b; Dikhanov 2005; The Economist 2004b;
Farmer 2004; Fuentes 2005; Goodman 2005; Graham 2004; Gwatkin
y otros, próxima publicación; Hills 2004; IFPRI 2005; IIPS y ORC Macro
2000; Indiatogether.org 2004; Instituto de Estadísticas de UNESCO
2005; Kanbur 2005; Killick 2002a; Lim y otros 2004; Lindert y William-
son 2001a; Liu 1996; Liu, Liu y Meng 1994; Lund 2002, 2004; McKay
y Aryeetey 2004; Measure DHS 2005; México, INEGI 2005; México,
Secretaría de Desarrollo Social 2005; Munnell, Hatch y Lee 2004;
Naschold 2002; ODI 2004; ONU 2004a, 2005b; Pakistán, División de
Estadísticas 2002; Platón [360 AC] 2000; PNUD 2002, 2003d; Proctor
y Dalaker 2003; Proyecto del Milenio ONU 2005h; Ravallion 2005;
Ravallion y Chen 2004; Rowland y Hoffman 2005; Sen 1992, 2004;
Smith [1776] 1976; Thurlow y Wobst 2004; UNICEF 2005a; Wagstaff y
van Doorslaer 2003, Walker y Walker 1987.
Capítulo 3 se funda en ActionAid International y Oxfam International
2005; ActionAid International, Eurodad y Oxfam International 2005;
Adam 2005; Adam y Bevan 2003; ADB 2004; Adenauer y Vagassky
1998; Aid/Watch 2005, Aryeetey, Osei y Quartey 2003; Atkinson 2004,
2005; Atkinson 2003; AVERT 2005; Banco Mundial 1998, 2001,
2002, 2003a, 2004a, 2004b, 2004c, 2005c; Banco Mundial y FMI
2003, 2004a, 2004b, 2004c, 2005a, 2005b, 2005c; Banco Mundial
y la República de Kenya 2004; Baulch 2004; Benn 2004; Bevan 2005;
Beynon 2003; Bird 2002; Bird y Milne 2003; Birdsall 2004; Birdsall y
Clemens 2003; Birdsall y Deese 2005; Böhning y Schloeter-Paredes
1994; Brown-Collier 1998; Bruns, Mingat y Rakotomalala 2003;
Bulír y Hamann 2001, 2003; Burnham 1989; Bush 2002; Campaña
Mundial de Educación 2005; la Casa Blanca 2002; Center for Global
Development 2004; Clemens, Bhavnani y Radelet 2004; Clemens,
Kenny y Moss 2005; Collier 1999; Collier y Dehn 2001; Collier y Dollar
2002a, 2004; Comisión para África 2005; Comisión sobre Desarrollo
Internacional 1969; Cordella y Dell’Ariccia 2003; Dalgaard, Hansen
y Tarp 2004; de Renzio 2005; de Renzio y otros 2004; DeLong y
Eichengreen 1991; Devarajan, Miller y Swanson 2002; Iniciativas
de Desarrollo 2005a, 2005b, 2005c, 2005d; DFID, Foreign and
Commonwealth Offi ce y RU, HM Treasury 2005; Dollar y Burnside
2000; Dollar y Levin 2004; Dyer 2005; Edsforth 2000; Elbadawi 1999;
EORG 2003; Fedelino y Kudina 2003; FMI 2001, 2002, 2005b; Foster
y Fozzard 2000; Foster y Keith 2003a, 2003b; Grupo de trabajo sobre
Nuevos Aportes Financieros Internacionales 2004; GAVI y el Fondo para
vacunas 2005a; Gemmell y McGillivray 1998; Goldberg 2005; Gupta
y otros 2003; Hansen y Tarp 2000; Iniciativa Conjunta de Aprendizaje
2004; Inyega y Mbugua 2005; ISMEA 2003; Jepma 1991; Johnson y
Martin 2005; Johnson, Martin y Bargawi 2004; Johnson 1964; Kattan
y Burnett 2004; Kenya, Ministerio de Planifi cación y Desarrollo Nacional
2003, 2004; Killick 2002b, 2004; Knack y Rahman 2004; Lensink y
Morrisey 2000; Levine y el Grupo de trabajo ‘what Works’ 2004; Lindert
2005; Lockhart 2004; Lula da Silva 2004; Macrae y otros 2004; Martin
y Bargawi 2004; Martin y otros 2004; Millennium Challenge Corporation
2005b; Miller 2005; Miovic 2004; Mosley, Hudson y Verschoor 2004;
Nguyen y Akal 2003; Nkusu 2004; Nyoni 1998; O’Brien 2004; OCDE/
CAD 2001c, 2002, 2003b, 2004a, 2004b, 2004c, 2004e, 2005a,
2005b, 2005c, 2005d, 2005e, 2005f, 2005g; ONU 2004b, 2005b;
Oxfam GB 2004; Oxfam International 2005b; Pallage y Robe 2001;
PIPA 2001, 2004; PNUD 2000, 2004b, 2005a; Prati, Sahai y Tressel
2003; Proyecto del Milenio ONU 2005e, 2005f; Radelet 2003a, 2003b;
Ramcharan 2002; Reisen 2004; Rogerson 2005; Rogerson, Hewitt y
Waldenburg 2004; Roodman 2004; RU, HM Treasury 2003; Sagasti,
Bezanson y Prada 2005; Sandler y Arce 2005; Sanford 2004; Sethi
1958; Shah 2005; Sundberg, Lofgren y Bourguignon 2005; Tanzanía
51334_UNDP_207_242_ACG.indd 21051334_UNDP_207_242_ACG.indd 210 8/18/05 11:05:06 PM8/18/05 11:05:06 PM
INFORME SOBRE DESARROLLO HUMANO 2005 211
2004; Torvik 2001; UNICEF 2001a; Vargas Hill 2005; Victora y otros
2003; Watkins 2000; Watt 2005; White y Dijkstra 2003; Woods 2005;
Woods y equipo investigador 2004; Woodward 1963; Yunker 2004.
Capítulo 4 se funda en ACIAR 2004; Aksoy y Beghin 2004; Alexan-
draki y Lankes 2004; Amsden 2000; Anderson 2003, 2004; Arndt
1998; Aschenaki 2004; Audley y otros 2003; Baffes y de Gorter
2003; Baldwin 2003; Banco Mundial 2003c, 2004c, 2004d, 2004f;
Bannister y Thugge 2001; Barber 2005; Barrientos, McClenaghan y
Orton 2001; Barrientos y otros 1999; Beghin y Aksoy 2003; Bhagwati
2002; Bhagwati y Panagariya 1996; Bhattacharya 2003; Binswanger y
Lutz 2000; Birdsall y Subramaniam 2004; Birdsall, Claessens y Diwan
2003; Brenton 2003; Brenton y Ikezuki 2004; Brown 2005a, 2005b,
2005c; Burfi sher y Hopkins 2003; CAFOD 2005; Carey 2002; Carlson
2001; Cernat, Laird y Turrini 2003; Chanda 1999; Chauduri, Goldberg
y Jia 2003; Collier y Dollar 2002b; Collier y Gunning 1999; Comi
Consultivo Internacional del Algodón 2005;Cornejo 2002; de Córdoba y
Vanzetti 2005; Deere 2005; DFID 2003; Departamento de Agricultura
de los EE.U.U. 2002, 2005a, 2005b; Departamento de Agricultura de
los EE.U.U., Servicio Agrícola Exterior 2005; Diao y Hazell 2003; Diao,
Diaz-Bonilla y Robinson 2003; Diao y otros 2005; Dollar 2004; Dollar y
Kraay 2001a, 2001b; Dorosh 2002; Drahos 2001; Drahos y Braithwaite
2002; Duncan 2004; Elliott 2000; Evans 2005; FAO 2004a, 2005; FMI
2003a, 2003b, 2004b, 2005a; FMI y Banco Mundial 2001; Galeano
1973; Ghosh 2005; Gibbon 2005; Gibbon 2003; Gilbert 1996; Grupo
de trabajo medioamental 2005; Gunter 2004; Hausmann y Rodrik
2002; Hocking y McGuire 1999; Hoekman 2002, 2005; Hoekman y
Martin 2001; Hoekman, Kostecki y Kostecki 1995; Hoekman, Mattoo y
English 2002; Horn, Rodrik y McMillan 2003; IADB 2004; Intel 2005;
Jaffee 2003, 2005; James 2001; Jank y otros 2001; Jensen 2005; Jha
2005; Kaczynski y Fluharty 2002; Kelch y Normile 2004; Keynes 1980;
Khor 2001; Kibria 2001; Killick 2001; Krznaric 2005; Laird 2002; Laird,
de Córdoba y Vanzetti 2004; Laird, Peters y Vanzetti 2004; Lall 2000,
2001, 2004; Lall y Pietrobelli 2002; Landes 1998; Lang 2003; Lanjouw
2001; Larsen 2003; Lindert y Williamson 2001b; Lustig y Szekely
1998; Maddison 2001; Mainuddin 2000; Maizels 2000; Marco inte-
grado para la asistencia técnica en apoyo de actividades relacionadas
con el comercio en los países menos adelantados 2003; Martin 2004;
Maskus 2000, 2004; Mayne 2005; McCulloch; Winters y Cirera 2002;
Minot y Daniels 2002; Mlachila y Yang 2004; Morley 2002; Ng 2001;
Ng, Hoekman y Olarreaga 2001; Nogues 2003; OCDE 2000, 2001b,
2003a, 2003b, 2004a, 2004b, 2004d, 2005; Okediji 2004; Olarreaga
y Ng 2002; OMC 2004a, 2004b, 2004c, 2005; ONUDI 2002, 2004;
Orden 2003; Osorio 2004; Oxfam International 2002a, 2002b, 2003b,
2004a, 2004b, 2004c, 2004d, 2005a; Page 2005; Page y Kleen
2004; Parikh 2002; Picciotto 2004; Ponte 2001; Potbury 2000; PNUD
2003f; PNUMA 1999, 2002; Proyecto del Milenio ONU 2005g;Reardon
y Berdegue 2002; Reardon, Timmer y Berdegue 2003; Reardon y otros
2003; Rodriguez y Rodrik 2000; Rodrik 2000, 2001a, 2001b, 2001c,
2003, 2004; Rogerson y de Renzio 2005; Rosen 2002; Roy 2000,
2001; Samman 2005a, 2005b; Seagate 2003; Sen 1999; Stevens
y Kennan 2002, 2004a, 2004b, 2005a, 2005b; Story 2004; Sutton
2004; Tangermann 2003; Teal y Vigneri 2004; Tewari 2003; Tussie
2005; Tussie y Lengyel 2002; Tussie y Quiliconi 2005; ONU 2005c;
UNCTAD 2000, 2003, 2004a, 2004b; UNCTAD y Banco Mundial 2005;
USITC 2005; Vakis, Kruger y Mason 2004; Viet Nam 2004; Vorley
2003; Watal 2002; Watkins 2003a; Winters 2002; Winters, McCulloch
y McKay 2004.
Capítulo 5 se funda en Addison 2003; Afganistán, Ministerio de Finan-
zas 2005; Amnistía Internacional, Iansa y Oxfam International 2004;
Anderson 1999; Annan 2002, 2005; Ballentine y Nitzschke 2004;
Banco Mundial 2004e, 2005a, 2005f; Banco Mundial y O cina Central
de Estadísticas de Palestina 2004; Bannon y Collier 2003; Barnes
2005; BBC News 2005b; Berdal y Malone 2000; Boyce 2003; Boyden
y Ryder 1996; Brown 2005; Brück, Fitzgerald y Gringsby 2000; Bush
2002; Caplan 2002; CEH 1999; Centre for International Cooperation
and Security, Department of Peace Studies 2005; Chesterman 2001,
2005; CIDCM 2005; Cilliers y Sturman 2002; Clark 2003; Collier y
Hoeffl er 2001, 2002, 2004a, 2004b; Collier y otros 2003; Comisión
para África 2005; Comisión sobre Seguridad Humana 2003; Comisión
sobre Estados Débiles y Seguridad Nacional de EE.UU. 2004; Confl ict-
sensitivity.org 2004; Cousens 2002; Cragin y Chalk 2003; Daalder y
Lindsay 2003; Dallaire 2003; de Waal 1997; Departamento de Estado
de EE.UU. 1999, 2004; DFID 2004a, 2005; Dodge 1990; Doyle 2001;
Duffi eld 1994, 1998; The Economist 2004a; Encuesta sobre armas pe-
queñas 2002; FAO 2004b; FBI, diferentes años; Fearon y Laitin 2003;
Feinstein y Slaughter 2004; Fiszbein, Giovagnoli y Adúriz 2002; Foro
de alto nivel sobre los ODM de la salud 2004; Freedman 1993; Frum y
Perle 2003; Fuentes 2005a, 2005b; Ghobarah, Huth y Russett 2004;
Ginifer 2005; Proyecto mundial sobre IDP 2003, 2005a, 2005b; Global
Witness 2004; Goldstone 2005; Goodhand y Atkinson 2001; Gray
2000; Hegarty 2003; Hegre y otros 2001; Holsti 2000; Horton 1993;
Human Rights Watch 2004a, 2004b; Humphreys 2003; ICG 2001a,
2001b, 2002, 2003, 2004a, 2004b; ICISS 2001; IRC 2004; Juma y
Mengistu 2002; Justino, Litch eld y Whitehead 2003; Kagan 2002;
Kagwanja 2004; Kaldor 2001; Kalipeni y Oppong 1998; Keen 1998; El
Proceso Kimberley 2004; King 1998; King y Martin 2001; Klare 2001,
2005; Krug y otros 2002; Langer 2005; Le Billon 2001; Levin y Dollar
2005; Lopez 2003; Mackenzie y Buchanan-Smith 2005; Malan y otros
2003; Mann y otros 1994; Marshall 2005; McGovern y Choulai 2005;
Millennium Challenge Corporation 2005a; MIPT 2005; Muggah 2001;
Muggah y Batchelor 2002; Mwaura 2005; Mwaura y Schmeidl 2001;
Nangiro 2005; Nicaragua 2001; Odhiambo 2004; OCDE 2001a; OCDE/
CAD 1997a, 1997b, 2003a, 2004d; O’Hanlon y Rice 2004; Omitoogun
2003; Østby 2003; Oxfam GB, Save the Children y Christian Aid 2001;
Oxfam GB 2003; Oxfam International 2003a; Oxfam International y
otros 2002; Partnership Africa Canada 2005; Pedersen 2002; Peimani
2005; Petras 2004; Physicians for Human Rights 2002; Pillay 2002;
Ponzio 2005a, 2005b; Reilly 2002; Riascos y Vargas 2004; Rotberg
2004; RU, HM Treasury 2003; Rubin y otros 2005; Schenkenberg van
Mierop 2004; SIPRI 2004; Sivard 1991, 1996; Sommers 2002; Stewart
2000, 2002, 2005; Stewart y Fitzgerald 2001; Stewart, Brown y Man-
cini 2005; Stoddard y Harmer 2005; Strand, Wilhelmsen y Gleditsch
2004, 2005; Sykes 2004; Thakur y Schnabel 2001; Toole y Waldman
1997; ul Haq 1995; ONU 1992, 2000b, 2000c, 2004b, 2005a, 2005d;
Centro de prensa de la ONU 2004; ONUSIDA 2003, 2004b; PNUD
1994, 2001, 2003a, 2003e, 2004a, 2005b, 2005c; ACNUR 2004;
UNICEF 2000, 2001b; ONU OCAH 2002, 2004a, 2004b; USITC 2005;
Uvin 1998; Waldman 2005; Welsh 2002; White 2005; OMS 2004a;
Unidad estratégica del Primer Ministro 2005; Unión Africana 2000;
Woods y equipo investigador 2004; Woodward 2002.
51334_UNDP_207_242_ACG.indd 21151334_UNDP_207_242_ACG.indd 211 8/18/05 11:05:06 PM8/18/05 11:05:06 PM
212 INFORME SOBRE DESARROLLO HUMANO 2005
Investigaciones encargadas
Documentos de antecedentes
Chesterman, Simon. 2005. “State-Building and Human Development.
Iniciativas para el desarrollo. 2005a. “New Thinking on Aid and
Social Insurance”. Somerset, Reino Unido.
Documentos temáticos
Barnes, Helen. 2005. “Innovative Measures for Confl ict Prevention
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232 INFORME SOBRE DESARROLLO HUMANO 2005
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Indicadores del desarrollo humano
Guía para el lector 235
Nota sobre el cuadro 1: Acerca del Índice de Desarrollo Humano de este año 238
Cuadros estadísticos
Vigilancia del desarrollo humano: ampliar las alternativas de la gente . . .
1 Índice de desarrollo humano 243
2 Tendencias del índice de desarrollo humano 247
3 Pobreza humana y de ingresos: países en desarrollo 251
4 Pobreza humana y de ingresos: OCDE, Europa Oriental y la CEI 254
. . . para disfrutar de una vida larga y saludable . . .
5 Tendencias demográfi cas 256
6 Compromiso con la salud: recursos, accesos y servicios 260
7 Agua, saneamiento y nutrición 264
8 Desigualdad en la salud maternoinfantil 268
9 Principales crisis y problemas mundiales en materia de salud 270
10 Supervivencia: avances y retrocesos 274
. . . para recibir educación . . .
11 Compromiso con la educación: gasto público 278
12 Alfabetización y matriculación 282
13 Tecnología: difusión y creación 286
. . . para acceder a los recursos necesarios que permitan disfrutar de un nivel de vida digno . . .
14 Desempeño económico 290
15 Desigualdad de ingresos o consumo 294
16 La estructura del comercio 298
17 Responsabilidades de los países ricos: asistencia 302
18 Responsabilidades de los países ricos: alivio de la deuda y comercio 303
19 Corrientes de ayuda, capital privado y deuda 304
20 Prioridades del gasto público 308
21 Desempleo en los países miembros de la OCDE 312
. . . conservándolo para las futuras generaciones . . .
22 Energía y medioambiente 313
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. . . protegiendo la seguridad personal . . .
23 Refugiados y armamento 317
24 Víctimas de la delincuencia 321
. . . y logrando la igualdad para todos, hombres y mujeres
25 Índice de desarrollo relativo al género 323
26 Índice de potenciación de género 327
27 Desigualdad de género en la educación 331
28 Desigualdad de género en la actividad económica 335
29 Género, carga de trabajo y asignación del tiempo 339
30 Participación política de la mujer 340
Instrumentos de derechos humanos y laborales
31 Situación de los principales instrumentos internacionales de derechos humanos 344
32 Situación de los convenios sobre derechos laborales fundamentales 348
33 Indicadores básicos de otros estados miembros de las Naciones Unidas 352
Nota sobre las estadísticas del Informe sobre Desarrollo Humano 353
Notas técnicas
1 Cálculo de los índices de desarrollo humano 366
2 Las dos caras de la moneda en la reducción de la pobreza: la importancia
del crecimiento y la distribución 373
3 Valoración del progreso hacia los Objetivos de Desarrollo del Milenio 378
Defi niciones de términos estadísticos 380
Referencias estadísticas 391
Clasifi cación de países 393
Índice de los indicadores 397
Índice de indicadores de los Objetivos de Desarrollo del Milenio en los cuadros estadísticos 401
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INFORME SOBRE DESARROLLO HUMANO 2005 235
Guía para el lector
Cuadros de indicadores del
desarrollo humano
Los cuadros de indicadores del desarrollo humano
proporcionan una evaluación general de los logros
alcanzados por los países en distintas áreas del desa-
rrollo humano. Muchos de los indicadores de los
Objetivos de Desarrollo del Milenio están inclui-
dos en estos cuadros (ver el Índice de los indicadores
y el Índice de indicadores de los Objetivos de Desa-
rrollo del Milenio en los cuadros de indicadores). Los
datos de estos indicadores constituyen una referen-
cia estadística para evaluar los avances realizados
por cada país en la consecución de los Objetivos de
Desarrollo del Milenio y sus metas.
Los cuadros principales están organizados por
tema, según se describe en el título en la parte su-
perior de cada cuadro. Los cuadros incluyen infor-
mación de 175 países miembros de las Naciones
Unidas, además de Hong Kong, China (RAE) y
los Territorios Palestinos Ocupados, es decir, todos
aquellos para los cuales se puede calcular el Índice
de Desarrollo Humano (IDH). Debido a la falta de
datos, 16 países miembros de las Naciones Unidas
no pudieron ser incluidos en el IDH de este año Los
indicadores básicos del desarrollo humano de estos
países se presentan en el cuadro 33.
En los cuadros, los países y las zonas se clasi -
can en orden descendente según el valor de su IDH.
Para localizar un país, consulte la Clave de países
que  gura en la contraportada, donde aparecen
los pses por orden alfabético con su clasi cación
según el IDH.
La mayoría de los datos que se presentan en los
cuadros se re eren al año 2003 y son los que estaban
a disposición de la O cina encargada del Informe
sobre Desarrollo Humano el 16 de mayo de 2005, a
menos que se indique otra cosa.
Fuentes de los datos y defi niciones
La O cina encargada del Informe sobre Desarro-
llo Humano es en primer término usuaria, y no
productora, de estadísticas. Por ello, se funda en la
información que le facilitan organismos estadísti-
cos internacionales que disponen de los recursos y
conocimientos necesarios para recopilar y procesar
datos internacionales sobre indicadores estadísticos
especí cos. Las fuentes de todos los datos utilizados
en los cuadros de indicadores se citan en una nota
breve al nal de cada cuadro. Estas notas corres-
ponden a las referencias completas que se presen-
tan en las Referencias estadísticas. Cuando un orga-
nismo facilita datos recopilados de otra fuente, se
acreditan ambas fuentes en las notas del cuadro.
Sin embargo, cuando un organismo se funda en la
labor de muchos otros aportes, sólo se cita al primer
organismo como fuente. En las notas sobre las fuen-
tes también se indican los componentes de los datos
originales utilizados en los cálculos de la O cina
encargada del Informe sobre Desarrollo Humano,
con el  n de garantizar que todos los cálculos pue-
dan ser reproducidos con facilidad.
Los indicadores para los que existen de nicio-
nes breves y signi cativas se incluyen en la sección
De niciones de términos estadísticos. El resto de la
información pertinente aparece en las notas al  nal
de cada cuadro. Para obtener información más deta-
llada acerca de estos indicadores, consulte los sitios
web pertinentes de los organismos que aportaron
datos, a través del sitio Web del Informe sobre De-
sarrollo Humano en http://hdr.undp.org/statistics.
understanding/resources.cfm.
Discrepancias entre las estimaciones
nacionales e internacionales
En el proceso de compilación de la serie de datos
internacionales, los organismos internacionales
suelen aplicar normas y procedimientos de armo-
nización con el n de mejorar la comparabilidad de
los datos entre los países. Cuando los datos interna-
cionales se basan en estasticas nacionales, como
suele suceder, puede ser necesario ajustar los datos
nacionales. Cuando faltan datos sobre un país, un
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236 INFORME SOBRE DESARROLLO HUMANO 2005
organismo internacional puede realizar un cálculo
aproximado bandose en otros datos pertinentes.
Además, debido a las di cultades de coordinacn
entre los organismos estadísticos internacionales
y nacionales, la serie de datos internacionales no
siempre incorpora los datos nacionales más recien-
tes. Todos estos factores pueden dar lugar a discre-
pancias importantes entre los cálculos nacionales e
internacionales (ver la Nota sobre las estadísticas).
Con frecuencia, este Informe ha sacado a luz
tales discrepancias. La O cina encargada del In-
forme sobre Desarrollo Humano aboga por mejorar
la información internacional y cumple una función
activa en dicha labor. Cada vez que han aparecido
discrepancias en los datos, la O cina ha servido de
enlace entre las autoridades de los organismos na-
cionales e internacionales para que las resuelvan y
en muchos casos, esta labor ha permitido optimizar
las estadísticas presentadas en el Informe. La O -
cina encargada del Informe sobre Desarrollo Hu-
mano trabaja con los organismos nacionales y las
instituciones internacionales en pos de mejorar la
congruencia de los datos a través de información y
supervisión más sistemática de la calidad.
Comparabilidad en el tiempo
Como consecuencia de las revisiones periódicas
de los datos o de los cambios de metodología que
realizan los organismos internacionales, es posible
que las estasticas presentadas en distintas edicio-
nes del Informe no se puedan comparar. Por este
motivo, la O cina encargada del Informe sobre
Desarrollo Humano aconseja no realizar análisis
de tendencias basándose en datos procedentes de
distintas ediciones.
Tampoco es posible comparar los valores y cla-
si caciones del Índice del Desarrollo Humano de
distintas ediciones del Informe. Quienes deseen
efectuar análisis de tendencias basándose en datos y
metodologías coherentes deben consultar el cuadro
2 (Tendencias del Índice de Desarrollo Humano).
Los valores y las clasi caciones del IDH recalcula-
dos para el año 2003 a partir de datos y cobertura de
países que son comparables con el Informe de este
o se encuentran disponibles en el sitio Web de
la O cina encargada del Informe sobre Desarrollo
Humano (http://hdr.undp.org/statistics).
Clasifi caciones de países
Los países se clasi can en cuatro formas: por nivel
de desarrollo humano, por ingreso, por principales
agrupaciones mundiales y por región (ver Clasi -
cación de países). Estas designaciones no necesa-
riamente expresan un juicio acerca de la etapa de
desarrollo en que se encuentra un país o una zona
determinada. El término país, tal como se utiliza en
el texto y en los cuadros, también se re ere a territo-
rios o zonas, según corresponda.
Clasi caciones según el desarrollo humano. Todos
los pses que se incluyen en el IDH se clasi can
en tres grupos atendiendo a sus logros en desarrollo
humano: desarrollo humano alto (con IDH igual o
superior a 0,800), desarrollo humano medio (IDH
de 0,500 a 0,799) y desarrollo humano bajo (IDH
inferior a 0,500).
Clasi caciones según ingreso. Todos los países se agru-
pan según sus ingresos atendiendo a las clasi cacio-
nes del Banco Mundial: ingreso alto (ingreso nacio-
nal bruto per cápita igual o superior a US$9.386
en 2003), ingreso medio (US$766 a US$9.385) e
ingreso bajo (igual o inferior a US$765).
Principales agrupaciones mundiales. Los tres grupos
mundiales son Países en desarrollo, Europa Central y
Oriental y la CEI y Países de la OCDE. Estos grupos
no son mutuamente excluyentes (de hecho, el reem-
plazo del grupo de la OCDE por el grupo de paí-
ses de la OCDE de alto ingreso y la exclusión de la
República de Corea sí generaría grupos mutuamente
excluyentes). A menos que se indique lo contrario, la
clasi cación mundial representa el universo de 193
países y regiones cubiertas: 191 estados miembros
de las Naciones Unidas, más Hong Kong, China
(RAE) y los Territorios Palestinos Ocupados.
Clasi caciones regionales. Los países en desarro-
llo se clasi can a su vez en las siguientes regiones:
África Subsahariana, América Latina y el Caribe
(incluido México), Asia Meridional, Asia Oriental
y el Pací co, Europa Meridional y Estados Árabes.
Estas clasi caciones regionales son congruentes con
las O cinas Regionales del Programa de las Nacio-
nes Unidas para el Desarrollo. Existe una categoría
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INFORME SOBRE DESARROLLO HUMANO 2005 237
adicional, la de los países menos adelantados, según
la de nición de las Naciones Unidas (ONU-OHR-
LLS 2005).
Cifras totales y tasas de crecimiento
Ci as totales. Las cifras totales correspondientes a
las agrupaciones descritas anteriormente se presen-
tan al  nal de los cuadros si se trata de una informa-
ción signi cativa desde el punto de vista analítico y
si se dispone de información su ciente. Las cifras
que representan el total correspondiente a las agru-
paciones (como en el caso de habitantes) se identi -
can con una T. Debido al redondeo, los totales mun-
diales no siempre son iguales a la suma de los totales
de los subgrupos. Todas las demás cifras mundiales
son promedios ponderados.
Por lo general, las cifras totales correspondien-
tes a una agrupación se presentan sólo cuando se
dispone de informacn sobre la mitad de los paí-
ses y éstos a su vez representan, como mínimo, dos
terceras partes de la ponderación disponible de
esa agrupación. La O cina encargada del Informe
sobre Desarrollo Humano no suple los datos que
faltan para llegar a la cifra total. Por consiguiente,
a menos que se especi que lo contrario, las cifras
totales correspondientes a cada agrupación repre-
sentan sólo a los países para los que se tiene datos,
corresponden al año o al período especi cado y se
re eren únicamente a los datos de las fuentes pri-
marias citadas. No se presentan cifras totales en los
casos en que no se disponía de procedimientos de
ponderación adecuados.
Las cifras totales de índices, tasas de creci-
miento e indicadores correspondientes a más de un
único período en el tiempo se basan sólo en los paí-
ses para los que hay datos de todos los momentos ne-
cesarios. Cuando no se presentan cifras totales para
una o más regiones, tampoco se muestran cifras to-
tales para la agrupación mundial, que se re ere sólo
al universo de 193 países y zonas.
Las cifras totales que  guran en el presente In-
forme no siempre coinciden con las que aparecen
en otras publicaciones, debido a diferencias en las
clasi caciones de los países y en las metodologías.
Cuando así se indica, las cifras totales han sido cal-
culadas por el organismo estadístico que facilita los
datos sobre el indicador en cuestión.
Tasas de crecimiento. Las tasas de crecimiento plu-
rianuales se expresan como tasas medias anuales
de cambio. En el cálculo de las tasas realizado por
la O cina encargada del Informe sobre Desarro-
llo Humano se utiliza solamente el punto inicial y
el  nal. Las tasas de crecimiento de año en año se
expresan como cambios porcentuales anuales.
Notas sobre países
Salvo indicación contraria, los datos de China no
incluyen Hong Kong, China (RAE), Macao o la
Provincia China de Taiwán. En la mayoría de los
casos, los datos de Eritrea antes de 1992 se inclu-
yen en los datos de Etiopía. Los datos de Alemania
se re eren a la Alemania uni cada, a menos que se
indique otra cosa. Los datos de Indonesia incluyen
a Timor-Leste hasta 1999, salvo indicación contra-
ria. Los datos de Jordania se re eren únicamente al
Margen Oriental. Los datos económicos de Tan-
zanía cubren solamente el territorio principal. Los
datos de Sudán con frecuencia se basan en infor-
mación recopilada en la parte septentrional del país
y los datos de la República del Yemen se re eren a
ese país a partir de 1990, mientras que los datos de
os anteriores se re eren a la suma de datos de la
ex República Democrática Popular del Yemen y de
la ex República Árabe del Yemen.
Símbolos
A falta de indicaciones tales como anual, tasa anual
o tasa de crecimiento, un guión entre dos años, como
1995-2000, signi ca que los datos fueron recopila-
dos durante uno de los años señalados. Una barra
entre dos años, como 1998/2001, indica que se ha
calculado el promedio para esos os, a menos que se
indique otra cosa. Se utilizan los siguientes signos:
.. No se dispone de datos.
(.) Menos de la mitad de la
unidad indicada.
< Inferior a.
No es aplicable.
T Tot a l .
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238 INFORME SOBRE DESARROLLO HUMANO 2005
Nota sobre el cuadro 1: Acerca del Índice
de Desarrollo Humano de este año
El Índice de Desarrollo Humano (IDH) es un indi-
cador compuesto que mide los avances promedio de
un país en función de tres dimensiones básicas del
desarrollo humano, a saber: vida larga y saludable
medida según la esperanza de vida al nacer; educa-
ción medida por la tasa de alfabetización de adul-
tos y la tasa bruta combinada de matriculación en
enseñanza primaria, secundaria y terciaria; y nivel
de vida digno medido por el PIB per cápita (PPA en
US$). El índice se construye con indicadores que en
la actualidad están disponibles en todo el mundo y
utiliza una metodología a la vez simple y transpa-
rente (ver la Notacnica 1).
Si bien el concepto de desarrollo humano es
bastante más amplio de lo que es capaz de medir
cualquier índice compuesto individual, el IDH es
una alternativa seria al uso del ingreso como medida
sinóptica del bienestar humano y proporciona una
buena forma de acceder a la vasta información con-
tenida en los siguientes cuadros indicadores acerca
de los diferentes aspectos del desarrollo humano.
La disponibilidad de datos determina
los países que se incluyen en el IDH
El IDH, que en este Informe se re ere al año 2003,
incluye 175 países miembros de las Naciones Uni-
das, además de Hong Kong, China (RAE) y los
Territorios Palestinos Ocupados. Debido a la falta
de datos comparables, 16 países miembros de la
Naciones Unidas no fueron incluidos en el IDH de
este año, pero sus indicadores básicos de desarrollo
humano se presentan en el cuadro 33.
Para permitir la comparación entre países, el
IDH se calcula, en la medida de lo posible, en fun-
ción de la informacn disponible en el momento en
que se elabora el Informe y que es entregada por los
principales organismos productores de datos a nivel
internacional (ver Principales fuentes internaciona-
les de datos más adelante). Sin embargo, estos orga-
nismos no tienen los datos de algunos países para
uno o más de los cuatro componentes del IDH.
En respuesta a la aspiración de los países de ser
incluidos en el cuadro pertinente del IDH y en un
esfuerzo por incluir la mayor cantidad posible de
países miembros de las Naciones Unidas, la O cina
encargada del Informe sobre Desarrollo Humano
ha realizado gestiones especiales para conseguir
lculos de otras fuentes nacionales, regionales o
internacionales cuando los principales organismos
internacionales que proveen esta información no
disponen de ella respecto de uno o dos de los com-
ponentes del IDH de un país determinado. En muy
pocos casos, esos cálculos han sido realizados por
la propia o cina encargada del Informe y como no
se fundan en las fuentes de los principales organis-
mos internacionales, se documentan claramente en
las notas al pie de página del cuadro de indicado-
res 1. La calidad y  abilidad de estos datos suele ser
variada y por este motivo, no se incluyen en otros
cuadros de indicadores que muestran información
similar.
Principales fuentes
internacionales de datos
Esperanza de vida al nacer. Los cálculos de la espe-
ranza de vida provienen de las Perspectivas de Pobla-
ción en el Mundo, Revisión de 2004 (ONU, 2005h),
la fuente o cial de los cálculos y las proyecciones
demográ cas de la ONU, elaboradas cada dos años
por la División de Población del Departamento de
Asuntos Económicos y Sociales de las Naciones
Unidas a partir de datos de los sistemas de regis-
tro demográ co, encuestas y censos demográ cos
de los países.
En la Revisión de 2004, la División de Población
de las Naciones Unidas incorporó datos nacionales
disponibles hasta  nes de 2004. Para evaluar el im-
pacto del VIH/SIDA, se combinaron los últimos
lculos de la prevalencia del VIH preparados por el
Programa Conjunto de las Naciones Unidas sobre
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INFORME SOBRE DESARROLLO HUMANO 2005 239
el VIH/SIDA con una serie de supuestos acerca de
las tendencias demográ cas y la mortalidad tanto
de las personas infectadas como de los no infectados
en cada uno de los 60 países en los cuales se mode
explícitamente el impacto de la epidemia.
La inestable dinámica de enfermedades infec-
ciosas importantes como el VIH/SIDA implica se-
rios desafíos a la hora de realizar cálculos y proyec-
ciones demográ cas. La disponibilidad de nuevos
datos empíricos sobre la epidemia del VIH/SIDA
y las tendencias demog cas a menudo exige ajus-
tar los cálculos anteriores. Por ejemplo, si bien los
lculos más recientes sobre la prevalencia del VIH
son similares a cálculos realizados anteriormente
en la mayoría de los países, son muy inferiores en
el caso de Camerún, Côte d’Ivoire, Etiopía, Kenya,
Rwanda, Zambia y Zimbabwe y superiores para Gui-
nea Ecuatorial y Senegal. Estas diferencias, más que
re ejar cambios reales, se deben principalmente a la
reevaluación de los datos originales y los métodos de
cálculo utilizados. De igual modo, la reducción sig-
ni cativa de la esperanza de vida en algunos países
de África Subsahariana (como Botswana, Nigeria y
Santo Tomé y Príncipe) y en muchas economías en
transición (como Azerbaiyán, Kazajstán y la Fede-
ración de Rusia), se funda en datos más recientes y
precisos que implican mayores niveles de mortali-
dad que lo que se había calculado anteriormente.
Los cálculos sobre esperanza de vida publicados
por la División de Población de las Naciones Uni-
das solían corresponder a promedios quinquenales y
este año, por primera vez, la División produjo cálcu-
los y proyecciones anuales sobre esperanza de vida a
través de interpolaciones fundadas en estos prome-
dios quinquenales. El cálculo de esperanza de vida
de 2003 que se muestra en el Cuadro indicador 1
y los que sustentan el Cuadro indicador 2 provie-
nen de estos datos interpolados (UN 2005c). Para
conocer detalles sobre Perspectivas de Población en
el Mundo: Revisión de 2004 (ONU, 2005h), visite
www.un.org/esa/population/unpop.htm.
Tasa de alfabetización de adultos. Los datos sobre
alfabetización de adultos por lo general se recopi-
lan a través de censos demog cos (cada cinco o 10
os) o de encuestas por hogares de los países.
Este informe utiliza datos sobre alfabetizacn
de adultos recopilados en el estudio de abril de 2005
realizado por el Instituto de Estadísticas (UIS) de
la Organización de las Naciones Unidas para la
Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO)
(UNESCO, Instituto de Estadísticas 2005a), los
cuales combinan lculos nacionales directos con
cálculos realizadas por el UIS. Los cálculos de los
países, disponibles gracias a las acciones concerta-
das del UIS por recopilar datos recientes sobre alfa-
betización, también provienen de censos o encues-
tas nacionales realizados entre 2000 y 2004 (salvo
algunos pocos casos que se re eren al período 1995-
1999). Los cálculos del UIS, elaborados en julio de
2002, se fundan principalmente en datos naciona-
les recopilados antes de 1995. Para conocer detalles
sobre estos cálculos de alfabetización, visite www.
uis.unesco.org.
Una vez obtenidos niveles superiores de alfa-
betización, muchos países de ingresos altos dejan
de recopilar estadísticas sobre alfabetización en
los censos o encuestas por hogares nacionales y por
ello no están incluidos en los datos de la UNESCO.
Por lo tanto, para calcular el IDH de esos países, se
aplica una tasa de alfabetización de 99,0%.
Para recopilar datos sobre alfabetización, mu-
chos países calculan la cantidad de personas alfa-
betizadas sobre la base de datos informados por los
propios involucrados. Otros recurren a datos de lo-
gros educacionales como una variable substitutiva,
pero las mediciones de la asistencia escolar o de la
terminación de un curso o grado pueden variar.
Dado que las de niciones y los métodos de recopi-
lación de datos varían entre un país y otro, los cál-
culos de alfabetización deben interpretarse con la
debida prudencia.
El UIS, en colaboración con otros organismos
asociados, busca en forma activa una metodología
alternativa para medir la alfabetización a través del
llamado Programa de Evaluación y Seguimiento de
la Alfabetización (LAMP, por sus siglas en inglés).
Este programa busca trascender de las simples ca-
tegorías de alfabetizado y analfabeto y entregar in-
formación sobre un continuo de aptitudes de lecto-
escritura.
Tasa bruta combinada de matriculación en ense-
ñanza primaria, secundaria y terciaria. El Insti-
tuto de Estadísticas de la UNESCO produce tasas
brutas de matriculación a partir de datos de matri-
culación recopilados por los gobiernos nacionales
(por lo general, de fuentes administrativas) y datos
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240 INFORME SOBRE DESARROLLO HUMANO 2005
demográ cos de las Perspectivas de Población en el
Mundo: Revisión de 2002 (ONU 2003) de la Divi-
sión de Población de las Naciones Unidas. Las tasas
se calculan dividiendo la cantidad de estudiantes
matriculados en todos los niveles escolares por la
población total del grupo de edad o cial correspon-
diente a esos niveles. El grupo de edad del nivel ter-
ciario se  ja en las cinco cohortes inmediatamente
siguientes al término del ciclo superior de la ense-
ñanza secundaria en todos los países.
Por lo general, se solicita información a los paí-
ses sobre la cantidad de estudiantes matriculados a
comienzo del año académico en cada nivel de edu-
cación de acuerdo con la de nición de la Clasi ca-
ción Internacional Normalizada de la Educacn
(CINE). En 1997, se adoptó una versión revisada
de CINE, la cual generó ciertos cambios en las cla-
si caciones de los programas nacionales de educa-
ción. Sin embargo, estos cambios tienen un efecto
menor en el cálculo de las tasas brutas combinadas
de matriculación en enseñanza primaria, secundaria
y terciaria. Para conocer detalles sobre los datos de
matriculación y CINE, visite www.uis.unesco.org.
Aunque está pensada como una medida subs-
titutiva de los logros en materia de educación, esta
tasa no re eja la calidad de los resultados de la edu-
cación e incluso cuando se usa para capturar el ac-
ceso a las oportunidades educativas, puede encubrir
diferencias importantes entre los países debido a
disparidades en la escala de edades que corresponde
a un determinado nivel de educación y en la dura-
ción de los programas escolares. Por otra parte, los
factores como la repetición de cursos y las tasas de
deserción también pueden generar distorsiones en
los datos.
Hay mediciones que captan mejor los resultados
de la educación, como los años medios de escolari-
dad de una población o la esperanza de escolaridad,
y lo ideal sería que reemplazaran a las tasas brutas de
matriculación en el IDH. Sin embargo, ese tipo de
datos aún no está disponible en forma regular para
una cantidad su ciente de países.
Tal como se de ne en la actualidad, la tasa bruta
combinada de matriculacn no toma en cuenta a los
estudiantes matriculados en otros países. Los datos
actuales de muchos países pequeños, cuyos habitan-
tes acuden masivamente al extranjero a cursar estu-
dios terciarios, podrían traducirse en una subrepre-
sentación importante del acceso a la educación o del
nivel de instrucción de una población determinada
y así arrojar un valor de IDH más bajo.
PIB per cápita (PPA en US$). Para comparar el
nivel de vida entre los países es necesario convertir
las estadísticas económicas en términos de la Pari-
dad del Poder Adquisitivo (PPA) y así neutralizar
las diferencias en los niveles de precios entre los paí-
ses. El Banco Mundial aporta datos sobre el PIB per
cápita (PPP en US$) de 164 países para calcular el
IDH, los que se basan en información sobre pre-
cios de las últimas encuestas del Programa de Com-
paración Internacional (PCI) y el PIB en moneda
local proveniente de los datos de cuentas naciona-
les. La última ronda de encuestas en el marco del
PCI abarcó 118 países en los cuales la PPA se cal-
culó directamente extrapolando los resultados de
referencia más recientes. Los cálculos de los países
que no están incluidos en las encuestas de referencia
se realizaron a través de regresiones econométricas.
Por último, para los países que no pertenecen al
Banco Mundial, se usaron cálculos de la PPA pro-
vistas por las Penn World Tables de la Universidad
de Pennsylvania (Aten, Heston y Summers 2001,
2002).
En una cantidad limitada de casos para los cua-
les las dos fuentes internacionales no disponen de
lculos con ables de la PPA, la O cina encargada
del Informe sobre Desarrollo Humano trabajó en
conjunto con organismos regionales y nacionales
para obtener la cifra. A modo de ejemplo, en el caso
de Cuba se formó un equipo técnico de expertos na-
cionales e internacionales que investigó diferentes
metodologías para obtener un mejor cálculo de la
PPA. Los resultados de esta gestión se verán re eja-
dos en futuros informes.
Aun cuando se ha avanzado mucho en los de-
cenios más recientes, la actual serie de datos de la
PPA adolece de múltiples de ciencias, entre las cua-
les está la falta de cobertura universal, la oportuni-
dad de los datos y la uniformidad en la calidad de
los resultados provenientes de diferentes regiones y
países. Llenar los vacíos de cobertura de los países a
través del uso de regresiones econométricas implica
recurrir a una gran cantidad de supuestos y la ex-
trapolación en el tiempo signi ca que los resulta-
dos se tornan cada vez más inciertos a medida que
aumenta el tiempo entre el año de la encuesta de
referencia y el año en curso.
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INFORME SOBRE DESARROLLO HUMANO 2005 241
La importancia de las Paridades del Poder Ad-
quisitivo en el análisis económico acena la nece-
sidad de mejorar los datos en este sentido. Por lo
tanto, se ha acordado realizar una nueva Ronda del
Milenio del Programa de Comparación Internacio-
nal, la cual promete grandes mejoras en los datos de
la PPA para efectos de los análisis de políticas eco-
nómicas y la evaluación de la pobreza internacional.
Para conocer detalles sobre el PCI y la metodología
de la PPA, visite el sitio web del PCI en www.worl-
dbank.org/data/icp.
Comparaciones en el tiempo y
entre las ediciones del informe
El IDH es una herramienta de gran importancia
para seguir las tendencias del desarrollo humano a
través del tiempo. Con el  n de facilitar el análi-
sis de estas tendencias entre los países, el índice se
calcula en intervalos de cinco años para el período
1975 a 2003. Estos cálculos, que se presentan en el
cuadro 2, se basan en una metodología coherente y
en datos de tendencias comparables disponibles en
el momento en que se elabora el Informe. .
Puesto que los organismos internacionales que
producen información están mejorando constan-
temente sus series de datos y actualizan periódica-
mente los datos históricos, muchas veces los cambios
que sufren de año en año los valores del IDH y las
clasi caciones entre una edición y otra del Informe
sobre Desarrollo Humano se deben más a revisiones
de los datos (tanto especí cos de un país como en
relación con otros pses) que a cambios efectivos en
el país. Además, los cambios ocasionales en la cober-
tura de un país tambn pueden in uir en la clasi -
cación, incluso si la metodología usada para calcular
el IDH se mantiene constante. Como resultado de
ello, un determinado país puede bajar considera-
blemente de lugar entre dos Informes consecutivos,
pero también puede mejorar su posición cuando se
usan datos revisados y comparables para reconstruir
el valor del IDH de los últimos años.
Por estos motivos, para analizar tendencias del
IDH no se deben usar datos de ediciones diferen-
tes del Informe. El Cuadro de indicadores 2 mues-
tra datos de tendencias actualizados sobre la base
de información y metodologías coherentes. Para
conocer los valores y clasi caciones del IDH recal-
culados para el año 2002 (el año de referencia del
IDH en el Informe sobre Desarrollo Humano 2004)
a partir de datos y cobertura de países comparables
con el Informe de este año, visite http://hdr.undp.
org/statistics.
IDH para países de alto
desarrollo humano
El IDH de este Informe está construido para cote-
jar los logros comparables de los países en todos los
niveles del desarrollo humano. Los indicadores que
actualmente se usan en el Índice arrojan diferencias
muy pequeñas entre los pses de la parte superior
del IDH y, por lo tanto, la cúspide de la clasi ca-
ción del IDH suele re ejar diferencias sólo meno-
res en estos indicadores básicos. Para estos países de
ingresos altos, existe un índice alternativo, el índice
de pobreza humana (ver el Cuadro de indicadores
4), que re eja mejor el alcance de las privaciones
humanas que aún persisten entre sus habitantes y
ayuda a orientar el centro de atención de las polí-
ticas públicas.
Para conocer s detalles sobre el uso y las res-
tricciones del IDH y los indicadores que lo compo-
nen, visite http://hdr.undp.org/statistics.
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Clasifi cación según el IDH
a
Valor del
índice de
desarrollo
humano
(IDH)
Esperanza
de vida al
nacer
(años)
Tasa de al-
fabetización
de adultos
(% de personas
de 15 años
y mayores)
Tasa bruta
combinada de
matriculación
en primaria,
secundaria
y terciaria
(%)
PIB per
cápita
(PPA en US$)
Índice de
esperanza
de vida
Índice de
educación
Índice
del PIB
Clasifi cación
según PIB
per cápita
(PPA en
US$) menos
clasifi cación
según IDH
d
2003 2003 2003
b
2002/03
c
2003
Indicadores del desarrollo humano
INFORME SOBRE DESARROLLO HUMANO 2005 243
1
DESARROLLO HUMANO ALTO
1Noruega 0,963 79,4 ..
e
101
f
37.670 0,91 0,99 0,99 2
2Islandia 0,956 80,7 ..
e
96 31.243 0,93 0,98 0,96 4
3 Australia 0,955 80,3 ..
e
116
f
29.632 0,92 0,99 0,95 7
4Luxemburgo 0,949 78,5 ..
e
88
g
62.298
h
0,89 0,95 1,00 3
5Canadá 0,949 80,0 ..
e
94
i, j
30.677 0,92 0,97 0,96 2
6 Suecia 0,949 80,2 ..
e
114
f
26.750 0,92 0,99 0,93 14
7 Suiza 0,947 80,5 ..
e
90 30.552 0,93 0,96 0,96 1
8Irlanda 0,946 77,7 ..
e
93 37.738 0,88 0,97 0,99 6
9 Bélgica 0,945 78,9 ..
e
114
f
28.335 0,90 0,99 0,94 3
10 Estados Unidos 0,944 77,4 ..
e
93 37.562 0,87 0,97 0,99 6
11 Japón 0,943 82,0 ..
e
84 27.967 0,95 0,94 0,94 2
12 Países Bajos 0,943 78,4 ..
e
99 29.371 0,89 0,99 0,95 –1
13 Finlandia 0,941 78,5 ..
e
108
f
27.619 0,89 0,99 0,94 3
14 Dinamarca 0,941 77,2 ..
e
102
f
31.465 0,87 0,99 0,96 9
15 Reino Unido 0,939 78,4 ..
e
123
f, i
27.147 0,89 0,99 0,94 3
16 Francia 0,938 79,5 ..
e
92 27.677 0,91 0,97 0,94 –1
17 Austria 0,936 79,0 ..
e
89 30.094 0,90 0,96 0,95 8
18 Italia 0,934 80,1 98,5
e, k, l
87 27.119 0,92 0,95 0,94 1
19 Nueva Zelandia 0,933 79,1 ..
e
106
f
22.582 0,90 0,99 0,90 3
20 Alemania 0,930 78,7 ..
e
89 27.756 0,90 0,96 0,94 6
21 España 0,928 79,5 97,7
e, k, l
94 22.391 0,91 0,97 0,90 3
22 Hong Kong. China (RAE) 0,916 81,6 93,5
k, l
74 27.179 0,94 0,87 0,94 5
23 Israel 0,915 79,7 96,9 91 20.033 0,91 0,95 0,88 2
24 Grecia 0,912 78,3 91,0
e
92 19.954 0,89 0,97 0,88 2
25 Singapur 0,907 78,7 92,5 87
m
24.481 0,89 0,91 0,92 4
26 Eslovenia 0,904 76,4 99,7
e, k
95 19.150 0,86 0,98 0,88 4
27 Portugal 0,904 77,2 92,5
e, k, l
94 18.126 0,87 0,97 0,87 5
28 Corea. República de 0,901 77,0 97,9
e, k, l
93 17.971 0,87 0,97 0,87 6
29 Chipre 0,891 78,6 96,8 78 18.776
j
0,89 0,91 0,87 2
30 Barbados 0,878 75,0 99,7
e, k
89
j
15.720 0,83 0,96 0,84 9
31 República Checa 0,874 75,6 ..
e
80 16.357 0,84 0,93 0,85 7
32 Malta 0,867 78,4 87,9
n
79 17.633 0,89 0,85 0,86 3
33 Brunei Darussalam 0,866 76,4 92,7 74 19.210
j. o
0,86 0,86 0,88 4
34 Argentina 0,863 74,5 97,2 95 12.106 0,82 0,96 0,80 12
35 Hungría 0,862 72,7 99,3 89 14.584 0,80 0,96 0,83 5
36 Polonia 0,858 74,3 99,7
e, k, l
90 11.379 0,82 0,96 0,79 12
37 Chile 0,854 77,9 95,7 81 10.274 0,88 0,91 0,77 17
38 Estonia 0,853 71,3 99,8 92 13.539 0,77 0,97 0,82 4
39 Lituania 0,852 72,3 99,6 94 11.702 0,79 0,97 0,79 8
40 Qatar 0,849 72,8 89,2
n
82 19.844
j. p
0,80 0,87 0,88 13
41 Emiratos Árabes Unidos 0,849 78,0 77,3
k
74
i
22.420
j. q
0,88 0,76 0,90 –18
42 Eslovaquia 0,849 74,0 99,6 75 13.494 0,82 0,91 0,82 1
43 Bahrein 0,846 74,3 87,7 81 17.479
j
0,82 0,86 0,86 –7
44 Kuwait 0,844 76,9 82,9
k
74
i
18.047
q
0,87 0,80 0,87 11
45 Croacia 0,841 75,0 98,1 75 11.080 0,83 0,90 0,79 5
46 Uruguay 0,840 75,4 97,7
k
88
i
8.280 0,84 0,94 0,74 16
47 Costa Rica 0,838 78,2 95,8
k
68 9.606
q
0,89 0,87 0,76 10
48 Letonia 0,836 71,6 99,7 90 10.270 0,78 0,96 0,77 7
49 Saint Kitts y Nevis 0,834 70,0
j, m, r
97,8
j, m, r
89
i
12.404 0,75 0,95 0,80 4
50 Bahamas 0,832 69,7 95,5
k, l
77 17.159
j
0,75 0,89 0,86 –13
51 Seychelles 0,821 72,7
j, m
91,9 85 10.232
j. p
0,80 0,89 0,77 5
52 Cuba 0,817 77,3 96,9
k
80 ..
s
0,87 0,91 0,67 40
53 México 0,814 75,1 90,3 75 9.168 0,83 0,85 0,75 7
Índice de desarrollo humano
Vigilancia del desarrollo humano: ampliar las alternativas de la gente . . .
CUADRO
51334_UNDP_243_352_ACG.indd 24351334_UNDP_243_352_ACG.indd 243 8/17/05 9:49:53 PM8/17/05 9:49:53 PM
Clasifi cación según el IDH
a
Valor del
índice de
desarrollo
humano
(IDH)
Esperanza
de vida al
nacer
(años)
Tasa de al-
fabetización
de adultos
(% de personas
de 15 años
y mayores)
Tasa bruta
combinada de
matriculación
en primaria,
secundaria
y terciaria
(%)
PIB per
cápita
(PPA en US$)
Índice de
esperanza
de vida
Índice de
educación
Índice
del PIB
Clasifi cación
según PIB
per cápita
(PPA en
US$) menos
clasifi cación
según IDH
d
2003 2003 2003
b
2002/03
c
2003
Indicadores del desarrollo humano
244 INFORME SOBRE DESARROLLO HUMANO 2005
1
54 Tonga 0,810 72,2 98,9
n
83
i
6.992
q
0,79 0,93 0,71 17
55 Bulgaria 0,808 72,2 98,2 78 7.731 0,79 0,91 0,73 10
56 Panamá 0,804 74,8 91,9 79 6.854 0,83 0,88 0,71 17
57 Trinidad y Tobago 0,801 69,9 98,5
k
66
i
10.766 0,75 0,88 0,78 6
DESARROLLO HUMANO MEDIO
58 Jamahiriya Árabe Libia 0,799 73,6 81,7
k
96
i
..
j. t
0,81 0,86 0,72 9
59 Macedonia, ERY 0,797 73,8 96,1 70 6.794 0,81 0,87 0,70 16
60 Antigua y Barbuda 0,797 73,9
j, m, r
85,8
j, u
69
j, m, r
10.294 0,82 0,80 0,77 –7
61 Malasia 0,796 73,2 88,7 71 9.512 0,80 0,83 0,76 –3
62 Rusia, Federación de 0,795 65,3 99,4 90 9.230 0,67 0,96 0,76 3
63 Brasil 0,792 70,5 88,4 91 7.790 0,76 0,89 0,73 1
64 Rumania 0,792 71,3 97,3 72 7.277 0,77 0,89 0,72 4
65 Mauricio 0,791 72,2 84,3 71
i
11.287 0,79 0,80 0,79 –16
66 Granada 0,787 65,3
j, u
96,0
j, u
96 7.959 0,67 0,96 0,73 –3
67 Belarús 0,786 68,1 99,6
e, n
88 6.052 0,72 0,95 0,68 17
68 Bosnia y Herzegovina 0,786 74,2 94,6 67
v
5.967 0,82 0,86 0,68 17
69 Colombia 0,785 72,4 94,2 71 6.702
q
0,79 0,86 0,70 8
70 Dominica 0,783 75,6
j, u
88,0
j, u
75 5.448 0,84 0,84 0,67 21
71 Omán 0,781 74,1 74,4
k
63
i
13.584
j
0,82 0,71 0,82 –30
72 Albania 0,780 73,8 98,7 69 4.584 0,81 0,89 0,64 30
73 Tailandia 0,778 70,0 92,6 73
i
7.595 0,75 0,86 0,72 –7
74 Samoa (Occidental) 0,776 70,2 98,7
k
71
i
5.854
q
0,75 0,89 0,68 14
75 Venezuela 0,772 72,9 93,0 75
i
4.919 0,80 0,87 0,65 22
76 Santa Lucía 0,772 72,4 90,1 75
i
5.709 0,79 0,85 0,68 13
77 Arabia Saudita 0,772 71,8 79,4 57
i
13.226
q
0,78 0,72 0,82 33
78 Ucrania 0,766 66,1 99,4 86 5.491 0,69 0,95 0,67 12
79 Perú 0,762 70,0 87,7 87
i
5.260 0,75 0,88 0,66 14
80 Kazajstán 0,761 63,2 99,5
e, n
85 6.671 0,64 0,94 0,70 –2
81 Líbano 0,759 72,0 86,5
k, l
79
i
5.074 0,78 0,84 0,66 14
82 Ecuador 0,759 74,3 91,0 ..
w
3.641 0,82 0,86 0,60 30
83 Armenia 0,759 71,5 99,4 72 3.671 0,77 0,90 0,60 28
84 Filipinas 0,758 70,4 92,6 82 4.321 0,76 0,89 0,63 19
85 China 0,755 71,6 90,9 69 5.003
x
0,78 0,84 0,65 11
86 Suriname 0,755 69,1 88,0 73
i
..
y
0,74 0,83 0,70 –7
87 San Vicente y las Granadinas 0,755 71,1 88,1
j, u
67 6.123 0,77 0,81 0,69 5
88 Paraguay 0,755 71,0 91,6 73
i
4.684
q
0,77 0,86 0,64 13
89 Túnez 0,753 73,3 74,3 74 7.161 0,80 0,74 0,71 –20
90 Jordania 0,753 71,3 89,9 78 4.320 0,77 0,86 0,63 14
91 Belice 0,753 71,9 76,9 77
i
6.950 0,78 0,77 0,71 –19
92 Fiji 0,752 67,8 92,9
n
73
i, j
5.880 0,71 0,86 0,68 5
93 Sri Lanka 0,751 74,0 90,4
z
69
i
3.778 0,82 0,83 0,61 17
94 Turquía 0,750 68,7 88,3 68
i
6.772 0,73 0,82 0,70 18
95 República Dominicana 0,749 67,2 87,7 76
i
6.823
q
0,70 0,84 0,70 –21
96 Maldivas 0,745 66,6 97,2
k
75
i
..
j. y
0,69 0,90 0,65 2
97 Turkmenistán 0,738 62,4 98,8
n
..
w
5.938 0,62 0,91 0,68 –11
98 Jamaica 0,738 70,8 87,6
k
74
i
4.104 0,76 0,83 0,62 9
99 Irán, Rep. Islámica del 0,736 70,4 77,0 69
i
6.995 0,76 0,74 0,71 29
100 Georgia 0,732 70,5 100,0
e, z, aa
71 2.588 0,76 0,90 0,54 21
101 Azerbaiyán 0,729 66,9 98,8
n
69 3.617 0,70 0,89 0,60 12
102 Territorios Palestinos Ocupados 0,729 72,5 91,9 80
i
..
ab
0,79 0,88 0,52 26
103 Argelia 0,722 71,1 69,8 74
i
6.107
q
0,77 0,71 0,69 –20
104 El Salvador 0,722 70,9 79,7
k
68 4.781
q
0,76 0,76 0,65 5
105 Cabo Verde 0,721 70,4 75,7
k
73 5.214
q
0,76 0,75 0,66 –11
106 República Árabe Siria 0,721 73,3 82,9 62
i
3.576 0,81 0,76 0,60 8
Índice de desarrollo humano
CUADRO
51334_UNDP_243_352_ACG.indd 24451334_UNDP_243_352_ACG.indd 244 8/17/05 9:49:59 PM8/17/05 9:49:59 PM
Clasifi cación según el IDH
a
Valor del
índice de
desarrollo
humano
(IDH)
Esperanza
de vida al
nacer
(años)
Tasa de al-
fabetización
de adultos
(% de personas
de 15 años
y mayores)
Tasa bruta
combinada de
matriculación
en primaria,
secundaria
y terciaria
(%)
PIB per
cápita
(PPA en US$)
Índice de
esperanza
de vida
Índice de
educación
Índice
del PIB
Clasifi cación
según PIB
per cápita
(PPA en
US$) menos
clasifi cación
según IDH
d
2003 2003 2003
b
2002/03
c
2003
Indicadores del desarrollo humano
INFORME SOBRE DESARROLLO HUMANO 2005 245
1
107 Guyana 0,720 63,1 96,5
j, u
77
i
4.230
q
0,63 0,90 0,63 –2
108 Viet Nam 0,704 70,5 90,3
n
64
i
2.490 0,76 0,82 0,54 16
109 Kirguistán 0,702 66,8 98,7
n
82 1.751 0,70 0,93 0,48 33
110 Indonesia 0,697 66,8 87,9
k
66 3.361 0,70 0,81 0,59 5
111 Uzbekistán 0,694 66,5 99,3
e, k
76 1.744 0,69 0,91 0,48 32
112 Nicaragua 0,690 69,7 76,7 69 3.262
q
0,75 0,74 0,58 4
113 Bolivia 0,687 64,1 86,5 87
i
2.587 0,65 0,87 0,54 9
114 Mongolia 0,679 64,0 97,8 74 1.850 0,65 0,90 0,49 23
115 Moldova. Rep. de 0,671 67,7 96,2 62 1.510 0,71 0,85 0,45 33
116 Honduras 0,667 67,8 80,0 62
j
2.665
q
0,71 0,74 0,55 3
117 Guatemala 0,663 67,3 69,1 61 4.148
q
0,70 0,66 0,62 –11
118 Vanuatu 0,659 68,6 74,0
n
58 2.944
q
0,73 0,69 0,56 1
119 Egipto 0,659 69,8 55,6
n
74
i
3.950 0,75 0,62 0,61 –10
120 Sudáfrica 0,658 48,4 82,4
n
78
i
10.346
q
0,39 0,81 0,77 68
121 Guinea Ecuatorial 0,655 43,3 84,2 65
i
19.780
j. q
0,30 0,78 0,88 93
122 Tayikistán 0,652 63,6 99,5 76 1.106 0,64 0,91 0,40 36
123 Gabón 0,635 54,5 71,0
aa
74
i, j
6.397 0,49 0,72 0,69 43
124 Marruecos 0,631 69,7 50,7
k
58 4.004 0,75 0,53 0,62 –16
125 Namibia 0,627 48,3 85,0 71
i
6.180
q
0,39 0,80 0,69 44
126 Santo Tomé y Príncipe 0,604 63,0 83,1
j, m
62
i, j
1.231
j. p
0,63 0,76 0,42 27
127 India 0,602 63,3 61,0
z
60 2.892
q
0,64 0,61 0,56 9
128 Islas Salon 0,594 62,3 76,6
j, m
52 1.753
q
0,62 0,68 0,48 13
129 Myanmar 0,578 60,2 89,7 48
i
..
j. t
0,59 0,76 0,39 34
130 Camboya 0,571 56,2 73,6 59 2.078
q
0,52 0,69 0,51 3
131 Botswana 0,565 36,3 78,9
k
70
i
8.714 0,19 0,76 0,75 –70
132 Comoras 0,547 63,2 56,2
k
47
i
1.714
q
0,64 0,53 0,47 13
133 Rep. Dem. Popular Lao 0,545 54,7 68,7 61 1.759 0,49 0,66 0,48 7
134 Bhután 0,536 62,9 47,0
aa
..
w
1.969
j. p
0,63 0,48 0,50 0
135 Pakistán 0,527 63,0 48,7 35 2.097 0,63 0,44 0,51 5
136 Nepal 0,526 61,6 48,6 61 1.420 0,61 0,53 0,44 15
137 Papua Nueva Guinea 0,523 55,3 57,3 41
i
2.619
q
0,50 0,52 0,55 –17
138 Ghana 0,520 56,8 54,1 46
i
2.238
q
0,53 0,51 0,52 –11
139 Bangladesh 0,520 62,8 41,1
k
53 1.770 0,63 0,45 0,48 –1
140 Timor-Leste 0,513 55,5 58,6
m
75
j, m
..
ac
0,51 0,64 0,39 22
141 Sudán 0,512 56,4 59,0
z
38
i
1.910
q
0,52 0,52 0,49 6
142 Congo 0,512 52,0 82,8
k
47 965 0,45 0,71 0,38 23
143 Togo 0,512 54,3 53,0 66 1.696
q
0,49 0,57 0,47 3
144 Uganda 0,508 47,3 68,9
k
74
i
1.457
q
0,37 0,71 0,45 6
145 Zimbabwe 0,505 36,9 90,0
k
55
i
2.443
j
0,20 0,78 0,53 –20
DESARROLLO HUMANO BAJO
146 Madagascar 0,499 55,4 70,6 51 809 0,51 0,64 0,35 24
147 Swazilandia 0,498 32,5 79,2 60
i
4.726 0,12 0,73 0,64 47
148 Camerún 0,497 45,8 67,9 55
i
2.118 0,35 0,64 0,51 –19
149 Lesotho 0,497 36,3 81,4 66
i
2.561
q
0,19 0,76 0,54 –26
150 Djibouti 0,495 52,8 65,5
k, l
24
i
2.086
q
0,46 0,52 0,51 –18
151 Yemen 0,489 60,6 49,0
k
55
i
889 0,59 0,51 0,36 15
152 Mauritania 0,477 52,7 51,2 45
i
1.766
q
0,46 0,49 0,48 –13
153 Haití 0,475 51,6 51,9
k
..
w
1.742
q
0,44 0,50 0,48 9
154 Kenya 0,474 47,2 73,6 52
i
1.037 0,37 0,66 0,39 7
155 Gambia 0,470 55,7 37,8
k, l
48
i
1.859
q
0,51 0,41 0,49 –19
156 Guinea 0,466 53,7 41,0
aa
41
i
2.097 0,48 0,41 0,51 –26
157 Senegal 0,458 55,7 39,3 40
i
1.648 0,51 0,39 0,47 –10
158 Nigeria 0,453 43,4 66,8
k
64
i
1.050 0,31 0,66 0,39 2
159 Rwanda 0,450 43,9 64,0 55 1.268
q
0,31 0,61 0,42 –7
CUADRO
51334_UNDP_243_352_ACG.indd 24551334_UNDP_243_352_ACG.indd 245 8/17/05 9:50:01 PM8/17/05 9:50:01 PM
Clasifi cación según el IDH
a
Valor del
índice de
desarrollo
humano
(IDH)
Esperanza
de vida al
nacer
(años)
Tasa de al-
fabetización
de adultos
(% de personas
de 15 años
y mayores)
Tasa bruta
combinada de
matriculación
en primaria,
secundaria
y terciaria
(%)
PIB per
cápita
(PPA en US$)
Índice de
esperanza
de vida
Índice de
educación
Índice
del PIB
Clasifi cación
según PIB
per cápita
(PPA en
US$) menos
clasifi cación
según IDH
d
2003 2003 2003
b
2002/03
c
2003
Indicadores del desarrollo humano
246 INFORME SOBRE DESARROLLO HUMANO 2005
1
NOTAS
Las cifras totales de la columna 7 se basan en
las cifras de matriculación bruta calculadas por el
Instituto de Estadística de la Organización de las
Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la
Cultura (UNESCO) y en los datos de alfabetización
utilizados para calcular el IDH.
a La clasi cación del IDH se determina utilizando
valores del IDH con cinco decimales.
b Salvo indicación contraria, los datos se refi eren a
las cifras de alfabetización nacionales obtenidas
de los censos o encuestas realizados entre 2000 y
2004. Debido a las diferencias en las metodologías
y el período que abarcan los datos subyacentes,
las comparaciones entre países y a lo largo del
tiempo deben realizarse con la debida prudencia.
Visite www.uis.unesco.org/ev.php?ID=4930_
201&ID2=DO_TOPIC para mayores detalles.
c Salvo indicación contraria, los datos se refi eren
al año escolar 2002/03. Los datos de algunos
países pueden referirse a cálculos nacionales o del
Instituto de Estadística de la UNESCO.
d Una cifra positiva indica que la clasifi cación según
el IDH es superior a la clasifi cación según el PIB
per cápita (PPA en US$), mientras que una cifra
negativa indica lo contrario.
e Para el cálculo del IDH se aplicó un valor de 99%.
f Para el cálculo del IDH se aplicó un valor de 100%.
g Statec. 2005. Los datos se refi eren a los
estudiantes matriculados tanto en su país como en
el extranjero y por lo tanto di eren de la de nición
normalizada.
h Para el cálculo del IDH se aplicó un valor de US$
40.000 (PPA en US$).
i Cálculos preliminares del Instituto de Estadística
de la UNESCO, sujetos a revisión.
j Los datos se re eren a un año distinto del
especifi cado.
k Los datos se refi eren a cálculos elaborados por el
Instituto de Estadística de la UNESCO en julio de
2002.
l Instituto de Estadística de la UNESCO 2003a.
Los cálculos se basan en información obsoleta
de censos o encuestas por hogares y deben
interpretarse con la debida prudencia.
m Los datos provienen de fuentes nacionales.
n Los datos se refi eren a un año entre 1995 y 1999.
o Banco Mundial 2003c.
p Aten, Heston y Summers 2002. Los datos di eren
de la defi nición norMalízada.
q Cálculo basado en una regresión.
r Datos facilitados por la Secretaría de la
Organización de Estados del Caribe Oriental,
basados en fuentes nacionales.
s Hay gestiones en marcha para elaborar cálculos
más precisos y recientes (ver la Nota sobre el
Cuadro 1: Acerca del índice de desarrollo humano
de este año). Se utilizó un cálculo preliminar de
US$5.400 (PPA en US$).
t Aten, Heston y Summers 2001. Los datos di eren
de la defi nición normalizada.
u Datos facilitados por la Secretaría de la Comunidad
del Caribe, basados en fuentes nacionales.
v PNUD 2003.
w Dado que no se contaba con la tasa bruta
combinada de matriculación, se utilizaron los
siguientes cálculos de la O cina encargada del
Informe sobre Desarrollo Humano: Bhután 49%,
Ecuador 75%, Haití 48% y Turkmenistán 75%.
x El cálculo se basa en una comparación bilateral
entre China y los Estados Unidos (Ren y Kai 1995).
y Al no contar con un cálculo o cial del PIB per
pita (PPA en US$), se utilizaron cálculos
preliminares del Banco Mundial, sujetos a revisión:
US$4.798 para Maldivas y US$6.552 para
Suriname.
z Los datos se re eren a un año o período distinto al
especi cado, di eren de la defi nición normalizada
o se re eren sólo a una parte del país.
aa UNICEF 2004.
ab Al no contar con un cálculo del PIB per cápita
(PPA en US$), se utilizó el cálculo de la Ofi cina
encargada del Informe sobre Desarrollo Humano
de US$2.302, que se dedujo del valor del PIB en
US$ y el coefi ciente promedio ponderado de la
PPA en US$ – US$ en los Estados Árabes.
ac Se usó un valor estimado nacional de US$1.033
(PPA en US$).
ad Los cálculos se basan principalmente en
información sobre la parte norte de Sudán.
FUENTES
Columna 1:
cálculos basados en los datos de las
columnas 6-8; ver la Nota técnica 1 para mayores
detalles.
Columna 2: ONU 2005c, salvo que se indique lo
contrario.
Columnas 3 y 4: Instituto de Estadística de la
UNESCO 2005c, salvo que se indique lo contrario.
Columna 5: Banco Mundial 2005c, salvo indicación
contraria; las cifras totales fueron calculadas por el
Banco Mundial para la O cina encargada del Informe
sobre Desarrollo Humano.
Columna 6: cálculos basados en los datos de la
columna 2.
Columna 7: cálculos basados en los datos de las
columnas 3 y 4.
Columna 8: cálculos basados en los datos de la
columna 5.
Columna 9: cálculos basados en los datos de las
columnas 1 y 5.
160 Angola 0,445 40,8 66,8 30
i, j
2.344
q
0,26 0,54 0,53 34
161 Eritrea 0,444 53,8 56,7
k, l
35
i
849
q
0,48 0,49 0,36 7
162 Benin 0,431 54,0 33,6 55
i
1.115 0,48 0,41 0,40 5
163 Côte d’Ivoire 0,420 45,9 48,1 42
i, j
1.476 0,35 0,46 0,45 –14
164 Tanzanía, Rep. Unida de 0,418 46,0 69,4 41
i
621 0,35 0,60 0,30 11
165 Malawi 0,404 39,7 64,1
n
72
i
605 0,24 0,67 0,30 11
166 Zambia 0,394 37,5 67,9
n
48
i
877 0,21 0,61 0,36 1
167 Congo. Rep. Dem. del 0,385 43,1 65,3 28
i, j
697 0,30 0,53 0,32 6
168 Mozambique 0,379 41,9 46,5
k
43
i
1.117
q
0,28 0,45 0,40 –12
169 Burundi 0,378 43,6 58,9 35
i
648
q
0,31 0,51 0,31 5
170 Etiopía 0,367 47,6 41,5
k
36
i
711
q
0,38 0,40 0,33 1
171 República Centroafricana 0,355 39,3 48,6 31 1.089
q
0,24 0,43 0,40 12
172 Guinea-Bissau 0,348 44,7 39,6
k, l
37
i, j
711
q
0,33 0,39 0,33 –1
173 Chad 0,341 43,6 25,5 38
i
1.210
q
0,31 0,30 0,42 –19
174 Ma 0,333 47,9 19,0
n
32
i
994 0,38 0,23 0,38 10
175 Burkina Faso 0,317 47,5 12,8
n
24
i
1.174
q
0,38 0,16 0,41 20
176 Sierra Leona 0,298 40,8 29,6 45
j
548 0,26 0,35 0,28 1
177 Níger 0,281 44,4 14,4 21
i
835
q
0,32 0,17 0,35 8
Países en desarrollo 0,694 65,0 76,6 63 4.359 0,67 0,72 0,70 ..
Países menos adelantados 0,518 52,2 54,2 45 1.328 0,45 0,50 0,60 ..
Estados Árabes 0,679 67,0 64,1 62 5.685 0,70 0,61 0,72 ..
Asia Oriental y el Pacífi co 0,768 70,5 90,4 69 5.100 0,76 0,83 0,71 ..
América Latina y El Caribe 0,797 71,9 89,6 81 7.404 0,78 0,87 0,74 ..
Asia Meridional 0,628 63,4 58,9 56 2.897 0,64 0,58 0,67 ..
África Subsahariana 0,515 46,1 61,3 50 1.856 0,35 0,56 0,63 ..
Europa Central y Oriental y la CEI 0,802 68,1 99,2 83 7.939 0,72 0,94 0,75 ..
OCDE 0,892 77,7 .. 89 25.915 0,88 0,95 0,85 ..
Países de la OCDE de ingresos altos 0,911 78,9 .. 95 30.181 0,90 0,98 0,86 ..
Desarrollo humano alto 0,895 78,0 .. 91 25.665 0,88 0,96 0,85 ..
Desarrollo humano medio 0,718 67,2 79,4 66 4.474 0,70 0,75 0,70 ..
Desarrollo humano bajo 0,486 46,0 57,5 46 1.046 0,35 0,53 0,58 ..
Ingresos altos 0,910 78,8 .. 94 29.898 0,90 0,97 0,86 ..
Ingresos medios 0,774 70,3 89,6 73 6.104 0,75 0,84 0,73 ..
Ingresos bajos 0,593 58,4 60,8 54 2.168 0,56 0,58 0,64 ..
Total mundial 0,741 67,1 .. 67 8.229 0,70 0,77 0,75 ..
Índice de desarrollo humano
CUADRO
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Clasifi cación según el IDH 1975 1980 1985 1990 1995 2000 2003
Indicadores del desarrollo humano
INFORME SOBRE DESARROLLO HUMANO 2005 247
2
DESARROLLO HUMANO ALTO
1 Noruega 0,868 0,888 0,898 0,912 0,936 0,956 0,963
2 Islandia 0,863 0,886 0,896 0,915 0,919 0,943 0,956
3 Australia 0,848 0,866 0,879 0,893 0,933 0,960 0,955
4 Luxemburgo 0,840 0,851 0,858 0,884 0,911 0,929 0,949
5 Canadá 0,869 0,886 0,909 0,929 0,934 .. 0,949
6 Suecia 0,864 0,874 0,886 0,897 0,929 0,958 0,949
7 Suiza 0,879 0,890 0,896 0,910 0,921 0,940 0,947
8 Irlanda 0,811 0,826 0,845 0,870 0,894 0,929 0,946
9 Bélgica 0,846 0,863 0,878 0,899 0,929 0,949 0,945
10 Estados Unidos 0,867 0,887 0,901 0,916 0,929 0,938 0,944
11 Japón 0,857 0,882 0,895 0,911 0,925 0,936 0,943
12 Países Bajos 0,867 0,879 0,893 0,908 0,928 0,939 0,943
13 Finlandiaia 0,841 0,861 0,879 0,901 0,914 0,940 0,941
14 Dinamarca 0,874 0,882 0,890 0,898 0,913 0,932 0,941
15 Reino Unido 0,845 0,854 0,863 0,883 0,921 0,948 0,939
16 Francia 0,853 0,869 0,881 0,903 0,921 0,932 0,938
17 Austria 0,843 0,858 0,871 0,894 0,914 0,933 0,936
18 Italia 0,842 0,858 0,866 0,889 0,907 0,921 0,934
19 Nueva Zelandia 0,848 0,854 0,868 0,875 0,905 0,924 0,933
20 Alemania .. 0,861 0,869 0,888 0,913 0,927 0,930
21 España 0,837 0,854 0,868 0,886 0,904 0,918 0,928
22 Hong Kong, China (RAE) 0,761 0,800 0,827 0,862 0,882 .. 0,916
23 Israel 0,795 0,819 0,840 0,858 0,880 0,909 0,915
24 Grecia 0,835 0,850 0,864 0,872 0,876 0,895 0,912
25 Singapur 0,725 0,761 0,784 0,822 0,861 .. 0,907
26Eslovenia ........0,8530,8840,904
27 Portugal 0,787 0,802 0,826 0,849 0,878 0,898 0,904
28 Corea, República de 0,707 0,741 0,780 0,818 0,855 0,884 0,901
29 Chipre .. 0,793 0,813 0,836 0,858 0,883 0,891
30 Barbados 0,805 0,828 0,839 0,850 0,852 0,877 0,878
31República Checa ........0,8430,8570,874
32 Malta 0,727 0,764 0,791 0,825 0,852 0,874 0,867
33 Brunei Darussalam .. .. .. .. .. .. 0,866
34 Argentina 0,784 0,799 0,808 0,810 0,833 0,856 0,863
35 Hungría 0,779 0,795 0,808 0,807 0,812 0,843 0,862
36Polonia ......0,8030,8160,8450,858
37 Chile 0,704 0,739 0,763 0,785 0,816 0,843 0,854
38Estonia ......0,8140,7950,8330,853
39 Lituania .. .. .. 0,823 0,787 0,828 0,852
40Qatar ............0,849
41 Emiratos Árabes Unidos 0,734 0,769 0,787 0,812 0,814 .. 0,849
42 Eslovaquia .. .. .. .. .. .. 0,849
43 Bahrein .. 0,747 0,780 0,809 0,826 0,838 0,846
44 Kuwait 0,763 0,777 0,780 .. 0,813 0,837 0,844
45 Croacia .. .. .. 0,806 0,799 0,826 0,841
46 Uruguay 0,759 0,780 0,787 0,804 0,817 .. 0,840
47 Costa Rica 0,746 0,772 0,776 0,792 0,811 0,832 0,838
48 Letonia .. 0,792 0,805 0,799 0,765 0,812 0,836
49Saint Kitts y Nevis ............0,834
50 Bahamas .. 0,809 0,819 0,821 0,810 .. 0,832
51 Seychelles .. .. .. .. .. .. 0,821
52 Cuba .. .. .. .. .. .. 0,817
53 México 0,689 0,735 0,755 0,764 0,782 0,809 0,814
Tendencias del índice de desarrollo humano
Vigilancia del desarrollo humano: ampliar las alternativas de la gente . . .
CUADRO
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Clasifi cación según el IDH 1975 1980 1985 1990 1995 2000 2003
Indicadores del desarrollo humano
248 INFORME SOBRE DESARROLLO HUMANO 2005
2
54Tonga ............0,810
55 Bulgaria .. 0,769 0,789 0,795 0,784 0,795 0,808
56 Panamá 0,710 0,737 0,747 0,749 0,772 0,794 0,804
57 Trinidad y Tobago 0,749 0,781 0,788 0,792 0,789 0,800 0,801
DESARROLLO HUMANO MEDIO
58Jamahiriya Árabe Libia ............0,799
59Macedonia, ERY ............0,797
60Antigua y Barbuda ............0,797
61 Malasia 0,615 0,659 0,695 0,721 0,760 0,790 0,796
62 Rusia, Federación de .. .. .. 0,817 0,770 .. 0,795
63 Brasil 0,645 0,682 0,698 0,719 0,747 0,783 0,792
64Rumania ......0,7720,7680,7730,792
65 Mauricio .. 0,659 0,690 0,724 0,747 0,776 0,791
66Granada ............0,787
67Belarús ......0,7870,7510,7740,786
68Bosnia y Herzegovina ............0,786
69 Colombia 0,662 0,691 0,708 0,727 0,752 0,773 0,785
70 Dominica .. .. .. .. .. .. 0,783
71 Omán 0,494 0,547 0,641 0,699 0,738 0,769 0,781
72 Albania .. .. 0,693 0,703 0,702 0,736 0,780
73 Tailandia 0,614 0,652 0,678 0,714 0,749 .. 0,778
74 Samoa (Occidental) .. .. 0,723 0,732 0,742 0,763 0,776
75 Venezuela 0,718 0,732 0,740 0,759 0,767 0,772 0,772
76Santa Lucía ............0,772
77 Arabia Saudita 0,603 0,659 0,673 0,708 0,741 0,762 0,772
78Ucrania ......0,7990,7470,7540,766
79 Perú 0,643 0,674 0,698 0,707 0,734 .. 0,762
80 Kazajstán .. .. .. 0,767 0,721 0,731 0,761
81 Líbano .. .. .. 0,677 0,727 0,742 0,759
82 Ecuador 0,630 0,674 0,698 0,715 0,730 .. 0,759
83 Armenia .. .. .. 0,737 0,698 0,735 0,759
84 Filipinas 0,654 0,687 0,693 0,720 0,736 .. 0,758
85 China 0,525 0,558 0,594 0,627 0,683 .. 0,755
86 Suriname .. .. .. .. .. .. 0,755
87 San Vicente y las Granadinas .. .. .. .. .. .. 0,755
88 Paraguay 0,668 0,702 0,709 0,720 0,739 0,753 0,755
89 Túnez 0,514 0,570 0,622 0,657 0,698 0,738 0,753
90 Jordania .. 0,641 0,664 0,683 0,708 0,742 0,753
91 Belice .. 0,707 0,717 0,747 0,768 0,779 0,753
92 Fiji 0,663 0,686 0,702 0,724 0,741 .. 0,752
93 Sri Lanka 0,607 0,649 0,681 0,705 0,727 .. 0,751
94 Turquía 0,587 0,610 0,646 0,678 0,709 .. 0,750
95 República Dominicana 0,619 0,650 0,672 0,679 0,700 0,732 0,749
96 Maldivas .. .. .. .. .. .. 0,745
97 Turkmenistán .. .. .. .. .. .. 0,738
98 Jamaica 0,688 0,696 0,699 0,719 0,723 0,730 0,738
99 Irán, Rep. Islámica del 0,566 0,570 0,610 0,650 0,694 0,721 0,736
100 Georgia .. .. .. .. .. .. 0,732
101Azerbaiyán ............0,729
102 Territorios Palestinos Ocupados .. .. .. .. .. .. 0,729
103 Argelia 0,506 0,558 0,610 0,649 0,671 .. 0,722
104 El Salvador 0,592 0,588 0,609 0,650 0,689 0,715 0,722
105Cabo Verde ......0,6250,677..0,721
106 República Árabe Siria 0,540 0,587 0,623 0,646 0,672 0,692 0,721
Tendencias del índice de desarrollo humano
CUADRO
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Clasifi cación según el IDH 1975 1980 1985 1990 1995 2000 2003
Indicadores del desarrollo humano
INFORME SOBRE DESARROLLO HUMANO 2005 249
2
107 Guyana 0,678 0,684 0,677 0,683 0,685 0,714 0,720
108Viet Nam ......0,6170,6600,6950,704
109Kirguistán ............0,702
110 Indonesia 0,468 0,530 0,583 0,625 0,663 0,680 0,697
111 Uzbekistán .. .. .. .. 0,679 .. 0,694
112 Nicaragua 0,587 0,596 0,604 0,610 0,641 0,659 0,690
113 Bolivia 0,512 0,549 0,580 0,604 0,636 0,672 0,687
114 Mongolia .. .. 0,668 0,673 0,633 0,657 0,679
115 Moldova, Rep. de .. .. .. 0,739 0,682 0,665 0,671
116 Honduras 0,518 0,569 0,601 0,623 0,640 .. 0,667
117 Guatemala 0,512 0,546 0,562 0,586 0,617 0,650 0,663
118 Vanuatu .. .. .. .. .. .. 0,659
119 Egipto 0,439 0,487 0,540 0,579 0,611 .. 0,659
120 Sudáfrica 0,655 0,674 0,702 0,735 0,742 0,696 0,658
121 Guinea Ecuatorial .. .. 0,483 0,500 0,518 0,641 0,655
122 Tayikistán .. .. 0,699 0,696 0,629 0,630 0,652
123 Gabón .. .. .. .. .. .. 0,635
124 Marruecos 0,429 0,478 0,515 0,548 0,579 0,610 0,631
125 Namibia .. .. .. .. 0,693 0,649 0,627
126 Santo Tomé y Príncipe .. .. .. .. .. .. 0,604
127 India 0,412 0,438 0,476 0,513 0,546 0,577 0,602
128Islas Salomón ............0,594
129 Myanmar .. .. .. .. .. .. 0,578
130 Camboya .. .. .. .. 0,533 0,541 0,571
131 Botswana 0,503 0,577 0,638 0,681 0,659 0,596 0,565
132 Comoras .. 0,480 0,498 0,504 0,517 0,533 0,547
133 Rep. Dem. Popular Lao .. .. 0,423 0,450 0,487 0,522 0,545
134Bhután ............0,536
135 Pakistán 0,363 0,386 0,419 0,462 0,492 .. 0,527
136 Nepal 0,296 0,333 0,376 0,423 0,466 0,499 0,526
137 Papua Nueva Guinea 0,425 0,445 0,467 0,481 0,515 0,529 0,523
138 Ghana 0,439 0,468 0,482 0,511 0,531 0,556 0,520
139 Bangladesh 0,345 0,364 0,389 0,419 0,452 0,506 0,520
140 Timor-Leste .. .. .. .. .. .. 0,513
141 Sudán 0,349 0,376 0,396 0,428 0,465 0,500 0,512
142 Congo 0,452 0,499 0,540 0,526 0,531 .. 0,512
143 Togo 0,423 0,475 0,474 0,500 0,510 0,519 0,512
144 Uganda .. .. 0,412 0,409 0,412 0,474 0,508
145 Zimbabwe 0,546 0,574 0,640 0,637 0,589 0,527 0,505
DESARROLLO HUMANO BAJO
146 Madagascar 0,400 0,437 0,436 0,446 0,458 .. 0,499
147 Swazilandia 0,530 0,562 0,584 0,624 0,603 0,534 0,498
148 Camerún 0,416 0,463 0,505 0,514 0,494 0,500 0,497
149 Lesotho 0,461 0,510 0,534 0,571 0,573 0,520 0,497
150Djibouti ........0,4770,4870,495
151Yemen ......0,3930,4360,4700,489
152 Mauritania 0,340 0,363 0,384 0,388 0,424 0,444 0,477
153 Haití .. 0,449 0,458 0,446 0,450 .. 0,475
154 Kenya 0,461 0,509 0,530 0,546 0,524 0,499 0,474
155 Gambia 0,284 .. .. .. 0,424 0,457 0,470
156 Guinea .. .. .. .. .. .. 0,466
157 Senegal 0,311 0,339 0,375 0,403 0,421 0,444 0,458
158 Nigeria 0,318 0,376 0,386 0,406 0,418 .. 0,453
159 Rwanda 0,342 0,388 0,401 0,340 0,335 0,435 0,450
CUADRO
51334_UNDP_243_352_ACG.indd 24951334_UNDP_243_352_ACG.indd 249 8/17/05 9:50:08 PM8/17/05 9:50:08 PM
Clasifi cación según el IDH 1975 1980 1985 1990 1995 2000 2003
Indicadores del desarrollo humano
250 INFORME SOBRE DESARROLLO HUMANO 2005
2
NOTAS
Aunque los valores del índice de Desarrollo
Humano proporcionados en este cuadro se
obtuvieron utilizando una metodología y series de
datos coherentes, en rigor no se pueden comparar
con los valores proporcionados en anteriores
Informes sobre Desarrollo Humano. Para un análisis
detallado, ver la Nota del Cuadro 1: Acerca del
índice de desarrollo humano de este año.
FUENTES
Columna 16:
cálculos basados en datos relativos
a la esperanza de vida de la ONU 2005c; datos sobre
las tasas de alfabetización de adultos del Instituto de
Estadística de la UNESCO 1999, 2005c y los datos
relativos al PIB per cápita (PPA en US$ de 2000) y
al PIB per cápita (PPA en US$) del Banco Mundial
2005c.
Columna 7: columna 1 del Cuadro de indicadores 1.
160Angola ............0,445
161 Eritrea .. .. .. .. 0,409 0,428 0,444
162 Benin 0,304 0,336 0,362 0,368 0,395 0,422 0,431
163 Côte d’Ivoire 0,409 0,441 0,448 0,442 0,427 0,428 0,420
164 Tanzanía, Rep. Unida de .. .. .. 0,435 0,422 0,416 0,418
165 Malawi 0,320 0,351 0,362 0,371 0,412 0,402 0,404
166 Zambia 0,468 0,475 0,484 0,462 0,424 0,409 0,394
167 Congo, Rep. Dem. del 0,414 0,423 0,431 0,422 0,393 .. 0,385
168 Mozambique .. 0,299 0,287 0,311 0,328 0,360 0,379
169 Burundi 0,285 0,311 0,345 0,353 0,324 .. 0,378
170 Etiopía .. .. 0,291 0,311 0,323 0,352 0,367
171 República Centroafricana 0,343 0,364 0,386 0,383 0,367 .. 0,355
172 Guinea-Bissau 0,255 0,262 0,283 0,313 0,341 0,353 0,348
173 Chad 0,269 0,271 0,311 0,335 0,344 0,359 0,341
174 Malí 0,230 0,256 0,263 0,283 0,307 0,330 0,333
175 Burkina Faso 0,253 0,273 0,297 0,305 0,311 0,328 0,317
176Sierra Leona ............0,298
177 Níger 0,236 0,252 0,242 0,249 0,256 0,271 0,281
Tendencias del índice de desarrollo humano
CUADRO
51334_UNDP_243_352_ACG.indd 25051334_UNDP_243_352_ACG.indd 250 8/17/05 9:50:10 PM8/17/05 9:50:10 PM
Clasifi cación según el IDH
Índice de pobreza
humana (IPH-1)
Probabilidad
al nacer de
no sobrevivir
hasta los
40 años de
edad
a, †
(% de cohorte)
2000–05
Tasa de
analfabe-
tismo de
adultos
b, †
(% de perso-
nas de 15 años
y mayores)
2003
Población
sin acceso
sostenible a
fuente de agua
mejorada
(%)
2002
ODM
Niños con
peso inferior
a la media
para su edad
(% menores
de 5 años)
1995–2003
c
ODM
Población bajo el umbral de
pobreza de ingresos
(%)
Clasifi cación
según el IPH-1
menos clasifi -
cación según
pobreza de
ingresos
d
US$1 diario
19902003
c
US$2 diarios
19902003
c
Umbral de la po-
breza nacional
19902002
c
Clasifi -
cación
Valor
(%)
Indicadores del desarrollo humano
INFORME SOBRE DESARROLLO HUMANO 2005 251
3
HIGH HUMAN DEVELOPMENT
22 Hong Kong, China (RAE) .. .. 1,5 6,5
e, f
.. .. .. .. .. ..
25 Singapur 6 6,3 1,8 7,5 0
g
14
h
.. .. .. ..
28 Corea, República de .. .. 2,7 2,1
e, f
8..<2<2.. ..
29 Chipre .. .. 2,8 3,2 0 .. .. .. .. ..
30 Barbados 4 4,5 6,3 0,3
e
06
h
.. .. .. ..
33 Brunei Darussalam .. .. 2,8 7,3 .. .. .. .. .. ..
34 Argentina .. .. 5,0 2,8 .. 5 3,3 14,3 .. ..
37 Chile 2 3,7 3,5 4,3 5 1 <2 9,6 17,0 1
40 Qatar 10 7,8 4,7 10,8 0 6 .. .. .. ..
41 Emiratos Árabes Unidos .. .. 2,2 22,7
e
.. 14 .. .. .. ..
43 Bahrein .. .. 3,8 12,3 .. 9 .. .. .. ..
44 Kuwait .. .. 2,5 17,1
e
.. 10 .. .. .. ..
46 Uruguay 1 3,6 4,4 2,3
e
25<23,9,, 0
47 Costa Rica 3 4,0 3,7 4,2
e
352,09,522,010
49 Saint Kitts y Nevis .. .. .. .. 1 .. .. .. .. ..
50 Bahamas .. .. 13,4 4,5
e, f
3.. ...... ..
51 Seychelles .. .. .. 8,1 13 6
h
.. .. .. ..
52 Cuba 5 4,8 3,2 3,1
e
9 4 .. .. .. ..
53 xico 13 8,4 6,0 9,7 9 8 9,9 26,3 10,1
j
–13
54 Tonga .. .. 5,0 1,1
i
0.. ...... ..
56 Panamá 9 7,7 6,8 8,1 9 7 7, 2 17,6 37,3 10
57 Trinidad y Tobago 15 8,8 11,6 1,5
e
97
h
12,4 39,0 21,0 –14
DESARROLLO HUMANO MEDIO
58 Jamahiriya Árabe Libia 33 15,3 4,2 18,3
e
28 5 .. .. .. ..
60 Antigua y Barbuda .. .. .. .. 9 10
h
.. .. .. ..
61 Malasia 16 8,9 4,3 11,3 5 12 <2 9,3 15,5
j
9
63 Brasil 20 10,3 10,3 11,6 11 6 8,2 22,4 17,4 5
65 Mauricio 24 11,4 5,0 15,7 0 15 .. .. 10,6 ..
66 Granada .. .. .. .. 5 .. .. .. .. ..
69 Colombia 8 7,4 8,3 5,8 8 7 8,2 22,6 64,0 15
70 Dominica .. .. .. .. 3 5
h
.. .. .. ..
71 Omán 46 21,1 3,9 25,6
e
21 24 .. .. .. ..
73 Tailandia 28 12,8 9,9 7,4 15 19
h
<2 32,5 13,1 18
74 Samoa (Occidental) .. .. 6,5 1,3
e
12 .. .. .. .. ..
75 Venezuela 14 8,8 8,2 7,0 17 4 15,0 32,0 31,3
j
–19
76 Santa Lucía 12 8,3 5,9 9,9 2 14
h
.. .. .. ..
77 Arabia Saudita 32 14,9 5,8 20,6 5
g
14 .. .. .. ..
79 Perú 26 12,0 10,3 12,3 19 7 18,1 37,7 49,0 –17
81 Líbano 18 9,6 5,7 13,5
e, f
0 3 .. .. .. ..
82 Ecuador 22 10,6 8,6 9,0 14 12 17,7 40,8 35,0 –18
84 Filipinas 35 16,3 7,2 7,4 15 31 14,6 46,4 36,8 4
85 China 27 12,3 6,9 9,1 23 10 16,6 46,7 4,6 –13
86 Suriname 23 10,9 10,1 12,0 8 13 .. .. .. ..
87 San Vicente y las Granadinas .. .. 6,6 .. .. .. .. .. .. ..
88 Paraguay 17 9,4 8,1 8,4 17 5 16,4 33,2 21,8 19
89 Túnez 43 18,3 4,7 25,7 18 4 <2 6,6 7,6 27
90 Jordania 11 8,1 6,4 10,1 9 4 <2 7,4 11,7 5
91 Belice 38 16,7 10,6 23,1 9 6
h
.. .. .. ..
92 Fiji 49 21,3 7,0 7,1
i
53
g
8
h
.. .. .. ..
93 Sri Lanka 42 18,0 4,3 9,6
h
22 29 7,6 50,7 25,0 10
94 Turqa 19 9,7 8,9 11,7 7 8 <2 10,3 ,, 11
95 República Dominicana 25 11,8 14,1 12,3 7 5 <2 <2 28,6 15
96 Maldivas 37 16,6 11,4 2,8
e
16 30 .. .. .. ..
Pobreza humana y de ingresos: países en desarrollo
Vigilancia del desarrollo humano: ampliar las alternativas de la gente . . .
CUADRO
51334_UNDP_243_352_ACG.indd 25151334_UNDP_243_352_ACG.indd 251 8/17/05 9:50:11 PM8/17/05 9:50:11 PM
Clasifi cación según el IDH
Índice de pobreza
humana (IPH-1)
Probabilidad
al nacer de
no sobrevivir
hasta los
40 años de
edad
a, †
(% de cohorte)
2000–05
Tasa de
analfabe-
tismo de
adultos
b, †
(% de perso-
nas de 15 años
y mayores)
2003
Población
sin acceso
sostenible a
fuente de agua
mejorada
(%)
2002
ODM
Niños con
peso inferior
a la media
para su edad
(% menores
de 5 años)
1995–2003
c
ODM
Población bajo el umbral de
pobreza de ingresos
(%)
Clasifi cación
según el IPH-1
menos clasifi -
cación según
pobreza de
ingresos
d
US$1 diario
19902003
c
US$2 diarios
19902003
c
Umbral de la po-
breza nacional
19902002
c
Clasifi -
cación
Valor
(%)
Indicadores del desarrollo humano
252 INFORME SOBRE DESARROLLO HUMANO 2005
3
98 Jamaica 21 10,5 11,3 12,4
e
74<213,318,713
99 Irán, Rep. Islámica del 36 16,4 7,2 23,0 7 11 <2 7,3 .. 22
102 Territorios Palestinos Ocupados 7 6,5 5,3 8,1 6 4 .. .. .. ..
103 Argelia 48 21,3 7,8 30,2 13 6 <2 15,1 12,2 29
104 El Salvador 34 15,9 9,9 20,3
e
18 10 31,1 58,0 48,3 23
105 Cabo Verde 45 18,7 7,6 24,3
e
20 14
h
.. .. .. ..
106 República Árabe Siria 29 13,8 4,6 17,1 21 7 .. .. .. ..
107 Guyana 31 14,8 18,2 1,4
k, l
17 14 .. .. 35,0 ..
108 Viet Nam 47 21,2 9,4 9,7
i
27 33 .. .. 50,9 ..
110 Indonesia 41 17,8 11,2 12,1
e
22 26 7,5 52,4 27,1 10
112 Nicaragua 40 17,7 10,1 23,3 19 10 45,1 79,9 47,9 30
113 Bolivia 30 13,9 16,0 13,5 15 8 14,4 34,3 62,7 –5
114 Mongolia 44 18,5 13,3 2,2 38 13 27,0 74,9 36,3 14
116 Honduras 39 16,9 15,8 20,0 10 17 20,7 44,0 53,0 –12
117 Guatemala 51 22,9 15,9 30,9 5 23 16,0 37,4 56,2 2
118 Vanuatu 52 24,7 8,9 26,0
i
40 20
h
.. .. .. ..
119 Egipto 55 30,9 7,8 44,4
i
2 9 3,1 43,9 16,7 18
120 Sudáfrica 56 30,9 43,3 17,6
i
13 12 10,7 34,1 .. 12
121 Guinea Ecuatorial 71 38,1 47,7 15,8 56 19 .. .. .. ..
123 Gabón .. .. 32,6 .. 13 12 .. .. .. ..
124 Marruecos 61 34,5 8,6 49,3
e
20 9 <2 14,3 19,0 35
125 Namibia 60 33,0 45,4 15,0 20 24 34,9 55,8 .. 12
126 Santo Tomé y Príncipe .. .. 17,1 .. 21 13 .. .. .. ..
127 India 58 31,3 16,6 39,0 14 47 34,7 79,9 28,6 –12
128 Islas Salon .. .. 14,1 .. 30 21
h
.. .. .. ..
129 Myanmar 50 21,9 21,2 10,3 20 35 .. .. .. ..
130 Camboya 81 41,3 28,3 26,4 66 45 34,1 77,7 36,1 5
131 Botswana 94 48,4 69,1 21,1
e
51323,550,1 .. 22
132 Comoras 57 31,2 15,5 43,8
e
625 .. .. .. ..
133 Rep. Dem. Popular Lao 72 38,2 28,0 31,3 57 40 26,3 73,2 38,6 2
134 Bhután .. .. 18,0 .. 38 19 .. .. .. ..
135 Pakistán 68 37,1 16,1 51,3 10 38 13,4 65,6 32,6 18
136 Nepal 74 38,7 17,6 51,4 16 48 37,7 82,5 42,0 5
137 Papua Nueva Guinea 78 40,5 22,4 42,7 61 35
h
.. .. 37,5 ..
138 Ghana 62 35,1 27,7 45,9 21 25 44,8 78,5 39,5 –16
139 Bangladesh 86 44,1 15,9 58,9
e
25 48 36,0 82,8 49,8 5
140 Timor-Leste .. .. 25,5 .. 48 43 .. .. .. ..
141 Sudán 59 32,4 27,0 41,0
h
31 17 .. .. .. ..
142 Congo 54 30,1 33,6 17,2
e
54 14 .. .. .. ..
143 Togo 76 39,5 31,0 47,0 49 25 .. .. 32,3
j
..
144 Uganda 66 36,0 41,6 31,1
e
44 23 .. .. 55,0 ..
145 Zimbabwe 89 45,9 65,9 10,0
e
17 13 56,1 83,0 34,9 –1
DESARROLLO HUMANO BAJO
146 Madagascar 63 35,3 27,8 29,4 55 33 61,0 85,1 71,3 –23
147 Swazilandia 97 52,9 74,3 20,8 48 10 .. .. 40,0 ..
148 Camerún 67 36,2 43,9 32,1 37 21 17,1 50,6 40,2 9
149 Lesotho 91 47,6 67,6 18,6 24 18 36,4 56,1 49,2 9
150 Djibouti 53 29,5 30,6 34,5
e, f
20 18 .. .. 45,1 ..
151 Yemen 77 40,3 18,8 51,0
e
31 46 15,7 45,2 41,8 19
152 Mauritania 79 40,5 30,5 48,8 44 32 25,9 63,1 46,3 9
153 Haití 70 38,0 34,4 48,1
e
29 17 .. .. 65,0
j
..
154 Kenya 64 35,4 44,8 26,4 38 20 22,8 58,3 42,0 2
155 Gambia 88 44,7 27,8 62,2
e, f
18 17 59,3 82,9 64,0 5
156 Guinea .. .. 30.0 .. 49 23 .. .. 40,0 ..
Pobreza humana y de ingresos: países en desarrollo
CUADRO
51334_UNDP_243_352_ACG.indd 25251334_UNDP_243_352_ACG.indd 252 8/17/05 9:50:13 PM8/17/05 9:50:13 PM
Clasifi cación según el IDH
Índice de pobreza
humana (IPH-1)
Probabilidad
al nacer de
no sobrevivir
hasta los
40 años de
edad
a, †
(% de cohorte)
2000–05
Tasa de
analfabe-
tismo de
adultos
b, †
(% de perso-
nas de 15 años
y mayores)
2003
Población
sin acceso
sostenible a
fuente de agua
mejorada
(%)
2002
ODM
Niños con
peso inferior
a la media
para su edad
(% menores
de 5 años)
1995–2003
c
ODM
Población bajo el umbral de
pobreza de ingresos
(%)
Clasifi cación
según el IPH-1
menos clasifi -
cación según
pobreza de
ingresos
d
US$1 diario
19902003
c
US$2 diarios
19902003
c
Umbral de la po-
breza nacional
19902002
c
Clasifi -
cación
Valor
(%)
Indicadores del desarrollo humano
INFORME SOBRE DESARROLLO HUMANO 2005 253
NOTAS
Señala los indicadores utilizados para calcular el
índice de pobreza humana (IPH-1). Para mayores
detalles, ver la Nota técnica 1.
a Los datos se refi eren a la probabilidad al nacer de
no sobrevivir hasta los 40 años de edad, multiplica-
do por 100.
b Salvo indicación contraria, los datos se refi eren a
las cifras de alfabetización de los países obtenidas
de los censos o encuestas realizados entre 2000 y
2004. Debido a las diferencias en las metodologías
y el período que abarcan los datos subyacentes,
las comparaciones entre países y a lo largo del
tiempo deben realizarse con la debida prudencia.
Visite www.uis.unesco.org/ev.php?ID=4930_
201&ID2=DO_TOPIC para mayores detalles.
c Los datos se re eren al año más reciente disponible
durante el período indicado.
d La pobreza de ingresos se refi ere al porcentaje de la
población que vive con menos de US$1 al día. Todos
los países que tienen una tasa de pobreza de ingre-
sos inferior al 2% recibieron la misma clasifi cación.
Las clasifi caciones se basan en los países para los
cuales se dispone de datos para ambos indicadores.
Una cifra positiva indica que el país tiene mejores
resultados en el ámbito de la pobreza de ingresos
que en el ámbito de la pobreza humana, mientras
que una cifra negativa indica lo contrario.
e Los cálculos fueron elaborados por el Instituto de
Estadística de la Organización de las Naciones
Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura en
julio de 2002.
f Los cálculos se basan en información obsoleta de
censos o encuestas por hogares y deben interpre-
tarse con la debida prudencia.
g UNICEF 2004.Los datos se refi eren al año 2000.
h UNICEF 2004. Los datos se re eren a un año o
período distinto al especi cado, difi eren de la
de nición normalizada o se refi eren sólo a una
parte del país.
i Los datos se refi eren a un año entre 1995 y 1999.
j Los datos se refi eren a un período distinto del
especifi cado.
k Los datos se refi eren a un año distinto del especi -
cado.
l Datos facilitados por la Secretaría de la Comunidad
del Caribe, basados en fuentes nacionales.
FUENTES
Columna 1:
determinación basada en los valores del
IPH-1 de la columna 2.
Columna 2: cálculos basados en los datos de las
columnas 3-6, ver la Nota Técnica 1 para mayores
detalles.
Columna 3: ONU 2005h.
Columna 4: cálculos basados en los datos de la
tasa de alfabetización de adultos del Instituto de
Estadística de la UNESCO 2005a.
Columnas 5 y 6: ONU 2005f.
Columnas 79: Banco Mundial 2005c.
Columna 10: cálculos basados en los datos de las
columnas 1 y 7.
157 Senegal 87 44,2 26,6 60,7 28 23 26,3 67,8 33,4 14
158 Nigeria 75 38,8 46,0 33,2
e
40 29 70,2 90,8 34,1 19
159 Rwanda 69 37,7 45,5 36,0 27 27 51,7 83,7 51,2 –13
160 Angola 83 41,5 48,1 33,2 50 31 .. .. .. ..
161 Eritrea 73 38,7 27,6 43,3
e, f
43 40 .. .. 53,0 ..
162 Benin 95 48,4 30,0 66,4 32 23 .. .. 33,0 ..
163 Côte d’Ivoire 84 41,9 42,3 51,9 16 21 10,8 38,4 36,8 29
164 Tanzanía, Rep. Unida de 65 35,8 44,4 30,6 27 29 19,9 59,7 35,7 5
165 Malawi 85 43,4 56,3 35,9
i
33 22 41,7 76,1 65,3 0
166 Zambia 90 46,4 60,1 32,1
i
45 28 63,7 87,4 72,9 6
167 Congo, Rep. Dem. del 82 41,4 45,4 34,7 54 31 .. .. .. ..
168 Mozambique 96 49,1 50,9 53,5
e
58 24 37,9 78,4 69,4 10
169 Burundi 80 40,9 46,3 41,1 21 45 58,4 89,2 .. –10
170 Etiopía 99 55,3 39,5 58,5
e
78 47 26,3 80,7 44,2 23
171 República Centroafricana 92 47,8 56,2 51,4 25 24 66,6 84,0 .. 5
172 Guinea-Bissau 93 48,2 42,9 60,4
e, f
41 25 .. .. 48,7 ..
173 Chad 100 58,8 45,2 74,5 66 28 .. .. 64,0 ..
174 Malí 101 60,3 37,3 81,0
i
52 33 72,3 90,6 63,8 –2
175 Burkina Faso 102 64,2 38,9 87,2
i
49 34 44,9 81,0 45,3 11
176 Sierra Leona 98 54,9 47,0 70,4 4 3 27 57,0 74,5 6 8,0 4
177 Níger 103 64,4 41,4 85,6 54 40 61,4 85,3 63,0
j
4
1 Uruguay
2 Chile
3 Costa Rica
4 Barbados
5 Cuba
6 Singapur
7 Territorios Palestinos
Ocupados
8 Colombia
9 Panamá
10 Qatar
11 Jordania
12 Santa Lucía
13 México
14 Venezuela
15 Trinidad y Tobago
16 Malasia
17 Paraguay
18 Líbano
19 Turqa
20 Brasil
21 Jamaica
22 Ecuador
23 Suriname
24 Mauricio
25 República Dominicana
26 Pe
27 China
28 Tailandia
29 República Árabe Siria
30 Bolivia
31 Guyana
32 Arabia Saudita
33 Jamahiriya Árabe Libia
34 El Salvador
35 Filipinas
36 In, Rep. Islámica del
37 Maldivas
38 Belice
39 Honduras
40 Nicaragua
41 Indonesia
42 Sri Lanka
43 Túnez
44 Mongolia
45 Cabo Verde
46 Omán
47 Viet Nam
48 Argelia
49 Fiji
50 Myanmar
51 Guatemala
52 Vanuatu
53 Djibouti
54 Congo
55 Egipto
56 Sudáfrica
57 Comoras
58 India
59 Sudán
60 Namibia
61 Marruecos
62 Ghana
63 Madagascar
64 Kenya
65 Tanzania, Rep. Unida de
66 Uganda
67 Camerún
68 Pakistán
69 Rwanda
70 Haití
71 Guinea Ecuatorial
72 Rep. Dem. Popular Lao
73 Eritrea
74 Nepal
75 Nigeria
76 Togo
77 Yemen
78 Papua Nueva Guinea
79 Mauritania
80 Burundi
81 Camboya
82 Congo, Rep. Dem. del
83 Angola
84 Côte d’Ivoire
85 Malawi
86 Bangladesh
87 Senegal
88 Gambia
89 Zimbabwe
90 Zambia
91 Lesotho
92 República
Centroafricana
93 Guinea-Bissau
94 Botswana
95 Benin
96 Mozambique
97 Swazilandia
98 Sierra Leona
99 Etiopía
100 Chad
101 Malí
102 Burkina Faso
103 Níger
Clasifi cación de 103 países o áreas en desarrollo según el IPH-1
3
CUADRO
51334_UNDP_243_352_ACG.indd 25351334_UNDP_243_352_ACG.indd 253 8/17/05 9:50:15 PM8/17/05 9:50:15 PM
Clasifi cación del IDH
Índice de pobreza humana
(IPH-2)
a
Probabilidad
al nacer de
no sobrevivir
hasta los
60 años de
edad
b, †
(% de la cohorte)
2000–05
Tasa de anal-
fabetismo
funcional
c, †
(% de
personas de
16 a 65 años )
1994–2003
Desempleo de
larga duración
(% de la
población activa)
2003
Población bajo el umbral de
pobreza de ingresos
(%)
Clasifi cación
según el IPH-
2, menos la
clasifi cación
según la
pobreza de
ingresos
d
50% de la
mediana del
ingreso
1999–2000
e
US$11 al día
199495
e
US$4 al día
199699
e
Clasifi cación
Valor
(%)
Indicadores del desarrollo humano
254 INFORME SOBRE DESARROLLO HUMANO 2005
4
DESARROLLO HUMANO ALTO
1Noruega 2 7,0 8,4 7,9 0,3 6,4 4,3 .. 1
2Islandia .. .. 6,8 .. 0,4
f
.. .. .. ..
3 Australia 14 12,8 7,7 17,0
g
1,4 14,3 17,6 .. 3
4Luxemburgo 8 11,1 9,7 ..
h
1,0
f, g
6,0 0,3 .. 6
5 Canadá 9 11,3 8,1 14,6 0,8 12,8 7,4 .. –7
6 Suecia 1 6,5 7,2 7,5
g
0,9 6,5 6,3 .. 3
7 Suiza 7 11,0 7,8 15,9 1,1 9,3 .. .. –3
8Irlanda 16 15,2 8,7 22,6
g
1,6 12,3 .. .. 3
9 Bélgica 13 12,4 9,4 18,4
g, j
3,7 8,0 .. .. 7
10 Estados Unidos 17 15,4 11,8 20,0 0,7 17,0 13,6 .. 1
11 Japón 12 11,7 7,1 ..
h
1,8 11,8
k
.. .. 0
12 Países Bajos 3 8,2 8,7 10,5
i
1,2 7,3 7,1 .. 2
13 Finlandiaia 4 8,2 9,7 10,4
i
2,2 5,4 4,8 .. 3
14 Dinamarca 5 8,9 10,4 9,6
i
1,1 9,2 .. .. 4
15 Reino Unido 15 14,8 8,7 21,8
i
1,2 12,5 15,7 .. 1
16 Francia 10 11,4 9,8 ..
h
4,2 8,0 9,9 .. 4
17 Austria .. .. 9,1 .. 1,4 8,0 .. .. ..
18 Italia 18 2 9,9 7,8 47,0 5,1 12,7 .. .. 3
19 Nueva Zelandia .. .. 8,9 18,4
i
0,6 .. .. .. ..
20 Alemania 6 10,3 8,8 14,4
i
4,6 8,3 7,3 .. –2
21 España 11 11,6 8,7 ..
h
4,5 10,1 .. .. 0
23 Israel .. .. 7,7 .. .. 13,5 .. .. ..
24 Grecia .. .. 9,2 .. 5,4 .. .. .. ..
26 Eslovenia .. .. 11,8 .. .. 8,2 .. <1 ..
27 Portugal .. .. 10,3 .. 2,0 .. .. .. ..
31 República Checa .. .. 12,1 .. 3,9 4,9 .. <1 ..
32 Malta .. .. 7,7 .. .. .. .. .. ..
35 Hungría .. .. 18,3 .. 2,5 6,7 .. <1 ..
36 Polonia .. .. 15,1 .. 9,8 8,6 .. 10 ..
38 Estonia .. .. 21,7 .. .. 12,4 .. 18 ..
39 Lituania .. .. 20,6 .. .. .. .. 17 ..
42 Eslovaquia .. .. 14,9 .. 10,7 7,0 .. 8 ..
45 Croacia .. .. 13,1 .. .. .. .. .. ..
48 Letonia .. .. 21,5 .. .. .. .. 28 ..
55 Bulgaria .. .. 16,6 .. .. .. .. 22 ..
Pobreza humana y de ingresos: países de
la OCDE, Europa Oriental y la CEI
Vigilancia del desarrollo humano: ampliar las alternativas de la gente...
CUADRO
51334_UNDP_243_352_ACG.indd 25451334_UNDP_243_352_ACG.indd 254 8/17/05 9:50:17 PM8/17/05 9:50:17 PM
Clasifi cación del IDH
Índice de pobreza humana
(IPH-2)
a
Probabilidad
al nacer de
no sobrevivir
hasta los
60 años de
edad
b, †
(% de la cohorte)
2000–05
Tasa de anal-
fabetismo
funcional
c, †
(% de
personas de
16 a 65 años )
1994–2003
Desempleo de
larga duración
(% de la
población activa)
2003
Población bajo el umbral de
pobreza de ingresos
(%)
Clasifi cación
según el IPH-
2, menos la
clasifi cación
según la
pobreza de
ingresos
d
50% de la
mediana del
ingreso
1999–2000
e
US$11 al día
199495
e
US$4 al día
199699
e
Clasifi cación
Valor
(%)
Indicadores del desarrollo humano
INFORME SOBRE DESARROLLO HUMANO 2005 255
4
NOTAS
El presente cuadro incluye Israel y Malta, que no
son miembros de la Organización de Cooperación
y Desarrollo Económicos (OCDE), pero no incluye
la República de Corea, México y Turquía, que sí
son miembros. Ver el Cuadro 3 para el índice de
pobreza humana y los indicadores relacionados de
dichos países.
Denota indicadores usados para calcular el índice
de pobreza humana (IPH-2). Para mayores detalles,
consulte la Nota Técnica 1.
a El índice de pobreza humana (IPH-2) se ha
calculado sólo para una selección de países de la
OCDE de ingresos altos.
b Los datos se refi eren a la probabilidad al nacer
de no sobrevivir hasta los 60 años de edad,
multiplicada por 100.
c lculos basados en el nivel 1 de la escala
de alfabetización en prosa de la Encuesta
Internacional sobre Alfabetización de Adultos. Los
datos se refi eren al año más reciente disponible en
el período especi cado.
d La pobreza de ingresos se re ere al porcentaje
de la población que vive con menos del 50% de
la mediana de los ingresos familiares ajustados
disponibles. Una cifra positiva indica que el
país tiene mejores resultados en el ámbito de la
pobreza de ingresos que en el ámbito de la pobreza
humana, mientras que una cifra negativa indica lo
contrario.
e Los datos se re eren al año más reciente disponible
durante el período especifi cado.
f Los datos se re eren al año 2002.
g Cálculos basados en la OCDE y Statistics Cana
2000.
h Para calcular el IPH-2, se aplicó una estimación del
16,4%, correspondiente a la media no ponderada
de los países de los cuales se cuenta con
información.
i Los datos se basan en muestras pequeñas y deben
ser tratados con la debida prudencia.
j Los datos se refi eren a Flanders.
k Smeeding 1997.
FUENTES
Columna 1:
determinado a partir de los valores del
IPH-2 de la columna 2.
Columna 2: cálculos basados en los datos de las
columnas 3-6; ver la Nota Técnica 1 para mayores
detalles.
Columna 3: cálculos basados en datos de
supervivencia de la ONU 2005h.
Columna 4: salvo indicación contraria, OCDE y
Statistics Canadá 2005.
Columna 5: cálculos basados en datos de desempleo
de larga duración y población activa de la OCDE
2005d.
Columna 6: LIS 2005.
Columna 7: Smeeding, Rainwater y Burtless 2000.
Columna 8: Milanovic 2002.
Columna 9: cálculos basados en los datos de las
columnas 1 y 6.
DESARROLLO HUMANO MEDIO
59 Macedonia, ERY .. .. 13,3 .. .. .. .. .. ..
62 Rusia, Federación de .. .. 31,6 .. .. 18,8 .. 53 ..
64 Rumania .. .. 19,0 .. .. 8,1 .. 23 ..
67 Belarús .. .. 26,7 .. .. .. .. .. ..
68 Bosnia y Herzegovina .. .. 13,6 .. .. .. .. .. ..
72 Albania .. .. 11,4 .. .. .. .. .. ..
78 Ucrania .. .. 31,0 .. .. .. .. 25 ..
80 Kazajstán .. .. 32,0 .. .. .. .. 62 ..
83 Armenia .. .. 18,0 .. .. .. .. .. ..
97 Turkmenistán .. .. 32,0 .. .. .. .. .. ..
100 Georgia .. .. 18,9 .. .. .. .. .. ..
101 Azerbaiyán .. .. 24,9 .. .. .. .. .. ..
109 Kirguistán .. .. 26,0 .. .. .. .. 88 ..
111 Uzbekistán .. .. 26,3 .. .. .. .. .. ..
115 Moldova, Rep. de .. .. 25,5 .. .. .. .. 82 ..
122 Tayikistán .. .. 29,0 .. .. .. .. .. ..
1 Suecia
2 Noruega
3 Países Bajos
4 Finlandia
5 Dinamarca
6 Alemania
7 Suiza
8 Luxemburgo
9 Canadá
10 Francia
11 España
12 Japón
13 Bélgica
14 Australia
15 Reino Unido
16 Irlanda
17 Estados Unidos
18 Italia
Clasifi cación de una selección de 18 países de la OCDE
CUADRO
51334_UNDP_243_352_ACG.indd 25551334_UNDP_243_352_ACG.indd 255 8/17/05 9:50:18 PM8/17/05 9:50:18 PM
Clasifi cación según el IDH
Población total
(millones)
Tasa anual de
crecimiento
demográfi co
(%)
Población urbana
(% del total)
a
Población menor
de 15 años
(% del total)
Población de
65 años y más
(% del total)
Tasa de
fecundidad total
(nacidos por
cada mujer)
1975
2003
2003–
15
b
1970
75
c
2000–
05
c
1975 2003 2015
b
1975 2003
b
2015
b
2003 2015
b
2003 2015
b
Indicadores del desarrollo humano
256 INFORME SOBRE DESARROLLO HUMANO 2005
5
... para disfrutar de una vida larga y saludable...
DESARROLLO HUMANO ALTO
1 Noruega 4,0 4,6 4,8 0,5 0,5 68,2 78,6 86,4 19,9 17,5 13,3 17,5 2,2 1,8
2 Islandia 0,2 0,3 0,3 1,0 0,8 86,6 92,8 94,1 22,5 19,4 10,1 14,0 2,8 2,0
3 Australia 13,6 19,7 22,2 1,3 1,0 85,9 91,9 94,9 20,3 17,7 10,7 15,5 2,5 1,7
4 Luxemburgo 0,4 0,5 0,5 0,8 1,2 73,7 91,8 94,1 19,0 17,6 11,9 14,3 2,0 1,7
5 Canadá 23,1 31,6 35,1 1,1 0,9 75,6 80,4 84,0 18,2 15,3 11,1 16,2 2,0 1,5
6 Suecia 8,2 9,0 9,3 0,3 0,3 82,7 83,4 84,3 17,9 16,4 15,0 20,4 1,9 1,6
7 Suiza 6,3 7,2 7,3 0,5 0,1 5 5,7 67,6 68,7 17,0 14,1 13,5 19,8 1,8 1,4
8 Irlanda 3,2 4,0 4,7 0,8 1,3 53,6 59,9 63,6 20,6 20,2 9,3 12,6 3,8 1,9
9 Bélgica 9,8 10,4 10,5 0,2 0,1 94,5 97,2 97,5 17,1 15,5 15,1 19,4 1,9 1,7
10 Estados Unidos 220,2 292,6 325,7 1,0 0,9 73,7 80,1 83,6 21,1 19,7 10,7 14,1 2,0 2,0
11 Japón 111,5 127,7 128,0 0,5 (.) 56,8 65,5 67,7 14,2 13,3 16,0 26,0 2,1 1,3
12 Países Bajos 13,7 16,1 16,8 0,6 0,3 56,9 65,8 71,4 18,4 16,4 11,9 17,5 2,1 1,7
13 Finlandia 4,7 5,2 5,4 0,4 0,2 58,3 61,0 62,1 17,7 15,8 13,4 20,3 1,6 1,7
14 Dinamarca 5,1 5,4 5,6 0,2 0,2 82,1 85,4 86,8 18,8 17,0 12,8 18,4 2,0 1,8
15 Reino Unido 55,4 59,3 61,4 0,2 0,3 82,7 89,1 90,2 18,4 16,4 13,8 18,1 2,0 1,7
16 Francia 52,7 60,0 62,3 0,5 0,3 72,9 76,3 79,0 18,3 17,6 14,5 19,0 2,3 1,9
17 Austria 7,6 8,1 8,3 0,3 0,1 65,3 65,8 67,2 16,0 13,4 14,0 19,6 2,0 1,4
18 Italia 55,4 58,0 57,8 0,2 (.) 65,6 67,4 69,2 14,1 13,2 16,7 23,0 2,3 1,3
19 Nueva Zelandia 3,1 3,9 4,3 0,9 0,7 82,8 85,9 87,0 22,0 18,9 10,4 15,0 2,8 2,0
20 Alemania 78,7 82,6 82,5 0,2 (.) 81,2 88,1 90,0 14,8 12,9 15,0 20,7 1,6 1,3
21 España 35,6 42,1 44,4 0,6 0,4 69,6 76,5 78,1 14,3 15,3 14,5 18,0 2,9 1,3
22 Hong Kong, China (RAE) 4,4 6,9 7,8 1,6 1,0 89,7 100,0 100,0 15,2 12,7 9,8 14,4 2,9 0,9
23 Israel 3,4 6,5 7,8 2,3 1,6 86,6 91,6 92,4 28,0 25,8 8,7 11,5 3,8 2,9
24 Grecia 9,0 11,1 11,2 0,7 0,1 55,3 60,9 65,2 14,6 13,5 15,2 19,3 2,3 1,3
25 Singapur 2,3 4,2 4,8 2,2 1,1 100,0 100,0 100,0 20,7 13,2 6,5 13,3 2,6 1,4
26 Eslovenia 1,7 2,0 1,9 0,4 0,1 42,4 50,8 52,6 14,5 13,0 12,9 18,1 2,2 1,2
27 Portugal 9,1 10,4 10,8 0,5 0,3 27,7 54,6 60,9 16,0 15,1 14,4 18,9 2,7 1,5
28 Corea, República de 35,3 47,5 49,1 1,1 0,3 48,0 80,3 83,0 19,5 13,9 7,0 13,2 4,3 1,2
29 Chipre 0,6 0,8 0,9 1,0 1,1 45,2 69,2 71,6 20,9 17,2 10,0 14,2 2,5 1,6
30 Barbados 0,2 0,3 0,3 0,3 0,2 40,8 51,7 59,1 19,6 16,7 9,0 11,5 2,7 1,5
31 República Checa 10,0 10,2 10,1 0,1 0,1 63,7 74,3 75,7 15,3 13,4 12,2 18,4 2,2 1,2
32 Malta 0,3 0,4 0,4 1,0 0,4 80,4 91,6 93,7 18,5 15,2 11,1 18,3 2,1 1,5
33 Brunei Darussalam 0,2 0,4 0,5 2,9 2,0 62,0 76,1 82,8 30,3 25,8 2,4 4,3 5,4 2,5
34 Argentina 26,0 38,0 42,7 1,3 1,0 81,0 90,1 92,2 27,1 23,9 8,7 11,1 3,1 2,4
35 Hungría 10,5 10,2 9,8 0,1 0,3 52,8 65,2 70,0 16,2 14,0 13,1 17,5 2,1 1,3
36 Polonia 34,0 38,6 38,1 0,5 0,1 55,4 61,9 64,0 17,3 14,3 10,9 14,9 2,3 1,3
37 Chile 10,4 16,0 17,9 1,5 1,0 78,4 87,0 90,2 26,1 20,9 6,6 10,5 3,6 2,0
38 Estonia 1,4 1,3 1,3 0,2 0,3 67,6 69,5 71,4 16,2 15,7 13,9 17,4 2,2 1,4
39 Lituania 3,3 3,5 3,3 0,2 0,4 55,7 66,8 67,5 18,0 13,8 13,0 16,7 2,3 1,3
40 Qatar 0,2 0,7 1,0 5,2 2,3 84,8 92,0 93,6 23,1 21,8 0,9 2,0 6,8 3,0
41 Emiratos Árabes Unidos 0,5 4,0 5,6 7,2 2,7 83,6 85,1 87,2 22,8 19,8 0,8 1,4 6,4 2,5
42 Eslovaquia 4,7 5,4 5,4 0,5 (.) 46,3 57,5 60,8 17,8 14,0 10,1 14,1 2,5 1,2
43 Bahrein 0,3 0,7 0,9 3,4 1,6 85,8 90,0 91,4 27,7 21,7 2,3 4,4 5,9 2,5
44 Kuwait 1,0 2,5 3,4 3,3 2,4 83,8 96,2 96,9 24,8 23,2 1,1 3,1 6,9 2,4
45 Croacia 4,3 4,5 4,5 0,2 0,1 45,1 59,0 64,6 16,1 13,9 14,2 18,7 2,0 1,3
46 Uruguay 2,8 3,4 3,7 0,7 0,6 83,4 92,5 94,4 24,5 22,4 11,5 13,8 3,0 2,3
47 Costa Rica 2,1 4,2 5,0 2,5 1,5 42,5 60,6 66,8 29,7 23,8 4,7 7,4 4,3 2,3
48 Letonia 2,5 2,3 2,2 –0,2 0,5 65,4 66,3 66,3 15,9 14,1 14,2 18,3 2,0 1,3
49 Saint Kitts y Nevis (.) (.) (.) 0,2 1,1 35,0 32,2 32,5 .. .. .. .. .. ..
50 Bahamas 0,2 0,3 0,4 1,8 1,3 73,4 89,4 91,6 28,9 24,7 4,9 8,2 3,4 2,3
51 Seychelles 0,1 0,1 0,1 1,0 0,9 33,3 50,0 53,3 .. .. .. .. .. ..
52 Cuba 9,3 11,2 11,4 0,7 0,2 64,2 75,7 78,1 19,9 16,6 8,6 14,4 3,5 1,6
53 México 59,3 104,3 119,1 2,0 1,1 62,8 75,5 78,8 32,1 25,5 4,2 7,1 6,6 2,4
Tendencias demográfi cas
CUADRO
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Clasifi cación según el IDH
Población total
(millones)
Tasa anual de
crecimiento
demográfi co
(%)
Población urbana
(% del total)
a
Población menor
de 15 años
(% del total)
Población de
65 años y más
(% del total)
Tasa de
fecundidad total
(nacidos por
cada mujer)
1975
2003
2003–
15
b
1970
75
c
2000–
05
c
1975 2003 2015
b
1975 2003
b
2015
b
2003 2015
b
2003 2015
b
Indicadores del desarrollo humano
INFORME SOBRE DESARROLLO HUMANO 2005 257
5
54 Tonga 0,1 0,1 0,1 0,4 0,2 24,4 33,5 38,2 36,5 30,7 4,6 6,9 5,5 3,5
55 Bulgaria 8,7 7,8 7,2 0,4 0,8 57,5 69,8 74,0 14,4 13,1 14,3 18,6 2,2 1,2
56 Panamá 1,7 3,1 3,8 2,1 1,6 49,0 57,2 61,7 30,9 27,2 4,8 7,5 4,9 2,7
57 Trinidad y Tobago 1,0 1,3 1,3 0,9 0,3 63,0 75,4 79,7 22,7 20,2 5,9 9,9 3,5 1,6
DESARROLLO HUMANO MEDIO
58 Jamahiriya Árabe Libia 2,4 5,6 7,0 3,0 1,8 60,9 86,2 89,0 30,8 28,9 2,9 5,6 7,6 3,0
59 Macedonia, ERY 1,7 2,0 2,1 0,7 0,1 50,6 59,6 62,0 20,6 16,6 8,8 12,9 3,0 1,5
60 Antigua y Barbuda 0,1 0,1 0,1 0,9 1,2 34,2 37,8 43,4 .. .. .. .. .. ..
61 Malasia 12,3 24,4 29,6 2,5 1,6 37,7 63,8 71,0 33,0 27,2 3,5 6,1 5,2 2,9
62 Rusia, Federación de 134,2 144,6 136,7 0,3 0,5 66,4 73,3 74,3 16,2 16,4 11,5 13,3 2,0 1,3
63 Brasil 108,1 181,4 209,4 1,8 1,2 61,2 83,0 88,4 28,4 25,4 4,9 7,8 4,7 2,3
64 Rumania 21,2 21,9 20,9 0,1 0,4 42,8 54,6 56,4 16,5 14,4 12,1 15,5 2,6 1,3
65 Mauricio 0,9 1,2 1,3 1,1 0,8 43,4 43,3 47,3 25,1 21,3 5,4 8,3 3,2 2,0
66 Granada 0,1 0,1 0,1 0,4 1,3 32,6 40,7 49,5 .. .. .. .. .. ..
67 Belarús 9,4 9,9 9,2 0,2 0,6 50,3 70,9 75,2 16,4 14,5 12,5 13,5 2,3 1,2
68 Bosnia y Herzegovina 3,7 3,9 3,9 0,2 0,1 31,3 44,4 51,1 17,4 14,0 10,3 16,7 2,6 1,3
69 Colombia 25,4 44,2 52,1 2,0 1,4 60,0 76,4 81,3 31,8 26,8 4,2 6,5 5,0 2,6
70 Dominica 0,1 0,1 0,1 0,3 0,9 55,3 72,0 76,2 .. .. .. .. .. ..
71 Omán 0,9 2,5 3,2 3,6 1,9 19,6 77,6 82,6 35,2 30,6 1,8 3,4 7,2 3,8
72 Albania 2,4 3,1 3,3 0,9 0,6 32,7 43,8 51,2 28,3 23,1 6,3 9,9 4,7 2,3
73 Tailandia 41,3 63,1 69,1 1,5 0,7 23,8 32,0 36,7 24,5 21,2 5,4 9,3 5,0 1,9
74 Samoa (Occidental) 0,2 0,2 0,2 0,7 0,3 21,1 22,3 24,7 41,0 34,2 3,7 5,0 5,7 4,4
75 Venezuela 12,7 25,8 31,3 2,5 1,6 75,8 87,6 90,0 32,1 27,8 4,0 6,8 4,9 2,7
76 Santa Lucía 0,1 0,2 0,2 1,3 0,8 23,6 30,5 36,8 29,9 25,4 6,1 7,3 5,7 2,2
77 Arabia Saudita 7,3 23,3 30,8 4,2 2,3 58,3 87,6 91,1 38,2 32,3 2,1 3,5 7,3 4,1
78 Ucrania 49,0 47,5 41,8 0,1 –1,1 58,3 67,3 68,9 16,0 13,5 13,1 16,4 2,2 1,1
79 Pe 15,2 27,2 32,2 2,1 1,4 61,5 73,9 78,0 33,2 27,9 4,1 6,5 6,0 2,9
80 Kazajstán 14,1 14,9 14,9 0,2 (,) 52,2 55,9 58,2 24,8 21,3 6,6 8,0 3,5 2,0
81 Lí bano 2,7 3,5 4,0 1,0 1,0 67,0 87,5 90,1 29,5 24,4 5,9 7,7 4,8 2,3
82 Ecuador 6,9 12,9 15,1 2,2 1,4 42,4 61,8 67,6 33,2 28,1 4,6 7,3 6,0 2,8
83 Armenia 2,8 3,0 3,0 0,3 0,2 63,0 64,5 64,2 22,8 17,4 9,6 11,0 3,0 1,3
84 Filipinas 42,0 80,2 96,8 2,3 1,6 35,6 61,0 69,2 36,1 30,0 3,0 4,9 6,0 3,2
85 China 927,8
d
1.300,0
d
1.393,0
d
1,2
d
0,6
d
17,4 38,6 49,5 22,7 18,5 5,9 9,6 4,9 1,7
86 Suriname 0,4 0,4 0,5 0,7 0,5 49,5 76,0 81,6 30,9 26,7 5,1 7,2 5,3 2,6
87 San Vicente y las Granadinas 0,1 0,1 0,1 0,7 0,4 27,0 58,2 68,6 30,5 26,5 5,5 7,1 5,5 2,3
88 Paraguay 2,7 5,9 7,6 2,8 2,2 39,0 57,2 64,3 38,4 33,9 3,0 4,3 5,7 3,9
89 Túnez 5,7 9,9 11,1 2,0 1,0 49,9 63,7 68,1 27,5 21,9 5,0 6,8 6,2 2,0
90 Jordania 1,9 5,4 7,0 3,7 2,1 57,8 79,1 81,1 38,0 31,7 2,3 4,0 7,8 3,5
91 Belice 0,1 0,3 0,3 2,4 1,8 50,2 48,4 51,8 37,9 31,2 3,5 4,7 6,3 3,2
92 Fiji 0,6 0,8 0,9 1,3 0,7 36,7 51,7 60,1 32,3 27,6 2,9 5,4 4,2 2,9
93 Sri Lanka 14,0 20,4 22,3 1,3 0,7 22,0 21,1 22,5 24,8 21,4 5,8 9,3 4,1 2,0
94 Turquía 41,2 71,3 82,6 2,0 1,2 41,6 66,3 71,9 29,7 25,8 4,3 6,2 5,3 2,5
95 República Dominicana 5,1 8,6 10,1 1,9 1,3 45,7 59,3 64,6 33,6 29,5 3,2 5,3 5,6 2,7
96 Maldivas 0,1 0,3 0,4 2,9 2,4 18,1 28,8 35,2 42,0 35,7 2,7 3,3 7,0 4,3
97 Turkmenistán 2,5 4,7 5,5 2,2 1,3 47,6 45,4 50,0 33,5 27,0 3,8 4,4 6,2 2,8
98 Jamaica 2,0 2,6 2,7 1,0 0,4 44,1 52,2 54,2 32,1 26,7 6,6 8,2 5,0 2,4
99 Irán, Rep. Islámica del 33,3 68,2 79,9 2,6 1,3 45,8 66,6 73,9 31,0 25,6 3,7 4,9 6,4 2,1
100 Georgia 4,9 4,6 4,2 0,3 –0,7 49,5 52,0 51,6 20,0 15,8 11,5 14,4 2,6 1,5
101 Azerbain 5,7 8,3 9,1 1,3 0,7 51,5 50,1 51,3 27,9 21,2 5,5 6,7 4,3 1,9
102 Territorios Palestinos Ocupados 1,3 3,5 5,0 3,6 3,0 59,6 71,1 75,6 46,0 41,6 2,7 3,0 7,7 5,6
103 Argelia 16,0 31,9 38,1 2,5 1,5 40,3 58,8 65,3 31,2 26,7 3,6 5,0 7,4 2,5
104 El Salvador 4,1 6,6 8,0 1,7 1,6 41,5 59,4 64,2 34,7 29,8 4,4 6,2 6,1 2,9
105 Cabo Verde 0,3 0,5 0,6 2,0 2,2 21,4 55,9 64,8 40,7 35,6 3,7 3,3 7,0 3,8
106 República Árabe Siria 7,5 18,1 23,8 3,1 2,3 45,1 50,2 52,4 38,0 33,2 2,5 3,6 7,5 3,5
CUADRO
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Clasifi cación según el IDH
Población total
(millones)
Tasa anual de
crecimiento
demográfi co
(%)
Población urbana
(% del total)
a
Población menor
de 15 años
(% del total)
Población de
65 años y más
(% del total)
Tasa de
fecundidad total
(nacidos por
cada mujer)
1975
2003
2003–
15
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Indicadores del desarrollo humano
258 INFORME SOBRE DESARROLLO HUMANO 2005
TABLE
5
107 Guyana 0,7 0,7 0,7 0,1 0,1 30,0 37,6 44,2 29,8 24,8 4,4 6,6 4,9 2,3
108 Viet Nam 48,0 82,0 95,0 1,9 1,2 18,9 25,8 32,4 31,1 25,0 4,6 5,6 6,7 2,3
109 Kirguistán 3,3 5,1 5,9 1,6 1,1 37,9 34,0 35,4 32,8 27,5 5,0 5,5 4,7 2,7
110 Indonesia 134,4 217,4 246,8 1,7 1,1 19,3 45,5 57,8 29,0 25,2 4,2 6,4 5,2 2,4
111 Uzbekistán 14,0 25,8 30,7 2,2 1,4 39,1 36,7 37,0 34,8 28,3 3,8 4,4 6,3 2,7
112 Nicaragua 2,6 5,3 6,6 2,5 1,9 48,9 57,3 62,8 40,2 33,4 2,7 3,9 6,8 3,3
113 Bolivia 4,8 8,8 10,9 2,2 1,7 41,3 63,4 69,0 38,8 33,5 3,6 5,2 6,5 4,0
114 Mongolia 1,4 2,6 3,0 2,1 1,2 48,7 56,8 59,5 32,2 26,3 3,1 4,1 7,3 2,4
115 Moldova, Rep. de 3,8 4,2 4,1 0,3 0,2 35,8 46,1 50,0 20,0 15,2 8,4 10,9 2,6 1,2
116 Honduras 3,0 6,9 8,8 3,0 2,0 32,1 45,6 51,3 40,3 33,8 3,1 4,5 7,1 3,7
117 Guatemala 6,2 12,0 15,9 2,4 2,3 36,7 46,3 51,9 43,6 39,7 3,5 4,7 6,2 4,6
118 Vanuatu 0,1 0,2 0,3 2,5 1,8 15,7 22,9 28,6 40,8 35,5 2,6 4,0 6,1 4,2
119 Egipto 39,3 71,3 88,2 2,1 1,8 43,5 42,2 44,9 34,3 31,4 3,8 5,5 5,7 3,3
120 Sudáfrica 25,9 46,9 47,9 2,1 0,2 48,0 56,9 62,7 32,9 30,2 3,2 6,1 5,5 2,8
121 Guinea Ecuatorial 0,2 0,5 0,6 2,7 2,2 27,1 48,0 58,2 44,2 45,6 3,2 3,8 5,7 5,9
122 Tayikistán 3,4 6,4 7,6 2,2 1,5 35,5 24,8 24,4 40,4 33,0 3,0 3,5 6,8 3,8
123 Gabón 0,6 1,3 1,6 2,9 1,5 40,0 83,7 89,1 40,9 35,5 3,8 4,4 5,3 4,0
124 Marruecos 17,3 30,6 36,2 2,0 1,4 37,8 57,4 64,8 31,9 28,4 3,9 5,2 6,9 2,8
125 Namibia 0,9 2,0 2,2 2,9 1,0 20,6 32,4 39,8 42,6 34,7 2,8 4,2 6,6 4,0
126 Santo Tomé y Príncipe 0,1 0,1 0,2 2,1 2,1 27,3 37,8 40,3 40,1 36,4 3,5 3,4 6,5 4,1
127 India 620,7 1.070,8 1.260,4 1,9 1,4 21,3 28,3 32,2 32,9 28,0 4,1 6,2 5,4 3,1
128 Islas Salomón 0,2 0,5 0,6 3,1 2,3 9,1 16,5 20,9 41,3 36,4 1,8 2,8 7,2 4,3
129 Myanmar 30,1 49,5 55,0 1,8 0,9 23,9 29,5 37,6 30,8 23,6 4,0 6,4 5,8 2,5
130 Camboya 7,1 13,5 17,1 2,3 1,9 10,3 18,6 26,1 38,3 34,1 2,8 4,4 5,5 4,1
131 Botswana 0,9 1,8 1,7 2,5 0,4 12,8 51,6 57,5 38,2 34,7 2,6 4,8 6,8 3,2
132 Comoras 0,3 0,8 1,0 3,1 2,5 21,2 35,0 43,0 42,4 38,5 2,1 3,1 7,1 4,9
133 Rep. Dem. Popular Lao 3,0 5,7 7,3 2,2 2,1 11,1 20,7 27,4 41,7 37,1 2,9 3,7 6,2 4,8
134 Bhután 1,2 2,1 2,7 2,1 2,2 3,5 8,5 12,6 39,5 34,7 3,6 5,1 5,9 4,4
135 Pakistán 68,3 151,8 193,4 2,9 2,0 26,4 34,1 39,5 39,5 34,1 3,0 4,2 6,6 4,3
136 Nepal 13,5 26,1 32,7 2,3 1,9 5,0 15,0 20,5 39,9 33,9 2,9 4,2 5,8 3,7
137 Papua Nueva Guinea 2,9 5,7 7,0 2,4 1,8 11,9 13,2 14,5 41,0 34,0 1,8 2,7 6,1 4,1
138 Ghana 10,2 21,2 26,6 2,6 1,9 30,1 45,4 51,1 39,9 35,2 2,8 4,3 6,7 4,4
139 Bangladesh 73,2 136,6 168,2 2,2 1,7 9,9 24,3 29,6 36,3 31,4 2,8 4,2 6,2 3,2
140 Timor-Leste 0,7 0,8 1,5 0,7 4,9 8,9 7,7 9,5 42,5 46,7 2,2 3,0 6,2 7,8
141 Sudán 17,1 34,9 44,0 2,6 1,9 18,9 38,9 49,3 39,7 35,6 2,8 4,3 6,7 4,4
142 Congo 1,5 3,8 5,4 3,2 3,1 34,8 53,5 59,3 46,9 47,4 2,4 2,7 6,3 6,3
143 Togo 2,4 5,8 7,8 3,1 2,5 16,3 35,2 43,3 43,9 40,2 2,5 3,4 7,1 5,4
144 Uganda 10,8 26,9 41,9 3,3 3,7 8,3 12,3 14,2 50,4 50,8 2,1 2,2 7,1 7,1
145 Zimbabwe 6,2 12,9 13,8 2,6 0,6 19,6 35,0 41,4 41,0 36,6 2,9 4,1 7,7 3,6
DESARROLLO HUMANO BAJO
146 Madagascar 7,9 17,6 23,8 2,9 2,5 16,4 26,6 30,7 44,4 40,7 2,5 3,3 6,7 5,4
147 Swazilandia 0,5 1,0 1,0 2,4 0,3 14,0 23,6 27,0 42,1 37,2 2,7 4,6 6,9 4,0
148 Camerún 7,6 15,7 19,0 2,6 1,6 26,9 51,4 59,9 41,9 37,2 2,9 3,9 6,3 4,6
149 Lesotho 1,1 1,8 1,7 1,6 0,3 10,8 18,0 21,0 39,3 36,6 4,2 5,8 5,7 3,6
150 Djibouti 0,2 0,8 0,9 4,4 1,6 61,6 83,6 87,6 42,1 37,3 2,2 3,4 7,2 5,1
151 Yemen 7,0 19,7 28,5 3,7 3,1 14,8 25,7 31,3 47,1 43,4 1,8 2,4 8,5 6,2
152 Mauritania 1,4 2,9 4,0 2,5 2,7 20,3 61,7 73,9 43,1 41,7 2,7 3,4 6,5 5,8
153 Hai 4,9 8,3 9,8 1,9 1,4 21,7 37,5 45,5 38,6 34,9 3,2 4,5 5,8 4,0
154 Kenya 13,5 32,7 44,2 3,2 2,5 12,9 39,3 51,8 43,1 42,6 2,3 2,8 8,0 5,0
155 Gambia 0,6 1,4 1,9 3,4 2,3 17,0 26,2 27,8 40,6 36,8 2,9 4,4 6,5 4,7
156 Guinea 4,2 9,0 11,9 2,7 2,3 16,3 34,9 44,2 43,9 42,0 2,8 3,9 6,9 5,9
157 Senegal 5,3 11,1 14,5 2,7 2,2 34,2 49,6 57,9 43,4 38,8 2,5 3,4 7,0 5,0
158 geria 58,9 125,9 160,9 2,7 2,0 23,4 46,6 55,5 44,7 41,3 2,4 3,2 6,9 5,8
159 Rwanda 4,4 8,8 11,3 2,5 2,1 4,0 18,5 40,5 44,9 41,6 1,9 2,6 8,3 5,7
Tendencias demográfi cas
51334_UNDP_243_352_ACG.indd 25851334_UNDP_243_352_ACG.indd 258 8/17/05 9:50:26 PM8/17/05 9:50:26 PM
Clasifi cación según el IDH
Población total
(millones)
Tasa anual de
crecimiento
demográfi co
(%)
Población urbana
(% del total)
a
Población menor
de 15 años
(% del total)
Población de
65 años y más
(% del total)
Tasa de
fecundidad total
(nacidos por
cada mujer)
1975
2003
2003–
15
b
1970
75
c
2000–
05
c
1975 2003 2015
b
1975 2003
b
2015
b
2003 2015
b
2003 2015
b
Indicadores del desarrollo humano
INFORME SOBRE DESARROLLO HUMANO 2005 259
5
160 Angola 6,8 15,0 20,9 2,8 2,8 17,4 35,7 44,9 46,7 45,5 2,0 2,4 7,2 6,8
161 Eritrea 2,1 4,1 5,8 2,4 3,0 12,7 20,0 26,5 44,9 42,6 1,9 2,6 6,5 5,5
162 Benin 3,2 7,9 11,2 3,2 2,9 21,9 44,6 53,5 44,8 42,0 2,2 3,0 7,1 5,9
163 Côte dIvoire 6,6 17,6 21,6 3,5 1,7 32,1 44,9 51,0 42,4 38,2 2,4 3,7 7,4 5,1
164 Tanzanía, Rep. Unida 16,0 36,9 45,6 3,0 1,8 10,1 35,4 46,8 43,2 38,9 2,5 3,7 6,8 5,0
165 Malawi 5,2 12,3 16,0 3,1 2,2 7,7 16,3 22,2 47,1 44,9 2,4 3,2 7,4 6,1
166 Zambia 5,2 11,3 13,8 2,8 1,7 34,8 35,9 40,8 46,1 43,7 2,4 3,2 7,8 5,7
167 Congo, Rep. Dem. del 23,9 54,2 78,0 2,9 3,0 29,5 31,8 39,7 47,1 48,0 2,2 2,6 6,5 6,7
168 Mozambique 10,6 19,1 23,5 2,1 1,8 8,7 35,6 48,5 44,1 41,6 2,7 3,6 6,6 5,5
169 Burundi 3,7 7,0 10,6 2,3 3,4 3,2 10,0 14,6 46,2 46,4 2,3 2,5 6,8 6,8
170 Etiopía 34,1 73,8 97,2 2,8 2,3 9,5 15,7 19,8 45,0 41,7 2,3 3,2 6,8 5,9
171 República Centroafricana 2,1 3,9 4,6 2,3 1,4 33,7 42,7 50,3 43,2 40,6 3,3 4,0 5,7 5,0
172 Guinea-Bissau 0,7 1,5 2,1 3,0 3,0 16,0 34,0 43,5 47,2 48,0 2,5 2,8 7,1 7,1
173 Chad 4,2 9,1 12,8 2,8 2,8 15,6 25,0 31,1 47,1 47,7 2,5 2,7 6,7 6,7
174 Malí 6,2 12,7 18,1 2,6 2,9 16,2 32,3 40,9 48,3 46,7 2,2 2,4 7,6 6,9
175 Burkina Faso 5,9 12,4 17,7 2,6 2,9 6,3 17,8 23,2 47,7 45,7 2,3 2,6 7,8 6,7
176 Sierra Leona 2,9 5,1 6,9 2,0 2,5 21,4 38,8 47,6 42,8 42,8 2,6 3,3 6,5 6,5
177 Níger 5,3 13,1 19,3 3,2 3,3 10,6 22,2 29,7 49,0 47,9 1,6 2,0 8,1 7,9
Países en desarrollo 2.967,1 T 5.022,4 T 5.885,6 T 1,9 1,3 26,4 42,0 48,6 31,6 28,0 4,3 6,5 5,5 2,9
Países menos adelantados 355,2 T 723,2 T 950,1 T 2,5 2,3 14,8 26,7 33,5 42,2 39,5 2,6 3,5 6,6 5,0
Estados Árabes 144,6 T 303,9 T 386,0 T 2,7 2,0 41,7 54,7 59,1 36,3 32,5 3,1 4,4 6,7 3,7
Asia Oriental y el Pací co 1.310,4 T 1.928,1 T 2.108,9 T 1,4 0,7 20,4 41,0 51,0 24,9 20,7 5,4 8,7 5,0 1,9
América Latina y El Caribe 318,4 T 540,7 T 628,3 T 1,9 1,3 61,1 76,7 80,9 30,8 26,5 4,9 7,5 5,1 2,5
Asia Meridional 838,7 T 1.503,4 T 1.801,4 T 2,1 1,5 21,3 29,8 34,2 34,1 29,3 3,8 5,7 5,6 3,2
África Subsahariana 313,1 T 674,2 T 877,4 T 2,7 2,2 21,0 35,6 42,4 44,0 42,0 2,5 3,3 6,8 5,5
Europa Central y Oriental y la CEI 366,6 T 406,3 T 396,8 T 0,4 0,2 56,8 62,9 63,8 19,1 17,3 10,6 12,9 2,5 1,5
OCDE 925,7 T 1.157,3 T 1.233,6 T 0,8 0,5 67,2 75,9 78,9 19,8 17,8 11,6 16,1 2,6 1,8
Países de la OCDE de ingresos altos 765,9 T 917,4 T 968,5 T 0,6 0,5 69,9 77,5 80,4 17,9 16,4 13,0 18,0 2,2 1,6
Desarrollo humano alto 972,2 T 1.211,5 T 1.289,2 T 0,8 0,5 68,7 77,2 80,1 19,6 17,6 11,7 16,2 2,5 1,7
Desarrollo humano medio 2.678,2 T 4.205,8 T 4.753,6 T 1,6 1,0 27,9 42,2 48,6 29,2 25,3 4,9 7,2 5,0 2,5
Desarrollo humano bajo 359,5 T 788,7 T 1.038,5 T 2,8 2,3 18,2 34,0 41,7 44,9 42,6 2,4 3,1 7,0 5,8
Ingresos altos 781,8 T 948,3 T 1.005,6 T 0,7 0,5 70,1 78,0 80,8 18,0 16,5 12,8 17,7 2,2 1,7
Ingresos medios 1.849,6 T 2.748,6 T 3.028,6 T 1,4 0,8 34,8 52,9 60,7 25,9 22,3 5,8 8,6 4,5 2,1
Ingresos bajos 1.440,9 T 2.614,5 T 3.182,5 T 2,1 1,6 20,7 30,2 35,7 37,2 33,3 3,4 4,9 6,0 3,9
Total mundial 4.073,7 T
e
6.313,8 T
e
7.219,4 T
e
1,6 1,1 37,2 48,3 53,5 28,9 25,9 6,0 8,4 4,5 2,6
NOTAS
a
Los datos se basan en de niciones nacionales
de lo que constituye una ciudad o una zona
metropolitana, de modo que la comparación entre
países debe realizarse con la debida prudencia.
b Los datos se refi eren a proyecciones de la variante
media.
c Los datos se re eren a estimaciones
correspondientes al período especi cado.
d Los cálculos de la población incluyen la provincia
China de Taiwán.
e Los datos se re eren a la población mundial total
según la ONU 2005h. Se calcula que la población
total de los 177 países incluidos en los principales
cuadros de indicadores ascendía a 4.068,10
millones en 1975 y que será de 6.305,60 millones
en 2003 y 7.210,30 en 2015.
FUENTES
Columnas 1-3, 13 y 14:
ONU 2005h.
Columnas 4 y 5: cálculos basados en los datos de
las columnas 1 y 2.
Columnas 6-8: ONU 2004.
Columnas 9 y 10: cálculos basados en los datos de
la población menor de 15 años de edad y población
total de la ONU 2005h.
Columnas 11 y 12: cálculos basados en los datos de
la población de 65 años o más y la población total de
la ONU 2005h.
CUADRO
51334_UNDP_243_352_ACG.indd 25951334_UNDP_243_352_ACG.indd 259 8/17/05 9:50:28 PM8/17/05 9:50:28 PM
Gasto en salud
ODM
Niños de un año total-
mente inmunizados
Niños con diarrea
que reciben terapia
de rehidratación
oral y alimenta-
ción continua
(% de menores
de 5 años)
Tasa de uso
de anti-
conceptivos
a
(%)
ODM
Partos atendi-
dos por personal
sanitario
especializado
(%)
Médicos
(por cada
100.000
habitantes)
Clasifi cación según el IDH
Contra la
tuberculosis
(%)
Contra el
sarampión
(%)
Público
(% del PIB)
Privado
(% del PIB)
Per cápita
(PPA en US$)
2002 2002 2002 2003 2003 1994–2003
b
1995–2003
b
1995–2003
b
19902004
b
Indicadores del desarrollo humano
260 INFORME SOBRE DESARROLLO HUMANO 2005
6
... para disfrutar de una vida larga y saludable ...
DESARROLLO HUMANO ALTO
1Noruega 8,0 1,6 3.409 .. 84 .. 74 100
c
356
2 Islandia 8,3 1,6 2.802 .. 93 .. .. .. 347
3 Australia 6,5 3,0 2.699 .. 93 .. 76 100 249
4 Luxemburgo 5,3 0,9 3.066 .. 91 .. .. 100
c
255
5 Canadá 6,7 2,9 2.931 .. 95 .. 75 98 209
6 Suecia 7,8 1,4 2.512 16
d
94 .. 78 100
c
305
7Suiza 6,5 4,7 3.446 .. 82 .. 82 .. 352
8 Irlanda 5,5 1,8 2.367 90 78 .. .. 100 237
9 Bélgica 6,5 2,6 2.515 .. 75 .. 78 100
c
418
10 Estados Unidos 6,6 8,0 5.274 .. 93 .. 76 99 549
11 Jan 6,5 1,4 2.133 .. 99 .. 56 100 201
12 Países Bajos 5,8 3,0 2.564 .. 96 .. 79 100 329
13 Finlandia 5,5 1,8 1.943 98 97 .. 77 100
c
311
14 Dinamarca 7,3 1,5 2.583 .. 96 .. 78 100
c
366
15 Reino Unido 6,4 1,3 2.160 .. 80 .. 84
e
99 166
16 Francia 7,4 2,3 2.736 85 86 .. 75 99
c
329
17 Austria 5,4 2,3 2.220 .. 79 .. 51 100
c
324
18 Italia 6,4 2,1 2.166 .. 83 .. 60 .. 606
19 Nueva Zelandia 6,6 1,9 1.857 .. 85 .. 75 100 223
20 Alemania 8,6 2,3 2.817 .. 92 .. 75 100
c
362
21 España 5,4 2,2 1.640 .. 97 .. 81 .. 320
22 Hong Kong, China (RAE) .. .. .. .. .. .. 86 .. ..
23 Israel 6,0 3,1 1.890 .. 95 .. 68 99
c
391
24 Grecia 5,0 4,5 1.814 88 88 .. .. .. 440
25 Singapur 1,3 3,0 1.105 97 88 .. 62 100 140
26 Eslovenia 6,2 2,1 1.547 98 94 .. 74 100
c
219
27 Portugal 6,6 2,7 1.702 81 96 .. 66 100 324
28 Corea, República de 2,6 2,4 982 87 96 .. 81 100 181
29 Chipre 2,9 4,1 883 .. 86 .. .. 100
c
298
30 Barbados 4,7 2,2 1.018 .. 90 .. 55 91 121
31 República Checa 6,4 0,6 1.118 98 99 .. 72 99 343
32 Malta 7,0 2,7 965 .. 90 .. .. 98
c
293
33 Brunei Darussalam 2,7 0,8 653 99 99 .. .. 99 101
34 Argentina 4,5 4,4 956 99 97 .. .. 99 301
35 Hungría 5,5 2,3 1.078 99 99 .. 77 .. 316
36 Polonia 4,4 1,7 657 94 97 .. 49 99
c
220
37 Chile 2,6 3,2 642 94 99 .. .. 100 109
38 Estonia 3,9 1,2 604 99 95 .. 70 .. 316
39 Lituania 4,3 1,6 549 99 98 .. 47 .. 403
40 Qatar 2,4 0,7 894 99 93 .. 43 98 221
41 Emiratos Árabes Unidos 2,3 0,8 750 98 94 .. 28 96 202
42 Eslovaquia 5,3 0,6 723 98 99 .. 74 .. 325
43 Bahrein 3,2 1,2 792 .. 100 .. 62 98 160
44 Kuwait 2,9 0,9 552 .. 97 .. 50 98 153
45 Croacia 5,9 1,4 630 98 95 .. .. 100 237
46 Uruguay 2,9 7,1 805 99 95 .. .. 100 365
47 Costa Rica 6,1 3,2 743 87 89 .. 80 98 173
48 Letonia 3,3 1,8 477 99 99 .. 48 100 291
49 Saint Kitts y Nevis 3,4 2,1 667 99 98 .. 41 99 118
50 Bahamas 3,4 3,5 1.074 .. 90 .. 62 99
c
106
51 Seychelles 3,9 1,3 557 99 99 .. .. .. 132
52 Cuba 6,5 1,0 236 99 99 .. 73 100 591
53 xico 2,7 3,4 550 99 96 .. 68 86 171
Compromiso con la salud: recursos, acceso y servicios
CUADRO
51334_UNDP_243_352_ACG.indd 26051334_UNDP_243_352_ACG.indd 260 8/17/05 9:50:30 PM8/17/05 9:50:30 PM
Gasto en salud
ODM
Niños de un año total-
mente inmunizados
Niños con diarrea
que reciben terapia
de rehidratación
oral y alimenta-
ción continua
(% de menores
de 5 años)
Tasa de uso
de anti-
conceptivos
a
(%)
ODM
Partos atendi-
dos por personal
sanitario
especializado
(%)
Médicos
(por cada
100.000
habitantes)
Clasifi cación según el IDH
Contra la
tuberculosis
(%)
Contra el
sarampión
(%)
Público
(% del PIB)
Privado
(% del PIB)
Per cápita
(PPA en US$)
2002 2002 2002 2003 2003 1994–2003
b
1995–2003
b
1995–2003
b
19902004
b
Indicadores del desarrollo humano
INFORME SOBRE DESARROLLO HUMANO 2005 261
6
54 Tonga 5,1 1,8 292 99 99 .. .. 92 34
55 Bulgaria 4,0 3,4 499 98 96 .. 42 .. 338
56 Panamá 6,4 2,5 576 87 83 .. 58 90 168
57 Trinidad y Tobago 1,4 2,3 428 .. 88 31 38 96 79
DESARROLLO HUMANO MEDIO
58 Jamahiriya Árabe Libia 1,6 1,7 222 99 91 .. 45 94 129
59 Macedonia, ERY .. .. .. .. 96 .. .. .. ..
60 Antigua y Barbuda 3,3 1,5 527 .. 99 .. 53 100 17
61 Malasia 2,0 1,8 349 99 92 .. 55 97 70
62 Rusia, Federación de 3,5 2,7 535 97 96 .. 73 99 417
63 Brasil 3,6 4,3 611 99 99 28 77 88 206
64 Rumania 4,2 2,1 469 99 97 .. 64 98 189
65 Mauricio 2,2 0,7 317 92 94 .. 75 99 85
66 Granada 4,0 1,7 465 .. 99 .. 54 99 50
67 Belarús 4,7 1,7 583 99 99 .. 50 100 450
68 Bosnia y Herzegovina 4,6 4,6 322 94 84 23 48 100 134
69 Colombia 6,7 1,4 536 96 92 44 77 86 135
70 Dominica 4,6 1,8 310 99 99 42 50 100 49
71 Omán 2,8 0,6 379 98 98 .. 24 95 126
72 Albania 2,4 3,7 302 95 93 51 75 94 139
73 Tailandia 3,1 1,3 321 99 94 .. 72 99 30
74 Samoa (Occidental) 4,7 1,5 238 73 99 .. .. 100 70
75 Venezuela 2,3 2,6 272 91 82 51 49 94 194
76 Santa Lucía 3,4 1,6 306 95 90 .. 47 100 518
77 Arabia Saudita 3,3 1,0 534 94 96 .. 32 91 140
78 Ucrania 3,3 1,4 210 98 99 .. 68 100 297
79 Perú 2,2 2,2 226 94 95 46 69 59 117
80 Kazajstán 1,9 1,6 261 99 99 22 66 99 330
81 Líbano 3,5 8,0 697 .. 96 .. 61 89 325
82 Ecuador 1,7 3,1 197 99 99 .. 66 69 148
83 Armenia 1,3 4,5 232 92 94 48 61 97 353
84 Filipinas 1,1 1,8 153 91 80 37 49 60 116
85 China 2,0 3,8 261 93 84 .. 84 97 164
86 Suriname 3,6 5,0 385 .. 71 43 42 85 45
87 San Vincente y las Granadinas 3,9 2,0 340 87 94 .. 58 100 88
88 Paraguay 3,2 5,2 343 70 91 .. 73 71 117
89 Túnez 2,9 2,9 415 93 90 .. 63 90 70
90 Jordania 4,3 5,0 418 67 96 .. 56 100 205
91 Belice 2,5 2,7 300 99 96 .. 47 83 105
92 Fiji 2,7 1,5 240 99 91 .. 41 100 34
93 Sri Lanka 1,8 1,9 131 99 99 .. 70 97 43
94 Turquía 4,3 2,2 420 89 75 19 64 81 124
95 República Dominicana 2,2 3,9 295 90 79 53 70 99 188
96 Maldivas 5,1 0,7 307 98 96 .. 42 70 78
97 Turkmenistán 3,0 1,3 182 99 97 .. 62 97 317
98 Jamaica 3,4 2,6 234 88 78 21 66 95 85
99 Irán, Rep. Islámica de 2,9 3,1 432 99 99 .. 73 90 105
100 Georgia 1,0 2,8 123 87 73 .. 41 96 391
101 Azerbaiyán 0,8 2,9 120 99 98 40 55 84 354
102 Territorios Palestinos Ocupados .. .. .. 99 .. .. .. 97 84
103 Argelia 3,2 1,1 182 98 84 .. 64 92 85
104 El Salvador 3,6 4,4 372 90 99 .. 67 69 124
105 Cabo Verde 3,8 1,2 193 78 68 .. 53 89 17
106 República Árabe Siria 2,3 2,8 109 99 98 .. 40 76
c
140
CUADRO
51334_UNDP_243_352_ACG.indd 26151334_UNDP_243_352_ACG.indd 261 8/17/05 9:50:32 PM8/17/05 9:50:32 PM
Gasto en salud
ODM
Niños de un año total-
mente inmunizados
Niños con diarrea
que reciben terapia
de rehidratación
oral y alimenta-
ción continua
(% de menores
de 5 años)
Tasa de uso
de anti-
conceptivos
a
(%)
ODM
Partos atendi-
dos por personal
sanitario
especializado
(%)
Médicos
(por cada
100.000
habitantes)
Clasifi cación según el IDH
Contra la
tuberculosis
(%)
Contra el
sarampión
(%)
Público
(% del PIB)
Privado
(% del PIB)
Per cápita
(PPA en US$)
2002 2002 2002 2003 2003 1994–2003
b
1995–2003
b
1995–2003
b
19902004
b
Indicadores del desarrollo humano
262 INFORME SOBRE DESARROLLO HUMANO 2005
6
107 Guyana 4,3 1,3 227 95 89 40 37 86 48
108 Viet Nam 1,5 3,7 148 98 93 24 79 85 53
109 Kirguistán 2,2 2,1 117 99 99 16 60 98 268
110 Indonesia 1,2 2,0 110 82 72 61 60 68 16
111 Uzbekistán 2,5 3,0 143 98 99 33 68 96 289
112 Nicaragua 3,9 4,0 206 94 93 49 69 67 164
113 Bolivia 4,2 2,8 179 94 64 59 53 65 73
114 Mongolia 4,6 2,0 128 98 98 66 67 99 267
115 Moldova, Rep. de 4,1 2,9 151 98 96 52 62 99 269
116 Honduras 3,2 3,0 156 91 95 .. 62 56 83
117 Guatemala 2,3 2,5 199 97 75 22 43 41 90
118 Vanuatu 2,8 1,0 121 63 48 .. .. 89 11
119 Egipto 1,8 3,1 192 98 98 29 60 69 212
120 Sudáfrica 3,5 5,2 689 97 83 37 56 84 69
121 Guinea Ecuatorial 1,3 0,5 139 73 51 36 .. 65 25
122 Tayikistán 0,9 2,4 47 99 89 29 34 71 218
123 Gabón 1,8 2,5 248 89 55 44 33 86 29
124 Marruecos 1,5 3,1 186 92 90 .. 50 40 48
125 Namibia 4,7 2,0 331 92 70 39 29 78 30
126 Santo Tomé y Principe 9,7 1,4 108 99 87 44 29 79 47
127 India 1,3 4,8 96 81 67 22 48
f
43 51
128 Islas Salomón 4,5 0,3 83 76 78 .. .. 85 13
129 Myanmar 0,4 1,8 30 79 75 48 37 56 30
130 Camboya 2,1 9,9 192 76 65 .. 24 32 16
131 Botswana 3,7 2,3 387 99 90 7 40 94 29
132 Comoras 1,7 1,2 27 75 63 31 26 62 7
133 Rep. Dem. Popular Lao 1,5 1,4 49 65 42 37 32 19 59
134 Bhután 4,1 0,4 76 93 88 .. 19 24 5
135 Pakistán 1,1 2,1 62 82 61 33
c
28 23 66
136 Nepal 1,4 3,8 64 91 75 43 39 11 5
137 Papua Nueva Guinea 3,8 0,5 136 60 49 .. 26 53 5
138 Ghana 2,3 3,3 73 92 80 24 25 44 9
139 Bangladesh 0,8 2,3 54 95 77 35 58 14 23
140 Timor-Leste 6,2 3,5 195 80 60 .. 10 24 ..
141 Sudán 1,0 3,9 58 53 57 38 10 86
c
16
142 Congo 1,5 0,7 25 60 50 ,, ,, ,, 25
143 Togo 1,1 9,4 163 84 58 25 26 49 6
144 Uganda 2,1 5,3 77 96 82 29 23 39 5
145 Zimbabwe 4,4 4,1 152 92 80 80 54 73 6
DESARROLLO HUMANO BAJO
146 Madagascar 1,2 0,9 18 72 55 47 27 46 9
147 Swazilandia 3,6 2,4 309 97 94 24 28 70 18
148 Camerún 1,2 3,4 68 82 61 33 19 60 7
149 Lesotho 5,3 0,9 119 83 70 29 30 60 5
150 Djibouti 3,3 3,0 78 63 66 ,, ,, 61 13
151 Yemen 1,0 2,7 58 67 66 23
c
21 22 22
152 Mauritania 2,9 1,0 54 84 71 .. 8 57 14
153 Haití 3,0 4,6 83 71 53 41 27 24 25
154 Kenya 2,2 2,7 70 87 72 15 39 41 13
155 Gambia 3,3 4,0 83 99 90 38 10 55 4
156 Guinea 0,9 4,9 105 78 52 29 6 35 9
157 Senegal 2,3 2,8 62 77 60 33 11 58 8
158 Nigeria 1,2 3,5 43 48 35 28 13 35 27
159 Rwanda 3,1 2,4 48 88 90 16 13 31 2
Compromiso con la salud: recursos, acceso y servicios
CUADRO
51334_UNDP_243_352_ACG.indd 26251334_UNDP_243_352_ACG.indd 262 8/17/05 9:50:34 PM8/17/05 9:50:34 PM
Gasto en salud
ODM
Niños de un año total-
mente inmunizados
Niños con diarrea
que reciben terapia
de rehidratación
oral y alimenta-
ción continua
(% de menores
de 5 años)
Tasa de uso
de anti-
conceptivos
a
(%)
ODM
Partos atendi-
dos por personal
sanitario
especializado
(%)
Médicos
(por cada
100.000
habitantes)
Clasifi cación según el IDH
Contra la
tuberculosis
(%)
Contra el
sarampión
(%)
Público
(% del PIB)
Privado
(% del PIB)
Per cápita
(PPA en US$)
2002 2002 2002 2003 2003 1994–2003
b
1995–2003
b
1995–2003
b
19902004
b
Indicadores del desarrollo humano
INFORME SOBRE DESARROLLO HUMANO 2005 263
6
160 Angola 2,1 2,9 92 62 62 32 6 45 8
161 Eritrea 3,2 1,9 36 91 84 .. 8 28 3
162 Benin 2,1 2,6 44 99 83 42 19 66 6
163 Côte d’Ivoire 1,4 4,8 107 66 56 34 15 63 9
164 Tanzanía, Rep.Unida de 2,7 2,2 31 91 97 38 25 36 2
165 Malawi 4,0 5,8 48 91 77 51 31 61 1
166 Zambia 3,1 2,7 51 94 84 24 34 43 7
167 Congo, Rep. Dem del 1,2 2,9 15 68 54 17 31 61 7
168 Mozambique 4,1 1,7 50 87 77 33 6 48 2
169 Burundi 0,6 2,4 16 84 75 16 16 25 5
170 Etiopía 2,6 3,1 21 76 52 38 8 6 3
171 República Centroafricana 1,6 2,3 50 70 35 47 28 44 4
172 Guinea-Bissau 3,0 3,3 38 84 61 23 8 35 17
173 Chad 2,7 3,8 47 72 61 50 8 16 3
174 Malí 2,3 2,2 33 63 68 45 8 41 4
175 Burkina Faso 2,0 2,3 38 83 76 .. 14 31 4
176 Sierra Leona 1,7 1,2 27 87 73 39 4 42 7
177 Níger 2,0 2,0 27 64 64 43 14 16 3
Países en desarrollo .. .. .. 85 75 .. .. 59 ..
Países menos adelantados .. .. .. 79 67 .. .. 34 ..
Estados Árabes .. .. .. 86 84 .. .. 70 ..
Asia Oriental y el Pací co .. .. .. 91 82 .. .. 86 ..
América Latina y El Caribe .. .. .. 96 93 .. .. 82 ..
Asia Meridional .. .. .. 83 68 .. .. 38 ..
África Subsahariana .. .. .. 75 62 .. .. 41 ..
Europa Central y Oriental y la CEI .. .. .. 97 97 .. .. 97 ..
OCDE .. .. .. .. 91 .. .. 95 ..
Países de la OCDE de ingresos altos .. .. .. .. 92 .. .. 99 ..
Desarrollo humano alto .. .. .. .. 93 .. .. 97 ..
Desarrollo humano medio .. .. .. 89 79 .. .. 68 ..
Desarrollo humano bajo .. .. .. 75 61 .. .. 35 ..
Ingresos altos .. .. .. .. 92 .. .. 99 ..
Ingresos medios .. .. .. 95 89 .. .. 88 ..
Ingresos bajos .. .. .. 79 66 .. .. 42 ..
Total mundial .. .. .. 85
g
77
g
.. .. 62
g
..
NOTAS
a
Los datos suelen referirse a mujeres casadas entre
15 y 49 años; la escala de edad real cubierta puede
variar entre un país y otro.
b Los datos se refi eren al año más reciente disponible
durante el período especifi cado.
c Los datos se re eren a un año o período distinto del
especi cado, di eren de la defi nición normalizada o
se re eren sólo a una parte de un país.
d Los datos se refi eren exclusivamente a los niños
con alto riesgo.
e No incluye Irlanda del Norte.
f No incluye el estado de Tripura.
g Los datos se refi eren a las cifras mundiales totales
de UNICEF 2004.
FUENTES
Columnas 1-3:
OMS 2005a.
Columnas 4 y 6: UNICEF 2004.
Columnas 5 y 8: ONU 2005f, cálculos basados en
datos obtenidos a través de un esfuerzo conjunto del
Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia y la
Organización Mundial de la Salud.
Columna 7: ONU 2005e.
Columna 9: OMS 2005b.
CUADRO
51334_UNDP_243_352_ACG.indd 26351334_UNDP_243_352_ACG.indd 263 8/17/05 9:50:36 PM8/17/05 9:50:36 PM
Clasifi cación según el IDH
ODM
Población con
acceso sostenible a
saneamiento mejorado
(%)
ODM
Población con acceso
sostenible a una fuente
de agua mejorada
(%)
ODM
Personas desnutridas
(% de la población total)
ODM
Niños con peso
inferior a la me-
dia para su edad
(% de menores
de 5 años)
Niños con al-
tura inferior
a la media
para su edad
(% de menores
de 5 años)
Niños con
peso inferior
a la media
al nacer
(%)
1990 2002 1990 2002 1990/92
a
2000/02
a
1995–2003
b
1995–2003
b
19982003
b
Indicadores del desarrollo humano
264 INFORME SOBRE DESARROLLO HUMANO 2005
7
... para disfrutar de una vida larga y saludable ...
DESARROLLO HUMANO ALTO
1 Noruega .. .. 100 100 .. .. .. .. 5
2Islandia .. .. 100 100 .. .. .. .. 4
3 Australia 100 100 100 100 .. .. .. .. 7
4Luxemburgo .. .. 100 100 .. .. .. .. 8
5 Canadá 100 100 100 100 .. .. .. .. 6
6 Suecia 100 100 100 100 .. .. .. .. 4
7 Suiza 100 100 100 100 .. .. .. .. 6
8 Irlanda .. .. .. .. .. .. .. .. 6
9 Bélgica .. .. .. .. .. .. .. .. 8
c
10 Estados Unidos 100 100 100 100 .. .. 1
d
2
c
8
11 Japón 100 100 100 100 .. .. .. .. 8
12 Países Bajos 100 100 100 100 .. .. .. .. ..
13 Finlandia 100 100 100 100 .. .. .. .. 4
14 Dinamarca .. .. 100 100 .. .. .. .. 5
15 Reino Unido .. .. .. .. .. .. .. .. 8
16 Francia .. .. .. .. .. .. .. .. 7
17 Austria 100 100 100 100 .. .. .. .. 7
18 Italia .. .. .. .. .. .. .. .. 6
19 Nueva Zelandia .. .. 97 .. .. .. .. .. 6
20 Alemania .. .. 100 100 .. .. .. .. 7
21 España .. .. .. .. .. .. .. .. 6
c
22 Hong Kong, China (RAE) .. .. .. .. .. .. .. .. ..
23 Israel .. .. 100 100 .. .. .. .. 8
24 Grecia .. .. .. .. .. .. .. .. 8
25 Singapur .. .. .. .. .. .. 14
d
11
c
8
26 Eslovenia .. .. .. .. .. 3 .. .. 6
27 Portugal .. .. .. .. .. .. .. .. 8
28 Corea, República de .. .. .. 92 2 2 .. .. 4
29 Chipre 100 100 100 100 .. .. .. .. ..
30 Barbados 100 99 100 100 .. .. 6
d
7
c
10
c
31 República Checa .. .. .. .. .. 2 1
d
2
c
7
32 Malta .. .. 100 100 .. .. .. .. 6
33 Brunei Darussalam .. .. .. .. .. .. .. .. 10
34 Argentina 82 94 ,, 2 2 5 12 7
35 Hungría .. 95 99 99 .. 1 2
d
3
c
9
36 Polonia .. .. .. .. .. 1 .. .. 6
37 Chile 85 92 90 95 8 4 1 2 5
38 Estonia .. .. .. .. .. 5 .. .. 4
39 Lituania .. .. .. .. .. 1 .. .. 4
40 Qatar 100 100 100 100 .. .. 6 8 10
41 Emiratos Árabes Unidos 100 100 .. .. 4 2 14 17 15
c
42 Eslovaquia 100 100 100 100 .. 5 .. .. 7
43 Bahrein .. .. .. .. .. .. 9 10 8
44 Kuwait .. .. .. .. 23 5 10 24 7
45 Croacia .. .. .. .. .. 7 1 1 6
46 Uruguay .. 94 .. 98 6 4 5 8 8
47 Costa Rica .. 92 .. 97 6 4 5 6 7
48 Letonia .. .. .. .. .. 4 .. .. 5
49 Saint Kitts y Nevis 96 96 99 99 .. .. .. .. 9
50 Bahamas 100 100 .. 97 .. .. .. .. 7
51 Seychelles .. .. .. 87 .. .. 6
d
5
c
..
52 Cuba 98 98 .. 91 8 3 4 5 6
53 xico 66 77 80 91 5 5 8 18 9
Agua, saneamiento y nutrición
CUADRO
51334_UNDP_243_352_ACG.indd 26451334_UNDP_243_352_ACG.indd 264 8/17/05 9:50:38 PM8/17/05 9:50:38 PM
Clasifi cación según el IDH
ODM
Población con
acceso sostenible a
saneamiento mejorado
(%)
ODM
Población con acceso
sostenible a una fuente
de agua mejorada
(%)
ODM
Personas desnutridas
(% de la población total)
ODM
Niños con peso
inferior a la me-
dia para su edad
(% de menores
de 5 años)
Niños con al-
tura inferior
a la media
para su edad
(% de menores
de 5 años)
Niños con
peso inferior
a la media
al nacer
(%)
1990 2002 1990 2002 1990/92
a
2000/02
a
1995–2003
b
1995–2003
b
19982003
b
Indicadores del desarrollo humano
INFORME SOBRE DESARROLLO HUMANO 2005 265
7
54 Tonga 97 97 100 100 .. .. .. .. 0
55 Bulgaria 100 100 100 100 .. 11 .. .. 10
56 Panamá .. 72 .. 91 21 26 7 14 10
c
57 Trinidad y Tobago 100 100 92 91 13 12 7
d
5
c
23
DESARROLLO HUMANO MEDIO
58 Jamahiriya Árabe Libia 97 97 71 72 1 1 5 15 7
c
59 Macedonia, ERY .. .. .. .. .. 11 6 7 5
60 Antigua y Barbuda .. 95 .. 91 .. .. 10
d
7
c
8
61 Malasia 96 .. 95 3 2 12 .. 10
62 Rusia, Federación de 87 87 94 96 .. 4 3 13 6
63 Brasil 70 75 83 89 12 9 6 11 10
c
64 Rumania .. 51 .. 57 .. 1 6
d
8
c
9
65 Mauricio 99 99 100 100 6 6 15 10 13
66 Granada 97 97 .. 95 .. .. .. .. 9
67 Belarús .. .. 100 100 .. 2 .. .. 5
68 Bosnia y Herzegovina .. 93 98 98 .. 8 4 10 4
69 Colombia 82 86 92 92 17 13 7 14 9
70 Dominica .. 83 .. 97 .. .. 5
d
6
c
10
71 Omán 83 89 77 79 .. .. 24 23 8
72 Albania .. 89 97 97 .. 6 14 32 3
73 Tailandia 80 99 81 85 28 20 19
d
16
c
9
74 Samoa (Occidental) 98 100 91 88 .. .. .. .. 4
c
75 Venezuela .. 68 .. 83 11 17 4 13
c
7
76 Santa Lucía .. 89 98 98 .. .. 14
d
11
c
8
77 Arabia Saudita .. .. 90 .. 4 3 14 20 11
c
78 Ucrania 99 99 .. 98 .. 3 3 15 5
79 Perú 52 62 74 81 42 13 7 25 11
c
80 Kazajstán 72 72 86 86 .. 13 4 10 8
81 Líbano .. 98 100 100 3 3 3 12 6
82 Ecuador 56 72 69 86 8 4 12 26 16
83 Armenia .. 84 .. 92 .. 34 3 13 7
84 Filipinas 54 73 87 85 26 22 31 31 20
85 China 23 44 70 77 16 11 10 14 6
86 Suriname .. 93 .. 92 13 11 13 10 13
87 San Vicente y las Granadinas .. .. .. .. .. .. .. .. 10
88 Paraguay 58 78 62 83 18 14 5 .. 9
c
89 Túnez 75 80 77 82 1 1 4 12 7
90 Jordania .. 93 98 91 4 7 4 9 10
c
91 Belice .. 47 .. 91 .. .. 6
d
.. 6
92 Fiji 98 98 .. .. .. .. 8
d
3
c
10
93 Sri Lanka 70 91 68 78 28 22 29 14 22
94 Turqa 84 83 81 93 2 3 8 16 16
95 República Dominicana 48 57 86 93 27 25 5 9 11
96 Maldivas .. 58 99 84 .. .. 30 25 22
97 Turkmenistán .. 62 .. 71 .. 9 12 22 6
98 Jamaica 75 80 92 93 14 10 4 5 9
99 Irán, Rep. Islámica del 83 84 91 93 4 4 11 15 7
c
100 Georgia .. 83 .. 76 .. 27 3 12 6
101 Azerbaiyán .. 55 66 77 .. 15 7 13 11
102 Territorios Palestinos Ocupados .. 76 .. 94 .. .. 4 9 9
103 Argelia 88 92 95 87 5 5 6 18 7
104 El Salvador 51 63 67 82 12 11 10 19 13
105 Cabo Verde .. 42 .. 80 .. .. 14
d
16
c
13
106 República Árabe Siria 76 77 79 79 5 4 7 18 6
CUADRO
51334_UNDP_243_352_ACG.indd 26551334_UNDP_243_352_ACG.indd 265 8/17/05 9:50:40 PM8/17/05 9:50:40 PM
Clasifi cación según el IDH
ODM
Población con
acceso sostenible a
saneamiento mejorado
(%)
ODM
Población con acceso
sostenible a una fuente
de agua mejorada
(%)
ODM
Personas desnutridas
(% de la población total)
ODM
Niños con peso
inferior a la me-
dia para su edad
(% de menores
de 5 años)
Niños con al-
tura inferior
a la media
para su edad
(% de menores
de 5 años)
Niños con
peso inferior
a la media
al nacer
(%)
1990 2002 1990 2002 1990/92
a
2000/02
a
1995–2003
b
1995–2003
b
19982003
b
Indicadores del desarrollo humano
266 INFORME SOBRE DESARROLLO HUMANO 2005
7
107 Guyana .. 70 .. 83 21 9 14 11 12
108 Viet Nam 22 41 72 73 31 19 33 36 9
109 Kirguistán .. 60 .. 76 .. 6 11 25 7
c
110 Indonesia 46 52 71 78 9 6 26 .. 9
111 Uzbekistán 58 57 89 89 .. 26 8 21 7
112 Nicaragua 47 66 69 81 30 27 10 20 12
113 Bolivia 33 45 72 85 28 21 8 27 9
114 Mongolia .. 59 62 62 34 28 13 25 8
115 Moldova, Rep. de .. 68 .. 92 .. 11 3 10 5
116 Honduras 49 68 83 90 23 22 17 29 14
117 Guatemala 50 61 77 95 16 24 23 49 13
118 Vanuatu .. .. 60 60 .. .. 20
d
19
c
6
119 Egipto 54 68 94 98 4 3 9 16 12
120 Sudáfrica 63 67 83 87 .. .. 12 25 15
121 Guinea Ecuatorial .. 53 .. 44 .. .. 19 39 13
122 Tayikistán .. 53 .. 58 .. 61 .. 36 15
123 Gabón .. 36 .. 87 10 6 12 21 14
124 Marruecos 57 61 75 80 6 7 9 24 11
c
125 Namibia 24 30 58 80 35 22 24 24 14
126 Santo Tomé y Príncipe .. 24 .. 79 .. .. 13 29 ,,
127 India 12 30 68 86 25 21 47 46 30
128 Islas Salomón .. 31 .. 70 .. .. 21
d
27
c
13
c
129 Myanmar 21 73 48 80 10 6 35 34 15
130 Camboya .. 16 .. 34 43 33 45 45 11
131 Botswana 38 41 93 95 23 32 13 23 10
132 Comoras 23 23 89 94 .. .. 25 42 25
133 Rep. Dem. Popular Lao .. 24 .. 43 29 22 40 41 14
134 Bhután .. 70 .. 62 .. .. 19 40 15
135 Pakistán 38 54 83 90 24 20 38 37 19
c
136 Nepal 12 27 69 84 20 17 48 51 21
137 Papua Nueva Guinea 45 45 39 39 .. .. 35
d
.. 11
c
138 Ghana 43 58 54 79 37 13 25 26 11
139 Bangladesh 23 48 71 75 35 30 48 45 30
140 Timor-Leste .. 33 .. 52 .. .. 43 47 10
141 Sudán 33 34 64 69 32 27 17 .. 31
142 Congo .. 9 .. 46 54 37 14 19 ..
143 Togo 37 34 49 51 33 26 25 22 15
144 Uganda 43 41 44 56 24 19 23 39 12
145 Zimbabwe 49 57 77 83 45 44 13 27 11
DESARROLLO HUMANO BAJO
146 Madagascar 12 33 40 45 35 37 33 49 14
147 Swazilandia .. 52 .. 52 14 19 10 30 9
148 Camerún 21 48 50 63 33 25 21 35 11
149 Lesotho 37 37 .. 76 17 12 18 46 14
150 Djibouti 48 50 78 80 .. .. 18 26 ..
151 Yemen 21 30 69 69 34 36 46 53 32
c
152 Mauritania 28 42 41 56 15 10 32 35 ..
153 Haití 15 34 53 71 65 47 17 23 21
154 Kenya 42 48 45 62 44 33 20 31 11
155 Gambia .. 53 .. 82 22 27 17 19 17
156 Guinea 17 13 42 51 39 26 23 26 12
157 Senegal 35 52 66 72 23 24 23 25 18
158 Nigeria 39 38 49 60 13 9 29 38
c
14
159 Rwanda 37 41 58 73 44 37 27 41 9
Agua, saneamiento y nutrición
CUADRO
51334_UNDP_243_352_ACG.indd 26651334_UNDP_243_352_ACG.indd 266 8/17/05 9:50:42 PM8/17/05 9:50:42 PM
Clasifi cación según el IDH
ODM
Población con
acceso sostenible a
saneamiento mejorado
(%)
ODM
Población con acceso
sostenible a una fuente
de agua mejorada
(%)
ODM
Personas desnutridas
(% de la población total)
ODM
Niños con peso
inferior a la me-
dia para su edad
(% de menores
de 5 años)
Niños con al-
tura inferior
a la media
para su edad
(% de menores
de 5 años)
Niños con
peso inferior
a la media
al nacer
(%)
1990 2002 1990 2002 1990/92
a
2000/02
a
1995–2003
b
1995–2003
b
19982003
b
Indicadores del desarrollo humano
INFORME SOBRE DESARROLLO HUMANO 2005 267
7
160 Angola 30 30 32 50 58 40 31 45 12
161 Eritrea 8 9 40 57 .. 73 40 38 21
c
162 Benin 11 32 60 68 20 15 23 31 16
163 Côte d’Ivoire 31 40 69 84 18 14 21 25 17
164 Tanzanía, Rep. Unida de 47 46 38 73 37 44 29 44 13
165 Malawi 36 46 41 67 50 33 22 45 16
166 Zambia 41 45 50 55 48 49 28 47 12
167 Congo, Rep. Dem. del 18 29 43 46 32 71 31 38 12
168 Mozambique .. 27 .. 42 66 47 24 41 14
c
169 Burundi 44 36 69 79 48 68 45 57 16
170 Etioa 4 6 25 22 .. 46 47 52 15
171 República Centroafricana 23 27 48 75 50 43 24 39 14
172 Guinea-Bissau .. 34 .. 59 .. .. 25 30 22
173 Chad 6 8 20 34 58 34 28 29 17
c
174 Malí 36 45 34 48 29 29 33 38 23
175 Burkina Faso 13 12 39 51 21 19 34 37 19
176 Sierra Leona .. 39 .. 57 46 50 27 34 ..
177 Níger 7 12 40 46 41 34 40 40 17
Países en desarrollo 33 48 70 79 19 16 .. .. ..
Países menos adelantados 23 35 51 61 34 33 .. .. ..
Estados Árabes 61 66 83 84 10 9 .. .. ..
Asia Oriental y el Pací co 30 49 71 78 .. .. .. .. ..
América Latina y El Caribe 68 75 81 89 13 10 .. .. ..
Asia Meridional 20 37 71 86 25 21 .. .. ..
África Subsahariana 32 36 48 58 32 30 .. .. ..
Europa Central y Oriental y la CEI .. 82 .. .. .. .. .. .. ..
OCDE .. .. 96 98 .. .. .. .. ..
Países de la OCDE de ingresos altos .. .. .. 100 .. .. .. .. ..
Desarrollo humano alto .. .. .. .. .. .. .. .. ..
Desarrollo humano medio 36 51 74 83 19 15 .. .. ..
Desarrollo humano bajo 27 32 44 55 32 32 .. .. ..
Ingresos altos .. .. .. .. .. .. .. .. ..
Ingresos medios 48 61 77 83 .. .. .. .. ..
Ingresos bajos 20 35 64 77 27 24 .. .. ..
Total mundial 43 58
e
75 83
e
.. .. .. .. ..
NOTAS
a
Los datos se refi eren al promedio de los años
especifi cados.
b Los datos se refi eren al año más reciente disponible
durante el período especifi cado.
c Los datos se re eren a un año o período distinto del
especi cado, di eren de la defi nición normalizada o
se re eren sólo a una parte del país.
d Datos según UNICEF 2004. Los datos se refi eren a
un año o período distinto del especi cado, difi eren
de la defi nición normalizada o se re eren sólo a una
parte del país.
e Los datos se re eren al total mundial según UNICEF
2004.
FUENTES
Columnas 1–4 y 7:
ONU 2005f, cálculos basados
en datos obtenidos de un esfuerzo conjunto del Fondo
de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) y la
Organización Mundial de la Salud (OMS).
Columnas 5 y 6: ONU 2005f, cálculos basados en
datos obtenidos de la FAO 2005.
Columnas 8 y 9: UNICEF, cálculos basados en datos
obtenidos de un esfuerzo conjunto del Fondo de las
Naciones Unidas para la Infancia y la Organización
Mundial de la Salud.
CUADRO
51334_UNDP_243_352_ACG.indd 26751334_UNDP_243_352_ACG.indd 267 8/17/05 9:50:44 PM8/17/05 9:50:44 PM
Clasifi cación según el IDH
o de la
encuesta
Partos atendidos por
personal sanitario
especializado
(%)
Niños de un año total-
mente inmunizados
a
(%)
Niños con altura
inferior a la media
para su edad
(% de menores
de 5 años)
Tasa de mortali-
dad infantil
b
(por cada 1.000
nacidos vivos)
Tasa de mortalidad
de niños meno-
res de 5 años
b
(por cada 1.000
nacidos vivos)
20% más
pobre
20% más
rico
20% más
pobre
20% más
rico
20% más
pobre
20% más
rico
20% más
pobre
20% más
rico
20% más
pobre
20% más
rico
Indicadores del desarrollo humano
268 INFORME SOBRE DESARROLLO HUMANO 2005
8
... para disfrutar de una vida larga y saludable ...
DESARROLLO HUMANO MEDIO
63 Brasil 1996 71,6 98,6 56,6 73,8 16,8 2,0 83,2 28,6 98,9 33,3
69 Colombia 1995 60,6 98,1 57,7 77,3 16,7 4,5 40,8 16,2 52,1 23,6
72 Albania 2000 93,3 100,0 66,2 68,0 15,7 7,9 52,3 27,3 60,9 29,6
79 Perú 2000 13,0 87,5 57,9 81,1 29,4 4,2 63,5 13,9 92,6 17,6
80 Kazajstán 1999 99,2 98,5 68,7 62,3
c
13,2 3,7 67,6 42,3 81,9 44,8
84 Filipinas 1998 21,2 91,9 59,8 86,5 .. .. 48,8 20,9 79,8 29,2
88 Paraguay 1990 41,2 98,1 20,2 53,0 16,7 3,0 42,9 15,7 57,2 20,1
90 Jordania 1997 91,2 99,3 21,3 17,1 10,5 4,5 35,4 23,4 42,1 25,2
94 Turquía 1998 53,4 98,2 27,7 69,7 14,8 3,2 68,3 29,8 85,0 32,6
95 República Dominicana 1996 88,9 97,8 34,4 46,5 14,2 1,7 66,7 23,4 89,9 26,6
97 Turkmenistán 2000 96,8 98,3 85,0 77,5 16,9 11,4 89,3 58,4 105,5 69,8
108 Viet Nam 2000 58,1 99,7 44,3 92,3 .. .. 39,3 13,8 52,9 15,8
109 Kirguistán 1997 96,0 100,0 69,3 73,1 27,9 11,6 83,3 45,8 96,4 49,3
110 Indonesia 1997 21,3 89,2 42,9 72,1 .. .. 78,1 23,3 109,0 29,2
111 Uzbekistán 1996 91,7 100,0 80,9 77,5 19,5 16,0 54,4 45,9 70,3 50,4
112 Nicaragua 2001 77,5 99,3 63,6 71,0 22,4 4,1 49,6 16,3 64,3 19,2
113 Bolivia 1998 19,8 97,9 21,8 30,6 25,4 3,9 106,5 25,5 146,5 32,0
117 Guatemala 1998 8,8 91,9 66,3 56,0 30,0 7,2 58,0 39,2 77,6 39,3
119 Egipto 2000 31,4 94,2 91,2 92,0 16,4 7,9 75,6 29,6 97,9 33,7
120 Sudáfrica 1998 67,8 98,1 51,3 70,2 .. .. 61,6 17,0 87,4 21,9
123 Gabón 2000 67,2 97,1 5,5 23,5 20,7 8,8 57,0 35,9 93,1 55,4
124 Marruecos 1992 5,1 77,9 53,7 95,2 23,3 6,6 79,7 35,1 111,6 39,2
125 Namibia 2000 55,4 97,1 59,5 68,2 18,4 9,1 35,8 22,7 55,4 31,4
127 India 1998 16,4 84,4 21,3 63,8 25,0 17,4 96,5 38,1 141,3 45,5
130 Camboya 2000 14,7 81,2 28,6 67,7 26,9 13,5 109,7 50,3 154,8 63,6
132 Comoras 1996 26,2 84,8 39,8 82,0 23,4 17,8 87,2 64,6 128,9 86,6
c
135 Pakistán 1990 4,6 55,2 22,5 54,7 25,2 16,8 88,7 62,5 124,5 73,8
136 Nepal 2001 3,6 45,1 54,2 81,6 32,7 24,6 85,5 53,2 129,9 67,7
138 Ghana 1998 17,9 86,1 49,6 79,3 20,3 9,1 72,7 26,0 138,8 52,2
139 Bangladesh 1999 3,5 42,1 50,3 74,9 .. .. 92,9 57,9 139,7 72,4
143 Togo 1998 25,1 91,2 22,2 52,0 19,0 10,1 84,1 65,8 167,7 97,0
144 Uganda 2000 19,7 77,3 26,5 42,6 25,1 18,0 105,7 60,2 191,8 106,4
145 Zimbabwe 1999 56,7 93,5 63,9 64,1 19,2 13,1 59,1 44,3 99,5 62,2
Desigualdad en la salud maternoinfantil
CUADRO
51334_UNDP_243_352_ACG.indd 26851334_UNDP_243_352_ACG.indd 268 8/17/05 9:50:45 PM8/17/05 9:50:45 PM
Clasifi cación según el IDH
o de la
encuesta
Partos atendidos por
personal sanitario
especializado
(%)
Niños de un año total-
mente inmunizados
a
(%)
Niños con altura
inferior a la media
para su edad
(% de menores
de 5 años)
Tasa de mortali-
dad infantil
b
(por cada 1.000
nacidos vivos)
Tasa de mortalidad
de niños meno-
res de 5 años
b
(por cada 1.000
nacidos vivos)
20% más
pobre
20% más
rico
20% más
pobre
20% más
rico
20% más
pobre
20% más
rico
20% más
pobre
20% más
rico
20% más
pobre
20% más
rico
Indicadores del desarrollo humano
INFORME SOBRE DESARROLLO HUMANO 2005 269
8
NOTAS
Este cuadro presenta datos para los países en
desarrollo basados en las encuestas demográ cas
y de salud realizadas a partir del año 1995. Los
quintiles están de nidos más bien por el nivel socio
económico en términos de activos o patrimonio y
no de ingresos o consumo. Ver Gwatkin y otros en
preparación para mayores detalles.
a Incluye las vacunas contra la tuberculosis (BCG),
sarampión y difteria, pertusis (tos ferina) y tétanos
(DPT – vacuna triple).
b Los datos se basan en los nacimientos ocurridos
durante los 10 años anteriores a la realización de la
encuesta.
c Grandes errores de muestreo debido al reducido
número de casos.
FUENTES
Todas las columnas:
Gwatkin y otros en
preparación.
DESARROLLO HUMANO BAJO
146 Madagascar 1997 29,6 88,5 22,0 66,0 24,7 25,2 119,1 57,5 195,0 101,4
148 Camerún 1991 32,0 94,7 27,4 63,5 18,9 7,9 103,9 51,2 200,7 81,7
151 Yemen 1997 6,8 49,7 7,8 55,7 26,4 22,0 108,5 60,0 163,1 73,0
152 Mauritania 2000 14,7 92,8 15,6 45,3 18,1 14,7 60,8 62,3 98,1 78,5
153 Haití 2000 4,1 70,0 25,4 42,3 18,2 5,1 99,5 97,2 163,9 108,7
154 Kenya 1998 23,2 79,6 48,1 59,9 26,7 10,5 95,8 40,2 136,2 60,7
156 Guinea 1999 12,1 81,5 17,2 51,8 18,8 11,6 118,9 70,2 229,9 133,0
157Senegal 199720,386,2........84,544,9181,069,6
158 Nigeria 1990 12,2 70,0 13,9 58,1 22,2 19,2 102,2 68,6 239,6 119,8
159 Rwanda 2000 17,3 59,6 71,3 78,8 27,0 15,7 138,7 87,9 246,4 154,1
161 Eritrea 1995 5,0 74,3 25,0 83,8 22,7 14,6 74,0 67,5 152,2 103,5
162 Benin 1996 34,4 97,5 37,8 73,6 17,0 12,1 119,4 63,3 208,3 110,1
164 Tanzania, Rep. Unida de 1999 28,9 82,8 53,1 78,4 28,5 16,3 114,8 91,9 160,0 135,2
165 Malawi 2000 43,0 83,0 65,4 81,4 25,8 22,6 131,5 86,4 230,8 149,0
166 Zambia 2001 19,7 91,1 63,9 80,0 26,9 19,5 115,2 56,7 191,7 92,4
168 Mozambique 1997 18,1 82,1 19,7 85,3 22,4 14,4 187,7 94,7 277,5 144,6
170 Etiopía 2000 0,9 25,3 7,0 33,5 25,7 23,3 92,8 95,1 159,2 147,1
173 Chad 1996 2,6 47,4 4,0 23,0 23,0 18,4 79,8 89,3 170,6 172,0
174 Ma 2001 8,1 81,9 19,5 56,0 19,7 12,2 137,2 89,9 247,8 148,1
175 Burkina Faso 1998 17,9 75,0 21,4 52,1 20,9 15,0 106,2 76,7 239,2 154,5
177 Níger 1998 4,2 62,8 4,6 50,9 21,2 20,9 131,1 85,8 281,8 183,7
CUADRO
51334_UNDP_243_352_ACG.indd 26951334_UNDP_243_352_ACG.indd 269 8/17/05 9:50:47 PM8/17/05 9:50:47 PM
ODM
Uso de preservativos
en la última relación
sexual de alto riesgo
b
(% de 15-24 años)
ODM
ODM
Niños menores de 5 años
ODM ODM
Casos de tuberculosis
Incidencia de
tabaquismo
g
(% de adultos)
Incidencia
del VIH/
SIDA
a
(% de
15-49 años)
Casos de
paludismo
c
(por cada
100.000
habitantes)
Con mosqui-
teros tratados
con insecticida
(%)
Con fi ebre trata-
dos con medica-
mentos contra
el paludismo
(%)
Clasifi cación según el IDH
Por cada
100.000
habi-
tantes
d
Detecta-
dos con
DOTS
e
(%)
Sanados
con
terapia
DOTS
f
(%)
Mujeres
1998
2003
h
Hombres
1998
2003
h
Mujeres
2000–02
h
Hombres
2000–02
h
2003 2000 1999–2003
h
1999–2003
h
2003 2003 2003
Indicadores del desarrollo humano
270 INFORME SOBRE DESARROLLO HUMANO 2005
9
... para disfrutar de una vida larga y saludable ...
DESARROLLO HUMANO ALTO
1Noruega 0,1 [0,00,2] .. .. .. .. .. 5 46 80 32 31
2Islandia 0,2 [0,10,3] .. .. .. .. .. 3 28 100 23 25
3 Australia 0,1 [0,10,2] .. .. .. .. .. 6 9 78 18 21
4 Luxemburgo 0,2 [0,1–0,4] .. .. .. .. .. 10 126 .. .. ..
5Canadá 0,3 [0,20,5] .. .. .. .. .. 4 76 81 20 24
6 Suecia 0,1 [0,00,2] .. .. .. .. .. 4 62 73 20 17
7 Suiza 0,4 [0,20,6] .. .. .. .. .. 7 0 .. 24 27
8 Irlanda 0,1 [0,00,3] .. .. .. .. .. 12 0 .. .. ..
9 Bélgica 0,2 [0,1–0,3] .. .. .. .. .. 12 57 69 20 28
10 Estados Unidos 0,6 [0,31,1] .. .. .. .. .. 3 89 70 21 26
11 Japón <0,1 [<0,2] .. .. .. .. .. 42 40 76 12 47
12 Países Bajos 0,2 [0,1–0,4] .. .. .. .. .. 6 50 68 25 32
13 Finlandia <0,1 [<0,2] .. .. .. .. .. 10 0 .. 20 27
14 Dinamarca 0,2 [0,10,3] .. .. .. .. .. 6 75 77 29 32
15 Reino Unido 0,1 [0,10,2] .. .. .. .. .. 12 .. .. 26 28
16 Francia 0,4 [0,2–0,7] .. .. .. .. .. 12 0 .. 21 33
17 Austria 0,3 [0,1–0,4] .. .. .. .. .. 12 .. .. .. ..
18 Italia 0,5 [0,2–0,8] .. .. .. .. .. 6 79 79 22 31
19 Nueva Zelandia <0,1 [<0,2] .. .. .. .. .. 11 57 60 25 25
20 Alemania 0,1 [0,1–0,2] .. .. .. .. .. 7 55 69 31 39
21 España 0,7 [0,3–1,1] .. .. .. .. .. 27 0 .. 25 39
22 Hong Kong, China (RAE) 0,1 [<0,2] .. .. .. .. .. 79 58 79 4 25
23 Israel 0,1 [0,1–0,2] .. .. .. .. .. 8 55 81 22 39
24 Grecia 0,2 [0,1–0,3] .. .. .. .. .. 22 0 .. 29 47
25 Singapur 0,2 [0,1–0,5] .. .. .. .. .. 42 44 87 4 24
26 Eslovenia <0,1 [<0,2] .. .. .. .. .. 22 70 85 20 28
27 Portugal 0,4 [0,20,7] .. .. .. .. .. 37 87 82 .. ..
28 Corea, República de <0,1 [<0,2] .. .. 9 .. .. 118 23 83 .. ..
29 Chipre ,, .. .. .. .. .. 4 91 75 .. ..
30 Barbados 1,5 [0,45,4] .. .. .. .. .. 14 .. .. .. ..
31 República Checa 0,1 [<0,2] .. .. .. .. .. 12 63 73 22 36
32 Malta 0,2 [0,1–0,3] .. .. .. .. .. 6 19 60 .. ..
33 Brunei Darussalam <0,1 [<0,2] .. .. .. .. .. 61 138 84 .. ..
34 Argentina 0,7 [0,3–1,1] .. .. 1 .. .. 55 65 58 .. ..
35 Hungría 0,1 [0,0–0,2] .. .. .. .. .. 33 41 55 .. ..
36 Polonia 0,1 [0,0–0,2] .. .. .. .. .. 34 56 86 .. ..
37 Chile 0,3 [0,2–0,5] .. .. .. .. .. 17 115 86 34 44
38 Estonia 1,1 [0,4–2,1] .. .. .. .. .. 53 69 67 20 44
39 Lituania 0,1 [<0,2] .. .. .. .. .. 73 85 72 16 51
40 Qatar ,, .. .. .. .. .. 72 57 75 .. ..
41 Emiratos Árabes Unidos ,, .. .. .. .. .. 26 32 79 .. ..
42 Eslovaquia <0,1 [<0,2] .. .. .. .. .. 29 34 85 .. ..
43 Bahrein 0,2 [0,1–0,3] .. .. .. .. .. 52 49 88 3 17
44 Kuwait ,, .. .. .. .. .. 31 67 55 .. ..
45 Croacia <0,1 [<0,2] .. .. .. .. .. 68 0 .. 27 34
46 Uruguay 0,3 [0,2–0,5] .. .. .. .. .. 33 80 82 .. ..
47 Costa Rica 0,6 [0,3–1,0] .. .. 42 .. .. 18 117 85 10 29
48 Letonia 0,6 [0,31,0] .. .. .. .. .. 78 83 76 .. ..
49 Saint Kitts y Nevis ,, .. .. .. .. .. 16 .. 0 .. ..
50 Bahamas 3,0 [1,8–4,9] .. .. .. .. .. 52 52 59 .. ..
51 Seychelles ,, .. .. .. .. .. 65 40 45 .. ..
52 Cuba 0,1 [<0,2] .. .. .. .. .. 13 93 92 .. ..
53 xico 0,3 [0,1–0,4] .. .. 8 .. .. 45 81 84 .. ..
Principales crisis y problemas mundiales en materia de salud
CUADRO
51334_UNDP_243_352_ACG.indd 27051334_UNDP_243_352_ACG.indd 270 8/17/05 9:50:48 PM8/17/05 9:50:48 PM
ODM
Uso de preservativos
en la última relación
sexual de alto riesgo
b
(% de 15-24 años)
ODM
ODM
Niños menores de 5 años
ODM ODM
Casos de tuberculosis
Incidencia de
tabaquismo
g
(% de adultos)
Incidencia
del VIH/
SIDA
a
(% de
15-49 años)
Casos de
paludismo
c
(por cada
100.000
habitantes)
Con mosqui-
teros tratados
con insecticida
(%)
Con fi ebre trata-
dos con medica-
mentos contra
el paludismo
(%)
Clasifi cación según el IDH
Por cada
100.000
habi-
tantes
d
Detecta-
dos con
DOTS
e
(%)
Sanados
con
terapia
DOTS
f
(%)
Mujeres
1998
2003
h
Hombres
1998
2003
h
Mujeres
2000–02
h
Hombres
2000–02
h
2003 2000 1999–2003
h
1999–2003
h
2003 2003 2003
Indicadores del desarrollo humano
INFORME SOBRE DESARROLLO HUMANO 2005 271
9
54 Tonga .. .. .. .. .. .. 44 80 83 .. ..
55 Bulgaria <0,1 [<0,2] .. .. .. .. .. 47 81 86 .. ..
56 Panamá 0,9 [0,5–1,5] .. .. 36 .. .. 52 92 73 .. ..
57 Trinidad y Tobago 3,2 [1,28,3] .. .. 1 .. .. 13 .. .. .. ..
DESARROLLO HUMANO MEDIO
58 Jamahiriya Árabe Libia 0,3 [0,1–0,6] .. .. 2 .. .. 21 147 61 .. ..
59 Macedonia, ERY <0,1 [<0,2] .. .. .. .. .. 37 49 79 .. ..
60 Antigua y Barbuda .. .. .. .. .. .. 10 45 100 .. ..
61 Malasia 0,4 [0,2–0,7] .. .. 57 .. .. 135 69 76 .. ..
62 Rusia, Federación de 1,1 [0,6–1,9] .. .. 1 .. .. 157 9 67 .. ..
63 Brasil 0,7 [0,3–1,1] .. .. 344 .. .. 91 18 75 27 35
64 Rumania <0,1 [<0,2] .. .. .. .. .. 194 38 76 .. ..
65 Mauricio .. .. .. 1 .. .. 136 28 92 .. ..
66 Granada .. .. .. .. .. .. 8 .. .. .. ..
67 Belarús 0,5 [0,2–0,8] .. .. .. .. .. 59 44 .. 9 53
68 Bosnia y Herzegovina <0,1 [<0,2] .. .. .. .. .. 63 48 95 .. ..
69 Colombia 0,7 [0,4–1,2] 29 .. 250 1 .. 80 7 84 .. ..
70 Dominica .. .. .. .. .. .. 23 .. .. .. ..
71 Omán 0,1 [0,00,2] .. .. 27 .. .. 12 81 92 .. ..
72 Albania .. .. .. .. .. .. 33 29 90 18 60
73 Tailandia 1,5 [0,8–2,8] .. .. 130 .. .. 203 72 74 2 39
74 Samoa (Occidental) ,, .. .. .. .. .. 44 51 84 .. ..
75 Venezuela 0,7 [0,4–1,2] .. .. 94 .. .. 52 80 82 .. ..
76 Santa Lucía .. .. .. .. .. .. 22 71 25 .. ..
77 Arabia Saudita .. .. .. 32 .. .. 57 38 76 8 19
78 Ucrania 1,4 [0,7–2,3] .. .. .. .. .. 133 .. .. 10 57
79 Perú 0,5 [0,30,9] 19 .. 258 .. .. 231 81 92 .. ..
80 Kazajstán 0,2 [0,1–0,3] 32 65 (.) .. .. 152 86 78 .. ..
81 Líbano 0,1 [0,00,2] .. .. .. .. .. 13 67 91 .. ..
82 Ecuador 0,3 [0,10,5] .. .. 728 .. .. 209 37 84 .. ..
83 Armenia 0,1 [0,10,2] .. 44 4 .. .. 89 43 79 3 68
84 Filipinas <0,1 [<0,2] .. .. 15 .. .. 458 68 88 8 51
85 China 0,1 [0,10,2] .. .. 1 .. .. 245 43 93 .. ..
86 Suriname 1,7 [0,55,8] .. .. 2,954 3 .. 102 .. .. .. ..
87 San Vicente y las Granadinas .. .. .. .. .. .. 40 38 .. .. ..
88 Paraguay 0,5 [0,20,8] .. .. 124 .. .. 105 18 92 .. ..
89 Túnez <0,1 [<0,2] .. .. 1 .. .. 24 91 92 .. ..
90 Jordania .. .. .. 3 .. .. 5 89 89 .. ..
91 Belice 2,4 [0,86,9] .. .. 657 .. .. 56 98 85 .. ..
92 Fiji 0,1 [0,00,2] .. .. .. .. .. 38 63 85 .. ..
93 Sri Lanka <0,1 [<0,2] .. .. 1,110 .. .. 89 70 81 2 26
94 Turquía <0,1 [<0,2] .. .. 17 .. .. 40 .. .. .. ..
95 República Dominicana 1,7 [0,93,0] 29 52 6 .. .. 123 65 78 .. ..
96 Maldivas .. .. .. .. .. .. 39 106 95 15 37
97 Turkmenistán <0,1 [<0,2] .. .. 1 .. .. 83 49 77 .. ..
98 Jamaica 1,2 [0,6–2,2] .. .. .. .. .. 9 90 49 .. ..
99 Irán, Rep. Islámica del 0,1 [0,00,2] .. .. 27 .. .. 36 59 85 2 22
100 Georgia 0,2 [0,1–0,4] .. .. 5 .. .. 95 52 65 .. ..
101 Azerbaiyán <0,1 [<0,2] .. .. 19 1 1 109 28 84 .. ..
102 Territorios Palestinos Ocupados .. .. .. .. .. .. 37 4 100 .. ..
103 Argelia 0,1 [<0,2] .. .. 2
i
.. .. 53 113 89 .. ..
104 El Salvador 0,7 [0,3–1,1] .. .. 11 .. .. 78 53 88 15 42
105 Cabo Verde .. .. .. .. .. .. 328 .. .. .. ..
106 República Árabe Siria <0,1 [<0,2] .. .. (.) .. .. 52 45 87 .. ..
CUADRO
51334_UNDP_243_352_ACG.indd 27151334_UNDP_243_352_ACG.indd 271 8/17/05 9:50:50 PM8/17/05 9:50:50 PM
ODM
Uso de preservativos
en la última relación
sexual de alto riesgo
b
(% de 15-24 años)
ODM
ODM
Niños menores de 5 años
ODM ODM
Casos de tuberculosis
Incidencia de
tabaquismo
g
(% de adultos)
Incidencia
del VIH/
SIDA
a
(% de
15-49 años)
Casos de
paludismo
c
(por cada
100.000
habitantes)
Con mosqui-
teros tratados
con insecticida
(%)
Con fi ebre trata-
dos con medica-
mentos contra
el paludismo
(%)
Clasifi cación según el IDH
Por cada
100.000
habi-
tantes
d
Detecta-
dos con
DOTS
e
(%)
Sanados
con
terapia
DOTS
f
(%)
Mujeres
1998
2003
h
Hombres
1998
2003
h
Mujeres
2000–02
h
Hombres
2000–02
h
2003 2000 1999–2003
h
1999–2003
h
2003 2003 2003
Indicadores del desarrollo humano
272 INFORME SOBRE DESARROLLO HUMANO 2005
9
107 Guyana 2,5 [0,87,7] .. .. 3.074 6 3 178 31 85 .. ..
108 Viet Nam 0,4 [0,2–0,8] .. .. 95 16 7 238 86 92 .. ..
109 Kirguistán 0,1 [<0,2] .. .. (,) .. .. 140 57 82 .. ..
110 Indonesia 0,1 [0,00,2] .. .. 920 0 1 674 33 86 3 69
111 Uzbekistán 0,1 [0,00,2] .. 50 1 .. .. 156 20 80 .. ..
112 Nicaragua 0,2 [0,1–0,3] 17 .. 402 .. 2 78 91 82 .. ..
113 Bolivia 0,1 [0,00,2] .. .. 378 .. .. 301 71 84 .. ..
114 Mongolia <0,1 [<0,2] .. .. .. .. .. 237 68 87 26 68
115 Moldova, Rep. de 0,2 [0,1–0,3] .. .. .. .. .. 177 39 61 .. ..
116 Honduras 1,8 [1,0–3,2] .. .. 541 .. .. 102 78 87 .. ..
117 Guatemala 1,1 [0,61,8] .. .. 386 1 ,, 104 44 84 .. ..
118 Vanuatu .. .. .. .. .. .. 71 70 79 .. ..
119 Egipto <0,1 [<0,2] .. .. (.) .. .. 36 56 88 18 40
120 Sudáfrica 21,5 [18,524,9] 20 .. 143 .. .. 341 118 68 12 44
121 Guinea Ecuatorial .. .. .. .. 1 49 351 .. .. .. ..
122 Tayikistán <0,1 [<0,2] .. .. 303 2 69 267 .. 79 .. ..
123 Gabón 8,1 [4,1–15,3] 33 48 2.148
j
.. .. 242 93 47 .. ..
124 Marruecos 0,1 [0,00,2] .. .. (.) .. .. 105 83 89 2 35
125 Namibia 21,3 [18,2–24,7] 48 69 1.502 3 .. 477 86 62 .. ..
126 Santo Tomé y Príncipe .. .. .. .. 23 61 256 .. .. .. ..
127 India [0,4–1,3] 51 59 7 .. .. 287 47 87 .. ..
128 Islas Salomón .. .. .. 15.172 .. .. 60 107 90 .. ..
129 Myanmar 1,2 [0,6–2,2] .. .. 224 .. .. 183 73 81 22 43
130 Camboya 2,6 [1,54,4] .. .. 476 .. .. 742 60 92 .. ..
131 Botswana 37,3 [35,539,1] 75 88 48.704 .. .. 342 68 71 .. ..
132 Comoras .. .. .. 1.930 9 63 103 37 96 .. ..
133 Rep. Dem. Popular Lao 0,1 [<0,2] .. .. 759 .. .. 327 47 78 .. ..
134 Bhután .. .. .. 285 .. .. 194 32 86 .. ..
135 Pakistán 0,1 [0,0–0,2] .. .. 58 .. .. 358 17 77 .. ..
136 Nepal 0,3 [0,20,5] .. .. 33 .. .. 316 60 86 24 40
137 Papua Nueva Guinea 0,6 [0,3–1,0] .. .. 1.688 .. .. 527 15 53 .. ..
138 Ghana 3,1 [1,9–5,0] 33 52 15.344 5 61 369 40 60 .. ..
139 Bangladesh [<0,2] .. .. 40 .. .. 490 33 84 21 48
140 Timor-Leste .. .. .. .. 8 47 753 53 81 .. ..
141 Sudán 2,3 [0,7–7,2] .. .. 13.934 0 50 355 34 78 .. ..
142 Congo 4,9 [2,1–11,0] .. .. 5.880 .. .. 489 57 71 .. ..
143 Togo 4,1 [2,7–6,4] 22 41 7.701
j
2 60 673 17 68 .. ..
144 Uganda 4,1 [2,86,6] 44 62 46 0 .. 621 44 60 .. ..
145 Zimbabwe 24,6 [21,7–27,8] 42 69 5.410 .. .. 500 42 67 .. ..
DESARROLLO HUMANO BAJO
146 Madagascar 1,7 [0,82,7] .. .. .. 0 61 325 77 74 .. ..
147 Swazilandia 38,8 [37,2–40,4] .. .. 2.835 0 26 683 35 47 .. ..
148 Camerún 6,9 [4,8–9,8] 16 31 2.900
j
1 66 221 86 70 .. ..
149 Lesotho 28,9 [26,331,7] .. .. 0
i
.. .. 390 70 52 .. ..
150 Djibouti .. .. .. 715
i
.. .. 988 53 82 .. ..
151 Yemen 0,1 [0,0–0,2] .. .. 15.160
i
.. .. 151 43 82 .. ..
152 Mauritania 0,6 [0,3–1,1] .. .. 11.150
i
.. .. 664 .. .. .. ..
153 Haití 5,6 [2,5–11,9] 19 30 15
i
.. 12 386 46 78 .. ..
154 Kenya 6,7 [4,79,6] 25 47 545 5 27 821 46 79 32 67
155 Gambia 1,2 [0,3–4,2] .. .. 17.340
j
15 55 337 70 74 .. ..
156 Guinea 3,2 [1,2–8,2] 17 32 75.386 .. .. 394 51 72 .. ..
157 Senegal 0,8 [0,4–1,7] .. .. 11.925 2 36 429 59 66 .. ..
158 Nigeria 5,4 [3,6–8,0] 24 46 30 1 34 518 18 79 .. ..
159 Rwanda 5,1 [3,4–7,6] 23 55 6.510 5 13 628 27 58 .. ..
Principales crisis y problemas mundiales en materia de salud
CUADRO
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ODM
Uso de preservativos
en la última relación
sexual de alto riesgo
b
(% de 15-24 años)
ODM
ODM
Niños menores de 5 años
ODM ODM
Casos de tuberculosis
Incidencia de
tabaquismo
g
(% de adultos)
Incidencia
del VIH/
SIDA
a
(% de
15-49 años)
Casos de
paludismo
c
(por cada
100.000
habitantes)
Con mosqui-
teros tratados
con insecticida
(%)
Con fi ebre trata-
dos con medica-
mentos contra
el paludismo
(%)
Clasifi cación según el IDH
Por cada
100.000
habi-
tantes
d
Detecta-
dos con
DOTS
e
(%)
Sanados
con
terapia
DOTS
f
(%)
Mujeres
1998
2003
h
Hombres
1998
2003
h
Mujeres
2000–02
h
Hombres
2000–02
h
2003 2000 1999–2003
h
1999–2003
h
2003 2003 2003
Indicadores del desarrollo humano
INFORME SOBRE DESARROLLO HUMANO 2005 273
9
160 Angola 3,9 [1,69,4] .. .. 8.773 2 63 256 118 74 .. ..
161 Eritrea 2,7 [0,9–7,3] .. .. 3.479 4 4 431 18 82 .. ..
162 Benin 1,9 [1,1–3,3] 19 34 10.697
k
7 60 141 94 80 .. ..
163 Côte d’Ivoire 7,0 [4,910,0] 25 56 12.152 1 58 618 39 67 .. ..
164 Tanzanía, Rep. Unida de 8,8 [6,4–11,9] 21 31 1.207
i
2 53 476 43 80 .. ..
165 Malawi 14,2 [11,3–17,7] 32 38 25.948 3 27 469 35 72 .. ..
166 Zambia 16,5 [13,5–20,0] 33 42 34.204 7 52 508 65 83 .. ..
167 Congo, Rep. Dem. del 4,2 [1,7–9,9] .. .. 2.960
i
1 45 537 63 78 .. ..
168 Mozambique 12,2 [9,415,7] 29 33 18.115 .. .. 557 45 78 .. ..
169 Burundi 6,0 [4,1–8,8] .. .. 48.098 1 31 519 30 79 .. ..
170 Etiopía 4,4 [2,86,7] 17 30 .. .. 3 507 36 76 .. ..
171 República Centroafricana 13,5 [8,3–21,2] .. .. .. 2 69 493 6 ,, .. ..
172 Guinea-Bissau .. .. .. 2.421
i
7 58 300 55 48 .. ..
173 Chad 4,8 [3,1–7,2] .. .. 197
i
1 32 439 11 72 .. ..
174 Malí 1,9 [0,65,9] 14 30 4.008
j
8 38 582 18 50 .. ..
175 Burkina Faso 4,2 [2,7–6,5] 41 55 619 7 50 303 18 64 .. ..
176 Sierra Leona .. .. .. .. 2 61 794 33 81 .. ..
177 Níger 1,2 [0,7–2,3] 7 30 1.693
j
6 48 272 54 .. .. ..
Países en desarrollo 1,3[1,1–1,4] .. .. .. .. .. 289 .. .. .. ..
Países menos adelantados 3,2[2,93,8] .. .. .. .. .. 452 .. .. .. ..
Estados Árabes 0,3[0,2–0,9] .. .. .. .. .. 128 .. .. .. ..
Asia Oriental y el Pací co 0,2[0,20,3] .. .. .. .. .. 298 .. .. .. ..
América Latina y El Caribe 0,7[0,60,9] .. .. .. .. .. 90 .. .. .. ..
Asia Meridional 0,7[0,3–1,1] .. .. .. .. .. 306 .. .. .. ..
África Subsahariana 7,3[6,88,2] .. .. .. .. .. 487 .. .. .. ..
Europa Central y Oriental y la CEI 0,7[0,41,0] .. .. .. .. .. 122 .. .. .. ..
OCDE 0,3[0,20,4] .. .. .. .. .. 23 .. .. .. ..
Países de la OCDE de ingresos altos 0,4[0,2–0,5] .. .. .. .. .. 18 .. .. .. ..
Desarrollo humano alto 0,3[0,20,4] .. .. .. .. .. 24 .. .. .. ..
Desarrollo humano medio 0,8[0,7–1,0] .. .. .. .. .. 264 .. .. .. ..
Desarrollo humano bajo 5,6[5,1–6,6] .. .. .. .. .. 485 .. .. .. ..
Ingresos altos 0,3[0,20,5].. .. .. .. .. 19.... ....
Ingresos medios 0,7[0,60,7] .. .. .. .. .. 215 .. .. .. ..
Ingresos bajos 2,0[1,8–2,4] .. .. .. .. .. 362 .. .. .. ..
Total mundial 1,1[1,0–1,3] .. .. .. .. .. 240 .. .. .. ..
NOTAS
a
Los datos se refi eren a estimaciones puntuales
y del alcance basadas en nuevos modelos de
estimación elaborados por el Programa Conjunto de
las Naciones Unidas sobre VIH/SIDA (ONUSIDA).
Las estimaciones del alcance se presentan entre
paréntesis cuadrados. Las cifras regionales
corresponden al año 2004.
b Debido a las limitaciones de los datos, la
comparación entre países debe realizarse con la
debida prudencia. Los datos de algunos países
pueden corresponder a sólo parte del país o
pueden diferir de las defi niciones normalizadas.
c Los datos se re eren a casos de paludismo
informados a la Organización Mundial de la Salud
(OMS) y pueden representar sólo una fracción de la
cantidad real de casos en un determinado país.
d Los datos se refi eren a la incidencia de la
tuberculosis en todas sus formas.
e OMS 2003. Cálculo mediante la división de los
nuevos casos de tuberculosis positivos al frotis
detectados bajo la estrategia de detección y
tratamiento de casos DOTS (tratamiento de
observación directa y corta duración) por la
incidencia anual estimada de nuevos casos
positivos al frotis. Las cifras pueden indicar más
de 100% debido a la detección intensa de casos
en un área de acumulación de casos crónicos
pendientes, notifi cación excesiva (por ejemplo:
contabilización por partida doble), sobrediagnóstico
o subestimación de la incidencia.
f Los datos se re eren al porcentaje de nuevos casos
positivos al frotis registrados para tratamiento bajo
la estrategia de detección y tratamiento DOTS en el
año 2001 que fueron tratados exitosamente.
g La escala de edad varía entre un país y otro, pero
en su mayoría es a partir de los 18 años y mayores
o de los 15 años y mayores.
h Los datos se refi eren al año más reciente disponible
del período especifi cado.
i Los datos se refi eren al año 1999.
j Los datos se refi eren al año 1998.
k Los datos se refi eren al año 1997.
FUENTES
Columna 1:
ONUSIDA 2005, las cifras totales fueron
calculadas por el Programa Conjunto de las Naciones
Unidas sobre el VIH/SIDA (ONUSIDA) para la O cina
encargada del Informe sobre Desarrollo Humano.
Columnas 2 y 3: ONU 2005f, basado en datos
recopilados a través de un esfuerzo conjunto del
Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia
(UNICEF) y la Organización Mundial de la Salud
(OMS).
Columnas 4-9: ONU 2005f, basado en los datos de
UNICEF y la OMS.
Columnas 10 y 11: Banco Mundial 2005c, basado
en datos de la OMS y el sistema de información
nacional en línea sobre el tabaquismo, el National
Tobacco Information Online System.
CUADRO
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Clasifi cación según el IDH
Esperanza
de vida al nacer
(años)
ODM
Tasa de mortalidad
infantil
(por cada 1.000
nacidos vivos)
ODM
Tasa de mortalidad de
niños menores de 5 años
(por cada 1.000
nacidos vivos)
Probabilidad al nacer
de sobrevivir hasta
los 65 años
a
(% de la cohorte)
ODM
Tasa de mortali-
dad materna
(por cada 1.000
nacidos vivos)
Mujeres Hombres Informada
b
Ajustada
c
1970–75
d
2000–05
d
1970 2003 1970 2003 2000–05
d
2000–05
d
1985–2003
e
2000
Indicadores del desarrollo humano
274 INFORME SOBRE DESARROLLO HUMANO 2005
10
... para disfrutar de una vida larga y saludable ...
DESARROLLO HUMANO ALTO
1Noruega 74,4 79,3 13 3 15 4 90,6 84,7 6 16
2Islandia 74,3 80,6 13 3 14 4 91,4 87,4 .. 0
3 Australia 71,7 80,2 17 6 20 6 91,5 85,7 .. 8
4Luxemburgo 70,778,419526589,982,6028
5Canadá 73,2 79,9 19 5 23 6 90,7 85,0 .. 6
6 Suecia 74,7 80,1 11 3 15 3 91,5 86,4 5 2
7Suiza 73,880,515418591,985,457
8 Irlanda 71,3 77,7 20 6 27 6 89,7 83,1 6 5
9 Bélgica 71,4 78,8 21 4 29 5 90,4 82,5 .. 10
10 Estados Unidos 71,5 77,3 20 7 26 8 86,7 79,1 8 17
11 Japón 73,3 81,9 14 3 21 4 93,3 85,7 8 10
12 Países Bajos 74,0 78,3 13 5 15 5 89,7 83,5 7 16
13Finlandia 70,778,413416591,280,966
14Dinamarca 73,677,114319487,081,0105
15 Reino Unido 72,0 78,3 18 5 23 6 89,4 83,6 7 13
16 Francia 72,4 79,4 18 4 24 5 91,2 80,9 10 17
17 Austria 70,6 78,9 26 4 33 5 91,0 82,4 .. 4
18 Italia 72,1 80,0 30 4 33 4 92,2 84,6 7 5
19 Nueva Zelandia 71,7 79,0 17 5 20 6 89,1 84,1 15 7
20Alemania 71,078,722426590,582,388
21España 72,979,527434492,882,164
22Hong Kong, China (RAE) 72,081,5........93,786,4....
23 Israel 71,6 79,7 24 5 27 6 91,5 85,5 5 17
24Grecia 72,378,238454591,582,019
25 Singapur 69,5 78,6 22 3 27 3 90,7 84,5 6 30
26 Eslovenia 69,8 76,3 25 4 29 4 88,9 76,1 17 17
27Portugal 68,077,253462590,279,885
28 Corea, República de 62,6 76,9 43 5 54 5 90,2 76,9 20 20
29 Chipre 71,4 78,5 29 4 33 5 91,6 84,3 0 47
30 Barbados 69,4 74,9 40 11 54 13 86,7 74,8 0 95
31República Checa 70,175,521424488,275,239
32 Malta 70,7 78,3 25 5 32 6 90,3 85,4 .. 21
33 Brunei Darussalam 68,3 76,3 58 5 78 6 87,9 84,7 0 37
34 Argentina 67,1 74,3 59 17 71 20 84,9 72,1 46 82
35Hungría 69,372,636739883,764,7516
36 Polonia 70,5 74,3 32 6 36 7 87,0 69,7 4 13
37 Chile 63,4 77,9 78 8 98 9 88,5 79,1 17 31
38 Estonia 70,5 71,2 21 8 26 9 83,9 57,2 46 63
39Lituania 71,372,223 8281185,260,51313
40 Qatar 62,1 72,7 45 11 65 15 81,2 74,0 10 7
41 Emiratos Árabes Unidos 62,2 77,9 61 7 83 8 90,2 85,0 3 54
42 Eslovaquia 70,0 74,0 25 7 29 8 86,8 69,3 16 3
43 Bahrein 63,3 74,2 55 12 75 15 84,6 78,9 46 28
44Kuwait 67,076,849859987,982,755
45 Croacia 69,6 74,9 34 6 42 7 88,1 73,2 2 8
46 Uruguay 68,7 75,3 48 12 57 14 85,9 73,3 26 27
47 Costa Rica 67,9 78,1 62 8 83 10 88,4 81,2 29 43
48 Letonia 70,1 71,4 21 10 26 12 81,9 60,1 25 42
49 Saint Kitts y Nevis .. .. .. 19 .. 22 .. .. 250 ..
50Bahamas 66,569,53811491473,661,4 ,,60
51 Seychelles .. .. .. 11 .. 15 .. .. .. ..
52 Cuba 70,7 77,2 34 6 43 8 86,2 80,0 34 33
53 xico 62,4 74,9 79 23 110 28 84,0 75,2 63 83
Supervivencia: avances y retrocesos
CUADRO
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Clasifi cación según el IDH
Esperanza
de vida al nacer
(años)
ODM
Tasa de mortalidad
infantil
(por cada 1.000
nacidos vivos)
ODM
Tasa de mortalidad de
niños menores de 5 años
(por cada 1.000
nacidos vivos)
Probabilidad al nacer
de sobrevivir hasta
los 65 años
a
(% de la cohorte)
ODM
Tasa de mortali-
dad materna
(por cada 1.000
nacidos vivos)
Mujeres Hombres Informada
b
Ajustada
c
1970–75
d
2000–05
d
1970 2003 1970 2003 2000–05
d
2000–05
d
1985–2003
e
2000
Indicadores del desarrollo humano
INFORME SOBRE DESARROLLO HUMANO 2005 275
10
54 Tonga 65,6 72,1 .. 15 .. 19 78,2 73,4 .. ..
55 Bulgaria 71,0 72,1 28 14 32 15 84,5 68,2 15 32
56 Panamá 66,2 74,7 46 18 68 24 85,1 76,3 70 160
57 Trinidad y Tobago 65,9 69,9 49 17 57 20 76,1 64,5 45 160
DESARROLLO HUMANO MEDIO
58 Jamahiriya Árabe Libia 52,8 73,4 105 13 160 16 82,5 74,6 77 97
59 Macedonia, ERY 67,5 73,7 85 10 120 11 84,6 75,4 11 23
60Antigua y Barbuda ......11..12....65..
61 Malasia 63,0 73,0 46 7 63 7 83,5 73,4 50 41
62 Rusia, Federación de 69,7 65,4 29 16 36 21 76,3 44,7 37 67
63 Brasil 59,5 70,3 95 33 135 35 77,7 62,7 75 260
64Rumania 69,271,34618572082,965,33449
65 Mauricio 62,9 72,1 64 16 86 18 80,9 66,9 21 24
66Granada ......18..23....1..
67 Belarús 71,5 68,1 22 13 27 17 79,3 50,6 18 35
68 Bosnia y Herzegovina 67,5 74,1 60 14 82 17 85,2 74,2 10 31
69 Colombia 61,6 72,2 69 18 108 21 81,0 71,0 78 130
70 Dominica .. .. .. 12 .. 14 .. .. 67 ..
71 Omán 52,1 74,0 126 10 200 12 84,2 78,8 23 87
72 Albania 67,7 73,7 68 18 82 21 87,6 80,0 20 55
73 Tailandia 61,0 69,7 74 23 102 26 80,3 64,5 36 44
74 Samoa (Occidental) 56,1 70,0 106 19 160 24 78,4 65,5 .. 130
75 Venezuela 65,7 72,8 47 18 61 21 82,8 71,7 60 96
76Santa Lucía 65,372,3..16..1877,071,335..
77 Arabia Saudita 53,9 71,6 118 22 185 26 81,2 73,4 .. 23
78 Ucrania 70,1 66,1 22 15 27 20 76,4 46,6 22 35
79 Perú 55,5 69,8 115 26 178 34 77,1 68,1 190 410
80 Kazajstán 63,2 63,2 .. 63 .. 73 71,9 48,0 50 210
81 Líbano 66,4 71,9 45 27 54 31 81,7 73,0 100 150
82 Ecuador 58,8 74,2 87 24 140 27 82,6 72,7 80 130
83 Armenia 70,8 71,4 .. 30 .. 33 81,7 66,4 22 55
84 Filipinas 58,1 70,2 60 27 90 36 78,6 70,1 170 200
85 China 63,2 71,5 85 30 120 37 81,3 74,2 50 56
86 Suriname 64,0 69,0 .. 30 .. 39 77,3 63,1 150 110
87 San Vicente y las Granadinas 61,6 71,0 .. 23 .. 27 81,3 70,3 93 ..
88 Paraguay 65,9 70,9 57 25 76 29 79,8 71,3 180 170
89 Túnez 55,6 73,1 135 19 201 24 84,9 75,7 69 120
90Jordania 56,571,277231072877,771,64141
91 Belice 67,6 71,9 56 33 77 39 80,9 71,7 140 140
92 Fiji 60,6 67,8 50 16 61 20 72,2 62,0 38 75
93 Sri Lanka 63,1 73,9 65 13 100 15 85,6 76,1 92 92
94 Turquía 57,0 68,6 150 33 201 39 7 7,9 67,3 130 70
95 República Dominicana 59,7 67,1 91 29 128 35 75,1 60,8 180 150
96 Maldivas 51,4 66,3 157 55 255 72 67,5 67,8 140 110
97 Turkmenistán 59,2 62,4 .. 79 .. 102 69,8 52,1 9 31
98 Jamaica 69,0 70,7 49 17 64 20 73,4 67,9 110 87
99 Irán, Rep. Islámica del 55,2 70,2 122 33 191 39 79,2 71,7 37 76
100 Georgia 68,2 70,5 36 41 46 45 83,0 66,3 67 32
101Azerbaiyán 65,666,9..75..9176,060,32594
102 Territorios Palestinos Ocupados 56,6 72,4 .. 22 .. 24 81,4 75,0 .. 100
103 Argelia 54,5 71,0 143 35 234 41 78,4 75,2 140 140
104 El Salvador 58,2 70,7 111 32 162 36 77,7 67,3 170 150
105Cabo Verde 57,570,2..26..3579,867,776150
106 República Árabe Siria 57,4 73,2 90 16 129 18 83,2 76,3 65 160
CUADRO
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Clasifi cación según el IDH
Esperanza
de vida al nacer
(años)
ODM
Tasa de mortalidad
infantil
(por cada 1.000
nacidos vivos)
ODM
Tasa de mortalidad de
niños menores de 5 años
(por cada 1.000
nacidos vivos)
Probabilidad al nacer
de sobrevivir hasta
los 65 años
a
(% de la cohorte)
ODM
Tasa de mortali-
dad materna
(por cada 1.000
nacidos vivos)
Mujeres Hombres Informada
b
Ajustada
c
1970–75
d
2000–05
d
1970 2003 1970 2003 2000–05
d
2000–05
d
1985–2003
e
2000
Indicadores del desarrollo humano
276 INFORME SOBRE DESARROLLO HUMANO 2005
10
107 Guyana 60,0 62,9 81 52 101 69 65,7 54,2 190 170
108 Viet Nam 50,3 70,4 55 19 87 23 78,4 71,0 95 130
109 Kirguistán 61,2 66,8 111 59 146 68 76,0 58,6 44 110
110 Indonesia 49,2 66,5 104 31 172 41 72,1 63,8 310 230
111 Uzbekistán 63,6 66,5 .. 57 .. 69 72,9 59,9 34 24
112 Nicaragua 55,2 69,5 113 30 165 38 74,9 66,1 97 230
113 Bolivia 46,7 63,9 147 53 243 66 68,0 60,0 390 420
114 Mongolia 53,8 63,9 .. 56 .. 68 67,6 57,9 110 110
115 Moldova, Rep. de 64,8 67,5 46 26 61 32 74,3 56,5 44 36
116 Honduras 53,9 67,6 116 32 170 41 70,1 63,5 110 110
117 Guatemala 53,7 67,1 115 35 168 47 73,5 59,7 150 240
118 Vanuatu 54,0 68,4 107 31 160 38 75,2 67,6 68 130
119 Egipto 52,1 69,6 157 33 235 39 79,3 69,3 84 84
120 Sufrica 53,7 49,0 .. 53 .. 66 38,1 28,9 150 230
121 Guinea Ecuatorial 40,5 43,5 165 97 281 146 33,0 30,6 .. 880
122 Tayikistán 60,9 63,5 78 92 111 118 69,4 59,3 45 100
123 Gabón 48,7 54,6 .. 60 .. 91 48,9 45,6 520 420
124 Marruecos 52,9 69,5 119 36 184 39 78,9 70,3 230 220
125 Namibia 53,9 48,6 104 48 155 65 36,7 31,6 270 300
126 Santo Tomé y Príncipe 56,5 62,9 .. 75 .. 118 68,6 63,1 100 ..
127 India 50,3 63,1 127 63 202 87 67,4 59,2 540 540
128 Islas Salomón 55,6 62,2 71 19 99 22 62,0 59,0 550 130
129 Myanmar 49,2 60,1 122 76 179 107 63,5 52,7 230 360
130 Camboya 40,3 56,0 .. 97 .. 140 61,5 45,0 440 450
131 Botswana 56,1 36,6 99 82 142 112 16,5 13,1 330 100
132 Comoras 48,9 63,0 159 54 215 73 66,5 57,8 520 480
133 Rep. Dem. Popular Lao 40,4 54,5 145 82 218 91 53,1 47,8 530 650
134 Bhután 41,5 62,7 156 70 267 85 65,3 60,2 260 420
135 Pakistán 51,9 62,9 120 81 181 103 65,6 62,7 530 500
136 Nepal 44,0 61,4 165 61 250 82 61,0 57,9 540 740
137 Papua Nueva Guinea 44,7 55,1 106 69 147 93 46,6 41,5 370 300
138 Ghana 49,9 56,7 111 59 186 95 52,9 50,4 210 540
139 Bangladesh 45,2 62,6 145 46 239 69 63,7 59,3 380 380
140 Timor-Leste 40,0 55,2 .. 87 .. 124 52,7 47,3 .. 660
141 Sudán 45,1 56,3 104 63 172 93 55,4 49,6 550 590
142 Congo 54,9 51,9 100 81 160 108 43,5 38,6 .. 510
143 Togo 49,8 54,2 128 78 216 140 53,8 45,2 480 570
144 Uganda 51,1 46,8 100 81 170 140 34,4 32,9 510 880
145 Zimbabwe 55,6 37,2 86 78 138 126 15,5 15,7 700 1,100
DESARROLLO HUMANO BAJO
146 Madagascar 44,9 55,3 109 78 180 126 54,1 48,7 490 550
147 Swazilandia 49,6 33,0 132 105 196 153 12,0 9,3 230 370
148 Camerún 45,7 45,8 127 95 215 166 36,1 33,1 430 730
149 Lesotho 49,8 36,7 128 63 190 84 18,6 11,6 .. 550
150 Djibouti 44,4 52,7 160 97 241 138 48,1 42,9 74 730
151 Yemen 39,9 60,3 202 82 303 113 61,0 54,9 350 570
152 Mauritania 43,4 52,5 150 120 250 183 50,7 44,5 750 1,000
153 Haití 48,5 51,5 148 76 221 118 41,3 38,2 520 680
154 Kenya 53,6 47,0 96 79 156 123 31,8 35,0 590 1,000
155 Gambia 38,0 55,5 183 90 319 123 54,3 48,7 730 540
156 Guinea 39,3 53,6 197 104 345 160 52,6 49,1 530 740
157 Senegal 40,1 55,6 164 78 279 137 54,6 49,4 560 690
158 Nigeria 42,8 43,3 140 98 265 198 33,2 31,6 .. 800
Supervivencia: avances y retrocesos
CUADRO
51334_UNDP_243_352_ACG.indd 27651334_UNDP_243_352_ACG.indd 276 8/17/05 9:51:01 PM8/17/05 9:51:01 PM
Clasifi cación según el IDH
Esperanza
de vida al nacer
(años)
ODM
Tasa de mortalidad
infantil
(por cada 1.000
nacidos vivos)
ODM
Tasa de mortalidad de
niños menores de 5 años
(por cada 1.000
nacidos vivos)
Probabilidad al nacer
de sobrevivir hasta
los 65 años
a
(% de la cohorte)
ODM
Tasa de mortali-
dad materna
(por cada 1.000
nacidos vivos)
Mujeres Hombres Informada
b
Ajustada
c
1970–75
d
2000–05
d
1970 2003 1970 2003 2000–05
d
2000–05
d
1985–2003
e
2000
Indicadores del desarrollo humano
INFORME SOBRE DESARROLLO HUMANO 2005 277
10
159 Rwanda 44,6 43,6 124 118 209 203 35,5 29,6 1,100 1,400
160 Angola 37,9 4 0,7 18 0 154 3 00 260 3 3,0 27,8 .. 1.700
161 Eritrea 44,3 53,5 .. 45 .. 85 45,5 35,9 1.000 630
162 Benin 47,0 53,8 149 91 252 154 52,9 48,4 500 850
163 Côte d’Ivoire 49,8 46,0 158 117 239 192 38,5 34,8 600 690
164 Tanzanía, Rep. Unida de 49,5 46,0 129 104 218 165 35,8 33,4 530 1.500
165 Malawi 41,8 39,6 189 112 330 178 24,5 23,2 1.100 1.800
166 Zambia 50,2 37,4 109 102 181 182 18,5 20,0 730 750
167 Congo, Rep. Dem. del 46,0 43,1 148 129 245 205 34,4 30,8 950 990
168 Mozambique 40,7 41,9 163 109 278 158 30,5 26,7 1.100 1.000
169 Burundi 44,1 43,5 138 114 233 190 33,1 29,7 .. 1.000
170 Etioa 43,5 47,6 160 112 239 169 40,7 36,6 870 850
171 República Centroafricana 43,5 39,4 149 115 248 180 24,5 21,9 1.100 1.100
172 Guinea-Bissau 36,5 44,6 .. 126 .. 204 38,8 33,2 910 1.100
173 Chad 40,6 43,6 .. 117 .. 200 35,1 31,2 830 1.100
174 Malí 38,0 47,8 225 122 400 220 44,8 40,8 580 1.200
175 Burkina Faso 43,8 47,4 163 107 290 207 41,7 37,9 480 1.000
176 Sierra Leona 35,4 40,6 206 166 363 284 36,2 30,7 1.800 2.000
177 Níger 38,4 44,3 197 154 330 262 40,2 37,8 590 1.600
Países en desarrollo 55,6 64,9 109 60 167 88 69,6 62,3 .. ..
Países menos adelantados 44,5 52,0 151 99 244 156 47,9 43,5 .. ..
Estados Árabes 52,1 66,9 129 48 197 61 73,3 66,3 .. ..
Asia Oriental y el Pací co 60,5 70,4 84 31 122 39 79,2 71,3 .. ..
América Latina y El Caribe 61,1 71,7 86 27 123 32 79,7 68,2 .. ..
Asia Meridional 50,1 63,2 130 66 206 91 67,1 60,0 .. ..
África Subsahariana 45,8 46,1 143 105 243 179 37,0 33,8 .. ..
Europa Central y Oriental y la CEI 69,0 68,1 34 20 42 24 78,8 55,4 .. ..
OCDE 70,3 77,6 40 11 53 13 88,4 79,6 .. ..
Países de la OCDE de ingresos altos 71,6 78,8 22 5 28 6 89,9 81,8 .. ..
Desarrollo humano alto 70,7 77,9 32 9 42 10 88,9 80,0 .. ..
Desarrollo humano medio 57,6 67,0 102 46 155 61 73,7 64,6 .. ..
Desarrollo humano bajo 44,1 46,0 150 108 254 183 37,5 34,6 .. ..
Ingresos altos 71,6 78,8 22 5 28 6 89,9 81,8 .. ..
Ingresos medios 62,0 70,1 86 29 125 36 79,0 68,7 .. ..
Ingresos bajos 48,8 58,2 130 80 209 124 58,3 52,4 .. ..
Total mundial 59,9 67,0 96 54 147 80 73,1 64,5 .. ..
NOTAS
a
Los datos se refi eren a la probabilidad al nacer de
sobrevivir hasta los 65 años, multiplicado por 100.
b Datos proporcionados por autoridades del gobierno.
c Los datos han sido ajustados basados en revisiones
realizadas por el Fondo de Naciones Unidas para
la Infancia (UNICEF), la Organización Mundial de
la Salud (OMS) y el Fondo de Población de las
Naciones Unidas para explicar los problemas de
información incompleta y errores de clasi cación
bien documentados.
d Los datos se refi eren a cálculos para el período
especifi cado.
e Los datos se re eren al año más reciente disponible
durante el período especifi cado.
FUENTES
Columnas 1-2, 7 y 8:
ONU 2005h.
Columnas 3-6 y 10: ONU 2005f, basados en los
datos procedentes de un esfuerzo conjunto de UNICEF
y la OMS.
Columna 9: UNICEF 2004.
CUADRO
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Clasifi cación según el IDH
Gasto público en educación
Gasto público en educación por nivel
a
(% de todos los niveles)
% del PIB
% del gasto
público total
Pre-escolar
y primaria Secundaria Terciaria
1990 2000–02
b
1990 2000–02
b
1990 2000–02
b
1990 2000–02
b
1990 2000–02
b
Indicadores del desarrollo humano
278 INFORME SOBRE DESARROLLO HUMANO 2005
11
... para recibir educación ...
DESARROLLO HUMANO ALTO
1 Noruega 7,0 7,6 14,6 16,2 39,5 36,5 24,7 33,0
c
15,2 27,5
2 Islandia 5,4 6,0
c
.. .. 59,5 38,4
d
25,6 39,1
c
14,9 17,8
c
3 Australia 4,9 4,9 14,8 13,3 2,2 35,0 57,4 38,8 32,0 24,2
4 Luxemburgo 3,1 .. 10,4 .. .. .. .. .. .. ..
5 Canadá 6,5 5,2 14,2 12,7 .. .. 62,2 .. 28,6 36,2
6 Suecia 7,1 7,7 13,8 12,8 47,7 34,8 19,6 36,4 13,2 28,3
7Suiza 4,9 5,8
c
18,7 15,1 49,9 34,7 25,1 38,2
c
19,7 24,2
c
8 Irlanda 4,8 5,5 10,2 13,5 37,8 32,6 40,1 34,4 20,4 27,6
9 Bélgica 5,0 6,3 .. .. 23,3 31,6 42,9 44,5 16,5 21,7
10 Estados Unidos 5,1 5,7 12,3 17,1 .. 39,5 .. 35,3 .. 25,2
11 Jan .. 3,6 .. 10,5 .. 38,2 .. 39,8 .. 14,9
12 Países Bajos 5,7 5,1 14,8 10,7 21,5 35,5 37,7 39,2 32,1 25,2
13 Finlandia 5,5 6,4 11,9 12,7 27,9 27,0 39,4 40,6 23,9 32,5
14 Dinamarca .. 8,5 .. 15,4 .. 31,1 .. 34,3 .. 32,0
15 Reino Unido 4,8 5,3 .. 11,5 29,7 32,2 43,8 47,1 19,6 20,6
16 Francia 5,3 5,6 .. 11,4 27,3 31,3 40,7 49,7 13,8 17,7
17 Austria 5,3 5,7 7,6 11,1 23,7 27,6 46,6 45,7 19,1 22,6
18 Italia 3,1 4,7 .. 10,3 33,0 34,4 63,2 46,1 .. 18,5
19 Nueva Zelandia 6,1 6,7 .. 15,1 30,5 28,6 25,3 40,5 37,4 24,9
20 Alemania .. 4,6 .. 9,5 .. 22,8 .. 49,0 .. 24,5
21 España 4,2 4,5 9,4 11,3 29,3 35,8 45,0 41,4 15,4 22,8
22 Hong Kong, China (RAE) 2,8 4,4 17,4 23,3 26,6 25,1 38,8 32,8 30,8 32,6
23 Israel 6,3 7,5 11,3 .. 43,0 46,3 31,3 29,8 16,2 16,7
24 Grecia 2,4 4,0 ,, .. 34,1 27,5 45,1 34,1 19,5 32,4
25 Singapur 3,1 .. 18,2 .. 29,6 .. 36,5 .. 29,3 ..
26 Eslovenia .. 6,1 .. .. .. .. .. .. .. ..
27 Portugal 4,0 5,8 .. 12,7 44,6 36,9 32,5 42,2 16,3 17,2
28 Corea, República de 3,3 4,2 22,4 15,5 44,4 35,2 34,1 43,4 7,4 8,1
29 Chipre 3,5 6,3 11,3 .. 38,5 35,3 50,3 50,0 3,8 14,4
30 Barbados 7,8 7,6 22,2 17,3 37,5 33,7 37,6 35,0 19,2 28,6
31República Checa ..4,4..9,6..25,8 ..50,8..20,0
32 Malta 4,3 .. 8,3 .. 25,1 .. 44,7 .. 14,6 ..
33 Brunei Darussalam 3,9 9,1 .. 9,1
c
24,1 .. 26,1 .. 9,5 ..
34 Argentina .. 4,0 .. 13,8 3,4 43,3 44,9 39,2 46,7 17,5
35 Hungría 5,8 5,5 7,8 14,1 55,4 30,9 23,9 38,6 15,2 22,8
36 Polonia .. 5,6 .. 12,8 42,8 41,6 17,5 37,9 22,0 19,5
37 Chile 2,5 4,2 10,4 18,7 60,1 50,7 17,3 35,3 20,3 14,0
38 Estonia .. 5,7 .. .. .. 33,2 .. 40,9 .. 19,7
39 Lituania 4,6 5,9 13,8 .. .. .. .. .. .. ..
40 Qatar 3,5 .. .. .. .. .. .. .. .. ..
41 Emiratos Árabes Unidos 1,8 1,6
c
14,6 22,5
c
.. 45,6 .. 50,4
c
.. 2,4
c
42 Eslovaquia 5,1 4,4 .. 7,5 .. 24,4 .. 53,2 .. 20,2
43 Bahrein 4,1 .. 14,6 .. .. .. 45,8 .. .. ..
44 Kuwait 4,8 .. 3,4 .. 53,4 .. 13,6 .. 16,0 ..
45 Croacia 7,2 4,5 .. 10,0 .. 32,3 .. 46,7
c
.. 19,1
46 Uruguay 2,7 2,6 15,9 9,6 37,5 44,1 30,3 34,4 22,6 21,5
47 Costa Rica 4,4 5,1 20,8 22,4 .. 49,3 .. 31,9 .. 18,8
48 Letonia 3,8 5,8 10,8 .. 11,2 30,2 56,3 52,9 11,6 15,4
49 Saint Kitts y Nevis 2,6 7,6 .. 19,0 ,,.. 28,5 .. 31,5 .. 21,2
50 Bahamas 4,0 .. 17,8 .. .. .. .. .. .. ..
51 Seychelles 7,8 5,2 14,8 .. 28,2 42,5 40,7 26,1
c
9,5 17,4
52 Cuba 8,9 18,7 12,3 18,7 25,7 43,0 39,0 36,8 14,4 17,5
53 México 3,6 5,3 12,8 24,3 32,3 49,1 29,6 28,7 16,5 19,6
Compromiso con la educación: gasto público
CUADRO
51334_UNDP_243_352_ACG.indd 27851334_UNDP_243_352_ACG.indd 278 8/17/05 9:51:05 PM8/17/05 9:51:05 PM
Clasifi cación según el IDH
Gasto público en educación
Gasto público en educación por nivel
a
(% de todos los niveles)
% del PIB
% del gasto
público total
Pre-escolar
y primaria Secundaria Terciaria
1990 2000–02
b
1990 2000–02
b
1990 2000–02
b
1990 2000–02
b
1990 2000–02
b
Indicadores del desarrollo humano
INFORME SOBRE DESARROLLO HUMANO 2005 279
11
54 Tonga .. 4,9
c
.. 13,2
c
.. 49,2
d
.. 28,9
c
.. ..
55 Bulgaria 5,2 3,5 .. .. 70,7 37,2 .. 46,7 13,9 15,8
56 Panamá 4,7 4,5 2 0,9 7,7 37,0 3 4,2 23,3 2 9,2 21,3 28,1
57 Trinidad y Tobago 3,7 4,3
c
11,6 13,4 42,5 .. 36,8 .. 11,9 ..
DESARROLLO HUMANO MEDIO
58Jamahiriya Árabe Libia .... .. ...... ........
59 Macedonia, ERY .. 3,5 .. .. .. 61,0 .. 24,0 .. 15,0
60 Antigua y Barbuda .. 3,8 .. .. .. 30,7 .. 35,2 .. 6,7
61 Malasia 5,1 8,1 18,3 20,3 34,3 32,0 34,4 33,5 19,9 33,3
62 Rusia, Federación de 3,5 3,8 .. 11,5 .. .. .. .. .. ..
63 Brasil .. 4,2 .. 12,0 .. 38,3 .. 40,1 .. 21,6
64 Rumania 2,8 3,5 7,3 .. 52,1 .. 22,1 .. 9,6 ..
65 Mauricio 3,8 4,7 11,8 13,3 37,7 32,0 36,4 38,3 16,6 15,6
66 Granada 5,1 5,1 13,2 12,9 64,1 42,1 31,7 35,8 0,0 9,8
67 Belarús 4,8 6,0
c
.. .. 57,7 .. 16,2 .. 14,4 ..
68Bosnia y Herzegovina ...... ...... ........
69 Colombia 2,4 5,2 15,4 15,6 39,3 42,1 30,9 29,4 20,7 13,3
70 Dominica .. .. .. .. .. .. .. .. .. ..
71 Omán 3,1 4,6
c
11,1 .. 54,1 35,9 37,0 47,4
c
7,4 9,2
c
72 Albania 5,9 .. .. .. .. .. .. .. .. ..
73 Tailandia 3,5 5,2 20,0 28,3 56,2 42,3 21,6 20,5 14,6 21,7
74 Samoa (Occidental) 3,2 4,8
c
10,7 14,6
c
52,6 43,0 25,2 23,8
c
0,0 33,2
c
75 Venezuela 3,0 .. 12,0 .. 23,5 .. 4,5 .. 40,7 ..
76 Santa Lucía .. 7,7
c
.. .. 48,2 59,5
d
23,3 .. 12,8 ..
77 Arabia Saudita 5,8 .. 17,8 .. 78,8 .. .. .. 21,2 ..
78 Ucrania 5,1 5,4 19,7 20,3 54,9 20,0 15,0 31,4
c
15,1 34,0
79 Perú 2,8 3,0 .. 17,1 .. 42,6 .. 27,7 .. 14,6
80Kazajstán 3,23,017,6....22,9..56,0
c
.. 13,1
81 Líbano .. 2,7 .. 12,3 .. .. .. .. .. 28,5
82 Ecuador 4,3 1,0
c
17,2 8,0
c
34,4 41,1 34,2 36,1
c
18,3 5,2
83 Armenia 7,0 3,2
c
20,5 .. .. 21,7 .. 43,4
c
.. 29,8
c
84 Filipinas 2,9 3,1 10,1 17,8 .. 57,6 .. 2 2,2 .. 14,0
85 China 2,3 .. 12,8 .. .. .. .. .. .. ..
86Suriname 6,4.. .. ..60,5..14,5..8,8 ..
87 San Vicente y las Granadinas .. 10,0 .. 20,3 .. .. .. .. .. ..
88 Paraguay 1,1 4,4 9,1 11,4 .. 55,1 22,6 28,3 25,8 16,5
89 Túnez 6,0 6,4 13,5 18,2 39,8 32,9 36,4 44,4
c
18,5 22,8
90 Jordania 8,1 .. 17,1 .. .. .. 62,4 .. 35,1 ..
91 Belice 4,6 5,2 18,5 18,1 61,0 50,9 20,2 26,3 8,1 19,6
92 Fiji 4,7 5,6
c
.. 19,4
c
.. 35,0
d
.. 48,9
c
.. 16,0
c
93 Sri Lanka 2,7 .. 8,1 .. .. .. 84,3 .. 13,4 ..
94 Turquía 2,2 3,7 .. .. 58,1 37,7 29,4 30,1
c
.. 32,2
95 República Dominicana .. 2,3 .. 12,4 .. 46,3 .. 18,9
c
.. 10,9
96Maldivas 3,8..10,0 ...... ........
97Turkmenistán 4,3..21,0 ...... ........
98 Jamaica 4,5 6,1 12,8 12,3 37,4 36,8 33,2 33,8 21,1 19,2
99 Irán, Rep. Islámica del 4,1 4,9 22,4 17,7 33,2 25,1 39,2 36,0 13,6 17,1
100Georgia ..2,2 ..11,8 .... .... .. ..
101 Azerbaiyán 7,7 3,2 23,5 20,7 .. 25,9 .. 53,7
c
.. 5,8
102 Territorios Palestinos Ocupados .. .. .. .. .. .. .. .. .. ..
103Argelia 5,3..21,1 ...... ........
104 El Salvador 1,9 2,9 16,6 20,0 .. 61,0 .. 23,6
c
.. 6,6
105 Cabo Verde .. 7,9 .. 17,0 .. 43,8
d
.. 29,8 .. 17,5
106 República Árabe Siria 4,0 .. 17,3 ,, 38,5 .. 28,2 .. 21,3 ..
CUADRO
51334_UNDP_243_352_ACG.indd 27951334_UNDP_243_352_ACG.indd 279 8/17/05 9:51:07 PM8/17/05 9:51:07 PM
Clasifi cación según el IDH
Gasto público en educación
Gasto público en educación por nivel
a
(% de todos los niveles)
% del PIB
% del gasto
público total
Pre-escolar
y primaria Secundaria Terciaria
1990 2000–02
b
1990 2000–02
b
1990 2000–02
b
1990 2000–02
b
1990 2000–02
b
Indicadores del desarrollo humano
280 INFORME SOBRE DESARROLLO HUMANO 2005
11
107 Guyana 3,4 8,4 4,4 18,4 .. 54,7 .. 23,5 .. 4,9
108Viet Nam 2,0..7,5 ...... ........
109 Kirguistán 8,4 3,1
c
22,5 18,6 8,5 23,0 57,9 48,0
c
10,0 18,0
c
110 Indonesia 1,0 1,2 .. 9,0
c
.. 37,1 .. 39,3 .. 23,6
111Uzbekistán 9,5..20,4 ...... ........
112 Nicaragua 3,4 3,1 9,7 15,0 .. 50,3 .. 12,0 .. 37,7
113 Bolivia 2,3 6,3 .. 19,7 .. 46,9 .. 23,4 .. 25,1
114 Mongolia 12,3 9,0 17,6 .. 13,9 53,8 48,8 26,4 14,5 15,5
115 Moldova, Rep. de 5,6 4,9 17,2 21,4 .. 37,3 .. 52,0
c
.. 10,7
116 Honduras .. .. .. .. .. .. .. .. .. ..
117 Guatemala 1,4 .. 11,8 .. 31,1 .. 12,9 .. 21,2 ..
118 Vanuatu 4,7 11,0
c
19,2 28,1
c
59,8 27,9 26,6 57,5
c
3,4 10,5
c
119 Egipto 3,9 .. .. .. .. .. .. .. .. ..
120 Sudáfrica 5,9 5,3
c
.. 18,5 75,6 47,8 .. 31,3
c
21,5 14,6
c
121 Guinea Ecuatorial .. 0,6 .. 1,6 .. 34,4 .. 18,1
c
.. 34,9
122 Tayikistán .. 2,8 24,7 17,8 6,9 30,8 57,0 47,7
c
9,1 12,1
123 Gabón .. 3,9
c
.. .. .. .. .. .. .. ..
124 Marruecos 5,3 6,5 26,1 26,4 34,8 39,8 48,9 43,5 16,2 16,3
125 Namibia 7,9 7,2 .. .. .. 65,4 .. 24,5 .. 8,7
126 Santo Tomé y Príncipe .. .. .. .. .. .. .. .. .. ..
127 India 3,7 4,1 12,2 12,7 38,9 38,4 27,0 40,1 14,9 20,3
128 Islas Salon .. 3,4
c
.. .. .. .. .. .. .. ..
129 Myanmar .. .. .. .. .. .. .. .. .. ..
130Camboya ..1,8 ..15,3..65,6 ........
131 Botswana 6,2 2,2 17,0 25,6 .. 53,2
d
.. 23,8 .. 18,6
132 Comoras .. 3,9 .. 24,1 42,4 45,7 28,2 40,1
c
17,3 7,7
c
133 Rep. Dem. Popular Lao .. 2,8
c
.. 11,0
c
.. 47,0 .. 19,0 .. 12,6
134 Bhután .. 5,2 .. 12,9 .. .. .. .. .. ..
135 Pakistán 2,6 1,8
c
7,4 7,8
c
.. .. .. .. .. ..
136 Nepal 2,0 3,4 8,5 14,9 48,2 61,5 15,7 22,1 23,3 10,3
137 Papua Nueva Guinea .. 2,3
c
.. 17,5
c
.. 71,4 .. 24,3
c
.. 4,3
c
138 Ghana 3,2 .. 24,3 .. 29,2 .. 34,3 .. 11,0 ..
139 Bangladesh 1,5 2,4 10,3 15,5 45,6 45,4
d
42,2 45,5 8,7 9,1
140 Timor-Leste .. .. .. .. .. .. .. .. .. ..
141 Sudán 6,0 .. 2,8 .. .. .. .. .. .. ..
142 Congo 5,0 3,2
c
14,4 12,6 .. 36,1 .. 30,2
c
.. 25,5
c
143 Togo 5,5 2,6 26,4 13,6 30,4 44,8 25,8 27,1
c
29,0 19,4
144 Uganda 1,5 .. 11,5 .. .. .. .. .. .. ..
145 Zimbabwe 7,7 4,7
c
.. .. 54,1 54,9 28,6 28,6
c
12,3 16,6
c
DESARROLLO HUMANO BAJO
146 Madagascar 2,1 2,9
c
.. .. 49,1 42,1 35,6 29,0
c
.. 12,2
c
147 Swazilandia 5,8 7,1 19,5 .. 31,2 31,8 24,5 41,1
c
26,0 25,5
148 Camerún 3,2 3,8 19,6 17,3 70,5 .. .. .. 29,5 ..
149 Lesotho 6,2 10,4
c
12,2 18,4 .. 53,2
d
.. 23,8
c
.. 18,6
c
150 Djibouti 3,5 .. 10,5 .. 58,0 .. 21,7 .. 11,5 ..
151 Yemen .. 9,5
c
.. 32,8 .. .. .. .. .. ..
152Mauritania .... .. ..33,3..37,7..24,9 ..
153Haití 1,5..20,0 ..53,1..19,0..9,1 ..
154 Kenya 6,7 7,0 17,0 22,1 50,3 .. 18,8 .. 21,6 ..
155 Gambia 3,8 2,8 14,6 8,9 41,6 54,7
d
21,2 21,1
c
17,8 14,0
c
156 Guinea .. 1,8
c
.. 25,6
c
.. 52,1
d
.. .. .. ..
157 Senegal 3,9 3,6 26,9 .. 43,9 .. 25,7 .. 24,0 ..
158Nigeria 0,9.... ...... ........
159 Rwanda .. 2,8
c
.. .. .. 48,2
d
.. 16,7
c
.. 34,7
c
Compromiso con la educación: gasto público
CUADRO
51334_UNDP_243_352_ACG.indd 28051334_UNDP_243_352_ACG.indd 280 8/17/05 9:51:09 PM8/17/05 9:51:09 PM
Clasifi cación según el IDH
Gasto público en educación
Gasto público en educación por nivel
a
(% de todos los niveles)
% del PIB
% del gasto
público total
Pre-escolar
y primaria Secundaria Terciaria
1990 2000–02
b
1990 2000–02
b
1990 2000–02
b
1990 2000–02
b
1990 2000–02
b
Indicadores del desarrollo humano
INFORME SOBRE DESARROLLO HUMANO 2005 281
11
NOTAS
Debido a las limitaciones de datos y los cambios
metodológicos, la comparación de los datos
relativos al gasto en educación entre países y a
lo largo del tiempo debe realizarse con la debida
prudencia. Para información detallada sobre los
datos, visite www.uis.unesco.org
a Es posible que la suma total de los gastos por nivel
no sea 100 debido al redondeo o la omisión de
categorías de gastos en post educación y la falta de
asignación de los gastos por nivel.
b Los datos se refi eren al año más reciente disponible
durante el período especifi cado.
c Cuando no existen cálculos nacionales, los datos
se re eren a un cálculo del Instituto de Estadística
de la Organización de las Naciones Unidas para la
Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO).
d Los datos se refi eren sólo a gastos en educación
primaria.
FUENTES
Columnas 1-5 y 7-10:
Instituto de Estadística de la
UNESCO 2005b.
Columna 6: Cálculos basados en los datos del gasto
público en educación pre-escolar y primaria del
Instituto de Estadística de la UNESCO 2005b.
160 Angola 3,9 2,8
c
10,7 .. 96,3 .. .. .. 3,7 ..
161Eritrea ..4,1.. ....26,0 ..35,4..14,9
162 Benin .. 3,3
c
.. .. .. 57,4 .. 25,5
c
.. 16,4
c
163 Côte d’Ivoire .. 4,6
c
.. 21,5 .. 42,2 .. 32,5
c
.. 25,1
c
164Tanzanía, Rep. Unida de 2,8..11,4 ...... ........
165 Malawi 3,2 6,0 11,1 .. 44,7 54,9
d
13,1 21,1 20,2 18,3
166 Zambia 2,4 2,0
c
8,7 .. .. 54,8
d
.. 25,8 .. 19,4
167Congo, Rep. Dem. del ...... ...... ........
168 Mozambique 3,1 .. 12,0 .. 49,8 .. 15,7 .. 9,9 ..
169 Burundi 3,4 3,9 16,7 21,8 46,8 43,1 29,1 32,0 22,0 24,9
170 Etioa 3,4 4,6
c
9,4 13,8 53,9 .. 28,1 .. 12,1 ..
171República Centroafricana 2,2.. .. ...... ........
172Guinea-Bissau ...... ...... ........
173Chad .... .. ...... ........
174Malí ...... ...... ........
175Burkina Faso 2,4.. .. ...... ........
176 Sierra Leona .. 3,7 .. .. .. .. .. .. .. ..
177 Níger 3,2 2,3
c
18,6 .. .. 51,5 .. 24,4
c
.. 16,2
c
CUADRO
51334_UNDP_243_352_ACG.indd 28151334_UNDP_243_352_ACG.indd 281 8/17/05 9:51:11 PM8/17/05 9:51:11 PM
Clasifi cación según el IDH
Tasa de alfabetiza-
ción de adultos
a
(% 15 años y mayores)
ODM
Tasa de alfabetiza-
ción de jóvenes
a
(% de 15-24 años)
ODM
Tasa neta de
matriculación en
educación primaria
b
(%)
Tasa neta de matricu-
lación en educación
secundaria
b, c
(%)
ODM
Niños que llegan
al 5to. año
(% de alumnos
de 1er año)
Estudiantes
de terciaria
en ciencias,
matemáticas
e ingeniería
(% de todos
los estudiantes
de terciaria)
19982003
e
1990 2003 1990 2003 1990/91 2002/03
d
1990/91 2002/03
d
1990/91 2001/02
d
Indicadores del desarrollo humano
282 INFORME SOBRE DESARROLLO HUMANO 2005
12
... para recibir educación ...
DESARROLLO HUMANO ALTO
1 Noruega .. .. .. .. 100 100 88 96 100 100 18
2 Islandia .. .. .. .. 100 100 .. 86 .. 100 17
3 Australia .. .. .. .. 99 97 79 88
f
.. .. 24
4Luxemburgo .. .. .. .. 81 90 .. 80 .. 99
g
18
5Canadá .. .. .. .. 98 100
f, g
89 98
f, g
.. .. 20
h
6 Suecia .. .. .. .. 100 100 85 100 100 .. 27
7 Suiza .. .. .. .. 84 99 80 87 80 .. 25
8 Irlanda .. .. .. .. 90 96 80 83 100 99 25
h
9 Bélgica .. .. .. .. 96 100 87 97 .. .. 19
10 Estados Unidos .. .. .. .. 97 92 85 88 .. .. ..
11 Japón .. .. .. .. 100 100 97 101
f
100 .. 20
12 Países Bajos .. .. .. .. 95 99 84 89 .. 100 16
13 Finlandia .. .. .. .. 98 100 93 95 100 100 38
14 Dinamarca .. .. .. .. 98 100 87 96 94 100
i
20
15 Reino Unido .. .. .. .. 98 100 81 95 .. .. 21
h
16 Francia .. .. .. .. 100 99 .. 94 96 98
i
..
17 Austria .. .. .. .. 88 90 .. 89 .. .. 25
18 Italia 97,7 .. 99,8 .. 100 100 .. 91 .. 96
g
24
19 Nueva Zelandia .. .. .. .. 100 100
f
85 93 92 .. 19
20 Alemania .. .. .. .. 84 83 .. 88 .. .. 29
21 España 96,3 .. 99,6 .. 100 100 .. 96 .. .. 31
22 Hong Kong, China (RAE) .. .. 98,2 .. .. 98
j
.. 74
f
100 100 30
h
23 Israel 91,4 96,9 98,7 99,6 92 99 .. 89 .. 85 31
24 Grecia 94,9 91,0 99,5 99,5 95 99 83 86 100 ,,.. 30
25 Singapur 88,8 92,5 99,0 99,5 96 .. .. .. .. .. ..
26 Eslovenia 99,6 99,7
k
99,8 99,8
k
10093..93 .. ..22
27 Portugal 87,2 .. 99,5 .. 100 100 .. 85 .. .. 29
28 Corea, República de .. .. 99,8 .. 100 100
l
86 88
l
99 100 41
29 Chipre 94,3 96,8 99,7 99,8 87 96 69 93 100 99 17
30 Barbados 99,4 99,7
k
99,8 99,8
k
80 100 .. 90 .. 99 ..
31República Checa .... .. ..8787..91 ..9831
32 Malta 88,4 87,9
m
97,5 96,0
m
97 96 78 87 99 99 13
33 Brunei Darussalam 85,5 92,7 97,9 98,9 90 .. .. .. .. 93
g
8
34 Argentina 95,7 97,2 98,2 98,9 94 .. .. 81 .. 92 15
h
35 Hungría 99,1 99,3 99,7 99,5 91 91 75 94 98 .. 21
36 Polonia 99,6 .. 99,8 .. 97 98 76 83 98 99 20
37 Chile 94,0 95,7 98,1 99,0 88 85
l
55 81
l
.. 99
n
31
38 Estonia 99,8 99,8 99,8 99,8 99 95 .. 88 .. 98 22
39 Lituania 99,3 99,6 99,8 99,7 .. 91 .. 94 .. .. 26
40 Qatar 77,0 89,2
m
90,3 98,6
m
89 95 70 82
f
64 .. 16
41 Emiratos Árabes Unidos 71,0 77,3
k
84,7 91,4
k
99 83 58 71 80 93 ..
42 Eslovaquia .. 99,6 .. 99,6 .. 86 .. 88 .. .. 27
43 Bahrein 82,1 87,7 95,6 99,3 99 90 85 87 89 99 21
44 Kuwait 76,7 82,9
k
87,5 93,1
k
49 83 .. 77
f, o
.. .. ..
45 Croacia 96,9 98,1 99,6 99,6 74 89 57 87 .. .. 24
46 Uruguay 96,5 97,7
k
98,7 99,1
k
92 90 .. 73 94 93 ,,
47 Costa Rica 93,9 95,8
k
97,4 98,4
k
87 90 37 53 82 92 26
48 Letonia 99,8 99,7 99,8 99,7 92 86 .. 88 .. .. 17
49 Saint Kitts y Nevis .. .. .. .. .. 100 .. 95 .. .. ..
50 Bahamas .. .. 96,5 .. 90 86
f
.. 76
f
.. 75 ..
51 Seychelles .. 91,9 .. 99,1 .. 100 .. 100 .. 99 ..
52 Cuba 95,1 96,9
k
99,3 99,8
k
92 94 69 86 92 98 ..
53 xico 87,3 90,3 95,2 97,6 99 99 45 63 80 93 31
Alfabetización y matriculación
CUADRO
51334_UNDP_243_352_ACG.indd 28251334_UNDP_243_352_ACG.indd 282 8/17/05 9:51:12 PM8/17/05 9:51:12 PM
Clasifi cación según el IDH
Tasa de alfabetiza-
ción de adultos
a
(% 15 años y mayores)
ODM
Tasa de alfabetiza-
ción de jóvenes
a
(% de 15-24 años)
ODM
Tasa neta de
matriculación en
educación primaria
b
(%)
Tasa neta de matricu-
lación en educación
secundaria
b, c
(%)
ODM
Niños que llegan
al 5to. año
(% de alumnos
de 1er año)
Estudiantes
de terciaria
en ciencias,
matemáticas
e ingeniería
(% de todos
los estudiantes
de terciaria)
19982003
e
1990 2003 1990 2003 1990/91 2002/03
d
1990/91 2002/03
d
1990/91 2001/02
d
Indicadores del desarrollo humano
INFORME SOBRE DESARROLLO HUMANO 2005 283
12
54 Tonga .. 98,9
m
.. 99,3
m
92 100
o
83 72
f. o
90 .. ..
55 Bulgaria 97,2 98,2 99,4 98,2 86 90 63 88 91 .. 27
56 Panamá 89,0 91,9 95,3 96,1 92 100 50 63
f
.. 90 22
57 Trinidad y Tobago 96,8 98,5
k
99,6 99,8
k
91 91 .. 72
f
.. 71
g
35
DESARROLLO HUMANO MEDIO
58 Jamahiriya Árabe Libia 68,1 81,7
k
91,0 97,0
k
96 .. .. .. .. .. 31
59 Macedonia, ERY .. 96,1 .. 98,7 94 91 .. 81
f. o
.. .. 27
60 Antigua y Barbuda .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. ..
61 Malasia 80,7 88,7 94,8 97,2 94 93 .. 70 98 87 40
62 Rusia, Federación de 99,2 99,4 99,8 99,7 99 90
f
.. .. .. .. ..
63 Brasil 82,0 88,4 91,8 96,6 86 97 15 75 .. .. ..
64 Rumania 97,1 97,3 9 9,3 97,8 81 89 .. 81 .. .. 27
65 Mauricio 79,8 84,3 91,1 94,5 95 97 .. 74
f
98 99 25
66 Granada .. .. .. .. .. 84
f. g
.. 104
f
.. 79 ..
67 Belarús 99,5 99,6
m
99,8 99,8
m
86 94 .. 85 .. .. ..
68 Bosnia y Herzegovina .. 94,6 .. 99,6 .. .. .. .. .. .. ..
69 Colombia 88,4 94,2 94,9 97,6 68 87 .. 55
f
62 69 32
70 Dominica .. .. .. .. .. 81 .. 92
f
.. 84 ..
71 Omán 54,7 74,4
k
85,6 98,5
k
69 72 .. 69 97 98 ..
72 Albania 77,0 98,7 94,8 99,4 95 95 .. 77 .. .. 11
73 Tailandia 92,4 92,6 98,1 98,0 76 85
l
.. .. .. 94
i
..
74 Samoa (Occidental) 98,0 98,7
k
99,0 99,5
k
.. 98
f
.. 62
f
.. 94
g
14
75 Venezuela 88,9 93,0 96,0 97,2 88 91 19 59 86 84 ..
76 Santa Lucía .. 90,1 .. 95,4 95 99 .. 76
f
.. 97
g
..
77 Arabia Saudita 66,2 79,4 85,4 95,9 59 54 31 53
f
83 91 17
78 Ucrania 99,4 99,4 99,8 99,8 80 84 .. 85 98 .. 27
79 Perú 85,5 87,7 94,5 96,8 88 100 .. 69 .. 84 ..
80 Kazajstán 98,8 99,5
m
99,8 99,8
m
88 92 .. 87 .. .. ..
81 Líbano .. .. 92,1 .. 78 91 .. .. .. 92 28
82 Ecuador 87,6 91,0 95,5 96,4 98 100 .. 50 .. 74 ..
83 Armenia 97,5 99,4 99,5 99,8 .. 94 .. 83 .. .. 7
h
84 Filipinas 91,7 92,6 97,3 95,1 96 94 .. 59 .. 76 25
85 China 78,3 90,9 95,3 98,9 97 .. .. .. 86 99 ..
86 Suriname .. 88,0 .. 93,5 78 97
f
.. 64
f
.. .. 19
87 San Vicente y las Granadinas .. .. .. .. .. 90 .. 58 .. 88 ..
88 Paraguay 90,3 91,6 95,6 96,3 93 89 26 51 70 70 ..
89 Túnez 59,1 74,3 84,1 94,3 94 97 .. 65 87 96 31
h
90 Jordania 81,5 89,9 96,7 99,1 94 92 .. 80 .. 97 30
91 Belice 89,1 76,9 96,0 84,2 94 99 31 69
f
67 81
p
..
92 Fiji 88,6 92,9
m
97,8 99,3
m
100 100
f. o
.. 76
f. o
.. 88
g
..
93 Sri Lanka 88,7 90,4
q
95,1 95,6
q
90 .. .. .. 94 98
n
..
94 Turqa 77,9 88,3 92,7 96,6 89 86 42 .. 98 .. 21
h
95 República Dominicana 79,4 87,7 87,5 94,0 58 96 .. 36
f
.. 69 ..
96 Maldivas 94,8 97,2
k
98,1 99,2
k
87 92 .. 51
f
.. .. ..
97 Turkmenistán .. 98,8
m
.. 99,8
m
.. .. .. .. .. .. ..
98 Jamaica 82,2 87,6
k
91,2 94,5
k
96 95 64 75
f
.. 90 ..
99 Irán, Rep. Islámica del 63,2 77,0 86,3 .. 92 86 .. .. 90 95 ..
100 Georgia .. ,, .. .. 97 89 .. 61 .. .. 28
101 Azerbaiyán .. 98,8
m
.. 99,9
m
100 80 .. 76 .. .. ..
102 Territorios Palestinos Ocupados .. 91,9 .. 98,7 .. 91 .. 84 .. .. 19
103 Argelia 52,9 69,8 77,3 90,1 93 95 54 67
f
95 97 ..
104 El Salvador 72,4 79,7
k
83,8 88,9
k
73 90 .. 49
f
.. 69 22
105 Cabo Verde 63,8 75,7
k
81,5 89,1
k
94 99 .. 58 .. 88 ..
106 República Árabe Siria 64,8 82,9 79,9 95,2 92 98 43 43 96 91 ..
CUADRO
51334_UNDP_243_352_ACG.indd 28351334_UNDP_243_352_ACG.indd 283 8/17/05 9:51:15 PM8/17/05 9:51:15 PM
Clasifi cación según el IDH
Tasa de alfabetiza-
ción de adultos
a
(% 15 años y mayores)
ODM
Tasa de alfabetiza-
ción de jóvenes
a
(% de 15-24 años)
ODM
Tasa neta de
matriculación en
educación primaria
b
(%)
Tasa neta de matricu-
lación en educación
secundaria
b, c
(%)
ODM
Niños que llegan
al 5to. año
(% de alumnos
de 1er año)
Estudiantes
de terciaria
en ciencias,
matemáticas
e ingeniería
(% de todos
los estudiantes
de terciaria)
19982003
e
1990 2003 1990 2003 1990/91 2002/03
d
1990/91 2002/03
d
1990/91 2001/02
d
Indicadores del desarrollo humano
284 INFORME SOBRE DESARROLLO HUMANO 2005
12
107 Guyana 97,2 .. 99,8 .. 89 99
f
67 76
f. g
93 77
p
..
108 Viet Nam 90,4 90,3
m
94,1 .. 90 94
f. o
.. 65
f. o
.. 87 20
109 Kirguistán .. 98,7
m
.. 99,7
m
92 89 .. .. .. .. 16
110 Indonesia 79,5 87,9
k
95,0 98,0
k
97 92 39 54 84 89 ..
111 Uzbekistán 98,7 99,3
k
99,6 99,7
k
78 .. .. .. .. .. ..
112 Nicaragua 62,7 76,7 68,2 86,2 72 86 .. 39 46 65 ..
113 Bolivia 78,1 86,5 92,6 97,3 91 95 29 71
f
.. 84 ..
114 M ongolia 97, 8 97,8 9 8,9 97,7 9 0 79 .. 77 .. .. 2 6
115 Moldova, Rep. de 97,5 96,2 99,8 98,7 89 79 .. 69 .. .. ..
116 Honduras 68,1 80,0 79,7 88,9 90 87
f. o
.. .. .. .. ..
117 Guatemala 61,0 69,1 73,4 82,2 64 87 .. 30 .. 65 19
h
118 Vanuatu .. 74,0
m
.. .. 71 94
f
.. 28
o
.. 72
p
..
119 Egipto 47,1 55,6
m
61,3 73,2
m
84 91
f
.. 81
f. o
.. 98 ..
120 Sudáfrica 81,2 82,4
m
88,5 93,9
m
88 89 .. 66
f
75 65
p
17
121 Guinea Ecuatorial 73,3 84,2 92,7 93,8 91 85
o
.. 26
f. p
.. 29
g
..
122 Tayikistán 98,2 99,5 99,8 99,8 77 94
i
.. 83
f
.. .. 18
123 Gabón .. .. .. .. 86 78
f. g
.. .. .. 69 ..
124 Marruecos 38,7 50,7
k
55,3 69,5
k
57 90 .. 36
f
75 81 19
125 Namibia 74,9 85,0 87,4 92,3 83 78 .. 44 .. 95 8
126 Santo Tomé y Príncipe .. .. .. .. .. 97
f. o
.. 29
f. o
.. 61
g
..
127 India 49,3 61,0
q
64,3 76,4
l
.. 87 .. .. .. 84 20
h
128Islas Salomón .... .. ..83 .... ..85 ....
129 Myanmar 80,7 89,7 88,2 94,4 98 84 .. 35 .. 65 42
130 Camboya 62,0 73,6 73,5 83,4 67 93 .. 24
f
.. 61 17
131 Botswana 68,1 78,9
k
83,3 89,1
k
85 81
f
29 54
f
97 88 19
132 Comoras 53,8 56,2
k
56,7 59,0
k
57 55
f. p
.. .. .. 72
p
11
133 Rep. Dem. Popular Lao 56,5 68,7 70,1 78,5 63 85 .. 35 .. 64 8
h
134Bhután .... .. .... .... .. ..91
g
..
135 Pakistán 35,4 48,7 47,4 64,5 35 59
f. g
.. .. .. .. ..
136 Nepal 30,4 48,6 46,6 70,1 81 71
f. g
.. .. .. 65 ..
137 Papua Nueva Guinea 56,6 57,3 68,6 66,7 66 73
f. o
.. 24
f. o
59 51
g
..
138 Ghana 58,5 54,1 81,8 .. 52 59
l
.. 36
f. l
80 63 26
139 Bangladesh 34,2 41,1
k
42,0 49,7
k
71 84 19 45 .. 54 13
140 Timor-Leste .. .. .. .. .. .. .. 20
f. g
.. .. ..
141 Sudán 45,8 59,0
q
65,0 74,6
q
43 46
f. p
.. .. 94 84 ..
142 Congo 67,1 82,8
k
92,5 97,8
k
79 54 .. .. 63 66 11
h
143 Togo 44,2 53,0 63,5 74,0 75 91 18 27
f. p
51 69 8
144 Uganda 56,1 68,9
k
70,1 80,2
k
53 .. .. 17
f
.. 64 8
145 Zimbabwe 80,7 90,0
k
93,9 97,6
k
86 79
l
.. 34
l
.. .. ..
DESARROLLO HUMANO BAJO
146 Madagascar 58,0 70,6 72,2 70,1 65 79 .. 12
f. i
22 53 20
147 Swazilandia 71,6 79,2 85,1 88,1 77 75 .. 32
f
76 73 11
148 Camerún 57,9 67,9 81,1 .. 74 .. .. .. .. 64 ..
149 Lesotho 78,0 81,4 87,2 .. 73 86 .. 23
f
71 73 6
h
150 Djibouti .. .. 73,2 .. 31 36
l
.. 21
f. l
87 80 22
151 Yemen 32,7 49,0
k
50,0 67,9
k
52 72 .. 35
f. p
.. 76 ..
152 Mauritania 34,8 51,2 45,8 61,3 35 68 .. 16
f
75 61 10
153 Haití 39,7 51,9
k
54,8 66,2
k
22 .. .. .. .. .. ..
154 Kenya 70,8 73,6 89,8 80,3 74 67 .. 25
f
.. 59 29
155 Gambia .. .. 42,2 .. 48 79
f
.. 33
f
.. .. ..
156 Guinea .. .. .. .. 25 66 .. 21
f
59 .. ..
157 Senegal 28,4 39,3 40,1 49,1 47 58
f
.. .. 85 80 ..
158 Nigeria 48,7 66,8
k
73,6 88,6
k
60 67
f
.. 29 .. .. ..
159 Rwanda 53,3 64,0 72,7 76,5 67 87 7 .. 60 47 ..
Alfabetización y matriculación
CUADRO
51334_UNDP_243_352_ACG.indd 28451334_UNDP_243_352_ACG.indd 284 8/17/05 9:51:17 PM8/17/05 9:51:17 PM
Clasifi cación según el IDH
Tasa de alfabetiza-
ción de adultos
a
(% 15 años y mayores)
ODM
Tasa de alfabetiza-
ción de jóvenes
a
(% de 15-24 años)
ODM
Tasa neta de
matriculación en
educación primaria
b
(%)
Tasa neta de matricu-
lación en educación
secundaria
b, c
(%)
ODM
Niños que llegan
al 5to. año
(% de alumnos
de 1er año)
Estudiantes
de terciaria
en ciencias,
matemáticas
e ingeniería
(% de todos
los estudiantes
de terciaria)
19982003
e
1990 2003 1990 2003 1990/91 2002/03
d
1990/91 2002/03
d
1990/91 2001/02
d
Indicadores del desarrollo humano
INFORME SOBRE DESARROLLO HUMANO 2005 285
12
160 Angola .. 66,8 .. 71,4 58 61
f. i
.. .. .. .. 18
161 Eritrea .. .. 60,9 .. 16 45 .. 22 .. 86 17
162 Benin 26,4 33,6 40,4 44,4 45 58
f. p
.. 20
f. g
55 68 25
163 Côte d’Ivoire 38,5 48,1 52,6 59,8 46 61
j
.. 21
f. o
73 69
i
..
164 Tanzanía, Rep. Unida de 62,9 69,4 83,1 78,4 50 82
r
.. .. 79 88 22
165 Malawi 51,8 64,1
m
63,2 76,3
m
50 .. .. 29
f
64 44 33
166 Zambia 68,2 67,9
m
81,2 69,4
m
79 68 .. 23
f
.. 81
p
30
167 Congo, Rep. Dem. del 47,5 65,3 68,9 68,7 54 .. .. .. 55 .. ..
168 Mozambique 33,5 46,5
k
48,8 62,8
k
45 55 .. 12 33 49 ..
169 Burundi 37,0 58,9 51,6 72,3 53 57 .. 9
f
62 68 10
h
170 Etioa 28,6 41,5
k
43,0 57,4
k
23 51
l
.. 18
f. l
.. 62 19
171 República Centroafricana 33,2 48,6 52,1 58,5 53 .. .. .. 24 .. 15
172 Guinea-Bissau .. .. 44,1 .. 38 45
p
.. 9
f. p
.. 38
i
..
173 Chad 27,7 25,5 4 8,0 37,3 36 6 3
f
.. 10
f
53 60
g
..
174 Malí 18,8 19,0
m
27,6 24,2
m
20 45 5 .. 73 75 ..
175 Burkina Faso .. 12,8
m
.. 19,4
m
26 36 .. 9 70 66 ..
176 Sierra Leona .. 29,6 .. 38,2 41 .. .. .. .. .. 8
177 Níger 11,4 14,4 17,0 19,8 24 38 6 6 62 69 ..
Países en desarrollo 67,0 76,6 81,1 85,2 .. .. .. .. .. .. ..
Países menos adelantados 44,2 54,2 57,2 64,2 .. .. .. .. .. .. ..
Estados Árabes 50,8 64,1 68,4 81,3 .. .. .. .. .. .. ..
Asia Oriental y el Pacífi co 79,7 90,4 95,0 98,0 .. .. .. .. .. .. ..
América Latina y El Caribe 85,1 89,6 92,7 95,9 .. .. .. .. .. .. ..
Asia Meridional 47,7 58,9 61,7 72,2 .. .. .. .. .. .. ..
África Subsahariana 51,1 61,3 68,5 73,7 .. .. .. .. .. .. ..
Europa Central y Oriental y la CEI 98,7 99,2 99,7 99,5 .. .. .. .. .. .. ..
OCDE .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. ..
Países de la OCDE de ingresos altos .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. ..
Desarrollo humano alto .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. ..
Desarrollo humano medio 70,6 79,4 83,2 87,5 .. .. .. .. .. .. ..
Desarrollo humano bajo 45,1 57,5 63,7 70,1 .. .. .. .. .. .. ..
Ingresos altos .... .. .... .... .. .. ....
Ingresos medios 81,2 89,6 93,6 96,8 .. .. .. .. .. .. ..
Ingresos bajos 50,2 60,8 64,4 73,0 .. .. .. .. .. .. ..
Total mundial .... .. .... .... .. .. ....
NOTAS
a Los datos del año 1990 se refi eren a cálculos
emanados del Instituto de Estadísticas de la
Organización de las Naciones Unidas para la
Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO)
basados en datos anteriores al año 1990; salvo
indicación contraria, los datos del año 2003 se
re eren a cálculos de alfabetización nacional
emanados de censos o encuestas realizados entre
los años 2000 y 2004. Debido a diferencias en las
metodologías utilizadas y el período que abarcan
los datos subyacentes, las comparaciones entre
países y a lo largo del tiempo deben realizarse
con la debida prudencia. Para mayores detalles,
visite www.uis.unesco.org/ev.php?ID=4930_
201&ID2=DO_TOPIC.
b La tasa neta de matriculación es el cociente de niños
en edad ofi cial matriculados en el nivel de educación
indicado – toda la población de esa edad. Las tasas
de matriculación neta superiores a 100% re ejan
discrepancias entre estas dos series de datos.
c Las tasas de matriculación se basan en la nueva
clasifi cación internacional uniforme de la educación
adoptada en 1997 (UNESCO 1997), por lo tanto en
rigor pueden no ser comparables con las de años
anteriores.
d Salvo indicación contraria, los datos de las tasas
de matriculación neta se refi eren al año escolar
2002/03 y los datos de los niños que llegan a
5º grado, al año escolar 2001/02. Los datos
de algunos países se pueden referir a cálculos
nacionales o del Instituto de Estadística de la
UNESCO. Para mayores detalles, visite www.
uis.unesco.org. Dado que los datos provienen de
fuentes distintas, las comparaciones entre países
deben realizarse con la debida prudencia.
e Los datos se re eren al año más reciente disponible
durante el período especifi cado.
f Cálculos preliminares del Instituto de Estadística de
la UNESCO sujetos a revisión.
g Los datos se refi eren al año escolar 2000/01.
h Dado que la cantidad de alumnos matriculados
en la categoría “No se conoce o no se especifi ca”
representa más del 10% de la matriculación total,
las cifras deben tratarse con la debida prudencia.
i Los datos se refi eren al año escolar 1998/99.
j Estimaciones nacionales.
k Cálculos generados por el Instituto de Estadística
de la UNESCO en julio de 2002.
l Los datos se refi eren al año escolar 2003/04.
m Los datos se re eren a un año entre 1995 y 1999.
n Los datos se refi eren al año escolar 2002/03.
o Los datos se refi eren al año escolar 2001/02.
p Los datos se refi eren al año escolar 1999/2000.
q Los datos se refi eren a un año o período distinto del
especi cado, di eren de la defi nición normalizada o
se re eren sólo a una parte del país.
r Los datos se refi eren al año escolar 2004/05.
FUENTES
Columnas 1 y 3:
Instituto de Estadística de la
UNESCO 2003a.
Columnas 2 y 4: Instituto de Estadística de la
UNESCO 2005a.
Columnas 5-10: Instituto de Estadística de la
UNESCO 2005c.
Columna 11: Instituto de Estadística de la UNESCO
2005d.
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cas básicas
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Internet
(por cada 1.000
habitantes)
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(US$ por persona)
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y desarrollo
(I+D)
(% del PIB)
Investigado-
res en I+D
(por cada
millón de
habitantes)
1990 2003 1990 2003 1990 2003 2002 2003 1997–2002
b
19902003
b
Indicadores del desarrollo humano
286 INFORME SOBRE DESARROLLO HUMANO 2005
13
... para recibir educación ...
DESARROLLO HUMANO ALTO
1 Noruega 502 713 46 909 7 346 0 42,9 1,7 4.442
2 Islandia 510 660 39 966 0 675 7 0,0 3,1 6.592
3 Australia 456 542 11 719 6 567 85 20,1 1,5 3.446
4Luxemburgo 481 797 2 1.194 0 377 234 267,3 1,7 3.757
5 Canadá 565 651 22 419 4 .. 40 81,5 1,9 3.487
6 Suecia 681 .. 54 980 6 .. 317 261,8 4,3 5.171
7Suiza 574 727 18 843 6 398 279 .. 2,6 3.594
8 Irlanda 281 491 7 880 0 317 110 52,4 1,1 2.315
9 Bélgica 393 489 4 793 (.) 386 72 .. 2,2 3.180
10 Estados Unidos 547 624 21 546 8 556 302 167,2 2,7 4.526
11 Japón 441 472 7 679 (.) 483 852 96,3 3,1 5.085
12 Países Bajos 464 614 5 768 3 522 186 116,8 1,9 2.826
13 Finlandia 534 492 52 910 4 534 35 96,5 3,5 7.431
14 Dinamarca 567 669 29 883 1 541 90 .. 2,5 4.822
15 Reino Unido 441 .. 19 912 1 .. 88 173,0 1,9 2.691
16 Francia 495 566 5 696 1 366 183 66,3 2,3 3.134
17 Austria 418 481 10 879 1 462 196 19,2 2,2 2.346
18 Italia 388 484 5 1.018 (.) 337 22 9,1 1,1 1.156
19 Nueva Zelandia 434 448 16 648 0 526 70 30,0 1,2 2.593
20 Alemania 441 657 4 785 1 473 274 51,7 2,5 3.222
21 España 316 429 1 916 (.) 239 29 13,2 1,0 2.036
22 Hong Kong, China (RAE) 450 559 24 1.079 0 472 3 .. 0,6 1.568
23 Israel 343 458 3 961 1 .. 35 64,7 5,1 1.570
24 Grecia 389 454 0 902 0 150 30 1,7 0,6 1.357
25 Singapur 346 450 17 852 0 509 58 47,3 2,2 4.352
26 Eslovenia 211 407 0 871 0 401 123 5,4 1,5 2.364
27 Portugal 243 411 1 898 0 .. 3 3,5 0,9 1.745
28 Corea, República de 306 538 2 701 (.) 610 633 27,8 2,5 2.979
29 Chipre 419 572 5 744 0 337 1 19,9 0,3 569
30 Barbados 281 497 0 519 0 371 0 3,2 .. ..
31 República Checa 158 360 0 965 0 308 24 4,9 1,2 1.467
32 Malta 360 521 0 725 0 .. 45 (.) .. ..
33 Brunei Darussalam 136 .. 7 .. 0 .. .. .. .. 282
34 Argentina 93 .. (.) .. 0 .. .. 0,9 0,4 715
35 Hungría 96 349 (.) 769 0 232 21 30,8 1,0 1.473
36 Polonia 86 307 0 451 0 232 22 0,7 0,6 1.469
37 Chile 66 221 1 511 0 272 .. 2,9 0,5 419
38 Estonia 204 341 0 777 0 444 8 3,5 0,7 2.253
39 Lituania 212 239 0 630 0 202 15 0,1 0,7 1.824
40 Qatar 220 261 9 533 0 199 .. .. .. ..
41 Emiratos Árabes Unidos 224 281 19 736 0 275 0 .. .. ..
42 Eslovaquia 135 241 0 684 0 256 13 9,2 0,6 1.707
43 Bahrein 191 268 10 638 0 216 .. .. .. ..
44 Kuwait 188 196 12 572 0 228 .. 0,0
c
0,2 73
45 Croacia 172 .. (.) 584 0 232 20 7,8 1,1 1.920
46 Uruguay 134 .. 0 .. 0 .. 1 0,0
c
0,2 370
47 Costa Rica 101 278 0 181 0 288 0 0,1 0,4 533
48 Letonia 234 285 0 526 0 404 0 1,9 0,4 1.476
49 Saint Kitts y Nevis 237 .. 0 .. 0 .. .. 0,0
c
.. ..
50 Bahamas 274 415 8 367 0 265 .. 0,0 .. ..
51 Seychelles 124 256 0 595 0 .. 0 .. 0,1 452
52 Cuba 31 64 0 3 0 9 0 .. 0,5 538
53 xico 65 160 1 295 0 120 1 0,8 0,4 259
Tecnología: difusión y creación
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b
19902003
b
Indicadores del desarrollo humano
INFORME SOBRE DESARROLLO HUMANO 2005 287
13
54 Tonga 46 .. 0 .. 0 .. .. .. .. ..
55 Bulgaria 242 380 0 466 0 206 16 0,6 0,5 1.158
56 Panamá 93 122 0 268 0 62 .. 0,0
c
0,4 95
57 Trinidad y Tobago 141 .. 0 399 0 .. 0 .. 0,1 347
DESARROLLO HUMANO MEDIO
58 Jamahiriya Árabe Libia 48 136 0 23 0 29 .. .. .. 361
59 Macedonia, ERY 148 252 0 372 0 60 13 1,1 0,3 500
60 Antigua y Barbuda 253 .. 0 .. 0 .. 0 0,0
c
.. ..
61 Malasia 89 182 5 442 0 344 .. 0,8 0,7 294
62 Rusia, Federación de 140 253 0 249 0 .. 105 1,2 1,2 3.415
63 Brasil 65 223 (.) 264 0 .. 4 0,6 1,0 324
64 Rumania 102 199 0 324 0 184 26 0,1
c
0,4 910
65 Mauricio 52 285 2 267 0 123 .. 0,0
c
0,3 ..
66 Granada 177 290 2 376 0 169 0 0,0
c
.. ..
67 Belarús 154 311 0 113 0 141 54 0,1 0,6 1.870
68 Bosnia y Herzegovina .. 245 0 274 0 .. 0 .. .. ..
69 Colombia 69 179 0 141 0 53 (.) 0,1 0,1 81
70 Dominica 164 .. 0 .. 0 .. 0 0,0
c
.. ..
71 Omán 60 88 2 228 0 .. 0 .. .. ..
72 Albania 13 83 0 358 0 10 0 1,7 .. ..
73 Tailandia 24 105 1 394 0 111 .. 0,1 0,2 289
74 Samoa (Occidental) 26 73 0 58 0 .. .. .. .. ..
75 Venezuela 76 111 (.) 273 0 60 .. 0,0
c
0,4 222
76 Santa Lucía 129 .. 0 .. 0 .. 0 .. .. 481
77 Arabia Saudita 77 155 1 321 0 67 (.) 0,0
c
.. ..
78 Ucrania 136 233 0 136 0 .. 0 0,3 1,2 1.749
79 Pe 26 67 (.) 106 0 104 .. 0,1 0,1 225
80 Kazajstán 80 141 0 .. 0 .. 0 (.) 0,3 744
81 Líbano 155 200 0 234 0 143 .. .. .. ..
82 Ecuador 48 122 0 189 0 46 (.) 0,0
c
0,1 84
83 Armenia 157 148 0 30 0 37 42 .. 0,3 1.606
84 Filipinas 10 41 0 270 0 .. 0 (.) .. ..
85 China 6 209 (,) 215 0 63 5 0,1 1,2 633
86 Suriname 92 152 0 320 0 44 .. .. .. ..
87 San Vicente y las Granadinas 124 273 0 529 0 .. 0 0,0
c
0,2 179
88 Paraguay 27 46 0 299 0 20 .. 35,1 0,1 83
89 Túnez 37 118 (.) 197 0 64 0 1,8 0,6 1.013
90 Jordania 72 114 (.) 242 0 81 .. .. .. 1.977
91 Belice 92 113 0 205 0 .. 0 0,0
c
.. ..
92 Fiji 58 124 0 133 0 67 .. .. .. ..
93 Sri Lanka 7 49 (.) 73 0 13 0 .. .. 197
94 Turquía 121 268 1 394 0 85 1 0,0
c
0,7 345
95 República Dominicana 48 115 (.) 272 0 102 .. 0,0
c
.. ..
96 Maldivas 29 .. 0 .. 0 .. .. 20,7 .. ..
97 Turkmenistán 60 77 0 .. 0 .. 0 .. .. ..
98 Jamaica 45 .. 0 680 0 .. 1 4,6 .. ..
99 Irán, Rep. Islámica del 40 220 0 51 0 72 .. .. .. 484
100 Georgia 99 134 0 145 0 24 27 1,2 0,3 2.317
101 Azerbaiyán 86 114 0 128 0 .. 0 ,, 0,3 1.248
102 Territorios Palestinos Ocupados .. 87 0 133 0 40 .. .. .. ..
103 Argelia 32 69 (.) 45 0 .. (.) .. .. ..
104 El Salvador 24 113 0 173 0 83 .. (.) (.) 47
105 Cabo Verde 24 156 0 116 0 44 .. 0,2 (.) 131
106 República Árabe Siria 41 .. 0 68 0 35 0 .. 0,2 29
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b
19902003
b
Indicadores del desarrollo humano
288 INFORME SOBRE DESARROLLO HUMANO 2005
13
107 Guyana 20 .. 0 .. 0 .. .. 41,9 .. ..
108 Viet Nam 1 54 0 34 0 43 0 .. .. ..
109 Kirguistán 72 76 0 27 0 38 10 0,4 0,2 413
110 Indonesia 6 39 (.) 87 0 38 0 .. .. ..
111 Uzbekistán 69 67 0 13 0 19 17 .. .. ..
112 Nicaragua 13 37 0 85 0 .. 0 0,0
c
0,1 73
113 Bolivia 28 72 0 152 0 .. .. 0,2 0,3 118
114 Mongolia 32 56 0 130 0 58 31 .. 0,3 710
115 Moldova, Rep. de 106 219 0 132 0 80 48 0,3 .. 171
116 Honduras 17 49 0 55 0 40 1 0,0
c
0,1 74
117 Guatemala 21 77 (.) 165 0 .. .. 0,0
c
.. ..
118 Vanuatu 18 31 0 38 0 36 .. .. .. ..
119 Egipto 30 127 (.) 84 0 44 2 1,8 0,2 ,,
120 Sudáfrica 93 .. (.) 364 0 .. 0 1,1 0,7 192
121 Guinea Ecuatorial 4 18 0 76 0 .. .. .. .. ..
122 Tayikistán 45 37 0 7 0 1 3 0,1 .. ..
123 Gabón 22 29 0 224 0 26 .. .. .. ..
124 Marruecos 16 40 (.) 244 0 33 0 0,9 .. ..
125 Namibia 39 66 0 116 0 34 .. 0,0 .. ..
126 Santo Tomé y Príncipe 19 46 0 32 0 99 .. .. .. ..
127 India 6 46 0 25 0 17 0 (.)
c
0,8 120
128 Islas Salon 15 13 0 3 0 5 .. .. .. ..
129 Myanmar 2 7 0 1 0 1 .. 0,0
c
.. ..
130 Camboya (.) 3 0 35 0 2 .. ,, .. ..
131 Botswana 21 75 0 297 0 .. 0 0,3
c
.. ..
132 Comoras 8 17 0 3 0 6 .. .. .. ..
133 Rep. Dem. Popular Lao 2 12 0 20 0 3 .. .. .. ..
134 Bhután 4 34 0 11 0 20 .. .. .. ..
135 Pakistán 8 27 (.) 18 0 .. .. 0,1 0,2 88
136 Nepal 3 16 0 2 0 .. .. .. 0,7 62
137 Papua Nueva Guinea 8 .. 0 .. 0 .. 0 .. .. ..
138 Ghana 3 13 0 36 0 .. 0 0,0
c
.. ..
139 Bangladesh 2 5 0 10 0 2 .. (.) .. ..
140 Timor-Leste .. .. 0 .. 0 .. .. .. .. ..
141 Sudán 3 27 0 20 0 9 0 .. .. ..
142 Congo 7 2 0 94 0 4 .. .. .. 29
143 Togo 3 12 0 44 0 42 .. 0,0
c
.. ..
144 Uganda 2 2 0 30 0 5 0 0,2 0,8 25
145 Zimbabwe 13 .. 0 .. 0 .. 0 .. .. ..
DESARROLLO HUMANO BAJO
146 Madagascar 3 4 0 17 0 4 (.) 0,1 0,1 15
147 Swazilandia 17 44 0 84 0 26 0 0,1
c
.. ..
148 Camerún 3 .. 0 66 0 .. .. .. .. ..
149 Lesotho 7 16 0 47 0 14 0 5,9
c
.. 42
150 Djibouti 11 15 0 34 0 10 .. .. .. ..
151 Yemen 11 .. 0 35 0 .. .. .. .. ..
152 Mauritania 3 14 0 127 0 4 .. .. .. ..
153 Haití 7 17 0 38 0 18 .. 0,0
c
.. ..
154 Kenya 8 10 0 50 0 .. 0 0,4 .. ..
155 Gambia 7 .. 0 .. 0 .. 0 .. .. ..
156 Guinea 2 3 0 14 0 5 .. (.) .. 286
157 Senegal 6 22 0 56 0 22 .. (.)
c
.. ..
158 Nigeria 3 7 0 26 0 6 .. .. .. ..
159 Rwanda 2 .. 0 16 0 .. .. 0,0
c
.. ..
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b
19902003
b
Indicadores del desarrollo humano
INFORME SOBRE DESARROLLO HUMANO 2005 289
13
NOTAS
a
En conjunto, las líneas telefónicas básicas y los
abonados a teléfonos móviles forman un solo
indicador para el Objetivo de Desarrollo del Milenio
8; ver el Índice de indicadores de los Objetivos
de Desarrollo del Milenio en los Cuadros de
indicadores.
b Los datos se refi eren al año más reciente disponible
durante el período especifi cado.
c Los datos se re eren al año 2002.
FUENTES
Columnas 1-6:
UIT 2005.
Columna 7: cálculos basados en datos de la OMPI
2004 sobre patentes otorgadas a residentes y datos
de la ONU 2005h sobre población.
Columna 8: cálculos basados en datos sobre
recaudación por concepto de regalías y derechos de
licencias del Banco Mundial 2005c, basados en datos
del Fondo Monetario Internacional y datos de ONU
2005h sobre población.
Columnas 9 y 10: Banco Mundial 2005c, basado en
datos de la Organización de las Naciones Unidas para
la Educación, la Ciencia y la Cultura; cifras totales
calculadas por el Banco Mundial para la O cina
encargada del Informe sobre Desarrollo Humano.
160 Angola 8 7 0 .. 0 .. .. .. .. ..
161 Eritrea .. 9 0 0 0 7 .. .. .. ..
162 Benin 3 9 0 34 0 10 .. .. .. ..
163 Côte d’Ivoire 6 14 0 77 0 14 .. 0,0
c
.. ..
164 Tanzanía, Rep. Unida de 3 4 0 25 0 7 0 0,0
c
.. ..
165 Malawi 3 8 0 13 0 3 0 0,0
c
.. ..
166 Zambia 8 8 0 22 0 6 0 .. (.) 47
167 Congo, Rep. Dem. del 1 .. 0 19 0 .. .. .. .. ..
168 Mozambique 3 .. 0 23 0 .. 0 0,8 .. ..
169 Burundi 1 3 0 9 0 2 .. 0,0
c
.. ..
170 Etioa 3 6 0 1 0 1 .. 0,0
c
.. ..
171 República Centroafricana 2 .. 0 10 0 1 .. .. .. 47
172 Guinea-Bissau 6 8 0 1 0 15 .. .. .. ..
173 Chad 1 .. 0 8 0 .. .. .. .. ..
174 Malí 1 .. 0 23 0 .. .. (.)
c
.. ..
175 Burkina Faso 2 5 0 19 0 4 .. .. 0,2 17
176 Sierra Leona 3 .. 0 .. 0 .. 0 (.) .. ..
177 Níger 1 .. 0 6 0 .. .. .. .. ..
Países en desarrollo 29 113 (.) 134 (.) 53 .. 0,6 0,9 400
Países menos adelantados 3 8 0 16 0 4 .. .. .. ..
Estados Árabes 79 94 4 118 0 49 .. .. .. ..
Asia Oriental y el Pacífi co 18 172 (.) 212 (.) 80 .. .. 1,5 706
América Latina y El Caribe 89 165 (.) 239 0 .. 2 1,0 0,6 293
Asia Meridional 7 47 (.) 24 0 18 .. .. 0,7 135
África Subsahariana 5 9 (.) 54 0 .. .. .. .. ..
Europa Central y Oriental y la CEI 120 232 (.) 287 0 .. 48 2,0 1,0 2.213
OCDE 365 494 7 644 3 403 248 80,6 2,5 3.046
Países de la OCDE de ingresos altos 439 567 9 705 3 480 310 101,3 2,6 3.676
Desarrollo humano alto 289 495 6 652 2 414 250 79,2 2,5 3.004
Desarrollo humano medio 22 123 (.) 138 0 46 7 0,3 0,8 521
Desarrollo humano bajo 3 8 0 25 0 .. .. .. .. ..
Ingresos altos 420 562 9 710 3 477 302 100,1 2,5 3.630
Ingresos medios 46 180 (.) 224 0 77 10 0,6 0,7 760
Ingresos bajos 6 32 (.) 24 0 14 .. .. .. ..
Total mundial 81 184 1 226 1 120 62 17,9 2,4 1.146
CUADRO
51334_UNDP_243_352_ACG.indd 28951334_UNDP_243_352_ACG.indd 289 8/17/05 9:51:28 PM8/17/05 9:51:28 PM
Clasifi cación según el IDH
PIB
PIB per cápita
PIB per cápita
Cambio anual pro-
medio del índice de
precios de consumo
(%)
Tasa de crecimiento anual
(%)
Valor
más alto
durante
1975–2003
(PPA en US$)
o del
valor
más
alto
US$ miles
de millones
PPA en miles de
millones de US$ US$ PPA en US$
2003 2003 2003 2003 1975–2003 1990–2003 1990–2003 2002–03
Indicadores del desarrollo humano
290 INFORME SOBRE DESARROLLO HUMANO 2005
14
….para acceder a los recursos necesarios que permitan disfrutar de un nivel de vida digno...
DESARROLLO HUMANO ALTO
1 Noruega 220,9 171,9 48.412 37.670 2,8 2,9 37.911 2001 2,3 2,5
2 Islandia 10,5 9,0 36.377 31.243 1,7 2,1 31.243 2003 3,2 2,1
3 Australia 522,4 589,1 26.275 29.632 1,9 2,6 29.632 2003 2,4 2,8
4 Luxemburgo 26,5 27,9 59.143 62.298 3,9 3,6 62.298 2003 2,0 2,0
5 Canadá 856,5 970,3 27.079 30.677 1,6 2,3 30.677 2003 1,8 2,8
6 Suecia 301,6 239,6 33.676 26.750 1,6 2,0 26.750 2003 1,7 1,9
7 Suiza 320,1 224,6 43.553 30.552 1,0 0,5 31.098 2001 1,3 0,6
8 Irlanda 153,7 150,7 38.487 37.738 4,5 6,7 37.738 2003 2,7 3,5
9 Bélgica 301,9 294,0 29.096 28.335 1,9 1,8 28.335 2003 1,9 1,6
10 Estados Unidos 10.948,5 10.923,4
a
37.648 37.562 2,0 2,1 37.562 2003 2,6 2,3
11 Ja pón 4.30 0,9 3.5 67,8 3 3.713 27.967 2,4 1,0 27.967 2 003 0,4 – 0,3
12 Países Bajos 511,5 476,5 31.532 29.371 1,8 2,1 29.568 2002 2,6 2,1
13 Finlandia 161,9 144,0 31.058 27.619 2,0 2,5 27.619 2003 1,6 0,9
14 Dinamarca 211,9 169,5 39.332 31.465 1,6 1,9 31.471 2002 2,2 2,1
15 Reino Unido 1.794,9 1.610,6 30.253 27.147 2,1 2,5 27.147 2 0 03 2,7 2,9
16 Francia 1.757,6 1.654,0 29.410 27.677 1,7 1,6 27.677 2003 1,6 2,1
17 Austria 253,1 243,5 31.289 30.094 2,1 1,8 30.094 2003 2,1 1,4
18 Italia 1.468,3 1.563,3 25.471 27.119 2,0 1,5 27.119 2003 3,3 2,7
19 Nueva Zelandia 79,6 90,5 19.847 22.582 1,0 2,1 22.582 2003 1,9 1,8
20 Alemania 2.403,2 2.291,0 29.115 27.756 2,0 1,3 27.769 2001 1,8 1,0
21 España 838,7 920,3 20.404 22.391 2,2 2,4 22.391 2003 3,5 3,0
22 Hong Kong, China (RAE) 156,7 185,3 22.987 27.179 4,3 2,1 27.294 2000 3,5 –2,6
23 Israel 110,2 134,0 16.481 20.033 1,9 1,6 21.822 2000 7,7 0,7
24 Grecia 172,2 220,2 15.608 19.954 1,0 2,1 19.954 2003 7,2 3,5
25 Singapur 91,3 104,0 21.492 24.481 4,9 3,5 24.870 2000 1,3 0,5
26 Eslovenia 27,7 38,2 13.909 19.150 .. 3,1 19.150
b
2003 10,3 5,6
27 Portugal 147,9 189,3 14.161 18.126 2,8 2,2 18.597 2001 4,0 3,3
28 Corea, República de 605,3 861,0 12.634 17.971 6,1 4,6 17.971 2003 4,5 3,6
29 Chipre 11,4 14,3
c
14.786 18.776
c
4,6 3,2 18.776
b
2001 3,4 4,1
30 Barbados 2,6 4,3 9.708 15.720 1,2 1,4 16.220 2000 2,3 1,6
31 República Checa 89,7 166,9 8.794 16.357 .. 1,5 16.357
b
2003 6,1 0,1
32 Malta 4,9 7,0 12.157 17.633 4,3 3,3 18.908 2000 2,8 0,5
33 Brunei Darussalam .. .. .. .. .. .. .. .. .. ..
34 Argentina 129,6 445,2 3.524 12.106 0,4 1,3 13.757 1998 7,2 13,4
35 Hungría 82,7 147,7 8.169 14.584 1,1 2,6 14.584 2003 16,9 4,6
36 Polonia 209,6 434,6 5.487 11.379 .. 4,2 11.379
b
2003 19,1 0,7
37 Chile 72,4 162,1 4.591 10.274 4,0 4,1 10.274 2003 7,2 2,8
38 Estonia 9,1 18,3 6.713 13.539 0,4
b
3,3 13.539
b
2003 14,8 1,3
39 Lituania 18,2 40,4 5.274 11.702 .. 0,5 12.075
b
1990 19,3 1,2
40 Qatar ..
d
.. ..
d
.. .. .. .. .. 2,5 2,3
41 Emiratos Árabes Unidos ..
d
.. ..
d
.. –3,3
b
–2,1
b
49.432
b. e
1975 .. ..
42 Eslovaquia 32,5 72,7 6.033 13.494 0,5
b
2,4 13.494
b
2003 8,1 8,6
43 Bahrein ..
d
12,2
d
..
d
17.479
d
1,1
b
1,5
b
17.479
b
2002 0,7 ..
44 Kuwait 41,7 43,2
e
17.421 18.047
e
–1,2
b
–2,3
b
29.760
b. e
1975 1,9 1,0
45 Croacia 28,8 49,2 6.479 11.080 .. 2,1 11.080
b
2003 52,8 0,1
46 Uruguay 11,2 28,0 3.308 8.280 1,2 0,9 9.858 1998 25,5 19,4
47 Costa Rica 17,4 38,5
e
4.352 9.606
e
1,3 2,6 9.836
e
1999 14,1 9,4
48 Letonia 11,1 23,8 4.771 10.270 (.) 2,2 10.482
b
1989 19,0 2,9
49 Saint Kitts y Nevis 0,3 0,6 7.397 12.404 5,1
b
3,1 12.413
b
2002 3,2 2,2
50 Bahamas 5,3 5,4
d
16.571 17.159
d
1,3
b
0,3
b
18.260
b
1989 2,0 3,0
51 Seychelles 0,7 .. 8.610 .. 2,9 2,2 .. .. 2,4 3,3
52 Cuba .. .. .. .. .. 3,5
b
.. .. .. ..
53 México 626,1 937,8 6.121 9.168 0,9 1,4 9.442 2000 16,7 4,5
Desempeño económico
CUADRO
51334_UNDP_243_352_ACG.indd 29051334_UNDP_243_352_ACG.indd 290 8/17/05 9:51:30 PM8/17/05 9:51:30 PM
Clasifi cación según el IDH
PIB
PIB per cápita
PIB per cápita
Cambio anual pro-
medio del índice de
precios de consumo
(%)
Tasa de crecimiento anual
(%)
Valor
más alto
durante
1975–2003
(PPA en US$)
o del
valor
más
alto
US$ miles
de millones
PPA en miles de
millones de US$ US$ PPA en US$
2003 2003 2003 2003 1975–2003 1990–2003 1990–2003 2002–03
Indicadores del desarrollo humano
INFORME SOBRE DESARROLLO HUMANO 2005 291
14
54 Tonga 0,2 0,7
e
1.603 6.992
e
1,8
b
2,0 6.992
b, e
2003 4,3 11,6
55 Bulgaria 19,9 60,5 2.539 7.731 0,3
b
0,6 7.968
b
1988 83,8 2,2
56 Panamá 12,9 20,5 4.319 6.854 1,0 2,4 6.854 2003 1,1 1,4
57 Trinidad y Tobago 10,5 14,1 8.007 10.766 (.) 3,2 10.766 2003 5,2 3,8
DESARROLLO HUMANO MEDIO
58 Jamahiriya Árabe Libia ..
d
.. ..
d
.. .. .. .. .. 3,5 ..
59 Macedonia, ERY 4,7 13,9 2.277 6.794 .. 0,7 8.115
b
1990 7,1 1,1
60 Antigua y Barbuda 0,8 0,8 9.629 10.294 3,8
b
1,6 10.469
b
1999 .. ..
61 Malasia 103,7 235,7 4.187 9.512 3,9 3,4 9.512 2003 3,1 1,1
62 Rusia, Federación de 432,9 1.323,8 3.018 9.230 –2,1
b
–1,5 11.269
b
1989 66,6 13,7
63 Brasil 492,3 1.375,7 2.788 7.790 0,8 1,2 7.918 2002 114,0 14,7
64 Rumania 57,0 158,2 2.619 7.277 0,8
b
0,6 7.277
b
2003 78,7 15,3
65 Mauricio 5,2 13,8 4.274 11.287 4,6
b
4,0 11.287
b
2003 6,5 3,9
66 Granada 0,4 0,8 4.199 7.959 3,2
b
2,4 7.977
b
2000 2,0 ..
67 Belarús 17,5 59,8 1.770 6.052 .. 0,9 6.052
b
2003 185,8 28,4
68 Bosnia y Herzegovina 7,0 24,7 1.684 5.967 .. 11,9
b
..
b
.. .. ..
69 Colombia 78,7 298,8
e
1.764 6.702
e
1,4 0,4 6.852
e
1997 17,0 7,1
70 Dominica 0,3 0,4 3.639 5.448 3,2
b
1,2 6.278
b
2000 1,6 1,6
71 Omán ..
d
34,5
d
..
d
13.584
d
2,2
b
0,9
b
13.965
b
2001 0,2 0,4
72 Albania 6,1 14,5 1.933 4.584 0,3
b
5,1 4.584
b
2003 19,2 0,5
73 Tailandia 143,0 471,0 2.305 7.595 5,1 2,8 7.595 2003 4,1 1,8
74 Samoa (Occidental) 0,3 1,0
e
1.505 5.854
e
0,8
b
2,4 5.978
b. e
1986 3,6 0,1
75 Venezuela 85,4 126,3 3.326 4.919 –1,1 –1,5 8.038 1977 41,1 31,1
76 Santa Lucía 0,7 0,9 4.314 5.709 3,6
b
0,3 5.996
b
1999 2,5 0,9
77 Arabia Saudita 214,7 298,0
e
9.532 13.226
e
–2,4 0,6 24.461
e
1977 0,5 0,6
78 Ucrania 49,5 265,5 1.024 5.491 5,7
b
–4,7 9.755
b
1989 85,8 5,2
79 Perú 60,6 142,8 2.231 5.260 0,5 2,1 5.845 1981 18,5 2,3
80 Kazajstán 29,7 99,3 2.000 6.671 .. 0,4 6.671
b
2003 38,8 6,4
81 Líbano 19,0 22,8 4.224 5.074 3,4
b
2,9 5.074
b
2003 .. ..
82 E cuador 27, 2 47,4 2.0 91 3.6 41 0,1 0,1 3.763 19 88 37,7 7,9
83 Armenia 2,8 11,2 918 3.671 .. 2,8 3.671
b
2003 36,9 4,8
84 Filipinas 80,6 352,2 989 4.321 0,3 1,2 4.539 1982 7,3 3,0
85 China 1.417,0 6.445,9
f
1.100 5.003
f
8,2 8,5 5.003
f
2003 6,0 1,2
86 Suriname 1,2 .. 2.635 .. 0,6 0,9 .. .. 67,7 23,0
87 San Vicente y las Granadinas 0,4 0,7 3.403 6.123 3,4 1,8 6.123 2003 1,9 0,3
88 Paraguay 6,0 26,4
e
1.069 4.684
e
0,6 0,6 5.380
e
1981 11,8 14,2
89 Túnez 25,0 70,9 2.530 7.161 2,1 3,1 7.161 2003 3,9 2,7
90 Jordania 9,9 22,9 1.858 4.320 0,3 0,9 5.195 1987 3,0 2,3
91 Belice 1,0 1,9 3.612 6.950 3,1 2,2 6.950 2003 1,7 2,6
92 Fiji 2,0 4,9 2.438 5.880 0,7 1,8 5.880 2003 3,1 4,2
93 Sri Lanka 18,2 72,7 948 3.778 3,4 3,3 3.778 2003 9,7 6,3
94 Turquía 240,4 478,9 3.399 6.772 1,8 1,3 6.772 2003 72,4 25,3
95 República Dominicana 16,5 59,6
e
1.893 6.823
e
2,0 4,0 6.823
e
2003 8,7 27,4
96 Maldivas 0,7 .. 2.441 .. .. 4,7
b
.. .. 5,0 –2,9
97 Turkmenistán 6,2 28,9 1.275 5.938 –3,0
b
–1,3 6.589
b
1988 .. ..
98 Jamaica 8,1 10,8 3.083 4.104 0,4 (,) 4.125 1991 18,3 10,3
99 Irán, Rep. Islámica del 137,1 464,4 2.066 6.995 0,3 2,1 8.443 1976 22,8 16,5
100 Georgia 4,0 13,3 778 2.588 4,9 –2,7 7.065
b
1985 17,7 ..
101 Azerbaiyán 7,1 29,8 867 3.617 .. 2,6 3.617
b
2003 109,1 ..
102 Territorios Palestinos Ocupados 3,5 .. 1.026 .. .. 6,0
b
.. .. .. ..
103 Argelia 66,5 194,4
e
2.090 6.107
e
–0,1 0,6 6.319
e
1985 12,7 2,6
104 El Salvador 14,9 31,2
e
2.277 4.781
e
0,2 2,1 5.456
e
1978 6,6 2,1
105 Cabo Verde 0,8 2,4
e
1.698 5.214
e
3,0
b
3,3 5.214
b. e
2003 4,8 ..
106 República Árabe Siria 21,5 62,2 1.237 3.576 0,9 1,4 3.696 1998 4,9 ..
CUADRO
51334_UNDP_243_352_ACG.indd 29151334_UNDP_243_352_ACG.indd 291 8/17/05 9:51:32 PM8/17/05 9:51:32 PM
Clasifi cación según el IDH
PIB
PIB per cápita
PIB per cápita
Cambio anual pro-
medio del índice de
precios de consumo
(%)
Tasa de crecimiento anual
(%)
Valor
más alto
durante
1975–2003
(PPA en US$)
o del
valor
más
alto
US$ miles
de millones
PPA en miles de
millones de US$ US$ PPA en US$
2003 2003 2003 2003 1975–2003 1990–2003 1990–2003 2002–03
Indicadores del desarrollo humano
292 INFORME SOBRE DESARROLLO HUMANO 2005
14
107 Guyana 0,7 3,3
e
965 4.230
e
0,7 3,6 4.482
e
1997 5,8 ..
108 Viet Nam 39,2 202,5 482 2.490 5,0
b
5,9 2.490
b
2003 2,8 3,1
109 Kirguistán 1,9 8,8 378 1.751 3,1
b
–2,4 2.586
b
1990 16,5 3,5
110 Indonesia 208,3 721,5 970 3.361 4,1 2,0 3.493 1997 13,9 6,6
111 Uzbekistán 9,9 44,6 389 1.744 –1,2
b
–0,5 1.744
b
2003 .. ..
112 Nicaragua 4,1 17,9
e
745 3.262
e
–2,8 0,9 7.602
e
1977 22,3 5,1
113 Bolivia 7,9 22,8 892 2.587 0,3 1,3 2.690 1977 7,0 3,3
114 Mongolia 1,3 4,6 514 1.850 –2,0
b
–2,5 2.888
b
1988 29,5 5,1
115 Moldova, Rep. de 2,0 6,4 463 1.510 5,1
b
–5,7 3.974
b
1990 17,8 11,7
116 Honduras 7,0 18,6
e
1.001 2.665
e
0,1 0,2 2.876
e
1979 16,4 7,7
117 Guatemala 24,7 51,0
e
2.009 4.148
e
0,2 1,1 4.255
e
1980 9,1 5,5
118 Vanuatu 0,3 0,6
e
1.348 2.944
e
0,2
b
–0,3 3.935
b. e
1984 2,7 3,0
119 Egipto 82,4 266,9 1.220 3.950 2,7 2,5 3.950 2003 7,0 4,5
120 Sudáfrica 159,9 474,1
e
3.489 10.346
e
–0,6 0,1 12.663
e
1981 8,0 5,9
121 Guinea Ecuatorial 2,9 9,3
c
5.900 19.780
c. e
11,2
b
16,8 19.780
b. e
2001 .. ..
122 Tayikistán 1,6 7,0 246 1.106 8,1
b
–6,5 2.790
b
1988 .. ..
123 Gabón 6,1 8,6 4.505 6.397 –1,5 0,4 11.767 1976 4,6 ..
124 Marruecos 43,7 120,6 1.452 4.004 1,3 1,0 4.004 2003 3,1 1,2
125 Namibia 4,3 12,4
e
2.120 6.180
e
–0,1
b
0,9 8.462
b. e
1980 9,4 7,2
126 Santo Tomé y Príncipe 0,1 .. 378 .. 0,5
b
0,2 .. .. .. ..
127 India 600,6 3.078,2
e
564 2.892
e
3,3 4,0 2.892
e
2003 7,9 3,8
128 Islas Salon 0,3 0,8
e
553 1.753
e
1,4 2,5 2.713
e
1996 9,9 10,0
129 Myanmar .. .. .. .. 1,8
b
5,7
b
.. .. 25,9 36,6
130 Camboya 4,2 27,9
e
315 2.078
e
.. 4,0
b
2.078
b. e
2003 4,3 1,2
131 Botswana 7,5 15,0 4.372 8.714 5,1 2,7 9.182 2002 9,6 9,2
132 Comoras 0,3 1,0
e
538 1.714
e
–1,0
b
–1,3 2.177
b. e
1985 .. ..
133 Rep. Dem. Popular Lao 2,1 10,0 375 1.759 3,3
b
3,7 1.759
b
2003 29,7 15,5
134 Bhután 0,7 .. 797 .. 4,0
b
3,6 .. .. 7,7 1,6
135 Pakistán 82,3 311,3 555 2.097 2,5 1,1 2.097 2003 8,1 2,9
136 Nepal 5,9 35,0 237 1.420 2,1 2,2 1.444 2001 7,4 5,7
137 Papua Nueva Guinea 3,2 14,4
e
578 2.619
e
0,4 0,2 2.900
e
1994 10,3 14,7
138 Ghana 7,6 46,3
e
369 2.238
e
0,4 1,8 2.238
e
2003 27,0 26,7
139 Bangladesh 51,9 244,4 376 1.770 1,9 3,1 1.770 2003 5,0 5,7
140 Timor-Leste 0,3 .. 389 .. .. .. .. .. .. ..
141 Sudán 17,8 64,1
e
530 1.910
e
1,1 3,3 1.910
e
2003 63,6 ..
142 Congo 3,6 3,6 949 965 –0,1 1,4 1.318 1996 7,3 –0,8
143 Togo 1,8 8,2
e
362 1.696
e
–0,8 0,4 2.227
e
1980 6,6 –1,0
144 Uganda 6,3 36,8
e
249 1.457
e
2,6
b
3,9 1.457
b. e
2003 7,9 7,8
145 Zimbabwe ..
d
31,4
c
..
d
2.443
c
(.)
b
–0,8
b
3.112
b
1998 36,1 ..
DESARROLLO HUMANO BAJO
146 Madagascar 5,5 13,7 324 809 1,6 0,9 1.274 1975 15,8 1,2
147 Swazilandia 1,8 5,2 1.669 4.726 1,8 0,2 4.777 1998 9,2 7,3
148 Camerún 12,5 34,1 776 2.118 0,5 0,2 2.865 1986 5,5 ..
149 Lesotho 1,1 4,6
e
635 2.561
e
3,1 2,3 2.561
e
2003 9,0 6,7
150 Djibouti 0,6 1,5
e
886 2.086
e
–4,2
b
–3,3 ..
b, e
.. .. ..
151 Yemen 10,8 17,0 565 889 .. 2,4 889
b
2003 20,8 10,8
152 Mauritania 1,1 5,0
e
384 1.766
e
0,4 1,6 1.827
e
1976 5,6 5,2
153 Haití 2,9 14,7
e
346 1.742
e
–2,3 –2,8 3.309
e
1980 19,7 39,3
154 Kenya 14,4 33,1 450 1.037 0,2 0,6 1.204 1990 12,6 9,8
155 Gambia 0,4 2,6
e
278 1.859
e
–0,2 –0,1 2.108
e
1986 4,0 ..
156 Guinea 3,6 16,6 459 2.097 1,4
b
1,6 2.122
b
2002 .. ..
157 Senegal 6,5 16,9 634 1.648 (.) 1,3 1.669 1976 4,3 (.)
158 Nigeria 58,4 143,3 428 1.050 0,5 (.) 1.086 1977 26,0 14,0
159 Rwanda 1,6 10,6
e
195 1.268
e
–0,5 0,7 1.446
e
1983 12,3 6,9
Desempeño económico
CUADRO
51334_UNDP_243_352_ACG.indd 29251334_UNDP_243_352_ACG.indd 292 8/17/05 9:51:34 PM8/17/05 9:51:34 PM
Clasifi cación según el IDH
PIB
PIB per cápita
PIB per cápita
Cambio anual pro-
medio del índice de
precios de consumo
(%)
Tasa de crecimiento anual
(%)
Valor
más alto
durante
1975–2003
(PPA en US$)
o del
valor
más
alto
US$ miles
de millones
PPA en miles de
millones de US$ US$ PPA en US$
2003 2003 2003 2003 1975–2003 1990–2003 1990–2003 2002–03
Indicadores del desarrollo humano
INFORME SOBRE DESARROLLO HUMANO 2005 293
14
NOTAS
a
En teoría, en los Estados Unidos el valor del PIB
en paridad del poder adquisitivo (PPA) en dólares
de EE.UU. debería ser igual al valor en dólares
de EE.UU., sin embargo, esto no es así debido a
problemas prácticos que surgieron en el cálculo del
PIB en PPA en dólares de EE.UU.
b Los datos se refi eren a un período más corto que el
especifi cado.
c Los datos se re eren al año 2001.
d Los datos se refi eren al año 2002.
e Los cálculos se basan en una regresión.
f Los cálculos se basan en una comparación bilateral
entre China y los Estados Unidos (Ruoen y Kai
1995).
g Las tasas de crecimiento de la India explican gran
parte de la diferencia en las tasas de crecimiento
anual promedio de los países de bajos ingresos y
bajo desarrollo humano.
FUENTES
Columnas 1 y 2:
Banco Mundial 2005c; cifras
totales calculadas por el Banco Mundial para la
O cina encargada del Informe sobre Desarrollo
Humano.
Columnas 3 y 4: cálculos basados en los datos
del PIB y de población del Banco Mundial 2005c;
cifras totales calculadas por el Banco Mundial para
la O cina encargada del Informe sobre Desarrollo
Humano.
Columnas 5 y 6: Banco Mundial 2005a; cifras
totales calculadas por el Banco Mundial para la
O cina encargada del Informe sobre Desarrollo
Humano utilizando el método de mínimas cuadradas.
Columnas 7 y 8: basadas en series cronológicas
del PIB per cápita en PPA en US$ del Banco Mundial
2005c.
Columnas 9 y 10: cálculos basados en los datos
del índice de precios al consumo del Banco Mundial
2005c.
160 Angola 13,2 31,7
e
975 2.344
e
–1,1
b
0,4 2.910
b. e
1992 500,8 98,2
161 Eritrea 0,8 3,7
e
171 849
e
.. 1,0
b
999
b. e
1998 .. ..
162 Benin 3,5 7,5 517 1.115 0,7 2,2 1.115 2003 6,5 1,5
163 Côte d’Ivoire 13,7 24,8 816 1.476 1,9 0,4 2.726 1978 6,0 3,3
164 Tanzanía, Rep. Unida de 10,3 22,3 287 621 0,8
b
1,0 621
b
2003 16,2 3,5
165 Malawi 1,7 6,6 156 605 0,2 0,9 653 1979 31,0 9,6
166 Zambia 4,3 9,1 417 877 –1,9 0,9 1.496 1976 48,4 ..
167 Congo, Rep. Dem. del 5,7 .. 107 .. 4,9 6,3 2.452 1975 0,0 ..
168 Mozambique 4,3 21,0
e
230 1.117
e
2,3
b
4,6 1.117
b. e
2003 24,8 13,4
169 Burundi 0,6 4,7
e
83 648
e
–0,9 –3,5 952
e
1991 14,6 16,0
170 Etioa 6,7 48,8
e
97 711
e
0,1
b
2,0 752
b, e
2002 4,0 17,8
171 República Centroafricana 1,2 4,2
e
309 1.089
e
–1,5 0,4 1.707
e
1977 4,4 3,1
172 Guinea-Bissau 0,2 1,1
e
160 711
e
–0,4 –2,4 1.091
e
1997 24,6 3,5
173 Chad 2,6 10,4
e
304 1.210
e
0,1 (.) 1.210
e
2003 7,2 1,9
174 Malí 4,3 11,6 371 994 (.) 2,4 995
b
2002 4,3 1,3
175 Burkina Faso 4,2 14,2
e
345 1.174
e
1,2 1,7 1.174
e
2003 4,6 2,0
176 Sierra Leona 0,8 2,9 149 548 –3,3 –5,3 1.139 1982 22,4 7,6
177 Níger 2,7 9,8
e
232 835
e
–1,8 0,6 1.383
e
1979 5,0 1,6
Países en desarrollo 6.981,9 T 21.525,4 T 1.414 4.359 2,3 2,9 .. .. .. ..
Países menos adelantados 221,4 T 895,1 T 329 1.328 0,7 2,0 .. .. .. ..
Estados Árabes 773,4 T 1.683,6 T 2.611 5.685 0,2 1,0 .. .. .. ..
Asia Oriental y el Pacífi co 2.893,6 T 9.762,2 T 1.512 5.100 6,0 5,6 .. .. .. ..
América Latina y El Caribe 1.745,9 T 3.947,0 T 3.275 7.404 0,6 1,1 .. .. .. ..
Asia Meridional 902,2 T 4.235,9 T 617 2.897 2,6 3,5 .. .. .. ..
África Subsahariana 418,5 T 1.227,4 T 633 1.856 0,7 0,1 .. .. .. ..
Europa Central y Oriental y la CEI 1.189,9 T 3.203,5 T 2.949 7.939 .. 0,3 .. .. .. ..
OCDE 29.650,5 T 29.840,6 T 25.750 25.915 2,0 1,8 .. .. .. ..
Países de la OCDE de ingresos altos 28.369,5 T 27.601,9 T 31.020 30.181 2,2 1,9 .. .. .. ..
Desarrollo humano alto 30.341,0 T 30.941,3 T 25.167 25.665 2,2 1,8 .. .. .. ..
Desarrollo humano medio 5.414,8 T 19.581,1 T 1.237 4.474 1,7 2,4 .. .. .. ..
Desarrollo humano bajo 202,2 T 590,4 T 358 1.046 2,0
g
2,8
g
.. .. .. ..
Ingresos altos 29.052,4 T 28.396,0 T 30.589 29.898 2,0 1,8 .. .. .. ..
Ingresos medios 6.021,9 T 18.244,6 T 2.015 6.104 2,0 2,5 .. .. .. ..
Ingresos bajos 1.103,0 T 4.948,9 T 483 2.168 0,8
g
0,1
g
.. .. .. ..
Total mundial 36.058,3 T 51.150,6 T 5.801 8.229 1,4 1,4 .. .. .. ..
CUADRO
51334_UNDP_243_352_ACG.indd 29351334_UNDP_243_352_ACG.indd 293 8/17/05 9:51:37 PM8/17/05 9:51:37 PM
Clasifi cación según el IDH
o de la
encuesta
ODM
Participación en los ingresos o consumo
(%)
Índice de desigualdad
10% más rico
respecto del
10% más pobre
a
20% más rico
respecto del
20% más pobre
a
Coefi ciente
de Gini
b
10% más pobre 20% más pobre 20% más rico 10% más rico
Indicadores del desarrollo humano
294 INFORME SOBRE DESARROLLO HUMANO 2005
15
….para acceder a los recursos necesarios que permitan disfrutar de un nivel de vida digno...
DESARROLLO HUMANO ALTO
1 Noruega 2000
c
3,9 9,6 37,2 23,4 6,1 3,9 25,8
2Islandia ............ .. ..
3 Australia 1994
c
2,0 5,9 41,3 25,4 12,5 7,0 35,2
4Luxemburgo ............ .. ..
5Canadá 1998
c
2,5 7,0 40,4 25,0 10,1 5,8 33,1
6 Suecia 2000
c
3,6 9,1 36,6 22,2 6,2 4,0 25,0
7Suiza 1992
c
2,6 6,9 40,3 25,2 9,9 5,8 33,1
8Irlanda 1996
c
2,8 7,1 43,3 27,6 9,7 6,1 35,9
9 Bélgica 1996
c
2,9 8,3 37,3 22,6 7,8 4,5 25,0
10 Estados Unidos 2000
c
1,9 5,4 45,8 29,9 15,9 8,4 40,8
11 Japón 1993
c
4,8 10,6 35,7 21,7 4,5 3,4 24,9
12 Países Bajos 1999
c
2,5 7,6 38,7 22,9 9,2 5,1 30,9
13 Finlandia 2000
c
4,0 9,6 36,7 22,6 5,6 3,8 26,9
14 Dinamarca 1997
c
2,6 8,3 35,8 21,3 8,1 4,3 24,7
15 Reino Unido 1999
c
2,1 6,1 44,0 28,5 13,8 7,2 36,0
16 Francia 1995
c
2,8 7,2 40,2 25,1 9,1 5,6 32,7
17 Austria 1997
c
3,1 8,1 38,5 23,5 7,6 4,7 30,0
18 Italia 2000
c
2,3 6,5 42,0 26,8 11,6 6,5 36,0
19 Nueva Zelandia 1997
c
2,2 6,4 43,8 27,8 12,5 6,8 36,2
20 Alemania 2000
c
3,2 8,5 36,9 22,1 6,9 4,3 28,3
21 España 1990
c
2,8 7,5 40,3 25,2 9,0 5,4 32,5
22 Hong Kong, China (RAE) 1996
c
2,0 5,3 50,7 34,9 17,8 9,7 43,4
23 Israel 1997
c
2,4 6,9 44,3 28,2 11,7 6,4 35,5
24 Grecia 1998
c
2,9 7,1 43,6 28,5 10,0 6,2 35,4
25 Singapur 1998
c
1,9 5,0 49,0 32,8 17,7 9,7 42,5
26 Eslovenia 1998
c
3,6 9,1 35,7 21,4 5,9 3,9 28,4
27 Portugal 1997
c
2,0 5,8 45,9 29,8 15,0 8,0 38,5
28 Corea, República de 1998
c
2,9 7,9 37,5 22,5 7,8 4,7 31,6
29 Chipre .. .. .. .. .. .. .. ..
30 Barbados .. .. .. .. .. .. .. ..
31 República Checa 1996
c
4,3 10,3 35,9 22,4 5,2 3,5 25,4
32Malta ............ .. ..
33 Brunei Darussalam .. .. .. .. .. .. .. ..
34 Argentina
d
2001 1,0 3,1 56,4 38,9 39,1 18,1 52,2
35 Hungría 2002
e
4,0 9,5 36,5 22,2 5,5 3,8 26,9
36 Polonia 2002
e
3,1 7,6 41,9 26,7 8,6 5,5 34,1
37 Chile 2000
c
1,2 3,3 62,2 47,0 40,6 18,7 57,1
38 Estonia 2000
c
1,9 6,1 44,0 28,5 14,9 7,2 37,2
39 Lituania 2000
e
3,2 7,9 40,0 24,9 7,9 5,1 31,9
40Qatar ............ .. ..
41 Emiratos Árabes Unidos .. .. .. .. ` .. .. ..
42 Eslovaquia 1996
c
3,1 8,8 34,8 20,9 6,7 4,0 25,8
43Bahrein ............ .. ..
44 Kuwait .. .. .. .. .. .. .. ..
45 Croacia 2001
e
3,4 8,3 39,6 24,5 7,3 4,8 29,0
46 Uruguay
d
2000 1,8 4,8 50,1 33,5 18,9 10,4 44,6
47 Costa Rica 2000
c
1,4 4,2 51,5 34,8 25,1 12,3 46,5
48 Letonia 1998
c
2,8 7,3 41,1 26,1 9,2 5,6 33,6
49Saint Kitts y Nevis ............ .. ..
50Bahamas ............ .. ..
51 Seychelles .. .. .. .. .. .. .. ..
52 Cuba .. .. .. .. .. .. .. ..
53 xico 2000
e
1,0 3,1 59,1 43,1 45,0 19,3 54,6
Desigualdad de ingresos o consumo
CUADRO
51334_UNDP_243_352_ACG.indd 29451334_UNDP_243_352_ACG.indd 294 8/17/05 9:51:38 PM8/17/05 9:51:38 PM
Clasifi cación según el IDH
o de la
encuesta
ODM
Participación en los ingresos o consumo
(%)
Índice de desigualdad
10% más rico
respecto del
10% más pobre
a
20% más rico
respecto del
20% más pobre
a
Coefi ciente
de Gini
b
10% más pobre 20% más pobre 20% más rico 10% más rico
Indicadores del desarrollo humano
INFORME SOBRE DESARROLLO HUMANO 2005 295
15
54Tonga ............ .. ..
55 Bulgaria 2001
c
2,4 6,7 38,9 23,7 9,9 5,8 31,9
56 Panamá 2000
c
0,7 2,4 60,3 43,3 62,3 24,7 56,4
57 Trinidad y Tobago 1992
c
2,1 5,5 45,9 29,9 14,4 8,3 40,3
DESARROLLO HUMANO MEDIO
58Jamahiriya Árabe Libia ............ .. ..
59 Macedonia, ERY 1998
e
3,3 8,4 36,7 22,1 6,8 4,4 28,2
60Antigua y Barbuda ............ .. ..
61 Malasia 1997
c
1,7 4,4 54,3 38,4 22,1 12,4 49,2
62 Rusia, Federación de 2002
e
3,3 8,2 39,3 23,8 7,1 4,8 31,0
63 Brasil 2001
c
0,7 2,4 63,2 46,9 68,0 26,4 59,3
64 Rumania 2002
e
3,2 7,9 41,0 26,1 8,1 5,2 30,3
65 Mauricio .. .. .. .. .. .. .. ..
66Granada ............ .. ..
67 Belarús 2000
e
3,5 8,4 39,1 24,1 6,9 4,6 30,4
68 Bosnia y Herzegovina 2001
e
3,9 9,5 35,8 21,4 5,4 3,8 26,2
69 Colombia 1999
c
0,8 2,7 61,8 46,5 57,8 22,9 57,6
70 Dominica .. .. .. .. .. .. .. ..
71 Omán .. .. .. .. .. .. .. ..
72 Albania 2002
e
3,8 9,1 37,4 22,4 5,9 4,1 28,2
73 Tailandia 2000
e
2,5 6,1 50,0 33,8 13,4 8,3 43,2
74 Samoa (Occidental) .. .. .. .. .. .. .. ..
75 Venezuela 1998
c
0,6 3,0 53,4 36,3 62,9 17,9 49,1
76Santa Lucía ............ .. ..
77Arabia Saudita ............ .. ..
78 Ucrania 1999
e
3,7 8,8 37,8 23,2 6,4 4,3 29,0
79 Perú 2000
c
0,7 2,9 53,2 37,2 49,9 18,4 49,8
80 Kazajstán 2003
e
3,2 7,8 40,0 24,4 7,5 5,1 32,3
81 Líbano .. .. .. .. .. .. .. ..
82 Ecuador 1998
e
0,9 3,3 58,0 41,6 44,9 17,3 43,7
83 Armenia 1998
e
2,6 6,7 45,1 29,7 11,5 6,8 37,9
84 Filipinas 2000
e
2,2 5,4 52,3 36,3 16,5 9,7 46,1
85 China 2001
e
1,8 4,7 50,0 33,1 18,4 10,7 44,7
86 Suriname .. .. .. .. .. .. .. ..
87 San Vicente y las Granadinas .. .. .. .. .. .. .. ..
88 Paraguay 2002
c
0,6 2,2 61,3 45,4 73,4 27,8 57,8
89 Túnez 2000
e
2,3 6,0 47,3 31,5 13,4 7,9 39,8
90 Jordania 1997
e
3,3 7,6 44,4 29,8 9,1 5,9 36,4
91 Belice .. .. .. .. .. .. .. ..
92 Fiji .. .. .. .. .. .. .. ..
93 Sri Lanka 1999
e
3,4 8,3 42,2 27,8 8,1 5,1 33,2
94 Turqa 2000
e
2,3 6,1 46,7 30,7 13,3 7,7 40,0
95 República Dominicana 1998
c
2,1 5,1 53,3 37,9 17,7 10,5 47,4
96 Maldivas .. .. .. .. .. .. .. ..
97 Turkmenistán 1998
e
2,6 6,1 47,5 31,7 12,3 7,7 40,8
98 Jamaica 2000
e
2,7 6,7 46,0 30,3 11,4 6,9 37,9
99 Irán, Rep. Islámica del 1998
e
2,0 5,1 49,9 33,7 17,2 9,7 43,0
100 Georgia 2001
e
2,3 6,4 43,6 27,9 12,0 6,8 36,9
101 Azerbaiyán 2001
e
3,1 7,4 44,5 29,5 9,7 6,0 36,5
102 Territorios Palestinos Ocupados .. .. .. .. .. .. .. ..
103 Argelia 1995
e
2,8 7,0 42,6 26,8 9,6 6,1 35,3
104 El Salvador 2000
c
0,9 2,9 57,1 40,6 47,4 19,8 53,2
105Cabo Verde ............ .. ..
106República Árabe Siria ............ .. ..
CUADRO
51334_UNDP_243_352_ACG.indd 29551334_UNDP_243_352_ACG.indd 295 8/17/05 9:51:41 PM8/17/05 9:51:41 PM
Clasifi cación según el IDH
o de la
encuesta
ODM
Participación en los ingresos o consumo
(%)
Índice de desigualdad
10% más rico
respecto del
10% más pobre
a
20% más rico
respecto del
20% más pobre
a
Coefi ciente
de Gini
b
10% más pobre 20% más pobre 20% más rico 10% más rico
Indicadores del desarrollo humano
296 INFORME SOBRE DESARROLLO HUMANO 2005
15
107Guyana ............ .. ..
108 Viet Nam 2002
e
3,2 7,5 45,4 29,9 9,4 6,0 37,0
109 Kirguistán 2002
e
3,2 7,7 43,0 27,9 8,6 5,5 34,8
110 Indonesia 2002
e
3,6 8,4 43,3 28,5 7,8 5,2 34,3
111 Uzbekistán 2000
e
3,6 9,2 36,3 22,0 6,1 4,0 26,8
112 Nicaragua 2001
e
2,2 5,6 49,3 33,8 15,5 8,8 43,1
113 Bolivia 1999
e
1,3 4,0 49,1 32,0 24,6 12,3 44,7
114 Mongolia 1998
e
2,1 5,6 51,2 37,0 17,8 9,1 30,3
115 Moldova, Rep. de 2002
e
2,7 6,8 44,1 28,4 10,3 6,5 36,9
116 Honduras 1999
c
0,9 2,7 58,9 42,2 49,1 21,5 55,0
117 Guatemala 2000
c
0,9 2,6 64,1 48,3 55,1 24,4 59,9
118 Vanuatu .. .. .. .. .. .. .. ..
119 Egipto 1999
e
3,7 8,6 43,6 29,5 8,0 5,1 34,4
120 Sudáfrica 2000
e
1,4 3,5 62,2 44,7 33,1 17,9 57,8
121 Guinea Ecuatorial .. .. .. .. .. .. .. ..
122 Tayikistán 2003
e
3,3 7,9 40,8 25,6 7,8 5,2 32,6
123 Gabón .. .. .. .. .. .. .. ..
124 Marruecos 1998
e
2,6 6,5 46,6 30,9 11,7 7,2 39,5
125 Namibia 1993
c
0,5 1,4 78,7 64,5 128,8 56,1 70,7
126 Santo Tomé y Príncipe .. .. .. .. .. .. .. ..
127 India 1999
e
3,9 8,9 43,3 28,5 7,3 4,9 32,5
128Islas Salomón ............ .. ..
129 Myanmar .. .. .. .. .. .. .. ..
130 Camboya 1997
e
2,9 6,9 47,6 33,8 11,6 6,9 40,4
131 Botswana 1993
e
0,7 2,2 70,3 56,6 77,6 31,5 63,0
132 Comoras .. .. .. .. .. .. .. ..
133 Rep. Dem. Popular Lao 1997
e
3,2 7,6 45,0 30,6 9,7 6,0 37,0
134Bhután ............ .. ..
135 Pakistán 1998
e
3,7 8,8 42,3 28,3 7,6 4,8 33,0
136 Nepal 1995
e
3,2 7,6 44,8 29,8 9,3 5,9 36,7
137 Papua Nueva Guinea 1996
e
1,7 4,5 56,5 40,5 23,8 12,6 50,9
138 Ghana 1998
e
2,1 5,6 46,6 30,0 14,1 8,4 40,8
139 Bangladesh 2000
e
3,9 9,0 41,3 26,7 6,8 4,6 31,8
140 Timor-Leste .. .. .. .. .. .. .. ..
141 Sudán .. .. .. .. .. .. .. ..
142 Congo .. .. .. .. .. .. .. ..
143Togo ............ .. ..
144 Uganda 1999
e
2,3 5,9 49,7 34,9 14,9 8,4 43,0
145 Zimbabwe 1995
e
1,8 4,6 55,7 40,3 22,0 12,0 56,8
DESARROLLO HUMANO BAJO
146 Madagascar 2001
e
1,9 4,9 53,5 36,6 19,2 11,0 47,5
147 Swazilandia 1994
c
1,0 2,7 64,4 50,2 49,7 23,8 60,9
148 Camerún 2001
e
2,3 5,6 50,9 35,4 15,7 9,1 44,6
149 Lesotho 1995
e
0,5 1,5 66,5 48,3 105,0 44,2 63,2
150Djibouti ............ .. ..
151 Yemen 1998
e
3,0 7,4 41,2 25,9 8,6 5,6 33,4
152 Mauritania 2000
e
2,5 6,2 45,7 29,5 12,0 7,4 39,0
153 Haití .. .. .. .. .. .. .. ..
154 Kenya 1997
e
2,5 6,0 49,1 33,9 13,6 8,2 42,5
155 Gambia 1998
e
1,8 4,8 53,4 37,0 20,2 11,2 47,5
156 Guinea 1994
e
2,6 6,4 47,2 32,0 12,3 7,3 40,3
157 Senegal 1995
e
2,6 6,4 48,2 33,5 12,8 7,5 41,3
158 Nigeria 1996
e
1,6 4,4 55,7 40,8 24,9 12,8 50,6
159 Rwanda 1983
e
4,2 9,7 39,1 24,2 5,8 4,0 28,9
Desigualdad de ingresos o consumo
CUADRO
51334_UNDP_243_352_ACG.indd 29651334_UNDP_243_352_ACG.indd 296 8/17/05 9:51:42 PM8/17/05 9:51:42 PM
Clasifi cación según el IDH
o de la
encuesta
ODM
Participación en los ingresos o consumo
(%)
Índice de desigualdad
10% más rico
respecto del
10% más pobre
a
20% más rico
respecto del
20% más pobre
a
Coefi ciente
de Gini
b
10% más pobre 20% más pobre 20% más rico 10% más rico
Indicadores del desarrollo humano
INFORME SOBRE DESARROLLO HUMANO 2005 297
15
160Angola ............ .. ..
161 Eritrea .. .. .. .. .. .. .. ..
162 Benin .. .. .. .. .. .. .. ..
163 Côte d’Ivoire 2002
e
2,0 5,2 50,7 34,0 16,6 9,7 44,6
164 Tanzaa, Rep. Unida de 1993
e
2,8 6,8 45,5 30,1 10,8 6,7 38,2
165 Malawi 1997
e
1,9 4,9 56,1 42,2 22,7 11,6 50,3
166 Zambia 1998
e
1,0 3,3 56,6 41,0 41,8 17,2 52,6
167Congo, Rep. Dem. del ............ .. ..
168 Mozambique 1996
e
2,5 6,5 46,5 31,7 12,5 7,2 39,6
169 Burundi 1998
e
1,7 5,1 48,0 32,8 19,3 9,5 33,3
170 Etioa 1999
e
3,9 9,1 39,4 25,5 6,6 4,3 30,0
171 República Centroafricana 1993
e
0,7 2,0 65,0 47,7 69,2 32,7 61,3
172 Guinea-Bissau 1993
e
2,1 5,2 53,4 39,3 19,0 10,3 47,0
173Chad ............ .. ..
174 Malí 1994
e
1,8 4,6 56,2 40,4 23,1 12,2 50,5
175 Burkina Faso 1998
e
1,8 4,5 60,7 46,3 26,2 13,6 48,2
176 Sierra Leona 1989
e
0,5 1,1 63,4 43,6 87,2 57,6 62,9
177 Níger 1995
e
0,8 2,6 53,3 35,4 46,0 20,7 50,5
NOTAS
Dado que las encuestas subyacentes sobre los
hogares difi eren tanto en la metodología como en
el tipo de datos recogidos, los datos de distribución
en rigor no son comparables entre los distintos
países.
a Los datos muestran la relación entre la
participación en los ingresos o consumo del
grupo más rico y la del grupo más pobre. Debido
al redondeo de las cifras, los resultados pueden
diferir de las relaciones calculadas utilizando la
participación en los ingresos o el consumo de las
columnas 2-5.
b Un valor de 0 representa la igualdad perfecta y un
valor de 100, la desigualdad perfecta.
c Encuesta basada en los ingresos.
d Los datos se refi eren sólo a áreas urbanas.
e Encuesta basada en el consumo.
FUENTES
Columnas 1 a 5 y 8:
Banco Mundial 2005b.
Columna 6: cálculos basados en los datos de las
columnas 2 y 5.
Columna 7: cálculos basados en los datos de las
columnas 3 y 4.
CUADRO
51334_UNDP_243_352_ACG.indd 29751334_UNDP_243_352_ACG.indd 297 8/17/05 9:51:44 PM8/17/05 9:51:44 PM
Clasifi cación según el IDH
Importación de
bienes y servicios
(% del PIB)
Exportación de
bienes y servicios
(% del PIB)
Exportación de
productos primarios
(% de exportación
de mercancías)
Exportación
de productos
manufacturados
(% de exportación
de mercancías)
Exportación de
productos de alta
tecnología
(% de exportación
de productos
manufacturados)
Relación de
intercambio
(1980=100)
a
1990 2003 1990 2003 1990 2003 1990 2003 1990 2003 2002
Indicadores del desarrollo humano
298 INFORME SOBRE DESARROLLO HUMANO 2005
16
….para acceder a los recursos necesarios que permitan disfrutar de un nivel de vida digno...
DESARROLLO HUMANO ALTO
1Noruega 34 28 40 41 67 74 33 21 12 19 71
2Islandia 33 39 34 35 91 85 8 15 10 6 ..
3 Australia 17 22
b
17 20
b
73 61 24 30 8 14 87
4Luxemburgo 100123104140..13..84..12 ..
5Canadá 26 37
b
26 42
b
36 33 59 61 14 14 88
6 Suecia 29 37 30 44 16 13 83 81 13 15 110
7Suiza 34 37
b
36 44
b
6794931222 ..
8Irlanda 52 75
b
57 94
b
26 9 70 86 41 34 99
9Bélgica 69807182..17..80..8105
10 Estados Unidos 11 14
b
10 10
b
22 16 74 80 33 31 119
11 Japón 9 10 10 12 3 3 96 93 24 24 145
12 Países Bajos 51 58
b
54 63
b
37 29 59 71 16 31 103
13 Finlandia 24 30 23 37 17 15 83 84 8 24 117
14 Dinamarca 31 37 36 43 35 30 60 66 15 20 110
15Reino Unido 27282425191679782426 99
16 Francia 22 25 21 26 23 17 77 81 16 19 ..
17 Austria 38 50 40 52 12 13 88 78 8 13 ..
18 Italia 20 25 20 25 11 11 88 87 8 8 126
19 Nueva Zelandia 27 31
b
27 32
b
75 67 23 29 4 10 111
20 Alemania 25 32 25 36 10 9 89 84 11 16 117
21 España 20 30 16 28 24 21 75 77 6 7 132
22 Hong Kong, China (RAE) 124 161 132 170 4 6 95 93 .. 13 100
23 Israel 45 44 35 37 13 7 87 93 10 18 112
24 Grecia 28 28 18 20 46 40 54 58 2 12 71
25 Singapur .. .. .. .. 27 12 72 85 40 59 77
26Eslovenia ..60..60..10..90..6 ..
27 Portugal 39 38
b
33 30
b
1914808649 ..
28 Corea, República de 29 36 28 38 6 7 94 93 18 32 116
29 Chipre 57 .. 52 .. 45 51 55 49 6 5 ..
30 Barbados 52 55
b
49 52
b
55 46 43 52 .. 14 ..
31República Checa 43654563..10..90..13 ..
32 Malta 99 89
b
85 88
b
44
c
96 96
c
45 62
c
..
33 Brunei Darussalam .. .. .. .. 100 94 (.) 6 .. (.) ..
34 Argentina 5 14 10 25 71 72 29 27 .. 9 74
35 Hungría 29 68
b
31 65
b
35 11 63 87 .. 26 89
36 Polonia 22 26 29 21 36 17 59 81 .. 3 317
37Chile 31333536878111165352
38Estonia ..83..75..26..74..13 ..
39 Lituania 61 60 52 54 .. 37 .. 63 .. 5 ..
40Qatar ........8489
b
16 10
b
.. (.)
b
..
41 Emiratos Árabes Unidos 40 .. 65 .. 54 96
c
46 4
c
.. 2
c
..
42 Eslovaquia 36 80 27 78 .. 12 .. 88 .. 4 ..
43 Bahrein 95 65
b
116 81
b
91 91 9 9 .. (.) ..
44 Kuwait 58 40
b
45 48
b
94 93
c
67
c
31
c
..
45 Croacia .. 57 .. 47 .. 28 .. 72 .. 12 ..
46 Uruguay 18 23 24 26 61 66 39 34 .. 2 118
47 Costa Rica 41 49 35 47 66 34 27 66 .. 45 124
48Letonia 49574847..40..60..4 ..
49 Saint Kitts Y Nevis 83 56 52 37 .. 27
c
.. 73
c
.. (.)
c
..
50Bahamas ..............37
c
.. 1
c
..
51 Seychelles 67 77 62 77 .. .. (.) 5
b
.. .. ..
52 Cuba .. .. .. .. .. 90
c
.. 10
c
.. 29
c
..
53 xico 20 30 19 28 56 18 43 81 8 21 30
La estructura del comercio
CUADRO
51334_UNDP_243_352_ACG.indd 29851334_UNDP_243_352_ACG.indd 298 8/17/05 9:51:45 PM8/17/05 9:51:45 PM
Clasifi cación según el IDH
Importación de
bienes y servicios
(% del PIB)
Exportación de
bienes y servicios
(% del PIB)
Exportación de
productos primarios
(% de exportación
de mercancías)
Exportación
de productos
manufacturados
(% de exportación
de mercancías)
Exportación de
productos de alta
tecnología
(% de exportación
de productos
manufacturados)
Relación de
intercambio
(1980=100)
a
1990 2003 1990 2003 1990 2003 1990 2003 1990 2003 2002
Indicadores del desarrollo humano
INFORME SOBRE DESARROLLO HUMANO 2005 299
16
54 Tonga 65 58
c
34 13
c
.. .. 21 .. .. .. ..
55 Bulgaria 37 63 33 53 .. 29 .. 66 .. 4 ..
56 Pana 79 58 87 59 78 89 21 11 .. 1 85
57 Trinidad y Tobago 29 41 45 50 73 67
b
27 33
b
.. 2
b
..
DESARROLLO HUMANO MEDIO
58 Jamahiriya Árabe Libia 31 36
b
40 48
b
95..5...... ..
59Macedonia, ERY 36532635..28..72..1 ..
60 Antigua y Barbuda 87 68
b
89 60
b
.. .. .. .. .. .. ..
61 Malasia 72 93 75 114 46 22 54 77 38 58 ..
62 Rusia, Federación de 18 21 18 32 .. 65 .. 21 .. 19 ..
63 Brasil 7 13 8 17 47 47 52 52 7 12 145
64Rumania 263917332617738324 ..
65 Mauricio 71 57 64 60 34 26 66 74 1 5 94
66 Granada 63 57
b
42 47
b
.. 82 20 18 .. 1 ..
67Belarús 44704666..35..62..4 ..
68Bosnia y Herzegovina ..59..25............ ..
69 Colombia 15 22 21 21 74 64 25 36 .. 7 71
70 Dominica 81 62 55 54 .. .. 32 60 .. 7 ..
71 Omán 31 35
b
53 57
b
948551422 ..
72Albania 23421519..16..84..1 ..
73 Tailandia 42 59 34 66 36 22 63 75 21 30 69
74 Samoa (Occidental) .. .. .. .. .. 19 4 81 .. (.) ..
75 Venezuela 20 15 39 31 90 87 10 13 4 4 37
76 Santa Lucía 84 69 73 56 .. 76
b
28 26 .. 8 ..
77 Arabia Saudita 32 24 41 47 93 90
b
710
b
.. (.)
b
..
78 Ucrania 29 48 28 53 .. 32
b
.. 67
b
.. 5
b
..
79 Perú 14 18 16 18 82 78 18 22 .. 2 50
80Kazajstán ..44..50..82..18..9 ..
81Líbano 100391813..31..68..2 ..
82Ecuador 322933249888212(.)636
83Armenia 46503532..38..62..1 ..
84 Filipinas 33 51 28 48 31 10 38 90 .. 74 85
85 China 14 32 18 34 27 9 72 91 .. 27 ..
86 Suriname 44 45
b
42 21
b
26 .. 74 7
b
.. (.)
c
..
87 San Vicente y las Granadinas 77 65 66 47 .. 91
b
.. 10 .. (.)
b
..
88 Paraguay 39 47 33 32 .. 86 10 14 (.) 6 175
89Túnez 5147444331196981 2 4 85
90Jordania 93706245..31516912129
91 Belice 60 67 62 54 .. .. 15 1
b
.. (.)
b
..
92 Fiji 67 66
c
62 73
c
63 55 36 44 12 1 ..
93Sri Lanka 384229364225
b
54 74
b
11
b
..
94 Turqa 18 31 13 28 32 15 68 84 1 2 94
95 República Dominicana 44 54 34 52 .. 60
c
.. 34
c
.. 1
c
57
96 Maldivas 64 66 24 85 .. .. .. 32 .. .. ..
97 Turkmenistán .. 42
c
.. 41
c
.. .. .. .. .. .. ..
98 Jamaica 52 59 48 41 31 36
b
69 64
b
.. (.)
b
..
99 Irán, Rep. Islámica del 24 23 22 25 .. 92 .. 8 .. 2 ..
100 Georgia 46 46 40 32 .. 69 .. 31 .. 24 ..
101Azerbaiyán 39674443..93..6..5 ..
102 Territorios Palestinos Ocupados .. 49 .. 10 .. .. .. .. .. .. ..
103Argelia 25242339979832..231
104 El Salvador 31 43 19 27 62 43 38 57 .. 5 123
105Cabo Verde 44681332......96
c
.. 1
c
100
106 República Árabe Siria 28 33 28 40 64 89 36 11 .. 1 ..
CUADRO
51334_UNDP_243_352_ACG.indd 29951334_UNDP_243_352_ACG.indd 299 8/17/05 9:51:48 PM8/17/05 9:51:48 PM
Clasifi cación según el IDH
Importación de
bienes y servicios
(% del PIB)
Exportación de
bienes y servicios
(% del PIB)
Exportación de
productos primarios
(% de exportación
de mercancías)
Exportación
de productos
manufacturados
(% de exportación
de mercancías)
Exportación de
productos de alta
tecnología
(% de exportación
de productos
manufacturados)
Relación de
intercambio
(1980=100)
a
1990 2003 1990 2003 1990 2003 1990 2003 1990 2003 2002
Indicadores del desarrollo humano
300 INFORME SOBRE DESARROLLO HUMANO 2005
16
107 Guyana 80 106
b
63 93
b
.. 75 .. 24 .. 1 ..
108 Viet Nam 45 68 36 60 .. 49
b
.. 50
b
.. 2
b
..
109Kirguistán 50422938 ..60 ..39 .. 2 ..
110 Indonesia 24 26 25 31 65 48 35 52 1 14 ..
111 Uzbekistán 48 30 29 37 .. .. .. .. .. .. ..
112 Nicaragua 46 51 25 24 92 87 8 13 .. 4 71
113 Bolivia 24 25 23 24 95 83 5 17 .. 8 47
114 Mongolia 53 80 24 68 .. 62 .. 38 .. (.) ..
115 Moldova, Rep. de 51 88 49 54 .. 68 .. 32 .. 3 ..
116 Honduras 40 54 36 36 91 79
b
921
b
.. (.)
b
81
117 Guatemala 25 28 21 16 76 60 24 40 .. 7 86
118 Vanuatu 77 .. 49 .. .. .. 13 .. 20 .. ..
119 Egipto 33 24 20 22 57 63 42 31 .. (.) 53
120 Sudáfrica 19 26 24 28 .. 42 .. 58 .. 5 86
121 Guinea Ecuatorial 70 .. 32 .. .. .. .. .. .. .. ..
122Tayikistán 35792860............ ..
123 Gabón 31 41 46 62 .. .. .. .. .. .. 58
124 Marruecos 32 36 26 32 48 31 52 69 .. 11 106
125 Namibia 67 47 52 39 .. 58 .. 41 .. 3 ..
126 Santo Tomé y Príncipe 72 83 14 38 .. .. .. .. .. .. ..
127India 9167142822717725131
128 Islas Salon 73 33
b
47 31
b
.. .. .. .. .. .. ..
129 Myanmar 5 .. 3 .. .. .. .. .. .. .. ..
130 Camboya 13 71 6 62 .. 99 .. 1 .. .. ..
131 Botswana 50 34 55 44 .. 9
c
.. 91
c
.. (.)
c
106
132 Comoras 35 25 14 13 .. .. .. .. .. .. 109
133Rep. Dem. Popular Lao 25251125............ ..
134 Bhután 32 43
b
28 22
b
.. .. .. .. .. .. ..
135Pakistán 2320162021157985 (.) 1 88
136 Nepal 22 29 11 17 .. .. 83 .. .. .. ..
137 Papua Nueva Guinea 49 .. 41 .. 89 94 10 6 .. 39 ..
138 Ghana 26 52 17 40 .. 84
c
.. 16
c
.. 3
c
58
139 Bangladesh 14 20 6 14 .. 10 77 89 (.) (.) ..
140 Timor-Leste .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. ..
141 Sudán .. 12 .. 16 .. 97
b
.. 3
b
.. 7
b
91
142 Congo 46 53 54 78 .. .. .. .. .. .. 51
143 Togo 45 47 33 34 89 42 9 58 .. 1 87
144 Uganda 19 26 7 12 .. 91 .. 9 .. 8 ..
145 Zimbabwe 23 22
b
23 24
b
68 62
b
31 38
b
23
b
115
DESARROLLO HUMANO BAJO
146Madagascar 2832172185611438 8 (.)108
147 Swazilandia 76 94 77 84 .. 23
b
.. 76
b
.. 1
b
100
148Camerún 1725202691939732108
149Lesotho 122951741............76
150 Djibouti .. .. .. .. 44 .. 8 .. .. .. ..
151Yemen 20361431............ ..
152Mauritania 61754634..79..21....124
153 Haití 20 37
b
18 13
b
15 .. 85 .. 14 .. 50
154 Kenya 31 29 26 25 71 76 29 24 4 4 101
155Gambia 72456041............55
156 Guinea 31 25 31 22 .. 75
b
.. 25
b
.. (.)
b
..
157 Senegal 30 40 25 28 77 64 23 34 .. 9 96
158 Nigeria 29 41 43 50 .. .. .. .. .. .. 28
159 Rwanda 14 28 6 9 .. 90 .. 10 .. 25 133
La estructura del comercio
CUADRO
51334_UNDP_243_352_ACG.indd 30051334_UNDP_243_352_ACG.indd 300 8/17/05 9:51:50 PM8/17/05 9:51:50 PM
Clasifi cación según el IDH
Importación de
bienes y servicios
(% del PIB)
Exportación de
bienes y servicios
(% del PIB)
Exportación de
productos primarios
(% de exportación
de mercancías)
Exportación
de productos
manufacturados
(% de exportación
de mercancías)
Exportación de
productos de alta
tecnología
(% de exportación
de productos
manufacturados)
Relación de
intercambio
(1980=100)
a
1990 2003 1990 2003 1990 2003 1990 2003 1990 2003 2002
Indicadores del desarrollo humano
INFORME SOBRE DESARROLLO HUMANO 2005 301
16
NOTAS
a
La relación entre el índice de los precios
de exportación y el índice de los precios de
importación se ha calculado con respecto al año
base 1980. Un valor superior a 100 signi ca que
el precio de las exportaciones ha aumentado con
respecto al precio de las importaciones.
b Los datos se refi eren al año 2002.
c Los datos se re eren al año 2001.
FUENTES
Columnas 1-10:
Banco Mundial 2005c, basado en
datos de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre
Comercio y Desarrollo.
Columna 11: cálculos basados en los datos relativos
a la relación de intercambio del Banco Mundial
2005c.
160 Angola 21 67 39 71 100 .. (.) .. .. .. ..
161 Eritrea .. 99 .. 14 .. .. .. .. .. .. ..
162 Benin 26 27 14 14 .. 92
b
.. 8
b
.. 2
b
126
163 Côte d’Ivoire 27 34 32 47 .. 78 .. 20 .. 8 103
164 Tanzanía, Rep. Unida de 37 27 13 18 .. 82 .. 18 .. 2 ..
165 Malawi 33 41 24 27 95 88 5 12 (.) 1 64
166 Zambia 37 28 36 21 .. 86
b
.. 14
b
.. 2
b
79
167 Congo, Rep. Dem. del 29 22
b
30 19
b
.. .. .. 10 .. .. 104
168 Mozambique 36 39 8 23 .. 91
c
.. 8
c
.. 3
c
..
169 Burundi 28 18 8 7 .. .. .. 2
b
.. 22
b
58
170Etiopía 1237817..89..11..(.) ..
171 República Centroafricana 28 31 15 24 .. 51
b
.. 37 .. (.) 78
172Guinea-Bissau 37441030............86
173Chad 28531321............141
174 Malí 34 31 17 26 .. 59
c
240
c
.. 8
c
95
175 Burkina Faso 24 23 11 9 .. 82
b
.. 17
b
.. 2
b
220
176Sierra Leona 24492222 .. .. .. 7
b
.. 31
b
225
177 Níger 22 25 15 16 .. 91 .. 8 .. 3 ..
Países en desarrollo 24 33 25 35 .. 29 58 73 .. 21 ..
Países menos adelantados 22301322............ ..
Estados Árabes 38 30
b
38 36
b
81 86
b
16 20
b
.. 2 ..
Asia Oriental y el Pacífi co 32 48 33 52 .. 13 75 86 .. 29 ..
América Latina y El Caribe 15 21 17 24 65 44 36 55 7 14 ..
Asia Meridional 13 18 11 17 .. 43 71 61 .. 3 ..
África Subsahariana 26 33 27 33 .. .. .. .. .. .. ..
Europa Central y Oriental y la CEI 26 37 27 37 .. 36 .. 58 .. 13 ..
OCDE 18 22
b
17 21
b
20 16 76 79 18 18 ..
Países de la OCDE de ingresos altos 18 21
b
17 21
b
19 16 78 79 18 18 ..
Desarrollo humano alto 19 23
b
18 22
b
21 18 76 79 18 17 ..
Desarrollo humano medio 20 28 20 31 .. 36 51 63 .. 21 ..
Desarrollo humano bajo 29 37 27 34 .. .. .. .. .. .. ..
Ingresos altos 19 22
b
18 22
b
20 17 78 80 18 18 ..
Ingresos medios 21 30 22 33 .. 34 48 65 .. 21 ..
Ingresos bajos 17 24 13 21 .. 40
b
.. 60
b
.. 4 ..
Total mundial 19 24
b
19 24
b
.. 22 72 77 18 18 ..
CUADRO
51334_UNDP_243_352_ACG.indd 30151334_UNDP_243_352_ACG.indd 301 8/17/05 9:51:52 PM8/17/05 9:51:52 PM
Clasifi cación según el IDH
ODM
Desembolso neto de asistencia
ofi cial para el desarrollo (AOD)
AOD per cápita del
país donante
(US$ de 2002)
ODM
AOD para los países
menos adelantados
b
(% del total)
ODM
AOD para servicios
sociales básicos
c
(% del total asignable
por sector)
ODM
AOD bilateral no
vinculada
(% del total)
Total
a
(millones
de US$)) % del INB
2003 1990
d
2003 1990 2003 1990 2003 1996/97
e
2002/03
e
1990 2003
Indicadores del desarrollo humano
302 INFORME SOBRE DESARROLLO HUMANO 2005
17
….para acceder a los recursos necesarios que permitan disfrutar de un nivel de vida digno...
1 Noruega 2.042 1,17 0,92 314 388 44 39 12,9 20,2 61 100
3 Australia 1.219 0,34 0,25 49 50 18 21 7,5 18,1 33 67
4 Luxemburgo 194 0,21 0,81 73 354 39 34 .. .. .. ..
5 Canadá 2.031 0,44 0,24 80 55 30 31 5,7 27,8 47 53
6 Suecia 2.400 0,91 0,79 184 218 39 34 10,5 17,0 87 94
7 Suiza 1.299 0,32 0,39 119 154 43 31 8,6 14,3 78 96
8 Irlanda 504 0,16 0,39 19 103 37 53 0,5 30,6 .. 100
9 Bélgica 1.853 0,46 0,60 88 145 41 59 11,3 19,4 .. 99
10 Estados Unidos 16.254 0,21 0,15 58 55 19 28 22,7 23,4 .. ..
11 Japón 8.880 0,31 0,20 83 66 19 22 3,0 5,0 89 96
12 Países Bajos 3.981 0,92 0,80 179 199 33 32 12,4 19,9 56 ..
13 Finlandia 558 0,65 0,35 131 89 38 33 6,5 13,4 32 86
14 Dinamarca 1.748 0,94 0,84 227 265 39 38 9,6 14,3 .. 71
15 Reino Unido 6.282 0,27 0,34 55 95 32 36 23,5 28,9 .. 100
16 Francia 7.253 0,60 0,41 119 100 32 41 .. 10,3 64 93
17 Austria 505 0,11 0,20 21 51 63 33 5,0 7,1 32 51
18Italia 2.4330,310,17543441457,220,022 ..
19 Nueva Zelandia 165 0,23 0,23 27 32 19 27 .. 14,8 100 81
20 Alemania 6.784 0,42 0,28 96 68 28 37 9,8 11,5 62 95
21 España 1.961 0,20 0,23 23 37 20 17 13,9 12,4 .. 56
24Grecia 362..0,21..26..1516,918,4..94
27 Portugal 320 0,24 0,22 18 25 70 64 6,4 2,9 .. 94
CAD 69.029 T 0,33 0,25 72 70 29 33 9 17 73 92
NOTAS
Este cuadro presenta los datos de los miembros
del Comité de Asistencia para el Desarrollo (CAD)
perteneciente a la Organización de Cooperación y
Desarrollo Económicos (OCDE).
a Algunos países y regiones que no son miembros
del CAD también proveen AOD. Según OCDE
2005e, la AOD neta desembolsada en 2002 en
conjunto por la República Checa, Hungría, Islandia,
Israel, Kuwait, Polonia, Arabia Saudita, Eslovaquia,
Turquía, Emiratos Árabes Unidos y otros donantes
menores como Estonia, Letonia y Lituania,
totalizaba US$3.278 millones. China también
aporta ayuda, pero no revela el monto.
b Incluye las corrientes multilaterales imputadas
que tienen en cuenta las aportaciones
canalizadas por organizaciones multilaterales.
Se calculan utilizando la distribución geográ ca
de los desembolsos correspondientes al año de
referencia.
c Los datos se re eren al porcentaje de asignaciones
por sector de la AOD; se excluye la cooperación
técnica y los gastos administrativos.
d Los datos de cada país (no el promedio del CAD)
incluyen la condonación de los pagos que no
corresponden a AOD.
e Los datos se re eren al promedio de los años
especifi cados.
FUENTES
Todas las columnas:
OCDE 2005c; cifras
calculadas por la OCDE para la O cina encargada del
Informe sobre Desarrollo Humano.
Responsabilidad de los países ricos: asistencia
CUADRO
51334_UNDP_243_352_ACG.indd 30251334_UNDP_243_352_ACG.indd 302 8/17/05 9:51:54 PM8/17/05 9:51:54 PM
Comercio
Importaciones de bienes
Clasifi cación según el IDH
Alivio de la deuda Desde países en desarrollo Desde países menos adelantados
Promesas bilaterales al
Fondo Fiduciario PPME
a
(Millones de US$)
Cancelación de la
deuda bilateral neta
(Millones de US$)
Total
(Millones de US$)
Proporción del total
de importaciones
(%)
Total
(Millones de US$)
Proporción del total
de importaciones
(%)
2004 1990–2003 2003 2003 2003 2003
Indicadores del desarrollo humano
INFORME SOBRE DESARROLLO HUMANO 2005 303
18
1Noruega 127 237 5.260 13 81 0,2
3 Australia 14 83 34.143 40 148 0,2
4Luxemburgo 4 .. 298 2 6 ..
5 Cana 165 1.567 46.012 19 770 0,3
6 Suecia 109 286 7.556 9 169 0,2
7Suiza 93 340 8.142 8 118 0,1
8 Irlanda 25 .. 8.833 16 136 0,3
9 Bélgica 64 1.468 29.066 12 2.181 0,9
10 Estados Unidos 750 10.882 641.803 49 11.525 0,9
11 Japón 256 4.331 237.583 62 1.584 0,4
12 Países Bajos 242 2.170 50.887 24 657 0,3
13 Finlandia 51 156 4.899 12 157 0,4
14 Dinamarca 80 377 6.815 12 168 0,3
15 Reino Unido 436 2.574 79.488 20 1.587 0,4
16 Francia 258 15.878 64.258 18 2.598 0,7
17 Austria 50 709 7.997 9 179 0,2
18 Italia 217 2.334 55.504 19 1.400 0,5
19 Nueva Zelandia 2 .. 5.675 31 29 0,2
20 Alemania 350 7.371 98.247 16 2.761 0,5
21 España 165 1.208 45.009 21 1.647 0,8
24 Grecia 17 .. 9.835 22 180 0,4
27 Portugal 24 476 5.943 13 234 0,5
% del PIB
ODM
1990 2003
a
Australia 0,8 0,3
Cana 1,7 0,9
República Checa .. 1,5
Unión Europea
b
2,2 1,3
Hungría .. 2,4
Islandia 4,6 1,9
Japón 1,7 1,3
Corea 8,7 3,9
México 2,9 1,1
Nueva Zelandia 0,5 0,4
Noruega 3,2 1,5
Polonia .. 0,7
Eslovaquia .. 1,5
Suiza 3,3 2,0
Turqa 4,3 4,4
Estados Unidos 1,2 0,9
OCDE 1,8 1,2
a. Datos provisorios.
b. No hay datos disponibles para los países miembros de la Unión Europea por se-
parado. En 2003, los países miembros eran Austria, Bélgica, Dinamarca, Finlandia,
Francia, Alemania, Grecia, Irlanda, Italia, Luxemburgo, los Países Bajos, Portugal,
España, Suecia y el Reino Unido. Austria, Finlandia y Suecia no están incluidos en
los datos de 1990 debido a que se incorporaron en el año 1995.
Fuente: OCDE 2005a; cifras calculadas por la Organización de Cooperación y Desa-
rrollo Económicos para la O cina encargada del Informe sobre Desarrollo Humano.
NOTAS
Este cuadro presenta los datos para los miembros del Comité de
Asistencia para el Desarrollo perteneciente a la Organización de
Cooperación y Desarrollo Económicos.
a La Iniciativa para la reducción de la deuda de los países pobres
muy endeudados (PPME) es un mecanismo para el alivio de
la deuda supervisado en conjunto por el Fondo Monetario
Internacional y el Banco Mundial. Este marco ha permitido el alivio
de la deuda de parte de acreedores bilaterales y multilaterales
desde 1996. Incluye promesas realizadas a través de la Unión
Europea.
FUENTES
Columna 1:
FMI y AIF 2004.
Columna 2: cálculos basados en los datos de la cancelación de la
deuda de OCDE 2005f.
Columna 3 - 6:lculos basados en los datos proporcionados por
ONU 2005a.
Responsabilidades de los países ricos: alivio de la deuda y
comercio
CUADRO
Cuadro 18b Apoyo de los países de la
OCDE a la agricultura nacional
51334_UNDP_243_352_ACG.indd 30351334_UNDP_243_352_ACG.indd 303 8/17/05 9:51:56 PM8/17/05 9:51:56 PM
Asistencia Ofi cial para el
Desarrollo (AOD) recibida
a
(desembolso neto)
ODM
Total servicio de la deuda
Clasifi cación según el IDH
% del PIB
% de la exportación
de bienes, servicios
e ingresos netos
desde el exterior
Total
(millones
de US$)
Per
cápita
(US$) % del PIB
Entradas netas de inver-
sión extranjera directa
b
(% del PIB)
Otras corrientes
privadas
b, c
(% del PIB)
2003 2003 1990 2003 1990 2003 1990 2003 1990 2003 1990 2003
Indicadores del desarrollo humano
304 INFORME SOBRE DESARROLLO HUMANO 2005
19
… para acceder a los recursos necesarios que permitan disfrutar de un nivel de vida digno…
DESARROLLO HUMANO ALTO
22 Hong Kong, China (RAE) 5,0 0,7 0,1 (.) .. 8,6 .. .. .. .. .. ..
23 Israel 440,0 65,8 2,6 0,4 0,3 3,3 .. .. .. .. .. ..
25 Singapur 7,1 1,7 (.) (.) 15,1 12,5 .. .. .. .. .. ..
26 Eslovenia 65,9 33,6 .. 0,2 .. 1,2 .. .. .. .. .. ..
28 Corea, República de 457,7 9,6 (.) 0,1 0,3 0,5 .. .. .. .. .. ..
29 Chipre 18,7 24,2 0,7 0,2 2,3 9,0 .. .. .. .. .. ..
30 Barbados 19,9 73,4 0,2 0,8 6,5 2,2 –0,8 3,1 8,2 3,2 14,6 5,6
31 República Checa 263,3 25,8 (.) 0,3 0,0 2,8 .. 3,2 ,, 6,1 ,, 3,0
32 Malta 10,1 25,3 0,2 0,2 .. .. .. .. .. .. .. ..
33 Brunei Darussalam 0,5 1,3 .. .. .. .. .. .. .. .. .. ..
34 Argentina 109,4 2,9 0,1 0,1 1,3 0,8 1,5 0,1 4,4 10,8 34,7 34,7
35 Hungría 248,4 24,5 0,2 0,3 0,9 3,0 1,4 3,2 12,8 18,3 33,4 6,8
36 Polonia 1.191,5 31,2 2,2 0,6 0,2 2,0 (,) 1,4 1,6 9,1 4,4 6,5
37 Chile 75,6 4,8 0,3 0,1 2,2 4,1 5,1 1,2 9,1 11,7 18,1 5,5
38 Estonia 84,5 62,6 .. 0,9 0,0 9,8 .. 14,1 .. 13,4 .. 0,9
39 Lituania 372,0 107,7 .. 2,0 0,0 1,0 .. –1,8 .. 36,4 .. 11,3
40 Qatar 2,0 3,2 (.) .. .. .. .. .. .. .. .. ..
41 Emiratos Árabes Unidos 5,2 1,3 (.) .. .. .. .. .. .. .. .. ..
42 Eslovaquia 159,9 29,7 (.) 0,5 0,0 1,8 .. 2,9 .. 10,7 .. 6,9
43 Bahrein 37,5 52,7 3,2 .. .. .. .. .. .. .. .. ..
44 Kuwait 4,4 1,9 (.) (.) 0,0 –0,2 .. .. .. .. .. ..
45 Croacia 120,6 27,1 .. 0,4 0,0 6,9 .. 20,9 .. 11,8 .. 7,9
46 Uruguay 16,8 5,0 0,6 0,1 0,0 2,5 2,1 2,1 10,6 7,8 35,2 23,1
47 Costa Rica 28,3 7,1 4,0 0,2 2,8 3,3 –2,5 1,5 8,8 4,8 22,0 8,9
48 Letonia 113,7 49,0 .. 1,0 0,0 2,7 .. 2,4 .. 8,4 .. 4,0
49 Saint Kitts y Nevis (.) 0,2 5,1 (.) 30,7 15,2 0,3 12,0 1,9 12,6 3,4 34,9
50 Bahamas 3,9 12,3 0,1 0,1 0,6 2,8 .. .. .. .. .. ..
51 Seychelles 9,2 110,1 9,8 1,3 5,5 8,1 1,7 5,1 5,9 11,0 7,8 13,6
52Cuba 70,06,2.... .. .. ............
53 México 103,2 1,0 0,1 (.) 1,0 1,7 2,7 0,2 4,3 6,5 18,3 11,3
54 Tonga 27,5 269,2 26,3 16,9 0,2 1,7 0,1 0,0 1,7 2,3 3,5 5,8
d
55 Bulgaria 414,4 53,0 0,1 2,1 0,0 7,1 .. 1,2 .. 5,8 18,6 7,6
56 Pana 30,5 10,2 1,9 0,2 2,6 6,1 0,1 2,2 6,5 7,4 4,1 9,2
57 Trinidad y Tobago –2,3 –1,8 0,4 (.) 2,2 5,9 –3,5 0,0 8,9 2,4 15,6 3,6
DESARROLLO HUMANO MEDIO
58 Jamahiriya Árabe Libia 10,0 1,8 0,1 .. .. .. .. .. .. .. .. ..
59 Macedonia, ERY 233,5 114,0 .. 5,0 0,0 2,0 .. 0,1 .. 5,2 ,, 8,7
60 Antigua y Barbuda 5,0 64,1 1,2 0,7 .. .. .. .. .. .. .. ..
61 Malasia 109,1 4,4 1,1 0,1 5,3 2,4 4,2 0,3 9,8 9,1 10,6 4,7
62 Rusia, Federación de 1.254,8 8,8 (.) 0,3 0,0 1,8 .. 1,8 .. 4,4 .. 8,3
63 Brasil 296,0 1,7 (.) 0,1 0,2 2,1 0,1 0,7 1,8 11,5 18,5 38,6
64 Rumania 601,2 27,1 0,6 1,1 0,0 3,2 (.) 3,6 (.) 6,4 0,0 10,4
65 Mauricio 15,1 –12,4 3,7 0,3 1,7 1,2 1,9 0,5 6,5 4,5 7,3 4,7
66 Granada 11,7 111,9 6,3 2,7 5,8 0,0 0,1 0,9 1,5 7,0 3,1 17,5
67 Belarús 31,9 3,2 .. 0,2 0,0 1,0 .. 0,3 .. 1,4 .. 1,7
68 Bosnia y Herzegovina 538,8 130,1 .. 7,7 .. 5,5 .. 0,3 .. 2,6 .. 6,4
69 Colombia 802,1 18,1 0,2 1,0 1,2 2,2 0,4 3,7 9,7 10,7 34,5 34,6
70 Dominica 10,9 153,8 11,9 4,2 7,7 0,0 0,3 0,3 3,5 6,5 6,0 13,4
71 Omán 44,5 17,1 0,6 .. 1,4 .. 3,8 –5,5 7,0 8,6
d
12,0 5,3
72 Albania 342,3 108,0 0,5 5,6 0,0 2,9 .. (.) .. 0,9 0,9 3,6
73 Tailandia 966,3 –15,6 0,9 0,7 2,9 1,4 2,3 0,6 6,2 10,5 11,4 8,0
74 Samoa (Occidental) 33,0 185,6 23,7 12,3 3,3 0,1 0,0 0,0 2,7 4,9 10,6 ..
75 Venezuela 82,2 3,2 0,2 0,1 0,9 3,0 –1,2 1,2 10,3 10,4 .. ..
Corrientes de ayuda, capital privado y deuda
CUADRO
51334_UNDP_243_352_ACG.indd 30451334_UNDP_243_352_ACG.indd 304 8/17/05 9:51:57 PM8/17/05 9:51:57 PM
Asistencia Ofi cial para el
Desarrollo (AOD) recibida
a
(desembolso neto)
ODM
Total servicio de la deuda
Clasifi cación según el IDH
% del PIB
% de la exportación
de bienes, servicios
e ingresos netos
desde el exterior
Total
(millones
de US$)
Per
cápita
(US$) % del PIB
Entradas netas de inver-
sión extranjera directa
b
(% del PIB)
Otras corrientes
privadas
b, c
(% del PIB)
2003 2003 1990 2003 1990 2003 1990 2003 1990 2003 1990 2003
Indicadores del desarrollo humano
INFORME SOBRE DESARROLLO HUMANO 2005 305
19
76 Santa Lucía 14,8 92,3 3,1 2,1 11,3 4,6 0,2 1,3 1,6 4,7 2,1 7,4
77 Arabia Saudita 21,9 1,0 (.) (.) .. .. .. .. .. .. .. ..
78 Ucrania 322,9 6,7 0,4 0,7 0,0 2,9 .. 0,3 .. 7,4 .. 5,5
79 Perú 500,2 18,4 1,5 0,8 0,2 2,3 0,1 2,0 1,8 4,2 7,3 20,8
80 Kazajstán 268,4 18,0 .. 0,9 0,0 7,0 .. 12,1 .. 17,8 .. 3,0
81 Líbano 228,3 50,8 8,9 1,2 0,2 1,9 0,2 0,2 3,5 17,1 3,2 81,5
82 Ecuador 176,2 13,5 1,6 0,6 1,2 5,7 0,6 2,2 10,5 8,9 31,0 19,7
83 Armenia 247,4 81,0 .. 8,8 0,0 4,3 ,, 0,2 ,, 3,4 ,, 8,7
84 Filipinas 737,2 9,1 2,9 0,9 1,2 0,4 0,2 1,3 8,1 12,8 25,6 13,8
85 China 1.324,6 1,0 0,6 0,1 1,0 3,8 1,3 0,4 2,0 2,6 10,6 2,8
86 Suriname 10,9 24,9 15,5 0,9 .. .. .. .. .. .. .. ..
87 San Vicente y las Granadinas 6,3 58,0 7,8 1,7 3,9 10,1 0,0 5,5 2,2 3,9 3,1 6,7
d
88 Paraguay 50,7 9,0 1,1 0,8 1,5 1,5 0,2 0,5 6,2 5,1 11,5 6,6
89 Túnez 305,5 30,9 3,2 1,2 0,6 2,2 –1,6 3,1 11,6 6,4 25,6 13,7
90 Jordania 1.234,3 232,5 22,1 12,5 0,9 3,8 5,3 5,4 15,6 11,7 22,1 22,6
91 B elice 12,1 4 6,5 7,4 1,2 4,2 4,0 1,4 18,0 4,9 13,6 7,0 24,9
92 Fiji 51,1 61,2 3,7 2,5 6,8 1,0 –1,2 0,1 7,8 1,4 9,0 ..
93 Sri Lanka 671,9 35,0 9,1 3,7 0,5 1,3 0,1 (,) 4,8 3,3 14,8 7,8
94 Turquía 165,8 2,4 0,8 0,1 0,5 0,6 0,8 0,5 4,9 11,7 29,9 20,3
95 República Dominicana 69,0 7,9 1,4 0,4 1,9 1,9 (,) 4,9 3,3 5,6 10,7 7,4
96 Maldivas 18,0 61,3 9,8 2,5 2,6 1,9 0,5 1,4 4,1 3,0 4,0 3,5
97 Turkmenistán 27,2 5,6 .. 0,4 0,0 1,6 .. .. .. .. .. 5,7
98 Jamaica 3,4 1,3 5,9 (,) 3,0 8,8 –1,0 2,6 14,4 10,1 27,0 21,4
99 Irán, Rep. Islámica del 133,1 2,0 0,1 0,1 0,3 0,1 (,) 0,8 0,5 1,2 1,3 3,6
100 Georgia 219,8 42,9 .. 5,5 0,0 8,5 .. 0,4 .. 4,5 .. 10,0
101 Azerbaiyán 296,7 36,0 .. 4,2 0,0 46,0 .. 0,7 .. 3,4 .. 6,0
102 Territorios Palestinos Ocupados 971,6 288,6 .. 28,1 .. .. .. .. .. .. .. ..
103 Argelia 232,2 7,3 0,2 0,3 (.) 1,0 0,7 0,1 14,2 6,5 63,7 ..
104 El Salvador 191,8 29,4 7,2 1,3 (.) 0,6 0,1 2,1 4,3 3,7 18,2 11,7
105 Cabo Verde 143,7 305,7 31,8 18,0 0,1 1,9 (.) 0,2 1,7 2,7 8,9 7,2
106 República Árabe Siria 160,3 9,2 5,6 0,7 0,6 0,7 0,1 (.) 9,7 1,6 20,3 3,0
107 Guyana 86,6 112,6 42,6 11,7 2,0 3,5 4,1 0,2 74,5 7,8 .. 9,5
e, f
108 Viet Nam 1.768,6 21,8 2,9 4,5 2,8 3,7 0,0 0,7 2,7 2,1 .. 3,3
109 Kirguistán 197.7 39,1 .. 10,4 0,0 2,4 .. 3,0 .. 7,1 .. 7,7
110 Indonesia 1.743,5 8,1 1,5 0,8 1,0 0,3 1,6 –1,5 8,7 8,9 25,6 12,8
111 Uzbekistán 194,4 7,6 .. 2,0 0,0 0,7 .. 0,1 .. 8,2 .. 19,6
112 Nicaragua 833,2 152,1 32,9 20,4 0,0 4,9 2,0 0,7 1,6 5,0 2,4 11,7
e, f
113 Bolivia 929,7 103,5 11,2 11,8 0,6 2,1 0,5 1,6 7,9 5,4 33,5 20,1
e, f
114 Mongolia 247,1 99,7 .. 19,4 .. 10,3 .. (.) .. 22,6 0,3 4,4
115 Moldova, Rep. de 116,6 27,5 .. 5,9 0,0 3,0 .. 1,3 .. 8,1 .. 6,6
116 Honduras 389,0 55,8 14,7 5,6 1,4 2,8 1,0 0,8 12,8 5,9 33,0 9,5
e, g
117 Guatemala 247,0 20,1 2,6 1,0 0,6 0,5 0,1 0,2 2,8 1,9 11,6 9,8
118 Vanuatu 32,4 154,4 33,0 11,4 8,7 6,7 0,1 0,0 1,6 0,7 1,6 1,2
119 Egipto 893,8 13,2 12,6 1,1 1,7 0,3 0,2 0,7 7,1 3,4 .. ..
120 Sudáfrica 624,9 13,8 .. 0,4 0,1 0,5 .. 2,1 .. 2,7 0,0 4,3
121 Guinea Ecuatorial 21,3 43,1 46,0 0,7 8,4 49,1 0,0 0,0 3,9 0,3 11,5 ..
122 Tayikistán 144,1 22,9 .. 9,3 0,0 2,0 .. –1,6 .. 5,7 .. 7,7
123 Gabón 10,7 8,0 2,2 0,2 1,2 0,9 0,5 1,2 3,0 6,2 4,8 ..
124 Marruecos 522,8 17,4 4,1 1,2 0,6 5,2 1,2 0,3 6,9 9,8 27,9 25,7
125 Namibia 146,1 72,5 5,2 3,4 .. .. .. .. .. .. .. ..
126 Santo Tomé y Príncipe 37,7 239,9 95,0 63,3 0,0 16,8 0,2 0,0 4,9 11,1 28,7 24,6
e, g
127 India 942,2 0,9 0,4 0,2 0,1 0,7 0,5 1,1 2,6 3,4 29,3 18,1
128 Islas Salomón 60,2 131,8 21,7 23,8 4,9 0,8 –1,5 –1,0 5,5 3,7 11,3 ..
129 Myanmar 125,8 2,6 .. .. .. .. .. .. .. .. 18,3 3,8
e, h
CUADRO
51334_UNDP_243_352_ACG.indd 30551334_UNDP_243_352_ACG.indd 305 8/17/05 9:52:00 PM8/17/05 9:52:00 PM
Asistencia Ofi cial para el
Desarrollo (AOD) recibida
a
(desembolso neto)
ODM
Total servicio de la deuda
Clasifi cación según el IDH
% del PIB
% de la exportación
de bienes, servicios
e ingresos netos
desde el exterior
Total
(millones
de US$)
Per
cápita
(US$) % del PIB
Entradas netas de inver-
sión extranjera directa
b
(% del PIB)
Otras corrientes
privadas
b, c
(% del PIB)
2003 2003 1990 2003 1990 2003 1990 2003 1990 2003 1990 2003
Indicadores del desarrollo humano
306 INFORME SOBRE DESARROLLO HUMANO 2005
19
130 Camboya 508,0 37,9 3,7 12,0 0,0 2,1 0,0 0,0 2,7 0,6 .. 0,9
131 Botswana 30,1 17,5 3,9 0,4 2,5 1,1 0,5 (.) 2,8 0,7 4,3 1,3
132 Comoras 24,5 40,8 17,3 7,6 0,2 0,3 0,0 0,0 0,4 0,8 2,5 ..
e, h
133 Rep. Dem. Popular Lao 298,6 52,8 17,4 14,1 0,7 0,9 0,0 0,0 1,1 2,3 8,6 10,3
e, h
134 Bhután 77,0 88,1 16,5 11,1 0,6 (.) –0,9 0,0 1,8 1,0 5,3 4,7
d
135 Pakistán 1.068,4 7,2 2,8 1,3 0,6 0,6 0,2 0,5 4,8 3,7 22,9 16,8
136 Nepal 466,7 18,9 11,7 8,0 0,0 0,3 0,4 (.) 1,9 1,9 15,2 10,0
137 Papua Nueva Guinea 220,8 40,1 12,8 6,9 4,8 3,2 1,5 –3,1 17,2 9,3 18,4 7,3
138 Ghana 906,7 44,4 9,6 11,9 0,3 1,8 0,3 4,0 6,2 6,3 36,3 5,2
e, f
139 Bangladesh 1.393,4 10,1 7,0 2,7 (.) 0,2 0,2 (.) 2,5 1,3 34,8 8,3
140 Timor-Leste 150,8 186,1 .. 44,2 .. .. .. .. .. .. .. ..
141 Sudán 621,3 18,5 6,2 3,5 0,0 7,6 0,0 0,0 0,4 0,2 4,8 1,3
e, h
142 Congo 69,8 18,6 7,8 2,0 0,8 5,6 3,6 0,0 19,0 1,7 32,2 3,8
e, h
143 Togo 44,8 9,2 16,0 2,5 1,1 1,1 0,3 0,0 5,3 0,9 11,5 1,9
e, h
144 Uganda 959,4 38,0 15,5 15,2 0,0 3,1 0,4 0,1 3,4 1,3 78,6 7,8
e, f
145 Zimbabwe 186,4 14,2 3,9 .. 0,1 .. 1,1 0,3 5,4 0,6
d
19,4 ..
DESARROLLO HUMANO BAJO
146 Madagascar 539,5 31,9 12,9 9,9 0,7 0,2 –0,5 (.) 7,2 1,3 44,4 4,7
e, f
147 Swazilandia 27,1 24,5 6,3 1,5 3,5 2,4 0,5 0,0 5,4 1,5 5,6 1,6
148 Camerún 883,9 55,0 4,0 7,1 1,0 1,7 –0,1 –0,5 4,6 3,6 13,1 8,7
e, g
149 Lesotho 79,0 44,1 23,0 6,9 2,8 3,7 (.) 0,5 3,8 5,9 4,2 8,9
150 Djibouti 77,8 110,4 46,4 12,5 (.) 1,8 0,1 0,0 3,6 2,5 .. ..
151 Yemen 243,1 12,7 8,4 2,2 –2,7 0,8 3,3 0,0 3,5 1,6 7,1 4,0
152 Mauritania 242,7 90,1 23,3 22,2 0,7 19,6 0,1 0,3 14,3 5,0 28,8 15,7
e, f
153 Haití 199,8 23,7 5,9 6,8 0,0 0,3 0,0 0,0 1,2 1,8 9,0 10,8
154 Kenya 483,5 15,2 13,9 3,4 0,7 0,6 0,8 0,8 9,2 4,0 28,6 14,5
155 Gambia 59,8 42,1 31,3 15,1 0,0 15,2 2,4 0,0 11,9 5,0 21,8 14,0
e, g
156 Guinea 237,5 30,0 10,4 6,5 0,6 2,2 0,7 0,0 6,0 3,6 19,6 10,7
e, g
157 Senegal 449,6 44,7 14,4 6,9 1,0 1,2 0,2 (.) 5,7 3,8 18,3 23,4
e, f
158 Nigeria 317,6 2,3 0,9 0,5 2,1 2,1 0,4 0,4 11,7 2,8 22,3 ..
159 Rwanda 331,6 40,2 11,3 20,3 0,3 0,3 0,1 0,0 0,8 1,3 10,7 10,0
e, g
160 Angola 498,7 36,9 2,6 3,8 –3,3 10,7 5,6 3,7 3,2 10,1 7,1 14,8
161 Eritrea 307,3 70,0 .. 40,9 .. 2,9 .. 0,0 .. 1,6 .. 13,0
162 Benin 293,7 43,7 14,5 8,5 3,4 1,5 (.) 0,0 2,1 1,7 9,2 6,3
e, f
163 Côte d’Ivoire 252,1 15,0 6,4 1,8 0,4 1,3 0,1 0,8 11,7 4,2 .. ..
e, g.
164 Tanzanía, Rep. Unida de 1.669,3 46,5 27,5 16,2 0,0 2,4 0,1 0,2 4,2 0,9 31,3 5,8
e, f
165 Malawi 497,9 45,4 26,8 29,1 1,2 1,3 0,1 0,0 7,1 2,1 28,0 23,1
e, g
166 Zambia 560,1 53,8 14,6 12,9 6,2 2,3 0,3 0,2 6,2 9,0 14,6 14,1
e, g
167 Congo, Rep. Dem. del 5.381,0 101,2 9,6 94,9 0,2 2,8 0,1 0,5 3,7 2,6 .. 8,9
e, g
168 Mozambique 1.032,8 55,0 40,7 23,9 0,4 7,8 1,0 0,5 3,2 2,0 17,3 3,9
e, f
169 Burundi 224,2 31,1 23,3 37,6 0,1 (.) 0,5 1,3 3,7 4,9 41,7 63,6
e, h
170 Etiopía 1.504.4 21,9 11,8 22,6 0,1 0,9 0,7 0,1 2,7 1,4 37,6 7,3
e, f
171 República Centroafricana 49,9 12,9 16,8 4,2 (.) 0,3 (.) 0,0 2,0 0,1 12,5 ..
e, h
172 Guinea-Bissau 145,2 97,5 52,7 60,8 0,8 0,9 (.) 0,0 3,4 6,4 22,1 9,4
e, g
173 Chad 246,9 28,8 18,0 9,5 0,5 32,1 (.) 0,0 0,7 1,8 3,8 5,4
e, g
174 Malí 527,6 45,3 19,9 12,2 0,2 3,0 (.) 0,0 2,8 1,8 14,7 5,8
d, e, f
175 Burkina Faso 451,1 37,3 10,6 10,8 (.) 0,3 (.) (.) 1,1 1,2 7,8 12,5
e, f
176 Sierra Leona 297,4 55,7 9,4 37,5 5,0 0,4 0,6 0,1 3,3 3,2 10,1 10,9
e, g
177 Níger 453,3 38,5 16,0 16,6 1,6 1,1 0,4 0,3 4,0 1,2 6,6 6,4
e, f
Corrientes de ayuda, capital privado y deuda
CUADRO
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Asistencia Ofi cial para el
Desarrollo (AOD) recibida
a
(desembolso neto)
ODM
Total servicio de la deuda
Clasifi cación según el IDH
% del PIB
% de la exportación
de bienes, servicios
e ingresos netos
desde el exterior
Total
(millones
de US$)
Per
cápita
(US$) % del PIB
Entradas netas de inver-
sión extranjera directa
b
(% del PIB)
Otras corrientes
privadas
b, c
(% del PIB)
2003 2003 1990 2003 1990 2003 1990 2003 1990 2003 1990 2003
Indicadores del desarrollo humano
INFORME SOBRE DESARROLLO HUMANO 2005 307
19
Países en desarrollo 65.401,3 T 9,7 2,7 3,0 0,9 2,3 0,4 0,3 3,5 4,7 21,9 17,6
Países menos adelantados 23.457,4 T 33,4 13,0 18,7 0,1 3,6 0,4 0,2 2,8 2,1 16,2 7,5
Estados Árabes 8.320,3 T 27,5 6,8 1,6 0,5 1,7 0,1 0,1 4,1 2,5 .. 15,5
Asia Oriental y el Pací co 7.231,9 T 3,4 1,0 0,5 1,7 3,1 0,6 0,1 3,0 3,2 17,9 10,5
América Latina y El Caribe 6.090,4 T 9,9 1,3 0,8 0,8 2,1 0,5 0,3 4,0 8,6 23,7 30,7
Asia Meridional 6.623,8 T 4,3 1,6 0,7 (.) 0,6 0,3 0,8 2,6 2,9 19,5 13,5
África Subsahariana 22.691,8 T 32,9 12,0 18,6 0,4 2,2 0,3 0,7 3,8 2,9 ,, 9,6
Europa Central y Oriental y la CEI 4.885,9 T 24,0 .. .. (.) 2,9 (.) 2,6 0,5 7,7 13,5 17,3
OCDE 269,0 T .. .. .. 1,0 1,4 .. .. .. .. .. ..
Países de la OCDE de ingresos altos ,, T .. .. .. 1,0 1,4 .. .. .. .. .. ..
Desarrollo humano alto 646,1 T .. .. .. 1,0 1,5 .. .. .. .. .. ..
Desarrollo humano medio 27.342,9 T 6,5 1,6 0,9 0,5 2,2 0,3 0,6 2,9 5,3 21,3 16,2
Desarrollo humano bajo 18.565,3 T 27,9 11,7 18,7 0,5 2,8 0,4 0,1 6,4 3,3 20,6 10,2
Ingresos altos 37,5 T ,, ,, ,, 1,0 1,5 .. .. .. .. .. ..
Ingresos medios 18.969,6 T 8,4 1,2 0,4 0,6 2,4 0,4 0,7 3,1 6,4 20,8 17,9
Ingresos bajos 32.128,3 T 13,7 4,6 6,1 0,3 1,5 0,4 0,5 3,6 3,1 24,9 13,5
Total mundial 69.783,7 T10,9....0,91,6 ............
NOTAS
En este cuadro se presentan datos
correspondientes a países que fi guran en
las Partes I y II de la lista de receptores del
Comité de Asistencia para el Desarrollo – CAD
(OCDE 2005e). El denominador que se utiliza
convencionalmente para comparar la asistencia
ofi cial para el desarrollo y el total del servicio de
la deuda con el tamaño de la economía es el INB,
no el PIB (ver las De niciones de los términos
estadísticos). Sin embargo, para comparar el
cuadro en su conjunto, en esta oportunidad
se utiliza el PIB. Salvo pocas excepciones, los
denominadores generan resultados similares.
a La Asistencia Ofi cial para el Desarrollo recibida
es el total de las corrientes netas de la AOD
procedentes de los países del CAD, así como
de la República Checa, Hungría, Islandia, Israel,
República de Corea, Kuwait, Polonia, Arabia
Saudita, Eslovaquia, Turquía, Emiratos Árabes
Unidos y otros de donantes pequeños como
Estonia, Israel, Letonia y Lituania, y préstamos
en condiciones concesionarias de organizaciones
multilaterales.
b Un valor negativo indica que la corriente de capital
que sale del país supera la corriente de capital que
entra.
c Otras corrientes de capital privado combinan
corrientes de inversión de cartera no generadoras
de deuda, corrientes relacionadas con la deuda y
préstamos bancarios y comerciales.
d Los datos se refi eren al año 2002.
e País incluido en la Iniciativa a favor de los países
pobres muy endeudados (PPME).
f Punto de culminación logrado en el marco de la
iniciativa en favor de los PPME.
g Punto de decisión logrado en el marco de la
iniciativa en favor de los PPME.
h Puntos de decisión y culminación aún no logrados
en el marco de la iniciativa en favor de los PPME
FUENTES
Columna 1:
OCDE 2005f; cifras calculadas por la
Organización de Cooperación y Desarrollo Económicos
(OCDE) para la Ofi cina encargada del Informe sobre
Desarrollo Humano.
Columnas 2-4: OCDE 2005f.
Columnas 5 y 6: Banco Mundial 2005c; cifras
calculadas por el Banco Mundial para la O cina
encargada del Informe sobre Desarrollo Humano.
Columnas 7 y 8: cálculos basados en datos de
inversiones de cartera (bonos y capital en acciones),
préstamos bancarios y comerciales y datos del PIB de
Banco Mundial 2005c.
Columnas 9 y 10: cálculos basados en los datos
del total del servicio de la deuda y el PIB de Banco
Mundial 2005c.
Columnas 11 y 12: ONU 2005f, basado en un
esfuerzo conjunto del Fondo Monetario Internacional y
el Banco Mundial.
CUADRO
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Clasifi cación según el IDH
Gasto público
en educación
(% del PIB)
Gasto público
en salud
(% del PIB)
Gasto militar
a
(% del PIB)
Total servicio de
la deuda
b
(% del PIB)
1990
c
2000–02
d
1990 2002 1990 2003 1990 2003
Indicadores del desarrollo humano
308 INFORME SOBRE DESARROLLO HUMANO 2005
20
… para acceder a los recursos necesarios que permitan disfrutar de un nivel de vida digno…
DESARROLLO HUMANO ALTO
1 Noruega 7,0 7,6 8,0 8,0 2,9 2,0 .. ..
2 Islandia 5,4 6,0
e
8,3 8,3 0,0 0,0 .. ..
3 Australia 4,9 4,9 6,5 6,5 2,1 1,9 .. ..
4 Luxemburgo 3,1 .. 5,3 5,3 0,9 0,9 .. ..
5 Canadá 6,5 5,2 6,7 6,7 2,0 1,2 .. ..
6 Sue cia 7,1 7,7 7,8 7,8 2,6 1,8 .. ..
7Suiza 4,9 5,8
e
6,5 6,5 1,8 1,0 .. ..
8 Irlanda 4,8 5,5 5,5 5,5 1,2 0,7 .. ..
9 Bélgica 5,0 6,3 6,5 6,5 2,4 1,3 .. ..
10 Estados Unidos 5,1 5,7 6,6 6,6 5,3 3,8 .. ..
11 Jan .. 3,6 6,5 6,5 0,9 1,0 .. ..
12 Países Bajos 5,7 5,1 5,8 5,8 2,5 1,6 .. ..
13 Finlandia 5,5 6,4 5,5 5,5 1,6 1,2 .. ..
14 Dinamarca .. 8,5 7,3 7,3 2,0 1,5 .. ..
15 Reino Unido 4,8 5,3 6,4 6,4 4,0 2,8 .. ..
16 Francia 5,3 5,6 7,4 7,4 3,5 2,6 .. ..
17 Austria 5,3 5,7 5,4 5,4 1,0 0,8 .. ..
18 Italia 3,1 4,7 6,4 6,4 2,1 1,9 .. ..
19 Nueva Zelandia 6,1 6,7 6,6 6,6 1,9 1,1 .. ..
20Alemania ..4,68,68,62,8
f
1,4....
21 España 4,2 4,5 5,4 5,4 1,8 1,2 .. ..
22Hong Kong, China (RAE) 2,84,4............
23 Israel 6,3 7,5 6,0 6,0 12,4 9,1 .. ..
24 Grecia 2,4 4,0 5,0 5,0 4,7 4,1 .. ..
25 Singapur 3,1 .. 1,3 1,3 4,9 5,2 .. ..
26 Eslovenia .. 6,1 6,2 6,2 .. 1,5 .. ..
27 Portugal 4,0 5,8 6,6 6,6 2,7 2,1 .. ..
28 Corea, República de 3,3 4,2 2,6 2,6 3,7 2,5 .. ..
29 Chipre 3,5 6,3 2,9 2,9 5,0 1,5 .. ..
30 Barbados 7,8 7,6 4,7 4,7 .. .. 8,2 3,2
31 República Checa .. 4,4 6,4 6,4 .. 2,2 .. 6,1
32 Malta 4,3 .. 7,0 7,0 0,9 0,8 .. ..
33Brunei Darussalam 3,9..2,72,7........
34 Argentina .. 4,0 4,5 4,5 1,2 1,2 4,4 10,8
35 Hungría 5,8 5,5 5,5 5,5 2,8 1,8 12,8 18,3
36 Polonia .. 5,6 4,4 4,4 2,7 2,0 1,6 9,1
37Chile 2,54,22,62,64,33,59,111,7
38 Estonia .. 5,7 3,9 3,9 .. 1,9 .. 13,4
39 Lituania 4,6 5,9 4,3 4,3 .. 1,6 .. 36,4
40 Qatar 3,5 .. 2,4 2,4 .. .. .. ..
41 Emiratos Árabes Unidos 1,8 1,6
e
2,3 2,3 6,2 3,1 .. ..
42 Eslovaquia 5,1 4,4 5,3 5,3 .. 1,9 .. 10,7
43 Bahrein 4,1 .. 3,2 3,2 5,1 5,1 .. ..
44 Kuwait 4,8 .. 2,9 2,9 48,5 9,0 .. ..
45 Croacia 7,2 4,5 5,9 5,9 .. 2,1 .. 11,8
46 Uruguay 2,7 2,6 2,9 2,9 2,5 1,6 10,6 7,8
47 Costa Rica 4,4 5,1 6,1 6,1 0,0 0,0 8,8 4,8
48 Letonia 3,8 5,8 3,3 3,3 .. 1,7 .. 8,4
49 Saint Kitts y Nevis 2,6 7,6 3,4 3,4 .. .. 1,9 12,6
50 Bahamas 4,0 .. 3,4 3,4 .. .. .. ..
51 Seychelles 7,8 5,2 3,9 3,9 4,0 1,7 5,9 11,0
52 Cuba 8,9 9,0 6,5 6,5 .. .. .. ..
53 México 3,6 5,3 2,7 2,7 0,5 0,5 4,3 6,5
Prioridades del gasto público
CUADRO
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Clasifi cación según el IDH
Gasto público
en educación
(% del PIB)
Gasto público
en salud
(% del PIB)
Gasto militar
a
(% del PIB)
Total servicio de
la deuda
b
(% del PIB)
1990
c
2000–02
d
1990 2002 1990 2003 1990 2003
Indicadores del desarrollo humano
INFORME SOBRE DESARROLLO HUMANO 2005 309
20
54 Tonga .. 4,9
e
5,1 5,1 .. .. 1,7 2,3
55 Bulgaria 5,2 3,5 4,4 4,4 3,5 2,6 ,, 5,8
56 Panamá 4,7 4,5 6,4 6,4 1,3 .. 6,5 7,4
57 Trinidad y Tobago 3,7 4,3
e
1,4 1,4 .. .. 8,9 2,4
DESARROLLO HUMANO MEDIO
58 Jamahiriya Árabe Libia .. .. 1,6 1,6 .. 2,0 .. ..
59 Macedonia, ERY .. 3,5 5,8 5,8 .. 2,5 .. 5,2
60 Antigua y Barbuda .. 3,8 3,3 3,3 .. ,, .. ..
61 Malasia 5,1 8,1 2,0 2,0 2,6 2,8 9,8 9,1
62 Rusia, Federación de 3,5 3,8 3,5 3,5 12,3 4,3 .. 4,4
63 Brasil .. 4,2 3,6 3,6 2,5 1,6 1,8 11,5
64 Rumania 2,8 3,5 4,2 4,2 4,6 2,4 (.) 6,4
65 Mauricio 3,8 4,7 2,2 2,2 0,3 0,2 6,5 4,5
66 Granada 5,1 5,1 4,0 4,0 .. .. 1,5 7,0
67 Belarús 4,8 6,0
e
4,7 4,7 .. 1,3 .. 1,4
68Bosnia y Herzegovina ....4,64,6..2,9..2,6
69 Colombia 2,4 5,2 6,7 6,7 2,2 4,4 9,7 10,7
70 Dominica .. .. 4,6 4,6 .. .. 3,5 6,5
71 Omán 3,1 4,6
e
2,8 2,8 16,5 12,2 7,0 0,0
72 Albania 5,9 ,, 2,4 2,4 5,9 1,2 .. 0,9
73 Tailandia 3,5 5,2 3,1 3,1 2,6 1,3 6,2 10,5
74 Samoa (Occidental) 3,2 4,8
e
4,7 4,7 .. .. 2,7 4,9
75 Venezuela 3,0 .. 2,3 2,3 .. 1,3 10,3 10,4
76 Santa Lucía .. 7,7
e
3,4 3,4 .. .. 1,6 4,7
77 Arabia Saudita 5,8 .. 3,3 3,3 12,8 8,7 .. ..
78 Ucrania 5,1 5,4 3,3 3,3 .. 2,9 .. 7,4
79 Perú 2,8 3,0 2,2 2,2 0,1 1,3 1,8 4,2
80 Kazajstán 3,2 3,0 1,9 1,9 .. 1,1 .. 17,8
81 Líbano .. 2,7 3,5 3,5 7,6 4,3 3,5 17,1
82 Ecuador 4,3 1,0
e
1,7 1,7 1,9 2,4 10,5 8,9
83 Armenia 7,0 3,2
e
1,3 1,3 .. 2,7 .. 3,4
84 Filipinas 2,9 3,1 1,1 1,1 1,4 0,9 8,1 12,8
85 China 2,3 .. 2,0 2,0 2,7 2,3 2,0 2,6
86Suriname 6,4..5,25,2........
87 San Vicente y las Granadinas .. 10,0 3,9 3,9 .. .. 2,2 3,9
88 Paraguay 1,1 4,4 3,2 3,2 1,0 0,9 6,2 5,1
89 Túnez 6,0 6,4 2,9 2,9 2,0 1,6 11,6 6,4
90 Jordania 8,1 .. 4,3 4,3 9,9 8,9 15,6 11,7
91 Belice 4,6 5,2 2,5 2,5 1,2 .. 4,9 13,6
92 Fiji 4,7 5,6
e
2,7 2,7 2,3 1,6 7,8 1,4
93 Sri Lanka 2,7 .. 1,8 1,8 2,1 2,7 4,8 3,3
94 Turquía 2,2 3,7 4,3 4,3 3,5 4,9 4,9 11,7
95 República Dominicana .. 2,3 2,2 2,2 .. .. 3,3 5,6
96 Maldivas 3,8 .. 4,0 4,0
g
.. .. 4,1 3,0
97Turkmenistán 4,3..3,03,0........
98 Jamaica 4,5 6,1 3,4 3,4 .. .. 14,4 10,1
99 Irán, Rep. Islámica del 4,1 4,9 2,9 2,9 2,9 3,8 0,5 1,2
100 Georgia .. 2,2 1,0 1,0 .. 1,1 .. 4,5
101 Azerbaiyán 7,7 3,2 0,8 0,8 .. 1,9 .. 3,4
102 Territorios Palestinos Ocupados .. .. .. .. .. .. .. ..
103 Argelia 5,3 .. 3,2 3,2 1,5 3,3 14,2 6,5
104 El Salvador 1,9 2,9 3,6 3,6 2,7 0,7 4,3 3,7
105 Cabo Verde .. 7,9 3,8 3,8 .. 0,7 1,7 2,7
106 República Árabe Siria 4,0 .. 2,3 2,3 6,9 7,1 9,7 1,6
CUADRO
51334_UNDP_243_352_ACG.indd 30951334_UNDP_243_352_ACG.indd 309 8/17/05 9:52:07 PM8/17/05 9:52:07 PM
Clasifi cación según el IDH
Gasto público
en educación
(% del PIB)
Gasto público
en salud
(% del PIB)
Gasto militar
a
(% del PIB)
Total servicio de
la deuda
b
(% del PIB)
1990
c
2000–02
d
1990 2002 1990 2003 1990 2003
Indicadores del desarrollo humano
310 INFORME SOBRE DESARROLLO HUMANO 2005
20
107 Guyana 3,4 8,4 4,3 4,3 0,9 .. 74,5 7,8
108 Viet Nam 2,0 .. 1,5 1,5 7,9 .. 2,7 2,1
109 Kirguistán 8,4 3,1
e
2,2 2,2 .. 2,9 .. 7,1
110 Indonesia 1,0 1,2 1,2 1,2 1,8 1,5 8,7 8,9
111Uzbekistán 9,5..2,52,5..0,5..8,2
112 Nicaragua 3,4 3,1 3,9 3,9 10,6 0,9 1,6 5,0
113 Bolivia 2,3 6,3 4,2 4,2 2,4 1,7 7,9 5,4
114Mongolia 12,39,04,64,65,7....22,6
115 Moldova, Rep. de 5,6 4,9 4,1 4,1 .. 0,4 .. 8,1
116 Honduras .. .. 3,2 3,2 .. 0,4 12,8 5,9
117 Guatemala 1,4 .. 2,3 2,3 1,5 0,5 2,8 1,9
118 Vanuatu 4,7 11,0
e
2,8 2,8 .. .. 1,6 0,7
119 Egipto 3,9 .. 1,8 1,8 3,9 2,6 7,1 3,4
120 Sudáfrica 5,9 5,3
e
3,5 3,5 3,8 1,6 .. 2,7
121 Guinea Ecuatorial .. 0,6 1,3 1,3 .. .. 3,9 0,3
122 Tayikistán .. 2,8 0,9 0,9 .. 2,2 .. 5,7
123 Gabón .. 3,9
e
1,8 1,8 .. .. 3,0 6,2
124 Marruecos 5,3 6,5 1,5 1,5 4,1 4,2 6,9 9,8
125 Namibia 7,9 7,2 4,7 4,7 .. 2,8 .. ..
126 Santo Tomé y Príncipe .. .. 9,7 9,7 .. .. 4,9 11,1
127 India 3,7 4,1 1,3 1,3 2,7 2,1 2,6 3,4
128 Islas Salon .. 3,4
e
4,5 4,5 .. .. 5,5 3,7
129 Myanmar .. .. 0,4 0,4 3,4 .. 0,0 0,0
130 Camboya .. 1,8 2,1 2,1 3,1 2,5 2,7 0,6
131 Botswana 6,2 2,2 3,7 3,7 4,1 4,1 2,8 0,7
132Comoras ..3,91,71,7....0,40,8
133 Rep. Dem. Popular Lao .. 2,8
e
1,5 1,5 .. .. 1,1 2,3
134 Bhután .. 5,2 4,1 4,1 .. .. 1,8 1,0
135 Pakistán 2,6 1,8
e
1,1 1,1 5,8 4,4 4,8 3,7
136 Nepal 2,0 3,4 1,4 1,4 0,9 1,6 1,9 1,9
137 Papua Nueva Guinea .. 2,3
e
3,8 3,8 2,1 0,6 17,2 9,3
138 Ghana 3,2 .. 2,3 2,3 0,4 0,7 6,2 6,3
139 Bangladesh 1,5 2,4 0,8 0,8 1,0 1,2 2,5 1,3
140 Timor-Leste .. .. 6,2 6,2 .. .. .. ..
141 Sudán 6,0 .. 1,0 1,0 3,6 2,4 0,4 0,2
142 Congo 5,0 3,2
e
1,5 1,5 .. 1,4 19,0 1,7
143 Togo 5,5 2,6 5,1 5,1 3,1 1,6 5,3 0,9
144 Uganda 1,5 ,, 2,1 2,1 3,0 2,3 3,4 1,3
145 Zimbabwe 7,7 4,7
e
4,4 4,4 4,5 2,1 5,4 0,0
DESARROLLO HUMANO BAJO
146 Madagascar 2,1 2,9
e
1,2 1,2 1,2 .. 7,2 1,3
147 Swazilandia 5,8 7,1 3,6 3,6 2,1 .. 5,4 1,5
148 Camerún 3,2 3,8 1,2 1,2 1,5 1,5 4,6 3,6
149 Lesotho 6,2 10,4
e
5,3 5,3 4,5 2,6 3,8 5,9
150 Djibouti 3,5 .. 3,3 3,3 6,3 .. 3,6 2,5
151 Yemen .. 9,5
e
1,0 1,0 7,9 7,1 3,5 1,6
152 Mauritania .. .. 2,9 2,9 3,8 1,6 14,3 5,0
153 Haití 1,5 .. 3,0 3,0 .. .. 1,2 1,8
154 Kenya 6,7 7,0 2,2 2,2 2,9 1,7 9,2 4,0
155 Gambia 3,8 2,8 3,3 3,3 1,1 0,5 11,9 5,0
156 Guinea .. 1,8
e
0,9 0,9 .. .. 6,0 3,6
157 Senegal 3,9 3,6 2,3 2,3 2,0 1,5 5,7 3,8
158 Nigeria 0,9 .. 1,2 1,2 0,9 1,2 11,7 2,8
159 Rwanda .. 2,8
e
3,1 3,1 3,7 2,8 0,8 1,3
Prioridades del gasto público
CUADRO
51334_UNDP_243_352_ACG.indd 31051334_UNDP_243_352_ACG.indd 310 8/17/05 9:52:09 PM8/17/05 9:52:09 PM
Clasifi cación según el IDH
Gasto público
en educación
(% del PIB)
Gasto público
en salud
(% del PIB)
Gasto militar
a
(% del PIB)
Total servicio de
la deuda
b
(% del PIB)
1990
c
2000–02
d
1990 2002 1990 2003 1990 2003
Indicadores del desarrollo humano
INFORME SOBRE DESARROLLO HUMANO 2005 311
20
NOTAS
a
Debido a diversas limitaciones en los datos, las
comparaciones del gasto militar a lo largo del
tiempo y entre países deben realizarse con la
debida prudencia. Para información detallada, ver
SIPRI 2004.
b Refi érase al cuadro 19 para las cifras totales.
c Los datos posiblemente no sean comparables
entre los países debido a diferencias en los
métodos de recopilación de datos utilizados.
d Los datos se refi eren al año más reciente disponible
durante el período especifi cado.
e Cuando no se dispone de cálculos de los países,
los datos corresponden a cálculos del Instituto de
Estadística de la Organización de las Naciones
Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura.
f Los datos se re eren a la República Federal de
Alemania antes de la reuni cación.
g Los datos di eren ligeramente de los datos
presentados en el Cuadro 6 de OMS 2005a.
FUENTES
Columna 1:
cálculos basados en datos relativos al
PIB y el gasto público del Instituto de Estadística de la
UNESCO 2005b.
Columna 2: Instituto de Estadística de la UNESCO
2005b.
Columnas 3 y 4: Banco Mundial 2005c.
Columnas 5 y 6: SIPRI 2005a.
Columnas 7 y 8: cálculos basados en datos relativos
al PIB y al total del servicio de la deuda del Banco
Mundial 2005c..
160 Angola 3,9 2,8
e
2,1 2,1 5,8 4,7 3,2 10,1
161Eritrea ..4,13,23,2..19,4..1,6
162 Benin .. 3,3
e
2,1 2,1 1,8 .. 2,1 1,7
163 Côte d’Ivoire .. 4,6
e
1,4 1,4 1,3 1,5 11,7 4,2
164 Tanzanía, Rep. Unida de 2,8 .. 2,7 2,7 .. 2,1 4,2 0,9
165 Malawi 3,2 6,0 4,0 4,0 1,3 .. 7,1 2,1
166 Zambia 2,4 2,0
e
3,1 3,1 3,7 .. 6,2 9,0
167 Congo, Rep. Dem. del .. .. 1,1 1,1
g
.. .. 3,7 2,6
168 Mozambique 3,1 .. 4,1 4,1 5,9 1,3 3,2 2,0
169 Burundi 3,4 3,9 0,6 0,6 3,4 5,9 3,7 4,9
170 Etiopía 3,4 4,6
e
2,62,68,54,32,71,4
171República Centroafricana 2,2..1,61,6..1,32,00,1
172 Guinea-Bissau .. .. 3,0 3,0 .. ,, 3,4 6,4
173 Chad .. .. 2,7 2,7 .. 1,5 0,7 1,8
174 Malí .. .. 2,3 2,3 2,1 1,9 2,8 1,8
175 Burkina Faso 2,4 .. 2,0 2,0 3,0 1,3 1,1 1,2
176 Sierra Leona .. 3,7 1,7 1,7 1,4 1,7 3,3 3,2
177 Níger 3,2 2,3
e
2,0 2,0 .. .. 4,0 1,2
CUADRO
51334_UNDP_243_352_ACG.indd 31151334_UNDP_243_352_ACG.indd 311 8/17/05 9:52:11 PM8/17/05 9:52:11 PM
Tasa de desempleo
ODM
Tasa desempleo entre los jóvenes
Clasifi cación según el IDH
Personas
desempleadas
(miles)
Total
(% de la
población activa)
Media anual
(% de la
población activa)
Femenina
(% de la tasa
masculina)
Total (% de
la población
activa de 15
a 24 años)
a
Femenina
(% de la tasa
masculina)
Desempleo de larga duración
(% del desempleo total)
Mujeres Hombres
2003 2003 1993–2003 2003 2003 2003 2003 2003
Indicadores del desarrollo humano
312 INFORME SOBRE DESARROLLO HUMANO 2005
21
… para acceder a los recursos necesarios que permitan disfrutar de un nivel de vida digno…
DESARROLLO HUMANO ALTO
1Noruega 106,7 4,5 4,3 81 11,7 84 5,4 7,1
2 Islandia 5,5 3,4 3,5 82
b
7,2
b
46
b
13,3
b
9,5
b
3 Australia 6 07,4 6,0 7,7 10 4 11,6 9 2 17,0 27,1
4Luxemburgo 7,6 3,8 3,0 188
b
7,0
b
168 26,5
b, c
28,6
b, c
5Canadá 1.302,2 7,6 8,6 91 13,8 76 8,4 11,4
6 Suecia 217,0 4,9 6,3 83 13,8 86 15,3 19,6
7 Suiza 174,9 4,0 3,4 117 8,6 104 32,6 21,6
8 Irlanda 88,0 4,6 8,5 81 7,6 75 26,0 40,9
9 Bélgica 361,7 7,9 8,5 107 19,0 87 48,2 44,8
10 Estados Unidos 8.776,6 6,0 5,3 90 12,4 86 11,0 12,5
11 Japón 3.504,0 5,3 4,0 89 10,1 75 24,6 38,9
12 Países Bajos 353,8 4,1 4,8 105 7,8 98 28,1 30,1
13 Finlandia 234,4 9,1 12,2 97 21,6 99 21,4 27,7
14 Dinamarca 161,6 5,6 5,8 113 9,8 84 17,9 21,8
15 Reino Unido 1.485,5 5,0 7,0 75 11,5 72 17,1 26,5
16 Francia 2.648,2 9,7 10,7 126 20,8 110 42,8 43,1
17 Austria 244,9 5,7 5,4 96 6,5 97 23,9 25,0
18 Italia 2.096,5 8,8 10,7 172 26,3 134 58,9 57,5
19 Nueva Zelandia 94,8 4,6 6,5 113 10,2 103 11,0 15,5
20 Alemania 3.838,0 9,1 8,1 92 10,6 69 52,3 48,3
21 España 2.127,4 11,3 14,5 195 22,7 140 43,9 34,3
24 Grecia 417,1 9,5 10,2 238 25,1 191 61,0 49,2
27 Portugal 342,3 6,3 5,7 132 14,6 134 32,7 31,2
28 Corea, Rep. de 776,7 3,4 3,6 86 9,6 75 0,3 0,7
31 República Checa 399,1 7,8 6,3 162 17,6 113 51,9 47,4
35 Hungría 244,5 5,9 8,3 91 13,4 94 42,2 42,2
36 Polonia 3.328,5 19,6 14,9 108 43,0 105 50,8 48,6
42 Eslovaquia 459,3 17,5 15,3
d
102 33,1 92 62,1 60,2
53 México 1.033,6 2,5 3,1 106 5,3 126 0,8 1,1
DESARROLLO HUMANO MEDIO
94 Turqa 2.494,0 10,3 7,9 94 20,5 88 30,9 22,1
OCDE
e
37.931,6 T 6,9 6,8 105 13,6 94 31,9 30,2
NOTAS
a
En algunos países, la escala de edad de la fuerza
laboral juvenil puede ser entre 16 y 24 años.
b Los datos se refi eren al año 2002.
c Los datos se basan en una muestra pequeña y
deben ser interpretados con la debida prudencia.
d Los datos se refi eren a la tasa media anual entre
1994 y 2003.
e Las cifras totales para el grupo de países de
la Organización de Cooperación y Desarrollo
Económicos provienen de OCDE 2005b,d.
FUENTES
Columnas 1, 2 y 5:
OCDE 2005b.
Columnas 3, 4 y 6: cálculos basados en los datos
relativos a las tasas de desempleo femeninas y
masculinas de la OCDE 2005b.
Columnas 7 y 8: OCDE 2005d.
Desempleo en los países miembros de la OCDE
CUADRO
51334_UNDP_243_352_ACG.indd 31251334_UNDP_243_352_ACG.indd 312 8/17/05 9:52:11 PM8/17/05 9:52:11 PM
Clasifi cación según el IDH
Consumo
tradicional de
combustible
(% del total de
las necesidades
energéticas)
ODM
Emisiones de dióxido de carbono
Ratifi cación de los tratados sobre medio ambiente
a
Consumo de
electricidad
per cápita
(kilowatios
- hora)
ODM
PIB por unidad de
uso de energía
(PPA en US$ de 2000 por
kilo equivalente de petróleo)
Protocolo
de Carta-
gena sobre
Seguridad
de la Bio-
tecnología
Convención
Marco
sobre el
Cambio
Climático
Protocolo
de Kyoto
de Conven-
ción Marco
sobre el
Cambio
Climático
Convención
sobre la
Diversidad
Biológica
Per cápita
(toneladas
métricas)
Porcentaje
del total
mundial
(%)
2002 1980 2002 1980 2002 1980 2002 2000
Indicadores del desarrollo humano
INFORME SOBRE DESARROLLO HUMANO 2005 313
22
... conservándolo para las futuras generaciones ...
DESARROLLO HUMANO ALTO
1Noruega .. 22.400
b
26.640
b
4,6 6,1 10,6 12,2 0,2
l
l
ll
2 Islandia 0,0 13.838 29.247 3,1 2,4 8,2 7,7 (,)
°
l
ll
3 Australia 9,5 6.599 11.299 3,7 4,8 13,9 18,3 1,5
l
°l
4 Luxemburgo .. 10.879 10.547 2,3 6,3 29,1 21,1 (,)
l
l
ll
5 Canadá 4,6 14.243 18.541 2,5 3,6 17,2 16,5 1,9
°
l
ll
6 Suecia 19,4 11.700 16.996 3,6 4,4 8,6 5,8 0,2
l
l
ll
7Suiza 7,7
c
5.878
c
8.483
c
7,6 7,8 6,5 5,7 0,2
l
l
ll
8Irlanda 1,1 3.106 6.560 4,1 9,1 7,7 11,0 0,2
l
l
ll
9 Bélgica 1,0 5.177 8.749 4,0 4,8 13,3 6,8 0,4
l
l
ll
10 Estados Unidos 3,6 10.336 13.456 2,8 4,4 20,0 20,1 24,4
l
°°
11 Japón 0,2 4.944 8.612 5,7 6,4 7,9 9,4 5,2
l
l
ll
12 Países Bajos .. 4.560 6.958 4,0 5,8 10,9 9,4 0,6
l
l
ll
13 Finlandia 6,2 8.372 16.694 3,2 3,7 11,9 12,0 0,2
l
l
ll
14 Dinamarca 12,7 5.059 6.925 5,3 8,1 12,3 8,9 0,2
l
l
ll
15 Reino Unido 0,5 5.022 6.614 4,5 6,6 10,5 9,2 2,5
l
l
ll
16 Francia 4,7
d
4.633
d
8.123
d
5,0 5,8 9,0 6,2 1,6
d
l
l
ll
17 Austria 3,7 4.988 7.845 6,0 7,5 6,9 7,8 0,3
l
l
ll
18 Italia 1,7
e
3.364
e
5.840
e
7,0 8,5 6,6 7,5 1,9
e
l
l
ll
19 Nueva Zelandia 2,2 7.270 10.301 5,1 4,6 5,6 8,7 0,1
l
l
ll
20 Alemania .. .. 6.989 3,9 6,2 .. 9,8 3,4
l
l
ll
21 España 0,6 2.906 6.154 6,8 6,5 5,3 7,3 1,2
l
l
ll
22 Hong Kong, China (RAE) .. 2.449 6.237 11,1 10,6 3,2 5,2 0,1
23 Israel 0,0 3.187 6.698 6,1 6,0 5,6 11,0 0,3
l
ll
24 Grecia 4,1 2.413 5.247 8,4 6,8 5,4 8,5 0,4
l
l
ll
25 Singapur 0,2 2.836 7.961 3,9 3,8 12,5 13,8 0,3
l
l
26 Eslovenia 7,3 .. 6.791 .. 5,1 .. 7,8 0,1
l
l
ll
27 Portugal .. 1.750 4.647 9,6 6,9 2,8 6,0 0,3
lll l
28 Corea, República de .. 1.051 7.058 4,2 3,9 3,3 9,4 1,9
°
l
ll
29 Chipre 0,0 1.692 5.323 4,9 .. 5,2 8,3 (.)
l
l
ll
30 Barbados 6,3 1.333 3.193 .. .. 2,7 4,6 (.)
l
l
ll
31 República Checa 2,4 .. 6.368 .. 3,7 .. 11,2 0,5
l
l
ll
32 M alta .. 1.627 4.9 39 6,5 7,6 3,1 7,5 ( .)
l
ll
33 Brunei Darussalam 0,0 2.430 8.903 .. .. 35,6 17,7 (.)
34 Argentina 3,2 1.413 2.383 7,7 6,9 3,8 3,5 0,6
°
l
ll
35 Hungría 3,2 2.920 3.972 3,5 5,3 7,7 5,6 0,2
l
l
ll
36 Polonia 5,5 3.419 3.549 .. 4,4 12,8 7,7 1,3
l
l
ll
37 Chile 12,5 1.054 2.918 5,3 6,0 2,5 3,6 0,3
°
l
ll
38 Estonia 17,7 .. 5.767 .. 3,6 .. 11,8 0,1
l
l
ll
39 Lituania 13,9 .. 3.239 .. 4,0 .. 3,6 0,1
l
l
ll
40 Qatar 0,0 10.616 17.489 .. .. 56,3 53,1 0,2
l
ll
41 Emiratos Árabes Unidos .. 6.204 14.215 7,5 .. 35,8 25,1 0,3
l
ll
42 Eslovaquia 1,6 .. 5.256 .. 3,6 .. 6,8 0,2
l
l
ll
43 Bahrein .. 4.784 10.830 1,6 1,7 22,6 30,6 0,1
l
l
44 Kuwait 0,0 6.849 16.544 1,8 1,7 19,7 24,6 0,2
l
ll
45 Croacia 5,4 .. 3.558 .. 5,3 .. 4,7 0,1
l
l
°l
46 Uruguay 35,4 1.163 2.456 8,5 10,0 2,0 1,2 (.)
°
l
ll
47 Costa Rica 24,9 964 1.765 10,2 9,4 1,1 1,4 (.)
°
l
ll
48 Letonia 47,4 .. 2.703 33,3 4,9 .. 2,7 (.)
l
l
ll
49 Saint Kitts y Nevis .. .. 2.619 .. .. 1,2 2,8 (.)
ll l
50 Bahamas .. 4.062 6.084 .. .. 38,1 6,7 (.)
l
l
ll
51 Seychelles .. 794 2.704 .. .. 1,5 6,8 (.)
l
l
ll
52 Cuba 33,8 1.029 1.395 .. .. 3,2 2,1 0,1
l
l
ll
53 México 8,0 999 2.280 5,4 5,6 4,2 3,7 1,8
l
l
ll
Energía y medio ambiente
CUADRO
51334_UNDP_243_352_ACG.indd 31351334_UNDP_243_352_ACG.indd 313 8/17/05 9:52:13 PM8/17/05 9:52:13 PM
Clasifi cación según el IDH
Consumo
tradicional de
combustible
(% del total de
las necesidades
energéticas)
ODM
Emisiones de dióxido de carbono
Ratifi cación de los tratados sobre medio ambiente
a
Consumo de
electricidad
per cápita
(kilowatios
- hora)
ODM
PIB por unidad de
uso de energía
(PPA en US$ de 2000 por
kilo equivalente de petróleo)
Protocolo
de Carta-
gena sobre
Seguridad
de la Bio-
tecnología
Convención
Marco
sobre el
Cambio
Climático
Protocolo
de Kyoto
de Conven-
ción Marco
sobre el
Cambio
Climático
Convención
sobre la
Diversidad
Biológica
Per cápita
(toneladas
métricas)
Porcentaje
del total
mundial
(%)
2002 1980 2002 1980 2002 1980 2002 2000
Indicadores del desarrollo humano
314 INFORME SOBRE DESARROLLO HUMANO 2005
22
54 Tonga .. 109 340 .. .. 0,4 1,1 (.)
l
l
l
55 Bulgaria 6,2 4.371 4.624 1,6 2,9 8,5 5,3 0,2
l
l
ll
56 Panamá 17,8 930 1.654 7,2 5,9 1,8 2,0 (.)
l
l
ll
57 Trinidad y Tobago 0,4 1.900 4.422 2,7 1,3 15,4 31,9 0,1
l
l
ll
DESARROLLO HUMANO MEDIO
58 Jamahiriya Árabe Libia 0,9 1.588 3.915 .. .. 8,9 9,1 0,2
l
l
59 Macedonia, ERY 8,9 .. 3.363 .. .. .. 5,1 (.)
l
60 Antigua y Barbuda .. 984 1.438 .. .. 2,2 4,7 (.)
l
l
ll
61 Malasia 1,5 740 3.234 4,6 4,1 2,0 6,3 0,6
l
l
ll
62 Rusia, Federación de 2,9 .. 6.062 .. 1,9 .. 9,9 6,2
l
ll
63 Brasil 26,7 1.145 2.183 7,4 6,8 1,5 1,8 1,3
l
l
ll
64 Rumania 11,8 3.061 2.385 .. 3,8 8,7 4,0 0,4
l
l
ll
65 Mauricio .. 482 1.631 .. .. 0,6 2,6 (.)
l
l
ll
66 Granada 0,0 281 1.913 .. .. 0,5 2,3 (.)
l
l
ll
67 Belarús 5,5 .. 3.326 .. 2,1 .. 6,0 0,3
l
l
l
68 Bosnia y Herzegovina 7,7 .. 2.527 .. 5,3 .. 4,8 0,1
l
l
69 Colombia 16,0 726 1.019 7,2 9,8 1,4 1,3 0,3
l
l
ll
70 Dominica .. 149 1.197 .. .. 0,5 1,5 (.)
l
l
ll
71 Omán 0,0 847 5.219 8,2 3,0 5,0 12,1 0,1
l
l
ll
72 Albania 5,1 1.204 1.844 .. 6,7 1,8 0,8 (.)
l
l
ll
73 Tailandia 13,6 340 1.860 5,1 5,0 0,9 3,7 0,9
l
ll
74 Samoa (Occidental) .. 252 597 .. .. 0,6 0,8 (.)
l
l
ll
75 Venezuela 2,8 2.379 3.484 2,9 2,4 5,8 4,3 0,7
l
l
l
76 Santa Lua .. 504 1.698 .. .. 0,9 2,4 (.)
l
ll
77 Arabia Saudita .. 1.969 6.620 6,8 2,1 14,9 15,0 1,6
l
ll
78 Ucrania 1,0 .. 3.525 .. 1,8 .. 6,4 1,5
l
l
ll
79 Perú 20,6 579 907 8,0 10,7 1,4 1,0 0,1
l
l
ll
80 Kazajstán 0,2 .. 4.030 .. 1,8 .. 9,9 0,5
l
°l
81 Líbano 0,5 1.056 2.834 .. 3,8 2,3 4,7 0,1
l
l
82 Ecuador 17,5 423 943 5,2 4,8 1,7 2,0 0,1
l
l
ll
83 Armenia 0,0 .. 1.554 .. 4,8 .. 1,0 (.)
l
l
ll
84 Filipinas 12,8 373 610 9,8 7,6 0,8 0,9 0,3
°
l
ll
85 China 5,3 307 1.484 1,2 4,6 1,5 2,7 12,1
°
l
ll
86 Suriname 3,3 4.442 4.447 .. .. 6,7 5,1 (.)
l
l
87 San Vicente y las Granadinas .. 276 1.000 .. .. 0,4 1,6 (.)
l
l
ll
88 Paraguay 45,7 233 1.129 7,2 6,3 0,5 0,7 (.)
l
l
ll
89 Túnez 7,8 434 1.205 6,9 7,7 1,5 2,3 0,1
l
l
ll
90 Jordania 1,4 366 1.585 5,5 3,9 2,1 3,2 0,1
l
l
ll
91 Belice .. 370 713 .. .. 1,3 3,1 (.)
l
l
ll
92 Fiji .. 489 625 .. .. 1,2 1,6 (.)
l
l
ll
93 Sri Lanka 41,6 113 366 5,5 8,0 0,2 0,5 (.)
l
l
ll
94 Turqa 10,5 554 1.904 5,6 5,7 1,7 3,0 1,0
l
l
l
95 República Dominicana 7,2 582 1.326 6,3 6,8 1,1 2,5 0,1
l
ll
96 Maldivas 0,0 25 448 .. .. 0,3 3,4 (.)
l
l
ll
97 Turkmenistán .. .. 2.126 .. 1,4 .. 9,1 0,2
l
ll
98 Jamaica 6,5 834 2.640 3,0 2,5 4,0 4,1 (.)
°
l
ll
99 Irán, Rep. Islámica del 0,1 570 2.075 4,9 3,1 3,0 5,3 1,4
l
l
l
100 Georgia 25,2 .. 1.508 6,4 4,4 .. 0,7 (.)
l
ll
101 Azerbaiyán 0,0 .. 2.579 .. 2,2 .. 3,4 0,1
l
l
ll
102
Territorios Palestinos Ocupados
.. .. .. .. .. .. .. ..
103 Argelia 6,0 381 881 8,5 5,6 3,5 2,9 0,4
l
l
ll
104 El Salvador 32,8 336 665 7,7 7,1 0,5 1,0 (.)
l
l
ll
105 Cabo Verde .. 55 99 .. .. 0,4 0,3 (.)
l
l
106 República Árabe Siria 0,0 433 1.570 4,5 3,2 2,2 2,8 0,2
l
l
l
Energía y medio ambiente
CUADRO
51334_UNDP_243_352_ACG.indd 31451334_UNDP_243_352_ACG.indd 314 8/17/05 9:52:16 PM8/17/05 9:52:16 PM
Clasifi cación según el IDH
Consumo
tradicional de
combustible
(% del total de
las necesidades
energéticas)
ODM
Emisiones de dióxido de carbono
Ratifi cación de los tratados sobre medio ambiente
a
Consumo de
electricidad
per cápita
(kilowatios
- hora)
ODM
PIB por unidad de
uso de energía
(PPA en US$ de 2000 por
kilo equivalente de petróleo)
Protocolo
de Carta-
gena sobre
Seguridad
de la Bio-
tecnología
Convención
Marco
sobre el
Cambio
Climático
Protocolo
de Kyoto
de Conven-
ción Marco
sobre el
Cambio
Climático
Convención
sobre la
Diversidad
Biológica
Per cápita
(toneladas
métricas)
Porcentaje
del total
mundial
(%)
2002 1980 2002 1980 2002 1980 2002 2000
Indicadores del desarrollo humano
INFORME SOBRE DESARROLLO HUMANO 2005 315
22
107 Guyana 42,5 545 1.195 .. .. 2,3 2,2 (.)
l
ll
108 Viet Nam 25,3 78 392 .. 4,2 0,3 0,8 0,3
l
l
ll
109 Kirguistán 0,0 .. 2.252 .. 3,1 .. 1,0 (.)
l
ll
110 Indonesia 17,6 94 463 3,9 4,1 0,6 1,4 1,2
l
l
ll
111 Uzbekistán 0,0 .. 2.008 .. 0,8 .. 4,8 0,5
l
ll
112 Nicaragua 47,9 363 496 8,7 5,7 0,7 0,7 (.)
l
l
ll
113 Bolivia .. 292 485 5,4 4,8 0,8 1,2 (.)
l
l
ll
114 Mongolia 2,1 1.119 1.318 .. .. 4,1 3,3 (.)
l
l
ll
115 Moldova, Rep. de 2,2 .. 1.314 .. 2,0 .. 1,6 (.)
l
l
ll
116 Honduras 52,8 259 696 5,0 5,0 0,6 0,9 (.)
°
l
ll
117 Guatemala 58,6 245 660 7,1 6,4 0,6 0,9 (.)
l
l
ll
118 Vanuatu .. 171 208 .. .. 0,5 0,4 (.)
l
ll
119 Egipto 9,2 433 1.287 5,9 4,6 1,0 2,1 0,6
l
l
ll
120 Sudáfrica 11,8
f
3.181
f
4.715
f
4,8 3,9 7,2 7,4 1,4
l
l
ll
121 Guinea Ecuatorial 57,1 83 54 .. .. 0,3 0,4 (.)
l
ll
122 Tayikistán .. .. 2.559 .. 1,8 .. 0,7 (.)
l
l
l
123 Gabón .. 766 1.226 3,5 5,1 8,9 2,6 (.)
l
l
124 Marruecos 2,2 254 560 11,4 10,1 0,8 1,4 0,2
°
l
ll
125 Namibia ..
g
..
g
..
g
.. 10,2 .. 1,1 (.)
l
l
ll
126 Santo Tomé y Príncipe .. 96 115 .. .. 0,4 0,6 (.)
l
l
127 India 20,0 173 569 3,3 5,0 0,5 1,2 4,7
l
l
ll
128 Islas Salon .. 93 69 .. .. 0,4 0,4 (.)
l
l
ll
129 Myanmar 74,1 44 135 .. .. 0,1 0,2 (.)
°
l
ll
130 Camboya 92,3 15 10 .. .. (.) (.) (.)
l
l
ll
131 Botswana ..
g
..
g
..
g
.. .. 0,9 2,3 (.)
l
l
ll
132 Comoras .. 26 25 .. .. 0,1 0,1 (.)
l
l
133 Rep. Dem. Popular Lao 77,3 68 133 .. .. 0,1 0,2 (.)
l
l
ll
134 Bhután 87,8 17 236 .. .. (.) 0,2 (.)
l
l
ll
135 Pakistán .. 176 469 3,5 4,3 0,4 0,7 0,5
°
l
ll
136 Nepal .. 17 62 2,6 3,8 (.) 0,2 (.)
°
l
l
137 Papua Nueva Guinea 61,9 406 249 .. .. 0,6 0,4 (.)
l
ll
138 Ghana 82,5 450 416 4,9 5,0 0,2 0,4 (.)
l
l
ll
139 Bangladesh 61,6 30 119 11,1 10,5 0,1 0,3 0,1
l
l
ll
140 Timor-Leste .. .. .. .. .. .. .. ..
141 Sudán 73,7 47 89 2,5 3,6 0,2 0,3 (.)
l
ll
142 Congo 72,2 98 210 1,6 3,7 0,2 0,6 (.)
°
l
l
143 Togo 83,3 74 120 7,4 4,9 0,2 0,3 (.)
l
l
ll
144 Uganda 93,4 28 61 .. .. 0,1 0,1 (.)
l
l
ll
145 Zimbabwe 66,2 1.020 981 2,7 .. 1,3 1,0 0,1
l
l
l
DESARROLLO HUMANO BAJO
146 Madagascar 81,5 49 42 ,, ,, 0,2 0,1 (,)
l
l
ll
147 Swazilandia ,,
g
,,
g
,,
g
,, ,, 0,8 0,9 (,)
l
l
148 Camerún 66,9 168 207 5,4 4,7 0,4 0,2 (,)
l
l
ll
149 Lesotho ,,
g
,,
g
,,
g
,, ,, ,, ,, ,,
l
l
ll
150 Djibouti ,, 416 296 ,, ,, 0,9 0,5 (,)
l
l
ll
151 Yemen 2,3 ,,, 159 ,, 3,8 ,, 0,7 (,)
l
ll
152 Mauritania ,, 60 58 ,, ,, 0,4 1,1 (,)
l
l
153 Haití 45,5 58 73 8,0 6,6 0,1 0,2 (,)
°
l
l
154 Kenya 64,9 109 155 1,8 2,0 0,4 0,2 (,)
l
l
ll
155 Gambia 63,6 70 96 ,, ,, 0,2 0,2 (,)
l
l
ll
156 Guinea 87,8 85 95 ,, ,, 0,2 0,1 (,)
°
l
ll
157 Senegal 72,1 115 141 3,9 4,8 0,6 0,4 (,)
l
l
ll
158 Nigeria 46,4 108 148 1,4 1,3 1,0 0,4 0,2
l
l
ll
159 Rwanda 90,4 32 23 ,, ,, 0,1 0,1 (,)
l
l
ll
CUADRO
51334_UNDP_243_352_ACG.indd 31551334_UNDP_243_352_ACG.indd 315 8/17/05 9:52:19 PM8/17/05 9:52:19 PM
Clasifi cación según el IDH
Consumo
tradicional de
combustible
(% del total de
las necesidades
energéticas)
ODM
Emisiones de dióxido de carbono
Ratifi cación de los tratados sobre medio ambiente
a
Consumo de
electricidad
per cápita
(kilowatios
- hora)
ODM
PIB por unidad de
uso de energía
(PPA en US$ de 2000 por
kilo equivalente de petróleo)
Protocolo
de Carta-
gena sobre
Seguridad
de la Bio-
tecnología
Convención
Marco
sobre el
Cambio
Climático
Protocolo
de Kyoto
de Conven-
ción Marco
sobre el
Cambio
Climático
Convención
sobre la
Diversidad
Biológica
Per cápita
(toneladas
métricas)
Porcentaje
del total
mundial
(%)
2002 1980 2002 1980 2002 1980 2002 2000
Indicadores del desarrollo humano
316 INFORME SOBRE DESARROLLO HUMANO 2005
22
160 Angola 32,0 214 135 .. 3,2 0,7 0,5 (.)
l
l
161 Eritrea 75,0 .. 66 .. .. .. 0,2 (.)
l
l
l
162 Benin 72,7 37 92 2,1 3,0 0,1 0,3 (.)
l
l
ll
163 Côte d’Ivoire 72,7 220 197 4,9 3,7 0,7 0,4 (.)
l
l
164 Tanzanía, Rep. Unida de 82,6 41 83 .. 1,4 0,1 0,1 (.)
l
l
ll
165 Malawi 85,0 66 80 .. .. 0,1 0,1 (.)
°
l
ll
166 Zambia 87,3 1.125 603 1,4 1,3 0,6 0,2 (.)
l
l
°l
167 Congo, Rep. Dem. del 94,9 161 91 6,1 2,2 0,1 (.) (.)
l
l
ll
168 Mozambique 80,3 364 378 1,0 2,3 0,3 0,1 (.)
l
l
ll
169 Burundi 95,6 12 25 .. .. (.) (.) (.)
l
ll
170 Etiopía 93,3 .. 32 .. 2,4 (.) 0,1 (.)
l
l
ll
171 República Centroafricana 83,3 29 28 .. .. (.) 0,1 (.)
°
l
l
172 Guinea-Bissau 50,0 18 41 .. .. 0,2 0,2 (.)
l
l
173 Chad 97,2 10 12 .. .. (.) (.) (.)
°
l
l
174 Ma 85,0 15 33 .. .. 0,1 (.) (.)
l
l
ll
175 Burkina Faso 89,4 16 32 .. .. 0,1 0,1 (.)
l
l
ll
176 Sierra Leona 91,2 62 54 .. .. 0,2 0,1 (.)
l
l
177 Níger 85,3 39 40 .. .. 0,1 0,1 (.)
l
l
ll
Países en desarrollo 24,5 388 1.155 3,7 4,6 1,3 2,0 36,9 .. .. .. ..
Países menos adelantados 75,9 83 106 .. 4,0 0,1 0,2 0,4 .. .. .. ..
Estados Árabes 18,0 626 1.946 5,8 3,5 3,1 4,1 4,5 .. .. .. ..
Asia Oriental y el Pacífi co 11,0 329 1.439 2,1 4,6 1,4 2,6 17,6 .. .. .. ..
América Latina y El Caribe 19,8 1.019 1.927 6,3 6,1 2,4 2,4 5,6 .. .. .. ..
Asia Meridional 24,5 171 566 3,8 4,8 0,5 1,2 6,3 .. .. .. ..
África Subsahariana 70,6 434 536 3,3 2,7 1,0 0,8 1,9 .. .. .. ..
Europa Central y Oriental y la CEI 4,1 3.284 3.328 .. 2,4 10,1 5,9 12,2 .. .. .. ..
OCDE 4,1 5.761 8.615 3,9 5,1 11,0 11,2 51,0 .. .. .. ..
Países de la OCDE de ingresos altos
3,0 6.698 10.262 3,8 5,2 12,2 13,0 46,2 .. .. .. ..
Desarrollo humano alto 4,5 5.676 8.586 3,8 5,2 10,9 11,2 53,0 .. .. .. ..
Desarrollo humano medio 17,0 368 1.121 3,5 4,1 1,2 2,0 39,0 .. .. .. ..
Desarrollo humano bajo 71,1 135 133 3,3 4,1 0,4 0,2 0,5 .. .. .. ..
Ingresos altos 2,9 6.616 10.198 3,9 5,1 12,1 13,0 47,8 .. .. .. ..
Ingresos medios 9,2 623 1.653 3,7 4,1 2,1 2,9 38,9 .. .. .. ..
Ingresos bajos 42,2 174 399 2,3 2,0 0,5 0,8 7,3 .. .. .. ..
Total mundial 7,6
h
1.573 2.465 3,8 4,6 3,4 3,6 100,0
i
.. .. .. ..
l
Rati cación, aceptación, aprobación, adhesión o
sucesión
° Firma
NOTAS
a
Información al 15 de abril de 2005. El Protocolo de
Cartagena sobre Seguridad de la Biotecnología se
rmó en Cartagena en el año 2000, la Convención
Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio
Climático en Nueva York en 1992, el Protocolo de
Kyoto de la Convención Marco de las Naciones
Unidas sobre el Cambio Climático en Kyoto en
el año 1997 y el Convenio sobre la Diversidad
Biológica en Río de Janeiro en 1992.
b Incluye las Islas Svalbard y Jan Mayen.
c Incluye Liechtenstein.
d Incluye Mónaco.
e Incluye San Marino.
f Los datos se re eren a la Unión Aduanera
Sudafricana que incluye a Botswana, Lesotho,
Namibia y Swazilandia.
g Incluido en los datos de Sudáfrica.
h Los datos se refi eren a cifras totales mundiales
provenientes de ONU 2005d.
i Los datos se refi eren a cifras totales mundiales
provenientes de CDIAC 2005 sobre las emisiones
totales de dióxido de carbono, incluido aquellos
países que no aparecen en los principales cuadros
de indicadores, así como sobre las emisiones que
no se incluyen en los totales nacionales, como los
combustibles para calderas y barcos y la oxidación
de productos derivados de hidrocarburos no
combustibles.
FUENTES
Columna 1:
cálculos basados en los datos del
consumo tradicional de combustible y el total de las
necesidades energéticas de ONU 2005d.
Columnas 2 y 3: ONU 2005b.
Columnas 4 y 5: Banco Mundial 2005c, basados en
los datos proporcionados por la Agencia Internacional
de Energía; cifras totales calculadas por el Banco
Mundial para la Ofi cina encargada del Informe sobre
Desarrollo Humano.
Columnas 6 y 7: ONU 2005f, basados en los
datos proporcionados por el Centro de Análisis de
Información sobre el Dióxido de Carbono.
Columna 8: CDIAC 2005.
Columna 9-12: ONU 2005g.
Energía y medio ambiente
CUADRO
51334_UNDP_243_352_ACG.indd 31651334_UNDP_243_352_ACG.indd 316 8/17/05 9:52:21 PM8/17/05 9:52:21 PM
Clasifi cación según el IDH
Desplazados
internos
a
(miles)
Refugiados
Transferencia de armas convencionales
b
(precio de 1990)
Por país
de asilo
(miles)
Por país de
origen
c
(miles)
Importaciones
(millones de US$)
Exportaciones Total de fuerzas armadas
Millones
de US$
Porcentaje
d
(%) Miles
Índice
(1985=100)
2004
e
2004
e
2004
e
1994 2004 2004 2000–04 2003 2003
Indicadores del desarrollo humano
INFORME SOBRE DESARROLLO HUMANO 2005 317
23
... protegiendo la seguridad personal ...
DESARROLLO HUMANO ALTO
1 Noruega .. 46 (.) 99 1 51 (.) 27 72
2 Islandia .. (.) (.) .. .. 0 (.) .. ..
3 Australia .. 56 (.) 263 334 52 (.) 52 74
4 Luxemburgo .. 1 .. 0 0 .. .. 1 129
5 Canadá .. 133 (.) 333 340 543 2 52 63
6 Suecia .. 112 (.) 258 13 260 2 28 42
7 Suiza .. 50 (.) 113 125 154 (.) 27 137
8 Irlanda .. 6 (.) 48 25 .. .. 10 76
9 Bélgica .. 13 (.) 52 12 0 (.) 41 45
10 Estados Unidos .. 453 (.) 625 533 5.453 31 1.434 67
11 Japón .. 2 (.) 585 195 0 (.) 240 99
12 Países Bajos .. 141 (.) 143 183 211 1 53 50
13 Finlandia .. 11 (.) 174 57 17 (.) 27 74
14 Dinamarca .. 70 (.) 66 194 6 (.) 21 72
15 Reino Unido .. 277 (.) 538 171 985 5 208 62
16 Francia .. 131 (.) 6 89 2.122 8 259 56
17 Austria .. 16 (.) 36 46 1 (.) 35 64
18 Italia .. 12 (.) 146 317 261 1 194 50
19 Nueva Zelandia .. 6 (.) 16 42 1 (.) 9 69
20 Alemania .. 960 1 .. .. .. .. 285 60
21 España .. 6 (.) 636 261 75 1 151 47
22 Hong Kong, China (RAE) .. 2 (.) .. .. .. .. .. ..
23 Israel 150–300
f
41 7937242831168118
24 Grecia .. 3 (.) 1.215 1.434 0 (.) 171 85
25 Singapur .. (.) (.) 117 456 70 (.) 73 132
26 Eslovenia .. 2 1 11 14 .. .. 7 ..
27 Portugal .. (.) (.) 433 59 0 (.) 45 62
28 Corea, República de ,, (.) (.) 668 737 50 (.) 688 115
29 Chipre 210 (.) (.) 46 0 0 (.) 10 100
30 Barbados ,, .. (.) .. .. .. .. 1 60
31 República Checa ,, 2 7 0 18 0 (.) 45 22
32 Malta ,, (.) (.) 0 0 10 (.) 2 263
33 Brunei Darussalam ,, .. (.) 0 0 .. .. 7 171
34 Argentina ,, 3 1 177 129 0 (.) 71 66
35 Hungría ,, 7 3 4 15 0 (.) 32 30
36 Polonia ,, 2 15 8 256 86 (.) 142 44
37 Chile ,, (.) 2 113 43 0 (.) 78 77
38 Estonia ,, (.) 1 15 5 0 (.) 5 ..
39 Lituania ,, (.) 2 0 31 0 (.) 14 ..
40 Qatar ,, (.) (.) 10 0 0 (.) 12 207
41 Emiratos Árabes Unidos ,, (.) (.) 554 1.246 3 (.) 51 117
42 Eslovaquia ,, (.) 1 30 0 0 (.) 20 ..
43 Bahrein ,, 0 (.) 7 10 0 (.) 11 400
44 Kuwait ,, 2 1 37 0 0 (.) 16 129
45 Croacia 10 4 230 57 8 0 (.) 21 ..
46 Uruguay ,, (.) (.) 8 0 0 (.) 24 75
47 Costa Rica ,, 14 (.) 0 0 .. .. .. ..
48 Letonia ,, (.) 3 12 14 0 (.) 5 ..
49 Saint Kitts y Nevis ,, .. (.) .. .. .. .. .. ..
50 Bahamas ,, .. (.) 0 0 .. .. 1 180
51 Seychelles ,, .. (.) 0 0 .. .. 1 42
52 Cuba ,, 1 16 0 0 .. .. 49 30
53 xico 1012 6 2 120 265 .. .. 193 149
Refugiados y armamento
CUADRO
51334_UNDP_243_352_ACG.indd 31751334_UNDP_243_352_ACG.indd 317 8/17/05 9:52:23 PM8/17/05 9:52:23 PM
Clasifi cación según el IDH
Desplazados
internos
a
(miles)
Refugiados
Transferencia de armas convencionales
b
(precio de 1990)
Por país
de asilo
(miles)
Por país de
origen
c
(miles)
Importaciones
(millones de US$)
Exportaciones Total de fuerzas armadas
Millones
de US$
Porcentaje
d
(%) Miles
Índice
(1985=100)
2004
e
2004
e
2004
e
1994 2004 2004 2000–04 2003 2003
Indicadores del desarrollo humano
318 INFORME SOBRE DESARROLLO HUMANO 2005
23
54 Tonga .. .. (.) 0 0 .. .. .. ..
55 Bulgaria .. 4 3 0 12 0 (.) 51 34
56 Panamá .. 1 (.) 0 0 .. .. .. ..
57 Trinidad y Tobago .. .. (.) 0 0 .. .. 3 129
DESARROLLO HUMANO MEDIO
58 Jamahiriya Árabe Libia .. 12 2 0 74 0 (.) 76 104
59 Macedonia, ERY 2 (.) 6 27 0 29 (.) 11 ..
60 Antigua y Barbuda .. .. (.) .. .. .. .. (.) 200
61 Malasia .. (.) (.) 375 277 0 (.) 110 100
62 Rusia, Federación de 339
f
10 96 40 0 6.197 32 1.212 23
63 Brasil .. 3 (.) 226 38 100 (.) 303 110
64 Rumania .. 2 8 25 276 0 (.) 97 51
65 Mauricio .. 0 (.) 0 0 .. .. .. ..
66 Granada .. .. (.) .. .. .. .. .. ..
67 Belarús .. 1 8 0 0 50 1 73 ..
68 Bosnia y Herzegovina 309 23 300 3 0 0 (.) 25 ..
69 Colombia 1.575–3.410
g
(.) 38 39 17 .. .. 207 313
70 Dominica .. .. (.) .. .. .. .. .. ..
71 On .. .. (.) 168 123 0 (.) 42 143
72 Albania .. (.) 10 0 6 .. .. 22 53
73 Tailandia .. 119 (.) 627 105 5 (.) 307 130
74 Samoa (Occidental) .. .. 0 .. .. .. .. .. ..
75 Venezuela .. (.) 1 1 12 1 (.) 82 168
76 Santa Lucía .. .. (.) .. .. .. .. .. ..
77 Arabia Saudita .. 241 (.) 982 838 0 (.) 200 319
78 Ucrania .. 3 94 0 29 452 3 273 ..
79 Pe 60 1 6 133 14 5 (.) 80 63
80 Kazajstán .. 16 7 0 27 5 (.) 66 ..
81 Líbano 50600 3 25 12 0 0 (.) 72 414
82 Ecuador .. 6 1 0 22 .. .. 47 109
83 Armenia 8 239 13 310 68 .. .. 45 ..
84 Filipinas 60 (.) (.) 71 59 .. .. 106 92
85 China .. 299 132 142 2.238 125 2 2.255 58
86 Suriname .. 0 (.) 0 0 .. .. 2 90
87 San Vicente y las Granadinas .. .. (.) .. ,, .. .. .. ..
88 Paraguay .. (.) (.) 0 4 .. .. 10 70
89 Túnez .. (.) 3 32 0 .. .. 35 100
90 Jordania .. 1 1 5 132 72 (.) 101 143
91 Belice .. 1 (.) 0 0 .. .. 1 183
92 Fiji .. .. 1 4 0 .. .. 4 130
93 Sri Lanka 352 (.) 122 53 6 .. .. 151 699
94 Turqa 230–1.000+ 2 186 1,215 418 18 (.) 515 82
95 República Dominicana .. .. (.) 0 21 .. .. 25 110
96 Maldivas .. .. (.) 0 0 .. .. .. ..
97 Turkmenistán .. 14 1 0 20 .. .. 26 ..
98 Jamaica .. .. (.) 0 0 .. .. 3 133
99 Irán, Rep. Islámica del .. 985 132 389 283 1 (.) 540 89
100 Georgia 240 4 12 0 0 20 (.) 18 ..
101 Azerbaiyán 575 (.) 253 25 0 .. .. 67 ..
102 Territorios Palestinos Ocupados 21–50
h
0 428 5 0 .. .. .. ..
103 Argelia 1.000
i
169 12 156 282 .. .. 128 75
104 El Salvador .. (.) 6 0 0 0 (.) 16 37
105 Cabo Verde .. .. (.) 0 0 .. .. 1 16
106 República Árabe Siria 305 4 20 44 0 0 (.) 297 74
Refugiados y armamento
CUADRO
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Clasifi cación según el IDH
Desplazados
internos
a
(miles)
Refugiados
Transferencia de armas convencionales
b
(precio de 1990)
Por país
de asilo
(miles)
Por país de
origen
c
(miles)
Importaciones
(millones de US$)
Exportaciones Total de fuerzas armadas
Millones
de US$
Porcentaje
d
(%) Miles
Índice
(1985=100)
2004
e
2004
e
2004
e
1994 2004 2004 2000–04 2003 2003
Indicadores del desarrollo humano
INFORME SOBRE DESARROLLO HUMANO 2005 319
23
107 Guyana .. .. (.) 0 0 .. .. 2 24
108 Viet Nam .. 15 363 0 247 .. .. 484 47
109 Kirguistán .. 6 3 0 5 0 (.) 13 ..
110 Indonesia 600 (.) 13 559 85 50 (.) 302 109
111 Uzbekistán 3 45 7 0 0 170 1 52 ..
112 Nicaragua .. (.) 4 0 0 0 (.) 14 22
113 Bolivia .. 1 (.) 7 1 .. .. 32 114
114 Mongolia .. 0 (.) .. .. .. .. 9 26
115 Moldova, Rep. de .. (.) 11 2 0 0 (.) 7 ..
116 Honduras .. (.) 1 0 0 .. .. 12 72
117 Guatemala 242 1 7 3 0 .. .. 29 92
118 Vanuatu .. .. .. .. .. .. .. .. ..
119 Egipto .. 89 6 1.944 398 0 (.) 450 101
120 Sufrica .. 27 (.) 19 8 35 (.) 56 52
121 Guinea Ecuatorial .. .. 1 0 0 .. .. 1 59
122 Tayikistán .. 3 59 24 0 .. .. 8 ..
123 Gabón .. 14 (.) 0 0 .. .. 5 196
124 Marruecos .. 2 1 131 0 .. .. 196 132
125 Namibia .. 20 1 3 53 .. .. 9 ..
126 Santo Tomé y Príncipe .. 0 (.) .. .. .. .. .. ..
127 India 600 165 14 565 2.375 22 (,) 1.325 105
128 Islas Salomón .. .. (.) 0 0 .. .. .. ..
129 Myanmar 526
f
0147 3 65 .. .. 378 203
130 Camboya .. (.) 31 71 0 0 (.) 124 355
131 Botswana .. 3 (.) 0 10 .. .. 9 225
132 Comoras .. 0 (.) .. .. .. .. .. ..
133 Rep. Dem. Popular Lao .. 0 10 0 0 .. .. 29 54
134 Bhután .. .. 104 0 0 .. .. .. ..
135 Pakistán 30
f
1.124 24 755 344 10 (.) 619 128
136 Nepal 100150 124 1 0 32 .. .. 72 288
137 Papua Nueva Guinea .. 7 (.) 1 0 .. .. .. ..
138 Ghana .. 44 16 10 27 .. .. 7 46
139 Bangladesh 500 20 6 50 26 .. .. 126 137
140 Timor-Leste .. (.) (.) .. .. .. .. .. ..
141 Sudán 6.000 138 606 0 270 .. .. 105 185
142 Congo 100 91 29 0 0 .. .. 10 115
143 Togo .. 12 11 3 0 .. .. 9 236
144 Uganda 1.400
f
231 35 0 19 .. .. 50 250
145 Zimbabwe 150 13 7 0 0 .. .. 29 71
DESARROLLO HUMANO BAJO
146 Madagascar .. 0 (.) 0 0 .. .. 14 64
147 Swazilandia .. 1 (.) 0 0 .. .. .. ..
148 Camerún .. 59 6 0 0 .. .. 23 316
149 Lesotho .. 0 (.) 0 1 .. .. 2 100
150 Djibouti .. 27 1 0 0 .. .. 10 327
151 Yemen .. 62 2 4 309 .. .. 67 104
152 Mauritania .. (.) 31 27 0 .. .. 16 185
153 Haití .. .. 8 .. .. .. .. .. ..
154 Kenya 360 238 3 12 0 .. .. 24 176
155 Gambia .. 7 1 0 0 .. .. 1 160
156 Guinea 82 184 4 0 0 .. .. 10 98
157 Senegal 64 21 8 1 0 .. .. 14 135
158 Nigeria 200 9 24 73 10 0 (.) 79 84
159 Rwanda .. 37 75 0 0 .. .. 51 981
CUADRO
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Clasifi cación según el IDH
Desplazados
internos
a
(miles)
Refugiados
Transferencia de armas convencionales
b
(precio de 1990)
Por país
de asilo
(miles)
Por país de
origen
c
(miles)
Importaciones
(millones de US$)
Exportaciones Total de fuerzas armadas
Millones
de US$
Porcentaje
d
(%) Miles
Índice
(1985=100)
2004
e
2004
e
2004
e
1994 2004 2004 2000–04 2003 2003
Indicadores del desarrollo humano
320 INFORME SOBRE DESARROLLO HUMANO 2005
23
NOTAS
a
Se re ere a los cálculos proporcionados por el
Proyecto Mundial IDP y están basados en varias
fuentes. Los cálculos están asociados con un alto
nivel de incertidumbre.
b Datos al 16 de febrero de 2005. Las cifras
constituyen valores indicadores de tendencias
que únicamente refl ejan el volumen de las
transferencias internacionales de armas y no el
valor fi nanciero real de tales transferencias. Los
informes publicados sobre transferencias de armas
presentan información parcial, puesto que no todas
las transferencias se informan íntegramente. Los
cálculos presentados son conservadores y podrían
subestimar las transferencias reales de armas
convencionales.
c Se desconoce o no se ha informado el país de
origen de muchos refugiados. Por consiguiente,
estos datos pueden ser subestimaciones.
d Calculado utilizando los totales correspondientes al
período 2000 a 2004 respecto de todos los países
y agentes no estatales que exportan las principales
armas convencionales defi nidas en SIPRI 2005b.
e Los datos se re eren a fi nales del año 2004 salvo
que se especi que lo contrario.
f Los cálculos no incluyen cierta parte del país o
grupos de personas desplazadas dentro del país.
g Cálculo más bajo acumulado desde 1994. Cifras
más altas acumuladas desde 1985.
h Los cálculos más bajos sólo incluyen a las
personas desplazadas internamente, desposeídas
principalmente por la destrucción de sus hogares
desde el año 2000. La cifra más alta representa
acumulaciones desde 1967.
i Cifras acumuladas desde 1992.
j Cálculos proporcionados por el Proyecto Mundial
IDP.
k Los datos se refi eren a cifras totales de SIPRI
2005c e incluyen todos los países y agentes no
estatales que exportan las principales armas
convencionales defi nidas en SIPRI.
FUENTES
Columna 1:
Proyecto Mundial sobre Desplazados
Internos (IDP) 2005.
Columnas 2 y 3: ACNUR 2005.
Columnas 4-6: SIPRI 2005c.
Columna 7: cálculos basados en datos de
transferencia de armas de SIPRI 2005c.
Columna 8: IISS 2004.
Columna 9: cálculos basados en datos sobre fuerzas
armadas de IISS 2004.
160 Angola 40340
f
13 324 96 5 0 (.) 108 219
161 Eritrea 59 4 124 16 382 0 (.) 202 ..
162 Benin .. 5 (.) 0 0 .. .. 5 102
163 Côte d’Ivoire 500 76 34 0 14 .. .. 17 129
164 Tanzanía, Rep. Unida de .. 650 1 2 0 .. .. 27 67
165 Malawi .. 3 (.) 1 0 0 (.) 5 100
166 Zambia .. 227 (.) 0 0 0 (.) 18 112
167 Congo, Rep. Dem. del 2.330 234 453 0 0 .. .. 65 135
168 Mozambique .. (.) (.) 0 0 .. .. 10 65
169 Burundi 170 41 532 0 0 .. .. 51 971
170 Etiopía 132 130 63 0 162 .. .. 183 84
171 República Centroafricana .. 45 35 0 0 .. .. 3 113
172 Guinea-Bissau .. 8 1 0 0 .. .. 7 84
173 Chad .. 146 52 8 0 .. .. 30 248
174 Malí .. 10 (.) 0 0 .. .. 7 151
175 Burkina Faso .. (.) 1 0 0 .. .. 11 270
176 Sierra Leona .. 61 71 1 0 .. .. 13 419
177 Níger .. (.) 1 0 0 .. .. 5 241
Países en desarrollo .. 6.484 T .. .. .. .. .. 12.670 T 81
Países menos adelantados .. 2.476 T .. .. .. .. .. 1.933 T 165
Estados Árabes .. 883 T .. .. .. .. .. 1.866 T 69
Asia Oriental y el Pacífi co .. 444 T .. .. .. .. .. 4.874 T 65
América Latina y El Caribe .. 38 T .. .. .. .. .. 1.282 T 95
Asia Meridional .. 2.417 T .. .. .. .. .. 2.923 T 115
África Subsahariana .. 2.698 T .. .. .. .. .. 1.200 T 142
Europa Central y Oriental y la CEI .. 678 T .. .. .. .. .. 2.352 T 36
OCDE .. 2.524 T .. .. .. .. .. 5.002 T 69
Países de la OCDE de ingresos altos .. 2.505 T .. .. .. .. .. 4.055 T 69
Desarrollo humano alto .. 2.560 T .. .. .. .. .. 5.165 T 69
Desarrollo humano medio .. 4.353 T .. .. .. .. .. 12.215 T 71
Desarrollo humano bajo .. 2.299 T .. .. .. .. .. 1.076 T 154
Ingresos altos .. 2.516 T .. .. .. .. .. 4.412 T 72
Ingresos medios .. 2.812 T .. .. .. .. .. 10.614 T 65
Ingresos bajos .. 4.344 T .. .. .. .. .. 4.640 T 92
Total mundial 25.300
j
9.672 T ,, 19.501 T
k
19.162 T
k
19.156 T
k
,, 18.560 T 67
Refugiados y armamento
CUADRO
51334_UNDP_243_352_ACG.indd 32051334_UNDP_243_352_ACG.indd 320 8/17/05 9:52:30 PM8/17/05 9:52:30 PM
Personas víctimas de la delincuencia
a
(% de la población total)
Año
b
Delincuencia
total
c
Delitos contra
la propiedad
d
Robos
Agresiones
sexuales
e
Agresiones
Soborno
(corrupción)
f
Indicadores del desarrollo humano
INFORME SOBRE DESARROLLO HUMANO 2005 321
24
... protegiendo la seguridad personal ...
NACIONAL
Australia 1999 30,1 13,9 1,2 1,0 2,4 0,3
Austria 1995 18,8 3,1 0,2 1,2 0,8 0,7
Bélgica 1999 21,4 7,7 1,0 0,3 1,2 0,3
Canadá 1999 23,8 10,4 0,9 0,8 2,3 0,4
Dinamarca 1999 23,0 7,6 0,7 0,4 1,4 0,3
Inglaterra y Gales 1999 26,4 12,2 1,2 0,9 2,8 0,1
Finlandia 1999 19,1 4,4 0,6 1,1 2,1 0,2
Francia 1999 21,4 8,7 1,1 0,7 1,4 1,3
Italia 1991 24,6 12,7 1,3 0,6 0,2 ..
Japón 199915,23,40,10,10,1 (,)
Malta 1996 23,1 10,9 0,4 0,1 1,1 4,0
Países Bajos 1999 25,2 7,4 0,8 0,8 1,0 0,4
Nueva Zelandia 1991 29,4 14,8 0,7 1,3 2,4 ..
Irlanda del Norte 1999 15,0 6,2 0,1 0,1 2,1 0,2
Polonia 1999 22,7 9,0 1,8 0,2 1,1 5,1
Portugal 1999 15,5 7,5 1,1 0,2 0,4 1,4
Escocia 1999 23,2 7,6 0,7 0,3 3,0 ..
Eslovenia 2000 21,2 7,7 1,1 0,8 1,1 2,1
Suecia 1999 24,7 8,4 0,9 1,1 1,2 0,1
Suiza 1999 18,2 4,5 0,7 0,6 1,0 0,2
g
Estados Unidos 1999 21,1 10,0 0,6 0,4 1,2 0,2
CIUDAD PRINCIPAL
Asunción (Paraguay) 1995 34,4 16,7 6,3 1,7 0,9 13,3
Baku (Azerbaiyán) 1999 8,3 2,4 1,6 0,0 0,4 20,8
Beijing (China) 1991 19,0 2,2 0,5 0,6 0,6 ..
Bishkek (Kirguistán) 1995 27,8 11,3 1,6 2,2 2,1 19,3
Bogotá (Colombia) 1996 54,6 27,0 11,5 4,8 2,5 19,5
Bratislava (Eslovaquia) 1996 36,0 20,8 1,2 0,4 0,5 13,5
Bucarest (Rumania) 1999 25,4 10,8 1,8 0,4 0,6 19,2
Budapest (Hungría) 1999 32,1 15,6 1,8 0,9 0,8 9,8
Buenos Aires (Argentina) 1995 61,1 30,8 6,4 6,4 2,3 30,2
El Cairo (Egipto) 1991 28,7 12,1 2,2 1,8 1,1 ..
Dar es Salaam (Tanzanía, Rep. U. de) 1991 .. 23,1 8,2 6,1 1,7 ..
Gaborone (Botswana) 1996 31,7 19,7 2,0 0,7 3,2 2,8
Jakarta (Indonesia) 1995 20,9 9,4 0,7 1,3 0,5 29,9
Johannesburgo (Sudáfrica) 1995 38,0 18,3 4,7 2,7 4,6 6,9
Kampala (Uganda) 1995 40,9 20,6 2,3 5,1 1,7 19,5
Kiev (Ucrania) 1999 29,1 8,9 2,5 1,2 1,5 16,2
La Paz (Bolivia) 1995 39,8 18,1 5,8 1,5 2,0 24,4
Manila (Filipinas) 1995 10,6 3,3 1,5 0,1 0,1 4,3
Maputo (Mozambique) 2001 40,6 29,3 7,6 2,2 3,2 30,5
Minsk (Belarús) 1999 23,6 11,1 1,4 1,4 1,3 20,6
Moscú (Rusia, Federación de) 1999 26,3 10,9 2,4 1,2 1,1 16,6
Mumbai (India) 1995 31,8 6,7 1,3 3,5 0,8 22,9
Nueva Delhi (India) 1995 30,5 6,1 1,0 1,7 0,8 21,0
Praga (República Checa) 1999 34,1 21,6 0,5 0,9 1,1 5,7
Rïga (Letonia) 1999 26,5 9,4 2,8 0,5 1,9 14,3
Río de Janeiro (Brasil) 1995 44,0 14,7 12,2 7,5 3,4 17,1
San José (Costa Rica) 1995 40,4 21,7 8,9 3,5 1,7 9,2
Skopje ( Macedonia, ERY) 1995 21,1 9,4 1,1 0,3 0,7 7,4
Sofía ( Bulgaria) 1999 27,2 16,1 1,5 0,1 0,6 16,4
Tallinn (Estonia) 1999 41,2 22,5 6,3 3,3 3,7 9,3
Tbjlisi (Georgia) 1999 23,6 11,1 1,8 0,4 0,9 16,6
Víctimas de la delincuencia
CUADRO
51334_UNDP_243_352_ACG.indd 32151334_UNDP_243_352_ACG.indd 321 8/17/05 9:52:31 PM8/17/05 9:52:31 PM
Personas víctimas de la delincuencia
a
(% de la población total)
Año
b
Delincuencia
total
c
Delitos contra
la propiedad
d
Robos
Agresiones
sexuales
e
Agresiones
Soborno
(corrupción)
f
Indicadores del desarrollo humano
322 INFORME SOBRE DESARROLLO HUMANO 2005
TABLE
24
Tirana (Albania) 1999 31,7 11,2 2,9 1,2 0,7 59,1
Tunis (Túnez) 1991 37,5 20,1 5,4 1,5 0,4 ..
Ulaanbaatar (Mongolia) 1999 41,8 20,0 4,5 1,4 2,1 21,3
Vilna (Lituania) 1999 31,0 17,8 3,2 2,0 1,4 22,9
Zagreb (Croacia) 199914,34,40,50,80,59,5
NOTAS
a
Los datos se refi eren a las víctimas informadas en
la Encuesta Internacional sobre Víctimas de Delitos.
b Las encuestas se efectuaron los años 1992, 1995,
1996-97 y 2000-01. Los datos se refi eren al año
anterior al de la encuesta.
c Los datos se re eren a las personas que han sido
víctimas de uno o más de los 11 delitos incluidos en
la encuesta: robo, robo con escalamiento, intento
de robo con escalamiento, robo de vehículos,
vandalismo de vehículos, robo de bicicletas,
agresión sexual, robo de bienes en vehículos, robo
de bienes personales, agresión y amenazas y robo
de motocicletas o ciclomotores.
d Incluye robo de vehículos, robo de bienes en
vehículos, robo con escalamiento e intento de robo
con escalamiento.
e Los datos se re eren únicamente a la población
femenina.
f Datos de personas a las que un funcionario de
gobierno solicita un soborno, o de quien espera
recibir uno.
g Los datos corresponden a 1995
FUENTES
Todas las columnas:
ONUDD.
Víctimas de la delincuencia
51334_UNDP_243_352_ACG.indd 32251334_UNDP_243_352_ACG.indd 322 8/17/05 9:52:33 PM8/17/05 9:52:33 PM
Clasifi cación según el IDH
Índice de desarrollo
relativo al género
(IDG)
Esperanza de
vida al nacer
(años)
2003
Tasa de
alfabetización
en adultos
a
(% de 15 años
y mayores)
2003
Tasa de matriculación
bruta combinada en
enseñanza primaria,
secundaria y terciaria
b
(%)
2002/03
Cálculo de los
ingresos percibidos
c
(PPA en US$)
2003
Clasifi ca-
ción según
el IDH,
menos la
clasifi ca-
ción según
el IDG
d
Clasifi cación Valor Mujeres Hombres Mujeres Hombres Mujeres Hombres Mujeres Hombres
Indicadores del desarrollo humano
INFORME SOBRE DESARROLLO HUMANO 2005 323
25
... y logrando la igualdad para todos, hombres y mujeres
DESARROLLO HUMANO ALTO
1 Noruega 1 0,960 81,9 76,8 ..
e
..
e
106 97 32.272 43.148 0
2Islandia 3 0,953 82,6 78,7 ..
e
..
e
102 91 25.411 36.908 –1
3 Australia 2 0,954 82,8 77,7 ..
e
..
e
117 114 24.827 34.446 1
4Luxemburgo 7 0,944 81,5 75,2 ..
e
..
e
89
f
88
f
34.890 89.883
g
–3
5Canadá 5 0,946 82,4 77,4 ..
e
..
e
96
h, i
92
h, i
23.922 37.572 0
6 Suecia 4 0,947 82,4 77,9 ..
e
..
e
124 105 21.842 31.722 2
7Suiza 6 0,946 83,2 77,6 ..
e
..
e
88 92 28.972 32.149 1
8 Irlanda 11 0,939 80,3 75,1 ..
e
..
e
97 89 22.125 53.549 3
9 Bélgica 9 0,941 82,0 75,7 ..
e
..
e
119 110 19.951 37.019 0
10 Estados Unidos 8 0,942 80,0 74,6 ..
e
..
e
97 89 29.017 46.456 2
11 Japón 14 0,937 85,4 78,4 ..
e
..
e
83 85 17.795 38.612 –3
12 Países Bajos 12 0,939 81,1 75,7 ..
e
..
e
99 99 20.512 38.389 0
13 Finlandia 10 0,940 81,7 75,1 ..
e
..
e
112 103 23.211 32.250 3
14 Dinamarca 13 0,938 79,4 74,8 ..
e
..
e
106 97 26.587 36.430 1
15 Reino Unido 15 0,937 80,6 76,0 ..
e
..
e
133
h
113
h
20.790 33.713 0
16 Francia 16 0,935 83,0 75,9 ..
e
..
e
94 90 20.642 35.123 0
17 Austria 19 0,926 81,8 76,0 ..
e
..
e
90 88 15.878 45.174 –2
18 Italia 18 0,928 83,1 76,9 ..
e
..
e
89 85 17.176 37.670 0
19 Nueva Zelandia 17 0,929 81,3 76,8 ..
e
..
e
104 94 18.379 26.960 2
20 Alemania 20 0,926 81,5 75,7 ..
e
..
e
88 90 19.534 36.258 0
21 España 21 0,922 83,2 75,9 ..
e
..
e
96 91 13.854 31.322 0
22 Hong Kong, China (RAE) 22 0,912 84,6 78,7 89,6 96,9 73 74 19.593 35.037 0
23 Israel 23 0,911 81,7 77,6 95,6 98,3 93 89 14.159 25.969 0
24 Grecia 24 0,907 80,9 75,6 88,3
e
94,0
e
93 91 12.531 27.591 0
25 Singapur .. .. 80,6 76,7 88,6 96,6 .. .. 16.489 32.089 ,,
26 Eslovenia 25 0,901 80,0 72,7 99,6
e
99,7
e
99 92 14.751 23.779 0
27 Portugal 26 0,900 80,6 73,9 ..
e
..
e
97 90 12.853 23.829 0
28 Corea, República de 27 0,896 80,6 73,3 ..
e
..
e
87 100 11.698 24.167 0
29 Chipre 28 0,884 81,1 76,1 95,1 98,6 79 78 11.864 25.260 0
30 Barbados 29 0,876 78,5 71,4 99,7
e
99,7
e
94
i
84
i
11.976 19.687 0
31 República Checa 30 0,872 78,7 72,3 .. .. 81 80 12.843 20.051 0
32 Malta 32 0,858 80,8 75,9 89,2
j
86,4
j
80 78 9.893 25.525 –1
33 Brunei Darussalam .. .. 79,0 74,3 90,2 95,2 75 72 .. .. ..
34 Argentina 34 0,854 78,2 70,7 97,2 97,2 99 91 6.635 17.800 –2
35 Hungría 31 0,860 76,8 68,6 99,3
e
99,4
e
92 87 11.287 18.183 2
36 Polonia 33 0,856 78,4 70,3 99,7
e
99,8
e
93 88 8.769 14.147 1
37 Chile 38 0,846 80,9 74,8 95,6 95,8 81 82 5.753 14.872 3
38 Estonia 35 0,852 77,0 65,6 99,8
e
99,8
e
99 87 10.745 16.750 1
39 Lituania 36 0,851 77,8 66,6 99,6
e
99,6
e
98 90 9.595 14.064 1
40 Qatar .. .. 76,0 71,2 .. 0,0 84 80 .. .. ..
41 Emiratos Árabes Unidos .. .. 80,8 76,4 80,7
k
75,6
k
79
h
69
h
.. .. ..
42 Eslovaquia 37 0,847 77,9 70,1 99,6
e
99,7
e
76 74 10.681 16.463 1
43 Bahrein 41 0,837 75,9 73,1 83,0 92,5 85 77 7.685 24.909 –2
44 Kuwait 39 0,843 79,5 75,2 81,0
k
84,7
k
85
h
75
h
8.448 24.204 1
45 Croacia 40 0,837 78,4 71,4 97,1 99,3
e
76 74 8.047 14.351 1
46 Uruguay 42 0,836 79,0 71,7 98,1
k
97,3
k
93
h
83
h
5.763 10.950 0
47 Costa Rica 44 0,829 80,6 75,9 95,9
k
95,7
k
69 67 5.236 14.000 1
48 Letonia 43 0,834 77,0 65,8 99,7
e
99,8
e
95 84 8.050 12.886 1
49 Saint Kitts y Nevis .. .. .. .. .. .. 94
h
83
h
.. .. ..
50 Bahamas .. .. 73,0 66,5 96,3 94,6 .. .. 13.357 20.723 ,,
51 Seychelles .. .. .. .. 92,3 91,4 85 85 .. .. ..
52 Cuba .. .. 79,2 75,5 96,8
k
97,0
k
81 79 .. .. ..
53 México 46 0,804 77,5 72,6 88,7 92,0 76 74 5.068 13.506 –1
Índice de desarrollo relativo al género
CUADRO
51334_UNDP_243_352_ACG.indd 32351334_UNDP_243_352_ACG.indd 323 8/17/05 9:52:34 PM8/17/05 9:52:34 PM
Clasifi cación según el IDH
Índice de desarrollo
relativo al género
(IDG)
Esperanza de
vida al nacer
(años)
2003
Tasa de
alfabetización
en adultos
a
(% de 15 años
y mayores)
2003
Tasa de matriculación
bruta combinada en
enseñanza primaria,
secundaria y terciaria
b
(%)
2002/03
Cálculo de los
ingresos percibidos
c
(PPA en US$)
2003
Clasifi ca-
ción según
el IDH,
menos la
clasifi ca-
ción según
el IDG
d
Clasifi cación Valor Mujeres Hombres Mujeres Hombres Mujeres Hombres Mujeres Hombres
Indicadores del desarrollo humano
324 INFORME SOBRE DESARROLLO HUMANO 2005
25
54 Tonga .. .. 73,5 71,0 99,0
j
98,8
j
84
h
82
h
.. .. ..
55 Bulgaria 45 0,807 75,6 68,9 97,7 98,7 78 77 6.212 9.334 1
56 Panamá 47 0,800 77,4 72,3 91,2 92,5 82 76 4.597 9.069 0
57 Trinidad y Tobago 48 0,796 73,0 66,9 97,9
k
99,0
k
67
h
64
h
6.792 14.807 0
DESARROLLO HUMANO MEDIO
58 Jamahiriya Árabe Libia .. .. 76,2 71,6 70,7
k
91,8
k
100
h
93
h
.. .. ..
59 Macedonia, ERY 49 0,794 76,3 71,3 94,1 98,2 71 69 4.861 8.725 0
60 Antigua y Barbuda .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. ..
61 Malasia 50 0,791 75,6 70,9 85,4 92,0 73 68 6.075 12.869 0
62 Rusia, Federación de ,, ,, 72,1 59,0 99,2
e
99,7
e
,, ,, 7.302 11.429 ,,
63 Brasil 52 0,786 74,6 66,6 88,6 88,3 93 89 4.704 10.963 –1
64 Rumania 51 0,789 75,0 67,8 96,3 98,4 73 70 5.391 9.261 1
65 Mauricio 54 0,781 75,7 68,8 80,5 88,2 71
h
71
h
6.084 16.606 –1
66 Granada .. .. .. .. .. .. 96 96 .. .. ..
67 Belarús 53 0,785 74,0 62,4 99,4
e, j
99,8
e, j
91 86 4.842 7.418 1
68 Bosnia y Herzegovina ,, ,, 76,8 71,4 91,1 98,4 .. .. 3.759 8.229 ..
69 Colombia 55 0,780 75,4 69,3 94,6 93,7 72 69 4.557 8.892 0
70 Dominica .. .. .. .. .. .. 78 73 .. .. ..
71 Omán 60 0,759 75,7 72,8 65,4
k
82,0
k
63
h
63
h
4.013 21.614 4
72 Albania 56 0,776 76,7 71,0 98,3 99,2
e
70 68 3.266 5.836 1
73 Tailandia 57 0,774 73,8 66,3 90,5 94,9 72
h
72
h
5.784 9.452 1
74 Samoa (Occidental) .. .. 73,7 67,2 98,4
k
98,9
k
72
h
70
h
.. .. ..
75 Venezuela 58 0,765 75,9 70,0 92,7 93,3 76
h
73
h
2.890 6.929 1
76 Santa Lucía .. .. 73,9 70,9 90,6 89,5 78
h
72
h
.. .. ..
77 Arabia Saudita 65 0,749 73,9 70,1 69,3 87,1 57
h
58
h
4.440 20.717 5
78 Ucrania 59 0,763 72,5 60,1 99,2
e
99,7
e
87 84 3.891 7.329 2
79 Perú 67 0,745 72,6 67,5 82,1 93,5 88
h
87
h
2.231 8.256 5
80 Kazajstán 61 0,759 69,0 57,8 99,3
e, j
99,8
e, j
87 83 5.221 8.217 2
81 Líbano 68 0,745 74,2 69,8 81,0 92,4 80
h
77
h
2.430 7.789 4
82 Ecuador .. .. 77,3 71,4 89,7 92,3 .. .. 1.696 5.569 ..
83 Armenia 62 0,756 74,7 68,0 99,2
e
99,7
e
74 69 3.026 4.352 3
84 Filipinas 63 0,755 72,5 68,3 92,7 92,5 83 80 3.213 5.409 3
85 China 64 0,754 73,5 69,9 86,5 95,1 68 70 3.961 5.976 3
86 Suriname .. .. 72,6 65,9 84,1 92,3 78
h
69
h
.. .. ..
87 San Vicente y las Granadinas .. .. 73,9 68,3 .. .. 68 65 .. .. ..
88 Paraguay 72 0,742 73,2 68,7 90,2 93,1 74
h
73
h
2.316 7.000 4
89 Túnez 69 0,743 75,4 71,2 65,3 83,4 76 73 3.840 10.420 0
90 Jordania 73 0,740 72,9 69,9 84,7 95,1 79 77 2.004 6.491 –3
91 Belice 76 0,734 74,5 69,5 77,1 76,7 78
h
76
h
2.695 11.143 5
92 Fiji 71 0,742 70,1 65,7 91,4
j
94,5
j
73
h, i
73
h, i
3.146 8.525 1
93 Sri Lanka 66 0,747 76,8 71,5 88,6
l
92,2
l
69
h
67
h
2.579 5.009 7
94 Turquía 70 0,742 71,1 66,5 81,1 95,7 62
h
74
h
4.276 9.286 4
95 República Dominicana 74 0,739 71,0 63,9 87,3 88,0 81
h
71
h
3.608 9.949 1
96 Maldivas .. .. 66,1 67,1 97,2
k
97,3
k
75
h
74
h
.. .. ..
97 Turkmenistán .. .. 66,8 58,3 98,3
j
99,3
e, j
.. .. 4.603 7.305 ..
98 Jamaica 75 0,736 72,5 69,0 91,4
k
83,8
k
77
h
71
h
3.279 4.944 1
99 Irán, Rep. Islámica del 78 0,719 71,9 69,0 70,4 83,5 65
h
72
h
3.094 10.856 1
100 Georgia .. .. 74,3 66,6 .. .. 71 70 1.566 3.715 ..
101 Azerbaiyán 77 0,725 70,5 63,2 98,2
j
99,5
e, j
68 71 2.683 4.591 1
102 Territorios Palestinos Ocupados .. .. 74,0 70,9 87,4 96,3 81
h
78
h
.. .. ..
103 Argelia 82 0,706 72,4 69,8 60,1 79,5 72
h
76
h
2.896 9.244 3
104 El Salvador 80 0,715 73,9 67,8 77,1
k
82,4
k
67 68 2.939 6.689 0
105 Cabo Verde 81 0,714 73,2 67,0 68,0
k
85,4
k
73 73 3.392 7.136 0
106 República Árabe Siria 84 0,702 75,1 71,6 74,2 91,0 60
h
65
h
1.584 5.534 2
Índice de desarrollo relativo al género
CUADRO
51334_UNDP_243_352_ACG.indd 32451334_UNDP_243_352_ACG.indd 324 8/17/05 9:52:37 PM8/17/05 9:52:37 PM
Clasifi cación según el IDH
Índice de desarrollo
relativo al género
(IDG)
Esperanza de
vida al nacer
(años)
2003
Tasa de
alfabetización
en adultos
a
(% de 15 años
y mayores)
2003
Tasa de matriculación
bruta combinada en
enseñanza primaria,
secundaria y terciaria
b
(%)
2002/03
Cálculo de los
ingresos percibidos
c
(PPA en US$)
2003
Clasifi ca-
ción según
el IDH,
menos la
clasifi ca-
ción según
el IDG
d
Clasifi cación Valor Mujeres Hombres Mujeres Hombres Mujeres Hombres Mujeres Hombres
Indicadores del desarrollo humano
INFORME SOBRE DESARROLLO HUMANO 2005 325
25
107 Guyana 79 0,716 66,1 60,0 98,2 99,0 78
h
77
h
2.426 6.152 4
108 Viet Nam 83 0,702 72,6 68,6 86,9
j
93,9
j
61
h
67
h
2.026 2.964 1
109 Kirguistán 85 0,700 71,1 62,7 98,1
j
99,3
e, j
83 81 1.388 2.128 0
110 Indonesia 87 0,691 68,8 64,9 83,4
k
92,5
k
65 67 2.289 4.434 –1
111 Uzbekistán 86 0,692 69,8 63,4 98,9
k
99,6
k
74 77 1.385 2.099 1
112 Nicaragua 88 0,683 72,1 67,3 76,6 76,8 71 68 2.018 4.512 0
113 Bolivia 89 0,679 66,2 62,0 80,4 92,9 84
h
90
h
1.615 3.573 0
114 Mongolia 90 0,677 66,1 62,1 97,5 98,0 80 69 1.478 2.227 0
115 Moldova, Rep. de 91 0,668 71,3 63,9 95,0 97,5 64 60 1.200 1.850 0
116 Honduras .. .. 69,9 65,8 80,2 79,8 .. .. 1.447 3.877 ..
117 Guatemala 94 0,649 71,0 63,6 63,3 75,4 59 63 2.073 6.197 –2
118 Vanuatu .. .. 70,6 66,9 .. .. 58 59 .. .. ..
119 Egipto .. .. 72,1 67,7 43,6
j
67,2
j
,, ,, 1.614 6.203 ..
120 Sudáfrica 92 0,652 50,2 46,8 80,9
j
84,1
j
78
h
78
h
6.505 14.326 1
121 Guinea Ecuatorial 95 0,641 43,9 42,6 76,4 92,1 60
h
71
h
10.771 27.053 –1
122 Tayikistán 93 0,650 66,3 61,0 99,3
e
99,7
e
69 82 854 1.367 2
123 Gabón .. .. 55,2 53,7 .. .. 70
h, i
74
h, i
4.765 8.054 ..
124 Marruecos 97 0,616 71,9 67,5 38,3
k
63,3
k
54 62 2.299 5.699 1
125 Namibia 96 0,621 49,0 47,6 83,5 86,8 72
h
70
h
4.201 8.234 1
126 Santo Tomé y Príncipe .. .. 64,0 62,0 .. .. 59
h, i
64
h, i
.. .. ..
127 India 98 0,586 65,0 61,8 47,8 73,4 56 64 1.569 4.130 0
128 Islas Salomón .. .. 63,0 61,6 .. .. .. .. 1.391 2.107 ..
129 Myanmar .. .. 63,1 57,5 86,2 93,7 49
h
48
h
.. .. ..
130 Camboya 99 0,567 59,8 52,4 64,1 84,7 54 64 1.807 2.368 0
131 Botswana 100 0,559 36,7 35,9 81,5
k
76,1
k
71
h
70
h
6.617 10.816 0
132 Comoras 101 0,541 65,4 61,1 49,1
k
63,5
k
42
h
51
h
1.216 2.206 0
133 Rep. Dem. Popular Lao 102 0,540 55,9 53,4 60,9 77,0 55 67 1.391 2.129 0
134 Bhután .. .. 64,2 61,7 .. .. 14 16 .. .. ..
135 Pakistán 107 0,508 63,2 62,8 35,2 61,7 31 43 1.050 3.082 4
136 Nepal 106 0,511 62,0 61,2 34,9 62,7 55 66 949 1.868 –2
137 Papua Nueva Guinea 103 0,518 56,0 54,9 50,9 63,4 37
h
44
h
1.896 3.305 2
138 Ghana 104 0,517 57,3 56,3 45,7 62,9 43
h
48
h
1.915 2.567 2
139 Bangladesh 105 0,514 63,7 62,1 31,4
k
50,3
k
54 52 1.245 2.289 2
140 Timor-Leste .. .. 56,6 54,5 .. .. .. .. .. .. ..
141 Sudán 110 0,495 57,9 54,9 49,9
l
69,2
l
35
h
41
h
918 2.890 –2
142 Congo 108 0,507 53,2 50,7 77,1
k
88,9
k
44 52 689 1.238 1
143 Togo 112 0,491 56,3 52,4 38,3 68,5 52 76 1.092 2.318 2
144 Uganda 109 0,502 47,6 46,9 59,2
k
78,8
k
72
h
75
h
1.169 1.751 2
145 Zimbabwe 111 0,493 36,5 37,3 86,3
k
93,8
k
51
h
54
h
1.751 3.042 1
DESARROLLO HUMANO BAJO
146 Madagascar 116 0,483 56,8 54,1 65,2 76,4 40 41 603 1.017 3
147 Swazilandia 115 0,485 32,9 32,1 78,1 80,4 58
h
61
h
2.669 6.927 1
148 Camerún 113 0,487 46,5 45,1 59,8 77,0 50
h
60
h
1.310 2.940 2
149 Lesotho 114 0,487 37,7 34,6 90,3 73,7 67
h
65
h
1.480 3.759 2
150 Djibouti .. .. 54,0 51,6 .. .. 23
h
31
h
.. .. ..
151 Yemen 121 0,448 61,9 59,3 28,5
k
69,5
k
41
h
69
h
413 1.349 4
152 Mauritania 118 0,471 54,3 51,1 43,4 59,5 43
h
47
h
1.269 2.284 0
153 Haití .. .. 52,4 50,8 50,0
k
53,8
k
.. .. 1.250 2.247 ,,
154 Kenya 117 0,472 46,3 48,1 70,2 77,7 50
h
53
h
1.001 1.078 2
155 Gambia 119 0,464 57,1 54,3 30,9 45,0 45
h
50
h
1.391 2.339 1
156 Guinea .. .. 54,1 53,4 .. .. 34
h
49
h
1.692 2.503 ,,
157 Senegal 120 0,449 56,9 54,5 29,2 51,1 37
h
43
h
1.175 2.131 1
158 Nigeria 123 0,439 43,6 43,1 59,4
k
74,4
k
57
h
71
h
614 1.495 –1
159 Rwanda 122 0,447 45,6 42,1 58,8 70,5 53 58 985 1.583 1
CUADRO
51334_UNDP_243_352_ACG.indd 32551334_UNDP_243_352_ACG.indd 325 8/17/05 9:52:39 PM8/17/05 9:52:39 PM
Clasifi cación según el IDH
Índice de desarrollo
relativo al género
(IDG)
Esperanza de
vida al nacer
(años)
2003
Tasa de
alfabetización
en adultos
a
(% de 15 años
y mayores)
2003
Tasa de matriculación
bruta combinada en
enseñanza primaria,
secundaria y terciaria
b
(%)
2002/03
Cálculo de los
ingresos percibidos
c
(PPA en US$)
2003
Clasifi ca-
ción según
el IDH,
menos la
clasifi ca-
ción según
el IDG
d
Clasifi cación Valor Mujeres Hombres Mujeres Hombres Mujeres Hombres Mujeres Hombres
Indicadores del desarrollo humano
326 INFORME SOBRE DESARROLLO HUMANO 2005
1 Noruega
2 Australia
3 Islandia
4 Suecia
5 Canadá
6 Suiza
7 Luxemburgo
8 Estados Unidos
9 lgica
10 Finlandia
11 Irlanda
12 Países Bajos
13 Dinamarca
14 Japón
15 United Kingdom
16 Francia
17 New Zealand
18 Italia
19 Austria
20 Alemania
21 España
22 Hong Kong, China (RAE)
23 Israel
24 Grecia
25 Eslovenia
26 Portugal
27 Corea, República de
28 Chipre
29 Barbados
30 República Checa
31 Hungría
32 Malta
33 Polonia
34 Argentina
35 Estonia
36 Lituania
37 Eslovaquia
38 Chile
39 Kuwait
40 Croacia
41 Bahrein
42 Uruguay
43 Letonia
44 Costa Rica
45 Bulgaria
46 México
47 Panamá
48 Trinidad y Tobago
49 Macedonia, ERY
50 Malasia
51 Rumania
52 Brasil
53 Belarús
54 Mauricio
55 Colombia
56 Albania
57 Tailandia
58 Venezuela
59 Ucrania
60 Omán
61 Kazajsn
62 Armenia
63 Filipinas
64 China
65 Arabia Saudita
66 Sri Lanka
67 Perú
68 Líbano
69 Túnez
70 Turquía
71 Fiji
72 Paraguay
73 Jordania
74 República Dominicana
75 Jamaica
76 Belice
77 Azerbaiyán
78 Irán, Rep. Ismica del
79 Guyana
80 El Salvador
81 Cabo Verde
82 Argelia
83 Viet Nam
84 República Árabe Siria
85 Kirguistán
86 Uzbekistán
87 Indonesia
88 Nicaragua
89 Bolivia
90 Mongolia
91 Moldova, Rep. de
92 Sudáfrica
93 Tayikistán
94 Guatemala
95 Guinea Ecuatorial
96 Namibia
97 Marruecos
98 India
99 Camboya
100 Botswana
101 Comoras
102 Rep. Dem. Popular Lao
103 Papua Nueva Guinea
104 Ghana
105 Bangladesh
106 Nepal
107 Pakisn
108 Congo
109 Uganda
110 Sun
111 Zimbabwe
112 Togo
113 Camerún
114 Lesotho
115 Swazilandia
116 Madagascar
117 Kenya
118 Mauritania
119 Gambia
120 Senegal
121 Yemen
122 Rwanda
123 Nigeria
124 Angola
125 Eritrea
126 Benin
127 Tanzanía, Rep. Unida de
128 Côte d’Ivoire
129 Malawi
130 Zambia
131 Congo, Rep. Dem. del
132 Burundi
133 Mozambique
134 Etiopía
135 Guinea-Bissau
136 Malí
137 Chad
138 Burkina Faso
139 Sierra Leona
140 Níger
Clasifi cación según el IDG de 140 países y zonas
25
160 Angola 124 0,438 42,3 39,3 53,8 82,1 27
h, i
32
h, i
1.797 2.897 0
161 Eritrea 125 0,431 55,7 51,8 45,6 68,2 30
h
40
h
579 1.125 0
162 Benin 126 0,419 54,7 53,2 22,6 46,4 43
h
66
h
910 1.316 0
163 Côte d’Ivoire 128 0,403 46,7 45,2 38,2 60,1 34
h, i
50
h, i
792 2.142 –1
164 Tanzanía, Rep. Unida de 127 0,414 46,3 45,5 62,2 77,5 40
h
42
h
516 725 1
165 Malawi 129 0,396 39,6 39,8 54,0
j
74,9
j
69
h
75
h
486 717 0
166 Zambia 130 0,383 36,9 37,9 59,7
j
76,1
j
45
h
50
h
629 1.130 0
167 Congo, Rep. Dem. del 131 0,373 44,1 42,1 51,9 79,8 24
h, i
31
h, i
500 903 0
168 Mozambique 133 0,365 42,7 41,1 31,4
k
62,3
k
38
h
48
h
910 1.341 1
169 Burundi 132 0,373 44,5 42,6 51,9 66,8 31
h
40
h
545 758 1
170 Etiopía 134 0,355 48,7 46,6 33,8
k
49,2
k
29
h
42
h
487 931 0
171 República Centroafricana .. .. 40,1 38,4 33,5 64,8 .. .. 829 1.366 ..
172 Guinea-Bissau 135 0,326 46,2 43,2 24,7 55,2 29
h, i
45
h, i
466 960 0
173 Chad 137 0,322 44,7 42,5 12,7 40,6 28
h
48
h
902 1.525 1
174 Malí 136 0,323 48,5 47,2 11,9
j
26,7
j
27
h
38
h
742 1.247 1
175 Burkina Faso 138 0,311 48,2 46,8 8,1
j
18,5
j
20
h
27
h
986 1.357 0
176 Sierra Leona 139 0,279 42,1 39,4 20,5 39,8 38
i
52
i
325 783 0
177 Níger 140 0,271 44,4 44,3 9,4 19,6 17
h
25
h
601 1.056 0
NOTAS
a
Salvo indicación contraria, los datos se re eren a
los cálculos de la alfabetización nacional prove-
niente de censos y encuestas realizados durante
el año 2000 y 2004. Debido a diferencias en la
metodología y oportunidad de los datos utilizados,
las comparaciones entre países y a lo largo del
tiempo deben realizarse con la debida prudencia.
Para mayores detalles, visite www.uis.unesco.
org/ev.php?ID=4930_201&ID2=DO_TOPIC.
b Los datos corresponden al año escolar 2001/02. Los
datos de algunos países pueden referirse a cálculos
nacionales o del Instituto de Estadística de la Organi-
zación de las Naciones Unidas para la Educación, la
Ciencia y la Cultura (UNESCO). Para detalles, visite
www.uis.unesco.org. Debido a que los datos provie-
nen de distintas fuentes, las comparaciones entre
países deben realizarse con la debida prudencia.
c Debido a la falta de datos relativos a los ingresos
desagregados por género, se ha realizado un cálculo
aproximado de los ingresos percibidos por hombres
y mujeres a partir de datos sobre la relación entre el
salario no agrícola de la mujer y el salario no agrícola
del hombre, el porcentaje femenino y masculino de
la población económicamente activa, la población fe-
menina y masculina total y el PIB per cápita (PPA en
US$) (ver la Nota técnica 1). A menos que se indique
lo contrario, los cálculos se basan en datos del año
más reciente disponible para el período 1991-2003.
d Las clasi caciones según el IDH utilizadas en esta
columna son las recalculadas para los 140 países
con un valor IDG. Una cifra positiva indica que la cla-
si cación según el IDG es superior a la clasifi cación
según el IDH, una cifra negativa indica lo contrario.
e Para efectos del cálculo del IDG, se aplicó un valor
de 99%.
f Statec 2005.
g Para efectos del cálculo del IDG, se aplicó un valor
de US$40.000 (PPA en US$).
h Cálculos preliminares del Instituto de Estadística de
la UNESCO, sujetos a revisión.
i Los datos se refi eren a un año distinto del especi -
cado.
j Los datos se refi eren a un año entre 1995 y 1999.
k Cálculos proporcionados por el Instituto de Estadísti-
ca de la UNESCO en julio de 2002.
l Los datos se refi eren a un año o período distinto al
especi cado, di eren de la defi nición normalizada o
se re eren sólo a una parte del país.
FUENTES
Columna 1:
determinados en base a los valores del
IDG de la columna 2.
Columna 2: cálculos basados en los datos de las
columnas 3-10; para detalles, ver la Nota técnica 1.
Columnas 3 y 4: salvo que se indique lo contrario,
ONU 2005c.
Columnas 5 y 6: salvo que se indique lo contrario,
Instituto de Estadística de la UNESCO 2005a.
Columnas 7 y 8: Instituto de Estadística de la
UNESCO 2005c.
Columnas 9 y 10: salvo que se especifi que lo
contrario, cálculos basados en datos del PIB per cápita
(PPA en US$) y la población del Banco Mundial 2005c;
datos sobres salarios, OIT 2005b; datos acerca de la
población económicamente activa, OIT 2002.
Columna 11: cálculos a partir de las clasi caciones
del IDH recalculadas respecto de las clasifi caciones del
IDG de la columna 1.
Índice de desarrollo relativo al género
CUADRO
51334_UNDP_243_352_ACG.indd 32651334_UNDP_243_352_ACG.indd 326 8/17/05 9:52:42 PM8/17/05 9:52:42 PM
Clasifi cación según el IDH
Índice de potenciación de género
(IPG)
Mujeres en escaños
parlamentarios
a
(% del total)
Mujeres legisladoras,
altas funcionarias
y directivas
b
(% del total)
Mujeres
profesionales
y trabajadoras
técnicas
b
(% del total)
Relación de los
ingresos estimados
entre mujeres
y hombres
c
Clasifi cación Valor
Indicadores del desarrollo humano
INFORME SOBRE DESARROLLO HUMANO 2005 327
26
... y logrando la igualdad para todos, hombres y mujeres
DESARROLLO HUMANO ALTO
1Noruega 1 0,928 38,2 30 50 0,75
2 Islandia 4 0,834 30,2 29 55 0,69
3 Australia 7 0,826 28,3
d
36 55 0,72
4Luxemburgo .. .. 23,3 .. .. 0,39
5Canadá 10 0,807 24,7 35 54 0,64
6 Suecia 3 0,852 45,3 30 51 0,69
7Suiza 11 0,795 24,8 28 45 0,90
8Irlanda 16 0,724 14,2 29 50 0,41
9 Bélgica 6 0,828 35,7 31 48 0,54
10 Estados Unidos 12 0,793 14,8 46 55 0,62
11 Japón 43 0,534 9,3 10 46 0,46
12 Países Bajos 8 0,814 34,2 26 48 0,53
13 Finlandia 5 0,833 37,5 28 53 0,72
14 Dinamarca 2 0,860 36,9 26 51 0,73
15 Reino Unido 18 0,716 17,9 33 45 0,62
16 Francia .. .. 13,9 .. .. 0,59
17 Austria 13 0,779 32,2 27 49 0,35
18 Italia 37 0,589 10,4 21 45 0,46
19 Nueva Zelandia 14 0,769 28,3 36 52 0,68
20 Alemania 9 0,813 31,3 36 50 0,54
21 España 15 0,745 30,5 30 47 0,44
22 Hong Kong, China (RAE) .. .. .. 26 39 0,56
23 Israel 24 0,622 15,0 29 54 0,55
24 Grecia 36 0,594 14,0 26 48 0,45
25 Singapur 22 0,654 16,0 26 45 0,51
26 Eslovenia 30 0,603 12,2 33 56 0,62
27 Portugal 21 0,656 20,0 32 52 0,54
28 Corea, República de 59 0,479 13,0 6 39 0,48
29 Chipre 39 0,571 16,1 18 47 0,47
30 Barbados 25 0,615 17,6 45 71 0,61
31 República Checa 34 0,595 15,7 26 52 0,64
32 Malta 58 0,486 9,2 18 39 0,39
33 Brunei Darussalam .. ..
e
.. .. ..
34 Argentina 20 0,665 33,6 25 55 0,37
35 Hungría 44 0,528 9,1 34 61 0,62
36 Polonia 27 0,612 20,7 34 61 0,62
37 Chile 61 0,475 10,1 24 52 0,39
38 Estonia 35 0,595 18,8 35 69 0,64
39 Lituania 26 0,614 22,0 39 70 0,68
40 Qatar .. ..
e
.. .. ..
41 Emiratos Árabes Unidos .. .. 0,0 8 25 ..
42 Eslovaquia 33 0,597 16,7 35 61 0,65
43 Bahrein 68 0,393 7,5
f
10 19 0,31
44 Kuwait .. .. 0,0
g
.. .. 0,35
45 Croacia 32 0,599 21,7 26 52 0,56
46 Uruguay 50 0,504 10,8 35 53 0,53
47 Costa Rica 19 0,668 35,1 29 40 0,37
48 Letonia 28 0,606 21,0 40 64 0,62
49 Saint Kitts y Nevis .. .. 0,0 .. .. ..
50 Bahamas 17 0,719 26,8 40 51 0,64
51 Seychelles .. .. 29,4 .. .. ..
52 Cuba .. .. 36,0 .. .. ..
53 xico 38 0,583 23,7 25 40 0,38
Índice de potenciación de género
CUADRO
51334_UNDP_243_352_ACG.indd 32751334_UNDP_243_352_ACG.indd 327 8/17/05 9:52:44 PM8/17/05 9:52:44 PM
Clasifi cación según el IDH
Índice de potenciación de género
(IPG)
Mujeres en escaños
parlamentarios
a
(% del total)
Mujeres legisladoras,
altas funcionarias
y directivas
b
(% del total)
Mujeres
profesionales
y trabajadoras
técnicas
b
(% del total)
Relación de los
ingresos estimados
entre mujeres
y hombres
c
Clasifi cación Valor
Indicadores del desarrollo humano
328 INFORME SOBRE DESARROLLO HUMANO 2005
26
54 Tonga .. ,, 0,0 .. .. ..
55 Bulgaria 29 0,604 26,3 30 34 0,67
56 Panamá 40 0,563 16,7 40 50 0,51
57 Trinidad y Tobago 23 0,650 25,4 38 54 0,46
DESARROLLO HUMANO MEDIO
58 Jamahiriya Árabe Libia .. ,, ,, .. .. ..
59 Macedonia, ERY 41 0,555 19,2 27 51 0,56
60 Antigua y Barbuda .. ,, 13,9 .. .. ..
61 Malasia 51 0,502 13,1 23 40 0,47
62 Rusia, Federación de 60 0,477 8,0 39 64 0,64
63 Brasil .. ,, 9,1 .. 62 0,43
64 Rumania 56 0,488 10,9 31 57 0,58
65 Mauricio .. .. 5,7 .. .. 0,37
66 Granada .. .. 32,1 .. .. ..
67 Belarús .. .. 30,1 .. .. 0,65
68 Bosnia y Herzegovina .. .. 12,3 .. .. 0,46
69 Colombia 52 0,500 10,8 38 50 0,51
70 Dominica .. .. 19,4 .. .. ..
71 Omán .. .. 7,8 .. .. 0,19
72 Albania .. .. 6,4 .. .. 0,56
73 Tailandia 63 0,452 8,1 26 52 0,61
74 Samoa (Occidental) .. .. 6,1 .. .. ..
75 Venezuela 64 0,441 9,7 27 61 0,42
76 Santa Lucía .. .. 20,7 .. .. ..
77 Arabia Saudita 78 0,253 0,0 31 6 0,21
78 Ucrania 66 0,417 5,3 39 63 0,53
79 Perú 48 0,511 18,3 23 47 0,27
80 Kazajstán .. .. 9,5 .. .. 0,64
81 Líbano .. .. 2,3 .. .. 0,31
82 Ecuador 55 0,490 16,0 26 40 0,30
83 Armenia .. .. 5,3 .. .. 0,70
84 Filipinas 46 0,526 15,4 58 62 0,59
85 China .. .. 20,2 .. .. 0,66
86 Suriname .. .. 19,6 28 51 ..
87 San Vicente y las Granadinas .. .. 22,7 .. .. ..
88 Paraguay 65 0,427 9,6 23 54 0,33
89 Túnez .. .. 22,8 .. .. 0,37
90 Jordania .. .. 7,9 .. .. 0,31
91 Belice 57 0,486 11,9 31 52 0,24
92 Fiji 70 0,381 9,7 51 9 0,37
93 Sri Lanka 72 0,370 4,9 21 46 0,51
94 Turqa 76 0,285 4,4 6 30 0,46
95 República Dominicana 45 0,527 15,4 31 49 0,36
96 Maldivas .. .. 4,8 15 40 ..
97 Turkmenistán .. .. 16,0 .. .. 0,63
98 Jamaica .. .. 13,6 .. .. 0,66
99 Irán, Rep. Islámica del 75 0,316 4,1 13 33 0,28
100 Georgia 67 0,416 9,4 28 63 0,42
101 Azerbaiyán .. .. 10,5 .. .. 0,58
102 Territorios Palestinos Ocupados .. .. .. 12 34 ..
103 Argelia .. .. 5,3 .. .. 0,31
104 El Salvador 62 0,467 10,7 32 44 0,44
105 Cabo Verde .. .. 11,1 .. .. 0,48
106 República Árabe Siria .. .. 12,0 .. .. 0,29
Índice de potenciación de género
CUADRO
51334_UNDP_243_352_ACG.indd 32851334_UNDP_243_352_ACG.indd 328 8/17/05 9:52:46 PM8/17/05 9:52:46 PM
Clasifi cación según el IDH
Índice de potenciación de género
(IPG)
Mujeres en escaños
parlamentarios
a
(% del total)
Mujeres legisladoras,
altas funcionarias
y directivas
b
(% del total)
Mujeres
profesionales
y trabajadoras
técnicas
b
(% del total)
Relación de los
ingresos estimados
entre mujeres
y hombres
c
Clasifi cación Valor
Indicadores del desarrollo humano
INFORME SOBRE DESARROLLO HUMANO 2005 329
26
107 Guyana .. .. 30,8 .. .. 0,39
108 Viet Nam .. .. 27,3 .. .. 0,68
109 Kirguistán .. .. .. .. .. 0,65
110 Indonesia .. .. 11,3 .. .. 0,52
111 Uzbekistán .. .. 16,4 .. .. 0,66
112 Nicaragua .. .. 20,7 .. .. 0,45
113 Bolivia 47 0,525 17,8 36 40 0,45
114 Mongolia 69 0,388 6,7 30 66 0,66
115 Moldova, Rep. de 53 0,494 15,8 40 66 0,65
116 Honduras 74 0,356 5,5 22 36 0,37
117 Guatemala .. .. 8,2 .. .. 0,33
118 Vanuatu .. .. 3,8 .. .. ..
119 Egipto 77 0,274 4,3 9 31 0,26
120 Sudáfrica .. .. 32,8
h
.. .. 0,45
121 Guinea Ecuatorial .. .. 18,0 .. .. 0,40
122 Tayikistán .. .. .. .. .. 0,62
123 Gabón .. .. 11,9 .. .. 0,59
124 Marruecos .. .. 6,4 .. .. 0,40
125 Namibia 31 0,603 25,5 30 55 0,51
126 Santo Tomé y Príncipe .. .. 9,1 .. .. ..
127 India .. .. 9,3 .. .. 0,38
128 Islas Salomón .. .. 0,0 .. .. 0,66
129 Myanmar .. .. ..
i
.. .. ..
130 Camboya 73 0,364 10,9 14 33 0,76
131 Botswana 49 0,505 11,1 31 53 0,61
132 Comoras .. .. 3,0 .. .. 0,55
133 Rep. Dem. Popular Lao .. .. 22,9 .. .. 0,65
134 Bhután .. .. 8,7 .. .. ..
135 Pakistán 71 0,379 20,6 2 26 0,34
136 Nepal .. .. 6,4 .. .. 0,51
137 Papua Nueva Guinea .. .. 0,9 .. .. 0,57
138 Ghana .. .. 10,9 .. .. 0,75
139 Bangladesh 79 0,218 2,0 8 25 0,54
140 Timor-Leste .. .. 25,3
j
.. .. ..
141 Sudán .. .. 9,7 .. .. 0,32
142 Congo .. .. 10,6 .. .. 0,56
143 Togo .. .. 6,2 .. .. 0,47
144 Uganda .. .. 23,9 .. .. 0,67
145 Zimbabwe .. .. 10,0 .. .. 0,58
DESARROLLO HUMANO BAJO
146 Madagascar .. .. 8,4 .. .. 0,59
147 Swazilandia 54 0,492 16,8 24 61 0,39
148 Camerún .. .. 8,9 .. .. 0,45
149 Lesotho .. .. 17,0 .. .. 0,39
150Djibouti .. ..10,8......
151 Yemen 80 0,123 0,3 4 15 0,31
152 Mauritania .. .. 4,4 .. .. 0,56
153 Haití .. .. 9,1 .. .. 0,56
154 Kenya .. .. 7,1 .. .. 0,93
155 Gambia .. .. 13,2 .. .. 0,59
156 Guinea .. .. 19,3 .. .. 0,68
157 Senegal .. .. 19,2 .. .. 0,55
158 Nigeria .. .. 5,8 .. .. 0,41
159 Rwanda .. .. 45,3 .. .. 0,62
CUADRO
51334_UNDP_243_352_ACG.indd 32951334_UNDP_243_352_ACG.indd 329 8/17/05 9:52:47 PM8/17/05 9:52:47 PM
Clasifi cación según el IDH
Índice de potenciación de género
(IPG)
Mujeres en escaños
parlamentarios
a
(% del total)
Mujeres legisladoras,
altas funcionarias
y directivas
b
(% del total)
Mujeres
profesionales
y trabajadoras
técnicas
b
(% del total)
Relación de los
ingresos estimados
entre mujeres
y hombres
c
Clasifi cación Valor
Indicadores del desarrollo humano
330 INFORME SOBRE DESARROLLO HUMANO 2005
26
1 Noruega
2 Dinamarca
3 Suecia
4 Islandia
5 Finlandia
6 Bélgica
7 Australia
8 Países Bajos
9 Alemania
10 Canadá
11 Suiza
12 Estados Unidos
13 Austria
14 Nueva Zelandia
15 España
16 Irlanda
17 Bahamas
18 Reino Unido
19 Costa Rica
20 Argentina
21 Portugal
22 Singapur
23 Trinidad y Tobago
24 Israel
25 Barbados
26 Lituania
27 Polonia
28 Letonia
29 Bulgaria
30 Eslovenia
31 Namibia
32 Croacia
33 Eslovaquia
34 República Checa
35 Estonia
36 Grecia
37 Italia
38 México
39 Chipre
40 Panamá
41 Macedonia, ERY
42 Tanzanía, Rep. Unida de
43 Japón
44 Hungría
45 República Dominicana
46 Filipinas
47 Bolivia
48 Perú
49 Botswana
50 Uruguay
51 Malasia
52 Colombia
53 Moldova, Rep. de
54 Swazilandia
55 Ecuador
56 Rumania
57 Belice
58 Malta
59 Corea, República de
60 Rusia, Federación de
61 Chile
62 El Salvador
63 Tailandia
64 Venezuela
65 Paraguay
66 Ucrania
67 Georgia
68 Bahrein
69 Mongolia
70 Fiji
71 Pakistán
72 Sri Lanka
73 Camboya
74 Honduras
75 In, Rep. Islámica del
76 Turquía
77 Egipto
78 Arabia Saudita
79 Bangladesh
80 Yemen
Clasifi cación de 80 países según el IPG
NOTAS
a
Datos al 1 de marzo de 2005. Cuando el sistema
es bicameral, los datos se refi eren al promedio
ponderado de la participación de la mujer en los
escaños de ambas cámaras.
b Los datos se refi eren al año más reciente
disponible durante el período 1992-2003. Los
cálculos para los países que han adoptado la
reciente Clasifi cación Internacional Uniforme de
Ocupaciones (CIUO-88) en rigor no se pueden
comparar con los de aquellos países que utilizan la
clasifi cación anterior (CIUO-68).
c lculos a partir de los datos de las columnas 9
y 10 del Cuadro 25, basados en los datos del año
más reciente disponible durante el período 1991-
2003.
d Las cifras muestran la composición del Senado
hasta el 1 de julio de 2005.
e Los siguientes países no cuentan actualmente con
un parlamento: Brunei Darussalam, Omán y Qatar.
Conforme a la Constitución de 2004, se realizarán
elecciones de un nuevo parlamento en Qatar a fi nes
de 2005 o principios de 2006.
f Las mujeres fueron autorizadas a votar en el
Referendo del 14 y 15 de febrero de 2001, ocasión
en la que fue aprobada la Constitución de Acción
Nacional. Posteriormente, la mujer obtuvo plenos
derechos políticos, como votante y como candidata,
en las elecciones nacionales de 2002.
g El parlamento aprobó una ley el 16 de mayo de
2005 que otorga a la mujer el derecho a votar y a
postular a cargos públicos.
h No incluyen a los 36 delegados de rotación especial
de la cámara alta nombrados en forma ad hoc. Por
lo tanto, los porcentajes se calcularon a partir de
los escaños de la cámara baja y los 54 escaños
permanentes de la cámara alta.
i El parlamento electo en 1990 nunca fue convocado
ni autorizado a sesionar y muchos de sus miembros
fueron detenidos u obligados a exiliarse.
j El propósito de las elecciones realizadas el 30 de
agosto de 2001 fue escoger los miembros de la
Asamblea Constitutiva de Timor-Leste. El 20 de
mayo de 2002, fecha de la independencia del país,
este organismo se transformó en el Parlamento
Nacional sin mediar nuevas elecciones.
k El parlamento se suspendió el 15 de marzo de
2003. Los resultados de las elecciones efectuadas
en mayo 2005 aún no están disponibles.
FUENTES
Columna 1:
determinada en base a los valores del
IPG de la columna 2.
Columna 2: cálculos basados en los datos de las
columnas 3-6; ver la Nota técnica 1 para mayores
detalles.
Columna 3: cálculos basados en los datos sobre
escaños parlamentarios, IPU 2005a,d.
Columnas 4 y 5: cálculos basados en los datos
ocupacionales de OIT 2005b.
Columna 6: cálculos basados en los datos de las
columnas 9 y 10 del Cuadro 25.
160 Angola .. .. 15,0 .. .. 0,62
161 Eritrea .. .. 22,0 .. .. 0,51
162 Benin .. .. 7,2 .. .. 0,69
163 Côte d’Ivoire .. .. 8,5 .. .. 0,37
164 Tanzanía, Rep. Unida de 42 0,538 21,4 49 32 0,71
165 Malawi .. .. 14,0 .. .. 0,68
166 Zambia .. .. 12,7 .. .. 0,56
167 Congo, Rep. Dem. del .. .. 10,2 .. .. 0,55
168 Mozambique .. .. 34,8 .. .. 0,68
169 Burundi .. .. 18,5 .. .. 0,72
170 Etiopía .. .. 7,8 .. .. 0,52
171 República Centroafricana .. ..
k
.. .. 0,61
172 Guinea-Bissau .. .. 14,0 .. .. 0,49
173 Chad .. .. 6,5 .. .. 0,59
174 Malí .. .. 10,2 .. .. 0,60
175 Burkina Faso .. .. 11,7 .. .. 0,73
176 Sierra Leona .. .. 14,5 .. .. 0,42
177 ger .. .. 12,4 .. .. 0,57
Índice de potenciación de género
CUADRO
51334_UNDP_243_352_ACG.indd 33051334_UNDP_243_352_ACG.indd 330 8/17/05 9:52:48 PM8/17/05 9:52:48 PM
Clasifi cación según el IDH
Alfabetización
de adultos
a
ODM
Alfabetización
de jóvenes
a
ODM
Matriculación neta
en primaria
b, c
ODM
Matriculación neta
en secundaria
b, c
ODM
Matriculación neta
en terciaria
c, d
Tasa femenina
(% de 15
años y más)
2003
Tasa femenina
como % de la
tasa masculina
2003
Tasa femenina
(% de 15-24
años)
2003
Tasa femenina
como % de la
tasa masculina
2003
Tasa femenina
(%)
2002/03
Tasa femenina
con respecto a
la masculina
e
2002/03
Tasa femenina
(%)
2002/03
Tasa femenina
con respecto a
la masculina
e
2002/03
Tasa femenina
(%)
2002/03
Tasa femenina
con respecto a
la masculina
e
2002/03
Indicadores del desarrollo humano
INFORME SOBRE DESARROLLO HUMANO 2005 331
27
... y logrando la igualdad para todos, hombres y mujeres
DESARROLLO HUMANO ALTO
1 Noruega .. .. .. .. 100 1,00 97 1,01 99 1,55
2Islandia .. .. .. .. 99 0,99 88 1,05 81 1,81
3 Australia .. .. .. .. 97 1,01 89
f
1,02
f
82 1,23
4 Luxemburgo .. .. .. .. 91 1,01 83 1,07 13 1,17
5Canadá .. .. .. .. 100
f, g
1,00
f, g
98
f, g
1,00
f, g
66
f, h
1,34
f, h
6 Suecia .. .. .. .. 99 0,99 100 1,01 102 1,55
7 Suiza .. .. .. .. 99 0,99 84 0,95 44 0,83
8 Irlanda .. .. .. .. 97 1,02 87 1,08 59 1,32
9 Bélgica .. .. .. .. 100 1,00 98 1,01 66 1,19
10 Estados Unidos .. .. .. .. 93 1,01 89 1,01 96 1,37
11 Japón .. .. .. .. 100 1,00 101
f, i
1,01
f, i
47 0,88
12 Países Bajos .. .. .. .. 99 0,99 89 1,01 61 1,09
13 Finlandia .. .. .. .. 100 1,00 95 1,01 96 1,20
14 Dinamarca .. .. .. .. 100 1,00 98 1,04 79 1,43
15 Reino Unido .. .. .. .. 100 1,00 97 1,03 72 1,27
16 Francia .. .. .. .. 99 1,00 95 1,02 63 1,28
17 Austria .. .. .. .. 91 1,02 89 0,99 53 1,20
18 Italia .. .. .. .. 99 0,99 92 1,01 65 1,34
19 Nueva Zelandia .. .. .. .. 99
f
0,99
f
94 1,03 90 1,53
20 Alemania .. .. .. .. 84 1,02 88 1,00 51 1,00
21 España .. .. .. .. 99 0,99 98 1,04 67 1,19
22 Hong Kong, China (RAE) .. .. .. .. 97
j
0,99
j
75
f
1,04
f
31 0,99
23 Israel 95,6 97 99,4 100 99 1,00 89 1,00 66 1,33
24 Grecia 88,3 94 99,5 100 99 1,00 87 1,02 78 1,10
25 Singapur 88,6 92 99,6 100 .. .. .. .. .. ..
26 Eslovenia 99,6
k
100
k
99,8
k
100
k
93 0,99 94 1,01 79 1,35
27 Portugal .. .. .. .. 99 0,99 89 1,11 64 1,35
28 Corea, República de .. .. .. .. 100
l
1,00
l
88
l
1,00
l
64
l
0,61
l
29 Chipre 95,1 96 99,8 100 96 1,00 94 1,03 33 1,03
30 Barbados 99,7
k
100
k
99,8
k
100
k
100 1,00 90 1,00 55
g
2,47
g
31 República Checa .. .. .. .. 87 1,00 92 1,03 37 1,07
32 Malta 89,2
m
103
m
97,8
m
104
m
96 0,99 88 1,02 35 1,40
33 Brunei Darussalam 90,2 95 98,9 100 .. .. .. .. 17 1,76
34 Argentina 97,2 100 99,1 100 .. .. 84 1,06 72 1,49
35 Hungría 99,3 100 99,6 100 90 0,99 94 1,00 59 1,37
36 Polonia .. .. .. .. 98 1,00 83 0,99 71 1,42
37 Chile 95,6 100 99,2 100 84
l
0,99
l
81
l
1,01
l
44
l
0,94
l
38 Estonia 99,8 100 99,8 100 94 0,99 90 1,04 83 1,66
39 Lituania 99,6 100 99,7 100 91 1,00 94 1,01 88 1,56
40 Qatar .. .. .. .. 94 1,00 85
f
1,06
f
32 2,71
41 Emiratos Árabes Unidos 80,7
k
107
k
95,0
k
108
k
82 0,98 72 1,03 53
f
2,55
f
42 Eslovaquia 99,6 100 99,7 100 86 1,01 88 1,01 36 1,17
43 Bahrein 83,0 90 99,3 100 91 1,02 90 1,08 44 1,89
44 Kuwait 81,0
k
96
k
93,9
k
102
k
84 1,02 79
f, h
1,05
f, h
32
f, n
2,58
f, n
45 Croacia 97,1 98 99,7 100 89 0,99 87 1,02 43 1,18
46 Uruguay 98,1
k
101
k
99,4
k
101
k
91 1,00 77 1,10 50
f
1,95
f
47 Costa Rica 95,9
k
100
k
98,7
k
101
k
91 1,02 55 1,09 21 1,16
48 Letonia 99,7 100 99,8 100 85 0,99 88 1,01 91 1,66
49 Saint Kitts y Nevis .. .. .. .. .. .. 100
h
1,06
h
.. ..
50 Bahamas .. .. .. .. 88
f
1,03
f
77
f
1,04
f
.. ..
51 Seychelles 92,3 101 99,4 101 99 0,99 100 1,00 .. ..
52 Cuba 96,8
k
100
k
99,8
k
100
k
93 0,99 86 1,00 39 1,34
53 México 88,7 96 97,3 99 100 1,01 64 1,04 22 0,97
Desigualdad de género en la educación
CUADRO
51334_UNDP_243_352_ACG.indd 33151334_UNDP_243_352_ACG.indd 331 8/17/05 9:52:50 PM8/17/05 9:52:50 PM
Clasifi cación según el IDH
Alfabetización
de adultos
a
ODM
Alfabetización
de jóvenes
a
ODM
Matriculación neta
en primaria
b, c
ODM
Matriculación neta
en secundaria
b, c
ODM
Matriculación neta
en terciaria
c, d
Tasa femenina
(% de 15
años y más)
2003
Tasa femenina
como % de la
tasa masculina
2003
Tasa femenina
(% de 15-24
años)
2003
Tasa femenina
como % de la
tasa masculina
2003
Tasa femenina
(%)
2002/03
Tasa femenina
con respecto a
la masculina
e
2002/03
Tasa femenina
(%)
2002/03
Tasa femenina
con respecto a
la masculina
e
2002/03
Tasa femenina
(%)
2002/03
Tasa femenina
con respecto a
la masculina
e
2002/03
Indicadores del desarrollo humano
332 INFORME SOBRE DESARROLLO HUMANO 2005
27
54 Tonga 99,0
m
100
m
99,4
m
100
m
100
h
1,00
h
77
f, h
1,14
f, h
4
f, h
1,40
f, h
55 Bulgaria 97,7 99 98,1 100 90 0,99 86 0,98 42 1,18
56 Panamá 91,2 99 95,6 99 99 0,99 66
f
1,11
f
55 1,69
57 Trinidad y Tobago 97,9
k
99
k
99,8
k
100
k
90 0,99 75
f
1,08
f
11 1,59
DESARROLLO HUMANO MEDIO
58 Jamahiriya Árabe Libia 70,7
k
77
k
94,0
k
94
k
.. .. .. .. 61
f
1,09
f
59 Macedonia, ERY 94,1 96 98,5 99 91 1,00 80
f, h
0,97
f, h
32 1,34
60 Antigua y Barbuda .. .. .. .. .. .. .. .. .. ..
61 Malasia 85,4 93 97,3 100 93 1,00 74 1,11 33 1,28
62 Rusia, Federación de 99,2 100 99,8 100 90
f
1,02
f
.. .. 79
f
1,31
f
63 Brasil 88,6 100 97,7 102 91
g
0,93
g
78 1,08 23 1,32
64 Rumania 96,3 98 97,8 100 88 0,99 82 1,03 39 1,24
65 Mauricio 80,5 91 95,4 102 98 1,02 74
f
1,00
f
18 1,41
66 Granada .. .. .. .. 80
f, g
0,90
f, g
.. .. .. ..
67 Belarús 99,4
m
100
m
99,8
m
100
m
94
f
0,99
f
86
f
1,04
f
72 1,39
68 Bosnia y Herzegovina 91,1 93 99,7 100 .. .. .. .. .. ..
69 Colombia 94,6 101 98,4 102 87
f
0,99
f
58
f
1,10
f
25 1,09
70 Dominica .. .. .. .. 79 0,95 98
f
1,14
f
.. ..
71 Omán 65,4
k
80
k
97,3
k
98
k
72 1,01 70 1,01 10
f, h
1,67
f, h
72 Albania 98,3 99 99,5 100 94 0,98 78 1,02 21 1,78
73 Tailandia 90,5 95 97,8 100 84
l
0,97
l
.. .. 42
l
1,17
l
74 Samoa (Occidental) 98,4
k
99
k
99,5
k
100
k
96
f
0,98
f
65
f
1,11
f
6
f, h
0,90
f, h
75 Venezuela 92,7 99 98,1 102 91 1,01 64 1,16 42
f
1,08
f
76 Santa Lucía 90,6 101 95,9 101 100 1,01 85
f
1,25
f
.. ..
77 Arabia Saudita 69,3 80 93,7 96 54 0,99 52
f
0,96
f
30 1,47
78 Ucrania 99,2 99 99,8 100 84
f
1,00
f
85
f
1,01
f
67
j
1,19
j
79 Perú 82,1 88 95,7 98 100 1,00 68 0,97 33
f
1,07
f
80 Kazajstán 99,3
m
100
m
99,9
m
100
m
91 0,99 87 1,00 51 1,31
81 Líbano .. .. .. .. 90 0,99 .. .. 48 1,19
82 Ecuador 89,7 97 96,5 100 100 1,01 51 1,03 .. ..
83 Armenia 99,2 99 99,9 100 93 0,98 85 1,03 31 1,26
84 Filipinas 92,7 100 95,7 101 95 1,02 65 1,19 34 1,28
85 China 86,5 91 98,5 99 .. .. .. .. 14 0,84
86 Suriname 84,1 91 92,1 97 98
f
1,02
f
74
f
1,38
f
15
h
1,69
h
87 San Vicente y las Granadinas .. .. .. .. 90 0,99 61 1,09 .. ..
88 Paraguay 90,2 97 96,5 100 89 1,00 53 1,06 31
f
1,39
f
89 Túnez 65,3 78 92,2 96 97 1,00 68 1,11 30 1,28
90 Jordania 84,7 89 98,9 100 93 1,02 81 1,03 37 1,10
91 Belice 77,1 101 84,5 101 100 1,02 71
f
1,05
f
3
j
1,91
j
92 Fiji 91,4
m
97
m
99,4
m
100
m
100
f, h
1,00
f, h
79
f, h
1,07
f, h
.. ..
93 Sri Lanka 88,6
o
96
o
96,0
o
101
o
.. .. .. .. .. ..
94 Turquía 81,1 85 94,8 96 84 0,94 ,, ,, 24 0,76
95 República Dominicana 87,3 99 95,0 102 94
f
0,95
f
41
f
1,34
f
43 1,67
96 Maldivas 97,2
k
100
k
99,2
k
100
k
93 1,00 55
f
1,15
f
.. ..
97 Turkmenistán 98,3
m
99
m
99,8
m
100
m
.. .. .. .. .. ..
98 Jamaica 91,4
k
109
k
97,8
k
107
k
95 1,00 77
f
1,04
f
25
f
2,36
f
99 Irán, Rep. Islámica del 70,4 84 .. .. 85 0,97 .. .. 22 1,07
100 Georgia .. .. .. .. 88 0,98 61 0,98 38 0,98
101 Azerbaiyán 98,2
m
99
m
99,9
m
100
m
79 0,97 75 0,98 14 0,78
102 Territorios Palestinos Ocupados 87,4 91 98,6 100 91 1,00 86 1,05 35 1,04
103 Argelia 60,1 76 86,1 92 94 0,97 69
f
1,05
f
.. ..
104 El Salvador 77,1
k
94
k
88,1
k
98
k
90 1,00 49
f
1,02
f
19 1,21
105 Cabo Verde 68,0
k
80
k
86,3
k
94
k
98 0,98 61 1,11 5 1,09
106 República Árabe Siria 74,2 82 93,0 96 96 0,96 41 0,93 .. ..
Desigualdad de género en la educación
CUADRO
51334_UNDP_243_352_ACG.indd 33251334_UNDP_243_352_ACG.indd 332 8/17/05 9:52:52 PM8/17/05 9:52:52 PM
Clasifi cación según el IDH
Alfabetización
de adultos
a
ODM
Alfabetización
de jóvenes
a
ODM
Matriculación neta
en primaria
b, c
ODM
Matriculación neta
en secundaria
b, c
ODM
Matriculación neta
en terciaria
c, d
Tasa femenina
(% de 15
años y más)
2003
Tasa femenina
como % de la
tasa masculina
2003
Tasa femenina
(% de 15-24
años)
2003
Tasa femenina
como % de la
tasa masculina
2003
Tasa femenina
(%)
2002/03
Tasa femenina
con respecto a
la masculina
e
2002/03
Tasa femenina
(%)
2002/03
Tasa femenina
con respecto a
la masculina
e
2002/03
Tasa femenina
(%)
2002/03
Tasa femenina
con respecto a
la masculina
e
2002/03
Indicadores del desarrollo humano
INFORME SOBRE DESARROLLO HUMANO 2005 333
27
107 Guyana .. .. .. .. 98
f
0,98
f
78
f, g
1,04
f, g
7
f
1,58
f
108 Viet Nam 86,9
m
93
m
.. .. 92
f, g
0,94
f, g
.. .. 9
f
0,76
f
109 Kirguistán 98,1
m
99
m
99,7
m
100
m
88 0,96 .. .. 46 1,19
110 Indonesia 83,4
k
90
k
97,6
k
99
k
92 0,98 54 0,99 15 0,80
111 Uzbekistán 98,9
k
99
k
99,6
k
100
k
.. .. .. .. 14 0,80
112 Nicaragua 76,6 100 88,8 106 85 1,00 42 1,18 19 1,10
113 Bolivia 80,4 87 96,1 98 95 1,00 71
f
0,98
f
22
f, n
0,55
f, n
114 Mongolia 97,5 100 98,4 101 80 1,03 83 1,16 47 1,69
115 Moldova, Rep. de 95,0 98 99,1 101 79 0,99 70 1,04 34 1,32
116 Honduras 80,2 101 90,9 105 88
f, h
1,02
f, h
.. .. 17
f, h
1,31
f, h
117 Guatemala 63,3 84 78,4 91 86 0,97 29 0,95 8 0,78
118 Vanuatu .. .. .. .. 95
f
1,02
f
28
h
1,01
h
.. ..
119 Egipto 43,6
m
65
m
66,9
m
85
m
90
f
0,96
f
79
f, h
0,95
f, h
.. ..
120 Sudáfrica 80,9
m
96
m
94,3
m
101
m
89 1,01 68
f
1,09
f
16 1,15
121 Guinea Ecuatorial 76,4 83 93,7 100 78
h
0,85
h
19
f, i
0,58
f, i
2
i
0,43
i
122 Tayikistán 99,3 100 99,8 100 91
n
0,94
n
76
f
0,85
f
80,34
123 Gabón .. .. .. .. 78
f, g
0,99
f, g
.. .. 5
n
0,54
n
124 Marruecos 38,3
k
61
k
61,3
k
79
k
87 0,94 33
f
0,86
f
10 0,84
125 Namibia 83,5 96 93,5 103 81 1,07 50 1,29 7 0,89
126 Santo Tomé y Príncipe .. .. .. .. 94
f, h
0,94
f, h
26
f, h
0,83
f, h
1
f, h
0,56
f, h
127 India 47,8 65 67,7 80 85 0,94 .. .. 10 0,68
128 Islas Salon .. .. .. .. .. .. .. .. .. ..
129 Myanmar 86,2 92 93,2 98 85 1,01 34 0,94 15
f, g
1,75
f, g
130 Camboya 64,1 76 78,9 90 91 0,95 19
f
0,64
f
2
f
0,40
f
131 Botswana 81,5
k
107
k
92,8
k
109
k
83
f
1,04
f
57
f
1,15
f
4
f
0,75
f
132 Comoras 49,1
k
77
k
52,2
k
79
k
50
f, i
0,84
f, i
.. .. 2 0,77
133 Rep. Dem. Popular Lao 60,9 79 74,7 90 82 0,93 32 0,83 4 0,57
134 Bhután .. .. .. .. .. .. .. .. .. ..
135 Pakistán 35,2 57 53,9 72 50
f, g
0,74
f, g
.. .. 2 0,81
136 Nepal 34,9 56 60,1 75 66
f, g
0,88
f, g
.. .. 3 0,34
137 Papua Nueva Guinea 50,9 80 64,1 93 69
f, h
0,90
f, h
21
f, h
0,79
f, h
1
n
0,54
n
138 Ghana 45,7 73 .. .. 53
l
0,81
l
33
f, l
0,85
f, l
2
l
0,46
l
139 Bangladesh 31,4
k
62
k
41,1
k
71
k
86 1,04 47 1,11 4 0,50
140 Timor-Leste .. .. .. .. .. .. .. .. 15
h, j
1,58
h, j
141 Sudán 49,9
o
72
o
69,2
o
85
o
42
f, i
0,83
f, i
.. .. 6
f, i
0,92
f, i
142 Congo 77,1
k
87
k
97,3
k
99
k
53 0,96 .. .. 1
f
0,14
f
143 Togo 38,3 56 63,3 76 83 0,84 17
f, i
0,48
f, i
1
i
0,20
i
144 Uganda 59,2
k
75
k
74,0
k
86
k
.. .. 16
f
0,90
f
2
f
0,52
f
145 Zimbabwe 86,3
k
92
k
96,2
k
97
k
80
l
1,02
l
33
l
0,93
l
3
f, l
0,63
f, l
DESARROLLO HUMANO BAJO
146 Madagascar 65,2 85 68,1 94 79 1,00 12
f, n
1,03
f, n
20,83
147 Swazilandia 78,1 97 89,4 103 75 1,00 36
f
1,21
f
5
f
1,16
f
148 Camerún 59,8 78 .. .. .. .. .. .. 4
f
0,63
f
149 Lesotho 90,3 123 .. .. 89 1,07 27
f
1,53
f
41,48
150 Djibouti .. .. .. .. 32
l
0,80
l
17
f, l
0,69
f, l
2
l
0,81
l
151 Yemen 28,5
k
41
k
50,9
k
60
k
59 0,71 21
f, i
0,46
f, i
5
f, i
0,28
f, i
152 Mauritania 43,4 73 55,5 82 67 0,97 14
f
0,77
f
2
f
0,27
f
153 Haití 50,0
k
93
k
66,5
k
101
k
.. .. .. .. .. ..
154 Kenya 70,2 90 80,7 101 66 1,00 24
f
0,98
f
2
f, h
0,53
f, h
155 Gambia .. .. .. .. 78
f
0,99
f
27
f
0,68
f
1
n
0,29
n
156 Guinea .. .. .. .. 58 0,80 13
f
0,48
f
.. ..
157 Senegal 29,2 57 41,0 70 54
f
0,89
f
.. .. .. ..
158 Nigeria 59,4
k
80
k
86,5
k
95
k
60
f
0,82
f
26 0,80 7
f
0,69
f
159 Rwanda 58,8 84 75,9 98 88 1,04 .. .. 2 0,46
CUADRO
51334_UNDP_243_352_ACG.indd 33351334_UNDP_243_352_ACG.indd 333 8/17/05 9:52:55 PM8/17/05 9:52:55 PM
Clasifi cación según el IDH
Alfabetización
de adultos
a
ODM
Alfabetización
de jóvenes
a
ODM
Matriculación neta
en primaria
b, c
ODM
Matriculación neta
en secundaria
b, c
ODM
Matriculación neta
en terciaria
c, d
Tasa femenina
(% de 15
años y más)
2003
Tasa femenina
como % de la
tasa masculina
2003
Tasa femenina
(% de 15-24
años)
2003
Tasa femenina
como % de la
tasa masculina
2003
Tasa femenina
(%)
2002/03
Tasa femenina
con respecto a
la masculina
e
2002/03
Tasa femenina
(%)
2002/03
Tasa femenina
con respecto a
la masculina
e
2002/03
Tasa femenina
(%)
2002/03
Tasa femenina
con respecto a
la masculina
e
2002/03
Indicadores del desarrollo humano
334 INFORME SOBRE DESARROLLO HUMANO 2005
27
NOTAS
a
Salvo indicación contraria, los datos se re eren a
cálculos nacionales de alfabetización provenientes
de censos y encuestas realizados entre el
año 2000 y el 2004. Debido a diferencias en
la metodología y la oportunidad de los datos
utilizados, las comparaciones entre países y a lo
largo del tiempo deben realizarse con la debida
prudencia. Para mayores detalles, visite www.uis.
unesco.org/ev.php?ID=4930_201&ID2=DO_
TOPIC.
b La tasa neta matriculación es la proporción de
niños de la edad o cial matriculados en el nivel
educacional correspondiente con respecto a
la población total de esa edad. Las tasas de
matriculación neta superiores a 100% se deben a
discrepancias entre esos dos conjuntos de datos.
c Los datos de algunos países pueden corresponder
a cálculos nacionales o del Instituto de Estadística
de la Organización de las Naciones Unidas para
la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO).
Para mayores detalles, visite www.uis.unesco.
org. Debido a que los datos provienen de distintas
fuentes, la comparación entre países debe
realizarse con la debida prudencia.
d La matriculación en enseñanza terciaria
generalmente se calcula como tasa bruta.
e lculos correspondientes a la relación entre
la tasa de matriculación femenina y la tasa de
matriculación masculina.
f Cálculos preliminares del Instituto de Estadística de
la UNESCO, sujetos a revisión.
g Los datos se refi eren al año escolar 2000/01.
h Los datos se refi eren al año escolar 2001/02.
i Los datos se refi eren al año escolar 1999/2000.
j Cálculos nacionales.
k Cálculos proporcionados por el Instituto de
Estadística de la UNESCO en julio de 2002.
l Los datos se refi eren al año escolar 2003/04.
m Los datos se re eren a un año escolar entre 1995 y
1999.
n Los datos se refi eren al año escolar 1998/99.
o Los datos se refi eren a un año o período distinto al
especi cado, di eren de la defi nición normalizada o
se re eren sólo a una parte del país.
p Los datos se refi eren al año escolar 2004/05.
FUENTES
Columnas 1 y 3:
Instituto de Estadística de la
UNESCO 2005a.
Columnas 2 y 4: cálculos basados en datos de la
tasa de alfabetización de adultos proporcionados por
el Instituto de Estadística de la UNESCO 2005a.
Columnas 5, 7 y 9: Instituto de Estadística de la
UNESCO 2005c.
Columnas 6, 8 y 10: cálculos basados en datos de
la tasa de matriculación neta proporcionados por el
Instituto de Estadística de la UNESCO 2005a.
160 Angola 53,8 66 62,6 76 57
f, n
0,86
f, n
.. .. 1
j
0,65
j
161 Eritrea .. .. .. .. 42 0,86 18 0,74 (.)
f
0,15
f
162 Benin 22,6 49 32,5 56 47
f, i
0,69
f, i
13
f, g
0,48
f, g
1
i
0,24
i
163 Côte d’Ivoire 38,2 64 51,5 74 54
j
0,81
j
15
f, h
0,57
f, h
4
n
0,36
n
164 Tanzanía, Rep. Unida de 62,2 80 76,2 94 81
p
0,98
p
.. .. 1 0,44
165 Malawi 54,0
m
72
m
70,7
m
86
m
.. .. 26
f
0,81
f
(.) 0,41
166 Zambia 59,7
m
78
m
66,1
m
91
m
68 0,98 21
f
0,83
f
2
f. g
0,46
f, g
167 Congo, Rep. Dem. del 51,9 65 61,1 80 .. .. .. .. .. ..
168 Mozambique 31,4
k
50
k
49,2
k
64
k
53 0,91 10 0,70 (.)
f. i
0,73
f, i
169 Burundi 51,9 78 69,5 92 52 0,84 8
f
0,78
f
1
f
0,45
f
170 Etioa 33,8
k
69
k
51,8
k
82
k
47
l
0,85
l
13
f, l
0,57
f, l
1
l
0,33
l
171 República Centroafricana 33,5 52 46,8 67 .. .. .. .. 1
i
0,19
i
172 Guinea-Bissau .. .. .. .. 38
i
0,71
i
6
f, i
0,55
f, i
(.)
i
0,18
i
173 Chad 12,7 31 23,1 42 51
f
0,68
f
4
f, g
0,31
f, g
(.)
i
0,17
i
174 Malí 11,9
m
44
m
16,9
m
52
m
39 0,77 .. .. .. ..
175 Burkina Faso 8,1
m
44
m
14,0
m
55
m
31 0,73 7 0,67 1
f
0,34
f
176 Sierra Leona 20,5 52 29,9 64 .. .. .. .. 1
f. h
0,40
f, h
177 Níger 9,4 48 14,2 54 31 0,69 5 0,67 1
f. h
0,34
f, h
Países en desarrollo 69,6 84 81,2 92 .. .. .. .. .. ..
Países menos adelantados 44,6 70 56,8 81 .. .. .. .. .. ..
Estados Árabes 53,1 71 75,8 87 .. .. .. .. .. ..
Asia Oriental y el Pací co 86,2 91 97,5 99 .. .. .. .. .. ..
América Latina y El Caribe 88,9 98 96,3 101 .. .. .. .. .. ..
Asia Meridional 46,6 66 63,3 79 .. .. .. .. .. ..
África Subsahariana 52,6 76 67,9 88 .. .. .. .. .. ..
Europa Central y Oriental y la CEI 98,6 99 99,6 100 .. .. .. .. .. ..
OCDE .. .. .. .. .. .. .. .. .. ..
Países de la OCDE de ingresos altos .. .. .. .. .. .. .. .. .. ..
Desarrollo humano alto .. .. .. .. .. .. .. .. .. ..
Desarrollo humano medio 73,3 86 84,1 93 .. .. .. .. .. ..
Desarrollo humano bajo 47,9 73 63,6 86 .. .. .. .. .. ..
Ingresos altos .. .. .. .. .. .. .. .. .. ..
Ingresos medios 86,2 93 96,3 99 .. .. .. .. .. ..
Ingresos bajos 49,9 70 65,4 82 .. .. .. .. .. ..
Total mundial .. .. .. .. .. .. .. .. .. ..
Desigualdad de género en la educación
CUADRO
51334_UNDP_243_352_ACG.indd 33451334_UNDP_243_352_ACG.indd 334 8/17/05 9:52:58 PM8/17/05 9:52:58 PM
Actividad económica femenina
(15 años y mayores)
Empleo por actividad económica
(%)
Miembros de la familia
que aportan ingresos
(%)
Clasifi cación según el IDH
Agricultura Industria Servicios
Tasa
(%)
2003
Índice
(1990=100)
2003
% de la tasa
masculina
2003
Mujeres
1995
2002
a
Hombres
1995
2002
a
Mujeres
1995
2002
a
Hombres
1995
2002
a
Mujeres
1995
2002
a
Hombres
1995
2002
a
Mujeres
1995
2003
a
Hombres
1995
2003
a
Indicadores del desarrollo humano
INFORME SOBRE DESARROLLO HUMANO 2005 335
28
... y logrando la igualdad para todos, hombres y mujeres
DESARROLLO HUMANO ALTO
1 Noruega 60,3 111 86 2 6 9 33 88 58 63 38
2 Islandia 66,7 101 83 3 12 10 33 85 54 50 50
3 Australia 56,7 109 79 3 6 10 30 87 64 58 42
4Luxemburgo 38,310458................
5 Canadá 60,7 105 83 2 4 11 33 87 64 65 35
6 Suecia 62,8 102 90 1 3 11 36 88 61 50 50
7 Suiza 51,1 104 67 3 5 13 36 84 59 59 41
8 Irlanda 38,3 119 54 2 11 14 39 83 50 53 47
9 Bélgica 40,3 107 67 1 3 10 36 82 58 85 15
10 Estados Unidos 59,6 107 83 1 3 12 32 87 65 63 37
11 Japón 51,2 104 68 5 5 21 37 73 57 81 19
12 Países Bajos 46,0 107 68 2 4 9 31 86 64 80 20
13 Finlandia 56,8 98 87 4 7 14 40 82 53 42 58
14 Dinamarca 61,8 100 85 2 5 14 36 85 59 .. ..
15 Reino Unido 53,5 106 76 1 2 11 36 88 62 68 32
16 Francia 49,3 108 78 1 2 13 34 86 64 .. ..
17 Austria 44,2 103 66 6 5 14 43 80 52 67 33
18 Italia 39,0 108 60 5 6 20 39 75 55 54 46
19 Nueva Zelandia 58,4 111 81 6 12 12 32 82 56 61 39
20 Alemania 48,0 101 71 2 3 18 44 80 52 78 22
21 España 38,5 114 58 5 8 15 42 81 51 63 37
22 Hong Kong, China (RAE) 51,2 105 66 (.) (.) 10 27 90 73 87 13
23 Israel 49,5 116 69 1 3 12 34 86 62 76 24
24 Grecia 38,7 109 60 18 15 12 30 70 56 69 31
25 Singapur 50,0 99 64 (.) (.) 18 31 81 69 76 24
26 Eslovenia 54,3 97 81 10 10 29 46 61 43 62 38
27 Portugal 51,8 105 72 14 12 23 44 63 44 70 30
28 Corea, República de 54,4 113 71 12 9 19 34 70 57 88 12
29 Chipre 49,3 103 63 4 5 13 31 83 58 84 16
30 Barbados 62,6 108 80 4 5 10 29 63 49 ,, ,,
31 República Checa 61,3 100 83 3 6 28 50 68 44 86 14
32 Malta 26,5 114 38 1 3 21 36 78 61 .. ..
33Brunei Darussalam 51,011364................
34 Argentina 37,2 127 48 (.) 1 12 30 87 69 59 41
35 Hungría 48,7 102 72 4 9 26 42 71 49 70 30
36 Polonia 57,0 99 81 19 19 18 40 63 40 58 42
37 Chile 39,0 122 50 5 18 13 29 83 53 .. ..
38 Estonia 60,1 94 82 4 10 23 42 73 48 50 50
39 Lituania 57,3 96 80 12 20 21 34 67 45 59 41
40Qatar 42,612947................
41 Emiratos Árabes Unidos 32,1 110 38 (.) 9 14 36 86 55 .. ..
42 Eslovaquia 62,6 99 84 4 8 26 48 71 44 75 25
43Bahrein 34,512140................
44 Kuwait 36,2 96 49 .. .. .. .. .. .. .. ..
45 Croacia 49,0 102 74 15 16 21 37 63 47 73 27
46 Uruguay 48,9 110 68 2 6 14 32 85 62 74 25
47 Costa Rica 37,9 114 47 4 22 15 27 80 51 43 57
48 Letonia 59,0 94 80 12 18 16 35 72 47 50 50
49 Saint Kitts y Nevis .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. ..
50 Bahamas 67.1 104 84 1 6 5 24 93 69 .. ..
51 Seychelles .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. ..
52Cuba 51.512267................
53 xico 40.6 120 49 6 24 22 28 72 48 49 51
Desigualdad de género en la actividad económica
CUADRO
51334_UNDP_243_352_ACG.indd 33551334_UNDP_243_352_ACG.indd 335 8/17/05 9:53:00 PM8/17/05 9:53:00 PM
Actividad económica femenina
(15 años y mayores)
Empleo por actividad económica
(%)
Miembros de la familia
que aportan ingresos
(%)
Clasifi cación según el IDH
Agricultura Industria Servicios
Tasa
(%)
2003
Índice
(1990=100)
2003
% de la tasa
masculina
2003
Mujeres
1995
2002
a
Hombres
1995
2002
a
Mujeres
1995
2002
a
Hombres
1995
2002
a
Mujeres
1995
2002
a
Hombres
1995
2002
a
Mujeres
1995
2003
a
Hombres
1995
2003
a
Indicadores del desarrollo humano
336 INFORME SOBRE DESARROLLO HUMANO 2005
28
54Tonga .. .. ..................
55 Bulgaria 55,8 93 85 .. .. .. .. .. .. .. ..
56 Pana 44,3 114 56 6 29 10 20 85 51 36 64
57 Trinidad y Tobago 45,3 116 60 3 11 13 36 84 53 75 25
DESARROLLO HUMANO MEDIO
58 Jamahiriya Árabe Libia 25,9 126 35 .. .. .. .. .. .. .. ..
59 Macedonia, ERY 50,1 104 73 .. .. .. .. .. .. 61 39
60Antigua y Barbuda .. .. ..................
61 Malasia 49,2 110 62 14 21 29 34 57 45 .. ..
62 Rusia, Federación de 59,1 98 83 8 15 23 36 69 49 42 58
63 Brasil 43,7 98 52 16 24 10 27 74 49 .. ..
64Rumania 50,3 97 764540223033307129
65 Mauricio 38,7 112 49 13 15 43 39 45 46 .. ..
66 Granada .. .. .. 10 17 12 32 77 46 .. ..
67Belarús 59,09782................
68Bosnia y Herzegovina 43,19960................
69 Colombia 49,3 116 62 7 33 17 19 76 48 58 42
70 Dominica .. .. .. 14 31 10 24 72 40 .. ..
71Omán 20,316027................
72 Albania 60,2 104 74 .. .. .. .. .. .. .. ..
73 Tailandia 72,9 97 85 48 50 17 20 35 30 66 34
74 Samoa (Occidental) .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. ..
75 Venezuela 44,2 117 55 2 15 12 28 86 57 .. ..
76 Santa Lucía .. .. .. 16 27 14 24 71 49 .. ..
77 Arabia Saudita 22,4 150 29 .. .. .. .. .. .. .. ..
78Ucrania 55,3 98 801722223955336040
79 Perú 35,6 121 45 6 11 10 24 84 65 66 34
80 Kazajstán 61,2 101 82 .. .. .. .. .. .. .. ..
81Líbano 30,712640................
82 Ecuador 33,7 121 40 4 10 16 30 79 60 64 36
83Armenia 62,39989................
84 Filipinas 50,1 107 62 25 45 12 18 63 37 ,, ,,
85China 72,49886................
86 Suriname 37,6 126 50 2 8 1 22 97 64 .. ..
87 San Vicente y las Granadinas .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. ..
88 Paraguay 37,5 111 44 20 39 10 21 69 40 .. ..
89 Túnez 37,7 115 48 .. .. .. .. .. .. .. ..
90Jordania 28,116536................
91 Belice 27,7 116 33 6 37 12 19 81 44 32 68
92Fiji 39,514949................
93 Sri Lanka 43,5 108 56 49 38 22 23 27 37 56 44
94 Turquía 51,2 117 63 56 24 15 28 29 48 68 32
95 República Dominicana 41,2 121 49 2 21 17 26 81 53 23 77
96 Maldivas 65,4 101 80 5 18 24 16 39 55 57 43
97Turkmenistán 62,710582................
98 Jamaica 67,3 101 86 10 30 9 26 81 45 66 34
99 Irán, Rep. Islámica del 30,5 141 39 .. .. .. .. .. .. 46 54
100 Georgia 55,7 100 79 53 53 6 12 41 35 57 43
101 Azerbaiyán 55,2 107 76 43 37 7 14 50 49 .. ..
102 Territorios Palestinos Ocupados 9,6 153 14 26 9 11 32 62 58 46 54
103Argelia 31,616541................
104 El Salvador 47,6 128 56 4 34 22 25 74 42 39 61
105 Cabo Verde 46,9 110 54 .. .. .. .. .. .. .. ..
106 República Árabe Siria 29,5 125 38 .. .. .. .. .. .. .. ..
Desigualdad de género en la actividad económica
CUADRO
51334_UNDP_243_352_ACG.indd 33651334_UNDP_243_352_ACG.indd 336 8/17/05 9:53:01 PM8/17/05 9:53:01 PM
Actividad económica femenina
(15 años y mayores)
Empleo por actividad económica
(%)
Miembros de la familia
que aportan ingresos
(%)
Clasifi cación según el IDH
Agricultura Industria Servicios
Tasa
(%)
2003
Índice
(1990=100)
2003
% de la tasa
masculina
2003
Mujeres
1995
2002
a
Hombres
1995
2002
a
Mujeres
1995
2002
a
Hombres
1995
2002
a
Mujeres
1995
2002
a
Hombres
1995
2002
a
Mujeres
1995
2003
a
Hombres
1995
2003
a
Indicadores del desarrollo humano
INFORME SOBRE DESARROLLO HUMANO 2005 337
28
107 Guyana 41,9 117 51 .. .. .. .. .. .. .. ..
108Viet Nam 73,39691................
109 Kirguistán 61,4 105 85 53 52 8 14 38 34 .. ..
110 Indonesia 56,3 112 69 43 43 16 19 41 38 .. ..
111Uzbekistán 63,010786................
112Nicaragua 48,512058................
113 Bolivia 48,6 107 58 3 6 14 39 82 55 63 37
114Mongolia 73,910388............7030
115 Moldova, Rep. de 60,2 98 84 50 52 10 18 40 31 70 30
116 Honduras 41,6 123 49 9 50 25 21 67 30 40 60
117 Guatemala 37,7 134 44 18 50 23 18 56 27 .. ..
118 Vanuatu .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. ..
119Egipto 36,0 119 463927 72554483367
120 Sudáfrica 47,3 102 59 9 12 14 33 75 50 .. ..
121Guinea Ecuatorial 45,810152................
122 Tayikistán 58,9 113 81 .. .. .. .. .. .. .. ..
123Gabón 63,210177................
124 Marruecos 41,9 108 53 6 6 40 32 54 63 19 81
125 Namibia 53,7 101 68 29 33 7 17 63 49 .. ..
126 Santo Tomé y Príncipe .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. ..
127India 42,510550................
128Islas Salomón 80,89792................
129 Myanmar 65,8 99 75 .. .. .. .. .. .. .. ..
130 Camboya 80,1 98 97 .. .. .. .. .. .. 64 36
131 Botswana 62,4 95 76 17 22 14 26 67 51 45 55
132 Comoras 62,3 99 73 .. .. .. .. .. .. .. ..
133 Rep. Dem. Popular Lao 74,6 101 85 .. .. .. .. .. .. .. ..
134 Bhután 57,1 100 65 .. .. .. .. .. .. .. ..
135 Pakistán 36,7 129 44 73 44 9 20 18 36 33 67
136Nepal 56,910167................
137Papua Nueva Guinea 67,610079................
138 Ghana 79,8 98 98 .. .. .. .. .. .. .. ..
139 Bangladesh 66,5 101 76 77 53 9 11 12 30 81 19
140 Timor-Leste 73,1 96 86 .. .. .. .. .. .. .. ..
141Sudán 35,711642................
142Congo 58,410071................
143 Togo 53,5 101 62 .. .. .. .. .. .. .. ..
144Uganda 79,19888................
145Zimbabwe 64,99778................
DESARROLLO HUMANO BAJO
146Madagascar 68,99978................
147Swazilandia 42,110752................
148Camerún 49,710559................
149Lesotho 47,710356................
150Djibouti .. .. ..................
151 Yemen 30,9 110 37 88 43 3 14 9 43 26 74
152Mauritania 63,19774................
153 Haití 55,6 97 70 37 63 6 15 57 23 .. ..
154 Kenya 74,7 100 85 16 20 10 23 75 57 .. ..
155 Gambia 69,8 101 78 .. .. .. .. .. .. .. ..
156 Guinea 77,0 97 89 .. .. .. .. .. .. .. ..
157 Senegal 61,8 101 72 .. .. .. .. .. .. .. ..
158 Nigeria 47,8 102 56 2 4 11 30 87 67 .. ..
159Rwanda 82,39888................
CUADRO
51334_UNDP_243_352_ACG.indd 33751334_UNDP_243_352_ACG.indd 337 8/17/05 9:53:04 PM8/17/05 9:53:04 PM
Actividad económica femenina
(15 años y mayores)
Empleo por actividad económica
(%)
Miembros de la familia
que aportan ingresos
(%)
Clasifi cación según el IDH
Agricultura Industria Servicios
Tasa
(%)
2003
Índice
(1990=100)
2003
% de la tasa
masculina
2003
Mujeres
1995
2002
a
Hombres
1995
2002
a
Mujeres
1995
2002
a
Hombres
1995
2002
a
Mujeres
1995
2002
a
Hombres
1995
2002
a
Mujeres
1995
2003
a
Hombres
1995
2003
a
Indicadores del desarrollo humano
338 INFORME SOBRE DESARROLLO HUMANO 2005
28
NOTAS
Debido a limitaciones en los datos, es necesario
tener cautela a la hora de comparar estadísticas
sobre el trabajo en el tiempo y entre países. Para
conocer notas detalladas acerca de los datos,
ver OIT 2002, 2003 y 2005b. Es posible que los
porcentajes del empleo por actividad económica no
sumen 100 como consecuencia del redondeo o de
la omisión de actividades no clasifi cadas.
a Los datos se refi eren al año más reciente disponible
durante el período especifi cado.
FUENTES
Columnas 1-3:
cálculos basados en los datos
relativos a la población económicamente activa y a la
población total según OIT 2002.
Columnas 4-9: OIT 2003.
Columnas 10 y 11:lculos basados en los datos
relativos a los miembros de la familia que aportan
ingresos según OIT 2005b.
160Angola 72,59882................
161 Eritrea 74,5 98 87 .. .. .. .. .. .. .. ..
162 Benin 73,1 96 90 .. .. .. .. .. .. .. ..
163Côte dIvoire 44,010251................
164 Tanzanía, Rep. Unida de 81,4 97 93 .. .. .. .. .. .. .. ..
165Malawi 77,59790................
166Zambia 63,99874................
167Congo, Rep. Dem. del 60,39772................
168Mozambique 82,69992................
169 Burundi 81,7 98 89 .. .. .. .. .. .. .. ..
170 Etiopía 57,2 98 67 .. .. .. .. .. .. .. ..
171 República Centroafricana 67,1 96 78 .. .. .. .. .. .. .. ..
172 Guinea-Bissau 57,0 100 63 .. .. .. .. .. .. .. ..
173 Chad 67,4 102 77 .. .. .. .. .. .. .. ..
174Malí 69,69779................
175 Burkina Faso 74,6 97 85 .. .. .. .. .. .. .. ..
176 Sierra Leona 45,2 107 55 .. .. .. .. .. .. .. ..
177 Níger 69,3 99 75 .. .. .. .. .. .. .. ..
Países en desarrollo 56,010267................
Países menos adelantados 64,3 100 74 .. .. .. .. .. .. .. ..
Estados Árabes 33,311942................
Asia Oriental y el Pací co 68,910083................
América Latina y El Caribe 42,711052................
Asia Meridional 44,110752................
África Subsahariana 62,3 99 73 .. .. .. .. .. .. .. ..
Europa Central y Oriental y la CEI57,59981................
OCDE 51,810772................
Países de la OCDE de ingresos altos 52,8 107 75 .. .. .. .. .. .. .. ..
Desarrollo humano alto 51,110671................
Desarrollo humano medio 56,4 101 68 .. .. .. .. .. .. .. ..
Desarrollo humano bajo 61,3 99 71 .. .. .. .. .. .. .. ..
Ingresos altos 52,5 107 74 .. .. .. .. .. .. .. ..
Ingresos medios 59,510273................
Ingresos bajos 51,2 103 61 .. .. .. .. .. .. .. ..
Total mundial 55,6 103 69 .. .. .. .. .. .. .. ..
Desigualdad de género en la actividad económica
CUADRO
51334_UNDP_243_352_ACG.indd 33851334_UNDP_243_352_ACG.indd 338 8/17/05 9:53:06 PM8/17/05 9:53:06 PM
Clasifi cación según el IDH Año
Tiempo de
trabajo total
(minutos por día)
Tiempo
de trabajo
de las
mujeres
(% de los
hombres)
Asignación del tiempo
(%)
Tiempo de trabajo total
Tiempo dedicado por las mujeres Tiempo dedicado por los hombres
Actividades
de mercado
Actividades fue-
ra del mercado
Actividades
de mercado
Actividades fue-
ra del mercado
Actividades
de mercado
Actividades fue-
ra del mercadoMujeres Hombres
Indicadores del desarrollo humano
INFORME SOBRE DESARROLLO HUMANO 2005 339
29
... y logrando la igualdad para todos, hombres y mujeres
SELECCIÓN DE PAÍSES EN DESARROLLO
ZONAS URBANAS
Colombia 1983 399 356 112 49 51 24 76 77 23
Indonesia 1992 398 366 109 60 40 35 65 86 14
Kenya 1986 590 572 103 46 54 41 59 79 21
Nepal 1978 579 554 105 58 42 25 75 67 33
Venezuela 1983 440 416 106 59 41 30 70 87 13
Promedio
a
481 453 107 54 46 31 69 79 21
ZONAS RURALES
Bangladesh 1990 545 496 110 52 48 35 65 70 30
Guatemala 1977 678 579 117 59 41 37 63 84 16
Kenya 1988 676 500 135 56 44 42 58 76 24
Nepal 1978 641 547 117 56 44 46 54 67 33
Tierras altas 1978 692 586 118 59 41 52 48 66 34
Montañas 1978 649 534 122 56 44 48 52 65 35
Colinas rurales 1978 583 520 112 52 48 37 63 70 30
Filipinas 1975–77 546 452 121 73 27 29 71 84 16
Promedio
a
617 515 120 59 41 38 62 76 24
A ESCALA NACIONAL
b
India 2000 457 391 117 61 39 35 65 92 8
Mongolia 2000 545 501 109 61 39 49 51 75 25
Sudáfrica 2000 332 273 122 51 49 35 65 70 30
Promedio
a
445 388 116 58 42 40 60 79 21
SELECCIÓN DE PAÍSES DE LA OCDE
Australia 1997 435 418 104 46 54 30 70 62 38
Austria
d
1992 438 393 111 49 51 31 69 71 29
Canadá 1998 420 429 98 53 47 41 59 65 35
Dinamarca
d
1987 449 458 98 68 32 58 42 79 21
Finlandia
d
1987–88 430 410 105 51 49 39 61 64 36
Francia 1999 391 363 108 46 54 33 67 60 40
Alemania
d
1991–92 440 441 100 44 56 30 70 61 39
Hunga 1999 432 445 97 51 49 41 59 60 40
Israel
d
1991–92 375 377 99 51 49 29 71 74 26
Italia
d
1988–89 470 367 128 45 55 22 78 77 23
Japón 1996 393 363 108 66 34 43 57 93 7
Corea, República de 1999 431 373 116 64 36 45 55 88 12
Letonia 1996 535 481 111 46 54 35 65 58 42
Países Bajos 1995 308 315 98 48 52 27 73 69 31
Nueva Zelandia 1999 420 417 101 46 54 32 68 60 40
Noruega
d
1990–91 445 412 108 50 50 38 62 64 36
Reino Unido
d
1985 413 411 100 51 49 37 63 68 32
Estados Unidos
d
1985 453 428 106 50 50 37 63 63 37
Promedio
e
423 403 105 52 48 37 64 69 31
NOTAS
Los datos son cálculos realizados a partir de
encuestas sobre uso del tiempo disponible al
momento de la publicación. También se reca
información sobre el uso del tiempo en otros
países, entre otros Benin, Chad, Cuba, República
Dominicana, Ecuador, Guatemala, República
Democrática Popular Lao, Malí, México, Marruecos,
Nepal, Nicaragua, Nigeria, Omán, Filipinas,
Tailandia y Viet Nam. Las actividades de mercado
se refi eren a las actividades de producción de
mercado, según la de nición del Sistema de
Cuentas Nacionales de las Naciones Unidas
revisado en 1993; las encuestas anteriores a
1993 en rigor no son comparables con las de años
posteriores.
a Se re ere al promedio no ponderado de los países
o zonas que fi guran más arriba.
b Las clasifi caciones de las actividades de mercado
y fuera del mercado no se basan estrictamente
en el Sistema de Cuentas Nacionales de las
Naciones Unidas revisado en 1993, por lo que
las comparaciones entre países y zonas deben
realizarse con la debida prudencia.
c Incluye Israel y Letonia, aunque estos países no
son miembros de la Organización de Cooperación y
Desarrollo Económicos (OCDE).
d Goldshmidt-Clermont y Aligisakis 1995.
e Se refi ere al promedio no ponderado de la selección
de países miembros de la OCDE indicados arriba
(no incluye Israel y Letonia).
FUENTES
Columnas 1 - 10:
Salvo que se especi que lo
contrario, para las zonas urbanas y rurales de los
países en desarrollo seleccionados, Harvey 1995;
para los estudios nacionales de los países en
desarrollo seleccionados, ONU 2002, y para los
países miembros de la OCDE y Letonia, Harvey 2001.
Género, carga de trabajo y asignación del tiempo
CUADRO
51334_UNDP_243_352_ACG.indd 33951334_UNDP_243_352_ACG.indd 339 8/17/05 9:53:07 PM8/17/05 9:53:07 PM
o en que las mujeres
obtuvieron el derecho
a
o en que por
primera vez una
mujer fue elegida
(E) o designada
(A) al parlamento
Mujeres con
cargos en el
gobierno a nivel
ministerial
(% del total)
b
2005
ODM
Escaños parlamentarios ocupados por mujeres
(% del total)
c
Cámara baja o única
Cámara alta
o senado
2005a voto
a postular a
cargos públicosClasifi cación según el IDH 1990 2005
Indicadores del desarrollo humano
340 INFORME SOBRE DESARROLLO HUMANO 2005
30
... y logrando la igualdad para todos, hombres y mujeres
DESARROLLO HUMANO ALTO
1 Noruega 1907 1907, 1913 1911 A 44,4 36 38,2 ..
2 Islandia 1915, 1920 1915, 1920 1922 E 27,3 21 30,2 ..
3 Australia 1902, 1962 1902, 1962 1943 E 20,0 6 24,7 35,5
4 Luxemburgo 1919 1919 1919 E 14,3 13 23,3 ..
5 Canadá 1917, 1960 1920, 1960 1921 E 23,1 13 21,1 37,1
6 Suecia 1862, 1921 1907, 1921 1921 E 52,4 38 45,3 ..
7 Suiza 1971 1971 1971 E 14,3 14 25,0 23,9
8 Irlanda 1918, 1928 1918, 1928 1918 E 21,4 8 13,3 16,7
9 lgica 1919, 1948 1921, 1948 1921 A 21,4 9 34,7 38,0
10 Estados Unidos 1920, 1965 1788
d
1917 E 14,3 7 15,0 14,0
11 Japón 1945, 1947 1945, 1947 1946 E 12,5 1 7,1 13,6
12 Países Bajos 1919 1917 1918 E 36,0 21 36,7 29,3
13 Finlandia 1906 1906 1907 E 47,1 32 37,5 ..
14 Dinamarca 1915 1915 1918 E 33,3 31 36,9 ..
15 Reino Unido 1918, 1928 1918, 1928 1918 E 28,6 6 18,1 17,8
16 Francia 1944 1944 1945 E 17,6 7 12,2 16,9
17 Austria 1918 1918 1919 E 35,3 12 33,9 27,4
18 Italia 1945 1945 1946 E 8,3 13 11,5 8,1
19 Nueva Zelandia 1893 1919 1933 E 23,1 14 28,3 ..
20 Alemania 1918 1918 1919 E 46,2 0 32,8 18,8
21 España 1931 1931 1931 E 50,0 15 36,0 23,2
22 Hong Kong, China (RAE) .. .. .. .. .. .. ..
23 Israel 1948 1948 1949 E 16,7 7 15,0 ..
24 Grecia 1949, 1952 1949, 1952 1952 E 5,6 7 14,0 ..
25 Singapur 1947 1947 1963 E 0 5 16,0 ..
26 Eslovenia 1945 1945 1992 E
e
6,3 0 12,2 ..
27 Portugal 1931, 1976 1931, 1976 1934 E 16,7 8 19,1 ..
28 Corea, República de 1948 1948 1948 E 5,6 2 13,0 ..
29 Chipre 1960 1960 1963 E 0 2 16,1 ..
30 Barbados 1950 1950 1966 A 29,4 4 13,3 23,8
31 República Checa 1920 1920 1992 E
e
11,1 0 17,0 12,3
32 Malta 1947 1947 1966 E 15,4 3 9,2 ..
33 Brunei Darussalam 9,1 .. ..
f
..
f
34 Argentina 1947 1947 1951 E 8,3 6 33,7 33,3
35 Hungría 1918 1918 1920 E 11,8 21 9,1 ,,
36 Polonia 1918 1918 1919 E 5,9 14 20,2 23,0
37 Chile 1931, 1949 1931, 1949 1951 E 16,7 0 12,5 4,2
38 Estonia 1918 1918 1919 E 15,4 0 18,8 ..
39 Lituania 1921 1921 1920 A 15,4 0 22,0 ..
40 Qatar 7,7 .. ..
f
..
f
41 Emiratos Árabes Unidos 5,6 0 0,0 ..
42 Eslovaquia 1920 1920 1992 E
e
0016,7..
43 Bahrein 1973
g
1973
g
2002 A 8,7 0 0,0 15,0
44 Kuwait 0 0 0,0
h
..
h
45 Croacia 1945 1945 1992 E
e
33,3 0 21,7 ..
46 Uruguay 1932 1932 1942 E 0 6 12,1 9,7
47 Costa Rica 1949 1949 1953 E 25,0 11 35,1 ..
48 Letonia 1918 1918 .. 23,5 0 21,0 ..
49 Saint Kitts y Nevis 1951 1951 1984 E 0 7 0,0 ..
50 Bahamas 1961, 1964 1961, 1964 1977 A 26,7 4 20,0 43,8
51 Seychelles 1948 1948 1976 E+A 12,5 16 29,4 ..
52 Cuba 1934 1934 1940 E 16,2 34 36,0 ..
53 México 1947 1953 1952 A 9,4 12 24,2 21,9
Participación política de la mujer
CUADRO
51334_UNDP_243_352_ACG.indd 34051334_UNDP_243_352_ACG.indd 340 8/17/05 9:53:09 PM8/17/05 9:53:09 PM
o en que las mujeres
obtuvieron el derecho
a
o en que por
primera vez una
mujer fue elegida
(E) o designada
(A) al parlamento
Mujeres con
cargos en el
gobierno a nivel
ministerial
(% del total)
b
2005
ODM
Escaños parlamentarios ocupados por mujeres
(% del total)
c
Cámara baja o única
Cámara alta
o senado
2005a voto
a postular a
cargos públicosClasifi cación según el IDH 1990 2005
Indicadores del desarrollo humano
INFORME SOBRE DESARROLLO HUMANO 2005 341
30
54 Tonga .. .. .. .. 0 0,0 ..
55 Bulgaria 1944 1944 1945 E 23,8 21 26,3 ..
56 Panamá 1941, 1946 1941, 1946 1946 E 14,3 8 16,7 ..
57 Trinidad y Tobago 1946 1946 1962 E+A 18,2 17 19,4 32,3
DESARROLLO HUMANO MEDIO
58 Jamahiriya Árabe Libia 1964 1964 .. .. .. .. ..
59 Macedonia, ERY 1946 1946 1990 E
e
16,7 0 19,2 ..
60 Antigua y Barbuda 1951 1951 1984 A 15,4 0 10,5 17,6
61 Malasia 1957 1957 1959 E 9,1 5 9,1 25,7
62 Rusia, Federación de 1918 1918 1993 E
e
009,83,4
63 Brasil 1934 1934 1933 E 11,4 5 8,6 12,3
64 Rumania 1929, 1946 1929, 1946 1946 E 12,5 34 11,1 9,5
65 Mauricio 1956 1956 1976 E 8,0 7 5,7 ..
66 Granada 1951 1951 1976 E+A 40,0 0 26,7 38,5
67 Belarús 1919 1919 1990 E
e
10,0 0 29,4 31,6
68 Bosnia y Herzegovina 1946 1946 1990 E
e
11,1 0 16,7 0,0
69 Colombia 1954 1954 1954 A 35,7 5 12,0 8,8
70 Dominica 1951 1951 1980 E 0 10 19,4 ..
71 On 1994, 2003 1994, 2003 .. 10,0 0 2,4 15,5
72 Albania 1920 1920 1945 E 5,3 29 6,4 ..
73 Tailandia 1932 1932 1948 A 7,7 3 10,6 10,5
74 Samoa (Occidental) 1948, 1990 1948, 1990 1976 A 7,7 0 6,1 ..
75 Venezuela 1946 1946 1948 E 13,6 10 9,7 ..
76 Santa Lucía 1951 1951 1979 A 8,3 0 11,1 36,4
77 Arabia Saudita 0 0 0,0 ..
78 Ucrania 1919 1919 1990 E
e
5,6 0 5,3 ..
79 Perú 1955 1955 1956 E 11,8 6 18,3 ..
80 Kazajstán 1924 1924 1990 E
e
17,6 0 10,4 7,7
81 Líbano 1952 1952 1991 A 6,9 0 2,3 ..
82 Ecuador 1929, 1967 1929, 1967 1956 E 14,3 5 16,0 ..
83 Armenia 1921 1921 1990 E
e
036 5,3 ..
84 Filipinas 1937 1937 1941 E 25,0 9 15,3 16,7
85 China 1949 1949 1954 E 6,3 21 20,2 ..
86 Suriname 1948 1948 1975 E 11,8 8 19,6 ..
87 San Vicente y las Granadinas 1951 1951 1979 E 20,0 10 22,7 ..
88 Paraguay 1961 1961 1963 E 30,8 6 10,0 8,9
89 nez 1957, 1959 1957, 1959 1959 E 7,1 4 22,8 ..
90 Jordania 1974 1974 1989 A 10,7 0 5,5 12,7
91 Belice 1954 1954 1984 E+A 6,3 0 6,7 25,0
92 Fiji 1963 1963 1970 A 9,1 0 8,5 12,5
93 Sri Lanka 1931 1931 1947 E 10,3 5 4,9 ..
94 Turquía 1930, 1934 1930, 1934 1935 A 4,3 1 4,4 ..
95 Reblica Dominicana 1942 1942 1942 E 14,3 8 17,3 6,3
96 Maldivas 1932 1932 1979 E 11,8 6 12,0 ..
97 Turkmenistán 1927 1927 1990 E
e
9,5 26 .. ..
98 Jamaica 1944 1944 1944 E 17,6 5 11,7 19,0
99 Irán, Rep. Islámica del 1963 1963 1963 E+A 6,7 2 4,1 ..
100 Georgia 1918, 1921 1918, 1921 1992 E
e
22,2 0 9,4 ..
101 Azerbaiyán 1921 1921 1990 E
e
15,0 0 10,5 ..
102 Territorios Palestinos Ocupados .. .. .. .. .. ,, ..
103 Argelia 1962 1962 1962 A 10,5 2 6,2 2,8
104 El Salvador 1939 1961 1961 E 35,3 12 10,7 ..
105 Cabo Verde 1975 1975 1975 E 18,8 12 11,1 ..
106 Reblica Árabe Siria 1949, 1953 1953 1973 E 6,3 9 12,0 ..
CUADRO
51334_UNDP_243_352_ACG.indd 34151334_UNDP_243_352_ACG.indd 341 8/17/05 9:53:11 PM8/17/05 9:53:11 PM
o en que las mujeres
obtuvieron el derecho
a
o en que por
primera vez una
mujer fue elegida
(E) o designada
(A) al parlamento
Mujeres con
cargos en el
gobierno a nivel
ministerial
(% del total)
b
2005
ODM
Escaños parlamentarios ocupados por mujeres
(% del total)
c
Cámara baja o única
Cámara alta
o senado
2005a voto
a postular a
cargos públicosClasifi cación según el IDH 1990 2005
Indicadores del desarrollo humano
342 INFORME SOBRE DESARROLLO HUMANO 2005
30
107 Guyana 1953 1945 1968 E 22,2 37 30,8 ,,
108 Viet Nam 1946 1946 1976 E 11,5 18 27,3 ,,
109 Kirguistán 1918 1918 1990 E
e
12,5 0 3,2 ,,
110 Indonesia 1945 1945 1950 A 10,8 12 11,3 ,,
111 Uzbekistán 1938 1938 1990 E
e
3,6 0 17,5 15,0
112 Nicaragua 1955 1955 1972 E 14,3 15 20,7 ,,
113 Bolivia 1938, 1952 1938, 1952 1966 E 6,7 9 19,2 11,1
114 Mongolia 1924 1924 1951 E 5,9 25 6,7 ,,
115 Moldova, Rep. de 1978 1978 1990 E 11,1 0 15,8 ,,
116 Honduras 1955 1955 1957 E 14,3 10 5,5 ,,
117 Guatemala 1946, 1985 1946, 1965 1956 E 25,0 7 8,2 ,,
118 Vanuatu 1975, 1980 1975, 1980 1987 E 8,3 4 3,8 ,,
119 Egipto 1956 1956 1957 E 5,9 4 2,9 6,8
120 Sudáfrica 1930, 1994 1930, 1994 1933 E 41,4 3 32,8 33,3
i
121 Guinea Ecuatorial 1963 1963 1968 E 4,5 13 18,0 ,,
122 Tayikistán 1924 1924 1990 E
e
3,1 0 ,, 11,8
123 Gabón 1956 1956 1961 E 11,8 13 9,2 15,4
124 Marruecos 1963 1963 1993 E 5,9 0 10,8 1,1
125 Namibia 1989 1989 1989 E 19,0 7 25,0 26,9
126 Santo Tomé y Príncipe 1975 1975 1975 E 14,3 12 9,1 ,,
127 India 1950 1950 1952 E 3,4 5 8,3 11,6
128 Islas Salomón 1974 1974 1993 E 0 0 0,0 ,,
129 Myanmar 1935 1946 1947 E ,, .. ,,
j
,,
j
130 Camboya 1955 1955 1958 E 7,1 0 9,8 13,1
131 Botswana 1965 1965 1979 E 26,7 5 11,1 ,,
132 Comoras 1956 1956 1993 E ,, 0 3,0 ,,
133 Rep. Dem. Popular Lao 1958 1958 1958 E 0 6 22,9 ,,
134 Bhután 1953 1953 1975 E 0 2 8,7 ,,
135 Pakistán 1947 1947 1973 E
e
5,6 10 21,3 18,0
136 Nepal 1951 1951 1952 A 7,4 6 5,9 8,3
137 Papua Nueva Guinea 1964 1963 1977 E ,, 0 0,9 ,,
138 Ghana 1954 1954 1960 11,8 0 10,9 ,,
139 Bangladesh 1972 1972 1973 E 8,3 10 2,0 ,,
140 Timor-Leste .. .. .. 22,2 0 25,3
k
,,
141 Sudán 1964 1964 1964 E 2,6 0 9,7 ,,
142 Congo 1961 1961 1963 E 14,7 14 8,5 15,0
143 Togo 1945 1945 1961 E 20,0 5 6,2 ,,
144 Uganda 1962 1962 1962 A 23,4 12 23,9 ,,
145 Zimbabwe 1919. 1957 1919. 1978 1980 E+A 14,7 11 10,0 ,,
DESARROLLO HUMANO BAJO
146 Madagascar 1959 1959 1965 E 5,9 7 6,9 11,1
147 Swazilandia 1968 1968 1972 E+A 13,3 4 10,8 30,0
148 Camerún 1946 1946 1960 E 11,1 14 8,9 ,,
149 Lesotho 1965 1965 1965 A 27,8 0 11,7 36,4
150 Djibouti 1946 1986 2003 E 5,3 0 10,8 ,,
151 Yemen 1967. 1970 1967. 1970 1990 E
e
2,9 4 0,3 ,,
152 Mauritania 1961 1961 1975 E 9,1 0 3,7 5,4
153 Hai 1950 1957 1961 E 25,0 0 3,6 25,9
154 Kenya 1919. 1963 1919. 1963 1969 E+A 10,3 1 7,1 ,,
155 Gambia 1960 1960 1982 E 20,0 8 13,2 ,,
156 Guinea 1958 1958 1963 E 15,4 0 19,3 ,,
157 Senegal 1945 1945 1963 E 20,6 13 19,2 ,,
158 Nigeria 1958 1958 .. 10,0 0 6,4 3,7
159 Rwanda 1961 1961 1981 35,7 17 48,8 34,6
Participación política de la mujer
CUADRO
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o en que las mujeres
obtuvieron el derecho
a
o en que por
primera vez una
mujer fue elegida
(E) o designada
(A) al parlamento
Mujeres con
cargos en el
gobierno a nivel
ministerial
(% del total)
b
2005
ODM
Escaños parlamentarios ocupados por mujeres
(% del total)
c
Cámara baja o única
Cámara alta
o senado
2005a voto
a postular a
cargos públicosClasifi cación según el IDH 1990 2005
Indicadores del desarrollo humano
INFORME SOBRE DESARROLLO HUMANO 2005 343
30
NOTAS
a
Los datos se refi eren al año en que a la mujer le fue
concedido el derecho a voto y a postular a cargos
públicos, con carácter de universal e igualitario. En
los casos en que fi guran dos años, el primero se
refi ere al primer reconocimiento parcial del derecho
a voto o a postular a cargos públicos.
b Datos al 1 de enero de 2005. El total incluye
ministras y primeras viceministras. También se
incluyeron las primeras ministras cuando tuvieron
a su cargo carteras ministeriales. Se incluyeron a
vicepresidentas y jefas de departamentos de nivel
ministerial cuando ejercían una función ministerial
en la estructura de gobierno.
c Salvo que se especi que lo contrario, los datos
son al 1 marzo de 2005. El porcentaje se calculó
utilizando como referencia el número total de
escaños ocupados en el parlamento en esa fecha.
d No se dispone de información acerca del año
en que se otorgó a todas las mujeres el derecho
a postular a cargos públicos. No obstante, la
constitución no menciona el género con respecto a
ese derecho.
e Se refi ere al año en que las mujeres fueron elegidas
en el sistema parlamentario actual.
f Brunei Darussalam y Qatar no tienen parlamento
en la actualidad. De acuerdo a la constitución de
2004, las elecciones de un nuevo parlamento en
Qatar esn programadas para fi nes de 2005 o
principios de 2006.
g Conforme a la constitución vigente (1973), todos
los ciudadanos son iguales ante la ley, sin embargo,
las mujeres no pudieron ejercer su derecho
electoral en la primera elección legislativa realizada
en 1973. La primera asamblea legislativa fue
disuelta por decreto del Emir el 26 de agosto de
1975. Las mujeres pudieron votar en el referendo
del 14 y 15 de febrero de 2001, el cual aprobó la
Constitución de Acción Nacional. Posteriormente,
las mujeres ejercieron plenos derechos políticos,
como votantes y como candidatas, en las
elecciones nacionales de 2002.
h El parlamento aprobó una ley el 16 de mayo de
2005 que otorga a las mujeres el derecho a voto y
a postular a cargos públicos.
i Los datos relacionados con la distribución de
escaños no incluyen a los 36 delegados de rotación
especial designados en forma ad hoc y, por lo
tanto, los porcentajes se calcularon a partir de los
54 escaños permanentes.
j El parlamento elegido en 1990 nunca ha sido
convocado ni autorizado a sesionar y muchos de
sus miembros fueron detenidos u obligados a
exiliarse.
k Las elecciones realizadas el 30 de agosto de 2001
tenían el propósito de escoger a los miembros de la
Asamblea Constituyente de Timor-Leste. El 20 de
mayo de 2002, el mismo día en que el país obtuvo
su independencia, este órgano se convirtió en
Parlamento Nacional sin que se realizaran nuevas
elecciones.
l El parlamento fue suspendido el 15 de marzo de
2003. Los resultados de las elecciones efectuadas
en mayo 2005 aún no están disponibles.
FUENTES
Columnas 13:
UIP 1995.
Columna 4: UIP 2005a.
Columna 5: ONU 2005f.
Columnas 6 y 7: UIP 2005d.
160 Angola 1975 1975 1980 E 5,7 15 15,0 ,,
161 Eritrea 1955 1955 1994 E 17,6 0 22,0 ,,
162 Benin 1956 1956 1979 E 19,0 3 7,2 ,,
163 Côte d’Ivoire 1952 1952 1965 E 17,1 6 8,5 ,,
164 Tanzanía. Rep. Unida de 1959 1959 .. 15,4 0 21,4 ,,
165 Malawi 1961 1961 1964 E 14,3 10 14,0 ,,
166 Zambia 1962 1962 1964 E+A 25,0 7 12,7 ,,
167 Congo. Rep. Dem. del 1967 1970 1970 E 12,5 5 12,0 2,5
168 Mozambique 1975 1975 1977 E 13,0 16 34,8 ,,
169 Burundi 1961 1961 1982 E 10,7 0 18,4 18,9
170 Etioa 1955 1955 1957 E 5,9 0 7,7 8,3
171 República Centroafricana 1986 1986 1987 E 10,0 4 ,,
l
,,
l
172 Guinea-Bissau 1977 1977 1972 A 37,5 20 14,0 ,,
173 Chad 1958 1958 1962 E 11,5 0 6,5 ,,
174 Malí 1956 1956 1959 E 18,5 0 10,2 ,,
175 Burkina Faso 1958 1958 1978 E 14,8 0 11,7 ,,
176 Sierra Leona 1961 1961 .. 13,0 0 14,5 ,,
177 Níger 1948 1948 1989 E 23,1 5 12,4 ,,
CUADRO
51334_UNDP_243_352_ACG.indd 34351334_UNDP_243_352_ACG.indd 343 8/17/05 9:53:15 PM8/17/05 9:53:15 PM
Clasifi cación según el IDH
Convención para
la prevención y la
sanción del delito
de genocidio
1948
Convención
internacional
sobre la
eliminación de
todas las formas
de discriminación
racial
1965
Convenio
internacional
sobre derechos
civiles y políticos
1966
Pacto
internacional
sobre derechos
económicos,
sociales y
culturales
1966
Convención sobre
la eliminación de
todas las formas
de discriminación
contra la mujer
1979
Convención
contra la tortura
y otros tratos o
penas crueles,
inhumanos o
degradantes
1984
Convención sobre
los derechos
del niño
1989
Indicadores del desarrollo humano
344 INFORME SOBRE DESARROLLO HUMANO 2005
31
DESARROLLO HUMANO ALTO
1Noruega
lllllll
2Islandia
lllllll
3 Australia
lllllll
4Luxemburgo
lllllll
5Canadá
lllllll
6 Suecia
lllllll
7Suiza
lllllll
8Irlanda
lllllll
9 Bélgica
lllllll
10 Estados Unidos
lll°°
11 Japón
llllll
12 Países Bajos
lll
13 Finlandia
lllllll
14 Dinamarca
lllllll
15 Reino Unido
lllllll
16 Francia
lllllll
17 Austria
lllllll
18 Italia
lllllll
19 Nueva Zelandia
lllllll
20 Alemania
lllllll
21 España
lllllll
23 Israel
lllllll
24 Grecia
lllllll
25 Singapur
l ll
26 Eslovenia
lllllll
27 Portugal
lllllll
28 Corea, República de
lllllll
29 Chipre
lllllll
30 Barbados
lllll l
31 República Checa
lllllll
32 Malta
llllll
33 Brunei Darussalam
l
34 Argentina
lllllll
35 Hungría
lllllll
36 Polonia
lllllll
37 Chile
lllllll
38 Estonia
lllllll
39 Lituania
lllllll
40 Qatar
ll ll
41 Emiratos Árabes Unidos
ll l l
42 Eslovaquia
lllllll
43 Bahrein
lll lll
44 Kuwait
lllllll
45 Croacia
lllllll
46 Uruguay
lllllll
47 Costa Rica
lllllll
48 Letonia
lllllll
49 Saint Kitts y Nevis
ll
50 Bahamas
lll l l
51 Seychelles
lllllll
52 Cuba
lll lll
53 xico
lllllll
54 Tonga
lll l
Situación de los principales instrumentos
internacionales de derechos humanos
Instrumentos de derechos humanos y laborales
CUADRO
51334_UNDP_243_352_ACG.indd 34451334_UNDP_243_352_ACG.indd 344 8/17/05 9:53:16 PM8/17/05 9:53:16 PM
Clasifi cación según el IDH
Convención para
la prevención y la
sanción del delito
de genocidio
1948
Convención
internacional
sobre la
eliminación de
todas las formas
de discriminación
racial
1965
Convenio
internacional
sobre derechos
civiles y políticos
1966
Pacto
internacional
sobre derechos
económicos,
sociales y
culturales
1966
Convención sobre
la eliminación de
todas las formas
de discriminación
contra la mujer
1979
Convención
contra la tortura
y otros tratos o
penas crueles,
inhumanos o
degradantes
1984
Convención sobre
los derechos
del niño
1989
Indicadores del desarrollo humano
INFORME SOBRE DESARROLLO HUMANO 2005 345
31
55 Bulgaria
lllllll
56 Pana
lllllll
57 Trinidad y Tobago
lllll l
DESARROLLO HUMANO MEDIO
58 Jamahiriya Árabe Libia
lllllll
59 Macedonia, ERY
lllllll
60 Antigua y Barbuda
lll lll
61 Malasia
l ll
62 Rusia, Federación de
lllllll
63 Brasil
lllllll
64 Rumania
lllllll
65 Mauricio
llllll
66 Granada
°°l l l
67 Belarús
lllllll
68 Bosnia y Herzegovina
lllllll
69 Colombia
lllllll
70 Dominica
ll l
71 Omán
ll l
72 Albania
lllllll
73 Tailandia
llll l
74 Samoa (Occidental)
ll
75 Venezuela
lllllll
76 Santa Lucía
ll l l
77 Arabia Saudita
lll lll
78 Ucrania
lllllll
79 Perú
lllllll
80 Kazajstán
lll°lll
81 Líbano
lllllll
82 Ecuador
lllllll
83 Armenia
lllllll
84 Filipinas
lllllll
85 China
lllllll
86 Suriname
llll l
87 San Vicente y las Granadinas
lllllll
88 Paraguay
lllllll
89 Túnez
lllllll
90 Jordania
lllllll
91 Belice
lll°lll
92 Fiji
lll l l
93 Sri Lanka
lllllll
94 Turqa
lllllll
95 República Dominicana
°llllll
96 Maldivas
lll lll
97 Turkmenistán
llllll
98 Jamaica
lllll l
99 Irán, Rep. Islámica del
llll l
100 Georgia
lllllll
101 Azerbaiyán
lllllll
103 Argelia
lllllll
104 El Salvador
lllllll
105 Cabo Verde
llllll
106 República Árabe Siria
lllllll
107 Guyana
llllll
108 Viet Nam
lllll l
CUADRO
51334_UNDP_243_352_ACG.indd 34551334_UNDP_243_352_ACG.indd 345 8/17/05 9:53:18 PM8/17/05 9:53:18 PM
Clasifi cación según el IDH
Convención para
la prevención y la
sanción del delito
de genocidio
1948
Convención
internacional
sobre la
eliminación de
todas las formas
de discriminación
racial
1965
Convenio
internacional
sobre derechos
civiles y políticos
1966
Pacto
internacional
sobre derechos
económicos,
sociales y
culturales
1966
Convención sobre
la eliminación de
todas las formas
de discriminación
contra la mujer
1979
Convención
contra la tortura
y otros tratos o
penas crueles,
inhumanos o
degradantes
1984
Convención sobre
los derechos
del niño
1989
Indicadores del desarrollo humano
346 INFORME SOBRE DESARROLLO HUMANO 2005
31
109 Kirguistán
lllllll
110 Indonesia
ll lll
111 Uzbekistán
lllllll
112 Nicaragua
lllllll
113 Bolivia
°llllll
114 Mongolia
lllllll
115 Moldova, Rep. de
lllllll
116 Honduras
lllllll
117 Guatemala
lllllll
118 Vanuatu
ll
119 Egipto
lllllll
120 Sudáfrica
lll°lll
121 Guinea Ecuatorial
llllll
122 Tayikistán
llllll
123 Gabón
lllllll
124 Marruecos
lllllll
125 Namibia
lllllll
126 Santo Tomé y Príncipe
°°°l °l
127 India
lllllll
128 Islas Salon
llll l
129 Myanmar
l ll
130 Camboya
lllllll
131 Botswana
ll lll
132 Comoras
lll lll
133 Rep. Dem. Popular Lao
lll°l l
134 Bhután
°° l l
135 Pakistán
lll°l l
136 Nepal
lllllll
137 Papua Nueva Guinea
lll l l
138 Ghana
lllllll
139 Bangladesh
lllllll
140 Timor-Leste
llllll
141 Sudán
llll ll
142 Congo
llllll
143 Togo
lllllll
144 Uganda
lllllll
145 Zimbabwe
lllll l
DESARROLLO HUMANO BAJO
146 Madagascar
llll°l
147 Swazilandia
llllll
148 Camerún
llllll
149 Lesotho
lllllll
150 Djibouti
llll
151 Yemen
lllllll
152 Mauritania
llllll
153 Haití
lll l l
154 Kenya
llllll
155 Gambia
lllllll
156 Guinea
lllllll
157 Senegal
lllllll
158 Nigeria
llllll
159 Rwanda
lllll l
160 Angola
ll l
161 Eritrea
llll l
Situación de los principales instrumentos
internacionales de derechos humanos
CUADRO
51334_UNDP_243_352_ACG.indd 34651334_UNDP_243_352_ACG.indd 346 8/17/05 9:53:19 PM8/17/05 9:53:19 PM
Clasifi cación según el IDH
Convención para
la prevención y la
sanción del delito
de genocidio
1948
Convención
internacional
sobre la
eliminación de
todas las formas
de discriminación
racial
1965
Convenio
internacional
sobre derechos
civiles y políticos
1966
Pacto
internacional
sobre derechos
económicos,
sociales y
culturales
1966
Convención sobre
la eliminación de
todas las formas
de discriminación
contra la mujer
1979
Convención
contra la tortura
y otros tratos o
penas crueles,
inhumanos o
degradantes
1984
Convención sobre
los derechos
del niño
1989
Indicadores del desarrollo humano
INFORME SOBRE DESARROLLO HUMANO 2005 347
31
l Ratifi cación, adhesión o sucesión
° Firma aún no ratifi cada
NOTAS
Este cuadro incluye estados partes que han fi rmado
o ratifi cado al menos uno de los siete instrumentos
de derechos humanos. Información al 1 de mayo de
2005.
a Se re ere a los países o territorios, además de los
177 países o territorios incluidos en los principales
cuadros de indicadores, que han fi rmado o
ratifi cado al menos uno de los siete instrumentos
de derechos humanos.
b Se refi ere a la ratifi cación, adhesión o sucesión.
FUENTE
Todas las columnas:
ONU 2005g.
162 Benin
llllll
163 Côte d’Ivoire
lllllll
164 Tanzanía, Rep. Unida de
lllll l
165 Malawi
llllll
166 Zambia
llllll
167 Congo, Rep. Dem. del
lllllll
168 Mozambique
lll lll
169 Burundi
lllllll
170 Etioa
lllllll
171 República Centroafricana
llll l
172 Guinea-Bissau
°°l l l l
173 Chad
llllll
174 Malí
lllllll
175 Burkina Faso
lllllll
176 Sierra Leona
llllll
177 Níger
llllll
OTROS
a
Afganistán
lllllll
Andorra
°° l °l
Iraq
lllll l
Kiribati
ll
Corea, Rep. Dem. de
llll
Liberia
lllllll
Liechtenstein
lllllll
Islas Marshall
l
Micronesia, Estados Federados
ll
Mónaco
lllllll
Nauru
°° °l
Palau
l
San Marino
llll°l
Somalia
lll
Tuvalu
ll
Serbia y Montenegro
lllllll
Total de estados partes
b
136 170 170 151 180 146 192
Firmas aún no ratifi cadas 2667152
CUADRO
51334_UNDP_243_352_ACG.indd 34751334_UNDP_243_352_ACG.indd 347 8/17/05 9:53:21 PM8/17/05 9:53:21 PM
Clasifi cación según el IDH
Libertad de asociación y
negociación colectiva
Eliminación del trabajo
forzado y obligatorio
Eliminación de la discriminación
en el empleo y la ocupación Prohibición del trabajo infantil
Convenio
87
a
Convenio
98
b
Convenio
29
c
Convenio
105
d
Convenio
100
e
Convenio
111
f
Convenio
138
g
Convenio
182
h
Indicadores del desarrollo humano
348 INFORME SOBRE DESARROLLO HUMANO 2005
32
DESARROLLO HUMANO ALTO
1Noruega
llllllll
2Islandia
llllllll
3 Australia
llllll
4Luxemburgo
llllllll
5Canadá
l lll l
6 Suecia
llllllll
7Suiza
llllllll
8Irlanda
llllllll
9 Bélgica
llllllll
10 Estados Unidos
ll
11 Japón
llllll
12 Países Bajos
llllllll
13 Finlandia
llllllll
14 Dinamarca
llllllll
15 Reino Unido
llllllll
16 Francia
llllllll
17 Austria
llllllll
18 Italia
llllllll
19 Nueva Zelandia
lllll l
20 Alemania
llllllll
21 España
llllllll
23 Israel
lllllll
24 Grecia
llllllll
25 Singapur
ll
ll
26 Eslovenia
llllllll
27 Portugal
llllllll
28 Corea, República de
llll
29 Chipre
llllllll
30 Barbados
llllllll
31 República Checa
llllll l
32 Malta
llllllll
33 Brunei Darussalam
34 Argentina
llllllll
35 Hungría
llllllll
36 Polonia
llllllll
37 Chile
llllllll
38 Estonia
lllll l
39 Lituania
llllllll
40 Qatar
lll
41 Emiratos Árabes Unidos
llllll
42 Eslovaquia
llllllll
43 Bahrein
llll
44 Kuwait
llllll
45 Croacia
llllllll
46 Uruguay
llllllll
47 Costa Rica
llllllll
48 Letonia
ll lll
49 Saint Kitts y Nevis
llllll l
50 Bahamas
llllllll
51 Seychelles
llllllll
52 Cuba
lllllll
53 xico
l llll l
54 Tonga
Situación de los convenios sobre derechos
laborales fundamentales
Instrumentos de derechos humanos y laborales
CUADRO
51334_UNDP_243_352_ACG.indd 34851334_UNDP_243_352_ACG.indd 348 8/17/05 9:53:22 PM8/17/05 9:53:22 PM
Clasifi cación según el IDH
Libertad de asociación y
negociación colectiva
Eliminación del trabajo
forzado y obligatorio
Eliminación de la discriminación
en el empleo y la ocupación Prohibición del trabajo infantil
Convenio
87
a
Convenio
98
b
Convenio
29
c
Convenio
105
d
Convenio
100
e
Convenio
111
f
Convenio
138
g
Convenio
182
h
Indicadores del desarrollo humano
INFORME SOBRE DESARROLLO HUMANO 2005 349
32
55 Bulgaria
llllllll
56 Pana
llllllll
57 Trinidad y Tobago
llllllll
DESARROLLO HUMANO MEDIO
58 Jamahiriya Árabe Libia
llllllll
59 Macedonia, ERY
llllllll
60 Antigua y Barbuda
llllllll
61 Malasia
lltl ll
62 Rusia, Federación de
llllllll
63 Brasil
lllllll
64 Rumania
llllllll
65 Mauricio
lllllll
66 Granada
llllllll
67 Belarús
llllllll
68 Bosnia y Herzegovina
llllllll
69 Colombia
llllllll
70 Dominica
llllllll
71 Omán
l l
72 Albania
llllllll
73 Tailandia
lll ll
74 Samoa (Occidental)
75 Venezuela
lllllll
76 Santa Lucía
llllll l
77 Arabia Saudita
llll l
78 Ucrania
llllllll
79 Perú
llllllll
80 Kazajstán
llllllll
81 Líbano
lllllll
82 Ecuador
llllllll
83 Armenia
lllll
84 Filipinas
ll lllll
85 China
lll
86 Suriname
llll
87 San Vicente y las Granadinas
llllll l
88 Paraguay
llllllll
89 Túnez
llllllll
90 Jordania
lllllll
91 Belice
llllllll
92 Fiji
llllllll
93 Sri Lanka
llllllll
94 Turqa
llllllll
95 República Dominicana
llllllll
96 Maldivas
97 Turkmenistán
llllll
98 Jamaica
llllllll
99 Irán, Rep. Islámica del
llll l
100 Georgia
llllllll
101 Azerbaiyán
llllllll
103 Argelia
llllllll
104 El Salvador
llllll
105 Cabo Verde
llllll l
106 República Árabe Siria
llllllll
107 Guyana
llllllll
108 Viet Nam
llll
CUADRO
51334_UNDP_243_352_ACG.indd 34951334_UNDP_243_352_ACG.indd 349 8/17/05 9:53:23 PM8/17/05 9:53:23 PM
Clasifi cación según el IDH
Libertad de asociación y
negociación colectiva
Eliminación del trabajo
forzado y obligatorio
Eliminación de la discriminación
en el empleo y la ocupación Prohibición del trabajo infantil
Convenio
87
a
Convenio
98
b
Convenio
29
c
Convenio
105
d
Convenio
100
e
Convenio
111
f
Convenio
138
g
Convenio
182
h
Indicadores del desarrollo humano
350 INFORME SOBRE DESARROLLO HUMANO 2005
32
109 Kirguistán
llllllll
110 Indonesia
llllllll
111 Uzbekistán
lllll
112 Nicaragua
llllllll
113 Bolivia
ll lllll
114 Mongolia
ll llll
115 Moldova, Rep. de
llllllll
116 Honduras
llllllll
117 Guatemala
llllllll
118 Vanuatu
119 Egipto
llllllll
120 Sudáfrica
llllllll
121 Guinea Ecuatorial
llllllll
122 Tayikistán
lllllll
123 Gabón
llllll l
124 Marruecos
lllllll
125 Namibia
llll lll
126 Santo Tomé y Príncipe
ll ll
127 India
llll
128 Islas Salon
l
129 Myanmar
ll
130 Camboya
lllllll
131 Botswana
llllllll
132 Comoras
llllllll
133 Rep. Dem. Popular Lao
l
134 Bhután
135 Pakistán
llllll l
136 Nepal
ll llll
137 Papua Nueva Guinea
llllllll
138 Ghana
llllll l
139 Bangladesh
llllll l
140 Timor-Leste
141 Sudán
lllllll
142 Congo
llllllll
143 Togo
llllllll
144 Uganda
lll ll
145 Zimbabwe
llllllll
DESARROLLO HUMANO BAJO
146 Madagascar
lll llll
147 Swazilandia
llllllll
148 Camerún
llllllll
149 Lesotho
llllllll
150 Djibouti
llllll l
151 Yemen
llllllll
152 Mauritania
llllllll
153 Haití
llllll
154 Kenya
lllllll
155 Gambia
llllllll
156 Guinea
llllllll
157 Senegal
llllllll
158 Nigeria
llllllll
159 Rwanda
llllllll
160 Angola
llllllll
161 Eritrea
lllllll
Situación de los convenios sobre derechos
laborales fundamentales
CUADRO
51334_UNDP_243_352_ACG.indd 35051334_UNDP_243_352_ACG.indd 350 8/17/05 9:53:25 PM8/17/05 9:53:25 PM
Clasifi cación según el IDH
Libertad de asociación y
negociación colectiva
Eliminación del trabajo
forzado y obligatorio
Eliminación de la discriminación
en el empleo y la ocupación Prohibición del trabajo infantil
Convenio
87
a
Convenio
98
b
Convenio
29
c
Convenio
105
d
Convenio
100
e
Convenio
111
f
Convenio
138
g
Convenio
182
h
Indicadores del desarrollo humano
INFORME SOBRE DESARROLLO HUMANO 2005 351
32
l Convenio ratifi cado
Convenio abrogado
NOTAS
Los cuadros incluyen estados miembros de la ONU.
Información al 1 de mayo de 2005.
a Convenio relativo a la libertad sindical y a la
protección de derecho de asociación (1948).
b Convenio sobre el derecho de asociación y
negociación colectiva (1949).
c Convenio sobre el trabajo forzado (1930).
d Convenio sobre la abolición del trabajo forzado
(1957).
e Convenio sobre la igualdad de remuneración
(1951).
f Convenio sobre la discriminación (empleo y
ocupación) (1958).
g Convenio sobre la edad mínima (1973).
h Convenio sobre la prohibición de las peores formas
de trabajo infantil (1999).
i Estados que han rati cado al menos un convenio
sobre derechos laborales y que no esn incluidos
en el índice de desarrollo humano
FUENTE
Todas las columnas:
OIT 2005a.
162 Benin
llllllll
163 Côte d’Ivoire
llllllll
164 Tanzanía, Rep. Unida de
llllllll
165 Malawi
llllllll
166 Zambia
llllllll
167 Congo, Rep. Dem. del
llllllll
168 Mozambique
llllllll
169 Burundi
llllllll
170 Etioa
llllllll
171 República Centroafricana
llllllll
172 Guinea-Bissau
lllll
173 Chad
llllll l
174 Malí
llllllll
175 Burkina Faso
llllllll
176 Sierra Leona
llllll
177 Níger
llllllll
OTROS
i
Afganistán
lll
Iraq
lllllll
Kiribati
llll
Liberia
llll l l
San Marino
llllllll
Serbia y Montenegro
llllllll
Somalia
ll l
Ratifi caciones totales 142 154 164 160 161 161 135 152
CUADRO
51334_UNDP_243_352_ACG.indd 35151334_UNDP_243_352_ACG.indd 351 8/17/05 9:53:26 PM8/17/05 9:53:26 PM
Componentes del índice de desarrollo humano
ODM
Población con
acceso soste-
nible a fuente
de agua
mejorada
(%)
Espe-
ranza de
vida al
nacer
(años)
Tasa de al-
fabetización
de adultos
(% de 15
años y
mayores)
Tasa combinada
bruta de ma-
triculación en
primaria, secun-
daria y terciaria
(%)
PIB per
cápita
(PPA en
US$)
Pobla-
ción
total
(miles)
Tasa total
de fecun-
didad
(nacimien-
tos por
mujer)
ODM
Tasa de mortali-
dad de menores
de 5 años
(por cada 1.000
nacidos vivos)
ODM
Proporción
neta de ma-
triculación
en primaria
a
(%)
Incidencia
del
VIH/SIDA
a
(% entre 15
y 49 años)
ODM
Población
desnutrida
(% del total)
2000–05
b
2003
c
2002/03
d
2003 2003 200005
b
2003 2002/03
c
2003 2000/02
e
2002
Indicadores del desarrollo humano
352 INFORME SOBRE DESARROLLO HUMANO 2005
33
Afganistán 46,0 ,, 39,4 ,, 27 7,5 257 ,, ,, ,, 13
Andorra ,, ,, 65,9 ,, (,) ,, 7 89 ,, ,, 100
Iraq 58,8 ,, 63,0 ,, 27 4,8 125 91
f, g
<0,1 [<0,2] ,, 81
Kiribati ,, ,, 84,9 ,, (,) ,, 66 ,, ,, ,, 64
Corea, Rep. Dem. de 63,0 ,, ,, ,, 22 2,0 55 ,, ,, 36 100
Liberia 42,5 55,9 61,2 ,, 3 6,8 235 70
h
5,9 [2,7–12,4] 46 62
Liechtenstein ,, ,, ,, ,, (,) ,, 11 ,, ,, ,, ,,
Islas Marshall ,, ,, 74,3 ,, (,) ,, 61 84
i
,, ,, 85
Micronesia, Estados Federados de
67,6 ,, ,, ,, (,) 4,4 23 ,, ,, ,, 94
naco ,, ,, ,, ,, (,) ,, 4 ,, ,, ,, ,,
Nauru ,, ,, 55,1 ,, (,) ,, 30 81
g, j
,, ,, ,,
Palau ,, ,, 90,1 ,, (,) ,, 28 97
g, i
,, ,, 84
San Marino ,, ,, ,, ,, (,) ,, 5 ,, ,, ,, ,,
Serbia y Montenegro 73,2 96,4 74,4 ,, 11 1,7 11 96
f
0,2 [0,1–0,4] 11 ,,
Somalia 46,2 ,, ,, ,, 8 6,4 225 ,, ,, ,, 29
Tuvalu ,, ,, 68,7 ,, (,) ,, 51 ,, ,, ,, 93
NOTAS
En este cuadro se presentan datos de los estados
miembros de la ONU no incluidos en los principales
cuadros de indicadores.
a Los datos se refi eren a cálculos de punto y
rango con base en nuevos modelos de cálculo
desarrollados por el programa conjunto de las
Naciones Unidas sobre VIH/SIDA. Los valores
regionales agregados se refi eren al año 2004. Los
cálculos de rangos se presentan entre paréntesis
cuadrados.
b Los datos se refi eren a cálculos para el período
especifi cado.
c Los datos se re eren a las cifras de alfabetización
nacional obtenidas mediante censos y encuestas
efectuadas entre el año 2000 y 2004. Debido
a que existen diferencias en la metodología y
oportunidad de los datos, las comparaciones
entre países y en el tiempo deben realizarse con la
debida prudencia
d Salvo que se especifi que lo contrario, los datos
sobre la tasa de matriculación neta se re eren al
año escolar 2002/03. Para más detalles, visite
www.uis.unesco.org.
e Los datos se re eren al promedio de los años
especifi cados.
f Los datos se re eren al año escolar 2000/01
g Cálculos preliminares del Instituto de Estadística
de la Organización de las Naciones Unidas para
la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO),
sujetos a revisión.
h Los datos se refi eren al año escolar 1999/2000.
i Los datos se refi eren al año escolar 2001/2002.
j Los datos se refi eren al año escolar 1998/1999.
FUENTES
Columna 1:
ONU 2005c.
Columna 2: Instituto de Estadística de la UNESCO
2005a.
Columnas 3 y 8: Instituto de Estadística de la
UNESCO 2005b.
Columna 4: Banco Mundial 2005c.
Columnas 5 y 6: ONU 2005h.
Columna 7: UNICEF 2004.
Columna 9: ONUSIDA 2005.
Columna 10: FAO 2004.
Columna 11: ONU 2005f.
Indicadores básicos de otros estados miembros de la
Naciones Unidas
CUADRO
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INFORME SOBRE DESARROLLO HUMANO 2005 353
El Informe sobre Desarrollo Humano normalmente
presenta dos tipos de información estadística: las
estadísticas de los cuadros de indicadores del desa-
rrollo humano, que proporcionan una evaluacn
global de los logros alcanzados por los países en
distintas áreas del desarrollo humano, y las prue-
bas estadísticas incluidas en el análisis temático de
los capítulos. Esta nota describe los principios que
orientan la selección, la utilización y la presenta-
ción de estas estasticas, además de los esfuerzos
que hace la O cina encargada del Informe sobre
Desarrollo Humano para lograr altos estándares
de rigurosidad estadística en el Informe, además
de propiciar formas innovadoras de usarlas y la for-
mulación de mejores estadísticas relacionadas con
el desarrollo humano.
La Ofi cina encargada del Informe
sobre Desarrollo Humano como
usuaria de estadísticas
La O cina encargada del Informe sobre Desarrollo
Humano es en primer término usuaria, y no produc-
tora, de estadísticas. Por ello, utiliza la información
que le facilitan organismos estadísticos internacio-
nales y nacionales que disponen de los recursos y los
conocimientos necesarios para recopilar y procesar
datos sobre indicadores estadísticos especí cos.
Los cuadros de indicadores del
desarrollo humano y el índice
de desarrollo humano
Para realizar comparaciones a lo largo del tiempo
y entre diferentes países, la O cina encargada del
Informe sobre Desarrollo Humano utiliza, en la
medida de lo posible, series de datos internaciona-
les recopilados por importantes organismos inter-
nacionales u otras instituciones especializadas
(Recuadro 1).
Sin embargo y pese al considerable progreso de
los últimos años, todavía subsisten numerosas lagu-
nas en los datos, incluso en ámbitos básicos relacio-
nados con el desarrollo humano. En ese sentido y
al tiempo que aboga por el perfeccionamiento de
los datos sobre desarrollo humano, la O cina en-
cargada del Informe sobre Desarrollo Humano,
por principio y por motivos prácticos, no recopila
la información directamente de los países ni hace
estimaciones para llenar dichas lagunas.
La única excepción es el índice de desarrollo hu-
mano (IDH), en el cual se intenta incluir el mayor
mero posible de países miembros de las Naciones
Unidas. Idealmente, para incluir un país en dicho
índice, los organismos internacionales pertinentes
deberían disponer de datos para los cuatro compo-
nentes del IDH (ver la Nota del Cuadro 1: Acerca
del índice de desarrollo humano de este año). No obs-
tante, un número importante de países carece de in-
formación sobre uno o más de estos componentes.
En estos casos y respondiendo al deseo de los países
de ser incluidos en el IDH, la O cina encargada del
Informe sobre Desarrollo Humano hace todo lo po-
sible por identi car otros cálculos razonables para
lo cual trabaja con organismos internacionales de
estadística, Comisiones Regionales de las Naciones
Unidas, o cinas de estadística de los países y o ci-
nas locales del PNUD. En algunos pocos casos, la
O cina ha realizado sus propios cálculos de los com-
ponentes faltantes en consulta con las o cinas regio-
nales y nacionales de estadística u otros expertos.
Los indicadores de los Objetivos
de Desarrollo del Milenio
La División de Estadística de las Naciones Unidas
mantiene la Base de Datos de los Indicadores del
Milenio para el mundo (http://millenniumindica-
tors.un.org), que fue constituida a partir de series
de datos internacionales facilitadas por los organis-
mos internacionales encargados. Esta base de datos
es el fundamento estadístico del informe anual del
Nota sobre las estadísticas del
Informe sobre Desarrollo Humano
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354 INFORME SOBRE DESARROLLO HUMANO 2005
El Informe sobre Desarrollo Humano ha podido publicar las valiosas
estadísticas sobre desarrollo humano que fi guran en los cuadros de
indicadores gracias a la generosa entrega de información por parte
de los siguientes organismos:
Banco Mundial. El Banco Mundial produce y recopila datos sobre
las tendencias económicas, así como una serie muy amplia de otros
indicadores. Su publicación Indicadores del Desarrollo Mundial es
la principal fuente de numerosos indicadores que se presentan en
el Informe.
Centro de Análisis e Información sobre el Dióxido de Carbono
(CDIAC). El CDIAC es un centro de datos y análisis del Departa-
mento de Energía de los Estados Unidos que estudia el efecto inver-
nadero y el cambio climático mundial. Es la fuente de datos sobre
las emisiones de dióxido de carbono.
Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desa-
rrollo (UNCTAD). La UNCTAD proporciona estadísticas sobre co-
mercio y economía por medio de varias publicaciones, entre otras
el World Investment Report. Es la fuente original de los datos sobre
corrientes de inversión que recibe la Ofi cina encargada del Informe
sobre Desarrollo Humano de otros organismos.
División de Estadística de Naciones Unidas (UNSD) La UNSD
proporciona una amplia gama de datos y servicios estadísticos.
Gran parte de los datos sobre cuentas nacionales facilitados a la
Ofi cina encargada del Informe sobre Desarrollo Humano por otros
organismos procede de esta División. El Informe de este año tam-
bién presenta información sobre comercio y energía proveniente de
la UNSD y se nutre de su Base de Datos de los Indicadores del Mi-
lenio, la fuente de información para los cuadros de indicadores de
los Objetivos de Desarrollo del Milenio.
División de Población de Naciones Unidas (UNPOP). Esta ofi cina
especializada de las Naciones Unidas genera datos internacionales
sobre tendencias demográfi cas. La Ofi cina encargada del Informe
sobre Desarrollo Humano extrae proyecciones y estimaciones de-
mográfi cas de dos de sus principales publicaciones, World Popula-
tion Prospects y World Urbanization Prospects, al igual que de otras
publicaciones y bases de datos.
Estudio de los ingresos de Luxemburgo (LIS). El LIS es un pro-
yecto de investigación conjunto en el que participan 25 países y que
centra su interés en las temáticas relacionadas con la pobreza y la
política. Se trata de la fuente de cálculos sobre pobreza de ingresos
de muchos países miembros de la OCDE.
Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF). UNI-
CEF vela por el bienestar de todos los niños y niñas del mundo y
facilita un amplio abanico de datos. Su publicación, Estado Mundial
de la Infancia, es una importante fuente de datos para el Informe.
Fondo Monetario Internacional (FMI). El FMI dirige un extenso
programa de elaboración y recopilación de información estadística
sobre transacciones nancieras internacionales y balanza de pagos.
Buena parte de los datos económicos que ha recibido la Ofi cina
encargada del Informe sobre Desarrollo Humano a través de otros
organismos procede del FMI.
Instituto Internacional de Estocolmo para la Investigacn de
la Paz (SIPRI). El SIPRI realiza investigaciones sobre la paz y la se-
guridad internacional. Su publicación, SIPRI Yearbook: Armaments,
Disarmament and International Security, es la fuente de información
sobre gasto militar y transferencias de armas.
Instituto Internacional de Estudios Estratégicos (IISS). El Ins-
tituto es un centro independiente de investigación, información y
debate sobre los problemas que implican los confl ictos y mantiene
una amplia base de datos militares. La información sobre las fuerzas
armadas provienen de su publicación, The Military Balance.
Ofi cina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los
Refugiados (ACNUR). Esta organización de las Naciones Unidas
proporciona datos sobre refugiados a través de su publicación Sta-
tistical Yearbook u otros informes sobre estadísticas que publica
en línea.
Ofi cina de la Naciones Unidas contra las Drogas y el Delito
(ONUDD) Esta organización de las Naciones Unidas lleva a cabo
estudios comparativos internacionales para respaldar la lucha con-
tra las drogas ilícitas y la delincuencia internacional y entrega in-
formación sobre víctimas de delitos provenientes de las Encuestas
Internacionales a Víctimas de Delitos.
Organización de Cooperación y Desarrollo Económicos (OCDE)
La OCDE publica datos sobre diversas tendencias sociales y econó-
micas de sus países miembros, así como sobre los fl ujos de ayuda
nanciera. En el Informe de este año fi guran datos de la OCDE sobre
ayuda, enera, empleo y educación.
Recuadro 1 Principales fuentes de datos utilizadas en el Informe sobre Desarrollo Humano
(contia)
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INFORME SOBRE DESARROLLO HUMANO 2005 355
Secretario General de las Naciones Unidas ante la
Asamblea General sobre los avances mundiales y
regionales hacia la consecución de los Objetivos de
Desarrollo del Milenio (ODM) y sus metas. Asi-
mismo, es la fuente principal de otros informes
internacionales que presentan datos sobre los ODM
en los distintos países, como el presente informe y
los Indicadores del Desarrollo Mundial publicados
anualmente por el Banco Mundial.
El informe de este año incorpora muchos de los
indicadores de los ODM en los cuadros de indica-
dores del desarrollo humano (ver el Índice de indica-
dores de los Objetivos de Desarrollo del Milenio en los
cuadros de indicadores). Los datos correspondientes
a estos indicadores proveen la base estadística para
evaluar el progreso y las perspectivas de cada país en
cuanto a la consecución de los ODM y sus metas, así
como los potenciales bene cios que se obtendrían
con el cumplimiento de los objetivos en 2015 (ver
el Capítulo 1).
Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la
Alimentación (FAO). La FAO recopila, analiza y divulga información
y datos sobre agricultura y alimentación. Es la fuente de información
para los indicadores sobre inseguridad alimentaria.
Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la
Ciencia y la Cultura (UNESCO). El Instituto de Estadística de este
organismo especializado de las Naciones Unidas es la fuente de
los datos sobre educación. La O cina encargada del Informe sobre
Desarrollo Humano utiliza datos de las publicaciones estadísticas de
la UNESCO, así como datos que recibe directamente de su Instituto
de Estadística.
Organización Internacional del Trabajo (OIT). La OIT cuenta con
un amplio programa de publicaciones estadísticas. Entre ellas, el
Anuario de Estadísticas Laborales y los Indicadores Clave sobre el
Mercado del Trabajo son las series más completas de datos sobre el
mercado laboral. La OIT es la fuente de información sobre salarios,
empleo y ocupaciones, así como de la situación en la que se encuen-
tra la ratifi cación de los convenios sobre derechos laborales.
Organización Mundial de la Propiedad Intelectual (OMPI). Como
organismo especializado de Naciones Unidas, la OMPI promueve
la protección de los derechos de propiedad intelectual en todo el
mundo mediante diferentes tipos de gestiones coordinadas. Se trata
de la fuente de datos sobre patentes.
Organización Mundial de la Salud (OMS). Este organismo espe-
cializado mantiene una amplia serie de datos sobre aspectos re-
lacionados con la salud y constituye la fuente de los indicadores
relativos a la salud que se presentan en el Informe.
Programa Conjunto de las Naciones Unidas sobre el VIH/SIDA
(ONUSIDA). Este programa conjunto de las Naciones Unidas vigila
la propagación del VIH/SIDA y facilita actualizaciones periódicas.
El informe Report on the HIV/AIDS Epidemic, publicación conjunta
de ONUSIDA y la Organización Mundial de la Salud, es la principal
fuente de datos sobre esta enfermedad.
Proyecto Mundial sobre Desplazados Internos (IDP) El Proyecto
Mundial sobre Desplazados Internos del Consejo Noruego para los
Refugiados mantiene una base de datos en línea con información
y análisis sobre desplazamientos internos como resultado de con-
ictos en todo el mundo. Las Naciones Unidas ha designado esta
base de datos como la fuente autorizada de información sobre des-
plazados internos y se presenta por primera vez en el Informe de
este año.
Tratados Multilaterales de las Naciones Unidas Depositados
en Poder del Secretario General (Sección de Tratados de las
Naciones Unidas). La O cina encargada del Informe sobre De-
sarrollo Humano recopila información relativa a la situación de los
principales instrumentos internacionales sobre derechos humanos
y tratados ambientales a partir de la base de datos de esta o cina
de Naciones Unidas.
Unión Internacional de Telecomunicaciones (UIT). Este orga-
nismo especializado de las Naciones Unidas mantiene una amplia
serie de estadísticas sobre información y comunicaciones. Los
datos sobre las tendencias en las telecomunicaciones provienen de
su base de datos World Telecommunications Indicators.
Unión Interparlamentaria (UIP). Esta organización facilita datos
sobre las tendencias en la participación política y las estructuras
democráticas. La Ofi cina encargada del Informe sobre Desarro-
llo Humano se vale de la UIP para obtener datos relacionados con
las elecciones e información sobre la representación política de la
mujer.
Recuadro 1 Principales fuentes de datos utilizadas en el Informe sobre Desarrollo Humano (continuación)
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356 INFORME SOBRE DESARROLLO HUMANO 2005
Datos para el análisis temático
Aunque las pruebas estadísticas utilizadas en el
análisis temático del Informe con frecuencia pro-
ceden de los cuadros de indicadores, también se
recurre a una amplia variedad de fuentes adiciona-
les, como informes por encargo, documentos o cia-
les, informes nacionales sobre desarrollo humano
e informes de organizaciones no gubernamentales,
además de artículos periodísticos y otras publica-
ciones académicas. Normalmente se da prioridad a
las estadísticas o ciales, pero debido a la naturaleza
vanguardista de los temas abordados es posible que
no existan estadísticas o ciales pertinentes, por lo
que es necesario utilizar fuentes de información
no o ciales. Sin embargo, la O cina encargada del
Informe sobre Desarrollo Humano ha asumido el
compromiso de emplear datos recopilados a través
de investigación académica y cien ca y de garan-
tizar la imparcialidad de las fuentes de información
y el uso de las mismas en el alisis.
El informe de este año se funda en múltiples
fuentes de datos internacionales y nacionales para
abordar el tema de la desigualdad de ingresos y las
dimensiones del desarrollo humano no relacionadas
con los ingresos, la ayuda, el comercio y los con ic-
tos, y su relación tanto con las metas más amplias
del desarrollo humano como con los objetivos es-
pecí cos de los ODM.
Cuando en los recuadros o cuadros de texto se
utiliza información procedente de fuentes distin-
tas a las de los cuadros de indicadores del Informe,
se especi ca la fuente y se presenta la cita completa
en la bibliografía. Además, una nota resumida para
cada capítulo indica las principales fuentes de dicho
capítulo y las notas  nales especi can las fuentes
de información estadística que no proceden de los
cuadros de indicadores.
Lograr altos niveles de
calidad estadística
Si bien la O cina encargada del Informe sobre
Desarrollo Humano cumple una función limitada
en la producción de datos internacionales, reconoce
plenamente su clara responsabilidad en la difusión
de las estasticas internacionales producidas por
otras entidades a través de este Informe. Particu-
larmente, está consciente que debido al alto per l
del Informe, debe estar bien informada y ser res-
ponsable en la selección, uso y presentación de las
estadísticas.
Para lograr el más alto nivel de rigurosidad y
profesionalismo en el trabajo estadístico del In-
forme, la O cina encargada del Informe sobre
Desarrollo Humano ha procurado establecer y for-
talecer una gran variedad de procedimientos de ga-
rantía de calidad durante los últimos años. Además
de crear una poderosa capacidad estadística interna
y construir un moderno sistema de producción, los
procedimientos incluyen un Panel de asesoría es-
tadística, un proceso de evaluación estadística por
parte de expertos en el tema y la constante y estrecha
colaboración e interacción con otros organismos es-
tadísticos regionales e internacionales.
Desde 2000, un Panel de asesoría estadística
(conformado por prominentes estasticos y eco-
nomistas del desarrollo de todo el mundo) propor-
ciona asesoría y orientación intelectual y técnica de
gran utilidad al Informe. El panel suele reunirse
dos veces al año, al inicio y al término del proceso
de producción del Informe, para discutir temas re-
lacionados con los principios rectores del trabajo
estadístico del Informe y con asuntos técnicos es-
pecí cos sobre las fuentes de los datos, los métodos
de análisis o la presentación de la información rela-
tiva al contenido temático del Informe. Ocasional-
mente, se constituye un pequeño grupo de trabajo
para abordar temas especí cos y asesorar al equipo
productor del Informe. Los miembros del Panel ha-
bitualmente ocupan el cargo durante dos años.
La producción anual del Informe contempla
una evaluación estadística por los colegas que se
realiza con aportes de los funcionarios de los prin-
cipales departamentos estadísticos internacionales,
regionales y nacionales. Estos colegas expertos en
el tema son responsables de examinar la pertinen-
cia, la coherencia y la correcta interpretación de los
datos estadísticos en un borrador anticipado del In-
forme. La revisión estadística tiene lugar en forma
separada —pero simultánea— con la revisión del
contenido general del Informe y ha contribuido de
manera considerable al sostenido mejoramiento de
la calidad estadística del Informe en el transcurso
de los años. Sin embargo, el equipo a cargo del In-
forme sobre Desarrollo Humano es el responsable del
contenido  nal del Informe.
Gracias a la estrecha colaboración con organis-
mos estadísticos especializados de nivel regional e
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INFORME SOBRE DESARROLLO HUMANO 2005 357
internacional y a la activa participación en foros es-
tadísticos regionales e internacionales, entre otros la
Comisión de Estadística de las Naciones Unidas, el
Comité de Coordinación de Actividades Estadísti-
cas y otras conferencias regionales sobre estadística
y grupos de trabajo de mediciones interorganismos,
el equipo a cargo del Informe sobre Desarrollo Hu-
mano busca mantenerse siempre informado y asu-
mir su responsabilidad en la selección y uso de la
información estadística del Informe.
También se ha recurrido a otros mecanismos
para orientar y supervisar el trabajo estadístico del
Informe. Por ejemplo, la O cina encargada del In-
forme sobre Desarrollo Humano consulta regular-
mente a los estados miembros a través de sesiones in-
formales con el Directorio Ejecutivo del Programa
de las Naciones Unidas para el Desarrollo/Fondo
de Población de las Naciones Unidas. Tales consul-
tas se centran en las prácticas y principios estasti-
cas del Informe, así como en las estrategias propues-
tas para abordar problemas estadísticos especí cos
(como las incoherencias entre los datos nacionales y
los internacionales), y tienen grandes repercusiones
tanto en la credibilidad del Informe como en sus
efectos en las políticas públicas. Otro medio impor-
tante para garantizar la calidad ha sido la retroali-
mentación constante proveniente de los gobiernos
nacionales y demás usuarios del Informe.
Promover el uso innovador
de las estadísticas
Desde la primera publicación, el Informe ha sido
pionero en propiciar el desarrollo y uso innovador
de las estadísticas sobre desarrollo humano como
medio para evaluar los logros en todos los países y
facilitar el diálogo sobre políticas en torno a temas
críticos del desarrollo humano. Una de sus más
importantes contribuciones es el índice de desa-
rrollo humano (IDH) y otros índices compuestos
de este tema. Desde la primera vez que fue publi-
cado, el IDH obtuvo amplio reconocimiento como
herramienta poderosa para propiciar y supervisar el
desarrollo humano. Ha sido analizado y ampliado,
tanto en el propio Informe como en otros informes
sobre desarrollo humano de nivel nacional y regio-
nal. Este año, el Informe investiga dos nuevas for-
mas distintivas de usar el IDH: examinar las con-
tribuciones relativas al progreso de los diferentes
componentes del IDH e incorporar la desigualdad
concentrando su accionar en la diferencia entre los
más pobres de un determinado país y la población
general (Recuadro 2).
Sin embargo, para ser innovadores y e caces a la
hora de usar las estadísticas en la evaluación del pro-
greso y mejorar los debates sobre políticas, tanto el
equipo del Informe sobre Desarrollo Humano como
sus lectores necesitan interpretar y entender correc-
tamente las estadísticas.
A menos que se reconozca claramente la utili-
dad y las limitaciones de las medidas y estadísticas
seleccionadas, los mensajes asociados con las esta-
dísticas presentadas en el Informe podrían ser mal
interpretados.
Por ejemplo, las medidas relativas de pobreza,
como la proporción de personas con ingresos dis-
ponibles inferiores al 50% del ingreso disponible
nacional ajustado (un componente del índice de
pobreza humana para una selección de países de in-
gresos altos), suelen usarse para evaluar la pobreza
en países de ingresos altos. Estas medidas constitu-
yen el enfoque más revelador para comparar estos
países en un momento determinado del tiempo.
Pero cuando las naciones experimentan un creci-
miento económico acelerado, como ocurrió en Ir-
landa a  nes de los años noventa, las medidas relati-
vas de la pobreza por sí solas pueden ser engañosas
(Recuadro 3).
Al tiempo que propicia el uso innovador de las
estadísticas, la O cina encargada del Informe sobre
Desarrollo Humano permanentemente se esfuerza
por mejorar la comprensión del público y estimular
la correcta interpretación de las estadísticas presen-
tadas en el Informe. Además de otras actividades
de divulgación, la O cina organiza debates sobre
un amplio abanico de temas de medición y provee
numerosos enlaces a la información técnica de las
bases de datos de los principales organismos inter-
nacionales de información estadística a través de su
sitio web (http://hdr.undp.org/statistics/unders-
tanding/resources.cfm).
Mediante debates sobre políticas en torno a
temas críticos y contingentes del desarrollo hu-
mano, el Informe a menudo revela y propicia la
necesidad de aplicar mediciones innovadoras y re-
copilar nuevos datos en ámbitos especí cos. Puesto
que este año es el Año Internacional de la Micro -
nanciación 2005, el Informe destaca la importancia
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358 INFORME SOBRE DESARROLLO HUMANO 2005
El índice de desarrollo humano (IDH) es una medida sinóptica de
tres dimensiones del desarrollo humano: vida larga y saludable, me-
dida según la esperanza de vida al nacer; educación, medida según
el nivel de alfabetización y la matriculación escolar; y nivel de vida
digno, medido según el PIB per cápita (PPA en US$). Este año, el
Informe analiza dos nuevas maneras de usar el IDH. La primera de
ellas se refi ere a las contribuciones relativas que entregan los distin-
tos componentes del IDH al progreso del mismo. La segunda intenta
incorporar la desigualdad concentrándose en la diferencia entre los
más pobres y la población en general en los puntajes del IDH.
Salud, educacn e ingresos – no siempre van a la par. Si
bien el IDH proporciona una imagen sinóptica, el análisis de sus
componentes nos permite detectar diferencias asombrosas entre
los países. Veamos por ejemplo el caso de Bangladesh, China y
Uganda, tres países que han mejorado considerablemente su desa-
rrollo humano desde 1990, pero con puntos de partida diferentes.
Los tres han aumentado el puntaje de su IDH en alrededor de 20%
desde 1990. Las mejoras de las variables tras el IDH muestran los
diferentes caminos emprendidos por estos países para llegar donde
están.
El Cuadro 1 muestra las mejoras en esperanza de vida, alfabeti-
zación, matriculación e ingreso en los tres países, expresados en re-
lación con los niveles de 1990. El ingreso de China ha aumentado en
casi 200% durante todo el período, muchos que en Bangladesh
y Uganda. Bangladesh mejoró su esperanza de vida en alrededor de
10%, mientras Uganda no registró cambio alguno y China mejoró
menos de 10%. Las tasas de matriculación escolar y alfabetismo
mejoraron sustancialmente en Bangladesh y Uganda, situación que
ayudó en gran medida al ascenso de estos países en la clasifi ca-
ción del IDH, mientras que el aumento registrado por China en este
campo fue más moderado.
Si bien estas comparaciones apuntan de alguna manera a la
magnitud de las diferentes fuerzas que impulsan el progreso en el
IDH en los distintos países, no muestran una imagen completa. De-
bido a los diferentes puntos de partida en los componentes del IDH,
el progreso que registren en tales componentes tendrá efectos dis-
pares en los distintos países. Ades, la mayoría de los indicadores
del IDH sólo pueden llegar a un determinado límite superior, por
ejemplo, la tasa de alfabetización no puede superar el 100%. Por tal
motivo, los países con bajos niveles de desarrollo humano son más
propensos a mostrar grandes avances porcentuales.
La desigualdad y el IDH. Debido a su diseño, el IDH analiza lo-
gros promedios, de manera que por sí sólo no dice nada acerca de
la distribución del desarrollo humano al interior de un país. Debido
a la complejidad de los asuntos metodológicos y la falta de datos,
resulta difícil incorporar al IDH un elemento que re eje la distribu-
ción, particularmente en lo que se refi ere a los indicadores de salud
y educación.
Una aproximación más simple, analizada en el Informe de este
año, consiste en considerar la situación de las personas ubicadas
en la parte inferior de la escala de la distribución. Las encuestas de
ingreso y consumo por hogares muestran disparidades sorpren-
dentes entre el 20% más pobre de los habitantes y el promedio. Ni
siquiera ajustando el IDH exclusivamente en función del ingreso y
descontando las desigualdades en esperanza de vida y educación
es posible capturar la magnitud total de la desigualdad. Aún así, los
resultados son asombrosos.
En Brasil, por ejemplo, país que ocupa el lugar 63 en la cla-
sifi cación global del IDH, el 20% más pobre de la población (aún
bajo el supuesto sumamente optimista de que sus logros en salud
y educación refl ejan el promedio general) se ubicaría entre 115 y
52 lugares más abajo que el promedio del país (Cuadro 2). Cierta-
mente, la situación del 20% más pobre de Brasil es comparable a
la de países como Guatemala, Honduras y Mongolia. Otros países
Recuadro 2 Nuevas aplicaciones del índice de desarrollo humano
Índice (1990 = 100)
País Año
Esperanza
de vida
Alfabetización
adultos
Matriculación
combinada en
escuela prima-
ria, secundaria
y terciaria
PIB per cápita
(PPA en US$)
Bangladesh 2003 115 120 153 143
China 2003 106 116 129 296
Uganda 2003 102 123 193 157
Cuadro 1 Mejoras en los componentes del IDH en
Bangladesh, China y Uganda, de 1990 a 2003
Clasifi cación en el IDH
País Toda la población 20%s pobre Diferencia
México 53 108 55
Brasil 63 115 52
Chile 36 85 49
Argentina 34 78 44
Tailandia 72 108 36
Federación de Rusia 62 95 33
Belarús 66 98 32
China 85 115 30
Estados Unidos 10 31 21
Suecia 6 25 19
Cuadro 2 Diferencias de clasifi cación en el IDH
entre el 20%s pobre y el promedio
nacional de una selección de países
(contia)
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INFORME SOBRE DESARROLLO HUMANO 2005 359
que registran las diferencias más grandes en la clasifi cación del IDH
para los pobres son México, Chile y Argentina –países enormemente
desiguales. Pero la diferencia es grande incluso en países altamente
desarrollados y más cercanos a la casi igualdad, como el caso de
Suecia, donde el 20% más pobre se situaría en la posición 25, a di-
ferencia del puesto número 6 que ocupa la población promedio.
Para garantizar la posibilidad de comparar los datos entre países de
ingresos altos, la mayoría de las bases de datos, como el Estudio de
los ingresos de Luxemburgo (www.lisproject.org), mide la pobreza
relativa. En lugar de adoptar un umbral de pobreza absoluto (por
ejemplo, el umbral internacional de un dólar al día que se aplica a los
países en desarrollo), las mediciones de la pobreza relativa miden
el índice de pobreza como la proporción de personas con ingreso
disponible inferior al 50% ó 60% del ingreso nacional promedio dis-
ponible ajustado. Este enfoque es el más ilustrativo para realizar
comparaciones en un momento determinado del tiempo entre los
países. Pero cuando las naciones experimentan crecimiento econó-
mico rápido, como en el caso de Irlanda a fi nes de los años noventa,
las mediciones de la pobreza relativa por sí solas pueden a veces
inducir a errores.
Basándose en las mediciones del 50% y 60% de la media del
ingreso, el cuadro muestra dos series cronológicas de cálculos de
pobreza diferentes para Irlanda –relativo y anclado– para el período
19942000. El umbral de pobreza relativo se desplaza todos los
años de acuerdo con la media anual del ingreso de un país. El um-
bral de pobreza anclado mantiene el umbral de pobreza del primer
año y se ajusta luego todos los años sen los cambios en los pre-
cios al consumidor.
De acuerdo con el umbral de pobreza relativo de 60% de la
media anual del ingreso, la medida predilecta de la Unión Europea,
la pobreza en Irlanda aumentó 11,3% entre 1994 y 2000 (ver el Cua-
dro). Pero si fi jamos el umbral de pobreza en 60% de la media del
ingreso de 1994 y ajustamos el umbral sólo según los cambios en
los precios al consumidor de los años siguientesel sistema del um-
bral de pobreza anclado– la pobreza en Irlanda disminuye en 55,9%
durante el mismo período. Patrones similares emergen si se usa el
umbral de la media del ingreso del 50% –una medida utilizada por la
mayoría de los analistas internacionales de la pobreza y también por
el índice de pobreza humana de este informe. Según el cuadro, el ín-
dice de pobreza de 11,9% en 1994 aumenta a 16,5% en 2000 sobre
una base relativa, mientras cae ens de tres cuartas partes a sólo
3,5% si se usa el enfoque anclado. Los dos conjuntos diferentes de
umbrales de la pobreza –relativo y anclado– presentan dos historias
distintas sobre la tendencia de la pobreza en Irlanda.
Es evidente que cuando las condiciones económicas cambian
con rapidez, las tendencias de la pobreza relativa no siempre mues-
tran un panorama completo de cómo los cambios económicos afec-
tan la vida de las personas. Estas tendencias relativas indican que
no todos los ingresos crecieron al mismo ritmo en Irlanda y que los
ingresos más bajos aumentaron más lento que los más altos (de
lo contrario, la pobreza relativa también habría disminuido). Pero
incluso así, los ingresos más bajos aumentaron lo su ciente como
para reducir la pobreza anclada casi en un 50%. En particular, las
transferencias sociales aumentaron en forma considerable en tér-
minos reales, de modo que los jubilados, por ejemplo, mejoraron
marcadamente su nivel de vida pese a que todavía quedaron a la
zaga respecto del rápido aumento de los ingresos generado por el
empleo y las utilidades. Si esto representa o no “crecimiento econó-
mico a favor de los pobres” sigue siendo materia de discusión, pero
es necesario reconocer ambos lados de la historia.
Fuente: HDRO, 2005.
Recuadro 3 Dos historias sobre pobreza en Irlanda
50% de la mediana del
ingreso
60% de la mediana del
ingreso
Año
Umbral de
pobreza
relativo
Umbral de
pobreza
anclado
Umbral de
pobreza
relativo
Umbral de
pobreza
anclado
1994 11,9 11,9 20,4 20,4
1995 12,9 11,1 20,8 19,2
1996 12,3 8,5 21,8 16,6
2000 16,5 3,5 22,7 9,0
Cambio porcentual
1994-2000 38,7 –70,6 11,3 –55,9
Diferencias entre umbrales de pobreza
relativos y anclados en Irlanda
Fuente: Nolan, Munzi y Smeeding 2005.
Recuadro 2 Nuevas aplicaciones del índice de desarrollo humano (continuación)
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360 INFORME SOBRE DESARROLLO HUMANO 2005
de que los pobres tengan acceso a fuentes adecuadas
de servicios  nancieros para que puedan ayudar a
sus familias y comunidades a escapar de la pobreza.
Asimismo, llama la atención sobre la urgencia de re-
copilar más información para evaluar tanto las ne-
cesidades como los efectos de la micro nanciación
(Recuadro 4).
La necesidad de contar con
mejores estadísticas sobre
el desarrollo humano
Pese a que el Informe de este año presenta los mejores
datos disponibles para medir el desarrollo humano,
siguen existiendo muchas lagunas y problemas.
Lagunas en los datos
Las lagunas que existen en todos los cuadros de indi-
cadores son una clara demostración de la acuciante
necesidad de mejorar la disponibilidad de estasti-
cas sobre el desarrollo que sean pertinentes,  ables
Indicador
Países sin datos de
tendencias
Países sin ningún
tipo de datos
Peso insufi ciente para
la edad 115 35
Tasa neta de matricu-
lación en primaria 40 9
Niños que llegan a 5º
año escolar 114 53
Alfabetización de
jóvenes 57 29
Partos atendidos por
personal sanitario
especializado 162 9
Proporción de mujeres
en empleo asalariado
no agrícola 68 15
Incidencia del VIH
entre mujeres
embarazadas de 15 a
24 años en principales
zonas urbanas 162 139
Población con acceso
sostenible a fuente de
agua mejorada, rural 59 15
Población que vive con
menos de un dólar
al día 93 67
Nota: Los datos se refi eren a países en desarrollo y a países de Europa Central
y Oriental y de la Comunidad de Estados Independientes. Se considera que un
país tiene datos de tendencias si existen datos de por lo menos dos momentos en
el tiempo, uno en 1990–1996 y otro en 1997–2003 y ambos momentos están
separados por al menos tres años.
Fuente: Ofi cina encargada del Informe sobre Desarrollo Humano, sobre la base de
ONU 2005f.
y oportunas. Un ejemplo patente de dichas lagunas
en los datos es el gran número de países excluidos
del IDH. Aunque la idea es incluir a todos los paí-
ses miembros de las Naciones Unidas, además de
Hong Kong, China (RAE) y los Territorios Pales-
tinos Ocupados, debido a la falta de datos  ables
16 países miembros quedaron fuera del IDH y por
consiguiente, también de los principales cuadros
de indicadores (los indicadores básicos disponibles
para estos países se presentan en el Cuadro 33). Asi-
mismo, el índice de pobreza humana incluye úni-
camente a 103 países en desarrollo y 18 países de
ingresos altos de la OCDE, el índice de desarrollo
relativo al género, a 140 países, y el índice de poten-
ciación del género, a 80. En un número signi cativo
de países, la información sobre los componentes de
dichos índices no es  able ni está actualizada y en
algunos casos debió ser calculada (para más infor-
mación sobre la de nición y la metodología de los
índices, ver la Nota técnica 1).
Otro aspecto revelador son las lagunas en
la Base de Datos de los Indicadores del Milenio
(http://millenniumindicators.un.org), la cual se
basa en estadísticas nacionales compiladas o calcu-
ladas por organismos de estadística internacionales.
Pese al considerable progreso logrado en los últimos
os, hay muchos países que aún carecen de datos
para la mayoría de los indicadores de los ODM en
el período comprendido entre 1990 y 2003 y muy
pocos registran datos de tendencias durante ese
mismo período (Cuadro 1). La información para
algunos indicadores, como las tasas de mortalidad
materna (Recuadro 5), es particularmente difícil de
obtener.
Discrepancias entre los cálculos
nacionales e internacionales
El Informe a menudo ha revelado discrepancias
entre los datos nacionales e internacionales, los
cuales se hacen particularmente visibles en el IDH.
Algunas veces se impugna una laguna en una serie
de datos internacionales y se alega la disponibilidad
de un cálculo nacional, pero es más frecuente que se
cuestione la precisión del cálculo internacional y se
proponga una estimación nacional diferente. Tales
incoherencias suelen cuestionar la precisn y  abi-
lidad de los datos que se presentan en el Informe
y ponen en duda su credibilidad estadística y sus
repercusiones en materia de políticas públicas.
Cuadro 1 Persisten grandes lagunas de
datos incluso en indicadores
básicos del desarrollo humano:
países sin datos 1990–2003
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INFORME SOBRE DESARROLLO HUMANO 2005 361
Las investigaciones económicas respaldan la visión general según la cual el acceso a servicios
nancieros activos y efi cientes contribuye enormemente al crecimiento económico. Los pobres pueden
salir benefi ciados particularmente de servicios tales como préstamos, depósitos de ahorro, sistemas
de seguro y pagos. Los casos de los que se tiene conocimiento parecen indicar que los servicios fi -
nancieros están llegando a más personas pobres y que, como resultado de ello, no sólo aumenta la
riqueza de los receptores, sino que de la comunidad en su conjunto. Sin embargo, siguen faltando
datos concluyentes sobre quién recibe qué tipo de servicios, qué tan efi cientes son tales servicios y
sus fuentes de fi nanciación, y la información disponible incluso puede no servir de mucho: los cálculos
sobre los clientes de la microfi nanciación en el mundo oscilan entre 70 millones y 750 millones. Por ello,
necesitamos contar con mejores datos para comprender de qué manera la microfi nanciación puede
desplegar su pleno potencial y contribuir de manera efi ciente al desarrollo humano.
Esa información es útil para que los proveedores privados de microfi nanciación puedan canalizar
sus inversiones, pero además, los encargados de la formulación de las políticas públicas y los fi sca-
lizadores, tanto en el ámbito nacional como en los organismos donantes bilaterales y multilaterales,
necesitan saber si los pobres tienen acceso a servicios fi nancieros y en qué medida, a fi n de medir la
efi cacia de sus propias actividades y decidir cuáles son las reformas reglamentarias o estructurales
requeridas.
Dada la necesidad de hacer converger la información entre los intereses públicos y privados, varias
instituciones se han visto motivadas a considerar cuál es la mejor manera de avanzar. Por ejemplo,
el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional (FMI) prestan ahora más atención a la microfi -
nanciación en sus procesos de Evaluación del sector fi nanciero. Otro ejemplo es el Departamento de
Desarrollo Internacional (DFID) del Reino Unido, el cual ha avanzado en la recopilación de datos sobre
acceso a fi nanciación en Sudáfrica. En este sentido, en octubre de 2004, el Fondo de las Naciones
Unidas para el Desarrollo de la Capitalización (FNUDC), el Banco Mundial y el FMI, convocaron a los
principales economistas y estadísticos para determinar la manera de obtener mejores datos.
África Occidental constituye un ejemplo de lo que se puede lograr con este enfoque. Desde 1993,
el Banco Central de África Occidental recopila estadísticas detalladas sobre instituciones que ofrecen
microfi nanciación en siete países de la región y gracias a la información recopilada, se enteró que la
cantidad de instituciones que ofrecieron este servicio entre 1994 y 2004 aumentó seis veces y que
los puntos de atención se incrementaron de 1.000 a 3.000 locales. Más aún, el Banco sabe que estos
servicios llegan a más de 12% de la población activa de la región y que el valor de los depósitos se
multiplicó por trece desde 1994. También hay algunas pruebas de un crecimiento económico particu-
larmente intenso en las zonas donde se incrementó la microfi nanciación y aunque se trata de una señal
alentadora, el efecto de estos servicios necesita ser analizado con mayor profundidad.
El presente año internacional de la micro nanciación 2005 emerge como una oportunidad única
para comprender y abordar la falta de información crítica sobre el acceso de las personas pobres y
de bajo ingreso a servicios fi nancieros integrales y para determinar de qué manera se puede mejorar
la efi cacia de estos servicios en el futuro.
Recuadro 4 Medir el acceso a fi nanciación
Fuente: Fischer, Banny y Barrineau 2005.
Algunas de las diferencias entre los datos na-
cionales e internacionales son inevitables, pues sur-
gen del proceso de armonización internacional que
se utiliza para ajustar los datos nacionales debido
a que no coinciden con los estándares y de nicio-
nes internacionales, son de mala calidad o por otros
motivos. Cuando faltan datos de un país, los orga-
nismos internacionales pueden generar un cálculo
aproximado en caso de que exista otra información
pertinente. En algunos casos se produce un indi-
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362 INFORME SOBRE DESARROLLO HUMANO 2005
cador internacional (por ejemplo el PIB per cápita
en términos de la paridad del poder adquisitivo en
US$), principalmente para realizar comparaciones
internacionales, indicador que no puede compa-
rarse directamente con otras estadísticas naciona-
les relacionadas.
Sin embargo, en otros casos las discrepancias
en los datos pueden surgir como resultado de la
falta de coordinación, ya sea entre los organismos
nacionales e internacionales de estadística o entre
distintas entidades gubernamentales al interior del
sistema nacional de estadística, discrepancias que
se pueden evitar. Algunas veces, las estadísticas na-
cionales más recientes no se ponen a disposición de
la entidad internacional correspondiente a tiempo,
no obstante los serios esfuerzos realizados por ésta
para recopilar la información. Otras veces, cuando
en un país existen múltiples fuentes para un deter-
minado indicador, los datos aportados por un or-
ganismo gubernamental no han sido coordinados a
través de la o cina nacional de estadística y pueden
ser cuestionados por el gobierno una vez que se pu-
blican en la serie internacional. Ocasionalmente, se
deslizan errores en la propia compilación de las se-
ries de datos internacionales.
Aunque los principales responsables de estas
discrepancias son los productores de datos interna-
cionales y sus contrapartes nacionales y regionales,
todos los usuarios de los datos deben apoyar sus
gestiones. La O cina encargada del Informe sobre
Desarrollo Humano cumple una función especial-
mente importante debido al alto per l del Informe.
En este sentido, en los últimos años ha asumido una
actitud más activa en identi car anticipadamente
los posibles problemas, solucionar los potenciales
con ictos interviniendo oportunamente con los
gobiernos y los organismos internacionales y par-
ticipar en debates públicos más notorios en torno a
los problemas y sus soluciones.
En particular, la O cina encargada del Informe
sobre Desarrollo Humano reconoce la función sin-
gular que desempeña el Informe en cuanto a:
Propiciar mejoras en las mediciones y los datos
del desarrollo humano a través del Informe, lo
que incluye la necesidad de que los países adop-
ten estándares y de niciones internacionales en
ámbitos básicos de la estadística y que las meto-
dologías y procesos que aplican los organismos
internacionales sean más accesibles y transpa-
rentes.
Identi car posibles problemas y coordinar a los
organismos nacionales e internacionales para
solucionar las diferencias.
Mejorar la divulgación estadística a  n de au-
mentar la comprensión pública de los principios
y procesos estadísticos y mejorar la conciencia
respecto de la responsabilidad que le cabe a cada
gobierno.
Por otra parte, reconoce explícitamente el papel
de las o cinas de países del PNUD como socios
tanto en la difusión del Informe como en la coordi-
nación con los gobiernos. Con su ayuda es posible
mejorar la capacidad nacional de manejar informa-
ción estadística, particularmente a través de la mejor
comunicación y coordinación entre los organismos
nacionales e internacionales con el  n último de re-
ducir las discrepancias entre los datos.
Desde el año pasado, la O cina encargada del
Informe sobre Desarrollo Humano ha tomado im-
portantes medidas destinadas a formular mejores
herramientas de lanzamiento, crear un nuevo sitio
estadístico en la Web y capacitar a los expertos na-
cionales y al personal destacado en las o cinas de
países del PNUD. Si bien continúa trabajando en
estrecha colaboración con los organismos interna-
cionales relacionados con el tema, la O cina encar-
gada del Informe sobre Desarrollo Humano ahora
mantiene un contacto más directo con las o cinas
nacionales de estadística y otros organismos gu-
bernamentales. Mientras tanto, muchos gobiernos
reconocen cada vez más las consecuencias de las
discrepancias en los datos para los debates y las dis-
cusiones sobre poticas nacionales y reconocen el
papel que deben desempeñar en reducirlas. Más y
más gobiernos, tal como el de Qatar (Recuadro 6),
trabajan en pos de mejorar la coordinación con los
organismos internacionales de estadística y entre
entidades gubernamentales al interior del sistema
nacional de estadística.
Hacia una mayor capacidad estadística
Para poner  n a las enormes lagunas y de ciencias en
la información estadística, es indispensable que los
países desarrollen una buena capacidad estastica,
lo que implica asumir un compromiso  nanciero y
político tanto en el nivel nacional como internacio-
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INFORME SOBRE DESARROLLO HUMANO 2005 363
La mortalidad materna cobra alrededor de medio millón de vidas al año y otros tantos millones de
mujeres se ven afectadas por enfermedades como resultado de complicaciones durante el emba-
razo. Aunque sabemos que el mundo no cumplirá el Objetivo de Desarrollo del Milenio de reducir en
dos terceras partes la mortalidad materna, es complejo predecir exactamente qué tanto se alejará de
la meta, porque la medición precisa de las tasas de mortalidad materna reviste enormes difi cultades.
Los datos nacionales sobre muertes maternas suelen adolecer de problemas como información
incompleta y clasifi cación errónea. Sólo una tercera parte de la población mundial vive en países que
mantienen estadísticas integrales sobre los nacimientos y las defunciones de su población (registro
demográfi co), la formas efi ciente de medir la mortalidad de adultos (entre otras la materna). Incluso
en países con buenos registros demográfi cos cuesta identifi car con precisión las muertes maternas,
entre las que se cuentan aquellas debido a causas obstétricas directas y las enfermedades agravadas
por el embarazo y el parto, y con frecuencia se registran en forma incompleta. Más aún, muchas de
las muertes maternas que ocurren en los países en desarrollo, y especialmente en aquellos que tienen
altas tasas de mortalidad materna, suceden fuera de los establecimientos de salud y no son contem-
pladas en absoluto en los registros.
Cuando no existen buenos sistemas de registro demográfi co para medir la mortalidad materna
debido a que no es muy frecuente, se necesitan onerosas encuestas por hogares de gran alcance o
bien censos aplicados en forma regular. Incluso cuando se aplican técnicas de cálculo indirecto (por
ejemplo, el método de hermandad femenina) en las encuestas —como las Encuestas Demográ cas
y Sanitarias— los cálculos sobre las tasas de mortalidad materna resultantes inevitablemente están
asociados con grandes errores esndares, suelen referirse a un período anterior y no sirven para
evaluar el impacto a corto plazo de las políticas.
En un esfuerzo destinado a abordar las lagunas y la falta de comparabilidad de los datos nacio-
nales, la Organización Mundial de la Salud (OMS), el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia
(UNICEF) y el Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA) han desarrollado cálculos inter-
nacionales aproximados con la ayuda de una metodología que ajusta los datos informados por cada
país para tener en cuenta la información incompleta y las clasifi caciones erróneas, al tiempo que crea
cálculos basados en modelos para países sin datos recientes de calidad aceptable. Estos cálculos
modelados, los cuales se usan en este Informe y en otros importantes informes de seguimiento mun-
dial, se fundan en datos de disponibilidad más general sobre fecundidad y cobertura de asistentes
califi cados durante el parto para predecir la mortalidad materna.
Hasta la fecha, se han generado tres series de cálculos internacionales separados para 1990,
1995 y 2000. Debido al alto nivel de incertidumbre y la falta de comparabilidad debido a cambios en la
metodología, estos cálculos aproximados sólo se pueden usar para indicar el alcance del problema,
pero sirven poco para establecer tendencias en el tiempo.
La mayoría de las muertes maternas (aproximadamente tres de cada cuatro) se debe a complica-
ciones obstétricas que la tecnología actual puede tratar. Por consiguiente, los indicadores de proce-
sos, tales como la proporción de partos atendidos por personal sanitario califi cado y la cobertura de
atención obstétrica de emergencia, se usan cada vez más como variables substitutas para evaluar las
tendencias de la mortalidad materna y para adoptar políticas y programas de salud pública destinados
a mejorar la salud de las madres.
Recuadro 5 Seguimiento de la mortalidad materna
Fuentes: Abou-Zahr 2005; Proyecto del Milenio de las Naciones Unidas 2005; UNICEF, OMS y UNFPA 1997; OMS
2005.
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364 INFORME SOBRE DESARROLLO HUMANO 2005
nal. El impulso creado por el proceso de los Objeti-
vos de Desarrollo del Milenio ha movilizado a toda
la comunidad estadística internacional y hoy hay
numerosas iniciativas en marcha, incluida la formu-
lación de estrategias nacionales para el desarrollo de
estadísticas recomendadas en el Plan de Acción de
Marrakech para el Trabajo Estadístico (http://uns-
tats.un.org/unsd/statcom/doc04/marrakech.pdf)
y apoyadas por la Alianza de Estadísticas para el
Desarrollo en el Siglo XXI (Recuadro 7).
Es necesario que los organismos internaciona-
les de estadística sigan participando activamente en
el desarrollo de mejores estadísticas y que a este  n
impulsen, promuevan y apliquen normas, métodos
y marcos acordados en el ámbito internacional para
las actividades estadísticas, al tiempo que fortalecen
su propia capacidad estadística con el  n de satis-
facer la creciente demanda por mejores estasticas
nacionales para supervisar el desarrollo humano.
El Gobierno de Qatar advirtió que algunos datos presentados en los últimos Informes sobre Desarrollo
Humano no coincidían con la información ofi cial publicada por el país, situación que generaba dispari-
dades en una serie de índices. Algunas de las estadísticas utilizadas en los Informes sobre Desarrollo
Humano estaban obsoletas y otras que fi guraban como no disponibles de hecho sí existían. En algunos
casos, los cuadros sobre desarrollo humano elaborados por el Consejo de Plani cación no concorda-
ban con los que aparecían en el Informe.
El Consejo de Planifi cación de Qatar solicitó asesoría a la Ofi cina encargada del Informe sobre
Desarrollo Humano y desde entonces mantiene una relación fl uida de comunicación y cooperación, lo
que incluyó la asesoría de un experto de la HDRO quien visitó Qatar en diciembre de 2004.
Debido a que el Informe sobre Desarrollo Humano depende de las series estadísticas publicadas
por otros organismos internacionales productores de datos, el Consejo de Planifi cación se contactó
directamente con 22 entidades internacionales a fi n de asegurar que la información estadística co-
rrespondiente a Qatar fuera precisa e integral. A su vez, la iniciativa redundó en una cooperación más
activa entre la organización de estadística de Qatar y las principales entidades pertinentes de las
Naciones Unidas.
Qatar inició un activo proceso de cooperación entre los usuarios y los productores de estadísticas
destinado a normalizar y hacer más preciso el fl ujo de información. En mayo de 2004 organi un sim-
posio que contó con la participación de representantes de las organizaciones de estadística de varios
organismos de la ONU, donde se formuló una estrategia de cooperación más activa entre los usuarios
y los productores, así como mecanismos de información más oportunos y precisos. Desde entonces,
esta estrategia se ha aplicado con rigurosidad y se han conseguido mejoras sustanciales. En mayo de
2005 se realizó un simposio complementario para hacer un seguimiento de la iniciativa.
Recuadro 6 Enfrentar situaciones de incoherencia en los datos– la experiencia de Qatar
Fuente: Aboona 2005.
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INFORME SOBRE DESARROLLO HUMANO 2005 365
Usar estadísticas de buena calidad permite mejorar las decisiones normativas y los resultados en
materia de desarrollo. Es posible realizar la transición hacia la formulación de políticas fundadas en
pruebas adoptando estrategias de formación de capacidades totalmente integradas a los procesos
normativos nacionales, tales como las estrategias de reducción de la pobreza y el seguimiento del
progreso hacia los Objetivos de Desarrollo del Milenio. Disponer de una Estrategia nacional de desa-
rrollo estadístico es un factor que ayuda a cumplir este objetivo, pues este tipo de iniciativas convierten
las prioridades estadísticas en un programa de trabajo detallado y fl exible que se basa en el sistema
de estadística disponible y en procesos de mejoramiento sostenidos, como por ejemplo el Sistema
General de Divulgación de Datos del Fondo Monetario Internacional y los Principios Fundamentales
de la ONU para las Estadísticas O ciales.
Una buena estrategia que cuente con el respaldo del compromiso político y la nanciación ade-
cuada puede incrementar la contribución de un sistema nacional de estadística, puesto que ayuda a
los países a escapar del ciclo vicioso de falta de fi nanciación y desempeño de ciente. Sin embargo,
es crucial contar con apoyo de la comunidad internacional para el desarrollo, puesto que los países
que más necesitan contar con mejores estadísticas son los que menos pueden afrontar sus costos. En
este sentido, el Fondo Fiduciario para la Formación de Capacidades Estadísticas del Banco Mundial es
una fuente importante de fi nanciación en forma de donaciones destinada a ayudar a los países en la
formulación de una estrategia nacional para el diseño de su sistema de estadística. El Banco Mundial
también ha lanzado un nuevo programa, denominado STATCAP, para permitir que los países accedan
a préstamos y créditos que ayuden en la ejecución de la estrategia mencionada.
El Plan de acción de Marrakech 2004 sobre trabajo estadístico (MAPS, por sus siglas en inglés)
recomienda que todos los países de ingreso bajo preparen una estrategia nacional de desarrollo esta-
dístico de aquí a 2006 y comiencen a aplicarla el año siguiente para contar con datos de buena calidad
y producidos en el propio país para la siguiente revisión general de los Objetivos de Desarrollo del
Milenio que se llevará a cabo en 2010. Aunque ambiciosa, la meta se puede lograr. En este sentido,
la Colaboración en materia de estadística para el desarrollo en el siglo XXI (PARIS21) realiza labores
de promoción, formula documentos y directrices metodológicas y facilita programas regionales con
organizaciones asociadas. Asimismo, como objetivo principal de su programa de trabajo 2004-2006,
plantea ayudar a los países a conseguir la meta. Las directrices para una estrategia nacional de de-
sarrollo estadístico y el plan de trabajo de PARIS21 pueden conocerse en el sitio web de PARIS21:
www.paris21.org.
Recuadro 7 Estrategias nacionales para la elaboración de información estadística
Fuente: William 2005.
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366 INFORME SOBRE DESARROLLO HUMANO 2005
0ARTICIPACIØNPOLÓTICA
YPODERDEDECISIØN
0ARTICIPACIØNECONØMICAY
PODERDEDECISIØN
·NDICEDEPOTENCIACIØNDEGÏNERO)0'
#ONTROLDELOS
RECURSOSECONØMICOS
0ROPORCIØNDEMUJERESY
HOMBRESCONESCA×OS
PARLAMENTARIOS
%$%0DELA
REPRESENTACIØN
PARLAMENTARIA
%$%0DELA
PARTICIPACIØNECONØMICA
%$%0DELOS
INGRESOS
%STIMACIØNDEINGRESOS
PERCIBIDOSPOR
MUJERESYHOMBRES
#/-0/.%.4%
).$)#!$/2
0/2#%.4!*%
%15)6!,%.4%
)'5!,-%.4%
$)342)"5)$/
%$%0
*1(
0ARTICIPACIØNDEMUJERES
YHOMBRESENPUESTOS
PROFESIONALESY
TÏCNICOS
0ARTICIPACIØNDEMUJERES
YHOMBRESENPUESTOSDE
LEGISLADORESALTOSFUNCIONARIOS
ODIRECTIVOS
6IDALARGA
YSALUDABLE %DUCACIØN
4"-
MUJERES
4"-
HOMBRES
4ASADE
ALFABETIZACIØN
DEMUJERES
ADULTAS
·NDICEDE
EDUCACIØNDE
HOMBRES
·NDICEDEEDUCACIØN
IGUALMENTEDISTRIBUIDO
·NDICEDEESPERANZA
DEVIDAIGUALMENTE
DISTRIBUIDO
·NDICEDEDESARROLLORELATIVOALGÏNERO)$'
·NDICEDE
EDUCACIØNDE
MUJERES
4ASADE
ALFABETIZACIØN
DEHOMBRES
ADULTOS
.IVELDE
VIDADIGNO
%SPERANZADE
VIDAALNACER
MUJERES
%SPERANZADE
VIDAALNACER
HOMBRES
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#/-0/.%.4%
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·NDICEDE
ESPERANZADE
VIDAHOMBRES
·NDICEDE
ESPERANZADE
VIDAMUJERES
·NDICEDE
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·NDICEDE
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DEINGRESOS
PERCIBIDOS
PORHOMBRES
·NDICEDEINGRESOS
IGUALMENTEDISTRIBUIDO
%DUCACIØN
0RIVACIØNDENIVEL
DEVIDADIGNO
.IVELDEVIDADIGNO
0ORCENTAJEDELAPOBLACIØN
SINACCESOSOSTENIBLEA
FUENTEDEAGUAMEJORADA
0ORCENTAJEDENI×OS
CONPESOINSUFICIENTE
PARASUEDAD
#/-0/.%.4%
).$)#!$/2
*1)
0ROBABILIDADALNACER
DENOVIVIR
HASTALOSA×OS
·NDICEDEPOBREZAHUMANA
PARAPAÓSESENDESARROLLO)0(
6IDALARGA
YSALUDABLE
4ASADEANALFABETISMO
DEADULTOS
%DUCACIØN
·NDICEDEPOBREZAHUMANA
PARAUNASELECCIØNDEPAÓSESDELA/#$%)0(
.IVELDE
VIDADIGNO
%XCLUSIØN
SOCIAL
0ROBABILIDADALNACER
DENOVIVIR
HASTALOSA×OS
0ORCENTAJEDEPERSONAS
QUEVIVENPORDEBAJO
DELUMBRALDEPOBREZA
4ASADEDESEMPLEO
ALARGOPLAZO
#/-0/.%.4%
).$)#!$/2
6IDALARGA
YSALUDABLE
*1)
0ORCENTAJEDEADULTOSQUE
CARECENDEAPTITUDESDE
ALFABETIZACIØNFUNCIONAL
%DUCACIØN
4ASABRUTADE
MATRICULACIØN4"-
4ASADEALFABETIZACIØN
DEADULTOS
·NDICEDELA4"-
·NDICEDEALFABETIZACIØN
DEADULTOS
·NDICEDEESPERANZADEVIDA
·NDICEDEDESARROLLOHUMANO)$(
%SPERANZADE
VIDAALNACER
·NDICEDEL0)"
#/-0/.%.4%
).$)#!$/2
·.$)#%$%,
#/-0/.%.4%
6IDALARGA
YSALUDABLE
.IVELDEVIDA
DIGNO
·NDICEDEEDUCACIØN
0)"PERCÉPITA
00!EN53
*%)
NOTA TÉCNICA 1
Cálculo de los índices de desarrollo humano
Los siguientes diagramas resumen cómo se confeccionaron los cinco índices de desarrollo humano utilizados en el Informe sobre Desarrollo
Humano, destacando sus similitudes y sus diferencias. En el texto de las páginas siguientes se entrega una explicación detallada.
51334_UNDP_353_404_ACG.indd 36651334_UNDP_353_404_ACG.indd 366 8/18/05 11:16:10 PM8/18/05 11:16:10 PM
INFORME SOBRE DESARROLLO HUMANO 2005 367

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)NDICADOR
·NDICEDEL
COMPONENTE
6ALORDEREFERENCIA
PARAEL
VALORMÉXIMO
6ALORDEREFERENCIA
PARAEL
VALORMÓNIMO
6ALORDEL
INDICADOR
6ALORDEL
ÓNDICE
%LÓNDICEDEDESARROLLO
HUMANO)$(
&M*%)FTVOBNFEJEBTJOÓQUJDBEFMEFTBSSPMMP
IVNBOP.JEFFMQSPHSFTPNFEJPEFVOQBÎTFO
USFTBTQFDUPTCÃTJDPTEFMEFTBSSPMMPIVNBOP
r %JTGSVUBS EF VOB WJEBMBSHBZTBMVEBCMF
NFEJEB B USBWÊT EF MB FTQFSBO[B EF WJEB BM
OBDFS
r %JTQPOFSEFFEVDBDJÓONFEJEBBUSBWÊTEFMB
UBTB EF BMGBCFUJ[BDJÓO EF BEVMUPT DPO VOB
QPOEFSBDJÓO EF EPT UFSDJPT Z MB UBTB CSVUB
DPNCJOBEB EF NBUSJDVMBDJÓO FO QSJNBSJB
TFDVOEBSJB Z UFSDJBSJB DPO VOB QPOEFSBDJÓO
EFVOUFSDJP
r 5FOFSVOOJWFMEFWJEBEJHOPNFEJEPBUSBWÊT
EFM1*#QFSDÃQJUB11"FO64
"OUFTEFDBMDVMBSFM*%)FTOFDFTBSJPDSFBSVO
ÎOEJDFQBSBDBEBVOPEFFTUPTDPNQPOFOUFTMPT
ÎOEJDFTEFFTQFSBO[BEFWJEBFEVDBDJÓOZ1*#
QBSB MP DVBM TF FTDPHFO WBMPSFT NÎOJNPT Z
YJNPTWBMPSFT EFSFGFSFODJBQBSB DBEB VOP
EFMPTUSFTJOEJDBEPSFT
6ALORESDEREFERENCIAPARAEL
CÉLCULODEL)$(
6ALOR 6ALOR
)NDICADOR MÉXIMO MÓNIMO
%SPERANZADEVIDAALNACERA×OS  
4ASADEALFABETIZAIØNDEADULTOS 
4ASABRUTACOMBINADADEMATRICULACIØN
0)"PERCÉPITA00!EN53  
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%SPERANZA
DEVIDA
A×OS
·NDICEDE
ESPERANZA
DEVIDA
6ALORMÉXIMO
DEREFERENCIA
A×OS
6ALORMÓNIMO
DEREFERENCIA
A×OS
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4ASADE
ALFABETIZACIØN
DEADULTOS

4ASABRUTA
DE
MATRICULACIØN

·NDICEDE
EDUCACIØN

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





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
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#ØMOSECALCULAEL)$(
&OFTUFFKFNQMPEFDÓNPTFDBMDVMBFM*%)TFVUJMJ[BOEBUPT
EF4VEÃGSJDB
$ÃMDVMPEFMÎOEJDFEFFTQFSBO[BEFWJEB
&MÎOEJDFEFFTQFSBO[BEFWJEBNJEFMPTMPHSPTSFMBUJWPTEFVO
QBÎT FODVBOUPBFTQFSBO[BEF WJEB BM OBDFS 1BSB4VEÃGSJDB
DVZBFTQFSBO[BEFWJEBFSBEFBÒPTFOFMÎOEJDFEF
FTQFSBO[BEFWJEBFTEF
·NDICEDEESPERANZADEVIDA
n

n
0)"
PERCÉPITA
00!EN53
%SCALALOGARÓTMICA
6ALORMÉXIMO
DEREFERENCIA

6ALORMÓNIMO
DEREFERENCIA






·NDICEDEL
0)"

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
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$ÃMDVMPEFMÎOEJDFEFM1*#
&M ÎOEJDF EFM 1*# TF DBMDVMB VUJMJ[BOEP FM 1*# QFS DÃQJUB
BKVTUBEP11"FO64&OFM*%)MPTJOHSFTPTBDUÙBODPNP
TVTUJUVUPT EF UPEPT MPT EFNÃT DPNQPOFOUFT EFM EFTBSSPMMP
IVNBOPRVFOPTFSFĔFKBOFOVOBWJEBMBSHBZTBMVEBCMFOJFO
MB FEVDBDJÓO BERVJSJEB -PT JOHSFTPT TF BKVTUBO QVFTUP RVF
MPHSBSVOOJWFMSFTQFUBCMFEFEFTBSSPMMPIVNBOPOPSFRVJFSF
JOHSFTPT JMJNJUBEPT &O DPOTFDVFODJBTF VUJMJ[BFMMPHBSJUNP
EF MPT JOHSFTPT 1BSB 4VEÃGSJDB DVZP 1*# QFS DÃQJUB GVF EF
6411"FO64FOFMÎOEJDFEFM1*#FTEF

·NDICEDEL0)"
 LOGnLOG

 LOGnLOG
&M EFTFNQFÒP EF DBEB DPNQPOFOUF TF FYQSFTB
DPNP WBMPSFOUSFZQBSBDVZPFGFDUPTF
BQMJDBMBTJHVJFOUFGÓSNVMBHFOFSBM
·NDICEDELCOMPONENTE

VALORREALnVALORMÓNIMO
VALORMÉXIMOnVALORMÓNIMO
4FHVJEBNFOUFTF DBMDVMB FM *%) DPNP TJNQMF
QSPNFEJPEFMPTÎOEJDFTEFMPTDPNQPOFOUFT&M
SFDVBESPBMBEFSFDIBJMVTUSBFMDÃMDVMPEFM*%)
QBSBVOQBÎTJMVTUSBUJWP
$ÃMDVMPEFMÎOEJDFEFFEVDBDJÓO
&MÎOEJDF EF FEVDBDJÓO NJEF FM QSPHSFTP SFMBUJWP EF VO
QBÎTFONBUFSJBEFBMGBCFUJ[BDJÓOEFBEVMUPTZNBUSJDVMB
DJÓOCSVUBDPNCJOBEBFOFEVDBDJÓOQSJNBSJBTFDVOEBSJB
Z UFSDJBSJB &O QSJNFS MVHBS TF DBMDVMB FM ÎOEJDF EF
BMGBCFUJ[BDJÓO EF BEVMUPT Z FM ÎOEJDF EF MB UBTB CSVUB
DPNCJOBEB EF NBUSJDVMBDJÓO 4FHVJEBNFOUF TF DPNCJ
OBOBNCPTÎOEJDFTQBSBDSFBSFMÎOEJDFEFFEVDBDJÓOFOFM
RVFTFPUPSHBVOBQPOEFSBDJÓOEFEPTUFSDJPTBMBBMGBCFUJ
[BDJÓOEFBEVMUPTZEFVOUFSDJPBMBUBTBCSVUBDPNCJOBEB
EF NBUSJDVMBDJÓO 1BSB 4VEÃGSJDB EPOEF MB UBTB EF
BMGBCFUJ[BDJÓOEFBEVMUPTFOFSBEFZMBUBTB
CSVUBDPNCJOBEBEFNBUSJDVMBDJÓOFSBEFFOFMBÒP
FTDPMBSFMÎOEJDFEFFEVDBDJÓOFTEF
·NDICEDEALFABETIZACIØNDEADULTOS
n

 n
·NDICEBRUTODEMATRICULACIØN
n

 
·NDICEDEEDUCACIØNÓNDICEDEALFABETIZACIØNDEADULTOSÓNDICEDEMATRICULACIØNBRUTA

$ÃMDVMPEFM*%)
6OB WF[ RVF TF IBO DBMDVMBEP MPT ÎOEJDFT EF
DBEBDPNQPOFOUFMBEFUFSNJOBDJÓOEFM*%)FT
TFODJMMB &T VOTJNQMFQSPNFEJP EFMPTÎOEJDFT
EFMPTUSFTDPNQPOFOUFT
)$(ÓNDICEESPERANZADEVIDAÓNDICEEDUCACIØN
ÓNDICEDEL0)"

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
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

%SPERANZA
DEVIDA




0)"
($)
%DUCACIØN
·NDICESDELOSCOMPONENTES

51334_UNDP_353_404_ACG.indd 36751334_UNDP_353_404_ACG.indd 367 8/18/05 11:16:12 PM8/18/05 11:16:12 PM
368 INFORME SOBRE DESARROLLO HUMANO 2005
%LÓNDICEDEPOBREZAHUMANA
PARAPAÓSESENDESARROLLO)0(
"TÎ DPNP FM *%) NJEF FM QSPHSFTP NFEJP FM
*1)NJEFMBTQSJWBDJPOFTFO MPTUSFTBTQFDUPT
CÃTJDPTEFMEFTBSSPMMPIVNBOPRVFSFĔFKBFM*%)
r 7JEB MBSHB Z TBMVEBCMF MB WVMOFSBCJMJEBE EF
NPSJS B VOB FEBE SFMBUJWBNFOUF UFNQSBOB
NFEJEBTFHÙOMBQSPCBCJMJEBEBMOBDFSEFOP
WJWJSIBTUBMPTBÒPT
r &EVDBDJÓOFYDMVTJÓOEFMNVOEPEFMBMFDUVSB
ZMBTDPNVOJDBDJPOFTNFEJEBTFHÙOMBUBTBEF
BOBMGBCFUJTNPEFBEVMUPT
r /JWFMEFWJEBEJHOPGBMUBEFBDDFTPBBDUJWPT
FDPOÓNJDPT HFOFSBMFT NFEJEP TFHÙO FM
QSPNFEJP QPOEFSBEP EF EPT JOEJDBEPSFT FM
QPSDFOUBKFEFMBQPCMBDJÓOTJOBDDFTPTPTUFOJ
CMFBGVFOUFEFBHVBNFKPSBEBZFMQPSDFOUBKF
EFOJÒPTDPOQFTPJOTVđDJFOUFQBSBTVFEBE
&MMDVMPEF*1)FTNÃTEJSFDUPRVFFMEFM
*%)-PTJOEJDBEPSFTVUJMJ[BEPTQBSBNFEJSMBT
QSJWBDJPOFT ZB FTUÃOOPSNBMJ[BEPT FOZ
QPSRVF FTUÃO FYQSFTBEPT FO QPSDFOUBKFT EF
NPEPRVFOPFTOFDFTBSJPDSFBSÎOEJDFTQBSBMPT
DPNQPOFOUFTDPNPPDVSSFDPOFM*%)
*OJDJBMNFOUFMBNFEJEB EF MBQSJWBDJÓOEFVO
OJWFMEFWJEBEJHOPUBNCJÊOJODMVÎBVOJOEJDBEPS
EFBDDFTPBMPTTFSWJDJPTEFTBMVE4JOFNCBSHP
EFCJEPBMBGBMUBEFEBUPTđBCMFTEFBÒPTSFDJFOUFT
TPCSFBDDFTPBFTUPTTFSWJDJPTMBQSJWBDJÓOEFM
OJWFMEFWJEBEJHOPFOFM*OGPSNFEFFTUFBÒPTF
NJEF DPOEPT JOEJDBEPSFT FO MVHBSEFUSFT FM
QPSDFOUBKFEFMBQPCMBDJÓOTJOBDDFTPTPTUFOJCMF
BVOBGVFOUFEFBHVBNFKPSBEBZFMQPSDFOUBKFEF
OJÒPTDPOQFTPJOTVđDJFOUFQBSBTVFEBE
%LÓNDICEDEPOBREZAHUMANA
PARAPAÓSESDELA/#$%SELEC
CIONADOS)0(
&M *1) NJEF MBT QSJWBDJPOFT FO MPT NJTNPT
BTQFDUPT RVF FM *1) QFSP BEFNÃT FWBMÙB MB
FYDMVTJÓO TPDJBM 1PS DPOTJHVJFOUF SFĔFKB
QSJWBDJPOFTFODVBUSPBTQFDUPT
r 7JEB MBSHB Z TBMVEBCMF MB WVMOFSBCJMJEBE EF
NPSJS B VOB FEBE SFMBUJWBNFOUF UFNQSBOB
NFEJEBTFHÙOMBQSPCBCJMJEBEBMOBDFSEFOP
WJWJSIBTUBMPTBÒPT
r &EVDBDJÓOFYDMVTJÓOEFMNVOEPEFMBMFDUVSBZ
MBTDPNVOJDBDJPOFTNFEJEBTFHÙOFMQPSDFOUB
KFEFBEVMUPTFOUSFZBÒPTRVFDBSFDFO
EFBQUJUVEFTEFBMGBCFUJ[BDJÓOGVODJPOBM
r /JWFMEFWJEBEJHOPNFEJEPTFHÙOFMQPSDFO
UBKF EF QFSTPOBT RVF WJWFO QPS EFCBKP EFM
VNCSBM EF QPCSF[B EF JOHSFTPT  EF MB
NFEJBOB EF MPT JOHSFTPT GBNJMJBSFT EJTQPOJ
CMFTBKVTUBEPT
r &YDMVTJÓO TPDJBM NFEJEB TFHÙO MB UBTB EF
EFTFNQMFPEFMBS
H
BEVSBDJÓONFTFTPNÃT
#ÉLCULODEL)0(
.FEJDJÓOEFMBQSJWBDJÓOEFVOOJWFMEFWJEBEJHOP
1BSBNFEJSMBQSJWBDJÓOEFVOOJWFMEFWJEBEJHOPTFVUJMJ[BVOQSPNFEJPOPQPOEFSBEPEFEPT
JOEJDBEPSFT
0ROMEDIONOPONDERADOPOBLACIØNSINACCESOSOSTENIBLEAFUENTEDEAGUAMEJORADA
NI×OSCONPESOINSUFICIENTEPARASUEDAD
%JEMPLODECÉLCULO!NGOLA
0OBLACIØNSINACCESOSOSTENIBLEAFUENTEDEAGUAMEJORADA
.I×OSCONPESOINSUFICIENTEPARASUEDAD
0ROMEDIONOPONDERADO
$ÃMDVMPEFM*1)
-BGÓSNVMBQBSBDBMDVMBSFM*1)FTMBTJHVJFOUF
)0(;
0
Υ

0
Υ

0
Υ
=

Υ
$ONDE
0
0ROBABILIDADALNACERDENOSOBREVIVIRHASTALOSA×OSMULTIPLICADAPOR
0
4ASADEANALFABETISMODEADULTOS
0
0ROMEDIONOPONDERADODELAPOBLACIØNSINACCESOSOSTENIBLEAFUENTEDEAGUAMEJORADAYDENI×OSCON
PESOINSUFICIENTEPARASUEDAD
Υ
%JEMPLODECÉLCULO!NGOLA
0

0

0

)0(;


=


z0ORQUÏSEUTILIZAΥENELCÉLCULODEL)0(YDEL)0(
&MWBMPSΥUJFOFFGFDUPTJNQPSUBOUFTFOFMWBMPSEFM*1)$VBOEPΥFM*1)FTFMQSPNFEJPEF
TVTDPNQPOFOUFT"NFEJEBRVF
ΥBVNFOUBTFPUPSHBNBZPSQPOEFSBDJÓOBMDPNQPOFOUFFOFM
DVBMMBQSJWBDJÓOFTNBZPS&ODPOTFDVFODJBBNFEJEBRVF
ΥWBBVNFOUBOEPIBDJBFMJOđOJUPFM
*1)UFOEFSÃ BBTVNJSFMWBMPSEFM DPNQPOFOUFFOFM DVBMMBQSJWBDJÓO FTNBZPS&OFMDBTP EF
"OHPMBFMFKFNQMPVUJMJ[BEPQBSBDBMDVMBSFM*1)TFMMFHBSÎBBJHVBMBMBQSPCBCJMJEBEBM
OBDFSEFOPTPCSFWJWJSIBTUBMPTBÒPT
&OFTUF*OGPSNFTFVUJMJ[BFMWBMPSQBSBEBSVOBQPOEFSBDJÓOBEJDJPOBMBVORVFOPFYDFTJWBBMPT
ÃNCJUPT FO MPT RVF MB QSJWBDJÓO FT NÃT BHVEB 1BSB VO BOÃMJTJT NÃT EFUBMMBEP EF MB GÓSNVMB
NBUFNÃUJDBRVFTFVUJMJ[BQBSBDBMDVMBSFM*1)WFS4VEIJS"OBOEZ"NBSUZB4FOi$PODFQUTPG
)VNBO %FWFMPQNFOU BOE 1PWFSUZ " .VMUJEJNFOTJPOBM 1FSTQFDUJWFuZMB /PUB UÊDOJDB EFM
*OGPSNFTPCSF%FTBSSPMMP)VNBOPWFSMBMJTUBEFSFGFSFODJBTCJCMJPHSÃđDBTTFMFDDJPOBEBTBM
đOBMEFFTUB/PUBUÊDOJDB
#ÉLCULODEL)0(
-BGÓSNVMBQBSBDBMDVMBSFM*1)FTMBTJHVJFOUF
)0(;
0
Υ

0
Υ

0
Υ

0
Υ
=

Υ
$ONDE
0
0ROBABILIDADALNACERDENOSOBREVIVIRHASTALOSA×OSMULTIPLICADAPOR
0
!DULTOSQUECARECENDEAPTITUDESDEALFABETIZACIØNFUNCIONAL
0
0OBLACIØN POR DEBAJO DEL UMBRAL DE POBREZA DE INGRESOS  DE LA MEDIANA DE LOS INGRESOS FAMILIARES
DISPONIBLESAJUSTADOS
0
4ASADEDESEMPLEODELARGADURACIØNMESESOMÉS
Υ
%JEMPLODECÉLCULO%STADOS5NIDOSDE!MÏRICA
0

0

0

0

(0);



=


51334_UNDP_353_404_ACG.indd 36851334_UNDP_353_404_ACG.indd 368 8/18/05 11:16:15 PM8/18/05 11:16:15 PM
INFORME SOBRE DESARROLLO HUMANO 2005 369
%LÓNDICEDEDESARROLLOHUMANO
RELATIVOALGÏNERO)$'
"TÎ DPNP FM *%) NJEF FM QSPHSFTP NFEJP FM
*%(BKVTUBFTUFQSPHSFTPNFEJPQBSBRVFSFĔFKF
MBTEFTJHVBMEBEFTFOUSFIPNCSFTZNVKFSFTFOMPT
TJHVJFOUFTBTQFDUPT
r 7JEB MBSHB Z TBMVEBCMF NFEJEB TFHÙO MB
FTQFSBO[BEFWJEBBMOBDFS
r &EVDBDJÓONFEJEBTFHÙO MB UBTB EF BMGBCFUJ
[BDJÓOEF BEVMUPT Z MB UBTBCSVUB DPNCJOBEB
EF NBUSJDVMBDJÓO FO QSJNBSJB TFDVOEBSJB Z
UFSDJBSJB
rु /JWFMEFWJEBEJHOPNFEJEPTFHÙOFMDÃMDVMP
EFMPTJOHSFTPTQFSDJCJEPT11"FO64
&MDÃMDVMPEFM*%(TFFGFDUÙBFOUSFTFUBQBT&O
QSJNFSMVHBSQBSBDBEBDPNQPOFOUFTFDBMDVMBO
MPT ÎOEJDFT EF NVKFSFT Z IPNCSFT TFHÙO MB
TJHVJFOUFGÓSNVMBHFOFSBM
·NDICEDELCOMPONENTE

VALORREALnVALORMÓNIMO
VALORMÉXIMOnVALORMÓNIMO
&O TFHVOEP MVHBS TF DPNCJOBO MPT ÎOEJDFT EF
NVKFSFT Z IPNCSFT EF DBEB DPNQPOFOUF EF
NBOFSBUBMRVFTFQFOBMJ[BOMBTEJGFSFODJBTFOFM
HSBEPEFQSPHSFTPTFOUSFIPNCSFTZNVKFSFT&M
ÎOEJDF SFTVMUBOUF MMBNBEP ÎOEJDF JHVBMNFOUF
EJTUSJCVJEP TF DBMDVMB NFEJBOUF MB TJHVJFOUF
GÓSNVMBHFOFSBM
·NDICEIGUALMENTEDISTRIBUIDO
[;PROPORCIØNDEPOBLACIØNFEMENINAÓNDICEFEMENINO
n
=
;PROPORCIØNDEPOBLMASCULINAÓNDICEMASCULINO
n
=]
n
ࢉNJEFMBBWFSTJÓOBMBEFTJHVBMEBE&OFM*%(
TF VUJMJ[B ࢉ &O DPOTFDVFODJB MB FDVBDJÓO
HFOFSBMFTMBTJHVJFOUF
·NDICEIGUALMENTEDISTRIBUIDO
[;PROPORCIØNDEPOBLACIØNFEMENINAÓNDICEFEMENINO
n
=
;PROPORCIØNDEPOBLACIØNMASCULINAÓNDICEMASCULINO
n
=]
n
MPDVBMQSPQPSDJPOBMBNFEJBBSNPOJ[BEBEFMPT
ÎOEJDFTEFNVKFSFTZIPNCSFT
&OUFSDFS MVHBS TF DBMDVMB FM*%(DPNCJOBOEP
MPT USFT ÎOEJDFT JHVBMNFOUF EJTUSJCVJEPT FO VO
QSPNFEJPOPQPOEFSBEP
6ALORESDEREFERENCIAPARACALCULAREL)$'
6ALOR 6ALOR
)NDICADOR MÉXIMO MÓNIMO
%SPERANZADEVIDAALNACER
MUJERESA×OS  
%SPERANZADEVIDAALNACER
HOMBRESA×OS  
4ASADEALFABETIZACIØNADULTOS
4ASABRUTACOMBINADA
DEMATRICULACIØN 
%STIMACIØNDELOSINGRESOS
PERCIBIDOS00!EN53  
.OTA
LOSVALORESMÉXIMOYMÓNIMOVALORESDEREFERENCIADELA
ESPERANZADEVIDADELASMUJERESSONSUPERIORESENCINCOA×OS
PARATENERENCUENTASUMAYORESPERANZADEVIDA
#ÉLCULODEL)$'
&OFTUFFKFNQMPEFMDÃMDVMPEFM*%(TFVUJMJ[BOEBUPTDPSSFTQPOEJFOUFTB#SBTJM
$ÃMDVMPEFMÎOEJDFEFFTQFSBO[BEFWJEBJHVBMNFOUFEJTUSJCVJEP
&OQSJNFSMVHBSTFDBMDVMBOÎOEJDFTTFQBSBEPTQBSBFMQSPHSFTPEFNVKFSFTZIPNCSFTFONBUFSJB
EFFTQFSBO[BEFWJEBVUJMJ[BOEPMBGÓSNVMBHFOFSBMQBSBMPTÎOEJDFTEFMPTDPNQPOFOUFT
-5*%2%3 (/-"2%3
%SPERANZADEVIDAA×OS %SPERANZADEVIDAA×OS
·NDICEDEESPERANZADEVIDA
n
 ·NDICEDEESPERANZADEVIDA
n

 n n
4FHVJEBNFOUFTFDPNCJOBOMPTÎOEJDFTEFNVKFSFTZIPNCSFTQBSBDSFBSFMÎOEJDFEFFTQFSBO[BEF
WJEBJHVBMNFOUFEJTUSJCVJEPVUJMJ[BOEPMBGÓSNVMBHFOFSBMQBSBÎOEJDFTJHVBMNFOUFEJTUSJCVJEPT
-5*%2%3 (/-"2%3
0ROPORCIØNENLAPOBLACIØN 0ROPORCIØNENLAPOBLACIØN
·NDICEDEESPERANZADEVIDA ·NDICEDEESPERANZADEVIDA
·NDICEDENIVELDEVIDAIGUALMENTEDISTRIBUIDO[;
n
=;
n
=]
n

$ÃMDVMPEFMÎOEJDFEFFEVDBDJÓOJHVBMNFOUFEJTUSJCVJEP
1SJNFSBNFOUF TF DBMDVMBO MPT ÎOEJDFT QBSB MB UBTB EF BMGBCFUJ[BDJÓO EF BEVMUPT Z MB UBTB CSVUB
DPNCJOBEB EF NBUSJDVMBDJÓO FO QSJNBSJB TFDVOEBSJB Z UFSDJBSJB QPS TFQBSBEP QBSB NVKFSFT Z
IPNCSFT &M DÃMDVMP EF FTUPT ÎOEJDFT FT TFODJMMP EBEP RVF MPT JOEJDBEPSFT VUJMJ[BEPT ZB FTUÃO
OPSNBMJ[BEPTFOUSFZ
-5*%2%3 (/-"2%3
4ASADEALFABETIZACIØNDEADULTOS 4ASADEALFABETIZACIØNDEADULTOS
·NDICEDEALFABETIZACIØNDEADULTOS ·NDICEDEALFABETIZACIØNDEADULTOS
4ASABRUTADEMATRICULACIØN 4ASABRUTADEMATRICULACIØN
·NDICEBRUTODEMATRICULACIØN ·NDICEBRUTODEMATRICULACIØN
&OTFHVOEPMVHBSTFDBMDVMBFMÎOEJDFEFFEVDBDJÓOmFOFMRVFTFPUPSHBVOBQPOEFSBDJÓOEFEPT
UFSDJPTBMÎOEJDFEFBMGBCFUJ[BDJÓOEFBEVMUPTZEFVOUFSDJPBMÎOEJDFCSVUPEFNBUSJDVMBDJÓOmQPS
TFQBSBEPQBSBNVKFSFTZIPNCSFT
·NDICEDEEDUCACIØNÓNDICEDEALFABETIZACIØNDEADULTOSÓNDICEBRUTODEMATRICULACIØN
·NDICEDEEDUCACIØNDEMUJERES
·NDICEDEEDUCACIØNDEHOMBRES
'JOBMNFOUFTFDPNCJOBOMPTÎOEJDFTEFFEVDBDJÓOEFNVKFSFTZIPNCSFTQBSBPCUFOFSFMÎOEJDFEF
FEVDBDJÓOJHVBMNFOUFEJTUSJCVJEP
-5*%2%3 (/-"2%3
0ROPORCIØNENLAPOBLACIØN 0ROPORCIØNENLAPOBLACIØN
·NDICEDEEDUCACIØN ·NDICEDEEDUCACIØN
·NDICEDEEDUCACIØNIGUALMENTEDISTRIBUIDO[;
n
=;
n
=]
n

$ÃMDVMPEFMÎOEJDFEFJOHSFTPTJHVBMNFOUFEJTUSJCVJEP
&OQSJNFSMVHBSTFDBMDVMBOMPTJOHSFTPTQFSDJCJEPT11"FO64EFNVKFSFTZIPNCSFTFOFM
BQÊOEJDFBFTUB/PUBUÊDOJDBđHVSBOEFUBMMFTBDFSDBEFFTUFDÃMDVMP4FHVJEBNFOUFTFDBMDVMBFM
ÎOEJDFEFJOHSFTPTQBSBDBEBHÊOFSP5BMZDPNPTVDFEFFOFM*%)MPTJOHSFTPTTFBKVTUBOVUJMJ[BOEP
FMMPHBSJUNPEFMPTJOHSFTPTQFSDJCJEPTFTUJNBEPT11"FO64
·NDICEDEINGRESOS 
LOGVALORREALnLOGVALORMÓNIMO
LOGVALORMÉXIMOnLOGVALORMÓNIMO
-5*%2%3 (/-"2%3
)NGRESOSPERCIBIDOSESTIMADOS00!EN53 )NGRESOSPERCIBIDOSESTIMADOS00!EN53
·NDICEDEINGRESOS
LOGnLOG
 ·NDICEDEINGRESOS
LOGnLOG

 LOGnLOG LOGnLOG
%LCÉLCULODEL)$'CONTINÞAENLAPÉGINASIGUIENTE
51334_UNDP_353_404_ACG.indd 36951334_UNDP_353_404_ACG.indd 369 8/18/05 11:16:17 PM8/18/05 11:16:17 PM
370 INFORME SOBRE DESARROLLO HUMANO 2005
#ÉLCULODEL)$'CONTINUACIØN
&OTFHVOEPMVHBSTFDPNCJOBOMPTÎOEJDFTEFJOHSFTPTGFNFOJOPZNBTDVMJOPQBSBDSFBSFMÎOEJDF
EFJOHSFTPTJHVBMNFOUFEJTUSJCVJEP
-5*%2%3 (/-"2%3
0ROPORCIØNDELAPOBLACIØN 0ROPORCIØNDELAPOBLACIØN
·NDICEDEINGRESOS ·NDICEDEINGRESOS
·NDICEDEINGRESOSIGUALMENTEDISTRIBUIDO[;
n
=;
n
=]
n

$ÃMDVMPEFM*%(
&MDÃMDVMPEFM*%(FTTFODJMMP&TTJNQMFNFOUFFMQSPNFEJPOPQPOEFSBEPEFMPTUSFTÎOEJDFTEF
MPTDPNQPOFOUFTFMÎOEJDFEFFTQFSBO[BEFWJEBJHVBMNFOUFEJTUSJCVJEPFMÎOEJDFEFFEVDBDJÓO
JHVBMNFOUFEJTUSJCVJEPZFMÎOEJDFEFJOHSFTPTJHVBMNFOUFEJTUSJCVJEP
)$'ÓNDICEDEESPERANZADEVIDAÓNDICEDEEDUCACIØNÓNDICEDEINGRESOS

z0ORQUÏSEADOPTAENELCÉLCULODEL)$'
&MWBMPSíSFĔFKBMBNBHOJUVEEFMBQFOBMJ[BDJÓOQBSBMBEFTJHVBMEBEEFHÊOFSP$VBOUPNBZPS
TFBTVWBMPSUBOUPNÃTTFWFSBNFOUFTFQFOBMJ[BBVOBTPDJFEBEQPSUFOFSEFTJHVBMEBEFT
4JíMBEFTJHVBMEBEEFHÊOFSPOPTFQFOBMJ[BFOFTUFDBTPFM*%(UFOESÎBFMNJTNPWBMPSRVF
FM*%)"NFEJEBRVFíWBBVNFOUBOEPIBDJBFMJOđOJUPTFBTJHOBVOBQPOEFSBDJÓODBEBWF[
NBZPSBMHSVQPNFOPTBEFMBOUBEPFOFTUFUFNB
1BSBDBMDVMBSFM*%(BTÎDPNPFM*1(TFVTBFMWBMPSRVFBTJHOBVOBQFOBMJ[BDJÓONPEFSBEBB
MBEFTJHVBMEBEEFHÊOFSPFODVBOUPBMQSPHSFTP
1BSBVOBOÃMJTJTEFUBMMBEPEFMBGÓSNVMBNBUFNÃUJDBEFM*%(WFS4VEIJS"OBOEZ"NBSUZB4FO
FOi(FOEFS*OFRVBMJUZJO)VNBO%FWFMPQNFOUąFPSJFTBOE.FBTVSFNFOUu,BMQBOB#BSEIBOZ
4UFQIBO,MBTFOFOi6/%1T(FOEFS3FMBUFE*OEJDFT"$SJUJDBM3FWJFXuZMBT/PUBTUÊDOJDBTEF
MPT *OGPSNFT TPCSF %FTBSSPMMP )VNBOP  Z  WFS MB MJTUB EF SFGFSFODJBT CJCMJPHSÃđDBT
TFMFDDJPOBEBTBMđOBMEFFTUB/PUBUÊDOJDB
51334_UNDP_353_404_ACG.indd 37051334_UNDP_353_404_ACG.indd 370 8/18/05 11:16:20 PM8/18/05 11:16:20 PM
INFORME SOBRE DESARROLLO HUMANO 2005 371
%LÓNDICEDEPOTENCIACIØNDE
GÏNERO)0'
&MÎOEJDFEFQPUFODJBDJÓOEFHÊOFSPTFSFđFSF
NÃTB MBT PQPSUVOJEBEFT EFMBNVKFSRVF B TV
DBQBDJEBEZSFĔFKBMBTEFTJHVBMEBEFTEFHÊOFSP
FOUSFTÃNCJUPTGVOEBNFOUBMFT
r 1BSUJDJQBDJÓO QPMÎUJDB Z QPEFS EF EFDJTJÓO
NFEJEPT FO GVODJÓO EF MB QSPQPSDJÓO
QPSDFOUVBMEFIPNCSFTZNVKFSFTRVFPDVQBO
FTDBÒPTQBSMBNFOUBSJPT
r 1BSUJDJQBDJÓOFDPOÓNJDBZQPEFSEFEFDJTJÓO
NFEJEPT FO GVODJÓO EF EPT JOEJDBEPSFT
QBSUJDJQBDJÓO QPSDFOUVBM EF IPNCSFT Z
NVKFSFT FO DBSHPT EF MFHJTMBEPSFT BMUPT
GVODJPOBSJPT Z EJSFDUJWPT Z QBSUJDJQBDJÓO EF
NVKFSFTZIPNCSFTFOQVFTUPTQSPGFTJPOBMFTZ
UÊDOJDPT
r 1PEFS TPCSF MPT SFDVSTPT FDPOÓNJDPT
NFEJEPTTFHÙOMBFTUJNBDJÓOEF MPT JOHSFTPT
QFSDJCJEPT QPS NVKFSFT Z IPNCSFT 11" FO
64
1BSB DBEB VOP EF FTUPT USFT DPNQPOFOUFT TF
DBMDVMB VO iQPSDFOUBKF FRVJWBMFOUF JHVBMNFOUF
EJTUSJCVJEPu&%&1QPSTVTJHMBFOJOHMÊTDPNP
QSPNFEJP QPOEFSBEP FO GVODJÓO EF MB
QPCMBDJÓOTFHÙOMBTJHVJFOUFGÓSNVMBHFOFSBM
%$%0[;PROPORCIØNDELAPOBLACIØNFEMENINAÓNDICE
FEMENINO
n
=;PROPORCIØNDELAPOBLACIØNMASCULINA
ÓNDICEMASCULINO
n
=]
n
íNJEFMB BWFSTJÓO B MB EFTJHVBMEBE &O FM *1(
DPNPFOFM*%(TFVUJMJ[BíEFNPEPRVFTF
JNQPOF VOB QFOBMJ[BDJÓO NPEFSBEB B MB
EFTJHVBMEBE 1PS MP UBOUP MB GÓSNVMB FT MB
TJHVJFOUF
%$%0[;PROPORCIØNDELAPOBLACIØNFEMENINAÓNDICE
FEMENINO
n
=;PROPORCIØNDELAPOBLACIØNMASCULINA
ÓNDICEMASCULINO
n
=]
n
1BSB MB QBSUJDJQBDJÓO FO BTVOUPT QPMÎUJDPT Z
FDPOÓNJDPTZFOFMQPEFSEFEFDJTJÓOFM&%&1
TFJOEFYBEJWJEJÊOEPMPQPS-BKVTUJđDBDJÓOEF
FTUBJOEFYBDJÓOFTRVFFOVOBTPDJFEBEJEFBMFO
MBRVFBNCPTTFYPTUFOHBOJHVBMFTGBDVMUBEFTMBT
WBSJBCMFTEFM*1(TFSÎBOJHVBMFTBMFTEFDJS
MB QBSUJDJQBDJÓO EF MBT NVKFSFT TFSÎB JHVBM B MB
QBSUJDJQBDJÓOEFMPTIPNCSFTQBSBDBEBWBSJBCMF
$VBOEPFMWBMPSEFVOÎOEJDFGFNFOJOPPNBTDV
MJOPFTJHVBMBDFSPOPFTUBSÎBEFđOJEPFM&%&1
EF BDVFSEP B MB GÓSNVMB SFDJÊO JOEJDBEB 4JO
FNCBSHPFMMÎNJUFEFM&%&1FTDFSPDVBOEPFM
ÎOEJDFUJFOEFBBDFSDBSTFBDFSP&ODPOTFDVFODJB
FOFTUPTDBTPTFMWBMPSEFM&%&1TFđKBFODFSP
'JOBMNFOUF FM *1( TF DBMDVMB DPNP TJNQMF
QSPNFEJPEFMPTUSFT&%&1JOEFYBEPT
#ÉLCULODEL)0'
&OFTUFFKFNQMPEFDÃMDVMPEFM*1(TFVUJMJ[BOEBUPTEF%JOBNBSDB
$ÃMDVMPEFM&%&1EFSFQSFTFOUBDJÓOQBSMBNFOUBSJB
&M &%&1 EF SFQSFTFOUBDJÓO QBSMBNFOUBSJB NJEF MB QPUFODJBDJÓO SFMBUJWB EF MBT NVKFSFT FO MP
DPODFSOJFOUF B TV QBSUJDJQBDJÓO QPMÎUJDB &TUF ÎOEJDF TF DBMDVMB VUJMJ[BOEP MBT QSPQPSDJPOFT EF
IPNCSFTZNVKFSFTFOMBQPCMBDJÓOZMBQSPQPSDJÓOQPSDFOUVBMEFNVKFSFTZIPNCSFTRVFPDVQBO
FTDBÒPTQBSMBNFOUBSJPTTFHÙOMBGÓSNVMBHFOFSBM
-5*%2%3 (/-"2%3
0ROPORCIØNENLAPOBLACIØN 0ROPORCIØNENLAPOBLACIØN
0ARTICIPACIØNPARLAMENTARIA 0ARTICIPACIØNPARLAMENTARIA
%$%0DEREPRESENTACIØNPARLAMENTARIA[;
n
=;
n
=]
n

4FHVJEBNFOUFTFJOEFYBFTUF&%&1JOJDJBMFOGVODJÓOEFVOWBMPSJEFBMEFM
%$%0INDEXADODEREPRESENTACIØNPARLAMENTARIA


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372 INFORME SOBRE DESARROLLO HUMANO 2005
2EFERENCIASBIBLIOGRÉFICAS
SELECCIONADAS
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INFORME SOBRE DESARROLLO HUMANO 2005 373
NOTA TÉCNICA 2
Las dos caras de la moneda en la reducción de la
pobreza: la importancia del crecimiento y la distribución
El Informe sobre Desarrollo Humano de este año
presenta nuevos datos y simulaciones sobre el
ingreso que investigan la relación entre crecimiento
económico, redistribución y pobreza de ingreso. El
Capítulo 1, que se sustenta en un modelo de la dis-
tribución mundial del ingreso preparado para este
informe (Dikhanov 2005), concentra su atención
en el ámbito internacional, examina la distribución
mundial y explora las consecuencias de los diver-
sos patrones de crecimiento para la reducción de la
pobreza. El modelo se utiliza para indagar los posi-
bles efectos de diferentes marcos hipotéticos de cre-
cimiento y distribución para reducir la pobreza de
aquí al año 2015. Para este objetivo, recurre a pro-
yecciones de tendencias del crecimiento y al umbral
de pobreza de un dólar al día para determinar en
cuánto podría disminuir la cantidad de pobres si se
aplicara un esquema de crecimiento a favor de este
segmento de la sociedad que aumente su ingreso al
doble de la tasa promedio actual. El Capítulo 2 des-
plaza la atención del ámbito mundial al nacional y se
basa en encuestas de gastos familiares para gra car
los sistemas de distribución de ingresos de tres paí-
ses. A partir de la distribución actual, se elabora una
proyección orientada hacia el futuro para analizar el
potencial efecto que tendrían determinados esque-
mas de crecimiento a favor de los pobres sobre la
pobreza. En estos esquemas, el ingreso de los pobres,
de nidos éstos como la población que vive en con-
diciones inferiores al umbral de pobreza nacional,
aumentaría al doble del promedio nacional.
Los ejercicios para cada marco hipotético de-
muestran que cambios más bien pequeños a favor
de los pobres podrían generar bene cios poten-
cialmente grandes en materia de reducción de la
pobreza. Sin embargo, las simulaciones utilizadas
son generalizaciones, aunque es cierto que arrojan
algo de luz sobre cómo la interacción entre creci-
miento económico y diversos esquemas de distribu-
ción puede in uir en las perspectivas de disminuir
la pobreza. Por de nición, las simulaciones no ayu-
dan a individualizar las estrategias especí cas que
podrían traducirse en los mejores sistemas de dis-
tribución del crecimiento para acelerar la reducción
de la pobreza a su máxima velocidad posible. Esto
en ningún caso implica que las simulaciones de los
Capítulos 1 y 2 no sean de interés para las políticas
públicas. Según lo prueba el ejercicio de modelos ge-
nerales del Capítulo 1, la creación de las condiciones
necesarias para que los pobres del mundo capturen
una proporción importante del futuro crecimiento
generaría un entorno propicio para acelerar la dis-
minución de la pobreza. Lo mismo aplica a cada país
y, como lo demuestran las simulaciones del creci-
miento a favor de los pobres que se presentan aquí,
pequeños aumentos en la proporción del ingreso
destinados a los pobres pueden acortar el horizonte
cronológico necesario para reducir la pobreza a la
mitad. De esto se desprende uno de los mensajes
cruciales para quienes están a cargo de formular
políticas: la distribución es importante tanto para
los Objetivos de Desarrollo del Milenio como para
las iniciativas de reducción de la pobreza más gene-
ralizadas.
Distribución mundial del ingreso
El modelo de distribución mundial del ingreso uti-
lizado en el Capítulo 1 provee estimaciones de la
distribución mundial del ingreso entre 1970 y 2000
y las complementa con dos marcos hipotéticos con
miras al año 2015. El primero de ellos examina la
pobreza en 2015 en el marco de una proyección del
crecimiento neutra en términos de distribución, esto
es, la distribucn del ingreso nacional se mantiene
inalterada en el tiempo. El segundo caso supone que
el ingreso de los pobres aumenta al doble de su tasa
promedio de aquí al año 2015. Ambos marcos hipo-
téticos se basan en las tendencias del crecimiento del
PIB que caracterizaron los años 1990 hasta 2002 y
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374 INFORME SOBRE DESARROLLO HUMANO 2005
en las proyecciones demog cas realizadas por la
ONU para el año 2015. Las simulaciones subrayan
el efecto de diferentes patrones de crecimiento en
la desigualdad y la pobreza de ingreso. Además, el
modelo examina la magnitud de la transferencia de
ingresos requerida para eliminar la pobreza de un
dólar al día.
Temas relacionados con los
datos y la metodología
Dikhanov (2005) es un modelo que permite cuanti-
car la desigualdad en el mundo. Brinda un cálculo
aproximado de la desigualdad del ingreso mun-
dial más preciso que el de un modelo basado en la
riqueza mundial, debido a que no toma en cuenta
el régimen de propiedad de los activos productivos
(que podría ser considerado una fuente primordial
de poder económico y un factor determinante de
la desigualdad de ingresos). Tampoco tiene en con-
sideración el valor base imaginario de los produc-
tos y servicios no comercializados que proveen los
gobiernos.
En efecto, cuando se cuanti ca la desigualdad
mundial se intenta medir la desigualdad de ingreso
entre todas las personas del mundo, ejercicio que im-
plica combinar la distribución del ingreso al interior
de los países y comparar el ingreso entre los países.
Se considera que el ingreso mundial es la suma del
gasto de consumo personal informado, pero tam-
bién del gasto calculado e imputado, de todos los
países incluidos en la base de datos del Banco Mun-
dial. La base para determinar el ingreso nacional y
mundial son las categorías de cuentas nacionales,
no las encuestas por hogares promediadas. Esto per-
mite aplicar los ejercicios de las cuentas nacionales a
mayor escala y proyectarlos al ingreso mundial con
la ayuda de metodologías que se mantienen cons-
tantes entre los países. La diferencia entre el gasto
de consumo personal y la medición normalizada
del PIB y el INB es que el primero excluye algunas
partidas de las cuentas nacionales, como el ahorro
de las empresas y los gobiernos. El ejercicio men-
cionado utiliza una interpolación polinomial para
calcular la distribución en los puntos “no enteros”
de los datos.
Cuando la información sobre las distribuciones
obtenida a partir de encuestas sobre ingreso y con-
sumo se aplica a los ingresos promedios, el resultado
es un valor aproximado, en moneda nacional, del
ingreso de cada persona. Para realizar las compara-
ciones internacionales, es necesario convertir estos
ingresos a la misma moneda. Sin embargo, puesto
que los tipos de cambio no tienen en cuenta las dife-
rencias de precios entre países, también es necesario
ajustar las comparaciones internacionales entre los
diferentes países para neutralizar tales diferencias.
El modelo convierte los valores sobre el gasto del
consumo personal (expresados en moneda local) en
dólares internacionales utilizando las paridades del
poder adquisitivo (PPA). La metodología de PPA
recopila la información sobre los precios a través del
Programa de Comparación Internacional, el que in-
vestiga el precio de una canasta de productos en más
de 100 países. En los últimos años se ha polemizado
acerca de la conveniencia de usar los ajustes de la
paridad del poder adquisitivo, especí camente en
relación con el umbral de pobreza de un dólar al día.
El debate no se reproduce aquí, de modo que remi-
timos a los lectores interesados a la lista de lecturas
que se presenta al  nal de la nota.
Algunos países no disponen de la información
necesaria sobre las cuentas nacionales para proyec-
tarla del nivel nacional hacia el nivel mundial. Para
obtener los totales mundiales, se recurrió a proce-
dimientos de compleción que conllevaron cierto
grado de imputación, técnicas que se describen de-
talladamente en las notas para los Indicadores del
desarrollo mundial 2001 (Banco Mundial 2001).
Los procedimientos de imputación se aplican a un
grupo relativamente reducido de países, ya que más
de 80% de la información sobre gasto de consumo
personal y población del mundo proviene de cuen-
tas nacionales normalizadas.
Del cálculo de las desigualdades internacionales
se pueden obtener varios subagregados regionales de
la distribución mundial, como asimismo la propor-
ción del ingreso mundial que corresponde a cada
percentil, sin importar el país de residencia de los
individuos. Es decir, el modelo crea un mundo hipo-
tético en el cual todas las personas se alinean en una
única distribucn que hace caso omiso del lugar
donde viven. La forma y la descomposición regional
de la distribución se presentan en el Capítulo 1
Simulaciones y resultados
Se ha discutido acaloradamente acerca de la globa-
lizacn y la desigualdad, pero las conclusiones res-
pecto de la tendencia y la veri cación documental
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INFORME SOBRE DESARROLLO HUMANO 2005 375
general han estado extremadamente polarizadas.
¿La desigualdad en el ingreso mundial está aumen-
tando o disminuyendo? ¿Cuál es el papel preciso
que ha desempeñado la globalización? Los estudios
que recurren a diferentes técnicas y fuentes de datos
han llegado a conclusiones opuestas a este respecto.
Es cierto que el cálculo de la desigualdad mundial
no resuelve el debate acerca de la desigualdad global,
pero sin embargo pone en duda las a rmaciones de
que la globalización estaría acompañada de una con-
vergencia de los ingresos (como sostienen algunos
partidarios de la integración mundial) o de una ace-
lerada divergencia (como a rman otros). El modelo
utilizado en el Capítulo 1 constata que la desigual-
dad general, medida según el coe ciente de Gini,
ha cambiado muy poco, de 67 en los años setenta a
68 en el año 2000. Es probable que este cambio sea
menor que el margen de error introducido por los
datos, de modo que sería insigni cante.
Según se indi s arriba, la simulación para
el año 2015 compara dos trayectorias distintas para
el período 2002 a 2015, aunque para ambas se usan
proyecciones de crecimiento similares. Para los paí-
ses de crecimiento positivo, las tendencias de los
os 1990 a 2002 se proyectan hacia 2015, mien-
tras que para los pses y regiones de crecimiento
negativo, se supone un crecimiento positivo en el
futuro sobre la base de los promedios regionales del
período 2000 a 2006 que se exponen en Perspecti-
vas de la Economía Mundial 2005 (Banco Mundial
2005).
En la primera simulación, el modelo supone que
la distribución al interior de los pses se mantiene
constante, esto es, cualquier incremento en el creci-
miento se comparte según el patrón de la distribu-
ción actual. La segunda simulación supone que el
ingreso de aquellas personas que ganan menos de
US$700 al año (en US$ de PPA de 2000), monto
aproximado equivalente al umbral de pobreza de
un dólar ala, aumentaría al doble de la tasa de
la población en general. Al mismo tiempo, se ajus-
taría a la baja la tasa de crecimiento del resto de la
población para llegar a la misma tasa de crecimiento
promedio de la primera simulación. Esta simulación
de crecimiento a favor de los pobres arroja que en el
o 2015 habría 253 millones menos de personas en
condiciones de pobreza. Sin embargo, gran parte de
esta reducción estaría concentrada en Asia Oriental
y Meridional, y no en África Subsahariana, lo cual
re eja las tendencias de crecimiento promedio más
altas en las primeras dos regiones. La conclusión: el
crecimiento y la distribución son muy importantes
en determinar las perspectivas de reducción de la
pobreza.
Distribución del ingreso al interior de
los países y reducción de la pobreza
En cualquier país, la tasa en que disminuye la
pobreza es en esencia una función de dos variables:
la tasa de crecimiento económico y la proporción de
los ingresos que reciben los pobres. Existen varia-
ciones complejas en esta interacción que resultan,
por ejemplo, de la profundidad de la pobreza o de
la distancia en que se encuentran los ingresos del
umbral de pobreza. El efecto total del crecimiento
en la cantidad de pobres estará determinado por la
distribucn debajo del umbral de pobreza, pero
también por la distribución entre los pobres y los
no pobres. Si la pobreza se concentra fuertemente
debajo del umbral, cualquier aumento del ingreso
en este grupo tendrá efectos notables en la cantidad
de pobres. Por el contrario, aumentos relativamente
mayores en el ingreso de grupos que están más aleja-
dos del umbral de pobreza sólo generan disminu-
ciones menores en la cantidad de pobres. Hay que
tener presente asimismo que cualquier umbral de
pobreza es una construcción arti cial que sólo en
parte sirve como indicador para medir los procesos
dinámicos asociados con la pobreza.
En el Capítulo 3 se construyen curvas de densi-
dad de kernel (función de dos grupos de variables)
para la distribución del ingreso en Brasil, Kenya y
México, datos que luego se usan en dos ejercicios.
El primero examina el efecto de una transferencia
hipotica de la parte superior a la parte inferior de
la escala de distribución. Aunque se trata de una
generalización, centra la atención en una caracterís-
tica determinante de los países que se caracterizan
por tener grandes concentraciones de pobreza en un
extremo de la distribución y de riqueza en el otro:
pequeñas transferencias reducirían sustancialmente
la pobreza. El segundo ejercicio se sustenta en una
simulación de la distribución del ingreso mundial.
Utiliza los datos sobre la distribución nacional del
ingreso como base para una simulación que estu-
dia el efecto de dos marcos hipotéticos diferentes
del crecimiento sobre la reducción de la pobreza.
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376 INFORME SOBRE DESARROLLO HUMANO 2005
Mediante la extrapolación al futuro de las tenden-
cias en las tasas de crecimiento, simula cómo el cre-
cimiento neutro en términos distributivos (man-
teniendo constante los patrones de distribución) y
el crecimiento a favor de los pobres (en el cual el
ingreso de la población situada bajo el umbral de
pobreza crece al doble de la tasa nacional) incide en
la cantidad de pobres.
Redistribución estática
En un ejercicio sencillo, se examina el efecto de
doblar la proporción del ingreso total que reci-
ben todas las personas que están bajo el umbral
de pobreza, con el ajuste respectivo del ingreso del
20% superior de la distribución. Por motivos prác-
ticos, es posible pensar en esto como una transfe-
rencia hipotética de suma  ja global. En la Figura 1
se muestran los resultados. La línea negra indica la
estructura previa a la redistribucn y la línea verde,
la estructura posterior. La redistribución empuja el
extremo inferior de la distribución hacia arriba y
hacia la derecha. En el caso de Kenya, y también
en el caso de Brasil y de México, aunque de manera
menos marcada, la mediana de los hogares pobres se
eleva por encima del umbral de pobreza. La  gura
indica que el aumento del ingreso de los pobres al
doble in uiría fuertemente en la cantidad de perso-
nas que viven en condiciones de pobreza y muy poco
en el ingreso de los más ricos.
Crecimiento dinámico a
favor de los pobres
En un modelo dinámico, el patrón de la distribu-
ción cambia con el tiempo. Esta simulación com-
para el horizonte cronológico necesario para que un
hogar pobre medio cruce el umbral de pobreza en
un marco hipotético de crecimiento neutro en tér-
minos distributivos y en uno de crecimiento a favor
de los pobres. En ambos casos, se supone que el cre-
cimiento per cápita promedio sigue las tendencias
observadas entre 1990 y 2002, período que se esco-
gió pues re ejaba dos ciclos económicos completos.
El Cuadro 1 resume los principales resultados
de ambas simulaciones. Tanto para Brasil como
para México, la transferencia estática requerida para
doblar el ingreso de los individuos que se encuen-
tran bajo el umbral de pobreza equivale a menos de
0ARADOBLARELINGRESODELOSPOBRESSØLOSEREQUERIRÓAUNATRANSFERENCIAPEQUE×ADELOSRICOS
&IGURA
.OTA
%LÉREABAJOCADACURVAREPRESENTAELDELASPERSONAS,ADISTRIBUCIØNSIMULADAREFLEJALATRANSFERENCIAPROPORCIONALALINGRESODELMÉSRICOQUESERÓASUFICIENTEPARADUPLICARELINGRESODELASPERSONASQUE
SEENCUENTRANBAJOELUMBRALDEPOBREZA
&UENTE
&UENTES
 
!CTUAL
$ISTRIBUCIØNDESPUÏS
DELATRANSFERENCIA
5MBRALDE
POBREZAEXTREMA
$ENSIDAD
)NGRESOESCALALOGARÓTMICA
  
!CTUAL
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5MBRALDE
POBREZAEXTREMA
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  
!CTUAL
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5MBRALDE
POBREZAEXTREMA
$ENSIDAD
)NGRESOESCALALOGARÓTMICA
0ÏRDIDASDEINGRESO
PARALOSMÉSRICOS
!UMENTOSDE
INGRESO
PARALOS
MÉSPOBRES
$ISTRIBUCIØNDELINGRESOANTESYDESPUÏSDEHACERUNATRANSFERENCIAHIPOTÏTICADERIQUEZA
+ENYA "RASIL
-ÏXICO
Kenya 1997 Brasil 2002 xico 2002
Doblar el porcentaje del ingreso que reciben los pobres: transferencia estática desde el quintil más rico
Disminución de la tasa de pobreza 23% a 4% 22% a 7% 16% a 4%
Personas que salen de la pobreza
(millones)
52612
Transferencia como porcentaje del
ingreso familiar total (%)
7,0 0 2,91 2,57
Transferencia como porcentaje del
ingreso del quintil más rico (%)
14,2 4,6 4,7
Año en que el hogar medio sale de la pobreza bajo los diferentes patrones de crecimiento
Simulación 1 (ningún cambio en la
distribución)
2030 2041 2032
Simulación 2 (crecimiento a favor de los
pobres)
2013 2022 2017
Nota: Los datos para las simulaciones de los países se calculan a partir de encuestas por hogares que constituyen la base de los cálculos de los
propios gobiernos y que también sustentan la evaluación de la pobreza de un dólar al día realizada por el Banco Mundial
Fuente: Fuentes 2005.
Cuadro 1 El crecimiento a favor de los pobres da mejores resultados
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INFORME SOBRE DESARROLLO HUMANO 2005 377
5% del ingreso del quintil más rico de la población.
El peso de la pobreza se reduce marcadamente en
ambos países: de 22% a 7% en Brasil y de 16% a 4%
en México. En Kenya, las diferencias menos extre-
mas en términos de la riqueza, por una parte, y la
mayor cantidad de pobres, por la otra, implica que
los ingresos del quintil más rico tendrían que dis-
minuir mucho más para  nanciar la transferencia,
pero aun así la pobreza total disminuiría de 23% a
4%. En el caso de los tres países, el marco hipotético
de crecimiento a favor de los pobres reduce el hori-
zonte cronológico para llevar al hogar medio sobre
el umbral de pobreza. En el caso de Brasil, se reduce
en 15 años, en el caso de México, en 19 años y en el
caso de Kenya, en 17 años.
Los cálculos de los dos marcos hipotéticos se
basan en la siguiente fórmula. En la simulación de
distribución neutra, se imputa la tasa de crecimiento
observada a cada percentil, de manera que:
Y
it+1
= Y
it
* e
gi
para cada percentil i.
La simulacn a favor de los pobres supone una
tasa de crecimiento constante para la cantidad de
pobres que duplica la tasa de crecimiento promedio
observada entre 1990 y 2002, de manera que
1
:
Y
jt+1
= Y
jt
* e
gj
para cada percentil j.
El percentil j se de ne como el grupo que se
encuentra bajo el umbral de pobreza en el momento
inicial t
0
.
Y
it+1
= Y
it
* e
gi
para cada percentil i.
El percentil i se de ne como el grupo que se en-
cuentra sobre el umbral de pobreza en el momento
inicial t
0
.
La tasa de crecimiento gj es el doble de la tasa
respectiva observada entre 1990 y 2002, mientras
que la tasa de crecimiento gi es aquella que man-
tiene la tasa de crecimiento global de la economía
constante en el tiempo. Dado que las ponderaciones
relativas de cada percentil cambian muy poco cada
o, gi en el tiempo t es levemente más alto que gi
en el tiempo t + 1.
Los datos corresponden al ingreso per cápita
promedio de los hogares de los 100 percentiles. El
indicador de asistencia social es el ingreso per cá-
pita después de impuestos del hogar. Para Brasil y
Kenya se utilizaron cálculos del Banco Mundial y
para México, cálculos nacionales de la cantidad de
pobres. Las simulaciones utilizaron las tasas de cre-
cimiento per cápita de 1990 a 2002 informadas en
el Informe sobre Desarrollo Humano 2004 porque
re ejan dos ciclos económicos completos para Bra-
sil y México
2
. En el caso de Kenya, donde las tasas
de crecimiento observadas son negativas, se supone
una tasa de crecimiento optimista, si bien factible,
de 1%.
Notas
1 Estos supuestos tienen dos consecuencias. En primer lugar, la
desigualdad disminuirá cada año. En segundo lugar, para que
la tasa de crecimiento global se mantenga constante, la tasa de
crecimiento de quienes están sobre el umbral de la pobreza se
menor cada año, a medida que aumente la proporción del ingreso
de los pobres.
2 Pese a la presencia de crisis fi nancieras tanto en Brasil como en
México durante ese período, las tasas de crecimiento utilizadas
son representativas del crecimiento a largo plazo. Las tasas de
crecimiento de 1970–2002 son inferiores en ambos países.
La diferencia del horizonte cronológico entre los patrones de
crecimiento cambia poco cuando se usan tasas de crecimiento
distintas.
Fuentes bibliográfi cas y
selección de lecturas
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2015”. Nota documental para el Informe sobre Desarrollo Humano
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llo, Centro Internacional de Pobreza, Brasilia.
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Poor”. Columbia University, Nueva York. [http://www.columbia.
edu/~sr793/count.pdf]. Mayo de 2005.
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378 INFORME SOBRE DESARROLLO HUMANO 2005
NOTA TÉCNICA 3
Valoración del progreso hacia los
Objetivos de Desarrollo del Milenio
El Informe sobre Desarrollo Humano de este año
valora los progresos logrados a la fecha para alcanzar
los Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM) e
intenta cuanti car los posibles bene cios que arro-
jaría su consecución de aquí al año 2015. Para cada
país, el ejercicio busca responder dos preguntas
especí cas respecto de los ODM:
En caso de que se cumplieran los ODM de aquí
alo 2015, ¿cuántas personas menos se verían
afectadas por privaciones en su desarrollo hu-
mano en comparación con el mantenimiento de
las tendencias de los años noventa?
Si el progreso sigue de acuerdo a las tendencias
de los años noventa, ¿cuándo se alcanzarían los
ODM?
El Informe realiza estas evaluaciones en cinco
indicadores de ODM para los cuales se dispone de
información su cientemente  able para los países
individuales (cuadro 1).
Cálculo del progreso hacia
cada uno de los ODM
Los progresos hacia cada objetivo se valoran com-
parando los progresos anuales reales, de mantenerse
las tendencias actuales, con los progresos anuales
necesarios para cumplir el objetivo, suponiendo un
progreso lineal.
La tasa anual promedio de los progresos se cal-
cula utilizando la siguiente fórmula general:
α
0
=
(x
t
1
x
t
0
) / x
t
0
,
t
1
t
0
donde x
t
1
y x
t
0
son los valores del indicador para
1990 o el año más cercano a 1990 para el cual se
dispone de datos; t
1
es elo s reciente para el
cual se dispone de datos, normalmente 2003; y t
0
es 1990 o el o más cercano a 1990 para el cual se
dispone de datos. Para las tasas de hambre y morta-
lidad de niños menores de cinco años, en las cuales
el valor más deseable es 0, la fórmula se aplica sin
modi caciones.
Para la matriculación primaria, la igualdad de
género (cociente entre niñas y niños) y la propor-
ción de la población con acceso a agua potable y
saneamiento, para los cuales el valor más deseable
es 100%, el progreso se expresa en “reduccn del
dé cit” de acuerdo a la siguiente fórmula:
α
1
=
(x
t
1
x
t
0
) / (100 – x
t
0
)
.
t
1
t
0
Cálculo del costo humano
de no alcanzar los ODM
Seguidamente, se utiliza la tasa de progreso prome-
dio para calcular el valor del indicador en 2015 de
mantenerse las tendencias actuales:
x
t
MDG
= x
t
0
+ [α
i
(t
MDG
t
0
)],
donde t
MDG
representa 2015, el año horizonte para
alcanzar los ODM e i puede adoptar el valor 0 ó 1,
dependiendo del indicador.
Luego, el indicador se multiplica por el valor de
su denominador, w, indicado en el cuadro 1, según
las proyecciones de la División de Población de las
Naciones Unidas para alcanzar el total de las perso-
nas con privaciones, p
t
MDG
, en 2015:
p
t
MDG
= x
t
MDG
w
t
MDG
.
La cantidad de personas con privaciones si se
alcanza el ODM,
ˆ
p
t
MDG
, se calcula asimismo para
cada país como el valor del indicador que sería
necesario para alcanzar el Objetivo, determinado
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INFORME SOBRE DESARROLLO HUMANO 2005 379
por el indicador de ODM (x*) multiplicado por su
denominador:
ˆ
p
t
MDG
= x*w
t
MDG
.
El dé cit, esto es, la diferencia entre alcanzar los
ODM y el progreso según las tendencias actuales,
se calcula sumando las diferencias entre estos dos
valores para todos los países que no siguen la senda
prevista para alcanzar el Objetivo.
Dé cit =
Σ
(
p
t
MDG
ˆ
p
t
MDG
) [
p
t
MDG
>
ˆ
p
t
MDG
]
Donde [p
t
MDG
>
ˆ
p
t
MDG
] es igual a 1 si es verdadero
y a 0 si es falso.
Cálculo del año en que se
alcanzarían los ODM de mantenerse
las actuales tendencias
El nivel necesario para alcanzar cada uno de los
Objetivos se determina sobre la base del propio
ODM. Por ejemplo, la meta para el ODM 4 es redu-
cir en dos terceras partes la mortalidad de los niños
menores de cinco años. Esto signi ca que el nivel en
que se cumple ese ODM se  ja al nivel inicial multi-
plicado por un coe ciente de β. Para la mortalidad
infantil, este coe ciente se  ja en ⅓ . En el caso del
hambre, en tanto, se  ja en ½ , según lo determina la
meta del ODM. Luego, se determina el año en que
un país alcanzará el ODM,
˜
t, mediante la fórmula:
˜
t = t
0
+
βx
t
0
.
α
Meta
Variable
(indicador)
Organismo que provee
los datos
Año de referencia Denominador usado
para calcular los
conteos (w)
t
0
t
1
Objetivo 1. Erradicar la pobreza extrema y el hambre
Meta 1. Reducir a la mitad el porcentaje de personas
cuyos ingresos sean inferiores a un dólar al día
Personas que viven con menos
de un dólar al día (PPA en US$
de 1993)
a
Banco Mundial 1990 2000 Toda la población
Meta 2. Reducir a la mitad el porcentaje de personas
que padece hambre
Personas desnutridas (%) FAO 19901992 1999–2001 Toda la población
Objetivo 2. Lograr educación primaria universal
Meta 3. Velar por que los niños y niñas de todo
el mundo puedan terminar un ciclo completo de
educación primaria
Tasa neta de matriculación en
la enseñanza primaria (%)
Instituto de estadística de la
UNESCO
1990/1991 2002/2003 Nos en edad de cursar la
educación primaria
Objetivo 3. Promover la equidad de género y la autonomía de la mujer
Meta 4. Eliminar las desigualdades de género en
todos los niveles de educación
Tasa neta de matriculación de
niñas en primaria (%)
Instituto de estadística de la
UNESCO
1990/1991 2002/2003 Nas en edad de cursar la
educación primaria
Objetivo 4. Reducir la mortalidad infantil
Meta 5. Reducir en dos terceras partes la mortalidad
de los niños menores de cinco años
Tasa de mortalidad de niños
menores de cinco años (por
cada 1.000 nacidos vivos)
UNICEF y OMS 1990 2003 Nacimientos
Objetivo 7. Garantizar la sostenibilidad medioambiental
Meta 10. Reducir a la mitad el porcentaje de
personas sin acceso sostenible a agua potable y
saneamiento
Personas con acceso
sostenible a fuentes de agua
mejorada (%)
UNICEF y OMS 1990 2003 Toda la población
Personas con acceso a sanea-
miento mejorado
UNICEF y OMS 1990 2003 Toda la población
a. Solamente valoración de costos humanos, sin plazos de ejecución.
Cuadro 1 Valoracn de los Objetivos de Desarrollo del Milenio
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380 INFORME SOBRE DESARROLLO HUMANO 2005
Defi niciones de términos estasticos
Abonados a móviles (conocidos también como abona-
dos a teléfonos móviles celulares). Personas abonadas a
un servicio telefónico público,vil y automático que
proporciona acceso a la red telefónica pública conmuta-
da por medio de tecnología celular. Los sistemas pueden
ser analógicos o digitales.
Actividades de mercado. Según la de nición del Siste-
ma de Cuentas Nacionales de las Naciones Unidas, en su
revisión de 1993, se trata del empleo en establecimientos,
la producción primaria fuera de establecimientos, los ser-
vicios realizados para percibir ingresos y demás produc-
ción de bienes no realizada en establecimientos. Ver Acti-
vidades fuera del mercado y Tiempo de trabajo, total.
Actividades fuera del mercado. Según la de nición del
Sistema de Cuentas Nacionales de las Naciones Unidas,
en su revisión de 1993, se trata de las labores del hogar
(limpieza, lavandería, preparación de los alimentos y aseo),
la administración doméstica y las compras para el hogar
propio; el cuidado de niños, enfermos, personas mayores
y discapacitados en el hogar y servicios comunitarios. Ver
Actividades de mercado y Tiempo de trabajo, total.
Agricultura, apoyo nacional a la. Va lor monetario
anual de todas las transferencias brutas provenientes de
contribuyentes y consumidores como resultado de polí-
ticas en apoyo de la agricultura, menos los ingresos pre-
supuestarios relacionados e independientemente de sus
objetivos y efectos en la producción y el ingreso agrícola
o en el consumo de productos agrícolas.
Alivio de la deuda comprometido en la iniciativa a
favor de los PPME. Condonación de préstamos como
componente de la asistencia o cial para el desarrollo en
virtud de la Iniciativa a favor de los Países Pobres Muy
Endeudados (PPME), mecanismo destinado a reducir la
deuda y que cuenta con la supervisión conjunta del Fon-
do Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial.
Desde 1996, los acreedores bilaterales y multilaterales
se han servido de este marco para proveer alivio de la
deuda a los 42 países más pobres y más endeudados del
mundo.
Aptitudes de alfabetización funcional, personas ca-
rentes de. Proporción de la población de adultos entre
16 y 65 años de edad que obtienen una cali cación de ni-
vel I en la escala de alfabetización de la Encuesta Interna-
cional sobre la Alfabetización de Adultos. En este nivel,
la mayoría de los ejercicios exigen que el lector encuentre
en el texto una información idéntica o equivalente a la
que se proporciona en las instrucciones.
Asistencia o cial para el desarrollo (AOD), bilate-
ral no vinculada. AOD en la cual los bienes y servicios
asociados pueden ser obtenidos en su totalidad y con fa-
cilidad prácticamente en todos los países y que un país
ofrece a otro.
Asistencia o cial para el desarrollo (AOD) des-
embolsada, (cifras netas). Préstamos desembolsados
en condiciones muy favorables (netos de amortización
del capital) y subvenciones concedidas por organismos
o ciales de los miembros del Comité de Asistencia para
el Desarrollo (CAD), por instituciones multilaterales y
por países no miembros del CAD con el  n de propiciar
el desarrollo económico y el bienestar en los países y te-
rritorios identi cados en la parte I de la lista de países re-
ceptores de ayuda elaborada por el CAD. Incluye présta-
mos con un componente de subvención de por lo menos
25% (calculado con una tasa de descuento del 10%).
Asistencia o cial para el desarrollo (AOD) dirigida
a los países menos adelantados. Ver Asistencia o cial
para el desarrollo (AOD) desembolsada, (ci as netas) y
las clasi caciones de países donde se indican los países
menos adelantados.
Asistencia o cial para el desarrollo (AOD) para
servicios sociales básicos. AOD dirigida a los servi-
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INFORME SOBRE DESARROLLO HUMANO 2005 381
cios sociales básicos como educación elemental (prees-
colar, primaria y aptitudes sociales básicas para jóvenes
y adultos), salud básica (atención médica básica, infraes-
tructuras sanitarias básicas, nutrición básica, control de
las enfermedades infecciosas, educación para la salud y
formación de personal sanitario), políticas y programas
demográ cos y salud reproductiva (política demog ca
y gestión administrativa, servicios de salud reproducti-
va, plani cación familiar, control de las enfermedades de
transmisión sexual, incluido el VIH/SIDA, y formación
de personal sobre salud de la población y salud reproduc-
tiva). La ayuda para el suministro de agua y saneamiento
sólo se incluye si se enfoca desde la pobreza.
Asistencia o cial para el desarrollo (AOD), per
cápita del país donante. Asistencia o cial para el de-
sarrollo otorgada por un país especí co dividida por su
población total. Ver Asistencia o cial para el desarrollo
(AOD) desembolsada, ci as netas.
Ayuda o cial. Subvenciones o préstamos que respon-
den a los mismos criterios que la asistencia o cial para el
desarrollo (AOD), salvo que los países receptores no re-
únen los requisitos necesarios para recibir la AOD. Entre
estos países, indicados en la parte II de la lista de países
receptores del Comité de Asistencia para el Desarrollo
(CAD), se encuentran los países más avanzados de Eu-
ropa Central y Oriental, los países de la antigua Unión
Soviética y algunos territorios y países en desarrollo con
cierto nivel de avance.
Casos de paludismo. mero total de casos de palu-
dismo noti cados a la Organización Mundial de la Salud
por los países donde el paludismo es endémico. Muchos
países sólo informan los casos con rmados en laborato-
rios, aunque varios países de África Subsahariana tam-
bién informan de casos diagnosticados cnicamente.
Coe ciente de Gini. Mide el grado en que la distribu-
ción de los ingresos (o del consumo) entre individuos u
hogares de un país se desvía con respecto a una distri-
bución en condiciones de perfecta igualdad. La curva
de Lorenz representa los porcentajes acumulados de los
ingresos totales recibidos en función de la suma de los
receptores, comenzando por el individuo u hogar más
pobre. El Coe ciente de Gini mide el área situada entre
la curva de Lorenz y una línea hipotética de igualdad ab-
soluta, expresada como un porcentaje del área máxima
por debajo de la línea. El valor 0 representa la igualdad
perfecta y el 100, la desigualdad total.
Condonación de la deuda bilateral bruta. Condona-
ción de las deudas bilaterales de los países en desarrollo
que cuentan con el apoyo de fondos o ciales de los paí-
ses donantes, ya sea se adeuden a acreedores públicos o
privados. Las partidas que se compensan del capital de
la Asistencia o cial para el desarrollo (AOD) no se des-
cuentan. Ver Asistencia o cial para el desarrollo (AOD)
desembolsada, ci as netas.
Consumo de combustible, tradicional. lculo del
consumo de leña, carbón, bagazo (residuos de caña de
azúcar) y residuos animales y vegetales.
Consumo de electricidad per cápita. Se re ere a la
producción bruta, en cifras per cápita, e incluye el con-
sumo de estaciones auxiliares y las pérdidas en los trans-
formadores considerados parte integral de la central.
También incluye el total de energía eléctrica producida
por instalaciones de bombeo sin restar la energía eléctri-
ca absorbida por las bombas.
Delincuencia, víctimas de la. Porcentaje de la pobla-
ción que considera que ha sido víctima de ciertos tipos de
delitos durante el año anterior, en función de las respues-
tas facilitadas a la Encuesta Internacional de Víctimas
de Delitos.
Desempleo. Se re ere a todas las personas que sobre-
pasan una determinada edad y que no tienen un empleo
remunerado ni son trabajadores por cuenta propia, sino
que están dispuestos a trabajar y han hecho gestiones
para conseguir un empleo remunerado o trabajar por
cuenta propia.
Desempleo de larga duración. Desempleo que se pro-
longa durante 12 meses o más. Ver Desempleo.
Desplazados internos. Personas o grupos de personas
que se han visto forzadas u obligadas a escapar o huir de
su hogar o de su lugar de residencia habitual, en particular
como resultado o para evitar los efectos de un con icto
armado, de situaciones de violencia generalizada, de vio-
laciones de los derechos humanos o de catástrofes natura-
les o provocadas por el ser humano, y que no han cruzado
una frontera estatal internacionalmente reconocida.
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382 INFORME SOBRE DESARROLLO HUMANO 2005
Emisiones de dióxido de carbono. Emisiones antro-
pogénicas (originadas por el ser humano) de dióxido de
carbono procedentes de la quema de combustibles fósiles,
la combustión de gas en antorcha y la producción de ce-
mento. Las emisiones se calculan a partir de datos sobre
el consumo de combustibles sólidos, líquidos y gaseosos,
de la combustión de gas en antorcha y de la producción
de cemento.
Empleo asalariado en el sector no agrícola, porcen-
taje del total de empleados no agrícolas, mujeres.
La participación de la mujer en el empleo asalariado no
agrícola. Las personas que desempeñan empleos asalaria-
dos no agrícolas son aquellas que, durante un período de
tiempo especí co (por ejemplo, una semana) realizaron
algún trabajo a cambio de sueldo o salario en efectivo o
especies, así como también personas que, habiendo traba-
jando en su empleo actual, transitoriamente no estaban
trabajando durante el período de referencia por motivos
tales como enfermedad o lesión, feriados o vacaciones,
huelga o cierre de la empresa, permiso para efectos de
estudio o capacitación, licencia materna o paterna, re-
ducción en la actividad económica, desorganización
o suspensión transitoria del trabajo (mal tiempo, falla
eléctrica o mecánica, escasez de materia prima o com-
bustible) o situaciones similares, y que tenían un vínculo
formal con su trabajo según lo demuestran uno o más de
los siguientes criterios: la recepción sostenida de sueldo o
salario, la seguridad de volver al trabajo una vez que ter-
mine la situación transitoria o un acuerdo respecto de la
fecha de retorno, o una ausencia breve del trabajo. El em-
pleo no agrícola se re ere a empleo en industria o servi-
cios de nido según el sistema de Clasi cación Industrial
Internacional Uniforme (CIIU) de todas las ocupacio-
nes (revisiones dos y tres). Industria se re ere a minería
y explotación de canteras, manufactura, construcción y
servicios públicos (gas, agua y electricidad). Servicios se
re ere a comercio mayorista y al detalle; restaurantes y
hoteles; transporte, almacenamiento y comunicaciones;
servicios  nancieros, de seguros, inmobiliarios y comer-
ciales; y servicios comunitarios, sociales y personales.
Empleo por actividad económica, mujeres. Empleo
femenino en industria, agricultura o servicios, según la
de nición del sistema de Clasi cación Industrial Inter-
nacional Uniforme (CIIU) (revisiones dos y tres). El
término industria se re ere a minería, explotación de
canteras, manufactura, construcción y servicios públi-
cos (suministro de agua, gas y electricidad). El término
Agricultura se re ere a actividades agrícolas, caza, pesca
y silvicultura. Por servicios se entiende el comercio ma-
yorista y minorista; restaurantes y hoteles; transporte,
almacenamiento y comunicaciones; servicios  nancieros
y de seguros, servicios inmobiliarios y comerciales, así
como servicios comunitarios, sociales y personales.
Escaños parlamentarios ocupados por mujeres. Se
re ere a los escaños ocupados por mujeres en una cámara
baja o única o en una cámara alta o senado, según co-
rresponda.
Esperanza de vida al nacer. Número de años que vivirá
un recién nacido si los patrones de mortalidad por eda-
des imperantes en el momento de su nacimiento siguie-
ran siendo los mismos a lo largo de toda su vida.
Estatura inferior a la normal, niños menores de
cinco años. Se re ere al retraso moderado y severo del
crecimiento, que corresponde a más de dos desviaciones
típicas por debajo de la mediana de la altura para dicha
edad en la población de referencia.
Estudiantes de nivel terciario en ciencias, matemá-
ticas e ingeniería. Proporción de estudiantes de nivel
terciario matriculados en ciencias naturales, ingeniería,
matemáticas, informática, arquitectura y urbanismo,
transportes y comunicaciones, comercio, artesanía y pro-
gramas industriales, agricultura, silvicultura y pesca. Ver
Niveles de educación.
Exportaciones de bienes y servicios. Valor de todos
los bienes y otros servicios de mercado proporcionados
al resto del mundo e incluye mercancías,  ete, seguro,
transporte, viajes, royalties, derechos de licencia y otros
servicios como servicios de comunicaciones, construc-
ción,  nancieros, de información, comerciales, perso-
nales y gubernamentales. No incluye la mano de obra y
los ingresos por concepto de propiedades y tampoco los
pagos de transferencias.
Exportaciones, alta tecnología. Exportaciones de
productos con un alto componente de investigación y
desarrollo. Incluye productos de alta tecnología como
equipos aerospaciales, equipos informáticos, productos
farmacéuticos, instrumentos cientí cos y maquinaria
electrónica.
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INFORME SOBRE DESARROLLO HUMANO 2005 383
Exportaciones, manufacturas. Abarca exportaciones
de productos químicos, productos manufacturados bási-
cos, maquinaria, equipos de transporte y otros bienes ma-
nufacturados varios, según se de ne en la Clasi cación
Uniforme para el Comercio Internacional (CUCI).
Exportaciones, productos primarios. Exportaciones
de alimentos, materias primas agrícolas, combustibles,
minerales metalíferos y metales, según se de ne en la
Clasi cación Uniforme para el Comercio Internacional
(CUCI).
Fondo  duciario para PPME, promesas bilatera-
les con. Compromiso a  rme asumido por un donante
o cial en relación con la prestación de asistencia especí-
 c a a l f o n d o  d u ciario para PPME. Los compromisos
bilaterales se registran en términos del monto total de la
transferencia correspondiente, independientemente del
plazo necesario para  nalizar los desembolsos.
Fuente de agua mejorada, población con acceso sos-
tenible a. Porcentaje de la población con acceso razona-
ble a cualquiera de los siguientes tipos de fuentes de agua
potable: conexiones residenciales, fuentes públicas, po-
zos perforados, pozos excavados protegidos, manantiales
protegidos y depósitos de agua de lluvia. Se de ne como
acceso razonable la disponibilidad de al menos 20 litros
por persona diarios de una fuente situada en un radio de
un kilómetro de distancia de la vivienda del usuario.
Fuente de agua mejorada, población sin acceso sos-
tenible a. Se calcula como 100 menos el porcentaje de la
población que dispone de acceso sostenible a una fuente
de agua mejorada. Entre las fuentes de agua no mejorada
se incluyen los vendedores ambulantes de agua, el agua
embotellada, los camiones cisterna y los pozos y manan-
tiales no protegidos. Ver Población con acceso sostenible a
fuente de agua mejorada.
Fuerzas Armadas totales. Fuerzas estratégicas, terres-
tres, navales, aéreas, comandos, de mando y de apoyo. Se
incluyen tambn las fuerzas paramilitares como gendar-
mería, servicios aduaneros y guardia fronteriza si están
entrenadas en tácticas militares.
Gasto en investigación y desarrollo. Gastos corrien-
tes y de capital (incluidos los gastos generales) en activi-
dades creativas y sistemáticas realizadas con el propósito
de aumentar el caudal de conocimientos. Se incluye la
investigación básica y aplicada y las labores de desarrollo
experimental que dan lugar a nuevos dispositivos, pro-
ductos y procesos.
Gasto en salud per cápita (PPA en US$). Suma del
gasto público y privado (PPA en US$), dividida por la
población. El gasto en salud comprende prestación de
servicios sanitarios (preventivos y curativos), actividades
de plani cación familiar, actividades de nutrición y de
ayuda en caso de emergencia destinada a la salud, pero no
incluye suministro de agua y saneamiento. Ver Gasto en
salud, privado; Gasto en salud, público; y PPA (paridad
del poder adquisitivo).
Gasto en salud, privado. Gasto directo de los hogares
(desembolsos), seguros privados, gastos procedentes de
entidades sin  nes de lucro destinados a los hogares y
pagos directos por los servicios que prestan las empresas
privadas. Junto con el gasto público en salud, constituye
el gasto en salud total. Ver Gasto en salud per cápita (PPA
en US$) y Gasto en salud, público.
Gasto en salud, público. Gasto corriente y de capital
con cargo al presupuesto gubernamental (gobiernos
centrales y locales), préstamos y subvenciones externas
(incluidas donaciones de organismos internacionales y
organizaciones no gubernamentales) y fondos de seguros
de salud, de carácter social (u obligatorio). Junto con el
gasto privado en salud, constituye el gasto en salud total.
Ver Gasto en salud per cápita (PPA en US$) y Gasto en
salud, privado.
Gasto militar. Total de gastos efectuados por el minis-
terio de defensa y otros ministerios en el reclutamiento
y el entrenamiento del personal militar, así como en la
fabricación y la adquisición de suministros y equipos
militares. La asistencia militar se incluye en los gastos
del país donante.
Gasto público en educación. Incluye gastos de capital
(gastos de construcción, renovación, reparaciones impor-
tantes y compra de equipos pesados o vehículos) y gastos
corrientes (gastos en bienes y servicios consumidos du-
rante el año en curso y que deben ser renovados al año
siguiente). Cubre gastos como salarios y prestaciones al
personal, servicios contratados o adquiridos, libros y ma-
terial didáctico, servicios de bienestar social, mobiliario
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384 INFORME SOBRE DESARROLLO HUMANO 2005
y equipamiento, reparaciones menores, combustible, se-
guros, alquileres, telecomunicaciones y viajes. Ver niveles
de educación.
Hábito de fumar, incidencia entre adultos. Porcenta-
je de hombres y mujeres que fuman cigarrillos.
Importaciones de bienes y servicios. Valor de todos
los bienes y otros servicios de mercado recibidos del resto
del mundo, tales como mercancías,  ete, seguro, trans-
porte, viajes, royalties, derechos de licencia y otros ser-
vicios como servicios de comunicaciones, construcción,
servicios  nancieros, de información, comerciales, per-
sonales y gubernamentales. Se excluye la mano de obra
y los ingresos por concepto de propiedades, así como los
pagos de transferencias.
INB (Ingreso Nacional Bruto). La suma del valor
agregado de todos los productores residentes en la eco-
nomía, más los impuestos de los productos (menos las
subvenciones) no incluidas en la valoración del producto,
más las entradas netas del ingreso primario (compensa-
ción de empleados e ingreso por concepto de propiedad)
del extranjero. El valor agregado es el producto neto de
una industria tras haberle sumado todos los resultados y
restado las aportaciones intermedias. Los datos se expre-
san en dólares estadounidenses actuales y se convierten
utilizando el método Atlas del Banco Mundial.
Incidencia del VIH. Porcentaje de personas en el grupo
de edad entre 15 y 49 años infectadas con VIH.
Incidencia del VIH/SIDA, mujeres embarazadas
entre 15 y 24 años que reciben atención prenatal en
clínicas en la ciudad capital. Porcentaje de muestras de
sangre de mujeres que resultan ser VIH positivas durante
exámenes rutinarios de vigilancia centinela en clínicas
prenatales seleccionadas. Los datos corresponden a valo-
res de la mediana de todas las cnicas de atención prena-
tal en las ciudades especi cadas y provienen de informes
nacionales de vigilancia y de bases de datos de las o cinas
encargadas de censos.
Índice de desarrollo humano (IDH). Índice com-
puesto que mide el promedio de los avances en las tres
dimensiones básicas del desarrollo humano que lo com-
ponen: vida larga y saludable, conocimientos y nivel de
vida digno. Para obtener detalles sobre este índice, ver la
Nota técnica 1.
Índice de desarrollo relativo alnero (IDG). Índi-
ce compuesto que mide la desigualdad promedio entre
hombres y mujeres en las tres dimensiones básicas que
componen el índice de desarrollo humano (vida larga y
saludable, educación y nivel de vida digno) ajustado para
re ejar las desigualdades entre hombres y mujeres. Para
obtener detalles sobre este índice, ver la Nota técnica 1.
Índice de educación. Uno de los tres índices que com-
ponen el índice de desarrollo humano. Se basa en la tasa
de alfabetización de adultos y la tasa combinada bruta de
matriculación en primaria, secundaria y terciaria. Para
obtener detalles sobre este índice, ver la Nota técnica 1.
Índice de esperanza de vida. Uno de los tres índices
que componen el índice de desarrollo humano. Para ob-
tener detalles sobre este índice, ver la Nota técnica 1.
Índice de pobreza humana (IPH-1) para países en
desarrollo. Índice compuesto que mide las privaciones
en las tres dimensiones básicas que componen el índice
de desarrollo humano: vida larga y saludable, conoci-
mientos y nivel de vida digno. Para obtener detalles sobre
este índice, ver la Nota técnica 1.
Índice de pobreza humana (IPH-2) para una selec-
ción de países miembros de la OCDE de ingresos
altos. Índice compuesto que mide las privaciones en las
tres dimensiones básicas que componen el índice de de-
sarrollo humano: vida larga y saludable, conocimientos
y nivel de vida digno, y además, re eja la exclusión so-
cial. Para obtener detalles sobre este índice, ver la Nota
técnica 1.
Índice de potenciación de género (IPG). Índice com-
puesto que mide la desigualdad de género en tres dimen-
siones básicas de potenciación: participación económica
y poder de decisión; participación política y poder de
decisión; y control sobre los recursos económicos. Para
obtener detalles sobre este índice, ver la Nota técnica 1.
Índice de precios al consumo, cambio promedio
anual. Re eja los cambios registrados en el costo de ad-
quirir una cesta de bienes y servicios para el consumidor
medio, cesta que puede ser  ja o cambiar a intervalos
determinados,.
Índice del PIB. Uno de los tres índices que componen el
índice de desarrollo humano. Se basa en el PIB per cápita
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INFORME SOBRE DESARROLLO HUMANO 2005 385
(PPA en US$). Para obtener detalles sobre este índice,
ver la Nota técnica 1.
Ingresos o consumo, participación en los. Participa-
ción en los ingresos o el consumo de los subgrupos de
la población divididos en deciles o quintiles, de acuerdo
con encuestas por hogares nacionales que abarcan varios
os. Los resultados de las encuestas de consumo mues-
tran niveles inferiores de inequidad entre los pobres y
los ricos en relación con las encuestas de ingresos, ya que
los pobres suelen destinar una mayor proporción de sus
ingresos al consumo. Debido a que los datos provienen
de encuestas que cubren diferentes años y utilizan distin-
tas metodologías, es necesario ejercer cautela a la hora de
hacer comparaciones entre los pses.
Ingresos percibidos (PPA en US$), estimación. l-
culo aproximado basado en la relación entre el salario
no agrícola femenino respecto del salario no agrícola
masculino, la proporción de mujeres y hombres en la po-
blación económicamente activa, el total de la población
femenina y masculina y el PIB per cápita (PPA en US$).
Para obtener detalles sobre este cálculo, ver la Nota téc-
nica 1.
Ingresos percibidos, relación estimada de mujeres
respecto de hombres. Relación de los ingresos estima-
dos percibidos por las mujeres con respecto a los ingresos
estimados percibidos por los hombres. Ver Ingresos perci-
bidos (PPA en US$), estimación (hombres y mujeres).
Ingresos por concepto de royalties y derechos de li-
cencia. Ingresos percibidos por residentes y pagados por
no residentes por concepto del uso autorizado de activos
intangibles, no producidos y no  nancieros y derechos de
propiedad (como patentes, marcas registradas, derechos
de autor, concesiones y procesos industriales) y para el
uso, en virtud de contratos de licencia, de originales rea-
lizados a partir de prototipos (como películas y manus-
critos). Los datos provienen de la balanza de pagos.
Instalaciones de saneamiento mejoradas, población
con acceso sostenible a. Porcentaje de la población con
acceso a instalaciones adecuadas para la eliminación de
excrementos, como la conexión a desagües o sistemas de
fosa séptica, letrinas de cisterna, letrinas de fosa simple
o letrinas de fosa ventilada mejoradas. Se considera que
un sistema de eliminacn de excrementos es adecuado
si es privado o compartido (pero no público) y si permite
evitar e cazmente que las personas, los animales o los
insectos entren en contacto con los excrementos.
Inversión extranjera directa (entradas netas). Entra-
das netas de inversión destinadas a obtener un interés
empresarial duradero (10% o más de las acciones con de-
recho a voto) en una empresa que opere en una economía
distinta a la del inversor. Se trata de la suma del capital en
acciones, la reinversión de las ganancias, otros capitales a
largo plazo y el capital a corto plazo.
Legisladoras, altas funcionarias y directivas, mu-
jeres. Proporción de puestos ocupados por mujeres, de-
 n i d o s s e g ú n la Clasi cación Internacional Uniforme
de Ocupaciones (CIUO-88) y que incluye funciones de
legisladoras, altas funcionarias gubernamentales, jefas y
líderes tradicionales de aldeas, directivas de organizacio-
nes con intereses especiales, gerentes, directivas y direc-
toras ejecutivas de empresas, gerentes de departamentos
de producción y operaciones y otros departamentos, así
como directoras generales.
Líneas telefónicas principales. Líneas telefónicas que
conectan el equipo del cliente con la red telefónica pú-
blica conmutada.
Médicos. Se re ere a individuos titulados de una facul-
tad o escuela de medicina que trabajan en cualquier es-
pecialidad médica (incluidas la docencia, la investigación
y la práctica).
Miembros de la familia que aportan ingresos. Según
la de nición de la Clasi cación Internacional de la Cate-
goría en el Empleo (CICE) de 1993, personas que traba-
jan sin remuneración en una empresa económica dirigida
por un pariente que vive en el mismo domicilio.
Mujeres en el gobierno a nivel ministerial. Se in-
cluyen ministras y viceministras. También se incluye el
cargo de Primera Ministra cuando éste contempla una
cartera ministerial. Las vicepresidentas y las directoras
de departamentos u organismos de nivel ministerial
también se incluyen cuando ejercitan una función mi-
nisterial en la estructural gubernamental.
Niños con bajo peso al nacer. Porcentaje de recién na-
cidos con un peso inferior a 2.500 gramos.
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386 INFORME SOBRE DESARROLLO HUMANO 2005
Niños con diarrea que reciben rehidratación oral
y alimentación continua. Porcentaje de niños (entre
cero y cuatro años) con diarrea en las últimas dos sema-
nas antes de la encuesta que recibieron terapia de rehidra-
tación oral (soluciones de rehidratación oral o líquidos
caseros recomendados) o mayor cantidad de líquido y
alimentacn continua.
Niños que llegan al quinto año escolar. Porcentaje de
niños que, habiendo iniciado la escuela primaria, llega-
rán al quinto año (cuarto año si el ciclo de la escuela pri-
maria dura cuatro años). El cálculo se basa en el método
de cohorte reconstruida que usa datos sobre matricula-
ción y alumnos que repiten dos años consecutivos.
Niveles de educación. De acuerdo con la Clasi ca-
ción Internacional Uniforme de la Educacn (CIUE),
la educación se ha clasi cado en preescolar, primaria,
secundaria y terciaria. La enseñanza preescolar (nivel
0 de la CIUE) se imparte en centros como jardines de
infancia, guarderías y escuelas infantiles y está destina-
da a niños que aún no cumplen la edad para ingresar a
la escuela primaria. La enseñanza primaria (nivel 1 de
la CIUE) cubre elementos básicos de la educación y se
imparte en centros como escuelas elementales o prima-
rias. La enseñanza secundaria (niveles 2 y 3 de la CIUE)
se basa en al menos cuatro años previos de instrucción
en el primer nivel, cubre instrucción general o especia-
lizada, o ambas, y se imparten en centros como colegios
de enseñanza media, escuelas secundarias e institutos,
escuelas de formación docente a este nivel y escuelas de
formación técnica o profesional. La enseñanza terciaria
(niveles 5 a 7 de la CIUE) corresponde a la educación
que se ofrece en universidades, escuelas superiores de
pedagogía y centros de formación profesional de nivel
superior y que exigen como condición mínima de admi-
sión el haber egresado de las escuelas de segundo nivel o
la certi cación de haber alcanzado un nivel de educación
equivalente.
Otras corrientes de capital privado. Categoría que
combina las corrientes de inversión de cartera no genera-
doras de deuda (la suma de fondos nacionales, recibos de
depósitos y adquisición directa de acciones por parte de
inversores extranjeros), las corrientes de deuda de cartera
(emisn de bonos adquiridos por inversores extranjeros)
y los préstamos bancarios y relacionados con el intercam-
bio comercial (préstamos de bancos comerciales y otros
créditos comerciales).
Partos atendidos por personal sanitario especiali-
zado. Porcentaje de partos atendidos por personal (mé-
dicos, enfermeras y parteras) formado para prestar los
cuidados, la supervisión y el asesoramiento necesarios a
las mujeres durante el embarazo, el parto y el puerperio,
para atender partos por su cuenta y para asistir a los re-
cién nacidos.
Patentes concedidas a residentes. Se re ere a docu-
mentos expedidos por una o cina gubernamental en los
que se describe un invento y se crea una situación jurídica
en virtud de la cual el invento patentado puede ser ex-
plotado (fabricado, utilizado, vendido, importado) sola-
mente por el titular de la patente o con su autorización.
Por lo general, el periodo de protección de inventos se
limita a 20 años a partir de la fecha en que se inician los
trámites de solicitud de patente.
Peso insu ciente de niños menores de cinco años.
Incluye peso insu ciente moderado, que corresponde a
más de dos desviaciones típicas por debajo de la mediana
de peso para la edad de la población de referencia, y peso
insu ciente severo, que corresponde a más de tres desvia-
ciones típicas por debajo de la mediana de peso.
PIB (en US$). PIB convertido en dólares estadouniden-
ses según el tipo de cambio o cial promedio jado por
el Fondo Monetario Internacional. Se aplica un factor
de conversión alternativo si se considera que el tipo de
cambio o cial di ere, por un margen excepcionalmente
amplio, respecto del tipo efectivamente aplicado a las
transacciones en divisas y productos intercambiados.
Ver PIB (Producto Interior Bruto).
PIB per cápita (en US$). Es el PIB (en US$) dividido
por la población a mitad de año. Ver PIB (en US$).
PIB per cápita (PPA en US$). Ver PIB (Producto Inte-
rior Bruto) y PPA (Paridad del poder adquisitivo).
PIB (Producto Interior Bruto). La suma del valor agre-
gado de todos los productores residentes en la economía
más todos los impuestos de los productos (menos las sub-
venciones) no incluidos en la valoración de la producción.
Se calcula sin hacer descuentos por la depreciación de ac-
tivos de capital físico o por el agotamiento y el deterioro
de los recursos naturales. El valor agregado es el producto
neto de una industria tras haberle sumado todos los resul-
tados y restado las aportaciones intermedias.
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INFORME SOBRE DESARROLLO HUMANO 2005 387
Población activa. Conjunto de personas empleadas (in-
cluidas las personas mayores de una determinada edad
que, durante el período de referencia, tenían un empleo
remunerado, trabajaban por cuenta propia o tenían un
empleo pero no estaban trabajando) y desempleadas (in-
cluidas las personas mayores de una determinada edad
que, durante el período de referencia, carecían de tra-
bajo pero estaban disponibles para trabajar y buscaban
empleo).
Población desnutrida. Personas cuya ingesta de ali-
mentos es crónicamente insu ciente para satisfacer sus
necesidades energéticas mínimas.
Población, total. Se re ere a la población de hecho, que
incluye a todas las personas que se encuentran en un lu-
gar y en un momento dado.
Población, urbana. La población en la mitad del año
que habita en áreas clasi cadas como urbanas en confor-
midad con los criterios utilizados por cada país y según lo
informado a las Naciones Unidas. Ver Población, total.
PPA (paridad del poder adquisitivo). Tipo de cam-
bio que re eja las diferencias de precios entre países y
permite la comparación internacional de la cifra real de
resultados e ingresos. En la tasa de PPA en US$ (utiliza-
da en este Informe), 1 US$ de PPA tiene el mismo poder
adquisitivo en la economía nacional que 1 US$ en los
Estados Unidos.
Prevención del paludismo, niños menores de cinco
años. Porcentaje de niños menores de cinco años que
duermen bajo mosquiteras tratadas con insecticida.
Probabilidad al nacer de no sobrevivir hasta una
edad determinada. Se calcula como uno menos de la
probabilidad de sobrevivir hasta una edad determinada
para una cohorte dada. Ver Probabilidad al nacer de so-
brevivir hasta una edad determinada.
Probabilidad al nacer de sobrevivir hasta una edad
determinada. Probabilidad de un recién nacido de so-
brevivir hasta una edad determinada si está sujeto a las
tasas reinantes de mortalidad para cada edad.
Profesionales dedicados a investigación y desarrollo
(I+D). Personas capacitadas para trabajar en cualquier
ámbito cientí co y que están involucradas en activida-
des profesionales de investigación y desarrollo (I+D).
La mayoría de estos trabajos exige haber terminado la
educación terciaria.
Proyección de variante media. Proyecciones demo-
grá cas realizadas por la División de Población de las
Naciones Unidas que parten de la base de una tendencia
de fecundidad media, mortalidad normal y migración
internacional normal. Cada supuesto implica la pro-
yección de tendencias en cuanto a fecundidad, morta-
lidad y niveles netos de migración, dependiendo de las
características demográ cas especí cas y de las políticas
pertinentes de cada país o grupo de países. Además, la
proyección incluye los efectos del VIH/SIDA en aque-
llos países muy afectados por la epidemia. La División de
Población también publica proyecciones de variante baja
y alta. Para obtener mayor información, visite http://esa.
un.org/unpp/assumptions.html.
Punto de decisión PPME. Fecha en la cual un país po-
bre muy endeudado con un historial reconocido de bue-
nos resultados en los programas de ajuste apoyados por
el Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial
se compromete, en el marco de la Iniciativa de Deuda a
favor de los Países Pobres Muy Endeudados (PPME), a
introducir reformas adicionales y a desarrollar e implan-
tar una estrategia de reducción de la pobreza.
Punto de culminación PPME. Fecha en la cual un país
incluido en la Iniciativa de Alivio de la Deuda a favor
de los Países Pobres Muy Endeudados (PPME)  naliza
con éxito las reformas estructurales básicas acordadas
en el punto de decisión PPME, incluido el desarrollo e
implantación de su estrategia de reducción de la pobreza.
El país recibe entonces el grueso del alivio de la deuda
dentro de la Iniciativa PPME, sin más condiciones en
materia de políticas públicas.
Rati cación de tratados ambientales. Luego de la
 r m a d e u n t r a t ado, el país debe rati carlo a través de
un proceso que por lo general implica la aprobación de
parte del sistema legislativo, lo cual no sólo involucra la
expresión del interés según consta en la  rma, sino la
transformación de los principios y obligaciones del tra-
tado en ley nacional.
Refugiados. Personas que han debido huir de su país
por tener fundados temores de ser perseguidas por
motivos de raza, religión, nacionalidad, opiniones
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388 INFORME SOBRE DESARROLLO HUMANO 2005
políticas o pertenencia a un determinado grupo social, y
que no pueden o no quieren regresar a él. El país de asilo
es el país ante el cual un refugiado ha presentado una
solicitud de asilo, pero del que aún no recibe respuesta o
donde se ha registrado como solicitante de asilo. El país
de origen se re ere a la nacionalidad del solicitante o al
país del que es ciudadano.
Relación de intercambio. Cociente entre el índice de
precios de exportación y el índice de precios de importa-
ción, medido con respecto a un año de base. Un valor su-
perior a 100 indica que el precio de las exportaciones ha
aumentado con respecto al precio de las importaciones.
Servicio total de la deuda. Suma de las amortizaciones
de los capitales e intereses realmente pagados en divisas,
bienes o servicios respecto de la deuda a largo plazo (con
un vencimiento superior a uno), los intereses pagados
sobre la deuda a corto plazo y los reembolsos al Fondo
Monetario Internacional.
Tasa anual de crecimiento demográ co. Se re ere
a la tasa de crecimiento promedio anual y exponencial
para el período indicado. Ver Población, total.
Tasa bruta de matriculación. mero de estudiantes
matriculados en un nivel de enseñanza, sin importar la
edad, como porcentaje de la población en edad escolar
o cial para ese nivel. La tasa bruta de matriculación pue-
de ser superior a 100% debido a la repetición de curso y
el ingreso a edades más tempranas o tardías que la edad
común del nivel en cuestión. Ver Niveles de educación.
Tasa bruta de matriculación, combinada para es-
cuelas primarias, secundarias y terciarias. mero
de estudiantes matriculados en el nivel de enseñanza pri-
maria, secundaria y terciaria, sin importar la edad, como
porcentaje de la población en edad escolar o cial para
los tres niveles. Ver Niveles de educación y Tasa bruta de
matriculación.
Tasa de actividad económica, mujeres. La proporción
de la población femenina de 15 años o más que aporta, o
se encuentra disponible para aportar, mano de obra para
la producción de bienes y servicios.
Tasa de alfabetización (adultos). Porcentaje de personas
de 15 años o más capaces de leer, escribir y comprender un
texto breve y sencillo relacionado con su vida cotidiana.
Tasa de alfabetización (jóvenes). Porcentaje de per-
sonas entre 15 y 24 años de edad capaces de leer, escribir
y comprender un texto breve y sencillo relacionado con
su vida cotidiana.
Tasa de analfabetismo (adultos). Se calcula restándo-
le a 100 la tasa de alfabetización de adultos. Ver Tasa de
alfabetización, adultos.
Tasa de crecimiento anual del PIB per cápita. Ta sa
anual de crecimiento según cuadrados mínimos, calcu-
lada sobre la base del PIB per cápita a precio constante
en unidades de moneda local.
Tasa de desempleo. El número de desempleados di-
vidido por la población activa (los empleados más los
desempleados).
Tasa de desempleo entre los jóvenes. Se re ere al des-
empleo de los jóvenes entre 15 (ó 16) y 24 años, según las
de niciones nacionales. Ver Desempleo.
Tasa de fecundidad total. mero de hijos que tendría
una mujer si viviera hasta el término de su vida fértil y si
en cada edad diera a luz en conformidad con las tasas de
fecundidad imperantes en cada edad especí ca.
Tasa de mortalidad de niños menores de cinco años.
Probabilidad de morir entre el nacimiento y exactamen-
te los cinco años de edad, expresada por cada 1.000 na-
cidos vivos.
Tasa de mortalidad infantil. La probabilidad de morir
entre el nacimiento y al cumplir exactamente un año de
edad, expresada por cada 1.000 nacidos vivos.
Tasa de mortalidad materna. mero anual de muer-
tes de mujeres por causas relacionadas con el embarazo,
por cada 100.000 nacidos vivos.
Tasa de mortalidad materna, ajustada. Tasa de mor-
talidad materna ajustada para registrar problemas bien
documentados de información incompleta o clasi ca-
ción equivocada relacionadas con las muertes de mujeres,
así como el cálculo para los países que no cuentan con
datos. Ver Tasa de mortalidad materna.
Tasa de mortalidad materna, informada. Tasa de
mortalidad materna informada por las autoridades na-
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INFORME SOBRE DESARROLLO HUMANO 2005 389
cionales. Ver Tasa de mortalidad materna.
Tasa de uso de anticonceptivos. Porcentaje de mu-
jeres casadas (incluidas las parejas de hecho) entre 15 y
49 años que utilizan, o cuyas parejas utilizan, métodos
anticonceptivos de cualquier tipo, ya sean modernos o
tradicionales.
Tasa neta de matriculación. mero de estudiantes
matriculados en un nivel de enseñanza que tienen la
edad escolar o cial para ese nivel, como porcentaje de
la población en edad escolar o cial para ese nivel. Ver
Niveles de educación.
Tiempo total de trabajo. Tiempo empleado en activi-
dades de mercado y fuera del mercado, según la clasi ca-
ción del Sistema de Cuentas Nacionales de las Naciones
Unidas, revisado en 1993. Ver Actividades de mercado y
Actividades fuera del mercado.
Trabajadoras profesionales y técnicas. Proporción
de puestos ocupados por mujeres de nidos según la
Clasi cación Internacional Uniforme de Ocupaciones
(CIUO-88), que incluye profesionales de ciencias físicas,
matemáticas y de ingeniería (y profesionales asociadas),
profesionales de ciencias biológicas y de la salud (y pro-
fesionales asociadas), profesionales del ámbito docente
(y profesionales asociadas) y otras profesionales y profe-
sionales asociadas.
Transferencias de armas convencionales. Se re ere a la
transferencia voluntaria por parte del proveedor de armas
con propósitos militares (se excluyen, por consiguiente,
las armas capturadas y las armas obtenidas de desertores)
destinadas a las fuerzas armadas, las fuerzas paramilitares
o los servicios de inteligencia de otro país. La clasi cación
incluye las principales armas o sistemas convencionales,
diferenciadas en seis categorías: barcos, aeronaves, misiles,
artillería, veculos blindados y sistemas de guía y radares
(no incluye camiones, servicios, municiones, armas de
pequeño calibre, artículos de apoyo, componentes y tec-
nología de componentes y artillería de remolque o naval
cuyo calibre sea inferior a 100 milímetros).
Tratamiento del paludismo, niños menores de cinco
años con  ebre. Porcentaje de nos menores de cinco
os con cuadros febriles durante las dos semanas ante-
riores a la encuesta y que recibieron medicación contra
el paludismo.
Tuberc ulo si s, casos. mero total de casos de tuber-
culosis noti cados a la Organización Mundial de la Sa-
lud. Se considera caso de tuberculosis todo paciente con
tuberculosis con rmada por un laboratorio bacterioló-
gico o diagnosticada por un facultativo.
Tuberculosis, casos curados con DOTS. Porcentaje
de nuevos casos infecciosos de tuberculosis estimados,
curados gracias a la estrategia de detección de casos y
tratamiento denominada DOTS (tratamiento de obser-
vación directa y corta duración).
Tubercu lo sis , casos d etectados con DOTS. Porcenta-
je de nuevos casos infecciosos de tuberculosis estimados,
detectados (diagnosticados en un período determinado)
gracias a la estrategia de detección de casos y tratamiento
denominada DOTS (tratamiento de observación directa
y corta duración).
Umbral de pobreza de ingresos, población por de-
bajo del. Porcentaje de la población que vive por debajo
de un umbral de pobreza determinado:
Un dólar al día: a los precios internacionales de
1985 (equivalente a US$ 1,08 a los precios inter-
nacionales de 1993), ajustado en función de la pa-
ridad del poder adquisitivo.
Dos dólares al día: a los precios internacionales de
1990, ajustado en función de la paridad del poder
adquisitivo.
Once dólares al día (por persona en una familia
de tres miembros): a los precios internacionales de
1994, ajustado en función de la paridad del poder
adquisitivo.
Umbral nacional de pobreza: umbral de pobreza
considerado apropiado para un país por sus autori-
dades. Los cálculos nacionales se basan en cálculos
de subgrupos de población ponderados de acuerdo
con encuestas domiciliarias.
50% de la mediana de ingreso: 50% de la mediana
del ingreso familiar ajustado disponible. Ver PPA
(paridad del poder adquisitivo).
Uso de condón durante la última relación sexual
con riesgo. Se re ere a hombres y mujeres que informan
haber usado un condón la última vez que mantuvieron
una relacn sexual con una pareja fuera de la relación
conyugal estable, entre aquellos que tuvieron relaciones
sexuales con una pareja de ese tipo durante los últimos
12 meses.
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390 INFORME SOBRE DESARROLLO HUMANO 2005
Uso de energía, PIB por unidad de. Relación del PIB
(PPA en US$ de 2000) respecto del uso comercial de la
energía, medida en kilogramos de equivalente en petró-
leo. Esta relación proporciona una medida de la e ciencia
energética, pues genera cálculos comparables y coheren-
tes del PIB real entre países, en relación con los insumos
físicos (unidades de uso de energía). Ver PIB (producto
interior bruto) y PPA (paridad del poder adquisitivo).
Usuarios de Internet. Personas con acceso a la red
mundial.
Vacunación, niños de un año totalmente inmuni-
zados contra el sarampión o la tuberculosis. Niños
de un año vacunados con un antígeno o un suero que
contiene anticuerpos especí cos contra el sarampión o
la tuberculosis.
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tistics”. Nota documental preparada para el Informe sobre Desarrollo
Humano 2005. Marzo. París.
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INFORME SOBRE DESARROLLO HUMANO 2005 393
Clasifi cación de países
Alemania
Argentina
Australia
Austria
Bahamas
Bahrein
Barbados
Bélgica
Brunei Darussalam
Bulgaria
Cana
Chile
Chipre
Corea, República de
Costa Rica
Croacia
Cuba
Dinamarca
Emiratos Árabes Unidos
Eslovaquia
Eslovenia
España
Estados Unidos
Estonia
Finlandia
Francia
Grecia
Hong Kong, China (RAE)
Hungría
Irlanda
Islandia
Israel
Italia
Japón
Kuwait
Letonia
Lituania
Luxemburgo
Malta
México
Noruega
Nueva Zelandia
Países Bajos
Panamá
Polonia
Portugal
Qatar
Reino Unido
República Checa
Saint Kitts y Nevis
Seychelles
Singapur
Suecia
Suiza
Tonga
Trinidad y Tobago
Uruguay
(57 países o territorios)
Albania
Antigua y Barbuda
Arabia Saudita
Argelia
Armenia
Azerbain
Bangladesh
Belarús
Belice
Bhután
Bolivia
Bosnia y Herzegovina
Botswana
Brasil
Cabo Verde
Camboya
China
Colombia
Comoras
Congo
Dominica
Ecuador
Egipto
El Salvador
Fiji
Filipinas
Gabón
Georgia
Ghana
Granada
Guatemala
Guinea Ecuatorial
Guyana
Honduras
India
Indonesia
Irán, República Islámica del
Islas Salomón
Jamahiriya Árabe Libia
Jamaica
Jordania
Kazajstán
Kirguistán
Líbano
Macedonia, ERY
Malasia
Maldivas
Marruecos
Mauricio
Moldova, República de
Mongolia
Myanmar
Namibia
Nepal
Nicaragua
Omán
Pakistán
Papua Nueva Guinea
Paraguay
Perú
República Árabe Siria
República Democrática
Popular Lao
República Dominicana
Rumania
Rusia, Federación de
Samoa (Occidental)
San Vicente y las Granadinas
Santa Lucía
Santo Toy Príncipe
Sri Lanka
Sudáfrica
Sudán
Suriname
Tailandia
Tayikistán
Territorios Palestinos
Ocupados
Timor-Leste
Togo
Túnez
Turkmenistán
Turqa
Ucrania
Uzbekistán
Uganda
Vanuatu
Venezuela
Viet Nam
Zimbabwe
(88 países o territorios)
Angola
Benin
Burkina Faso
Burundi
Camerún
Chad
Congo, República
Democrática del
Côte d’Ivoire
Djibouti
Eritrea
Etiopía
Gambia
Guinea
Guinea-Bissau
Haití
Kenya
Lesotho
Madagascar
Malawi
Malí
Mauritania
Mozambique
ger
Nigeria
República Centroafricana
Rwanda
Senegal
Sierra Leona
Swazilandia
Tanzanía, República Unida de
Yemen
Zambia
(32 países o territorios)
Desarrollo humano alto (IDH 0,800 y superior) Desarrollo humano medio (IDH de 0,500 a 0,799) Desarrollo humano bajo (IDH inferior a 0,500)
a No incluye los siguientes países miembros de la ONU para los cuales fue imposible calcular el índice de desarrollo humano: Afganistán, Andorra, Iraq, Kiribati, República Democrática de Corea, Liberia, Liechtenstein, Islas Marshall,
Estados Federados de Micronesia, Mónaco, Nauru, Palau, San Marino, Serbia y Montenegro, Somalia y Tuvalu.
Países agrupados según el índice de desarrollo humano
a
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394 INFORME SOBRE DESARROLLO HUMANO 2005
Alemania
Andorra
Australia
Austria
Bahamas
Bahrein
Bélgica
Brunei Darussalam
Cana
Chipre
Corea, República de
Dinamarca
Emiratos Árabes Unidos
Eslovenia
España
Estados Unidos
Finlandia
Francia
Grecia
Hong Kong, China (RAE)
Irlanda
Islandia
Israel
Italia
Japón
Kuwait
Luxemburgo
Malta
Mónaco
Noruega
Nueva Zelandia
Países Bajos
Portugal
Qatar
Reino Unido
San Marino
Singapur
Suecia
Suiza
(39 países o territorios)
Albania
Antigua y Barbuda
Arabia Saudita
Argelia
Argentina
Armenia
Azerbain
Barbados
Belarús
Belice
Bolivia
Bosnia y Herzegovina
Botswana
Brasil
Bulgaria
Cabo Verde
Chile
China
Colombia
Costa Rica
Croacia
Cuba
Djibouti
Dominica
Ecuador
Egipto
El Salvador
Eslovaquia
Estonia
Fiji
Filipinas
Gabón
Georgia
Granada
Guatemala
Guyana
Honduras
Hungría
Indonesia
Irán, República Islámica del
Iraq
Islas Marianas
Septentrionales
Islas Marshall
Jamahiriya Árabe Libia
Jamaica
Jordania
Kazajstán
Kiribati
Letonia
Líbano
Lituania
Macedonia, ERY
Malasia
Maldivas
Marruecos
Mauricio
México
Micronesia, Estados
Federados de
Namibia
Omán
Palau
Panamá
Paraguay
Perú
Polonia
República Árabe Siria
República Checa
República Dominicana
Rumania
Rusia, Federación de
Saint Kitts y Nevis
Samoa (Occidental)
San Vicente y las Granadinas
Santa Lucía
Serbia y Montenegro
Seychelles
Sri Lanka
Sudáfrica
Suriname
Swazilandia
Tailandia
Territorios Palestinos
Ocupados
Tonga
Trinidad y Tobago
Túnez
Turkmenistán
Turqa
Ucrania
Uruguay
Vanuatu
Venezuela
(91 países o territorios)
Afganistán
Angola
Bangladesh
Benin
Bhután
Burkina Faso
Burundi
Camboya
Camerún
Chad
Comoras
Congo
Congo, República
Democrática del
Corea, República
Democrática de
Côte d’Ivoire
Eritrea
Etiopía
Gambia
Ghana
Guinea
Guinea Ecuatorial
Guinea-Bissau
Haití
India
Islas Salomón
Kenya
Kirguistán
Lesotho
Liberia
Madagascar
Malawi
Malí
Mauritania
Moldova, República de
Mongolia
Mozambique
Myanmar
Nepal
Nicaragua
ger
Nigeria
Pakistán
Papua Nueva Guinea
República Centroafricana
República Democrática
Popular Lao
Rwanda
Santo Toy Príncipe
Senegal
Sierra Leona
Somalia
Sudán
Tanzanía, República Unida de
Tayikistán
Timor-Leste
Togo
Uganda
Uzbekistán
Viet Nam
Yemen
Zambia
Zimbabwe
(61 pses o territorios)
Países agrupados según ingresos
a
Ingresos altos (INB per cápita de
US$9.386 o más en 2003)
Ingresos medios (INB per cápita
entre US$766 y US$9.385 en 2003)
Ingresos bajos (INB per cápita de
US$765 o menos en 2003)
a Clasifi cación del Banco Mundial (vigente desde el 1 de julio de 2004) según el ingreso nacional bruto (INB) per cápita. Nauru y Tuvalu no se incluyen por falta de datos.
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INFORME SOBRE DESARROLLO HUMANO 2005 395
Afganistán
Angola
Antigua y Barbuda
Arabia Saudita
Argelia
Argentina
Bahamas
Bahrein
Bangladesh
Barbados
Belice
Benin
Bhután
Bolivia
Botswana
Brasil
Brunei Darussalam
Burkina Faso
Burundi
Cabo Verde
Camboya
Camerún
Chad
Chile
China
Chipre
Colombia
Comoras
Congo
Congo, República
Democrática del
Corea, República de
Corea, República
Democrática de
Costa Rica
Côte d’Ivoire
Cuba
Djibouti
Dominica
Ecuador
Egipto
El Salvador
Emiratos Árabes Unidos
Eritrea
Etiopía
Fiji
Filipinas
Gabón
Gambia
Ghana
Granada
Guatemala
Guinea
Guinea Ecuatorial
Guinea-Bissau
Guyana
Haití
Honduras
Hong Kong, China (RAE)
India
Indonesia
Irán, República Islámica del
Iraq
Islas Marshall
Islas Salomón
Jamahiriya Árabe Libia
Jamaica
Jordania
Kenya
Kiribati
Kuwait
Lesotho
Líbano
Liberia
Madagascar
Malasia
Malawi
Maldivas
Malí
Marruecos
Mauricio
Mauritania
México
Micronesia, Estados
Federados de
Mongolia
Mozambique
Myanmar
Namibia
Nauru
Nepal
Nicaragua
ger
Nigeria
Omán
Pakistán
Palau
Panamá
Papua Nueva Guinea
Paraguay
Perú
Qatar
República Árabe Siria
República Centroafricana
República Democrática
Popular Lao
República Dominicana
Rwanda
Saint Kitts y Nevis
Samoa (Occidental)
San Vicente y las Granadinas
Santa Lucía
Santo Toy Príncipe
Senegal
Seychelles
Sierra Leona
Singapur
Somalia
Sri Lanka
Sudáfrica
Sudán
Suriname
Swazilandia
Tailandia
Tanzanía, República Unida de
Territorios Palestinos
Ocupados
Timor-Leste
Togo
Tonga
Trinidad y Tobago
Túnez
Turqa
Tuvalu
Uganda
Uruguay
Vanuatu
Venezuela
Viet Nam
Yemen
Zambia
Zimbabwe
(137 países o territorios)
Países menos
adelantados
a
Afganistán
Angola
Bangladesh
Benin
Bhután
Burkina Faso
Burundi
Cabo Verde
Camboya
Chad
Comoras
Congo, República
Democrática del
Djibouti
Eritrea
Etiopía
Gambia
Guinea
Guinea Ecuatorial
Guinea-Bissau
Haití
Islas Salomón
Kiribati
Lesotho
Liberia
Madagascar
Malawi
Maldivas
Malí
Mauritania
Mozambique
Myanmar
Nepal
ger
República Centroafricana
República Democrática
Popular Lao
Rwanda
Samoa (Occidental)
Santo Toy Príncipe
Senegal
Sierra Leona
Somalia
Sudán
Tanzanía, República Unida de
Timor-Leste
Togo
Tuvalu
Uganda
Vanuatu
Yemen
Zambia
(50 países o territorios)
Países en las principales agrupaciones mundiales
Países en desarrollo
a Clasifi cación de las Naciones Unidas a partir de ONU-OHRLLS 2005.
b No incluye Eslovaquia, Hungría, México, Polonia, la República Checa y Turquía.
Europa Central
y Oriental y la
Comunidad de
Estados Indepen-
dientes (CEI)
Albania
Armenia
Azerbain
Belarús
Bosnia y Herzegovina
Bulgaria
Croacia
Eslovaquia
Eslovenia
Estonia
Georgia
Hungría
Kazajstán
Kirguistán
Letonia
Lituania
Macedonia, ERY
Moldova, República de
Polonia
República Checa
Rumania
Rusia, Federación de
Serbia y Montenegro
Tayikistán
Turkmenistán
Ucrania
Uzbekistán
(27 países o territorios)
OCDE
Alemania
Australia
Austria
Bélgica
Cana
Corea, República de
Dinamarca
Eslovaquia
España
Estados Unidos
Finlandia
Francia
Grecia
Hungría
Irlanda
Islandia
Italia
Japón
Luxemburgo
México
Noruega
Nueva Zelandia
Países Bajos
Polonia
Portugal
Reino Unido
República Checa
Suecia
Suiza
Turqa
(30 países o territorios)
Países de la OCDE de
ingresos altos
b
Alemania
Australia
Austria
Bélgica
Cana
Corea, República de
Dinamarca
España
Estados Unidos
Finlandia
Francia
Grecia
Irlanda
Islandia
Italia
Japón
Luxemburgo
Noruega
Nueva Zelandia
Países Bajos
Portugal
Reino Unido
Suecia
Suiza
(24 países o territorios)
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396 INFORME SOBRE DESARROLLO HUMANO 2005
Países en desarrollo en las agrupaciones regionales
Estados Árabes
Arabia Saudita
Argelia
Bahrein
Djibouti
Egipto
Emiratos Árabes Unidos
Iraq
Jamahiriya Árabe Libia
Jordania
Kuwait
Líbano
Marruecos
Omán
Qatar
República Árabe Siria
Somalia
Sudán
Territorios Palestinos
Ocupados
Túnez
Yemen
(20 países o territorios)
Asia Oriental y
el Pacífi co
Brunei Darussalam
Camboya
China
Corea, República de
Corea, República
Democrática de
Fiji
Filipinas
Hong Kong, China (RAE)
Indonesia
Islas Marshall
Islas Salomón
Kiribati
Malasia
Micronesia, Estados
Federados de
Mongolia
Myanmar
Nauru
Palau
Papua Nueva Guinea
República Democrática
Popular Lao
Samoa (Occidental)
Singapur
Tailandia
Timor-Leste
Tonga
Tuvalu
Vanuatu
Viet Nam
(28 países o territorios)
Asia Meridional
Afganistán
Bangladesh
Bhután
India
Irán, República Islámica del
Maldivas
Nepal
Pakistán
Sri Lanka
(9 países o territorios)
América Latina
y el Caribe
Antigua y Barbuda
Argentina
Bahamas
Barbados
Belice
Bolivia
Brasil
Chile
Colombia
Costa Rica
Cuba
Dominica
Ecuador
El Salvador
Granada
Guatemala
Guyana
Haití
Honduras
Jamaica
México
Nicaragua
Panamá
Paraguay
Perú
República Dominicana
Saint Kitts y Nevis
San Vicente y las Granadinas
Santa Lucía
Suriname
Trinidad y Tobago
Uruguay
Venezuela
(33 pses o territorios)
Europa Meridional
Chipre
Turqa
(2 países o territorios)
África Subsahariana
Angola
Benin
Botswana
Burkina Faso
Burundi
Cabo Verde
Camerún
Chad
Comoras
Congo
Congo, República
Democrática del
Côte d’Ivoire
Eritrea
Etiopía
Gabón
Gambia
Ghana
Guinea
Guinea Ecuatorial
Guinea-Bissau
Kenya
Lesotho
Liberia
Madagascar
Malawi
Malí
Mauricio
Mauritania
Mozambique
Namibia
ger
Nigeria
República Centroafricana
Rwanda
Santo Toy Príncipe
Senegal
Seychelles
Sierra Leona
Sudáfrica
Swazilandia
Tanzanía, República Unida
de
Togo
Uganda
Zambia
Zimbabwe
(45 pses o territorios)
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INFORME SOBRE DESARROLLO HUMANO 2005 397
Cuadro de indicadores
Indicador
Cuadro de indicadores
Indicador
Índice de los indicadores
A
13 Abonados a teléfonos móviles
28 Actividad económica, tasa de, mujeres
28 como % de la tasa masculina
28 índice
18 Agricultura nacional, apoyo de los países de la OCDE a la
Agua, fuente de, mejorada
3 población sin acceso sostenible a
7, 3 3 población con acceso sostenible a
1, 12, 33 Alfabetización de adultos, tasa de
25, 27 mujeres
27 mujeres como % de hombres
12 Alfabetización de jóvenes, tasa de
27 mujeres
27 mujeres como % de hombres
Alivio de la deuda
18 contribuciones bilaterales comprometidas para el
fondo fi duciario de los PPME
18 condonación, deuda bilateral bruta
3 Analfabetismo, tasa de, adultos
6 Anticonceptivos, incidencia
30 Año del primer nombramiento o elección de una mujer
al parlamento
30 Año en que la mujer obtuvo el derecho a postular a
elecciones
4 Aptitudes de alfabetización funcional, personas
carentes de
Armas convencionales, transferencia de
exportaciones
23 porcentaje
23 total
23 importaciones, total
Asistencia ofi cial para el desarrollo (AOD),
desembolsos netos
17 como % del INB
17 per cápita del país donante
17 para servicios sociales básicos
17 a los países menos adelantados
17 total
17 bilateral no vinculada
Asistencia ofi cial para el desarrollo (AOD), recibida
(desembolsos netos)
19 como % del PIB
19 per cápita
19 total
C
12 Ciencias, matemáticas e ingeniería, estudiantes de
educación terciaria de
Consumo de cigarrillos, incidencia
9 hombres
9 mujeres
22 Consumo de combustible, tradicional
32 Convenciones de derechos laborales, situación de
19 Corrientes privadas, otras
D
Delincuencia, víctimas de la
24 agresiones
24 sobornos (corrupción)
24 delitos contra la propiedad
24 robos
24 agresiones sexuales
24 total delitos
31 Derechos Humanos, situación de los principales
instrumentos internacionales a favor de
21 Desempleados
4 Desempleo, de larga duración
21 hombres
21 mujeres
Desempleo, tasa de
21 total
21 promedio anual
21 mujeres como % de hombres
21 entre los jóvenes
21 total
21 mujeres como % de hombres
23 Desplazados internos
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398 INFORME SOBRE DESARROLLO HUMANO 2005
Cuadro de indicadores
Indicador
Cuadro de indicadores
Indicador
E
1 Educación, índice de
Educación, gasto público en
11, 20 % del PIB
11 % del gasto público total
11 preescolar y primaria
11 secundaria
11 terciaria
22 Electricidad, consumo per cápita
Emisiones de dióxido de carbono
22 per cápita
22 porcentaje del total mundial
Empleo por actividad económica
agricultura
28 hombres
28 mujeres
industria
28 hombres
28 mujeres
servicios
28 hombres
28 mujeres
22 Energía, uso de, PIB por unidad de
26 Escaños parlamentarios ocupados por mujeres
30 cámara baja o única
30 cámara alta o senado
1, 10, 33 Esperanza de vida al nacer
25 mujeres
25 hombres
1 Esperanza de vida, índice de
7, 8 Estatura inferior a la normal, niños menores de cinco
años
Exportaciones
16 alta tecnoloa
16 bienes y servicios
16 manufacturas
16 productos primarios
F
5, 33 Fecundidad, tasa total
Fuerzas armadas
23 índice
23 total
I
16 Importaciones de bienes y servicios
1 Índice de desarrollo humano (IDH)
2 tendencias del
25 Índice de desarrollo relativo al género (IDG)
4 Índice de pobreza humana (IPH-2) de países de la
OCDE seleccionados
3 Índice de pobreza humana (IPH-1) de países en
desarrollo
26 Índice de potenciación de género (IPG)
14 Índice de precios al consumo, cambio anual medio en
Ingresos, percibidos estimados
25 mujeres
25 hombres
26 mujeres como % de hombres
Ingresos, medidas de desigualdad
15 coe ciente de Gini
15 relación del 10% más rico con respecto al 10%
más pobre
15 relación del 20% más rico con respecto al 20%
más pobre
Ingresos, miembros de la familia que aportan
28 hombres
28 mujeres
Ingresos o consumo, participación en
15 10% s pobre
15 20% más pobre
15 10% s rico
15 20% más rico
Intercambio comercial
importaciones de bienes de países desarrollados,
desde países en desarrollo,
18 % de importaciones totales
18 total
desde países menos adelantados
18 % de importaciones totales
18 total
16 relaciones de
13 Internet, usuarios de
19 Inversión extranjera directa, ingresos netos
Investigación y desarrollo (I+D)
13 gasto en
13 investigadores en
L
16 Legisladores, altos funcionarios y directivos, mujeres
13 Líneas telefónicas principales
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INFORME SOBRE DESARROLLO HUMANO 2005 399
Cuadro de indicadores
Indicador
Cuadro de indicadores
Indicador
M
Matriculación, tasa bruta
1, 33 primaria, secundaria y terciaria combinadas
25 mujeres
25 hombres
terciaria
27 % de mujeres
27 mujeres como % de hombres
Matriculación, tasa neta
12, 33 primaria
27 % de mujeres
27 mujeres como % de hombres
12 secundaria
27 % de mujeres
27 mujeres como % de hombres
6 Médicos
20 Militar, gasto
8, 10 Mortalidad infantil, tasa de
Mortalidad materna, tasa de
10 ajustada
10 informada
8, 10, 33 Mortalidad, tasa de niños menores de cinco años
Mujer, participación económica y política
26 legisladoras, altas funcionarias y directivas
26 mujeres en puestos profesionales y técnicos
26 escaños parlamentarios ocupados por mujeres
30 cámara baja o única
30 cámara alta o senado
30 mujeres en el gobierno a nivel ministerial
30 año en que se nombró o eligió por primera vez
a una parlamentaria
30 año en que la mujer obtuvo el derecho a postular a
elecciones
30 año en que la mujer obtuvo el derecho a voto
N
12 Niños que llegan a 5º grado
30 Nivel ministerial, mujeres en el gobierno a
P
Paludismo
9 casos
9 prevención, niños menores de cinco años con
mosquitero
9 tratamiento, niños menores de cinco años con
fi e b r e tratados con medicamentos contra el
paludismo
6, 8 Partos atendidos por personal sanitario especializado
13 Patentes concedidas a residentes
7, 3 3 Población desnutrida
7 Peso insufi ciente al nacer, infantes con
3, 7 Peso insufi ciente para la edad, niños menores
de cinco años
1 PIB, índice
PIB per cápita
14 tasa de crecimiento anual
14 en US$
1, 14, 33 PPA en US$
14 valor más alto durante 1975-2003
14 año con el valor más alto
PIB, total
14 miles de millones de US$ en PPA
14 miles de millones de US$
Población
5 de 65 años y más
5 tasa de crecimiento anual
5, 33 total
5 menor de 15 años
5 urbana
Pobreza de ingresos
3 población que vive con menos de US$1 diario
3 población que vive con menos de US$2 diarios
4 población que vive con menos de US$4 diarios
4 población que vive con menos de US$11 diarios
4 población que vive por debajo del 50% de la
mediana de los ingresos
3 población que vive por debajo del umbral
nacional de pobreza
Preservativos, uso en las últimas relaciones sexuales
de alto riesgo
9 hombres
9 mujeres
R
Refugiados
23 por país de asilo
23 por país de origen
13 Royalties y derechos de licencia, ingresos por
concepto de
S
Salud, gasto en
6 per cápita
6 privado
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400 INFORME SOBRE DESARROLLO HUMANO 2005
Cuadro de indicadores
Indicador
Cuadro de indicadores
Indicador
6, 20 público
7 Saneamiento mejorado, población con acceso a
Servicio de la deuda, total
19 como % de las exportaciones de bienes y servicio
e ingreso neto del extranjero
18, 19 como % del PIB
Supervivencia
3 probabilidad al nacer de no sobrevivir hasta los
40 años
4 probabilidad al nacer de no sobrevivir hasta los
60 años
probabilidad al nacer de sobrevivir hasta los
65 años
10 mujeres
10 hombres
T
6 Terapia de rehidratación oral y alimentación continua,
niños con diarrea que reciben
Tiempo dedicado al trabajo
hombres
29 actividades del mercado
29 actividades fuera del mercado
total
29 actividades del mercado
29 actividades fuera del mercado
mujeres
29 como % de hombres
29 actividades del mercado
29 factividades fuera del mercado
29 total
22 Tratados sobre el medio ambiente, ratifi cación de los
Tuberculosis, casos de
9 casos curados con DOTS
9 casos detectados con DOTS
9 total
V
8 Vacunación completa de niños de 1 año
6 contra el sarampión
6 contra la tuberculosis
9, 33 VIH, incidencia
30 Voto, año en que la mujer obtuvo derecho a
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INFORME SOBRE DESARROLLO HUMANO 2005 401
Objetivos y metas contenidas en la Declaración del Milenio Indicadores para medir el progreso Cuadro de indicadores
Objetivo 1 Erradicar la pobreza extrema y el hambre
Meta 1
Reducir a la mitad, entre 1990 y 2015, el porcentaje de personas cuyos
ingresos sean inferiores a US$1 por día
1. Población que vive con menos de US$1 (PPA) al día
2. Coefi ciente de la brecha de pobreza (incidencia por profundidad de la pobreza)
3. Participación del quintil más pobre en el consumo del país
3
15
Meta 2
Reducir a la mitad, entre 1990 y 2015, el porcentaje de personas que
padece hambre
4. Niños menores de cinco años con peso insufi ciente para su edad
5. Proporción de la población que consume menos del nivel energético mínimo en
alimentos
3, 7
7
a
, 33
a
Objetivo 2 Lograr educación primaria universal
Meta 3
Velar por que, para el año 2015, todos los niños y las niñas del mundo
puedan terminar el ciclo completo de enseñanza primaria
6. Tasa de matriculación neta en primaria
7. Proporción de estudiantes que ingresan al primer año que llegan al quinto año
8. Tasa de alfabetización entre los 15 y los 24 años
12, 33
12
12
Objetivo 3 Promover la equidad de género y la autonomía de la mujer
Meta 4
Eliminar las desigualdades de género en la enseñanza primaria y secundaria
preferiblemente para el año 2005, y en todos los niveles de la enseñanza
antes del fi nal de 2015
9. Proporción de niñas con respecto a niños en enseñanza primaria, secundaria y
terciaria
10. Proporción de mujeres alfabetizadas entre 15 y 24 años con respecto a hombres
11. Proporción de mujeres con empleos remunerados fuera del sector agrícola
b
12. Proporción de escaños parlamentarios ocupados por mujeres
27
c
27
d
30
Objetivo 4 Reducir la mortalidad infantil
Meta 5
Reducir en dos terceras partes, entre 1990 y 2015, la tasa de mortalidad de
niños menores de cinco años
13. Tasa de mortalidad de niños menores de cinco años
14. Tasa de mortalidad infantil
15. Proporción de niños de un año vacunados contra el sarampión
10, 33
10
6
Objetivo 5 Mejorar la salud materna
Meta 6.
Reducir la tasa de mortalidad materna en tres cuartas partes entre 1990
y 2015
16. Tasa de mortalidad materna
17. Proporción de partos atendidos por personal sanitario especializado
10
6
Objetivo 6 Combatir el VIH/SIDA, el paludismo y otras enfermedades
Meta 7
Detener y comenzar a reducir, para el año 2015, la propagación del
VIH/SIDA
18. Incidencia del VIH en las mujeres embarazadas entre 15 y 24 años
e
19. Tasa de uso de preservativos respecto de la tasa de incidencia del uso de
anticonceptivos
19a. Uso de preservativo en la última relación sexual de alto riesgo
19b. Porcentaje de personas entre 15 y 24 años correctamente informados sobre el
VIH/SIDA
20. Relación de asistencia escolar de huérfanos respecto de la asistencia escolar de
no huérfanos entre 10 años y 14 años
9
Meta 8
Detener y comenzar a reducir, para el año 2015, la incidencia del paludismo
y otras enfermedades graves
21. Tasa de incidencia y de mortalidad asociada con el paludismo
22. Proporción de la población que vive en zonas con riesgo de paludismo que aplica
medidas efectivas de prevención y tratamiento del paludismo
23. Tasa de incidencia y de mortalidad asociada con la tuberculosis
24. Proporción de casos de tuberculosis detectados y curados con el tratamiento de
observación directa y corta duración (DOTS)
9
f
9
g
9
h
9
Objetivo 7 Garantizar la sostenibilidad ambiental
Meta 9
Incorporar los principios del desarrollo sostenible en las políticas y los
programas nacionales e invertir la pérdida de recursos ambientales
25. Proporción de superfi cie cubierta por bosques
26. Relación entre super cie protegida para mantener la biodiversidad y superfi cie
total
27. Uso de energía (Kg. de equivalente en petróleo) por cada US$1 de PIB (PPA)
28. Emisiones de dióxido de carbono per cápita y consumo de cloro uorocarbonos
que destruyen la capa de ozono (toneladas PAO)
29. Proporción de la población que usa combustibles sólidos
22
i
22
j
Índice de indicadores de los Objetivos de Desarrollo
del Milenio en los cuadros de indicadores
51334_UNDP_353_404_ACG.indd 40151334_UNDP_353_404_ACG.indd 401 8/18/05 11:17:06 PM8/18/05 11:17:06 PM
402 INFORME SOBRE DESARROLLO HUMANO 2005
Objetivos y metas contenidas en la Declaración del Milenio Indicadores para medir el progreso Cuadro de indicadores
Meta 10
Reducir a la mitad, para el año 2015, el porcentaje de personas que carecen
de acceso sostenible a agua potable y saneamiento
30. Proporción de la población con acceso sostenible a una fuente de agua mejora-
da, urbana y rural
31. Proporción de la población con acceso a saneamiento mejorado, urbana y rural
7
k
, 33
k
7
l
Meta 11
Mejorar considerablemente, para el año 2020, la vida de por lo menos 100
millones de habitantes de los barrios más precarios
32. Proporción de hogares con acceso a tenencia segura
Objetivo 8 Crear una alianza mundial para el desarrollo
Meta 12
Desarrollar aún más un sistema comercial y fi nanciero abierto, basado en
normas, previsible y no discriminatorio.
Incluye el compromiso de lograr buena gestión de los asuntos públicos, y la
reducción de la pobreza, en cada país y en el plano internacional.
Asistencia Ofi cial para el Desarrollo
33. AOD neta, total y hacia los países menos desarrollados, como porcentaje del
ingreso nacional bruto (INB) de los donantes de OCDE/CAD
34. Proporción de AOD, bilateral total y asignada a sectores, de los donantes de
OCDE/CAD, que se destina a servicios sociales básicos (educación básica,
atención de salud primaria, nutrición, agua segura y saneamiento)
35. Proporción de AOD bilateral no condicionada de los donantes OCDE/CAD
36. AOD recibida por países sin litoral como proporción del INB
37. AOD recibida por pequeños estados insulares en desarrollo como proporción del
INB
Acceso a los mercados
38. Proporción del total de importaciones de los países desarrollados (por valor y
sin incluir armamento) proveniente de países en desarrollo y de países menos
adelantados, que ingresan libres de aranceles
39. Promedio de aranceles fi jados por los países desarrollados a productos agríco-
las, textiles y vestuario proveniente de países en desarrollo
40. Estimación del apoyo al sector agrícola en los países de la OCDE como porcenta-
je del PIB
41. Proporción de AOD proporcionada para ayudar a formar capacidades comerciales
Sostenibilidad de la deuda
42. Cantidad total de países que ha alcanzado el punto de decisión PPME y cantidad
que ha alcanzado el punto de culminación PPME (acumulativo)
43. Alivio de la deuda comprometido en virtud de la Iniciativa a favor de los PPME
m
44. Servicio de la deuda como porcentaje de las exportaciones de bienes y servicios
17
n
17
17
18
19
Meta 13
Atender las necesidades especiales de los países menos adelantados.
Incluye: acceso libre de aranceles y cupos para las exportaciones de los
países menos adelantados, programa mejorado de alivio de la deuda de los
países pobres muy endeudados y cancelación de la deuda bilateral ofi cial,
así como la concesión de asistencia ofi cial para el desarrollo más generosa
a los países que hayan demostrado determinación a la hora de reducir la
pobreza
Meta 14
Atender a las necesidades especiales de los países en desarrollo sin litoral y
de los pequeños estados insulares en desarrollo
Meta 15
Encarar de manera general los problemas de la deuda de los países en de-
sarrollo aplicando medidas nacionales e internacionales a fi n de garantizar
la sostenibilidad de la deuda a largo plazo
Meta 16
En cooperación con los países en desarrollo, elaborar y aplicar estrategias
que proporcionen a los jóvenes trabajo digno y productivo
45. Tasa de desempleo de jóvenes entre 15 y 24 años, hombres y mujeres y total 21
o
Meta 17
En cooperación con los laboratorios farmacéuticos, proporcionar acceso a
medicamentos esenciales y a precios asequibles en los países en desarrollo
46. Proporción de la población con acceso sostenible a medicamentos de primera
necesidad a precios asequibles
Meta 18
En colaboración con el sector privado, velar por que se puedan aprovechar
los benefi cios de las nuevas tecnologías, en particular las tecnologías de la
información y las comunicaciones
47. Abonados a líneas telefónicas y móviles por cada 100 habitantes
48a. Computadoras personales en uso por cada 100 habitantes
48b. Usuarios de Internet por cada 100 habitantes
13
p
13
a
Los Cuadros 7 y 33 presentan este indicador en términos de personas desnutridas como porcentaje de la población total.
b El Cuadro 26 incluye información sobre el empleo femenino por actividad económica.
c El Cuadro presenta la tasa de matriculación femenina (neta o crecimiento) como porcentaje de la tasa masculina para los niveles de enseñanza primaria, secundaria y terciaria en forma separada.
d El Cuadro presenta datos sobre la tasa de alfabetización de mujeres jóvenes como porcentaje de la tasa de hombres.
e Los Cuadros 9 y 33 presentan la incidencia del VIH en personas entre 15 y 49 años.
f El Cuadro incluye datos sobre los casos de paludismo por cada 100.000 personas.
g El Cuadro incluye datos sobre niños menores de cinco años protegidos por mosquiteros tratados con insecticida y niños menores de cinco años con fi ebre tratados con medicamentos para combatir el paludismo.
h El Cuadro incluye datos sobre casos de tuberculosis por cada 100.000 personas.
i El Cuadro presenta este indicador como PIB por unidad de uso de energía (PPA en US$ de 2000 por cada kilo equivalente de petróleo).
j El Cuadro incluye datos sobre emisiones de dióxido de carbono per cápita.
k Los Cuadros 7 y 33 incluyen datos sobre la población con acceso sostenible a una fuente de agua mejorada conjuntamente para las zonas urbanas y rurales.
l El Cuadro incluye datos sobre la población con acceso sostenible a saneamiento mejorado conjuntamente para las zonas urbanas y rurales.
m El Cuadro 18 incluye datos sobre promesas bilaterales de alivio de la deuda hechas al fondo fi duciario para los PPME y condonación de la deuda bilateral bruta.
n El Cuadro incluye datos sobre Asistencia O cial para el Desarrollo (AOD) hacia los países menos adelantados como porcentaje del total de la AOD.
o El Cuadro incluye datos sobre la tasa de desempleo de personas entre 15 y 24 años en total y la tasa de mujeres como porcentaje de la tasa masculina sólo para los países de la OCDE.
p El Cuadro presenta las líneas telefónicas y los abonados a teléfonos móviles por separado.
Índice de indicadores de los Objetivos de Desarrollo del
Milenio en los cuadros de indicadores (continuación)
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